Nota de Lo Inconsciente Tomo 12

download Nota de Lo Inconsciente Tomo 12

of 7

Transcript of Nota de Lo Inconsciente Tomo 12

  • 7/25/2019 Nota de Lo Inconsciente Tomo 12

    1/7

    Querra exponer con pocas palabras y con la mayor cla

    ridad posible el sentido que en el psicoanlisis, y slo en

    l, se atribuye al trmino inconciente.

    Una representacin o cualquier otro elemento psqui

    co

    puede estar ahora

    presente

    en mi conciencia, y un

    momento despus desaparecer de ella; puede reaflorar in

    tacta despus de un intervalo, y hacerlo, como decimos

    nosotros, desde el recuerdo, no como consecuencia de una

    nueva percepcin sensorial. Es para dar razn de este hecho

    que nos vemos llevados a suponer que la representacin ha

    estado presente en nuestro espritu tambin durante el in

    tervalo, aunque latente en cuanto a conciencia [latent in

    consciousness]. Pero no podemos formular conjetura al

    guna sobre la forma en que pudo haber existido mientras

    estaba presente en la vida anmica y era latente en cuanto

    a conciencia.

    En este punto debemos estar preparados para la objecin

    filosfica de que la representacin latente no ha existido

    como objeto de la psicologa, sino slo como una predis

    posicin fsica para la recurrencia del mismo fenmeno ps

    quico, a saber, aquella misma representacin. Pero pode

    mos replicar que semejante teora rebasa con mucho el m

    bito de la psicologa propiamente dicha; que simplemente

    comete una peticin de principios

    {beg the question]

    esta

    bleciendo que conciente y psquico son conceptos idn

    ticos,

    y que incurre a todas luces en injusticia al negar a la

    psicologa su derecho a dar razn de uno de sus hechos

    ms comunes, como la memoria, con sus propios medios.

    Ahora llamemos conciente a la representacin que tJt

    presente en nuestra conciencia y de la que nosotros nos per

    catamos

    {we are aware],

    y hagamos de este el nico sentido

    del trm ino conc ente; en cambio, a las representaciones

    latentes, si es que tenemos fundamentos para suponer que

    estn contenidas en la vida anmica como los tuvimos en

    el caso de la memoria, habremos de denotarlas con el tr

    mino inconciente.

    EiUonces, una representacin inconciente es una de la

    ri

  • 7/25/2019 Nota de Lo Inconsciente Tomo 12

    2/7

    ijuc nosotros no nos percatamos, a pesar de lo cual esta

    mos dispuestos a admitir su existencia sobre la base de

    otros indicios y pruebas.

    Esto podra consideratNe un trabajo descriptivo o clasi-

    .icatorio aarto inspido si adems de los hechos de la me-

    r.ioria o ele la asociacin a travs de eslabones inconcientes

    ninguna otra experiencia apelara a nuestro juicio. Pero el

    bien conocido experimento de la sugestin poshipntica

    nos ensea a insistir en la importancia del distingo entre

    condente

    e

    inconciente,

    y parece realzar su valor.

    En ese experimento, tal como lo ha realizado Bernheim,

    una persona es puesta en estado hipntico y despertada lue

    go. Mientras se encontraba en estado hipntico, bajo el in

    flujo de m dico, le impartan la ord en de ejecutar de term i

    nada accin en

    un

    momento preciso, por ejemplo media

    hora despus. Despierta, y todo indica que se ha reinte

    grado a su plena conciencia y a su condicin m en tal * or

    dinaria, no recuerda su estado hipntico y, pese a ello, en

    el momento fijado se impone a su espritu el impulso de

    hacer esto y estotro, y ejecuta la accin con conciencia, aun

    que sin saber jjor qu. Parece imposible dar del fenmeno

    ttra descripcin que esta: el designio estaba presente en

    el espritu de esa persona en una forma

    latente o inconcien

    te ,

    hasta que lleg el momento fijado, y le devino con-

    ciente. Pero no le aflor a la conciencia ntegramente, sino

    slo la representacin del acto por ejecutar. Aun entonces

    permanecieron inconcientes todas las otras ideas asociadas

    con esta representacin: la orden, el influjo del mdico, el

    recuerdo del estado hipntico.

    Ahora bien, tenemos todava algo ms que aprender de

    este experimento. Nos hemos visto llevados de una concep

    cin puramente descriptiva del fenmeno a una

    dinmica.

    La idea de la accin ordenada en la hipnosis no devino un

    mero objeto de la conciencia en un momento determinado,

    sino que, adems, devino

    eficiente {active},

    y este es el as

    pecto ms llamativo del hecho: fue trasferida a la accin

    tan pronto como la conciencia se hubo percatado de su pre

    sencia. Puesto que el estmulo real para actuar es la orden

    del mdico, es difcil no conceder que la idea de la orden

    del mdico devino eficiente tambin. Sin embargo, esta l

    tima no fue acogida en la conciencia [did not reveal itself

    tu consciousness] como ocurri con su retoo [outcome],

    la idea de la accin; permaneci inconciente y por eso fue

    a mismf) tiempo eficiente e inconciente.

    *

    l-.si.i inlabra no ligura un el texU) ingls.)

  • 7/25/2019 Nota de Lo Inconsciente Tomo 12

    3/7

    1.a sugestin poshipntica es un producto de laborato

    rio, un hecho artificial. Pero si aceptamos

    la teora de los

    fenmenos

    histricos,

    presentada

    primero por P. Janet

    y

    elaborada luego por Breuer y por m, dispondremos de una

    profusin de hechos naturales que muestran de manera

    an ms clara y ntida este carcter psicolgico de la suges

    tin poshipntica.

    La vida anmica del paciente histrico rebosa de estos

    pensamientos {ideas} eficientes, pero inconcientes; de ellos

    provienen todos los sntomas. Es de hecho el carcter ms

    llamativo de la mente histrica el estar gobernada por re

    presentaciones inconcientes. Si una mujer histrica vomita,

    acaso lo haga desde la idea de estar embarazada. Pero ella

    no tiene noticia alguna de esta idea, aunque se la puede

    descubrir fcilmente en su vida anmica mediante uno de

    los procedimientos tcnicos del psicoanlisis, y hacrsela

    concicnte. Cuando ejecuta Lis convulsiones y gestos que cons

    tituyen su ataque, ella ni siquiera se representa concien-

    temente las acciones intentadas y quiz las observe con los

    sentimientos desapegados de un espectador. No obstante, el

    anlisis podr demostrar que ella desempeaba su papel en la

    reproduccin dramtica de una escena de su vida, cuyo re

    cuerdo era inconcientemente eficiente durante el ataque. El

    mismo predominio de ideas inconcientes eficientes es reve

    lado por el anlisis como lo esencial en la psicologa de todas

    las otras formas de neurosis.

    Por tanto, del anlisis de fenmenos neurticos aprende

    mos que un pensamiento latente o inconciente no necesaria

    mente es dbil, y que su presencia en la vida anmica admite

    (irucbas indirectas de la mayor fuerza, equivalentes casi * a

    la ]irueba directa brindada por la conciencia. Nos sentimos

    justificados para armonizar nuestra clasificacin con este au

    mento de nuestro conocimiento introduciendo un distingo

    fundamental entre diversas variedades de pensamientos la

    tentes e inconcientes. Estbamos acostumbrados a pensar

    i.|ue todo pensamiento latente lo era a consecuencia de su

    debilidad, y devena conciente tan pronto cobraba fuerza.

    Ahora hemos adquirido la conviccin de que hay ciertos pen

    samientos latentes que no penetran en la conciencia por

    intensos que sean. Llamearemos entonces

    preconcienlcs

    a los

    pensamientos latentes del primer grupo, mientras que icscr-

    varemos el trmino inconciente (en el sentido propio) para

    el segundo g rup o, |ue hemos estud iado en las iu-uros s. \

    trmino inconcicn/r, \\\r linsla ai|u (iu|>l('.i amos en un

    * [ l ' . s t i l pal . i l i i ; Ill) l i i i j l i i e n e l l i s i o n i a l es

    I /

  • 7/25/2019 Nota de Lo Inconsciente Tomo 12

    4/7

    sentido meramente descriptivo, recibe ahora un significado

    ms amplio. No slo designa pensamientos latentes en gene

    ral,

    sino, en particular, pensamientos con un cierto carcter

    dinmico, a saber, aquellos que a pesar de su intensidad y su

    accin eficiente se mantienen alejados de la conciencia.

    Antes de proseguir mi exposicin, quiero referirme a dos

    objeciones que previsiblemente se suscitarn en este punto.

    La primera puede ser formulada del siguiente modo: en vez

    de suscribir la hiptesis de los pensamientos inconcientes,

    de los cuales nada sabemos, haramos mejor en suponer que

    la conciencia puede ser dividida, de suerte que ciertos pen

    samientos u otros procesos anmicos puedan formar una con

    ciencia separada que se desprendi y se enajen de la masa

    principal de actividad psquica conciente. Casos patolgicos

    bien conocidos, como el del doctor Azam,^ parecen muy ap

    tos para probar que la divisin de la conciencia no es una

    imaginacin fantstica.

    Me permito oponer a esta teora que ella * no hace sino

    abusar de la palabra conciente. No tenemos derecho a ex

    tender el sentido de esta palabra hasta el punto de hacerle

    designar tambin una conciencia de la que su poseedor nada

    sabe. Si ciertos*" filsofos hallan difcil creer en la exis

    tencia de un pensamiento inconciente, ms objetable todava

    me parece la existencia de una conciencia inconciente. Los

    casos descritos como de divisin de la conciencia, por ejem

    plo el del doctor Azam, pueden contemplarse mejor como

    migracin {shifting de la conciencia, en que esta funcin

    o lo que ella fuere oscila entre dos diversos complejos

    psquicos que alternativamente devienen concientes e in

    concientes.

    La otra objecin previsible sera que nosotros aplicamos

    a la psicologa normal conclusiones que provienen sobre to

    do del estudio de estados patolgicos. Podemos aventarla en

    virtud de un hecho del que tenemos noticia merced al psi

    coanlisis. Ciertas perturbaciones de funcin que les suceden

    con muchsima frecuencia a los sanos, por ejemplo lapsus lin

    guae, errores de memoria y de lenguaje, olvido de npmbres,

    1 [Se refiere a caso de Flida X., notable ejemplo de personalidad

    doble o a l ternante , probablemente e l pr imero de su t ipo que haya

    sido investigado y registrado en detalle. Inform sobre l en varias

    publicaciones el doctor E. Azam, de Burdeos; su primer informe apa

    reci el 26 de mayo de 1876 en Revue sctentifique, y a este le sigui

    pocas semanas ms tarde un artculo en Anndes medico-psychologi-

    ques.

    (Cf. Azam, 1876, 1887.)]

    * {F.I tex to ingls reza aq u : . . .q ue ella es un su pu est o g rat uito

    y no ha ce . . ..}

    ** {V.n ingls, philosophers (los filsofos en ge ne ral ).}

    74

  • 7/25/2019 Nota de Lo Inconsciente Tomo 12

    5/7

    ele., pueden reconducirse con facilidad a la accin eficiente

    de unos intensos pensamientos inconcientes, tal como pue-

  • 7/25/2019 Nota de Lo Inconsciente Tomo 12

    6/7

    estadio de la fotografa es el negativo; toda imagen foto

    grfica tiene que pasar por el proceso negativo, y algunos

    de estos negativos que han podido superar el examen se

    rn admitidos en el proceso positivo que culmina en la

    imagen.

    Pero el distingo entre actividad preconciente e incon

    ciente, y el discernimiento de la barrera que las divide, no

    es ni el ltimo ni el ms significativo resultado de la in

    vestigacin psicoanaltica de la vida anmica. Hay un pro

    ducto psquico que se encuentra en las personas ms nor

    males y, empero, ofrece notabilsima analoga con las ms

    silvestres producciones de la insania; por otra parte, no

    fue ms inteligible para los filsofos que la insania misma.

    Me refiero a los sueos. El psicoanlisis se funda en el

    anlisis de sueos; la interpretacin de estos es el trabajo

    ms acabado que la joven ciencia ha realizado hasta hoy.

    Un caso tpico de la formacin de sueos puede describirse

    del siguiente modo: Un itinerario de pensamiento {train of

    thoughts} fue despertado p or la actividad m ental del da y

    ha retenido algo de su capacidad eficiente; en virtud de

    esta, ha escapado a la disminucin {inhibition} general del

    inters, la cual es la introduccin al dormir y su prepara

    cin mental. Durante la noche, este it inerario de pensa

    miento consigue hallar la conexin con uno de los deseos

    {tendencies} inconcientes que han estado siempre presen

    tes desde la infancia en la vida anmica del soante, pero

    por lo comn reprimidos y excluidos de su presencia con-

    ciente. Entonces, en virtud de la fuerza que les presta ese

    apoyo inconciente, estos pensamientos, los relictos del tra

    bajo diurno, pueden devenir otra vez eficientes y aflorar a la

    conciencia en la forma de un sueo. Han ocurrido, pues,

    tres cosas:

    1. Los pensamientos han experimen tado una mu danza,

    un disfraz y una desfiguracin, que constituye la parte del

    socio inconciente.

    2 . Los pensamientos han conseguido investir

    {have occu

    pied}

    la conciencia en un momento en que no deba serles

    ello asequible.

    3 .

    Un fragmento de lo inconciente.ha aflorado en la con

    ciencia, cosa que de ordinario le habra resultado imposible.

    Hemos aprendido el arte de descubrir los restos diurnos

    {residual thoughts}

    y los

    pensamientos onricos laten

    tes; por su comparacin con el

    contenido manifiesto del

    sueo

    somos capaces de formarnos un juicio sobre las mi-

    276

  • 7/25/2019 Nota de Lo Inconsciente Tomo 12

    7/7

    graciones {changes} por las que han atravesado y sobre el

    modo en que estas sobrevinieron.

    Los pensamientos onricos latentes no se diferencian en

    nada de los productos de nuestra actividad anmica con-

    ciente ordinaria. Merecen el nombre de pensamientos pre-

    concientes y de hecho pueden haber sido concientes en

    algn momento de la vigiHa. Pero en virtud de la conexin

    que por la noche establecieron con las aspiraciones [tenden

    cies] inconcientes, fueron asimilados a estas ltimas, en cier

    to modo rebajados al estado de unos pensamientos incon

    cientes y sometidos a las leyes por las que es regulada la

    actividad inconciente. Y aqu se ofrece la oportunidad de

    aprender algo que no habramos podido colegir sobre la base

    de reflexiones o cualquier otra fuente de saber emprico:

    las leyes de la actividad anmica inconciente se distinguen

    en amplia medida de las que rigen a la actividad conciente.

    Mediante un trabajo de detalle tomamos noticia de las pecu

    liaridades de lo inconciente y podemos esperar aprender to

    dava mucho de una exploracin ms a fondo de los procesos

    que sobrevienen en la formacin del sueo.

    Esta indagacin no ha llegado siquiera a promediarse, y

    no es posible exponer los resultados obtenidos hasta ahora

    sin entrar en los problemas, en extremo enredados, de la

    interpretacin de los sueos. Sin embargo, no quiero inte

    rrumpir esta elucidacin sin apuntar el cambio y el progreso

    de nuestra intehgencia de lo inconciente, que debemos al

    estudio psicoanaltico de los sueos.

    Lo inconciente nos pareci al comienzo un mero carcter

    enigmtico de un cierto proceso psquico; ahora significa

    para nosotros algo ms: es un indicio de que ese proceso

    participa de la naturaleza de una cierta categora psquica,

    de la que tenemos conocimiento por otros y ms importantes

    caracteres, y pertenece a un sistema de actividad psquica

    que merece nuestra mayor atencin.

    El valor de lo inconciente como ndice ha superado con

    mucho a su significacin como propiedad. A falta de una

    expresin mejor y menos ambigua, damos el nombre de el

    inconciente al sistema que se da a conocer por el signo dis

    tintivo de ser inconcientes los procesos singulares que lo

    componen. Para designar este sistema propongo las letras

    Ice {Ubw}, abreviatura d e la palabra inconciente [Unbe-

    wusst}.

    Este es el tercer sentido, y el ms importante, que el tr

    mino

    inconciente

    ha cobrado en el psicoanlisis.

    77