Nicanor Parra Revisitado

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    Parra sabe dormir.ES una actividadque le atrae y lohace muchashoras, con laspersianas cerradas,en el suelo.

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    arra no da entrevistas per0 tambiknda entrevistas y se sabe en 10s mediosue se pone chucaro, que cobra y queata, per0 todo depende, y kl es unNos dio la pasadaa verlo a Las Cruces.Es la casa de la palmera, un poco masr sus sebas. Para alli partimos, periodis-

    incoln no era una sola la casa con palme-

    En resumen: Parra nos recibe con dosComentamos frente a1 ventanal con vista

    os lugares comunes son inevitables. Parra

    as -1sla Negra, Conchali, La Reina- yque esti viviendo de frent6n

    o pasado.En una mesa de la terraza hay un atado

    e y bonita letra grande. Bajamos porbautizada como el castil lo negro,ikn propiedad del poeta y que, como

    ctadura su obra de teatro Hojas deParra,

    o si, unas escenogrificas columnas dey nosntamos por ahi, en unas sillas de lonatefiidas y de tijera, a1 sol.lava 10s platosNo era la primera vez que intentibamosncarle el diente a Parray sabiamos lo fre-pone cuando le sacan grabado-o de piratearle la voz nos result6 una1991, cuando acababa de recibir elio J uan Rulfo -por su poderosa rea-

    rmaci6n de la capacidad innovadora de lay seba traduciendoEl ReyLear a1 len-je chilensis para el montaje de la Uni-idad Cat6lica.Nos dio la direcci6n que,D de dedo?, e preguntamos.No,D deo de 10s temas fue la lengua materna, dei es madre la madre como transmisora

    susones y prkdicas del Cristo de Elqui.Dos aiios despuksnos recibi6 de nuevo.nversacih se fue como por un tubo;cion entre el logos y la naturaleza y

    n 1963, lo invitaron a la Uni6n

    Soviktica. El reloj corri6 veloz hasta lasonce de la noche, salimos encantadas y sinentrevista porque kl no quiso grabadora,adminiculo del que hasta entonces iramossiquicamente dependientes.Ahora se repite la escena. Ahi esta Parra,que es un gran contador de historias, des-plegando su chispa oral, contagioso yenvuelto en una parka blanca. Llega Corita,la asesora del hogar que le organiza la vidadomkstica a1 antipoeta, con una bandejacon aceitunas, vino y queso de cabra. Esmuy joven y lleg6 alli desde el sur, hacecosa de un aiio, a traves de una agencia deempleos. A1principio no hablaba ni tam-poco respondia cuando Parra se dirigia aella, entonces kl un buen dia le pidi6 expli-caciones:No contest0 preguntas tontas,dice que le dijo y que sigui6 pasando elchancho. Per0 parece que esti contenta,calcula su empleador quien confiesa quecuando ella se fue a visitar asufamil ia paralas fiestas patrias, tembl6 porque pens6 queno iba a volver. Recuper6 la composturacuando la vi0 entrar, maleta en mano, porla puerta porque de ella depende que no sele desarme la casa y la vida. Mal que mal y61lo ha dicho: El verdadero problema de lafilosofia/ es qui& lava 10s platos/ nada delotro mundo/ Dios/ la verdad/ el transcursodel tiempo/ per0 primero quikn lava 10splatos. Con Corita ahora van juntos a laferia.Dice que no quiere entrevista, que des-puis cuando se lee se encuentra idiota, quesi sacamos grabadora empezaria la tarea yque no quiere entrar en ese rigor mortis.Soltamos entonces ese hueso y nos plega-mosa lo que vaya saliendo.Primer0 que nada, Las Cruces es muylindo y las dos casas de Parra estin instala-das en una loma que desciende, en terra-zas, sobre el mar. A un costado de dondeestamos se encuentra el Hotel Trouville,hasta ahora ajeno, como el resto del bal-neario, a las retroexcavadoras y a la ansie-dad por lo nuevo que ha ido borrando delpaisaje comun 10s hitos reconocibles. Paraun ecopoeta como Parra el tema se pas6 decastaiio oscuro y lo saca a colaci6n cadavez que puede en susalocuciones publicas.No hub0 invierno este aiio y la sequia arre-cia. El planeta no da para mas; por eso,como 61dice, muchos 10s problemas y unasola la soluci6n: economia mapuche desubsistencia.Una serie de enigmiticos tablones demadera dispuestos como puentes levadizosnos llaman la atenci6n. Son las construc-ciones de Tololo, el nieto de Parra, hijo deColombina. iPor quk 10s gatos dicenmiau? Si yo fuera gat0 diria guau, diceParra que le ha dicho su nieto. De tal palotal astilla.Y que en el jardin infantil dondelo llevan, cierto dia no respond5 presentecuando pasaron lista. $or qui no contes-tas?, e preguntaron: Es que yo no me lla-

    mo asi, contest6 iC6mo te llamas?,inquirid la parvularia. Hamlet, contest6el Tololo que en realidad se llama Crist6balUgarte.Mariposa resplandecienteHemos entrado en un tema crucial por-que como repite siempre Parra cuando lepreguntan por 10s diez librosmis impor-tantes del mundo: primero Shakespeare;segundo Dios, existaono exista y tercero:conversable. Sabiamos que ahora las habiaemprendido con una traducci6n a su pintade la tragedia del principe de Dinamarca.Traduciendo, no. Reescribiendo, corrigecuando le preguntamos en qui va.Nos diceque el problema en Hamlet es, mis que elregicidio, son 10s cuernos que le pone sumadre Gertrudis, a1 padre. Que de ser cor-nudo nadie se escapa empezando por i lmismo y que el que est6 libre de pecadolance el primer pajaro, perdbn, la primerapiedra. A parece Nietzsche una vezmis enel horizonte de sus maravillamientos a pro-p6sito de su trabajo actual: lo que i l ha lla-mado el discurso huaso. Porque afir-mense en sus sillas,nos advierte; Esto nolo dijo el Papa sin0 Nietzsche sobre las con-diciones que debe cumplir el texto paraque funcione: debe ser sano, tolerante yicon-ci-lia-dooor!. Parra se muerde ellabio y se agarra la cabeza a dos manos enuno de sus ademanes tipicos. La conversa-ci6n ha entrado en calor. Asegura que elrequisito planteado por el autor de Asihablaba Zaratustru se cumple a cabalidaden Shakespearey que esos tres principios-sano, tolerante y conciliador- son 10s que61postula como propios del discurso hua-so.Cuenta entonces que cuando i l era unjoven, 10s huasos, alli en la zona de Chillin,acudian a una especie de justa verbal don-de lucian su ingenio y su capacidad demantener en vi10 a la audiencia. Como enel circo romano, 10s asistentes se manifesta-ban con pifias o apuntando con el pulgarhacia el suelo cuando el orador empezaba aaburrirlos. Eso formaba parte de la entre-tenci6n y no habia nadie que resistiera laprueba por mi s de cinco minutos, salvouno de ellos que lograba mantener la aten-ci6n general durante una media hora enque hasta las moscas suspendian su vuelo.Se llamaba Filor6nomo V isquez. iQu6habia sucedido? Se habia instalado la gra-cia inconmensurable y misteriosa del dis-curso sano. En eso anda Parra.Si en aiios anteriores el Tao TeKin ingre-s6asus lecturas de cabecera, ahora le lleg6el turno a1 Cddigo de Manti, tratado desabiduria proveniente de la India antiguadonde, nos informa, se definen cuatro eda-des en la evoluci6n de todo hombre -laultima es la del asceta- la cual, de no cur-sarse, obligaria a1 infeliz, una vez muerto, avolver a reencarnarse. El asceta, dice el poe-ta, ya ni siquiera neiesita moverse, es s610

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    una imago, una mariposa resplandeciente.$era el cas0 de Parra? El hombre tiene 84ados. Sabe lo que sabe porque naci6 conantena, ademis de saber por viejo ypor dia-blo; tiene una memoria escalofrianteyse haperfeccionado en el arte de permanecervivo coqueteando siempre con la muerte: sela ha llevado a la cama ensuspoemas des-puks de tratarla de vieja lachay,aprophi-to de la reencarnacibn, dejemos que contes-te El Anti-L izaro: M uerto no te levantes dela tumbal que ganarias con resucitarl unahazaiia/ y despuksl la rutina de siempre/ note conviene viejo no te conviene.Esono quita que por mientras pregunte:Quikn eres repentha/ Doncella que tedesplomas/ Como la arafia que pende/ Delpktalo de una rosa,oque tambikn confie-se: Lo que yo necesito urgentemente/ esuna M aria Kodama/ que se haga cargo de labibliotecal alguien que quiera fotografiarseconmigo/ para pasar a la posteridad, oque escarnezca la suerte de 10s viejos ver-des a cuyas casas, nos larga, llegan las lolaspreguntando por 10s tragosydespuks salenarrancando con las billeteras. iQuk ondaParra?Variadas, variadas y aqui aprovecha-mos la ocasi6n para sacarle en cara suvenarni s lirica, la que por ejemplo est5 en Car-tasa una darconocida: Cuando pasen losafios, cuando pasen/ Losafios y el aire hayacavado un foso/ Entre tu alma y la mia;cuando pasen 10s afiosl Y yo s610 sea unhombre que am6,/ Un ser que se detuvo uninstante frente a tus labios,/ Un pobrehombre cansado de andar por 10s jardi-nes,/ iD6nde estaris tfi? iD6ndd Estaris,oh hija de mis besos!Grita Corita desde la casa de a1 lado:E sti isto el almuerzo. Trutros cortos conarroz graneado, ensalada de tomate concebolla, tutti frutti de postre, con manza-nas, naranjas y plitanos picados en trozosdiminutos: delicadezas de la Corita, dice elcalavera de Parra, porque ella Cree quetengo plancha de dientes.Asi es como jue-ga a1 corre el anillo este principeybuf6n dela comarca: una de cal y otra de arena, queeso es tambikn -y en el fondo-, el discursohuaso.Suena el telkfono. De Colombina para supadre. Hablamos de lo fuertes que puedenser 10s edipos: Todos estamos enamora-dos de la Colombina, sentencia. Son las 4sia minima aconsejaadecemos la hospita-lidad y retornarnos, ese dia mikrcoles, aSantiago a prop6sito del cual, como lugarpara vivir caben todo tip0 de dudas, comolo expresa el antipoeta: Est0 tiene que serun cementerio/delo contrario no se expli-carfan/ esas casas sin puertas ni ventanad

    leras de autom6viles/mbras fosforescentes/mos en el infierno/toy seguro que debe

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    Delirio con metodoHacer bajar a 10s poetas del Olimpo. Esa esla tarea en la que se involucro Nicanor Parraquien, !a en 1937, habia escrito en Cancio-nero sin nombre: Dejeme pasar seiora/que voy a comerme un angel. Pasarian 17aiios hasta la publicacion de Poemasy anfi-poemas que sienta las bases de su granmovida estetica, la que revolucionaria,segun 10s criticos, la manera de poetizar entocio el mundo hispanopadante.Segun 10s doctores de la ley, este libro nodebiera publicarsed La palabra arco-iris noaparece en el en ninguna parte, especificaParra en Advertencia al lector con su tonoladino. Corria 1954 y habia cumplido 40aiios. La tarea no habia sido menuda, por-que tenia claro que para atreverse a abrir laboca era necesario hacerlo diferenciandosede titanes del calibre de Neruda, de la Mis-tral, de Huidobro y al mismo tiempo conse-guir mediante lo escrito, una densidad equi-valente. que hacer frente a estos mons-truos? Por una parte hay que eludirlos atodos, y por otra hay que incorporarlos,contest6 alguna vez. En Estados Unidos, 10spoetas de la llamada generacion beat comoAllen Ginsberg, J ack Kerouac, LaurenceFerlinghetti y Gregory Corso lo saludan

    como a uno de 10s suyos, lo traducen y lodifunden.Hoy dia la voz de P arra forma parte delpatrimonio comuny su modus operandi calohasta decir basta -porque abundansus imi-tadores- en las generaciones que le siguie-ron. A sus Versos de salon (19621,siguieronCanciones rusas (1967), Obra gruesa(1969, con la que se hizo acreedor al Pre-mio Nacional de Literatura), Artefacfos(1972), Sermones y predicas del Crisfo deElqui [1977), Nuevos sermones y predicasdel Crisfo de Elqui (19791, Mojas de Parra(1985) y Poemas para combatir la calvicie(antologia, 1993). Paralelarnente su pro-duccion se amplio al campo de la visualidady del objeto a traves de sus Trabajos Pracfi-cos y a sus Discursos, genero que sintetizasu pensamiento y modo de apearse comocritico de la cultura de su tiempo. Lo que leinteresa, nos dice, es cuando se hace pre-sente en el texto lo que el llama reason inmadness o sea el delirio, per0 con metodo.Para quien desee entrar en su mundo reco-mend amos Con versaciones con NicanorParra, de Leonidas Morales publicado por laEditorial Universitaria: ademas de ser muyentretenido a nivel biografico, da cuenta decomo el poeta fue encontrando sus propiasclaves literarias.

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    Los cuatro elementosComence'por casarme con la tierraabrazos besos discusiones intitilesme divorcie'para volverme a casaresta vez con una dama del airemds liviana que el aire desde luegonuevos abrazosy besos apasionadospara abreviar la historiafracas6 como en el primer matrimonioya no recuerdo lo que sucedidme ernbarque' en amores ilicitosconel solhasta que al j n aparecid la mujerunpersonaje de lasml y una nochesuna mujer que parecia una diosa

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    hay pri-merasegundauna segunda visita a Parra, unas despuCs de la primera. Le61.

    ra escena1a.m. Estamos en el pequefio comedor

    Hamlet, recikn salida de

    de la erudici6n llamado J uan Cario-

    primera vez asusmanos que-abierto y busc6 a1 autor en la guiaelkfonos. Habia varios J uan Cariola,es J uan Cariola L (ele), io no?.efecto, le corroboramos comprobandodetalle en 10s crCditos y otra vez, su

    oria caballa. Me contest6 una seiiorao que si, que Juan Cariola era subia muerto y que ellasabia nada de quienes podian informars trabajos. Como Cse, dice,ta Juan Salas Edwards, quien, en 1904,Esquilo, direct0 del griego. Sale yo ejemplar que encontr6

    breria de viejos. iQuiCn celebra yn Chile estas proezas?

    tas. Son tres j6venes. Parra me dice quecasa de Las Cruces que a lo mejoralvar de la demolici6n. Le digovoy. Me dice que no, que

    so. Abre la ventana de par en

    tel de terciopelo amarillo don-A hi mismo se debe sentar 61 aaunque, segun me aclara despuks,es la pieza de su hijo J uan de Dios. Deina y J uan de Dios le toc6 sera y papi , por eso son tan pegados con

    61, me voy enterando. L leg6 incluso elmomento de optar por separarse un poco;10s dej6 a ellos en la casa de La Reina ydice, asi como para callado y bajito, res-pecto de las relaciones con las personas engeneral: Que nunca te arrastren; que tesigan.No me atrevo a moverme de la silla don-de estoy per0 distingo en el ropero abierto10s lomos de las Obras Completas deKajka,el Poema delMioCid,La divina comedia yEl Iazarillo de Tormes. Desde la terraza delprimer piso, y cada tanto, suben por el airelas risas de 10s visitantes: Parra ya 10s tieneen su sac0 de seductor. En uno de 10s cua-dernos abiertos leo: Estoy de acuerdo conArteche: la antipoesia no vale nada/ Per0c6mo convencer a1 resto del mundo de que61y yo estamos en la raz6n.Tercera escenaHan llegado quince j6venes mis. Sonestudiantes de arquitectura y algunos deellos forman parte activa de las AntiparraProductions, grupo no organizado deacciones varias asociadas de una u otramanera a la obra del poeta. Ahora se tratade hacer un plano de la casa de Isla Negra.Para allb partimos en caravana. La casaqueda entre un month de pinos. Se lacompr6 Parra con el adelanto que recibi6por su Obra gruesa.La idea es hacer de ellaun antimuseo: alternativa de competenciapara la casa de Neruda y un universo don-de ha quedado suspendida toda la sibilinaestktica de don Nica. En ese laberinto depiezucas reinan sus Trabajos prdcticos,hechos de nada. Un huevo parado sobre lacubierta de una vieja c6moda: el descubri-miento de America. Una cruz sin Cristocon la lectura: voy y vuelvo. Una Venusde Milo con el siguiente cartel: soy frigida,s610 me muevo con f ines de lucro. Unapantufla huacha acompaiiada de la lecturalevantate y anda. Cajas de Msforos, bote-llas, un caballito de plistico donde sebalanceaba cuando chico su hijo J uan deDios, condensan la parriana manera demirar. Los estudiantes miden muros ypuertas. En lo que podria ser un garaje,est6 escrito con palitos Capilla L iteraria.Parra abre las puertas. Adentro, en efecto,hay un p6lpito y dos hileras de sillas a sus

    costados. El garaje creci6. Parra lo fueampliando y dice que la construcci6nempez6 a ser como una gallina con un alaabierta. Despues le hizo un cucuruchoarriba: la pajarera. Una estudiante baja dealli comentando lo linda que la encuentra.Parra le dice: Es tuya cuando la necesites.Ultima escena

    La tropa completa, incluyendo a unagringa surfista que aterrizo por azar en elgrupo, se dirige a almorzar a1 Caleuche.Eso queda a1 lado del mar. Desde el esta-cionamiento llega un nifio de unos nueveafios y le pregunta: Sefior, usted es Nica-nor Parra?. Se llama Boris Avendafio, cur-sa quinta preparatoria ahi en la escuelalocal y cuida autos en sus ratos libres.?veces, e contesta Parra y modifica: Si, edice,yosoy el hermano de la Violeta. Elnifio le pide un aut6grafo. Parra le escribeun artefact0 que dice: Help: El Siglo XX yyo nos estamos muriendo. Estamos sen-tados a1 sol en un lugar en el que dan ganasde quedarse para siempre. Parra saca, delbolsillo, un gorro como de torrante y se loencacha: parece un personaje deLos cuen-tos de Canterbury.Losque quedaron lejosse abocan a suspasteles de jaiba. Los queestin cerca del poeta se ven envueltos enuno de sus cuentos. Ha sacado a colaci6nuna de sus lecturas favoritas: as memoriasde Pascual Cofia, un cacique mapuche.Cuando leo a Shakespeare veo a Inglate-rra y el alma del hombre, lo que no es pocodecir. Cuando leo a Pascual Cofia veo aChile por primera vez, dice y recuerdaque, como el cacique, 61tambih lleg6 delsur en tren a Santiago. Tenia15afiosy trai-a, como unico derrotero, un papelito conuna direcci6n anotada: Matucana 618. Sela habia dado, por si se le ocurria ir a lacapital, un profesor primario que habiapasado por Chillbn. Recikn bajado del trense sent6 un rat0 sobre la maleta de suabuela. iQuC hacer? Pregunt6 por la calle.Quedaba justo ahi y busc6 la direcci6n. Seencontr6 con una mampara de vidrioscatedral y un coraz6n de Jesus de latasobre el dintel. Respir6: Si habia mampa-ra queria decir estaba todo bien, comenta.Esa noche durmid en un sofi.El resto ya eshistoria. E4