Nace una Esperanza

Katheryn Vera Ruiz-5”H”-N°29

Sebastián no podía creer lo que estaba sucediendo. Era víspera de navidad y se encontraba atrapado en un ascensor del centro comercial debido a un apagón que había tenido lugar en todo el centro de Chiclayo. Con un montón de personas, que tenían prisa en volver a sus respectivos hogares en donde seguro, les esperaba sus familias, una deliciosa cena y el calor de hogar que él no poseía. La navidad era la fiesta que más odiaba, porque le recordaba a Sebastián lo solo que se encontraba. Las personas empezaban a removerse inquietas debido al miedo que los apoderaba, no era nada divertido quedarse atrapado en un lugar tan reducido como este.

De repente un niño empezó a llorar y su madre se apresuró a consolarlo. Genial. Lo que más le gustaba escuchar a Sebastián; los ruidosos llantos de los niños.-Esta bien, Gabriel arreglarán la electricidad y el ascensor podrá moverse de nuevo y volveremos a casa, para preparar la cena de navidad- Le dijo la madre a su hijo en un tono consolador.

-No va a pasar nada, el ascensor esta hecho para resistir, para que te sientas mejor; ¿Te parece si te cuento un cuento? Es sobre la navidad- La madre le dirigió a su hijo una sonrisa alentadora con la finalidad de distraerlo de su miedo. La madre dirigió una mirada a todos los que se encontraban ahí; una anciana de cabellos blancos y sonrisa amable, una pareja que no parecían pasar lo 25 años, una señora embarazada, que acariciaba suavemente su vientre y Sebastián que era un señor de no más de 30 años, tenía un rostro amargado y el semblante surtido de arrugas de tanto fruncir el ceño- ¿Qué les parece si todos nos sentamos a escuchar la historia, hasta esperar que la luz regrese? Vamos, siéntense- La madre tomo asiento junto a su hijo y poco a poco las otras personas siguieron su ejemplo, Sebastián, rezagado, prefirió quedarse de pie.

>> Bueno, esta es la historia del niño que se convirtió en la luz del mundo. Hace mucho tiempo, en Nazaret, vivía una joven muy hermosa y de corazón noble, de nombre María, ella era muy devota a nuestro Señor, sin embargo sus padres la prometieron en matrimonio con un joven llamado José, quién amaba muchísimo a María, y por ese amor que le profesaba, José aceptó los votos de castidad de María y la respetó en todo momento. Un día, cuando María se encontraba recogiendo frutos una luz cegadora apareció en medio del huerto y de ella salió una voz “María, llena de gracia, el Señor te ha escogido para que lleves en tu vientre al salvador de la humanidad” María como era de esperarse, se sorprendió, puesto que ella no conocía hombre en la intimidad, ella le preguntó al ángel “¿Cómo puede ser eso posible? El ángel le respondió “El espíritu Santo caerá sobre ti y te llenará con su luz y habitará en ti” Mará aceptó la misión que se le encomendaba. >>-Mami ¿María no tenía miedo?-Preguntó Gabriel a su madre.-Por supuesto que lo tenía, pero su amor al Señor la ayudaba a superarlo- Respondió la madre y continuó con la historia.

>> Ese mismo día, José; el esposo de María, el ángel lo visitó en sus sueños y le contó sobre la misión que se le había sido encomendada a María, además le dijo que el niño que ella esperaba se llamaría Jesús. Así, pasaron los meses y María esperaba con ansias el nacimiento de su hijo, si embargo se había dictado la norma de que todos deberían de volver a sus lugares de nacimiento, puesto que se llevaría a cabo un censo. Debido a esto María y José tendrían que emprender un viaje. Alistaron sus cosas y partieron, llevaban ya 1 semana de viaje cando los dolores de parto comenzaron; María iba a dar a luz. Por suerte se encontraban cerca de un pueblo llamado Belén, pidieron posada, pero al ser ya entrada la noche, no había alojamiento disponible, para su suerte encontraron un pequeño establo en donde había un pesebre, rodeado de distintos animales. José acomodó a María y la ayudó a recibir al niño que sería no solo su hijo, sino la salvación del mundo entero. En medio de todos los animales que prestaron su calor, se escuchó el llanto de un niño que llegaba al mundo, colocado en un humilde pesebre, se encontraba la luz de toda la humanidad y quién sería la esperanza de un nuevo comienzo.<<

-¿Cómo puede ser que un niño sea la salvación de toda la humanidad, es decir mírenos ahora señora, los humanos nos matamos entre nosotros y el mundo esta cada día peor?- Preguntó Sebastián en un tono irónico.-El llegó y nos enseñó todo lo que necesitamos para ser felices pues antes de su llegada, las personas andaban sin rumbo, sin embargo depende de nosotros cambiar, el nos dio los medios y nosotros necesitamos hacer el resto- Respondió la madre un tono de voz conciliador.- Mami, ¿Entonces la navidad se celebra por el nacimiento del niño Jesús?- Preguntó Gabriel-Si, hijo, la navidad no solo se trata de dar regalos, ni de cenas lujosas, se trata de compartir, de dar sin esperar, simplemente por el sentimiento de amor hacia la otra persona. De estar rodeado de las personas que más amas- dijo la madre mientras acariciaba el cabello de su hijo con ternura.

Sebastián no pudo evitar sentir un dolor en el pecho, puesto que él había tenido una familia, pero la había perdido por su adicción al trabajo y su afán de crear riquezas, se dio cuenta que lo que más deseaba era el calor de un hogar, sentir a su esposa su lado y escuchar a sus niños reír de felicidad. Unos gritos de dolor lo sacaron de sus pensamientos, era la señora embarazada, estaba teniendo los dolores de parto.La madre se acercó a la señora, la ayudó a recostarse en el suelo donde todos habían dejado un espacio, para que la señora pudiera estar lo más cómoda posible.-Soy enfermera, puedo ayudarle, no se preocupe, ¿Cuál es su nombre?-dijo la madre mientras le acariciaba la cabeza en gesto tranquilizante.-Verónica- respondió la señora entre quejidos. La madre dio unas indicaciones y todas las personas ayudaron a traer una nueva criatura al mundo, tal vez no era el mejor lugar, pero nació rodeado de muchas personas que estaban ansiosos por su llegada.

Un llanto irrumpió el silencio que se había apoderado del lugar y todos respiraron aliviados, incluido Sebastián que había recordado el nacimiento de su hija y se sintió enternecido al ver la pequeña criatura que se encontraba en lo brazos de su madre.-Es una niña- anunció la madre-¿Qué nombre le va a poner?-Esperanza, porque con su relato me ha recordado el significado de la navidad y del nacimiento de nuestro salvador- sonrió la madre mientras miraba su pequeña hija, mientras le acariciaba la mejilla con ternura y delicadeza.El ascensor empezó a moverse y después de un rato, las puertas se abrieron, Sebastián ayudo al señora a salir con su hija en brazos y luego de asegurarse de embarcarla para que llegara segura, miró al cielo y sintió una pequeña esperanza brotar en su pecho, un nuevo cambio.