NP Malvinas 2012

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[email protected] La ocupación de las islas Malvinas por parte del Imperio Británico es uno de los resabios colonia- les que quedan en el mundo y su recuperación como parte del territorio argentino es un legítimo derecho de nuestro pueblo. Sin embargo, las clases dominantes locales han hecho de esa reivindicación una consigna vacía a la que recurrieron varias veces con fines que nada tienen que ver con los intereses populares. La más cruenta y evidente operación en ese sen- tido fue la guerra de Malvinas, en 1982. Se trató de una maniobra premeditada urdida por los mi- litares encabezados por Leopoldo Galtieri, con el fin de obtener legitimidad interna frente a las cre- cientes protestas populares contra la dictadura, y al mismo tiempo reposicionarse en el ámbito mundial a raíz de la imagen negativa del régimen ante la opinión pública internacional. Luego de la dictadura, los reclamos por las Mal- vinas se convirtieron en pedidos formales a tra- vés de inservibles vías diplomáticas. Desde la verborragia de Alfonsín, pasando por los ositos de peluche que el canciller de Menem les mandaba a los habitantes ingleses de las islas, hasta el discurso “descolonizador” del go- bierno Kirchnerista, todas las expresiones de las clases dominantes sobre Malvinas fueron una pantomima para distraer al pueblo. En concomitancia, en medio de tantos discursos y pirotecnia, los sucesivos gobiernos ungidos por el régimen electoralista del capitalismo entrega- ron los recursos naturales o mejor dicho los bienes comunes y abrieron las puertas a la vo- racidad de las grandes empresas multinaciona- les y de ciertas corporaciones locales que no solamente se apropiaron del patrimonio territo- rial de nuestro pueblo, sino que lo fueron degra- dando con la contaminación y el saqueo constante al que fue sometido. Esto no es otra cosa que la continuidad de la matriz económica impuesta por la dictadura y seguida por todos los gobiernos constitucionales. Uno de los elementos centrales que hizo resur- gir ahora la “disputa” por las Malvinas son las re-

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[email protected]

La ocupación de las islas Malvinas por parte del

Imperio Británico es uno de los resabios colonia-

les que quedan en el mundo y su recuperación

como parte del territorio argentino es un legítimo

derecho de nuestro pueblo.

Sin embargo, las clases dominantes locales han

hecho de esa reivindicación una consigna vacía

a la que recurrieron varias veces con fines que

nada tienen que ver con los intereses populares.

La más cruenta y evidente operación en ese sen-

tido fue la guerra de Malvinas, en 1982. Se trató

de una maniobra premeditada urdida por los mi-

litares encabezados por Leopoldo Galtieri, con el

fin de obtener legitimidad interna frente a las cre-

cientes protestas populares contra la dictadura, y

al mismo tiempo reposicionarse en el ámbito

mundial a raíz de la imagen negativa del régimen

ante la opinión pública internacional.

Luego de la dictadura, los reclamos por las Mal-

vinas se convirtieron en pedidos formales a tra-

vés de inservibles vías diplomáticas.

Desde la verborragia de Alfonsín, pasando por

los ositos de peluche que el canciller de Menem

les mandaba a los habitantes ingleses de las

islas, hasta el discurso “descolonizador” del go-

bierno Kirchnerista, todas las expresiones de las

clases dominantes sobre Malvinas fueron una

pantomima para distraer al pueblo.

En concomitancia, en medio de tantos discursos

y pirotecnia, los sucesivos gobiernos ungidos por

el régimen electoralista del capitalismo entrega-

ron los recursos naturales o mejor dicho los

bienes comunes y abrieron las puertas a la vo-

racidad de las grandes empresas multinaciona-

les y de ciertas corporaciones locales que no

solamente se apropiaron del patrimonio territo-

rial de nuestro pueblo, sino que lo fueron degra-

dando con la contaminación y el saqueo

constante al que fue sometido. Esto no es otra

cosa que la continuidad de la matriz económica

impuesta por la dictadura y seguida por todos los

gobiernos constitucionales.

Uno de los elementos centrales que hizo resur-

gir ahora la “disputa” por las Malvinas son las re-

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servas petroleras. Así lo expresó Cristina Kirch-

ner en el acto de firma del decreto de desclasi-

ficación del Informe Rattenbach refiriéndose a

la causa Malvinas “es regional y global tam-

bién porque vemos como se están

depredando nuestros recursos naturales”

(…) “las grandes batallas del siglo XXI van

a ser sobre los recursos naturales” . La

mayor reserva del mundo, ubicada en Arabia

Saudita, posee unos 80 mil millones de barriles

mientras que en nuestras islas del Atlántico Sur

se calcula que hay unos 60 mil millones. Las re-

servas de la Argentina son muchísimo menores:

unos 2.600 millones de barriles.

Mientras el gobierno habla de “recuperar”

Malvinas enarbolando un falso discurso

relacionado con la “soberanía”, las em-

presas que explotan los recursos petrole-

ros en esa zona mantienen una

vinculación directa con la deuda externa

argentina y con las mega explotaciones

mineras en nuestro país.

Los planteos por parte del gobierno en re-

lación a Malvinas se da en el marco de la

compra indiscriminada de campos por parte

de grandes grupos económicos extranjeros como

Benetton; las compañías mineras que extraen ri-

queza y siembran miseria y contaminación; los

pools de la soja que degradan la tierra y piensan

solamente en la exportación para obtener divi-

sas, atentando contra la soberanía alimentaria y

las necesidades básicas de nuestro pueblo. Así

como de la creciente extranjerización de la in-

dustria en nuestro país donde en el 2000 de las

500 empresas más grandes del país 182 eran de

capitales nacionales mientras que 318 extranje-

ras y en 2008 las empresas nacionales fueron

162 y 338 las extranjeras. El significado de esta

tendencia es que como resultado la facturación

de las trasnacionales de origen extranjero son

del doble, pasaron del un 23% a mas de un 40%

desde el 2002 hasta hoy. Lo mismo sucedió con

la extranjerización de la tierra. Si bien no se

puede saber a ciencia cierta por falta de infor-

mación oficial se estima que ni bien asumió

Kirchner la cantidad de tierras en manos extran-

jeras eran entre 10 y 12 millones, en la actualidad

superan los 20 millones de hectáreas las extran-

jerizadas. Además, los territorios adquiridos por

los extranjeros tienen un valor estratégico ya que

se encuentran las principales reservas de bienes

comunes como el agua, biodiversidad, minera-

les, etc.

A esto debemos sumarle las empresas privatiza-

das de servicios en manos de grupos general-

mente foráneos o de conglomerados económicos

locales regidos por las reglas de la explotación

capitalista.

La British Petroleum y sus socios en la Isla

y en el continente…

British Petroleum (BP), de origen británico, es

una de las petroleras más grandes del mundo.

Fundada en 1909 con sede central en Londres,

Reino Unido. Se dedica principalmente a la ex-

ploración, extracción, transporte, refinación, al-

macenamiento, distribución y comercialización

www.fogoneros.org

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de petróleo crudo, gas y sus derivados. Se des-

arrolla además en las áreas vinculadas con la ge-

neración de energía eléctrica y

agro-combustibles. Tiene negocios en más de

100 países entre los que se encuentra Argentina,

Brasil, Colombia, Venezuela, etc. En América

Latina está presente a través de la marca Cas-

trol. BP tiene reservas probadas de aproximada-

mente 18000 mil millones de barriles de petróleo.

En abril de 2010 produjeron un derrame de pe-

tróleo de enormes proporciones en el Golfo de

México con consecuencias ambientales aún im-

posibles de cuantificar.

En las Islas Malvinas se encuentra realizando

tareas de exploración y explotación de hidrocar-

buros y participa en el proceso de importación en

nuestro país de Gas Natural Licuado.

La firma de inversión BlackRock -que ha unido

sus negocios con el Banco Barclays- posee el

7.1% de BP, y es además parte de tres de las

cinco empresas que actualmente exploran en las

cuencas Sur y Norte de las Malvinas

Los gobiernos de Chubut (Das Neves) y Santa

Cruz (Daniel Peralta) en el 2007 extendieron a la

empresa BP la concesión por más de 40 años en

Cerro Dragón -el mayor yacimiento petrolero del

país – que además incorpora parte del Mar Ar-

gentino.

Además hay una tela de araña de relaciones muy

estrechas entre los inversionistas en la Megami-

nería, en la extracción de petróleo (en el conti-

nente y en las islas) y con el canje de deuda

externa Argentina. Así es como quienes vienen

invirtiendo en los últimos diez años en los nego-

cios mineros en nuestro (JP Morgan, Citigroup,

Deutsche Bank, Societe Generale, Barclays Ca-

pital, Royal Bank of Canada, Royal Bank of Sco-

tland, HSBC Holdings, Morgan Stanley, entre

otros) son los mismos bancos que están involu-

crados en el canje de la deuda externa argentina

y son además los accionistas con mayor peso en

las empresas petroleras en Malvinas.

Otra de las compañías que operan en la zona

austral, la Falkland Oil& Gas, está asociada con

la empresa angloaustraliana BHP Billiton, que

explota desde 2008 cobre y oro en 40 mil hec-

táreas que le fueron concedidas por el go-

bierno de Salta

Todos estos son algunos de los ejemplos que

muestran la verdadera cara de quienes ha-

blan de recuperación de las Malvinas.

Desde esa óptica, sabemos que cualquier re-

cuperación territorial, incluidas las islas Mal-

vinas, debe enmarcarse, para ser real, en la

recuperación de todos los bienes comunes,

todas las riquezas, todos los resortes del poder,

por parte del pueblo y sus organizaciones políti-

cas y sociales.

El antiimperialismo no puede entenderse como

una cuestión nacional, fronteras adentro, en el

sentido burgués del término. La verdadera “cues-

tión nacional” es la que está determinada por la

representatividad de clase de quien controla el

poder económico, político, militar y todos los re-

sortes del Estado. Desde nuestra manera de ver

el mundo, el socialismo es el único sistema

capaz de encarar la “cuestión nacional” con una

mirada de clase, revolucionaria y popular.

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Las recientes quejas de oficialistas y ciertos opo-

sitores a raíz de la eventual explotación de los

bienes comunes de las islas, son solamente una

cortina de humo que encubre las intenciones de

sectores políticos que representan a grupos eco-

nómicos con ambiciones de apoderarse ellos mis-

mos de esos recursos.

Quieren la riqueza de las islas del Atlántico Sur

para hacer lo mismo que vienen haciendo desde

hace dos siglos con todo lo que producen los tra-

bajadores, los campesinos, los pobres en general,

en todo el país: concentrarla en pocas manos y

venderla al mejor postor.

El capitalismo no sabe de “cuestiones naciona-

les” sino de poder económico, de ganancias y de

explotación. En el capitalismo, las mayorías están

sometidas a las minorías enriquecidas por el tra-

bajo ajeno. No hay “capitalismo humano”, todo ca-

pitalismo es salvaje. Es su esencia, es el sentido

de su existencia, es la razón de ser de un sistema

depredador y parasitario que vive del esfuerzo de

los demás. La barbarie es su forma, su contenido

y su objetivo.

Nuestros esfuerzos deben apuntar a recupe-

rar las Malvinas para ponerlas, como al resto

del territorio argentino, al servicio de nuestros

propios intereses de clase. Y eso solo se con-

sigue con lucha y organización; con un en-

frentamiento permanente contra los

verdaderos enemigos del pueblo.

www.fogoneros.org

TOMALA VOS,

DAMELA A MIÍ...

Desde que en 1520 uno de los barcos de laexpedición de Magallanes desembarca enMalvinas, las islas han sido invadidas envarias oportunidades por los ingleses, ho-landeses y franceses.

Luego del dominio español sobre las islasen 1690, la marina británica navegó por elestrecho que separa las Malvinas, deno-minándolo estrecho de Falkland.

En 1764 los franceses tomaron el archi-piélago y la llamaron Islas Malouines en re-lación a los nacidos en Saint Maló, elpuerto francés de donde procedían losocupantes. Luego de una breve recupera-ción vía diplomática por los españoles unanueva invasión Inglesa en 1765 las deno-minó Falkland Islands. Nuevamente Es-paña en 1770, desaloja a los británicos.Desde la creación del Virreinato del Río deLa Plata (1776 hasta 1810), las Malvinaspasaron a depender de la gobernación deBuenos Aires.

En 1820, fue enviada a las Islas para tomarposesión la fragata Argentina La Heroína.En 1825 los ingleses reconocen a las islascomo territorio Argentino y comienza el po-blamiento.

Sin embargo el 2 de enero de 1833 los bri-tanicos toman las Malvinas bajo su dominioexpulsando a los pobladores. Lo que siguees por todos conocido.