ESCULTURA NEOCLÁSICA

NEOCLÁSICO EN EUROPA: ANTONIO CÁNOVA

Es uno de los grandes escultores de la historia del arte y el mayor representante del movimiento neoclásico con obras como: Dédalo e Ícaro, Teseo y el Minotauro, Amor y Psiquis abrazados, Hércules y Licas y Perseo con la cabeza de Medusa.

Dédalo e Ícaro y Teseo y el minotauro

Amor y Psiquis abrazados

Hércules y Licas y Perseo con la cabeza de Medusa

Otra característica será la calidad sensorial que transmite a sus estatuas con un gran acabado que luego patinaba con piedra pómez, logrando que sus esculturas no parecieran frías.

Su fama internacional llegó a pasamarse en encargos como el retrato de Paulina Bonaparte Borguese, recostada semidesnuda sobre un diván y esfigiada como Venus victoriosa al haber sido elegida reina de la belleza y por ello sostener la manzana de Paris en la mano. Es su obra maestra y aparece reflejada toda una época en la sensualidad del cuerpo femenino.

Su último gran encargo será la estatua del primer presidente de los EE.UU, George Washington, para el parlamento de Raleigh. Hoy sólo conservamos una copia en yeso.

El retrato es sedente, vestido como un emperador romano e inspirado en el Dionisos del Partenón que había contemplado en Londres. Aparece renunciando al poder y con este gesto parece encarnar la honestidad del pueblo americano.

Juan de MENA

Este artista cultiva ampliamente la religión como en Santa María egipciaca en el museo de Valladolid y se inspira en la Granja de Segovia para la fuente de Neptuno en Madrid.

José Álvarez Cubero

Discípulo de Canova, se formó como marmolista y trabajó en Italia de donde captó toda la esencia del Neoclasicismo. Sus obras suelen ser mitológicas o heroicas destacando en España el grupo de La defensa de Zaragoza, emulando el estilo griego y el tema heroico de la defensa frente a Napoleón que ya preludia el Romanticismo.