Noble Plebeya

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:: NOBLE PLEBEYA:: Por Andre Love PRIMERA PARTE Otro día como cualquiera, chillidos de niños jugueteando en las plazas, en cada esquina mujeres desdeñadas cotorreando las últimas noticias de la semana, mientras en la calle otras vaciaban de unos pequeños cuencos la orina desechada en la noche anterior, hombres dirigiéndose hacia sus detestables y mal pagados trabajos, campesinos, mineros y artesanos dispuestos a empezar la faena del día, otros abriendo sus locales en el mercado de víveres, las pescaderías empezaban a esparcir un olor a pescado fresco seguramente sacados del Sena esa misma mañana. Las carnicerías apestaban a sangre cuajada, cerrajerías, zapaterías, panaderías, en fin un sinnúmero de lugares, todos con un único propósito. El calor se abatía como plomo derretido sobre la ciudad y un hedor maloliente se respiraba por igual bajo los puentes y en el palacio. Los carruajes de la nobleza se distinguían al paso sobre las calles, toda actividad humana empezaba como de costumbre en ese lugar. Era 1750, cuando en París, la mayor ciudad de Francia, se aproximaba el inicio de la Revolución Francesa, incitando a algunos habitantes, más jóvenes que adultos, no solo a protestar, si no a organizar verdaderos tumultos, ante la idiosincrasia de la monarquía. Sin embargo este echo, al rey no parecía afectarle en absoluto, lo único que se le ocurría hacer era mandar a apresar a estas personas y que recibieran un buen castigo por ello,más bien les veía como una plaga insignificante de maleducados y mugrientos ineptos que no tienen nada que hacer más que meterse en lo que no les importa. El Rey ocupaba en el trono desde hacía treinta y ocho años, y había rebasado ampliamente el punto culminante de su popularidad.

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Uber XGNoble Plebeya: Andre Love Alein se disfraza de hombre para poder conseguir trabajo un día intenta robarle a Alexandra su capa y esta la atrapa y la contrata como su mensajero todo esto pasa en la Francia antes de la revolución.

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:: NOBLE PLEBEYA::

Por Andre Love PRIMERA PARTE

Otro da como cualquiera, chillidos de nios jugueteando en las plazas, en cada esquina mujeres desdeadas cotorreando las ltimas noticias de la semana, mientras en la calle otras vaciaban de unos pequeos cuencos la orina desechada en la noche anterior, hombres dirigindose hacia sus detestables y mal pagados trabajos, campesinos, mineros y artesanos dispuestos a empezar la faena del da, otros abriendo sus locales en el mercado de vveres, las pescaderas empezaban a esparcir un olor a pescado fresco seguramente sacados del Sena esa misma maana.

Las carniceras apestaban a sangre cuajada, cerrajeras, zapateras, panaderas, en fin un sinnmero de lugares, todos con un nico propsito. El calor se abata como plomo derretido sobre la ciudad y un hedor maloliente se respiraba por igual bajo los puentes y en el palacio. Los carruajes de la nobleza se distinguan al paso sobre las calles, toda actividad humana empezaba como de costumbre en ese lugar.

Era 1750, cuando en Pars, la mayor ciudad de Francia, se aproximaba el inicio de la Revolucin Francesa, incitando a algunos habitantes, ms jvenes que adultos, no solo a protestar, si no a organizar verdaderos tumultos, ante la idiosincrasia de la monarqua.

Sin embargo este echo, al rey no pareca afectarle en absoluto, lo nico que se le ocurra hacer era mandar a apresar a estas personas y que recibieran un buen castigo por ello,ms bien les vea como una plaga insignificante de maleducados y mugrientos ineptos que no tienen nada que hacer ms que meterse en lo que no les importa. El Rey ocupaba en el trono desde haca treinta y ocho aos, y haba rebasado ampliamente el punto culminante de su popularidad.

Pobres infelices, ninguno va a sentir nunca lo que es ser de la alta sociedad, ni mucho menos el ser Rey. Pens el Rey con una sonrisa de maldad incrustada en su rostro mientras observaba por una pequea ventana de su dormitorio hacia la Plaza Central, donde se amontonaba la gente para poder protestar.

Van a morir como ratas, como lo que son.

Mientras tanto,no muy lejos de all, en uno de los lugares ms pobres donde la gente viva tan apiada y las casas estaban tan juntas una de la otra viva Alein Bussie, una joven de 16 aos, con su cabello rubio y largo, con unos increbles ojos verde azulados heredados por su padre Terrier Bussie, quien muri al tener ella cinco aos de edad.

Terrier era un gran pescador, y le gustaba llevar a su hija con l casi siempre, Alein era una nia muy inteligente y le era fcil aprender de su padre, le encantaba verlo concentrado en su tarea mientras esperaban a que surgiera de las aguas los preciados peses ensanchados en las redes. No obstante, cuando una de esas tantas veces que acompaaba a su padrehaciendo su ritual de todos los das y Terrier se propona a lanzar las redes, este perdi el equilibrio y call al agua, Alein no saba si seguirlo o esperar a que saliera, estaba desesperada y no poda creer lo que pasaba, era como una pesadilla, no saba nadar era demasiado pequea todava y an as saba que su padre estaba en problemas, pero tenia la esperanza de verlo saliendo del agua sonrindole como lo haca siempre, pero no fue as, nunca ms lo vio salir.

Desde entonces Alein viva con su madre Mari Perduel y su hermana de 11 aos Anabella. Mari era una mujer de 40 aos de edad, se ganaba unos pocos francos cuando en ocasiones le sala alguno que otro trabajo en la calle, de vez en cuando el Padre Jean del convento de SainMarri, un hombre bastante bondadoso, que cuando poda ayudaba a la gente necesitada, la visitaba y le daba unos cuantos vveres y unas monedas. Pero no era as todo el tiempo.

Para Mari era muy difcil conseguir un trabajo estable, le haban ofrecido en el Quatre Dauphins, una pequea Taberna de la ciudad, reconocida por el trato especial para el cliente y esa era la condicin que tena, pero Alein se opuso y decidieron mejor buscar otra solucin. Vivan en un deplorable estado y les era muy difcil subsistir, as que Alein por s sola decidi que deba de hacer algo ante las circunstancias. Ya casi cumpla los diecisiete aos, adems de que senta que era su responsabilidad, y as lo hizo. Una jovencita de 16 aos ya debera de tener alguno que otro pretendiente para casarse y engendrar un puado de cras, esa era la vida de la mujer en esa poca, as tena que ser, pero Alein no quera eso, no deseaba dejar solas a su madre ni a su hermana y si se casaba saba que tendra que hacerlo.

Ya algunos hombres haban llegado a proponrselo y a tratar de cortejarla pero la mayora le haban repugnado. Viejos feos, con grandes panzas y dientes podridos, que de sus cuerpos se desprenda un olor a sudor, queso y vinagre, todos ellos saban lo hermosa que era esa chiquilla, que aunque se vea algo cabezona, mal educada, nada femenina y que vena de una familia muy pobre y con la importante falta de una mano dura, nada que un poco de educacin pueda arreglar, an as queran que fuera suya. Ella hacia todo lo posible por despedir a todo el que llegara con ese propsito y as lo hacia siempre.

As que lo nico que le quedaba por hacer para poder trabajar sin ningn impedimento era hacerse pasar por hombre, esto se lo comunic a su madre, quien aunque no le gustaba la idea, ella saba que no haba otra forma, as que no se opuso y ms bien se fue a conseguir una vestimenta apropiada para su hija o mejor dicho hijo.

A la maana siguiente muy temprano y de esa misma casa sala un joven rubio, de cabello corto, con una boina en la cabeza, vestido con pantalones hasta las rodillas y medias negras hasta las mismas, una camisa blanca de manga larga y encima un chaleco, era un joven apuesto y pequeo de estatura, sonriendo de medio lado.

Estaba un poco nerviosa y a la vez excitada esperando sentir lo que era ser un hombre en el mundo exterior, se senta muy rara vestida as, nunca antes se haba puesto pantalones, tenia la piel muy delicada, y demasiado blanca para ser hombre, pero saba que poda pasar desapercibida.

As que sin ms se encamin por las callejuelas estrechas de la ciudad, lo primero que se le paso por la cabeza fue ir hacia la Place de Grve, a las orillas del ro Sena, donde se encontraban los barcos pesqueros embarrancados en la orilla, buques y dems, su idea era pedir trabajo como pescador, recorri toda la zona en la bsqueda, y por suerte al fin encontr.

Haba un puesto en una de las muchas embarcaciones pesqueras que se encontraban all, sin perder tiempo se dirigi al que pens era el dueo de la embarcacin.

Dime Que se os ofrece muchacho? Le pregunt un hombre regordete de unos 60 aos de edad al cual se le destacaba bastante bien un gran bigote con las puntas hacia arriba, pareca que en cualquier momento se le podan meter en los agujeros de la nariz.

Eh, pues vengo a pedir trabajo. Respondi Alein un poco intimidada por el grandote hombre que se encontraba al frente de ella vindola como un bichillo irritante, lo cual lo hacia ms difcil.

Ya veoy dime, Cmo os llamis? Pregunt el hombre, volvindose para renovar lo que hace un minuto dejo de hacer.

Mi nombre es... Como no se me ocurri pensar en eso antes? Se reproch Alein as misma.

Franco, Franco Bussie, mucho gusto Monsieur...

Mirror. Dijo este sin mirarla.

Ummm...parece que efectivamente necesitamos un pescador de ms, dgame seor, Franco Inquiri el seor Mirror girndose con una pequea sonrisa de burla. Tenis experiencia alguna para este tipo de trabajo? Le pregunt el hombre encarndola muy cerca y estudiando su reaccin.

Si, de hecho mi padre era un gran pescador y l me ense todo lo que saba. Dijo Alein recordando los momentos que ms amaba en toda su vida.

Bien. Le dijo el viejo sin dejar de mirarla.

Al seor Mirror le pareca que este chico nunca hubiera trabajado en toda su corta vida, pero le caa bien, para l era un joven muy decidido y pareca capas de hacer el trabajo.

Supongo que tenis suerte, seor Franco. Le comunic este sin nimo alguno.

Queris decir que tengo el trabajo? Le indag Alein con gran sorpresa.

La pregunta le saco a Mirror una pequea carcajada.

Pues s, creo que s seor Franco, pero que quede claro que esto no es un juego, es un trabajo muy duro y pesado, espero que no tengamos problemas, y si todo va bien ser justo.

Claro que si, seor Mirror, har mi trabajo como se debe no se preocupe por eso. Dijo Alein muy emocionada, pero tratando de que no se le notara mucho.

Entonces empezis maana temprano, le empezar pagando dos francos por semana Alguna pregunta? Le propuso el viejo.

No ninguna, entonces nos veremos maana seor Mirror, fue un placer y muchas gracias.

Alein alz la mano para estrecharla con la de l a modo de despido como haba visto hacer a los hombres.

Bueno pues entonces lo veo luego seor Franco. Le despidi el hombre estrechndole la mano y apretndosela.

Alein hizo un pequeo gesto de dolor, pareca que el hombre le iba a quebrar los huesos de la mueca.

Gracias. Expres Alein entre dientes, con una sonrisa forzada, esforzndose para disimular el dolor que le quedo en la mueca.

Dos francos por semana. Iba pensando Alein.

Era mejor que no tener nada, as que opt por eso. Alein iba caminando por la orilla del Sena, observ a los grupos de pescadores que haban terminado su jornada laboral sobre las pacficas aguas y los cuales la miraban con burla mientras comentaban entre ellos, pero a Alein no le importaba en absoluto, saba de la gran suerte que tena, haban muchas personas sin trabajo y que daran lo que fuera por un puesto de esos.

En eso vio que haba un pequeo tumulto de gente cerca de donde estaba, le entro curiosidad y se empez a aproximar, se dio cuenta de que todos observaban hacia el Pavillon de Flore frente al Pont Royal. Gui su mirada hacia all, haba muchos oficiales en la entrada, pareca que estaban esperando la llegada de algo o de alguien, as que opt por preguntarle a un tipo que estaba junto a ella.

Disculpe usted, me podrais decir porqu tanta algaraba?

No sabe usted que el primero de septiembre es el aniversario de la ascensin al trono del Rey? Le pregunt el joven que estaba a su lado.

Claro, que tiene que ver eso? Le indag Alein con un tono de irona, sabiendo claramente de la fecha, adems que ese mismo da era su cumpleaos.

Pues el Rey decidi hacerle una invitacin a varia gente importante de algunas ciudades, se dice que vienen de Marsella, Lyon, Grendole, de Gnova y Versalles.

Oh, Ya veo!!! Exclam Alein volviendo a posar sus ojos en los guardias.

Pero parece, que de todos esos lugares la ms importante es Versalles, dicen que viene la Marquesa de Versalles, seora feudal de la ciudad y miembro del parlamento en Toulouse. Le inform el joven.

VayaNo lo sabia.Espet Alein al joven de su lado.

As es, Alexandra Misnard, todo un personaje...Le deca el joven volvindose hacia el frente.Se dice que hizo una importante obra sobre economa nacional dinmica que propona la supresin de todos los impuestos sobre bienes races y productos agrcolas, introdujo un impuesto progresivo sobre la renta, pero esto perjudica a toda la gente pobre de su ciudad, aunque por otro lado esto oblig a un mayor desarrollo de sus actividades econmicas. Tambin redact un tratado sobre la educacin de las cras entre los cinco y diez aos... Le expona el joven muy orgulloso de su sabidura poltica y tomando aliento denuevo continu.Creerais que solo tiene 21 aos de edad? Le pregunt el joven esperando ver su reaccin.

Oye...Le advirti Alein. Tu como sabes todo eso? Le pregunto mirndolo de reojo.

Alein se dio cuenta que era un joven apuesto, tenia el cabello rojizo y unos bonitos ojos marrones, deba de tener unos 23 aos de edad, no era ni muy alto ni muy bajo, pareca agradable.

Tengo mis contactos. Le respondi el joven con una pequea sonrisa.Por cierto mi nombre es Nicols Menier. Se present este.

Mucho gusto Nicols, mi nombre es Ahhh...Franco Bussie.Se present a su vez la asustada Alein.Uff, casi se me va el hilo. Pens.

Un placer Franco, bueno pues parece que lleg la hora. Le dijo Nicols sealando hacia varios carruajes que se aproximaban por la callejuela que conduca hacia el Pavillon de Flore.

Vamos!!! Exclam Nicols jalando a Alein del chaleco.

Los dos jvenes llegaron a las puertas de las afueras del Pavillon, donde seguro el Rey dentro del lugar hara una gala de bienvenida a los invitados de honor, y despus pasaran al HotelDieu, para que descansaran del fatigado viaje.

Haba bastante gente amontonada, muchos estaban solo por curiosidad, otros para ver si esta gente extranjera tena buen corazn y ayudarles con una moneda o lo que fuera, y los dems para protestar contra la burguesa, la guerra, la opresin y contra todos ellos.

Alein vio que Nicols la diriga hacia este ltimo grupo, un poco insegura se fue aproximando y para su sorpresa vio que todos se giraron hacia ella y Nicols, empezando a saludarlos, a Nicols como si fuera la persona que estaban esperando, a ella le pareca que la estaban aceptando sin ningn problema, se asombr un poco de ver que todos eran muy jvenes y que haba ms de una chica, eso le gust mucho, pero escudri que de seguro tenan algunos problemas por ello.

Ya empezaban a llegar los carruajes cerrados y todos tirados por dos caballos, eran unos cinco. El primero lo aparcaron al frente de las puertas, empezaron a saltar los lacayos para despus abrir la portezuela y que empezaran a salir las personas, primero salan los sirvientes, despus la esposa o la concubina y por ltimo los grandes magnates y nobles caballeros, con sus representativas y tediosas pelucas blancas, as pasaron uno por uno, la gente se alborotaba cada vez ms, hablando, gritando, insultando, chiflando, no se entenda nada de nada.

El grupo de protestantes coreaban al unsono unas palabras ininteligibles, Alein hacia todo lo posible por llevar el ritmo pero le era muy difcil con tanta bulla, no saba porqu pero estaba emocionada, tena mucha curiosidad por conocer a la tan renombrada Marquesa de Versalles. Pareca que esta era muy importante para el Rey, y si conociera al Rey dira que todo esto es solo una excusa, y que pretende algo ms.

El ltimo de los carruajes se detuvo ante las puertas, Alein empez a sentir un pequeo cosquilleo en la boca de su estmago, pens que solo era parte de todo este embrollo y le perdi importancia, los lacayos se dispusieron a abrir las portezuelas del carruaje y bajar el estribo. Primero sali un pequeo hombre, algo panzn y con medio rostro sumergido en una gran barba blanca bastante espesa.

De seguro puede encontrarse de todo hay dentro. Pens Alein.

Despus salieron dos mujeres totalmente vestidas de blanco, supuso que eran las criadas, y por ltimo sala con ayuda de un buen mozo, una mujer alta de cabello azabache, y unos increbles ojos azules como la misma agua del Sena, su cuerpo se moldeaba a un elegante vestido de terciopelo azul, empez a dar pasos pequeos con un airoso movimiento de caderas, totalmente erguida, ignorando a la muchedumbre que se encontraba cerca, pareca que solo estaba ah por un propsito y que ese propsito se encontraba al otro lado de la puerta principal del Pavillon.

La muchedumbre enmudeci tratando de ver mejor a la imponente mujer, Alein estaba impresionada de ver tanta belleza junta, desde donde estaba poda sentir el poder y el respeto que emanaba esta mujer, poda intimidar a cualquiera con solo mirarlo, era impresionante, pareca mucho ms madura de lo que era.

Alein estaba demasiado embelesada siguindole los pasos a la Marquesa, que no se dio cuenta que alguien le hablaba.

Franco?, Francooo!!! Holaaaa, Hay alguien en casa? Le deca Nicols tratando de no rer.

Ah?... si perdona, no me di cuenta que me hablabas Qu me decas? Le pregunt Alein volviendo a la realidad, aunque en el fondo no quera hacerlo.

Te deca que si queris ir con nosotros, vamos a tomarnos algo, tu sabes, hablar un rato de lo que est pasando en esta porquera de ciudad y planear nuestro prximo...llammoslo ataque, Que te parece?

Ataque?Medit la joven rubia.Pues...la verdad me gustara, pero me esperan en casa, talvez la prxima vez, de todos modos muchas gracias Nicols. Le respondi Alein con una sincera sonrisa y a modo de despido.

Bueno pues t te lo pierdes amigo. Le dijo este despidindose rpidamente para alcanzar a los dems.

Ou revoir Franco!!! Le grit Nicolas.

Ou revoir!

Una vez que el joven se retir, Alein se volvi para mirar hacia donde haba ido la Marquesa, pero ya no se vea rastro de ella, se sinti un poco triste y no entenda el porqu.

Acaso ella es algo tuyo?...ja, ni siquiera se molest en ver a la gente que estaba all, bueno... tampoco tena porque hacerlo, pero los dems nobles haban saludado, otros solo hicieron gestos de repugnancia o de impaciencia, pero ella...ella solo sigui directo y eso...eso me defraud un poco. Acaso queras que te viera?, no que va, es solo una aristcrata engreda, pero... Porqu no puedes dejar de pensar en esos ojos azules que miraban el camino hacia delante?... Alein, deja ya de darle tantas vueltas a esto, es solo que quedaste un poco impresionada por su persona y por hacer todo lo que hace a su corta edad...s, es eso. No queras conocerla?, bueno pues ya la conoces, Satisfecha?...creo que s, pero entonces porque sigues aqu de pie como una boba mirando hacia las ventanas?...no lo s. Le responda a su yo interior.

Pero si que lo sabia, tena la esperanza de poder contemplar de nuevo y lo ms seguro por ltima vez esos hermosos ojos que no dejaban ver ms all que eso.

***

Marquesa?, Marquesa!...Disculpe usted Mademoiselle. Le llamaba el pequeo hombre de la barba espesa que no era otro que su consejero personal.

Oh si, Que quieres? Le pregunt la Marquesa que no dejaba de ver por una ventana hacia afuera.

Marquesa, el Rey y los dems estn esperndole en el saln principal.

Aja. Le respondi esta sin ningn atisbo por moverse.

Mademoiselle, Que es lo que os tiene tan entretenida? Le dijo el hombrecito acercndose para ver lo que la tenia tan distrada.

Nada, solo estoy viendo a un chico que no se ha movido de la entrada.

Ummm, si ya lo veo. Le inform el pequeo hombre ponindose de puntillas para alcanzar a ver.

No s, parece tan sumido en algo, buscando algo, tan indiferente a lo que le rodea, Que estar pensando? Se deca ella en voz alta.

El consejero se le quedo mirando ms que sorprendido, eso no era comn en ella, Se estaba preocupando por alguien?, Por un plebeyo que no conoce en absoluto?

Vaya sorpresa!!! Pens el hombrecillo. Quien ser este joven que a cautivado la atencin de la fra y dura jovenMarquesa de Versalles? Se pregunt este sin dejar de mirarla.

De repente le pareci ver que la Marquesa se asust y se removi un poco, pero sin dejar de mirarlo.

Merde!!!Exclam la Marquesa de repente dando un paso atrs. Me est mirando. Pens por ltimo.

Marquesa?, Marquesa??? Alexandra!!!...Perdn que la...interrumpa, pero debis ir a la presencia de vuestro Rey. Le indic su consejero un poco nervioso por la situacin.

Si, claro, ya voy.

La Marquesa se gir para ir hacia el saln sin siquiera mirar a su consejero.

Qu me ha pasado?, Porqu me preocupa tanto lo que piense o sienta un plebeyo, ese plebeyo?, seguro estaba all esperando a que le llevaran las sobras o que le dieran alguna moneda, Pero porque me he asustado?, en cuanto me mir sent un escalofro en todo el cuerpo y...eso nunca me haba pasado, si solo es una cra Por favor!, Como me pudo paralizar de esa forma?, Cuanto tiempo estuve as?, Alexandra tienes que descansar, hazle caso a tu fiel consejero, ahora ms que nunca.

Iba pensando Alexandra mientras caminaba a paso rpido seguida a como poda de su consejero por el estrecho pasadizo que iba a dar con el saln principal del enorme Pavillon de Flore.

Dominique, acurdame tomarme unas pequeas vacaciones. Le dijo esta sin mirarlo.

Como gustis Alexandra, pero tendr que ser despus de esto, esto podra ser demasiado importante para vos y vuestro pueblo, no hay que perder una oportunidad como esta.

Lo s.

Saba lo importante que esto era, no todos los das se reciba una invitacin del Rey, no obstante, tambin sabia que esto de las invitaciones no era ms que una fachada para cubrir por mientras sus verdaderos propsitos, haba invitado a gente de otras ciudades, pero no le llegaban ni a los talones, adems que nunca antes se le haba invitado y era una coincidencia que lo hiciera en vsperas de una guerra.

Alexandra era una mujer con mucho poder y muy inteligente, anteriormente su padre Antoine Misnard fue nombrado Marqus de Versalles, aunque hizo cosas importantes en su ciudad, no se compara con lo que ella a hecho en tan poco tiempo. Su padre se haba ganado el puesto con su propio esfuerzo, Alexandra desde muy pequea le daba los consejos y este se dio cuenta que el destino de ella era el de ocupar su lugar. Antes de que l muriera por la grave enfermedad de la Sfilis, a Alexandra ya se le haba asignado su lugar como Marquesa de Versalles con tan solo dieciocho aos.

Ya haban llegado a las puertas del saln, fueron recibidos por un sirviente que los conducira a sus lugares respetivos. El saln era bastante grande, especial para los eventos de esta categora, los saloneros caminaban de aqu para all, haba una pequea orquesta de msicos en medio del saln creando varias melodas, mientras en el centro se encontraba una mesa muy larga con diferentes manjares en ella. La gente se estaba acomodando en sus sillas y conversaban amenamente esperando la entrada de su anfitrin y la presencia de la Marquesa.

Antes que la Marquesa entrara, el sirviente llam la atencin de todos los presentes, y este dirigindose a ellos haca la presentacin de la Marquesa.

Alexandra Misnard, Marquesa de Versalles!!! Informaba el sirviente hacindole una gran reverencia.

Esta al escuchar su nombre, entr en el saln junto a Dominique, quien al caminar junto a ella se vea an ms pequeo, iban siguiendo al sirviente que les mostraba el camino hacia sus lugares reservados, Alexandra trataba de disimular su indiferencia con una diminuta sonrisa en su rostro, las otras personas le hacan pequeas reverencias, muchas de ellas sentan admiracin por su mpetu y decisin, las esposas y concubinas de los nobles caballeros sentan una tremenda envidia hacia su persona, muchos admiraban tambin su gran belleza e inteligencia, otros sus grandes logros con tan poca edad, alguno que otro estaba en desacuerdo que una mujer llegara a tomar un rango tan importante en la poltica y sociedad, pero siempre le tenan un atisbo de respeto.

Como supona, su lugar estaba junto al del Rey y su esposa. Estos ltimos haban llegado unos segundos despus que ella, fueron presentados de igual forma y dirigidos hacia sus lugares de honor.

Sin embargo, Alexandra estaba ajena a todo lo que suceda a su alrededor, no poda, aunque lo intentara alejar de su mente la imagen de ese muchacho que se haba quedado all, de pie, mientras toda la gente se retiraba ya hacia sus hogares.

Se haba asomado por la ventana, no saba ni porqu algo la jalaba a mirar, y all estaba ese chico. Tena unas enormes ganas de ir hacia la ventana y ver si todava se encontraba all, pero se contuvo. Desde donde se encontraba pudo comprobar que su piel era muy blanca y su rostro se esconda detrs de una boina que llevaba puesta, no poda distinguir muy bien su rostro, adems que se encontraba bastante largo para poder hacerlo, pero en cuanto este la mir de repente, pudo observar que era bastante joven, le pareci a ella que el chico se inquietaba y trataba de ver ms all de lo que poda, a la Marquesa en ese instante le dio una sensacin de paz, de tranquilidad aunque fuera por un segundo sinti algo nuevo, sinti...Ternura?, le haban entrado unas ganas enormes de... protegerlo, de tranquilizar todo lo que le atormentaba, sentimientos que nunca antes haba experimentado por nadie ni por nada los sinti por un desconocido; esto era muy extrao, muy, pero muy extrao.

***

Alein lleg a su casa, Mari la esperaba con ansias y preocupacin, se haba tardado demasiado. Alein le cont ms o menos lo que sucedi, claro dejando de lado algunos detalles. Despus se despidi de su madre y de Ani, como le deca a su hermana de cario, informndoles que estaba muy exhausta y que mejor se iba a acostar a dormir.

Pero lo menos que hizo fue dormir, no poda pegar ojo, no dejaba de pensar en ella, en la Marquesa.

Marquesa de la lujuria, Marquesa de la belleza, Marquesa de la feminidad, Marquesa del mundo, Marquesa damour...

Pensaba Alein con una estpida sonrisa en su rostro y con sus ojos cerrados echando a volar su potente imaginacin.

Alein todava no poda creerlo, Haba mirado mal?, Sus ojos la haban engaado?, o lo dese tanto que empez a divagar y ver cosas como dos bellos, increbles y exquisitos zafiros azules que la dejaron sin aliento.

Fue un momento increble para la joven rubia, no le import nada ni nadie, en ese instante en lo nico que pensaba era en la persona que la estaba observando desde una ventana del Pavillon de flore. Todo pas como en cmara lenta, pero su feliz momento no dur mucho, la Marquesa se haba ido y una ola de tristeza abarco su corazn. Cuantas veces se sinti as en todo ese da? Las veces que ella haba desaparecido de su vista.

Nunca antes se fij as en las mujeres, pero no poda engaarse, esa mujer le atraa montones, pero tambin era realista, y saba que nunca llegara ni siquiera a hablarle, as que lo mejor sera olvidarla...bueno, tratar de olvidarla si es que poda.

A la maana siguiente Alein se esmer en llegar muy temprano a su nuevo trabajo, quera que su jefe viera su mpetu de trabajo, aunque ella ya era as por naturaleza.

Le fue bastante bien para ser su primer da, se esforzaba mucho para hacer un buen trabajo.

Se dio cuenta que Nicols tambin trabajaba como pescador en una embarcacin muy parecida a la que ella estaba, se haban topado y saludado cuando Alein se diriga hacia el barco pesquero. As quedaron de verse despus de la jornada, se despidieron y despus cada uno tom su rumbo.

En Todo momento se recordaba de su padre, aunque quisiera, no poda evitarlo, la pona muy triste y el echo de no haber podido disfrutarlo todos estos aos era an ms triste.

Si solo pudiera verlo una ves ms.

La joven plebeya record como la encontraron baada en lgrimas, sola y con fro en una noche inesperada despus de diez horas de naufragio, y como la haban cuestionado pudiendo explicar ms o menos lo sucedido, pero no entenda porqu su amado padre no regres nunca ms.

Pas mucho tiempo pensando que su padre la haba abandonado para poder irse con los peses, se lo imaginaba nadando, tan fuerte, tan bello, entre peces de toda clase, tamaos y colores, l se confunda con ellos, se camuflaba perfectamente como si fuera hecho por la misma agua, nadaba hacia el mar, hacia el infinito, a la libertad completa.

Padre, espero que hayas llegado a tu lugar, a tu lugar mgico, a tu destino, a tu inicio y final, aunque me hayas dejado te sigo amando como siempre...siempre.

Con un suspiro dej de ver hacia las aguas que en algn momento le arrebataron a su padre, y se volvi hacia el frente para ver que ya llegaban a la orilla. Las barcazas se deslizaban lentamente hacia el oeste en direccin al Pont Neuf, y el puerto de las Galeras del Louvre, los botes de remos ya llegaban con sus provisiones, pero ellos con mayores proporciones.

Haba sido un buen da de pesca, y Alein como sus otros compaeros estaban satisfechos, ahora se disponan a la tarea de descargar las toneladas de pescado fresco, para al fin terminar con su da de trabajo.

***

Dominique, cuanto falta?, Falta mucho?...Ya me estoy irritando y eso no es bueno...para nadie.

Tranquila Alexandra, ya estamos casi en el puerto de las Galeras del Louvre, te conviene tener paciencia, esto es muy importante para el Rey, desea que todos vosotros conozcis el orgullo de la ciudad, dale una oportunidad.

No vine aqu para conocer el orgullo o el disgusto o lo que sea de la ciudad, estoy aqu para...para hablar sobre lo que pretende de m ese Rey, y para ver de una vez por todas al hipcrita del Rey rerse de todo un pas a sus espaldas en el aniversario. Farfull Alexandra.

Muy bien, se que no os cae muy bien que digamos, pero no parece un tipo malo, por lo menos es buen anfitrin jajaja, adems faltan cinco das para el aniversario. Le comunic su consejero con una pequea carcajada.

Tienes razn en eso, aun as no me fo de l Dominique, por fuera es como un pajarillo, pero por dentro es una rata. Le dijo esta muy seria, y poniendo nfasis a la ltima palabra.

Ya veremos Marquesa, ya veremos, por ahora que disfrutis del paseo.

Se dirigan a la Place de Grve, el Rey quera mostrarles a algunos de sus invitados un poco de los alrededores por el ro Sena, los esperaba una bella y lujosa embarcacin que los llevara a navegar por el ro.

Sin ms al llegar a la orilla, se empezaron a bajar de los carruajes que los llevaron, como siempre cuando los plebeyos se dieron cuenta de quienes eran no perdieron tiempo y empezaron a irrumpir la presencia de los invitados del Rey y a la de l mismo, pero siempre los oficiales reales no dejaban que la multitud se acercara.

La Marquesa sali de su carruaje, pero no se dio cuenta que dej su pequeo bolso en uno de los sofs del carruaje, Dominique sali delante de ella, y esta vez no iban acompaados de sus criadas, sin otra cosa el hombrecillo se dispuso a seguir a los dems.

Cuando todos estaban abordando el lujoso barco real, Alexandra se dio cuenta que no andaba su caro bolsito.

Dominique, ya regreso. Le indic sin ms la gran mujer a su consejero.

Que?... Pero que...?

No le dio tiempo de sujetarla, los invitados lo empezaron a empujar para que se metiera, era tan pequeo que no se vea mucho y no pudo ms y se meti dentro del barco pensando en la terca mujer que no dejaba nunca de sorprenderlo...y asustarlo.

Alexandra iba a paso rpido hacia donde estaba su carruaje, no haba gente que la molestase, todos estaban pendientes de lo que suceda en el barco as que no le fue difcil llegar, un lacayo vio que venia y se puso de pi de inmediato.

Marquesa, Que se os ofrece?

He dejado ni bolsito, vengo a por l.

Marquesa disculpe mi intromisin, No es peligroso que andis sola por estos lugares?

Alexandra no dijo nada, dej que el lacayo abriese la puerta y sacara su bolsito, este se lo entreg un poco nervioso por la presencia de la asombrosa mujer.

Mademoiselle, tengo que acompaarla al barco, es peligroso que se regrese sola.

No, no es necesario, ir sola.

Pero...

El lacayo no pudo decir nada ms, los firmes ojos de Alexandra clavados en los suyos le dijeron todo lo que tena que decir.

As de nuevo tom rumbo hacia el barco que estaba a punto de zarpar, iba a todaprisa, cuando en medio del camino, sin saber de donde demonios haba salido, sinti un tremendo choque con alguien o algo que la hizo caer de culo; estaba muy, pero que muy enojada, se dio un golpe terrible, y solo le faltaba que ese alguien o lo que sea le empezara a reprochar como si la culpa fuera de ella.

Merde!, Porque diablos no se fija por donde va? Le grit Alein desde abajo.

Esta estaba tambin de culo, tratando de incorporarse, todava no sabia quien se le haba atravesado.

Que??? Si vos sois el que ha salido de la nada. Le dijo Alexandra con total furia en su voz.

Incorporndose vio que todava el otro estaba sentado en el suelo, no poda verle el rostro por la boina que tenia puesta, pareca que tambin se haba dado un buen golpe, porque no dejaba de sobarse el culo y expresar palabras ininteligibles. Eso le pareci un poco gracioso, y se relaj.

Oye, Por qu no te levantas de una vez?

Eso hizo que Alein se pusiera ms furiosa an.

Mira Pedazo deee...Le deca Alein, la cual no pudo terminar su frase porque haba alzado su cabeza para poder ver a la persona que ms odiaba en ese momento, entonces de repente se quedo sin aliento, ya no le llegaba oxgeno a su cerebro quedando en un estado de mongolismo esttico. Esos ojos, o Dios mo, Quelle belle!!! Dijo esto ltimo en voz alta sin darse cuenta.

Alexandra tambin se haba quedado sin habla.

Eres t, ese chico Pens esta ltima mientras rompa el encanto. Que bella, eh?Le dijo Alexandra alzando una de sus cejas perfectamente curvada.

Que?, Ohperdone usted Mademoiselle, jeje, pero no solo ha sido mi culpa. Le inform Alein ya sobre sus dos pies y sper sonrojada, dndose cuenta perfectamente de con quien estaba hablando.

Vaya!, Ahora cambiis as no mas de actitud? Le aclar Alexandra con una pequea sonrisa en sus labios.

Dios que linda sonrisita, Como es posible que me pase esto? Se reprochaba Alein a s misma. Si, bueno, yo lo siento mucho Marquesa, por favor perdonad mi torpeza. Le respondi Alein con tono sumiso y hacindole una pequea reverencia.

Alexandra se le qued mirando, no supo porqu pero cuando la llam Marquesa se desilusion un poco, pensar que alguien la iba a tratar como igual, eso nunca iba a pasar.

As que tomo de nuevo su habitual personalidad, no iba a dejar que la pena que senta por ese niato la hiciera dbil.

Acepto tu disculpa joven, espero que a la prxima te fijes mejor, no quiero volver a golpearme el culo de nuevo. Le dijo esta en tono firme y sin ms se empez a alejar, dejando a Alein de pi pensando en lo que le dijo.

No quiero volver a golpearme el culo de nuevo?, Es que la voy a ver de nuevo?, O mis odos me traicionan?, Igual que mis ojos?, Igual que mi cuerpo?, Igual que mi corazn?Pensaba Alein observando a la Marquesa alejarse.

La joven plebeya no se haba dado cuenta que en todo ese momento su corazn se debata en salir de su cuerpo totalmente desbocado, hasta ahora se estaba empezando a relajar.

Miro hacia el barco el cual estaba siendo abordado por la Marquesa, vio que se gir un momento para verla, y al segundo se meti.

***

Marquesa en donde os habais metido? Le pregunt Dominique el cual se le notaba lo preocupado que estaba.

Fui por mi bolsito al carruaje.Dijo esta cabizbaja y pensativa.

Pero me hubieras dicho a m, o hubierais mandado a un criado, Como se te ocurre ir sola?

Ya deja de regaarme Quieres?, estoy bien, Ves?

Si claro, Que voy a hacer contigo?

Soportarme? Le repuso Alexandra con cara de cachorrito tierno.

Bueno si, supongo. Le respondi su consejero, agarrndola del codo para llevarla a donde estaban los otros invitados y el rey.

Ah, ya era hora Marquesa, venid por favor, vea lo hermoso que es este lugar, espero que lo disfrutis. Le dijo el rey al llegar esta.

Pero como desde el primer da que haba llegado a Pars, no dejaba de pensar en el chico de ojos verdes y ahora se haba tropezado con l, y sinti algo ms profundo de lo que haba sentido la vez que lo vio en el Pavillon.

No supo porque le dijo tal cosa, Acaso deseaba encontrarselo de nuevo?, algo as le dio a entender sin querer.

No s porque me ha nacido ese sentimiento tan maternal, si creo que es eso, Verdad? Pensaba Alexandra tratando de concentrarse en lo que la rodeaba, pero era intil.

SEGUNDA PARTE

En Pars vivan hacinados ms habitantes que en cualquier otra ciudad del mundo, unos seiscientos cincuenta o setecientos cincuenta mil.

Era un momento en donde el hombre quera sobre salir ante todos, y el afn de novedad reinaba por doquier en todos los mbitos, experimentos, megalomana en el comercio, en el trfico y las ciencias.

La gente lea libros, incluso las mujeres. Era un siglo de desmoralizacin, de cada en un pantano intelectual, poltico y religioso, creado por el hombre.

Bonjour!!!

Bonjour Nicols, Como te ha ido?Saludo la joven rubia a su amigo en cuanto lo divis.

De perros!!!Indic este sin mirarla.

Como as?

Bueno, es que el patrn la tiene contra m, todas las idioteces que cometen los dems me las hecha en cara a m, y todo porque soy el ms joven, cree que me puede humillar por eso.

Pero eso esta mal Nicols, no debes de permitirlo.

Y que puedo hacer?, estoy propenso a que me despida en cualquier momento...no puedo hacer nada.

Nicols se encontraba con la cabeza baja, esto era difcil de contar, pero senta mucha simpata por Alein y una confianza muy grande.

Tranquilo, vas a ver que todo se arregla, solo tenis que hacerte respetar un poco, si no es posible con tu patrn, hazlo con tus compaeros y vers que se harn cargo de sus propios errores.

Eso espero, estoy arto de ser el hazme rer de toda la embarcacin. Pero y dime, Como te fue a ti en tu primer da?

Para serte sincera, Eh!!! Digo sincero, jeje, pues me fue bastante bien, se trabaja en grupo, y creo que me respetan...un poco.

Bueno parece que te ir muy bien, espero que no te pase lo mismo que a m.

Eso espero. Le indic Alein.Oye Nicols...Nunca te ha pasado que quieres que te pase algo...algo que deseis mucho, pero que t sabes que es imposible que pase, pero pasa y no sabes que hacer cuando pasa...y te ha pasado ms de una vez y tienes como la sensacin de que pasar otra y otra vez?...Te ha pasado?

Ehhh... Me lo repites otra vez?Le propuso el joven que qued con cara de no entender nada de nada.

Es que me ha pasado algo muy curioso ahora que venia para ac.

Queris decirlo de una vez?Le deca Nicols un poco desesperado para que prosiguiera de una vez por todas.

Bueno, es que...hace rato me he tropezado...no me lo vais a creer, jeje...

Dale de una vez.

...Me he tropezado con la Marquesa de Versalles...Luego de decir eso, Alein mir de reojo a Nicols para poder ver su reaccin.

Ajaaa???

...Bien, umm...se ha dado un golpe de muerte, jajaja...igual que yo...jaja...

Nicols estaba anonadado escuchando al loco de Franco, pens que no debera de andar por las calles en ese estado.

Bueno, Franco...esteee... porque no te llevo a tu casa y...

No me crees verdad?

Porque debera?

Porque no?

Esta bien, esta bien...te creo, pero Porqu la Marquesa de Versalles decidi andar sola por estos rumbos como si fuera una persona normal?...tu me entiendes.

Que se yo... bueno pues, eso me ha pasado y...fue increble.

Seguro que s, es una delicia de mujer, todos los hombres se moriran por toprsela como te ha pasado a vos. Eres un suertudo, Sabes?

S, creo que si.

De repente cambiaron de tema.

Y dime, tienes algo que hacer?

Umm...no, no que yo sepa.

Bien, tengo que ir a una reunin.

No me digis, protestantes?

Aja, Te apetece ir?, es muy buena, adems la gente es amigable, bueno ya conocis a algunos.

Est bien, ir.

Excelente!, vamos pues.

Sin ms se dirigieron hacia el Pont au Change, un puente que una la orilla derecha del Sena con la Ile de la Cit que era el centro comercial ms distinguido de la ciudad.

Alein iba ensimismada, ni siquiera se daba cuenta de donde estaban, solo segua a Nicols como perro con su dueo, una y otra y otra vez su mente difusaza tan fugaz como un resplandor del sol al amanecer unos incansables ojos de cielo.

En eso algo llam su atencin, desde una vitrina de una ventana la joya ms hermosa que sus verdes ojos hayan visto jams.

Es como...Sus ojos!!!Seal la joven plebeya en voz alta sin darse ni cuenta.

Sus ojos?, qu ojos?, Franco?

Oh!.. Lo siento Nicols, me llam la atencin, solo quera ver.

Y creo que eso es lo nico que podrs hacer. Le comunico este.

Si claro, ya lo s. Le indic Alein con una mueca de mal humor.

Es un zafiro muy lindo.

Lindo?, es increblemente hermoso, es intenso, profundo, es clido y a la vez fro, suave y fsicamente duro, penetrante, sensual, delicioso, es...es...

Azul!!! Vamos Franco pareces un estpido enamorado, o Eres as de bobalicn?

Claro que no!!! Es solo que...me gusta y ya...solo eso. Dijo esto ultimo casi en un susurro.

Pero Alein bien saba lo que le pasaba.

No puedo sentir esto, no puedo estar como una idiota todo el tiempo pensando en alguien que no conozco en absoluto, Dios....Que me pasa???Se replicaba a si misma.

Vamos Franco, llegaremos tarde.

Si, al propsito dnde estamos?

Te estoy empezando a conocer y ya te tengo miedo. Le inform Nicols hacindose el asustado para despus echarse a rer.

Ja ja ja, que gracioso que eres Nicols.

jajaja, Verdad?, bueno perdname, es que todo el tiempo estas volando a la luna.

No es verdad!!!

Si lo es, y no me contradigas que lo sabis muy bien.

Lo siento, no me doy cuenta. Le dijo Alein un poco triste.

No te preocupes, de vez en cuando es bueno que tu mente vuele, pero no debes de ser tan despistado.

Si lo s.

Pues, estamos en la Ile de la Cit.

Si, ya me haba dado cuenta de ello al ver el zafiro

Bueno nos vamos o que!

Vamos.

Al parecer se estaban dirigiendo hacia la Plaza de la Catedral de SaintPierre. Faltaba poco para que oscureciera, Alein saba que su madre se preocupara por ella, as que decidi quedarse solamente un poco y despus se ira.

Llegaron a la Plaza, al puro frente de la Gigantesca Catedral, ya casi no haba gente por all, se encaminaron hacia el final de esta y doblaron en la esquina, caminaron un poco ms y finalmente pararon en una de las grandes paredes de piedra de la Catedral.

Alein se qued un poco intrigada, no pareca haber alguna puerta all, Nicols vio esto y le sonri, luego se fue un poco ms hacia la pared y empez a quitar un gran puado de hojas de un arbusto y de la pared surgi un hoyo bastante grande para que una persona pudiera pasar por all.

Vamos, Que esperis?

Um...no s.

No me digas que tienes miedo.

No...no es eso, solo que no estoy muy seguro. Repuso la joven a su amigo tratando de observar dentro del hoyo.

Adentro estn todos, vais a ver que estars muy cmodo.

Si t lo dices...

Tiene que ser as, no podemos hacer esto as no ms, Sabis lo que pueden hacerte si se dan cuenta?

No, no lo s, y no me gustara averiguarlo.

Tranquilo es muy seguro, te va a gustar, confa en m, todo esto lo hacemos porque queremos luchar por nuestros derechos, por nuestro pobre pueblo.

Est bien.

As me gusta.

No muy convencida que digamos, Alein entro por el hoyo seguida de Nicols hacia al otro lado. Estaba oscuro y fro, estar dentro de una gigantesca Catedral a oscuras y tras de eso con el peligro que los descubrieran, si que era un poco aterrador y ms para Alein que no estaba acostumbrada a este tipo de aventura por decirlo de alguna manera, pero confiaba en Nicols, solo esperaba no estar equivocada sobre ello. Se dio cuenta que no estaban solos, escucho a Nicols silbar para informar de su llegada, escuch otro silbido igual y al segundo lleg una chica con un candelabro para poder iluminar el camino.

Bonne nuit Laure! Salud el joven pelirrojo a la chica junto a ellos.

Bonne nuit Nicols, te esperbamos.

Si, lo siento, tuve unos pequeos...contratiempos. Le comunic Nicols a esta mirando de reojo a Alein que estaba con un atisbo de fastidio en su rostro.

No me vas a presentar a tu amigo?

Si perdona... LaureFranco, FrancoLaure.

Mucho gusto Franco. Le salud Laure mirndolo muy detenidamente y ms de lo necesario.

Igualmente Laure. Le mostr Alein a la chica

Bueno vamos ya. Indic Nicols rompiendo el momento.

Llegaron a una pequea sala, esta estaba iluminada, haban unas quince personas, igual como la vez pasada, todos eran jvenes, la mayora estaban sentados en unas sillas improvisadas, haba un chico hablando de pi delante de todos los dems, Nicols, Laure y Alein se dirigieron a las sillas, Laure les ofreci un poco de agua, estos aceptaron su ofrecimiento y sin ms se dispusieron a escuchar.

...Y as es, somos un pas bsicamente rural, de los veintisis millones de habitantes que hay en todo el pas, veinte somos campesinos, la cochina nobleza se muestra absolutamente contraria a contribuir con el dficit de nuestro pueblo. Es necesario que tomemos una iniciativa ante esto...

Y como haremos eso?Pregunt alguien.

No contribuyendo con ellos, no pagando algunos de los impuestos establecidos, y lo ms importante, quitndoles a ellos lo que por derecho es nuestro, toda su riqueza, hacerlos desesperar, el maldito Rey se va a dar cuenta de que aqu no hay imbciles como l piensa

Alein no comparta ese punto de vista, si empezaban a hacer todo eso, no iban a durar mucho con libertad, y seguramente las leyes se haran ms fuertes y la opresin ms dura, aunque fuera un grupo pequeo era muy peligroso, y no solo ellos tendran problemas, esto sera para todo el pueblo, no crea que la burguesa cambiara, siempre sera lo mismo y peor an.

Podemos hacerlo, tenemos que hacer algo. Como ya se habrn dado cuenta, hay extranjeros de otras ciudades en Pars, es lgico que han venido a tomar parte de los planes del Rey y de sus tontos seguidores, pero este a querido taparlo con el ya ms que sabido aniversario de la ascensin al trono. Sabemos bien que ha invitado a la Marquesa de Versalles...

Al escuchar el cargo de esa persona, Alein afin ms su odo, y su corazn como ya otras veces haba hecho, empez a retumbar ms rpido de lo normal.

...Esta noble, es una clave importante para la monarqua, por ello la a convocado y no por lo que se dice, es con la esperanza de ganarse su apoyo y con la ayuda de esta desea tener un mayor poder y poner en definitiva el fin del antiguo rgimen...

Alein estaba sorprendida de escuchar tanta informacin tan pero tan importante para que se dijera as como as, supuso que haba una persona infiltrada en los dos bandos, esto pareca ser bastante importante, estas personas no estaban jugando, de verdad deseaban hacer todo ello, era un grupo pequeo y con muchos jvenes involucrados, pero tambin poderoso lo cual conllevaba a un gran movimiento contra el absolutismo y la monarqua.

...Por ende, es muy peligrosa para todo vuestro pueblo, es una mujer sumamente poderosa, y si llega a tomar un mayor rango junto al Rey, sera el fin de nuestra hegemona. La burguesa tiene en sus manos el mayor poder econmico, y en definitiva desea acabar con los privilegios nobiliarios. Por eso compaeros, os ruego que no sean tontos, si dejamos que esto se desarrolle ms de lo que ya esta, seremos sus vctimas, no seamos cobardes, aunque en estos momentos somos pocos, pronto se nos unirn ms, alguien tiene que empezar por algo, y no hay mejores que nosotros para ello...

S!!!Evocaron todos excitados, deseaban pelear, se sentan fuertes.

...Pero... tenemos que empezar a hacerlo inteligentemente, poco a poco y con mucha sumisin, somos pocos y no queremos que en lugar de crecer, vayamos disminuyendo.

Alein tambin estaba emocionada, este ego elocuente era muy pegajoso, pero no dejaba aparte lo que esto significaba, no saba si salir de ese lugar y seguir con su rutinaria vida, ahora como hombre que ya era muy difcil de hacer, o quedarse y ser partcipe de esto, no dejaban de tener razn ante todo, pero an as era muy peligroso, y ms para ella, si por alguna razn la detenan y se daban cuenta de que era mujer, sera su fin, y no solo ella sera afectada, tambin su familia. Pero el hacer algo nuevo, algo por el que luchar, y hacer el bien a un pueblo reprimido, era algo muy tentativo para ella.

Y dime, Qu te ha parecido?Le pregunt Nicols junto a ella.

Es bastante interesante y todo es verdad, tienen un fuerte espritu de lucha, pero tambin es demasiado peligro estar en contra de la burguesa, es demasiado poderosa y se atreven a hacer lo que sea con tal de destruir lo que se les atraviese en su camino.

Si, tienes razn, pero como lo dijo Alphonse, nuestro lder, alguien tiene que empezar a luchar por nuestros derechos, por nuestra libertad, y estamos ms que dispuestos a enfrentarnos a ellos.

Tambin t tienes razn, luchar por la verdad es algo muy noble, y...estoy al igual que ustedes dispuesto a luchar por ello.

Nicols se le qued mirando muy seriamente, algo asombrado y a la vez orgulloso.

Estas seguro de ello?, no quiero llevarte a algo muy difcil para ti.

Estoy seguro, y tu no me llevars a ningn lado, lo har por la libertad de nuestro pueblo, lo har por mi familia, por ti... y por m.

Compaeros...poned atencin. Deca Alphonse que momentos atrs hablaba en el mismo lugar en el que esta ahora.

Parece que tenemos entre vosotros a un nuevo hermano, por favor Franco, Quieres venir aqu?

Alein al escuchar su falso nombre, algo desconfiada se dirigi hacia el hombre.

Franco que bueno que estis aqu, me dijeron que eres amigo de vuestro querido y respetado compaero Nicols, y si eres amigo de l, tambin lo eres de nosotros.

Gracias Alphonse, para m es un honor estar aqu compartiendo con vosotros, espero serles de utilidad.

Ya lo hacis Franco, quiero que te sintis a gusto, aqu todos somos hermanos, nos somos fieles entre s, cada uno lucha por el futuro del pueblo, por nuestras familias y amigos. Espero que sintis lo mismo.

As es Alphonse, as es.

Bien, entonces seis bienvenido.

Gracias. Le expres Alein la cual era estrechada en un abrazo por parte de Alphonse.

Este ltimo muy contento le sonri y sin otra cosa se fue dejndola sola en medio del gento que le daba la bienvenida.

"Alein en que te has metido?, ya es muy tarde para cambiar de idea, eres una tonta que se cree un hroe solo por haber aceptado tu muerte mas rpido de lo que debera". Se regaaba a si misma entre abrazos, saludos, besos, apretones, etc...

Todos se despedan quedndose de ver como siempre a la mima hora en ese lugar. Nicols, Alphonse y Laure se le acercaron a Alein.

Franco dnde vives?Le pregunt Laure muy cerca de ella.

Pues...vivo...en...por la Place de Grve. Le contest Alein un poco nerviosa por el acercamiento de Laure.

Bien, nosotros vamos por ah tambin.

Bueno, entonces vamos. Propuso Nicols dirigindose a la salida.

***

Marquesa, Deseis algo ms?

No, as esta bien.

Bien, entonces nos llamais si os apetece algo.

Si, claro.

Bonne nuit!

La criada espero dos segundos la contestacin, pero no se dio, as que simplemente cerr la puerta tras de s.

Maldito da!!!

Despus de haber exclamado esa palabra tan descriptiva se postr en su cama de sbanas de seda blanca, apagando un pequeo candelabro de una de las mesitas de los lados de la cama, y se acurruc sin ms. Estaba cansada, haba sido un da de mil demonios.

Su intencin era dormir, pero no pudo. Imgenes del da empezaron a hacer gala de presentacin en su brillante mente.

Primero el bendito golpe, acordndose de ello se pas la mano suavemente por uno de sus bien formados glteos, y le apareci una pequea sonrisa en sus delicados labios.

Despus la tediosa y gran parla que le ech la rata del Rey; le habl sobre lo impresionante del Sena, todo el dinero que se poda ganar con la exportacin de los pescados a otras ciudades, los ingeniosos planes que tena para construir ms plazas de comercio para la clase social alta, y todo lo que se puede imaginar para la nobleza.

Pero a ella le importaba un comino, saba lo cretino que era Luis, por lo menos ella en su ciudad hacia lo posible para que no solo la clase alta viviera bien, si no el pueblo en general tratando de que el dinero llegara a cada rincn de la ciudad, por ello Versalles era una de las ciudades con mejores edificaciones, una ciudad muy limpia, y bastante desarrollada. No quera que solo parte de la ciudad tuviera buena impresin, quera que todo fuera por igual.

Despus de esa hablada, el Rey Luis empez a sacar un tema ms profundo y conveniente para l.Le hablo de la gran guerra que se avecinaba, sobre como hubieran podido lidiar contra el enemigo si estuvieran juntos y sacar provecho por partes iguales de ello, tambin sobre el comienzo de la revolucin, el rey no era idiota, saba que en cualquier momento el pueblo iba a alzarse contra l y la burguesa.

"Es un miserable cobarde" pensaba Alexandra cuando este le deca todo aquello.

No poder librarse de lo que l mimo sembr, pidindole que se uniera a l, que ella tambin poda tomar un rango ms importante del que esta ahora, que sera ms poderosa an, que entre los dos podas llegar a ser indestructibles, que la edad contempornea y el rgimen totalitario se iban a expandir por todo Europa y despus hacia el mundo entero gracias a ellos.

"Un Rey cobarde y tras de eso con ansias de poder y conquista...peligroso, muy peligroso"Pensaba Alexandra.

Todo eso la dej muy agotada, era algo en lo que tena que pensar muy pero muy bien.

Despus de hacer el recorrido por el Sena en el lujoso barco, almorzaron all mismo, despus Alexandra se dirigi hacia el HotelDieu donde se haba hospedado, para poder descansar un rato, habl con su consejero sobre todo lo que le dijo el Rey Luis, su consejero solo le propuso esperar un poco y no precipitarse, pensar muy bien su propuesta, y darle una respuesta despus del aniversario. Ese mismo da el Rey le invit a cenar en el Palacio de las Tulleras, all le habl otro poco ms, pero Alexandra decidi no sacar ms el tema. Despus de la cena la joven Marquesa se excus anunciando que se encontraba cansada, y as lleg de nuevo al HotelDieu.

No tena ni una pizca de sueo, se levant de la cama y se apresur a ponerse un vestido, despus se puso un abrigo de pieles encima, para luego salir lo ms despacio y con todo el cuidado posible de su cuarto para no ser descubierta.

Deseaba salir de all, tomar aire fresco y caminar un rato, se senta ahogada y encerrada como siempre vivi en toda su vida.

Sin ningn problema pudo salir del lugar, y al fin se encamino a paso lento por la calle vaca de la gran ciudad de Pars.

***

Uyyy!!! Que fro hace Podemos ir un poco ms rpido?Propona Alein a sus compaeros de camino.

Pero no era exactamente por el fro, estaba un poco preocupada por su madre, saba que era muy tarde, y no saba que explicacin poda darle ante esto.

Iban cruzando la calle del HotelDieu, cuando cerca de all advirtieron a alguien que caminaba hacia el lado contrario, no se figuraba muy bien, pero si saban que era una mujer.

Hey!!! Miren, Que estar haciendo una mujer de la nobleza sola en este lugar? El barrio de Sorbona no queda al otro lado del ro?Pregunt Laure a sus compaeros.

El barrio de Sorbona junto con el Faubourg SaintGermain, eran los lugares donde los ricos vivan.

Como sabis que es de la clase alta?Le pregunta Nicols a Laure.

Desde aqu se ven sus ropas, ese abrigo que usa parece de un material muy costoso.

Si es verdad, desde aqu puedo oler su despreciable aroma a ricachona. Comunic Alphonse haciendo una mueca de asco.

Alein se le qued mirando, vio el odio que a este le empez a nacer, se pregunt porqu era as, si esta mujer nunca le haba hecho nada y solo por su clase social no quiere decir que sea buena o mala persona. Sinti que el problema era nicamente de l.

Vamos. Dijo Alphonse sin ms.

Qu?Contestaron todos al mismo tiempo mirndolo desconcertados, para despus seguirlo sin tener tiempo de protestar.

Se dirigan hacia aquella mujer, la cual caminaba muy despacio y pensativa.

Pararon a una distancia prudencial de esta.

Qu haces?Le pregunt Nicols algo nervioso a Alphonse que estudiaba a la mujer.

Franco...Dirigiendo su mirada hacia l. ... Sabes?, para poder ser parte de nuestro grupo, tenis que demostrar varios aspectos, como por ejemplo... lealtad, compaerismo, respeto, carisma, sinceridad, entre otros, pero lo ms importante es pasar una prueba, todos vosotros tuvimos que hacerlo, No es as?Pregunt Alphonse dirigindose hacia sus otros dos compaeros.

Si, claro...aja, todos...tuvimos que hacerlo....si. Dijeron estos mirndose entre s.

Ves?...Bien, por eso ahora os toca a vos.

Y que clase de prueba tengo que hacer?Le indag Alein nada confiada y muy seria.

Bueno, lo nico que tenis que hacer es demostrarnos tu valor. Le contest Alphonse muy serio tambin.

Repito, Que clase de prueba tengo que hacer?Le recalc de nuevo Alein an ms desconfiada.

Vaya!!! Mira t, tenemos carcter, otro punto para vos.

Alein se estaba impacientando un poco, saba que no le iba a gustar lo que tena que hacer, y pensaba que seguro haba sido un grave error haberse metido en todo esto, pero no iba a dejar que la humillara as por as.

Bien, a lo que iba, lo que tienes que hacer es simplemente tomar alguna pertenencia de ella.

Quieres que robe para poder demostrar mi valor?Le pregunt Alein con cara de desprecio a Alphonse, el cual ya empezaba a disgustarle.

No robar, a tomar algo, despus se lo puedes devolver si gustas.

No lo creo Alphonse, eso no va con migo y no tengo porque demostrar nada. Alein estaba furiosa, no saba que pensar, este hombre estaba totalmente loco.

Nicols y Laure estaban absortos, solo prestaban atencin a lo que suceda entre esos dos.

Como quieras, pero te digo, que si lo haces, no solo te ganaras el respeto de nosotros, y no solo vais a demostrarnos tu valor, tambin te demostraras a ti mismo que podis hacer cualquier cosa, ahora es solo esto, solo esta pequea tontera, pero despus me vais a dar la razn, cuando no le vayas a temer a nada... ni a nadie.

Alein se lo pens, saba que estaba mal, pero tambin saba lo importante que era para el lder del grupo y ahora tambin para sus compaeros que afirmaban con sus cabezas. Que poda pasar?, lo nico era que la mujer empezara a chillar, o que se desmayara, despus se lo devolvera.

No muy convencida, se volvi hacia sus compaeros.

Est bien, lo har.

Excelente Franco. Le anim el lder del grupo.

Franco, no tienes que hacerlo si no quieres. Le advirti Nicols, encarndolo muy quedamente.Esta bien Nicols, no hay problema...creo.

Bueno, entonces que empiece la funcin. Proclam Alphonse.

Instintivamente, Alein se puso en posicin como si fuera a emprender una carrera, su corazn le palpitaba rpidamente, su cuerpo temblaba y su cabeza empez a dolerle.

Se di cuenta que la mujer se haba quitado su abrigo de pieles y puesto en uno de sus hombros. Ese era ahora su objetivo.

Y sin ms empez a correr, primero como trotando, despus aumento un poco la velocidad, mientras se le iba acercando iba ms rpido, y as hasta llegar a su vctima por detrs y como un rayo quitarle del hombro izquierdo su objetivo.

Esta qued inmvil por un segundo y al otro ech a correr detrs del ladrn.

Alein nunca se imagin esta posibilidad, y empez a correr lo ms rpido que pudo, pero la otra le iba pisando los talones, gritndole quien sabe que palabras, trat de llevarla a unas callejuelas lo bastante oscuras para poder tomar un poco de ventaja, se diriga a la Rue des Petits Augustins, trataba de pasar por tantas curvas como poda para que pudiera perderla de vista, unos minutos despus pens que ya la haba perdido de vista, y empez a disminuir la velocidad, mirando tantas veces como poda hacia atrs.

S, pareca que la mujer se dio por vencida y ya la haba dejado mucho ms atrs.

Empez a caminar tratando de tomar todo el aire que le faltaba, pero en eso lo nico que pudo sentir fue a un elefante caerle encima y extirparla contra la calle dndose un tremendo golpe en la cabeza, y desde entonces no volvi a ver ni a sentir nada ms.

***

Alexandra, Queris repetirme otra vez todo por favor?Le propuso Dominique.

El consejero de Alexandra no dejaba de observar al muchacho rubio que se encontraba dormitando en la cama de Alexandra.

Ah te va otra vez...Le indic Alexandra a su consejero, que se preparaba para contarle la historia de nuevo. ...Sal a dar un corto paseo por la ciudad...

Cmo se te ha ocurrido hacer eso??? Dios mo Alexandra, y a esas horas, te pudo pasar algo, Mira hasta te robaron!!!Le regaaba Dominique sin crerselo todava. Oh, lo siento, prosigue por favor.

Bien, como deca...sal a dar un paseo, para tomar un poco de aire, me senta asfixiada, as que empec a caminar, despacio, pensando en todo lo que me ha pasado desde que llegu ac...bueno pues, en eso estaba cuando sent que me arrebataban mi abrigo, me cost reaccionar, no me lo esperaba, pens que no haba nadie a tres cuadras a la redonda, despus empez a hervirme la sangre y no dud en seguir al bandidillo este que me hizo correr como nunca.Le expona a su consejero mirando al que crea era un chico y la persona que la haba estado haciendo divagar en todo el maldito da.

Ayyy...Alexandra solo a vos te pasan esas cosas, y porque las andis buscando, es tu culpa.

Si s, ya no me sigas regaando por favor. Despus...lo pude alcanzar, pens que ya no le segua, y tuve la oportunidad de caerle encima y sostenerlo contra la calle, pero no me di cuenta que se golpe la cabeza, me levant lo ms rpido que pude, vi que estaba inconsciente, despus le examin su cabeza para ver el golpe, le sangraba un poco y decid traerlo, lo acost en mi cama, le limpi la sangre y lo vend con uno de mis pauelos...despus te llam y fin de la historia...creo.

Umm...ya veo, No es el mismo chico que visteis el otro da en las afueras del Pavillon de flore?

S, eso parece.

Ehhh.... No ser el chico que me contasteis que se haba tropezado contigo esta maana?

Este...s, creo que s.

Interesante...

Su consejero con uno de sus dedos ndices en su mentn, pensaba mientras miraba de nuevo hacia la cama donde se encontraba un pequeo bulto totalmente desparramado, despus dirigi su mirada hacia la Marquesa, la cual estaba absorta mirando tambin hacia el pequeo bulto, le pareci a l ver una pequesima, casi imperceptible sonrisilla en esos labios angelicales.

Bueeeno....que sueo tengo... aaayyyy, sip, creo que mejor me voy a dormir. Deca esto en pequeo hombre levantando las manos y estirndolas. Alexandra, veo que tienes todo controlado, me llamas cualquier cosa, sabes que estoy en la otra habitacin.

Esta bien Dominique, perdn que te haya hecho preocuparte, Buenas noches!!!

Buenas noches y... Bonne chance! Mi Marquesa.

Dominique se diriga hacia la puerta con una sonrisa de oreja a oreja.

"Pobre muchacho, no sabe en lo que se ha metido, ms bien suerte para l". Iba pensando el consejero, al fin sali de la habitacin real de la Marquesa y se fue a la suya propia.

Porque me has robado?Le deca Alexandra casi en un susurro la dormida chica, acercndose para verla mejor.

Que cara de angelito tienes...Deca muy quedamente.Me has hecho pensar mucho en ti, Sabes?Le pas el dorso de la mano suavemente por su lindo rostro.Me haces sentir cosas...te veo y deseo ser alguien para ti, como tu hermana mayor o algo as, cuidarte, protegerte...y si me dices el Porqu?...no sabra responderte.

Alein empez a moverse muy despacio, Alexandra le quit la mano rpidamente como si fuera a morderla, la joven plebeya se empez a desperezar y junto a un gran bostezo, el cual Alexandra pens iba a tragarse todo el cuarto y a ella misma, abri suspequeos ojos poco a poco, se qued un segundo mirando a Alexandra la cual estaba vindola muy, pero que muy cerca, parpade como cien veces en menos de un segundo y...

TERCERA PARTE

...Se estremeci, dando la joven plebeya un sobresalto tan grande que hizo a la Marquesa darse un golpe en la frente con la suya propia, esto hizo retroceder a Alexandra, la cual se frotaba con su mano tratando de disminuir la intensidad del dolor mientras refunfuaba y apretaba los dientes para poder mantener el poco control que tenia y el cual estaba a punto de salrsele de las manos. Alein confusa y muy asustada se acurruc ms en la cama tapando su dolida cabeza con la sbana, la cual en ese momento era su nico escondite y su nica salvacin.

Sal de ah!Le ordenaba Alexandra tratando de volver a su compostura normal.Sal te he dicho.

Al minuto Alein bajo poco a poco la sbana, pero solo dej ver sus ojos tremendamente temerosos.

Alexandra suspir y se acerc a la atemorizada chica que no dejaba de temblar y de agarrar la sbana como si esta fuera a escaprsele. Alexandra empez a abrirle las manos con mucho cuidado para que esta pudiera soltar la sbana que estaba toda arrugada por la fuerza con la que la agarraba, Alein empez a desistirse y abri por completo sus manos para que la mujer mayor pudiera librarla de la blanca seda.

Tranquilo muchacho, no te voy a hacer nada.Le deca Alexandra para tranquilizar al supuesto chico.Djame ver como anda tu cabeza.

Alexandra le empez a quitar el improvisado vendaje, para poder verle la herida.

Umm, que rpido te curas muchacho, veo que tienes una cabeza muy fuerte...y dura.

Alexandra dijo esto sonrindole y frotndose la frente donde ya se le vea un pequeo crculo rojo. Esto hizo que Alein le devolviera una sonrisa tmida, y empez a relajarse un poco.

Bueno, parece que puedo dejarte sin el vendaje, Te duele mucho?

Eh...no, un poco solamente, esta bien...gracias.

No es nada.

Alexandra se fue hacia el lavado para lavar el pauelo manchado de la sangre de Alein, Alein solo la miraba muy curiosamente, nunca pens que la Marquesa fuera a actuar as con ella, se mereca que la llevara ante unos oficiales y despus a la prisin, para por ltimo ser azotada con un ltigo en la plaza central como castigo por lo que le haba hecho a tan importante dama.

Siento lo que os he hecho, Marquesa, es imperdonable...Le deca Alein con voz quebrada. ...Solo os ruego que llameis a los oficiales lo ms rpido que podis, para as acabar con la cobarde fechora que os he causado. Le deca Alein cabizbaja y con sus ojos apunto de estallar en lgrimas.

Alexandra dejo de lavar, para mirar a la joven, que empez a bajarse de la cama y a acomodar como poda la sbana de seda blanca, para despus volverse y quedar de pie todava con la cabeza baja, esperando la decisin de la Marquesa.

Te dir... no sabes cuanto odio a la gente que hace cosas como la que me acabis de hacer...Le informaba Alexandra, acercndose muy despacio a la apenada joven....las personas que prefieren coger el camino fcil, tomando lo que no les pertenece...Cada ves se le iba acercando ms y ms haciendo que Alein se inquietara y se pusiera ms nerviosa de lo que estaba, con cada paso que daba la Marquesa hacia ella, haca que Alein retrocediera....Las personas que hurtan, quitan, despojan, roban, como quieras llamarlo, a otras personas...Deca esta profundamente, ya Alein no poda retroceder, la tena contra la pared, vea todo menos esos ojos ahora ms azules que el azul, sinti que una mano muy delicada se posaba en su barbilla levantndole la cabeza para que la mirase a los ojos, se senta tan pequea, tan insignificante, tan nadie, en otras palabras, peor que la misma mierda....Pero...por alguna razn, no te odio a ti.

Alein solo la miraba, no entenda lo que quera decir, pero estas ltimas palabras hicieron que se le escapara todo el aire que haba comprimido en todo ese tiempo.

De golpe, Alexandra se alej, sintindose de repente un poco mareada, se sent en la cama sin decir ms.

Que estoy haciendo?, Porque no solamente llamo a alguien para que se lo lleve y reciba su merecido?, pero como pudo hacer algo as, parece que no matara ni una mosca, seguramente es por pura necesidadPensaba Alexandra mirando hacia la chica que estaba esperando sin saber que hacer.

Te perdono.Dijo la Marquesa secamente.

Alein la mir incrdula, nunca pens escuchar esa palabra de alguien a quien le haba hecho lo que le hizo, menos a alguien como ella, que perfectamente poda hasta hacer que le mataran si quisiera.

Gracias...yo...Le deca Alein, la cual no pudo terminar la frase.

Con una condicin...Le propuso Alexandra, que la miraba muy seriamente.Quiero que trabajes para m.

Alein crey estar soando, no poda asimilar nada, todo era muy confuso, y con el miedo de despertar del sueo, le pregunto.

Marquesa, Esta usted segura de lo que me estis diciendo?, mira lo que os acabo de hacer, y no he sido ms que un estorbo para vos, las pocas veces que nos hemos...umm, tropezado, ha sido frustrante para usted...yo...Y fue callada por la mano alzada de Alexandra.

Vas a hacerlo, Si o no?

Alein se dio cuenta que a esta mujer no le gustaban mucho las conversaciones, as que sin ms asinti.

Si, Mademoiselle, me encantara trabajar para usted...

Bien...ahora quiero que os vayis para tu casa, necesitis descansar, tu cabeza est un poco maltratada, maana quiero que vengis en la tarde, ya hablaremos de vuestro nuevo trabajo.

Alein asinti con una sonrisa tan grande que casi no le caba en el rostro, Alexandra se dirigi a la puerta y llam a una de sus criadas, a los pocos segundos lleg.

Deseis algo mi seora?Pregunt la criada, la cual tena unas increbles ojeras que le llegaban a sus grandes cachetes.

Si, eh...acompaa a este caballero afuera, y dile a uno de mis lacayos que lo lleve a su casa en mi carruaje.

La criada no saba de quien estaba hablando la Marquesa, hasta que de la puerta se asom un cabecita rubia sonrindole y saludndola.

Como gustes Marquesa.Le dijo la criada sin ninguna expresin en su rostro cachetn.

Alein sali de atrs de Alexandra.

Gracias Marquesa, a sido usted muy amable, y perdone de nuevo mi intencin de robarle, estoy sumamente arrepentido.

Est bien chico... Como te llamas?

Franco, contest Alein emocionada.

Nos vemos maana Franco.

Si seorita, Buenas noches.

Buenas noches.

La criada solo miraba y escuchaba, incrdula de verle devolver el saludo al chico, y algo animada la criada trat de que le hiciera lo mismo.

Bonne nuit, Marquesa.

Y sin otra cosa, Alexandra le cerr la puerta en la cara.

Maldita.Refunfuo la criada por lo bajo, girndose para encontrar la sonrisa de Alein la cual ya no soportaba. Vamos!Dijo esta.

Alein la sigui, pensando en todo lo que pas minutos atrs, y con la imagen angelical de la Marquesa que se le haba clavado en su mente...y en su corazn.

Alexandra del otro lado, se qued un momento pensativa, le rondaba por toda su mente la sonrisa del chico cuando le dijo aquello que se le sali como si nada.

Quiero que trabajes para m?... Como he dicho tal cosa?, si es un ladronzuelo.Se adverta as misma.

Y sin ms se desvisti, quedando solamente con un pequeo camisn se seda, se dirigi a su cama acostndose en ella, al segundo le lleg un aroma tan delicado y suave que le provoc inhalar profundamente cerrando sus ojos para percibirlo mejor y llenarla totalmente.

Umm, que aroma tan exquisito tiene...Deca Alexandra en vos alta.

Y de golpe abri sus ojos, como acordndose de algo muy importante.

Un hombre no huele as!!!...Inform esta a los cuatro vientos.

Y definitivamente saba como ola un hombre, toda su vida haba estado rodeada de ellos, hombres por all, hombres por aqu. Y ahora era la soltera ms cotizada del momento, bueno desde que naci haba sido exhibida como una joya muy valiosa a cientos de cientos de caballeros, pero su padre nunca quiso separarse de ella, la amaba con todo su corazn y decidi mejor esperar a que por ella mima decidieracuando llegara el momento.

***

Alein lleg a su casa, apenas entr fue recibida por Mari, su madre, la cual estaba muy preocupada, Alein estaba sumamente cansada, pero hizo un esfuerzo para lanzarse a contar su historia, su madre solo asenta con la cabeza incrdula de lo que escuchaba, pero no le sorprenda, conoca a su hija y todo lo que esta poda hacery deshacer.

Y eso es todo.Finaliz Alein con una Mari perpleja al lado.

Biennnparece que has tenido un da tremendo hija.

As es madre, me ha dicho que me quiere ver maana para hablar sobremi nuevo trabajo.

Y estas segura de eso?, quiero decir, As nada ms?, lo que le hicisteis no fue muy grato que digamos; Alein hija, Porque te metes en problemas?, ya tenis mucho con hacerte pasar por hombre para que puedas trabajar, Porque meterse en algo tan peligroso?, no quiero que te pase nada malo hija, Por favor!, sal de eso antes de que sea tarde.Le rogaba una Mari preocupada.

Madre, se que lo que hice estuvo mal, tu me conoces, yo nunca hubiera hecho algo as, aunque nos estuviramos muriendo de hambrebueno ya hemos sentido eso antes, siempre buscamos una salida, perono s, Alphonse hizo que me cegara en ese momento y solo me deje llevar, no quise salir corriendo como una cobarde, de verdad deseo ayudar en lo que puedo para que se haga justicia, tu sabes que no podemos vivir as, adems no es muy peligroso, lo nico que se hace es hablar sobre esto y aquello...

Mari no estaba muy convencida, pero sabia lo inteligente que era su hija, y si esta quera hacer algo lo hacia, aunque se le prohibiera, siempre fue as, as que no dijo ms.

Pero por dicha no ha pasado nada madre, la Marquesa fue muy amable con migo, le debo eso.

Esta bien Alein, como quieras, ya eres muy grande para tomar tus propias decisiones, siempre lo has hecho, desde que muri tu padre.

Alein era muy feliz por como era su madre, ms que una madre para ella, era su amiga, y poda decirle todo lo que quisiera, nunca se pondra a regaarle o a prohibirle, pero tampoco deseaba preocuparle, as que no dijo ms despidindose de su madre para irse con su hermana que minutos antes se despert de un sueo profundo y se haba aferrado al abrazo de su hermana mayor para estar as mientras Alein le hablaba a su madre.

Bonne nuit!!! Madre, vamos Ani.

Buenas noches hija, que descanses.

Mari se quedo un segundo mirndolas mientras estas se iban, y con una sonrisa se fue a su cama la cual no quedaba muy lejos del pequeo comedor, donde haban estado conversando.

Ani no sabes cuan feliz me sientoDeca Alein entre suspiros mientras se quitaba los zapatos, pantalones, la camisa, el chaleco, bueno toda la vestimenta de hombre, quedndose solamente en interiores, para posteriormente lanzarse en la pequea cama junto a su hermana, la cual solo la vea divertida por lo que hacia.

Es demasiado para mi...con solo poder tenerla tan cerca me basta y sobra

Te gusta mucho verdad?Le preguntaba su hermana menor.

No te voy a mentir, as esbueno A quien no?, es una mujer magnfica.

Creo que a las mujeres noLe informaba Anabella.Creo que esto de ser hombre te ha afectado un poco hermana.

Si, seguro, quien sabe, puede ser, no lo s

Ya, bueno buenas noches, que ni mam ni yo hemos podido dormir por culpa tuya, caballero tonto.

Alein se volvi a su hermana y las dos cmplices se sonrieron, para despus girar hacia el otro lado y apagar el candelabro dispuestas a dormir, cada una con sus respectivos sueos.

Otra maana, ahora como era ya su costumbre, de pi ante la puerta de su casa Alein se arreglaba su boina ponindosela de lado para despus partir hacia su trabajo.

Antes de que el primer gallo quiquiriquara, antes de que el primer pjaro cantara, antes de que el panadero pusiera a hornear el primer bollo de pan fresco y el lechero repartiera sus primeras botellas de leche recin ordeada, antes de que el primer rayo de sol cayera sobre las casas desgastadas y el borracho callejero se perdiera al final de una de las tantas callejuelas, se empez a propagar por cada rincn de la gran ciudad de Pars, una de las noticias ms aborrecidas por toda persona viviente de ese lugar, ms bien de toda Francia.

Los ingleses haban declarado la guerra a Francia, esto no era en s, y de por s, nada alarmante, ya queFrancia mandara sus tropas hacia aquellos pases que se haban lanzado contra ellos en un principio, la cuestin era, como terminara todo aquello, como llegara ladecadencia a ser partcipe y todas las consecuencias que la maldita guerra podra llegar a tener para todo un gran imperio, pero peor an, para todo el pueblo agrario.

En el gran palacio se respiraba una tensin obvia, el Rey haba citado a una reunin con todos los miembros del gabinete y con sus invitados de honor, los lderes de cada ciudad de Francia empezaban a jugar un papel muy importante, aunque solo fuera por que en esos momentos se encontraban all, ya que al Rey Luis le gustaba tomar sus propias decisiones sin ninguna ayuda, la nica que para l era importante era la Marquesa de Versalles, ningn otro le era significativo, pero dado el casono poda hacer menos.

No haba ninguno que no se hubiera enterado, desde ese momento sera el tema principal de cada da.

Alein solo deseaba que llegara la tarde y el instante para ir a ver a la Marquesa, no caba en su mente ms que eso, se enter de la noticia, pero no le importaba, no en ese momento. Como fue en su primer da, se puli para hacer un buen trabajo, ya era su segundo da, pero senta como si toda la vida hubiera sido pescadora, lo llevaba en la sangre, su padre se lo haba heredado como muchas otras cosas, era la viva imagen de l, su madre siempre se lo viva recordando y a ella le encantaba que la comparara con su padre, con su amado padresu hroe.

Hasta maana seor Franco!!!Le despeda un sonriente seor Mirror.

Hasta Maana!!!

Alein senta que desde un principio se haba ganado la amistad del seor Mirror, era un hombre muy amigable y amable, trataba muy bien a sus trabajadores, tanto as, que la mayora de los pescaderos deseaban trabajar para l, y si en alguna oportunidad lo haban hecho lo haran de nuevo.

Alein estaba muy, pero que muy contenta, se le notaba mientras pasaba en medio de la gente, la cual la mayora tena caras de mal humor, otros muy pensativos, otros que iban hablando solos, viejas chismeando por ah, caras largas y amargadas, de todo un poco. Pero ella era la nica que generaba felicidad, se sala hasta de sus poros, toda radiante, sin importarle nada ni nadie, bueno excepto una persona.

Franco??? Heee, Franco!!!Le gritaba una chica de cabello rubio muy largo, ojos color miel, delgada, de la misma altura que Alein y muy atractiva, que se iba aproximando a esta con un andar muy sexy.

Laure?, hola que tal, Como estis?

En este momento estoy ms que bienLe responda Laure algo provocativa.

Eh, bueno jeje, me alegrocreo.

Y dime Tenis algo que hacer?

Si, me tengo que ver con alguien.

Oh, que mal, me hubiera gustado ir a charlar un rato con tigo, no s.Deca Laure algo decepcionada.

Lo siento, es algo muy importante y no puedo aplazarlo, que pena.

No hay problema, ser en otra ocasin.

Claro, bueno si me disculpis me tengo que ir.

Queris que te acompae?Le pregunt Laure de repente esperanzada.

No!!!...eh, lo siento, tengo que ir solo, pero gracias.

Esta bien, de todos modos me acord que tengo que hacer algo.Le informaba Laure forzando una sonrisilla.

Bueno, nos vemos entonces.

Si, esta noche, Vas verdad?

S, ah estar.

Esta bien, que te vaya bien entu cita.

S, gracias.

Y sin otra cosa, Alein se encamin de nuevo hacia su destino, pero unos pensativos ojos color miel la seguan desde lejos, para despus retirarse y seguir su propio camino.

***

Marquesa Alexandra, que pensis de todo esto?Le pregunta un rey puramente alegre para ser el momento que es.

Spues la verdad yo preferira esperar un poco antes de llegar a tomar una decisin sumamente importante, esperar a ver como vuestro enemigo acta ante los dems pases, o mejor dicho vuestros aliados, creo que en definitiva me tomara este punto un poco incierto menos alarmante, con ms calma, veo que vuestras tropas estn sumamente preparadas para actuar si se les da la orden

As es, de eso no hay que preocuparse.

Ya veosepa que esto va a afectar a nuestra gente, ms que todo los plebeyos.

Ah, Marquesa, no os preocupis, usted y yo vamos a estar bien, eso es lo importante.

Yo no puedo estar bien, si eso es lo que vuestra alteza cree, con mi respeto alteza, deseo saber si tenis bastantes recursos para esto, yo s que si los tenis, pero sabes que nuestro pueblo es muy importante, si algo pasa y empiezan a lanzarse contra vosotros, sera muy peligroso para usted alteza, No cree?Deca Alexandra muy seria.

Yo (Tos)

Esta usted bien majestad?Le preguntaba uno de sus sirvientes dndole pequeas estocadas por la espalda.

Ah, l esta bien.Informaba Alexandra con un atisbo de riza y maldad en su rostro.

Si si, estoy bien.Responda el aturdido Rey tratndose de recuperar.Esta bien por hoy, pensar en vuestras propuestas, pueden retirarse, menos usted Marquesa, deseo hablar con vos en privado.

Alexandra, la cual ya estaba a punto de retirarse junto con los otros, con mucho fastidio mal disimulado y mientras su consejero le suplicaba con la mirada, esta asinti al soberano. En eso vio que se le acercaba una de sus criadas.

Disculpad Marquesa, hay un joven que pregunta por usted, el muy insolente ha insistido, dice que vos lo estis esperando, Queris que lo eche?

No...Decidle que me espere.

Como quiera.

Y a secas la criada se retir.

Quin la est esperando Marquesa, si puedo saberlo?

No no puede.Dijo esta sin ms.

Dominique la miraba casi hincndosele para suplicarle, esta lo mir poniendo de lado su boca como dudando, para despus volverse de nuevo al Rey, y con una pequea sonrisa decirle.

Es una personamuy importante al cual he citado, muy pero muy importante.

Si queris hablar luego, esta bien, parece que esimportante.

As es, bien, entonces si me disculpa su alteza.

Espera!...espero que vengis esta nochepara terminar nuestra conversacin, a tu honor una cena esplndida.

Alexandra se quedo un momento pensndolo, quera ver al Rey en un momento vergonzoso, esperar por alguien que ha sido invitado por l, no era nada cmodo.

Bien,Dijo esta.Ser un placer su alteza.

Bien, mademoiselle, aqu os espero.

Alexandra se despidi con una pequea sonrisilla maliciosa y haciendo una pequea reverencia se retir junto a su inseparable consejero, dejando a un ms que excitado Rey.

Esta mujer me encanta, espero que no tengamos problemas, no me gustara tener que hacerle la vida imposible.Pensaba el Rey mientras era despachado a su recmara por sus sirvientes.

Alexandra, por favor, tenis que ser ms amable con vuestra alteza.Le apuntaba su consejero.

Es queno lo soporto, es algo que no puedo reprimir.

Lo s, lo s, pero has un esfuerzo jovencita.

Lo intentar Dominique.

Ahora dime, Que es eso de que te espera un joven?

Ya lo vers.

Al llegar al recibidor, Alexandra mir hacia una silla donde se encontraba sentado aquel joven el cual emanaba misterio y secretos para ella, deseaba tanto que se los dijera.

Bonsoir Franco, Como esta su cabeza?Le preguntaba Alexandra a el joven sonriente, el cual la esperaba ya de pie, inclinndose un poco como reverencia a su presencia.

Bonsoir mademoiselle, esta muy bien gracias, he venido hasta ac, uno de los oficiales de entrada del HotelDieu me ha dicho que estabais aqu.

Bien, te presento a mi consejero personal, Dominique.

Oh, mucho gusto Monsieur.Salud Alein educadamente.

El gusto es mo joven.Le sealaba Dominique con una sonrisa autntica, me han hablado de vos.

Oh, De verdad?Deca Alein un poco avergonzada bajando su cabeza, seguro que la Marquesa le cont de su pequeoaccidente.

Si, me han dicho que eres un joven muy bueno y respetuoso.

Oh, si, que bueno.Deca una Alein de repente alegre.

Vamos.Dijo con una sonrisa Alexandra cortando la conversacin.

Se dirigieron al carruaje seguidos de dos criadas la cuales se miraban entre s, sin creerse lo que vean.

Ya montados, se dirigan hacia el HotelDieu, Alein estaba mirando hacia afuera, no poda creerse nada, estaba all, en el carruaje real de una de las mujeres ms importantes de toda Francia, aunque ya se haba montado, pero esta ves era con ella, la cual estaba al frente suyo tambin mirando hacia las afueras, hacia el Ro Sena, Alexandra de vez en cuando echaba una miraba hacia Alein y le sonrea para despus mirar de nuevo hacia fuera.

Dominique las miraba, pareca que se hubieran conocido desde haca mucho, no saba bien porqu la Marquesa escogi a este joven, o porqu la tena tan aturdida, tan, tanbueno como estaba.

Este chico es especial, tiene un no se qu, le produce bienestar, cada ves que lo ve, se ve en sus ojos felicidad, le hace bien a mi nia, le hace muy bien.Pensaba Dominique mirando a Alein, la cual se dio cuenta de ello y sin pensar lo mir, el pequeo hombre le cerro un ojo y sin ms se dispuso a mirar hacia las calles.

Alein sin entender muy bien el significado de esto, sonri, le caa muy bien, se vea que la Marquesa lo quera mucho, pareca su padre, pero no lo era, aunque seguro ese sentimiento no estaba muy lejano.

Has comido algo?Le pregunt de repente Alexandra mirndola seriamente y sacndola de sus pensamientos.

No, Marquesa.Le respondi Alein.

Bien.Dijo esta.Comeremos en cuanto lleguemos.

Alein solo atino con una afirmacin de su cabeza, para despus ver que ya estaban cerca. Deseaba que este paseo tan agradable no terminara nunca, pero todo llega a su fin, as que solo espero a que llegaran.

Alexandra tampoco quera que terminara el paseo, estaba muy contenta, no saba si porque pudo escaparse de las garras de la rata del Rey, o era porque estaba con el jovensi es que lo era. Ahora no estaba muy segura, perolo iba a averiguar.

***

Llegaron al Hotel, se desmontaron del carruaje uno a uno, mientras Alein caminaba por detrs de Alexandra, esta ltima miraba de vez en cuando hacia atrs, no saba porque pero no poda dejar de mirar al chico, como si este se fuera a perder o algo as.

Por favor Dominique, lleva a m invitado al restaurante del Hotel, como siempre reserva el comedor privado, tengo que ir a mi habitacin antes.

El consejero se llev a Alein con l, mientras Alexandra se diriga a su habitacin seguida de sus dos criadas ms amargadas que nunca, Alein y Dominique llegaron a un restaurante muy lujoso dentro del mismo HotelDieu, a Alein se le agrandaron los ojos de tanto lujo, nunca vio nada igual en su vida, solo se lo haban contado, este lugar era solo para gente de glamour como lo era la Marquesa, pero ellaella no caba en todo eso, no compaginaba, pero no le importaba, Dominique le sonrea para hacerle ver que estaba bien.

Simplemente se fueron hacia un pequeo comedor privado ms lujoso que el principal, con una gran mesa de cedro en el centro y dos estatuas de mrmol a los lados, arriba se exhiba en toda su grandiosidad una gran lmpara de oro puro con sus decorativas candelas, era demasiado para un solo comedor, pero as eran ellos, todo para ellos, todo para la aristocracia, mientras afuera de ese lugar haban nios todos flacos y desnutridos, mujeres cargando sus bebes, los cuales ni se saba si estaban vivos o muertos, as era la vida de afuera, era otro mundo, un mundo olvidado y desolado, los que queran verlo podan verlo y los que no tambin.

Alexandra no se tard mucho, le dijo a su consejero que se quedara, pero este dijo que no tena mucho hambre, as que sin ms se fue dejando a solas a Alein y Alexandra, sus criadas tampoco estaban, a Alexandra no le gustaba que estas estuvieran mientras ella coma, al minuto ya estaba siendo servida su comida, primero la entrada, el cual se vea muy delicioso, Alein quera comrselo de golpe, tena tanta hambre, pero pudo contenerse y copiar a como poda los movimientos tan prcticos de la Marquesa con la cuchara, al terminar de comerse el exuberante platillo, Alein pens que haban acabado.

Marquesa, esto estuvo sumamente exquisito, nunca haba comido algo tan esplndido, muchas gracias.

Oh, eso no es nada, ahora viene la mejor parte.

Alein no entenda de qu estaba hablando antes de que llegaran de nuevo los meseros para empezarles a servir el plato fuerte. Alexandra solo sonrea muy contenta de ver la cara que tena la joven, saba que esto era algo nuevo para su invitada, y se sinti muy feliz de ser parte de ello.

Despus de haber degustado ms de cinco platillos diferentes, sin contar el delicioso postre, que en ese momento estaban disfrutando, Alexandra se puso un poco sera para empezar a hablar.

Estissatisfecho

Oh, claro que si, mucho, ha sido toda una exquisitez y toda una nueva experiencia para m, os lo garantizo.Le deca Alein poniendo nfasis en la palabra toda.

Me alegro.

Estoy que si me como algo ms estallo como un globo.

Si, yo tambin.Le informaba Alexandra con una sonrisa la cual Alein devolvi.

Bueno, a lo que iba Franco, primero que todo olvida elincidente que tuvimos tu y yo ayer, De acuerdo?

Si, pero, nunca voy a dejar de sentirlo, es algo que no acostumbro a hacer, lo hice solo parasolo porque necesitaba hacerlo.

Lo s, se que necesitabas me imagino que algo de dinero, para comida.

Sias es.informaba Alein con la cabeza baja.

Buenoya esta olvidado.

Si, esta olvidado.Repiti Alein.

Perote dije que quera que trabajareis para m, a cambio de no acusarte.

As es.

Bien, quiero que seis mi mensajero mientras est en Pars, no se por cuanto es eso, pero necesito a alguien que lleve mis mensajes, me haga enviados y todo eso, no me fo mucho de el que est haciendo ese trabajo, as que quera contratar otra persona, eso lo pueden hacer por m, pero me gusta hac