Ángel de la GuardaDiciembre 2019

Boletín infantil mensual de la FSSPX en España

Todas las fi estas de la Iglesia son herm as... la Pas-cua, si, es la gl ifi cación... pero la Navidad p ee una ter-nura, una dulzura infantil que me atrapa todo el c azón.

(Padre Pío)

No puede haber mucho lugar para la tristeza, cuando acaba de nacer la vida; la misma que acaba con el tem de la m talidad, y n infunde la alegría de la eternidad prometida.

(San León Magno)

¿Sabías que...?¿... el árbol de Navidad apareció por vez primera en Inglaterra? Fue en el si-glo XVI cuando los cismáticos anglicanos empezaron a perseguir a los católicos.Éstos, como se prohibieron las imágenes como el crucifi jo e imágenes de la Santísima Virgen y los Santos, trataron de enseñar las verdades de la Fe a sus hijos a escondidas a través de cosas o imágenes sutiles.

¿... “diciembre”, viene del latín decem (diez)? Toma su nombre de su posiciónoriginal como décimo mes dentro del antiguo calendario romano.

Sobre la Navidad

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..., Oíd. Hay en Alemania un pintor muy famoso. Y como al mismo tiempo es muy santo, porque abandonó el mundo y se hizo religioso Redentorista, se ha dedicado, entre otras cosas, a pintar en varios cuadros la vida infantil de Jesús. En un cuadro le vemos nacido en el portalico de Belén; en otro, sentado en el regazo de la Virgen, recibiendo la visita y los dones de los Reyes Magos; en otro, caminando durante la noche hacia el destierro de Egipto; en otro, trabajando en el taller de Nazaret.

Pero, ¿sabéis lo que más llama la atención en ellos?... Un ángel que en traje de peregrino se destaca en todos ellos. Lleva sandalias en los pies, un sombrero caído sobre la espalda y en las manos una antorcha encendida. Preguntadle lo que signi� ca ese ángel y os dirá:

—Ese ángel, en traje de peregrino y con una antorcha en la mano, es el ángel de la Fe. Porque si vemos al Niño Dios sólo con los ojos naturales, ¿qué vemos en Él? Un niño, el más desgraciado de todos los niños, que al venir al mundo no tiene hogar y nace, como una bestia, en un establo...; un recién nacido, perseguido desde la cuna por los odios de sus vecinos...; un jornalero, que tiene que ganarse el pan con el sudor de su rostro.

Pero si enfocamos la antorcha de la Fe, todo cambia. Y en ese Niño que nace adoramos al Dios que existe desde toda la eternidad, y en ese pequeñuelo que recibe la visita de los tres reyes, adoramos a aquel Rey a quien tienen que adorar los cielos y la tierra, y en ese pobre jornalero adoramos a aquel artista maravilloso que ha echado los cimientos de la tierra y ha sembrado de estrellas la inmensidad...

Por eso, queridos niños, cuando veáis una estampita o una estatuita del Niño Jesús no debéis contemplarla con los ojos de la cara solamente: debéis proyectar sobre ella también el sol de vuestra Fe. Entonces caeréis de rodillas, como cayeron los pastorcillos que bajaron de la montaña y los reyes que vinieron del apartado Oriente... ¡Y le adoraréis!

Os bendice:P. José Mª Jiménez

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Queridos niños...

Si nos � jamos únicamente en las apariencias, nos parece hallarnos ante un niño como cualquier otro; pero no debemos guiarnos por lo que vemos con nuestros ojos corporales; hemos de mirar al Niño con los ojos de la fe y la fe nos dice que Él es el Hijo de Dios, nuestro Salvador, nuestro Maestro y la alegría de nuestro corazón.

EL HIJO DE DIOS

Como hombre ha nacido en el tiempo; como Hijo de Dios, existe desde toda la eternidad.

Él es el que fue prometido a los hombres desde un principio, inmediatamente después del pecado, cuando Dios dijo a la serpiente: «Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu raza y la descendencia suya: ella quebrantará tu cabeza y tú andarás acechando a su calcañar» (Gen 3,15).

La promesa fue repetida a Abraham: «En ti (en uno de tus descendientes) serán benditas todas las naciones de la tierra» (Gen 12,3; 22,18).

Balaam, mal de su grado, vaticinó: «De Jacob nacerá una estrella y surge un cetro de Israel». (Núm 24,17).

Jacob moribundo predijo: «El cetro no será quitado de Judá hasta que venga el que ha de ser enviado». (Gen 49,10).

¿Y de quién nacerá? De una Virgen (Is 7,14).

¿Y dónde nacerá? En Belén; así está escrito en el profeta Miqueas (5, 2).

¿Y cuándo nacerá? «Se han ! jado setenta semanas de años... y tendrá ! n el pecado, y la iniquidad quedará borrada...» (Dan 9, 24).

Y � nalmente he aquí al Emmanuel, Dios con nosotros. Repitamos con los ángeles: «Gloria a Dios en lo más alto de los cielos y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad» (Lc. 2,14).

NUESTRO SALVADOR

«Por nosotros, los hombres, y para nues-tra salvación bajó de los cielos». El mismo nombre de Jesús signi� ca Salvador. «Le pondrás por nombre Jesús, dijo el ángel a José, pues Él es el que ha de salvar su pue-blo de sus pecados» (Mt 1, 21). También

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ANTE EL PESEBRE

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un ángel lo anunció así a los pastores: «Vengo a daros una mueva de grandísimo gozo... hoy os ha nacido en la ciudad de David el Salvador, que es el Cristo o Me-sías, el Señor nuestro» (Lc. 2,11).

¿De qué nos ha salvado? De la condenación eterna. El pecado nos había ce-rrado el Paraíso: sólo Jesús nos lo ha vuelto a abrir. El hombre fue capaz de caer y cayó, pero no tenía capacidad para levantarse con sus propias fuerzas.

Y entonces dijo Dios: mandaré a mi mismo Hijo, a revestirse de carne hu-mana. Así podrá someterse al dolor y a la muerte y dar a sus padecimientos un valor in# nito; y el hombre será salvado. Así quedará satisfecha mi justicia y patente mi misericordia.

Demos gracias al Señor Dios nuestro, pues hallándonos muertos por obra del pecado, por mediación del Cristo, su Hijo nos ha dado de nuevo la vida.

NUESTRO MAESTRO

Mostrándonos el Niño recién nacido y recostado en el pesebre, nos dice Dios lo que más tarde dirá en la cumbre del Tabor: «Este es mi querido Hijo, en quien tengo todas mis complacencias: a El habéis de escuchar» (Mt 17,5).

El nos enseñará a invocar a Dios con el nombre de Padre y sentimos todos hermanos, que toda la Ley se compendia en dos preceptos, el amor a Dios y el amor al prójimo y que el modo de manifestar a Dios nuestro amor es la obser-vancia de todos sus mandamientos.

Nos dirá que sólo una cosa es necesaria, salvar el alma y que para salvarla es preciso evitar el pecado, vivir la vida de la gracia, cumplir el deber y llevar la propia cruz.

Un día llamará bienaventurados a los pobres, a los limpios de corazón, a los mansos; pero esa misma doctrina ya la predica ahora con el ejemplo. Su pa-lacio es una cueva, su cuna un pesebre, su majestad está oculta bajo la forma de niño. El pueblo de Israel en sus salmos cantaba: grande es el Señor y digno de toda alabanza. Y nosotros, contemplándole Niño, debiéramos exclamar: el Señor se ha hecho Niño y digno de todo nuestro amor.

LA ALEGRÍA DE NUESTRO CORAZÓN

Dios ha descendido hasta nosotros para elevarnos hasta Él. Ya no estamos solos, pues Dios está con nosotros: y si Dios está con nosotros, ¿quién podrá enfrentársenos? Es verdad que Él permanecerá en la tierra apenas treinta y tres años y que después volverá al cielo; pero al mismo tiempo estará con nosotros: «Yo estaré con vosotros hasta la consumación de los siglos» (Mt 28,20).

¡Cuántas maravillas nos descubre la fe! ¡Felices nosotros que podemos cele-brar libremente las Navidades! Desgraciadamente no ocurre lo mismo en todo el mundo. En los países dominados por el ateísmo la Navidad es como un día cualquiera de labor. Y esto sucede, porque el mundo se ha alejado de Cristo. Es preciso volver a Cristo y entonces volverá a reinar entre los hombres la paz.

Acerquémonos entonces al pesebre y haciendo protestas de � delidad al Niño Jesús, digámosle: ¿a quién hemos de ir nosotros? Sólo Tú, oh Señor, tienes pa-labras de vida eterna y estamos convencidos y creemos � rmemente que Tú eres nuestro Dios, nuestro Salvador, nuestro Maestro y la alegría de nuestro corazón.

ADORACIÓN AL NIÑO JESÚS

Os adoro, amable Niño del pesebre, el más humilde y el más grande de los hijos de los hombres y el más pobre y el más rico, el más débil y el más poderoso.

Os bendigo, porque os habéis dignado descender hasta mí, para ser mi modelo en la práctica de todas las virtudes, mi guía en las difi cultades de la vida y mi consuelo en

los días de afl icción.

Os amo, porque venís a mí con amor infi nito; con amor generoso, al que no cansan mis ingratitudes; con amor obsequioso, que se anticipa a los tardíos impulsos de mi corazón; con amor paciente, que espera mi conversión para amarme más tiernamente

aún. Por eso, con el corazón lleno de agradecimiento, de rodillas al pie de este lecho de paja, os adoro, bendigo y amo, con

todo el fervor de mi alma, y me atrevo a levantar mis ojos hasta mi Dios, que se digna mirarme.

Prodigios del Escapulario del Carmen

LIBRA DE LA METRALLA A UN BATALLÓN

Un bravo ofi cial de nuestro Ejército comunicaba al Director de la “Obra Máxima” durante nuestra Cruzada, por septiembre de 1937, el siguiente hecho prodigioso:

“Comunico a usted un caso milagroso de la Santísima Virgen del Carmen para con los soldados a mi mando, los cuales visten todos su Escapulario:

Un día que mi batallón fue a guarnecer las tapias del Pardo-Plantío, los rojos tiraban con mortero y fusilería. A mí me asombraba y maravillaba que fuesen todos dirigidos a un solo sitio y que no hiciesen bajas. ¡Cosa totalmente prodigiosa! Cuál no sería mi sorpresa cuando miro hacia lo alto y veo sobre una pared una estatua de la Virgen del Carmen. Corrí como un loco; subí a por Ella. ¿Qué me importaban a mí las balas de los rojos si tenía a mi Madre expuesta?

Cuando la tuve en mis brazos, lloré de emoción. Esta imagen de la Santísima Virgen preside mi tienda de campaña y viene conmigo a todos lados. Ante Ella se postran y rezan el Santo Rosario todos los días los soldados de mi batallón. Si caemos en la lucha, Ella nos conducirá, sin duda, al cielo, como premio a los que, llenos de fe y entusiasmo, damos la vida por Cristo y por la santa fe católica.

Yo no quiero que ninguno de mis soldados entre jamás en batalla sin llevar el Santo Escapulario y haberse encomendado antes con fervor a la Virgen Santísima. Yo mismo, cuando fui herido, las primeras palabras salidas de mi boca fueron éstas:

“¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Virgen del Carmen! Salve Regina, Mater misericordiae; Spes nostra, Salve”. Ésta fue mi oración hasta ser curado...

No dejo pasar ni un sólo día sin que mis soldados recen ante la Virgen del Carmen, en la seguridad de que Ella los librará de todos los peligros y les alcanzará una santa muerte”.

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Desde la cátedra del Monaguillo

Vinajeras

Las vinajeras deben estar siempre tapadas, para evitar que caiga en ellas su-ciedad o algún mosquito. La vinajera del vino se pone a la derecha de la del agua. Sobre ellas; se extiende el pañito llamado manutergio o cornijal.

Las vinajeras se llevan con las dos manos, con atención para que no se caigan al suelo. Se sirven al Sacerdote con la mano derecha, presentándolas por el asa.

Al servir en el Ofertorio la vinajera del vino se besa antes de darla al Sacer-dote y después de recibirla de su mano. No se besa en las Misas de Difuntos. Tampoco se besan las vinajeras al servirlas después de la Comunión.

Evita siempre, estos defectos: - Dejar caer gotas de agua o de vino en el suelo, en el altar, o en el pie, del cáliz. - Poner las vinajeras sobre los mismos manteles y no sobre el pañito manutergio. - Hacer tocar el borde de las vina-jeras en la copa del cáliz o en los dedos del Sacerdote.

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Leer, Aprender y Rezar

DEL PECADO ORIGINAL Y DEL REDENTOR

Todos los hombres heredamos el pecado de Adán. El pecado que heredamos de Adán, se llama pecado original. Solamente la Santísima Virgen María, Madre de Dios, fué concebida sin pecado original.

El pecado original causó grandes daños al género humano. Todos los hombres vienen al mundo sin la gracia santifi cante; y sin la gracia, nadie puede entrar en el cielo. Todos tenemos en el corazón la inclinación al pecado. Todos padecemos enfermedades y tenemos que morir.

Después que pecaron nuestros primeros padres Dios les prometió un Redentor. Pero los hombres tuvieron que esperar al Redentor muchos años.

Adán y Eva se arrepintieron de su pecado, y Dios les perdonó.

En vez de Redentor decimos también Salvador.

¿Cómo es Dios Salvador? Dios es Salvador porque nos da la gracia y perdona los pecados.

¿Quiere Dios perdonar a todos los hombres? Dios quiere perdonar a todos los hombres. Por eso decimos: Dios es infi nitamente misericordioso.

Para que Dios nos perdone, es necesario que tengamos dolor del pecado y propósito de la enmienda, y que confesemos debidamente los pecados.

¿Qué es pecado original? Pecado original es aquel con que todos nacemos, heredado de nuestros primeros padres.

En la Fiesta de la Inmaculada Concepción, el 8 de Diciembre, recordamos que la Santísima Virgen Madre de Dios, fué concebida sin pecado original.

En el Padre nuestro rezamos: Perdónanos nuestras deudas así como nosotros perdona-mos a nuestros deudores.

Pedimos en esta petición, que nos perdone Dios nuestros pecados, así como nosotros he-mos perdonado a los que nos han agraviado y hecho mal.

Por eso hemos de tener dolor por nuestros pecados y también un fi rme propósito de la enmienda.

Reza el «Señor mío Jesucristo».

En el Padre nuestro rezamos: Líbranos del mal.

Pedimos en esta petición, que nos libre Dios de todos los males y peligros espirituales y corporales.

Dichos y frases hechasRecopilación de las expresiones y locuciones populares que nos vinculan a la historia de nuestros antepasados

VER LAS ESTRELLASSentir un dolor agudo.

Aunque algunos autores sugieren que esta expresión nace del típico gesto de dolor (se mira al cielo con los ojos entrea-biertos y se invocan algunos santos), lo cierto es que el dicho tiene que ver con algunas causas ópticas bien conocidas. Cuan-do se sufre algún golpe en la cabeza suele producirse un leve trastorno óptico: se ven pequeñas chispas o lucecillas al cerrar los ojos. En algunos lugares se llaman «chiribitas», «moscas» o «musarañas». En realidad, no existen luces ni estrellas de ningún tipo, sino una disfunción cerebral: el cerebro no sabe interpretar señales lumínicas en el interior del ojo.

Los tebeos y el cómic han extendido el uso de esta ex-presión, porque los dibujantes representan verdaderas estrellas girando en torno a la cabeza de los protagonistas que han sufrido algún trompazo.

LLAMAR A UNO A CAPÍTULOSolicitar que alguno se presente para rendir cuentas, con el fi n de regañarle, o reprocharle su actitud.

Reprender a alguien.

El «capítulo» es una reunión que se hace en conventos y otras instituciones religiosas.

Es una junta en la que se estudian determinados casos, especialmente los problemas o las

cuestiones suscitadas entre los propios clérigos o entre éstos y otras instancias. Son reuniones

celebradas cada cierto espacio de tiempo, dependiendo de las órdenes religiosas, en la que

están fi jados los cargos y el orden de intervención. Por extensión, se utilizó también para

determinadas órdenes militares y las reunio-

nes que se producían en su seno. Cuando un

monje o clérigo era llamado «a capítulo» era

porque había cometido una acción reprensi-

ble y, por tanto, sufría una reprimenda. Por

esta razón, el Diccionario de la Academia

admite que un capítulo es una «reprensión

grave que da a un religioso en presencia de

su comunidad».

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De todo un poco...

De muy lejos vengo,

a muy lejos voy,

piernas no tengo

y viajero soy.

Nuria Sanjuan (Batea)

ENHORABUENA A LA ÚNICA ACERTANTE(Las mamás no cuentan)La solución era: El camino

Los acertantes del acertijo del mes pasado son:

Concurso de Felicitaciones de NavidadPara estas Navidades habrá un concurso de felicitaciones de Navidad.

Se premiará al más elaborado, no tiene por qué ser el mejor dibujo.Puede ser un collage, una manualidad, un dibujo...

Pero ha de ser una Felicitación de Navidad dirigida a la Revista Ángel de la Guarda.

La mejor ganará un estupendo premio.

Concursa y envía tu obra maestra a:

REVISTA ÁNGEL DE LA GUARDACasa San José

Ctra. Navalcarnero - Griñon km. 4,228607 El Álamo

Madrid

O también se la puedes dar a cualquier sacerdote de la capilla a la que vas.Fecha límite de entrega 25 de Diciembre, el premio se dará tras la fi esta de Epifanía.

Obligatorio indicar nombre, edad y lugar de donde sois.

O

Manifestación de pavos en estos días de Navidad

Dos locos están preparando el árbol de navidad y uno le dice al otro:- Avísame si se encienden las luces.

Y el otro le contesta:- Sí...no...sí...no...sí...no

Que el Niño Dios os colme de bendiciones y gracias.

Que bendiga vuestras familias y os guarde siempre de todo mal.

La revista infantil de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X en España

Ángel de la Guardaos desea a todos los niños una Santa y Feliz Navidad