Novela De odio y amor - LIBROS DEL ASTEROIDE · una serie de técnicas que ayudan en la...

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EN UN PANORAMA COMO EL ACTUAL en el que la lectura, sobre todo la ensayís- tica, está en peligro de extinción, editoria- les más independientes, como la barcelo- nesa Sans Soleil, siguen apostando por propuestas más arriesgadas, a la vez que inciden en la calidad de la edición y de una serie de propuestas innovadoras, frescas, que contrarrestan, en cierto modo, la res- tricción en la recepción originada por el impacto de los grandes sellos editoriales. en esta ocasión, nos encontramos con La calavera de Mengele. El advenimiento de una estética forense, un ensayo de menos de cien páginas en el que Thomas Keenan y Eyal Weizman, teóricos ligados a la lite- ratura y a los estudios Visual es, reflexionan sobre cómo la evolución y creciente im- portancia de la ciencia forense trae como consecuencia una profunda transforma- ción en el desarrollo de los juicios y la mis- ma naturaleza de las pruebas halladas. para ello, el punto de partida se sitúa en la corroboración definitiva de la muerte de Jo- sef Mengele, oficial de las ss que, duran- te la segunda Gran Guerra, dirigió en Aus- chwitz experimentos con seres humanos. mientras que con el juicio de Eich- mann, sostienen Keenan y Weizman, el po- der del testimonio cobró un nuevo senti- do bajo el prisma del sufrimiento personal, con independencia de sus posibles inco- herencias o, más bien, gracias a ellas, con el caso de mengele se consolidan una se- rie de técnicas que ayudan en la identifi- cación de cuerpos para, así, restablecer la identidad, reconstruir y resolver con justi- cia los crímenes de guerra. de este modo, las tumbas, que con anterioridad eran los lugares de memoria por antonomasia, se convierten en recursos epistemológicos, en espacios en el que los objetos, desde el pa- sado, pueden aún hablar y ayudar a escla- recer la verdad de los hechos. esto origina una estética forense en la que, en paralelo a estas cuestiones, cobran especial importancia el tiempo, el legado del horror y la responsabilidad civil, tal como aparece en obras como El lector, de Bernhard Schlink: «¿cómo debía inter- pretar mi generación, la de los nacidos más tarde, la información que recibíamos sobre los horrores del exterminio judíos? (…) ¿es ése nuestro destino: enmudecer presa del espanto, la vergüenza y la cul- pabilidad? ¿con qué fin? (…) sólo me pre- gunto si las cosas debían ser así: unos po- cos condenados y castigados, y nosotros, la generación siguiente, enmudecida por el espanto, la vergüenza y la culpabilidad.» (p. 99). en última instancia, como afirman los autores, «los restos humanos son, como he- mos visto, el tipo de cosas desde las cuales la huella del sujeto vivo no puede ser fá- cilmente borrada -se resiste a irse y lo per- sigue-» (p. 98). el trauma reclama la com- prensión, la justicia de lo que antes estaba oculto. Algo que la juez Servini ya ha em- pezado en nuestro país. A VECES, DURANTE NUESTRO reco- rrido vital, nos dejamos arrastrar por si- tuaciones emocionales, mentales o físi- cas de las que no conseguimos salir por miedo, por comodidad, nos dejamos lle- var y optamos por el conformismo. sin embargo, mientras se discurre por este escenario, algo sucede, el destino, un simple hecho, aparentemente intras- cendente, te hace ver que el camino en el que te encuentras no es el correcto; es precisamente en ese momento, cuando empiezas a ser consciente de tu error, cuando comienzas a sentirte incómodo con las circunstancias que te rodean. Jus- to éste es el punto de partida de esta obra, Aquella tarde dorada del escritor Peter Cameron, que arranca con la inespera- da visita de omar razaghi a ocho ríos, la mansión donde viven dos de los alba- ceas del testamento de Jules Gund. el protagonista de esta novela reside en Kansas y le han concedido una beca para realizar el doctorado escribiendo la biografía del autor uruguayo Jules Gund, fallecido tres años atrás; debido a la ne- gativa de su familia, encargada de ges- tionar su legado, su novia deirdre le es- polea para que viaje a Uruguay y les convenza, pues en caso contrario se verá obligado a devolver el dinero que le ha dado la universidad y su carrera se verá condenada al ostracismo. desde el primer instante en el que pone un pie en este recóndito lugar en el que residen los Gund, omar se siente fas- cinado por el entorno, así como por el pe- culiar y aparentemente apacible equili- brio en el que vive este singular clan com- puesto por: su hermano, Adam, y su compañero pete; su mujer y viuda caro- line; y su amante, Arden, a su vez madre de la única hija del escritor, portia. pero la llegada de razaghi romperá esta compleja armonía familiar, floreciendo los rencores que arrastran entre ellos, los sentimientos de culpa, e incluso acaba- rá naciendo el amor; pero para ello todos sufrirán al desvelarse y reconocerse en su realidad, la que llevan soportando hace años, la que tiene un inminente fin y la que dará lugar a nuevos sentimientos y a inevitables partidas. La magia de cameron en esta novela se encuentra, sin lugar a dudas, en sus diálogos, que le imprimen a Aquella tar- de dorada ritmo e ingenio, consiguiendo -a pesar de que la obra cuenta con más de cuatrocientas páginas- que en ningún momento asome el tedio. Una cuestión no poco importante. si bien la editorial Libros del Aste- roide, responsable de la edición de esta obra, ha apostado por destacar, de cara a su comercialización, la parte relativa al enamoramiento, convirtiéndola en una comedia romántica, en una simple his- toria de amor, en mi opinión esa es una trama secundaria de la narración, pues- to que este trabajo literario va muchísi- mo más allá, pues de manera ocurrente y sutil ahonda en los matices que tienen los lazos familiares, en la diversidad de las relaciones emocionales y en la comple- jidad que lleva aparejada la propia exis- tencia. Así que sí, Aquella tarde dorada aborda el amor, pero también otros mu- chos sentimientos de los seres humanos. La selección de Antonio J. Ubero La justicia del muerto Mientras que con el juicio de Eichmann el poder del tes- timonio cobró un nuevo sentido bajo el prisma del sufri- miento personal, con el caso de Mengele se consolidan una serie de técnicas que ayudan en la identificación de cuerpos para, así, restablecer la identidad, reconstruir y resolver con justicia los crímenes de guerra. thomAs KeenAn Y eYAL WeiZmAn La calavera de Mengele Traducción de Isabel Mellén SANS SOLEIL LaOpinión sábAdo, 6 de febrero, 2016 4 El escritor norteamericano Peter Cameron. LISBETH SALAS Ángela Belmar Talón Héctor Tarancón Novela Ensayo De odio y amor El alegato póstumo El poder de los diálogos La magia de Cameron en esta novela se encuentra, sin lugar a dudas, en sus diálogos, que le imprimen a ‘Aquella tarde dorada’ ritmo e ingenio, consiguiendo -a pesar de que la obra cuenta con más de cuatrocientas páginas- que en ningún momento asome el tedio. Una cuestión no poco importante para una obra de estas características. peter cAmeron Aquella tarde dorada Traducción de Araceli Arola LIBROS DEL ASTEROIDE

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EN UN PANORAMA COMO EL ACTUALen el que la lectura, sobre todo la ensayís-tica, está en peligro de extinción, editoria-les más independientes, como la barcelo-nesa Sans Soleil, siguen apostando porpropuestas más arriesgadas, a la vez queinciden en la calidad de la edición y de unaserie de propuestas innovadoras, frescas,que contrarrestan, en cierto modo, la res-tricción en la recepción originada por elimpacto de los grandes sellos editoriales.

en esta ocasión, nos encontramos con Lacalavera de Mengele. El advenimiento deuna estética forense, un ensayo de menosde cien páginas en el que Thomas Keenany Eyal Weizman, teóricos ligados a la lite-ratura y a los estudios Visuales, reflexionansobre cómo la evolución y creciente im-portancia de la ciencia forense trae comoconsecuencia una profunda transforma-

ción en el desarrollo de los juicios y la mis-ma naturaleza de las pruebas halladas.para ello, el punto de partida se sitúa en lacorroboración definitiva de la muerte de Jo-sef Mengele, oficial de las ss que, duran-te la segunda Gran Guerra, dirigió en aus-chwitz experimentos con seres humanos.

mientras que con el juicio de Eich-mann, sostienen Keenan y weizman, el po-der del testimonio cobró un nuevo senti-do bajo el prisma del sufrimiento personal,con independencia de sus posibles inco-herencias o, más bien, gracias a ellas, conel caso de mengele se consolidan una se-rie de técnicas que ayudan en la identifi-cación de cuerpos para, así, restablecer laidentidad, reconstruir y resolver con justi-cia los crímenes de guerra. de este modo,las tumbas, que con anterioridad eran loslugares de memoria por antonomasia, se

convierten en recursos epistemológicos, enespacios en el que los objetos, desde el pa-sado, pueden aún hablar y ayudar a escla-recer la verdad de los hechos.

esto origina una estética forense en laque, en paralelo a estas cuestiones, cobranespecial importancia el tiempo, el legadodel horror y la responsabilidad civil, talcomo aparece en obras como El lector, deBernhard Schlink: «¿cómo debía inter-pretar mi generación, la de los nacidosmás tarde, la información que recibíamossobre los horrores del exterminio judíos?(…) ¿es ése nuestro destino: enmudecerpresa del espanto, la vergüenza y la cul-

pabilidad? ¿con qué fin? (…) sólo me pre-gunto si las cosas debían ser así: unos po-cos condenados y castigados, y nosotros,la generación siguiente, enmudecida porel espanto, la vergüenza y la culpabilidad.»(p. 99).

en última instancia, como afirman losautores, «los restos humanos son, como he-mos visto, el tipo de cosas desde las cualesla huella del sujeto vivo no puede ser fá-cilmente borrada -se resiste a irse y lo per-sigue-» (p. 98). el trauma reclama la com-prensión, la justicia de lo que antes estabaoculto. algo que la juez Servini ya ha em-pezado en nuestro país.

A VECES, DURANTE NUESTRO reco-rrido vital, nos dejamos arrastrar por si-tuaciones emocionales, mentales o físi-cas de las que no conseguimos salir pormiedo, por comodidad, nos dejamos lle-var y optamos por el conformismo. sinembargo, mientras se discurre por esteescenario, algo sucede, el destino, unsimple hecho, aparentemente intras-cendente, te hace ver que el camino enel que te encuentras no es el correcto; esprecisamente en ese momento, cuandoempiezas a ser consciente de tu error,cuando comienzas a sentirte incómodocon las circunstancias que te rodean. Jus-to éste es el punto de partida de esta obra,Aquella tarde dorada del escritor PeterCameron, que arranca con la inespera-da visita de omar razaghi a ocho ríos,la mansión donde viven dos de los alba-ceas del testamento de Jules Gund.

el protagonista de esta novela reside enKansas y le han concedido una becapara realizar el doctorado escribiendo labiografía del autor uruguayo Jules Gund,fallecido tres años atrás; debido a la ne-gativa de su familia, encargada de ges-tionar su legado, su novia deirdre le es-polea para que viaje a Uruguay y lesconvenza, pues en caso contrario se veráobligado a devolver el dinero que le hadado la universidad y su carrera se verácondenada al ostracismo.

desde el primer instante en el quepone un pie en este recóndito lugar en elque residen los Gund, omar se siente fas-cinado por el entorno, así como por el pe-culiar y aparentemente apacible equili-brio en el que vive este singular clan com-

puesto por: su hermano, adam, y sucompañero pete; su mujer y viuda caro-line; y su amante, arden, a su vez madrede la única hija del escritor, portia.

pero la llegada de razaghi romperá estacompleja armonía familiar, floreciendolos rencores que arrastran entre ellos, lossentimientos de culpa, e incluso acaba-rá naciendo el amor; pero para ello todossufrirán al desvelarse y reconocerse en surealidad, la que llevan soportando haceaños, la que tiene un inminente fin y laque dará lugar a nuevos sentimientos y ainevitables partidas.

La magia de cameron en esta novelase encuentra, sin lugar a dudas, en susdiálogos, que le imprimen a Aquella tar-de dorada ritmo e ingenio, consiguiendo-a pesar de que la obra cuenta con másde cuatrocientas páginas- que en ningúnmomento asome el tedio. Una cuestiónno poco importante.

si bien la editorial Libros del Aste-roide, responsable de la edición de estaobra, ha apostado por destacar, de caraa su comercialización, la parte relativa alenamoramiento, convirtiéndola en unacomedia romántica, en una simple his-toria de amor, en mi opinión esa es unatrama secundaria de la narración, pues-to que este trabajo literario va muchísi-mo más allá, pues de manera ocurrentey sutil ahonda en los matices que tienenlos lazos familiares, en la diversidad de lasrelaciones emocionales y en la comple-jidad que lleva aparejada la propia exis-tencia. así que sí, Aquella tarde doradaaborda el amor, pero también otros mu-chos sentimientos de los seres humanos.

La selección de Antonio J. Ubero

La justicia del muertoMientras que con el juicio de Eichmann el poder del tes-

timonio cobró un nuevo sentido bajo el prisma del sufri-miento personal, con el caso de Mengele se consolidanuna serie de técnicas que ayudan en la identificación decuerpos para, así, restablecer la identidad, reconstruir yresolver con justicia los crímenes de guerra.

thomas Keenan y eyaL weizmanLa calavera de Mengele

Traducción de Isabel MellénSANS SOLEIL

LaOpinión sábado, 6 de febrero, 20164

El escritor norteamericano Peter Cameron. LISBETH SALAS

Ángela Belmar Talón

Héctor Tarancón

Novela

Ensayo

De odio yamor

El alegato póstumo

El poder de los diálogosLa magia de Cameron en esta novela se encuentra, sin

lugar a dudas, en sus diálogos, que le imprimen a ‘Aquellatarde dorada’ ritmo e ingenio, consiguiendo -a pesar deque la obra cuenta con más de cuatrocientas páginas- queen ningún momento asome el tedio. Una cuestión no pocoimportante para una obra de estas características.

peter cameronAquella tarde dorada

Traducción de Araceli ArolaLIBROS DEL ASTEROIDE

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La opinión de Murcia - "Aquella tarde dorada" de Peter Cameron - 6 de febrero de 2016
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