No. 01 Sin maíz no hay país

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9 de octubre de 2007 • Número 1 Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver Suplemento informativo de La Jornada TEMA DEL MES Haciendo milpa

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En 1992 nuestro diario comenzó a publicar un suplemento sobre asuntos rurales que se mantuvo hasta 2000. Tres lustros después de su aparición La Jornada del Campo cabalga de nuevo. Y es que en 15 años el agro mexicano cambió, pero la necesidad de abrirle mayores espacios en los medios de comunicación es ahora mayor que entonces. Porque el desastre rural se ha profundizado y si no hacemos algo pronto ya no tendrá compostura, pero también porque hay en el campo experiencias luminosas y promisorias que vale la pena conocer.

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9 de octubre de 2007 • Número 1

Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver

Suplemento informativo de La Jornada

TEMA DEL MES

Haciendo milpa

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Te invitamos a que nos envíes tus opiniones, comentarios y dudas a [email protected]

La Jornada del Campo, suplemento mensual de La Jornada, editado por Demos, Desarrollo de Medios, SA de CV; avenida Cuauhtémoc 1236, colonia Santa Cruz Atoyac, CP 03310, delegación Benito Juárez, México, Distrito Federal. Teléfono: 9183-0300.Impreso en Imprenta de Medios, SA de CV, avenida Cuitláhuac 3353, colonia Ampliación Cosmopolita, delegación Azcapotzalco, México, DF, teléfono: 5355-6702. Reserva de derechos al uso exclusivo del título La Jornada del Campo en trámite. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio, sin la autorización expresa de los editores.

Suplemento informativo de La Jornada 9 de octubre de 2007 • Número 1

En 1992 nuestro diario comenzó a publicar un su-plemento sobre asuntos rurales que se mantuvo hasta 2000. Tres lustros después de su aparición

La Jornada del Campo cabalga de nuevo. Y es que en 15 años el agro mexicano cambió, pero la necesidad de abrirle mayores espacios en los medios de comunicación es ahora mayor que entonces. Porque el desastre rural se ha profun-dizado y si no hacemos algo pronto ya no tendrá compos-tura, pero también porque hay en el campo experiencias luminosas y promisorias que vale la pena conocer.

A principios de los años noventa los teólogos del neolibera-lismo concluyeron que sobraban campesinos, y enarbolando la espada del libre comercio y la cruz de las ventajas compa-rativas emprendieron una cruzada para expulsar a los inde-seables: la reforma del artículo 27 de la Constitución, la firma del TLCAN y el abandono de las políticas de regulación y fomento agropecuarios desfondaron la nave rural; naufragio cuyos saldos mayores son dependencia alimentaria y éxodo campesino; los inventores de la milpa todos los años importa-mos de Estados Unidos 10 millones de toneladas de maíz y ex-portamos al gabacho medio millón de mexicanos(…) muchos de ellos maiceros arruinados por esas mismas importaciones.

Y desde entonces La Jornada del Campo documentó la ira del México profundo: en 1993 cien tractores tomaban el centro de Guadalajara, nacía El Barzón evidenciando la ruina de agricultores antes prósperos; al año siguiente miles de indígenas salidos de la noche tomaban San Cristóbal, nacía el EZLN reivindicando a los más pobres; en unos cuantos meses confluían botas y guaraches rebeldes, trilla-doras y coas insumisas, el sur indio y el norte mestizo.

En los tres lustros trascurridos desde el alumbramiento de La Jornada del Campo el fundamentalismo neoliberal hundió al agro: su aportación relativa a la producción se contrajo en 50% y hoy es de apenas 3.4 pesos de cada cien; salvo excepción, las importaciones agropecuarias han sido mayores que las exportaciones; la migración campesina a las ciudades y a Estados Unidos es imparable y si la propie-dad social de la tierra se mantuvo, se incrementó la renta y venta informal de parcelas ejidales y comunales; en 15

años la contribución de las actividades agrícolas al ingreso de las familias rurales se redujo en 60% mientras que entre los más pobres aumentaba la dependencia respecto de los recursos públicos y las remesas; los contrastes rurales son hoy mayores que en el pasado, y al tiempo que el noroeste se capitaliza el sureste se rezaga.

Para los tecnócratas el menguante agro cuenta cada vez menos, pero paradójicamente los mexicanos del común va-mos apreciando su real importancia. Porque influye poco en las cuentas nacionales, pero nos da de comer y es base de nuestra soberanía alimentaria; porque uno de cada tres mexi-canos sigue viviendo en poblaciones rurales y uno de cada seis se desempeña en labores agropecuarias o forestales, de cuya persistencia depende en parte nuestra soberanía laboral; porque de ahí nos llegan cosechas pero también aire puro, agua limpia, tierra fértil, climas moderados, diversidad bio-lógica y paisajes amables, de modo que el campo es clave de nuestra sustentabilidad ambiental; porque las comunidades agrarias son fuente de cultura y matriz de identidad; porque de la salud del tejido social rural depende la gobernabilidad democrática y la posibilidad de recuperar el país de manos de la delincuencia organizada. Porque es economía pero tam-bién naturaleza, territorio y cultura, socialidad y gobernanza, pasado y futuro, el campo es asunto de todos. Y porque es asunto de todos hoy retomamos La Jornada del Campo.

Nuestra irredenta adicción rural no es debilidad por lo exótico ni moda retro. Pueden gustarnos los corridos y di-chos rancheros –como nos gusta la música de Agustín Lara y los modos de las rumberas– pero los campesinos que nos ocupan son nuestros rigurosos contemporáneos: como siempre bolseados, pero globales como nunca; apegados al terruño, pero más viajados que usted y yo; celosos de sus saberes ancestrales, pero tecnológicamente alternativos; preservadores de la tradición, pero socialmente experimen-tales; remontados en el cerro, pero conectados a la web. Los campesinos de por acá son profundos sin dejar de ser ima-ginarios; son –como todos los mexicanos– jijos del máiz y entenados de Pedro Páramo.

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SEGUNDO TIEMPO

COMITÉ EDITORIAL

Armando Bartra Coordinador

Luciano Concheiro Subcoordinador

Enrique Pérez S.Lourdes E. RudiñoHernán García Crespo

CONSEJO EDITORIAL

Elena Álvarez-Buylla, Gustavo Ampugnani, Cristina Barros, Armando Bartra, Eckart Boege, Marco Buenrostro, Alejandro Calvillo, Beatriz Cavalotti, Fernando Celis, Luciano Concheiro Bórquez, Susana Cruickshank, Gisela Espinosa Damián, Plutarco Emilio García, Francisco López Bárcenas, Cati Marielle, Brisa Maya, Julio Moguel, Luisa Paré, Enrique Pérez S., Víctor Quintana S., Alfonso Ramírez Cuéllar, Jesús Ramírez Cuevas, Héctor Robles, Eduardo Rojo, Lourdes E. Rudiño, Adelita San Vicente Tello, Víctor Suárez, Carlos Toledo, Víctor Manuel Toledo, Antonio Turrent y Jorge Villarreal.

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Diseño

BUZÓN DEL CAMPO

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Exportar gente e importar comida, saldo de tecnocracia y TLCAN

FIN DE SOBERANÍAS ALIMENTARIA Y LABORAL

Cada hora 30 campesinos se van a EU y llegan 1.5 mdd en alimentos 50% de lo que comemos comprado en el extranjero2 millones de empleos rurales perdidos en 12 años

El agro rezagado, creció sólo 1.2% anual en el último cuarto de siglo

CAMPO MENGUANTE Y POLÍTICAS INJUSTAS

Baja de 10% a 3.4% la participación sectorial en el PIB entre 1981 y 2006Cae la proporción de población rural de 40% a 30% en el periodo13% del Procampo a agricultores pobres y 33% a productores ricosSólo el 15% capitalizado de los agricultores recibe créditos productivos

Maíz en riesgo por semillas mutadas y por su empleo en producir etanol

TRANSGÉNICOS Y AGROCOMBUSTIBLES AMENAZAN

Aliados, CNC y trasnacionales buscan legalizar siembra de OGMEn riesgo las 59 razas del grano que ocupa 1/3 de nuestra superfi cie arablePeligro de desabasto alimentario si maíz de Sinaloa va a agrocombustibles

Ecocidio, éxodo, narcocultivo, trasnacionalización, chatarrización

SI EL DESTINO NOS ALCANZA

Desmontes, agroquímicos y mal manejo del agua depredan el campo388 municipios son pueblos fantasma debido a la migraciónCrimen organizado recluta campesinos y disputa territorios rurales Megacorporaciones extranjeras controlan insumos agrícolas y cosechasGordos y desnutridos: México, 2º país obeso; niños rurales con hambre

En pie, los campesinos mexicanos, actores de la primera revolución del siglo XX

UNA DE CAL, LOS ACTIVOS RURALES:

3er lugar en diversidad biológica y 400 cultivos diferentes6 millones de agricultores familiares dueños de 94% de la tierra15 millones de indígenas herederos de enorme pluralidad culturalOrganizaciones rurales autogestivas que han sobrevivido al corporativismo

La salvación del país pasa por nuevo pacto entre el México urbano y el rural

RECLAMOS Y UTOPÍAS

Porque del agro vienen aire y agua limpios, paisaje, cultura, cohesión socialPorque del campo dependen las soberanías alimentaria y laboralPorque los derechos de los pueblos originarios deben ser reconocidosPorque sin regeneración rural no hay democracia

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EL CAMPO MEXICANO E N E L L A B E R I N T O N E O L I B E R A L

¿Crónica de una muerte anunciada o sigue la yunta andando?

DE ESTO Y MUCHO MÁS SE OCUPARÁ

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Lourdes Edith Rudiño

Frases como “renacimiento rural” y “bioeconomía boyante” permean el ánimo de los agricultores del llamado cinturón del maíz en Estados Unidos (EU), donde también es posible

encontrar carteles con imágenes de granjeros vestidos como mag-nates petroleros y en la mano una planta de maíz convertida en manguera de etanol carburante.

Esto da idea de lo que significa el boom del etanol producido a base de maíz en la Unión Americana –país responsable de más de 60 por ciento de las exportaciones mundiales del grano– y la tras-cendencia de la disyuntiva: ¿cultivos para dar de comer a la gente o para gasolina de autos?, encrucijada planetaria y que en México toma forma a partir de proyectos de etanol que reducirían la oferta alimentaria del cereal.

En 2006 Estados Unidos utilizó 48 millones de toneladas de maíz (20 por ciento de su cosecha nacional, lo que representa ¡más del doble de la producción total mexicana!) para generar 5 mil millones de galones de etanol, o sea, 18 mil 926 millones de litros; ello, después de que en un solo año sus inventarios nacionales del cereal habían caído a casi la mitad.

Y según funcionarios del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, para 2011 el país podría producir 11 mil millones de galones del carburante, lo cual comprometería unos 100 millones de tone-ladas del cereal. Las instrucciones de George W. Bush son que EU obtenga 37 mil millones de galones de energía alternativa –sobre todo etanol, pero también butanol, biodiesel e hidrógeno– en 2017 y sustituya así 20 por ciento de su consumo de gasolinas; hoy la sus-titución, que es con etanol, apenas llega a 5 por ciento.

Demanda creciente y precios altos. No extraña entonces que la demanda de maíz para etanol indujera especulación y un alza de cien por ciento en un solo año en los precios internacionales del grano a principios de 2007, y tampoco asombra que la carestía apunte a sostenerse por lo menos durante un lustro, según prevé la correduría FC Stone.

¿De dónde tomará EU el maíz adicional que requiere para eta-nol? En principio, de mayores volúmenes de producción –este 2007 sembró 38 millones de hectáreas de maíz para todo tipo de consu-mo, 7 millones más que en 2006–, pero también de los inventarios destinados a la exportación y al uso pecuario, lo cual será crítico para los países con dependencia alimentaria, como México.

En el territorio de Estados Unidos, y en especial en el “cinturón maicero” –Nebraska, Illinois, Missouri, Iowa, que es la región ex-portadora de maíz– han proliferado las plantas de etanol. En enero de 2003 había 66 fábricas en el país y 11 estaban en construcción. Para enero de 2007 ya había 113 en operación y 65 en construcción, y en septiembre la contabilidad es de 128 y 76, respectivamente.

Maíz en riesgo. En México se agria el debate. Es cierto, los com-bustibles fósiles son finitos, y aunque el país hoy exporta petróleo, es importador de gasolinas y debe buscar alternativas energéticas. Pero algunos piensan que la comida está primero.

En la política pública hay contradicciones. Por un lado, Sinaloa se perfila como fuerte productor de etanol a base de maíz, para la exportación a Estados Unidos. Y caracterizado esto como una deci-sión estatal –con inversiones extranjeras en puerta–, el presidente Felipe Calderón ya dio la bienvenida a la primera planta del país que arrancará en pocos meses.

El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva se ha entregado a un activismo

intenso para promover el etanol y convertirlo en un nuevo commodity, una materia prima que se comercialice en grandes volúmenes.

Este año se reunió dos veces con George W. Bush para conformar una estrategia hemisférica de impulso al etanol, y luego participó en Alemania con el Grupo de los Ocho e hizo una gira por México, Honduras, Nicaragua, Jamaica y Panamá, con este agro-combustible como “caballito de batalla”.

La consigna de Lula es que “la propaga-ción del uso del etanol y del biodiesel ayuda a democratizar el acceso a la energía, dis-minuyendo la dependencia mundial de las reservas finitas de hidrocarburos”, pues hoy sólo 20 naciones abastecen de hidrocarburos al mundo y con los agrocombustibles los pro-veedores podrían llegar a cien.

Pero esta postura ha enfrentado a Lula con Fidel Castro, el político que más ferozmente ha manifestado su rechazo a los agrocom-bustibles. En una serie de “reflexiones” que publicó en Granma, Castro afirma que éstos generan riesgos de agudización del hambre, esclavitud rural, desplazamiento campesino de sus tierras y deterioro de recursos naturales,

en particular agua, pues producir un litro de etanol requiere cuatro litros de agua.

“Nadie ha respondido a la cuestión funda-mental: ¿dónde y quiénes van a suministrar los más de 500 millones de toneladas de maíz y otros cereales que Estados Unidos, Europa y los países ricos necesitan para producir la cantidad de galones de etanol que las gran-des empresas estadunidenses y de otros países

exigen como contrapartida de sus cuantiosas inversiones?”, pregunta Castro.

Potencia carioca. Es innegable que Brasil es líder en materia de agrocombustibles pues, con 30 años de producción de etanol a base de caña, y con una utilización de apenas uno por ciento de su superficie arable de 320 millones de hectáreas, produce el agrocombustible más barato del planeta, y se apresta para elevar en 10 por ciento anual su oferta del energético en el próximo decenio, con la reconversión de pastizales a cañaverales, además de que fo-mentará el aumento del número de fábricas de etanol de 270 actuales a 320.

Según el Banco Mundial, Brasil tiene 70 millones de hectáreas de pastos naturales que pueden ser cambiados a cultivos (esto es el doble de la tierra que dedicó Estados Unidos para todo su maíz este 2007).

En volumen, con 18 mil millones de litros de etanol en 2006, Brasil se ubicó en 2006 como segundo productor del energético, después de Estados Unidos, país junto con el cual representa 70 por ciento de todo el etanol en el mundo.

Sin embargo, Lula es blanco de críticas. La caña de azúcar en Brasil –la mitad de la cual se destina al etanol– arrastra una historia cada vez más acre de esclavitud y explotación de los cor-tadores, y además desnacionaliza al territorio brasileño y fortalece los latifundios expulsando a los campesinos de sus tierras, según ha dicho el presidente cubano, Fidel Castro.

“Grandes empresas han adquirido ingenios de caña en Brasil. Bunge, Novo Group, ADM, Dreyfus, además de los megaempresarios George Soros y Bill Gates”, ha dicho Castro.

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AGROCOMBUSTIBLES

A DEBATEEU transforma en etanol maíz que duplica producción mexicanaInversionistas extranjeros y trasnacionales con proyectos en SinaloaVolatilidad de precios y desabasto de grano blanco para tortilla

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FIDEL VS LULA

Energía en movimientoLos agrocombustibles no son cosa nueva, la energía motriz proveniente de cultivos agrícolas se remonta al siglo XIX, cuando Nicolaus Otto, inventor del motor Otto, utilizó etanol, y Henry Ford construyó un primer automóvil diseñado para consumir este tipo de energía.

Según el Banco Interamericano de Desarrollo, del total de agrocombustibles en el mundo, 90% es etanol de maíz y caña de azúcar, y 10% es biodiesel, de oleaginosas como soya, girasol, colza y palma de aceite.

En 2006 los agrocombustibles sustituyeron 3% de la energía para el transporte. La BP Biofuels de EU prevé que se llegará a 8% en 2015 y a 30% en 2030. Europa, EU, Brasil, destacan por metas ambiciosas, pero Japón, Canadá, Colombia, Venezuela, Tailandia, Filipinas, India y China, entre otros, también están apuntados en esta sustitución.

Análisis del Rabobank dicen que todos los cultivos usados para agrocombustibles mantendrán al alza los precios mundiales, generando una “agroinflación”, y un permanente desbalance de la oferta/demanda, pues no hay suficiente tierra agrícola para sustituir con agrocombustibles ni siquiera 10 por ciento del actual consumo mundial de combustibles fósiles.

Heikki Mesa, experto en cambio climático de World Wildlife Fund, dice: “Los países desarrollados podemos permitirnos pagar más por agrocombustibles y alimentos (aunque tampoco a largo plazo), pero los países en vías de desarrollo se pueden quedar sin ambos”.

El Movimiento Sin Tierra de Brasil advierte que con los agrocombustibles se están estimulando monocultivos en manos de monopolios. Hace poco, Cargill compró la planta más grande de alcohol carburante en Sao Paulo junto con 36 mil hectáreas continuas de caña.

Por lo anterior, hay un reclamo de definir estas fuentes de energía como agrocombustibles y no biocombustibles, porque el prefijo “bio” significa “vida” y este tipo de combustibles pueden estar apuntando más bien a la muerte de los campesinos y la naturaleza.

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Y por otro lado, el Ejecutivo federal y legisladores del PRI y PAN entraron en una maraña de compromisos y rectifica-ciones, y hay incertidumbre en el marco legal, pues la Ley de Promoción y Desarrollo de los Bioenergéticos, que fue apro-bada en abril por una negociación PRI-PAN, fue vetada por Felipe Calderón el primero de septiembre.

En julio, el presidente estuvo en Navolato, Sinaloa, para supervisar el avance de la construcción de la primera planta de etanol del país, la cual, propiedad de Destilmex, operará a partir de mayo de 2008 y consumirá 290 mil toneladas de maíz blanco –que muy probablemente se reconvertirán a amari-llo– para generar 30 millones de galones de etanol.

Según Jorge Kondo, secretario de Agricultura de Sinaloa, hay varios proyectos de plantas de etanol, que en el futuro en conjunto consumirían los excedentes de maíz blanco del estado, que son de entre 1.5 y 2 millones de toneladas actual-mente, de una producción total de 5 millones.

Además de la fábrica de Destilmex, hay otra en construc-ción en Los Mochis, de Mex Starch, con capacidad para procesar 50 mil toneladas de maíz, y otro plan en firme en Guamúchil, para 150 mil toneladas del cereal.

Los demás proyectos son de inversionistas de Rusia, China continental, Canadá y empresas como Archer Danield’s Midland y Cargill –que implican capitales de entre 25 y 50 millones de dólares por cada planta, y para lo que se tiene disponibilidad de financiamiento del Banco Mundial–. Los planes se encuentran en stand by, en espera del marco legal, pues preocupa la posibilidad de que se vete al maíz como insumo del etanol.

Maizales en encrucijada. Si bien hay más proyectos de plantas de etanol con maíz, sorgo dulce, remolacha y caña, en Nayarit, Nuevo León, Sonora, Jalisco y otros, la situación de Sinaloa es significativa; dramatiza el debate: ¿maíz para personas o para autos?

Datos reportados por Hugo Alfonso García Rañó, investiga-dor de El Colegio de México, señalan que en el país se con-sumen 9.7 millones de toneladas de maíz para tortillas (3.5 millones corresponden a la industria de harina, 3.2 millones a la molienda de maíz nixtamalizado y 3 millones se consumen en forma tradicional en los hogares rurales).

Así, “esos 2 millones que utilizará Sinaloa para elaborar eta-nol serán extraídos de los 9.7 millones (…) tal vez la tortilla en México deba ser entonces producida en parte con maíz amarillo, o de cualquier otra calidad”, y hay riesgos de que se agudice el encarecimiento y especulación observados este año en la cadena maíz-tortilla, comentó García Rañó.

Con una producción que en 2006 fue de 22 millones de tone-ladas de maíz y una importación de 10.7 millones con valor de casi mil 140 millones de dólares, México depende del extranjero en más de 30 por ciento de su abasto del grano. Lo que impor-tamos es básicamente para alimento animal y para la industria almidonera, pero ahora las nuevas circunstancias podrían llevar-nos a depender del maíz amarillo para consumo humano.

¿Quién subsidia? Según Víctor Quintana, asesor del Frente Democrático Campesino de Chihuahua, es indispensable ponderar las ganancias privadas y los costos sociales, pues el agua que irriga los valles de Sinaloa proviene de los bosques de comunidades indígenas de Chihuahua y Durango. “Y na-die paga nada por los servicios ambientales”.

Además, dos de las plantas de etanol de Sinaloa obtuvieron subsidios de la Secretaría de Agricultura (Destilmex, 50 millo-nes de pesos y Mex Starch, 25 millones). El dinero fue para capitalizar a las empresas con un mecanismo en que los agri-cultores proveedores de maíz se convierten en socios y sienten estímulo para la reconversión a maíz amarillo.

Expertos en los mercados agrícolas esperan que a partir de 2010 la tecnología para producir etanol se modifique, pues se contará con avances científicos para, con eficiencia económi-ca, obtener este carburante a partir de celulosa (de rastrojos del campo, de virutas de madera, de los llamados switch grass o pastos gigantes), y ello reducirá la presión sobre el maíz.

No obstante, los propietarios de plantas de etanol a base de maíz en Estados Unidos, igual que científicos participantes en las investigaciones de celulosa, advierten que el grano seguirá siendo la fuente principal del etanol, y que las plantas hoy trabajando y en construcción no se quedarán como elefantes blancos. Cada planta de etanol a base de maíz en EU tiene una inversión de 100 millones de dólares en promedio y su vida útil es de 25 años.

Emir Sader

De repente el tema de los agro-combustibles pasó a ocupar la pauta de debates no sólo

energéticos, sino también geopolíti-cos, como si fuera algo esencial. El viaje de Bush a Brasil y los acuerdos esbozados entre los dos países, las po-siciones de Hugo Chávez y de Fidel Castro, así como pronun-ciamientos menos alineados –como los de Rafael Correa, de Evo Morales, de Néstor Kirchner– han parecido poner fuego en esta discusión.

Una parte de los análisis se refiere a las condiciones materiales de producción de energía, y empieza por la in-evitable necesidad de superar la matriz petrolera, sea por su agotamiento previsible; sea por la contaminación que produce; sea también por su concentración monopolista, estrechamente vinculada a sus elevados precios, que pre-sionan de forma muy dura a las economías que no poseen este combustible fósil, espe-cialmente a las más débiles. Ya ni hablar del carbón, aún de utilización masiva en países como China, con sus consecuencias catastróficas para el medio ambiente.

Esa posición se desdo-bla necesariamente sobre las alternativas: gas, etanol y energía eólica y fluvial, entre otras. En el caso del etanol, surgiría como una opción accesible a un nú-mero grande de países, que podrían explorarlo como un componente de inversión tecnológica y de capitales, liberán-dose de la dependencia del petróleo y, a la vez, abriendo una nueva es-fera de desarrollo económico, que podría reimpulsar el desarrollo de países que han vivido periodos largos de estancamiento.

Considerado este punto de vista, el esbozo de acuerdo entre los gobier-nos de Estados Unidos (EU) y Brasil podría parecer positivo. Pero las in-novaciones tecnológicas no pueden ser juzgadas por sí solas, sino en función de qué fuerzas económicas y sociales las toman en sus manos y están en condiciones de llevarlas a la práctica, y cómo, así, se insertan en las relaciones económicas y sociales concretas.

La invención de la luz eléctrica fue un paso decisivo en el bienestar de la humanidad, pero su consecuencia in-mediata, en manos de la rapacidad de los grandes capitales, fue la introduc-

ción de la jornada nocturna de tra-bajo, con la explotación extensiva de mano de obra de niños y de mujeres.

Se trata de saber a quién beneficia la producción de energía por medio de cada fuente alternativa.

La construcción del gasoducto que debe cruzar gran parte de América del Sur, por ejemplo, representa un gran avance no sólo en términos de

fuentes alternativas, sino también de integración regional y de acceso al gas de las casas de la masa pobre de la población. En la más reciente re-unión de la Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe (Alba), el presidente venezolano anunció que la matriz energética de ese ejemplar proceso de integración será el gas.

Hoy cualquier gran iniciativa eco-nómica, política, social o cultural, tiene que ser evaluada en la perspec-tiva de los grandes embates interna-cionales, que definirán la fisonomía del mundo en el nuevo siglo. Los go-biernos que firman acuerdos de libre comercio comprometen, hipotecan el futuro de sus países –sin consulta a la ciudadanía– por un tiempo in-definido. Impiden que la soberanía popular se ejerza, que se proteja la salud del pueblo mediante la exis-tencia de medicamentos genéricos,

dejan a la economía campesina des-protegida frente a la avalancha de las grandes empresas exportadoras.

Tenemos así que preguntarnos si favorece o debilita la integración regional, con la Alba vista como aspiración de alianzas profundas, pero sobre todo teniendo a los tra-tados de libre comercio como re-ferencia negativa, como objetivo a

derrotar. El otro criterio tiene que ser la defensa de la eco-nomía popular, del mercado interno de consumo de ma-sas, de la economía familiar campesina.

Un argumento del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva es el de que hay en algunos países tierras disponibles, que no se-rían sacadas de la producción de alimentos, para ser canali-zadas hacia la producción de agrocombustibles. Es el caso de Brasil. No es la falta de tie-rras el problema, sino su falta de aprovechamiento.

Sin embargo, dos temas no son considerados debidamente en el caso de la posición y las políticas del gobierno brasile-ño. Por una parte, la alianza que se daría entre Brasil y EU, que rompe la solidaridad regio-nal, pues se estaría favorecien-do la política estadunidense de intentar quebrar esta unidad. Política tal que se evidencia en las firmas o intentos de firmas de tratados de libre comercio con Chile, Perú y Colombia, y que también se hace clara con la ofensiva que busca excluir a Uruguay del Mercosur.

Si se estuviera pugnando por una política regional de agro-combustibles solidaria, comple-

mentaria, podría ser positiva. En caso contrario, es negativa.

El segundo tema es la disemi-nación amplia de los latifundios –buena parte en manos de empresas extranjeras–, mientras la pequeña propiedad familiar, que congrega a millones de trabajadores, sigue con enormes dificultades de superviven-cia. Este factor, no necesariamente vinculado a la producción de fuentes energéticas alternativas, que podrían combinarse con un fortalecimiento de la pequeña propiedad, es deci-sivo para condenar la posición del gobierno brasileño en el tema de los agrocombustibles.

Son estas consideraciones, políticas y sociales, las que deben orientarnos en la opción por matrices energéticas en cada uno de nuestros países y en los procesos de integración regional.Secretario ejecutivo de Clacso, [email protected]

Geopolítica y acuerdos económicosEn torno a una matriz energética en América Latina•

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“Hoy cualquier gran iniciativa

económica, política, social o

cultural, tiene que ser evaluada en

la perspectiva de los grandes embates

internacionales, que defi nirán la

fi sonomía del mundo en el nuevo siglo”

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29.9 MILLONES DE PERSONAS que viven en localidades menores a 5 mil habitantes, y representan 29% de la población total del país.

7 MILLONES 84 MIL PERSONAS ocupadas en actividades primarias, secundarias y terciarias en municipios donde la población rural es mayor que la urbana.

5 MILLONES 338 MIL PERSONAS ocupadas en el sector agropecuario, forestal y pesquero. a

177.4 MILLONES DE HECTÁREAS RÚSTICAS, de las cuales 63% es de superficies enmontadas, pastos naturales o agostaderos; 18.2%, tierras de labor; 14.8%, bosques y selvas, y 4% no tiene vegetación.

4 MILLONES 407 UNIDADES DE PRODUCCIÓN RURAL, que ocupan 108.3 millones de hectáreas y que siembran 280 cultivos cíclicos y 199 perennes, entre los que se encuentran granos básicos, forrajes, oleaginosas, frutales, hortalizas, agroindustriales, ornamentales y los denominados “no tradicionales”.

3 MILLONES 163 MIL UNIDADES DE PRODUCCIÓN GANADERAS, de las cuales 2.8 millones cuentan con animales de trabajo; 2.3 millones, aves de corral; 1.3 millones, porcinos, y 1.2 millones tienen bovinos.

3.2 MILLONES DE EJIDATARIOS agrupados en 27 mil 469 núcleos, que disponen de 84.5 millones de hectáreas; 608 mil comuneros de 2 mil 140 comunidades agrarias, con 16.8 millones de hectáreas; 1.6 millones de propietarios privados, que poseen 73.1 millones de hectáreas; 654 colonias agrícolas con 62.3 mil colonos y 3.8 millones de hectáreas, y 144 mil nacionaleros con 7.2 millones de hectáreas.

7 MILLONES DE INDÍGENAS que viven en localidades rurales, sus 6 mil 830 ejidos y comunidades agrarias y los 200 mil propietarios privados indígenas, que en conjunto son dueños de 27.6 millones de hectáreas.

UN MILLÓN 108 MIL MUJERES que son actualmente dueñas de la tierra: son 649 mil ejidatarias y comuneras, 176 mil posesionarias y 282 mil propietarias privadas.

3.8 MILLONES DE JORNALEROS AGRÍCOLAS, que se distinguen por su inseguridad laboral y elevadas cargas de trabajo en condiciones inapropiadas de seguridad e higiene en sus lugares de estancia y trabajo.

LO QUE USTED SIEMPRE QUISO SABER

SOBRE EL CAMPO Y N O S E A T R E V Í A A P R E G U N T A R

Héctor Robles Investigador CEDRSSA, Cámara de Diputados [email protected]

¿A qué nos referimos cuando hablamos del campo mexicano? ¿Es cierto que somos un país netamente urbano donde lo agrario es marginal? ¿De verdad los campesinos desaparecieron?

El mundo rural mexicano no se reduce a las rancherías de menos de 2 mil 500 pobladores, y no está habitado sólo por agricultores. Cuando nos referimos al campo estamos abarcando a:

¿Por qué utilizar en algunos casos maíz para producir etanol?Jorge Kondo López,Secretario de Desarrollo Agropecuario del Estado de Sinaloa

La inserción de México en el tema de la bioenergía debe verse de manera práctica, sin prejuicios, y entendiendo el interés de los productores, sin descuidar por supues-to la perspectiva nacional y las preocupaciones de los consumidores.

Sinaloa ha decidido ya impulsar proyectos de produc-ción de etanol a base de maíz con el propósito de darle salida localmente a los excedentes estatales del grano, que en estos momentos suman 1.5 millones de toneladas anuales.

Además buscamos generar valor agregado, pues el etanol y sus subproductos: pasta proteínica para consumo animal – que incluso podría dirigirse al consumo humano, dado su alto contenido nutricional– y dióxido de carbono, para uso en la industria refresquera, triplican el valor del maíz como materia prima, sin procesamiento.

Hay preguntas sobre la mesa. Por ejemplo: ¿es ético o conveniente utilizar maíz para etanol, para energía de au-tos, al tiempo que los precios mundiales y nacionales del grano se han encarecido, son volátiles, y la oferta del gran proveedor, Estados Unidos, ha disminuido precisamente por la creciente demanda del cereal para etanol?

La respuesta no es tan complicada. En principio, hay que subrayar que para México la revaloración que ha ocurrido en los mercados internacionales en productos como el maíz y el trigo –en su uso para alimentación, pero también para combustibles– resulta favorable, pues los productores por fi n están comenzando a capitalizar sus esfuerzos.

Esta revaloración corrige tendencias pasadas, de pre-cios al productor en niveles deprimidos que hacían invia-ble la actividad agrícola en México y en el mundo entero, y además ocurre en un momento clave, cuando está a punto de darse la total apertura del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). De no haber mejorado los precios de los granos, los daños a la producción nacional de maíz hubieran sido incalculables.

La nueva condición de los mercados abre la posibilidad de liberar al erario de aplicar subsidios para compensar el ingreso de los productores, y destinar mejor esos recursos a necesidades prioritarias, como la reconversión de culti-vos, tecnifi cación del riego y mejora de la competitividad productiva.

Por ejemplo, este año en Sinaloa sólo 23 por ciento de los apoyos se orientó al ingreso de los productores de maíz, en el pago de coberturas de precios, y el resto el gobierno federal lo utilizó para amortiguar los precios de la tortilla al consumidor.

SIN RIESGOS DE DESABASTOOtro punto es que, si bien México es defi citario en maíz amarillo, orientado al consumo animal y para la industria almidonera y de fructosa, en el caso del maíz blanco el país es autosufi ciente e inclusive excedentario.

En Sinaloa cada año se tienen problemas para comer-cializar los excedentes, esos excedentes de maíz blanco, teniéndose que implementar programas especiales de consumo pecuario y trasladar altos volúmenes a zonas de consumo distantes, lo que requiere de subsidios públicos.

Transportar maíz de Sinaloa a Chiapas cuesta 700 pe-sos por tonelada, al Bajío cuesta 400 pesos y a la ciudad de México 300.

Por ello lo razonable es que en Sinaloa se procesen local-mente esos excedentes de maíz, y si en un momento dado el gobierno federal pide que creemos reservas estratégicas,

lo haríamos. De ninguna manera los proyectos sinaloenses de etanol ponen en riesgo el abasto del maíz blanco.

Sinaloa produce 5 millones de toneladas anuales de maíz; de ellas, 500 mil toneladas se orientan al consumo pecuario, y la primera planta prevista de etanol, que co-menzará a operar el segundo trimestre de 2008, utilizará 300 mil toneladas. Tenemos además otro millón 200 mil de toneladas que son excedentes, y que son las que, preve-mos, serán procesadas en las nuevas fábricas de etanol que se construirán en el estado.

Es un hecho que México cuenta con potencial para ha-cer crecer de forma importante su producción de maíz. Hoy el rendimiento promedio nacional del grano es de 2.9 toneladas por hectárea. Si tan sólo se elevara en una to-nelada, podríamos disponer de 8 millones de toneladas más. Y si se incorporaran a la producción áreas que hoy tenemos abiertas al cultivo pero que no se aprovechan o están subutilizadas, y que se pueden regar con sistemas modernos, el incremento de la producción nacional sería tal que incluso el país alcanzaría la autosufi ciencia tanto en grano blanco como en amarillo en menos de 10 años.

Y tal potencial será mayor en la medida que se clarifi quen las posiciones encontradas y la polémica sobre la ingenie-ría genética y la transgénica, ciencias que pronto, en unos cuantos años, ofrecerán maíces resistentes a la sequía, tolerantes a bajo nitrógeno y aptos para suelos ácidos.

El planteamiento que aquí hacemos es: demos luz verde a proyectos de etanol en Sinaloa y en los estados excedentarios de materias primas convertibles en bioener-gía –como Tamaulipas con sorgo y Veracruz con caña de azúcar–. Y al mismo tiempo, como una política nacional, fomentemos la producción de granos, considerando que el panorama de los mercados internacionales del maíz, trigo, sorgo, soya, se perfi la con precios alcistas en los próximos años debido precisamente al desarrollo boyante de los lla-mados agrocombustibles.

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Héctor Robles Investigador CEDRSSA, Cámara de Diputados [email protected]

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Adelita San Vicente Tello

Con sorpresa observamos el pasado 18 de abril la firma de un convenio entre la Confederación Nacional de Productores

Agrícolas de Maíz de México (CNPAMM), filial de la CNC y la empresa Monsanto. El convenio pone en evidencia una alianza cuestionable en-tre una organización campesina con una larga historia de entreguismo y la empresa que mane-ja a nivel comercial 91 por ciento de la tecnolo-gía de transgénicos en el mundo.

No podemos dejar de lado cierta suspicacia frente a la condición de “empresa socialmente responsable” con que se califica a Monsanto cuando recordamos las declaraciones hechas a fines de 2005 por el director de la compañía para Latinoamérica. Este empleado señaló enfática-

mente a la revista Poder y Negocios: “la empresa quiere sacar provecho a sus tres centros de in-vestigación nacionales y a la inversión de casi 40 millones de dólares que ha realizado en México desde hace una década”.

Aunada a tal declaración, está la larga historia de la empresa, que incluye la demanda a pro-ductores de canola en Canadá y el embargo de la producción de soya transgénica argentina en puertos europeos para exigir el pago de regalías. Desde el uso del gas naranja como arma quími-ca hace décadas, esta empresa no ha dado mues-tras de altruismo.

En cuanto a la CNPAMM, es inadmisible y cuestionable que insista en que una tecnología particular es la solución a la profunda crisis que se vive en el campo mexicano. La introducción de la transgenia lejos de ayudar a nuestros agri-

cultores creará mayor dependencia tecnológica en un aspecto tan importante como es la pro-ducción de semillas.

Simiente cara. En México sólo una cuarta par-te de las unidades de producción utiliza semillas mejoradas o certificadas. Y 92 por ciento de és-tas es comercializado por las empresas privadas. Los productores, inclusive los más eficientes, los de Sinaloa, han exigido a las autoridades impo-ner un control a compañías como Monsanto y Pioneer para frenar los constantes incrementos en el precio de este insumo. Mientras en Estados Unidos mil semillas híbridas se venden en 1.34 dólares, en México el precio es de dos dólares. En transgénicas, hoy en Estados Unidos la BT se vende en 33.05 dólares por acre, en tanto que la semilla no modificada está en 28.74 dólares por acre en el estado de Iowa.

Es fundamental señalar el grave error e inclu-so ilegalidad en que la CNPAMM y Monsanto incurren al asumir en un acuerdo entre parti-culares una atribución que compete al ámbito público. Entre sus cláusulas el convenio dice: “Desarrollar e impulsar un programa de protec-

Trans(…) ¿qué? Un cultivo transgénico u organismo genéticamente modificado (OGM) es aquel que –resultado de trabajo en laboratorio– integra en su ADN genes de especies o reinos diferentes, incluidos los vegetales, animales, virus y bacterias.

Los OGM presentan características predeterminadas, como la resistencia a herbicidas y a ciertos gusanos en el caso de cereales y oleaginosas. O el aumento de contenido de almidón, en papas, y la inserción de vitamina A en el llamado arroz dorado.

Los transgénicos más extendidos son maíz, soya, algodón y canola, que en 2006 cubrieron 102 millones de hectáreas en el mundo (equivalentes a cuatro veces la superficie agrícola de México, más de la mitad del territorio nacional). Estados Unidos es el productor líder; casi 60 por ciento de su maíz y más de 90 por ciento de su soya son transgénicos.

En México se siembran algodón y soya transgénicos, en fase experimental. Hay preocupación por esta tecnología, sobre todo en el caso del maíz en México, que es su centro de origen, por lo que científicos independientes e instancias como la Comisión de Cooperación Ambiental de América del Norte, advierten sobre la contaminación y la erosión genética. El movimiento de polen de maíz OGM, vía viento o insectos, o de semillas, por medio de los humanos, traslada las características transgénicas, y ello propiciaría que desaparezcan los maíces criollos o nativos.

La salud humana también enfrenta posibles riesgos por los transgénicos. Por lo que, cuando menos, habría que estiquetar los productos que los contengan.

¿Los niños al cuidado de Herodes?Convenio CNC-Monsanto•

La urgencia de las trasnacionales biotecnológicas por abrir camino al maíz transgénico en México tomó forma este año con un convenio entre la compañía líder, Monsanto, y la representación maicera de la

Confederación Nacional Campesina (CNC), que en términos llanos se tra-duce en un trueque, el cual cuando menos es inquietante, según los críticos.

El cambalache consiste en dar el aparente visto bueno campesino nacio-nal al maíz modificado genéticamente, a cambio de dinero de Monsanto para financiar un proyecto de bancos de germoplasma e investigación y mejora de semillas criollas que en el futuro –y capitalizado por los cenecis-tas– permitiría obtener denominaciones de origen de maíces y proveer a las industrias consumidoras de los granos más aptos según los usos.

El convenio, firmado el 18 de abril, ha sido un escándalo. Carlos Salazar, vicepresidente de la Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México, reveló que los bancos de germoplasma serán alimentados por campesinos organizados en “redes de guardianes de maíz” de Puebla, es-tado de México, Tlaxcala y Oaxaca, en principio, y que el financiamiento del proyecto (todavía no cuantificado totalmente) procederá en ¡60 por ciento! del bolsillo de Monsanto, con aportaciones también de Maseca y de Cargill.

Según Salazar, con o sin el apoyo de la CNC, el maíz modificado va a en-trar a México. Pero un bloque de organizaciones –apoyadas por académicos, activistas y por la propia campaña Sin maíz no hay país. Pon a México en tu boca– dice: “No al maíz transgénico”.

El Consejo Nacional de Organizaciones Campesinas, El Barzón-Alianza Nacional de Productores Agropecuarios y Pesqueros, la Coordinadora Na-cional Plan de Ayala y la Alianza Mexicana por la Autodeterminación de los Pueblos publicaron el 18 de junio un desplegado con la exigencia de impe-dir incluso la experimentación de maíz transgénico en territorio nacional.

“¿Quién necesita a Monsanto para cuidar y mejorar los maíces nativos? ¿Quién necesita del lobo para cuidar a los corderos?”, dicen al sospechar de la “altruista” decisión de la trsnacional de resguardar el germoplasma del cereal mexicano.

Esa empresa –que en 2006 colocó semillas en México por más de 2 mil millones de pesos– no es la indicada para responsabilizarse del cuidado de

los maíces mexicanos nativos. Quienes cuen-tan con autoridad científica, moral y/o histó-rica para ello son las propias comunidades campesinas e indígenas, que por siglos han hecho un trabajo de mejoramiento conti-nuo; universidades e instituciones como el Instituto Nacional de Investigaciones Fo-restales, Agrícolas y Pecuarias, el Colegio de Posgraduados, la Universidad Autónoma Chapingo, la Universidad Nacional Autóno-ma de México, la Universidad Autónoma de Guerrero, la Antonio Narro y decenas de los mejores investigadores y fitomejoradores del mundo expertos en la conservación y la gené-tica de nuestro cereal, señaló ese bloque de organizaciones.

La Secretaría de Agricultura tiene en sus manos desde hace ya varios años proyectos de experimentación de maíces transgénicos de Monsanto, Dupont y Pioneer a realizarse en campos del INIFAP de Sonora, Sinaloa y Tamaulipas. En 2005 y 2006 la dependencia ya había dado pasos para autorizarlos, pero organizaciones campesinas, ambientalistas y legisladores lo impidieron, con el argumento de que la dependencia incum-plía con requisitos de la Ley de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados, entre ellos, la publicación previa del reglamento de la ley.

Ahora Monsanto, aunado a su alianza con la CNC, está movilizando a agricultores para que exijan a la Secretaría de Agricultura que este mismo año se realicen los experimentos. Un grupo de 40 productores de Sinaloa, Sonora, Guanajuato, Chiapas, Jalisco y Veracruz, entregaron una carta a la dependencia, donde brindan “nuestro apoyo total en su esfuerzo por hacer disponible el maíz biotecnológico en México” (LER).

Organizaciones campesinas divididas

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Más de 350 mil fi rmas se han sumado para exigir la salida del maíz y el frijol del TLCAN y que se prohíba la siembra de maíz transgénico en México. Son fi rmas que recaba la página web www.sinmaiznohaypais.org, dentro de la Campaña Nacional en Defensa de la Soberanía Alimentaria y la Reactivación del Campo Mexicano. El 5 de agosto, en el Zócalo, inició la siembra masiva de maíz en calles, parques y camellones; participaron Julieta Egurrola, Vanesa Bauche, Cecilia Suárez, Bruno Bichir y Juan Carlos Rulfo, entre otros. Personalidades como Alfonso Cuarón, Ifi genia Martínez, Antonio Turrent, Gael García Bernal, Paco Ignacio Taibo II, Antonio Serratos, Angélica Aragón, Narciso Barrera Bassols, Sasha Sokol, Diego Luna y más apoyan la campaña. En Chihuahua, Zacatecas, Nuevo León, Veracruz, Chiapas y Puebla se realizan actividades a favor del maíz.

DEFENDAMOS AL MAÍZ

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ción y conservación de la diversidad genética de razas de maíz, que permita la posibilidad de ser utilizadas por otras instituciones de investigación y por la industria para el desa-rrollo de valor agregado”.

Proteger la riqueza pública. Es evidente que la utilización de la diversidad genética es una facultad claramente definida en el artículo 27 de la Constitución, que dice: “La nación tendrá en todo tiempo el dere-cho(…) de regular, en beneficio social, el aprovechamiento de los elementos natura-les susceptibles de apropiación, con objeto de hacer una distribución equitativa de la riqueza pública(…)”

Por ello y por la inserción de instituciones de enseñanza pública es que este convenio debe ser sancionado por las autoridades competentes.

La Ley de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados establece en-tre sus finalidades, en el artículo segundo, fracción XI, la adopción del Régimen de Protección Especial del Maíz. El objetivo

de esta fracción es salvaguardar al maíz en virtud del carácter que México tiene como centro de origen de este grano, para preser-var su diversidad en beneficio del país y la humanidad.

La introducción de maíz transgénico en México debe ser evaluada de acuerdo con las necesidades nacionales y no por la pre-sión de empresas trasnacionales y de quienes reciben beneficios de ellas. Se debe proteger nuestro maíz fortaleciendo las ventajas com-parativas de nuestras variedades especiales y promoviendo la denominación de origen de tipos de maíz y sus productos, como un pa-trimonio de la nación.

Resulta un sinsentido que hoy, cuando se observa con claridad en el mundo entero que las semillas son un negocio multimillonario que se concentra en unas cuantas empresas, pongamos en manos de intereses privados la riqueza genética de México, que ha sido protegida y reproducida a lo largo de los si-glos por nuestros campesinos. ¿Los niños al cuidado de Herodes?

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Popol Vuh (Anónimo, siglo XV) Cómo fue creado el hombreHabiéndose acercado ya el tiempo de la creación del hombre, buscaron los seño-res Tepeu y Cucumatz algo para poner en lugar de la carne del hombre(…) Cuatro animales manifestaron las mazorcas de maíz amarillas y blancas y, enseñando el camino de Pampaxila, fue hallado el maíz, y de esto fue hecha la carne del hombre y su sangre, cuando fue formado. Mucho se alegraron de haber hallado una tierra tan hermosa y abundante: toda está llena de dulzura, mucho maíz blanco y amarillo(…) Y, tomando nuestra abuela Xmucane de aqueste maíz blanco y amarillo, hizo comida y bebida de que salió la carne y la gordura y de esto formó el señor Tepeu Cucumatz a nuestros primeros padres y madres, y de aquesta comida fueron hechos sus brazos y sus pies.

Cristina Barros

Desde el mes de junio estamos de fiesta, pues entonces inició en la ciudad de México la Campaña Nacional en Defensa de la Soberanía Alimentaria y la Reactivación del Campo Mexicano, Sin maíz no hay

país. ¡Pon a México en tu boca! Nos reunió el amor por la tierra, por el campo, por el maíz, por lo nuestro. Los elotes abiertos como flores en la ofrenda, mostra-ron suaves tonalidades del blanco al negro, del rosa al violeta.

Nuestros antepasados lograron esta planta tras milenios de cuidado paciente; transmitieron sus conocimientos de padres a hijos por generaciones y lograron este prodigio que asombra a los botánicos actuales. Se trata de un trabajo ininte-rrumpido que se renueva en cada cosecha.

El paisaje está cubierto por la milpa; las plantas erec-tas de maíz muestran al sol su espiga dorada; el viento provoca música entre las hojas. En muchos lugares de México está espigando la milpa, “güereando”, dicen los campesinos; en algunos lugares los elotes estarán pronto listos para comerse. Nuestros campesinos han desarrollado maíces de ciclo corto, medio, largo, que se adaptan a los distintos climas, aprovechan las llu-vias o esquivan las heladas.

Mesoamérica fue uno de los centros de irradiación de la agricultura y por tanto de un poderoso tronco cultural. El cereal que lo identifica es el maíz. Se trata de un grano rico en proteínas, en vitaminas, en mine-rales. Hecho nixtamal a partir de una técnica genera-da también por los antiguos mexicanos, aumenta sus propiedades alimenticias, pues al hervir con la cal se libera la niacina y se enriquece con calcio.

“Pelar la mazorca” se dice popularmente cuando alguien sonríe de forma abierta, porque al hacerlo, los mexicanos, sobre todo los de antes, muestran unos dientes blancos, sanos, relucientes como granos de maíz.

No sólo por eso nos identificamos con el maíz; dice el Popol Vuh que de maíz fue hecho el hombre, y la mujer, desde luego. Somos gente de maíz. Esto debe enorgullecernos, como deben enorgullecernos nuestras raíces. Un pueblo sin identidad es como hoja al viento, no lleva rumbo ni tiene reposo.

Pero, cosas de la vida, hoy tenemos que unirnos para defender lo que es fun-damental: la salud de la tierra que nos alimenta, el cuidado de sus ríos, mares, bosques, desiertos, lagos, porque sin ellos no hay futuro posible. Además nos ha reunido la necesidad de defender a quienes por siglos han cuidado estos paisajes y nos han dado de comer.

Y también al maíz. No por mero romanticismo, por cierto, sino porque la in-teligencia, el instinto vital, nos permite darnos cuenta que igual que en Oriente protegen al arroz o en Europa al trigo, tenemos que preservar al maíz como base y sustento. No hay gobierno que se precie de ser un buen conductor de su pueblo, que ponga en riesgo la alimentación de los suyos. Las más graves crisis de la histo-ria surgieron con las sequías y el desabasto que produjeron hambrunas.

Sin embargo, algunos parecen no entenderlo; han optado por dar la espalda a los suyos y ponerse del lado de quienes acaparan o buscan de manera perversa infectar las más de 40 razas de maíz con todas sus variedades, con polen o con semillas que provienen de maíces que en nada nos son útiles, que surgieron a partir de una tecnología primitiva, pero que se ofrece como solución conven-ciendo a incautos, ignorantes o deshonestos que cambian, como en tiempos pa-sados, oro (maíces criollos), por cuentas de vidrio (maíces transgénicos). Buscan privatizar nuestro patrimonio.

Por fortuna, a lo largo y ancho de este territorio hay millones de personas conscientes que conocen el valor de su cultura, que ven hacia las generaciones por venir y saben que salvar al maíz es preservar su futuro.

Queremos entonces ver a los hombres de nuevo en los campos de su tierra, no en las tierras de otros, heredando de sus padres saberes y estrategias; a las

mujeres desgranando y eligiendo las semillas, y a los hijos rodeándolas y aprendiendo como jugando entre si-lencios, pláticas y risas. Los que pac-taron el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) a contrapelo de su pueblo y con enga-ños, hoy quedan al descubierto, bas-ta saber que entre 200 mil y 300 mil

personas dejan de sembrar en el campo anualmente para ir a buscar fortuna más allá de la frontera, para saber que no se cumplieron sus promesas de bienestar y progreso. Estamos en campaña para obligarlos a dar marcha atrás.

Qué podemos hacer: lo que hasta aquí se ha dicho: sacar el maíz y frijol del TLCAN respaldados con al menos un millón de firmas; negarnos a que se siembren maíces genéticamente modificados con tecnologías poco probadas, primitivas y dañinas, buscar que la cultura del maíz se inscriba en la Lista de Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad y, sobre todo, dar a conocer a nuestros hijos, vecinos, compañeros de trabajo, amigos, todas las bondades que representa el maíz. Se ama y cuida lo que se conoce.

La presencia de Marcelo Ebrard y de representantes de los diversos sectores del Gobierno del Distrito Federal en la ceremonia de inicio de la campaña, muestra que la ciudad renueva su vocación de ser la capital del país, el lugar a donde confluyen todos los rincones de la Patria y que a todos acoge. Esta cam-paña surge porque en todas partes, desde los cuatro rumbos llegan las voces que reclaman volver los ojos al campo, valorar a nuestros campesinos y defender al maíz, nuestro ser, nuestro alimento.

Pelar Mazorca

Leyenda de los soles

Entonces bajaron los tlaloques,Los tlaloques azules, los tlaloques blancos, los tlaloques amarillos, los tlaloques rojos,Nanáhuatl lanzó en seguida un rayo,

entonces tuvo lugar el robode maíz, nuestro sustento,por parte de los tlaloques.El maíz blanco, el oscuro, el amarillo,el maíz rojo, los frijoles, la chía, los bledos(…)nuestro sustento,fueron robados para nosotros.

Esperando el porvenir / Autor: Jonathan H. Cruz / Foto: Ana Gómez / Faro de Oriente / 2007

Terreno fertil / Autor: Jonathan H. Cruz / Foto: Ana Gómez /

Faro de Oriente / 2007

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De pejes, poetas y

maestros de civismo

En el primer aniversario del infausto 2 de julio de 2006, Andrés Manuel López Obrador dijo en el Zócalo: “Me uno al llamado ciudadano de la Campaña Nacional por la Soberanía Alimentaria y la Reactivación del Campo(…) Estoy convencido de que para proteger a México hay que defender al campo, a los campesinos, a los indígenas. ¡Que coman quienes nos dan de comer!” Lo que no dijo ahí es que esa consigna se la transmitió su maestro de civismo, quien a su vez la leyó durante una conmemoración del Día del Trabajo en Villahermosa, Tabasco, en la cartulina que llevaba uno de los participantes. El manifestante era el poeta Carlos Pellicer.

Armando Bartra

Contigo la milpa es rancho y el atole champurrado. Más que hombres de maíz, los mexicanos somos gen-te de milpa. Es la nuestra una cultura ancestral sus-

tentada en la domesticación de diversas plantas como maíz, frijol, chile y calabaza que se siembran entreveradas en parce-las con cercos de magueyes o nopales, donde a veces también crecen ciruelos, guayabos o capulines silvestres y donde se re-cogen quelites. Milpa que junto con las huertas de hortalizas y de frutales, con los animales de traspatio y con la caza, la pesca y la recolección, sustentan la buena vida campesina. Los mexicanos no sembramos maíz, “hacemos milpa”, con toda la polifonía que esto significa. Y la milpa –sus dones y sudores– es el origen de nuestra cultura. No sólo de la rural, también de la urbana, que los pueblos son lo que cosechan pero también lo que comen y lo que beben, lo que cantan y lo que bailan, lo que lamentan y lo que celebran.

Pero no hay milpa sin huitlacoches, y últimamente el sustento histórico de nuestra identidad está en grave riesgo. Cuatro son los demonios que acechan al maíz campesino: el primero es trasnacional, el segundo es del país aunque no lo parece, el tercero se oculta en las semillas y el cuarto –el más peligroso– amenaza la milpa desde dentro.

No me suene el máiz, que no soy su gallina. Al demonio trasnacional lo invocaron los gobiernos del PRI y del PAN que en nombre de las “ventajas comparativas” renunciaron a nues-tra soberanía alimentaria y laboral alegando que es más rentable importar comida y exportar mexicanos que apoyar a los campe-sinos. Ésta es la causa de que hoy una cuarta parte de nuestros alimentos la tengamos que comprar en Estados Unidos y cada año medio millón de compatriotas se vaya al gabacho. Porque cuando hay excedentes internacionales los gringos nos inundan de maíz subsidiado que arruina a nuestros campesinos, mien-tras que cuando hay escasez –porque ahora el grano también se emplea en producir combustible– tenemos que importarlo aunque salga caro y se arruinen los consumidores.

Ni máiz, paloma. El demonio nacional son los maizales superintensivos del noroeste: que producen con riego, ma-quinaria, semillas mejoradas, fertilizantes, herbicidas y pesti-cidas; que dependen de las trasnacionales para los insumos y para la comercialización de sus cosechas; que siendo de los ricos acaparan subsidios públicos, y que le endosan los costos ambientales a las futuras generaciones. En los años recientes, mientras que la descobijada producción campesina de maíz se estancaba, el agronegocio maicero iba de gane, y hoy cerca de 30 por ciento del maíz blanco que consumimos proviene del enclave de las trasnacionales que es Sinaloa. Y esto es muy peligroso, pues el día en que los agroempresarios del noroeste decidan que les conviene más entrar en la cadena del etanol y producir granos para alimentar coches, no va a alcanzar el maíz blanco para alimentar a los mexicanos.

Nos cayó el chahuistle. El demonio transgénico es maíz in-jertado con genes de otros seres vivos, que nos llega sobre todo con el grano forrajero que importamos de Estados Unidos. Es ésta una tecnología de impactos poco estudiados y difíciles de controlar, pues la polinización esparce sus efectos y en la de ma-las la “contaminación” –que ya se comprobó en Oaxaca, Puebla

y el Distrito Federal– puede erosionar el germoplasma que hace de nuestro país cuna y reservorio de la planta que domesticaron nuestros ancestros y que hoy cuenta con cientos de variedades adaptadas a todos los climas y a los más diversos usos.

¡Ah que jijos del máiz prieto! Si el maíz tiene su demonio en las semillas, el maicero tiene el suyo en el llamado “paque-te tecnológico”: un conjunto de prácticas y agroquímicos que carcomen desde dentro el ancestral modelo milpero. Porque antes el agricultor seleccionaba sus semillas de entre las que había cosechado y procuraba restituirle al suelo los nutrientes, mientras que ahora depende cada vez más de semillas de mar-ca, fertilizantes químicos, herbicidas y pesticidas. Un modo de trabajar que comenzó a imponerse hace medio siglo, que crea dependencia y que no es fácil de erradicar, pues para desen-gancharse de los agrotóxicos el campesino necesita fuerza de voluntad y fuerza de trabajo. Y si la primera a veces existe, la segunda ralea debido a que la migración está dejando el campo sin jóvenes, de modo que resulta más fácil cultivar con insumos comprados con el dinero de las remesas que meterle a la milpa un trabajo cada día más escaso y caro.

No l´aunque que duerman alto, echándoles su máiz se apean. La milpa y con ella los campesinos, el agro y el país están amenazados desde fuera y desde dentro. Y el riesgo lo abarca todo, porque el campo no es –como dicen los tecnócra-tas– un sector irrelevante, dado que aporta menos de cuatro de cada cien pesos que produce nuestra economía. Al contrario, nuestro campo es polífónico y multifuncional como ningún otro ámbito de la nación. El campo y los campesinos producen alimentos, ingresos y empleos; producen cohesión comunita-ria, paz social y gobernabilidad política; producen aire puro, agua limpia, suelo fértil, diversidad biológica y paisajes ama-bles; producen la riqueza de la biosfera que ayuda a moderar las variaciones del clima; producen la cultura que nos da iden-tidad. Y el campo mexicano, que es múltiple y diverso, tiene su emblema en los mil rostros de la milpa. Defender la milpa contra los demonios que la atosigan es tarea de todos: de los rurales y de los urbanos, de los que trabajan en el campo pero también de los que comemos del campo(…) y el que siembre su maíz que se coma su pinole y el que no, no. Profesor-Investigador, UAM-Xochimilco [email protected] Artes / Autor: Jonathan H. Cruz / Foto: Ana Gómez / Faro de Oriente / 2007

No está el maíz para esquitesLas cuatro plagas que azotan la milpa•

A donde voy / Autor: Jonathan H. Cruz / Foto: Ana Gómez / Faro de Oriente / 2007

Los problemas y secretos maravillosos de los indios Juan Cárdenas, 1591

El maíz es una de las semillas que con mayor título deben ser estimadas en el mundo, y esto por muchas razones y causas; la primera por su generosidad, por ser como es una semilla que en tierra fría, caliente, en seca, en húmeda, en montes, en llanos, en invierno, en verano, de riego y de temporal se coge, cultiva y benefi-cia(…); lo segundo es por su abundancia, que es como decir que de una hanega se cogen ciento, y doscien-tos(…); lo tercero por la facilidad y presteza con que se amasa y sazona(…); lo cuarto por la brevedad(…); lo quinto: se puede preciar que ninguna parte tiene toda la planta que no sea de grandísimo provecho(…); lo sexto: se aventaja el maíz sobre todas las semillas, en las mu-chas y varias cosas que de él se hacen y componen.

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Lourdes E. Rudiño

Vigilar la publicidad de alimentos di-rigida a niños es la tarea prioritaria que se ha autoimpuesto la incipiente

organización de consumidores en México, pues es comprobable –y así lo valida la OMS– que los mensajes de las empresas es-tán contribuyendo a la epidemia de obesidad infantil aquí y en el orbe entero.

El Poder del Consumidor (EPC) argu-menta: en México en los pasados siete años se incrementó en 40 por ciento el sobrepeso y la obesidad en niños de cinco a 11 años de edad, “el mayor aumento de su tipo en un periodo tan corto a escala mundial”, y ello va ligado a una reducción de 30 por ciento en el consumo de frutas y verduras, que reporta el Instituto Nacional de Salud Pública.

La batalla de EPC, por ahora contra pu-blicidad engañosa de Kellogg’s y Nestlé, tuvo ya un primer logro y continúa con demandas ante las secretarías de Salud y Gobernación y la Procuraduría Federal del Consumidor, pero la organización civil alerta que debe frenarse de forma estructural los abusos y la falta de ética de las compañías que se anun-cian, con acciones de los poderes Ejecutivo y

Legislativo, pues es claro que la autorregula-ción en este tema no funciona.

Un primer round ganado por EPC fue contra Kellogg’s. En junio la agrupación de-nunció ante las autoridades una publicidad de Zucaritas transmitida en televisión por engañar a los niños al ofrecerles que su con-sumo los transformaría en tigres –en un símil del Tigre Toño– y por afirmar que “Zucaritas te da energía para ganar”. Ello, a pesar de que el producto en realidad es poco nutritivo y altamente calórico, pues contiene 40 por ciento de azúcar y el resto es harina refinada. Como resultado, el anuncio salió del aire en la primera semana de julio.

En agosto, Alejandro Calvillo, director de EPC interpuso nuevas demandas.

Una, contra Nestlé, para la cual EPC pide “la mayor sanción contemplada en la ley”, por el anuncio del helado “chocobanana”, el cual muestra a unos niños que extraen de su mochila un plátano para comer, y que ven cómo el personaje de Nesquik, el Conejo Quicky, sustituye rápidamente la fru-ta por el helado.

Calvillo menciona que el anuncio viola varios artículos de la Ley General de Salud, y el artículo 22 del reglamento de la Ley

General de Salud en Materia de Publicidad, el cual señala que la publicidad “no deberá realizar comparaciones en menoscabo de las propiedades de los alimentos naturales”.

Además, Nestlé ignora lineamientos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de que debe restringirse la publicidad dirigida a niños de productos con altos contenidos de azúcar, grasas y/o sal, y en cambio debe promo-verse un mayor consumo de frutas y verduras.

Melvin y Toño, mentirosos. Nuevas de-nuncias hay contra Kellogg’s. Una relativa a un anuncio en que aparecen niños des-esperados por salir de un tren descarrilado. Uno de ellos exclama: “¡Si fuéramos grandes y fuertes!” y el Elefante Melvin le asegura: “Necesitas Choco Krispis; su forticalcio te ayudará a crecer grande y fuerte”. Los niños toman el producto y salen del tren.

Otra denuncia corresponde nuevamente a un anuncio de Zucaritas, el cual exhibe a un niño que anota un gol y exclama: “¡México, campeón del mundo!”. El Tigre Toño le dice: “Haz que suceda, prepárate, entrena y desa-yuna Zucaritas, que es energía para ganar”.

De acuerdo con Calvillo, las autoridades deben exigir a Kellogg’s que compruebe las afirmaciones de sus anuncios.

En las denuncias se presentan diversas re-ferencias científicas que demuestran cómo la mayoría de los niños no puede distinguir en-tre un programa y un anuncio hasta los ocho años de edad; cómo los publicistas utilizan los dibujos animados para generar un vínculo afectivo de los niños con el producto; cómo la publicidad dirigida a niños busca enfren-tarlos con los padres, y cómo la publicidad utiliza todas las herramientas para manipular el deseo de los niños y generar malos hábitos alimentarios, que seguramente persistirán a lo largo de su vida, afectando su salud.

El Poder del Consumidor sostiene que la publicidad de Kellogg’s es “la más agresiva de productos alimentarios dirigidos a niños en televisión. La compañía recurre a uno de los elementos que han dejado de utilizar otras empresas: sugerir que el consumo del producto permite desarrollar habilidades fí-sicas increíbles, aprovechándose de la credu-lidad de los niños”.

Falta de ética. Según Calvillo, las compa-ñías procesadoras de alimentos y las agencias de publicidad actúan sin ética en los men-sajes dirigidos a los niños, y por eso más allá de estas denuncias puntuales, la agrupación está explorando mecanismos que ataquen de fondo el problema. Está buscando que la au-toridad actúe de oficio en contra de la publi-cidad engañosa de los productos “chatarra”.

Asimismo, que se apliquen las normas vi-gentes que prohíben la publicidad engañosa y que censuran los mensajes promotores de hábitos alimenticios malsanos en los niños, y que están contenidas en las leyes General de Salud, Federal de Protección al Consumidor y Federal de Radio y Televisión. “Queremos ver el alcance de estas leyes.

“La autorregulación de las empresas en relación la publicidad dirigida a niños ha de-mostrado ser un fracaso. El que tiene que ve-lar por la salud de la infancia es el gobierno; las empresas velan por sus utilidades”. Hasta el momento, la autoridad y los legisladores han permitido que las empresas bloqueen en el Congreso iniciativas para sacar la co-mida chatarra de las escuelas y para regular la publicidad de este tipo de productos en los horarios infantiles, señala Calvillo.

Para la agrupación de consumidores, la publicidad dirigida a niños es la más preocu-pante, pues este segmento de la población es crédulo y manipulable.

Cita un estudio hecho entre niños de nueve a 11 años de edad, el cual concluyó que 94 por ciento reconoce al Tigre Toño de Kellogg’s y a Ronald MacDonald (de la cade-na de hamburguesas) y que prefieren seguir sus recomendaciones sobre qué comer, más que las dadas por sus padres.

México, señala Calvillo, es el segundo país con mayor índice de sobrepeso y obesidad en el mundo, después de Estados Unidos. No obstante eso, nuestro país resulta un paraíso para las empresas de comida chata-rra, pues no hay regulación sobre lo que se vende en las escuelas, sobre el etiquetado ni sobre la publicidad en las calles, y se carece de campañas nacionales de orientación nu-tricional. Ocurren situaciones tales como la publicidad de comida chatarra enfocada no en el alimento sino en los juguetes o “cajitas felices” incluidos para atraer a los niños.

El resultado es un “ambiente obesigéni-co”, donde los hábitos alimentarios se de-terioran y donde la diabetes, ligada con la obesidad, es la principal causa de muerte, amputaciones y ceguera de la población.

LOS CONSUMIDORES VS PUBLICIDAD DE KELLOGG’S Y NESTLÉ

Mentiras y manipulación en anuncios para niñosMéxico, segundo lugar en obesidad infantil, después de EU

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SE BUSCAN

POR MANIPULAR Y ENGAÑAR A LOS NIÑOS Y NIÑASY POR DAÑAR SUS HÁBITOS DE ALIMENTACIÓN

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Como parte de los cambios que se están realizando en las políticas públicas en el estado, para impulsar la nueva política de desarrollo rural integral y sustentable, el Gobierno de Guerrero que encabeza Zeferino Torreblanca Galindo, está llevando a cabo un importante proceso de reforma del Programa de Subsidio al Fertilizante, con el fi n de superar un con-junto de problemas y defi ciencias que la aplicación indiscriminada de fertilizante químico había venido generando. Se busca avanzar hacia el fomento integral de la producción de maíz en las parcelas de los productores campesinos de menores ingresos del estado, en el marco de la búsqueda de la seguridad alimentaria y la lucha contra la pobreza.

El programa de Fertilizante fue instituido hace trece años con el objetivo de apoyar a los productores maiceros más pobres mediante un subsidio que permite la adquisición de fertilizante a un precio sensiblemente menor. Actualmente es el programa rural de ma-yor cobertura geográfi ca y poblacional del Gobierno estatal, al llegar a cerca de 260 mil productores con 430 mil hectáreas, en todas las regiones y en prácticamente todos los municipios de la entidad. Sin embargo, este programa nació y ha mantenido un conjunto de aspectos negativos, como el ser agroecológicamente dañino al promover el uso ge-neralizado del químico como único factor de impulso productivo, hacer dependientes los sistemas maiceros del insumo y contribuir al deterioro de los suelos agrícolas. Además venía operando con fuertes vicios tecnológicos, al impulsar una sola dosis de fertilizante para todo el estado, sin importar las diferencias de las parcelas maiceras, que en Guerrero son altamente heterogéneas y muchas veces aplicando solo un tipo de fertilizante.

Por ello el actual gobierno estatal a través de la Secretaría de Desarrollo Rural, enca-bezada por Armando Ríos Piter, ha promovido la transformación de este programa como parte de los cambios de las políticas públicas para el campo, en el marco de una nueva visión del desarrollo rural que tiene como ejes fundamentales, la integralidad, la susten-tabilidad y la seguridad alimentaria. Así, se ha llevado a cabo un proceso de depuración del padrón, y se ha completado su municipalización. Además se han promovido cambios en su concepción tecnológica, entre los que destaca la introducción del uso del biofertili-zante y la creación de una red de asistencia técnica y capacitación para los productores de más bajos ingresos.

El Biofertilizante: una alternativa para disminuir el uso de químicos, conservar los suelos y tener una mejor producción

Durante el año 2006, con el apoyo del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), y derivado de un estudio del tipo de suelos realizado por el mismo, se hizo una recomendación a los benefi ciarios de este programa para llevar a cabo un cambio tecnológico importante que consistió en la introducción del uso del bio-fertilizante y en la adopción de dosis de fertilizante químico adecuados a las condiciones agroecológicas de las parcelas, principalmente al Ph del suelo (ácido o alcalino).

El biofertilizante consiste en una novedosa tecnología a base de microorganismos (bac-terias nitrifi cantes y hongos), que viven asociados o en simbiosis con las plantas, capaces de fi jar nitrógeno, transportar nutrimentos y agua, solubilizar fósforo, producir estimula-dores de crecimiento en las raíces y de reducir enfermedades fungosas y de nemátodos. Además, son mejoradores del suelo.

En 2006 se aplicó esta tecnología en 13 municipios y se instalaron 177 parcelas demos-trativas distribuidas en las regiones del estado, con la fi nalidad de demostrar sus benefi -cios. En el 2007, el uso del biofertilizante se extendió a la totalidad de los municipios con lo que se logró una disminución importante en el uso de los químicos y se están teniendo buenos resultados productivos.

Fortalecimiento de la asistencia técnica y la capacitación hacia el mejoramiento integral de la agricultura campesina

Para la reconversión del Programa en el 2007, se llevó a cabo la contratación de 324 técnicos con el perfi l adecuado, egresados de las escuelas de agricultura del estado de Guerrero (ITA, CSAEGRO, UACA e instituciones afi nes a la agricultura), mismos que han venido capacitando a productores de 4,106 localidades empadronadas en la aplicación del biofertilizante y dosis adecuadas al Ph del suelo.

Al día de hoy los técnicos contratados por la Secretaría de Desarrollo Rural están ase-sorando a los productores en la etapa de fertilización, capacitación sobre control de plagas y enfermedades, supervisión y seguimiento de la siembra en todo el estado; asimismo dichos técnicos instalaron 211 parcelas demostrativas en los 81 municipios del estado, im-plementadas por la SDR en coordinación con el INIFAP y la Fundación PRODUCE, con el fi n de dar a conocer los benefi cio del biofertilizante y sentar las bases para una innovación tecnológica del programa buscando mejorar los rendimientos de maíz y dar una atención más cercana a los productores.

Hacia la seguridad alimentaria de los productores marginados El Gobierno estatal ha creado, con la colaboración con la Sagarpa y la FAO, el Programa

de Atención a Productores de Menores Ingresos (PAPMI), destinado a los campesinos más pobres para que mejoren su alimentación sobre la base de un esquema integral de apoyos que incluyen el fortalecimiento de su traspatio y su milpa, la realización de obras de conservación de los suelos agrícolas, el acceso a servicios de microfi nanzas rurales, el fortalecimiento del capital social y la capacitación y seguimiento constante para el fomento integral de las unidades productivas familiares. Se pretende que en el futuro ambos progra-mas converjan para la consolidación de la estrategia integral y sustentable.

Guerrero fortalece y transforma su programa de fertilizante hacia la milpa sustentable y la seguridad alimentaria

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“HACE QUINCE AÑOS NOS DESPERTÓ LA SED”

Convocado por la Organización de Mujeres Ecologistas de la Sierra de Petatlán (OMESP), el 7 de julio en la casa de la cultura de Petatlán, Guerrero, se realizó un foro �para pro-fundizar y dar a conocer las causas de la deforestación y las acciones de las ecologistas

en favor del medio ambiente�. Asistieron unas cien personas, principalmente hombres, mujeres y niños de Parotitas, Cuajinicuilar, El Zapotillal, La Pasión y otras comunidades del ejido serrano La Botella; del colindante municipio de José Azueta llegaron organizaciones como Campesinas Autónomas de Banco Nuevo y Campesinos Conservacionistas de Zihuatanejo, así como vecinos de las comunidades Pantla, Coacoyul, Agua de Correa, Barranca de la Bandera, Las Ollas, San Ignacio, Vallecitos de Zaragoza y Mineral Real de Guadalupe.

Celsa Valdovinos, persistente ambientalista y cabeza de la OMESP, cuenta cómo empezó la lucha: “�Hace 20 años, cuando llegamos a Banco Nuevo, todo era monte. La montaña estaba cerrada y siempre llena de nubes. Había mucha humedad: se hacían lagunitas y donde quiera levantaba uno el hervidero de agua. Por eso, todos los años sembrabámos maíz y frijol, jitomates y chiles, que se daban muy bien. En ese tiempo no se hablaba de ecología. Pero pronto nos em-pezamos a dar cuenta de que con los árboles que sacaban los talamontes se iba el agua, llegaba la sequía y nos quedábamos entre puros zanjones de polvo. Por eso decidimos cuidar nuestro bosque, para que regrese la humedad a la tierra y podamos sembrar�”.

La OMESP nació en 2002 y ha crecido mucho; al principio eran 12 socias y hoy participan casi cien mujeres de siete comunidades de La Botella. Pero la inquietud vino de 1998, cuando a través de la Organización de Campesinos Ecologistas de la Sierra de Petatlán y Coyuca de

Catalán, las mujeres empezaron a movilizarse jun-to con sus maridos, hijos y hermanos, para detener la tala del bosque y el saqueo de madera, perpetra-dos por trasnacionales como Boise Cascade con la complicidad de las autoridades ejidales. Hace nueve años, 30 pueblos serranos bloquearon caminos obli-gando a que la compañía maderera suspendiera sus operaciones en Guerrero y se cancelaran los permi-sos forestales en el municipo. Pero el precio fue alto, pues a fuerza de asesinatos y cárcel los caciques y el gobierno casi acabaron con la organización. Las mu-jeres que retomaron la bandera ambientalista, ahora por medio de la OMESP, son viudas de comuneros caídos, son madres o hermanas de luchadores presos o prófugos. Pero no hay de otra, porque �defender el bosque es defender la vida.

�“Hace quince años nos despertó la sed –cuenta Celsa–. Allá arriba, en la sierra, vivimos la pesadilla de la falta de agua y no tuvimos de otra más que

hacer lo que debíamos hacer. Y es que frente a nuestros ojos iban desapareciendo los bosques de pino(…) Unos decían: hay que vender los árboles para salir de pobres(…) Pero la madera se acababa y no salíamos de pobres. Y aparte, empezamos con la sed; porque con la deforestación se fue yendo el agua, junto con los troncos que bajaban por los caminos de la sierra”. Pero no sólo era la sequía; también las avenidas torrenciales, porque, como dice Celsa: �“sin la piel verde de los árboles y las plantas se va lo mejor del suelo: los ríos crecidos arrastran lo más nutritivo de la tierra. Y sin suelo fértil estamos condenados(…)”

“�¿Quién tiene la culpa de este desastre?” Se preguntan las mujeres. “A mí se me hace que todos”, dice alguna. “El bosque se acaba por las madereras, pero igualmente porque los ricos prefieren potreros en vez de árboles, aunque luego se les mueran las vacas de puritita sed(…) También es culpa de no-sotros los campesinos, que tumbamos monte y quemamos para sembrar. Y es que muchos no quieren aprender a trabajar de otra manera(…) Falta conciencia. Pero también falta que se aplique la ley, falta presupuesto, falta vigilancia(…) Por eso las ecologistas de la sierra agarramos y nos pusimos a trabajar nosotras. Porque nosotras somos nuestras salvadoras y hay que empezar por nuestra propia casa(…)�”

Celsa recuerda que “�en las temporadas de incendio batallamos mucho hasta que se viene el agua. Los niños bajan con bombas, con ramas, con horquetas. Y así, desde pequeñitos, ayudan a combatir la lumbre. Hemos luchado contra el fuego noches enteras, semanas enteras. Hemos batallado por años con tal de salvar el bosque�”.

La OMESP inició la reforestación en 2003. “Sembramos 150 mil cedros rojos, entre el muje-río y varios hombres de 8 pueblos, y al año siguiente sembramos otros 35 mil. Pero como ya no nos quisieron dar más árbol, y para no estar atenidas al gobierno, mejor hicimos nuestro propio vivero”. Las mujeres organizadas también siembran hortalizas orgánicas en los traspatios y hacen campañas de limpieza en ríos y lagunas. En esta tarea ayuda toda la comunidad, pero las brigadas las encabezan los niños. Porque, como dicen ahí, en los niños, está la esperanza. Rosario Cobo y Lorena Paz Paredes Investigadoras del Instituto Maya [email protected]

Celsa Valdovinos•

“EMPEZAMOS A PROTESTAR”

Brígida Chautla Ramos, nahua de Chilapa que ronda la mitad del siglo, casada y con 11 hijos, es una de las que abrieron camino a la organización de mujeres indígenas y rurales de Guerrero desde los años ochenta. Es fundadora de la organización Noche Sihuame

Zan Ze Tajome (Todas las mujeres como una sola); preside la Asociación Mexicana de Mujeres Organizadas en Red (AMMOR), es miembro de la Coordinadora Guerrerense de Mujeres Indígenas y parte de la Comisión Ejecutiva de la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (UNORCA).

“Empecé a participar en el 83 –cuenta– como integrante del comité para la regularización de la tenen-cia de la tierra de la colonia Los Pinos, de Chilapa. Mi esposo era albañil y siempre estaba fuera y yo tenía que ir a las reuniones o me quedaba sin vivienda. Estaba terminando mi prepa –estudié ya de grande– y como podía elaborar oficios empecé a gestionar en el Distrito Federal, Acapulco, Chilpancingo.

“Al principio a mi esposo no le gustaba que yo an-duviera en estas cosas, después se involucró, tuve su apoyo un poco a fuerza. Un buen día me dijo: ‘Por qué si das apoyo aquí no ayudas a la gente artesana?’ Empezó a investigar y creamos la Cooperativa de Artesanos de Los Pinos de Chilapa, para producir y comercializar la palma. Yo aprendí a bordar bolsas y cintas, cuando estudiaba las vendía para sostener-me. Fui presidenta de esa cooperativa.

“Después conocí a otros compas que ya estaban trabajando en el Consejo Comunitario de Abasto, dándole forma a lo que luego fue la Zanzekan Tinemi (Seguimos estando juntos) de Chilapa. Me dijeron: ‘puedes acudir’. Y fui a gestionar que los ar-tesanos movieran sus productos en los camiones que manejaba el Consejo. Empecé a involucrarme en la Zanzekan y después me invitaron a impulsar la organización de las mujeres. Con ese objetivo entré, aunque tenía la plaza de supervisora de transporte del Consejo Comunitario de Abasto.

“En la Zanzekan no había ni una mujer, en las comunidades y en las tiendas participaban puros hombres, la última palabra y la primera era de ellos. Estuve ahí del 90 al 94 promoviendo la organización de mujeres y logré juntar un grupo. Ya en 94 o 95 nos constituimos formalmente en la SSS Titekititoke Tajome Sihuame (Las mujeres estamos trabajando). Eso a los señores no les gustó, decían que para qué otra organización si ya estaba la Zanzekan.

“Nosotras estábamos inconformes: si había un evento se decía que el área de la mujer campesina estaba muy bien, pero sólo los hombres hablaban con los funcionarios, a nosotras nos tocaba hacer la comida. Al principio aceptamos calladas, pero después dijimos: ‘¿y yo por qué? Mejor que se rife y a ver a quién le toca’. Había que darle de comer a 800, 500 hasta mil personas. No era fácil el trabajo. Otra cosa eran los cargos; por ejemplo, me tocó ser presidenta del comité financiero y de vigilancia de la Zanzekan, pero finalmente las decisiones eran de dos o tres gentes. Empezamos a protestar.

“Pero además decían: ‘A nosotros nos aprueban los proyectos porque nos vamos de parranda con los funcionarios y Brígida nunca lo va hacer’. Y que me lo comentan. Ciertamente nunca me voy a ir de parranda con los funcionarios, lo que logremos va a ser por un esfuerzo. Por esas cosas me salí de la Zanzekan y tuve que salirme de la Titeki.

“Aunque se desintegró la Titeki, muchas seguimos trabajando por los derechos humanos, nos involucramos en proyectos de molinos de nixtamal y en el abasto; empezamos a trabajar lo del ahorro y préstamo. Pero desde 2001 tenemos otra figura, la Noche Sihuame, donde hay compa-ñeras de Titeki y otras nuevas.

“Con la Noche Sihuame estamos en lo de capacitación, nos hemos involucrado mucho en los derechos de las mujeres. En 2000-2001 estuve becada por la fundación MacArthur, ese recurso sirvió para fortalecer el trabajo con grupos antiguos y nuevos; pero ahora involucramos a los señores, distinto a cuando estaba como Titeki y como Zanzekan. Allá eran mujeres y sólo mujeres, nuestro avance generaba conflictos con los señores; eso me sirvió como lección para involucrar también a los hombres, porque si las mujeres conocen sus derechos pero los hombres siguen en la misma, entonces se siguen dando los conflictos.

“Hablábamos de los derechos de las mujeres indígenas, de las mujeres en general, pero para que fuera atractivo también manejé los derechos de los hombres, porque si no, ellos se sienten excluidos. Tenía que balancear. Presentamos materiales sobre la violación y los maltratos, la violencia hacia las mujeres. Cuando venían los señores, les daba vergüenza y algunos decían que no sabían que pegarle a la mujer estaba mal, para ellos es una cuestión bien natural, como que el hombre es el que manda, es el que mantiene y tiene derecho a golpear porque así les inculcaron. Y a las mujeres les dicen: ‘es tu marido, es tu padre, aguántate’. ¡No puede ser! Entonces cuando se meten en esos temas dicen:’ah, no, pues sí, sí es cierto’, eso va ayudando a que las cosas cambien para las mujeres”. Gisela Espinosa Coordinadora del Posgrado en Desarrollo Rural, UAM-Xochimilco [email protected] Ochoa Estudiante del Doctorado en Desarrollo Rural, UAM-Xochimilco [email protected]

Brígida Chautla•

LAS MUJERES HABLANL i d e r e s a s c a m p e s i n a s d e G u e r r e r o

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Víctor M. Toledo

“La Tierra comenzó sin nosotros y terminará sin nosotros”, esta frase lapidaria y terrible, dicha sin rubor por el célebre antropólogo francés Claude

Levi-Strauss, se puede cuestionar, debatir o comentar, pero lo que ya no se puede hacer es ignorarla o soslayarla. Los innu-merables impactos provocados por la civilización industrial al delicado equilibrio ecológico del planeta, cuya expresión más preocupante es el calentamiento global, han resultado mucho más peligrosos de lo que se había supuesto o especulado. Hoy se viven ya tiempos cruciales, pues es necesario tomar medidas radicales y urgentes que eviten la inminencia de un colapso ecológico en las próximas décadas. Las llamadas de atención han sido las innumerables calamidades climáticas, biológicas, alimentarias, sanitarias y sociales de la década pasada.

El futuro cercano turba ya los sueños de las mentes más lúci-das, de los habitantes más conscientes del planeta, y al mismo tiempo obliga a realizar un replanteamiento de una profun-didad y una radicalidad inesperadas. En los meses recientes, además de reportes de carácter científico, han aparecido sig-nificativas voces de alarma y acciones que llaman la atención sobre la posibilidad de una catástrofe global en corto plazo: el documental de Al Gore, La verdad incómoda, sobre el cambio climático; el Informe Stern preparado para el primer ministro inglés; la significativa frase con la que Fidel Castro terminó su última carta pública de 2006 (“tenemos el deber de salvar a nuestra especie”); el cuarto informe del Panel Internacional so-bre el Cambio Climático preparado por 600 científicos de 40 países (febrero del 2007), y especialmente la obra más reciente del científico James Lovelock, La venganza de Gaia (2006).

Y sin embargo, los responsables no son todos los seres humanos, pues la crisis ecológica global es fundamental-

mente una crisis desatada por la civilización industrial y más específicamente por el capitalismo. Aún más, conforme el tiempo pasa se hace evidente que la causa final de la crisis planetaria se origina en la racionalidad que funda el capital a partir de su diabólica maquinaria acumuladora. No es ca-sual que mientras la crisis avanza se documentan las máxi-mas ganancias de toda la historia del capitalismo, puesto en evidencia por los datos del Índice Dow Jones, la lista de los 946 millonarios reportados por Forbes y los informes finan-cieros de las mayores corporaciones. La responsabilidad de la crisis debe entonces ser matizada no sólo entre sectores sociales o espaciales, sino especialmente en función de las lógicas para producir, circular, transformar, consumir y re-ciclar los bienes y servicios que provienen de la naturaleza. ¿Qué papel juegan en este contexto las áreas rurales?

En los campos, como en los mares, los seres humanos realizan la apropiación del universo natural, primer acto del metabolismo entre la sociedad y la naturaleza: agricultura, ganadería, pesca, caza, recolección, extracción, forestería, acuacultura. Como sucede en el resto de los ámbitos de la vida humana, la historia reciente de las áreas rurales es la historia del conflicto entre las fuerzas dominantes del capi-tal y las fuerzas de resistencia representadas por las formas tradicionales, campesinas o premodernas. En el contexto mundial, 2 mil 600 millones de seres humanos se dedicaban todavía en 2004 a laborar la naturaleza (datos de la FAO) representando 40% de la población total. De esa cifra, que abarca en sentido estricto a la población rural del mundo, entre 60% y 80% son pequeños productores que utilizan mé-todos tradicionales y fuentes de energía solar, animal y hu-mana, el resto son productores modernos o semi modernos.

Las contribuciones rurales a la crisis ecológica del plane-ta surgen fundamentalmente de la expansión de las formas

modernas, especializadas, de producción agroindustrial, en la que enormes espacios y territorios quedan convertidos en “pisos de fábrica”para la implantación de monocultivos agrícolas y ganaderos y modos forestales y pesqueros basa-dos en el aprovechamiento de una o unas pocas especies. Por ejemplo, cuando se revisan los orígenes de los gases de efecto invernadero que están provocando el calentamiento del planeta, las áreas rurales contribuyen con un nada des-deñable 31% proveniente de los campos agrícolas y los pas-tizales ganaderos (13.5%) y la deforestación en las regiones tropicales (18.2%); el resto proviene del transporte (13.5%), la energía utilizada en las casas urbanas (24.5%), la indus-tria (17%) y otros. La responsabilidad rural se amplifica si se consideran los gastos energéticos de los sistemas agroindus-triales, pues éstos trabajan a partir de máquinas movidas por petróleo y gas y requieren para su rentabilidad económica de grandes explotaciones o propiedades.

Las reses a su vez eructan metano, más dañino aún para la atmósfera que el bióxido de carbono. Hoy existen en el pla-neta mil 500 millones de reses, una por cada cuatro huma-nos. La expansión de la ganadería vacuna ha sido, además, la causa principal de la destrucción de millones de hectáreas de selvas y otros ecosistemas tropicales. No son pues los modos milenarios, tradicionales, de uso de la naturaleza los agentes primordiales de la debacle ecológica, sino las formas agro-industriales que buscan la generación masiva de mercancías (agronegocios), aunque en ciertas condiciones (como la pre-sión demográfica) los sistemas tradicionales se pueden volver depredadores. Basados en una estrategia de uso diversificado y de pequeña escala donde la agricultura, la ganadería y el aprovechamiento forestal coexisten en mosaicos de paisajes y donde las fuentes de energía son la solar (directa e indirecta), el músculo animal y la fuerza de trabajo del productor, los sis-temas tradicionales o campesinos son el mejor punto de parti-da para crear sistemas sustentables de producción tales como la agricultura orgánica, la ganadería holística, la pesca respon-sable y la producción forestal ecológicamente certificada.Investigador del Instituto de Ecologí[email protected]

Tiempos de encrucijada ¿Cómo contribuye la agricultura a la crisis ambiental?•

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De una entrevista al titular de la Secretaría de Pueblos Indios (Sepi) del Estado de Chiapas, José Fernando López Hernández Señor Secretario ¿qué signifi cado tiene para quien como usted proviene del movi-miento campesino e indígena, el asumir la titularidad de la Sepi? Efectivamente vengo de la Coordinadora de Organizaciones Autónomas del Estado de Chiapas, coalición de organizaciones campesinas e indígenas formada en 2000, y veo mi nuevo papel como una oportunidad y un reto para impulsar el mejoramiento de las condiciones y la calidad de vida de nuestros pueblos, para promover y hacer efectivos sus derechos. Al asumir el cargo, me planteé tres propósitos: impulsar el reconocimiento y la promoción de los derechos de nuestros pueblos, posicionar a la Sepi como instancia rectora de la política indígena y buscar el fortalecimiento institucional de la Secretaría.

Dentro del primer propósito, en octubre y noviembre del año 2006 se celebraron reunio-nes de consulta con representantes de 214 organizaciones de las distintas regiones indí-genas del estado. Como culminación, el 21 de febrero de 2007 se realizó el Foro Estatal para la Construcción de la Agenda de los Pueblos Indígenas de Chiapas. El resultado fue la formulación de un programa en torno a cuatro grandes tipos de derechos: a la Libre determinación de los pueblos indios y representación política; al Desarrollo con identidad, sustentabilidad, territorialidad y transversalidad de políticas públicas; a la Equidad social para los pueblos indios e igualdad para las mujeres indígenas, y a la Justicia, respeto y defensa de la cultura indígena. La Agenda constituye un programa de lucha orientado al ejercicio de nuestros derechos y una carta de presentación ante los distintos niveles de gobierno para incidir en el proceso de reforma del Estado y en la formulación de políticas públicas en materia de pueblos indígenas.

¿Cuáles son los proyectos que actualmente desarrolla la Secretaría? La Sepi ha dado continuidad a los proyectos para los cuales ya existían recursos asignados desde la administración anterior, pero también está trabajando para construir una estrategia de producción de alimentos en las regiones indígenas de Chiapas, cuyo objetivo central sería elevar los niveles de seguridad alimentaria de la población indígena. Esta estrategia tendrá un enfoque integral, articulando actividades agrícolas y pecuarias, piscícolas, forestales y la medicina indígena, la transformación para incorporar valor agregado y la comercializa-ción de excedentes, así como la construcción de sistemas de captación y almacenamiento de agua con fi nes agropecuarios y de uso doméstico; se basará en los conocimientos locales e incorporará los principios de la agricultura sostenible, así como las experiencias organizativas existentes y generadas a partir de los proyectos que la Secretaría ha venido ejecutando durante los últimos seis años.

Realiza la Universidad Autónoma Chapingo Ferias de la Cultura Rural y del Libro 2007

La Universidad Autónoma Chapingo (UACh) se vistió de gala el 4 de octubre, al inaugurarse la XII edición de su Feria Nacional de la Cultura Rural (FNCR) y la XXIII Feria del Libro Chapingo.

La FNCR, que se desarrollará del 4 al 14 de octubre, arrancó con una conferencia magistral de Carlos Monsiváis, quien pidió a la Universidad promover un diálogo amplio que desmitifi que los conceptos de “urbano” y “rural”, los cuales son di-námicos y cada vez más entrecruzados gracias a la tecnología y que, sin embargo, son estigma-

tizados, el uno con ideas de capitalismo salvaje y modernidad y, el otro, con ideas de atraso, rusticidad y cacicazgos.

El rector, Aureliano Peña Lomelí, destacó que la FNCR espera recibir a 80 mil vi-sitantes, y su objetivo es vincular a los estudiantes y público general con el folclor, al mismo tiempo que revalorar los orígenes de los estudiantes y la identidad nacional.

Sobre una extensión de más de cuatro hectáreas, la FNCR alberga áreas de expo-sición agropecuaria --incluidos desarrollos ligados con investigación de la UACh--, de artesanías, gastronomía, campo ecuestre, teatro universitario, pabellón institucional y juegos mecánicos. Es espacio para 130 espectáculos artísticos y culturales, 280 artesanos y para más de 30 locales de comida regional de todos los estados de la República Mexicana.

La FNCR es dedicada cada año a una región geográfi ca de México, en esta ocasión tocó a la región centro (Puebla, Tlaxcala, Morelos, Estado de México y Distrito Federal).

Por su parte, la Feria del Libro Chapingo 2007, que tiene como invitado especial a Colombia, inició con una lectura ininterrumpida de la novela Cien años de Soledad de Gabriel García Márquez; acto que registró una participación de alrededor de 300 personas y concluyó después de la 1:00 horas del día siguiente.

Esta feria cuenta con más de 60 expositores, incluidas las más importantes edi-toriales, como Alfaguara/Santillana, Diana, Trillas, Mundi-Prensa, Plaza y Valdés, Siglo XXI, Planeta Grande, México Desconocido, entre otros. Asimismo, pre-senta la producción editorial de universidades como: UAM, IPN, UAEM, Colegio de Posgraduados, y de universidades del interior de la República como Nayarit, Aguascalientes, Veracruz y de la misma UACh.

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Con la nueva estrategia gubernamental de militarizar el país, por la supuesta “guerra contra el narcotráfico”, día

a día la vida de cientos de niños, mujeres y hombres se ve trastocada por las fuerzas arma-das con cuarteles y retenes fuera de sus casas. Para comprender qué significa esto, ¿quiénes mejor que los niños zapatistas de Chiapas? A 12 años de la entrada del ejército federal a su territorio, los niños y las niñas siguen expre-sando temor ante metralletas, tanques, heli-cópteros y soldados.

Desde la perspectiva de los niños de una cierta comunidad zapatista (que mantene-mos aquí en anonimato), el llamado “retén militar” es un cuartel con pista de aterrizaje; barracas donde viven los soldados desde 1995, y puesto de control y revisión. Alrededor de él hay negocios clandestinos donde se vende alcohol y droga, algunas casas que alquilan cuartos para los turistas que llegan a pasear a la cascada y casas de prostitución administra-das por gente ajena a la comunidad.

“Los guachos (soldados) viven ahí, ahí lavan, se bañan, juegan cartas” ROLANDO 11 AÑOS.

“Todas las noches ponen música, se ponen bien bolos (borrachos). Mi papá apaga la luz para que no sepan que estamos despiertos y quieran molestarnos” PATI 9 AÑOS.

“Cuando paso con mis hermanas y los sol-dados se están bañando, nos gritan para que los veamos, nos invitan a bañarnos con ellos (…), nosotras corremos” LETICIA 12 AÑOS.

“Traen a sus mujeres, son como sus esposas, pero cada semana cambian” ROSA 12 AÑOS.

Algo que vale la pena resaltar sobre el retén militar es que las tropas federales se renuevan cada mes, al parecer para que no crezca un lazo afectivo con las comunidades. Los niños hablan de estas diferencias de una manera muy particular, por lo que dicen sus mayores y por lo que ven:

“Dice mi abuelito que antes los guachos venían de comunidades pobres, ahora vienen de la ciudad” BETO 11 AÑOS.

“Los guachos son muy grandes, sus ojos no son como los de nosotros, parecen ciegos” SEBASTIÁN 10 AÑOS.

Cuando llegó el ejército a la comunidad, en 1995, los soldados venían de Chiapas, Oaxaca o Guerrero, situación que les permi-tía una cierta identificación con la gente, lo

que provocó que hubiera muchas desercio-nes. Un abuelo nos contó que “los primeros soldados, capitanes incluso, se despidieron antes de irse y hasta les pidieron perdón”. Sin embargo, desde 1998 los militares que llegan a ocupar el cuartel son de estados del norte, como Chihuahua, Sinaloa, Sonora, cuyas di-ferencias culturales y físicas son tan marcadas que no existen puntos de relación.

“Cuando llegaron los soldados, nos tuvi-mos que ir a la montaña; mi mamá dice que estuvimos allá arriba como una semana, yo era tut alal (bebé) todavía, por eso tenía mie-do y lloraba mucho; fue en febrero, hacía mu-cho frío” CRISTINA 11 AÑOS.

“Cuando llegaron hacía mucho viento, volaban aviones bajito, bajito; traían tan-quetas, ametralladoras, disparaban al aire; todos corríamos, los priístas se encerraban en sus casas; nosotros nos tuvimos que huir a la montaña, nos querían matar” JULIÁN 12 AÑOS.

“Cuando regresamos de la montaña, di-cen que mis abuelitos lloraron, los soldados quemaron todo, construyeron el retén en los solares de mis tíos porque sabían que éramos zapatistas y ahí siguen en nuestras tierras” JUAN MANUEL 11 AÑOS.

“A mi tío lo persiguieron los perros, unos perros negros que los soldados soltaban to-das las noches. No podíamos salir de nues-tra casa, ni encender velas, ni hacer ruido” MIGUEL 11 AÑOS.

“Antes de que llegaran los guachos, dice mi abuelito que tranquilo caminabas por la montaña, no había carretera; sí pues, se ne-cesitaba la carretera para sacar los costales de café, pero no se necesitaban soldados” BETO 11 AÑOS.

A pesar de que para muchos niños el re-tén y los camiones militares forman parte del paisaje de su comunidad, son un referente de agresión al que no pueden acostumbrarse.

“Yo estaba muy chiquito, pero me acuerdo que para ir a la milpa teníamos que caminar mucho por un camino largo de tierra blanca, finita (…) y los soldados ya estaban ahí, apun-tando con sus armas” ROLANDO 11 AÑOS.

“Cada mes cambia la tropa, llegan un chingo de camiones llenos de soldados; cuan-do pasan mi hermanito Milo se asusta y se esconde en la leña” JOSUÉ 9 AÑOS.

Niños y la guerra en Chiapas“Sus ojos no son como los de nosotros” •

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Los Tribunales Agrarios

Históricamente la cuestión agraria en México ha descan-sado en la íntima relación del hombre con la tierra. La concepción de propiedad no es más que la fuerza de unión-pertenencia entre seres vivos; entre el que cuida, procura y pide y la que entrega generosa sus frutos, la madre tierra.

En este sentido, la lucha por mantener la tierra es de raíz profunda, pues bajo las formas conocidas de pro-piedad prospera la fortaleza o, en su caso, la debilidad del agro.

México es el único país con tres formas de tenencia en el campo: la propiedad privada, la ejidal y la comunal, siendo estas dos últimas parte de la esfera social.

Aun cuando la simbiosis hombre-tierra es indestructi-ble, ésta debe contar con el marco jurídico que permita la seguridad necesaria para trabajarla.

La demanda social emanada de la lucha por la tierra –esencia de la Revolución Mexicana-- puso de manifi es-to la necesidad de constituir Tribunales que aseguraran la propiedad rural. Su creación se resume en la máxima de don José María Morelos y Pavón: “habrán de consti-tuirse Tribunales especiales que defi endan a los pobres e ignorantes de las injusticias de los poderosos”.

ÓRGANOS AUTÓNOMOS Y ESPECIALIZADOSCon la reforma del artículo 27 Constitucional, publicada en enero de 1992, se establecieron los Tribunales Agrarios, dando respuesta a una extendida aspiración social.

Se constituyen como órganos federales dotados de plena jurisdicción, autónomos y especializados, a los que corresponde la administración de la justicia agraria en todo el país. Surgieron para resolver las controversias que se susciten con motivo de la tenencia de la tierra, de su explotación y aprovechamiento.

Su creación dio respuesta a la necesidad de que el derecho y los litigios de relevancia jurídica se resolvieran por órganos judiciales.

La modifi cación constitucional que dio origen a los Tribunales previó su actuación en dos dimensiones:

a).- Competencia transitoria para poner fi n al “rezago agrario” y lograr que los legítimos derechos de todas las formas de tenencia quedaran defi nitiva y plenamente es-tablecidos y documentados.b).- Competencia ordinaria. Con un sentido anticipatorio, se les asignó la responsa-bilidad de otorgar defi nitividad jurídica a las controversias relativas a la tenencia de la tierra en ejidos y comunida-des, a las existentes entre ellas y a las referentes a sus límites, entre otros asuntos, para propiciar certidumbre en el campo, seguridad jurídica y paz social, para alentar la inversión, la productividad y el desarrollo sustentable.Los Tribunales Agrarios son autoridad sustituta del Titular del Ejecutivo Federal para cumplir ejecutorias pronunciadas en juicios de amparo en contra de las resoluciones presi-denciales relativas a tierras y aguas, cuando éstas orde-nen efectos procesales para emitir una nueva resolución.

Los Tribunales Agrarios están integrados por un Tribunal Superior Agrario y 49 Tribunales Unitarios Agrarios que actúan en todo el territorio nacional. En 1992, al iniciar su funcionamiento se crearon 34 Tribunales Unitarios Agrarios; y en ocho años surgieron 15 adicionales.

COMPETENCIA Y ATRIBUCIONESI.- Tribunal Superior Agrario. Está conformado por 5 Magistrados Numerarios, uno de los cuales es su Presidente; y tiene entre sus atribuciones:

Actuar como segunda instancia, conociendo del Recurso de Revisión en contra de sentencias dictadas por los Tribunales Unitarios Agrarios en juicios que se refi eran a confl ictos de límites de núcleos de población y a restitución de tierras; y en los juicios de nulidad contra resoluciones emitidas por autoridades agrarias.

Establecer jurisprudencia, para lo cual se requerirán cinco sentencias en un mismo sentido, no interrumpidas, aprobadas al menos por cuatro Magistrados.

Además, resuelve los confl ictos de competencia entre los Tribunales Unitarios Agrarios, los impedimentos y ex-cusas de los Magistrados y las excitativas de justicia.

Es encargado, en general, de proveer la administra-ción de la justicia agraria.

II.- Tribunales Unitarios Agrarios.A cargo de un Magistrado Unitario, están abocados a

la impartición expedita y honesta de la justicia agraria, con objeto de garantizar:

La seguridad jurídica en la tenencia de la tierra ejidal, comunal y de la pequeña propiedad.

Otorgar prioridad constitucional a los litigios por lí-mites de terrenos ejidales y comunales entre dos o más núcleos de población, o entre éstos y pequeños propietarios.

Conocer de la restitución de tierras, bosques y aguas a los núcleos de población o a sus integrantes, contra actos de autoridades administrativas o jurisdiccionales, fuera de juicio, o contra actos de particulares.

Tomar conocimiento del reconocimiento del régimen comunal.

Realizar juicios que extingan un derecho o determi-nen la existencia de una obligación en el ámbito agrario.

Conocer de las controversias agrarias entre ejidata-rios, comuneros, posesionarios o avecindados; así como las que se susciten entre éstos y los órganos del núcleo de población.

Solucionar las controversias relativas a la sucesión de derechos ejidales y comunales.

Resolver los negocios de jurisdicción voluntaria en materia agraria.

Conocer de las controversias relativas a los contratos de asociación o aprovechamiento de tierras ejidales.

PRINCIPIOS BÁSICOSLas características que sustentan la vida de los Tribunales Agrarios son:

Están integrados por Magistrados propuestos por el Ejecutivo Federal y designados por la Cámara de Senadores o, en los recesos de ésta, por la Comisión Permanente.

Son órganos dotados de autonomía y jurisdicción plena, encargados de conocer y resolver, en conciencia y buena fe guardada, las disputas agrarias.

Los valores que alimentan el derecho social son parte fundamental del derecho agrario y representan el compromiso del juzgador, quien tiene encomendado ac-tuar con imparcialidad, objetividad, apego a la legalidad, honradez y transparencia.

Al ser Tribunales especializados, tienen principios:Itinerancia: Signifi ca que el Tribunal se desplaza a los

lugares en donde residen los campesinos para impartir la justicia, con un profundo sentido humano.

El Tribunal actúa dentro del territorio donde ejerce su jurisdicción, llegando al poblado o al lugar cercano don-de viven los campesinos para realizar las audiencias y recibir las pruebas.

Legalidad: La legalidad domina en el enjuiciamiento moderno. El proceso se halla gobernado por la Ley, no por la voluntad del juzgador o de las partes, salvo que la Ley misma autorice la función integradora de los órga-nos jurisdiccionales.

Igualdad entre las partes: La igualdad de los hom-bres ante la Ley se proyecta hacia el proceso. Los su-jetos que comparecen ante un juzgador deben recibir exactamente el mismo tratamiento.

Oralidad: Implica que ingresen al procedimiento los actos formulados oralmente; que todas las actuaciones se desarrollen ante el juzgador, quien las percibirá de forma oral y directa. Se complementa con la parte escrita de proceso.

Inmediación: Consiste en la presencia del juzgador, presidiendo las audiencias y conociendo directamen-te las pretensiones de las partes y sus pruebas. Los Tribunales Agrarios son los únicos órganos jurisdiccio-nales en el país donde la Ley exige la presencia directa del Magistrado en los eventos procesales.Si no hay in-

mediación, es decir, presencia judicial constante y atenta pendiente del conocimiento de la verdad, carece de sen-tido la oralidad del juicio y la celeridad del proceso, pero además la Ley establece que serán nulas las audiencias que no presida el Magistrado.

Celeridad: La economía procesal implica realizar los fi nes del juicio con el mínimo de actos. Se previene: simplifi cación en las formas de debate, limitación de las pruebas, reducción de los recursos uninstanciales y eco-nomía pecuniaria.

Los Tribunales Agrarios son los únicos órganos juris-diccionales en el país en que la mayoría de los asuntos son de una sola instancia, lo que evita demoras en la im-partición de justicia, reduce las costas y los gastos de las partes, así como la erogación estatal, al no requerirse un incremento de la burocracia judicial.Por ello únicamente existe una sola sala, y no un sinnúmero como en el caso de otros tribunales de justicia.

Del total de resoluciones emitidas por los Tribunales Unitarios Agrarios, el 90% son uninstanciales, ya que sólo por excepción, en los casos que la Ley establece, procede el Recurso de Revisión en contra de sus senten-cias y que conoce como Tribunal de alzada el Tribunal Superior Agrario.

Conciliación: Se insiste cada vez más en las virtudes del avenimiento, a través de la conciliación entre los liti-gantes, que moderan el alcance de sus intereses contra-puestos y de tal suerte evitan el pronunciamiento judicial.

La misión compositiva del Tribunal se ejerce dentro de la audiencia, no antes de ella, y tiene un carácter dinámi-co y propositivo, pues el Tribunal “exhortará” a las partes, no se limitará a recibir de éstas su voluntad conciliadora. Y el convenio logrado pone término al juicio.

Audiencia Campesina: Se da atención y orientación directa a los campesinos a través de las Unidades de Audiencia Campesina existentes en el Tribunal Superior y en los Tribunales Unitarios.A través de la audiencia se proporciona información sobre el estado de trámite de los juicios agrarios a las partes, se da respuesta a sus promociones escritas o se canalizan los asuntos cuando éstos son competencia de otra autoridad. También, en ocasiones, se realizan notifi caciones o se da vista de los expedientes. Todo lo cual permite la pronta y expedita atención e información a los destinatarios de la función jurisdiccional de los Tribunales.

Carrera Judicial: Los Tribunales Agrarios promueven la carrera judicial, iniciada por el ingreso del personal mediante concurso de oposición en puestos de jurisdic-cionales, desde actuarios hasta secretarios de acuerdos. Ello ha permitido la conformación de un valioso cuerpo de especialistas del derecho agrario.

EL FUTUROA más de 15 años de su creación, los Tribunales Agrarios han contribuido a una nueva cultura agraria fundada en el respeto a la Ley. Han permitido consolidar la seguridad jurídica en el campo. Se han prevenido actos al margen de la Ley, como las invasiones de tierras. La nueva le-galidad agraria es base de la transformación productiva del campo.

Pero hay tareas por delante: se debe ampliar la cober-tura de los Tribunales Agrarios en todo el territorio nacio-nal.Deben realizarse reformas jurídicas para normar, de manera más precisa, los actos procesales en el juicio, así como reformar la Ley de Amparo con el fi n de acabar con la incertidumbre jurídica y con supuestas banderas que sólo generan trastornos sociales y enfrentamientos estériles.También es de primera importancia que los Tribunales Agrarios incluyan en su competencia cues-tiones que atañen al desarrollo sustentable. Hay que dotarlos de capacidad para resolver controversias entre las diversas formas de tenencia con el respeto a la nor-matividad ambiental y a las áreas naturales protegidas.Deberán establecerse disposiciones concernientes al agua, en el marco de la política de uso de este recurso.Los Tribunales Agrarios son parte sustantiva para hacer realidad la cultura agraria del tercer milenio.

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¿Casualidad o causalidad? Es la pregunta con que respon-

de Víctor Suárez Carrera a la inte-rrogante de por qué los precios de la tortilla se elevaron en forma desme-dida en el primer mes de 2007 y se sostienen caros a lo largo del año.

El gobierno no informa. Hubo falacias y desinformaciones prove-nientes del Ejecutivo federal sobre el fenómeno, pero la explicación está en la filosofía del dejar hacer y dejar pasar con que las autorida-des asumen el libre comercio, y que desde 1994 –cuando desapare-cieron Conasupo y los precios de garantía del maíz– se traduce en fuertes monopolios en la cadena maíz-tortilla, los cuales, gozando de poder político, cuentan con ins-trumentos, incluidos subsidios pú-blicos, para manipular el mercado.

Baste decir que Maseca repre-senta 80 por ciento de las tortillas hechas con harina de maíz, y al-rededor de 45 por ciento del total de 6.8 millones de toneladas de tortillas (de harina y nixtamal) que se comercializan en el país al año, además de que –apuntalada desde el gobierno de Carlos Salinas, con su entonces secretario de Agricultura Carlos Hank González, consuegro del dueño de la empresa, Roberto González– es la líder mundial en producción de harina de maíz.

Y baste decir que Cargill –que controla el principal puerto de entrada de granos del país, en Ve-racruz–, compró a mediados de 2006 y almacenó 600 mil toneladas de maíz de Sinaloa para luego ven-derlas en el valle de México a más de 3 mil pesos por tonelada, aprove-chando la tendencia alcista de los precios internacionales del cereal.

En entrevista, Víctor Suárez, director de la Asociación Nacio-nal de Empresas Comercializa-doras de Productores del Campo (ANEC), comentó: “al apostarle al libre mercado, el gobierno ha colocado al maíz como un com-modity más, sin considerar la soberanía nacional y sin contar con una reserva para el país. Se ha lavado las manos frente a los problemas de abasto del cereal, lo cual es insólito, pues en ningún

otro lugar del planeta se observa ese desentendimiento de la segu-ridad alimentaria, de los cultivos básicos”.

El “tortillazo de Calderón”. A 35 días de iniciado el nuevo go-bierno, los precios de la tortilla se dispararon a niveles de nueve a 10 pesos por kilo en el Distrito Fede-ral, esto es, subieron 67 por ciento en un solo mes, y en varios lugares de la República llegaron hasta 15 pesos por kilo.

El asunto no es menor. Las tortillas brindan 47 por ciento del consumo calórico promedio de la población. Y en particular para las capas más pobres, el aporte supera 60 por ciento.

El elemento que desató el alza de la tortilla fue el aumento de los precios internacionales del maíz, los cuales pasaron de 80 a 160 dóla-res por tonelada puesto en Estados Unidos (de dos a cuatro dólares por bushel) entre enero de 2006 y ene-ro de 2007.

La reacción primera del gobier-no federal fue de puros traspiés, comentó Suárez. Las secretarías de Agricultura y Economía decla-raron que esto era una “burbuja especulativa temporal”, y que la tortilla recuperaría sus bajos precios. También dijeron que las cotizaciones internacionales del maíz eran la única causa del tor-tillazo. “De ser así, ¿por qué la tortilla no ha bajado si el maíz, co-tizado en Chicago, ha registrado desde enero momentos de precios inferiores, como 3.60 dólares por bushel en abril o 3.56 a finales de junio, e incluso 3.25 a mediados de agosto?”

También el gobierno federal, que por su adicción al libre co-mercio ha dejado de sentir el pulso minuto a minuto de lo que pasa con el maíz, afirmó que ha-bía problemas de producción en el mundo, “cuando en realidad lo que ha pasado es que cambió la configuración oferta/demanda, por un uso intensivo del grano en EU para generar etanol”.

Suárez relató que en el fenó-meno del tortillazo influyeron decisiones irresponsables del go-

bierno, como el hecho de que en agosto de 2006 Agricultura subsi-dió exportaciones de maíz blanco y colocación del grano en manos de industriales pecuarios por más de 1.5 millones de toneladas de co-secha sinaloense, aun cuando ya los precios internacionales iban al alza y se avizoraba el desplome de inventarios en EU, además de co-nocerse con claridad que hay poca disponibilidad de maíz blanco en el orbe. Esto –que derivó en te-mores de desabasto– obviamente alimentó la especulación en favor de los monopolios.

Privilegios a los oligopolios. El gobierno de Calderón está en la tónica de sus antecesores desde Salinas: apoyar a los grandes em-presarios. Por eso en enero y abril de este año la Presidencia firmó “acuerdos de estabilización de los precios de la tortilla” con los monopolios (Maseca, Wal-Mart, Bimbo, Cargill(…) y con moli-neros no representativos), e hizo oficial el alza de los precios en el nivel de 8.50 pesos por kilo.

Un tercer pacto sobrevino el 15 de agosto, pero –dado que los pre-cios internacionales presentaban una situación más “relajada”, mo-viéndose alrededor de los 3.20-3.25 dólares por bushel, influidos por buenas expectativas de cosecha de EU– los acuerdos se centraron en apoyos gubernamentales para me-joras productivas en tortillerías.

Cabe destacar que el pacto de abril implicó “un regalo de 2 mil millones de pesos de subsidios a la comercialización en favor de no más de 20 grandes empresas harine-ras, comercializadoras y del sector pecuario” para que adquirieran la cosecha de maíz de Sinaloa. Ello, sin ningún compromiso a cambio para bajar los precios del maíz, la harina de maíz, las tortillas o los productos de origen animal.Lourdes E. Rudiño [email protected]

DEL TORTILLAZO AL BOLILLAZOAlimentos: espiral inflacionaria •

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Lo que este año comenzó denominán-dose “etanoinflación” con la tortilla

como protagonista, se convirtió ya en agro-inflación extendida. Aunque el secretario de Economía, Eduardo Sojo, se tape los ojos, la evolución del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) muestra que productos del campo, como leche, frutas y verduras, influyen sustancialmente para llevar el indi-cador al alza.

En su acumulado anual hasta el 15 de sep-tiembre, el INPC o inflación fue de 3.99 por ciento, arriba de la meta oficial de corto plazo de 3 por ciento. Sólo en la primera quincena de septiembre el incremento del índice fue de 0.62 por ciento, y “destacó la mayor contribu-ción a la inflación general del grupo de frutas y verduras, así como la de bienes y servicios administrados”, reportó el Banco de México.

Y hay que esperar más. Similar a lo ocu-rrido con el maíz a inicios de 2007, pero de forma más abrupta, los precios internaciona-

les del trigo se dispararon desde mediados de agosto. En el mercado de futuros de Chicago pasaron del nivel de 6.9 dólares por bushel (253 dólares por tonelada) a 8.8 por bushel (323.34 por tonelada) a fines de septiembre. Estas cotizaciones se comparan con 4 dólares por bushel registrados en agosto-septiembre de 2006.

“En muy pocos días los precios del costal de harina de trigo de 40 kilos se duplicaron. Subieron de mil 800 a 2 mil 700 pesos(...) Nosotros no hemos subido el precio del pan, porque las panaderías que están alrededor no lo han hecho(...) saldríamos de competencia. Pero en un momento dado, todos tendremos que elevar precios”, señaló una microempresa-ria panadera del sur de la ciudad de México.

Según Eduardo Sojo, los precios del bolillo por unidad se han elevado de 1.16 pesos en enero a 1.24 a fines de septiembre, o sea “sólo ocho cen-tavos”, y en cuanto al pan dulce, dijo a la prensa, funcionarios de la Secretaría de Economía sos-tuvieron pláticas con industriales del pan y de la harina de trigo, quienes manifestaron que “espe-rarían que ya no haya modificación en el precio del trigo durante el resto del año”.

Sojo sin una lógica clara. El secretario de Economía dijo que si hubiera un evento que suba más los precios internacionales del tri-go, de inmediato Economía abriría fronteras para que los industriales de la harina impor-taran el grano a precios más baratos.

Como si el trigo que México importa pudiera mantenerse barato, por alguna razón mágica.

Lo que al parecer desconoce Sojo son las condiciones del mercado internacional, el cual muestra que sequía en regiones exportadoras --el norte de Europa, Australia y Argentina-- ha reducido rendimientos y cosechas.

Los precios del trigo están en sus máxi-mos históricos y van de la mano en su ten-dencia alcista con otros granos como cebada, sorgo y el propio maíz. Todos son influidos por la demanda de maíz para generar eta-nol, y en México ya están reflejando conse-cuencias en alzas en pollo, huevo, carne y pronto en pan.

El año comercial del trigo 2007-2008 (julio-junio) registrará una producción de 607 mi-llones de toneladas, mientras que el consumo será de 614 millones. Y los inventarios mun-diales del cereal han caído “dramáticamente” en los últimos tres años de 140 millones de toneladas a 111 millones. Todo lo cual apunta a que los precios sigan su línea alcista, según el Consejo Internacional de Granos.

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Eckart Boege

México y Centroamérica le han regalado a la huma-nidad 15.5% del germoplasma que se utiliza en el sistema alimentario global, y es el maíz el más im-

portante por su enorme versatilidad en usos. Este reservorio genético único está vivo y ha sido adaptado y transformado constante e ininterrumpidamente durante 350 generaciones, por miles de campesinos, indígenas en particular.

En paralelo al cultivo del maíz de la agricultura industrial, la mayoría de los campesinos mexicanos siembra maíz indígena o nativo y varios en policultivo, en lo que genéricamente se llama milpa, conservando y desarrollando los recursos fitoge-néticos originales.

La milpa es un conjunto de sistemas intensivos y semintensi-vos desarrollados sobre todo en las peores tierras, y los recursos fitogenéticos abarcan, según zonas y agroecosistemas, distintas razas y sus variedades de maíces, frijoles, calabazas, chiles, ji-tomates, tomates, quelites, quintoniles, huauzontles, epazote, acuyo, chayotes, chipile, verdolagas, amaranto, camotes, gira-soles, chía, agaves, nopales, aguacates, algodón, frutas tanto tropicales y de áreas templadas, etcétera.

Pero con el marco legal nue-vo –la Ley de Bioseguridad y la Ley de Semillas–, que fue cabildeado por las trasnacionales, las semi-llas nativas entran en riesgo de desaparición, lo cual es equi-parable a la extinción de especies y ecosistemas. La primera ley remite sus salvaguardas a un reglamento aún no aprobado, y la segunda criminaliza a los productores que intercambien simiente afuera de los procesos de certificación de origen.

Control de multinacionales y prácticas campesinas híbridas. Del total de semillas mejoradas disponibles en México para cultivo comercial, 92% es de privados, principalmente tras-nacionales; 5% corresponde a pequeñas compañías, y sólo 3% es de variedades del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), de alta calidad y libre acceso. El control de las semillas significa un negocio mi-llonario, cuando debiera ser un bien público.

Las semillas de trasnacionales son de acceso restringido y con propiedad intelectual, y las nativas son de acceso abierto. Si se eliminan las nativas, las trasnacionales controlarían todo el mercado de recursos fitogenéticos en que se basa la alimen-tación mexicana.

Los maíces nativos están en su mayoría en las comunidades indí-genas que cultivan unos 2 millones 863 mil 500 hectáreas, esto es,

11% de su territorio. De ellas, 2 millones 500 mil son

de temporal y en su conjunto 43% son laderas de más de 10% de inclinación.

Estos maíces se encuentran en parte en los acer-vos de conservación ex situ. Sin embargo, es necesario que

haya un ir y venir entre la conservación ex situ e in situ (en campo), y reponer aquello que se esté perdiendo en las comunidades.

No hay evaluaciones recientes del impacto de las políticas de globalización sobre la extensión de tierras en que se siembran las distintas variedades. Pero estudios puntuales revelan pérdi-das importantes de germoplasma, agroecosistemas y procesos intelectuales que sostienen la agricultura campesina.

Hoy día ocurre una hibridización de prácticas en donde par-te de la agricultura indígena utiliza elementos de la industrial (fertilizantes, semillas mejoradas, plaguicidas, mecanización profunda). Estas especies domesticadas han devenido varieda-des; los campesinos van sometiendo la milpa a las presiones evolutivas de un medio ambiente cambiante y megadiverso, y a las preferencias culturales.

Producir más con semillas propias. La agricultura bimodal, industrial y tradicional, exige un tratamiento no sólo en favor de la primera. México no es Estados Unidos ni Canadá, sino uno de los centros de origen y diversificación vivos más importantes del mundo. La mayoría de los recursos fitogenéticos domesticados es patrimonio de los pueblos indígenas, pero eso no lo reconoce la Constitución, y las leyes están favoreciendo a las trasnacionales. El tema es relevante, pues estamos en la encrucijada de definir estrategias para triplicar la producción para el año 2050.

La nación mexicana debe decidir si va a utilizar la otra tecno-logía (una biotecnología suave no transgénica) para generar 500 variedades adaptadas inclusive a los cambios climáticos, a partir del acervo genético vivo, único en el mundo, que no tiene precio,

o ser presa de la erosión genética promovida por la co-mercialización de las trasnacionales, o bien el abando-no inducido o no de las razas o variedades indígenas.

Debemos fortalecer el trabajo de las instituciones públicas de investigación a partir del acervo genético. Pero la tarea no es sólo de ellas. Es necesario un nue-vo modelo de desarrollo del agro con amplia partici-pación de los fitomejoradores(as) indígenas. Impulsar una política agresiva de conservación y mejoramien-to in situ, además de introducir en las reformas del Estado y de la Constitución el reconocimiento de los derechos biológicos colectivos y de su custodia.Investigador del Centro INAH Veracruz [email protected]

EL MAÍZ,REGALO DE MESOAMÉRICA AL MUNDO

Riesgos de desaparición de variedades y razas nativas

Indígenas, custodios y mejoradores del cereal

Maíz caribe

Nuestra palabra de maízTlaolh toltecaIdhidh huasteco

Tsíri purÉpechaNijme mazateco

Kuxi totonaca

Centli zahuatl

Ixi´in aguacateco

Ixim kan

jobal

Ijua pame

Nue choch

olteco

Mku ch

inanteco

Sunuku rarÁ

muri

Ungí tepehuano

Jatzo seri

ÓÓ

S huav

e

Ta´yiit kiliw

a

Batchi may

o

Ix´im la

candÓn

Suunú guarojio

Tlayholi nahuatl

Territorio de los pueblos indígenas de México

AmarilloAnchoApachitoArgentinoArrocillo AmarilloArrocillo AzulArrocillo BlancoArrocilloAzulBofoBlando (i)Blando (O)BLJUNIBolitaCacahuacintleCAFIMECarmenCATSULCelaya

ChalqueñoChapaloteClavilloComitecoComplejo BlancoConejoConicoConico NorteñoCOSCOMComplejo Cristalino de ChihuahuaCristalinoComplejo Serrano de JaliscoCubanoDulcillo del NoroesteDulcillo del NoroesteDzit BacalDzit BnElotes Cónicos

GordoHarinosoHarinoso de 8HembraJalaLady FiMaizónMaíces Dulces MezclaMushitoNal TelOlotilloOlotónOnaveñoPalomeroPepitilaPerlaReventador

San JuanTablillaTabloncilloTabloncillo PerlaTamaulipecoTampiqueñoTehuaTepecintleTunicadoTuxpeño NorteñoTuxpeñoUS POPVandeñoXmehenZamorano AmarilloZapalote ChicoZapalote Grande

Todo México es centro de origen

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