Nicolás Lorré - Tan fino oído. En torno a la dialéctica sujeto-objeto; epistemología y crítica...

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Nicolás Lorré - Tan fino oído. En torno a la dialéctica sujeto-objeto; epistemología y crítica literaria en Theodor Adorno

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Tan fino odo: En torno a la dialctica sujeto-objeto; epistemologa y crtica literaria en Theodor Adorno.

El siguiente trabajo propone una revisin de los usos y alcances que tiene el ejercicio de crtica artstica presente en la teorizacin esttica de Theodor Adorno en el contexto de la literatura contempornea, como as tambin las implicancias sobre la teora del conocimiento que tal ejercicio supone e impone, y su relacin con el marco epistemolgico del conocimiento cientfico en general; mbitos que se revelan en relacin de dependencia mutua desde el momento en que surgen de una concepcin filosfica global donde cada parte remite a un todo complejo en cuyo centro se encuentra el fenmeno esttico. El punto de partida de tal anlisis consiste en considerar la obra de este autor, y puntualmente Teora Esttica, no como una sucesin de conceptos linealmente ordenada cuya coherencia formal ofrece legibilidad inmediata, sino ms bien como una constelacin filosfica que voluntariamente escapa a lo sistemtico formando una serie abierta de afirmaciones y negaciones dentro de su propia ley de proliferacin, donde la lectura, si ha de tratar de mantener la complejidad del texto y sus ambigedades, debera trazar un recorrido provisional y prescindible ms tentativo que dogmtico, como estrategia de aproximacin a una escritura que no carece de rasgos

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hermticos y esotricos resistentes a la interpretacin. Para tal efecto se desarrollarn, tras una breve resea del estilo escritural del autor, los postulados en torno a la dialctica entre subjetivacin y objetivacin que ocupan un lugar medular en el aparato terico de Adorno, y a travs de los cuales se deja entrever una concepcin utpica del conocimiento y de la filosofa de la historia que conforman los cimientos de la crtica a la racionalidad y, al mismo tiempo, la legitimacin del proceso de comprensin esttica que posibilita el ejercicio crtico. Finalmente se sealarn algunas direcciones posibles en lo que respecta a los usos de esta teora en el campo de los estudios literarios, como as tambin se apuntarn ciertas limitaciones internas del modelo, los lugares donde rechina por la fuerza de sus propias contradicciones, pero tambin por el roce con una cosmovisin que no se mantiene idntica a la que, hace medio siglo, vio surgir estos escritos.

I El anlisis epistemolgico de una teora implica atender a ciertas reglas metodolgicas que, se cumplan estrictamente o no, revelan a grandes rasgos la construccin de un sistema como conjunto de partes menores: un objeto determinado y obstculos que pueden encontrarse para delimitarlo, ciertos mtodos, un cuerpo de textos que conforman la tradicin de lecturas con la que dicha teora dialoga. La crtica filosfica concuerda generalmente al sealar en Adorno al menos dos tradiciones dispares: una que incluye a Schopenhauer y Nietzsche y que podra llamarse crtico-negativa y otra, que se puede considerar como dialctico-materialista, que comienza en Hegel y, a travs de Marx y Max Weber, llega hasta Lukcs1. En cuanto a mtodos podra resumirse, meramente a modo de resea, el conjunto de operaciones de lectura que Adorno realiza como un pensamiento dialctico-negativo que consiste en pensar contra s mismo pero sin renunciar a la propia identidad2; una filosofa de la sospecha que no evita lo1

Cf. WELLMER, Albrecht, Sobre la dialctica de modernidad y posmodernidad. La crtica de la razn despus de Adorno, Madrid, Visor Distribuciones, 1993, p. 14 y 15. 2 ADORNO, Theodor, Dialctica Negativa, Madrid, Taurus, 1975, p.27; en adelante DN.

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paradjico e inacabado sino que, por el contrario, desconfa de todo sistema cerrado, de toda solidificacin. De lo anterior apenas se esbozan mtodo y corpus de Teora esttica; en lo relativo al objeto, sin embargo, ni siquiera parece posible tal esbozo: cul es el centro terico del libro? La relacin entre arte, sociedad y esttica? La autonoma de la obra de arte, su situacin actual, su fetichizacin? Una definicin de lo bello? Por regla general esta ltima pregunta seala el punto de partida de cualquier esttica, pero sera imposible considerarla de forma aislada en el caso de Adorno. Cada nocin terica remite a otras que la sustentan y son a su vez mantenidas por ella, sin que de la imbricacin pueda inferirse una jerarqua; trazar un recorrido conceptual en el conglomerado adorniano acarrea la necesidad de superacin de cada concepto dado hacia otro que lo contempla, en un movimiento de mltiples direcciones que mantiene la unidad por su propia tensin interna. Tal constelacin no obstante, responde a una figura precisa y sera poco acertado aplicar, en funcin de la desjerarquizacin mencionada, la imagen de nube difusa, donde las nociones tericas meramente flotan estticas junto a sus pares; la tensin dialctica de esta obra de Adorno sugiere mejor una configuracin estructural propia, de acuerdo con leyes internas de desarrollo, que sera necesario trazar y de cuyo esquema puede dar una idea el estilo del autor. En El ensayo como forma3, texto programtico de mitad de los 50 que expone los principios estilsticos que ms tarde habra Adorno de aplicar en su obra pstuma, se delinean los aspectos principales de una escritura que, en palabras de Habermas asimila su forma de exposicin a la forma de exposicin esttica y que se ve guiada por la idea de felicidad, de una libertad frente al objeto que logra hacer ms justicia a ste que si se lo insertara inmisericordemente en el orden de las ideas4. Resumiendo algunos aspectos de este ensayo podra mencionarse: desconfianza del concepto como contenido socialmente cristalizado y por lo tanto ideolgicamente cargado, como forma de dominacin; desconfianza de la definicin como forma tautolgica propia de la ciencia; primaca de la interpretacin frente a la categorizacin; la afirmacin, en contra de Spinoza, de la discontinuidad entre el orden de las cosas y el de las ideas; el reconocimiento de la historicidad de la experiencia individual como nico punto de partida para un3

ADORNO, Theodor, Notas sobre literatura. Obra completa 11, Madrid, Akal, 2003, p. 11-34; en adelante NL. 4 HABERMAS, Jrgen, Teora de la accin comunicativa, Madrid, Taurus, 1987, Tomo I, p. 491. Habermas refiere la afirmacin a A. Honneth, y cita un fragmento de El ensayo como forma.

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conocimiento autntico; la identificacin de forma y contenido y finalmente, una concepcin de la escritura como campo de fuerzas en tensin que imbrica los conceptos en un todo indisoluble:Todos sus conceptos [los del ensayo] han de exponerse de tal modo que se presten apoyo mutuo, que cada uno se articule segn las configuraciones con otros. En l se renen en un todo legible elementos discretamente contrapuestos entre s; () bajo la mirada del ensayo toda obra espiritual tiene que convertirse en campo de fuerzas5.

Hablando sobre la escritura de lo que sera, tras su muerte, Teora Esttica, Adorno menciona ciertas consecuencias que a partir del contenido de las ideas deberan influir sobre la forma:Consecuencias para las que yo me preparaba desde haca mucho tiempo, pero que todava me asombran. Se trata sencillamente de que, segn mi postulado, nada es filosficamente lo primero. De ello se deduce que no es posible elaborar un nexo argumental de acuerdo con la progresin habitual, y que por el contrario es necesario recomponer el todo desde una sucesin de complejos parciales, que por as decirlo tienen el mismo peso y estn ordenados proporcionalmente de modo concntrico. La idea proviene de una constelacin, no de una sucesin 6.

El fragmento revela, entre otros datos interesantes, al menos tres aspectos fundamentales para abordar el estilo de la ltima obra del autor: en principio la nocin de constelacin filosfica, opuesta a la de sistema jerrquico, aparece como una adaptacin de lo formal al contenido; por otra parte dicha adaptacin que segn Adorno solo Teora esttica logra, conferira a esta obra un alcance particular sobre el resto de su produccin precisamente gracias al nivel de felicidad expresiva que comprende; por ltimo, la idea de organizacin concntrica y equilibrio estructural que ofrece no solo una imagen de movimiento sino adems una posible gua para la lectura de la obra. La forma circular de los complejos parciales sugiere su trabazn y determinacin mutua; la concntrica recuerda el modelo epistemolgico de Imre Lakatos: un cinturn protector de5 6

NL, p. 23. ADORNO, Theodor, en Jimenez, Marc, Theodor Adorno, arte, ideologa y teora del arte, Bs As, Amorrotu, 1977, p.12.

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hiptesis auxiliares y un ncleo central de hiptesis fijas7. Las diferencias sin embargo son notables. En principio parecen existir en Adorno mltiples capas conceptuales cuya estructura se asemeja ms a una proustiana profundidad de lo particular que a un modelo lgico y organizado de las teoras cientficas; por otra parte, y esta distincin no solo atiende a Lakatos sino que separa a la escritura adorniana del conocimiento de las ciencias en general sean sociales o naturales, el ncleo central no est aislado por el cinturn protector y por su heurstica de todo aquello que podra afectarlo; todo lo contrario: las capas conceptuales comunican el todo y las partes, de manera que cada complejo parcial ofrece una luz diferente, una puesta en duda del resto. Tal modelo, finalmente, es posible porque su fin no consiste en brindar un conjunto de afirmaciones sumamente estable que compita con otros conjuntos similares de acuerdo con sus mritos relativos, sino un cuestionamiento de los fundamentos del conocimiento que surge de la crtica a la razn instrumental y se remonta hasta la prehistoria del concepto de subjetividad.

II Frente al convencionalismo filosfico tradicional que establece al sujeto como lo cognoscente y al objeto como lo conocido Adorno concibe la relacin entre ambos trminos como determinacin mutua; acepta la separacin en tanto expresa lo escindido de la condicin humana, pero la considera ilusoria cuando se la hipostasa o transforma en invariante; el trmino clave que problematiza toda dialctica para este autor e impide su fijacin como ideologa ilusin necesaria es mediacin: la identificacin feliz de sujeto y objeto es romntica, la separacin radical ofrece un sujeto que devora al objeto en el momento en que olvida hasta qu punto es l mismo objeto 8. Como nocin utpica del pensamiento (ms adelante se va a tratar en detalle la utopa adorniana) el estado de reconciliacin deseado es el de la comunicacin de lo diferente comunicacin finalmente

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LAKATOS, Imre, La metodologa de los programas de investigacin cientfica, Madrid, Alianza, 1997. 8 ADORNO, Theodor, Consignas, Buenos Aires, Amorrotu, 1993, p. 144; en adelante CON.

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objetiva, un acuerdo entre hombres y cosas libre de los requerimientos de la razn que implicara, para la teora del conocimiento:() la relacin de sujeto y objeto en la paz realizada, tanto entre los hombres como entre ellos y lo otro que ellos. Paz es un estado de diferenciacin sin sojuzgamiento, en el que lo diferente es compartido9.

Postulada la mediacin como puesta en tensin de la dicotoma polarizada es necesario, segn el modus operandi adorniano, el vaciamiento de ambos polos de contenido solidificado. El pensamiento nostlgico que pretende cancelar al sujeto identificndolo con el todo es en trminos histricos propio de los mitos, de una poca en que an no exista el sujeto como autoconciencia y la sumisin a la naturaleza se exorcizaba de manera colectiva. En el otro extremo sobrevive el sujeto trascendental kantiano, abstraccin del hombre concreto y viviente que construye toda experiencia de la realidad, este concepto supone lo que, segn Kant, funda: al sujeto emprico; la jerarqua, que mantuvo la filosofa idealista posterior, implica que el concepto que surge como abstraccin de sujetos individuales es anterior a ellos y ms real, lo cual es finalmente verdadero, dado que es determinante para la conducta real de esos individuos psicolgicos de los que fue abstrado, que muy poco pueden hacer en el mundo. Este punto es central al aparato terico de Adorno como relacin de la parte con el todo, y se expande, en forma espiral, por todos los mbitos que el filsofo tematiza: para la epistemologa la existencia de un sujeto abstracto supone que el sujeto emprico es un excedente en el objeto, y la objetividad, pilar de la ciencia moderna, se obtiene como el resto de la substraccin de lo subjetivo al conocimiento; sociolgicamente expresa que la totalidad social, producto de la actividad humana individual, se vuelve determinante e inaccesible (ley) para los mismos individuos de los que surge; en trminos estticos determina que los fenmenos artsticos subjetivos ponen inmediatamente de manifiesto la naturaleza del arte como cristalizacin del contexto social objetivo a travs de la realidad emprica. Es ste el estado de la cuestin del pensamiento moderno sobre el que Adorno ejerce su crtica, si bien no menos nefasto que el subjetivismo, s mucho ms peligroso dada su hegemona. La propuesta de Adorno es, en cada9

CON., p. 145.

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mbito, la no totalizacin, la problematizacin de lo dado: no puede negarse el peso real de lo social, su determinacin material que, como sostuvo Durkheim, carece de explicacin; pero si bien no es posible explicar la realidad social porque es completamente autnoma de la actividad humana, aceptar los hechos sociales como lo dado sin ms significa en ltima instancia la eternizacin del estado actual, su reproduccin como algo necesario y absoluto, ideologa, frente a la cual Adorno esgrime, no el relativismo, sino la postura crtica, penetracin de la norma mediante la reflexin para demostrar su ser como determinado histricamente. Un sujeto que es a su vez objeto (de otra categora) y determinado por los objetos: epistemolgicamente aboga Adorno por un lugar activo pero determinado del sujeto frente al conocimiento, del cual es agente, no constituyente, y de donde surgira un objeto cientfico no cercenado del sujeto, segn la frmula a mayor subjetividad, mejor objetividad, ejemplo que encuentra en la teora de Freud; para la sociologa, un concepto de sociedad antagnico cuyo objeto sea la contradiccin del ser en s de la sociedad y el ser para s de los individuos10; para la esfera artstica el doble carcter del arte, autnomo y hecho social simultneamente. Son stas, imgenes de la mediacin que apuntan a las ambigedades de la modernidad cultural en y contra la cual Adorno escribi, desarrollando tanto su potencialidad esttica como la posibilidad de muerte inmanente, en manos de la barbarie, de tal cosmovisin. Su postura, en este sentido, no difiere de otras tantas utopas modernas caducas ya bajo el fenmeno conocido como la cada de los grandes relatos, que representa la prdida de fe posmoderna o tardomoderna en sistemas explicativos a gran escala que hacen del individuo garante de legitimidad; el proyecto filosfico de Adorno sin embargo, escapa a este destino comn al diferir radicalmente de aquellos sistemas principalmente en tres aspectos determinantes: su asistematicidad que, de la mano del rechazo del carcter fundamental de cualquier concepto como contenido solidificado que se desploma frente al ente concreto11, niega la tendencia sistemtica de la filosofa junto con su utilidad: porque no sirve para nada, por eso no est an caduca la filosofa 12; la10

La ciencia, en tanto que sistema coherente, quisiera borrar de la faz del mundo la tensin entre lo universal y lo particular, cuando lo que confiere unidad a este mundo es precisamente la contradiccin ADORNO, Theodor, Epistemologa y ciencias sociales, Madrid, Ctedra, 2001, p. 27 y 28. 11 DN, p.140 12 ADORNO, Theodor, Filosofa y supersticin, Madrid, Alianza-Taurus, 1972, p. 11 y 12

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dialctica entre subjetivacin y objetivacin ya mencionada, que hace del sujetoobjeto-problema el centro de una teora del conocimiento dinmica cuya aspiracin no es el sometimiento sino la liberacin de las sociedades y del individuo mediante la superacin del proceso de la ilustracin en sus propios trminos, esto es, la superacin del concepto mediante el concepto mismo; por ltimo el carcter utpico y negativo de esta empresa filosfica, que anuncia lo otro frente a la aparente repeticin de lo mismo y cuyo fin, y el de la dialctica, es la emancipacin de lo que no es idntico: utpico porque no es posible hablar la diferencia desde la lgica de la identidad, meta que solo el arte puede tomar para s, y negativo porque lo utpico es un movimiento que escapa siempre a su realizacin la cual significara el fin del arte al oponerse a la univocidad del recorrido histrico. Esta postura destina un lugar privilegiado para las manifestaciones estticas dentro de los fenmenos sociales por la superacin de todo realismo mediante la idea de autonoma, que mantiene a salvo a la obra de la ideologa del mercado siempre y cuando no se convierta en mercanca segn una moral propia que hace del arte algo opuesto de raz a la sociedad, una herida social por su mero existir, que conforma paradjicamente su carcter social:Las obras de arte son representantes de esas cosas no corrompidas por el intercambio, de cuanto no ha sido producto del lucro y la falsa conciencia de una humanidad deshonrada13. El arte, cuyo ideal es la completa estructuracin, niega a priori todo lo que est en estado bruto, ncleo subjetivo de la maldad14.

Pero adems, al hacer del arte el centro de cualquier posibilidad utpica, se lo convierte, junto con la filosofa, en motor de la dialctica histrica que anima al pensamiento adorniano15; la nocin de novedad permite al filosofo desarrollar una idea del devenir temporal que funde verdad, abstraccin y novedad como posibilidad de un conocimiento autntico: la autosuperacin del concepto por el13 14

ADORNO, Theodor, Teora Esttica, Madrid, Taurus, 1971, p. 298. ADORNO, op. cit, p. 303 15 Es de destacar la proximidad de esta concepcin de la historia con la propuesta por Walter Benjamin en su Tesis sobre filosofa de la historia cf. BENJAMIN, Walter, Discursos Interrumpidos I, Madrid, Taurus, 1973, pp. 173-191.

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concepto mismo es asociada por Adorno al advenimiento de un elemento mimtico en el pensamiento conceptual ya que el arte es moderno a travs de la mmesis de lo endurecido y alienado16 y un poco ms adelante La modernidad es abstracta en virtud de su relacin con lo anterior; irreconciliable con el encantamiento, no puede decir lo que an no ha sido, y sin embargo tiene que quererlo contra la infamia de lo siempre igual17. Es decir, si la modernidad descree de la tradicin como conservacin de una forma vaca, lo nuevo, lo devenido, ha de ser necesario; la autoridad de lo nuevo es la de lo histricamente ineludible e implica objetivamente la crtica del individuo, que es su vehculo; la abstraccin del arte es su absolutizacin frente a la mercanca absoluta, desde el momento en que no existe valor de uso sino solo de intercambio. As como la nocin de sujeto trascendental no solo expresa una relacin cognoscitiva, sino un principio estructurador de las relaciones humanas cuya ltima implicancia es la dominacin del hombre por el hombre, de la misma manera la reconciliacin que Adorno propone no solo comprende una sntesis sin violencia de lo disperso en las esferas epistemolgica, sociolgica y esttica, sino una interdependencia reconciliada de todo lo viviente donde cobra sentido el mesianismo. De acuerdo con el concepto utpico la prctica del arte, necesariamente junto con la filosfica como se ver a continuacin, consiste precisamente en la comunicacin en paz de lo particular con lo general; pero tal comunicacin solo se logra a travs de una apora. En el arte, libre del concepto, la verdad aparece de forma sensible, y es ese su privilegio frente al conocimiento discursivo. Pero, al no poder decir esta verdad, ella solo se muestra durante el instante esttico, para inmediatamente volverse inaccesible; de este aspecto surge la imagen leibizniana recurrente en Teora Esttica de la obra de arte como mnada: las obras de arte reflejan un proceso social sin ventanas; la articulacin de los elementos de una obra para constituir un todo obedece a leyes inmanentes que estn emparentadas con las leyes sociales18. Por tal motivo la obra debe ser remitida a la razn interpretativa, funcin discursiva que intenta cumplir la filosofa; intenta, ya que se trata de aclarar lo no conceptual con el concepto. Arte y filosofa se requieren mutuamente para completar una verdad que por separado no16

ADORNO, Theodor, Teora esttica, Obra completa 7, Madrid, Akal, 2004, p. 35. [En adelante TE] 17 TE., p.37 18 TE., p. 312. [El subrayado es mo]

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pueden abarcar: En el conocimiento discursivo la verdad se encuentra develada; pero a cambio l no la tiene. Aquel conocimiento que sea arte la tiene, pero como algo inconmensurable con l19.

III Una vez realizado un recorrido conceptual por los presupuestos de la Teora Esttica de Adorno que lleva a la idea de mmesis como forma de conocimiento autntico mediante la conjuncin de iluminacin esttica e interpretacin filosfica, puede realizarse el repliegue de lo expuesto de acuerdo con categoras atinentes a la crtica literaria para, a partir de l, trazar especulativamente los alcances y posibilidades de este modelo terico en la forma acotada de teora literaria. El recorrido, provisional, podra resumirse de la siguiente manera: la crtica de la razn instrumental y todo lo que ella significa lleva al filosofo a remontarse a lo orgenes de la subjetividad Adorno, junto con Horkheimer, no la considera sinnimo de modernidad sino que a partir de esta formacin histrica su predominio se vuelve totalizante para establecer la determinacin histrica de un concepto que se ofrece como constitutivo de la relacin del hombre con el mundo; negando la unilateralidad de esta determinacin propone la primaca filosfica del objeto en la teora del conocimiento y en las disciplinas que de ella se desprenden; tal primaca significa que el sujeto es a su vez objeto en un sentido cualitativamente distinto y ms radical que el objeto, es decir, frente a la reduccin subjetiva o al realismo ingenuo Adorno afirma que si se quiere conocer el objeto no deben negarse sus determinaciones subjetivas, que son las que lo constituyen en un momento de lo objetivo a travs de la experiencia no cercenada. Derivado a trminos epistmico-sociolgicos puede expresarse que las cualidades que el conocimiento cientfico elimina del objeto y deposita en el sujeto aslan a este conocimiento de cualquier condicionamiento histrico y social, hacindolo obedecer sin reflexin a las fuerzas sociales que lo gobiernan; por el contrario el filsofo sostiene que solo la autocrtica social del conocimiento procura a este la objetividad: crtica de la sociedad es crtica del conocimiento y19

ADORNO, Theodor, en WELLMER, op. cit., p. 20.

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viceversa. ]Esta crtica finalmente no puede emplear el lenguaje de lo dado para expresar lo nuevo, de ah la necesidad de un elemento mimtico; mmesis significa conducta comunicativa extraterritorial respecto de la esfera del pensamiento conceptual, acomodacin orgnica a lo otro, y como se mencion solo puede lograrse a travs de la conjuncin de filosofa y arte bajo la forma utpica de una iluminacin. Se sealar esquemticamente a continuacin una crtica filosfica a la teora del conocimiento de Adorno que hace foco en el concepto de mmesis y propone su reemplazo por un nuevo paradigma; se indicarn finalmente las lneas de expansin y los lmites de la esttica adorniana en el campo de la crtica literaria. Antes, sin embargo, resta destacar, como marca de situacin histrica, el arraigo del elemento mimtico, que pretende la asimilacin de la alteridad dentro de lo idntico, como una de las paradojas ms profundas del pensamiento moderno20. Si, desde el momento en que esta cosmovisin lleva adelante el derrumbamiento de la organizacin csmica teo-teleolgica de la formacin histrica clsica, aloja en su interior el germen de su propio final mediante la secularizacin radical que desemboca en la crisis del yo como garante de la circulacin de los discursos, el pensamiento de Adorno entonces, al sumergirse en el nexo conflictivo entre la identidad del yo como a priori funcional y la alteridad del otro como constitutivo del yo, pero tambin de la naturaleza como lo otro sometido se presenta simultneamente como un ltimo y monumental esfuerzo por sacar a la modernidad de la fosa en que su propio peso la hundi, al mismo tiempo que como un temprano gesto de desprendimiento de un sistema de pensamiento del cual nada bueno se puede esperar ya. La ambivalencia no es excepcional. As como el germen del propio fin de la modernidad est presente en su etapa temprana de formacin, del mismo modo la crtica, como torsin reflexiva de la conciencia sobre sus propias capacidades y productos, conforma un elemento interno al sistema que da expresin terica al escepticismo existencial; segn su particular dialctica Adorno llega a este ncleo conflictivo siguiendo la veta de las propias tensiones sociales que hacen penetrar lo otro como fuerza disolvente en la conciencia moderna.20

Sigo en la caracterizacin del pensamiento moderno a continuacin la exposicin que lleva a cabo Jorge Dotti en el artculo Razn y Modernidad. DOTTI, Jorge, Razn y modernidad, en Espacios de crtica y produccin, Buenos Aires, Facultad de Filosofa y Letras, Universidad de Buenos Aires, n. 8-9, diciembre 1990, enero 1991, p. 29-32.

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De las diversas impugnaciones que la tradicin filosfica posterior ha efectuado al modelo terico de Adorno se sealar solo una de ellas por ser de naturaleza interna al menos en su desarrollo a la nocin del conocimiento tratada con anterioridad: el tomo primero de Teora de la accin comunicativa de Jurgen Habermas finaliza con una revisin de los postulados de la filosofa de la conciencia de Adorno y Horkheimer, que concluye en que el agotamiento de este paradigma llev al fracaso del programa de la primera Teora Crtica de estos autores, y propone en reemplazo su propia teora de la comunicacin, que permitira retomar la misma lnea de pensamiento terico salvando sus dificultades. Esquemticamente la crtica es expuesta de la siguiente manera: el modelo de Adorno y Horkheimer comparte con la tradicin de la gran filosofa a la que se opone varios rasgos esenciales: la insistencia en la contemplacin, en una teora alejada de la prctica; la pretensin de abarcar la totalidad de la naturaleza y del mundo humano; el retorno a un origen anterior a la ruptura entre naturaleza y cultura; un concepto de verdad que descansa sobre el presupuesto nominalista de dar una estructura lingstica al conocimiento21. La filosofa de estos autores, sostiene Habermas, con el abandono del conocimiento terico que resulta de sus propias aporas, se convierte en anamnesis de la naturaleza22; la facultad mimtica bajo el hechizo de la razn instrumental solo puede hablar como un fragmento opaco de naturaleza23 y la reconciliacin, utopa inexplicable por conceptos, solo puede ya circunscribirse utilizando, a lo sumo, imgenes de la mstica judeocristiana24. Finalmente argumenta Habermas a favor de su teora de la comunicacin que la incomunicabilidad de base del elemento mimtico21

Si bien los dos primeros rasgos pueden aceptarse sin resistencia, los dos restantes podran relativizarse en funcin de lo expuesto ms arriba: el retorno a un origen presubjetivo no es alternativa en el sistema de Adorno sino metfora de un tiempo mesinico, como estado de existencia aun no posible y por lo tanto inefable; tal aseveracin se justifica adems mediante la concepcin adorniana de la sociedad como elemento positivo en la primaca del objeto, puesto que a lo que se opone es a la cosificacin producto del idealismo, no a la totalidad del estado histrico alcanzado: [la inversin de la jerarqua en la relacin sujeto-objeto que supone el sujeto trascendental kantiano] tiene tambin su momento positivo: la sociedad, en cuanto precedente, mantiene su vida propia y la de sus miembros. El individuo particular debe a lo universal la posibilidad de su existencia () pero en el idealismo es hipostasiado un elemento que no puede concebirse ms que en relacin con el otro [CON., 147]. En cuanto al elemento nominalista cabe meramente sealar que la teora del nombre latente en estos dos autores podra pensarse orientada hacia lo que el nombre el propio designa pero no dice, en sentido cabalstico pero tambin psicoanaltico, que conecta, salvadas las distancias, va Lacan, con el posestructuralismo francs. Cf Ttulos, en NL, p. 313 y 314. 22 Habermas, op cit. pg. 491. 23 Habermas, op cit. Pag. 487. 24 Habermas, op cit. Pag. 488.

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adorniano reside en considerarlo radicalmente opuesto a la razn, como un impulso cuyas funciones cognitivas la filosofa de la conciencia, si bien no niega, no podra explicitar; propone a cambio el paradigma de la filosofa del lenguaje donde la comunicacin, como elemento intersubjetivo, y el elemento cognitivoinstrumental quedan insertos en un concepto ms amplio de racionalidad comunicativa.

IV En el campo de la crtica literaria Adorno junto con Benjamin representan a partir de la segunda mitad del siglo XX los cimientos de una tradicin ampliamente ramificada y eclctica cuyo denominador comn, si es que alguno existe, es el cuestionamiento de las grandes unidades modernas de legitimacin del texto las nociones de autor, de representacin, de realismo, de compromiso, entre otras pero tambin la relativizacin de los alcances del contenido revolucionario que la novedad de los movimientos de vanguardia que estos autores aplaudieron implicaban. Es lugar comn de la crtica el sealar lo reaccionario de Adorno frente a Benjamin en cuanto a la cultura de masas respecta; enemigo ensaado de la industria cultural como manifestacin del podero de la razn instrumental, no vio, el primero, la ms mnima potencialidad para el arte en sus manifestaciones, en contra de toda su teorizacin del elemento novedoso; no es el caso de Benjamin quien, ms flexible o visionario en su mirada esttica, no solo acept la existencia de la cultura de masas como un hecho ineludible sino que se aboc adems a la teorizacin temprana de tales fenmenos. Se podra pensar al respecto que Adorno fue vctima, como la modernidad, de su propio peso: cargado de antemano de preconcepciones negativas frente a todo aquello que huela a capitalismo, el cultor de la totalidad limit voluntariamente su mirada y su odo a un mundo esttico cercenado; el ndice onomstico de su esttica puede dar un indicio de tal corpus: adems de la cita obligada a los pocos exponentes de la vanguardia europea que el autor rescata Beckett, Brecht, Joyce, Kafka, Proust y su querido Schnberg principalmente destacan significativamente entre los dems nombres los de Beethoven, Goethe, Hegel y Kant, es decir un dilogo intenso con la tradicin

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romntico-idealista del pasado y una obligada sordera hacia cualquier manifestacin no solo novedosa sino adems no occidental, europea, blanca, etc. Fue destacada ms arriba la importancia de la concepcin utpica del conocimiento que surge de la teorizacin esttica y abarca la totalidad de este, en una lnea que va de vanguardia a retaguardia y tiene por polos literatura y msica en un extremo, conocimiento cientfico en el otro, respectivamente. Se mencion adems la naturaleza intrnsecamente moderna de un pensamiento que ahonda en las paradojas de esta cosmovisin, naturaleza de la que dan cuenta los autores con los que dialoga Adorno en su constelacin filosfica. Resta finalmente indicar algunas particularidades del ejercicio crtico llevado a cabo por el propio autor en su lectura de textos literarios. Como rasgo recurrente a lo largo de los artculos recopilados en Notas sobre literatura podra mencionarse que estos textos hablan ms del propio pensamiento adorniano que de los autores a los que refieren; es por ejemplo el caso del artculo titulado Presupuestos. A propsito de una lectura de Hans G. Helms donde poco se dice del tal Helms y mucho acerca de la idea de crtica literaria que Adorno posee, como si el escrito funcionara ms que interpretativamente, a modo de glosa de la esttica del autor. Cul es, en el complejo entramado que forma la trinidad epistemolgica sujeto-objeto-concepto, el lugar que queda para el crtico literario como sujeto-agente del conocimiento?Si la literatura consigue despertar en sus conceptos asociaciones y corregir el momento significativo con stas, segn esta concepcin los conceptos comienzan a moverse. Su movimiento debe convertirse en el inmanente de la obra de arte. Las asociaciones se han de seguir con tan fino odo que se adapten a las palabras mismas y no meramente al individuo contingente que las maneja. El contexto subcutneo que se forma a partir de ellas tiene la prioridad sobre la superficie del contenido discursivo de la literatura, su estrato de materia bruta, sin que ste sin embargo desaparezca por completo25.

Podramos decir que tal lugar es, al menos, limitado. Las leyes inmanentes al arte ponen por si solas en movimiento a la obra; el sujeto crtico, cuya imagen modelo extrae Adorno del mbito de la msica, debe limitarse a seguir de cerca esos movimientos con una percepcin sutil y privilegiada, casi supraindividual: o el25

NL., p. 420.

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crtico es de una naturaleza distinta al resto de los seres humanos, un superhombre nietzscheniano, o bien su lugar en la sociedad se hace prescindible al comprender sta tericamente la esencia propia e inmanente del arte. Es posible arriesgar que son contemplados por Adorno ambos desenlaces: as como la obra individual es momento necesario de verdad al reflejar para la sociedad una posibilidad de vida utpica no por su contenido sino por el mero existir, de la misma manera el pensamiento filosfico se hace obligado para traducir en teora ese instante mimtico en el que destella fugazmente una verdad; la crtica, como pilar en medio de ambos polos aparece como un punto de fuga hacia lo esttico o lo filosfico, nunca como actividad autnoma y suficiente en-si. Volviendo a la cita, sin embargo, se puede leer un papel determinado para tal actividad: entre la materia bruta y el contenido, entre asociacin y asociacin, se deslizan silenciosas palabras que no responden ya a ningn individuo, en una sutil corriente subcutnea. La gran paradoja moderna deviene tpico posmoderno: desde la publicacin de Las palabras y las cosas de Michel Foucault en 1966, y principalmente despus de la leccin inaugural en el Collge de France, El orden del discurso, de 1970, la escuela postestructuralista francesa sent las bases de una modalidad de lectura crtica donde el deseo reza:No querra tener que entrar yo mismo en este orden azaroso del discurso; no querra tener relacin con cuanto hay en l de tajante y decisivo; querra que me rodeara como una apariencia apacible, profunda, indefinidamente abierta, en la que otros responderan a mi espera, y de la que brotaran verdades, una a una; yo no tendra ms que dejarme arrastrar en l y por l, como algo abandonado, flotante y dichoso26.

Nueva versin de la antigua reconciliacin en paz adorniana; las diferencias, no obstante, no dejan de ser significativas: la gran obra de arte redentora cede su lugar a un discurso annimo y desjerarquizado, la nocin de concepto ideolgicamente cargado es reemplazada por la de prctica de poder, el filsofo elitista y enemigo abnegado de la cultura de masas se convierte en sujeto difuminado que querra flotar abandonado en la corriente de las palabras. Existe pese a todo cierta proximidad. Las lneas de expansin del pensamiento adorniano no se agotan en26

FOUCAULT, Michel, El orden del discurso, Buenos Aires, Tusquets, 1992, p. 10.

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los continuadores de la escuela Frankfurt y en el postestructuralismo francs; como se apunt ms arriba, se trata de una tradicin ramificada y eclctica donde las continuidades son menos visibles que la radical oposicin. Quizs el logro principal del aparato terico de Adorno se desprenda ms de un cmo que de un qu, la mayora de las veces negativo; en la tarea inagotable de pensar en contra de lo dado este autor sent las bases de una modalidad de pensamiento que continu vigente en la teora y en la crtica posteriores: no se puede hablar sin ms de lo nuevo frente a lo establecido, puesto que las coacciones acechan al discurso por todas partes con el peso y la gravedad de lo histricamente inalterable. Pese a todo la posibilidad existe, de la mano de la autorreflexin crtica constante, y el esfuerzo, quizs destinado al fracaso, merece de todas formas ser realizado.

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