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SER^ICIO DE PUBLICACIONES A6RICOLAS A^10 I^(. Eslas <Holas• se remlten gralis a qulen las plde. NU111S. 1^ y^l. DIRECCIÓN GENERAL DE AGRICULTURA, MINAS Y MONTES ^ Re;eneración del oliv^r. ^^aCI^R^^^ ^ i:. ^^^L ^^ ^/` n,, ^ , rvQ'^.°^ ^^ ^),, Higiene, patología y terapéutica de los olivos. Procedimientos culturales para aumentar sn producción. Trabajo de divulgación agricola, por el Inge- niero agrcínomo D. CARMI:LO 13LNAIGES, Jefe del Servicio .4gronómico de llucsca. (Continuación de lo expuesto en la HoJn núm. 9.) Cochinilla del olivo ( «Lecanium oleae» ) (i). Biología. - Las hembras adultas de los insectos así deno- minados forman las pequeñas verrugas que, a modo de me- dias lentejas o diminutos cascarones de nuez, de color rojizo obscuro, algunas veces negruzco, con tan grande profusión pueden observarse adheridos al reverso de las hojas y en las ramillas de los olivos atacados (z). Por su inmovilidad, se confunde q muchas veces estas co- chinillas con agallas o excrecencias naturales del árbol, pero :^s fácil convencerse de su verdadera naturaleza, por la facili- dad con que pueden desprenderse de las plantas a que van ,adheridas. ([) El insecto vulgarmentc llamado cochinilla del olivo pertenece al orden ^1e los hvmípteros homópoteros, familia coccídidosr género Lecaninna y especie de Lecao:i:rna olece. (z) Fn casi todos los olivos atacados de negrilla se observan, en mayor o me- nor cantidad, estos insectos,

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SER^ICIO DE PUBLICACIONES A6RICOLAS A^10 I^(.

Eslas <Holas• se remlten gralis a qulen las plde. NU111S. 1^ y^l.

DIRECCIÓN GENERAL DE AGRICULTURA, MINAS Y MONTES ^

Re;eneración del oliv^r.^^aCI^R^^^

^i:.^^^L ^^ ^/`

n,, ^ ,rvQ'^.°^ ^^ ^),,

Higiene, patología y terapéutica de los olivos.

Procedimientos culturales para aumentar sn producción.

Trabajo de divulgación agricola, por el Inge-niero agrcínomo D. CARMI:LO 13LNAIGES,

Jefe del Servicio .4gronómico de llucsca.

(Continuación de lo expuesto en la HoJn núm. 9.)

Cochinilla del olivo ( «Lecanium oleae» ) (i).

Biología. - Las hembras adultas de los insectos así deno-minados forman las pequeñas verrugas que, a modo de me-dias lentejas o diminutos cascarones de nuez, de color rojizoobscuro, algunas veces negruzco, con tan grande profusiónpueden observarse adheridos al reverso de las hojas y en lasramillas de los olivos atacados (z).

Por su inmovilidad, se confunde q muchas veces estas co-chinillas con agallas o excrecencias naturales del árbol, pero:^s fácil convencerse de su verdadera naturaleza, por la facili-dad con que pueden desprenderse de las plantas a que van,adheridas.

([) El insecto vulgarmentc llamado cochinilla del olivo pertenece al orden

^1e los hvmípteros homópoteros, familia coccídidosr género Lecaninna y especiede Lecao:i:rna olece.

(z) Fn casi todos los olivos atacados de negrilla se observan, en mayor o me-nor cantidad, estos insectos,

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Si esta operación se hace en verano, se observa que, mien-tras unas están vacías, otras presentan en su interior multi-tud de corpúsculos, pequeñísímos insectos de color amari-llento o grisáceo: son larvas o cochinillas en su primera edad.La cáscara que las recubre es el cuerpo de la madre, que, des-pués de muerta, sigue defendiendo a su progenie contra lasinclemencias del tiempo en tanto tiene lugar su avivación.

Los machos son mucho más pequeños que las hembras;tienen alas, y con ellas vuelan en busca de sus amores. En suestado adulto, carecen de boca, y, por lo tanto, de estómago.No lo necesitan. Su vida es muy efímera; nacen sólo paraasegurar la perpetuación de la especie, y, una vez verificadoel acto fundamental de la reproducción, mueren. Por estosmotivos, rara vez se encuentran en los olivos, a los que nin-gún daño directo ocasionan. No ocurre lo propio con las hem-bras, que, provistas de un largo pico, mortifican los tejidosvegetales y extraen su savia.

En su prímera edad, aquellas pequeñísimas larvas, reciénsalidas de los caparazones, corren con agilidad y se disemi-nan por hojas y ramillas, hasta que encuentran el sitio apete-cible para clavar su chupador. Hecho esto, sufren una trans-formación, tomando poco a poco el aspecto de pequeñas aga-Ilas. Las hembras jóvenes conservan la tacultad de moverseen ciertas circunstancias; pero, una vez fecundadas, se inmo-vilizan por completo allí donde tienen clavado su pico, en-gruesan mucho, se oscurecen, y toman la forma que las ca-racteriza en su estado adulto.

Las picaduras de las larvas producen una extravasaciónde savia, que forma las límpidas gotitas que se ven brillar enlas hojas atacadas. EI insecto, en todos sus estados, no sóloextrae del olivo los jugos necesarios para nutrirse, sino tam-bién los que transforma en su tubo digestivo y excreta luegoen gran cantidad con el aspecto de melazas. Son éstas tanabundantes, que en algunas ocasiones, no sólo embadurnanlas hojas del vegetal, sino que caen al suelo y]o mojan comosi hubiera sido regado. A esta propiedad debe la plaga losnombres de aceitón, mangle y melaza, con que se la designaen Andalucía y otras regiones de España.

A1 llegar la primavera, las hembras comienzan a deposi-tar sus huevecillos en número verdaderamente extraordina-rio. Pasan muchas veces de Soo.

Al hacer el desove, lanzan estos huevecillos debajo de sucuerpo, sólidamente adheridos a los órganos del olivo, com-primiendo la piel inferior de su vientre contra la superior odel dorso. La madre muere al terminar la aovación, y su cuer-po, al desecarse, se convierte, como ya se dijo, en coraza pro-tectora de su descendencia.

La avivación de las larvas y su salida del claustro mater-no, que se verifica por una pequeña escotadura u orificio que

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aquella coraza presenta en uno de sus extremos, tiene lugargeneralmente desde últimos de mayo hasta últimos de sep-tiembre, si bien se adelanta o retrasa en relación con las va-riaciones climatológicas.

De todos modos, en ese ]apso de tiempo, relativamentecorto, se suceden de cuatro a cinco generaciones, o, lo que eslo mismo, los fenómenos descritos se repiten ese número deveces.

No es, por lo tanto, de extrañar el de^arrollo extraordina-rio que en los años favorables alcanza esta plaga, dotada de tanpoderosos medios de propagación.

Afortunadamente para el olivicultor, también la cocl^inillasufre a su vez el ataque de otros insectos, padece la acción deotras plagas que la diezman. Sin éstas, sin los fenómenos me-teorológicos que de vez en cuando vienen en auxilio de la^^gricultura, con cambios bruscos de temperatura, elevacionesy descensos, con hielos al parecer intempestivos, con fuertesvientos, etc., que determinan una avivación prematura de losinsectos y la destrucción subsiguiente, ]a cochinilla y la ne-grilla hubieran dado ya cuenta de la inmensa mayoría denuestros olivares.

Tratamientos contra la cochinilla y la negrilla.-EI sol y elaire son dos auxiiiares poderosos del olivicultor contra estasplagas, por cuyo motivo, aclarar, ahuecar las copas de los oli-vos, y quemar inmediatamente los residuos de la poda paradestruir por el fuego innumerables gérmenes, serán las dosoperaciones primordiales de todo tratamiento.

Los medios terapeúticos pueden agruparse del siguientemodo: pulverizaciones con líquidos insecticidas y anticripto-gámicos, lumigaciones y cultivo de parásitos de las plagasy contaminación en los olivares, para que los insectos enemi-gos del olivo sean destruídos por otros insectos que a su vezse desarrollan a expensas de aquéllos, constituyendo, si valela frase, una plaga de la plaga.

La cochinilla del olivo sutre, en efecto, los ataques de uninsecto (el Sc2ciellisla cya^tea, himenóptero de la familia de loscalcídidos) que gusta extraordinariamente del líquido azuca-rado que sus víctimas excretan.

Las hembras de estos aliados del olivicultor aovan debajodel vientre de las cochinillas inmóviles. Sus huevecillos seconvierten en larvas, y éstas esperan a que la cochinilla depo-site los suyos para alimentarse con ellos. Cuando el insectoalcanza todo su desarrollo, agujerea la coraza de la cochinillay sale al exterior. Se verifica entonces la unión de los sexos,y nuevas hembras destruyen, con su progenie, la descenden-cia de nuevas cochinillas, repitiéndose los hechos indicadosunas seis veces al año.

Compréndese fácilmente el formidable elemento de luchaque resultaría del cultivo u obtención de estos insectos y de

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su difusión por los olivares, y los inmensos beneficios que, alllegar a industrializarse este tratamiento, habría de reportar ala olivicultura nacional el hallazgo importantísimo de este in-secto, debido en España al ilustre Ingeníero agrónomo donLeandro Navarro.

De las fumigaciones por medio del ácido cianhídrico nosocupamos al tratar del arañuelo, roseguilla o cabra, sobrecuya plaga se han obtenido las más decisivas victorias.

Respecto a las pulverizaciones (medio el más fácil y hace-dero para la mayoría de los olivicultores), su éxito depende,ante todo y sobre todo, de la oportunidad con que se practi-can. Cuando los gérmenes de la cochinilla se encuentran gua-recidos bajo la coraza materna, los insecticidas resultan, engeneral, poco eficaces, alcanzando, en cambio, un gran poderofensivo sobre lus insectos jóvenes, desprovistos aún de capa••razón.

Es, pues, necesario observar la evolución de los insectos, ydar la primera pulverización de últimos de mayo a mediadosde junio, cuando las larvas salen con profusión de sus abrigosde invierr.o. Mas como la avivación suele escalonarse en eltranscurso del verano, y, en un momento dado, siempre se en-cuentran insectos en distintos estadc^s, y los que quedan in-munes aseguran la continuidad del mal, de ahí que deba re-petirse la pulverización (hacia principios de julio), pues sibien un solo tratamiento aminora el daño, no suele ser, en ge-neral, su ĥ ciente. En cambio, dos campañas, a razón de dostratamientos por año, aclareo de los olivos y abonado, hanbastado, en gran número de casos, para destruir plagas arrai-gadas y restablecer la producción de los olivares.

Fórmulas. - De los diferentes tratamientos hechos con dis-tintas fórmulas hemos adquirido la convicción de que resultamucho más ehcaz dar dos pulverizaciones con líquidos pococoncentrados que una sola con fórmulas complicadas y deelevado coste.

Entre las de la primera categoría preferimos la siguiente,debida a los eminentes Ingenieros agróoomos D. V. Clarió yD. J. Nonell, que con lisonjero éxito la emplean en sus impor-tantísimas y lructífera, carnpañas de extinción de plagas delcampo en la provincia de Barcelona:

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Cantidad y coste de las primeras materias necesarias para la ela-boración de 300 litros de insecticida y anticriptogámico.

PRIM^R=1S MA'1'6RIASCoste

de la unidad.

Cos[e total.

Pdsetns.

Emu]sión:

Jabón blando, z kilogramos . . . . • . . . . . . . . . . . . . . . . . o,qo 0,80Eseucia de trementina, I litro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . I,10 I,IO

Caldo bordelés:

Sulfato de cobre, z leilogramos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 0,^5 [,SoCal grasa fina, I kilogramo (o la suficiente para neu-

tralizar^ ... ...... ......................... . » o,toAgtta, 90 litros,

TOTAL .... . ........... ......... Ĵ ,So

Coste medio por olivo de buen desarrollo, a razó q de rolitros, 0,35 pesetas.

La cantidad de líquido variará, como es natural, con el ta-maño de ]os alivos, y seg•ún sea la perfección y detenimientocon que se pulvericen, pudiendo reducirse hasta la mitad paraolivos muy pequeños (t).

Preparación.-Se empieza por marcar en las paredes de latina o portadera que haya de utilizarse la altura a que deberá1legar el líquido para que se halle e q cantidad de Ioo litros (z).Bastará para ello valerse de una medida de a litro, o sencilla-mente de una botella de esta capacidad.

Temadas estas precauciones, se procede a elaborar la emul-sión. Se echa en la tina el jabón blando, y después se viertedespacio la esencia de trementina o a^•uarrás, amasando ]amezcla sin cesar hasta obtener una emulsión de consistenciamantecosa.

Aparte se obtiene el caldo bordelés (1lamado también sa^l-Iato^ del mismo modo que se obtiene para combatir el ^railctewde la viña, y sin más precaución que la de neutralizar bien elsulfato con la cal, debiendo cerciorarse de ello por medio delpapel tornasol azul, que, al introducirlo en el caldo, no debe

( t^ En condiciones poco favorables, cinco obreros no adiestrados, provistosde dos snlfatadoras de viñas, con sus alargaderas currespondientes, ban tratado,por ténnino medio, wo árboles bien desarrollados al día,

(2^ O de 5 0 litros, si se emplea la mitad de ]as cantidades indicadas para cadauno de los ingredieutes de ls fórmula.

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enrojecer en lo más mínimo. Elaborado este caldo, se echapoco a poco sobre la emulsión, sin dejar de revolver la mez-cla, completándolo con agua hasta loa Ioo litros.

Aplicación.-E1 líquido obtenido debe pulverizarse fina-mente en forma de nube sobre todos los órganos del olivo en-fermo, llevando el chorro del pulverizador de abajo a arriba yviceversa, deteniéndose principalmente en el envés de las ho-jas, a fin de recubrir lo mejor posible las superficies verdescon el hidrato de cobre, que ha de obrar sobre la negrilla, ycon la emulsión de jabón y trementina, que principalmenteha de destruir las cochinillas. Para facilitar esta operación seconstruyen bombas especiales de gran potencia, que puedencontener hasta Ioo litros de ]íquido, y pulverizarlo por mediode dós o más tubos sostenidos por largas cañas de bambú, acuyo extremo superior se atornillan las boquillas pulveriza-doras. Para g^randes masas de olivares resultan ventajososestos aparatos, por la rapidez y perfección aue permiten im-primir a los trabajos.

A falta de instrumentos más adecuados, pueden servrrselos olivicultores de las sulfatadoras de viña, adicioñando lascañas o alargaderas que para este objeto expende el comercio,y que se adaptan a las mismas de igual manera que las boqui-Ilas ordinarias.

La longitud de estas alargaderas varía de ^ a K metros, conarreglo a la altura de los olivos que han de pulverizarse. Paraaplicar ]a fórmula aconsejada, deben sustituirse las válvulasde goma de los pulverizadores por otras de cuero, pues de locontrario, aquéllas se inutilizarían muy pronto.

II

Rosebnilla, Cabra o Araliuelo del olivo («Phloeothrips oleae» ).

Caracteres de la pla.ga y daños que ocasiona.-Es origi-nada por un pequeñísimo insecto lineal, deprimido, y cuyalongitud oscila entre I I^2 y a milímetros (I).

Acusan su presenci^.^ en el olivar el gran número de brotesque aparecen totalmente desprovistos de hojas. Las ramillastiernas, las flores y recientes frutos constituyen sus manjarespredilectos, pero, a falta de ellos, ataca o roe todos los órga-nos verdes del olivo, y de ahí los nombres de Roseguilla y deCabra, con que se conoce a esta plaga en el Alto Aragón y Ca-taluña. Como consecuencia de sus picadZCras, las hojas se de-forman, se retuercen, doblan transversalmente en zigzag, oadoptan la forma de pequeñas hoces; presentan heridas que

(1) Corresponde al orden de ]os Thisanópteros, suborden de los Tubulífe-ros, familia Phlceothripídeos, género Phloeothrips y especie Ph. Ole^ (C. T.)

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las atraviesan de parte a parte, puntos resecos, huellas de laclevastadora acción del insecto. r11 roer los pedúnculos o cabi-llos de flores y frutos, determina su caída, y ésta es atribuídacon frecuencia a diversas causas ajenas a la enfermedad, debi-do, sin duda, a que el insecto no se introduce, como otros, enel interior de los frutos, sino que se limita a cortar las ligadu-ras que los mantenían unidos al árbol. Las olivas no despren-didas y atacadas presentan huellas parecidas a las de las ho-jas, crecen poco e irregularmente, otreciéndose rugosas, de-formadas y resecas.

Así, pues, las cosechas se pierden, el árbol se debilita yacaba por secarse, si el mal es intenso y duradero. Este desas-troso resultado es el que hemos tenido ocasión de compro-bar en la comarca NE, de la zona olivarera de Huesca.

Distintos aspectos que presenta la Roseguilla o Arañuelo.-Durante su corta existencia (de treinta a cincuenta días), su-fre transformaciones tan radicales, ofrece formas y colorestan diversos, que, más que a fases sucesivas de su desarrollo,parecen corresponder a insectos totalmente distintos.

Huevos y larvas.-Los huevecillos, que las hembras depo-sitan debajo de las cortezas más externas del olivo, en sus ve-rrugas u oquedades, y en las hojas terminales retorcidas, sonamarillentos y de medio milímetro de longitud. De estos hue-vecillos salen, de los diez a los veinte días, unos insectos alar-gados, primero amarillentos, más tarde verctosos, cuya ]ongi-tud no excede de i i/a milímetros. Se los ve con lrecuenciaadheridos a las hojas del olivo, alimentándose con extremavoracidad de su savia, doblado su cuerpo y con el abdomenen alto.

Ninfosis: Propupas y pupas.-A los pocos días cambian depiel y de aspecto, tomando u q color ananrillo-a^aczranjado. Ba-jan muy pronto de las hojas, y, para transformar ŝe nueva-mente, van a ocultarse e q las verrugas y escoriaciones de lascortezas de los olivos, principalmente en ]os de su tronco ycruz. Quedan entonces casi inmóviles y sin ocasionar dai^oalguno, hasta que, a los diez días, aproximadamente, sufrenuna nueva metamorfosis.

Cuando los olivos no presentan escoriaciones en su corte-za (variedad empeltre), las proninfas se ocultan en la tierra,para pasar en ella su estado de ninfas o pupas.

Insecto perfecto.-Al salir de sus guaridas, el insecto hacambiado por completo. Su color es ^ze^ro brilla7^ate, su cuerpoalargado y muy deprimido. Se mueve con rapidez, sirviéndo-se, como de paracaídas, de sus pequef^as y lineales alas, ape-nas perceptibles a simple vista.

En este estado, roe los brotes, ataca las flores y frutos,corta los pedúnculos de ^stos y se traslada de unos a otrosolivos. Su vida en este estado es, afortunadamente, tan efí-mera como activa, pues los machos buscan pronto a las hem-

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bras, y, efectuada la cópula, mueren. Eilas les sobreviven,pero sólo el tiernpo preciso para depositar sus huevecillos enlas oquedades ya citadas de los olivos.

Número de generaciones. - Estos huevecillos se avivan,dan nuevas larvas (verdes), nuevas ninfas (anaranjadas) ynuevos insectos (negros), y los ciclos se repiten tres o cuatroveces, según tarden más o menos en llegar los rigores inver-nales. Los insectos de la últiina generación de otoño se ocul-tan en las mismas guaridas u oquedades de troncos y ramas,y allí esperan, en el estado denominado perfecto y como ale-targados, la vuelta del buen tiempo, para continuar y exten-der sus daños. Se calcula que cada hembra de la generaciónde primavera puede dar lugar, en el transcurso del verano, amás de Zo.ooo insectos. 1De ahí la importancia de los trata-mientos de hnes de invierno! jLa destrucció q de un insectoen abril puede equivaler al exterminio de muchos miles enseptiembre!

La actividad de los insectos comienza a manifestarse deabril a mayo; el número de días de cada fase se prolonga oacorta, según la temperatura; y aun cuando su salida se es-calona, y en casi todo el verano pueden encontrarse indivi-duos en los tres estados o fases, existen épocas en las quemuy principalmente abundan ]as larvas o los insectos, y otrasen las que, por el contrario, el mal parece aminorar o desapa-recer, por hallarse la mayor parte ocultos e inactivos, en suestado de ninfa.

Medios de lucha contra el insecto.

Destrueeión de la plaga. - Fzcmigaciones co7z cicicio cianhí-drico.-La fumigación de los olivos por medio del ácido cian-hídrico constituye el tratamiento eficaz por excelencia, el re-medio definitivo contra esta plaga.

Los éxitos obtenidos contra algunas cochinillas del naran-jo en América, los trabajos notabilísimos que en Andalucía, ysobre el mismo cultivo, llevaron a cabo los Ingenieros de laComisión presidida por nuestro ilustre compañero Salas yAmat, decidieron a D. Leandro Navarro, sabio Catedrático dePatología vegetal de la Escuela de Ingenieros agrónomos, aestudiar el procedimiento de combatir por análogo medio alPhlr^othrips del olivo.

Una ventaja ofrecía, desde tal punto de vista, este insecto,comparado con la cochinilla, por pasar el invierno en estadode insecto perfecto, y, por lo tanto, en la fase más sensible ala acción de los gases tóxicos.

Pero, en cair,bio, la necesidad de dar los tratamientos denoche, como venía haciéndose, sin grandes dificultades, parael naranjo, cultivado en tierras llanas, acasaradas y dotadasde buenos medios de comunicación, y el coste, relativamente

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elevado, de la fumigación, hacían ir,aplrcable el procedimien-to al olivo, cuya zona se extrende a los más apartados, desier-tos y abruptos terrenos. Había, pues, que modificar el trata-miento en tal forma que se hiciera compatible con la luz delsol y con el bolsillo del olivicultor de secano, cuyos ingresostanto difieren de los del huertano de naranjos.

Ambos problemas fueron resueltos por modo tan satisfac-torio, que puede decirse que el tratamiento de la Rose^uillapor medio del áciúo cianhídrico no es sólo el más eficaz, sinoque también, e q la mayoría de los casos, el más económico,y que a un Ingeniero español debe la olivicultura mundial eltrascendental progreso.

De la eficacia del procedimiento dan clara idea las siguien-tes cifras relativas a los olivares de Mora de Toledo, fumi^a-dos en ]qr3, bajo la inmediata dirección del citado [ngenierainiciador del procedimiento, y del f ele de la Sección a^ronó-mica de aquella provincia, D. Ramón Rodríguez Martín:

^^^^^a,.Valor medio (eu t911 y l9tz^ de las eosechas de los

olivares inteusameute atacados por la Roseguilla oarañuelo .......... . .......... . ......... 6.300

Valor de las cosechas de los mismos olivares en 79t3r

después de la campaña de fumigaciúu........... 40•733

I3eneficio bruto .. .. ......................... 33•9x3Coste de la fumigación ......................... q.5oo

Beueficio líquido obtenido..... .. ... . 2^.433

Antes de la fumi^ación, cada olivo rendía, por términomedio, i,ot pesetas; despu ĉs de fumi^ado, 6,oc^ pesetas. Elcoste del tratamiento por olivo ascendió a r,iz pesetas. Losárboles tratados fuernn á.6q6. Las declaraciones de cosechaslas hicieron entre los z:} propietarios del olivar.

Las anteriores cifras no pueden ser más elocuentes, en loque concierne a la bondad del procedimiento. Veamos ahoraen qué consiste:

Se cubren los olivos con ^•randes lonas pintadas de ne^•ro(con pirolignito de hierro). Estas lonas Ilevan en su exteriorescalas, que permiten, con auxilio de una cinta métrica, de-terminar rápidamente la capacidad del recinto cubierto (r). Ensu interior, junto al tronco del olivo, se coloca un l;^enerador,especie de jarra, en la que se vierte el a^ua, ácido sulfúrico, ymás tarde cianuro potásico.

( t) En realidad, lo que se derermina es una meridiana y el perímetro a de-terminada altura. Con estos datos, las tablas indican las cantidades de ciauuronecesarias para la capacidad correspoudiente.

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Las cantidades de estas sustancias dependen del espacioconfinado bajo la lona, y se determinan en el acto con lastablas calculadas por el Sr. Navarro, como consecuencia desus trabajos experimentales.

Inmediatamente después de arrojado e] cianuro en el ge-nerador (operación que hace rápidamente un obrero;, co-mienza a desprenderse el ácido cianhídrico, gas altamentedeletéreo, irrespirable, que satura el espacio cubierto y pene-tra en todas las oquedades del olivo y destruye gran númerode insectos, y principalmente (a las dosis calculadas) al Ara-ñuelo o Roseguilla, sin perjudicar, eso no obstante, al vegetal.El tiempo durante el que el olivo debe estar expuesto a la ac-ción del gas, para que sus efectos sean los apetecidos, esaproximadamente el de una hora.

Para colocar las lonas y pasarlas de unos a otros árbolesse emplean mástiles o palos, cuyo manejo es rápido y sencillo.

La í'poca más oportuna para el tratamiento varía, según]as comarcas, de septiembre a marzo.

A primera vista, el procedimieoto parece más largo y cos-toso de lo que es en realidad, puesto que está demostrado queuna brigada compuesta de u q capataz, dos peones medidoresy otros dos colocadores de lonas, fumigan en una hora de aoa aj árboles de regular porte, dispuestos en plantación regu-]ar, y que el valor de los ingredientes no alcanza por árbol ala cantidad de o,^o pesetas.

EI único inconveniente que podría oponerse a la difusiónde este poderoso elemento de combate contra las plagas es-triba en el elevado coste del material necesario. Un equipo nodebe disponer de menos de zo lonas, mástiles, generadoresy demás utensilios, cuyo valor total oscila entre S.ooo y>o.ooopesetas, seg•ú q calidad, tamaño, etc. Pero este material, inte-ligentemente empleado, puede, en muy poco tiempo, resarcirtales gastos y aun producir inmznsos beneficios a las zonas ocomarcas olivareras. Por cuyo motivo resulta de la más altaconveniencia su adquisición por las Asociaciones o Sindica-tos ya existentes o que se formen para este fin, extendiendo suacción a toda la propiedad olivarera de un pueblo o de unazona, y a los que la vigente Ley de Plagas concede el apoyoo ĥcial (r) y la dirección técnica iudispensable.

Y aun en el caso de que el suictda individualismo, quetantos daños ocasiona a la agricultura espaCiola, se oponga ala constitución de Asociaciones con carácter permanente, bas-tará la agrupación temporal de Ins olivicultores de una co-marca para hacer factible el tratamiento, pues son ya varias

(t) Cou lo cual pueden d.^clararse las campaizas de utilidad pública paraobligar a]os reacios, si los hubiere, a tratar sus olivos, evitando así solucionesde continuidad en el saneamiento, y, por ]o tanto, inminentes peligros de rein-

vasi5n.

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las empresas tndustrtales que se dedican a la fumigación denaranjos y olivos, con un total de más de 8o equipos.

Como ejemplo de esta clase de tratamientos citaremos losaplicados el año en curso a los oiivares del tirmino de Cin-truénigo por la Casa C. Grima, de Valencia, a razón de unapeseta por olivo capaz de ser cubierto por una lona octo^onalde ra metros de ancho, y con u q sobreprecio de o,3S pesetaspor cada una de las lonas que tuvieran que at^adirse en razónal tamaño del árboL El tratamiento de los olivares de Corellase contrató a una peseta. Y de r a t,25 los de Mora de Toledo,Andalucía v Navarra.

En esta ŝ can:idades van incluídos, como es justo, los gas-tos de conservación y amortización de aparatos y beneficio in-dustrial de la empresa.

El pelif;ro que para el olivicultor puede entraf^ar el proce-dimiento de contratar la medicación de sus olivos con entida-des particulares estriba en la posibilidad de que éstas, ya pormiras de mal entendido inter^s u obligadas por la competen-cia comercial en la o(erta, empleen productos de mala calidad,disminuyan el tiempo de exposición o prescinda q de otrasprecauciones inherentes a las variaciones meteorológicas o alestado de vegetació q del árbol, que hagan el tratamiento in-eficaz o ^zociroo. Por tal motivo convendrá a los propietariosque, antes de hacer contrato alguno, se informen e q las Sec-ciones af;ronómicas y Granjas de sus respectivas prc,vincias,o, cuando menos, estipular que los trabajos deberán hacersebajo la inmediata inspección de las Ingenieros agrónomos delEstado, con lo cual saldrán de consuno beneficiados los inte-reses de los oiivicultores y los de las empresas honorables y debuena fe. Así se verificó en las campañas con tanto éxito lleva•das a cabo e q Mora de "foledo, Málaga, Jaén y otras proviocias.

Otros tratamientos.-En al^unos casos, la aplicación cian-hídrica se diticulta o encarece, ya por alcanzar los olivos en-fermos extraordinarias dimensiones, ya por su especial situa-ción en los bordes de elevados bancales, y también por formarespesísimas plantaciones o hallarse irregularmente disemina-dos en escabrosas laderas.

Siempre que cl olivicultor se vea privado de tan valiosoelemento, podrá adoptar todos o algunos de los siguientes tra-tamientos, que, si no curan radicalmente, permiten, repetidosoportunamente, salvar las cosechas y aun sanar el arbolado:

r.^ Durante los meses de febrero o de marzo, según los cli-mas, deberá procederse a la limpia anual de los olivos, acla-rando el centro de sus copas. Las ramas cortadas se quema-rán inmediatamente en el misrno olivar.

a.^ Después, o al propio tiempo que la limpia anual, y entodas las épocas que abunden los insectos perfectos (insectosnegros), podrán combatirse del siguiente modo:

Se extenderán al pie de los olivos lienzos o trapos, se tira-

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rá sobre el ramaje alto una cuerda y se agitará con fuerza. Losinsectos guarecidos en las copas caerán en los lienzos, y se des-truirán pulverizando sobre ellos, con sulfatadoras o regaderasde lluvia fina, una solución que contenga, para cada loo litrosde agua, q kilogramos de ]isol ó ^ de zotal.

3.° Hacta el mes de junio, y stempre que puedan observar-se colonias de ninfas o pupas (msectos de color amarillo-ana-ranjado) refugiados en las escoriaciones de los troncos y ramasgruesas, se descortezarán estas zonas de los olivos con raede-ras (especie de azadillas dentadas) o guantes metálicos, sequemarán seguidamente los residuos, y se encalará q troncosy ramas descortezados, o se pulverizarán con las solucionesindicadas anteriormente.

Para el encalado y destrucción de vegetaciones parásitasda muy satisfactorios resultados un caldo elaborado con tokilogramos de sulĵato de hierro, 5 de cal y roo litros de agua. Elsulfato se disuelve en agua, y sobre él se vierte la lechadade cal.

q.^ Pulverizacioyaes arse^aicales. - Háyanse o no practicadolas dos últimas operaciones, y cuando, después del aclareo delolivar, los insectos perfectos (negros) inicien su campaCla des-tructora al exterior, suelen ser muy eficaces las pulverizacio-nes arsenicales. Aplicadas también de la segunda a la terceradecena de mayo, precediendo a la salida de las larvas, puedenser de efectos decisivos.

El objeto de estas pulverizaciones es envenenar los órganosdel olivo que sirven de alimento al insecto para exterminarle,poniendo a contribución su apetito. Pero como la acción delas pulverizaciones se atenúa con el tiempo, y los períodos deactividad de la Rosega^illa coinciden princípalmente con sus fa-ses de larva e insecto perfecto, de ocho a diez días de dura-ción en cada ciclo, se comprende que el máximo efecto de laspulverizaciones se obtendrá cuando se apliquen o renuevenpoco antes de su aparición.

Y siendo estas épocas variables en relación con el clima, alolivicultor corresponde determinarlas, observando sus oliva-res y recordando lo anteriormente dicho respecto a las trans-formaciones del insecto.

Fórmula y coste nzedio.-De las varias fórmulas ensayadas,ninguna superó ni alcanzó en eficacia a la siguiente:

Precio medionormal.

Peseta^.

Arseoiato de sosa anhidro, ¢oo gramos. . . . . . .. .. . o,¢oAcetato de plomo (cristal), [.30o gramos (variable).. [,[qAgua, [oo litros.

Precio del hectolitro .. ....... ...... I,57

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Pre^aración.-Se disuelve el arseniato en to litros de agua,aparte, y en otros io litros, el acetato. Viértese lentamenteesta última solución sobre la primera. nunca al contrario, y seagita la mezcla, completándola después con agua hasta lostoo litros. La cantidad de acetato que debe emplearse varíacon la calidad de las aguas y de las primeras materias. Paradeterminar el punto exacto del caldo es necesario un indicador,que se adquiere o se prepara de antemano, sumergiendo tirasde papel sin cola en una solución de yoduru potásico al ropor roo, y dejándolas secar. En cuanto una gota del caldo ela-borado, puesta en contacto con el papel indicador, lo tiña deamarillo, debe interrumpirse la adición de acetato. Mientrasno aparezca dicha coloración amarilla, es necesario agregarmás solución de acetato, sin cuya precaución podrían ocasio-narse quemaduras en los órganos tiernos del olivo (t).

En algunas ocasiones es conveniente añadir cal para queel preparado marque las hojas, pero en esta fórmula y paraesta plaga resulta contraproducente, porque reduce conside-rablemente su efecto útil, como hemos tenido ocasión de com-probar experimentalmente. Conviene preparar el insecticidasiguiendo precisa^nente las indicaciones dadas, pues bastaríaaumentar la cantidad de agua en ]as disoluciones primitivaspara que su adherencia, que es suficiente, desapareciera engran parte. Por último, debe elaborarse el mismo día de suempleo.

Aplicación.-La aplicación de esta fórmula debe ha ĉersecon pulverizadores provistos de cañas o alargaderas, que per-mitan impregnar perfectamente los brotes altos, y principal-mente el envés de las hojas y órganos más tiernos, por losque muestra su predilección el insecto. Es indispensable agi-tar la mezcla antes de llenar ]os pulverizadores, y aun congran Irecuencia, y mediante bruscos movimientos, la conteni-da en éstos. Por esta razón son utilísimos los aparatos provis-tos de agitador mecánico.

Precauciones inz^ortantes.-Tanto los arseniatos como losacetatos, son sustancias altamente tóxicas, y deberán manejar-

(t^ Para facilitar ]as operaciones zn el olivar, y toda vez que el arseniato sedisuelve con alguna lentihid, es preferible llevarlo en solución coucentrada hechade antemano y al fuego, en la proporción de 20o gramos por litro de agua. Elace[ato puede llevarse en bulsas de t.3oo gramos, u también eu soluciones con-centradas. Así se evitan las pesadas en el ca.mpo y gran par[e de los peligros iu-herentes al manejo de sustancias t6xicas, quedando todo reducido a echar, en 8litros de agua, un cazo de 2 litros de la primera solucióu y disolver aparte el con-tenido de una bolsa de acetato eu otros to litros de agua.

Se evitan aún mediciooes, siempre molestas a los agricultores, señalando enel interior de las portaderas donde se elaboren los caldos las cabidas de to y detoo litros, y marcando igualmente con un trazo la altura a que debe Ilegar e1líquido en los cazos para que contengan justamente z litros.

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se con gran prudencia. Los operarios deben lavarse las manosy la cara inmediatamente después de los tratamientos; no fu-mar durante la operación, ni antes de haberse lavado, y abs-tenerse de pulverizar en sentido contrario al viento. Desj^uésdel nzes de agosto no deben aplica7-se nunca las ^ulveri^acioztesarsenicales.

Siguiendo estas prescripciones, no serán de temer contra-tiempos para los obreros ni para las cosechas. Los aceites ob-tenidos no ofrecerán absolutamente ningún peligro.

Higiene del olivar.

Medios culturales de aumentar su producción.-Detalladosya los medios terapéuticos o tratamientos urgentes para com-batir las enfermedades que ponen en peligro la existencia delos olivos, veamos ahora los cuidados culturales y de hi,eie^tevegelal necesarios para que los efectos medicinales de aquéllossean decisivos o duraderos, y para que el cultivo del olivar seconvierta de ruinoso en fuente de saneados ingresos. Los re-sumimos en las siguientes instrucciones:

i.° Los árboles centenarios, caducos e intensamente ataca-dos por las plagas, y principalmente los que, por abandono,han adquirido iormas y dimensiones más propias de ciprésque de olivos, son incurables económicamente, y, por el con-trario, constituyen, al no poderse sanear, peligrosos focos deinfección.

Deben cortarse a ras de tierra y carbonizar inmediatamen-te su ramaje y corteza, para destruir los gérmenes patógenosque alberóan. Sobre el corte se quemará un poco de ramale, yse cubrirá de tierra. Muy pronto echará nuevos brotes, quese irán suprimiendo hasta dejar uno solo: el más derecho y elmás robusto.

2.° Los olivares demasiado espesos deberán aclararse demodo que los árboles queden a una distancia tal que sea apro-ximadamente el doble de su altura media definitiva.

3.° Cuando el olívo no produzca, por debilitación de susramas secundarias o por defectos de poda, conviene suprimirtodas las ramas laterales que forman la copa, a excepción delas primordiales y de algunas ramillas que se dejan en la ex-tremidad de éstas. Con tal procedimiento, recomendado porel Ingeniero agrónomo D. Vicente Crespo, tan grande autori-dad en estas materias, el árbol se vigoriza, echa nuevos bro-tes, y al segundo año puede dar ya una regular cosecha.

q.° La acción de las aguas ocasiona con frecuencia arras-tres de tierra, que descarnan y dejan en hueco las gruesas raí-ces de los viejos olivos. No basta en esos casos rellenar loshuecos, pues existiendo el inminente peligro de que en su par-te inferior y debajo de la base del tronco se hayan desarrollado

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vegetaciones parásitas o yesqz^eros ( i), conviene hacer un re-conocimiento, raspar las veg^etaciones, si existen, sacar la tie-rra que las rodeaba, limpiar las raíces atacadas, rociarlas concaldo bordelés, y llenar el hueco abierto con tierra sana

Cuando dos troncos se juntan por su base, es también detemer la formación de yesqz^eros, y, en evitación de tal contin-gencia, conviene dejar sólo un eje a cada planta.

5.° Los olivos deben ser sometidos a una poda o limpiezaanual para abrir su copa, ahuecarla, hacer su interior accesi-ble al aire y a los rayos del sol. A1 propio tiempo puede re-ducirse la desproporcionada altura que algunos alcanzan,pero no de una vez, sino progresivamente. En esta operacióndeberán suprimirse todas las ramas verticales, las que se di-rigen al interior de la copa, las desgajadas por los vientos ylas secas por cualquier circunstancia.

Las nociones fundamentales que el podador debe tenermuy presentes son las que siguen:

A) Los brotes y ramas verticales son estériles, y consu-men alimentos a expensas de los inclinados y horizontales,que son lus fructíferos, y que, por lo tanto, interesa con-servar;

B) La prosperidad de las yemas laterales se obtiene supri-miendo las terminales que, e q general, tienden a crecer conmás vigor;

C) Las ramas viejas no dan fruto, ni las que están en de-cadencia llegan a fructiticar, aunque florezcan;

D) Las flores que no reciben la acción bienhechora del solno ]legan a convertirse en fruto;

E) Los olivos de copa espesa suelen fructificar tan sólo ensu parte exterior;

F) Los de copa hueca ofrecen sus frutos fuera y dentro;G) Los brotes fructíferos son los de dos años;H) No conviene dejar exceso de ramas fructíferas, que

agotan al árbol y no Ilega q a madurar en su totalidad, o danfrutos raquíticos. Que no es mejor cosecha la que da más oli-vas, sino mayor cantidad de pulpa, y, por lo tanto, de aceite.La naturaleza de las tierras y los cuidados que reciben impo-nen un límite a la producción, que no le es dable modificar alpodador.

6.° Los troncos y ramas principales deben limpiarse anual-mente de sus cortezas agrietadas y secas, quitando a su vezlos musgos y líquenes que lleven adheridas. Después de des-cortezados, se desinfectarán con una lechada de cal, o en laforma recomendada al tratar de la Itoseguilla o Arañuelo.

ĵ .' Los residuos del descortezado deben quemarse; los dela poda y limpia de olivos sanos, retirarse inmediatamente

(i) Produeidos por el hongo.Agaricur nrelleur.

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del olivar; los procedentes de árboles enfermos se carboniza-rán, como queda ya recomendado.

Las cenizas constituyen abonos potásicos no despreciables,que conviene utilizar.

8.° Si el olivar se siembra, deben abonarse los dos cultivosy respetar sienapre la zona de goteo de los árboles. Si se inter-calan tiras de cepas, la distancia de éstas a las olivos no debeser inferior a 3 metros.

q.° Ferlili^ación.-Una cosecha de aceituna, con las demásproducciones de ramas y hojas que la acompañan, extrae delsuelo, por hectárea y aproximadamente, de 3o a qo kilogra-mos de nitrógeno, de II a IS de ácido fosfórico, de z5 a 35 depotasa, y de z5 a 31 de cal.

Claro está que, aun cuando no se produzcan frutos, no poreso dejan de formarse ramas, hojas, madera y corteza. Biense comprende, por lo tanto, que si el ollvo extrae continua-mente sustancias de la tierra y el olivicultor no trata de resti-tuirlas adecuadamente, el suelo se empobrecerá, la produc-ción menguará, el cultivo se hará ruinoso y las plantas esté-riles y anémicas serán campo propicio a todo género de en-fermedades.

Fó^•nzulas.-Cuando se disponga de estiércol de cuadra ofiemo, podrán abonarse los olivos cada cíos o tres años, em-pleando, por término medio, para cada árbol:

Estiércol (bastante hecho) . . . . . . . . . de ^o,o a 8o kilogramos.Superfosfato de cal t8/zo (mezclado

con el estiércol)............ .... de ^i5 a 3 -

Cuando el estiércol sea enterizo, convendrá emplear de 80a Ioo kilogramos por pie, completándolo con superfosfato encantidad de z a 3 1/a kilogramos.

En las tierras fuertcs será preferible el estiércol pajizo; enlas sueltas, el consumido.

En el primer caso, la duración del abonado será de cuatroa cinco años; en el segundo, sólo de dos a tre^.

(Conclui^rá en la HoJn próxi^za.)

MADRID. - lmp. de la Snc. de M. Minnesa de los Ríoe, Miguel Servet, 18.