N O M E P I E N S O H U N D I RMiedo. Con miedo se afronta todo aquello

que parece ser nuevo para él. Curiosidad.

Curiosidad por la cosa que le tienta por ser

inmensa y, a la vez, bella. Al cabo de unos

instantes de pensárselo, no lo duda más y se arriesga a sentir el placer aunque pueda

resultarle lo contrario.

Hace un día espectacular. Yo le sigo porque también quiero experimentar. Lo que sea,

esa cosa debe causarme la misma sensación que le está provocando a mi compañero.

Adrenalina. Al momento siento como todo mi cuerpo se rinde delante una fuerza

descomunal y hago fuerza para sostenerme. Finalmente, intento mantener el

equilibrio entre continuos movimientos bruscos que me balancean y masajean. Mi

cuerpo recobra muchísima viveza y me siento protegido y arropado aquí dentro. Noto

como si por primera vez fuese libre y como si todo lo que me rodease estuviera en mi

poder. De repente, tengo la necesidad de descubrir más y más, así que decido coger

velocidad. A la vez, voy mirando hacia abajo pero mi vista no llega a alcanzar nada.

Decido ir cada vez más profundo pero vuelve esa sensación de miedo y voy dejando,

metro a metro, esa luz que me ha proporcionado tanta energía y calor en los primeros

días de mi vida. Aún no, ahora no es el momento de dejar marchar lo poco vivido, me

veo con ganas y fuerza de saber más y vuelvo a la superficie.

He pensado que no quiero regresar al hielo, aquí se está muy bien y me gustaría

disfrutar de ese momento todo lo que me queda de vida. He encontrado el lugar ideal.

Aquí no corro el peligro de enfrentarme a una vida o una muerte desconocidas.

Felicidad. Soy feliz.

ÀNGELS SABATÉ 2n BTX “B”