Nada sale gratis. carmelo marcén ha. 07 10 14

1

Click here to load reader

Transcript of Nada sale gratis. carmelo marcén ha. 07 10 14

Page 1: Nada sale gratis. carmelo marcén ha. 07 10 14

Heraldo de Aragón l Martes 7 de octubre de 2014 TRIBUNA l 21

ISIDRO GIL

I Las agresiones al medio ambiente salen caras y hasta ahora no se ha hecho realidad la exigencia de responsabilidades efectivas a quienes conta-minan. El caso del lindano es un nuevo ejemplo de deficiente administración Por Carmelo Marcén Albero

Nada sale gratis

EN estos momentos de incerti-dumbres varias, no es extraño que abunden los despistes. Tan ocupa-dos como estamos en resolver el día a día, se nos olvida que somos una consecuencia del pasado y que vamos a tener una incidencia, pe-queña o grande (según se mire), en el futuro. Dejaremos alguna señal física o aportaremos alguna idea que permanecerá en el sentir y en el actuar de quienes ocupen nues-tro sitio.

Vivir cada día solo es posible consumiendo materia y energía de nuestro entorno. Como la produc-ción de una y otra no es infinita, no tenemos otra opción que ajustar el uso de los recursos a su posibili-dad de generación o reposición. Ahí está la clave existencial que se nos escapa. En la gestión ambien-tal hay buenas noticias, casi todas de acciones debidas al empuje so-cial. Se habla de una más sólida conciencia ambiental, el aumento de la superficie forestal, la mejora en la conservación de ciertos en-claves marinos o la protección de los espacios naturales, que va con-solidándose a pesar de los envites especulativos que cada día se lan-zan contra ellos.

Pero en el otro platillo de la ba-lanza ambiental se acumulan cada vez más y más grandes pesas. Los deterioros ecológicos, por muy pe-queños que parezcan, nunca salen gratis. Dejan un rastro vivencial en la sociedad (también en su salud), unos deterioros en el entorno más o menos irreversibles y unos cuan-tiosos costes económicos de repo-sición, si esta es posible. Todos re-cordamos los metales dejados por la factoría Tudor de Zaragoza, que se escondieron en distintos encla-ves frágiles, los destrozos causados

por los vertidos de Ercros en el Ebro a la altura de Flix, la agresión a la naturaleza por la rotura de la balsa de Aznalcóllar y así un largo etcétera. Los costes generados –económicos, ecológicos y de sa-lud colectiva– no han sido asumi-dos en ningún grado por quienes los provocaron. Casi ninguna per-sona implicada en la mala gestión ha debido responder por ello.

Ahora mismo, asistimos a los costes de la dejadez administrati-va en el caso del lindano. Durante mucho tiempo ha habido un mal funcionamiento de los poderes pú-blicos, que no han exigido respon-sabilidades a sus causantes –para hacer cumplir sentencias de los tri-bunales– ni han asumido sus pro-pios fallos en la gestión del bien co-mún. Nos queda la duda, muy ra-zonada por la experiencia acumu-lada, de que si no existieran las or-ganizaciones ecologistas todas es-tas afecciones ambientales pasa-rían de largo sin que nadie les hi-ciese caso. Da la sensación de que todo sale gratis en los destrozos ambientales y sus posibles trastor-nos de la salud pública. Es un mal ejemplo para la sociedad. Pero ve-remos que, de no existir una tre-menda catástrofe, la preocupación

seguramente será efímera. Des-pués, vuelta a empezar la mala ges-tión y a olvidar que en el agua y el aire viajan muchas partículas no deseadas, y en niveles que si se acumulan pueden generar graves riesgos ambientales y de salud.

Ahora llega la compensación por la no utilización del almacén gasís-tico Castor. El Gobierno va a in-demnizar con 1.350 millones a la empresa adjudicataria por no po-der hacer su negocio. Un proyecto a todas luces mal planteado por la empresa, una administración pasa-da que otorga unos permisos sin prever los riesgos sísmicos, un mi-nistro de Industria empecinado en llevarlo adelante y, al final, los es-pañoles pagan todos esos desati-nos a razón de 30 euros por cabe-za. Eso sí, en 30 años, todo un de-talle. Estemos atentos a la reaper-tura de Garoña, detrás de la cual se esconden maniobras especulativas y financieras para vencer los nue-vos requisitos de seguridad que se exigen para nucleares de este tipo.

A cualquier ciudadano le cuesta entender esas maniobras, como también los 4.000 millones de di-nero público gastados en limpiar el chapapote del ‘Prestige’, los más de 200 millones para la limpieza del Ebro en Flix, los 150 de Aznal-cóllar, los 100 o más que costaría eliminar, de verdad, el lindano y así un largo etcétera que llenaría va-rios artículos. En tiempos se acu-ño la frase ‘el que contamina paga’ como estandarte de preocupación ecológica en la nueva manera de hacer de nuestros dirigentes. ¿Al-guien lo cree hoy? Aunque así fue-ra, los costes ambientales no se re-sarcen solamente con dinero. Los desastres dejan una oscura tacha indeleble en la sociedad.

PAN PARA HOY...

Ángel Gorri

PUEDE que la presidenta Rudi acabe cum-pliendo con el imperativo del déficit público del 1% para este año, al menos estadística-mente. Y electoralmente, pues no en vano es-tamos en vísperas de una triple y decisiva ci-ta con las urnas. No está mal, pero tal conta-bilidad no aguantaría la línea siguiente en el suma y sigue de cualquier economía familiar, siempre mal avenida con las cuentas de la le-chera. Es lo que se nos propone: dejar de pa-gar en septiembre los gastos de todo el año dentro de un presupuesto de ingresos para doce meses crea una absurda ficción: pan tierno para hoy, mendrugos secos para maña-na. Hasta el consejero de Hacienda, Javier Campoy, comprometido con la imposible empresa que se le encomendó al relevar a su antecesor, destituido precisamente por un in-cumplimiento del déficit luego recurrido an-te los tribunales, lo admite cuando asegura que recurrirá a cualquier herramienta para intentarlo. Lo que nadie acaba de reconocer en el Pignatelli es que el fin nunca encubre los medios. Ni que, un año más, empezare-mos 2015 en números rojos, aunque llegue-mos a las elecciones autonómicas de mayo repitiendo que vamos a cumplir por fin ese objetivo del déficit, inalcanzable mientras si-gamos arrastrando unos presupuestos infra-dotados y que obligan a seguir recortando.

LA bióloga Rosa María Para-dinas llegó a Sabiñánigo en 1985 para dar clases de Cien-cias Naturales y acabó mar-chándose de allí a Salamanca porque su denuncia por la contaminación del lindano de Inquinosa le trajo más tristezas que alegrías. Rosa María era una ecologista pio-nera que llegó a presidir la Asociación para la Defensa del Pirineo Aragonés (Ade-pa) y transmitió la conciencia medioambiental a los ciuda-danos, aunque lo pagó con muchas amenazas y pintadas de los trabajadores de la em-presa que la acusaban de es-tar comprada por otras multi-nacionales. Hasta un vecino le provocó un accidente de tráfico con una furgoneta al frenar en seco después de adelantar a la Vespa en la que iba Rosa y tuvieron que in-demnizarle los daños aunque no la intencionalidad. Cuan-do aterrizó en la localidad pi-renaica industrial una de sus primeras sorpresas fue el olor acre fuerte que despren-día la empresa que llegó del

País Vasco y se colaba en to-dos los rincones. Del olor del pesticida pasó al vertedero en el barranco de Bailín y la bióloga, respaldada por Ade-pa y la asociación Greenpea-ce, interpuso su primera de-nuncia fue en 1986.

La lucha titánica de la eco-logista contra una empresa que, en lugar de aplicarse el eslogan medioambiental de que «si contaminas, pagas», no asumió la condena de 6,5 millones de euros por el Su-premo y acabó huyendo a Rumanía para repetir en otro lugar la misma jugada. Aun-que puso los empleos como precio al Gobierno de Ara-gón, el consejero de Industria Luis Acín acabó cerrándola en 1992 porque venció la rea-lidad. Tres décadas después, los vertidos de lindano a fi-nales de los años 80 han re-sucitado en el río Gállego. Como dice José Manuel Ma-rraco, abogado de Greenpea-ce, estamos ante una «conta-minación silenciosa» cuyo «origen y foco principal» no se ha descubierto todavía en esta palmaria descoordina-ción de las administraciones. Los acuíferos próximos al ba-rranco de Bailín, el embalse de La Peña y algún otro lugar (miren en uno de los pozos del gas de Isín, nos aconseja un colega) bajan contamina-dos, el río Gállego está enfer-mo. Una profesora nos ense-ñó aquella lección del linda-no y esperamos no olvidarla.

Ramón J. Campo

La bióloga y el lindano

EDITA: HERALDO DE ARAGÓN EDITORA, S. L. U. Presidenta Editora: Pilar de Yarza MompeónVicepresidente: Fernando de Yarza MompeónDirector General: José Manuel Lozano Orús

Director: Miguel Iturbe MachSubdirectores: Encarna Samitier (Opinión), Ángel Gorri(Información). Redactores Jefe: Enrique Mored (Aragón),Santiago Mendive. Jefe de Política: José Luis Valero. España,

Mundo y Economía: José Javier Rueda. Deportes: José MiguelTafalla. Cultura: Santiago Paniagua. Internet: EsperanzaPamplona. Cierre: Mariano Gállego.

Gerente: José Andrés Nalda MejinoComercializa: Metha. Gestión & Medios, S. L.Imprime: Impresa Norte, S. L.Distribuye: DASA. Distribuidora de Aragón, S. L.