Niño, Juego y Psicoanalista - Sara Hodara

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Niño, juego y psicoanalista

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Todo instante lleva la carga del presente infinito

a observacíón que hace Freud del juegode su nieto Ernst Halberstadt, de unaño y medio de edad, es de particular

interés en lo que se refiere a la clinica psico-analítica con niños. Y es motivo de especialatención que en su preocupación por desen-trañar el fenómeno de la repetición –desde elque construye la idea de pulsión de muerte–el juego de los niños aparece como ejemploparadigmático junto con los sueños de losenfermos de neurosis traumática y la trans-ferencia en la persona del analista.

Sus observaciones sobre el juego del carre-tel llevan a Freud a interpretarlo en el sen-tido de “un gran logro cultural” del niño: larenuncia a la satisfacción pulsional que per-mitía que admitiese sin protestar la partidade la madre.

La literatura psicoanalítica se ha enrique-cido con muchas páginas escritas en relacióncon interpretaciones diversas de ese juegoque adquirió entidad: “el juego fort-da”. Nose pretende aquí hacer un nuevo aporte encuanto a su sentido sino tratar sobre un temaespecífico y acotado: el fundamento traumá-tico del juego, su presentación en la clínicapsicoanalítica del paciente niño y sus reso-nancias en el psicoanalista.

Se trata de la clínica psicoanalítica delpaciente niño y no, en una generalizaciónriesgosa, del Psicoanalisis de niños. Se consi-dera que el niño con el que el psicoanalista

L

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se vincula en la sesión no es el niño de lospadres, de la maestra, de la escuela, o delmédico: es el niño de la transferencia.

En la clínica, paciente y psicoanalista pasana constituir un drama transferencial y la lec-tura del material, siguiendo a Freud, se realizadesde la clave que aporta el código de la trans-ferencia –transferencia intrapsíquica y transfe-rencia en la persona del analista–. Este es unprincipio de deseable limitación del materialque de otro modo tendría posibilidades variasde lectura y sentido (desde la sociología,desde la educación, desde la biológía, etc).

Algunas cuestionesespecíficas

Se puede considerar que el análisis delpaciente niño es, en lo esencial, el mismo queel del paciente adulto. Su propósito consiste,según la primera tópica, en hacer conscientelo inconciente, cegar lagunas anémicas, des-hacer falsos enlaces. Y ampliada la teoría conMás allá del principio del placer y El yo y el ello,lograr que donde es ello pueda advenir yo,es decir intentar que los contenidos no liga-dos adquieran ligaduras y representación eingresen en la tramitación yoica.

Algunos de los problemas específicos con elpaciente niño derivan de cuestiones formales.El niño es dependiente en todos los sentidos,afectiva, social y económicamente. Está invo-lucrado en un contexto con sus padres. Son

Niño, juego y psicoanalista

Reflexiones sobre el psicoanálisis con pacientes niños

SARA HODARA*

* Bulnes 1735, 1º C (1425) Ciudad autónoma de Buenos Aires / tel (054) (011) 4825-6652 / e-mail sarahodara@ hotmail.com

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los padres quienes eligen al profesional y lotraen al consultorio. A su vez se instaura unnuevo contexto que incluye analista y psicoa-nálisis en la familia toda ya que este trata-miento implica cambios en la vida familiarlos cuales directa o indirectamente afectan ahermanos, padres y aún a otros familiares, yasea por el modo de relacionarse con el niño entratamiento, por las ideas o prejuicios que cir-culan en la familia en relación con la terapia,o por el aspecto práctico: los horarios, quienlo lleva al consultorio, quien se hace cargo delos honorarios etc. Consulta y tratamientopsicoanalítico ingresan en la trama de la vidafamiliar y esto merece ser considerado.

Otros cuestiones son las que derivan delpredominio del juego en el modo de expre-sión del paciente y de problemas técnicos.

Considerando problemasteórico técnicos en

la clínica con niñosLa regla de abstinencia

En Psicoanálisis se destacan regla de absti-nencia, atención flotante y asociación librecomo los pilares que hacen al modo en quese desarrolla el tratamiento. En el caso delpaciente adulto, ciertas disposiciones, comoel uso del diván, el sillón del psicoanalista yotros, son elementos que hacen a la regla deabstinencia. No damos una indicación ver-bal precisa para instalar la regla de abstinen-cia (usted no puede besarme, ni tocarme, etc)sino que esta queda tácita cuando le ofrece-mos el diván. Su poder deriva de la autori-dad del psicoanalista, representante delpadre, portador del tabú del totem primitivocuyo mandato (-recuéstese) incluye tambiéncierta inmovilidad. Se entiende la regla deabstinencia como la prohibición de actuar yaccionar tanto desde el paciente como desdeel analista. Sin embargo es posible compren-der esta regla no en tanto prohibición, sinoen su sentido positivo ya que su interrup-ción tiene significados que el analista puedeinterpretar. La regla de abstinencia en la clí-nica con niños cuestiona la prohibición yenfatiza su aspecto positivo. Sostiene la fun-ción específica del psicoanalista: analizar.

Puesto que la regla de abstinencia noalcanza a limitar el desarrollo de afecto, la

actividad del sistema motor involuntario nilas manifestaciones somáticas, se consideraque estas presentaciones, capturadas por elpsicoanalista en atención flotante y en suautoanálisis, permiten acceder a los conteni-dos actuales trágico incestuosos que se des-pliegan en la escena de la sesión.

Al niño no le ofrecemos el diván pararecostarse sino el consultorio para permane-cer. Y en lugar de proponerle la asociaciónlibre le ofrecemos una serie de objetos a losque convencionalmente llamamos “jugue-tes”1. El niño se mueve, habla, dibuja, juegao comparte su accionar con el analista, pideayuda, busca el contacto fisico, le arrojapelotitas de papel y produce rupturas en laregla de abstinencia. Sin embargo esto no esun inconveniente en la medida en que lasrupturas configuran vivencias y actuacionesde las que emerge la escena.

Fidias Cesio dice que “… la ruptura de laregla de abstinencia es actuación; es decir lairrupción de la sexualidad reprimida”…”irrupción de la sexualidad incestuosa sepul-tada; es la puesta en actividad de las estruc-turas inmovilizadas en el “cadáver”, las delincesto latente…”

El fundamento de la regla de abstinenciaconsiste en evitar la aparición de los conteni-dos actuales y traumáticos que con la figuracatacresis denominamos trágico incestuosos.Pero en el caso del paciente niño, por no exis-tir la prohibición del accionar, el analista seve expuesto a la aparición frecuente de lasexualidad infantil perverso polimorfa inces-

1 La palabra “juguetes” se escribe entre comillas con el objeto de destacar su sentido específicamentepsicoanalítico. En la sesión invitamos al niño a usar los objetos (“juguetes”) para analizarlo y no paraentretenerlo. Cuando el analista propone “jugar” se coloca en una posición seductora desde la que sostieneun engaño ya que el propósito de la sesión no es recreativo

▲ Ruth Orkin

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tuosa. En esta exposición se considera lasexualidad infantil en tanto estructura pre-sente en toda sexualidad y no en un sentidoevolutivo y temporal. Sexualidad infantil essexualidad infans (sin palabras, no hablado).

En la clínica con el niño los contenidospropios de sus vivencias infans (contenidostraumáticos no ligados) ven facilitada supresentación ya sea a través de juegos, en elaccionar con el analista, en dibujos y en pala-bras. El paciente cuenta su historia vivencial(historisch) de dramática presentación en latransferencia vincular2.

Toda vez que en el consultorio el niño uti-liza los “juguetes” y materiales ofrecidos sedice que juega. Pero no todo lo que el niñohace con los objetos es una actividad lúdica,un jugar en el sentido simbólico, metafórico yalegórico. A veces sólo roza los objetos con losdedos; o los destruye sistemáticamente; o gol-pea rítmicamente durante un lapso prolon-gado un autito sobre la mesa. Este quehacersingular del paciente, diferenciado de la acti-vidad lúdica, repetitivo y compulsivo, puradescarga pulsional, pulsión de muerte sin ela-boración psíquica y excluido de la simboliza-ción, convoca otra denominación. La clave laencontramos en la palabra alemana Spiel queusa Freud en Más allá del principio de placer.

Spiel - Juego -Escenificación

La palabra Spiel tiene dos significados: poruna parte, jugar (en tanto actividad lúdica,juego simbólico) y por otra, escenificar. Osea que cuando Freud dice que el niño juega,usa la palabra Spiel. Y cuando dice que algose escenifica escribe también Spiel; es lamisma palabra que se usa en el teatro parahacer referencia a la puesta en escena, larepresentación teatral.

El concepto de escena3 tiene una larga tra-dición en Psicoanálisis. Freud habla de laescena sexual, la escena de seducción, laescena primordial de la neurosis. Cada vezque reconstruye la escena y la describe,encuentra en ella impresiones y vivencias4

constitutivos del trauma. Vivencia, trauma y

escena se coinstituyen y se copertenecen.Recordamos brevemente que vivencia yexperiencia se diferencian netamente; quevivencia y recuerdo se excluyen entre sí.Losrecuerdos están constituidos por experien-cias, contenidos con significado resultado deelaboración psíquica (Bearbeitung). Puedenestar reprimidos o no pero se trata siemprede contenidos representacionales pasibles dehacerse conscientes. Las vivencias se actúan,están sujetas a la compulsión de repetición,no pueden ser recordadas porque al no tenerrepresentabilidad no pasaron a formar partedel comercio asociativo ni de la historia tem-poral. Pertenecen a las memorias, impresio-nes muy tempranas sustraídas de la tramita-ción psíquica; impresiones padecidas por elinfans cuando apenas inicia la capacidad delenguaje. La vivencia se caracteriza por sumanifestación sensorial, se refiere a algo vistou oído –pero no comprendido, no significado–donde el sujeto es pasivo de la impresión.

Los conceptos escena y escenificación evo-can espontáneamente la idea de actuación.Por ejemplo, la escenificación en el teatro: enla escena se despliega la actuación, actuaciónque es la presentación de un personaje, deun otro con el cual el actor se identifica.Podemos trasladar esta parcial descripción ala sesión psicoanalítica. La vivencia, en lasesión, da lugar a la actuación en una escenaen la cual el paciente, en nuestro caso elpaciente niño, está identificado con un otro,el otro de la vivencia traumática.

Así nos deslizamos desde las escenas queFreud describía, escenas reconstruidas en elanálisis y atribuidas a la historia del paciente,a esta escena de la transferencia vincular enel presente atemporal de la sesión que trae apresencia la escena vivencial donde el ana-lista es convocado porque ella da cuenta decontenidos no ligados provenientes del ello.

Si se entiende que Spiel es juego –actividadlúdica– y es también escenificación en tantoactuación, ambos pueden ser integrados dela siguiente manera:

Spìel. (actividad lúdica): Juego simbólico:está constituido por representaciones asocia-das al complejo de Edipo. En este sentido, enla sesión, el juego simbólico es una transacción

2 transferencia vincular: es una denominación original de Diana Siguel deTurjanski. La desarrolla en Historia yTransferencia en “La Peste de Tebas”, nº 36, setiembre 2006

3 Sara Hodara: La escena psicoanalítica en “La Peste de Tebas”, nº 10, diciembre 19984 Sara Hodara, Mario Coccaro: El desafío de la vivencia en la sesión psicoanalítica. Lugar Editorial. Buenos

Aires, año 2000

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similar al sueño, el acto fallido, las fantasías,las palabras y el síntoma, todos ellos produc-tos de transferencias intrapsíquicas; suponenla existencia de ligaduras y representacionesque dan lugar a sustituciones, desplazamien-tos, comercio asociativo y simbolización. Eljuego simbólico es cumplimiento de deseos.

Spiel.(escenificación): juego actuación: sepresenta en accionar repetitivo del niño, concaracterísticas compulsivas; parece sin argu-mento.

El concepto juego actuación supone que unaparte de la elaboración psíquica ha sido impe-dida y que las impresiones traumáticas (a lasque atribuimos contenidos trágico incestuo-sos) incapacitadas de alcanzar palabra sonactuadas y escenificadas. Se trata de la repeti-ción de la diferencia, impresiones y vivencias,contenidos no ligados que no ingresan enel principio de placer y toman el camino de ladescarga en la compulsión. En este caso eljuego tiene analogía con la pesadilla5.

Y si el juego tiene similitud con el sueñoimporta recordar el aporte a la teoría de lainterpretación de los sueños que Freud des-taca en Más allá del principio de placer. Allídice que “… no sería la función originariadel sueño eliminar, mediante el cumpli-miento de deseo de las mociones perturba-doras, unos motivos capaces de interrumpirel dormir; sólo podría apropiarse de esa fun-ción después que el conjunto de la vida aní-mica aceptó el imperio del principio de pla-cer. Si existe un “más allá del principio deplacer”, por obligada consecuencia habráque admitir que hubo un tiempo anteriortambién a la tendencia del sueño al cumpli-miento de deseo. Esto no contradice la fun-ción que adoptará más tarde.”

Si se homologa el juego actuación con eltiempo anterior a la tendencia del sueño (deljuego) al cumplimiento de deseo, se entiendeque el juego simbólico presta figurabilidad acontenidos no tramitados presentados en eljuego actuación de modo tal que por momen-tos ambas formas de juego se entrelazan yel juego simbólico queda impregnado por eljuego actuación. Los contenidos no ligadosque no alcanzan a incluirse en el principio deplacer, vivencias producto de la estimulaciónde huellas de impresiones traumáticas notramitadas se escenifican en la descarga y larepetición del juego actuación.

El psicoanalistaLas mayores dificultades en la clínica con el

paciente niño derivan del impacto traumáticoque ejercen sobre el psiquismo del analista laspresentaciones de la sexualidad infantil per-verso polimorfa, (se dice infantil en el sentidode infans: sin palabras) del fundamento trau-mático que se exterioriza en el juego o en lasactuaciones del niño. Los contenidos de lapropia sexualidad infans del analista, conteni-dos actuales, son estimulados y se oponen entanto percepción de opacidad, como espejoopaco y mudo que refleja nada y que impidepensar en atención flotante. La opacidad per-turba en tanto presenta algo de lo ominoso, ladiferencia que proviene del ello y que pro-voca extrañamiento.

La exposición y el compromiso del psicoa-nalista con la sexualidad infans, cuyoimpacto estimula huellas de las propiasvivencias, pueden incrementar sus resisten-cias que tienden así a desestimar, negar oracionalizar estas presentaciones. En generalse habla poco de las resistencias del psicoa-nalista con pacientes niños, como si él estu-viera en una posición privilegiada, excluidode las resistencias, las cuales sin embargopueden ser más intensas que en el caso deltratamiento con pacientes adultos. Estasresistencias se manifiestan de diferentesmaneras: cansancio, letargo, aburrimiento yotras formas de neurosis actual. Un caso fre-cuente ocurre cuando el analista determinaque en el niño se produce una regresión ycon esa calificación hace una atribución alpasado del paciente negando su propio com-promiso en la presentación de lo perversopolimorfo actual en la escena de la sesión.

En la clínica, los conocimientos teóricos delanalista son necesarios pero no suficientes.Inclusive sus conocimientos pueden funcio-nar como resistencias en tanto evitan la per-cepción de la transferencia en su persona y loconducen a no involucrarse en la escena de lasesión. El estudio y la profundización de latransferencia y el propio autoanálisis evitanque el analista de convierta en un teórico delpsicoanálisis y lo aproximan a la posibilidadde acceder al fundamento patógeno de laneurosis singular que se despliega en lasesión a través de vivencias propias o delpaciente. Inclusive las entrevistas inicialescon los padres y con el niño –aquello quehabitualmente denominamos diagnóstico–

5 Sara Hodara, Carlos Isod: La sesión pesadilla en “La Peste de Tebas” nº 3, marzo 1997.

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solicita ser transferencial. En general se partede una nosología psiquiátrica aplicada al psi-coanálisis pero aún es posible pensar la cons-trucción de una nosología transferencial.

Construir la escena

Discriminar en la sesión el juego simbólico–expresión de la psiconeurosis– y el juegoactuación –exteriorización de contenidosactuales trágico incestuosos– permite lasintervenciones adecuadas del psicoanalista;en el primer caso, interpretación y en elsegundo, construcción de la escena de lasesión y reconstrucciones. Estas formas deintervención no están rígidamente separadas.La interpretación es la técnica de la que nosvalemos para acceder, desde la atención flo-tante asociación libre, a los contenidos repri-midos pertenecientes al complejo de Edipo;deshace falsos enlaces, resuelve sustitucionesy consigue hacer consciente lo inconciente. Elparadigma de esta técnica interpretativa laencontramos en La interpretación de los sueños.Pero se muestra insuficiente para proporcio-nar ligaduras a los contenidos que provienendel ello, los cuales carecen de representacióny se exteriorizan en pura descarga.

Las vivencias del paciente o del psicoana-lista presentan la escena que tiene lugar en elpresente atemporal de la sesión. El psicoana-lista está involucrado, participa de la escenatrágica actual. Se trata de vivencias que pre-sentan una escena compartida entre el niño–en juego actuación– y el analista protago-nista y observador participante, capaz demantener al mismo tiempo la atención flo-tante e intervenir psicoanalíticamente. Laconstrucción es el instrumento privilegiadopara abordar este acontecer. Consiste en ladescripción, con los mayores detalles posi-bles, de la escena compartida que transcurreen la transferencia vincular. Nombra, da

representación a afectos y contenidos noligados que por primera vez con esta cons-trucción adquieren representación, sentido ysignificado. La escena infans, atemporal, esinmanente a la escena del presente atempo-ral de la sesión.

El juego actuación da cuenta de una escenavivencia sexual infantil traumática, trágica.El encuadre psicoanalítico estimula las hue-llas de impresiones y vivencias infans que,generando neurosis actual y actuaciones danlugar a la construcción de la escena presenteoriginal. Desde la organización preconcientelas palabras de la construcción aportan cua-lidad temporal a la vivencia traumática, laincluyen en el principio de placer; la ingre-san en la temporalidad y la historia.

La elaboración (Durcharbeitung) queintenta el psicoanalista con la construcción dela escena ligando con palabra simbólica loscontenidos traumático vivenciales del ellopresentados en juego actuación les permitenser admitidos en el principio de placer. Sehacen así susceptibles de elaboración psíquica(Bearbeitung), de tramitación, de expresión enjuego simbólico y transferencia en palabras.

En Construcciones en Psicoanálisis Freud dael nombre de construcción a aquellas pala-bras del analista que presentan al analizado“una pieza de su prehistoria olvidada…”…”un fagmento de verdad histórico viven-cial (historish)”. Se impone una reflexión conrespecto a la idea de “prehistoria” y al con-cepto de “histórico vivencial (historish):

En “prehistoria” el prefijo “pre” sugiereanterioridad y ordenamiento lineal. Sinembargo se denomina prehistoria a lo quequeda fuera de la historia, sin documentos,fuera del orden cronológico, en el tiempoprimordial, tiempo fuera del tiempo imposi-bilitado de historización. En el caso que

Escríbanos a nuestra dirección de correo electrónico

[email protected]

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mencionamos, cuando las palabras del ana-lista presentan al analizado “una pieza de suprehistoria olvidada…” parece más ade-cuado sustituir la idea de “prehistoria” por laidea de arcaico6, lo primordial que rige elacontecer actual desde la atemporalidad.

Por otra parte la denominación históricovivencial (historish) tiene el inconveniente –apartir de la palabra “histórico”– de calificarun suceso en un sentido temporal cronoló-gico lineal que la vivencia no posee. El tér-mino “histórico vivencial” contiene una con-tradicción y es paradojal. Destacamos que setrata de lo vivencial atemporal y actual pordefinición; huellas mnémicas constitutivasde memorias; meras huellas de impresionesno tramitadas que no se integraron en el yoy no participan de la historia.

En esta ilación de pensamientos se destacael fundamento traumático del juego el cualse presenta en el juego actuación. Si lo trau-mático obtiene ligaduras configura juegosimbólico.

El juego actuación exterioriza contenidosactuales no tramitados que en la repeticiónconvocan elaboración y tramitación. Se privi-legian las intervenciones del analista, en par-ticular las construcciones, con las que tiene laposibilidad de acceder al objetivo propuestopor Freud: “donde Ello era Yo debo devenir”.

Un recor te de la clínica

Se presenta un recorte de sesión, como unainstantánea fotográfica sin detalles minucio-sos, para dar figurabilidad a las ideas que sedesarrollaron en párrafos precedentes. Talcomo sucedería con una instantánea fotográ-fica, no se expone como ejemplo. Se muestracon levedad lo que en otro contexto merece-ría ser tratado y analizado en profundidad

explicitando pensamientos, vivencias y ocu-rrencias del encuentro transferencial.

Se trata de un fragmento de sesión de unniño de 6 años. Esta sesión fue grabada yluego, en la desgrabación inmediata, se inte-graron los momentos de juego que la psicoa-nalista recordaba con nitidez.

P: (entra apurado, casi atropellando y conagitación respiratoria)

(I) ¿Sabés una cosa, Sara? (Parece que dejade lado la pregunta).Se dirige a la caja y empieza a armaralgo con bloques de plástico. (Pasa unrato bastante largo tratando de encajarbloques)Silencio

A: Me encontrás silenciosa y te doy miedo.Parece que tengo un secreto, un asuntomuy misterioso del que yo sé y nohablo y tampoco te permito preguntar;no te permito hablar.

P: (Con dificultad continuá tratando deencajar bloques. Por momentos, enlugar de encajar, trata de pegar losbloques con plastilina (Respira condificultad).—¡Un monstruo! Mirá!

(II) (dramatiza ansioso y agitado) y el“monstruo” me ataca. (Se trata de unobjeto casi informe en el que sedestacan algunas extremidades, quizás“brazos” y “piernas”.)

A: Yo soy el monstruo que te ataca y no tedeja respirar. Soy un monstruo porque note cuento todo lo que vos querés saber. Parece que yo tengo todos los secretos ylos secretos dan miedo.

(III) P: (Sacando “brazos” y “piernas” delobjeto)¡Mirá! ¡Mirá qué mano! ¡Guauj! (Suenacomo un rugido y como si estuviera poratacarme. Sostiene amenazante el“brazo” con la mano derecha y muycerca delante de mis ojos.)

A: Cuando te hablo de los secretos teasusto, te hago sufrir; como si te cortaraen pedazos; y no te dejo pensar nihablar. Lo que te digo suena como rugido…¡Guauj! como gritos’ que no entendés.Claro, rugiendo y gritando te aturdo.Estos son los gritos que escuchabas

6 arcaico: del griego arkhé. Materia primordial que a la vez gobierna e indica el sentido. Se entiende en elsentido de fundante y de poder rector. La partícula “arquía”,derivado de arkhé significa gobierno. Como enjerarquía (gobierno de lo sagrado) y anarquía (sin gobierno).

▲ Wynn Bullock

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cuando eras bebé y no podías entenderP: Mirá como quedó; está muerto.(Aquí el

“monstruo ya está fragmentado en sieteu ocho pedazos sin forma.)

A: Cuando hablo, grito y te doy miedo.Soy un muerto, un cadáverdespedazado, un monstruo que no tedeja respirar, que te ahoga.

(IV) A: (suspira) Yo no tengo miedo.Ahora voy a dibujar. (se dirige al papel) Sabés que ya sé hacer la letra esa…esa… imprenta no; la otra.

..............................................................

Comentario resumido del ejemplo clínico:En un comentario condensado se puede

decir que en el comienzo (I) se manifiesta laangustia (agitación respiratoria); en la pre-gunta, un modo de actuación; luego, juegoactuación y silencio, todas presentaciones decontenido trágico incestuoso.

Después de la construcción de la escena(II) aparecen palabras del paciente en las quese revela el contenido pulsional de la viven-cia trágico incestuosa: el “monstruo”

La siguiente intervención de A (III) contieneconstrucción y reconstrucción. Cuando elniño dice: “voy a dibujar” (IV) se inicia unaforma de la asociación libre. La aparición dela palabra indica una disminución de laactuación, una apertura hacia la elaboraciónpsíquica que se manifiesta en “la letra esa…esa… la imprenta no; la otra” y que expresaun saber de algo que está presente en la trans-ferencia: la otra palabra, palabra simbólica.

Otra vez Ernst.

Con el objeto de seguir pensando se puederetomar la observación que hace Freud deljuego del carretel. Nos atrevemos a imaginaruna supuesta sesión psicoanalítica, en estecaso muy simplificada, donde Freud ocupael lugar de analista.

El juego completo (arrojar el carretel paradespués recogerlo con el piolín) contiene dosespacios simultáneos y superpuestos. El pri-mero (sólo el arrojar) es escenificación de lapartida de la madre. El otro, donde el carre-tel regresando representa a la madre, es el dela simbolización Estos dos espacios corres-ponden, el primero, a proceso de descarga;el segundo, a una cierta elaboración yoicaque se expresa en el juego del retorno.

En el nivel de la escena (Freud relata que elniño no lloraba cuando la madre lo abando-naba) el analista Freud da nombre a una

vivencia actual que no alcanza significadonominándola con la palabra abandono. En laescenificación, identificado el niño con elobjeto abandonante de la vivencia, y aúnsiendo objeto él mismo de la impresión,actúa esta identificación. La identificaciónestá en el fundamento de lo que se mani-fiesta como pasaje de lo pasivo a lo activo,transformación en lo contrario que hace a lameta de la pulsión.

A su vez Freud, en esta imaginada sesiónque describimos es, según él mismo lo mani-fiesta, algo más que observador pues habíaconvivido en la casa de su hija Sophiedurante algunas semanas. Entonces, comoabuelo y como analista está involucrado yesto se aprecia en el fuerte tono afectivo dealgunas palabras que utiliza, tono éste quemuestra la presencia de contenidos actuales;por ejemplo cuando dice que el niño no llo-raba cuando su madre lo abandonaba; yluego agrega, en su interpretación que, arro-jando objetos, satisfacía un impulso a ven-garse de la madre. Abandono y venganza sonlas palabras que utiliza Freud nominando suspropias vivencias infans estimuladas por elaccionar del niño. Recordamos que SigmundFreud tenía un año y medio de edad –lamisma que la de Ernst cuando Freud obser-vaba este juego– cuando nació su hermanoJulius fallecido después a los 8 meses. Y en eltranscurso de 9 años Amalie Nathanson, sumadre, tuvo 7 hijos. O sea que las vivencias yexperiencias del niño Sigmund en relacióncon el abandono impregnan su interpreta-ción. En el presente infinito de este instanteatemporal, abandono, venganza, dolor, sufri-miento y humillación, son afectos originales yominosos en el doble sentido de heimlich: lofamiliar conocido y lo que destinado a per-manecer en secreto, sale a la luz; lo siniestro.

Y volviendo al comienzo…

Ernst Halberstadt, nieto de Freud, hijomayor de su hija Sophie, estudió en Berlín. En1938 se estableció en Londres y fué psicoana-lista miembro de la Asociación PsicoanalíticaInternacional (IPA). Se especializó en el estu-dio de las relaciones tempranas entre la madrey el bebé. Elisabeth Roudinesco dice que “…enbusca de una identidad que lo vinculara consu abuelo, adoptó el apellido de soltera de sumadre y se hizo llamar Ernst W. Freud”.

Fue el único descendiente varón de lafamilia Freud que se convirtió en psico-analista.