Naturaleza Sociedad Yalienacion (GG)

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NATURALEZA, SOCIEDAD Y ALIENACION

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  • NATURALEZA, SOCIEDADY ALIENACION

  • NATURALEZA,SOCIEDAD

    Y ALIENACIONCiencia y desarrollo en la modernidad

    GUIDO P. GALAFASSI

  • 2004, Guido P. Galafassi

    Para esta edicin, Editorial NordanComunidadAvda. Milln 4113, 12900 Montevideo, UruguayTel: (598-2) 305 5609, fax: 308 1640C.e.: [email protected]

    Diagramacin y diseo de tapa: Ruben G. PrietoArmado: Javier Fraga

    ISBN (Nordan): 9974-42-122-5D.L. 333.087/04 - Julio de 2004

  • Indice

    Presentacin .................................................................................................................... 7

    Agradecimientos ...................................................................................................... 11

    IntroduccinCiencia y razn moderna ............................................................................ 13

    Captulo 1Conocimiento y progreso en la Modernidad ......................... 23

    Dominacin y crecimiento en la concepcinmoderna de progreso ................................................................................... 23Las limitaciones de la ciencia positiva ...................................... 29Entre la razn como totalidad y la razn comoinstrumento ........................................................................................................... 34

    Captulo IICiencia, disciplinas y teoras ................................................................... 41

    Corrientes tericas en la interpretacin de larelacin sociedad-naturaleza ............................................................... 41La particular mirada de la antropologa:entre las Ciencias de la Naturaleza ylas Ciencias de la Cultura ....................................................................... 53

    Captulo IIIEl proceso moderno de desarrollo .................................................... 79

    Mercado, Estado y desarrollo moderno .................................... 80

  • Las ciencias sociales y los estudios sobre eldesarrollo ................................................................................................................ 93El predominio de la racionalidad instrumental enel progreso y desarrollo de la sociedad moderna .......... 100

    Captulo IVHacia un abordaje no instrumental de la complejidaden la relacin naturaleza-cultura-desarrollo ..................... 107

    Naturaleza y cultura .................................................................................. 108La mediacin social de la naturaleza ........................................ 112La centralidad del trabajo y la tecnologa en lasociedad moderna ........................................................................................ 124Ms all de la alienacin: ideologa y movimientossociales ................................................................................................................... 134

    Captulo VResumen final (a modo de manifiesto) ........................................ 153Bibliografa ................................................................................................................ 159

  • En el estado actual de la sociedad moderna, donde los pro-cesos de alienacin social y cultural son tan profundos quehasta el propio concepto de alienacin ha desaparecido detoda consideracin intelectual y hasta es calificada comosolo una rmora del pasado, pensar y producir conocimien-to terico o en forma de ensayo (considerado peyorativa-mente por la mayor parte de la inteligentzia cientfica)para discutir y debatir, tambin dentro del mbito acadmi-co y cientfico, constituye una tarea que tampoco cuenta conlos aplausos de la mayora. Es que la mayor parte de lasinstituciones acadmicas y cientficas consideran solo vli-do las investigaciones de carcter emprico que siguen pun-tualmente el esquema metodolgico bendecido por la tra-dicin cientfica, denostando como pura especulacin (sihasta la filosofa es institucionalmente tratado como otraciencia cualquiera) todo intento por ensayar un pensamientoterico, que dado este contexto es por definicin crtico.La caracterizacin de cientificismo elaborada por Varsavskyen los aos setenta sigue, lamentablemente, tan vigente comoentonces, a pesar de que, obviamente, hoy haya sido total-mente olvidada. Adems de esto, pretendiendo reflexionaren forma articulada y conjunta sobre el binomio naturaleza-sociedad, expresiones de la realidad que la ciencia moderna(o las instituciones que dicen representar la ciencia) las handefinido, cientficamente por supuesto, como mbitos sepa-rados y (casi) inconexos, de tal manera que se han construi-do grandes campos del conocimiento (y de la formacin aca-dmica) separados, por un lado las ciencias naturales, y por

    Presentacin

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    otro las ciencias sociales o humanas (aunque algunos de loscientficos mas duros, ms verdaderamente cientficos se-gn ellos, ni siquiera las consideran ciencias), especializa-das cada una de ellas en una porcin delimitada de la exis-tencia que legitima as toda una estructura de justificacionesintelectuales y burocrticas que termina concibiendo a larealidad y a la ciencia misma, como un conjunto de frag-mentos autnomos que nada hacen por intentar comprenderlos procesos de continuidades, transformaciones y rupturasentre las diversas especies de entidades y procesos que con-forman la trama compleja de la realidad.

    En consecuencia, el propio campo del conocimiento con-temporneo est preado de variados y profundos viciosinscriptos tambin dentro de los procesos de alienacin dela sociedad moderna de mercado. Es que el proceso de pro-duccin del conocimiento en una sociedad alienada no pue-de ms que responder a los cnones del marco general en elcual se desarrolla.

    Sin dudas, que el concepto de alienacin puede tener di-versas manifestaciones y significaciones, pero el predominiodel proceso de mercantilizacin de la existencia en las socie-dades contemporneas marca una impronta fcilmentedistinguible que impregna los diferentes mbitos de la reali-dad. La necesidad de convertir todo en mercanca que poseenuestra sociedad de mercado lleva indefectiblemente a unproceso de alienacin en donde los sujetos sociales ya no sondueos de sus propios destinos, pierden toda libertad y capa-cidad de decisin a favor de la lgica del mercado, que porellos (o por nosotros) se encarga de asignar los recursos yfunciones. De aqu que liberalismo en absoluto es sinnimode libertad. Porque la lgica del mercado se sustenta sobreprocesos de explotacin, tanto de los hombres entre si comode los hombres en relacin a la naturaleza, en donde la liber-tad obviamente no entra en juego, y en donde a partir delentramado de complejas relaciones sociales se impone unalgica de dominio y control sobre sus actividades, sus funcio-nes e incluso sobre sus cuerpos. Adems, la mercanca y sulgica de produccin y consumo recurrentes se edifica nece-

  • 9sariamente sobre procesos de construccin-destruccin, cons-truccin (o reproduccin) de fuerza de trabajo a costa de ladestruccin del sujeto como entidad libre y creadora; y cons-truccin de un ambiente artificial (sumatoria compleja demercancas) a costa de la destruccin de los ambientes natu-rales. As, la alienacin en las sociedades contemporneas sedefine principalmente por su capacidad de cosificacin,homogeneizacin y fragmentacin, por cuanto, definido unprocedimiento vlido para la acumulacin y la maximizacinde ganancias y poder, resta solo normatizar (domesticar y ha-cer controlables y previsibles), tanto a los sujetos como a lanaturaleza, en pos de su reclutamiento para alimentar losmltiples procesos de explotacin. En este contexto, es que laalienacin est presente tanto en las relaciones sociales deproduccin (que no se circunscriben solo a las relaciones en-tre sujetos sociales, entre explotadores y explotados, sino quetambin entre sujetos sociales y porciones de naturaleza) como,y en relacin dialctica con aquella, en las relaciones socialesde construccin del campo poltico, y en las relaciones socia-les de legitimacin social y cultural, lo que incluye el mundode la produccin de conocimientos.

    Para comprender entonces, (y superar) los mltiples me-canismos de dominacin y alienacin, es necesario comenzara desentraar tambin las formas consecuentes que asume elproceso de produccin de conocimientos y que tiene en larelacin naturaleza-sociedad, una de las manifestaciones msclaras en trminos de fragmentacin, homogeneizacin ycosificacin de la realidad que se pretende explicar.

    En definitiva, el objetivo de este trabajo consiste en co-menzar a analizar como (parafraseando a Mandel) la econo-ma y sociedad moderna y capitalista (y la ciencia asociada)es no solo una empresa gigantesca de deshumanizacin, sinotambin de desnaturalizacin, por cuanto transforma a los sereshumanos y a la naturaleza, de objetivos en si mismos en ins-trumentos y medios de hacer dinero y acumular capital.1

    1. Frmula descriptiva del capitalismo tomada de Ernest Mandel (1998:63) peroampliada y complejizada con la incorporacin de la naturaleza y la ciencia, elemen-tos que en la caracterizacin de Mandel no aparecen.

    Presentacin

  • Este trabajo terico es el resultado de una serie de reflexionessurgidas tras largas horas de estudio e investigacin, pero quese enriquecieron fundamentalmente con dilogos, debates,discusiones y experiencias compartidas con colegas, amigos ymiembros de diversas organizaciones sociales.

    LaRedInternacionalde InvestigadoresTheomaideEstudiossobre Sociedad, Naturaleza y Desarrollo (www.unq.edu.ar/theomai) constituy el mbito principal donde pude discutir in-extenso las tesis que expongo en este libro. En este marco,debo distinguir los debates e intercambios intensos que mantuveconAndrs Dimitriu y tambin con Omar Miranda.

    Los dilogos e intercambios que mantuve con amigos ycompaeros de trabajos varios (aunque a la distancia) comoFrancesco Chiarello (Bari), Alfredo Alietti (Milano), MarcoGiovagnoli (Ancona), Dario Padovan y Francesco Faiella(Padova), Robinson Salazar (Sinaloa), Guillermo Foladori(Zacatecas), Carlos Aguirre Rojas (Mxico, D.F.) tambindejaron su impronta en estas pginas.

    Marta Kollman (UBA), Jorge Prspero Roze (UNAM yCONICET), PastorArenas (CONICET),Alberto Bonnet (UNQy UBA), Hugo Trinchero (UBA) y Chris Van Dam (UNSA)me aportaron la posibilidad, dada su muy diversa formacinacadmica y rea de investigacin, de intercambiar impresionessobre los modismos de las diversas disciplinas.

    Un agradecimiento particular merece Ruben Prieto(Comunidad del Sur y Nordan Editorial) quin se interes por

    Agradecimientos

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    este trabajo y me ofreci muy solidariamente el marco dondepublicar estas ideas, en consonancia con el proyecto de vidaautogestionaria que estn llevando adelante, como un intentovlido para superar los mecanismos de alienacin que nosrodean.

    Una influencia indirecta, pero no por esto pocoenriquecedora, es la que obtuve a partir del contacto y elcompartir experiencias con diversos integrantes deorganizaciones y movimientos sociales (asambleas barriales,movimientos desocupados, movimientos ambientalistas,estudiantiles, etc.) quienes desde su prctica militante meayudaron a iluminar crticamente la relacin entre ciencia ysociedad.Vale mencionar a Pablo Florido, Lucas Chiappe, JorgePistochi, Oscar de la Fuente, Ral Perea, Marta Sahores, JuanCarlos Cibelli, etc.

    Por ltimo, no puedo dejar de mencionar lo invalorable queresultaron para este libro todas aquellas instancias (y quieneslaspromuevenysostienen)queen las institucionesacadmicasy cientficas se encargan sistemticamente de interponerobstculos y trabas a todas aquellas investigaciones que nosiguen el Evangelio Oficial. Sin este impresionante estmulo,seguramente me hubiera resultado un poco ms dificultosodesentraar los vicios alienantes presentes en el mundo de laproduccin de conocimientos.

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    La concepcin moderna de sociedad en donde es crucial lacategora dominacin, tiene en la ciencia uno de sus pilaresfundamentales. Y esta dominacin est fuertemente relacio-nada con el manejo instrumental de la naturaleza y de losrecursos sociales y econmicos. Y para este manejo instru-mental es prioritario primero conocer cientficamente a larealidad natural y social sobre la cual se va a actuar.

    Pero la reflexin y el intento de estudiar a la naturaleza ylos seres humanos, las relaciones entre estos ltimos, losvalores espirituales y las estructuras de organizacin socialque han creado, se puede remontar por lo menos hasta losprimeros registros escritos de los cuales se tiene noticia. Lasreflexiones sobre la tierra, en tanto naturaleza habitable, hanestado persistentemente presente en la historia del pensa-miento occidental, preguntndose reiteradamente sobre comohan influido las condiciones naturales sobre la cultura hu-mana, y viceversa, como el hombre la ha cambiado ha partirde su hipottica condicin original (Glacken, 1996). Pero laforma particular de analizar a la naturaleza tal cual la conce-bimos hoy en da, y ms especialmente el estudio de la rela-cin sociedad-naturaleza bajo la forma de lo que se ha dadoen llamar conocimiento cientfico, son claramenteemprendimientos modernos.

    Las races de esta nueva ciencia se encuentran en losprimeros intentos del siglo XV y XVI por desarrollar unconocimiento secular (desvinculado de la explicacin reli-

    Introduccin

    Ciencia y razn moderna

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    giosa medieval) sobre la realidad y que por sobre todo tengaalgn tipo de validacin emprica. La nueva ciencia se basa-ba en la obtencin de un conocimiento probado a partir de laobservacin y la experimentacin a diferencia del conoci-miento tradicional que se deduca fundamentalmente de lostextos y verdades clsicas. La ruptura con la ciencia medie-val puede ser vista en toda su dimensin a travs de la anc-dota en la cual Galileo intenta ofrecer su telescopio a unastrnomo escolstico para que pudiera ver las lunas deJpiter que acababa de descubrir. La negativa del escolsti-co fue rotunda, aduciendo que las lunas de Jpiter no podanexistir puesto que no figuraban en el Tratado de Astronomade Aristteles, y que si el telescopio dejaba verlas, era enconsecuencia un instrumento diablico. As, las justifica-ciones del pensamiento medieval estaban absolutamente ale-jadas del modelo de conocimiento moderno. La tradicinera el nico criterio que aseguraba la verdad. El astrnomoFrancesco Sizi, contemporneo de Galileo, escribi: haysiente ventanas en la cabeza, dos orificios nasales, dos ore-jas y una boca, as en los cielos hay dos estrellas favorables,dos que no son propicias, dos luminarias, y Mercurio, el nicoque no se decide y permanece indiferente. De lo cual ascomo de muchos otros fenmenos de la naturaleza, simila-res -los siete metales, etc.- que sera tedioso enumerar, infe-rimos que el nmero de planetas es necesariamente sieteadems, los satlites son invisibles a simple vista, y por lotanto no pueden tener influencia sobre la tierra, y por lo tan-to seran intiles y por lo tanto no existen (Holton y Ruller,citado por Hempel, 1976: 77).

    Pero adems, esta nueva ciencia se sustentar en su uti-lidad inmediata para funcionalizar el conocimiento adquiri-do dentro del nuevo concepto de racionalidad basado en laexplotacin productiva de la naturaleza con el fin de lograrun progreso material de la sociedad. As, si en el medioevo,la aspiracin intelectual de los hombres se reduca a desen-traar el sentido moral y la finalidad existencial de la vidaconcentrndose casi por completo en la interpretacin de laRevelacin Divina llevada a cabo por las autoridades ecle-

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    sisticas, los hombres de la modernidad comenzaron, por elcontrario, a cuestionarse por las causas intramundanas, esdecir terrenales de la humanidad, causas que deberandefinirse mediante la observacin sensible, en vez de recu-rrir a la tradicin para interrogarse sobre la finalidad ultra-terrena. Y como la nueva concepcin de la vida terrenal quese empieza a construir en el Renacimiento estar basada enla administracin de las habilidades humanas en trminosde su propia validacin independientemente de la determi-naciones religiosas, la nueva ciencia se basar por tanto enel conocimiento de la realidad natural y humana para servireficientemente a los nuevos principios filosficos, socialesy polticos. El objetivo entonces de esta nueva ciencia serel de detectar regularidades en el curso de la naturalezacon la ayuda de experiencias sistemticamente organizadaspara, a partir del conocimiento de dichas regularidades, po-der provocar o evitar a voluntad determinados efectos o, conotras palabras, para poder dominar, lo ms posible, la natu-raleza (Horkheimer, 1995:18). Y es a partir de esta concep-cin del conocimiento que se construir la validacin mo-derna de lo que es y sobre que principios se estructura lanaturaleza. As, las nociones de uniformidad y regularidadsern dos caractersticas claves para poder sustanciar unconocimiento que sea til al desarrollo material de la huma-nidad. Si no existiera una cierta regularidad y uniformidaden la velocidad de un cuerpo en cada libre, o en el resultadode una reaccin qumica, o en las consecuencias que la pre-sencia de un frmaco tendr sobre determinadas manifesta-ciones infecciosas, o en la temperatura a la cual un determi-nado elemento qumico cambiara de estado, la obtencin deeste conocimiento no tendra ningn valor para el progresomaterial de la sociedad. Es que el valor de las leyes de na-turaleza, leyes que deben ser precisamente descubiertas porla ciencia moderna, est en relacin directa con la perfecti-bilidad a partir de la cual se rige la repeticin futura de loshechos que pretenden explicar (para predecir) estas leyes.Es decir, que ser necesario descubrir las leyes que rigen lanaturaleza, no por el solo hecho de contemplar y admirar la

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    creacin divina, sino para causas mucho ms mundanas quetienen que ver justamente con la posibilidad de predecir lanaturaleza para as poder ejecutar prcticas que posibilitensu manejo y control. Es que, la posibilidad de unas leyes dela naturaleza, y, por consiguiente, la del dominio de esta,aparece en la nueva ciencia del Renacimiento en dependen-cia lgica de la presuposicin de que el acontecer naturalest sujeto a una regularidad (op. cit.).

    Esta visin moderna de la ciencia que impregn prima-riamente a las ciencias fsicas y naturales, fue tambin adopta-da por las ciencias sociales desde su inicio. De esta manera,las ciencias sociales se construyeron sobre dos premisas fun-damentales, al decir de Wallerstein, una era el modelonewtoniano en el cual hay una simetra entre el pasado y elfuturo. Era una visin casi teolgica: al igual que Dios, po-demos alcanzar certezas, y por lo tanto no necesitamos dis-tinguir entre el pasado y el futuro puesto que todo coexisteen un presente eterno. La segunda premisa fue el dualismocartesiano, la suposicin de que existe una distincin funda-mental entre la naturaleza y los humanos, entre la materia yla mente, entre el mundo fsico y el mundo social/espiri-tual. (Wallerstein, 1996: 4)

    Pero es sin duda en el siglo XIX donde se constituyen,tal cual hoy las conocemos las distintas ciencias sociales, enun contexto claro de diferenciacin de la gama diversa delas distintas disciplinas cientficas en donde la ciencia porexcelencia estaba constituida por la fsica (guiada por elconocimiento objetivo y exterior al sujeto), que fue coloca-da en un pedestal como ejemplo a imitar, contrastndola conla filosofa. Se proclam que la ciencia era el descubri-miento de la realidad objetiva utilizando un mtodo que nospermitira salir fuera de la mente, mientras se deca que losfilsofos no hacan mas que meditar y escribir sobre susmeditaciones (op. cit.:14).

    Con la constitucin del positivismo de la mano funda-mental de Saint-Simon y Augusto Comte, se construye defi-nitivamente la ciencia social como rama independiente de lafilosofa sobre la base de tener como modelo a la ciencia na-

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    tural que desde hacia varios siglos llevaba la delantera en latarea de encontrar explicaciones a los hechos de la realidad.

    La ley de los tres estados por los que pasa el conoci-miento humano en su evolucin, culmina precisamente conel estado positivo o cientfico (cfr. Comte, 1908). En este,el hombre renuncia a conocer el absoluto abandonando de-finitivamente las explicaciones teolgicas y metafsicas. Todaexplicacin se reduce a los hechos y a las relaciones necesa-rias entre ellos, a lo cual se le llama leyes. Es precisamenteel estudio de los fenmenos sociales, el nico que todavano haba llegado a este estado. La fsica social o sociolo-ga al seguir el mismo camino del conjunto de las otrasfsicas (celeste, mecnica, qumica y orgnica) llegara in-defectiblemente al estado positivo, punto culminante en laevolucin de la humanidad.

    As podemos resumir el amplio campo del positivismocientfico que predomin y an predomina (aunque ms nosea parcialmente a partir de la vigencia de algunos de susprincipios rectores) en la mayora de las ciencias, en una seriede perspectivas conexas vigentes hasta el presente (Giddens,1988): el fenomenismo, tesis segn la cual la realidad consis-te en impresiones sensoriales; una aversin hacia la metafsi-ca, condenada como sofistera o ilusin; la concepcin de lafilosofa como un mtodo de anlisis claramente deslindablede los descubrimientos de la ciencia, aunque a la vez depen-dientes de estos; la dualidad de hechos y valores, es decir, latesis de que el conocimiento emprico es, desde el punto devista lgico, diferente de la persecucin de finalidades mora-les o del establecimiento de normas ticas; y por ltimo, laidea de la unidad de la ciencia, es decir que las ciencias natu-rales y las sociales comparten un comn fundamento lgico yquizs incluso metodolgico. Esto no implic necesariamen-te dejar de lado el dualismo entre mundo natural y mundoespiritual, al menos en algunas de sus manifestaciones, lo cualqueda especialmente reflejado en la profunda divisin disci-plinaria que predomina fuertemente el quehacer cientficohasta nuestros das. Pero, es importante destacar, que de lamano del historicismo alemn, esta unidad metodolgica en

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    el estudio de la naturaleza y la cultura ha sufrido intensoscuestionamientos, as es desde el mbito de las ciencias so-ciales y humanidades que varias de sus corrientes tericashan desarrollado mtodos y teoras propias del mundo de lacultura (excepto en el funcionalismo sociolgico norteameri-cano, de fuerte base positivista en sus mtodos). Pero esteproceso ha reforzado la separacin disciplinaria en el estudiode la realidad. As naturaleza y cultura son cosas bien distin-tas, que deben ser estudiadas por diferentes ciencias con dife-rentes metodologas. En cambio en las ciencias naturales, estaidea de unidad de la ciencia y de sus mtodos y de los princi-pios rectores del mundo, sigue an fuertemente vigente. Espor esto que la ciencia moderna poco ha aportado para com-prender la estrecha interrelacin entre naturaleza y sociedaden aquellos aspectos que quedan fuera del marco del manejoinstrumental de la primera.

    A pesar del criterio positivista que marca la unidad de laciencia, la separacin en especialidades del conocimiento ycompartimentalizacin de la realidad, ha prevalecido (inclusoen contradiccin con el propio esquema de Comte). En gene-ral, el pensamiento cientfico occidental, de los ltimos dossiglos, ha dirigido sus preocupaciones de manera separada ha-cia las cuestiones de la naturaleza por un lado y la problemticasocial por otro. Cada uno de estos temas ha constituido camposdel conocimiento diferentes, ms all que muchas veces losesquemas tericos, metodologas y formas de interpretacinfueran similares bajo el auspicio del positivismo. Las cienciasde la naturaleza y las ciencias del hombre dirigen sus es-fuerzos a comprender problemas que se cierran sobre s mis-mos, y en donde la relacin entre ambos no constituye un mo-tivo de preocupacin, ni mucho menos justifica su estudio. Esque el desarrollo de la sociedad moderna, edificada sobre laspremisas de una racionalidad objetivista1, no pareca exigiranalizar esta relacin en profundidad.

    1. Racionalidad que es atacada en las ltimas dcadas hasta por la liviandad delpensamiento posmoderno. As, por ejemplo, Vattimo (1992) sostiene que esta racio-nalidad cientfica debe ser ultrapasada por el pensamiento hermeneutico, como unaautntica ontologa nueva, capaz precisamente de ultrapasar a la metafsica, iden-

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    Es ms, la concepcin prevaleciente sostiene (o al me-nos presupone) una neta separacin entre hombre y natura-leza, as como la clara separacin entre diferentes discipli-nas cientficas que se ocupan de campos de la realidad quepoco tienen que ver entre si. Esta visin, llamada por Morin,la ciencia cerrada llev a definir al hombre por oposicinal animal, y la cultura por oposicin a la naturaleza. Si lacultura humana representa la sntesis de orden y libertad, lanaturaleza, representa por el contrario, el desorden atado alos ciegos mecanismos del instinto. Es decir que el princi-pio rector en la ciencia contempornea se sustenta sobre elmito humanista del hombre sobrenatural y la oposicin na-turaleza-cultura ha tomado la forma de un paradigma, esdecir, de modelo conceptual que dirige todo su pensamien-to. Los dos pilares de esta oposicin son sin duda, la biolo-ga que estudia la naturaleza y la antropologa (y sociologa)que estudian la cultura. Cada una por su lado desarroll co-nocimientos asumiendo la independencia de sus respectivoscampos de estudio. As pues, la biologa se haba confinadovoluntariamente en el biologicismo, o lo que es lo mismo,en una concepcin de la vida cerrada sobre el organismo.De forma similar, la antropologa se refugiaba en el antro-pologismo, es decir, en una concepcin insular del hombre(Morin, 1983). Como consecuencia de esta divisin se llegaa un esquema en donde la vida ignora tanto la materia fsi-co-qumica como la sociedad, y el hombre parece ignorar lanaturaleza.As, queda conformado un mundo compuesto portres estratos superpuestos, pero aislados, sin conexin entresi: fsica-qumica, vida-naturaleza, hombre-cultura. As, losproblemas de la naturaleza no son vistos como indispensa-bles para explicar el porqu y el como de un determinadoorden social, y viceversa.

    tificada esta con la objetividad del objeto calculado y manipulado por la ciencia-tcnica. Muchos de los discursos ecologistas y ambientalistas del presente se sus-tentan, casi sin saberlo, en estas premisas posmodernas de renovacin superficial dela racionalidad imperante, a fin de generar un nuevo ideal moral, una nueva escato-loga poltica, que podra muy bien terminar consagrando el lema ecologa o bar-barie al decir de Luc Ferry (1994).

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    Pero en las ltimas dcadas, la ecologa y la cuestinambiental, en tanto conflicto (considerada aqu, solo comouno de las manifestaciones que adopta la relacin socie-dad-naturaleza) ha cobrado un creciente inters por partede los intelectuales en particular y de la sociedad en gene-ral, siendo considerada por muchos hasta como el mayorcomponente de la crisis multidimensional del presente(Fotopoulos, 1997).

    Si en el pasado el aspecto principal para comprender laorganizacin social se encontraba en las relaciones (o en lascontradicciones) sociales, el surgimiento de serios inconve-nientes ocasionados por el desarrollo capitalista modernoque implica un accionar humano sobre el medio ambiente,ha hecho que contemporneamente el inters en la relacinsociedad-naturaleza comience a incorporarse tangencial-mente a esta interpretacin. La alteracin del clima, la des-aparicin de la biodiversidad, la acumulacin de enormescantidades de desperdicios industriales y domsticos, noshablan no solo del ambiente caracterstico del siglo XX, sinode la propia sociedad que lo genera a partir de un modeloproductivo determinado. Hasta las obras minsculas de de-gradacin y las consecuencias no planeadas de un proceso,como escoria sobrante sin inters2, permiten develar aque-llo oculto por los grandes relatos anquilosados de fe ciegaen el progreso ilimitado y el crecimiento infinito econmicoy tcnico.

    Pero aqu es importante sealar la diferencia entre eco-loga y ambiente. La primera como ciencia natural que estu-dia a los ecosistemas, y el segundo como el resultado de laarticulacin sociedad-naturaleza. Es decir que el anlisis dela problemtica ambiental debera necesariamente incluir losaportes de las diversas ciencias sociales en general, al enfo-car estas su inters, entre otros, en los grupos y actores so-

    2. Al igual que W. Benjamin (1980) cuando reconstruy la sociedad decimonnicaen todo su esplendor y decadencia estudiando a Baudelaire, en su trabajo de recolectorde la basura del pasado da en la gran capital, registrando todo lo que la gran ciudadarroj y todo lo que perdi, interpreta la cultura de una determinada poca. Es queel desperdicio de un sujeto social, habla a las claras de ese sujeto social.

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    ciales y sus conductas con respecto a la satisfaccin de ne-cesidades y generacin de riquezas, aspectos principalmen-te relevantes en la articulacin sociedad-naturaleza. Enton-ces debe quedar clara la solucin de continuidad existenteentre la ecologa y la problemtica ambiental. La primeracomo disciplina especfica que ejecuta su recorte habitualde la realidad, y la segunda como una sumatoria de factoresy componentes que requieren un punto de vista integrador yun marco explicativo que articule el aporte diferencial delas distintas especialidades de acuerdo al problema de quese trate.

    Es que la problemtica ambiental, en su gnesis, es unacuestin de carcter eminentemente social3. La problemti-ca ambiental surge de la manera en que una sociedad se vin-cula con la naturaleza para construir su hbitat y generar suproceso productivo y reproductivo. Es decir que est direc-tamente e indirectamente vinculada al modelo de desarrollopresente en un determinado tiempo y espacio4.

    3. Es importante marcar aqu la diferencia de criterio con respecto a la concepcinnaturalista de gran parte de las interpretaciones ambientales contemporneas. Pare-cera que actualmente las ciencias de la vida y las ingenieriles actuaran con respectoal mbito de la produccin social en el orden del saber, al igual que el mecanicismocartesiano antes del descubrimiento de la vida (y las nociones de organismo y evo-lucin), tal como lo relata M. Foucault (1984). Es que la interpretacin dominantede la cuestin ambiental hoy, cae en un renovado oragnicismo, desconociendo lacreacin de las nociones de sociedad y cultura.4. La vinculacin se hace patente en la siguiente cita La mismsima ambivalenciacaracteriza la historia del concepto de ambiente. Si en su origen era utilizado paraacusar a las polticas de desarrollo, hoy se lo expresa para anunciar una nueva eradel desarrollo (Sachs, 1998).

    Ciencia y razn moderna

  • Los ltimos tres siglos de la historia han estado dominados,fundamentalmente, por una forma de pensar, y en conse-cuencia de actuar regidos por los conceptos de ciencia racio-nal y desarrollo progresivo. Esto con idas y vueltas, mar-chas y contramarchas, es una caracterizacin sinttica y ajus-tada de la modernidad.

    Como componentes destacados de esta poca y que tie-ne especial relevancia, est el hecho de la afirmacin delsujeto pensante, es decir del sujeto racional. Es el sujeto, elindividuo por si solo, por su sola razn, por sus propias fuer-zas, independiente de toda autoridad religiosa, sociolgicay poltica, el que debe encontrar la verdad entendida comocorrespondencia con la realidad. Es decir, hay una lucha,una afirmacin del racionalismo, una afirmacin de la auto-noma del individuo, de lo que el individuo puede hacer porsi solo. Correlativo con esto, la bsqueda de riqueza y elafn de lucro, se van constituyendo no solo en un fin dignode ser perseguido por si mismo, sino en un fin que va a irexcluyendo a todos los otros. La bsqueda de la riqueza, loque podemos llamar la mentalidad mercantilista se va im-poniendo cada vez ms en este mundo. Es decir, estamosante dos expresiones paralelas de la misma modernidad, ladefinicin filosfica y la definicin socio-econmica.

    Dominacin y crecimiento en la concepcinmoderna de progreso

    Este profundo proceso de transformacin, que se traduce enlas ideas de crecimiento y progreso, es llevado adelante, entre

    Captulo 1

    Conocimiento y progresoen la Modernidad

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    otros, por el complejo de la ciencia y la tecnologa. Ya paralos padres de la ciencia moderna (Bacon, Descartes, Galileo)no era intencin reemplazar la ciencia clsica por una meraactividad de dilucidacin de la estructura causal del mundo.La ciencia clsica era finalista, teleolgica, la ciencia moder-na intenta desalojar cualquier cosa que oliera a fin. Remit-monos a uno de estos padres de la ciencia moderna, Descar-tes (1979) deca: ...esas nociones me han enseado que esposible llegar a conocimientos muy tiles para la vida y que,en lugar de la filosofa especulativa enseada en las escuelas,es posible encontrar una prctica por medio de la cual, cono-ciendo la fuerza y las acciones del fuego, del agua, del aire, delos astros, de los cielos y de todos los dems cuerpos que nosrodean tan distintamente como conocemos los oficios variosde nuestros artesanos, podemos aprovecharlos del mismomodo en todos los usos apropiados, y de esa suerte convertir-nos en dueos y poseedores de la naturaleza.

    Es decir, la ciencia moderna no es concebida como unasimple actividad contemplativa, la ciencia explica (o debeexplicar) para facilitar el dominio de la naturaleza. Tal comolo enuncia rotundamente Bacon (1984): Ciencia y poderhumanos coinciden en una misma cosa, puesto que la igno-rancia de la causa defrauda el efecto.

    La racionalidad moderna consiste en saber cientficamen-te cuales son las causas sobre las que tcnicamente se opera.Por lo tanto, la ciencia trata de explicar el mundo de talmanera que se opone a la irracionalidad de las aproximacio-nes mticas. La cosmovisin mtica con su falta de preci-sin emprica, constituye precisamente el fin a superar porel conocimiento cientfico.

    La completud del nuevo imperio de la racionalidad, deta-lladamente definido por Descartes en el mbito de la cien-cia, es alcanzada con la razn Kantiana que determina losalcances y lmites de la razn humana, buscando hasta don-de el hombre puede conocer en forma cierta y rigurosa usandosu don racional, y tratando de otorgarle estas cualidades a lametafsica, por entonces bastante desprestigiada frente alavance del enciclopedismo. Se trata de fundar un saber me-

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    tafsico exigente, lejos de cualquier conocimiento ilusorio ymal fundado, es decir alcanzar el mismo nivel de seriedad yrigor en el tratamiento de los problemas metafsicos que elque posee la ciencia en su estudio de la naturaleza.

    Es en la modernidad, cuando el mundo social e histricode las cosas materiales adquiere la premisa de un progresoilimitado, de un desarrollo infinito. El particular grado deimportancia que adquieren las ideas de progreso y desarro-llo en la modernidad est directamente vinculado con el cam-bio que se produce al romper con el esquema aristotlicodel fin predeterminado y permitir que el infinito, que en elmedioevo est representado por Dios, invada este mundo.En efecto, el mundo social e histrico de las cosas materia-les adquiere la premisa de un progreso ilimitado, de un de-sarrollo infinito.

    Desarrollo que para Aristteles se vincula con la premi-sa de que la naturaleza es fin (telos), por lo tanto el desa-rrollo es avanzar hacia este fin. Desarrollo implica un procesoque partiendo desde el germen se llega a un estado de ma-durez. Desarrollo es referirse a un potencial que ya estah, y que se proyecta en realizacin, en una culminacindefinida, determinada. En el proceso mismo de desarrolloest definido, est implcito normativamente el resultadofinal. El ser que desarrolla ya est fijado, hay un acto impl-cita y previamente determinado, al cual no se puede rehu-sar, escapar. Culminacin y terminacin implica realizacin,lo no terminado es sinnimo de incompleto, imperfecto. Lanorma que contiene todo ser estipula el lmite, la meta quese debe alcanzar, y este lmite no puede ser superado, supe-rarlo significa una marcha hacia atrs. Es decir, paraAristteles, el desarrollo exige un punto de referencia, unestado definitivo al cual se debe llegar, y la naturaleza yaprovee en todo ser, este estado final.

    Pero con el pensamiento judeocristiano la idea de infini-to se torna en un valor positivo al representar a Dios, peroque est en otra parte, que no se incumbe social e histrica-mente. El mundo terrenal sigue siendo finito. La norma quedefine el fin est presente en cada ser en correspondencia

    Conocimiento y progreso en la Modernidad

  • 26 Naturaleza, sociedad y alienacin

    con su naturaleza y esta norma ahora ha sido determinadapor Dios.

    Pero el gran cambio de la modernidad, al decir de Casto-riadis, se produce cuando el infinito invade este mundo.Con el surgimiento del mundo moderno y de la burguesa,se pasa del mundo cerrado medieval al universo infinitomoderno, se empieza a creer en la perspectiva de un progre-so indefinido del conocimiento y en la idea de que el usoapropiado de la razn es la condicin necesaria y suficientepara que nos volvamos dueos y poseedores de la naturale-za, tal como lo afirma Descartes (Castoriadis, 1986). Nohay lmites para los poderes y posibilidades de la Razn, yla razn por excelencia, por lo menos si se trata de la resextensa, es la matemtica: a medida que Dios calcula, sehace el mundo (Leibniz).

    La finalidad central de la vida humana pasa a ser el cre-cimiento ilimitado de la produccin y las fuerzas producti-vas (tcnicas). Todo esto se expresa en la ideologa del pro-greso. Al no existir ya lmites a la progresin de nuestroconocimiento, no existe tampoco a la progresin de nuestrapotencia (y de nuestra riqueza), para explicarlo de otro modo,los lmites all donde se presentan tienen un valor negativo yhay que rebasarlos (op. cit.).

    La idea de infinito equivale a la idea de inagotable, porlo tanto jams alcanzaremos el conocimiento absoluto y lapotencia absoluta, pero nos aproximamos sin cesar a ellos atravs de una progresin asinttica del conocimiento haciala verdad absoluta. No hay un punto de referencia fijo ydefinitivo para alcanzar, el desarrollo es un movimiento condireccin fija sobre una abcisa de valor creciente. Y estemovimiento es un movimiento que implica una sucesininfinita en el sentido de cada vez ms, el movimiento es msy ms, ms mercancas, ms aos de vida, ms decimales enlos valores numricos de las constantes universales, ms tie-rras a cultivar, ms uso de recursos, ms productividad(Castoriadis, 1986). Y es ac donde surgen los efectos nodel todo deseados ni del todo planeados de este movimientoms y ms, siguiendo las mismas premisas: ms conflictos

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    ambientales, ms contaminacin, ms perdida de biodiver-sidad, ms alteracin de ciclos climticos, ms degradacindel paisaje, ms desigualdad social, ms pobreza, ms ex-plotacin del hombre y la naturaleza, es decir, ms aliena-cin social y socio-natural.

    La idea de progreso en su acepcin positiva, es una delas ms importantes, sino la ms importante de los ltimostres mil aos de occidente. Esto no implica que sea la ideade progreso la nica a la cual se le ha dado importancia.Pero, si que la idea de progreso subyace bajo los cimientosmismos a lo largo de la historia de occidente. Un progresoentendido como un elemento esencial del cambio histrico,desde el pasado hacia el futuro, pasando por el presente.Utilizando las palabras de R. Nisbet (1981), Para decirlo loms sencillamente posible, la idea de progreso sostiene quela humanidad ha avanzado en el pasado (a partir de una si-tuacin inicial de primitivismo, barbarie o incluso nulidad)y que sigue y seguir avanzando en el futuro.

    J.B. Bury (1928) ya en la primera mitad de este siglo,sostena lo siguiente: la idea del progreso humano es, pues,una teora que contiene una sntesis del pasado y una previ-sin del futuro. Se basa en una interpretacin de la historiaque considera al hombre caminando lentamente pedetentimprogredientes- en una direccin definida y deseable e infie-re que este progreso continuar indefinidamente.

    Arthur Lovejoy (1935) afirma que la consecuencia, dela conciencia del proceso histrico es la extendida creenciaen que la naturaleza o el hombre tienen una tendencia in-trnseca a pasar por una serie de fases de desarrollo a travsde su historia, de su pasado, su presente y su futuro. Pese alas desaceleraciones y regresiones que pueda haber, las lti-mas fases son superiores a las primeras.

    Cuando se quiere precisar el trmino progreso y expli-car que se entiende por avanzar, nos encontramos con dife-rencias importantes. Para resumir y siguiendo a Nisbet, po-demos clasificar las opciones en dos tipos de respuestas.

    Para algunos autores, el progreso se constituye a partirdel gradual e incesante perfeccionamiento del saber en ge-

    Conocimiento y progreso en la Modernidad

  • 28 Naturaleza, sociedad y alienacin

    neral, que incluye los diversos conocimientos tcnicos, ar-tsticos y cientficos, para de esta manera perfeccionarse enel manejo de las mltiples herramientas con que el hombrese enfrenta a los problemas que plantea la naturaleza y lavida en una sociedad econmica y polticamente organiza-da. Por lo tanto aqu, el carcter mismo del conocimiento,que se entiende como el conocimiento objetivo logrado atravs de la ciencia y la tecnologa, consiste en avanzar,mejorar y perfeccionarse fundamentalmente en un sentidomaterial. Esta nocin de progreso es la que dar sustento ylegitimacin a la nocin de desarrollo, justificando terica,ideolgica y cientficamente al proceso moderno de trans-formacin y cambio de la sociedad. Y este progreso enten-dido en sentido material, ha tenido, sin lugar a dudas, conse-cuencias altamente positivas (medidas en base a sus propiosparmetros), como alargar la esperanza de vida, hacer des-cender las tasas de mortalidad -por lo menos en algunos pa-ses-, mejorar las formas de comunicacin y todas las infini-tas variantes referidas al aumento de la calidad de vida. Peroes imposible olvidar que para el logro de estas mejoras, elsistema utilizado ha sido el de la explotacin de una clasesocial sobre otra en conjuncin con el de la explotacin dela naturaleza. As, el sistema social vigente se estructura apartir de la perversa definicin de pertenencia al mismo: losque estn dentro del sistema y gozan de sus privilegios y losque estn fuera (pobres, subdesarrollados, etc.) y pugnan porentrar. Y todo esto tiene como base la destruccin de la na-turaleza silvestre, difcil de controlar, y su reemplazo poruna naturaleza domesticada, planificada y mucho ms pre-visible (la biotecnologa aplicada a la produccin agrope-cuaria es una muestra elocuente de este fenmeno). En estadoble explotacin, la del hombre por el hombre y la de lanaturaleza, se sustenta y construye el proceso moderno dealienacin, que se legitima a partir de una concepcin limi-tada y unilateral de progreso material.

    Para otros, la idea de progreso se centra ms bien en lasituacin moral o espiritual del hombre en la tierra, en sufelicidad, su capacidad para liberarse de los tormentos que

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    le infligen la naturaleza y la sociedad, y por encima de todoen su serenidad o su tranquilidad. Para esta corriente el ob-jetivo del progreso, el criterio del avance, es la consecucinen la tierra de esas virtudes morales o espirituales, para locual el incremento del conocimiento para alcanzar el bien-estar material es, al menos, irrelevante. Bajo estas premisases que se construye buena parte de los planteos alternativosen la bsqueda de nuevas formas de sociedad (ecologistas ocontracultura, por ejemplo) a lo largo del siglo XX

    Estas caractersticas de la modernidad, que si bien sonno excluyentes, son los rasgos principales, sus accidentesms significativos, los que dejaron su impronta de un modoms profundo. Son estos los aspectos ms relevantes y co-nocidos de la modernidad, los que de un modo ms evidentey agresivo han ido diseando desde el siglo XVIII y hastanuestros das el mundo que habitamos.

    Las limitaciones de la ciencia positiva

    Esta concepcin de modernidad se choca con las crticas deun nmero diverso de lneas tericas. De particular intersresultan los pensadores de la escuela de Frankfurt dado quecuestionan el modelo de progreso sustentado por la articula-cin de la ciencia y la tecnologas modernas, desentraandolas conexiones instrumentales con el modo de produccindominante que lleva el crecimiento infinito a una explota-cin casi ilimitada de los hombres y la naturaleza. Las ideasdesarrolladas por los pensadores de la Escuela de Frankfurtconstituye sin dudas, uno de los referentes ms importantespara desentraar los complejos, intrincados y solapadosmecanismos que estructuran el proceso de alienacin en lasociedad contempornea, al hacer hincapi en la fundamen-tal ligazn dialctica existente entre la estructura y la super-estructura del sistema social construido a partir delIusnaturalismo-Ilustracin.

    En la concepcin de la Teora Crtica de Max Hork-heimer se trata de desenmascarar el carcter ideolgico delo que en la modernidad ha llegado a llamarse ciencia posi-

    Conocimiento y progreso en la Modernidad

  • 30 Naturaleza, sociedad y alienacin

    tiva. La independencia de la gnesis histrico-fctica de losresultados obtenidos en la ciencia moderna es lo que le da elcarcter de positividad, sustentada por un mtodo formali-zado que garantiza la verdad definida en un procedimientoautocentrado que excluye toda injerencia de cualquier con-texto de la investigacin. As, cualquier ley de la naturalezaenunciada cientficamente es por definicin verdadera en simisma, independiente en forma absoluta de cualquier con-dicin psicolgica y social a partir de la cual se lleg a des-cubrirla. La historia de la ciencia es a la ciencia un simpleanecdotario sin ninguna capacidad de incidir en esta ms queen la confeccin de una cronologa ilustrativa de hechosautoafirmados por si mismos, lo que explica la independen-cia formal de cualquier teora cientfica. Esta bsqueda deaislamiento de un dominio de la teora pura de toda media-cin a travs de una praxis social llega hasta nuestro sigloen la separacin establecida por Husserl entre el acto hist-rico-psicolgico en que se piensa un objeto, y el acto formalen que ese objeto queda constituido en s mismo.

    Esta teora tradicional se choca con la materialidad ehistoricidad de los objetos por ella analizada a partir de lasposiciones de la teora crtica como un nuevo saber delmundo, asumiendo y haciendo suyo esta materialidad hist-rica de los objetos y sabindose parte activa del mundo quepretende conocer. As, mientras que el especialista, en cuan-to cientfico, ve la realidad social, junto con sus productos,como exterior, y en cuanto ciudadano, percibe su inters porella a travs de artculos polticos, de la afiliacin a partidoso a organizaciones de beneficencia, y de su participacin enlas elecciones, sin unir ambas cosas -y algunas otras formasde comportamiento- en su persona de otro modo que, a losumo, mediante una interpretacin psicolgica, hoy, en cam-bio, el pensamiento crtico est motivado por el intento desuprimir y superar realmente esta tensin, de suprimir laoposicin entre la conciencia de fines, la espontaneidad y laracionalidad esbozadas en el individuo y las relaciones delproceso de trabajo, fundamentales para la sociedad(Horkheimer, 1974:242).

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    Es que la ciencia moderna responde fundamentalmentea conocer los elementos que permitan realizar un manejoinstrumental tanto de la naturaleza fsica como de los meca-nismos sociales y econmicos. Los costos altsimos de mu-cha de la investigacin cientfica actual desde la biologamolecular a la fsica nuclear, pasando por la sociologa oeconoma, no hacen ms que reforzar esta situacin; hacien-do que solo sean planteables como objetivos que merezcanalgn inters aquellos que posibiliten algn retorno en tr-minos de resultados tecnolgicos. As, la ciencia pasa a serla seccin de I+D de la enorme planta tecnolgica constitui-da por el mercado productivo a escala planetaria. Estainstrumentalidad del saber cientfico que obliga a preguntarsiempre para qu sirve, no puede desligarse del ncleo mis-mo de la objetividad, como esencia positivista, ligando laciencia al proceso histrico-material en el cual cobra su fun-cin como instrumento social.

    Avanzando an ms en esta consideracin, Horkheimerdenuncia a la ciencia pura como un solapado instrumentode dominio que alejndose del servicio social por el cualdebera definirse, se convierte a travs del proceso deabsolutizacin en la valoracin de si misma, en freno detodo progreso y en el regulador del orden social (burgus)en el que tuvo su origen. Es decir, la ubica bajo el conceptode ideologa de la ortodoxia marxista, como una interpre-tacin racional que sirve como instrumento de dominacinde una clase sobre otra, encubriendo su sentido instrumen-tal bajo una pretendida ahistoricidad. Pues, ... en la medidaque el concepto de teora es independizado, como si se lopudiera fundamentar a partir de la esencia ntima del cono-cimiento, por ejemplo, o de alguna otra manera ahistrica,se transforma en una categora cosificada, ideolgica.(op.cit.:228)

    Pero aqu es necesario aclarar la preferencia del primerHorkheimer por un concepto de teora que se define de unmodo mediato a partir del esencial primado de la praxis.Opone de alguna manera el materialismo histrico a la largatradicin idealista de raz platnica, en donde las teoras se

    Conocimiento y progreso en la Modernidad

  • 32 Naturaleza, sociedad y alienacin

    determinan solo por si mismas, sin ms valor que la verdadque contienen, constituyndose lgicamente como teoras,independientemente de su gnesis histrica.

    As, Horkheimer aboga por una concepcin que permitasuperar la parcialidad que resulta de separar de la praxissocial total, los procesos intelectuales particulares. De su-perar la idea segn la cual la ciencia representa una esferaseparada, sin que se perciban las interrelaciones entre lasdistintas actividades conceptualizadas de forma aislada.Porque en realidad, la vida de la sociedad, es consideradapor Horkheimer, como resultado del trabajo en forma con-junta de los diferentes procesos de la produccin, que nodeben ser vistos como autnomos e independientes. Puestodos estos procesos no son otra cosa que aspectos parti-culares del modo como la sociedad se enfrenta con la natu-raleza y se mantiene en su forma dada. Son momentos delproceso social de produccin, an cuando ellos mismos seanpoco o nada productivos en el verdadero sentido. Ni la es-tructura de la produccin, dividida en industrial y agraria, nila separacin entre las llamadas funciones directivas y lasejecutivas, entre los servicios y los trabajos, las ocupacio-nes manuales y las intelectuales, son situaciones eternas onaturales; ellas proceden, por el contrario, del modo de pro-duccin en determinadas formas de sociedad (op.cit.:146)

    De esta manera, la ciencia que considera la conforma-cin de la praxis como ms all respecto de ella misma,amparndose en la separacin entre pensar y obrar, repre-senta para Horkheimer una renuncia a la propia humanidad.Una renuncia en si misma interesada en salvaguardar el sis-tema vigente a partir de encubrir su funcin instrumental.

    Esta ciencia reniega de su funcin instrumental comouna instancia de dominio y se ampara en la definicin de sussupuestos como categoras tericas eternas en vez decondiciones histricas que posibilitan su ejercicio. En esteesquema conceptual el hombre deja de ser el sujeto de esapraxis que es el saber y se convierte en su objeto, ejecutn-dose sobre el una descripcin dogmtica de su verdadera yahistrica esencia.

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    Esto ocurre precisamente en la sociedad burguesa, don-de el hombre concreto despojado de los medios de produc-cin no es ms el sujeto de la actividad productora, sino unsimple elemento material de dicha actividad. Pero, ya no setrata de la sociedad industrial dividida en clases de propie-tarios y explotados, la crtica terica frankfurtiana va msall, apuntando al problema ms radical de la sociedad in-dustrial como modelo paradigmtico de una racionalidadopresiva, que se ha convertido en la nica regla de juegopara el ejercicio, ya imposible, de una humanidad integral.La reivindicacin frankfurtiana entonces, ya no se contentacon reajustar el proceso de produccin, sino que invoca lanecesidad de detener este modelo, antes que aniquile el lti-mo rincn en el que an se refugia la conciencia de la propiahumanidad.

    As, se llega en Horkheimer a una revisin ms profun-da de sus tesis, en donde se fundaban sus argumentacionesen el principio marxista de la praxis como fundamento detoda teora, avanzando en sus anlisis crticos sobre elpragmatismo contemporneo que define todo el proceso so-cial moderno. Ya en el prlogo de la Crtica de la RaznInstrumental argumenta:

    Los problemas econmicos y sociales de nuestro tiempo hansido exhaustivamente tratados por investigadores cientficoscompetentes. El presente ensayo toma por otro camino. Nues-tro objetivo aqu es investigar la nocin de racionalidad quesirve de base a la cultura industrial actual (Horkheimer,1969:11).Es que el problema, y aqu ampliamente compartido por

    los otros autores del circulo interior Frankfurtiano, ya no esla divisin en clases de la sociedad industrial donde por unlado se ubican los propietarios y por el otro los explotados;el dilema a resolver cala ms hondo y se pregunta por laesencia que hace que ese sistema exista. Es decir que losprocesos de alienacin no se reducen solamente a las rela-ciones de explotacin entre clases a partir de la aparicin dela plusvala (como todo el marxismo, ms o menos orto-

    Conocimiento y progreso en la Modernidad

  • 34 Naturaleza, sociedad y alienacin

    doxo, sostuvo) sino que los procesos de alienacin estn enla base misma del sistema racional que impone este modelode explotacin, sustentado por un modelo de aceptacin delas normas de jerarqua y convivencia establecidas (comonaturales y universales) para lo cual el modelo de conoci-miento dominante (ciencia y educacin) es absolutamentefuncional. En este contexto, el ttulo de propiedad de losinstrumentos de produccin que separa a poseedores de des-posedos es la razn de ser fundamental, pero no exclusiva,de un sistema industrial opresivo que ahoga todo intento dehumanidad fuera de este marco. Entonces, frente a la reivin-dicacin original de transformar y reajustar solamente esteproceso de produccin y de relaciones de propiedad, la con-signa ahora es preguntarse por el modelo paradigmtico deracionalidad que lo sostiene y que le dio origen.

    Entre la razn como totalidad yla razn como instrumento

    Un antecedente moderno en el pensamiento sobre la nocinde alienacin que surge a partir del supuesto principio deprogreso material y cientfico, lo constituye sin duda, JeanJacques Rousseau, quien en su historia hipottica (Discur-so sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entrelos hombre) muestra en primer lugar como ha llegado lasociedad humana a su actual nivel de degeneracin y co-rrupcin; y en segundo lugar, porque la nica forma de de-volver la virtud, y sobre todo la igualdad a las sociedadeshumanas, es llevar a cabo una reconstruccin poltica delsigno ms radical posible. En Rousseau aparece la teora delprogreso humano vinculada a la desviacin de la humani-dad de ese progreso, al hacer surgir la avaricia, la codicia yla explotacin durante el proceso de evolucin de la huma-nidad. As crea su grandioso plan para liberar la hombre delos tormentos y tiranas, consecuencia de esta desviacindel progreso. Este plan consiste en la creacin de una formade gobierno basada en la Voluntad General que dar al hom-bre las ventajas (libertad, igualdad y solidaridad) de que haba

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    gozado en la forma de civilizacin anterior al accidentefatal que fue precisamente la aparicin de la desigualdad, yque le proporcionar la posibilidad de liberarse de la escla-vitud impuesta por la propiedad privada en un marco de in-terdependencia social obligada. La nueva sociedad que es-taba comenzando a construirse ya era diseccionada por elpensador ginebrino, quin elabor una de las primeras ad-vertencias profundas sobre los peligros del modelo racio-nal, poltico y social que solo privilegia el individualismoextremo y el inters hedonista y material.

    Este inicio de crtica a la faz opresiva de la sociedadmoderna, es magistralmente retomado por los ya citadospensadores de la Escuela de Frankfurt, en los cuales la mira-da est puesta sobre el modelo de racionalidad que impreg-na todo hecho cotidiano en nuestra sociedad moderna y quedefine el camino a seguir en las tareas del hombre comn.Un hombre comn, que al decir de Horkheimer, concibe alas cosas razonables, a las cosas con razn, como aquellascosas tiles, condicin capaz de ser distinguida por todohombre medio. Porque lo que posibilita en ltima instancialos actos razonables, es la capacidad de clasificacin, con-clusin y deduccin, caractersticas esenciales y definitoriasde la racionalidad dominante. Es decir, una razn que norepara en preguntarse por el contenido especfico, es decirpor el funcionamiento abstracto del mecanismo pensante.

    Y aqu es donde Horkheimer se dedica a profundizar elconcepto de razn, y ms precisamente lo que el llama larazn subjetiva como aquella que ordena los medios alfin. Para el pragmatismo contemporneo, lo racional es lotil, entonces, una vez decidido lo que se quiere, la razn seencargar de encontrar y definir los medios para conseguir-lo. Entonces es racionalmente correcto, y por lo tanto verda-dero, lo que sirve para algo; en ltima instancia, la raznsubjetiva resulta ser la capacidad de calcular probabilidadesy de adecuar as los medios correctos a un fin dado. Estadefinicin parece coincidir con las ideas de muchos filso-fos eminentes en especial de los pensadores ingleses desdelos das de John Locke (Horkheimer, 1969:17)

    Conocimiento y progreso en la Modernidad

  • 36 Naturaleza, sociedad y alienacin

    Este tipo de razn implic una serie de profundos cambiosen la manera de concebir la realidad, que se produjo en elpensamiento occidental a lo largo de los ltimos siglos. Encambio, otra concepcin de la razn diametralmente opuesta,predomin durante mucho tiempo. Esta concepcin conceba ala razn como, fuerza contenida no slo en la concienciaindividual, sino tambin en el mundo objetivo: en las relacionesentre los hombres y entre clases sociales, en institucionessociales, en la naturaleza y sus manifestaciones (op.cit.:16).

    Segn Horkheimer, grandes sistemas filosficos tales comolos de Platn,Aristteles, la escolstica y el idealismo alemn,se basaron sobre una teora objetiva de la razn. Esta razn sesustentaba sobre la base de una concepcin de la totalidad,aspirando a desarrollar un sistema abarcador con una jerarquade todo lo existente, incluido el hombre y sus fines.

    La armona de la vida del hombre con esta totalidad definael grado de racionalidad de la misma. Las acciones ypensamientos individuales en este contexto, tomaban comoreferencia a la estructura objetiva de la totalidad y no solo alhombre y sus fines.

    Los esquemas de pensamiento con sustento en la raznobjetiva conceban al conocimiento como la capacidad deelucidar los principios universales del ser, y a partir de estosconstruir los parmetros necesarios para la existencia hu-mana. Es decir, la ciencia era entendida como una serie deprocesos reflexivos y especulativos, ms que un mtodo cla-sificatorio de objetos y datos, tal cual se presenta bajo larazn subjetiva. La clasificacin integra el conjunto de ma-neras de conocer objetivos, pero en un lugar de subordina-cin. Los sistemas filosficos de la razn objetiva implica-ban la conviccin de que es posible descubrir una estructuradel ser fundamental o universal y deducir de ella una con-cepcin del designio humano. Entendan que la ciencia, siera digna de ese nombre, haca de esa reflexin o especula-cin su tarea. Se oponan a toda teora epistemolgica queredujera la base objetiva de nuestra comprensin a un caosde datos descoordinados y que convirtiese el trabajo cient-fico en mera organizacin, clasificacin o clculo de tales

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    datos. Segn los sistemas clsicos, esas tareas (en las que larazn subjetiva tiende a ver la funcin principal de la cien-cia) se subordinan a la razn objetiva de la especulacin(op.cit.:23).

    A su vez, la razn objetiva no permite compartir su do-minio con ninguna otra fuente de conocimiento y reflexin.As, su intento es por sustituir a la religin, y emerger comonica fuente de verdad. A diferencia con la actualidad, endonde la razn subjetiva se retira de su lucha con la religiny le reconoce a esta su lugar, la razn objetiva aspira a sus-tituir la religin tradicional por el pensar filosfico metdi-co y por la comprensin y a convertirse as en fuente detradicin. Puede que su ataque a la mitologa sea ms serioque el de la razn subjetiva, la cual (abstracta y formalistatal como se concibe a si misma) se inclina a desistir de lalucha con la religin, estableciendo dos rubros diferentes,uno destinado a la ciencia y a la filosofa, y otro a la mitolo-ga institucionalizada, con lo que reconoce a ambos(op.cit.:24).

    Y es en definitiva con la Ilustracin donde se concretanlos ataques ms feroces a la religin en nombre de la razn.Pero, en ltima instancia, la vencida no fue la religin paraHorkheimer, sino la metafsica y el concepto objetivo derazn misma. As es que la razn termin por ser considera-da anacrnica. Ya no poda cumplir la misin de compren-der la naturaleza verdadera y profunda de las cosas ni esta-blecer los principios rectores de la vida de los hombres. Parala razn ilustrada, especulacin es sinnimo de metafsica,y esta lo es de mitologa y supersticin. Bien podra decirseque la historia de la razn y del iluminismo, desde sus co-mienzos en Grecia hasta la actualidad, ha conducido a unestado en que se desconfa incluso de la palabra razn, puesse le atribuye la posibilidad de designar al mismo tiempo aalgn ente mitolgico. La razn se autoliquid en cuantomedio de comprensin tica, moral y religiosa (op.cit.:29).

    La razn objetiva constitua una instancia ms vasta queexceda el estrecho horizonte a partir del cual se entiende ala razn contempornea. Contena en su seno tanto las con-

    Conocimiento y progreso en la Modernidad

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    sideraciones hacia el existir humano como el mundo de todaslas cosas y los seres vivos, y las relaciones entre ellos. Talconcepto de la razn no exclua jams a la razn subjetiva, sinoque la consideraba una expresin limitada y parcial de unaracionalidad abarcadora, vasta, de la cual se deducan criteriosaplicables todas las cosas y a todos los seres vivientes. El nfasisrecaa ms en los fines que en los medios. La ambicin msalta de este modo de pensar consista en concebir el ordenobjetivo de lo racional, tal como lo entenda la filosofa, con laexistencia humana, incluyendo el intelecto y laautoconservacin (op.cit.:17).

    Este modelo de razn, que hoy nos puede parecer cadu-co, se amparaba justamente bajo la aspiracin de concebirun recorrido de valores a perseguir en la vastedad de la exis-tencia, en lugar de un mezquino clculo de ganancias inme-diatas y temporales. Es decir, en lugar de pensar los mediosadecuados a fines establecidos, se pensaba sobre los finesmismos. En la teora de la razn objetiva, la corresponden-cia entre conducta y meta no constitua el foco central, sinoque por el contrario se situaba en las nociones que tratabande la idea del bien supremo, del problema del designio hu-mano y de la manera de cmo realizar las metas supremas(aunque estas pueden ser vistas como nociones mitolgicaspor el pensamiento positivo). Es que para Horkheimer, exis-te una diferencia fundamental entre esta teora de la raznobjetiva, segn la cual la razn es un principio inherente a larealidad, y la enseanza que nos dice que es una capacidadsubjetiva del intelecto.

    Desde el punto de vista subjetivista, entonces, la raznse refiere exclusivamente a un objeto o concepto en relacincon un fin dado y no a la particularidad de dicho objeto oconcepto. As, la razn se utiliza ms bien para designar unacosa o un pensamiento y esta cosa o el pensamiento sirvenpara alguna otra cosa. Por lo tanto, la meta racional quedaexcluida en tal concepcin, por lo tanto es en vano la discu-sin sobre la superioridad de tal o cual meta con relacin ala razn. Esto solo es posible, en el mbito subjetivista, cuan-do dichas metas son puestas al servicio de una tercera y su-

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    perior. Vale decir, cuando lo que est en discusin es la mejor opeor utilidad de una meta como instrumento para perseguir otra.Es decir, cuando son medios y no fines.

    En el actual imperio de la razn subjetiva, el problema,radica entonces, en definir que es lo correcto y como estarazn pragmtica se posiciona para determinar lo que seexcluye de la racionalidad considerando solamente los me-dios necesarios y eficaces para conseguir un fin, porque. Lasignificacin aparece desplazada por la funcin o el efectoque tienen en el mundo las cosas y los sucesos. Las pala-bras, en la medida en que no se utilizan de un modo evi-dente con el fin de valorar probabilidades tcnicamente rele-vantes o al servicio de otros fines prcticos... corren el peli-gro de hacerse sospechosas de ser pura chchara, pues laverdad no es un fin en si misma (op.cit.:33).

    Es decir, que la razn pragmtica, subjetiva, excluye desi misma, el mundo de los fines, es decir aquello para lo quealgo sirve. Por lo tanto, si solo es racional aquello que sir-ve, aquello ltimo para lo que todo lo dems sirve y que, pordefinicin, ya no sirve para nada, tiene que ser irracional(Hernndez Pacheco, 1996:65). Es decir, que el acto de pen-sar ya no sirve para discernir si un objetivo es deseable o no.La razonabilidad es concebida como adaptacin, como co-incidencia con la realidad tal cual es. La realidad no es puestaen tela de juicio a partir de la razn. La razn sirve paraajustar los actos a ella. Pero, alega Horkheimer, cuando enla civilizacin occidental surge la idea de razn, esta eramucho ms que una mera regulacin de la relacin entremedios y fines. La razn implicaba la comprensin, y msimportante an, la determinacin de los fines. Vale citar aqusus dichos respecto al pensamiento socrtico:

    Scrates muri por el hecho de subordinar las ideas mssagradas y familiares de su comunidad y de su tierra a la cr-tica del daimon, o pensamiento dialctico, como lo llamabaPlatn. Con ello luch tanto contra el conservadorismo ideo-lgico como contra el relativismo que se disfrazaba de pro-greso, pero que en verdad se subordinaba a intereses perso-nales y de clase. Dicho en otras palabras: luchaba contra la

    Conocimiento y progreso en la Modernidad

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    razn subjetiva, formalista, en cuyo nombre hablaban losdems sofistas. Scrates socav la sagrada tradicin de Gre-cia, el estilo de vivir ateniense, y prepar as el terreno paraformas radicalmente distintas de la vida individual y social.Scrates tena por cierto que la razn, entendida como com-prensin universal, deba determinar las convicciones y re-gular las relaciones entre los hombres y entre el hombre y lanaturaleza (Horkheimer, 1969:21).

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    El proceso de compartimentalizacin y especializacin delconocimiento (que es consecuente con el proceso decompartimentalizacin, especializacin y fragmentacin dela vida social) como consecuencia de la predominancia delmodelo instrumental de razn, es particularmente observa-ble, como ya se dijo, en el estudio de las relaciones entresociedad y naturaleza. Dos mbitos de conocimiento esta-blecidos como diferentes, que deben ser abordados por teo-ras, disciplinas y metodologas diferentes. Sin embargo, laproblemtica de la articulacin entre sociedad y naturalezalleva indefectiblemente a revisar esta divisin y a tomar ycomenzar a considerar la posibilidad de trascender los lmi-tes disciplinarios que permitan una mirada ms integral auna cuestin tan compleja. Los enfoques al respecto comorespuesta a este problema son y fueron diversos, incluso laspreocupaciones temticas puntuales variaron a lo largo delos dos ltimos siglos.

    Corrientes tericas en la interpretacin de larelacin sociedad-naturaleza

    En el siglo XIX, las preocupaciones referidas a la relacinnaturaleza-cultura estaban directamente articuladas con lacuestin de la evolucin en general y la evolucin humanaen particular, de las cuales el pensamiento de Darwin ySpencer son dos exponentes sobresalientes. Es decir, intere-

    Captulo II

    Ciencia, disciplinas y teoras

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    saba saber que cosa es naturaleza y que cosa es cultura, ycomo es el nexo evolutivo entre ambos.

    El debate giraba en torno a la idea de desarrollo vigenteen la biologa que rompi con la tradicional creencia de unmundo nuevo y constante. Esta nueva visin del mundo,gracias principalmente a importantes descubrimientos cien-tficos, entre ellos la revolucin copernicana, los avances engeologa y en paleontologa, se fue ganando un lugar cadavez ms importante y con ella, se incorporaba el trminoevolucin.

    El Origen de las especies de Darwin (1980) estableciuna serie de nuevos supuestos que revolucionaron las teo-ras sobre la cuestin en el pensamiento cientfico occiden-tal. La teora de la evolucin propiamente dicha sostena quelos organismos evolucionan constantemente a lo largo deltiempo. El supuesto de la ascendencia comn proporcionun rbol filogentico ramificado en lugar de la escala lineal(scala naturae) que tanta aceptacin tuvo hasta fines del si-glo XVIII. El cambio de status de la especie humana fue unade las consecuencias mas importantes de esta teora, ya nose sita al hombre como un ser aparte del resto de los seresvivos, poniendo fin a la tradicin antropocntrica mayorita-riamente aceptada hasta el momento. El principio de la se-leccin natural implicaba dos pasos fundamentales para quese produzca el fenmeno evolutivo. Primero la generacinde una gran variacin gentica y luego se produce la super-vivencia y reproduccin diferencial de los nuevos individuos.

    Esta idea nueva de progreso evolutivo tuvo su influen-cia en todo el pensamiento occidental. As, por ejemplo, fueconsiderado lcito, por ciertas corrientes tericas y discipli-narias, preguntarse por el papel de la evolucin en la con-ducta social, y una vez establecida esta habiendo dado lugara la cultura, ver el papel desempeado por la cultura sobreel proceso evolutivo, es decir la inversa del proceso ante-rior. Las primeras y controvertidas aproximaciones a estosaspectos fueron hechas por E. O. Wilson en su libro Socio-biologa la nueva sntesis (1975), donde se estudian lasconductas sociales de muchas especies y adems se incluye

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    el hombre, bajo las mismas consideraciones sociales que elresto de las especies.

    Ahora, la teora que postula el progreso social a travsde la lucha y la supervivencia de los ms aptos se conocecon el nombre de Darwinismo social. Spencer (1967) retu-vo el modelo del organismo biolgico como la base para elentendimiento de la esfera social. Vio el organismo comoun modelo para la sociedad de dos modos: 1) una sociedadrepresenta un sistema que tiene estructuras y funciones, y 2)una sociedad representa un cierto nivel de evolucin social,determinado en base a su diferenciacin estructural. Se diceque los procesos que son validos para la biologa, lo sontambin para la lgica social. Spencer utilizo el terminosuperorgnico para designar ideas que sobrepasan la indivi-dualidad, es a travs de lo superorgnico que la accin coor-dinada humana es posible. Con esta idea se tiende al con-cepto de cultura. As, esta idea de evolucin tambin estuvopresente en el campo antropolgico dedicado al estudio dela cultura humana, tema que ser tratado mas adelante.

    Durante este periodo, evolucin y desarrollo comenza-ron a ser utilizados por los cientficos e intelectuales comotrminos intercambiables. Este concepto de desarrollo quefue utilizado en el siglo XIX en relacin con el proceso evo-lutivo de los organismos, se extendi posteriormente al pro-ceso evolutivo de la personalidad humana.

    El modelo con que se va a pensar el proceso de constitu-cin de la personalidad humana, a partir de las primeras d-cadas de este siglo, es heredero de las concepciones, prime-ro organicistas y luego economicistas del desarrollo. Estetipo de modelos pendula entre la consideracin del sujetohumano como un elemento ms del mundo natural conside-rando al hecho psquico solo en su funcin adaptativa; y unaversin del sujeto centrado en la satisfaccin de intereses deneto corte cultural.

    En el presente siglo, superada la discusin sobre la evo-lucin humana, y separados definitivamente los mbitos dela naturaleza y los mbitos de la cultura en sus respectivasdisciplinas cientficas (ya sea con una misma o diferente base

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    metodolgica), retorna en las ultimas dcadas la relacinnaturaleza-cultura, o ms precisamente naturaleza-sociedad,de la mano de las preocupaciones ambientales. Ya no intere-sa cuan natural o cultural es el ser humano y por que cami-nos evoluciona, sino lo que interesa es como se vincula elser humano en tanto ser cultural en su proceso de desarrollosocial y econmico con el ambiente fsico y natural. En tan-to ser cultural, es por lo tanto responsable de sus actos y desus consecuencias en el medio natural y social. Esto remitenecesariamente a repensar la concepcin imperante desdeel pensamiento iluminista que concibe al hombre como do-minador de la naturaleza, para poder extraer de esta los re-cursos indispensables al progreso material.

    Es decir, hay un cuestionamiento a la nocin de progre-so vigente durante todo el siglo XIX, que se manifiesta apartir de una revisin (especialmente en las ltimas dcadasdel siglo XX) de la nocin de desarrollo econmico y socialdominante, que se sustenta en la nocin de progreso infinitoy crecimiento ilimitado (Galafassi, 1996 y 1998).

    Es en este contexto que parte de los conflictos ambien-tales del presente (entendidos como manifestacin de la re-lacin sociedad-naturaleza) son originalmente tratados porla ecologa, ciencia biolgica surgida a fines del siglo pasa-do (cfr. Worster, 1994; Acot, 1988). La realidad ambientales analizada con las categoras propias de esta disciplina.Pero la complejidad de la problemtica y la diversidad deelementos y factores que intervienen, posibilitan el aborda-je desde distintas perspectivas. Esta es la tendencia en laactualidad, existiendo una gran diversidad disciplinaria y unvariado enfoque terico del problema. As, nos encontra-mos con una gran produccin literaria sobre la cuestin,enfocada desde las distintas perspectivas y especialidadescientficas. Las diferentes orientaciones de las ciencias na-turales y tecnolgicas se ocupan del tema en forma mayori-taria, aunque tambin lo hacen algunas ramas de las cien-cias sociales, pero con menor inters. La problemtica am-biental es incorporada a cada cuerpo terico, el cual designalos aspectos y elementos que sern relevantes, generndose,

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    de esta manera, una variada gama de interpretaciones sobreuna misma problemtica, desconexas entre s en la mayorade los casos. Como resultado se obtiene una inmensa canti-dad de variantes explicativas que ponen nfasis en las ideas-elementos que forman parte de cada saber disciplinario, nohabiendo un abordaje del tema que contemple al mismo ensu totalidad. Es decir que la articulacin sociedad-naturale-za es vista desde cada ptica especfica y no desde la proble-mtica en si misma, que encierra aspectos que fueron tradi-cionalmente tratados por muchas disciplinas. Los procesosde articulacin sociedad-naturaleza son abordados predo-minantemente dentro de los lineamientos disciplinarios.As,cada rea de la ciencia toma este tema desde sus propiasestructuras de anlisis. Por tal motivo, se verifica un abor-daje de la problemtica desde perspectivas parciales y conun tratamiento que solo responde al objeto de estudio parti-cular de cada ciencia.

    A continuacin se describirn muy sintticamente las msdifundidas corrientes tericas y disciplinarias que intentanexplicar esta problemtica.

    La ecologa (rama de la biologa) se define como el es-tudio de las relaciones que se establecen entre los seres vi-vos y su ambiente. Surge el concepto de ecosistema que pasaa considerarse como la unidad ecolgica fundamental. Den-tro de este esquema es incorporado el hombre en su relacincon la naturaleza, especialmente a partir de los aos 60. Unode los investigadores ms difundidos en al mbito acadmi-co de la ecologa, es sin duda, Eugene P. Odum (1971), quienanclado fuertemente en el concepto de ecosistema y la teo-ra de la termodinmica explic la relacin seres vivos ymedio ambiente en trminos de flujos de materia y energa.El principio de la energa en los sistemas ecolgicos ordenael pensamiento de este autor y de gran parte de la cienciaecolgica hasta la actualidad1. El ser humano pasa a ser un

    1. El flujo de energa sirvi de principio rector en los aos 70 y parte de los 80 paraexplicar el funcionamiento de los sistemas ecolgicos y el planeta, incluyendo a laspoblaciones humanas (cfr. Harrison Brown, 1970; Singer, 1970; Lugo & Morris,1982, Sarmiento, 1984).

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    componente ms del ecosistema y es analizado en base a lasleyes generales que rigen todo el conjunto. Howard Odumllega a dedicar un captulo de su obra (1980) a la Base ener-gtica de la religin. La idea de El hombre en la Biosferaplanteada, hace ya algunos aos, por Margalef (1980) sinte-tiza esta vertiente disciplinaria y terica hasta el da de hoy,sometiendo al hombre bajo las mismas leyes que el resto delos componentes vivos de la biosfera. El concepto de ecosis-tema es utilizado como una herramienta til en el diseo dela vida en base a una ingeniera social (Taylor, 1988) y lla-ma la atencin tambin la afinidad entre las versiones sist-micas de la biologa y ciertas proyecciones en las estrate-gias de gestin del desarrollo (Kwa, 1987). La ecologa comociencia fue tambin el generador o alimentador de muchosdiscursos que dieron y dan sustento al ecologismo o ambien-talismo como movimiento social y ecolgico en sus diver-sas variantes, y que sern vistos ms adelante.

    El anlisis ecolgico en general (Baker, 1962; Geertz1963) y la teora de sistemas en particular, tambin han sidoincorporados en sus anlisis por diversas ciencias sociales,como por ejemplo la antropologa. Uno de los primeros an-tecedentes es sin dudas la llamada escuela de la ecologacultural (Steward, 1955, White, 1949), preocupada por laforma en que los sistemas culturales se adaptan a su medioambiente total y (como consecuencia de esto) la forma enque las instituciones de una cultura se adaptan o ajustan alas de otra. Posteriormente, los partidarios del neofunciona-lismo, en los aos 60 y 70, incorporan abiertamente el an-lisis sistmico, suponiendo la existencia de sistemas conpartes relacionadas y que, de un modo similar a como fun-ciona un organismo, cada parte contribuye al mantenimien-to general del sistema y las necesidades individuales se cu-bren cuando se mantiene todo el sistema. La sociedad, deeste modo, es valorada segn el grado de cambio en sus par-tes, significando el cambio, un ajuste o adaptacin a las nue-vas condiciones. Estas partes, incluyen a menudo condicio-nes del entorno distintas de la sociedad.As es como se abordala relacin de las sociedades con el ambiente, afirmando que

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    los sistemas se mantienen a travs de una autorregulacin yque se regulan a travs de mecanismos de fedback negati-vos, utilizando as conceptos y categoras de la ciberntica.Los sistemas son definidos en trminos de flujos de materia,energa e informacin y lo importante es analizar las inte-racciones de las variables entre s. Algunos autores impor-tantes de esta corriente fueron: Rappaport (1968), Hardesty(1979), Kemp (1971) y Vayda (1976). La preocupacin deestas corrientes antropolgicas fue eminentemente cientfi-ca, siendo escaso el inters por la aplicacin de los conoci-mientos a los posibles desajustes generados en el marco dela relacin sociedad-naturaleza.

    Ms recientemente, este enfoque sistmico en la antro-pologa ha perdido inters. Los estudios culturales y tnicoslos han reemplazado. Lo que importa ahora es ver las diver-sas maneras en que es percibido el ambiente a travs de lahistoria por diferentes culturas (por ejemplo, Merchant, 1989;Tuan, 1990; Johnson, 1998).

    La sociologa, en la dcada del 20, tambin entablarrelaciones con la ecologa, tomando conceptos y principiostericos. La Escuela de Chicago, que desarroll trabajos ensociologa urbana, despleg una importante tarea en el an-lisis de la distribucin espacial de los grupos humanos, de lamorfologa de las sociedades y de los dispositivos institu-cionales que ordenan su funcionamiento2. Ecologa huma-na fue el nombre dado a esta corriente y uno de sus msclaros exponentes, R.D. McKenzie (1974) compara la eco-loga con la economa, diciendo que ambas estudian losmismos problemas, pero la ecologa, en su relacin con losprocesos de distribucin humana. Traslada los conceptos dela ecologa al anlisis de la sociedad urbana, el concepto desistema e interdependencia son claves: en la sociedad hu-mana, estructura fsica y caractersticas culturales son parte

    2. Es importante resaltar el permanente intercambio entre el acercamiento ecolgi-co del departamento de sociologa, el interaccionismo simblico del campo filosfi-co y el funcionalismo en al mbito de la antropologa cultural, que se dio por esosaos en la Universidad de Chicago, considerada por muchos como uno de los pila-res fundantes de la sociologa del siglo XX (Gubert y Tomasi, 1995).

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    de un mismo complejo (op. cit.). Otro autor importante deesta corriente, Robert Ezra Park (1936) trazando un parale-lismo con los sistemas naturales, y desde un punto de vistade su evolucin en un claro ejemplo de anlisis darwinistaafirma: desde un punto de vista ecolgico, la sociedad (enla medida que constituye una unidad territorial) es simple-mente el rea en cuyo seno ha declinado la competenciabitica y en el que la lucha por la existencia ha asumidoformas superiores y ms sublimadas. En un sentido estric-to esta escuela tiene algunos seguidores en la actualidad (porej. Hawley, 1991). Pero dentro del campo de la sociologa,luego de la Conferencia de Estocolmo, se ha generado unarama de estudios medioambientales, que contraponindosea la tesis durkheimiana de la explicacin de los hechos so-ciales por los propios hechos sociales, propone abandonarel antropologismo exacerbado para reconocer la interaccinentre fuerzas sociales y naturales. A partir de aqu, el nfasisestar puesto en estudiar los conflictos ambientales, con elobjetivo de formular correcciones y reencauzar a la socie-dad industrial en un camino ms armnico. Para esto pro-ponen remplazar el viejo paradigma HEP (Human Excep-tionalism Paradigm) por un nuevo paradigma NEP (NewEnvironmental Paradigm) (cfr. Catton y Dunlap, 1978;Dunlap y Catton, 1979). Las relaciones entre medio ambien-te, poltica y desarrollo econmico y social y globalizacinfiguran dentro de los temas ms importantes tratados por lasociologa del medio ambiente (Buttel y Taylor, 1992;Redclift y Benton, 1994). La nocin de sostenibilidad yautosostenibilidad del desarrollo incorporando las variablesambientales es otro de los intereses actuales de la sociologa(cfr, Tarozzi, 1990, 1998), as como la nocin de riesgo, en-tre ellos el riesgo ambiental, como definiciones centralesdel proceso de globalizacin de la sociedad contempornea(cfr. Beck, 1998).

    Dentro del campo de la economa la cuestin ambientalha cobrado un creciente inters en las ltimas dcadas, qui-zs sea porque precisamente en el proceso econmico segeneran las principales causas del deterioro ambiental. En

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    tal sentido ha surgido una rama denominada EconomaAmbiental, que si bien es todava menor, est en rpidocrecimiento a nivel internacional. Una primera corriente esla denominada economa ambiental neoclsica que es cla-ramente la corriente dominante, en concordancia con la po-sicin de poder que mantiene la economa neoclsica madreen la sociedad capitalista contempornea. Su explicacin deldeterioro ambiental se basa en que al ser el ambiente unbien comn, es utilizado sin pagar por el. Se trata simple-mente de que en una economa de mercado, las cosas que notienen dueo no tienen precio, y por lo tanto no son aprecia-das. En consecuencia, esta corriente lo que hace, es ponerleun precio o un dueo a todo, y dejar que el mercado definaun nivel de degradacin ambiental ptimo. Sus anlisis gi-ran en torno a los problemas de externalidades (por ejem-plo, Dales, 1968; Baumol & Oates, 1988), el principio cos-tos-beneficios (por ejemplo, Maler, 1974; OCDE, 1992), yla economa de los recursos naturales considerando las tasasde extraccin (por ejemplo, Hotelling, 1931; Cokerand yRichards, 1992). Esta concepcin cuasi-mecanicista de larelacin naturaleza-sociedad por parte de la economaneoclsica es absolutamente coherente con la visin de starespecto del fenmeno econmico. Para empezar, la escuelaneoclsica se ha encargado por dejar de lado cualquier pre-ocupacin por las condicionantes institucionales que podanestar presentes en la primera economa moderna, aquella delos clsicos como Smith o Ricardo. Es que su modelo basa-do exclusivamente en las decisiones de los actores indivi-duales que actuando atomsticamente en un mercado, sonlos que determinan la distribucin de los recursos existentes(olvidndose tambin de las condiciones generadas en laproduccin) obliga a dejar cualquier situacin, que segn suparticular mirada, genera interferencia en el libre juego dela oferta y la demanda. De esta manera, los actores indivi-duales se volveran previsibles en su accionar y se le podraotorgar una regularidad al funcionamiento del mercado. Conla introduccin de variables institucionales, sociales y pol-ticas, no es posible (como muy bien lo expreso, por ejemplo

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    Mengers (1882) en los inicios de esta corriente) mantenerun nivel de regularidad y previsibilidad a priori en el com-portamiento de los actores individuales, que permita hacer-lo compatible con la determinacin de los precios de equili-brio y con la demostracin del equilibrio econmico gene-ral. Para afrontar problemas de este tipo es, de hecho, nece-sario suponer un comportamiento estable y uniforme de losactores, que se corresponda con un razonamiento deductivosobre las posibles consecuencias que se puedan esperar enel funcionamiento del mercado. De aqu, la mayoritaria for-mulacin de leyes (entendidas en el sentido de fuerte pre-diccin) presente en toda la economa contempornea. Espor esto que la formalizacin matemtica caracteriza fuer-temente toda la economa oficial del siglo XX, y que jun-to a la separacin del mbito econmico del resto de losmbitos de actuacin del ser humano en el proceso social,han convertido a la economa moderna en la ciencia (preten-didamente social) que ms ha seguido el modelo impuestopor el positivismo en el mbito de las ciencias naturales. Deaqu que es posible afirmar que positivismo cientfico y eco-noma liberal-neoclsica van absolutamente de la mano ensu intento por explicar el proceso social (aunque es obvioque la nocin de proceso, muy lejos est de cualquier inter-pretacin neoclsica de la realidad). De ms est decir, queesta escuela dominante de pensamiento excluye de manerataxativa cualquier consideracin sobre los fenmenos dealienacin de la sociedad.

    La Ecologa Econmica en cambio, se propone rompercon alguna de estas limitaciones al intentar integrar con-ceptos ecolgicos y econmicos. Bsicamente incorporaconceptos de la termodinmica en el anlisis econmico.Es la variante sistmica del anlisis econmico. Si bien rea-liza una crtica epistemolgica a la economa neoclsica,estudiando y diseando acciones tendientes a un desarrollosustentable, afirma que el sistema de mercado, con las co-rrecciones de polticas necesarias, sigue siendo el sistemams eficiente para la asignacin de recursos. As, si bien laincorporacin de variables ecolgicas enriquece el

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    simplismo caracterstico del modelo econmico neoclsico,su apego al mercado y su afiliacin sistmica no le permi-ten superar el positivismo y en consecuencia poder enten-der los complejos procesos sociales y socio-ecolgicos delas sociedades modernas. Uno de los principales pensado-res de la ecologa econmica es sin duda Georgescu-Roegen(1975), y uno de sus