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  • Congreso de Filosofa Joven: Nuevas Representatividades

    Polticas

    Comienzo este escrito desde la biblioteca de mi facultad. He venido aqu para asegurarme el

    tanto de silencio que nos ofrece toda biblioteca y, an as, el desbloqueo de la pgina en blanco

    slo ha llegado despus de una situacin inesperada que cada da se convierte, ms y ms, en

    experiencia cotidiana para mi ciudad. Desde el otro lado de los ventanales que nos separan del

    mundanal ruido de la calle, llega de repente un clamor de pitos y silbidos, de personas gritando

    consignas inaudibles para m, desde mi asiento. No llego a ver de dnde proceden, pero los

    imagino prximos, tal vez en la plaza de al lado. Me hace gracia pensar que, hace cuatro aos,

    habra credo que eran hinchas del ftbol. Pero hoy no, hoy me viene a la cabeza imgenes de

    pancartas, carteles de Stop Desahucios y gente gritando Basta.

    En un primer momento, todos los estudiantes se desconciertan. De dnde viene ese ruido? Por

    qu vienen a molestarnos? Poco a poco, las caras van cambiando. En algunas aparecen miradas

    ilusionadas e impacientes, algunos dejan sus cosas y salen fuera a gritar juntos; otros, sin

    embargo, querran insonorizar la sala general para aislarse de ese repentino desconcierto. En mi

    rostro, inadvertidamente, se dibuja una sonrisa: les molesta porque saben que no hay silencio

    pactado que no pueda romperse. Al fin y al cabo, pienso, la luz con la que leemos nuestros

    apuntes viene de afuera.

    Yo decido no salir hoy a la calle. Me quedo escribiendo en la biblioteca, disfrutando del familiar

    ruido que ha interrumpido el silencio montono del estudio. Me siento en compaa.

    1.

    En un determinado momento, frente a los acontecimientos pblicos,

    sabemos que debemos rechazar. El rechazo es absoluto, categrico. No

    discute ni hace or sus razones. En esto es silencioso y solitario, incluso

    cuando se afirma, como debe ser, a plena luz del da. Los hombres que

    rechazan y que estn ligados por la fuerza del rechazo saben que an no

    estn juntos. El tiempo de la afirmacin comn les ha sido arrebatado. Lo

    que les queda es el irreductible rechazo, la amistad de ese No certero,

    inquebrantable, riguroso, que les mantiene unidos y solidarios1.

    1 Maurice BLANCHOT: Escritos polticos, Acuarela & Machado, Madrid, 2010, p. 39

  • Azuzado por la crisis poltica de mayo de 1958, tras la insurreccin argelina y la represin del

    Ejrcito francs, Maurice Blanchot formul una expresin que reverberar en numerosos

    movimientos sociales posteriores. Blanchot escribi sobre la potencia del rechazo, llamando a

    los franceses a recusar la reconciliacin con un poder colonialista y autoritario, que en Francia

    estaba encarnado en De Gaulle. El rechazo es absoluto, categrico, adems de un grito

    silencioso y solitario. Blanchot habla de una fuerza que se afirma en y desde el No. Se trata de

    una potencia disruptiva que rompe el pacto de silencio imperante de un tiempo histrico dado, y

    reclama para s una dimensin comn para la que no hay una solucin dada.

    El No de la fuerza del rechazo:

    - no legitima, porque es ajeno a la pregunta por la validez, o no encuentra modo alguno

    de validarse. La fuerza del rechazo se excluye de todo lmite porque ocupa una posicin

    inasignable. No es una fuerza que pueda localizarse dentro de un mapa ya dibujado,

    como se localizan las fronteras entre los Estados-nacin, sino que ocupa ella misma el

    lugar de la frontera. La fuerza del rechazo es oscilatoria y ambivalente, en tanto que ha

    descubierto el lmite de todo mapa.

    - no fundamenta, porque no tiene base propia sobre la que apoyarse, ni razones que

    otorgar. Precisamente, surge de la desposesin de toda base. Al interrumpir un pacto de

    realidad, todo consenso le es arrebatado, marcha sin base, sobre la ausencia de toda

    prerrogativa.

    - no cohesiona, puesto que no dirige la mirada. Contra el enfoque unvoco de la mirada

    que le precede, el No introduce otra mirada. Pero esta nueva mirada apunta a un lugar

    indiscernible, desenfocado, irreconocible. Apunta a un lugar que imposibilita que la

    mirada se aposente cmodamente en un nuevo enfoque. El No aboca a la mirada a una

    oscilacin constante.

    - no conoce, ya que todo conocimiento del mundo le ha sido arrebatado. Apunta a lo

    desconocido. Lo que poda conocer es insuficiente. El No ofrece una mirada

    inconformista, quiere conocer, pero el conocimiento que le precede ya no le basta. El

    No apunta hacia la sombra del enfoque, hacia lo que ha quedado en los mrgenes, o

    tapado por la mancha de una huella en el visor.

    - no gobierna, porque l mismo es ingobernable.

    El No slo puede decir No. No obstante, al negar diciendo No se abre una brecha que afirma

    una gran amplitud de miras. El No tambin dice S cuando irrumpe amistosamente como fuerza

    colectiva. Qu tipo de fuerza y qu tipo de amistad son stas? La afirmacin comn nos ha sido

    arrebatada, deca Blanchot. Sin espacio comn desde el que nombrarse, los que se exponen a la

    fuerza del rechazo estn solos. Pero no es la soledad romntica del hroe trgico, ni la soledad

  • del eremita hastiado del mundo, sino la soledad de quien no tiene nombre. Y ah es donde la

    soledad del rechazo se vuelve soledad comn: en la dimensin que a todos nos incumbe, aqulla

    en la que nos quedamos en la desnudez sin nombre. Por ello, la fuerza del rechazo es tambin

    annima y amistosa. Es annima porque se encuentra en el ms ac de todo nombre: cuando una

    octavilla, una prctica, una voz o un gesto reniegan de su nombre o son desposedas de l,

    descubren una dimensin comn, liminal a la subjetividad, donde soledad y compaa se

    yuxtaponen. Este ensamblaje se mantiene gracias a la tensin del anonimato. Al mismo tiempo,

    es una fuerza amistosa porque en esa dimensin annima descubrimos que no estamos solos. En

    este momento, la impotencia del nombre individual se advierte implicada en una dimensin

    colectiva que se excluye de la identidad y que, excluyndose, gana fuerza.

    Blanchot dira que se ha producido la ruptura: Qu ruptura? La ruptura con el poder y, como

    consecuencia, con la nocin de poder, y, en consecuencia, en cualquier lugar en que predomine

    un poder2. Con la ruptura, el poder ya no puede localizar al rechazo. El rechazo reniega de toda

    apariencia y su primer objetivo es el pacto social, porque ha descubierto que no hay consenso de

    silencio que no pueda romperse. Posiblemente, el poder tildar al rechazo de insensato, lo que

    demostrar que el poder slo es capaz de decir insensateces. El rechazo quiebra el sentido

    comn, pero no es una fuerza insensata, sino plena de muchos y diferentes sentidos. El sentido

    comn, muy a diferencia de la dimensin comn del rechazo, es homogeneizante y uniforme.

    Slo da cabida a una interpretacin que, para legitimarse, tiene que pasar por el filtro

    establecido por la mirada dominante, que generalmente adquiere la forma del dilogo. Este

    dilogo permite localizar la voz, la prctica y el cuerpo hacindolos visibles en un enfoque muy

    reducido. El dilogo adquiere una forma simtrica y binaria, es decir, para dialogar con el poder

    debemos, o bien enfrentarnos con l, o bien ponernos de su parte, producindose una relacin de

    reconocimiento entre ambos lados. La fuerza del rechazo para Blanchot evade el dilogo. La

    operacin de reconocimiento en el dilogo con el poder exige mostrar el rostro, y aceptar la

    lgica identitaria que divide, en esquemas binarios, izquierda y derecha, reformismo y

    revolucin, amigo y enemigo, etc. Fugarse de estas lgicas pasa por acceder a la oscilacin

    annima del lmite. Nuestra revolucin no tiene rostro, decan los Wu Ming.

    No hace falta recordar las caractersticas de la Voluntad General guiada por el Pueblo despus

    del acto del Contrato Social. Rousseau era un desencajado que aoraba encajar, an sabiendo

    que cuando uno siente que encaja, es porque se ha envilecido. De este modo, Rousseau termina

    inventando un artefacto terico, el Pueblo, que se convierte para l en un modo de posibilitar la

    integracin comunitaria en el plano terico aunque, como es sabido, resulta irrealizable y

    problemtico en el plano emprico. La dimensin comn del rechazo nada tiene que ver con la

    2 bid., p. 147

  • Voluntad General roussoniana. Mientras que la segunda se erige como una forma de

    comunitarismo identitario (mediando por la identidad-Una del Pueblo), la primera interrumpe

    las identidades y apela a la sombra que queda tras su desaparicin. Entonces, romper el sentido

    comn supone afirmar una plenitud de sentidos. El pacto social es, en ltima instancia, una

    ficcin erigida a partir de una mirada dominante, que permanece estancada movilizando toda

    actividad alrededor de ella. Es un modo de encorsetar lo visible, lo pensable y lo decible. En

    definitiva, es un modo de censura, lo que para Blanchot es sinnimo de muerte poltica y, por

    consiguiente, de un profundo antidemocratismo. Ms adelante retomar la nocin de muerte

    poltica.

    Pero comentemos ahora unas aportaciones que, cronolgicamente, nos resultan ms cercanas.

    En 2010, Espai en Blanc public una constelacin de reflexiones en torno a la expresin la

    fuerza del anonimato3. Los que escribieron esas pginas pensaron una fuerza que escapara al

    espacio/tiempo privilegiado de la poltica, no slo de la poltica institucional (del rgimen

    poltico de la Transicin), sino tambin de lo que Lpez Petit dio en llamar la movilizacin

    global, esa visibilidad mediada que busca una identidad dada por la forma Sujeto, y cuyo perfil

    se traduce en figuras como la del emprendedor, o en redes como Facebook. Inspirado en el No

    a la guerra, el 13M o el V de Vivienda, Espai en Blanc cartografiaba los desplazamientos

    polticos de los espacios de anonimato que interrumpan el tiempo de la Cultura de la Transicin

    y gritaban en silencio. Sus caractersticas, decan: ausencia de reivindicacin, articulacin en

    torno a un gesto radical, no-futuro, politizacin apoltica.

    El nico modo de presencia de la revolucin es su posibilidad real4. Eso escriba Blanchot

    acerca de la ruptura del tiempo como revolucin. El no-futuro tiene que ver con esta cuestin.

    No nos quedemos en la interpretacin banal del no-futuro como exigencia de un presente

    inmediato de disfrute, inspirado en la locucin carpe diem. La politizacin que se articula en

    torno al no-futuro no tiene que ver con una poltica del ocio, sino con una poltica que elimina el

    horizonte de revolucin como algo que traer consigo la felicidad del Hombre Nuevo. Desde

    esta perspectiva, los espacios de anonimato son grietas desde las que hacer efectiva la presencia

    de la revolucin, no como un por-venir, sino como un conjunto de experiencias que se estn

    poniendo ya en funcionamiento. Son experiencias con porvenir, y no por venir. El parntesis

    que abren estas grietas es, ya se ha dicho, un parntesis espacio/temporal: se produce un

    3 Espai en Blanc, La fuerza del anonimato en http://www.espaienblanc.net/-Revista-de-Espai-en-Blanc-

    no-5-6-.html 4 Maurice BLANCHOT, Escritos Polticos, Arena & Machado, Madrid, 2010, p. 173

  • retraimiento hacia el ms ac del nombre que abre un espacio annimo. En ese anonimato,

    como explicaba Lpez Petit, el espacio se hace espaciamiento y el tiempo se retira5.

    Se trata de una experimentacin de nuevas formas de vida cuando las que tenemos no nos

    bastan. En este sentido es tambin una politizacin apoltica, porque lo que se pone en juego es

    la articulacin de nuevos sentidos que interrumpen el sentido comn estancado y mantenido por

    los mecanismos captivos del poder. Son sentidos que se politizan como una fuga de ese poder, y

    que no estn mediados por ninguna forma poltica privilegiada (como la forma-Partido).

    Tampoco se politizan en torno a la asamblea que, aunque suele funcionar como un rgano de

    decisin horizontal, es slo un epifenmeno de lo que est sucediendo alrededor de ella. Esta

    experimentacin no promete ningn nuevo pacto futuro, sino ms bien la creacin de nuevas

    formas de hacer que van desarrollndose al margen de los tiempos y espacios determinados por

    la agenda poltica.

    Si tengo que hablar de espacios y tiempos del anonimato, el 15M sobrevuela inevitablemente

    mis palabras. Algunos tendrn en la cabeza imgenes de plazas asestadas de gente, otros

    recordarn la ilusin de saberse en compaa y en otros persistir todava la huella de las

    experiencias que, durante mayo del 2011, hicieron que mucha gente no quisiera regresar a su

    casa despus de las asambleas y los foros en las plazas. Espai en Blanc, como Blanchot, se

    adelant al acontecimiento. Si Blanchot estaba prefigurando lo que despus sera Mayo del 68

    en su experiencia de Mayo del 58, Espai en Blanc pens con el soplo que un ao ms tarde

    irrumpira con el 15M.

    2.

    Unos meses despus de Mayo del 68, Blanchot escribira lo siguiente: Hay un vaco absoluto

    delante y detrs de nosotros; y nosotros debemos pensar sin asistencia, sin otro apoyo que la

    radicalidad de ese vaco6. El espacio que abre el Mayo trae consigo el vaco, la ausencia de

    referentes y la orfandad poltica. El vaco es radical porque el rechazo de todo ha trado consigo

    el quererlo todo. Despus del Mayo la apariencia razonable no poda ser una alternativa, sino

    una traicin. Pensar la radicalidad del vaco supone asumir que nada de lo que haba antes podr

    ser recuperado sin traicionar el gesto de rechazo con el que se haba abierto el parntesis. Pensar

    desde el vaco supone, en definitiva, asumir que posiblemente ese parntesis no puede cerrarse

    sin pervertir lo que se haba descubierto en l. Desde Camus sabemos que la rebelda supone

    una tensin, y que renunciar a dicha tensin abandona la balanza, en libre cada, hacia uno de

    5 Santiago LPEZ PETIT, Los espacios del anonimato: una apuesta por el querer vivir en

    http://www.espaienblanc.net/Los-espacios-del-anonimato-una.html 6 Maurice BLANCHOT, Escritos polticos, Arena & Machado, Madrid, 2010, p. 192

  • los dos polos. La rebelda, como el rechazo, nos aboca a una situacin desesperanzadora en la

    que ocupar la oscilacin del lmite, su ambigedad, se convierte en condicin para mantener

    abierto el parntesis, sin que ste llegue a cerrarse, aunque liberando con ello una pluralidad de

    sentidos.

    Hay una posibilidad de retorno de la apariencia razonable cuando sta se traduce, de nuevo,

    en formas polticas de gobierno. Paradjicamente, las formas polticas despolitizan. Cabe

    comprender esta despolitizacin desde la nocin de muerte poltica. La muerte poltica acaece

    cuando se acepta la apariencia razonable. Entiendo que la muerte poltica supone el abandono

    de la radicalidad, que cede terreno al chantaje del dilogo y de la gobernabilidad. Creo que aqu

    hay que introducir un matiz a la reflexin de Blanchot. Propongo abandonar la nocin de

    apariencia razonable por la de consenso razonable. Para ello, introducir un breve excursus:

    Para desplazar la nocin de apariencia razonable por la de consenso razonable, me acercar al

    pensamiento de Rancire. Coincido con l en que lo que habitamos cotidianamente es un

    consenso mayoritario, construido por una mirada dominante, que excluye a las minoras, a los

    sin-parte. Este consenso se presenta como una Realidad por la que los grupos sociales

    dominantes hablan por el Todo, aunque en el fondo estn fundando su mirada sobre la exclusin

    de la parte de los sin-parte. Rancire dira que habitamos esas ficciones. Este consenso se rompe

    por el disenso, experiencia radical de democracia, que a su vez posibilita que los sin-parte

    constituyan una colectividad poltica, para exigir su parte. De este modo, nuevas miradas vienen

    a interrumpir la mirada mayoritaria del consenso.

    As, Rancire contribuye a desbloquear el impasse en el que se haba quedado atascada la crtica

    post-situacionista y post-marxista, alejando de su anlisis las dicotomas Ser-Apariencia y

    Realidad-Ficcin, a las que nos tiene acostumbrados cierto pensamiento izquierdista que,

    cnicamente, termina invalidando cualquier propuesta que se pretenda crtica7. En resumidas

    cuentas, Rancire explica que la funcin del pensamiento crtico habra cado en un crculo

    vicioso, convirtindose en crtica de la crtica. A partir de aqu, propone desbloquear este mismo

    crculo atribuyndole una funcin disensual. El pensamiento crtico introduce el disenso, es

    decir, agrieta el pacto que se ha impuesto como real, revelando la condicin anrquica

    (etimolgicamente, sin arch, sin fundamento), sobre la que se apoyan sus cimientos: para que

    un pacto se legitime como real, la condicin que lo precede debe ser la radical igualdad de todas

    las miradas. No tardamos en darnos cuenta de que, si en un momento dado se hace necesario

    legitimar una razn, la experiencia de la igualdad debe preceder a esta legitimacin. Si no

    supusiramos la igualdad de todas las miradas, la operacin de la legitimacin sera un absurdo.

    7 Para profundizar en el razonamiento de Rancire, recomiendo acudir al captulo Las desventuras del

    pensamiento crtico en RANCIRE, El espectador emancipado, Ellago, Castelln, 2010, pp. 31-52

  • En palabras de Rancire: desde el momento en que la obediencia debe pasar por un principio

    de legitimidad [] el mandato debe suponer una igualdad entre el que manda y el que es

    mandado8. Con este matiz pretendo salvar la dicotoma entre Ser y Apariencia que introducira

    Blanchot al hablar de la apariencia razonable frente al rechazo. Pareciera que en Blanchot el

    rechazo ocupara una posicin ontolgicamente privilegiada frente a la apariencia razonable. Sin

    embargo, si hablamos de consenso razonable, oponemos a l el disenso, como el gesto radical

    que viene a interrumpir el sentido mayoritario, pero no como un gesto autntico. Este rechazo

    no descubre ningn Ser, sino ms bien un vaco ambiguo. Sobre ese vaco se producen

    subjetivaciones, pero siempre como procesos ficcionales. Por ello, el rechazo no revelara un

    sujeto previo ya constituido. Volver a Rancire ms adelante.

    La muerte poltica, entonces, regresa cuando el consenso razonable viene a suplantar al gesto de

    rechazo. Me parece conveniente, llegados a este punto, recordar un artculo de los Wu Ming que

    apareci despus de las elecciones italianas en febrero del ao pasado. La gran sorpresa de esas

    elecciones fue el repentino ascenso del Movimiento 5 Estrellas (M5S), con Beppe Grillo a la

    cabeza. El artculo se titulaba: Hay un espacio vaco que el M5S ocupa para mantenerlo

    vaco. Los Wu Ming explicaban que mientras en el resto del mundo los movimientos sociales

    estaban dndose con una expresin radical, en Italia el papel del M5S habra venido a

    apaciguarlos y, al mismo tiempo, movilizarlos en torno al rostro de Beppe Grillo. Mientras en la

    plaza del Sol el 15M se rebelaba gritando Que se vayan todos!, Beppe Grillo gritaba Que

    se vaya la casta!. Interpretaban que la aparicin de este personaje en el orden institucional

    estaba garantizando la estabilidad del sistema, proponiendo al mismo tiempo un programa que

    concordaba con lo que se estaba exigiendo desde los movimientos radicales de las plazas:

    auditora ciudadana de la deuda, renta bsica y participacin de la ciudadana en los asuntos

    pblicos. Todo esto, embarullado al mismo tiempo con puntos sospechosos en cuanto a la

    gestin de la inmigracin, que fueron el principal reparo que dirigi la izquierda europea a la

    formacin de Grillo. Para Wu Ming, Grillo se haba erigido como un eficaz defensor de lo

    existente9, un bombero de la rebelin en Italia.

    Volvamos al vaco. Grillo ocupaba un espacio vaco mantenindolo vaco. Esto es precisamente

    lo que los movimientos rebeldes de la plaza Tahrir, de la plaza del Sol o de Wall Street estaban

    consiguiendo cambiar: los rebeldes ocupaban (okupaban) el vaco liberando prcticas y

    experiencias, es decir, hacindolo pleno. Eso es, ocupaban un vaco pleno. Por su parte, el M5S

    haba ocupado ese mismo vaco movilizando al electorado radical italiano - si acaso un

    electorado ha sido alguna vez radical pero mantenindolo vaco, esto es, despolitizado. El

    8 Jacques RANCIRE, El odio a la democracia, Amorrortu, Buenos Aires, 2006, p. 73

    9 WU MING, Hay un espacio vaco que el M5S ocupa para mantenerlo vaco en

    https://www.diagonalperiodico.net/global/hay-espacio-vacio-m5s-ocupa-para-mantenerlo-vacio.html

  • rechazo de los Wu Ming vena de comprobar que se haba convocado a las urnas a una calle que

    nunca haba estado llena, es ms, a una calle que estaba ms vaca que nunca.

    Se pueden contraponer aqu dos fenmenos: ocupar el vaco y desalojar el vaco. Apoyndome

    en la lectura de Wu Ming, entiendo que el M5S habra desalojado el vaco. Su presencia fue

    escapista: el desalojo es una movilizacin en las urnas. El vaco se desaloja para movilizarlo

    alrededor del tiempo vaco de las urnas. En Italia, el rostro de Beppe Grillo habra impedido que

    la calle hiciera la necesaria experiencia del vaco para acceder a ese espacio/tiempo del

    anonimato. Desalojar el vaco es reproducir lo existente en la medida en que nos deja

    indiferentes: la aparicin de un nuevo rostro, con su cambio parcial, refrenda la idea de que la

    democracia representativa puede ser democracia real. Si un bufn literalmente, pues Beppe

    Grillo es comediante ha conseguido irrumpir y resquebrajar la dinmica electoral italiana, ha

    sido a consecuencia de mantener el consenso de que la representacin es todava un medio vivo

    para la democracia. Ante esto, algo radical se grit en el 15M: No nos representan. Un grito

    as slo puede proferirse desde un paisaje desolado. El 15M hizo el vaco para llenarlo, para

    ocuparlo. El 15M, como el resto de plazas del mundo, ocup el vaco, decidi hacer experiencia

    desde ah. Aqu los bufones eran otros: callejeros, artistas, propusieron nuevas dramaturgias. Si

    el desalojo del vaco implanta la muerte poltica, la ocupacin del vaco es la plena experiencia

    de la democracia.

    Aqu, el 15M imposibilit mecanismos de desalojo del vaco al estilo Beppe Grillo, al menos en

    un principio. Ms tarde, parece que parte de esta radicalidad habra cedido ante formas

    renovadas de representacin poltica. Sabemos que la ruptura del 15M fue tal que ninguna

    propuesta que fuera abiertamente representacional, a la vieja usanza, podra ser aceptada.

    Tambin producira reparos una propuesta que no tuviera algn tipo de conexin con la ilusin

    de las calles, y que no bebiera de las experiencias que han nacido de ellas. Sin embargo, en los

    aos posteriores al 15M, y especialmente en los ltimos meses, hemos asistido a cierto cese de

    esta radicalidad. A la crisis del rgimen de representacin se le ha aadido la coletilla del 78.

    La renuncia categrica a la representacin ha cedido terreno a nuevas representatividades, y el

    rechazo se ha vuelto especialmente receloso con las viejas representatividades polticas,

    aceptando otras que podran proponer una renovacin. Occupy representation, se ha dicho. A

    propsito de esta cuestin es de reciente publicacin un artculo10

    que habla del desbordamiento

    de la representacin. La noche del 25 de mayo sucedi algo en la plaza del Reina Sofa. No slo

    se celebr la victoria de los cinco escaos de PODEMOS, que as haba roto el tablero del

    10

    Este artculo puede leerse en el blog Pour la fin du temps, en VV.AA., Representacin y desbordamiento, siguiendo este enlace: http://pourlafindutemps.com/2014/05/28/representacion-y-desbordamiento/

  • bipartidismo entrando, de improviso, en el Parlamento europeo. Esa noche sucedi algo ms: en

    el Reina Sofa se grit Que s nos representan!11.

    El artculo en cuestin se llamaba Desbordamiento y representacin, y lo haban escrito a

    varias manos activos participantes de la formacin PODEMOS. Las tesis que se exponan

    recogan en unos pocos prrafos las propuestas principales que la formacin poltica haba

    explicado a la ciudadana los meses anteriores. En esencia, el artculo construa un tringulo

    asociando mtodo, democracia y nueva representacin: el mtodo de PODEMOS, con la

    democracia real y una nueva forma de representacin poltica, que supone la escenificacin de

    una nueva relacin poltica entre la ciudadana y sus portavoces en las instituciones 12 .

    PODEMOS habra ido ms all de la forma-Partido y ms all de la forma-Representacin

    planteando una mediacin real entre la ciudadana y las instituciones. Su clave de bveda se

    encuentra en esa mediacin, precisamente, que propona un pie en la calle y otro en las

    instituciones.

    3.

    He mencionado el caso de PODEMOS y de su rostro visible, Pablo Iglesias, haciendo cierta

    analoga con el M5S italiano, aun conociendo las importantes diferencias que separan a uno y

    otro, 15M mediante. Sin embargo, Pablo Iglesias no es la nica nueva representatividad poltica

    que ha aparecido en el tablero poltico. Los ltimos aos han ido apareciendo diversos rostros,

    nuevos nombres, que de algn modo se han erigido como algo ms que portavoces de una

    formacin poltica o de una plataforma social: Alberto Garzn en IU, Caamero y Gordillo en el

    SAT, Teresa Forcades y Arcadi Oliveres en Procs Constituent, David Fernndez en las CUP,

    Ada Colau en la PAH, Pablo Iglesias en PODEMOS.

    Funciona el pronstico de los Wu Ming sobre el M5S del mismo modo para esta variedad de

    rostros? Estn estas nuevas representatividades polticas desalojando el vaco? Estn

    apagando la fuerza annima del rechazo a favor de un consenso razonable? No pretendo

    responder aqu a estas preguntas, pues las dudas se despejarn conforme se vayan desarrollando

    polticamente estas nuevas formas de representacin a lo largo del tiempo. Sin embargo,

    considero importante no perder de vista el anlisis de Wu Ming, por la pertinencia y las

    similitudes de su pronstico con los fenmenos a los que estamos asistiendo recientemente.

    11

    En Youtube se puede acceder a la grabacin de este momento, que tuvo lugar durante la aparicin de los candidatos europeos electos, en la fiesta que pona fin a la campaa y a las elecciones europeas. 12

    VV.AA., Representacin y desbordamiento en http://pourlafindutemps.com/2014/05/28/representacion-y-desbordamiento/

  • Para hablar de las nuevas representatividades polticas (N.R.P.) me centrar, fundamentalmente,

    en la formacin PODEMOS y en la PAH, aunque sin perder de vista al resto de formaciones.

    Propongo hacer una distincin entre dos tipos de N.R.P. Por un lado estaran las

    representatividades institucionales, de raigambre republicana, que podran a su vez subdividirse

    en un republicanismo ilustrado, y un republicanismo pastoral. Por otra parte, tendramos las

    representatividades no institucionales, mucho ms prximas al espritu de colaboracin de los

    movimientos sociales. Entre las institucionales ilustradas cabra incluir a una formacin como el

    Partido X. En la institucional pastoral funcionara PODEMOS. Para terminar, la PAH y Stop

    Desahucios encajaran en las representatividades no institucionales.

    La diferencia fundamental entre la N.R.P. institucional y la no institucional es que la primera

    situara su campo de accin en el orden institucional, funcionando con las elecciones como

    principal herramienta; la segunda, sita su campo de accin en el orden de lo social. Aqu

    hemos visto desde acciones como los escraches hasta movilizaciones generales, concentraciones

    y manifestaciones. Est claro que esta distincin no divide a las dos formaciones en

    compartimentos estancos, y que hay cierta permeabilidad entre ellos. Entre las acciones de la

    PAH tambin hay comparecencias en el orden de lo institucional. A este respecto, podemos

    recordar las intervenciones de Ada Colau en el Europarlamento o en el Congreso de los

    Diputados. Asimismo, PODEMOS funciona mediante una extensa red de Crculos, que se auto-

    organizan por asambleas horizontales, y en los que el trabajo de base y a pie de calle es

    fundamental. La diferencia esencial sera que en PODEMOS la representatividad precede a los

    Crculos y a la extensin social, y que en la PAH el movimiento social es el que ha refrendado

    la representatividad.

    Quedara aclarar la diferencia entre la N.R.P. institucional de raigambre ilustrada y la de

    raigambre pastoral. En primer lugar, el republicanismo ilustrado, de la mano del Partido X,

    presenta unas propuestas polticas con un claro trasfondo tecnocrtico. Para el Partido X se

    tratara de desarrollar, con la ayuda de las nuevas tecnologas en red, lo que han denominado la

    wikidemocracia. La wikidemocracia consistira en hacer que las decisiones soberanas de la

    ciudadana se aplicaran de forma transparente y sin mediacin mediante la participacin poltica

    en red, que sera facilitada por la construccin de sistemas informticos de democracia

    avanzada, o Democracia 2.0. La funcin de las representatividades polticas en una formacin

    como el Partido X sera doble. Por un lado, funcionaran como delegados de la decisin

    soberana de la ciudadana en las instituciones. Por otro, cumpliran la funcin de asesores

    profesionales (expertos) que, mediante el trabajo en red, aconsejaran a la ciudadana sobre

    asuntos polticos especficos a su especialidad.

  • Por otra parte, el mejor ejemplo de republicanismo pastoral me parece la formacin

    PODEMOS. Entiendo que esta denominacin pueda resultar controvertida. El poder pastoral se

    implanta en el republicanismo cuando, en palabras de Rancire, una intelligentsia dominante se

    confirma en su condicin de lite calificada para dirigir el ciego rebao13. Ciertamente, esta

    definicin se adeca mucho ms al movimiento de Beppe Grillo que a la formacin de Pablo

    Iglesias. En PODEMOS no se puede obviar el papel de los Crculos ni la capacidad crtica que

    han demostrado en numerosas ocasiones cuestionando decisiones del grupo promotor, que se

    consideraban ilegtimas. Pero tampoco se puede obviar que, a pesar del proceso de eleccin de

    candidatos por primarias abiertas, los resultados eran previsibles. Por ello y hasta el momento,

    hay una fuerte tendencia hacia el republicanismo pastoral, que tendra que atribuirse a la

    preeminencia del rostro anterior al trabajo de base de los Crculos. La cuestin principal es que,

    al preceder el principio de representacin a la formacin de los Crculos, el grupo promotor de

    PODEMOS estara demostrando, como punto de partida, una desconfianza en sus propios

    Crculos, entendida como desconfianza en la igual capacidad poltica de los integrantes. En

    definitiva, me parece apropiado remarcar este carcter pastoral en el hecho de que, para la

    congregacin de un movimiento asambleario, el grupo promotor pensara necesario construir en

    primera instancia la visibilidad del rostro. En esa operacin es donde Rancire sita, justamente,

    el principio pastoral, en la desconfianza en la igualdad capacidad poltica que demuestran todos

    los miembros de una colectividad.

    A continuacin tratar de desarrollar el razonamiento de Rancire para mejor comprender la

    nocin de democracia a la que me refiero, y que el principio republicano vendra a neutralizar.

    Rancire dice que tanto la poltica como la democracia (que para l son sinnimos) nacen por un

    crimen originario: el crimen democrtico es haber olvidado el rgimen de filiacin, eliminando

    con ello la figura del pastor. El furor democrtico, como hybris, sera el poder colectivo que,

    ajeno a todo orden, retoma una actitud ingobernable. En este crimen por el que el principio de

    gobierno se separa de la filiacin comenzara la experiencia democrtica. La consecuencia,

    descubrir la igualdad de todos entre todos. Al no haber una filiacin que remita el poder de los

    privilegiados a un origen mtico desde el que fundar su soberana, al eliminar toda

    transcendencia, lo que queda es una igualdad radical. Esto implica, igualmente, la igual

    capacidad poltica de todos los integrantes de un colectivo. Esta igualdad invalida cualquier

    pretensin vanguardista de un grupo que se vea destinado a dirigir a otro, es decir, invalida el

    principio de gobernados y gobernantes.

    Para Rancire, toda llamada al orden estara provocada por el escndalo democrtico,

    consistente en descubrir la ausencia de fundamento del propio orden, su principio anrquico (sin

    13

    Jacques RANCIRE, El odio a la democracia, Amorrortu, Buenos Aires, 2006, p. 99

  • arch), la ausencia de fundamento de todo gobierno. En este momento es donde cabe introducir

    el pensamiento republicano como un bombero de la democracia. El gobierno republicano y la

    pregunta por la soberana terminan ocupando el lugar de dios, restableciendo el orden. El

    gobierno republicano atribuye a la colectividad unas posiciones fijas, esto es, un determinado

    reparto de lo sensible, fundando una comunidad (un Pueblo). Con el orden republicano se

    neutraliza el exceso democrtico, y con la pregunta por la legitimidad de la soberana se

    canaliza este exceso mediante la Ley:

    La repblica quisiera ser el gobierno de la igualdad

    democrtica por la ciencia de la justa proporcin. Pero cuando

    el dios falla en el buen reparto del oro, la plata y el hierro entre

    las almas, esta ciencia falla tambin. Y el gobierno de la

    ciencia est condenado a ser el gobierno de las lites

    naturales14

    De este modo es como el orden republicano resita la poltica en el orden estatal, y devuelve la

    democracia al principio de la Ley. El papel que jugara la representacin poltica sera el de

    delegado de la soberana popular. El siguiente paso nos es conocido: se hace necesario el papel

    de un mediador, y aparece la figura del legislador y con ella la democracia representativa. No

    obstante, as se reintroduce el principio de gobernados y gobernantes que invalida el

    fundamento mismo de la democracia, que era la ausencia de fundamento. Esta paradoja para

    Rancire es innegable, y todo gobierno representativo se convierte en un gobierno oligrquico,

    al no haber manera de mantener un poder que, nacido de abajo y separndose de esa base por la

    representacin, permanezca abajo.

    Es cierto que Rancire admite que el gobierno republicano puede aproximarnos a lo

    democrtico (que no a la democracia) cumpliendo una serie de reglas bsicas, entre las cuales:

    mandatos electorales cortos, no acumulables, no renovables, el monopolio de los representantes

    del pueblo en la elaboracin de las leyes o el control de la injerencia de potencias econmicas

    en el proceso electoral15

    . Pero esto no es la democracia. La democracia es la condicin necesaria

    para legitimar cualquier tipo de gobierno, es la experiencia que precede a cualquier

    gobernabilidad, lo que se encuentra en su base.

    4.

    Con estas reflexiones de Rancire pretendo demostrar lo absurdo de una nocin como la del

    desbordamiento de la representacin, ya que la lgica representacional misma impone el olvido

    de la democracia. Ahora bien, volvamos a la distincin inicial de las N.R.P. En lo que respecta a

    14

    bid., p. 101 15

    bid., p. 104

  • las que actan primordialmente en el orden institucional, poco queda por decir. Sera

    interesante, en otro contexto, estudiar las posibilidades de desbordamiento democrtico que

    pueden llegar a darse desde dentro de los Crculos. Para ello, pienso, sera necesario

    primeramente rechazar la urgencia de los tiempos polticos a la que se ven sometidos los

    Crculos. Esto posibilitara la apertura de una nueva espacio-temporalidad, al margen de los

    tiempos y espacios institucionales, que ms arriba he establecido como condicin

    imprescindible para una experiencia democrtica. En segundo lugar, habra que invalidar

    cualquier dinmica que pudiera restablecer el principio de gobernantes y gobernados. Para ello,

    los Crculos tendran que volver a convertirse en el espacio del cualquiera, del annimo, y no

    del potencial candidato.

    No obstante, la N.R.P. no institucional, que he ejemplificado con la PAH, me parece mucho ms

    interesante. Las formas de politizacin que se generan en torno a ellas, aunque mediadas por un

    rostro, se mantienen generalmente en una base annima y social. La representatividad no

    institucional se encuentra en una relacin de permanente tensin. Puede que all donde se haga

    necesaria todava la representacin poltica, haya insuficiencia democrtica. Pero an as, y para

    terminar, propongo pensar los procesos de politizacin de la PAH como procesos transicionales,

    mediadores entre lo viejo y lo nuevo, all donde la radicalidad del rechazo ha perdido parte de su

    fuerza. A modo de conclusin, y para dejar abierta la reflexin sobre este tipo de politizaciones,

    terminar con la definicin que da Walter Benjamin de la imagen dialctica, imagen oscilante

    donde las haya, definicin desde la que propongo pensar estas ltimas N.R.P.:

    La imagen dialctica es relampagueante. En cuanto imagen que

    relampaguea en el ahora de lo recognoscible, se ha de retener de lo

    sido []. Mas la salvacin que de este modo, y slo de este modo,

    se consuma, slo puede ganarse sobre la percepcin de lo perdido.

    De lo perdido insalvablemente16

    .

    Andrea de la Serna

    Zaragoza, 2014

    16

    Esta es la definicin que ofrece el Atlas Walter Benjamin, del Crculo de Bellas Artes, y que puede encontrarse en el siguiente enlace: http://www.circulobellasartes.com/benjamin/termino.php?id=72

  • BIBLIOGRAFA:

    BLANCHOT, Maurice: Escritos polticos, Acuarela & Machado, Madrid, 2010

    RANCIRE, Jacques, El odio a la democracia, Amorrortu, Buenos Aires, 2006

    - , El espectador emancipado, Ellago, Castelln, 2010

    VV.AA. (Espai en Blanc), La fuerza del anonimato en http://www.espaienblanc.net/-Revista-

    de-Espai-en-Blanc-no-5-6-.html

    VV.AA., Representacin y desbordamiento en

    http://pourlafindutemps.com/2014/05/28/representacion-y-desbordamiento/

    WU MING, Hay un espacio vaco que el M5S ocupa para mantenerlo vaco en

    https://www.diagonalperiodico.net/global/hay-espacio-vacio-m5s-ocupa-para-mantenerlo-

    vacio.html