Un trágico

día

Tania Cerqueira Torres

Era un día lluvioso, como de costumbre en su ciudad. Sonó el despertador, las

once y media, es el gran día. Se leventó de la cama y se puso ese conjunto

que a él tanto le gustaba y se cepilló el pelo. Su madre la regañó por no

desayunar nada y ella, para hacerla callar, se comió una magdalena que

quedaba en el bote de las galletas. Cogió su bolso con sus llaves y su

Samsung galaxy S2. Bajó las escaleras y le mandó un whattsap:

¿Dónde estás?, habíamos quedado, ¿recuerdas?

No recibió respuesta, entonces se le ocurrió ir a buscarlo a casa, tenía tantas

ganas de verlo… y después de un verano sin ver a su chico… Hoy lo vería otra

vez. Salió del portal decidida, y cruzó la calle, no habló con nadie, solo miraba

las notificaciones de su twenty, sin prestarle atención a lo que pasaba a su

alrededor. Se estaba empezando a preocupar al no recibir respuesta de él,

pero no le importaba. Quizá se habrá quedado durmiendo.

Cruza la calle a la altura de la puerta del Sol, y se decide a crucar el parque de

Gran Vía. Lo atraviesa casi sin mirar donde pisa, ni quién se cruza con ella. Va

distraída, mirando los temas frecuentes de su Twister mientras en su ipod

suena Little things y entonces, lo ve. Está en un banco, pero… No está solo.

¿Quién es ella? ¿Qué está haciendo? No le alcanza mucho la vista, pero eso

es inconfundible… Acaba de darle un beso a su chico. ¿Quién era? No la

conoce pero, sabe que acaba de matarla. Se acerca, él no se da cuenta y sigue

liándose con esa chica. Se planta frente a ellos.

-Ejem, ejem –dice ella con tono despreciativo- ¿HOLA? ¿Qué estás haciendo?

tú estas conmigo.

Es chico se da cuenta y para de inmediato, se queda sin habla, no sabe qué

decir, no como reaccionar.

-¿Es que no vas a decir nada? –dice ella muy angustiada –Me has jodido pero

bien –dice en tono entristecido.

Él no sabe qué decir, pero se decide a abrir la boca.

-Pe… pe… pero… te lo puedo explicar, te lo juro.

Ella rompe a llorar, no sabe qué hacer. Él se levanta del banco en el que

estaba sentado y la abraza. Ella se aparta, no quiere rozarlo, no quiere verlo,

en verdad quiere, pero no puede…

Él se siente muy mal, no sabe como va ha reaccionar. Entonces, ella lo mira a

los ojos- Están empapados en lágrimas que empezaban a caer poco a poco, y

no podían cesar. Él siente mucha lástima, se había dejado llevar, también la

quería, pero sabía que nada era lo mismo desde el día que ella se fue de

vacaciones con su familia. La otra chica seguía sentada en el banco, sin

pronunciar palabra.

Entonces, pasa. Ella necesita hablar, va a hablar.

-¿Por qué me has hecho daño?¿No podías decirme directamente que no me

quieres? Me has hecho mucho daño, no te creía capaz…

-Lo… lo siento… no quería hacerte daño, nunca había besado a otra chica que

no fueras tú, en todo este tiempo no te he sido infiel, te lo juro… es que, me he

dejado llevar…

-No tenías por qué… éramos felices.

-Tiene solución, no hagas de esto una montaña.

-¿Qué qué? Me has hecho daño… -Echa a llorar, se siente engañada,

manipulada y confundida. La otra chica se ríe de ella, y ella ya no puede

aguantarlo más… Iba a ser el día más feliz de su vida…

-¿Sabes que? Déjalo, quizá nunca te importé. Gracias por estos meses que

mehas hecho vivir.

-Claro que me importaste, ha sido un desliz.

-Adiós… -La chica se va de allí, va muy aturdida y no sabe qué hacer, no

quiere volver a casa así. Coge su móvil e intenta llamar a una amiga, pero no

hay respuesta. Estará durmiendo aún.

Y entonces, cuando pensaba que nada podía ir peor, cuando iba a cruzar la

calle, un coche veloz la alcanzó y la tiró por los aires- El chico, al darse cuenta

del atropello, corrió hacia donde estaba. No respira, pero su móvil seguía

encendido. Lo último que había hecho, ver una foto de los dos, juntos…