LOS NIÑOS SON IMPORTANTES

PARA DIOS

Núm. 14:30-32: "Vosotros a la verdad no entraréis en la tierra ...

Pero a vuestros niños, de los cuales dijisteis que serían por presa, yo los introduciré, y ellos conocerán la tierra

que vosotros despreciasteis."

Dios promete la tierra a los niños. Ellos pueden ganar la batalla que los adultos perdieron por su falta de fe.

Mat.11:25-26: "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de

los entendidos, y las revelaste a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó."

Los niños pueden entender el Evangelio. Este entendimiento no depende de la

inteligencia o educación humana, sino de Dios quien les revela la Verdad.

Prov.22:6: "Instruye al niño en su camino, y aun

cuando fuere viejo no se apartará de él."

Este verso nos demuestra, en forma general, el principio de que la niñez es la

mejor edad para recibir enseñanza. Al enseñar a los niños, podemos esperar

resultados mucho mejores que al enseñar a adultos.

Los niños son importantes para Dios

y espera que los acerquemos a El.

“Pero Jesús dijo: Dejar a los niños venir a mi,

y no se los impidáis; porque de tales es el reino de los cielos”

Mateo 19:14

Atendió a sus necesidades (Los Recibió)

Los escuchó atentamente, mostrando interés

(y tomándolos en los brazos)

 Oró por ellos (Les dio su bendición)

Los niños tomaron parte activa en el ministerio de Jesús.

“Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo:

De cierto de cierto os digo, que si no volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos”

Mateo 18:25

No necesitamos ser infantiles sino más bien como niños de corazón humilde y sincero.

JESÚS DEMANDA:

Mr.9:33-37

ACOGER A UN NIÑO(A):

 Llegaron a Capernaúm. Cuando ya estaba en casa, Jesús les preguntó:   —¿Qué venían discutiendo por el camino?  Pero ellos se quedaron callados, porque en el camino habían discutido entre sí quién era el más importante.  Entonces Jesús se sentó, llamó a los doce y les dijo:   —Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.  Luego tomó a un niño y lo puso en medio de ellos. Abrazándolo, les dijo:  —El que recibe en mi nombre a uno de estos niños, me recibe a mí; y el 

que me recibe a mí, no me recibe a mí sino al que me envió.

  Mostró interés por un niño: (Y tomó a un niño...)

   Valoró a un niño:(y lo puso en medio de ellos...)

  Mostró amor y afecto hacia el niño: (y tomándole en sus brazos)

Los niños tienen necesidades espirituales que deben ser atendidas.

Hay que cultivar la mente de los niños con las verdades del Evangelio antes de que el enemigo siembre la maldad en ellos.

Hoy en día los niños se enfrentan a difíciles situaciones; divorcios, drogas, pornografía, y maltratos y solo Cristo puede ayudarles

¿QUÉ HAGO AHORA?

1.- Involucre a los niños: hágalos participes de las reuniones, cantando, memorizando salmos, etc.

2.- Deles una causa: ayude a los niños a ver que la causa de Cristo es mu valiosa. y que comprometernos por los niños es contagioso. En lugar de solo hablarles de los que no conocen a Jesús, llevémosle a Evangelizar y repartir la Palabra de Salvación

4.- Seamos un modelo a seguir. Cuando los niños ven un verdadero interés en sus padres

y maestras, se motivan y gustan participar.

3.- Informe a los niños. Use lo que está sucediendo en las noticias y en su comunidad.Deles a conocer las actividades de su local y de la iglesia.

5.- Démonos tareas para realizar en casa. Necesitamos darles modelos de trabajo reales para alimentar la vida espiritual de los niños en casa y darles seguimiento para motivarlos con su trabajo.

Algunas de las herramientas que usamos en la Escuela Dominical pueden ser repasadas con

los niños para que continúen con el aprendizaje en la casa.

Tengamos en mucha estima a los niños, pues ellos no sólo son el futuro de la

Iglesia, sino más bien, son el presente. Así como el mundo le dio la importancia

que se merecen con la firma de sus derechos, también nosotros debemos saber darles su lugar en todo lo que

respecta al Evangelio de Dios, permitiendo que participen en todo lo que puedan.