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Cosas que se le ocurren a Lucía. ¡Y encima las escribe! Abril 2016

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Si tengo que contar, no puedo hacerlo sencillo. Lo que pasa es que contar sencillo no es fácil, exige todo un aprendizaje.

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R o b e r t o f o n t a n a r r o s a

Se besan todo el tiempo y lloran el pasado como vieja en matinee.

Miralos, miralos, están tramando algo. Pícaros, pícaros, quizás pretenden el poder.

Al final, a los

globos los habían

inflado con miseria.

Clase ‘90

Japines Revolushon

El clan de la Pelea

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7P

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IN

A

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- ¿Te acuerdas del Club del Clan y las sonrisas de Jolly Land?

- No.¿Te acuerdas de Elvis, cuando

movió la pelvis el mundo hizo plop y nadie entonces

podía entender qué era esa furia?- Ah, de eso sí, sí me acuerdo.

La mayoría de los textos

que están acá los escribí

en la segunda quncena de

marzo de 2016.

Pondría algo como ‘

Se permite la reproducción

total o parcial....’, pero ya

sabemos que eso es una

mera formalidad.

Hagan lo que quieran

con lo que gusten.

Va para los pibxs que no

tienen ni treinta años, pero

ya vivieron en tres décadas,

dos siglos y dos milenios.

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Ya sabes cómo termina

Para elbolsillo del caballero

La carne esdebíl y cruda

Instruccionespara mi funeral

Caprichocapitalista

La clase que no existe, pero cacerola

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P Á G I N A 5 2

P Á G I N A 5 4

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6P

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A

32 Vivimos revolcaos en un merengue

y en el mismo lodo todos manoseados.

Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor,

ignorante, sabio o chorro, generoso o estafador...

¡Todo es igual! ¡Nada es mejor!

Lo mismo un burro que un gran profesor.

No hay aplazaos ni escalafón, los ignorantes nos han igualao.

Cambalache.

Primero mataremos a todos los subversivos,

luego mataremos a sus colaboradores,

después, a sus simpatizantes, enseguida a

aquellos que permanecen indiferentes, y

finalmente mataremos a los tímidos.

Ni de tu costilla,

ni un par de agujeros.

Carlos se vendió al barrio de Lanús, el

barrio que lo vio crecer. Ya no vino nunca más por el bar de Fabián y

se olvidó de pelearse los domingos en la cancha.

Carmen, Carmen, Carmen corazón, acá tenes los pibes para la revolución.

L u c í a V i l a r

Clase ‘90Se besan todo el tiempo y lloran el pasado

como vieja en matinee. Miralos, miralos, están tramando algo.

Pícaros, pícaros, quizás pretenden el poder.

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Nacíamos mientras tiraban abajo el muro de Berlín, entre eso y la disolución definitiva de URSS. Nacimos en un mundo que contenía países que ya no existen. En este país ya no existían para ese momento o por lo menos, no aparecían por ningún lado, otras cosas; organizaciones populares, partidos políticos, algunas ideas, 30.000 personas. Los milicos sí, los milicos se-guían existiendo, sobre todo en pascuas. Aunque no fuimos a la colimba, ni tuvimos hermanos o novios que lo hagan. Sí escuchamos, como si fuera de esas historias que Disney no estrenó, el relato de padres, tíos, primos que nos contaban sobre el correlimpiaba-rre, los ’70, Alfonsín. Menem y sus diez años de presidencia significó toda una infancia desarrollada en ese contexto, algunos tuvimos juguetes importados, otros ni un plato de comida. Mu-chos vivimos ambas circunstancias al mismo tiempo. De una punta a la otra, sin mucha más explicación que la que mostraba esa tele que, con los ojos redondos gigan-tes mirábamos y nos devolvía caballos que se envalento-naban contra las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, o ese tipo que se moría en las escaleras del Congreso. Eran días de verano, en los que teníamos ocho, diez, doce años y nuestros viejos, profesionales o no, laburantes o desempleados, no sabían cómo explicarnos que estaba pasando. Mucho menos podían responder a preguntas

como qué iba a pasar de ahora en adelante. No estuvimos en la Plaza ese 19 y 20, porque estábamos pasando de tercer a cuarto grado, o de cuarto a quinto. Era verano, hacía calor, ni vacaciones ni juguetes, lo que se ofertaba a mansalva era el miedo o la desesperanza, cualquiera que haya tenido entre ocho y doce años du-rante el 2001 sabe relatar las sensaciones que se despa-rramaban por ahí. El miedo al futuro o a su imposibilidad era concreto y tenía razones. Unos meses antes habíamos visto también cómo un par de aviones hacían mierda las Torres Gemelas, en septiembre. Nos enteramos qué eran las Torres Gemela por eso.Yo estaba en cuarto grado y recuerdo que la maestra dijo “Ahora viene una guerra mundial”. La pedagogía no era su fuerte. Ese mismo año, éramos cada vez más los que nos quedábamos a almorzar en el comedor escolar. Por un peso nos daban un pancho y un vaso de Manaos. La escuela se caía a pedazos y los docentes, entre paro y paro, trataban de que los pibes tengan algo en el estó-mago, porque con hambre no se aprende, no se escucha, no se crece. Lxs pibxs criados bajo el menemismo fuimos adolescen-tes durante el kirchnerismo. Debatimos, nos diferencia-mos o acordamos con lo que sucedió en 12 años de un

mismo gobierno. La tele dejó de ser una fuente fiable de información, definitivamente, para un lado y para el otro. Lo único bueno que encontramos ahí eran Los Simpson, esos tipos amarillos también nos criaron.El año pasado nos dieron para elegir: Macri o Scioli. Qué linda la libertad. Es cierto todo lo siguiente: como dijo Moris, el comunis-mo resultó complicado; como me dijeron mis amigos kirchneristas el año pasado, al final Macri y Scioli no eran taaaaaaaaaaaan lo mismo; Cris Morena tiene responsabilidades claras en las falsas expectativas sobre la vida que tuvimos durante la pubertad; tengo dos cajas grandes llenas de CD’s que ya no sirven para nada y que coleccioné meticulosamente entre los 13 y los 18 años, pero me da cosa tirarlos; encima, somos parte de una generación que a. Nunca vio a la Selección ganar algo importante y b. No es capaz de construir buen rock na-cional, todo lo que tenía algo de calidad y creatividad se fue al tacho en el 2004. También en diciembre, también con calor y Crónica.Y ahora a los veintipico, en este país, somos parte de la primera generación que transita su juventud bajo un gobierno explícitamente de derecha, elegido a través de las urnas. Muchos de ésta generación, directamente lo votaron y hasta lo defienden. Otros pensamos que no vendría a ser lo más justo tener menos de treinta y pasar dos veces por lo mismo: Ajuste económico, hiperinfla-ción, desguace de todo lo público, despidos masivos, acuerdos y deudas que vamos a empezar pagando nosotros, pero van a terminar de pagar nuestros hijos. Todo eso ya lo vimos, lo vivimos, cuando teníamos ocho, diez, doce años. Y aún más, somos parte de una América latina que se corre, una vez más, a la derecha, aunque ahora haya más consenso para ese movimiento. Parte de eso es ver como EEUU llega a Cuba, con todo. Con sus banderitas de cotillón, con su deshielo, con su presidente. Nacimos cuando la URSS se desvanecía y hoy vemos cómo Cuba saluda al capitalismo, lo festeja con un recital gratis de los Rollings y podríamos pensar que no nos deja mucho más que algunos pedazos de historia de donde agarrarnos para poder debatir, confirmar, cami-nar hacia la construcción de otro sistema.Podríamos comprar esas excusas que nos venden como razones, para quedarnos tranquilos sabiendo que hubo generaciones anteriores que lo intentaron, que se orga-nizaron, que dieron la vida por otra realidad, pero que perdieron. Nos dicen que lo que nos queda es acomo-darnos, aprender a convivir con el miedo de ser tildados como ñoquis, entender que este mundo es capitalista y que el siglo XX terminó. Que solo está ahí, en los libros de historia que te enseñan en el colegio. Y nada más.

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Toda esa voluntad, todo ese ímpetu y esas convicciones están quietas en la letra muerta de algún Kapeluz. Pero no es así. Acá estamos también los que a pesar de todo lo anterior, entendemos que la revolución no es una elección, sino una necesidad, que Cuba mostró por décadas que aún con todo, el socialismo más limitado supera al mejor de los capitalismos. Porque en Cuba no hay pibe que duerma en la calle, no hay pibe que no sepa leer o escribir, no hay pibe con hambre. Ni Suecia puede decir lo mismo.Y que, en todo caso, nos toca (re)construir desde lo aprendido, pero jamás resignarnos. Porque si hay algo que demuestra la historia, no es la imposibilidad de superación, sino todo lo contrario: que no ha habido derecho o necesidad resuelta en este pueblo que no se haya arrebatado con organización y lucha; y que en esa organización la fuerza de la juventud es la fuerza de convicciones que atraviesan generaciones y siglos. No es utopía, ni rebeldía, tampoco son ideas añejas. Es la convicción de saber que no hay otra vida más que ésta, donde no es una opción resignarnos a vivirla mien-tras otros administran la miseria para quedarse con nuestras herramientas y nuestras posibilidades.No son muestras de que no se puede, son razones por las que hay que hacerlo.

Hablar de ‘generación’, es hablar de un todo no homogeneo, de algo que sólo existe en términos categoricos, como todo lo que no contempla la pertenencia de clase.

Todos tenemos influencias del Fuckin`Jim

Morrison. Al mango. Era un genio. Era un

excelente cantante: tenia sus raíces bien

puestas en el blues... Era un chico de clase

media que salió adelante. Pero un Fuckin`

poeta. Yo a mi hermana le regale Waiting

For The Sun para su cumpleaños. Y no se lo

bancó. Ahí se dio cuenta de todo, del futuro...

El futuro, ¿qué era? ¿Qué Morrison se iba a

morir en París en una fuckin` bañadera?

¿qué ella se iba a suicidar en un coche junto

al marido en el sur de Italia?

Yo no tengo cosas como objetivos o metas

para el futuro. Fijate que hay mucha gente

que vive en el pasado, porque tuvo cosas

muy buenas. Pero yo no quiero. Si quisiera,

podría volver al pasado... estar con mi fami-

lia en Italia, comer a la una y a las ocho de

la noche, no tener problemas, ir en el yate en

el verano y a las montañas en invierno. Pero

no lo quiero. Y el futuro no me importa. Solo

me importan cosas afectivas.

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L U C Ae l t a n o q u e p a r i ó B u e n o s A i r e s

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“”

“”

Mauricio Macri, 15 de noviembre de 2015.

LO DIJO

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“”Japines Revolushon

Al final, a los globos los habían inflado con miseria.

Vinieron marchando los globos amarillos, en esta revolución de la alegría.

¡No! No trajeron armas para tomar el poder,Mucho menos ejércitos amarillos organizados.

Nada de eso. Olvidate. Es lo de siempre viste,

un domingo donde te debatís si ir antes o después de almorzar

a dejar la boleta en la urna.

¡Pero esta vez había globos papá!Y una máquina de hacer ñoquis.

¡Sí! ¡Sí! Globos y ñoquis,Como en las fiestitas de 15 que tanto odiamos,

vinieron desparramando alegría. Pregunté lo que siempre pregunto

en este tipo de eventos, lo único que me interesa: ¿Y la mesa dulce para cuándo?

Me dijeron que tenía que esperar, que después. Y me dieron un globo y me pidieron una sonrisa que acompañe el gesto.

Te aviso: Si te toca uno que venga con un par de pulmones adentro,

ni te gastes en buscar al dueño,los que los inflaban aclararon desde

temprano que los donaban a la causa. Porque son así, tipos entregados.

Entregados aquellos que lo bancan.Y entregados aquellos que no.

Entregados estamos todos.

Lo dijo el Mr. President of Arshentina, líder of dis revolushion:

“Guelcom Obama, guelcom TLC,ol dis pipol ar japines”

Hubo conferencia, cena, Bariloche. No nos van a poder decir que escatimamos

en el festejo de la revolución de la alegría. ¡Eso jamás!

Por estos días alegría y devaluación son sinónimos.

Eso te lo vas a tener que aprender. Cuarenta por ciento de devaluación

+ sesenta por ciento de Prats Gatys y Marcos Peñas, te da, obviaaaaamente:

100% de revolución de la alegría. No me vengas a decir que no. No seas ortiva.

Sí, bueno, hay algunos alegres que lloran porque no pueden pagar la luz.(Encima en EDENOR aclararon que

las pizzas de UGGI’S todavía no son una moneda válida para transacciones).

Hay algunos alegres que no saben cómo van a pagar el alquiler.

Si, eso es cierto también. Ortivas.

¡Pero está la alegría de saberse sin laburo! Porque como explica Clarín en una de sus notas,

es mejor que te despidan de una vez, a andar con la duda.

Qué alegría la tranquilidad. Ahora te podés ir a dormir sin esa

pregunta en la cabeza que atenta con la sonrisa que tenés

que tener metida en el medio de la jeta.

Mr. Presindent Mau ya firmó el decreto: Alegría para todos y todas.

Hay que reconocer que los del campo y la minería vienen siendo los más orgánicos con este tema.

La sonrisa de esos tipos es envidiable, va de oreja a oreja o,

como les gusta decir a ellos, De millón a millón.

Malditas las retenciones ortivas que atentaban contra su alegría.

La alegría de 200.000 personas que se quedaron sin trabajo es otra cosa, tenés que verlo:

Después de que vuelven de su -ya no – laburo, los tipos corren hacía a sus casas,

abren la puerta desenfrenados y con una alegría inmensa le

dicen al resto de su familia: ¡Amor, hijos, ya no sé qué carajo

vamos a comer la semana que viene! Y todos ríen, y aplauden. Es una fiesta.

Mirá, no sé cómo explicarte, pero valga más un ejemplo que mil palabras:

¡Al intendente de Quilmes – ese que te vendíaqueso blanco antes, pero se dio cuenta que es

más redituable vender alegría - le preguntaron sobre el Pozo de Banfield y

él chabón respondió explicando cómo se tapa un bache! ¿Entendés?

Dijo que capaz había que cambiar el recorrido del bondi 76, no sea cosa que el bache se abra de nuevo.

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Si eso no es la alegría, ¿La alegría donde carajo está?Ni te cuento la alegría que se vive en

estos momentos en las fuerzas del orden, bah, ahora le decimos las fuerzas de la alegría.

No te vayas a equivocar. Pero bueno, el tema es que están

contentísimos los muchachos,andan jugando al protocolo,

que es como la mancha pero más mejor: vos vas, cortas una calle,

atentas contra la alegría generalizada del pueblo,ellos esperan cinco minutos y si vos, subversivo ortiva,

te quedas más tiempo, te reprimen. Así de fácil.Las reglas no fueron muy difíciles de explicar,

sobre todo, cuando hay ejemplos dando vueltas.

Además, con eso de ‘pobreza cero’ están al pie de del día.Cero pobres van a quedar, eso te lo aseguro: entre el hambre alegre y las balas que salen

disparadas con una sonrisa…Pero ojo, las murgas son ortivas,

vaya uno a saber porque, pero en la revolución de la alegría las murgas no van.

A pesar de eso el gobierno se ocupa de que todos participemos. Eso sí, nou discrimineishon.

Hay algunas cosas que tenés que memorizar: El símbolo de la alegría ya no es más el colibrí o

cualquier pajarraco pasado de moda que se te ocurra. Son los buitres.

Vos ves buitres y tenés que sonreír. Punto. Presi Mau repite una y otra vez,

con un buitre que se para en su hombro y le hace de traductor al oído: ‘volvimos al mundo.’

Al planeta tierra más precisamente. ¡Somos terrícolas otra vez!

¡Volvimos! ¿A dónde? ¡Al mundo de la alegría! No sé bien a dónde nos habíamos ido

o donde estábamos, pero ahora estamos acá, vueltos.

Recontra vueltos y envueltos en alegría.

Todavía le quedan 1300 días a Mr. President Mau para desparramar alegría, así que tranquilos todos aquellos

a los que no les llegó su pedazo de sonrisa. La copa se va a desbordar en cualquier

momento, no sean ansiosos che.

Pero ahora, ahora esto te lo susurro sólo a vos, bajito, para que nadie escuche,

no sea cosa que después me tilden de ortiva: Pero me la sensación de que

tanta alegría seguida nos va a matar. Y no sé si de risa.

Decime vos, ¿La última vez que el estómago

te crujía era de risa, no?

Hace años… no, no! Banca! No podés mirar para atrás,

el pasado está vedado, está vendado.

Bueno, igual te pregunto: ¿Hace años, cuando tenías la

alegría inmensa de estar sin laburo, fue fácil encontrar otro?

¿Antes, la copa se derramó?¿Tenés unos patacones

por ahí guardados?Capaz que con esos sí podemos pagar la luz.

Bue, si no tenés patacones vamos a tener que pensar en otra cosa:

En ver cómo hacemos para que nos afanen otra palabra más,

En no dejar que avancen mientras se nos cagan de risa en la cara,

En no dejar de jalar ese gatillo que tiene la luna para que esto cambie de una vez,

En no dejar de organizarnos, para pensar, gritar y luchar. Para que los alegres de hoy,

esos que vienen a mostrarnos un mundo que ya conocemos,

esos que nos dicen que seamos felices buscando otro laburo,

que nos exigen una sonrisa cuando salimos del súper mientras nos

dejamos medio salario por tres boludeces,para que esos alegres de hoy,

sean los derrotados de mañana.

Porque la alegría vuelve siempre a los lugares que amó, Y esos lugares no son ni más ni menos,

que las organizaciones del pueblo y su lucha popular.O, mejor dicho, sin tanto salamerío, cito:

La mística, la bandera y la lucha regresan siempre.

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Mensaje oficial

El caldo está revuelto:

no pasaremos hambre.

Estamos con el agua al cuello:

no pasaremos sed.

Ellos juegan con fuego:

no pasaremos frío.

Se ocupan de nosotros.

V.T.

El Clan de la Pelea

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- ¿Te acuerdas del Club del Clan

y las sonrisas de Jolly Land?

- No.

¿Te acuerdas de Elvis, cuando

movió la pelvis el mundo

hizo plop y nadie entonces

podía entender qué era esa furia?

- Ah, de eso sí, sí me acuerdo.

R e g l a s d e l C l a n d e l a P e l e a :

La primera regla del Clan de la

Pelea es hacerse de los materiales

necesarios, a saber:

a. Inseguridades propias. Si son de

las que todavía no se anima a con-

tarle al psicólogo, mejor.

b. Traumas, de esos que viene

arrastrando desde la infancia.

c. Sea lo que sea que usted

identifique como ‘amor’, ‘afecto’, ‘

ganas de compartir momentánea-

mente su vida con otro de los seres

humanos que habitan en esta tierra’.

La segunda regla del Clan de la

Pelea es construir el monstruo con

los elementos ya mencionados.

Será de utilidad en el futuro.

La tercera regla del Clan de la

Pelea es buscar desenfrenadamente

y sin medir consecuencia alguna,

a una persona que haya llegado,

cual usted, a la tercera regla del

Clan de la Pelea.

123

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¿En qué consiste el Clan de la Pelea? Bueno, cualquiera que haya salido a la vida, aunque sea un cachito, ha formado o ha visto personas que forman parte del Clan. Su vecino, sus hermanos y cómo no, sus propios padres. Todos ellos están acá, el tema es que pocos lo saben o, para ser francos, es difícil encontrarse con alguien que lo reconozca. Valgan los siguientes renglones para descifrar si su vida ha sido tomada por el Clan, porque para eso han sido escritos. Pero adelantamos que si la respuesta es afirmativa le pediremos, le rogaremos y hasta estamos dispuestos a meter en esto a la justicia y sus tan útiles restricciones de acercamiento para que, por favor, no se le ocurra establecer contacto alguno con los autores de esta investigación.Bien, ahora que estamos en confianza podemos decir que la cosa va sobre las relaciones humano-humano. Años de investigación en la Indiana University Bloomington demuestran que el objetivo del Clan de la Pelea es claro: afecta la piedra angular, el nodo, el nucléolo, el principio de las relaciones que usted cree que decide establecer. Y está listo para atacar justo en ese momento en el que usted mira a los ojos a esa persona que tiene enfrente. Pero no nos referimos al mirar así nomás, como quien mira los volantes que se reparten a mansalva en las Facultades de este país, sobre todo en septiembre, cuando hay elecciones para el Centro de Estudiante. No, no, no. No estamos hablando de eso, estamos hablando de esa mirada que funda el momento en que las cosas se le mueven por dentro y los cuatro ojos - dos de cada - se traviesan para generar lo que popularmente se conoce como “Mmm… Me parece que acá me puedo enamorar y quizás construir una relación de amor y respeto en la que crezcamos como personas ambos” o, más cortito y al pie, el famoso “estoy hasta las manos”.

¡¡Es ese el momento!! ¡¡Ese mismo!! Nunca desprevenido, en ese instante suspendido en el tiempo, es que el Clan aprovecha para afiliar a esos cuatro ojos a sus listas. Ya sé, ni te diste cuenta, pero mientras estabas ahí embelesadx preguntándote si le tirabas la boca ahora o esperabas a la siguiente birra, el Clan te sacó firma, fotocopia del DNI, foto 4x4, armó la fichita y te archivó. Bienvenidos.Una vez llegados hasta aquí, es imposible la vuelta atrás. El Clan de la Pelea está funcionando y usted es su principal actor. ¡Ah! Cierto: obvia-mente esto sucede porque ambas personas cumplen al pie de la letra y con gran esplendor la primera regla del Clan. Demás está decirlo, pero por las dudas lo aclaramos. Y así es que con los elementos de la primera regla el monstruo va armándose. Se alimenta de eso que empieza a sentirse como afecto, para luego terminar siendo un “te extraño” a la media hora de haberse despedido. De eso se alimenta, sí, para crecer, pero la realidad es que contiene en él todas sus inseguridades, todos sus miedos, todas esas frustraciones que usted nunca quiso afrontar. Vale aclarar que cada una de las perso-nas que participan en lo que es a esta altura, una relación establecida,

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tiene su propio monstruo. Y no es ninguna sorpresa que, como dios, los monstruos se construyen a imagen y semejanza de su dueño o dueña.El problema no son los monstruos en sí mismos, el tema jodido está en sus acciones, ya que los monstruos empiezan, cual golpe militar, a tomar posesión del poder. Sumémosle a esto algo que va más allá del Clan y que ya es parte de la sapiencia popular: el poder en las relacio-nes nunca es igualitario, lo dijo el Indio. Y algunos más, también. Entonces cuando los monstruos toman el poder de una relación establecen lo que es la gran creación de estos bichos que, enviados por el Clan de la Pelea, así como enviaba Azog a sus Orcos, no es ni más ni menos que una relación espejo.Una relación espejo es la obra de arte de los monstruos y consta en que la persona A, enamorada de la persona B, construya la relación no con B, sino con su monstruo. Y viceversa. Ergo, uno se pasa gastando el amor, la energía y el afecto en el mons-truo del otro, en vez de hacerlo con el otro en sí mismo. Y al otro le pasa lo mismo, pero con el monstruo de uno. Esta no la única con-secuencia de formar parte del Clan, lo peor, lo más oscuro es que los monstros que se alimentan del amor, vomitan dolor, el dolor de no

conocer al otro, sino a su monstruo. La relación pasa a tener entre esas dos personas una niebla constante y espesa, donde las palabras que dice A son transmitidas y deformadas por su monstruo hacía B, y así con todo. Conclusión: A y B, no se conocen, se quieren, pero se pelean, se lastiman, van y vienen, hasta que un rapto de lucidez y sobretodo el santo instinto de supervivencia, hacen que esos ojos vuelvan a mirarse para decirse defi-nitivamente “No va más”. Usted ha tenido una relación espejo, membresía del Clan de la Pelea. Pero no todo es dolor en este mundo, no hubiéramos hecho el estudio de campo y la anterior explicación con ese nivel de detalle si no fuera para brindar soluciones a los siete mil millones de seres humanos que copan la tie-rra. Suspire agradecido nomas, que aquí viene el trámite para desafiliarse del Clan de la Pelea. Advertimos que, como era de esperar, el procedimiento está fundado en un complejo entramado burocrático político y admi-nistrativo. Es complicado, si llegaron hasta acá con la lectura no tiene sentido mentirles, pero lo importante es que no es imposible. Y en todo caso, lo imposible sólo tarde un poco más. Entonces, aquí vamos:

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29

Cómo dijo Julito, el Zar que corta, sólo hay un medio para matar a los

monstruos: aceptarlos.

Usted puede aceptar a su monstruo a través de las siguientes acciones u

omisiones, dependiendo el caso: hablé con amigxs, hablé horas y horas

con amigxs, reflexione en solitario pero acompañado de alcohol sobre

qué carajo pasó y cómo llegó hasta acá, vaya dos veces por semana al

psicólogo, retome aquellas pasiones dormidas como la guitarra o la pin-

tura, salga a correr, habrá las ventanas, bañesé, no escuche esa lista que

tiene preparada en la compu con las canciones más tristes del mundo y,

esto es importante, no lea bajo ninguna circunstancia 1964 de Borgés.

De hecho, en nuestros focus groups hemos comprobado que, si lleva a

cabo todas las acciones descritas arriba al mismo tiempo, el nivel de

efectividad en la desafiliación asciende a un 68%.

A los monstruos no les gusta sentirse aceptados, porque se van desar-

mando de a poco, aceptación es humanización, es humildá.

Humildá mata monstruo. Ese es el quid de la cuestión.

Lo que no dijo Julito, el Zar que corta, pero agregamos nosotros acá, es

que en general el punto número uno para desafiliarse del Clan sucede

cuando ya es demasiado tarde. ¿Tarde para qué? Para todo.

Al iniciar su próxima relación, el monstruo no debería aparecer, y si

así lo hiciera, si usted ha hecho todo lo correspondiente al punto uno

de esta lista de desafiliación, debería poder repetir el punto uno sin la

necesidad de cortar la relación actual en cuestión.

No es recomendable volver a intentarlo con la persona anterior. Sucede

lo que sucede cuando te agarra varicela por segunda vez y de grande.

No está bueno y punto. Lo de ‘Me conociste en un momento extraño de mi

vida’ aplica sólo al 50% de los casos estudiados.

El olvido cumple tres funciones: la venganza, el perdón o la

indiferencia. Nunca se superponen, una impera sobre el resto sí o sí.

Elija la que más le guste, pero tenga en cuenta que lo opuesto al amor

no es el odio, sino la indiferencia.

De esta manera concluimos la ardua investigación que ha dejado al descubierto los planes del Clan de la Pelea y a sus monstruos que andan sueltos por ahí tirando nie-bla. No descartamos que algunos detalles se nos hayan pasado, tampoco que puedan aparecer nuevos avances en la investigación, pero no hoy podemos continuar, bási-camente por la horda de psicólogos que, no son capaces de armar un sindicato, pero sí de venir a agolparse a mi puerta para recordarme que todo lo anterior tres carajos, que sos vos piba, que hacete cargo, que ningún monstruo, que son acciones y deci-siones, que deje de proyectar, somatizar y sublimar, que la histeria se puede manejar, pero hay que ponerle voluntad. Eso es lo que llego a leer en sus pancartas desde mi ventana.Ahora tengo que salir a negociar, sobre todo tiempo y que vengan los canales de televisión con el fiscal de turno porque si no de acá no sale nadie y se pudre todo, pero mientras veo de conseguir el teléfono de Osvaldo Bazán o Mauro Szeta, te cuento, casi a nivel de confesión, que hubo un momento en que nuestros monstruos se distrajeron, vaya uno a saber por qué, pero en ese minuto pude verte sin ninguna niebla mien-tras vos te reías, con tu risa espontanea – es decir, que no planeas ni controlas-, una especifica que no compartís con frecuencia, y menos mal que estuve con los reflejos rápidos, porque me la guardé eh. Y es la única cosa de todas las cosas que podría guar-darme que elegí quedarme, porque es clara, liviana, llevable.

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La clase que no existe, pero cacerola

Vivimos revolcaos en un merengue y en el mismo lodo

todos manoseados. Hoy resulta que es lo mismo

ser derecho que traidor, ignorante, sabio o chorro,

generoso o estafador... ¡Todo es igual!

¡Nada es mejor! Lo mismo un burro

que un gran profesor. No hay aplazaos ni escalafón,

los ignorantes nos han igualao.Cambalache.

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No hay mayor insulto para la clase media que tildarlos de ignorantes, tilingos en términos científicos. Son dueños de una ignorancia que la universidad no puede disimular. Al contrario, muchas veces la profundiza, la doctora. Esa cla-se media es la que se pasa cargando todo a la cuenta de la educación. Tienen a Sarmiento metido hasta el tuétano. El problema de la pobreza, la desocupación, el delito, la violencia, la droga, se resume, para ellos, en la educación, en la falta de educación, en la ignorancia que ellos saben disimular adecuándose a las pautas de consumo que rela-ma el mercado a través de la televisión que los masajea todos los días durante varias horas. De modo que endosar-les sus propios prejuicios, valernos de sus clichés para referirnos a ellos, les resulta insoportable. El consumo que supieron conseguir es la mejor prueba de las capacidades adquiridas a través del esfuerzo y la dedicación. La clase media argentina es una clase ideologizada, valga la redundancia, una clase que no sólo no puede advertir las circunstancias particulares en las que se encuentra, sino que además postula su posición como el único lugar le-gítimo desde donde puede contemplarse el mundo que rodea. Al identificarse con las concepciones de mundo de la burguesía, tomará como presupuestos indiscutibles los estándares morales a partir de los cuales juzgar a los otros. De esa manera, la clase media tomará su punto de vista particular como el punto de vista general, la medida normal de las cosas para habitar y moverse en una sociedad contradictoria que, padeciéndola también, no comprende. La clase media argentina, además de egocéntrica, de autopostularse en el centro del mundo, padece de amnesia crónica. Tiene una conciencia fragmentada. Las informaciones que recibe las irá compartimentando. No puede asociar nada. Al igual que la vida social que lleva –cada vez más desvinculada, aislada, encerrada- dispone todo por rieles separados. Convirtiéndose de esa manera en la presa fácil del de las campañas de pánico moral, globos amarillos o consumo desenfrenado. La clase media piensa la realidad por el ojo de una cerradura. La realidad es esa melodía que hay que completar agregando la letra que aprendió viendo televisión o escuchando la radio. La clase media es una clase que vive ha-ciendo karaoke, que vive para el karaoke.

Cadena

A VECESENROSCABALABERINTOTRACTIVIDADEFINITIVAMENTERADELASALVADORAS, ARTÍFICEVENTUALIDAD DELAGOMNIPOTENTEXISTENTEDESDELÍMITEXPUESTOBVIAMENTENTREÉLOTARIOPACABALATENTESCAPENREDÁNDOSENTRELLA.

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A VECESENROSCABALABERINTOTRACTIVIDADEFINITIVAMENTERADELASALVADORAS, ARTÍFICEVENTUALIDAD DELAGOMNIPOTENTEXISTENTEDESDELÍMITEXPUESTOBVIAMENTENTREÉLOTARIOPACABALATENTESCAPENREDÁNDOSENTRELLA.

capricho

capitalista

Otro de los caprichos del capitalismo, es que quienes lo administran creen en la posibilidad de asesinar la libertad, aniquilando a los que luchan por ella. Y aunque todo el mundo se muere, no todos lo hacen de la misma manera. Hay muertos que vienen pudriéndose desde hace rato y otros que de tanta vida que dejaron, siguen creciendo, son los que viven en cada compañex.

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Primero mataremos a todos los subversivos, luego mataremos a sus colaboradores,

después, a sus simpatizantes, enseguida a aquellos que permanecen indiferentes, y

finalmente mataremos a los tímidos.General Ibérico Saint Jean.

Gobernador de la Provincia de

Buenos Aires. Mayo de 1977

Para el bolsillo

del caballero

Sí, sí, al fin llegó algo para usted, macho argen-

tino que por estos días anda confundido sobre

qué hacer y que no con su mujer. Porque no

vaya a ser cosa que por andar desinformado le

metan una denuncia en la comisaría de la mu-

jer y las hordas de feminazis lo señalen con el

dedo o la deda mejor dicho, por haber llevado

acabo su papel de hombre de pie.

Por eso, una vez más, venimos a resolverle la

vida y despejar todas esas preguntas que tiene

acerca de esto que está de moda vio, esto de

respetar a los géneros no hegemónicos.

Sí, sí, le traduzco, si estamos para ayudarlo –

aun sabiendo que traductor, traidor -: géneros

no hegemónicos, repítalo conmigo, van desde

lo que usted identifica como una mujer, más

allá de la elección sexual de la hembra en cues-

tión, hasta lo que con los muchachos en el bar

usted categoriza como traba, puto, puta, patea-

paralosdosarcos, machona, etc. Usté me entien-

de, todo lo que no es hombre y heterosexual al

mismo tiempo, básicamente.

Sería bueno que una vez finalizado el test, le

pida a su amiga, hermana o madre que también

lo haga. Comparen respuestas a ver qué pasa.

Todas sus dudas quedaran resueltas al terminar

este para nada breve cuestionario. Le rogamos

honestidad y le aclaramos que no vamos a res-

guardar su privacidad. ¡Pero venga hombre, no

me diga que está asustado!

Comencemos:

Ni de tu costilla, ni un par de agujeros.

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Y a p a ( n o v a l e g o o g l e a r ) :- Recuerde las primeras cinco mujeres que se le vengan a la mente que han sido destacadas en literatura.1_______________2_______________3_______________4_______________5_______________

- Lo mismo, pero con la Ciencia.1_______________2_______________3_______________4_______________5_______________

- Ahora, con mujeres que sean referentes de la política ya sea actual o histórica. Con “referente político” me re-fiero a, entre otras cosas, gente que sepa modular y leer una oración de corrido, así que Michetti y Vidal no valen. 1_______________2_______________3_______________4_______________5_______________

Mayoría de respuestas NO/NUNCA.Señor Macho, usted cuenta con privilegios claros que le permiten vivir en esta sociedad con cierto grado de libertad y seguridad que los géneros no hegemónicos no conocemos ni de cerca. Esa es la respuesta a su confusión. Los privilegios que usted tiene, los tiene sólo por el hecho de haber nacido hombre. Pero no se lo tome como algo personal, no es contra USTED el tema, sino contra todo un sistema que permite y reproduce esos privilegios, que se sostienen en la opresión sistemática al resto de los géneros. El tema a usted, como individuo lo excede, don, ya sabe-mos que no fue usted el que inventó todo esto, claro está. Pero sí podría poner un poco más de atención, cuestionarse sobre sus privilegios o hacer alguna que otra cosa para luchar contra el patriarcado, organizarse políticamente, por ejemplo.

Mayoría de respuestas SÍ/PERDÍ LA CUENTA DE LAS VECES.Hola ¿Qué tal?

Mayoría de respuestas MÁS O MENOS.Bueno, nada es estanco, cerrado cual cajón y pulcro. Las cosas se tocan, se retroalimentan una de las otras y quizás por eso que siendo hombre heterosexual hayas pasado por algunas de estas situaciones

Respuestas:

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C H A R L YE l p i b e d e l f u t u r o

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Corría el año mil novecientos sesenta y tantos cuando

el disparo de la escopeta del Coronel Díaz destruyó

la bocina parlante que interrumpía su sagrada siesta.

Nuestra heroína, conocida en Paso del Rey como “Sei”

(un problema odontológico le impedía decir la palabra

soy), no tuvo más remedio que conectar la radio a un

viejo combinado ortofónico para captar la señal de la

pared de sonido, emisora internacional de onda corta

dedicada a la música moderna y a difundir novedades a

cerca de los tan en boga platillos voladores.

Ella creía que perdiendose dentro de la pared se en-

contraría a ella misma. Tenía la manía de robar globos

terráqueos de escuelas, instituciones, bibliotecas, etc. Se

sentía más inteligente que los demás y se aferraba a ese

mundo con vehemencia sintiendo que ya se lo habían

sacado y no quería perderlo nuevamente. El Corone

Díaz opinaba que el cantante favorito de la jovencita no

era un ser humano, sino mas bien un estado de concien-

cia. Como Gaona era de tierra, la única comunicación

con la metrópolis era un plateado tren adonde Sei

viajaba todos los días en busca de los conocimientos im-

posibles de encontrar en su lugar de origen. Una noche

de lluvia el tren se detuvo misteriosamente así como los

relojes, los automóviles y todo aquellos que estuviera a

la vista de los azorados pasajeros. Sólo su radio a tran-

sitor repetía continuamente las misteriosas palabras

“klatú-verrakta-nikto”. Con el tiempo todos los habi-

tantes del pueblo lo fueron abandonando y la pared de

sonido se volvió un recuerdo ante la división del átomo,

el estereo y el magazine. Dicen que algunos de los seres

espaciales embarazaron a las más bonitas señoras de

Paso del Rey. Así que si alguien lo saluda con un “kla-

tú-verrakta-nikto” o levantando la mano derecha con

un brazalete Say no More, no dude en considerarlos

amigos, pues sus poderes telepáticos y telekinéticos son

capaces de paralizar la tierra como advertencia a los

que: no se imaginan nada, se siguen llamando chabones,

piensan que todo tiempo pasado fue mejor y detienen el

poder del idealismo.”

Carlos se vendió al barrio de Lanús, el barrio que lo vio crecer. Ya no vino nunca más por el bar de Fabián y se olvidó de pelearse los domingos en la cancha. Por las noches patrulla la

ciudad, molestando y levantando a los demás. Ya no sos igual, ya no sos igual, sos un vigilante de la Federal, sos buchón, sos buchón, sos buchón, sos buchón. Carlos se dejó crecer el bigote

y tiene una 9 para él. Él sabe muy bien que una bala en la noche, en la calle, espera por él.

Carlos nació en el barrio de Lanús. Esas esquinas, esos potreros, Norma la de la fiambrería, lo vieron crecer. Sobre su paso por el sistema educativo de este país sólo diremos que le basto para conseguir el título secunda-rio, no fue una finur su performance en el Normal aquel, tampoco de lo peor. Pero lo más importante para Carlos era ir a la cancha, ahí pasaba todo lo que le gustaba. El resto de los días de la semana tenían un único sentido: ordenar el tiempo para que llegue el domingo.La multitud, los gritos a coro de todo el estadio alentan-do al equipo, la masa que vendían a diez pé categoriza-da como ‘pizza’, todo estaba ahí, en esos 90 minutos que tenían una previa que empezaba al mediodía y un after que se cerraba pasada la medianoche.Pero no se vayan a confundir, no estamos hablando de mera repetición, porque una cosa es la rutina, esa baba gris que te llena por completo y te arrastra por la vida y otra cosa, muy distinta, es la liturgia, que te llena el alma y que exige para existir, la fundamental participación de aquellos seres queridos que, en el caso de Carlos, el llamaba y se reconocía parte de ‘Los Pibes’. Cortito, concreto, al pie. Carlos nunca fue un tipo de muchas palabras. Todos los domingos, a menos que Cristo siga allí en la cruz, Los Pibes coronaban la jornada peleándose con sus dobles, o sea, pibes como ellos, pero que por haber nacido en otro barrio llevaban otra casaca, lo que indi-caba que había que correrlos, pegarles, robarles bande-ras. Es la recreación de las cruzadas medievales, teatro popular y autóctono, pero más chiquito y en el barrio de Buenos Aires que jugara el equipo en cuestión. Uno de esos domingos, ya acomodados en el bar de Fa-bián, los pibes se pasaban de mano en mano la bandera de Banfield que logró arrebatar el CristianGabriel (así, todo junto) en un movimiento cuasi olímpico digno de un atleta de salto en largo, para limpiarse las heridas que había dejado la batalla con los muchachos del tala-dro. La euforia generalizada fue interrumpida por Pato, que pidió silencio y el primer beso de la primera birra destapada – honor que debía ser justificado con argu-

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Ya sabes cómo termina

mentos firmes -, porque tenía algo que anunciar: había conseguido laburo en la carnicería del barrio.Hubo aplausos, cerveza desparramada, palmadas en espaldas chivadas. Era importante, Los Pibes habían terminado el colegio en diciembre y ya estaba entrado abril. A luburar pendejos, dijeron las familias a coro, la insistencia era cada vez mayor. Así que cada vez que alguno conseguía algo, era motivo de festejo.‘Bueno, ya que estamos en esta, yo también tengo para avisar’, dijo el pibe que nunca se rendía. Resulta que se mudaba a Caseros, por amor, y que por lo mismo había conseguido un puesto en un astillero, a través del amigo de un tío del padre de la piba en cuestión, ella laburaba en el Blockbuster del centro de Caseros, que por ese mo-mento era un negocio rentable. Años después, internet, Netflix y todo lo que ya conocemos, harían del Bloc-kbuster un Farmacity y de la piba, una desempleada. Igual no le duro mucho, porque se dio cuenta que quería salvar a las ballenas y a la primera de cambio de puso la remera de Greenpeace, se subió al barco y chau pio.Dejó al pibe que nunca se rendía con tres gurrumines que no entendían nada. Pero todo esto en ésta noche de domingo en el bar de Fabían, él todavía no lo sabe. CristianGabriel indignado por la formalidad de sus amigos, que parecían tener planes tan acabados para el futuro inmediato, dijo que él no. De laburar nada, que se iba a recorrer el norte ‘¡qué para qué la vida sino!’, desen-frenado los instó a todos a dejar todo y vivir para dejarse

llevar por la vida. Los planes de laburo estable, familia y baba gris eran la mismísima miérda para CristianGa-briel.Parado en el centro del bar, enojado y frustrado, los cagó a puteadas uno por uno, por dejarse derrotar, por acomodarse, por olvidarse de lo artesanal. Lo frenó en seco Manuel, un tipo de metro noventa y 100 kilos, que le explico con su santa paciencia que madurar no vendría mal CristianGabriel y que para él no se trata de derrota ni acomodo, sino de pasión. Sí, sí, de pasión. Que por eso ya tenía todo listo para volver al barrio que lo había visto dar sus primeros golpes en el cuadrilátero, Barracas. CristianGabriel trago bronca con birra antes de sentarse de nuevo, entendiendo que el tiempo no se detiene para nadie y susurró bajito el resto de la noche: lo único, no voy a trabajar, para ningún viejo de miérda. Lo único, no voy a trabajar, para ningún viejo de miérda. Y así, repetidas veces.¿Y vos Carlos? Estas callado ahí en la esquina, sin soltar la birra, acá te estamos contando que nos vamos todos a la miérda, vos muzzarella. ¿Qué vas a hacer loco?Las palabras de Pato le cayeron como dos adoquines en los hombros a Carlos, porque él ya sabía, es más, fue el primero en saber qué carajo iba a hacer de su vida después del colegio. Hacia dos meses que había llenado la fichita, aprobado el psicológico y el apto físico. Y en menos de doce horas tenía que estar con el pelo al ras y la ropa limpia para empezar en la escuela. Le pagaban

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desde el primer día.Carlos levantó la mirada y lo dijo, cortito y al pie: Voy a ser cana. Cana de la Federal. Lo dijo sin dar explicacio-nes, por un lado, no las tenía ni para él mismo, por el otro, no le daba la jeta para tratar de justificar tamaña traición.El silencio que se produjo en el bar de Fabián sólo es comparable por su profundidad y extensión con el silen-cio que vivieron en el mismo bar cuando esa enfermera rubia se llevó de la mano al Diego. Todos sabían que Diego Armando Falopa no zafaba, así que con esa enfer-mera y ese par de gambas que salían del estadio se fue-ron todas las posibilidades de un tercer mundial, esta vez sin milicos de por medio, como para redimirnos. No hace falta contar mucho más sobre aquella noche, no la del Diego, sino la de Carlos (aunque para ambas vale lo siguiente). Todo aquel que haya vivido una noche donde las cosas se rompen en mil pedazos y se desvanecen en el mismo momento, sabe de qué estamos hablando. Y por cosas nos referimos a lo que quedaba del pasado y un poco del futuro, a los lazos que unían a esos pibes que hasta hace unos instantes se querían como hermanos, o más que eso. Pero que ahora se saben mutilados: uno de ellos se había pasado de bando. Porque desde chiquitos que rezaban y se repetían los unos a los otros el mandato barrial, que atravesaba generaciones: que nunca iban a ser policías, ni de Provincia ni de Capital. Porque ser cana es ser la chapa y el fierro que te man-guea guita para no meterte la contravención por estar tomando unas birras en la esquina, es el que te caga a palos en el patrullero porque te vio jeta de sospecha, esa cara que no elegiste y que es tu cara, pero que la portas con la frente en alto, son los borcegos punta de metal

que conocen tus costillas cada vez que te pararon para pedirte el DNI y no lo tenías. Porque parece que para que aprendas a no olvidártelo, los canas ponen en fun-cionamiento uno de sus mejores métodos pedagógicos, que consta de garantizar que en la calle o en la comi-saria, la tortura este a la orden del día. Si son los que vaciaron el cargaron sobre Agustín, Oscar y Roberto, si todos los presentes ese domingo ya sabían que a Bulacio lo mató la policía, ¿Y Miguel dónde está? (Después se iban a preguntar lo mismo por Daniel y Luciano, pero eso los pibes todavía no lo saben).Ese silencio que reinaba en el bar de Fabián era la respuesta a una pregunta ¿Si Carlos sabe todo esto, por qué? Ninguno lo dijo en voz alta, nadie se lo pregunto. Que ahora te pese el silencio, buchón y más tarde, el desprecio popular por botón.Después de ese día Los Pibes no volvieron a verse, pero de vez en cuando CristianGabriel se juntaba a tomar unos mates con Pato en la carnicería. En una de esas, Pato le contó que el viejo Fabián había cerrado el bar, parece que se fue por el alcoholismo nomás y que ahora anda murmurando por los bodego-nes de San Telmo las últimas palabras de Manuel: Van al mar, van al mar, llanto, dolor y sufrimiento de un pueblo se ahogan y se hunden en el mar. CristianGabriel recién vuelto de Tilcara, no entendía un carajo, pero su pensamiento más próximo atinó a pen-sar que lo “últimas palabras” era una forma de decir, que Pato debería estar refiriendose a que Manuel, de una vez por todas se había quedado mudo, no hubiera sido una sorpresa para un chabón que a esta altura llevaba treintaypico de años hablando a los gritos y fumando como un escuerzo.

Entre muchas de los métodos y

cadenas que tiene el patriarcado

para oprimir a las mujeres, ya

es sabido, que en la división de

tareas, las madres son las

responsables de criar a sus hijos.

Responsables en las buenas y en

las malas, responsables hasta

después de que la cana los mata.

Porque son ellas las que están

obligadas a salir a luchar.

Contados con los dedos de una

mano, los ejemplos de padres que

han sabido hacerse cargo de la

misma manera dicha tarea.

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Despacito, Pato negó con la cabeza la suposición alegre – en comparación – de su amigo. No pudo entrar en detalles, porque las lágrimas le ganaban la garganta, pero lo que llegó a entender CristianGabriel entre sollozo y sollozo es que Manuel estaba muerto, que Carlos fue el sargento que disparó, que todo fue por un ajuste de cuentas en un callejón. Lo unico que pudo responder CristianGabriel es que necesitaba una bolsa, una bolsa grande. Y se fue cantando bajito las balas vuelven, sobretodo con tanto paredón disponible para llenar.

L A

C A R N E

E S

D É B I L

Y

C R U D A

Te enamoras de lo que tenés a mano. Es decir, te enamoras de las personas que podés llegar a cono-cer. No existe eso de la media naranja, el príncipe azul, o el salvador. Existen tus posibilidades de cono-cer y tus ganas de explorar.

Gran parte del amor es la ilusión que construimos del otro. Una proyección que vos construís y de la cual el otro no tiene por-qué hacerse cargo.

En general te enamoras de las ganas de estar en ese estado. Es por eso que las personas pasan, pero el amor queda.

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El amor es un elemento necesario, pero no sufi-ciente.

Es más que probable que el 90% de las cosas que leíste, viste y te dijeron sobre el amor sean como Papa Noel, una mentira sostenida a nivel mundial.

Aún con todo, hay que in-sistir en construir desde el amor. Eso no lo negocies.

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Instrucciones para mi funeral

Aún no tengo ni 25 años ni planes de mo-

rirme, pero aprendí de Carmen Verdú

– y saben los que me conocen que yo ante

todo soy Verduista, todo lo demás es deba-

tible – que no hay que dejar que las cosas

las organicen otros, más en momentos

donde uno está muerto y los que quedan

para hacerse cargo de las tareas en cues-

tión están tristes o disimulando.

Así, que a consejo de Verdú, me adelanto:

Carmen, Carmen, Carmen corazón,

acá tenes los pibes para la revolución.

A. Quiero a cajón abierto, para que todos hagan ese gesto que se hace en los velorios de querer ver, pero no. La lucha entre el morbo y el respeto a uno mis-mo, genera una danza inconsciente y colectiva entre todos los presen-tes, donde medio que se acercan y se alejan, pero nunca llegan a hacer totalmente una cosa u otra. Sin embargo, algunos intrépidos que no se bancan la tensión que va cargando el aire, llegan. Y cuando alguien lo hace, el resto des-cansa. Pero al instante la dinámica vuelve a reavivarse porque pareciera fundamental que alguien esté ahí en el conja con el tomuer, mirá si se escapa.

“Nos pregun-

tamos por la

muerte y por

la vida, si dura-

mos o vivimos.

Durar, dura el

borrego. Vivir,

vive el militan-

te revolucio-

nario”.

Rodolfo Walsh.

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B. Si puede ser en una funeraria bien, bien bi-zarra de esas que vieron la última reforma en el 65 y se quedaron conge-ladas ahí, se los agrade-cería muchísimo. Hablo de esos lugares que tie-nen el papel en la pared destartalado, sillones de flores y ceniceros de pie que no se fabrican más.

C. Es FUNDAMENTAL que haya: sanguchitos de miga, fernet y birra libre. Nada de café y ca-napes. Pueden comprar pizzas en Uggis para no gastar. Nunca entendí bien el ritual actual de los seres humanos sobre la muerte, lo que sí sé es que cuesta mucha guita.

H. Una vez finalizado el evento, me creman. Para que andar ocupan-do espacio en un mundo superpoblado. Tema cenizas: me encantaría que alguien se anime a llevarlas a los cumplea-ños de 15 y tirarlas en el carnaval carioca, así pasan desapercibidas. No porque me guste el carnaval carioca o los cumpleaños de quince, si no, todo lo contrario. Los odio. He aquí mi venganza por esos años de adolescencia en los que tuve que ir a los que no pude zafar.

D. Es menester que sue-ne la siguiente lista de temas, en este orden:1. Jugo de tomate Frío. Manal.2. Tontos – Billy Bond y la Pesada del Rock and Roll.3. Gato no soporta la radiación – Cha cha cha4. Ya no sos igual – 2 minutos5. My favorite thigns – Coltrane6. Alguien en el mundo piensa en mí – Charly García (de hecho, creo que ésta debería ser la canción oficial de todos los funerales.) 7. Busquen canciones donde se pueda hacer pogo. Porque un funeral sin pogo… es un funeral.

E. Van a tener que turnarse para gritar desaforadamente de dolor en momentos de silencio. El grito debe ser estrepitoso y contar con un par de espasmos, el objetivo es romper con el murmuro que hay en los funerales. Nadie habla normal, todos hablan bajito como si estuvieran contando que son amigos de Bou-dou o primos lejanos de Awada.

F. Todo esto debe suce-der en treinta minutos, no más, así que sean puntuales.

G. La gente le sigue regalando cosas a los muertos, aunque ya estén muertos, como flores en general. Son un bardo porque no da para tirarlas, pero la posta es que después de un tiempo molestan.

Desde ya, muchas gracias.

¿Cuántas vidas caben en 25 años de una persona?Yo cuento seis. Cuatro tristes.La de la nena sin mirada ni sueño.La de la piba del odio.La de la pendeja caprichosa y antisocial.Y la de la mujer resignada.La quinta vida, es la confusa, gobernada por monstruos.Y ésa última, que parece que viene mejor que las anteriores. Sobre todo, por el tema de la tranquilidad y la alegría. Aunque a veces se me escapen, ahora las reconozco.Sé cómo son y con que se comen. Los músculos faciales que entran en movimiento cuando un ser humano sonríe en mi caso han tenido más trabajo que nunca. Parece que vamos bien. Y aunque a veces cueste, ahora sí, De una vez por todas,Aprendí a aferrarme a la alegría. Que es mucho más liviana que la nostalgia. Y más barata.