nomadas_2_2_la_violencia

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LA VIOLENCIA COMO EFECTO DE SOCIALIZACION * Gisela Daza Navarrete** El espacio teórico abierto por Winnicott con el concepto de Espacio Po- tencial es un terreno fecundo para pensar la socialización, constituye por tanto el punto de partida de las reflexiones que aquí se presentan. Punto de partida solamente en cuanto su desarrollo en términos de un espacio, requiere de una nueva conceptualización que determine su ló- gica independientemente de la relación de un «yo» con lo «no- yo». Un espacio independiente del sujeto en el que la experiencia del vivir y la experiencia cultural tienen lugar como creación de sentido de la que resulta el sujeto como efecto de esa creación. La producción de sentido cobra así una importancia capital en la conceptualización de la sociali- zación, por ello, la realizacion del proceso de producción o su impedi- mento constituyen el eje en el que se instalan o no las disponibilidades para la violencia. La institución se plantea entonces como acción que agencia u obstruye la posibilidad del proceso. * Este artículo presenta los planteamientos teóricos que sirven de base al estudio «La Escuela: aproximación cartográfica a la instauración de disponibilidades para la violencia como efecto de socialización», cofinanciado por Colciencias, inscrito en una línea de investigación orientada a establecer las relaciones entre socialización y violencia en contextos tales como la escuela y la familia. **Psicóloga de la Universidad de París VIII. Magister en Psicología Social. Docente Universita- ria. Investigadora del DIUC.

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  • LA VIOLENCIACOMO

    EFECTO DESOCIALIZACION*

    Gisela Daza Navarrete**

    El espacio terico abierto por Winnicott con el concepto de Espacio Po-tencial es un terreno fecundo para pensar la socializacin, constituyepor tanto el punto de partida de las reflexiones que aqu se presentan.Punto de partida solamente en cuanto su desarrollo en trminos de unespacio, requiere de una nueva conceptualizacin que determine su l-gica independientemente de la relacin de un yo con lo no- yo. Unespacio independiente del sujeto en el que la experiencia del vivir y laexperiencia cultural tienen lugar como creacin de sentido de la queresulta el sujeto como efecto de esa creacin. La produccin de sentidocobra as una importancia capital en la conceptualizacin de la sociali-zacin, por ello, la realizacion del proceso de produccin o su impedi-mento constituyen el eje en el que se instalan o no las disponibilidadespara la violencia. La institucin se plantea entonces como accin queagencia u obstruye la posibilidad del proceso.

    * Este artculo presenta los planteamientos tericos que sirven de base al estudio La Escuela:aproximacin cartogrfica a la instauracin de disponibilidades para la violencia como efecto desocializacin, cofinanciado por Colciencias, inscrito en una lnea de investigacin orientada aestablecer las relaciones entre socializacin y violencia en contextos tales como la escuela y lafamilia.**Psicloga de la Universidad de Pars VIII. Magister en Psicologa Social. Docente Universita-ria. Investigadora del DIUC.

  • a construccin conceptual delas relaciones entre socializacin y vio-lencia toma como punto de partida unapropuesta analtica del concepto desocializacin donde se desplaza la ideadel tiempo como un continuo unifor-me sobre el que se realiza el proceso,para proponer un anlisis sincrnicoen el que se enfatiza un movimientopermanente entre espacios distintos:la internalidad, la externalidad y laexterioridad. La caracterizacin deestos espacios define a la exterioridadcomo la dimensin en que tiene lugarla produccin de sentido y a lainternalidad y a la externalidad comolos lugares de la efectuacin del senti-do producido en los que tienen lugarlas cosas, los estados de cosas y entreellos la distincin sujeto-objeto. Lasdisponibilidades para la violencia seplantean, hipotticamente, como efec-tos de la detencin del movimiento, alimpedir la produccin de sentido enel espacio de la exterioridad y/o la

    efectuacin del sentido producido enla internalidad y la externalidad.

    En la concepcin de socializa-cin COMO MOVIMIENTO PER-MANENTE DE PRODUCCION YEFECTUACION DE SENTIDO seabandona la idea que define al sujetocomo individualidad pre-existente ycomo identidad previamente diferen-ciada de los otros objetos del mundo,as como la idea de que sobre esa in-dividualidad la sociedad y la cultura,en tanto que unidades pre-existentesa ella, ejerceran progresivamente ac-ciones orientadas a asegurar su adap-tacin y su inclusin en el orden so-cio-cultural; en su lugar proponemosal sujeto como el efecto mismo de laproduccin y de la efectuacin de sen-tido, e indagamos por las fuerzas queentran en juego en la constitucin yen la puesta en operacin de mltiplescdigos de los que derivan formas es-pecficas y variadas de sujetos.

    La institucin, partcipe de la produc-cin y de la efectuacin de sentido, noes aprehendida desde su finalidad nidesde el resultado de su accin, sinodesde la accin misma, producida porla relacin de las fuerzas que entranen juego en su constitucin y de laorientacin que le es impuesta por loscdigos que crea, aplica o descodifica.En esta accin de codificacin-descodificacin se juega la posibilidadde acceso al espacio del sentido, seasegura o se impide el movimientopermanente internalidad-externalidad-exterioridad, y se posibilita o imposi-bilita la efectuacin de la creacin, enlas cosas y en los estados de cosas.

    Desde esta perspectiva, la Es-cuela sobrepasa la funcionalidad quegeneralmente le es atribuida para serplanteada como el punto de conver-gencia de tres mbitos distintos queen la diversidad de relaciones posiblesgenera como efecto modos de sociali-zacin, de institucin y de violencia.

    L

  • 1. LA SOCIALIZACION COMO PRODUCCION Y EFECTUACION DE SENTIDO.

    La concepcin de la socializa-cin como un movimiento permanen-te entre tres espacios distintos surgedel estudio del concepto winnicottianode espacio potencial1 en cuyo plan-teamiento se rebasa la dialctica clsi-ca de oposiciones entre el adentro y elafuera al crear una zona expandible yvariable, susceptible de conformarsey de deshacerse, cuya localizacin nocorresponde a la internalidad ni a la

    externalidad a pesar de que las dosparticipan en su constitucin comofrontera, que en tanto tal, es del ordende la exterioridad.

    La constitucin del espacio po-tencial es explicada por Winnicott enel contexto de los fenmenostransicionales que permiten el paso dela relacin con el objeto al uso del ob-jeto, proceso en el que interviene lailusin de creacin simultneamentecon el encuentro del objeto, la destruc-cin subjetiva del objeto creado y lasobrevivencia del objeto a pesar de ladestruccin operada.

    La ilusin de creacin del ob-jeto para que pueda ser sostenidacomo experiencia de creacin, requie-re de un aporte del ambiente que repi-ta la paradoja de la ilusin de habercreado el objeto, dndole a esa crea-cin el estatuto de realidad. Este apor-te del ambiente deriva de la capacidadde aceptar el sin-sentido como part-cipe en la construccin continua delsentido, liberando la posibilidad de sudestruccin como condicin para unanueva creacin. As, la experienciade creacin corresponde a un momen-to en el que se desdibujan el sujeto yel objeto como entidades dadas, al des-truir las cualidades que las determina-ba como tales, y al crear un atributocuya expresin crea una nueva cosa oun nuevo estado de cosas. El lugar deesa experiencia no es la internalidaden la que se opera la ilusin de la crea-cin, ni la externalidad en la que elobjeto es el resultado del atributo queha sido creado, sino la exterioridadcomo mbito de la creacin en el queslo el sentido existe y cuya definicincorresponde al gerundio como expre-sin de un proceso en curso de reali-zacin; en l se suceden fenmenosque se expanden al dominio culturalentero y que Winnicott propone comoel lugar en el que se hace la experien-cia cultural, la experiencia del vivir.

    El espacio potencial puede en-tonces ser definido como una fronte-ra que como tal une y separa espaciosdistintos, y a la vez, como un espaciotopolgico en el que lo que acontecees del orden del sentido y de la crea-cin.

    Para la aprehensin de la lgi-ca de ese espacio como frontera y su-perficie en una relacin distinta a laplanteada por la teora winnicottianaque, por razones de su objeto de apli-cacin se halla circunscrita a la cons-

  • truccin de la realidad por el sujeto,haremos uso de los conceptos desa-rrollados por Deleuze2 en cuanto per-miten situar la produccin de sentidoen la exterioridad como resultado deun anlisis que cuestiona la capacidadde la proposicin para agotar en ellalo expresado y lo expresable de lascosas y de los estados de las cosas, yque se pregunta por el lugar de los atri-butos y de las propiedades de las co-sas.

    Entre las cosas o los estados de cosasy lo que de ellos se dice, Deleuze pro-pone la existencia de algo ideal distin-to del objeto fsico designado, de lavivencia psicolgica manifestada y delconcepto lgico significado; un efec-to de esas tres relaciones de la propo-sicin, un incorporal en la superficiede las cosas que ms que existir sub-siste e insiste en la proposicin, sin serella misma.

    Ese incorporal en tanto efectoque se sita en la superficie de la pro-posicin, es el sentido que, requirien-do de las tres relaciones y de la propo-sicin misma para subsistir, tiene unapositividad completamente distinta: eslo expresado o lo expresable de la pro-posicin, a la vez que es el atributo delas cosas y de los estados de cosas; elsentido es as la frontera entre la pro-posicin y las cosas y, a su vez, espa-cio topolgico en el que se articula ladiferencia de lo que est de los doslados de la frontera.

    La superficie se define como unplano con anverso y reverso,constitudo por puntos y por las lneascorrespondientes a sus desplazamien-tos. Las lneas se constituyen comoseries de puntos sucesivos de cuya re-lacin resulta el efecto incorporal quees el sentido. De hecho, el sentido esel efecto de un continuo desequilibrio

    entre una serie que designa, cumplien-do la funcin de significado, y unaserie que expresa, cumpliendo la fun-cin de significante, provocado por untrmino que se desplaza entre ellas,faltando en una y sobrando en otra.As, el sentido no es el momento enque el trmino que se desplaza ocupaun lugar vaco en la serie significada,ni el momento en que sobra en la se-rie significante, sino el efecto del mo-vimiento de su desplazamiento, dedonde se deriva que el trmino que sedesplaza carece en s mismo de senti-do, es sin-sentido que est en relacinde gnesis con el sentido.

    La analoga con la conforma-cin del espacio potencial es posiblecuando se considera que el objetotransicional, definido por Winnicottcomo un objeto preferencial existenteen el mundo que sostiene la ilisin dela creacin por cuanto existe y a la vezes creado, cumple la funcin del tr-mino que se desplaza entre la serie delas cosas y de sus estados y la de losatributos creados, desplazamiento quefunda el espacio de la exterioridad de-bido a que el estatuto del objetotransicional es el de ser simultnea-mente un objeto existente en el esta-do de cosas y el de ser un objeto crea-do en el momento en que es encon-trado; en consecuencia, no correspon-de ni a la serie de las cosas, ni a la se-rie de los atributos, pues la simulta-neidad que lo define indica el despla-zamiento correspondiente al momen-to en que abandona la seriesignificante para desplazarse hacia laserie significada, o el momento en queabandona la serie significada para des-plazarse hacia la serie significante.

    La exterioridad y todo lo que enella es posible, corresponde as a untiempo que no toma como punto departida el ahora, del que se deducir

    un antes y un despus, sino el del ins-tante dinmico constituido por elgerundio que opera una actualizacindel infinitivo del verbo. El tiempo delespacio potencial es un haciendo-ser que se recorta sobre el habien-do-hecho-ser y sobre el por-hacer-ser; queda en infinitivo el ser y elgerundio se aplica al hacer, colocandolo producido como perteneciente aluniverso de las entidades y colocandoa la operacin de produccin como loperteneciente al universo de las accio-nes. As, la accin produce a los obje-tos en una relacin de sentido y al pro-ducir el sentido hace emerger las co-sas y sus estados, y entre ellas a unposible sujeto cuya existencia es pro-ducto de la efectuacin del sentidocreado; por tanto, el sujeto no prece-de a la produccin de sentido, es di-cha produccin la que crea al sujeto.

    Todo aquello que participa dela exterioridad, del orden del sentido,tiene el carcter de acontecimientocomo algo que se produce por la con-vergencia de dos series heterogneas,en el elemento que circula entre ellas,faltando en una y sobrando en otra.La convergencia afecta la distribucinde los trminos de las series, a la vezque las bifurca y ramifica indefinida-mente. El acontecimiento es as fuen-te de una multiplicidad de series quese proyectan en direcciones diversas,conformando campos que se produ-cen y se deshacen continuamente enuna dimensin impersonal y pre-indi-vidual, la dimensin del sentido. Larelacin de los acontecimientos en laexterioridad es entonces una relacincasi-causal que genera la multiplicidadde las series.

    El juego ilustra esta casi-causalidad de los acontecimientos en-tre s puesto que las singularidadescreadas en l y por l tienen la potes-

  • tad de determinar como singularidadcualquier otro elemento copresente,conformando series que relacionandichas singularidades en la fronteraentre las cosas y el atributo de que sonobjeto en la dimensin del sentido. Ladistribucin de singularidades en su-perficie no est previamente determi-nada por algo distinto de las series queel juego mismo configura, creando asmundos singulares y diversos en cadajugar.

    A su vez, lo propio de las cosasy de los estados de las cosas es la con-dicin de ser expresables y expresa-dos; en tal virtud, ellos tambin parti-cipan como casi-causas en la creacindel sentido. El sentido por su parte, alser lo que expresa, debe realizarse enlas cosas y los estados de las cosas.Esta realizacin corresponde a unaefectuacin del acontecimiento en laque pierde su condicin de idealidadpura para convertirse en un acciden-te, en una nueva cosa entre las cosas.El tiempo de la efectuacin del acon-tecimiento, a diferencia del tiempo desu creacin, es un tiempo presente delorden del ahora, tiempo que marca laexistencia de las individualidades enlas que se efecta el sentido y que, ental condicin, constituyen sujetos, ob-jetos y estados.

    La vida psquica pertenece enesta perspectiva al espacio de lainternalidad que se opone constante-mente no a la exterioridad sino a laexternalidad. Su relacin con la exte-rioridad es la relacin de un conteni-do con lo que le sirve de lmite; steen tanto que espacio en el que se pro-duce el acontecimiento por la relacincasi-causal entre lo expresado con loque expresa, permite que lo pertene-ciente al espacio de la internalidadpueda existir y ser expresado yexpresable en superficie. As, la

    internalidad que es producto de laefectuacin del acontecimiento, tieneen s misma una capacidad decontraefectuacin que le permite ex-presarse en superficie y, a partir de ello,participar en la conformacin y la ex-pansin del espacio de la exterioridad.

    La externalidad, que tambinparticipa en la constitucin y el man-tenimiento del espacio potencial, essusceptible de ser definida en trmi-nos de lo otro por efecto de unaasincrona entre el objeto y su crea-cin, asincrona que funda la posibili-dad de la existencia del otro como es-tructura ordenadora del tiempo y delespacio, la cual opera como regentede la dialctica internalidad-externalidad, pero que, en el momen-to de la creacin de sentido en la exte-rioridad, desaparece, al igual que des-aparecen el objeto y el sujeto.

    Considerando que la culturapertenece al orden del sentido, comouna dimensin prepersonal ypreindividual, la experiencia culturalslo es posible en la exterioridad encuanto ella se define como produccinconstante de multiplicidad de sentidosy por tanto capaz de fundar una infi-nita multiplicidad de mundos posiblesy en ellos, una infinita variedad decosas y de estados de cosas suscepti-bles de ser expresados en y por ella.

    2. DISPONIBILIDADES PARALA VIOLENCIA

    La pertenencia de la cultura alorden del sentido, es decir al espaciode la exterioridad, permite plantear laviolencia no como lo propio de unacultura determinada, sino como el re-sultado del impedimento de la expe-riencia cultural como produccin desentido. Por ello nos apartamos de la

    idea de una cultura de la violencia quesuponga la instauracin de hbitos cul-turales violentos, para proponer quela instauracin de disponibilidadespara la violencia depende de la impo-sibilidad de la experiencia cultural.Desde esta ptica, lo prioritario son lasprcticas de las instituciones de la cul-tura y no los actos de los sujetos, porello orientamos la indagacin hacia lamanera como dichas instituciones blo-quean el movimiento desde y hacia laexterioridad, caso en el cual hacenimposible la creacin de sentido o laefectuacin de dicha creacin, o, porel contrario, la manera como mantie-nen la posibilidad del movimiento en-tre internalidad-exterioridad-externalidad, participando de la pro-duccin de sentido.

    La instauracin de disponibili-dades para la violencia est relaciona-da con todo aquello que hace imposi-ble el movimiento constitutivo de lasocializacin y con los efectos que deesa detencin se derivan. La deten-cin se produce cuando la efectuaciny la contra-efectuacin dejan de ope-rar, bien sea que ello ocurra en la ex-terioridad o en la internalidad-externalidad. En efecto, un sentidoproducido en la exterioridad al no serefectuado en las cosas y los estadosde cosas deja de operar como casi-cau-sa de estos, quedando la creacin ais-lada de su posibilidad de utilizacin;as mismo, la imposibilidad de expre-sin en superficie de las y de los esta-dos establece una relacin causal deellos entre s, impidiendo su constitu-cin como casi-causas del sentido, esdecir, impidiendo su participacin enla creacin del sentido.

    Por ello, la problemtica centralde la socializacin consiste en mante-ner insistiendo a lo que por su natura-leza insiste en el sentido y, al mismo

  • tiempo, impedir que su efectuacin enlos cuerpos y en las cosas se manten-ga indefinidamente, poniendo en evi-dencia la importancia que la contra-efectuacin reviste en tanto que es loque impide que las singularidades semantengan en una efectuacin, sien-do la violencia aquello que impide ala contra-efectuacin generar un efec-to.

    La contra-efectuacin no pro-viene solamente de una posibilidadinscrita en la exterioridad; para que ellase produzca es necesario tambin que

    la internalidad se exprese en superfi-cie, pues as como los cuerpos tienenel poder de organizar superficies, tam-bin tienen el poder de servirse de ellaspara realizar contra-efectuaciones quepermiten el acrecentamiento tanto dela internalidad como el de la superfi-cie. La contra-efectuacin, al expre-sarse en superficie destruye las singu-laridades efectuadas para entrar en larelacin casi-causal del acontecimien-to. La destruccin hace parte enton-ces de la produccin de sentido en elorden de lo que pertenece al espaciode la exterioridad.

    La violencia no es pues la des-truccin sino la imposibilidad de crea-cin de sentido, imposibilidad quepuede ser inducida por el manteni-miento de un mundo en la inmovili-dad de sus efectuaciones o por el ais-lamiento de los acontecimientos im-pidiendo su expresin en las cosas ylos estados de las cosas.

    El movimiento constitutivo dela socializacin nos obliga a pensar lasformas de existencia y de manifesta-cin de la diferencia, de lo otro y elestatuto que ese otro tiene en cada unode los espacios que el movimiento re-corre. En el espacio de la internalidad,el otro es un cuerpo actuante en el quese encarna el deseo, perteneciendo asal orden de lo que se mezcla y actuan-do, junto con las cosas y los estadosde las cosas como casi-causa de losefectos de sentido. Como tal, el al-cance del otro se reduce al tu de la re-lacin dialgica, al sujeto actualizadopor la proposicin en su funcin demanifestacin. Su posibilidad depen-de de los efectos de la estructura delotro.

  • La estructura del otro esta-blece todos los aprioris del tiempo ydel espacio, los lmites dentro de loscuales puede ser efectuada una indi-vidualidad-sujeto y anuncia un mun-do cuya realizacin es posible. Debi-do a esa estructura, el deseo de lainternalidad puede encarnarse en ob-jetos y mundos, puede hacerse presen-te en una subjetividad.

    En la exterioridad, aldesdibujarse la estructura del otro y darorigen a la pura diferencia, las singu-laridades son dobles incorporales querenen todos los acontecimientos enseries divergentes, cuya presencia nopuede ya plegar el deseo de la interio-ridad sobre los objetos de los mundos,circunstancia que hace imposible lasubjetividad, pero que hace posible lacreacin de sentido.

    La ausencia del otro, como realiza-cin de lo que la estructura el otrohace posible, encarnado en un cuerpoque acta, significa la no realizacinde la estructura del otro pero no sudesaparicin; puesto que el otrotiene el estatus de lo que llena de con-tenido a la estructura y la actualiza atravs de las proposiciones que enun-cia, su ausencia anuncia una posibili-dad abierta pero carente de conteni-dos proposicionales. La ausencia elotro es entonces ausencia de untu del intercambio proposicionalque por estar ausente, deja de aportarel contexto en el que la proposicinpuede ser usada, haciendo del lenguajeuna circularidad o una forma de con-signa. En consecuencia, lo imposibi-litado por la ausencia el otro es laintersubjetividad.

    Desde el punto de vista de lainstauracin de disponibilidad para laviolencia, la ausencia del otro de-termina una imposibilidad de movi-miento hacia la exterioridad que redu-ce la apertura a mundos posibles ysumerge a la individualidad en su pro-pio mundo.

    De otra parte, una falla en laestructura el otro hace imposibleinstaurar la exterioridad como un lu-gar lmite, configurando un estado deexistencia de las individualidades y delos mundos de no insistencia del sen-tido. Se trata de la desaparicin o deldesdibujamiento de la zona potencialy por tanto de la imposibilidad de laexperiencia cultural. Ante la falla dela estructura el otro, el otro no re-mite a la diferencia, caracterstica dela exterioridad sino a un calco de lomismo: una serie homognea y nicano recorrida por la instancia que ge-nera el sentido, calco que es hiperrealy cosificable en cuanto no tiene posi-bilidad de diverger o converger haciaotra serie.

  • Desde el punto de vista de lainstauracin de disponibilidades parala violencia, tal falla de la estructurael otro imposibilita la construccin dela diferencia. La experiencia del exis-tir se reduce a la repeticin indefinidade las tres relaciones de la proposicin,sin que se trate por tanto de una expe-riencia del vivir. Al faltar la dimen-sin del sentido, toda serie que no co-incida con la serie homognea irrumpeen la interioridad y la colmadestituyndola de su lugar, pues lasrelaciones de la proposicin no bas-tan para que las series aportadas porel otro puedan ser puestas en rela-cin significante con la serie homo-gnea: el otro amenazante no puedesino ser destruido en defensa del lu-gar de la serie homognea.

    Finalmente, la consideracin deuna exterioridad que asume la pura di-ferencia como forma de existencia delo otro, exige la pregunta acerca de laviolencia posible en ella. Dado que lacreacin de sentido es la forma primor-dial de la experiencia cultural y dadoque la destruccin es la condicin detoda creacin, nos encontraramosante una zona de experiencia del vivirque al suponer la creacin como lapuesta en el mundo de algo nuevo,supone tambin la destruccin de laforma del mundo anterior a dicha no-vedad. Es este el sentido de la des-truccin caracterstica de la exteriori-dad, sin la cual sera imposible la re-novacin constante de la cultura bajola forma de creacin de nuevos senti-dos y de nuevas realidades.

    3. LA INSTITUCION ARTIFICE DE LA PRODUCCION DE SENTIDO

    La posibilidad de pensar las dis-ponibilidades para la violencia y su re-lacin con la socializacin en los tr-minos en que ha sido definida, induceun cuestionamiento sobre el concep-to de institucin en el que sta ya nopuede ser pensada como una conden-sacin que cumple la funcin de do-tar a un sujeto de las competenciassuficientes para la interaccin, repro-duciendo a la organizacin social, sinocomo una produccin de sentido ca-paz de crear el ordenamiento de losocial, siendo as un acto complejo quese cumple movilizado por fuerzas decuyas relaciones resultan centros tran-sitorios capaces de un ordenamientomomentneo, susceptible de disolver-se por el mismo efecto de las relacio-nes de las fuerzas que lo constituyen.

    La institucin se opone al caos,punto en el que coinciden las diferen-tes teoras sobre la institucin en tan-to que sta es concebida como un or-denador. Desde nuestro punto de vis-ta, la institucin no es el efecto orde-nador de la accin sino la accin mis-ma y por tanto no un estado sino a lavez fuerza y direccin. Todo ordena-miento es as una formacin provisio-nal que se constituye en centro, gene-rando un lmite al desplegar su curso.El centro as concebido es el puntohacia el cual convergen las fuerzas porefecto de la repeticin peridica de sudireccin.

    Los centros momentneos sonformas virtuales que se adoptan yque pueden ser actualizadas. Su cons-titucin se deriva de funciones que serepiten peridicamente conformando

    cdigos. Cada cdigo establece unlmite dentro del cual se hacen posi-bles ciertas acciones y ciertas enun-ciaciones.

    La multiplicidad de centros de-riva de la presencia simultnea deatractores y repulsores que operan so-bre las fuerzas que entran en juego;su provisionalidad se deriva de las ar-ticulaciones que se establecen entre losmltiples centros, articulaciones quedan lugar a transcodificaciones ydescodificaciones.

    Todo lo descodificado tiende ala produccin de sentido en cuantoentra a formar parte del sinsentido yla fuerza deja de estar determinada porla direccin inicial para hacer parte dela dimensin del sentido. El momen-to en que lo codificado es arrastradopor lo descodificado, hace aparecermarcas que anuncian dominios: exten-siones y propiedades. Mientras queel cdigo articula formas y substan-cias, el desplazamiento hacia los do-minios creados por la marca, articulaintensidades y cualidades, articulacinparticular en tanto que pertenecienteal dominio en cuestin.

    El dominio constituido de cua-lidades expresivas, contiene tambina las relaciones entre ellas a la manerade los motivos de una obra y queson los contenidos que caracterizan aldominio. La relacin del dominio conlo que le es exterior, pasa por su arti-culacin con otros dominios simult-neos, relacin que, junto con el moti-vo, hace de l un estilo, un lugar des-de el cual se habla y se hace la expe-riencia.

    Lejos de ser un lugar definidopor lo codificado, la institucin se ca-racteriza como lo posibilitado por la

  • descodificacin, es decir, como la crea-cin de nuevos sentidos y de nuevasrelaciones de sentido.

    Pero los estilos no se fijan, noson un estado, lo propio de ellos es elmovimiento; por ello la institucin noes acto solamente en el momento dela descodificacin, sino en todos susmomentos, deviniendo siempre. Deello se deduce que el nico emplaza-miento posible de lo institucional esla superficie, lo cual articula sus rela-ciones con la socializacin y con lasdisponibilidades para la violencia.

    La imposibilidad de acceder aexperiencias de superficie, se traduceen imposibilidades de hacer institu-cin. En la sola relacin adentro-afue-ra, es posible la codificacin de la ac-cin mas no la conformacin de unmovimiento de descodificacin queconstituya moradas desde las cualessea posible decir y hacer sentido.

    La escuela, al igual que todaotra institucin, deja de ser un emp-rico y se constituye en la conjuncinde tres planos: el plano de la socializa-cin, en un movimiento caractersti-co que permite el paso del adentro-afuera a la superficie; el plano de lainstauracin de las disponibilidadespara la violencia a partir de detencio-nes del movimiento de la socializaciny, finalmente, el plano de la institucincomo la produccin de sentido queocurre en superficie.

    CITAS1. Winnicott, D. W. Jeu et realit, N.R.F., Editions

    Gallimard, Paris 1975. 2

    . Deleuze, G. La Lgica del sentido, Paidos,Barcelona, 1989