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Tzintzun. Revista de Estudios Históricos ISSN: 1870-719X [email protected] Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo México Medrano de Luna, Gabriel Entre la sierra y el mar. Algunas artesanías de la costa nahua de Michoacán Tzintzun. Revista de Estudios Históricos, núm. 40, julio-diciembre, 2004, pp. 135-160 Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo Morelia, México Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=89804006 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Tzintzun. Revista de Estudios Históricos

ISSN: 1870-719X

[email protected]

Universidad Michoacana de San Nicolás de

Hidalgo

México

Medrano de Luna, Gabriel

Entre la sierra y el mar. Algunas artesanías de la costa nahua de Michoacán

Tzintzun. Revista de Estudios Históricos, núm. 40, julio-diciembre, 2004, pp. 135-160

Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo

Morelia, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=89804006

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NTRE LA SIERRA Y EL MAR.ALGUNAS ARTESANÍAS DELA COSTA NAHUA DEMICHOACÁN

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TZINTZUN, Revista de Estudios Históricos, N° 40, julio-diciembre de 2004.

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Gabriel Medrano de Luna

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Universidad de Guanajuato.Correo electrónico:[email protected]

Introducción

a llamada costa nahua de Michoacán comprende las poblacionesde Tizupan, Cachán de Echeverría, Paso de Noria, Maruata, Colola,Motín del Oro, Faro de Bucerías, Ixtapilla y La Ticla, situadas en lamitad del litoral michoacano que comienza en el delta del río Balsas ytermina en la desembocadura del río Coahuayana. A pesar de no estarasentadas en el litoral, las comunidades de Pómaro, San PedroNaranjestil, Cachán de Santa Cruz, Ostula, Huizontla, Coire y Huirlatambién se consideran nahuas tanto por la lengua como por otrosrasgos culturales. La orografía de la franja costera se caracteriza poraccidentados acantilados de basalto y granito, producto de la incursiónal mar de la Sierra Madre del Sur. La arena de sus playas es de texturaáspera, como en Cachán, fina como en Maruata, o granulada y

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amarilla como en Faro de Bucerías; todo ello se mezcla con la fuerzade un mar que tiene muy poco de “pacífico”. No es casualidad quelas playas de La Ticla y Nexpan sean consideradas un paraíso paralos profesionales del surfing.

Los orígenes de la población que habita la región se remontanvarios siglos antes de la llegada de los españoles. La mayoría eran deascendencia nahua y se llamaban a sí mismos cuitlatecos, cuires,serames, cuahucomecas y eplatecos; vivían en asentamientos dispersoso en pequeñas comunidades aldeanas; practicaban una agriculturaincipiente combinada con otras actividades como la caza, la pesca yla recolección, llevadas a cabo en las orillas de ríos, arroyos,manantiales y esteros.1

Las comunidades nahuas de la costa actualmente pertenecen almunicipio de Aquila, que junto con el de Lázaro Cárdenas yCoahuayana conforman el litoral michoacano.2 Según datos de 1995,Aquila posee una extensión territorial de 2,553 km2, lo que representael 62% de la región costera; tiene una población de 19,411 habitantesy una densidad poblacional de 7.6 habitantes por km cuadrado.3 Seencuentra al suroeste de Michoacán, limita al norte con los municipiosde Coahuayana, Chinicuila y Coalcomán; por el sur con el OcéanoPacífico; al este con los municipios de Arteaga y Lázaro Cárdenas, aloeste con Coahuayana.4

Hasta mediados del siglo XIX, las tierras de Aquila albergaron acinco comunidades indígenas: Pómaro, Coire, Santa María de Ostula,San Miguel Aquila y Maquilí. Esta última despareció en 1871, cuando

1 Cfr. Gerardo Sánchez Díaz, La costa de Michoacán. Economía y sociedad en el siglo XVI, Morelia,UMSNH-Instituto de Investigaciones Históricas, 2001, p. 28.2 Para profundizar en el proceso de poblamiento de la costa michoacana véase el trabajo deGustavo Marín Guardado, “La pesca en la costa de Michoacán: una visión de conjunto”,Graciela Alcalá Moya (Comp.), Espacio y actividades costeras en Michoacán: una aproximaciónmultidisciplinaria, México, El Colegio de México-El Colegio de Michoacán-CICESE, en prensa.3 Ramírez Sevilla, Luis, “Los frutos de la costa”, Esteban Barragán López (Coord.), Frutos delcampo michoacano, Zamora, El Colegio de Michoacán, 1999, p. 337.4 Marín Guardado, Gustavo, “Territorio, etnicidad y desarrollo en la costa nahua de Michoacán”,XXVI Mesa Redonda de la Sociedad Mexicana de Antropología, Zacatecas, 29 de julio de 2001.

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fue dividida y repartida a grupos no indígenas.5 Actualmente siguensiendo cinco las comunidades -contando a San Juan Huitzontla,perteneciente al municipio de Coahuayana- las cuales en su conjuntoson habitadas por 20,000 indígenas.6

Durante la colonia, la costa nahua de Michoacán fue la Provinciade Motines. Tenemos noticias de ella gracias a la Relación de Motinesfechada el 10 de mayo de 1580 por Juan Alcalde de Rueda, cuyomanuscrito original es parte de la Colección Muñoz de la Bibliotecade la Real Academia de Historia de Madrid. Fue publicada por ÁlvaroOchoa Serrano y Gerardo Sánchez Díaz en Relaciones y Memorias dela Provincia de Michoacán 1579-1581.7 Dicha Relación señala que paraaquellos tiempos no había poblamiento español sino indígena, debidoa que la tierra era pobre, serrana y estéril; calurosa en el litoral, confuertes vientos procedentes de la Mar del Sur pero bañada por los ríosTlatictla y Cachán. Destaca además datos relativos a la caídademográfica, el habla regional (cuatro lenguas y el náhuatl comolengua franca) y la vestimenta, confeccionada a base de mantasdelgadas, capotes y sayales de fibras naturales. También refiere lasrelaciones entre las comunidades costeras y sus similares de la sierraa partir de la agricultura y el culto religioso que, a los ojos de Alcaldede Rueda, era poco menos que “infernal”.

En 1849 la Comisión Estadística Militar presentó al SupremoGobierno el Boletín de Geografía y Estadística de la República Mexicana,que expone los aspectos orográficos y estadísticos del estado deMichoacán, describiendo a su vez las condiciones en que seencontraban sus distintas provincias. En 1845 el territorio michoacanoestaba dividido en once Oficinas Recaudadoras de ContribucionesDirectas, ubicadas en Morelia, Pátzcuaro, Ario, Zamora, Zitácuaro,Maravatío, Puruándiro, Jiquilpan, La Piedad, Huetamo y Apatzingán.Esta última era el centro de las recaudaciones de la costa y comprendíalas secciones de Tancítaro, Parácuaro, Santa Ana Amatlán y

5 Ramírez Sevilla, Luis, “Los frutos de la costa...”, p. 342.6 Marín Guardado, Gustavo, Op. Cit.7 Morelia, UMSNH–Ayuntamiento Constitucional de Morelia, 1985.

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Coalcomán, la que a su vez incluía a Tototlan, Camila, Zinacamitlan,Maquilí, Ostula, Pómaro, Aquila, Huitzontla, Coahuayana yTumbiscatío.8

En cuanto a jurisdicción territorial, Michoacán comprendía 3ciudades, 2 villas, 276 pueblos, 500 haciendas y más de 1,600 ranchos;las ciudades eran Morelia, Pátzcuaro y Zamora; las villas Tacámbaroy Zitácuaro.9 Para 1849 Michoacán no tenía puerto en su costa. Elmás cercano a Morelia era Manzanillo, en Colima, que tenía pocotiempo abierto a la navegación. Por ello, en Morelia se deseaba laconstrucción del puerto de Zihuatanejo, Guerrero, debido a su cercaníacon esta ciudad.10 Para estos momentos las poblaciones de Cachán yMaruata no aparecen todavía registradas.

En la Memoria presentada en 1877 por el entonces gobernadordel estado Manuel González11 aparecen los informes de las prefecturasde los distritos michoacanos. El de Coalcomán, con cabecera municipalen el poblado del mismo nombre, estaba integrado por Coahuayana,El Pueblito, Maquilí, Aquila, Huizontla, Ostula, Coire y Pómaro. Segúneste informe, poco o nada se sabe sobre la etimología y la fecha defundación de estas poblaciones. El número de habitantes en Coalcománse estimaba en “cinco mil y tantos”, mientras que Coahuayana tenía“tres mil”. La Memoria destaca la importancia que cobraría Maruatade consolidarse como puerto a la navegación, pues no sólo atraeríapoblación sino que incrementaría el comercio y otros beneficios. Paraello González proponía algunas mejoras a las vías de comunicación:

A principios del año de 873 (1873), con motivo de haberse abierto el puertode Maruata al comercio de altura y cabotaje, hubo un aumento rápido en

8 “Apuntes para la orografía y la estadística del Estado de Michoacán”, Boletín de Geografía yEstadísticas de la República Mexicana, presentado al Supremo Gobierno por la Comisión EstadísticaMilitar, Núm. 3, octubre de 1849, p. 132.9 Ibid, p. 21.10 Ibid, p. 85.11 Memoria presentada por el ciudadano General de División Manuel González al Ejecutivo de la Unión,al Estado de Michoacán y a la Legislatura del mismo sobre el uso de las facultades discrecionales que lefueron concedidas para reorganizar política y administrativamente dicho estado, Morelia, Imprentadel Gobierno en Palacio a cargo de José R. Bravo, junio de 1877, p. 99.

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la poblacion, el cual se contuvo con la inercia en que se ha tenido á esamejora. De entónces acá, la población en lugar de progresar parece queretrocede, pues que algunas familias y capitales se han trasladado muyprincipalmente á Colima y á Cotija. El medio mas eficaz para contener esadecadencia y volver á la vida este Distrito, es indudablemente procurarque el citado puerto sea un hecho positivo... Las mejoras materiales quede mas urgencia reclama esta cabecera, son la construccion de una CasaConsistorial y de un puente sobre el rio que atraviesa esta poblacion deNorte á Sur, cuyo costo, para lo primero, no puede bajar de unos tres milpesos, y para lo segundo, de unos quinientos.12

Salvo esta noticia de Maruata, poco se sabe de los demás puebloscosteros. Éstos casi no se desarrollaron, tal vez debido a la lejanía delcentro político, a la escasa atención y exiguos recursos que recibieronde los gobiernos sucesivos. El poblamiento costero fue posterior, yaentrado el siglo XX. Éste ha sido abordado por investigadoresdedicados al estudio de la identidad y los movimientos migratorioscon patrones de asentamiento. Algunos, como Hubert Crochet,13

sostienen que antes de la construcción de la carretera (a principios delos ochenta del siglo XX), la presión mestiza del norte impulsó lamigración de indígenas serranos a la costa. Ese fue el caso en Maruata,poblado asentado en el territorio de la comunidad de Pómaro. Aprincipios de los setenta recibió la llegada de varias familias y para1980 ya contaba con 238 habitantes. Sin embargo, los documentosdel siglo XIX muestran que el primer flujo migratorio se debió a laintención de crear allí un puerto abierto a la navegación.

San Pedro Naranjestil en la zona serrana, La Placita y San Juande Alima en la costa, fueron casos contrarios, pues representanasentamientos mestizos en territorio indio. La población que losconforma llegó de los municipios del norte y oeste de Aquila. De lastres, la de San Pedro es la congregación más antigua, mientras que LaPlacita es la más importante en cuanto a servicios y actividad

12 Ibid, p. 100.13 Alambradas en la sierra, México, CEMCA-El Colegio de Michoacán-ORSTOM, 1991.

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económica.14 Este proceso migratorio es relevante para entender eldesarrollo artesanal de las comunidades de la costa nahua. Para ellotomaremos como ejemplo el caso de Cachán de San Antonio o Cachánde Echeverría, como se le conoce en los censos oficiales. El augeartesanal de este poblado fue posible gracias al respaldo de organismosestatales de apoyo a la cultura, los cuales posibilitaron la venta demanufacturas que en la sierra no se comercializaban. Así aparecieronun conjunto de artículos para el turista, los cuales se mueven en unadinámica donde el mote de “artesanía prehispánica” o de “tradiciónde nuestros antepasados” ha servido como estrategia de venta.

Es frecuente que la población costera use el término artesaníaprehispánica para hablar de los objetos de ornato hechos a semejanza“de como los hacían los primeros mexicanos”. Sin embargo, talaseveración es imprecisa, pues los objetos ornamentales elaboradosen la sociedad prehispánica no poseían los mismos significados quelos hechos por artesanos españoles e indígenas después de la conquista;y segundo, porque el concepto de artesanía es el resultado de lainteracción de grupos sociales en el marco de un sistema culturalespecífico y, por tanto, forma parte de un proceso de simbolización.

Los distintos nombres asignados por los cronistas a quienesdentro de la sociedad prehispánica sabían hacer ciertos objetos deuso cotidiano y ritual para la clase noble o para el pueblo común, noshablan de una especialización que al compararse con la distinciónpor oficios que tenía lugar en España dio por resultado el término“artesanías indígenas”.

En la sociedad prehispánica la creación de objetos ornamentalesposeía otro significado, de hecho, en lengua náhuatl, no hay untérmino equivalente al de “artesanía” o “artesano”. Aunque para losnahuas antiguos existía el concepto toltecatl, que refiere a quienes sededicaban a elaborar objetos de ornato para la clase gobernante.Actualmente no existe un término semejante. Ser toltecatl implicaba

14 Ramírez Sevilla, Luis, Op. Cit., p. 345.

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cumplir con una tarea divina. En muchos pueblos de ascendencianahua se utiliza el término artesano para referirse a quien se dedica ala manufactura.15 Esto es importante porque permite ver la maneraen que las artesanías nahuas de la costa se mueven en ámbitos designificado distintos: el que tiene el objeto como parte de la cultura yel uso cotidiano, y el que adquiere en otros contextos. Esta afirmaciónpuede parecer errada dado el constante contacto de los grupos étnicoscon otros grupos socioculturales, sin embargo, como veremos másadelante, esta interacción no implica que los grupos étnicos se apropientotalmente de elementos culturales ajenos a su contexto, pensamosque es más adecuado hablar de un proceso en el que las manufacturasde la costa nahua adquieren nuevos significados.

Nosotros llegamos de San Pedro

Entre Tizupan y Paso de Noria se encuentra el pequeño poblado deCachán de San Antonio, lo cruza el río del mismo nombre. Cuando elviajero avanza sobre la carretera costera, saliendo apenas del puente,el letrero advierte que se está en Cachán de Echeverría. Sólo se aprecianun par de casas a uno y otro lado de la línea de asfalto. Es grata lasorpresa para quien por primera vez desciende al poblado, a pesar dela distancia que hay que recorrer para llegar al centro, o mejor dichoa la frondosa parota16 que marca tal punto. Antes de toparse con lasprimeras casas de bajareque, y si se ha emprendido la caminata, valela pena detenerse para observar el hermoso paisaje y saludar a lagente del lugar, habituada a la siembra de maíz, frijol, chile y calabaza;pescadores y campesinos que entre los palmares encuentran pequeñoshuecos para la siembra, mismos que protegen del ganado, la crecientedel río y la fuerza del mar.

15 Mejía Lozada, Diana Isabel, “La artesanía de México. Historia, mutación y apropiación deun concepto”. Tesis para obtener el grado de Maestría en Ciencias Humanas, Zamora, ElColegio de Michoacán, 2001.16 La parota es un árbol del bosque tropical cuyo nombre científico es Enterolobium cyclocarpum.

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El polvoroso camino parte por mitad al asentamiento. En elcentro se encuentran los edificios de la escuela primaria, de lasecundaria y de la encargatura del orden, el resto son construccionesde bajareque con techo de palma o “palapa”. La gente se dedica apescar, y aprende de este oficio que los incorpora dentro de unadinámica distinta a la que tenían cuando vivían “en el cerro”.

Cuando visitamos Cachán de San Antonio, en mayo del año2002, la luz eléctrica tenía tres meses instalada, lo que explicaba eldiario recorrido de los camiones repartidores de cerveza, que, sinexcepción a familia alguna, dejaban en cada casa al menos un par decartones (cajas de cerveza). Por la compra de la cerveza se regala elhielo que las mantiene frías, lo cual es importante en un pueblo quesubsiste de la pesca, que hasta hace poco no tenía electricidad y dondela temperatura promedio es mayor a 30º. En Cachán existen másexpendios de cerveza que tiendas de abarrotes. No hay agua potable,se debe ir al río y acarrearla en cubetas o cántaros de barro; la leña setrae del cerro y es una tarea vespertina encomendada a los niños. Nose venden verduras, ni carne roja y cuando se necesita para algunafiesta o simplemente cuando se cuenta con el dinero para comprarla,la gente se traslada a Maruata, donde “por tanto turista, ya hay detodo”.

Muchos de los que se avecindaron en Cachán provienen de SanPedro Naranjestil. La mayoría son parientes que llegaron por iniciativapropia, otros -sobre todo mujeres- fue por la decisión de su marido y,finalmente, otra parte nació aquí.

Yo nací allá en la sierra, en Los Encinos; ya de allí empecé pa’ca a buscarmi compañera hasta que me la hallé y la vine a encontrar a Cachán, y yame gustó también el trabajo del mar... mi familia ya ni vive allá (en lasierra), mi papá ya no vive, ni mi mamá, ni mi abuelito, ni mi abuelita; yanomás quedaron tres mujeres y de hombres dos (un hermano y yo)... En lasierra me dedicaba a tumbar, de agricultor tumbando para sembrar maízy frijol y ya para acá hay más, que a pescar y otras cosas, mi trabajo es dela casa al mar y orita casi ya no trabajo el monte; ya llevo 23 años (depescador)... La última hermana sí se quedó allá arriba (en la sierra) ahí se

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halló su compañero y ahí se quedó. Y ya mi hermano también se vinopa’cá y tiene su casa allá arribita...17

Todos vivimos juntos, unos nomás en San Pedro... los nietos, los hijos...vivimos primero en Santa Cruz pero no había nada, nosotros vinimosaquí en 1972... luego vino más gente. Cuando empezó no había nada deescuela, luego ya después hubo escuela antes no había carretera...18

Los que emigraron de San Pedro a Maruata se encontraron conun entorno ecológico distinto al que estaban acostumbrados. El montecubría mucho espacio, en las márgenes del río se arremolinabantupidos enjambres de mosquitos cuya picadura les ocasionabaenfermedades, no había efectivas vías de comunicación, ni doctores,mucho menos clínicas u hospitales:

Yo ya tengo mucho tiempo aquí... soy de San Pedro pero ya tenemos comounos 30 años. Mi señor es de San Pedro ya nos vinimos a Cachán casadosy con una hija, pero los otros catorce de mis hijos ya nacieron en Cachán...Las señoras nacieron en San Pedro y de ahí sus papás se vinieron aCachán; en Cachán antes era puro monte, había mucho zancudo y cuandoa alguien le daba calentura no había doctores pa’ curarlos...19

El río norma la vida en Cachán; si bien la actividad primordiales la pesca, el agua necesaria para la subsistencia proviene del río. Lagente manifiesta que fue la abundancia de recursos lo que los atrajopoderosamente y los hizo dejar los cerros. Paradójicamente el río lesarrebató a muchos de sus hijos mientras jugaban en la ribera o cercade las grandes olas del mar abierto. Las familias emigradas de la sierratuvieron que aprender a convivir con el agua, con la fuerza del mar ydel río crecido; experiencias desconocidas en su contexto anterior demonte y pequeños manantiales:

17 Entrevista a Adán Domínguez Alba, Cachán de San Antonio, Michoacán, mayo de 2002.18 Entrevista a Margarita García Méndez, Cachán de San Antonio, Michoacán, mayo de 2002.19 Entrevista a Diega Victoriano Dimas, Cachán de San Antonio, Michoacán, mayo de 2002.

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...aquí hay mucha vida, aquí hay mucho pescado. Aquí era un bosque, yovine aquí en 72, aquí ‘onde estoy, pero de San Pedro me vine en 56, allávivía en el otro lado. Yo veía que aquí había mucha vida pa’ un pobre y eserío que está ahí tiene mucha vida y mucha agua: el mar, el marisco,pescados, iguanas, venados, chololos. Yo me compré un rifle y cada ratocomo carne de venado; yo no voy, me dicen: préstame el rifle, y al ratovienen con un venado y ya comimos o los chavalillos se van al río o si novan con los pescadores y ya se traen dos o tres pescados. Ora si no se tepegan las sábanas, te levantas de madrugadita y te vas y te trais un rollode iguanas, si te gusta mi amigo, ¡pura fibra!20

Si bien el enfrentamiento con el mar les presentó escollos, lavida en la sierra tampoco era fácil. Allá debían elaborar casi todos losartículos que necesitaban para subsistir, desde el vestido y sus casas,hasta el mobiliario de las mismas. En el monte la gente aprendió ahacer equipales, telas, ollas de barro, capotes, morrales y hastainstrumentos musicales; aprendieron de sus padres y de sus abuelosuna manera específica de crear objetos para su subsistencia, los cualesen el contexto cultural de la costa, mudaron de significado.

El río, el mar y las artesanías

La nueva relación de los pobladores de Cachán con el entornohidrológico y ecológico se aprecia en los usos dados a sus manufacturasy los significados que les son conferidos. Las mujeres se encargan deactividades como la creación de textiles, la alfarería y la elaboraciónde morrales o chiquihuites. Los señores fabrican equipales, capotes einstrumentos musicales. Los niños y los ancianos ayudan en lo quepueden, pero todos sin excepción deben buscarse la vida, ya en lapesca, en la agricultura, o en la elaboración de empanadas de cocopara su venta al turista. El consumo de éstas ha sido tal que se hanconvertido en parte de la gastronomía costeña. La elaboración de estas

20 Entrevista a Graciano Jiménez Mendoza, Cachán de San Antonio, Michoacán, mayo de2002.

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artesanías no representa la actividad principal, pero sí un importantecomplemento.

La mayoría de quienes en Cachán se dedican a hacer equipales,chiquihuites, textiles o alfarería aprendieron de sus abuelos y suspadres, pero a raíz de la puesta en marcha de programas de apoyo yfomento a las artesanías, muchas personas aprendieron a hacer“artesanías de textiles” y a utilizar colorantes naturales como fue elcaso de un grupo de mujeres que fueron capacitadas por artesanasoaxaqueñas:

Yo tengo como unos cuatro años trabajando, mi mamá sabía tejer ella.Vinieron unas señoras de Oaxaca y ahí empezamos a tejer. Aquí tenemosla madera con que tejemos: varitas, machetes y agujas para desenredar elhilo; telar de cintura, también de banda... Nosotros empezamos cuandovinieron de Oaxaca, después vinieron otras señoras que las mandaron deMorelia pero antes las señoras sabían tejer nomás así telas, de esas telasde fajas blancas así con hilo algodón, hilo que sembraban antes y puroblanco porque no había modo pa’ pintar, no sabía una. Cuando vinieronlas señoras de Oaxaca ellas... pintaron el hilo con maderas y aquí estabantodas las maderas pero antes ya pintábamos, ya se trabajaba eso... lasseñoras de Oaxaca le ponían sal para que quedara fijo el color, ya despuéssalieron ese color con química...Yo me acuerdo que mi mamá ya pintabamadejas de color (antes que las de Oaxaca). Antes hacíamos unosmalacatitos de tierra, le poníamos un huequito donde le metíamos el popotey así se hacía el hilo, como en noviembre o diciembre se cosechaba elalgodón pero más antes los abuelitos se hacían sus gabanes, sus cobijas,sus calzones...21

Por el calor de la costa las mujeres vistieron ropa más fresca quela usada por sus madres y abuelas, por eso lo que se hace en el telar decintura es exclusivamente para el turista, quien preferentementecompra piezas pequeñas como bolsas y blusas. El manejo del telar decintura es agotador, las mujeres están de rodillas mientras tejen y

21 Entrevista a María Lesmes García Reyes, Cachán de San Antonio, Michoacán, mayo de2002.

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entre más delgado sea el hilo más tardará en completarse una vueltade la trama.22

Los programas institucionales emprendidos por la Casa deArtesanías de Michoacán les permitieron organizarse en talleres ocooperativas con el fin de comercializar sus productos. Originalmentese conformó un solo grupo con gente de Cachán de Santa Cruz,Cachán de San Antonio, Pómaro y Huirla, pero debido airregularidades en la administración de los recursos el grupo se separó,y aunque no todos los miembros participan en igual medida, puededecirse que la mayoría de las mujeres involucradas en la actividadtextil han cambiado su forma de ver y entender lo que hacían susabuelas y madres para procurarse el vestido.

En Maruata también se hacen textiles. Por ser zona turística esmayor el número de tejedoras. Instituciones como la Casa de Artesaníasde Michoacán y el Instituto de Estudios Superiores de Occidente(ITESO) apoyaron y organizaron a un grupo de mujeres para queéstas aprendieran a teñir las fibras de algodón con tintes naturalesque obtienen del lugar. El grupo tuvo algunos conflictos y, a pesar detener un local a borde de carretera para comercializar sus mercancías,no se han puesto de acuerdo para habilitarlo. Por ello cada artesanacontinúa tejiendo en su casa y sólo se reúnen con otras cuando tiñenmadejas de hilo o forman comisiones para visitar a algún funcionariode la Casa de las Artesanías, para la compra de hilo u otro implemento.

Los textiles de Maruata van acompañados de una ficha técnicaque describe cada pieza. Fueron diseñadas por el ITESO y obsequiadasa los grupos de tejedoras. Ello nos habla de un tipo de organizaciónque no vemos ni en Cachán, ni en La Ticla. Además, en esta comunidadexisten dos grupos de artesanas textiles: uno lo conforman quienesfueron capacitadas por el ITESO y que son representadas por el señorLibrado Palacios, y el otro se denomina grupo “Ayotl”.

22 Para saber más acerca de la técnica empleada en un telar de cintura, consúltese el libro dePatricia Rieff Anawalt, Indian Clothing before Cortés. Mesoamerican costumes from the codices,USA, University Oklahoma Press, 1990.

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El caso de los chiquihuites es semejante al del textil. Chiquihuiteproviene de chiquihutl, vocablo de origen náhuatl que puedeentenderse como canasta. En muchas comunidades del país se siguenutilizando, sobre todo durante las cosechas, cuando son usados paracargar las mazorcas. En la costa dejaron de emplearse, se prefierenlos costales de nylon dada la dificultad para fabricar chiquihuites.Éstos se siguen elaborando, pero sólo para su venta al turista:

Aquí no hay maguey, hasta allá arriba se trae el maguey, son pencas y sonmuchos días para que uno haga (una bolsa) de este. Se arregla un palo yse empiezan a hacer las tiritas y tiritas y es bravo el maguey, ¡pica! Muchosno quieren hacer esto porque es bien trabajoso, y ya de ahí lo lava uno, yya cuando esté seco empieza uno a encardar con las puras manos. Nomásse pone un ixtito (fibra de ixtle23 ) y en la primera carrera se amarra un ixtey de allí empieza ‘onde está el ixte hasta que de vuelta y hora sí ya empieza(en las rodillas se atora) ya cuando da vuelta, empieza la carrera. Se usancolores de los palos de aquí como ese de Brasil, de palo coral y de moralete.Yo veía como le hacía mi abuelo, pero uno de chiquillo ni se fija, pero yadespués nos hizo falta hacerla y ya salió. Mi esposo los hacía y yo pos yaaprendí, mis hijos no saben y pos yo creo que no se quieren ya enseñar, yya ve su papá no dice hay que enseñar... y yo le hago el ixtle y le hago lalucha de tejer... Para vender a veces vienen “las artesanías” o vecesmandamos en los concursos. La gente si va viniendo a comprar, a vecespreguntan pero pos también no podemos hacer de diario para que se estévendiendo porque es trabajoso para que lo haga uno. Se tarda uno deocho a diez días si se está apurando para terminar, pero no de todo el díaporque en la mañana muelo, termino, y ‘ora sí empiezo... pero en unasemana no lo haces cuanto más a los ocho días termina uno; siempre senecesita empezar a tiempecito porque es bien entretenido.24

Al igual que con los textiles, las señoras aprendieron a innovarcon el barro, aunque muchos utensilios de los hogares de Cachán aún

23 Fibra extraída de las pencas del maguey (Agave colimana). También se pueden utilizarcortezas de otros árboles como el “tecomasúchitl” (Colochspermum vitifolium) o el “cabezo”(Annona purpurea).24 Entrevista a Diega Victoriano Dimas, Cachán de San Antonio, Michoacán, mayo de 2002.

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Modelando el barro en La Ticla. Fotografía de Gabriel Medrano deLuna.

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se hacen bajo técnicas tradicionales trasmitidas de madre a hija. Sinembargo, los pobladores aprendieron a distinguir entre lo nuevo y lotradicional, pues para ellos no todos los objetos son consideradosartesanía, ya que esta categoría sólo la adquieren aquéllos que cumplenuna función ornamental, y que se hacen bajo determinados parámetrospropuestos por los “maestros traídos desde Morelia”; aunque lapoblación tiende a minimizar la influencia ejercida desde el exterior.Margarita García, artesana de Cachán, nos dice: “la alfarería naidenvino a enseñarnos, eso nomás nosotras empezamos hacer más y másollas y cazuelas, hacíamos unas ollotas pal’ agua ¡así de grandotas! yhorita ya hacemos dibujos, platos, caracoles, algunos otros animalitosque quieren o piden”.25

La alfarería es la actividad que más se ha desarrollado en lascomunidades de la costa nahua de Michoacán. En Cachán se hanorganizado para hacer “artesanías”, también en Maruata, La Ticla yHuizontla, donde la apreciación entre lo que puede ser consideradoartesanía y lo que es “pal’ gasto” se asemeja a la que se tiene enCachán. Por ejemplo, las mujeres de La Ticla se organizaron comocooperativa para solicitar el apoyo de las autoridades regionales paraedificar una “casa de artesanías”. Además, pidieron un maestro queles enseñara a “mejorar sus ollas”. Éste provino de la vecina comunidadde Huizontla, su nombre es Julio Castañeda, ya había trabajado enotras comunidades enseñando diversas técnicas para mejorar lacalidad de las piezas. Ahora en La Ticla hacen platos decorados,trípodes zoomorfos, vasijas y jarrones, cuyo acabado es muy diferenteal de las ollas y cazuelas “de antes”. Existe además una tendencia areducir el tamaño de las piezas para que el turista pueda transportarlascon facilidad. La única dificultad es que en La Ticla no hay tierrapara preparar el barro, por lo que tienen que traerla de Ostula, situaciónque comprueba que la alfarería era una actividad más serrana quecosteña.

25 Entrevista a Margarita García Méndez, Cachán de San Antonio, Michoacán, mayo de 2002.

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Entre la sierra y el mar. Algunas artesanías de la costa nahua de Michoacán

En La Ticla se busca levantar un censo de artesanos de la costamichoacana, en donde quedarían registradas organizaciones eindividuos. La finalidad es usar la información para proponerprogramas de apoyo, fomento, difusión y venta de artesanías. Aún seencuentra en fase inicial, pero será interesante rastrear sus resultadospara conocer cómo estas medidas impactan los entendimientosregionales en torno a la artesanía y sus posibilidades económicas.

Los capotes y las bateas son otro tipo de manufactura de tradiciónserrana, pero elaborada también en la costa. Las bateas se hacen deparota y, según la opinión de los entrevistados, “se venden bien”. Sinembargo, en nuestro recorrido no observamos ninguna de estas bateas,lo que nos lleva a pensar que posiblemente poseen un uso al interiorde la comunidad. De igual manera los capotes no son expuestos parasu venta como ocurre con los textiles, la alfarería o los equipales. Lagente sostiene que “se hacían allá en el monte, cuando los abuelitosvivían allá”, en la costa no se venden como artesanía pero hay quienessaben el proceso para elaborarlos, y sólo los trabajan bajo pedido.Hacerlos no es muy difícil, siempre y cuando se tenga la guía adecuada.Silverio Victoriano comenta que “se enseña uno fácil, pone uno unasestacas según el ancho como lo quiere uno; se va cociendo en capas,la palma se va doblando en cada hilo a lo ancho, de ahí se va cosiendocon hilo hecho de la penca de maguey y ya mide como metro y mediopa’ arriba...”26

Las condiciones de la costa hicieron innecesario el uso del capote,utilizado como impermeable para la lluvia, petate en los viajes o comosombrero “si no había de otra”. Ahora desde que se dejó de vivir en elmonte los pobladores de la costa prefieren una bolsa de nylon paraprotegerse de la lluvia, aunque aún mantienen los recuerdos sobreaquella prenda:

...de más antes hacían capotes nuestros abuelos, porque naila (nylon) nose usaba; como ora usamos naila, pos usamos capotes de naila. Antespuro capote de maguey, ora de palma y mi papá nos decía: muchachos,

26 Entrevista a Silverio Victoriano, Cachán de Santa Cruz, Michoacán, mayo de 2002.

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enséñense a hacer capotes. Ese capote dura mucho tiempo, porque antesno había con que defenderse pal’ agua, pos en el monte uno se moja, vienemojado y habiendo aquí tanta palma de la palmera... Los cohoyos(corazones) cocidos del maguey se ponen a serenar y se pone suavecito yentonces amanece blandito con la serenada. Ora sí, la rajamos y hacemoslos hilos de maguey, porque antes era de maguey; si es hombre gordorequiere más ancho, si es hombre delgado requiere menos; mi abueloPatricio también hacía capotes... Allá en el Naranjito y en San Pedro sehacían capotes y había material para hacerlos, en Cachán casi no, sólopalma pero pos no es lo mismo. A mí y a mis hermanos nos enseñó mipapá, pero la raza nueva ya no le hace aprecio. Antes sí compraba lagente, porque no se usaba naila y ora cuando ya trajeron esa naila ya nodejaron capotes, ya no lo quiere la gente; ya compramos la naila, pedazosde 2 metros, de metro y medio. Y antes en ese tiempo usaba sombrerohechizo, mi papá sabía hacer sombrero hechizo, pero yo no le hice lalucha de hacer sombrero si no, pos me enseñaba también. Había unasgentes, hermanos de mi papá que saben hacer sombreros, porque es depalma finito, de trenza finita, mi papá lo hacía de palma de coco y lo cocíacon hilos de maguey. Los capotes y los sombreros se hacían en las secasporque ya entrando las aguas cada persona tenía su capote y ya cuandoalcanzaba el agua ya se defendía uno con eso. Los capotes también seusaban para dormir, se tendían en lugar de petate, no se moja por dentro...es seco porque lo esta tapando la cuna de la palma. Lo enrolla uno, bienrollito lo envuelve uno y bien durito, por dentro es seco. ‘Ora ya dejamosla tendedera de capotes, el petate es más mejor, es más delgado, no esbultoso, se hace rollito. Y así la gente más antes hacía sus capotes, sushuaraches, bandejas, sombreros, sus petates, suaderos (pieles curtidaspara ensillar burros o caballos) todo eso hacía la gente.27

Crear instrumentos musicales también es un ámbito masculino,pero a diferencia de otras manufacturas los tambores, teponaztles,arpas y “gamitos” (instrumentos para llamar animales del monte) nose hacen con un fin comercial o turístico, sino para el uso de losmúsicos que tocan en las fiestas religiosas; se fabrican sobre pedido enpueblos como Cachán, Ostula, Coire y Huirla. No se consideran

27 Entrevista a Silverio Victoriano, Cachán de Santa Cruz, Michoacán, mayo de 2002.

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Graciano Jiménez Mendoza, constructor de arpas. Fotografía deGabriel Medrano de Luna.

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“artesanías”, debido a que la música producida por estos instrumentosse toca en ocasiones especiales como entierros, danzas o “minuetes”,en procesiones religiosas o para la cacería.

La elaboración de equipales o bancos de madera trenzada esotra actividad que concierne sólo a hombres. Ellos se encargan detodo el proceso, desde cortar la madera hasta su comercialización.Los equipales tienen su origen en el antiguo icpalli (asiento). Éstostuvieron un importante uso ceremonial destinado a los nobles yseñores, a semejanza del trono europeo. Con el correr de los años elequipal se hizo cotidiano en las viviendas indígenas, de tal suerte queen la actualidad se fabrican en varios sitos de la república mexicanacomo en las poblaciones jaliscienses de Autlán de Juárez, CiudadGuzmán, Sayula, Tlaquepaque, Guadalajara, Tonalá y Zacoalco deTorres; en Lerma, estado de México; en las comunidades huicholasasentadas entre Nayarit y Jalisco; en las poblaciones mestizas deApatzingán y Jiquilpan, Michoacán,28 así como entre los habitantesde la costa nahua de Michoacán, principalmente en Cachán de SanAntonio, Coire, Huirla y La Ticla.

En cada uno de estos pueblos los equipales tienen detalles propiosde su creador, sin embargo los “equipaleros” coinciden en señalar lostipos de madera para elaborarlos: para el aro se usa la guazima(Guazuma ulmifolia), para el asiento se prefiere el bejuco (Combretumfarinosum); la “xicua” o “encorrillado” que se usa en la parte de arribase obtiene de los árboles conocidos como “cuero de vaca” o “palo dearo” (Lonchocarpus eriocarinales); en los barandales o patas por logeneral se usa el “San Miguel” (Caesalpinia pulcherrima) y el “coral” oteposcuahuitl (Caesalpinia platyloba).29 La madera mencionada seconsigue en los propios pueblos. Patricio Domínguez Alba nosmenciona los pasos necesarios para elaborar un equipal:

28 Cáceres Centeno, Gloria y Hugo M. Salas Fontana, El mueble artesanal, México, FondoNacional para el Fomento de las Artesanías–Fondo Nacional para Actividades Sociales, 1982,pp. 14-21.29 La información sobre los nombres científicos de las especies maderables se obtuvieron deltrabajo de Federico Hernández Valencia, Artesanías de la zona náhuatl de la costa de Michoacán,

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Se hace el aro abajo. Para hacerlo se saca el palo completo en forma defajilla y lo doblo, el palo debe estar verde, trato de doblarlo el aro pa’ queno se me reviente, despacio, despacio me lo llevo hasta que quede el arobien completo. Ora sí, ya lo clavo y ora sí, dejo el aro completo y lo dejosecar. Entonces hago las patas, comienzo a rasparlas con el machete o conlo que pueda porque no tengo herramienta todavía; entonces ya que tengohechas las patas, corto el bejuco que va arriba onde va el cocido o xicua oencorrillado, ese lo saco del “cuero de vaca” y es todo lo que hago pal’equipal, pero sí me llevo tiempo, como unos tres días para hacer uno. Aveces el encorrillado trato de pintarlo con moralete pero para que quedetricoloreado como el petatillo que le nombran.30

Al igual que con los textiles, la alfarería y algunos instrumentosmusicales, los habitantes actuales de la costa aprendieron a elaborarequipales en la sierra, siendo sus abuelos o sus tíos quienes lesenseñaron a tejer el petatillo y a buscar bejuco. En la costa se hacenpara el turismo, aunque algunos entrevistados de La Ticla y de Cacháncomentan su desánimo por el precio que el turista paga respecto deltiempo que invierten en hacer un equipal. Los ciento cincuenta pesospagados no corresponden con los tres días que invierten en sumanufactura; no se diga el tiempo que lleva la búsqueda de la maderaadecuada. No obstante, éstos son muy solicitados por el viajero;generalmente se venden en Maruata.

¡Hay concurso en Maruata!

Las artesanías de la costa son vendidas fuera de las comunidades, ensitios de afluencia turística. Maruata es uno de esos lugares, quizádebido a la belleza de sus playas, pero sobre todo a la fama que hahecho del sitio un edén para los herederos de la alucinante generaciónpsicodélica. Maruata es una de las comunidades donde la mayoría delos artesanos costeros intentan comercializar sus productos.

Morelia, CONACULTA-Dirección General de Culturas Populares Unidad Regional Michoacán,1997, pp. 21-24.30 Entrevista a Patricio Domínguez Alba, Cachán de Echeverría, Michoacán, mayo de 2002.

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Entre la sierra y el mar. Algunas artesanías de la costa nahua de Michoacán

Cierto es que la Casa de Artesanías de Michoacán tieneprogramas de compra de artesanías para aquellas que demuestren“calidad”, mediante concursos regionales. Los jueces evalúan conciertos criterios la “belleza” de las piezas, cosa por demás difícil en unrenglón como este que, a semejanza de las manifestaciones poéticas,expresa una parte esencial del individuo.

A Maruata van los artesanos cuando han terminado sus piezasy sobre todo el día de concurso; hay quien lleva tan sólo un par dechiquihuites o tal vez un plato o un caracol de barro, otros van consus textiles y sus piezas de alfarería, algunos más cargan con equipales,textiles y piezas de alfarería pertenecientes a compañeros que noasisten a la competencia.

A veces los artesanos se desplazan hacia otras comunidades losdías de fiesta o de feria, por ejemplo el cinco de mayo en La Placita oen los concursos de surfing en La Ticla. A veces no van a ningún sitioy esperan que los turistas lleguen a sus comunidades, como en SemanaSanta, cuando la costa se llena de gente que adquiere diversos“recuerdos” de su estancia. El precio de las artesanías resulta accesiblepara los visitantes, además de que con las medidas llevadas a cabopor los artesanos -reduccir los tamaños de las piezas, por ejemplo-, sefacilita la venta.

La interacción entre comunidades es importante para mantenersus nexos culturales y comerciales, no sólo entre aquellas asentadasen el litoral sino también con sus similares de la sierra. Si bien elcomercio de artesanías tiene poco, éste se nutre de una tradiciónmanufacturera que ha venido transmitiéndose desde hace muchosaños.

Por otro lado, la elaboración y venta de artesanías al arroparseen un discurso que legitima “la artesanía prehispánica” se convierteen una veta novedosa desde el punto de vista económico, hecho queno tiene nada de reprobable, por el contrario permite complementarlas actividades de subsistencia de los artesanos. Los intentos porimpulsar la artesanía creando talleres, conformando grupos ycooperativas, lleva a los habitantes de la costa a un fenómeno

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ampliamente discutido en otros contextos: la saturación de mercadoso la falta de los mismos.

Los primeros intentos gubernamentales por crear grupos deartesanos que gestionaran nuevos mercados en donde vender laspiezas, o la propia ejecución de los cursos de capacitación, no arrojaronlos resultados esperados. Por el contrario, han provocado unaincipiente competencia entre artesanos y grupos de artesanos a pesarde buenos intentos por evitarlo. La situación no tiene nada deextraordinaria, si consideramos que no se trata de “robo deconocimientos”, o de copias a la técnica, ni siquiera de competenciaintercomunal; se trata de la falta de clientes constantes para todosaquellos que se dedican al trabajo artesanal.

Ante tal problemática los artesanos toman dos caminos: dejar eloficio, no invertir tiempo en la elaboración de piezas que no han deredituar beneficio económico. La otra opción es solicitar cursos ytalleres para mejorar las piezas y ser competitivos en el mercado. Elresultado de este proceso todavía no puede conocerse, sin embargo,resultaría interesante analizar las estrategias con las cuales loshabitantes de la costa -convertidos en artesanos-, hacen frente a lafalta o saturación del mercado; a la competencia y a los costos deelaboración. Lo que queda claro es que las manufacturas de los nahuasserranos cobraron nuevos significados al transformarse en“artesanías” de la costa michoacana.

Ahora hacemos “pa’ vender”

Las manufacturas de los habitantes de la costa se encuentran en unaimportante dinámica de innovación. El proceso de selección paradesignar lo que debe ser considerado “artesanía” nos habla de unconjunto de cambios en la percepción simbólica de algunasmanufacturas. A ello ha coadyuvado el turismo y la puesta en marchade programas estatales y/o regionales de fomento artesanal.

A pesar de que dichas medidas pretendían mejorar la calidadde vida de los habitantes de la región, las más de las veces descuidaron

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aspectos importantes como la comercialización, el impacto que tieneal interior de la comunidad el éxito económico de algunos “artesanos”,en detrimento de otros; o la planeación de tres, cuatro o más talleresartesanales que, después de cierto tiempo, saturan al mercado.

La resignificación de los objetos manufacturados en la sierra ylos nuevos sentidos que adquieren al ser considerados artesaníascosteñas, habla de un proceso de cambio simbólico que afecta aspectosfundamentales de la tradición. Por ejemplo, el “saber hacer”determinadas piezas en el telar de cintura, y el uso de ciertos motivoso diseños tradicionales, es un tipo de conocimiento que tiende acambiar. Ahora lo importante no es la transmisión de los viejos diseñossino la innovación de los mismos.

Por un lado, los discursos oficiales destacan la importancia delas tradiciones, y por el otro los programas de apoyo artesanal hanprovocado la reinterpretación de la actividad en cuanto a técnica,diseños e incluso tipo de objetos fabricados. Para las artesanas el hechoque sus abuelas supiesen hacer una manta para un vestido o gabaneso calzones de algodón era algo “natural” pues debían hacerlo siquerían cubrirse, ya que la falta de caminos y la pobreza les impedíancomprar “ropa de tienda”.

Actualmente valoran mucho el conocimiento adquirido entalleres de aprendizaje, tan es así que se han incrementado lassolicitudes a las autoridades turísticas o de la Casa de Artesanías deMichoacán, sobre todo en lugares de afluencia turística como Maruata.Cuando los y las artesanas de la costa nahua se enfrentan a lapregunta de si lo que hacen hoy es igual a lo que hacían sus abuelos,responden afirmativamente. Para ellos la innovación en el diseño y latécnica artesanal han sido algo fructífero pues “ora se hacen‘artesanías’ y antes las abuelas nomás hacían pal’ gasto, ora yanosotras es pa’ vender”.31

Para los estudiosos de las tradiciones culturales mexicanas, lasartesanías de la costa nahua de Michoacán juegan un papel importante

31 Entrevista a María Elicaria, Cachán de San Antonio, Michoacán, mayo de 2002.

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en el desarrollo de la región. Como se sabe, la adaptación a los procesosde cambio es un elemento necesario para que una tradición semantenga vigente y esa adaptación generalmente trae aparejada unaadicción a los elementos primeros que dieron forma a la tradición. Enel desarrollo que tienen las artesanías de la costa nahua podemosadvertir de manera clara los distintos momentos por los que atraviesala tradición manufacturera indígena, dejamos la puerta abierta paralos interesados en adentrarse al estudio de objetos de la cultura materialque conjunta y expresa dos sistemas culturales diferentes: la sociedadserrana y la costeña.

Recibido: 12 de junio de 2004Aceptado: 9 de septiembre de 2004