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CPC RANCAGUA NÚMERO 02 Febrero 2017 / Periódico de distribución gratuita Luis Almada nació en Alicia, una lo- calidad del interior provincial, en el seno de una familia clase media de seis hermanos, su padre era banca- rio y su madre ama de casa. Con el esfuerzo de su hermano y su madre, Luis consiguió terminar el secunda- rio e ingresar a la Facultad de Cien- cias Químicas de la UNC, donde co- noció a su actual mujer y compañera de vida, Cecilia. Al año de noviazgo queda embarazada y al nacer su hija, Luis se queda sin trabajo. “Fue duro para mí, yo a esa edad creía que me iba a comer el mundo, tenía buena presencia, buena dicción y sin em- bargo no tenía nada, tenía una bebé y no tenía qué darle”, explica Luis. “Un día nos quedamos sin luz y sin gas, así que agarré la máquina de cortar pasto que tenía tirada, oxida- da, afilé la tijera y salí a hacer chan- gas”. Por otra parte, a principios de la dé- cada del ‘80, las finanzas de su familia se vieron afectadas por la tristemen- te célebre Circular 1050, que indexa- ba los préstamos a la tasa de interés vigente en el mercado, hundiendo a miles de familias en deudas absur- das de la noche a la mañana. Luis y su familia se instalaron en la ciudad de Córdoba para empezar de nuevo, pero a pocos años, el destino vuelve a ponerlos a prueba con la pérdida de su padre, dejando como único pro- veedor a su hermano mayor Fabián. “Quedó como bastión de la familia”, y recuerda Luis que su hermano “tenía media discapacidad y salía a vender bolsas de residuos. Jamás se quejó”. Aunque se había preparado a lo lar- go de toda su vida para hacer “otra cosa”, el destino lo había ubicado en una situación límite. “Al poco tiempo conseguí un carrito y empecé a ciru- jear. Juntaba cartón y botellas, eso me alcanzaba para leche y pañales”, dice Luis, y a medida que avanza en su narración su voz se vuelve más y más amarga. “Fue bastante compli- cado aceptar que yo estaba haciendo eso, te acostumbrás, pero cada vez te vas más abajo. Fui asumiendo la dis- criminación de la gente, capaz que me ayudaba ser gringuito y de ojos claros, pero son más las puertas que se cierran que las que se abren”. Hubo una etapa muy dura en la vida de Luis, empujó ese carrito a pie por toda la ciudad, tenía que atarse los zapatos con bolsitas de nylon para que no se le deshagan en pedazos, al mismo tiempo que soportaba la dis- criminación de la gente. El poco di- nero que juntaba apenas le alcanzaba para subsistir día a día y cuando llovía la recaudación era nula. Pero el esfuerzo por mantenerse a flote dio sus frutos, de a poco em- pezó a tener clientes fijos. Hasta que un día pasó por una conocida con- cesionaria de camiones de Diagonal Ica y Rancagua, que tenía un enor- me predio con el pasto crecido. “Si yo caigo acá con mi carrito ciruja y mis cachivaches, no me van a llevar el apunte”, pensó Luis. Así que fue a su casa, se cambió de ropa y volvió a la concesionaria para hablar con el gerente. Con toda la seguridad del mundo le dijo que tenía una empresa de parquizaciones, que cobraba se- manalmente y que el primer corte era gratis. Esa mentira, o mejor dicho, esa exageración, funcionó de maravillas. El gerente lo contrató y Luis sumó la concesionaria a su lista de clientes. “Con eso y otras cosas fijas empecé a hacer un sueldo, a plata de hoy serían unos 5 mil pesos”, recuerda sonriente. Un día, para que su mujer no cocine, se montó en su viejo ciclomotor y salió a comprar un pollo a las brazas. Reco- rrió las avenidas Alem y Diagonal Ica y no logró encontrar un parripollo por ningún lado. “El que ponga un polle- ría acá se va a llenar de plata”, se dijo mientras volvía resignado a casa con unos pebetes para el almuerzo. Enva- lentonado por la “buena racha” que transitaba, fue a una inmobiliaria de la zona y terminó alquilando un local que describe como “de medio pelo”. “Me dieron gratis los primeros cua- tro meses de alquiler, pero me costó tanto armarlo que iban siete meses y todavía no había abierto al público”, recuerda. La inmobiliaria ya le había pedido que abandone el inmueble cuando un viejo cliente de jardinería apareció por el local, y al ver que le faltaba poco para abrir, se decidió a darle una mano. “Al otro día vino un camión, me descargó dos mil kg. de leña y me dijo que ya estaban pagas. Después vino un proveedor de pollos y me dejó los primeros pollos contra boleta. Hasta un freezer me prestó, y me dio un curso rápido de cómo se hace un pollo a las brazas y de cómo llevar el negocio”, cuenta Luis y en la cara todavía se nota la sorpresa. “Ese día me sentí premiado”. Si me ayudás, yo voy a ayudar a otros El negocio de los pollos empezó a funcionar “muy, pero muy bien”, en palabras del propio Luis. Necesitaba cumplir una promesa: “Yo siempre le pedía a Dios: abrime un poquito la puerta, yo hago el esfuerzo y paso toda la mano. Si me ayudás a mí, yo voy a ayudar a otros”. Así que junto TALLER DE COCINERITOS VECINOS / GRACIELA GÓMEZ EL ARTE DE COCINAR DESDE NIÑOS EL TRUEQUE FUE UNA LUZ DE ESPERANZA Luis un ejemplo de perseverancia y humildad con su familia, comenzó a recaudar dinero entre los comerciantes de la zona para apadrinar la escuelita Al- fonsina Storni en Pampa de Olaen, y sabiendo que podían hacer aún más, se sumó a un grupo de personas de la fundación “Yo te ayudo” que daba de comer a indigentes en el centro de Córdoba sólo algunos días, entonces Luis y su familia decidieron cubrir el resto de los días. “Lunes, miércoles y viernes, a las 8 de la noche cargába- mos la camioneta y nos íbamos todos juntos servir comida”. La profunda convicción de Luis lo impulsaba más lejos. Golpeó puertas y se reunió con representantes de distintos gobiernos para proponer la apertura de un comedor nocturno, que complemente el servicio presta- do por el comedor diurno municipal. Finalmente, en agosto del año 2014, inauguraron un Comedor Comuni- tario Nocturno sobre la calle Chaca- buco, que más tarde se trasladó al Hospital San Roque. “Ahora hay gen- te que cena dignamente, y recibe un poco de afecto y cariño de los volun- tarios”, dice Luis y continúa: “El que no sabe qué es el hambre, no sabe algunas cosas; el hambre duele, pero más duele cuando te discriminan”. “YO SIEMPRE LE PEDÍA A DIOS: ABRIME UN POQUITO LA PUERTA, YO HAGO EL ESFUERZO Y PASO TODA LA MANO...”

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02Febrero 2017 / Periódico de distribución gratuita

Luis Almada nació en Alicia, una lo-calidad del interior provincial, en el seno de una familia clase media de seis hermanos, su padre era banca-rio y su madre ama de casa. Con el esfuerzo de su hermano y su madre, Luis consiguió terminar el secunda-rio e ingresar a la Facultad de Cien-cias Químicas de la UNC, donde co-noció a su actual mujer y compañera de vida, Cecilia. Al año de noviazgo queda embarazada y al nacer su hija, Luis se queda sin trabajo. “Fue duro para mí, yo a esa edad creía que me iba a comer el mundo, tenía buena presencia, buena dicción y sin em-bargo no tenía nada, tenía una bebé y no tenía qué darle”, explica Luis. “Un día nos quedamos sin luz y sin gas, así que agarré la máquina de cortar pasto que tenía tirada, oxida-da, afilé la tijera y salí a hacer chan-gas”.

Por otra parte, a principios de la dé-cada del ‘80, las finanzas de su familia se vieron afectadas por la tristemen-te célebre Circular 1050, que indexa-ba los préstamos a la tasa de interés vigente en el mercado, hundiendo a miles de familias en deudas absur-das de la noche a la mañana. Luis y su familia se instalaron en la ciudad de Córdoba para empezar de nuevo, pero a pocos años, el destino vuelve a ponerlos a prueba con la pérdida de su padre, dejando como único pro-veedor a su hermano mayor Fabián. “Quedó como bastión de la familia”, y recuerda Luis que su hermano “tenía media discapacidad y salía a vender bolsas de residuos. Jamás se quejó”.

Aunque se había preparado a lo lar-go de toda su vida para hacer “otra cosa”, el destino lo había ubicado en una situación límite. “Al poco tiempo conseguí un carrito y empecé a ciru-jear. Juntaba cartón y botellas, eso me alcanzaba para leche y pañales”,

dice Luis, y a medida que avanza en su narración su voz se vuelve más y más amarga. “Fue bastante compli-cado aceptar que yo estaba haciendo eso, te acostumbrás, pero cada vez te vas más abajo. Fui asumiendo la dis-criminación de la gente, capaz que me ayudaba ser gringuito y de ojos claros, pero son más las puertas que se cierran que las que se abren”.

Hubo una etapa muy dura en la vida de Luis, empujó ese carrito a pie por toda la ciudad, tenía que atarse los zapatos con bolsitas de nylon para que no se le deshagan en pedazos, al mismo tiempo que soportaba la dis-criminación de la gente. El poco di-nero que juntaba apenas le alcanzaba para subsistir día a día y cuando llovía la recaudación era nula.

Pero el esfuerzo por mantenerse a flote dio sus frutos, de a poco em-pezó a tener clientes fijos. Hasta que un día pasó por una conocida con-cesionaria de camiones de Diagonal Ica y Rancagua, que tenía un enor-me predio con el pasto crecido. “Si yo caigo acá con mi carrito ciruja y mis cachivaches, no me van a llevar el apunte”, pensó Luis. Así que fue a su casa, se cambió de ropa y volvió a la concesionaria para hablar con el gerente. Con toda la seguridad del mundo le dijo que tenía una empresa de parquizaciones, que cobraba se-manalmente y que el primer corte era gratis. Esa mentira, o mejor dicho, esa exageración, funcionó de maravillas. El gerente lo contrató y Luis sumó la concesionaria a su lista de clientes. “Con eso y otras cosas fijas empecé a hacer un sueldo, a plata de hoy serían unos 5 mil pesos”, recuerda sonriente. Un día, para que su mujer no cocine, se montó en su viejo ciclomotor y salió a comprar un pollo a las brazas. Reco-rrió las avenidas Alem y Diagonal Ica y no logró encontrar un parripollo por

ningún lado. “El que ponga un polle-ría acá se va a llenar de plata”, se dijo mientras volvía resignado a casa con unos pebetes para el almuerzo. Enva-lentonado por la “buena racha” que transitaba, fue a una inmobiliaria de la zona y terminó alquilando un local que describe como “de medio pelo”. “Me dieron gratis los primeros cua-tro meses de alquiler, pero me costó tanto armarlo que iban siete meses y todavía no había abierto al público”, recuerda. La inmobiliaria ya le había pedido que abandone el inmueble cuando un viejo cliente de jardinería apareció por el local, y al ver que le faltaba poco para abrir, se decidió a darle una mano. “Al otro día vino un camión, me descargó dos mil kg. de leña y me dijo que ya estaban pagas. Después vino un proveedor de pollos y me dejó los primeros pollos contra boleta. Hasta un freezer me prestó, y me dio un curso rápido de cómo se hace un pollo a las brazas y de cómo llevar el negocio”, cuenta Luis y en la cara todavía se nota la sorpresa. “Ese día me sentí premiado”.

Si me ayudás, yo voy a ayudar a otros

El negocio de los pollos empezó a funcionar “muy, pero muy bien”, en palabras del propio Luis. Necesitaba cumplir una promesa: “Yo siempre le pedía a Dios: abrime un poquito la puerta, yo hago el esfuerzo y paso toda la mano. Si me ayudás a mí, yo voy a ayudar a otros”. Así que junto

TALLER DE COCINERITOS VECINOS / GRACIELA GÓMEZ

EL ARTE DE COCINAR DESDE NIÑOS

EL TRUEQUE FUE UNA LUZ DE ESPERANZA

Luis un ejemplo de perseverancia y humildad

con su familia, comenzó a recaudar dinero entre los comerciantes de la zona para apadrinar la escuelita Al-fonsina Storni en Pampa de Olaen, y sabiendo que podían hacer aún más, se sumó a un grupo de personas de la fundación “Yo te ayudo” que daba de comer a indigentes en el centro de Córdoba sólo algunos días, entonces Luis y su familia decidieron cubrir el resto de los días. “Lunes, miércoles y viernes, a las 8 de la noche cargába-mos la camioneta y nos íbamos todos juntos servir comida”.

La profunda convicción de Luis lo impulsaba más lejos. Golpeó puertas y se reunió con representantes de distintos gobiernos para proponer la apertura de un comedor nocturno, que complemente el servicio presta-do por el comedor diurno municipal. Finalmente, en agosto del año 2014, inauguraron un Comedor Comuni-tario Nocturno sobre la calle Chaca-buco, que más tarde se trasladó al Hospital San Roque. “Ahora hay gen-te que cena dignamente, y recibe un poco de afecto y cariño de los volun-tarios”, dice Luis y continúa: “El que no sabe qué es el hambre, no sabe algunas cosas; el hambre duele, pero más duele cuando te discriminan”.

“YO SIEMPRE LE PEDÍA A DIOS: ABRIME UN POQUITO LA PUERTA, YO HAGO EL ESFUERZO Y PASO TODA LA MANO...”

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Pequeña gran pasión por la cocinaDos días a la semana, un lindo grupo de niñas y niños se reúnen en el CPC Rancagua para explorar un mundo lleno de recetas de cocina, donde comparten conocimientos culinarios bajo la enseñanza de la seño Flavia.

Que los niños se reúnan entre sí para compartir juntos el tiempo, no es una novedad, pero lo interesante de esta historia es que hay algunos que no solamente comparten el tiempo y el espacio, sino también una misma pasión: la cocina.

El taller se denomina “Cocineritos” y así se sienten los nenes y nenas que concurren los martes y sábados a las clases de cocina.

Algunos llegan después de meren-dar seguramente, o pasan directo del cole al taller. Primero se saludan entre ellos y a la seño, luego comienza la clase, pero no sin antes colocarse sus tiernos uniformes de chef (idea que surgió de la seño Flavia, quien los acompaña desde mayo en este taller culinario infantil). Una vez colocados los uniformes, dan comienzo oficial a la clase. Los ingredientes necesa-rios son pedidos a los papis la clase anterior, y los chicos llegan con todo listo para darle forma a la receta de la tarde.

¿Qué conocimientos incorporan los chicos? La seño Flavia cuenta que les enseña especialmente a respetar. “El trato en las cocinas es muy humano, se trabajan muchas horas y compar-tís gran cantidad de tiempo con tus compañeros, por eso creo que lo principal es el respeto y que se cui-den los unos a los otros”. Además los chicos aprenden a compartir y ser so-lidarios, por ejemplo, cuando alguno se olvida algún material, o no les fue suficiente, la seño les pide prestado a otros compañeritos mediante la pre-gunta: “¿le prestás un poquito?”. Además, cuenta orgullosa que ningu-no de los chicos en alguna ocasión le dijo que no.

La paciencia, el cariño y el cuidado personalizado de los niños son carac-terísticas notables en la seño Flavia, que los aconseja, les explica y, entre paso y paso de la receta, les va a ha-ciendo preguntas para que los chicos aprendan todos los conocimientos y secretos de la cocina. “Hablo mu-cho con ellos y hago hincapié en te-ner cuidado con algunos elementos

como el cuchillo o el horno. Lo bueno es que se nota que les gusta, traen to-dos los ingredientes y no faltan nun-ca. Es enorme la satisfacción que me da poder enseñarles a cocinar”.

El grupo de cocineritos que asiste al CPC Rancagua es variado, las edades abarcan desde 4 hasta 10 años.

Por otro lado, los chicos cuentan que algunos ya tenían experiencia coci-nando y otros la fueron adquiriendo a través del tiempo de la mano de la seño.

Sin lugar a dudas, un taller de peque-ños niños pero grandes cocineros, que le agregan un especial ingre-diente a la receta para que la comida cuente con el mejor sabor: pasión.

TALLER DE COCINERITOS

Clases: Martes de 18:30 a 20:30 hs. Sábados de 10 a 12 hs. Lugar: CPC Rancagua

• Mesa de Entrada. • División de Obras y Servicios Públicos.• Caja Municipal.• División de Inspección General.• División de Recursos Tributarios.• División de Promoción Social.• Área de Salud.• División de Registro Civil.• División de VU/Habilitación de Negocios.• División de Servicios Públicos.• Sección de Servicios Generales. • Área de Deportes.

• Departamento de Servicios Administrativos.• División de Cultura.• 107.

TRÁMITES EN MESA DE ENTRADA

• Atención al público y deriva-ción a áreas correspondientes del CPC.• Atención de reclamos: alumbra-do, reparación de calles, barrido, señalización de calles, denuncias inherentes a los servicios, inicia-ción de trámite para exención impositiva, obleas libre estacio-namiento para discapacitados y todo aquello que hace al derecho del ciudadano a peticionar hacia la Municipalidad de Córdoba.

TRÁMITES EN PLANTA BAJA

• Solicitar y actualizar deudas de Inmuebles, Cementerios, Co-mercio e Industria, Automotores, Contribución por mejoras, Ferias y mercados.• Se emiten deudas y se efectúan planes de financiación.• Se efectúan trámites de exen-ción del impuesto inmobiliario para jubilados y pensionados.• Se emiten libres deudas.• Se realizan inscripciones, trans-ferencias, cambios de domicilio, altas y bajas de sucursales, altas y bajas de rubros a las distintas actividades.

Servicios extra municipales

• Dirección General de Rentas / De 8 a 14 hs.• Compañía de Seguro (Organización Centro) / De 8:30 a las 14 hs.• Cobro Express / De 7:30 a 14 hs.• Banco de Córdoba / De 9:30 a 13:30 hs.• Red Bus• Reciclado de Aparatos Electrónicos

Servicios Municipales

UN TALLER DE PEQUEÑOS NIÑOS PERO GRANDES COCINEROS, QUE LE AGREGAN UN ESPECIAL INGREDIENTE A LA RECETA PARA QUE LA COMIDA CUENTE CON EL MEJOR SABOR: PASIÓN.

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Talleres CPC 2017

Factibilidad para la habilitación de comerciosRequisitos:• DNI del titular• Correo electrónico• Impuesto o servicio de todo el local, donde figure la designación catastral• Croquis con la cantidad de metros del local• Contrato de locación• Timbrado: Hasta 25 mts. $530 (Precio calculado según metros cuadrados)

Días y horarios de atención:Lunes a viernes de 7:30 a 14 hs.Miércoles también por la tarde de 14 a 19 hs.

Teléfono:4335129/32

Electricidad de obras• Horario: Sábados 8 hs.Refrigeración• Horario: Martes y jueves 19 hs. Herrería• Horario: Jueves 15 hs.Reparación de PC• Horario: Sábados 14:30 hs. Peluquería • Horarios: Sábados 9 hs. Viernes 14 hs. Miércoles 15 y 17 hs. Masaje deportivo• Horario: Viernes 18 hs.Estética corporal• .Horarios: Viernes 14 hs.Masoterapia • Horario: Martes 18 hs.Estética facial • Horario: Viernes 14 hs.Auriculoterapia• Horario: Martes 16 hs.Uñas esculpidas • Horarios: Lunes 15 hs. y miércoles 10 hs.Reflexología• Horario: Viernes 18 hs.Locución y producción• Horario: Sábados 16 hs. Calado en madera • Horario: Viernes 14 hs.Pintura y dibujo• Horario: Jueves 10 hs.Vitrofusión• Horario: Martes 15 hs.Muñequería soft country• Horario: Jueves 15 hs.Dibujo• Horarios: Sábados 10 hs. Lunes 15 hs.Pintura• Horario: Martes 15 hs.Reiki• Horarios: Lunes 10 y 14 hs.Psicopedagogía• Horarios: Viernes de 9 a 11 hs. y de 15 a 17 hs.Moldería textil / 1° Nivel- Horarios: Sábados 10 y 15 hs. Corte y confección- Horarios: Jueves 14:30 hs. Vier-nes 10 hs. Jueves 16:30 hs.

Crochet y tunessino• Horario: Jueves 14:30 hs.Telar y dos agujas• Horario: Jueves 16:30 hs.Repostería y decoración• Horario: Miércoles 15 hs.Cocina• Horario: Martes 15 hs.Cocineritos• Horarios: Martes 18:30 hs. Sábados 10 hs.Asistente de Recursos Humanos• Horario: Lunes 17 hs.Liquidación de sueldo• Horario: Lunes 18:30 hs.Gestión contable• Horarios: Viernes 19 hs. Miércoles 17 hs.Asistente de farmacia• Horario: Miércoles 19 hs.Computación• Horarios: Lunes y jueves 10, 17 y 18:30 hs. Sábados 10 hs. Martes 16 hs. Viernes 16 hs.Excel• Horario: Miércoles 18 hs.Inglés• Horarios: Martes 10 hs. Sábados 9 hs. Italiano• Horarios: Viernes 16 y 18 hs.Guitarra•Horario: Lunes 18:30 hs.Malambo• Horario: Lunes 18 hs.Folclore / Adultos•Horarios: Martes y jueves 19 hs.Folclore / Niños• Prof. Eliana Gait• Horario: Miércoles 19 hs.• Contacto del prof.: 351 2067216.Latino• Horarios: Martes y jueves20:30 hs.Instalaciones eléctricas• Horario: Miércoles 19 hs.Gimnasia / Adultos• Prof. Alejandra López• Horario: Martes y jueves 9 hs.

Gimnasia rítmica / Niñas y jóvenes• Prof. Paola Chiapello• Horarios: Lunes y miércoles18 hs. Sábados 9 hs.Fútbol / Niños de 4 a 12 años• Prof. Matías Baigorri• Horarios: Martes y jueves 18 hs. Miércoles y viernes 18:30 hs.Zumba / Niños, jóvenes y adultos• Prof. Natalia Gubernik• Horarios: Martes y jueves 18:30 hs.Taekwondo / Niños, jóvenes y adultos• Prof. Leonardo Campos• Horarios: Lunes y viernes 19 hs.Vóleibol femenino / Jóvenes y adultos• Prof. Luciano Ganzinelli• Horarios: Lunes y miércoles 20 hs.Vóleibol femenino • Prof. Mariela Sabir• Horarios: Lunes 20 hs.Handball femenino / Jóvenes y adultos• Prof. Mariela Sabir• Horarios: Lunes y miércoles 20:30 hs.Vóleibol masculino / Jóvenes y adultos• Prof. Damián Vallejo• Horario: Martes y jueves 20 hs.Karate / Niños y jóvenes• Prof. Miguel Corzo• Horario: Martes y jueves 18 hs.Natación / Niños, jóvenes y adultos• Prof. Ricardo Irrazábal• Horario: Martes y jueves 7 hs. (Club Instituto).Básquet / Infanto-juvenil• Prof. Gastón Enciso, MelisaMellano, Fiamma Mellano• Horario: Martes y jueves 18:30 hs.

ÁREA CULTURA

Teléfono: 4335129Inscripciones abiertasDías y horarios de aten-ción: Lunes, miércoles y viernes de 7 a 19 hs. Martes y jueves de 7 a 16 hs.

ÁREA DEPORTES Teléfono: 4796582Inscripciones abiertas

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El Secreto del Arco Iris se llama Graciela

CPC RancaguaDirección: Av. Rancagua y Luis Vernet,Bº Villa Corina, Seccional N° 13, C. P. 5012, Córdoba.Tel: 0351 4335129 / 4335470.

AutoridadesDirector: Carlos Maizon

Subdirector: Bibian Rodolfo Márquez

www.cordoba.gob.ar

Si tenés historias para compartir de algún vecino, escribinos a: [email protected]

Cuenta con un polideportivo.

“Cuando yo era niña vivía con mis pa-dres, mis cinco hermanos y dos abue-los, por lo tanto era natural compartir, yo heredaba las zapatillas de mi her-mana mayor”. Con estas palabras nos abre las puertas de su vida Graciela Gloria Gómez, de 60 años, vecina del barrio Yofre Norte. “Recuerdo que mi papá era amigo del vecino José, jun-tos iban a la cancha de Instituto, fruto de esa pasión de mi padre llevo por segundo nombre Gloria (…) Cuando don José fallece, mi padre se hizo car-go de su hijo y entonces, entre otras cosas, lo llevaba a la cancha”. Graciela recuerda que sus padres hicieron de la generosidad su modo de vida con los vecinos que más lo necesitaban. En aquel entonces, ella no podía com-prender la dimensión del ejemplo de su hogar que la sellaría para siempre: pensar como primordial a los otros, a los vecinos, a los demás.

Y continúa: “Cuando hice la primera comunión no teníamos dinero para que yo tuviera mi propia fiesta, enton-ces fui a la fiesta de mi amiga en la casa de ella, allí me hicieron la fiesta también a mí. Por eso me parece que lo más natural es que las energías de la comunidad se reciclen”.

Pasaron los años, Graciela conformó su propia familia y ya siendo madre de dos hijos, comenzó a trabajar en favor de la Cooperadora del colegio. No tardó en generar un periódico barrial llamado “Días y Voces” que busca-ba rescatar los valores zonales y al mismo tiempo llevaba una in-teresante agenda pu-blicitaria. “Me hubiera gustado mucho es-tudiar Trabajo Social, pero me casé muy joven y fui madre muy joven. Desde el negocio de mi marido comencé por agrupar a otros comerciantes para hacer publicidad comunitaria, así comenzó esa movida a través de la cual me di cuenta que era motivadora, la idea era unir las capacidades de todos. Comenzamos por la publicidad conjunta, eso bene-

ficio mucho al barrio y sirvió para que vecinos de otros barrios se acercaran a comprar en Yofre”.

Año 2001, un año que marca una bi-sagra en medio del desarrollo de la profunda crisis política, económica y social que se vivió, emerge en este sector de la ciudad un concepto no di-cho pero sí manifestado en la acción: la dificultad se convierte en oportuni-dad. Graciela, en pleno cacerolazo, se acercaba a uno y otro vecino dicien-do: “El miércoles nos reunimos para encontrar soluciones en el Centro Ve-cinal”.

Al igual que muchos comercios que cerraron sus puertas, también Graciela debió dejar de publicar su periódico, que rescataba entre sus últimas publi-caciones un artículo sobre el Club del Trueque de un barrio vecino, nota que vino a iluminar aquellos momentos en que la desazón corría a gran veloci-dad. Sin embargo, hacía falta mucho más para arrebatarle a “Pueblo Yofre” la certeza que la unidad vecinal era una fortaleza.

A medida que avanzaban con el tema del trueque, constataban que otros clubes tenían muchos proble-mas para ponerse de acuerdo. Fue entonces que nuestra vecina toma la posta y apuesta: “Nosotros tenemos que hacer otra cosa, algo local que sea más chico y que sobre todo nos permita relacionarnos como vecinos, que sirva para unirnos (...) Decidimos entonces viajar a Villa Dolores para ver cómo funcionaba allí el Club del Trueque, ya que nos habían informa-do que era una fiesta cada vez que se encontraban. De regreso hablamos con el presidente del Centro Vecinal y se lo pedimos prestado para comen-zar allí como una alternativa. Hicimos la primera reunión y transmitimos la experiencia de Traslasierra. Así surge nuestro Club del Trueque propio, con una moneda social que se llamó Club

del Trueque Yofre Norte. No se podía trocar en otro lado con esa moneda, así evitamos que se falsificara. A dife-rencia de otros clu-bes del trueque, en Yofre había comer-ciantes, profesiona-les, amas de casa, incluimos a todos;

con esa monedita podías ir a la óptica, a la veterinaria, a la peluquería y nos salvó, nos salvó bastante”.

La mirada de Graciela se ilumina: “Lo primero que hicimos fue armar un grupo de personas que eran quienes contribuyeron a establecer un orden, también eran los que determinaban

www.cordoba.gob.ar/comunicacion/vecinos/

cuáles eran las condiciones, las pautas para poder trocar. Cuando un socio ingresaba se le explicaban los requi-sitos para poder trocar y cuál era el sentido del trueque, reconociendo que tal vez no teníamos todos los re-cursos económicos pero el trocar era un trabajo digno”.

En el mencionado barrio había mu-chas fábricas, pero también muchos hombres comenzaron a perder el trabajo, entonces las mujeres salían a trocar: el 80% eran mujeres. El club crecía cada vez más y llegaron a ser más de 400 personas; hoy es más re-ducido en número de participantes de este sistema de intercambio, pero se conserva intacto. Lo más impor-tante es generar una buena relación entre los vecinos. Ante la posibilidad de trocar alimentos, se organizaron y solicitaron la asistencia de Bromato-logía de la Municipalidad para poder

ofrecer productos saludables. Gracie-la acota: “Lo bueno es que siempre hicimos vinculación desde nuestros derechos, nunca desde la política par-tidaria, siempre como ciudadanos, como vecinos”.

La vida de las personas suele tener distintas facetas, es imposible agotar aquí las acciones realizadas por esta yofrense de alma, como primera mu-jer presidenta de un Centro Vecinal que creó allí la biblioteca pública, la cooperativa de mujeres, medios de comunicación barriales, incansable tejedora de redes con la Asociación El Arca y la Fundación INSIDE. Hoy, con su propio Centro de Biodanza AYNI y varias actividades más, Graciela con-tiene en sí el secreto del Arco Iris, un ser transparente que irradia distintos colores y que al accionar es uno solo, con gran potencia iluminadora.

GRACIELA RECUERDA QUE SUS PADRES HICIERON DE LA

GENEROSIDAD SU MODO DE VIDA CON

LOS VECINOS QUE MÁS LO NECESITABAN