Narrativa Del Siglo XX Ensayo

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Técnicas narrativas del siglo XX En muchas ocasiones, con la nueva novela parece que sea más importante la forma de narrar que lo narrado; por ello destacamos las siguientes nuevas técnicas narrativas: a) El argumento: desaparece la preocupación por el argumento clásico, con planteamiento, nudo y desenlace. En ocasiones, la historia llega a desaparecer, o es sustituida por fragmentos que el lector deberá reconstruir para comprenderla. Importará más cómo se cuenta que el argumento en sí. Los narradores norteamericanos de la Generación perdida –Hemingway, Faulkner, Dos Passos- eliminan todo lo que no consideran imprescindible; en la novela prevalece la presentación de problemas y mundos interiores. Frente al realismo de la novela decimonónica, la novela del siglo XX da entrada a lo imaginativo, lo alucinante, lo irracional y lo onírico (Kafka, Faulkner). b) Personajes colectivos: el personaje deja de ser el héroe central en torno al cual gira el relato y se convierte en un elemento más de éste. El narrador ofrece pocos rasgos del personaje; en algunas ocasiones no se conoce ni su nombre o sólo se conserva de él la inicial, como en El castillo de Franz Kafka, donde el protagonista se llama K. El personaje colectivo interesa más a la nueva novela; el hombre-masa ha sustituido al antiguo héroe individual. John Dos Passos con su novela Manhattan Transfer y Thomas Mann con La montaña mágica son pioneros en la incorporación del protagonista colectivo. c) Tiempo y espacio: en la novela tradicional el relato seguía una presentación de los hechos cronológica y lineal. Los novelistas del siglo XX han prestado gran atención a los aspectos temporales, y en algunas novelas de Proust, Mann, y Woolf el tiempo es el protagonista; el desorden cronológico se ha convertido en uno de los rasgos estructurales más característicos de la novela actual, es decir, se ha roto la linealidad temporal, intercalando el pasado en el presente, como consecuencia del funcionamiento, no siempre ordenado, de la memoria. En A la búsqueda del tiempo perdido, de Proust, o en ¡Absalón, Absalón!, de Faulkner, las alteraciones temporales llegan a la fusión del pasado y presente en un único tiempo. Las técnicas cinematográficas han facilitado esta nueva concepción del tiempo mediante recursos como la fragmentación del relato en planos o secuencias casi independientes y el flashback o salto atrás. En cuanto al espacio, nos encontraremos con la incorporación de espacios simbólicos o imaginarios, o del espacio “interior” del protagonista (su subconsciente, su memoria). d) Narrador y punto de vista: la novela del siglo XX ha intentado huir del narrador omnisciente. Se trata de dar una visión que esté de acuerdo con los mecanismos humanos de percepción del mundo. Algunos novelistas han reivindicado la total imparcialidad del narrador, para evitar que se inmiscuya en el relato. El narrador actúa como una cámara cinematográfica que limita el campo de sus conocimientos y no cuenta más que lo que ve; no profundiza en la interioridad de los personajes, ya que considera que sólo se les puede conocer desde fuera, por sus gestos, actos o palabras. La nueva novela también ha empleado con frecuencia la narración en primera persona; de esta manera se transmite una visión limitada de la realidad, algo parecido a lo que ocurre en la vida real. En la segunda mitad del

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Anáalisis literario

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Técnicas narrativas del siglo XX

En muchas ocasiones, con la nueva novela parece que sea más importante la forma de narrar que

lo narrado; por ello destacamos las siguientes nuevas técnicas narrativas:

a) El argumento: desaparece la preocupación por el argumento clásico, con

planteamiento, nudo y desenlace. En ocasiones, la historia llega a desaparecer, o es

sustituida por fragmentos que el lector deberá reconstruir para comprenderla. Importará

más cómo se cuenta que el argumento en sí. Los narradores norteamericanos de la

Generación perdida –Hemingway, Faulkner, Dos Passos- eliminan todo lo que no consideran

imprescindible; en la novela prevalece la presentación de problemas y mundos interiores.

Frente al realismo de la novela decimonónica, la novela del siglo XX da entrada a lo

imaginativo, lo alucinante, lo irracional y lo onírico (Kafka, Faulkner).

b) Personajes colectivos: el personaje deja de ser el héroe central en torno al cual

gira el relato y se convierte en un elemento más de éste. El narrador ofrece pocos rasgos del

personaje; en algunas ocasiones no se conoce ni su nombre o sólo se conserva de él la inicial,

como en El castillo de Franz Kafka, donde el protagonista se llama K. El personaje colectivo

interesa más a la nueva novela; el hombre-masa ha sustituido al antiguo héroe individual.

John Dos Passos con su novela Manhattan Transfer y Thomas Mann con La montaña mágica

son pioneros en la incorporación del protagonista colectivo.

c) Tiempo y espacio: en la novela tradicional el relato seguía una presentación de los

hechos cronológica y lineal. Los novelistas del siglo XX han prestado gran atención a los

aspectos temporales, y en algunas novelas de Proust, Mann, y Woolf el tiempo es el

protagonista; el desorden cronológico se ha convertido en uno de los rasgos estructurales

más característicos de la novela actual, es decir, se ha roto la linealidad temporal,

intercalando el pasado en el presente, como consecuencia del funcionamiento, no siempre

ordenado, de la memoria. En A la búsqueda del tiempo perdido, de Proust, o en ¡Absalón,

Absalón!, de Faulkner, las alteraciones temporales llegan a la fusión del pasado y presente

en un único tiempo. Las técnicas cinematográficas han facilitado esta nueva concepción del

tiempo mediante recursos como la fragmentación del relato en planos o secuencias casi

independientes y el flashback o salto atrás. En cuanto al espacio, nos encontraremos con la

incorporación de espacios simbólicos o imaginarios, o del espacio “interior” del protagonista

(su subconsciente, su memoria).

d) Narrador y punto de vista: la novela del siglo XX ha intentado huir del narrador

omnisciente. Se trata de dar una visión que esté de acuerdo con los mecanismos humanos

de percepción del mundo. Algunos novelistas han reivindicado la total imparcialidad del

narrador, para evitar que se inmiscuya en el relato. El narrador actúa como una cámara

cinematográfica que limita el campo de sus conocimientos y no cuenta más que lo que ve;

no profundiza en la interioridad de los personajes, ya que considera que sólo se les puede

conocer desde fuera, por sus gestos, actos o palabras. La nueva novela también ha empleado

con frecuencia la narración en primera persona; de esta manera se transmite una visión

limitada de la realidad, algo parecido a lo que ocurre en la vida real. En la segunda mitad del

siglo XX se creó la narración en segunda persona, que aparece en novelas de carácter

confesional, en las que el protagonista se dirige a sí mismo como si desdoblara su

personalidad.

Una estructura muy usada en el siglo XX es el multiperspectivismo: la visión del mismo

hecho, o del mismo personaje, desde diferentes perspectivas, no siempre coincidentes y a

menudo divergentes, como en El cuarteto de Alejandría, de Lawrence Durrell. Cada

perspectiva puede diferenciarse de las restantes, no sólo por lo que el narrador sabe, sino

por cómo lo dice y por el tono de su voz. Con las diferentes perspectivas se consigue hacer

dudar al lector y que él mismo acabe adoptando su propia visión sobre lo narrado.

e) El monólogo interior: la eliminación del narrador y la desaparición del interés

argumental traen como consecuencia el predominio de lo técnico sobre lo temático. Una

de las técnicas más usadas es el monólogo interior, que consiste en reproducir, usando la

primera persona, los pensamientos de un personaje tal como brotarían de su conciencia, es

decir, sin someterlos a un orden racional o a una sintaxis lógica. De esta manera, el lector

entra en contacto directo con la vida psíquica del personaje. Mediante el monólogo

interior, los novelistas indican el desordenado fluir de la conciencia eliminando en la

escritura los signos de puntuación y las estructuras gramaticales. El monólogo interior fue

cultivado con gran maestría por Joyce, Faulkner, Woolf, Proust y otros

f) Renovación estilística: se tiende a borrar la tradicional separación entre lenguaje

narrativo y lenguaje poético. Los límites de la novela han desaparecido y en ella tienen cabida

los textos periodísticos, los anuncios, los informes... La tipografía se carga de valores

expresivos, desaparece la puntuación, se utilizan diversos tipos de letra, distintos idiomas...

g) Nuevos procedimientos de estructuración: normalmente desaparece la división en capítulos, apareciendo así la secuencia (fragmento de texto separado por espacios en blanco). En la estructura interna hay nuevas técnicas como el contrapunto, que consiste en presentar varias historias que se combinan y alternan (Contrapunto, de Aldous Huxley); si se entremezclan jmuchas anécdotas y personajes de esta manera, se habla de técnica caleidoscópica (Manhattan Transfer, de Dos Passos)