No le paren bola

8/20/2019 No le paren bola

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EL MAESTRO COMO MENTOR DE CONVIVENCIA ESCOLAR

AutorLUIS ALFREDO GONZÁLEZ MONROY

Magister en eduai!n

"a"#redgon$a"e$%&a'oo(es

Gru)o Interindisi)"inario de E*a"uai!n +edag!gia GIE+

Gru)o Regi!n Cari,e REGCARI-E

Uni*ersidad de" Magda"ena

RESUMEN

El presente artículo tiene como interés primordial llevar al lector a hacerse una auto-

reflexión y en su defecto una meta-reflexión sobre sus prácticas de pedagogía social

desarrolladas en la cotidianidad de la escuela, desde la perspectiva de vivencia y

convivencia escolar.

La armonía en la escuela no se puede seguir admitiendo en términos de normas

legales, sino más bien desde términos ue impliuen formación humana integral, es

decir, desde la acción y la actuación pedagógica. ! manera de símil se diría ue el

maestro"a de la presente era está llamado a emular al fiel amigo de #lises, $entor,

uien como excelente pedagogo sirvió de guía al hi%o del héroe de &taca, mientras éste

combatía en 'roya. (or lo tanto cada maestro"a con su sabiduría y experiencia, se

empodera del contexto cultural y curricular donde se halla inmerso en su uehacer)

para asumir con todo rigor el compromiso y la confian*a ue la familia y la sociedad le

han depositado, en el afán de formar una nueva generación de seres humanos capaces

de vivir y convivir en el placer de estar %untos.

+ALA-RAS CLAVES. Con*i*enia/ urr0u"o/ #a1i"ia/ 1aestro(

El maestro de hoy está llamado a ser una persona autoreflexiva, autoregulada) una

persona ue es capa* de reconocerse en sus atributos esenciales y en todas las

modificaciones ue en si mismo experimenta. +o puede olvidar de ninguna manera

ue hace parte de la naturale*a y de un ecosistema en permanente destrucción, dos

lugares donde cada día sus maneras de vivir se hacen más imposibles. Es necesario

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entonces ue promueva el respeto hacia las cosas y los seres con los cuales se

interrelaciona en su cotidianidad plantas, animales, minerales, cosas y personas) en

un constante conversar.

$aturana //0 a1 plantea ue un buen maestro es auel ue aprende de

manera constante a ser responsable y consciente desde su ecología mediática en la

conservación de su habitar como ser humano, entendido éste como un habitar ue

generamos continuamente con nuestro hacer. El no saber conversar con los ob%etos

animados o inanimados ue nos rodean convierte a éstos en nuestros opresores y

carcelarios, pero a estas conversaciones ue hemos venido referenciando no hay ue

desestimarlas, porue en los seres humanos por e%emplo están fortalecidas con las

emociones.

2usto es decir ue la familia es de por si el espacio natural donde los seres

humanos potenciamos aspectos muy propios de la especie, como la autonomía y el

desarrollo de una cultura endógena. En ella se desarrollan además unas maneras de

vivencia y convivencia entre adultos y ni3os, en donde para estos 4ltimos la familia se

convierte en el primer firmamento para construir sociedad y humanidad. !l respecto(ére* //5, p.061 nos afirma

El niño nace inmerso en un modo de vida –una cultura- que hanconstruido quienes le preceden, y debe aprender a convivir con ellosasumiendo como suyo el mundo que estos ya viven, en un proceso quedura toda la vida. Este proceso lleva a que el niño vaya interiorizando enla interacción con los demás la cultura del grupo en el que convive, socializándose, es decir, integrándose al mundo de los otros, de maneraespontánea y natural .

El otro espacio de sociali*ación e interacción del ni3o es la escuela, vista no

como los maestros la hemos venido construyendo en el inconsciente colectivo de la

comunidad educativa donde laboramos, ba%o el concepto de ser un establecimiento

establecido donde se reforma, se disciplina, se castiga la mala crian*a o simplemente

se ense3an algunos saberes para poder estar insertos dentro de unas normas sociales

ue la sociedad ha institucionali*ado para las 7personas normales8. $ás bien desde el

lengua%e ue empleamos en el discurso del conocimiento especifico al momento de

mediar con los alumnos en cada una de nuestras clases y cursos ue nos convergen.

Es decir, y a modo de e%emplo si somos maestros de matemáticas, desde el lengua%e

de la disciplina matemática desarrollar convivencia en el vivir matemático) igual

aplicación se puede llevar en las otras disciplinas del currículo.

Es importante advertir entonces, la verdadera importancia del currículo escolar

en el desarrollo sostenible de armonía al interior de la escuela. El currículo como

producto de una construcción social, es la 4nica manera con ue cuenta una

comunidad para ue sus hi%os"as desarrollen sus posibilidades. El rol de la escuela

postmoderna está encaminado a asumir e implementar los mecanismos necesarios

para mediar y direccionar a la sociedad dentro de la dinámica de sus patrones

culturales, entendidos éstos como el con%unto de ideas fundamentales ue caracteri*an

el pensamiento de una sociedad, esto es lo ue es ideología y del cual el currículo

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escolar sí ue tiene bastantes matices) a esto 4ltimo 9asanova 5:::, p.:;1 afirma al

respecto “El currculo escolar resulta altamente in!luido por la ideologaimperante en una sociedad" y reproduce una cita de >, p.p.5-5?1

El currculo escolar, como otros aspectos de la vida social, está !ormado

ideológicamente. #s las !ormas dominantes del curriculum escolarre!le$an las !ormas ideológicas dominantes en la sociedad. %a vida y eltraba$o de las escuelas pueden caracterizarse en los mismos t&rminosque la vida y el traba$o de la sociedad en general'

!sí en cada acción educativa de la escuela van implícitos unas ideas imperantesde la sociedad, no seguirlas es romper la armonía y desatar un conflicto de enormes

proporciones. ! lo anterior @on*ále* //>, p. ?>1 nos da un e%emplo de una

respuesta con vo* entrecortada dada por el rector de una escuela rural, al indagársele

por el trato ue recibió de sus padres cuando fue ni3o 2!ue una educación'uhmrecia' una educación recia'de la' de la tradicional que'que'donde nos

inculcaban a pesar'a'a'a re$os digamos as los valores y el respeto hacialos demás." El mismo autor al descodificar su e%emplo, revela ue en la familia delmaestro en referencia, la convivencia se llevaba desde un autoritarismo hegemónico-

patriarcal y los golpes recibidos no tenían la connotación de violencia, sino ue fueron

un simple castigo al no cumplir una regla del orden moral, en una cosmogonía

previamente convenida por la sociedad, de ahí ue la víctima no exprese ning4n

vestigio de rencor hacia sus padres.

!l respecto Auarte, 2urado B =erna s.f. p. ;1 afirman ue hasta hace poco,

los hi%os eran criados en el respeto a las tradiciones y en la creencia de los baluartes

de lo político y religioso, creando en ellos la mentalidad de ue la estructura social se

sustentaba en las 7obligaciones8 de sus integrantes con la colectividad. C citando a9alderón //5.p.55>1 para argDir ue no obstante, antiguamente los adultos e%ercían

una autoridad sobre los %óvenes de manera rígida y vertical, les creaban el sentido de

una 7deuda simbólica8 con los principios fundantes de la comunidad para saber ue no

se vivía se diría también convivía1 para sí, sino el reconocer a la colectividad como

deudora de un pasado y sabedora de ue el mundo no termina con ella.

(or otro lado la crisis de nuestra sociedad surge desde el momento en ue se

desintegra la familia y su rol es asumido por la escuela, entendida esta 4ltima no como

el espacio donde los ni3os solamente aprenden conocimientos básicos para la vida en

la distinción ética del bien y del mal) sino como el espacio donde se ha fundado el

cumplimiento de unas leyes concernidas en el orden %urídico en contraposición al fuerointerno y al respeto ue se merecen las personas humanas. $aturana y Aávila s.f.

videoclipF1 nos explican la diferencia entre la ética y la moral para una sociedad ue

pretende convivir en armonía

(tica y moral son dos acciones radicalmente e)tremas* en la &tica la preocupación está por la consecuencia de los actos propios* por e$emploestoy consciente de que estoy atento en no hacer daño a otros' o sea soy consciente de que las consecuencias de mis actos no dañen a otros,

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la moral es radicalmente distinta* la palabra tiene que ver con lasnormas, con las costumbres, uno es moral cuando cumple las normas. Enla moral a las personas las normas les importan, en la &tica lo queimporta son las personas, los otros con los cuales uno convive. +ay una sola &tica pero hay muchas morales. no puede ser moral y no &tico."

9on lo anterior, en un e%ercicio de autoreflexión como maestros, nos podemos

dar cuenta ue cuando actuamos en la escuela somos muy moralistas desde nuestros

intereses y miedos, ueremos aplicar con todo rigor el manual de convivencia escolar

de manera unívoca, generali*ada y homogenei*ante. (ara nosotros los estudiantes son

iguales, son unos entes ue no tienen problemas en su cotidianidad) no nos atrevemos

a averiguar cosas tales como si ya desayunaron, a inuirirlos por sí sus padres

durmieron %untos en la noche anterior, o sí lograron reali*ar sus tareas, en entre otras

cosas. !plicamos la norma porue hemos creído por siempre ue nuestra condición

nos inviste de una autoridad autoritaria y no democrática. ! propósito de democracia,

cuando se construye colectivamente y de manera consensuada esas normas ue nos

han de regir para el estar %untos, siempre imponemos en la redacción final lo ue para

nosotros debe ser y no lo ue verdaderamente se ha acordado o pactado.

Es prudente advertir además ue la convivencia escolar no solo debe ser

pensada en términos legales sino fundamentalmente en términos pedagógicos, Grti*,

Gsorio, $umucue B $oncada //H, p. 1 nos sugieren mirarla desde lo pedagógico

donde tal ve* esté su talón de !uiles, pero también estos autores nos llevan a pensar

y a preguntarnos sobre las falencias de los manuales o de los pactos de convivencia,

en el afán de ue encontremos respuestas a las tensiones y acuerdos ue nos surgen a

diario en la escuela) no podemos seguir repitiendo los parámetros disciplinarios

implementados en el siglo IJ&&&, por el contrario es necesario apostarle a convivir ba%o

regulaciones ue favore*can la participación creativa y proponente, no solo para

obedecerlas ba%o la amena*a de la sanción, sino vivirla como un reto ante laindiferencia, la tolerancia y el consenso.

Lo anterior nos lleva a recapacitar sobre la cuantía del da3o ue producimos

con nuestras actuaciones diarias. +o permitimos ue los estudiantes nos cuenten sus

intimidades por miedo a descubrir en ellas nuestras debilidades humanas o

sencillamente porue no somos capaces de dar respuestas alentadoras a sus anhelos y

desesperan*as. (or lo tanto vivimos nuestra vida de manera egocéntrica a sabiendas

ue no estamos solos en el mundo, hacemos humanidad cuando compartimos un

espacio de traba%o con otros, nos comunicamos mediante balbuceos pero no

conversamos. +uestro discurso en las reuniones de maestros siempre están

relacionadas con la efectividad o el fracaso de las normas ue aplicamos y cuandoestamos frente a nuestros estudiantes nuestro discurso gira alrededor del

conocimiento ue impartimos y de las reglas para su evaluación. En definitiva somos

muy buenos moralistas pero poco éticos en la escuela y no es atrevido pensar ue

igual sucede en nuestra vida personal, familiar y social.

Gtro aspecto relevante para asumir un estado superior de convivencia en la

escuela es la apropiación del sentido de confian*a hacia los otros, como hacía sí

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mismo) es saber a ciencia cierta ue se tiene una esperan*a firme y solida hacia los

otros y creer en uno mismo de forma asertiva. 9on el desarrollo de la confian*a entre

maestros y alumnos, no cabe duda ue comien*an a surgir sentimientos de agrado,

afecto, aceptación y cari3o como claras manifestaciones de amor hacia los otros.

Emociones ue atraen a las personas en procura de reciprocidad, en el deseo de estar

%untos para compartir alegrías y triste*as) en el lengua%ear como energía para el vivir y

el convivir en compa3ía, en ultimas en coadyuvar en la construcción de amor hacía el

pró%imo y hacía sí mismo.

#na de las dificultades ue tenemos los maestros en la construcción de

convivencia en las escuelas es ue tenemos internali*ado en nuestras mentes ue los

alumnos son adultos con cuerpos peue3os, desconocemos sus procesos de

crecimiento y maduración física, sexual y psicológica. La interrelación ue llevamos con

ellos es igual a la ue desarrollamos con cualuier otro adulto y caemos en el cultivo

de la preferencia hacía auellos ue de alguna manera se nos aseme%an o son afines a

nuestra personalidad y carácter.

Lo dicho en el párrafo anterior, lo podemos ilustrar con una situación com4n ycorriente de la vida escolar con frecuencia la escuela organi*a actividades de

7convivencia8 como sinónimo de paseos, visitas guiadas a sitios turísticos,

celebraciones institucionales y cualuier cantidad de actividades ue podamos

imaginar. El resultado casi siempre no es muy halagador, ni3os peleados, rasgu3ados,

con pérdidas de pertenencias y descontentos con la comida. Esto sucede porue los

maestros hacemos nuestro circulo conformado por sólo maestros) llamamos a un ni3o

solo para ue nos haga los mandados o nos alcance las cosas. Entre tanto los alumnos

forman sus propios círculos y crean espacios de territorialidad ue defienden a como

dé lugar.

&gual sucede en el aula de clases, nos situamos en una posición %eráruica, deun lado estamos los ue sabemos y del otro los ue no saben) disfrutamos con nuestravanidad sin darnos cuenta ue somos el mayor obstáculo para vivir y convivir en elespacio de la cátedra ue dictamos. 9átedra ue en palabras de $aturana //0,b1debería ser 7el instrumento de convivencia a trav&s del cual ese educando seva a trans!ormar en un adulto socialmente integrado con con!ianza en smismo, con capacidad de colaborar y aprender cualquier cosa sin perder suconciencia social, y por lo tanto &tica".

Es decir, el ni3o no se convierte por arte de magia en adulto, su adulte* se vaformando en correlación con los a3os de escuela y en la actualidad con su inserción ala sociedad y comunidad educativa después de su egreso, porue su condiciónbiológica está determinada por su filogenia de ser humano. (or lo tanto la cátedra ue

impartimos en el aula es por naturale*a un espacio para compartir incertidumbres nosolo de los conocimientos ue se llevan a ella, sino en el departir y en el reflexionarsobre las cosas ue nos conmueven en nuestra vida diaria. La tarea del maestrodebería estar centrada en formar personas seguras de sí mismas, personas reciprocas,solidarias, ue no son capaces de hacerle da3o a sus seme%antes y sí en dado caso lohacen tengan la capacidad de pedir perdón y estar dispuestos a resarcir los da3oscometidos.

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Gtro impedimento en la consecución de convivencia en la escuela y en el aulaes la connotación ue asumimos para el concepto respeto, creemos ue losestudiantes nos respetan cuando hacen lo ue nosotros ueremos, cuando sonobedientes o cuando no nos llevan la contraria) eso es temor, nuestros estudiantes nostemen, no nos respetan y todas sus actuaciones están sometidas a ese espectro. Lasnormas institucionali*adas en la escuela son temidas pero no respetadas, lo ue

conlleva al placer de transgredirlas. En cambio para el estudiante el respeto significauna especie de veneración hacia sus maestros como personas mayores, ue hanrecorrido una vida) un reconocimiento a la mu%er como ser afectivo, sensible y gestorde la vida) una consideración hacía unas personas adultas ue se han formado en laacademia y la vida) es pues en definitiva la más sublime virtud ue un ser humanoposee y ue es capa* de compartir con sus antecesores. Lo dicho anteriormente seextiende al ámbito de la cotidianidad del ni3o sin importar si e%erce o no el rol deestudiante de una escuela cualuiera.

!4n estamos insertos en el paradigma ue predica ue los ni3os son el futurodel mundo, ha llegado la hora de sustituirlo por auel ue dice los adultos son elfuturo de los ni3os. =í nosotros como personas adultas, ue estamos aprovechandoirracionalmente lo ue la naturale*a nos ofrece y no hacemos un alto para reflexionar,

re-direccionar y solucionar en el mediano y largo pla*o el problema anteriormenteexpuesto, entonces estaremos condenando a estas generaciones en ciernes a un futurode conflictos y de contradicciones ue generarían angustia y temor de disfrutar la vidaen compa3ía de otros. Jencer el temor de cambiar de paradigma es un acto degallardía para vivir y convivir en correspondencia y sosiego con otros en virtud dedisfrutar el paso por la vida ue el destino nos deparó.

En términos de cómo se está viendo el mundo actual es condición sine qua nonue los maestros y padres de familia de las escuelas asuman una posición benévolapara aprender a vivir y a convivir en sociedad, ya ue los ni3os de hoy estáninteractuando con sus pares por medio de la tecnología de punta, es decir hoy por hoyhan nacido espacios de convivencia virtual y no podemos uedarnos como simples

espectadores ante estos nuevos retos. !hora para estar %unto a otros no es necesariosentir y percibir su aliento o el calor de su cuerpo, la tecnología ha hecho el milagro deacercarnos para compartir alegrías, triste*as, intimidades, emociones, afectos,desafectos y sobre todo amor, con solo oprimir una tecla.

Es necesario pues como maestros y padres a la ve*, de%ar de lado la inhibiciónante esas otras maneras de conversar, de interrelación, de vivencia y convivencia uesostienen nuestros alumnos e hi%os. +o podemos pensar ue la realidad y lavirtualidad, son dos mundos diferentes, es uno solo, la diferencia reside endescubrirlos desde nuestras propias miradas para integrarnos a ellos sin causar da3o anadie.

(or lo tanto, la escuela y el aula donde e%ercemos nuestro e%ercicio educativo no

son solamente espacios donde se medían unos saberes, muchas veces efímeros, sinoespacios donde el maestro pueda lograr ue sus alumnos creen y se recreen en lareflexión de cómo abordan sus vidas en el afán de ser personas humanas, antes uepersonas eruditas.

Kinalmente diremos ue los maestros desde una mirada de espe%o y en unaactitud abierta para ser capaces de despo%arnos de la prepotencia y la soberbia uetanto nos caracteri*an, debemos buscar un nuevo modelo para aceptar y respetar a losestudiantes en sus distintas verdades y en sus diferentes dominios de su realidad. Es

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redescubrirnos desde nuestra condición biológica y cultural como personas humanasen espacios de reflexión y de acción para relacionarnos recíprocamente con todo loexterno a nuestra corporalidad en la intención no solo de sentir el placer de estar %untos sino en la satisfacción de haber cumplido a cabalidad con la misión ue nuestravocación no exigió. En 4ltimas es ser capaces de estar dispuestos a ser moldeables yadaptables a un mundo de egoísmos y competencias sin ninguna clase de artificios

para vivir y convivir ba%o la consigna de %untos pero no revueltos.

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http://www.matriztica.org/http://www.youtube.com/http://www.matriztica.org/http://www.youtube.com/


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