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La ciudadde baja densidadLgicas, gestin y contencinLa ciudadde baja densidadLgicas, gestin y contencinColeccin_EstudiosSerie_Territorio, 1Coordinador: Francesco Indovina de la edicin: Diputaci de Barcelona del texto: los autoresSeptiembre, 2007Produccin: Direcci de Comunicaci de la Diputaci de BarcelonaComposicin: Fotoletra, SAImpresin: S.A. de LitografaISBN: 978-84-9803-237-6Depsito legal: B-37337-2007Esta obra es una iniciativa del Observatorio Territorial de laDireccin de Estudios con la colaboracin del rea deInfraestructuras, Urbanismo y Vivienda de la Diputacin deBarcelonaDireccin cientfica y coordinacin:Observatorio Territorial de la Direccin de Estudios de la Diputacin de BarcelonaCoordinacin tcnica de la edicin:Xavier Boneta LorenteMaria Herrero Canela7ndice9 PresentacinCelestino Corbacho ChavesIntroduccin13 Antes de la ciudad difusaFrancesco IndovinaParte125 Larealidadurbanadelaciudaddebajadensidad27 Regin urbana de Barcelona: de la ciudad compacta a los territoriosmetropolitanosAntonio Font51 La produccin residencial de baja densidad en la provincia de Barcelona(1985-2001)Francesc Muoz85 Diagnosis de las urbanizaciones residenciales en la provincia de BarcelonaJoan Barba y Montserrat Mercad97 Morfologas metropolitanas contemporneas de la baja densidadAntonio Font109 Hacia una gestin de la ciudad residencial de baja densidadJordi Bertran Castellv131 El metabolismo econmico de la conurbacin madrilea (1984-2001)Jos Manuel Naredo y Jos Fras185 De la ciudad jardn a chalpolisPier Luigi CervellatiParte2201 Loscostesambientales,econmicosysocialesdelaciudaddebajadensidad203 Anlisis de costes de la baja densidad. Una lectura desde la sostenibilidadGarbie Henry243 Los costes ambientales de la ciudad de baja densidadFrancesc Magriny y Manuel Herce265 Reflexiones sobre la ciudad: ms all de la ciudad difusa, ms all de la ciudad densaXavier Mayor Farguell277 Los costes econmicos y sociales de la ciudad de baja densidadMara Cristina Gibelli307 SPRAWL. Causas y efectos de la dispersin urbanaIvan Muiz, Daniel Calatayud y Miquel ngel GarcaParte3349 Laspolticasdegestindelaciudaddebajadensidad351 Polticas para la contencin del proceso de urbanizacin dispersaJoan Vicente i Ruf y Moiss Jordi i Pinatella381 Polticas de gestin e intervencin de la ciudad de baja densidadBarba & Mercad427 Espacios libres y centros urbanos para contener la baja densidadFrederic Ximeno453 Ahora toca hacer ciudadRicard Pi Ninot481 La ciudad compacta sustituye a la dispersinNikos A. Salingaros499 Contra la dispersin, intensidad. Contra la segregacin, ciudadOriol Nello525 Conclusin: despus de la ciudad de baja densidadFrancesco Indovina89La Diputacin de Barcelona tiene como principal razn de ser elbienestar y la mejora de la calidad de vida de las personas, por lo queimpulsa polticas de progreso y desarrollo en todos los municipios encolaboracin con los ayuntamientos. Para que esta mejora de lacalidad de vida sea realmente efectiva, es fundamental tener unterritorio socialmente cohesionado, econmicamente competitivo yambientalmente sostenible. Con el objetivo de estudiar las principales dinmicas territorialesy de ejercer de puente entre los ncleos de expertos y losresponsables del diseo y la gestin de las polticas pblicas, laDiputacin de Barcelona cre en 2002 la coleccin Territorio yGobierno: Visiones. Una coleccin que en sus cinco aos de existencia, puso al alcance de tcnicos y electos municipales unaseleccin de ttulos coordinados por importantes expertos del mundodel urbanismo, la ecologa, la ordenacin del territorio o el paisaje. Esta coleccin puso en circulacin bagaje terico y, a la vez,herramientas de intervencin para una mejor gestin y gobierno delterritorio. Seis aos despus iniciamos una nueva etapa con la aparicin deeste primer volumen de la Serie Territorio, enmarcada dentro de lanueva coleccin Estudios de la Diputacin de Barcelona.La coleccin Estudios tiene como objetivo poner a disposicin delmundo local conocimiento para promover la reflexin y el anlisis entemas de inters para los gobiernos locales. PresentacinCelestino CorbachoChavesPresidente de la Diputacin de BarcelonaEl presente libro, coordinado por el profesor Francesco Indovina,recoge, ordena y ampla las intervenciones ms destacadas que seprodujeron durante el curso La ciudad de baja densidad: lgicas,gestin y contencin, realizado en noviembre de 2004 en el marco delos cursos de otoo del Consorcio Universidad Internacional MenndezPelayo de Barcelona - Centre Ernest Lluch.Hemos credo oportuno estrenar la serie Territorio con unvolumen dedicado al anlisis de uno de los fenmenos territoriales demayor impacto para nuestros municipios y sus habitantes: losprocesos de urbanizacin en baja densidad.Un estudio sobre las urbanizaciones realizado el ao 2004 calculque en la provincia de Barcelona existan unas 192.000 parcelas, concerca de 93.500 viviendas construidas, que ocupaban 260 km2deterritorio.El fenmeno de la baja densidad empieza a manifestarse en todasu complejidad en el momento en que muchas de las construccionesdispersas y mayoritariamente aisladas, que con los aos han idoocupando espacios abiertos de nuestro territorio, han acabado poradquirir cierta fisonoma urbana pese a carecer de las caractersticasbsicas que definen a una ciudad como tal. La transformacin demuchas de estas viviendas en primera residencia ha aadido presinsobre las infraestructuras y los servicios municipales. La forma deestos asentamientos ha dado lugar a una nueva organizacin delespacio, a nuevos intereses, nuevos modelos de vida, hbitos,demandas y servicios, configurando un modelo territorial que requiereuna poltica y una estrategia territorial especficas.Estas dinmicas, que tienen sus orgenes en dcadas pasadas,han aumentado enormemente en los ltimos aos, extendindose a lolargo y ancho del territorio, y estn teniendo un gran impacto,especialmente en municipios pequeos con gran disponibilidad desuelo.En un momento en que los servicios bsicos parecan totalmentecubiertos en la mayora de municipios, algunos de estos crecimientoshan vuelto a poner de relieve dficits en servicios e infraestructurasque parecan ya parte del pasado. La baja densidad plantea nuevos interrogantes y nuevos retospara la gestin de nuestros municipios. Problemas de movilidad, deconsumo de suelo, de mantenimiento de servicios bsicos (luz, agua,alcantarillado, residuos), de seguridad, de inexistencia o baja calidaddel espacio pblico, de riesgo de incendio, de excesivo consumoenergtico, de falta de equipamientos y as una larga lista de nuevasdemandas a las que los gobiernos locales, una vez ms, debenresponder.10La ciudad de baja densidadEn un contexto en el que los gobiernos locales, y ello incluyetambin a la Diputacin de Barcelona, deben hacer compatible lagestin eficiente, equitativa y prudente de los recursos con el derechode todo ciudadano, viva donde viva, a recibir los mismos serviciospblicos de calidad, es ms necesario que nunca disponer deherramientas que nos ayuden a entender estos fenmenos y a disearrespuestas adecuadas.Por ms que sea una dinmica poco deseable, la baja densidades una realidad ampliamente extendida y consolidada ante la cual depoco sirve lamentarse. Es importante tomar las medidas necesariaspara contener y moderar este tipo de crecimientos, para lo que sehace indispensable un planeamiento urbanstico riguroso y de calidad. El libro est estructurado en tres bloques, el primero de loscuales describe la realidad, las dimensiones y la naturaleza de laciudad de baja densidad.El segundo apartado plantea un anlisis y una estimacin de loscostes que este modelo de ocupacin del suelo tiene para el conjuntode la sociedad en los aspectos ambiental, social y econmico.Por ltimo, el tercer bloque plantea seguramente la cuestin msimportante: Cmo enfrentamos y cmo gestionamos la bajadensidad? Hay que extirpar, favorecer o corregir la baja densidad talcomo se pregunta el profesor Indovina? Son las polticas decontencin suficientes? Preguntas todas ellas que, una vez ms, noaceptan una respuesta unvoca, sino que requieren accionescoordinadas, un ejercicio de gobernanza que, desde el respeto mximoa la autonoma municipal, ane a distintas administraciones, a laciudadana, a los agentes privados en un objetivo comn decooperacin y concertacin para dar respuesta a dinmicas tancomplejas.Espero que estas reflexiones sirvan de estmulo, y tal vez tambinde gua, para que todos los que de un modo u otro tenemosresponsabilidades en la gestin del territorio sigamos innovando ysigamos trabajando con el objetivo de hacer de nuestros municipiosmejores lugares donde vivir. Slo as haremos realidad el objetivo deconvertir cada ciudad y cada pueblo en un espacio generador deigualdad de oportunidades para todos.11PresentacinCelestino Corbacho ChavesNota del editorEste libro recoge y ampla los contenidos del curso La ciudad de bajadensidad: lgicas, gestin y contencin, realizado los das 24, 25 Consorcio Universidad Internacional Menndez Pelayo de Barcelona -Centre Ernest Lluch.El curso fue dirigido conjuntamente por el profesor Francesco Indovinadel Instituto Universitario de Arquitectura de Venecia y por JordiBertran, coordinador del rea de Infraestructuras, Urbanismo y Vivienda de la Diputacin de Barcelona.y 26 de noviembre de 2004 en el marco de los cursos de otoo del13El curso organizado por la Diputacin de Barcelona y coordinado porJordi Bertran y por m mismo, La ciudad de baja densidad: lgicas,gestin y contencin, abord un fenmeno de organizacin territorialcada vez ms generalizado y que plantea importantes problemas degestin. Los materiales elaborados para dicho curso, que aqu sepublican, tenan que responder bsicamente a la siguiente pregunta:cul es el coste econmico, social y medioambiental de esta nuevaorganizacin territorial, que definamos sin que hubiera un consensogeneral entre los participantes como ciudad pero de baja densidad,es decir, donde la baja densidad se conjugaba con el concepto deciudad. Haba adems que poner sobre la mesa las polticas decontencin, cuestin sta que revelaba que nos hallbamos ante unaconfiguracin espacial que planteaba problemas y mereca sercorregida mediante polticas especficas. El mbito territorial dereferencia fue preferentemente Espaa y, sobre todo, Catalua, pero entemas concretos se remiti tambin a casos de otros pases y regioneseuropeas.Para cumplir con las finalidades del curso, se opt por encargar lapreparacin de un dosier sobre cada tema con abundantedocumentacin, que tras ser presentado fue sometido a un debatecrtico. Del inters y riqueza de dicho material da fe la presentepublicacin, que esperamos sea apreciada por los lectores. A continuacin intentaremos esbozar el teln de fondo delfenmeno, una especie de esquema dentro del que debera ser msfcil situar las distintas cuestiones. Esbozar este marco de referenciaIntroduccin: antes de la ciudaddifusaFrancesco IndovinaProfesor de tcnica y planificacin urbanstica. Instituto Universitariode Arquitectura de Veneciaservir asimismo para sacar a la luz algunas cuestiones tericas y metodolgicas, divergencias interpretativas y las que podramosdefinir como carencias disciplinarias. No haremos, pues, unaexposicin sinttica del material que contiene el volumen, sino queintentaremos ofrecer un cuadro general que ayude a entender mejor elfenmeno. El fenmeno sobre el que trat el curso resulta importante desdevarios puntos de vista: su envergadura, sus condicionantes, susconsecuencias, su relacin con la planificacin, sus polticas decontrol. Aspectos todos ellos importantes, pero la verdaderatrascendencia del fenmeno radica en su impacto sobre la ciudad: laque, por tradicin, se sigue considerando la forma ciudad es objetode conflicto en tanto en cuanto los que durante mucho tiempo hansido considerados fragmentos, improcedentes ocupaciones delterritorio (del campo), han terminado por adquirir una fisonomaurbana aun careciendo de todos los rasgos fsicos y morfolgicos de la ciudad, es decir, aun careciendo de intensidad, densidad y falta de solucin de continuidad. Por supuesto, ahora y siempre cada ciudad ha sido distinta de las otras: no es sta la cuestin, porquecada una dentro de sus diferencias tena en comn con todas lasdems unos rasgos generales fsico-morfolgicos y sobre todo unlmite, y el fenmeno que aqu nos incumbe rompe con estatradicin afirmando al mismo tiempo un perfil urbano. Es algo quealtera materialmente la organizacin y el orden espacial, da unaconfiguracin distinta a intereses y modelos de vida, obliga a enfocarde otra manera la poltica territorial y afecta de lleno a la culturaurbanstica. Es preciso puntualizar que el fenmeno objeto de nuestro inters,la creacin de una condicin urbana distinta a la de la tradicionalciudad compacta, la que siempre hemos conocido, concierne alescenario europeo, a sus grandes pases, y constituye una tendenciaque se halla en un estadio ms o menos avanzado, que avanza amayor o menor velocidad, en funcin de las condiciones especficasde desarrollo y de tipo de desarrollo, entre otras de cada pas enconcreto y de cada una de sus regiones. La tendencia, en cualquiercaso, est bien delineada, tal como document la exposicin Explosinde la ciudad;1tendencia, debemos recalcar, que no puede asimilarse aotros casos, aparentemente similares, como el de Norteamrica, queofrece causas y resultados totalmente diferentes. 14La ciudad de baja densidad1. La exposicin, obra de Antonio Font, Francesco Indovina y Nuno Portas, se pudovisitar entre junio y septiembre en Barcelona, y comparaba trece ciudades del sur deEuropa (Francia, Italia, Portugal, Espaa).Para ir aclarando algunas de estas cuestiones, ser til empezarpor presentar y especificar el fenmeno, su evolucin, y pordeterminar las causas generales que pueden explicarlo.El fenmeno de la urbanizacin del campo, en esta segundaposguerra, se presenta poco homogneo: distintos han sido, a lo largode los aos, los tipos de asentamientos, cuyas fases de desarrollo nohan coincidido en los distintos pases. Si hacemos un desglose delfenmeno se pueden distinguir por lo menos los siguientes aspectos: hay que vincular estrechamente la urbanizacin del campo conla devaluacin de la actividad agrcola. Donde la actividad agrcolasigue produciendo un rendimiento, el campo, por decirlo as, resiste.Es la prdida de rentabilidad lo que transforma el territorio agrcola enuna zona a la espera de ser utilizada de otra forma y, preferentemente,de ser edificada. A su vez, la posibilidad de que una zona tengaperspectivas de utilizarse para la edificacin puede determinar suprdida de potencial agrcola (no se hacen inversiones, no se buscanproductos que puedan aumentar la rentabilidad, etc.). No estamosdiciendo que dicha espera sea la causa de la urbanizacin difusa,sino ms bien que esta posibilidad ha facilitado el proceso; no se debe olvidar que los grandes procesos migratorios,especialmente la emigracin interior, que han caracterizado anumerosos pases europeos, sobre todo del sur de Europa, handeterminado una fuerte presin sobre el mercado inmobiliario, causaentre otros aspectos de la dinmica al alza de los precios deviviendas y terrenos, as como una apreciable densificacin ycrecimiento de las ciudades; los asentamientos de cierta envergadura fuera de la ciudad,caracterizados por la baja densidad (un conjunto de casasunifamiliares con jardn, garaje, etc.), son el resultado de unapromocin inmobiliaria especulativa que, por un lado, aprovecha losbajos precios de los terrenos agrcolas y, por otro, satisface y explota eldeseo de las familias, por lo comn de clase media-alta, de hacerrealidad su ideal de vivienda: un chal independiente, en medio de lanaturaleza, con piscina, etc. (si bien despus la realidad no secorresponde con ese ideal). La ciudad jardn, ya de por s discutible,se transforma en el asentamiento, aislado en el campo, de una serie decasitas individuales poco distantes entre s, promocionadas con eleslogan a pocos minutos del centro de la ciudad (en coche,evidentemente), viaje que la congestin viaria convierte en cansancio,estrs y tiempo; la diseminacin de casas individuales en el territorio es elresultado de dos fenmenos distintos pero convergentes. Por un lado,es consecuencia de la mejora de las condiciones de vida de los15Introduccin: antes de la ciudad difusa Francesco Indovinamiembros ms jvenes de las familias campesinas, que, tras encontrarempleo en distintos sectores (industria, sobre todo) y ver aumentadossus recursos econmicos levantan, en el terreno propiedad de lafamilia (el viejo campo en parte abandonado), una nueva vivienda, muya menudo autoconstruida con la ayuda de parientes y amigos. Por otrolado, familias cansadas de vivir en la ciudad concentrada y reacias aabrazar las ofertas de los grandes asentamientos especulativos, entreotras cosas por disponer de recursos econmicos insuficientes, sehacen empresarios autnomos y construyen en el campo, all dondeles resulta posible. En definitiva, ste es el circuito: desarrollo econmico (industrial) de la ciudad, emigracin del campo a la ciudad,crecimiento de la densidad, aumento de los precios inmobiliarios ypredisposicin, por decirlo as, del campo a dejarse urbanizar,constituyen los ingredientes que dieron inicio a una transformacin delterritorio que ya no se ha detenido. Pero son otros, y no menospoderosos, los factores que han acentuado este proceso. De formasucinta los podemos resumir en: el xito de la ciudad (concentrada), es decir, su desarrollo,produce un incremento de la renta y por consiguiente un aumento enel coste de la vida. La ciudad (concentrada) es cada vez msincompatible con las actividades econmicas que tienen bajo valoraadido y con las familias de renta baja o media-baja. Unas y otras sonempujadas a marcharse, la situacin las lleva a buscarse unacolocacin diferente en el espacio; el efecto de la tecnologa sobre las actividades productivas quegenera la desarticulacin de la produccin en unidades ms pequeasy separadas pero integradas en un nico proceso productivo, laposibilidad de controlar y gestionar la produccin a distancia y lafacilidad para externalizar segmentos de produccin y de servicios hareducido considerablemente el valor positivo y el inters por laaglomeracin. Estar en la ciudad termina por dejar de ser una ventajapara convertirse en un inconveniente (mayores costes, congestin,retrasos, posibles dificultades para ampliar las instalaciones, etc.); encambio, alejarse, o por lo menos alejar la produccin, elimina estosinconvenientes dando a la vez la posibilidad de sacar partido del precioa menudo alto de las reas abandonadas. Adems, por qu nodecirlo?, la diseminacin por el territorio ofrece la ventaja adicional demenores controles (por ejemplo medioambientales); el desarrollo de la pequea y mediana empresa, fruto tanto deluso inteligente de nuevas tecnologas como de una notable capacidadempresarial (a menudo de la unin de ambos), junto con la difusin delos distritos industriales, constituye una de las principales novedades16La ciudad de baja densidaddel desarrollo productivo de la posguerra. La pequea y medianaempresa, con frecuencia ensalzada como el estndar de dimensionesideales para el desarrollo futuro, o bien vituperada por su escasacapacidad de investigacin y de medirse con los nuevos fenmenos delmercado internacional, constituye uno de los sujetos que en mayorgrado han tendido a ocupar el territorio extraurbano. La explicacinreside en varios factores, que van desde el bajo coste de los terrenoshasta el origen no urbano de muchos de estos empresarios, desde laevolucin que han sufrido las actividades de trabajo a domiciliolocalizadas principalmente en el campo hasta la utilizacin de edificiosde uso agrcola como primer asentamiento, etc. Sea cual fuere lamotivacin, el dato que importa es su destacada presencia dentro delcampo urbanizado; las nuevas costumbres de vida, el incremento del tiempodisponible, el incremento del bienestar, una motorizacinenormemente extendida, etc. posibilitan, como hemos dicho, larealizacin del deseo de un nuevo modelo de vivienda (la casaunifamiliar), pero tambin determinan nuevas demandas de servicios; la demanda de ms y nuevos servicios se presenta amplia ensu magnitud y articulacin (comerciales, de ocio, vida social, deportes,espectculos, etc.) pero dispersa sobre el territorio, de modo que nosera posible satisfacerla sin la alta motorizacin y la propensin a lamovilidad de familias e individuos. Precisamente para responder aestas nuevas demandas el territorio se equipa cada vez ms concomplejos de servicios integrados: hipermercados junto a centroscomerciales y grandes tiendas especializadas, cines multisala junto apizzeras y salas de juegos, boleras junto a discotecas y gimnasios, etc.La ubicacin de dichos complejos obedece a una estrategia deaccesibilidad: lo que importa no es que estn cerca del cliente algopor lo dems imposible, sino que se pueda llegar a ellos con facilidad.Este tipo de instalaciones, con los amplios espacios para aparcar quelas acompaan, dibujan un paisaje nuevo; observando la transformacin del territorio no se puede evitarla alusin a los procesos de fuerte especializacin con fines recreativosde la costa y en parte de la montaa. En definitiva, conflictos, oportunidades, demandas, ocasiones ynecesidades han provocado una profunda transformacin del territorio,tanto del que se halla bajo el dominio de una gran ciudad un reametropolitana, para entendernos, como de aquellos con poca oninguna supeditacin a la metrpoli.La simple polaridad ciudad-campo, vigente hasta el trmino de laSegunda Guerra Mundial, es hoy sustituida por una variedad deescenarios que reciben distintas denominaciones, pero que podemos17Presentacin Francesco Indovinaresumir en: campo, campo urbanizado, urbanizacin difusa, ciudad,metrpoli. Cada uno de estos escenarios se caracteriza por una mayoro menor urbanizacin, por la mayor o menor presencia podramosdecir de objetos, por tener un funcionamiento propio, por proyectaruna imagen propia. Una variedad de escenarios que por un ladoenriquece las experiencias individuales, pero por otro provocaimpactos no siempre positivos sobre el medio ambiente, sobre elpaisaje, sobre la organizacin de los servicios, sobre la funcionalidadde la administracin.En este punto de nuestra descripcin del teln de fondotropezamos con el primer escollo metodolgico: cmo identificamoso a cul de los posibles escenarios urbansticos llamamos ciudad debaja densidad? Desde la dcada de 1990, y de forma totalmenteindebida, se viene llamando ciudad difusa a todo tipo de urbanizacindel campo de cierta envergadura. Reiteradamente ha sido precisoaclarar que la envergadura de la difusin no tiene nada que ver con lacalificacin de ciudad. La ciudad difusa, frmula que como es obvioconstituye una contradiccin en trminos, se da cuando unadeterminada y amplia porcin de territorio urbanizado ofrece granabundancia y variedad de funciones, caracterizndose por una ampliadotacin de servicios pese a que estn esparcidos por el territorio, ycuando ste es el principal requisito es utilizada por la poblacin allasentada como si de una ciudad se tratara. Es la cuestin de losequipamientos y de su uso lo que justifica dicha denominacin. Coneste breve parntesis pretendemos asimismo combatir el usoigualmente desviado que se hace de la locucin ciudad de bajadensidad con referencia a todo asentamiento caracterizado por unabaja densidad. La ciudad de baja densidad tiene que ser a la vezciudad y caracterizarse por ser de baja densidad; se define por lapresencia de la complejidad urbana (funciones y equipamientos) en unrea extensa y por un uso urbano de dicha rea por parte de losciudadanos. En el resto de casos tenemos distintos niveles deurbanizacin. Podramos afirmar que ciudad de baja densidad y ciudaddifusa vienen a ser las frmulas utilizadas en dos lenguas distintaspara nombrar un mismo fenmeno, si bien una tiende a destacar un elemento propio de la arquitectura y la construccin, la bajadensidad, y la otra un elemento relativo a la organizacin del espacio,la difusin. El escollo metodlogico radica precisamente en el hecho de queno toda la cultura urbanstica, la que se ocupa de la ciudad y elterritorio a distintos niveles, considera que pueda atribuirse alfenmeno del que aqu tratamos el rango de ciudad, mientras que hayquien, aun reconocindole por lo menos en parte tal rango, considera18La ciudad de baja densidadque el fenmeno es contraproducente y se debe corregir volviendo ameter la ciudad dentro de las murallas. El punto de vista predominanteen estas actitudes es, por un lado, morfolgico, y hace hincapi, porotro lado, en la intensidad de la vida urbana, en la vitalidad de suscalles y plazas, en lo imprevisible, etc., elementos que remiten aexperiencias del pasado ya inexistentes, o que existen de otra manera,en la ciudad concentrada de hoy en da. Tales puntos de vista planteanunos problemas que tienen importancia nicamente si puedenrevelarse operativos en el marco de las transformaciones que estn encurso. Ciudad y territorio estn y han estado en continua ypermanente transformacin, y con esa transformacin habr quemedirse para corregir, mejorar, dar calidad.El proceso que estamos analizando tiende a afianzar unademanda de ciudad (si bien, por decirlo as, fuera de las murallas)en un mbito territorial. No se trata de un rechazo ni de una tendenciaantiurbana: esta nueva demanda de ciudad ms bien hace frente, en elplano de las vivencias individuales, a la fragmentacin, que ha sidofacilitada por las posibilidades surgidas con el aumento de la movilidady ha venido determinada por las modificaciones de los procesosproductivos, las innovaciones tecnolgicas y los cambios en lascostumbres. Pero a dicha demanda hay que dar respuestas que estna la altura de la situacin. Situacin que genera un nuevo escollo, ste digmoslo asdisciplinario: la ciudad difusa, esta frmula que en cierto modoconstituye un oxmoron, desde un punto de vista disciplinario no esalgo comprensible, no pertenece a las figuras que la disciplina se hadado como modelos, no existen instrumentos de estudio que permitanexplorarla e interpretarla. En definitiva, el fenmeno concreto plantea lanecesidad de una oportuna revisin de las categoras cientficas, a noser que se comparta la opinin de que, si la realidad no se ajusta a lateora, la primera est equivocada o no existe. Partiendo de esta problemtica, es posible distinguir por lomenos tres posiciones que son a la vez tericas y operativas, y quecoinciden las tres en que abusar del territorio debe considerarse algonegativo, porque da lugar a fenmenos de degradacin y no permiteun uso sostenible del mismo. A continuacin procuraremos delinear elperfil de estas distintas posiciones. Evidentemente, la exposicin detales planteamientos no podr ser sino muy esquemtica y sumaria,sin que deba descartarse la posibilidad de distinguir otras variasposiciones que ocuparan lugares intermedios entre las aquestablecidas. Habida cuenta de la finalidad de estas pginasintroductorias creemos poder permitirnos, en cualquier caso, laesquematizacin. 19Presentacin Francesco IndovinaEl primero de los posicionamientos considera el caso de laurbanizacin que para simplificar llamamos difusa un fenmenoque hay que extirpar: ve en l una negacin de la ciudad, y no creejustificado (lcito?) un asentamiento difuso en el territorio que no estasociado a la actividad agrcola. La solucin al problema consiste envolver a meter la ciudad dentro de las murallas, lo que se consigue convarios medios: vnculos y prohibiciones; creando nuevas ciudades;mejorando, evidentemente, las condiciones de la vida urbana. Aquienes defienden este planteamiento se les escapan o cuandomenos as lo parece los factores sociales, econmicos y culturalesque generan el fenmeno, o en todo caso tales factores no les parecenmuy relevantes ni, por consiguiente, susceptibles de algn tipo demodificacin. Segn el segundo posicionamiento, la realidad es que resultaimposible poner freno alguno a esta dinmica: se da por hecho, encierto modo, que el mercado est destinado a ganar, asumindose lainexorabilidad de la transferencia a nuestros pases de modelospertenecientes a otras culturas urbanas caracterizadas, precisamente,por la difusin. Son imputables a este planteamiento la falta de unainterpretacin original del fenmeno y la no diferenciacin inclusoterminolgica entre situaciones diferentes, diferentes en la sustancia yen las causas, como ocurre cuando la difusin europea es asimiladaal sprawl norteamericano. A partir de aqu, dentro de este marco, seplantea el problema, por un lado, de limitar los daos y, por otro,precisamente para evitar los daos, de favorecer el fenmeno (porejemplo con las oportunas infraestructuras). Finalmente, una ltima lnea de opinin, por una parte, consideralos condicionantes fuertes de dicho proceso no slo relevantes, sinocausa y efecto de las nuevas condiciones econmicas, tecnolgicas yculturales; por otra parte, ve con inters la creacin autoorganizada deuna condicin urbana y la asume como expresin de una demanda deciudad. De tales consideraciones deriva un planteamiento de correccin:merecera la pena trabajar para dar cada vez ms calidad a estosasentamientos, activando una poltica de densificacin, corrigiendo losfallos, imponiendo reglas y tendiendo a hacer de la ciudad de bajadensidad, con mayor determinacin si cabe, una ciudad que responda alas novedades pero no acepte pasivamente sus consecuencias. Enespecial esta posicin estima conveniente pasar de la ciudadautoorganizada a una ciudad determinada por una voluntad colectiva,que cuide del inters general y sea gestionada con solvencia poltica.Los tres verbos que hemos utilizado, extirpar, favorecer ycorregir, bien pueden expresar de forma sinttica, aunque a costa deesquematizar, la esencia de las tres posiciones. 20La ciudad de baja densidadLa que nosotros defendemos con conviccin es la tercera. Habidacuenta de la necesidad de ciudad que ponen de relieve estosfenmenos, afirmacin en las condiciones actuales de la dialcticaentre individuo y sociedad que ha encontrado su mximaexpresin en la condicin urbana, resulta necesario satisfacer dichanecesidad tomando en consideracin los peculiares escenarios que sehan creado en estos territorios. Represe en el hecho de que, si lafragmentacin, y por lo tanto la dispersin urbana, implica unaafirmacin de individualismo (a menudo exasperado), la necesidad deciudad y la creacin, en muchos aspectos autoorganizada, decondiciones y funcionalidad urbanas, puede interpretarse como laexpresin de una necesidad (implcita y puede que inclusoinconsciente) de sociedad. Es preciso destacar cmo, en efecto, los procesos de los queestamos hablando son preferentemente el resultado de actividades deautoorganizacin, en el sentido de que no obedecen a un diseoglobal, no persiguen ninguna funcin u objetivo general, sino queresponden a iniciativas individuales, generadas por las propiasnecesidades y por la interaccin independiente entre las iniciativas delos sujetos individuales. No es la ejecucin de un proyecto comn, sinoms bien la suma de la puesta en prctica de intereses individuales.Cuestin sta que trae a colacin un tercer escollo: que se implante lacondicin urbana sin un diseo comn y de conjunto, por un lado,resulta contradictorio (la ciudad, desde siempre, es el resultado, ms omenos satisfactorio, de un diseo) y, por otro, demuestra que lanecesidad de ciudad es tan fuerte que se da de algn modo porsatisfecha incluso con el desorden de la autoorganizacin. Estefenmeno no est desprovisto de consecuencias: ante todo, lo queest muy claro es que la condicin y funcionalidad urbana que se llevaa cabo es parcial y cubre principalmente las funciones que pueden serpuestas en marcha por los particulares. Es como si la ciudad estuvieramanca. Adems, el uso de esta ciudad acarrea costes muy elevados,tanto individuales como sociales. Y, por ltimo, resulta menossostenible que la ciudad concentrada.Mirando las cosas desde el punto de vista de los individuos, sepuede afirmar que la huida, por motivos econmicos,medioambientales, sociales y psicolgicos, de la insostenibilidad de lacondicin urbana concentrada hacia un escenario de campourbanizado no soluciona el problema porque emergen nuevassituaciones negativas: movilidad en aumento, aislamiento, falta deservicios, etc. Precisamente para resolver en parte algunos de estosaspectos la autoorganizacin tiende hacia la ciudad difusa. Quereraumentar los rasgos urbanos de la ciudad difusa debera constituir hoy21Presentacin Francesco Indovinael compromiso del urbanismo, lo que implica modificar losprocedimientos analticos y la interpretacin de los fenmenos, darsentido a una nueva condicin urbana.En los territorios difusos, incluida la ciudad de baja densidad, loscostes medioambientales en trminos de consumo de suelo y energa,contaminacin, etc. son superiores a los de la ciudad concentrada, delmismo modo que los costes que las administraciones pblicas debensoportar para ofrecer a estos asentamientos los servicios colectivosmnimos resultan hasta cuatro veces superiores a los consumos ycostes correspondientes de la ciudad concentrada. Eso sin contar conque el mbito difuso propicia comportamientos de despilfarro (bastepensar en el consumo de agua netamente superior, en una proporcinde 3 a 1). Estos aspectos estn bien documentados y analizados en lostextos editados dentro del presente volumen. Estas consideraciones llevaran, con toda naturalidad, a afirmar laconveniencia de un retorno a la ciudad concentrada. Solucin tanobvia como difcil y probablemente negativa. En cuanto a la obviedadno hay ms que aadir: la ciudad difusa no ofrece del todo laspeculiares condiciones urbanas, es despilfarradora e insostenible. Encuanto a la dificultad, un proyecto que pretenda volver a meterlo tododentro de las murallas no encara los fenmenos y fuerzas que handeterminado la difusin: modificacin de las fuerzas productivas,implantacin de nuevos medios y posibilidades tecnolgicas, unanueva estructura de los costes de produccin y, no menos importante,unas nuevas costumbres de vida. (Vase lo que los materialesdocumentan sobre la produccin de modalidades de baja densidad.)Se trata de factores que se hallan muy condicionados entre s ymodifican a su vez las condiciones organizativas de los individuos y dela sociedad. La solucin resulta adems negativa porque somete a unacoercin voluntarista un complejo proceso material y una diversificadavoluntad individual, con resultados seguramente distintos a losesperados. No se trata de abandonarse a la inexorabilidad de losacontecimientos, sino ms bien de incidir sobre ellos de un modo quese revele eficaz. Resultan evidentes dos cosas: por un lado, la modalidadorganizativa de la urbanizacin difusa no parece aceptable, puespresenta, como se ha dicho, aspectos negativos en distintos mbitos,si bien responde a exigencias y condiciones especficas tanto en elmbito de los procesos econmicos como en el de las costumbres devida; por otro lado, estos fenmenos deben afrontarse, no pueden serni borrados, ni conjurados. El reto que la disciplina, por una parte, y lasadministraciones pblicas, por otra, tienen ante s es el de ofrecercondiciones y funcionalidad urbanas, es decir, ciudad, dentro de las22La ciudad de baja densidadnuevas condiciones y sin dejar de tener en cuenta las tendencias encurso. Afrontar con xito este reto significa no slo responderpositivamente a la demanda de ciudad que los individuos, necesitadosde ciudad, expresan (las formas de la ciudad difusa son una respuestaautoorganizada), sino tambin crear condiciones favorables alcrecimiento econmico, la equidad social y el desarrollo cultural.23Presentacin Francesco IndovinaParte 1La realidadurbana de laciudad de bajadensidadLa capital de Catalua y de la extensa regin metropolitana a la quepresta su nombre ha sido un paradigma recurrente en la culturaurbanstica y arquitectnica internacional, desde los primeros tiemposdel ensanche Cerd y la arquitectura modernista, hasta los msrecientes de la reforma urbana con ocasin de los Juegos Olmpicos de1992, o las actuales del Frum Universal de las Culturas. El modeloBarcelona ha llegado a ser un cierto estereotipo en muchos campos:la moda, el diseo grfico, el mobiliario urbano, la arquitectura, eldiseo urbano, la planificacin urbanstica. La imagen corporativaconocida y divulgada de la marca Barcelona ha sido, sin duda, la de laciudad decimonnica continua y compacta y la de los fragmentos demodernidad que sobre ella han supuesto aquellas transformaciones.Pero la Barcelona real, la de su regin metropolitana que seextiende a lo largo de un centenar de kilmetros, desde el Foix hastaLa Tordera, penetrando una treintena de kilmetros desde la costahasta la Serralada Prelitoral, la Ciutat de Ciutats, es la grandesconocida, incluso en nuestro pas, a pesar de lo evidente de laorganizacin territorial de las actividades y de la intensidad de losflujos urbanos, del carcter polinuclear de su estructura espacial, desus diferencias sociales y culturales, del valor patrimonial de susciudades y de sus paisajes.Sobre un soporte territorial singular formado por las dosdepresiones costera e interior, separadas por la Serralada delBarcelona, unparadigmaurbansticorecurrente127Regin urbana de Barcelona: de la ciudadcompacta a los territorios metropolitanosAntonio FontCatedrtico de Urbanstica.Universitat Politcnica de Catalunya1. Este artculo fue publicado anteriormente en Font Arellano (ed). Lexplosi de laciutat: morfolofies, mirades i mocions sobre les transformacions territorials recents en les regions urbanes de lEuropa Meridional. Collegi dArquitectes deCatalunya/Forum Universal de les Cultures. Barcelona, 2004.Litoral y comunicadas entre s a travs de los valles de los rosLlobregat y Bess, nos encontramos al final del siglo XX frente a unaciudad discontinua y heterognea, integrada por una ciudad central(la Barcelona de las rondas), un conjunto de ncleos conurbados a lolargo de los tramos inferiores de ambos valles y de la costa central, yun sistema de polaridades, interiores y costeras, de caractersticasdiversas. El conjunto forma una ciudad discontinua y policntrica,todava escasamente reticulada, producto de un largo procesohistrico de urbanizacin que, desde sus inicios, y en plenacoherencia con su soporte geogrfico y con su historia, ha tenido esecarcter polinuclear.Aunque nuestro objeto de estudio sean las transformacionesterritoriales recientes del ltimo cuarto de siglo, parece necesarioapuntar de manera sinttica los rasgos dominantes de las etapassignificativas en el proceso de urbanizacin de la regin urbana deBarcelona, sobre aquel territorio:a) 1950-1975. Industrializacin moderna y boom inmobiliario.Tras el perodo de autarqua econmica posterior a la guerra civil,se produce la industrializacin del pas a travs de las grandesciudades, comportando importantes corrientes migratorias ydemandas urbanas de todo tipo. Las necesidades residenciales y delpropio crecimiento industrial provocan un enorme boom inmobiliario,responsable de la formacin de unas periferias urbanas invertebradas,a travs de los procesos de densificacin de las tramas suburbanas, delos barrios de urbanizacin marginal y de los polgonos de viviendapopular, precarios en cuanto a los espacios libres, el equipamiento, lasinfraestructuras o el transporte.Es el tiempo de la institucionalizacin administrativa de lavivienda (Ministerio), del urbanismo (ley del Suelo de 1956) y de laplanificacin del desarrollo. A partir de los inicios de los aos setenta,se construyen las nuevas infraestructuras viarias de las grandesciudades (Planes de las Redes Arteriales), entre ellas, los accesos aBarcelona y el inicio de las autopistas transversales.En el territorio cataln la industria va a concentrarseprioritariamente en la provincia de Barcelona y en su reametropolitana, en la que se produce adems el inicio de lasurbanizaciones de segunda residencia y de la dispersin territorial.b) 1975-1986. Final de la dictadura y crisis internacional de lasenergas.Desde mediados de los setenta asistimos a una crisis econmicay a un perodo de estabilizacin urbana, que tendr consecuenciassociales, polticas y urbansticas relevantes.Etapassignificativas delcrecimientocontemporneo28La ciudad de baja densidadSe produce un cambio en la dinmica demogrfica: disminuye lacomponente migratoria y empiezan a apuntarse signos dedescentralizacin residencial. As, desde entonces comienza adisminuir la poblacin del centro histrico de Barcelona, y desde 1980en el conjunto del municipio barcelons, tendencia que seguirnposteriormente las principales ciudades metropolitanas: Hospitalet,Sabadell, Terrassa y Matar.Se produce tambin la transformacin progresiva de la estructuraeconmica de la regin: el sector de los servicios releva al industrial,hecho que genera un proceso de descentralizacin de las actividadesindustriales hacia la periferia.Proseguir el crecimiento de las urbanizaciones de segundaresidencia, que, en general, a partir de entonces consiste ms enrellenar y completar las urbanizaciones existentes que en poner enservicio nuevo suelo, con la singularidad de su progresivatransformacin en vivienda permanente, consecuencia, entre otras, dela proximidad creciente de las actividades productivasdescentralizadas.Estos procesos coinciden con la etapa de la transicin poltica y elrestablecimiento de la democracia en el pas, que adopta una nuevaConstitucin (1978) y celebra las primeras elecciones municipales(1979), en las que los temas de urbanismo van a ser el eje central delos programas municipales.Frente a los enormes dficits de infraestructuras, zonas verdes,equipamientos, transporte, etc. de la ciudad heredada, losayuntamientos democrticos van a desarrollar diversas operaciones dereforma interior y mejora urbana de importante alcance, primero en laciudad de Barcelona y despus en el resto de las ciudades y ncleosurbanos metropolitanos.El planeamiento urbanstico de inicios de los aos ochenta y elconjunto de operaciones realizadas en este episodio dereconstruccin de la ciudad han sido sin duda elementos clave parala conquista de una nueva calidad urbana.c) 1986-2004. Recuperacin econmica y urbanismo de losgrandes eventosA mediados de los aos ochenta, la produccin y el consumoentran en un perodo de recuperacin, y la dinmica urbana tambincambiar de signo.Es un perodo de enorme trascendencia urbanstica para elmunicipio de Barcelona, dado que, gracias a la relativa racionalidadque el Plan General Metropolitano de 1976 confiere al crecimientourbano de la conurbacin central, ahora pueden abordarse ciertascuestiones (reordenacin viaria y ferroviaria, frente martimo,29Regin urbana de Barcelona: de la ciudad compacta a los territorios metropolitanos Antonio Fonttransformacin de la Ciutat Vella, reas de nueva centralidad, etc.) queel obligado enfoque correctivo de aqul no haba podido contemplar, yque sern el punto de partida de una amplia renovacin.La nominacin olmpica de 1986 ser la ocasin para la puesta apunto de un proyecto de renovacin urbana pensada para el da dedespus de la celebracin de los Juegos, con un extenso alcanceterritorial. Supondr un salto de escala en la dimensin urbana deBarcelona, al reforzar su papel de ciudad de servicios del territoriometropolitano, y el reequipamiento de las ciudades afectadas(Terrassa, Badalona, Castelldefels, Viladecans, Mollet, Sant Sadurn,etc.), as como el cambio en el modelo de accesibilidad derivada de laconstruccin de las rondas barcelonesas, acercando el territorio yreforzando los movimientos intermunicipales.Los procesos de transformacin correspondientes a esta etapa,objeto central de nuestro estudio, sern desarrollados en el siguienteepgrafe. Apuntemos aqu, finalmente, que despus de 1992, seproducen ciclos cortos y cambiantes en cuanto a la estabilidadeconmica, y un preocupante proceso de regresin democrtica en elpas, en el marco de una progresiva inestabilidad internacional.Una vez ms en la historia moderna de Barcelona, otro granacontecimiento, el Frum Universal de las Culturas de 2004 almargen de sus oportunos y justificados objetivos de luchar por la pazmundial, por la diversidad de las culturas y por la sostenibilidad delplaneta, va a ser la disculpa para una renovacin urbana dedimensin similar a la olmpica, aunque su alcance territorial, sucontenido funcional y su insercin urbana sean ahora muy diferentes.Desde la crisis internacional de las energas de mediados de los aossetenta y hasta el inicio del presente siglo, el territorio metropolitanode Barcelona ha estado sometido a procesos de cambio diversos, demayor o menor alcance. En el intento de restituir las transformacionesocurridas, el mapa adjunto quiere ser el inventario de las operacionesmateriales de la construccin del territorio, dando cuenta de sulocalizacin, tamao, posicin en relacin con el resto de operaciones,etc. que por su naturaleza podemos agrupar en los siguientes tipos deprocesos:a) Construccin de elementos de la vialidad principal (autopistas,autovas, desdoblamientos de vas de primer orden); de las variantes(by pass) de las ciudades; de extensin y mejora de las lneas deferrocarril de cercanas o del metro.b) Aparicin de grandes factoras, nuevos polgonos industriales ode almacenamiento, construccin de contenedores en solares oaislados en medio rural.Procesos de transformacinterritorial (1975-2000)30La ciudad de baja densidadc) Realizacin de grandes superficies comerciales, instalacionespara el ocio y oficinas (parques empresariales, parques tecnolgicos,etc.), en contenedores aislados o constituyendo polaridadesespecializadas.d) Creacin de grandes equipamientos metropolitanos decarcter educativo, deportivo, penitenciario, etc.e) Crecimientos residenciales por extensin de los tejidosurbanos de los ncleos, en forma de edificios plurifamiliares ounifamiliares (aislados, pareados o en hilera), agrupados o singulares.f) Crecimientos residenciales a travs de la vivienda unifamiliar enlas urbanizaciones de la segunda residencia inicial de los aos sesenta,ocupadas progresivamente y en buena parte convertidas en residenciapermanente, o de ocupacin puntual en territorio rural.g) Operaciones de mejora y reforma urbana relativas a losespacios libres, el equipamiento, la sistematizacin viaria, etc., en lasciudades y ncleos metropolitanos.h) Transformaciones internas de sustitucin de piezas en lostejidos urbanos y su conversin en nuevos espacios adaptados para lasactividades residenciales, terciarias, del equipamiento, del ocio, etc.i) Operaciones de rehabilitacin del stock residencial y delpatrimonio, para albergar actividades originarias o diversas.j) Operaciones de dotacin de infraestructura logstica (portuaria,aeroportuaria, etc.) y recreativa (puertos deportivos, bases nuticas,etc.).Las causas, y efectos a la vez, de estas transformaciones urbanas sonde naturaleza diversa y es difcil resumirlas en el espacio disponible.Sin embargo, parecen necesarias algunas indicaciones sobre losrasgos sobresalientes de las caractersticas socioeconmicas de laregin metropolitana, que permitan un mejor entendimiento de losprocesos en curso:a) En cuanto a la dinmica demogrfica:Como en la mayora de las ciudades europeas, la ciudad central ylas principales ciudades metropolitanas pierden poblacin, que setraslada al mbito de la regin metropolitana.Slo muy recientemente, y gracias a la inmigracin bsicamenteextracomunitaria, se empieza a corregir el dficit demogrfico de lacapital metropolitana.En las dos ltimas dcadas se ha producido una ralentizacin delcrecimiento poblacional en la regin metropolitana, y se observa elaumento de la movilidad interna de la poblacin, como consecuenciadel cambio de lugar de residencia, en la mayora de los casos obligadatanto por los costes de la vivienda en la ciudad central como porMotores delcrecimientourbano reciente31Regin urbana de Barcelona: de la ciudad compacta a los territorios metropolitanos Antonio Font32La ciudad de baja densidadMAPA 1 Crecimientos metropolitanos, perodo 1972-200033Regin urbana de Barcelona: de la ciudad compacta a los territorios metropolitanos Antonio FontSUELOparques urbanos, jardines y plazaspistas deportivas y puntos singularesmovimientos de tierracanterassuelo servicio tcnicosuelo industrialsuelo equipamientosuelo terciarioCOMUNICACINcarreteras: autopistas caminoscarreteras: autovas ferrocarriles: lneascarreteras: nacionales ferrocarriles: anexoscarreteras: comarcales aeropuertos: lneascarreteras: locales aeropuertos: anexoscarreteras: anexas puertos: muellescarreteras: anexas punto puertos: anexosEDIFICACINcasco antiguo industria ruralisla cerrada y suburbana terciario: oficinas y comerciosbloque plurifamiliar terciario: grandes superficieshilera unifamiliar equipamientos y dotacionesaislada unifamiliar y otros usos servicios tcnicosindustria: aislada y entremediana otras edificaciones aisladasinstalacin industrial: factoratraslado del empleo. En este sentido hemos de sealar el papeldecisivo del mercado inmobiliario como filtro social, y la rigidez quesupone la vivienda de propiedad en un escenario de continuadescentralizacin y precariedad laboral, ante la prctica ausencia de lavivienda de alquiler.b) En cuanto a las actividades productivas y el empleo:Se consolida la tendencia generalizada a la relocalizacin de lasactividades productivas, como pasa en el resto de las regiones urbanaseuropeas. Las actividades de menor valor aadido se alejan de laciudad central para instalarse en el resto del territorio metropolitano.Se produce as una periferizacin selectiva tanto de la industria comodel sector terciario, sector este ltimo que aumenta en todos losmbitos. Esto significa que se ha producido una difusin de losservicios, anteriormente muy concentrados en la ciudad central.La diseminacin por el territorio, apoyndose en los ncleosurbanos consolidados, o la constitucin de polaridades especializadas(en muebles, alimentacin, automvil, etc.) fuera de los ncleosurbanos y cerca de las vas principales son las dos formas espacialesde la difusin del llamado terciario banal, mientras que el terciarioestratgico, direccional o de excelencia tiende a mantenerseconcentrado en la ciudad central.c) En cuanto a las infraestructuras y la movilidad:Los patrones de la relocalizacin de la industria y de los servicios,junto con las dinmicas demogrficas apuntadas, explican que sehayan producido cambios muy notables en la movilidad intermunicipal,con la reduccin de los movimientos radiales, el incremento de los decarcter ms transversal y la sucesiva incorporacin al reametropolitana funcional de territorios cada vez ms lejanos.Parece relativamente clara la relacin entre el desarrollo de lasinfraestructuras y la forma alcanzada por la dispersin urbana, tantoresidencial como industrial. Generalmente, la residencia compacta,exceptuando las islas o polgonos, se relaciona con la vialidad de losncleos urbanos. Las urbanizaciones, en el inicio de su proceso, serelacionan con un nivel infraestructural muy bajo, y en el posteriorrelleno, ya muy vinculado a la construccin de las grandes vasterritoriales. En cuanto a la industria, en general guardan relacin conlas infraestructuras viarias histricas, que siguen las principalescuencas fluviales (Llobregat, las Arenas, Ripoll, Caldes, Congost,Bess).34La ciudad de baja densidadEn el mapa de la pgina siguiente se ha tratado de reflejar los actualesusos y formas de la edificacin en la regin metropolitana, junto conlos trazados de las principales infraestructuras y los espacios libres decarcter urbano.Es la imagen ms sinttica del resultado final del procesohistrico de urbanizacin de nuestro territorio.Como puede verse, destaca la ciudad central de la Barcelona delas rondas, entre los cauces del Llobregat y el Bess, el frentemartimo y la sierra de Collserola. Los cascos antiguos de la ciudadprincipal y de los municipios anexionados, junto con la ciudad deHospitalet, estn amalgamados por la cuadrcula del ensanche,rodeada por las tramas suburbanas histricas y los polgonosresidenciales de los sesenta.Hacia el sur, la presencia del delta del Llobregat, plataformalogstica de Barcelona, con el puerto, la Zona Franca y el aeropuerto,muy prximo a la ciudad de El Prat. En la inflexin entre el llano y lamontaa, los ncleos casi conurbados de Castelldefels, Gav,Viladecans y Sant Boi, el primero de carcter ms residencial, y losltimos ms industriales y de servicios.Al suroeste, sobre la costa, los ncleos urbanos de Vilanova i laGeltr y de Sitges, con importantes crecimientos en sus territoriosderivados de la entrada en servicio de la autopista del Garraf.En el interior, el singular territorio del Alt Peneds, de alto valoragrcola (denominacin de origen), de ocupacin dispersa alrededordel ncleo compacto de su capital, Vilafranca; o tambin dedisposicin lineal a lo largo de la riera de Riudebitlles.Tanto en la sierra del Garraf como en la del Ordal, que integran eltramo sur de la Serralada del Litoral, aparecen importantesextensiones de urbanizaciones de vivienda unifamiliar, dbilmenteligadas con las carreteras principales, sobre un soporte orogrficofuerte y de alto valor paisajstico y medioambiental.Volviendo al valle del Baix Llobregat, los ncleos en la margenderecha del ro, al pie de la Serralada, de carcter industrial (Martorell, Sant Andreu de la Barca, Pallej...) o de la margen izquierda(Molins de Rei, Sant Feliu, Sant Just, Esplugues) ya conurbadas entre s, y con la ciudad de Cornell, junto a la ciudad central de lasrondas.En el interior, en posicin central entre los valles de los dos rosprincipales, destacan con claridad las dos grandes ciudades deTerrassa y Sabadell, de tamao poblacional similar, cercano a losdoscientos mil habitantes, de larga tradicin en la industria textil, ypertenecientes a dos cuencas fluviales que articulan dos subsistemasurbanos diferentes. Por una parte, el de la riera de las Arenas, desdeRasgoscaractersticos delos territoriosmetropolitanos alinicio del siglo XXI35Regin urbana de Barcelona: de la ciudad compacta a los territorios metropolitanos Antonio Font36La ciudad de baja densidadMAPA 2 Usos y formas de edificacin, ao 200037Regin urbana de Barcelona: de la ciudad compacta a los territorios metropolitanos Antonio FontSUELOparques urbanos, jardines y plazaspistas deportivas y puntos singularesmovimientos de tierracanterassuelo servicio tcnicoCOMUNICACINcarreteras: autopistas caminoscarreteras: autovas ferrocarriles: lneascarreteras: nacionales ferrocarriles: anexoscarreteras: comarcales aeropuertos: lneascarreteras: locales aeropuertos: anexoscarreteras: anexas puertos: muellescarreteras: anexas punto puertos: anexosEDIFICACINcasco antiguo industria ruralisla cerrada y suburbana terciario: oficinas y comerciosbloque plurifamiliar terciario: grandes superficieshilera unifamiliar equipamientos y dotacionesaislada unifamiliar y otros usos servicios tcnicosindustria: aislada y entremediana otras edificaciones aisladasinstalacin industrial: factoraMatadepera y Terrassa hasta Rub y Castellbisbal, con abundantepresencia industrial. Por otra, el del Ripoll, desde Castellar y Sabadell,a Barber-Badia, Cerdanyola y Ripollet, con importantes polgonosindustriales en su margen izquierda.Al norte de la sierra de Collserola, parque metropolitano central,aparece aislada a la salida del tnel la ciudad residencial y de serviciosde Sant Cugat del Valls, en la que destaca la extensin de loscrecimientos residenciales de baja densidad de inicios del pasado siglo(urbanizaciones de las Planas, Valldoreix y Mirasol) y los desarrollosms recientes, muy prximos al corredor constituido por el ferrocarrilPapiol-Mollet y la autopista (antigua B-30) que polariza modernasactividades productivas y de servicios.Hacia levante, aparece el subsistema denominado del Baix Valls,junto al cauce del ro Bess, y entre las rieras de Caldes, Tenas yCongost, con Mollet como ncleo principal, cuya configuracincompacta destaca frente a la dispersin de urbanizacionesresidenciales y polgonos industriales del Valls Central.Sobre el eje de la carretera hacia Vic y junto al Congost, rodeadapor crecimientos residenciales dispersos y formaciones industriales alo largo de aqulla, aparece la ciudad de Granollers, capital de la antigua comarca, de importante carcter industrial y de servicios.Ms hacia el norte, en el inicio de las estribaciones montaosas,se encuentra el ncleo de La Garriga, y los asentamientosresidenciales de baja densidad en torno a los cascos urbanos deCaldes de Montbui, lAmetlla del Valls, etc. que se extienden hacia eleste por la falda del Montseny; y sobre el ferrocarril y la autopistahacia Francia, los ncleos industriales de Cardedeu y Sant Celoni, muycercano ya al lmite de la provincia con Girona.Finalmente, la sierra de la Marina, desde el Bess hasta LaTordera, separa los territorios interiores del Valls de los costeros delMaresme. Su ladera sur hacia el mar, entre otras zonas, sobre unterritorio de fuerte orografa y elevado inters medioambiental, ha sidoocupada por urbanizaciones residenciales, ms o menos vinculadas alos ncleos urbanos interiores o ribereos.Entre todos ellos destaca la ciudad de Matar, con ms de cienmil habitantes, importante ncleo productivo y de servicios en posicincostera central. Hacia el norte quedan los ncleos ms residenciales ytursticos; hacia el sur, Vilassar, Premi de Mar y El Masnou,convertidos en importantes ncleos metropolitanos.El crculo territorial descrito en torno a la ciudad central se cierracon el complejo subsistema urbano formado por Badalona, de largatradicin industrial y marinera, Sant Adri del Bess y Santa Coloma38La ciudad de baja densidadde Gramanet, poblaciones que, pese a su condicin suburbial anterior,han sabido convertirse en renovados asentamientos urbanos de laciudad central metropolitana.La descripcin de la forma de los territorios metropolitanos se planteadesde la conceptualizacin de tres categoras que se complementanentre s: los territorios morfolgicos, los espacios de articulacin ylos espacios inciertos. Los primeros sintetizan el conjunto demorfologas que se han consolidado como formas del crecimiento ytransformacin metropolitana, en relacin con los elementos delterritorio que constituyen, adems del soporte, el espacio abierto queconvendr preservar del proceso de urbanizacin (espaciosgeogrficos). La interaccin entre los diversos tipos morfolgicos y losespacios geogrficos da lugar a unos posibles mbitos de articulacinmetropolitano los espacios articuladores como espacios deoportunidad para el proyecto metropolitano.Al lado de stos, los espacios inciertos seran terrenosexpectantes que, por su obsolescencia funcional o marginalidad actual,resultan tambin espacios de oportunidad para la intervencinproyectual.A pesar del nivel agregado del anlisis realizado, proponemos unaprimera aproximacin morfolgica que permita entender y tipificar lasformas del crecimiento metropolitano barcelons y facilite el pasohacia un proyecto territorial renovado.Entendemos que los territorios morfolgicos son lasmodalidades de organizacin espacial caractersticas de situacionesmetropolitanas diversas, producto del crecimiento urbano en losdiferentes perodos del proceso de urbanizacin.Tratamos as de caracterizar las partes homogneas de la reginmetropolitana, interrelacionadas entre s de manera diversa yconstituidas por los tejidos urbanos compactos de los centroshistricos, las tramas suburbanas y los ensanches; pero tambin porimplantaciones autnomas de grandes piezas al lado de las ciudades oen relacin con las principales infraestructuras; o los tejidos arbreosde la urbanizacin dispersa formando urbanizaciones o simplesocupaciones puntuales en el territorio. En consecuencia, proponemossu tipificacin recogida en el esquema adjunto:a) Ambientes urbanosCorresponden a los tejidos urbanos configuradores de la ciudadcontinua tradicional de carcter compacto. Dentro de esta categoraestaran, en primer lugar, los aglomerados, fruto del crecimientourbano con pautas de continuidad viaria, de formacin histrica oreciente, de relativa densidad y mezcla de usos, que generalmenteTerritoriosmorfolgicos de lareginmetropolitana39Regin urbana de Barcelona: de la ciudad compacta a los territorios metropolitanos Antonio Font40La ciudad de baja densidadESQUEMA Territorios morfolgicosAmbientes urbanosPaisajes de baja densidadEscenarios en red41Regin urbana de Barcelona: de la ciudad compacta a los territorios metropolitanos Antonio FontRipollet La LlagostaCollserola - Cubeta del Valls Olesa de Bonesvalls - ValliranaCubeta del Valls - B-30 Sant Cugat del Valls - A-7engloban los servicios y las actividades que se identifican con lacentralidad urbana.En segundo lugar, las extensiones, consecuencia de operacionesurbansticas de prolongacin de tramas urbanas existentes, son tejidosque por su relativa posicin central estn sometidos a procesosrecientes de densificacin y transformacin, generalmente conmodificacin de las tipologas arquitectnicas.Finalmente, los filamentos seran formaciones lineales de laedificacin, a lo largo de carreteras o caminos histricos, de elementosfluviales y orogrficos, o de las nuevas infraestructuras intermedias. Seconfiguran de esta manera bandas edificadas a lo largo de un elementolineal generador, que en su evolucin posterior pueda dar lugar asistemas conurbados entre asentamientos prximos.b) Paisajes de baja densidadCorresponden a formas de crecimiento urbano basadas entipologas de edificacin aislada (o adosada), generalmente de viviendaunifamiliar, implantadas de forma dispersa sobre el territorio.Los desagregados, como configuraciones urbansticas de bajadensidad, corresponden a procesos de dispersin sobre territorios decierta orografa y vegetacin. Son asentamientos, generalmente enforma arbrea, o en paquetes ms o menos cerrados, de carcter casiexclusivamente residencial.Se presentan tambin en forma de implantaciones de naves opequeos contenedores en el medio rural, para el uso industrial o dealmacenamiento, sobre infraestructuras ligeras.Los asentamientos de ocupacin puntual seran el resultado dela ocupacin aislada del territorio rstico, sin las caractersticas demarginalidad y autoconstruccin de algunos asentamientos en etapasanteriores del proceso de urbanizacin barcelons (urbanizacionesmarginales).c) Escenarios en redSon el conjunto de formas urbanas que resultan de laimplantacin de contenedores e instalaciones junto a las principalesinfraestructuras viarias, a lo largo de su trazado o de los puntos deconexin o intercambio, en lugares singulares por su elevadaaccesibilidad y perceptibilidad desde los flujos metropolitanos.Una alta densidad de actividades y servicios y un importante nivelde significacin formal, caractersticas de estas formaciones,contribuyen a la creacin de un paisaje territorial complejo.Los elementos arteriales seran, as, las fibras o los canales dela movilidad, mientras que los nodos seran los nudos o puertas delas infraestructuras, aprovechando al mximo la accesibilidad y laexposicin sobre la va.42La ciudad de baja densidadDecimos que son producto de la polarizacin de las actividadesterciarias (comerciales, de los servicios, del ocio) o de los grandesequipamientos, que se sitan en puntos estratgicos del territorio porsu accesibilidad y/o significacin metropolitana.A pesar de la existencia legal en nuestro pas, desde la Ley del Suelode 1956, del planeamiento territorial y de los planes de ordenacinsupramunicipales, ambos tipos de planeamiento han sido escasamenteadoptados.En la regin urbana de Barcelona, el Plan Comarcal de 1953, en elmbito de la entonces creada Comisin de Urbanismo y ServiciosComunes de Barcelona y otros 26 municipios y tras el fracasadointento del Plan Director del rea Metropolitana de 1968, los planesintermunicipales de la comarca de Sabadell, del Baix Maresme y eldenominado Plan General Metropolitano de 1976 han sido la excepcina la ordenacin estrictamente municipal.En la situacin actual, nicamente este ltimo plan, que reguladesde entonces el planeamiento urbanstico de los 27 municipioscentrales, determina una ordenacin plurimunicipal.Su papel ha sido decisivo, ya que ha permitido salvar en buenaparte el llano agrcola del delta del Llobregat o el macizo de Collserolade la ocupacin urbana, ha contenido las densidades de edificacin yha permitido la mejora en cuanto a dotaciones y parques de la ciudadmetropolitana central.En el resto de la regin, un total de 86 planes generales y de 52normas subsidiarias regulan la ordenacin urbana del resto demunicipios (164 en total).En el mapa de las pginas 44-45 se recogen simplificadamentelas calificaciones del suelo urbano, del suelo urbanizable programado y del urbanizable no programado, en la regin metropolitana, a partirde los planes generales vigentes.Como all puede verse, se trata de un complejo mosaico decalificaciones de suelo en relacin con las etapas legales previstas parasu materializacin, que es el resultado evidente de la ordenacinurbana desde la lgica estrictamente municipal, tratando de incorporar tanto la situacin de hecho como las necesidades futuras,pero en la total ausencia de un marco de referencia de ordenacinterritorial.Las ordenaciones urbanas generales de cada municipio sedesarrollan bsicamente a travs de los planes parciales o de losplanes especiales de reforma interior o de mejora urbana, y delconjunto de instrumentos legales del planeamiento de desarrollo.Como puede verse en el mapa de las pginas 46-47, en el que sePlaneamientourbansticoinsuficiente43Regin urbana de Barcelona: de la ciudad compacta a los territorios metropolitanos Antonio Font44La ciudad de baja densidadMAPA 3 Planeamiento urbanstico, ao 200045Regin urbana de Barcelona: de la ciudad compacta a los territorios metropolitanos Antonio FontSUELO URBANOResidencial compactoResidencial extensivoIndustrialSistemasLmite PGMSUELO URBANIZABLE PROGRAMADOResidencial Industrial y mixtoSistemasSUELO URBANIZABLE NO PROGRAMADOResidencial Industrial y mixtoSistemasPuerto y aeropuerto46La ciudad de baja densidadMAPA 4 Planeamiento de desarrollo y crecimiento metropolitano 1972-200047Regin urbana de Barcelona: de la ciudad compacta a los territorios metropolitanos Antonio FontPLANES ESPECIALES Y REFORMA INTERIOR1956-19751976-19781979-19831984-1989PLANES PARCIALES1956-19751976-19781979-19831984-1989PROGRAMAS DE ACTUACIN URBANSTICA1956-19751976-19781979-19831984-1989RGIMEN JURDICODEL SUELOsuelo urbanosuelo urbanizablesuelo urbanizable no programadobase cartogrfica 1972mapifican stos desde 1956 y se ponen en relacin con lastransformaciones territoriales metropolitanas recientes, a lacomplejidad y autonoma del zonning municipal se le suma ahora lafragmentacin y heterogeneidad de las operaciones del crecimiento,que al margen de las de ejecucin de los sistemas generales (viario,del espacio libre, del equipamiento, etc.) ahora reflejan, adems, lapropia lgica inmobiliaria o de la propiedad del suelo. Son rasgossobresalientes del planeamiento urbanstico vigente que, si bienreflejan las lgicas socio-econmicas dominantes en la sociedadcontempornea en el marco de una organizacin administrativa y deuna regulacin legal concretas, resultan problemticos para el interscolectivo, en relacin con las condiciones que comporta la nuevaterritorialidad.Frente a la autonoma y fragmentacin en el planeamiento municipal,los anlisis realizados nos sealan la progresiva integracin funcionalde los territorios de la regin urbana de Barcelona en un nico espaciometropolitano a travs del proceso de intensificacin de relacionesentre los ncleos iniciales que la conformaron y las nuevaslocalizaciones de las actividades urbanas, reflejadas en los flujos deuna acentuada movilidad en todas las direcciones.La descentralizacin selectiva de las actividades productivas, elcambio en el modelo de accesibilidad territorial, el crecimiento urbanodiscontinuo y disperso constituyen los rasgos principales del crecienteproceso de nueva metropolizacin, del que se derivan nuevasconductas sociales y estilos de vida, y la emergencia de nuevasmodalidades de organizacin espacial.Al tiempo que se extiende e integra, la regin metropolitanaavanza hacia el modelo de ciudad discontinua. Una ciudad diferente,en la que la poblacin, los servicios personales y una parte importantede las actividades productivas y de los servicios tienden a difundirsepor el territorio, rompiendo el viejo esquema metropolitano. Una reginurbana de modelo policntrico, disperso, de morfologa heterognea ymltiple, ms dbilmente jerarquizada, construida sobre redesespaciales y temporales de geometra variable.Pero de la propia integracin del territorio metropolitano sederivarn tanto las potencialidades y oportunidades como losproblemas funcionales, formales y sociales relevantes.Al tratar de dar respuesta a los problemas urbansticos de lasregiones metropolitanas (dficit infraestructural, contaminacinmedioambiental y despilfarro de los espacios naturales, mercadoinmobiliario como filtro social y como localizador de las actividades,obsolescencia de los tejidos urbanos, ineficiencia de la organizacinProblemasemergentes ehiptesis deintervencin48La ciudad de baja densidadespacial de las actividades, etc.), desde los instrumentos propios de laplanificacin territorial, apuntamos algunas lneas bsicas de unproyecto territorial renovado:a) Frente a la ineficiente disposicin espacial de usos yactividades, una reordenacin que vertebre y organice msracionalmente el territorio, reduciendo los desplazamientosinnecesarios y aumentando las sinergias entre las diversas actividades.b) Frente a la congestin actual de las infraestructuras viarias ydel transporte, que resultan insuficientes para la acentuada movilidadpluridireccional, una mejora de la infraestructura existente (sobre todola de escala intermedia) y en especial la del transporte pblico, quepermita una localizacin racional de las nuevas actividades(principalmente, las de mayor concurrencia pblica).c) Frente a la progresiva degradacin ambiental que supone lainsularizacin y destruccin de los espacios naturales, la creacin deuna red medioambiental, infraestructura incluida, con el objetivo devertebrar y equilibrar adecuadamente la ocupacin territorial.d) Frente a la ausencia de un marco de referencia para elplaneamiento territorial, la propuesta de unos esquemas directoressobre los elementos estructuradores metropolitanos y de unas basescuantitativas del crecimiento y de las necesidades derivadas.Estas estrategias e instrumentos de intervencin han degenerarse tanto desde la autoridad territorial como desde los propiosmunicipios, en el marco de un necesario pacto de la sociedad civil,para lograr un territorio ms eficiente en lo funcional, ms equitativoen lo medioambiental y ms justo en lo social.49Regin urbana de Barcelona: de la ciudad compacta a los territorios metropolitanos Antonio FontNuestros trabajos de investigacin sobre la regin metropolitana, de los que aqu sepresenta una apretada sntesis, han tenido a lo largo de su elaboracin diferentescolaboradores y patrocinadores.Hasta la publicacin en 1999 del libro La construcci del territori metropolit,realizado en colaboracin con los profesores Carles Llop y Josep M. Vilanova,tuvimos en 1987 la ayuda de una beca del antiguo Ministerio de Obras Pblicas yUrbanismo (MOPU), y despus, el patrocinio del rea Metropolitana de Barcelona.Desde entonces, los trabajos realizados han sido posibles gracias a la ayuda de stay de la Diputaci de Barcelona, a travs de sendos convenios de colaboracin, y de laconcesin de una ayuda al proyecto de investigacin en el programa I+D de 2003 delMinisterio de Ciencia y Tecnologa.Durante los ltimos dos siglos, el desarrollo de la ciudad y laurbanizacin se han convertido en un proceso ininterrumpido que hatenido una consecuencia muy importante: la ciudad ha dejado de seruna excepcin dentro de un territorio sin urbanizar para convertirse enlo que es hoy da, la caracterstica ms importante del espaciohabitado. Un territorio donde, aunque existen grados diferentes deurbanizacin, los espacios no urbanizados o naturales, dominantes enel pasado, quedan como entornos cautivos, rodeados de tramasurbanas, infraestructuras y edificacin.Este proceso continuo de expansin de lo urbano se hadesarrollado desde el siglo XIX en relacin con los medios detransporte y las comunicaciones. En cada momento histrico se ha idopropiciando de diversas formas la dispersin de los lugares de trabajo,de consumo o de ocio frecuentados por los habitantes de la ciudad. Elferrocarril, primero, y el automvil ms tarde han sido elementos claveen este proceso de urbanizacin. Las infraestructuras ferroviariaspermitieron dirigir el crecimiento urbano de forma lineal, y expandieronreas industriales y residenciales fuera de los primeros lmites de unaciudad hasta entonces concentrada. El automvil propici la extensindefinitiva de la vida urbana hasta reas mucho ms lejanas y permitigenerar crecimientos de tipo suburbano, radiales y, en mayor o menormedida, fragmentados y caticos en funcin del trazado de lasautopistas metropolitanas. Una de las consecuencias ms importantesde este proceso de extensin de la urbanizacin en el territorio ha sidola aparicin del suburbio residencial, de nuevas formas de habitar elterritorio que tenan que ver con la movilidad cotidiana, y de nuevostipos de habitante, como el residente o el commuter el habitantependular. As, el espacio de vida de los habitantes urbanos ha idoLa urbanizacindispersa. Laexpansin de laciudad y lasnuevas manerasde habitarla51La produccin residencial de bajadensidad en la provincia de Barcelona(1985-2001)Francesc MuozProfesor de Geografa Urbana.Universitat Autnoma de Barcelonarebasando progresivamente los lmites de la propia ciudad, hastadibujar un espacio metropolitano de extensin variable, habitado deforma diferente segn la hora del da o segn se trate de un dalaborable o de un fin de semana. Como resultado de este proceso, losmercados de trabajo y vivienda, los lugares donde se vive y se trabaja,no se pueden circunscribir hoy a los lmites administrativos de cadaciudad de manera aislada, sino insertos en un territorio metropolitanoque integra tanto los espacios construidos de forma continua como losterritorios menos o nada urbanizados entre s.La ciudad de tradicin anglosajona, en particular las ciudadesnorteamericanas, han concentrado estas imgenes de la dispersin,especialmente desde la segunda mitad del siglo XX. Mientras la ciudadeuropea, en particular la de tradicin mediterrnea, ha conservado suimagen arquetpica de densidad urbana continuidad de lacompacidad constructiva y mixtura de usos del suelo y actividadeseconmicas, la ciudad americana se caracteriza por la baja densidad,la dispersin de edificaciones o actividades y la especializacin de losusos del suelo.Pero la realidad urbana de las ciudades europeas y mediterrneas semuestra en la actualidad como un escenario ms complejo, convariantes y formas urbanas alternativas a la compacidad y alcrecimiento densificado. La tendencia general hacia la dispersin delpoblamiento, las actividades y las formas de la urbanizacin dan lugara un espacio metropolitano urbanizado no de forma concentrada sinodispersa. Como resultado, el territorio integra espacios, lugares ypaisajes diferentes: unos ms urbanizados, otros menos construidos,pero todos ellos intensamente utilizados por habitantes o visitantescuyo nmero cambia en funcin del tiempo. La vida urbana, que en elsiglo XIX se entenda como algo caracterstico de la ciudad y que erasustancialmente diferente a la vida que tena lugar en el campo, haacabado por extenderse as de manera total en el territorio.En el transcurso de los ltimos quince aos, estos procesos demetropolizacin acelerados han alcanzado progresivamente zonas queantes se haban mantenido al margen de las dinmicas deurbanizacin. Se ha ido generando una urbanizacin dispersa delterritorio, caracterizada por la produccin de espacio residencial debaja densidad. En el caso de territorios como el cataln,1el anlisis deLa dispersin dela urbanizacin enlas ciudadesmediterrneas yla residenciaunifamiliar52La ciudad de baja densidad1. No se trata de un excepcin. Fragmentos de territorio como el norte de Madrid ola autopista Torino-Piacenza en el norte de Italia muestran un paisaje suburbano muysimilar a, por ejemplo, la autopista C-58 entre Barcelona y Manresa, que atraviesa elValls Occidental.la produccin de vivienda en el decurso de las dos ltimas dcadas delsiglo XX permite hablar de un modelo de produccin del espacioconstruido, caracterizado por la proliferacin de tipologas de viviendade tipo unifamiliar a una escala hasta ahora desconocida en muchosterritorios, y con un uso real no slo como segunda residencia, sino, engran medida, como vivienda principal.2Los conjuntos de casas aisladas y promociones de casasadosadas muestran el alcance de un paisaje residencial ajeno a losprocesos de extensin urbana caractersticos de las ciudadescompactas, definidos ms bien por la contigidad, la ocupacin deespacios intermedios sin construir o la extensin de la urbanizacinsiguiendo, aunque en ocasiones de forma fragmentada, modelosclsicos como la famosa mancha de aceite. Al mismo tiempo, se tratade un tipo de territorio residencial difcil de clasificar, a pesar de lassimilitudes morfolgicas, dentro del modelo clsico de la ciudad-jardndesarrollado por las burguesas de finales del siglo XIX y sobre tododurante las primeras dcadas del siglo XX. Ms que una ciudad quecrece como una mancha de aceite hablamos de un territorio donde lasmanchas de aceite se van multiplicando a lo largo de autopistas ycinturones orbitales, en municipios de primera, segunda y,actualmente, ya tercera corona metropolitanas. Esta expansinresidencial selecciona territorios y paisajes en funcin de laaccesibilidad de la red de autopistas y, en consecuencia, de lasciudades principales; y, simultneamente, en funcin de la proximidadde las reas menos urbanizadas o sin urbanizar, as como de losespacios con vistas panormicas sobre el campo, el mar o la montaa.En el caso de la provincia de Barcelona, y como se explicar mstarde, hasta una tercera parte de las viviendas construidas durante losltimos veinte aos corresponde a casas unifamiliares, aisladas oadosadas.En el caso de las ciudades intermedias entre 5.000 y 50.000habitantes, la vivienda unifamiliar ha representado un papel muyimportante en el proceso de urbanizacin, hasta el punto de que lascifras absolutas muestran una dimensin ciertamente espectacular:entre 1987 y 2001 se construyeron ms de 67.000 viviendas53La produccin residencial de baja densidad en la provincia de Barcelona (1985-2001) Francesc Muoz2. Los trabajos de Antoni Font han demostrado, no obstante, que el hbitatunifamiliar aparece y se desarrolla mucho antes, sobre todo desde los aos sesenta, yque las tipologas edificatorias unifamiliares ahondan sus races en la tradicin de laciudad-jardn anterior. Con todo, los niveles de construccin y de especializacin delos parques de vivienda que se detectan y la prevalencia del uso como viviendaprincipal y no secundaria son caractersticas que hacen especialmente significativaslas dos ltimas dcadas del siglo XX. Sobre el desarrollo de la vivienda unifamiliar enla regin metropolitana de Barcelona, vase Font (1999). unifamiliares nuevas, a un ritmo de casi 4.500 viviendas por ao,distribuidas en un conjunto de slo 100 municipios. Esta produccinde viviendas nuevas represent el 56% del parque unifamiliar de laprovincia.3La dimensin de estos datos muestra la escala de una forma deproducir y ocupar el territorio que combina la baja densidadresidencial con la alta intensidad en el uso del espacio metropolitano.Es decir, el territorio se ocupa de forma extensiva, con un consumo desuelo mucho ms importante que el que produce la urbanizacincompacta, pero del primero se hace un uso intensivo en virtud de lacreciente movilidad de la poblacin residente que vive en unos lugares,trabaja en otros y consume en otros diferentes, y, en definitiva, dibujaitinerarios espaciales mucho ms complejos que en dcadasanteriores.Estas poblaciones metropolitanas, adems de habitar en unsitio determinado donde se puede tener fijada la residencia principal,son ms bien habitantes del territorio o territoriantes,4usuarios deun espacio metropolitano, como se ha dicho muchas veces, degeometra variable; habitantes, por lo tanto, a tiempo parcial demuchos fragmentos de espacio urbano, periurbano o suburbano, deuna geografa, en definitiva, tan fragmentada como igualmentevariable.Cmo es el paisaje que caracteriza a estos nuevos entornos urbanos?El paisaje que resulta de este proceso de urbanizacin muestrala repeticin y acumulacin de una serie de espacios y elementosmorfolgicos propios de la urbanizacin dispersa y ciertamentenuevos en el contexto de las ciudades mediterrneas. Una secuenciade aadidos al territorio acompaa a la vivienda unifamiliar: lacadena de rotondas las destinadas a la distribucin interna deltrnsito dentro del conjunto de casas y las que enlazan con laEl paisaje de ladispersinresidencial54La ciudad de baja densidad3. De hecho, los municipios de tamao intermedio concentraron tambin granparte de la dinmica constructiva por lo que respecta a las viviendas en bloque. Elgrupo de municipios de entre 5.000 y 50.000 habitantes super incluso la cifra deviviendas construidas en los municipios ms grandes, con ms de 100.000habitantes. El grupo de municipios de entre 5.000 y 10.000 habitantes incluyealgunos como Abrera, Argentona, Corbera, Matadepera, Sant Fost de Campsentelles,Tiana o Vallirana. El grupo de municipios ms grandes, de hasta 50.000 habitantes, es un grupo bastante heterogneo, en el que se encuentran cabeceras comarcalescomo Sant Feliu de Llobregat, Vilafranca o Vic, ciudades de tamao relevante comoCastelldefels, Gav, Mollet del Valls, Martorell o Molins de Rei, y otros comoIgualada, Palau de Plegamans, Ripollet y Sitges.4. Para una explicacin ms detallada del concepto territoriante, vase Muoz, F.(2000, 2002 y 2004).autopista ms cercana, las grandes superficies comerciales oshopping-malls y sus mltiples variantes de los festival-markets alos outlet store, los parques temticos de pequeo o gran formato,las salas multicines, multiplex o megaplex, o las tambin nuevasgasolineras-tienda.La principal conclusin que se puede sacar cuando se comparanestos nuevos fragmentos de urbanizacin es que los territoriosmetropolitanos comienzan a parcerse mucho morfolgicamente. Lasreas de residencia unifamiliar, en particular, muestran un espacioresidencial producido con los mismos criterios morfolgicos enciudades diferentes. Hablamos de un paisaje diseado y estructuradocon una secuencia discontinua de elementos fsicos muy especficoscomo los anteriormente citados. Incluso el propio paisaje residencialse acaba articulando a partir de la variacin estandarizada de tejados,fachadas, jardines, porches de entrada o sistemas de alarma yseguridad. En este paisaje urbano, las discontinuidades y las pequeas diferencias se van repitiendo indefinidamente, de unamanera que recuerda el libro de Edward Relph El paisaje urbanomoderno (1987):Conducir por una ciudad es encontrar una variedad limitada dediferentes tipos de paisajes, repetidos indefinidamente.Encontramos modernos proyectos de renovacin, torres deoficinas administrativas, calles comerciales, tranquilos suburbiosresidenciales, los espacios de los prkings en los centroscomerciales, distritos industriales; ms tarde encontramosmodernos bloques de viviendas, ms barrios suburbanos, otracalle comercial, otro polgono industrial, otro paisajepostmoderno, otro suburbio... Parece que lo que caracteriza lavida urbana es la aceptacin de las discontinuidades repetidas deforma estandarizada.En el caso de la regin de Barcelona, este crecimiento fsico de laurbanizacin, pese a producirse de forma fragmentada y discontinua, o mejor dicho, precisamente a causa de esto, ha provocado uncontinuo consumo de suelo. Como ya sabemos (SERRATOSA, 1994), elsuelo urbano en la regin metropolitana de Barcelona creci a unritmo muy importante durante el siglo XX, pero especialmente durantelas dos ltimas dcadas. As, en 1880, de las 323.000 ha queintegraban el territorio de la regin, 1.763 estaban urbanizadas. El suelourbano haba crecido hasta 21.482 ha en 1972 y, veinte aos mstarde, en 1992, ya se contaban 45.000 ha. En otras palabras, la reginmetropolitana de Barcelona consumi ms suelo en el ltimo cuartoLa urbanizacindispersa en la regin y laprovincia deBarcelona55La produccin residencial de baja densidad en la provincia de Barcelona (1985-2001) Francesc Muozdel siglo XX que durante toda la evolucin anterior, con un ritmo medio de consumo de 1.000 ha anuales, equivalentes a 3 ha por da.Este ritmo en el consumo del suelo significara, por lo tanto, laurbanizacin diaria de unos 30.000 m2, una superficie comparable,como se ha dicho muchas veces, a la construccin de varios camposde ftbol cada da. Concretamente, y para dar una imagen bienconcreta y explcita, casi cuatro terrenos de juego como el Camp Noual da.5Este crecimiento del suelo urbanizado no ha sido homogneo enlo que se refiere a los usos que se han traducido sobre el territorio nitampoco en lo que respecta al modo en que estos usos urbanos delsuelo se han distribuido en las ciudades y espacios metropolitanos.Sobre el primer punto, las infraestructuras y los usos vinculados a laactividad industrial, de un lado, y la residencia, de otro, han sido losdestinos predominantes del suelo consumido en la consolidacin fsicadel hecho metropolitano. En cuanto al segundo punto, estos procesosde urbanizacin se han dado de forma diferente segn se trate de losterritorios del continuo urbano barcelons; de la primera o segundacorona metropolitanas; o del resto del territorio provincial; y, adems,con diferencias en cada uno de estos mbitos territoriales.El resultado ha sido un verdadero proceso de especializacinfuncional del terreno. En el caso concreto del espacio residencialtambin se puede hablar de una especializacin en funcin de lasdiferentes tipologas edificatorias que se han desarrollado. De hecho,como se ver ms tarde, se puede hablar de unos dominiosespaciales y temporales de la vivienda unifamiliar aislada y laadosada. Es decir, que esta especializacin no slo se refiere a laconcentracin de una tipologa edificatoria en un territoriodeterminado sino, tambin, en un momento especfico.Si se tienen en cuenta las diferencias morfolgicas de laedificacin, un primer hecho que hay que tener presente es el mayorconsumo directo y las mayores necesidades de suelo que la viviendaunifamiliar representa en relacin con la plurifamiliar o en bloque. Estees un elemento importante a la hora de valorar el consumo de suelometropolitano de las dos ltimas dcadas, sobre todo si se tiene encuenta que la mayor parte del nuevo suelo urbanizado se ha producidoconsolidando sectores de edificacin de baja densidad (SERRATOSA,1994). As, las reas de edificacin unifamiliar representaban en 1987el 43,7% del territorio residencial producido en el mbito de la regin56La ciudad de baja densidad5. El terreno de juego del estadio del Camp Nou tiene una extensin de 7.140 m2.Cuatro terrenos de juego como ste sumaran, por lo tanto, un total de 28.560 m2.metropolitana de Barcelona, y ms del 50% en 1992.6Es decir, laedificacin de baja densidad superaba en el mbito de la reginmetropolitana todo el resto de viviendas construidas en las diferentestipologas de edificacin en urbanizacin compacta: casco antiguo, islacerrada (densificacin urbana y ensanche), y aislada plurifamiliar(polgonos y plurifamiliar aislada). Este territorio residencialcorresponda en gran medida a la segunda corona metropolitana,mientras que en el mbito estricto del rea metropolitana de Barcelonael peso de la vivienda unifamiliar sobre los territorios residenciales erainferior y casi no superaba el 35%.En la misma direccin, las viviendas unifamiliares significaronms del 30% de todas las viviendas construidas en la reginmetropolitana de Barcelona entre 1985 y 2001. El protagonismo del espacio metropolitano es tal en Catalua que en este perodo de 17 aos el 51% de todas las viviendas unifamiliares construidas en el pas se construyeron en la regin metropolitana de Barcelona,con mximos como el del ao 1999, en que la regin metropolitanaaglutin ms del 62% del parque de viviendas unifamiliares cataln.Se trata, pues, de un crecimiento muy importante del parqueunifamiliar global en la regin, que tambin se refleja a escalamunicipal y que afecta de forma mayoritaria a un tipo de municipiomuy concreto. As, si se analiza la produccin unifamiliar en trminosde superficie edificada con esta tipologa edificatoria respecto a latotalidad de la superficie residencial desarrollada en los diferentesmunicipios metropolitanos en 1992, se observa que en municipioscomo Tiana, Begues, Cerdanyola, Sant Cugat o Sant Just Desvern ms del 75% del suelo residencial corresponda a suelo de edificacinunifamiliar, mientras que otros como Cornell, El Prat de Llobregat ylos municipios del Barcelons presentaban porcentajes inferiores al 25% (AMB, 1995). Las cifras relativas a la produccin residencialcompletan este diagnstico, ya que, en el primer grupo de municipios,la vivienda unifamiliar representaba en 1992 porcentajes mucho msimportantes sobre el parque construido desde 1987: un 45% enCerdanyola y Sant Just; un 50% en Sant Cugat; y hasta un 80% enBegues y Tiana. Estos porcentajes, en cifras absolutas, suponan unparque conjunto ligeramente por encima de las 6.500 viviendas que seconstruyeron en estos municipios entre 1987 y 1992.Este crecimiento del tipo de urbanizacin unifamiliar se hallavinculado, por un lado, a la evolucin de las pautas de movilidad57La produccin residencial de baja densidad en la provincia de Barcelona (1985-2001) Francesc Muoz6. Datos extrados de AMB. Dinmiques metropolitanes a lrea i la regi deBarcelona. Mancomunitat de Municipis de lrea Metropolitana de Barcelona.Mancomunitat de Municipis. rea Metropolitana de Barcelona, 1995.residencial y las migraciones metropolitanas, y por otro, a un cambiodel modelo de produccin residencial de las reas menos centrales dela regin, que en