Núcleo Temático 1 - Colegio Nacional de Buenos Aires · Ediciones del Serbal, 1981 Eran pre d a d...

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45 CIEEM 2010 Historia Núcleo Temático 1 LA REVOLUCIÓN NEOLÍTICA 10.000 a.C SIGLO XVI SIGLO XVIII EXPANSIÓN ULTRAMARINA SIGLO XIX SIGLO XX REVOLUCIÓN INDUSTRIAL IMPERIALISMO LA GRAN INMIGRACIÓN

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45CIEEM 2010 Historia

Núcleo Temático 1

LA REVOLUCIÓN NEOLÍTICA

10.000 a.C SIGLO

XVI

SIGLO

XVIII

EXPANSIÓNULTRAMARINA

SIGLO

XIX

SIGLO

XX

REVOLUCIÓNINDUSTRIAL

IMPERIALISMO

LAGRAN

INMIGRACIÓN

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La Revolución Neolítica

Es evidente que el descubrimiento de la agricultura constitu-yó una de las innovaciones culturales más trascendentes de lahistoria de la Humanidad. El aparentemente simple hecho deplantar, cultivar y cosechar alimentos permitió el crecimientode la población y el surgimiento de civilizaciones más com-plejas. El universo social, cultural y material del hombre setransformó para siempre, al punto de que en la actualidadtodas las sociedades (incluso las escasas comunidades dec a z a d o re s - re c o l e c t o re s que hasta hace poco quedaban en elsur de África, el Amazonas y Australia) han adoptado estenuevo estilo de vida o se encuentran profundamente influen-ciados por sus vecinos agricultores.

Sin embargo, el proceso histórico conocido como Re vo l u c i ó nNeolítica es muy complejo, con ritmos y cronologías muy va r i a-dos y profundas diferencias entre las diversas regionesdel planeta.

Hasta hace relativamente poco –en términos de la larga his-toria de nuestra especie– todos los grupos humanos vivían dela caza y la recolección de los alimentos que encontraban enla naturaleza. Pero algo los motivó a cambiar esa ancestralforma de vida. A continuación veremos cuáles fueron lasposibles causas de esas transformaciones.

Núcleo Temático 1

Imágenes de cazadores-

recolectores actuales de

África y Oceanía.

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Núcleo Temático 1. Revolución Neolítica

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El largo período de la caza-recolección

Durante el 99 % de su historia el hombre dependió de suentorno natural para sobrevivir; en el largo período conocidocomo paleolítico, que comenzó hace unos 2 millones de añosy finalizó aproximadamente en el 10.000 a. C., su supervi-vencia estuvo ligada a variadas estrategias que incluían el con-sumo de animales muertos (carroñeo), la caza y la recoleccióny por tanto la vida nómade alrededor de los recursos alimen-ticios era su destino.

La mayoría de los grupos humanos de todo el mundo adoptó la agricultura hace 10.000 años.

Salvo los indígenas australianos y norteamericanos, los grupos que mantuvieron el viejo esti-

lo de caza y recolección eran reducidos y estaban dispersos. Solían habitar ambientes mar-

ginales, semidesérticos, o lugares donde era imposible talar la selva. De los que aún eran

cazadores-recolectores hace 200 años quedan muy pocos, y muchos de los que han persisti-

do en esta forma de vida están siendo forzados por los gobiernos a establecerse.

El estilo de vida nómada de caza y recolección, practicado por nuestros antepasados duran-

te dos millones de años o más, corre hoy el riesgo de desaparecer completamente.

Leakey, Richard. La formación de la humanidad. Barcelona. Ediciones del Serbal, 1981

Eran pre d a d o res inteligentes ya que cazaban, recolectaban, pes-caban, recogían y controlaban de alguna manera sus fuentes dealimentación; pero seguían siendo prisioneros de lo que el medioambiente podía ofrecerles. No hay que cre e r, sin embargo, quefue ésta una época oscura y terrible; por el contrario, los antro-pólogos han determinado que durante los cientos de miles deaños que duró el paleolítico, la vida no era tan dura como tradi-cionalmente se había supuesto. Estudios recientes sobre cazado-re s - re c o l e c t o res actuales rescatan importantes elementos dedicho modo de vida: el re l a t i vo equilibrio entre el hombre y elambiente, la calidad de su dieta, el escaso trabajo re l a t i vo nece-sario para obtener el alimento, la variada vida social, la libert a dy el abundante tiempo de ocio. Sin embargo, a pesar de estasventajas, como los otros animales, el hombre vivía de la genero-sidad de la naturaleza y se adaptaba a su entorno, que sólo cam-biaba en pequeña escala y de modo temporario y cuando se ago-taban los recursos de un lugar, los grupos se trasladaban a zo n a smás ricas. El gran problema que persistía era el de no poder pre-ver ni dominar el futuro.

Los cazadores-recolectores poseían una actitud optimista antela naturaleza, pero no podían acopiar ni almacenar alimentos,salvo de manera muy limitada (por ejemplo, se ha investigadoa algunos grupos del desierto de bosquimanos del desierto delKalahari en África, que entierran melones llenos de agua a lolargo de sus recorridos de caza para ser consumidos en épocas

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de sequía). Además, la acumulación de bienes materiales noles proporcionaba beneficios concretos ya que cada cosa quese guarda debe ser transportada y ello, inevitablemente, redu-ce la movilidad. La disponibilidad de movimiento es tal vez lacaracterística más ligada a la supervivencia en estos grupos,por lo tanto no poseen grandes propiedades personales y suequipaje es mínimo, para poder ser transportado durante laslargas marchas.

De todas maneras, a pesar de estas limitaciones, la caza-reco-lección era una forma de vida cómoda para nuestros ancestrosy por ello sobrevivió durante tanto tiempo. Este estilo pareceresultar lo suficientemente atractivo como para obligar a losantropólogos a preguntarse por qué fue abandonado paradedicarse a la agricultura. Deben haber existido poderosasrazones para forzar al hombre a adoptar la tarea penosa y per-petua del trabajo de la tierra.

La vida de los cazadores-recolectores de la Prehistoria no fue necesariamente mísera;

estos pueblos vivían de forma más sencilla e incómoda que los privilegiados occidentales

de la actualidad, pero si se los compara con los grupos de agricultores antiguos no padecí-

an grandes necesidades. (…)

¿Cuál es el problema, por lo tanto, del modo de vida cazador-recolector?

El principal conflicto parece radicar en que la sociedad preagrícola sólo es viable si mantie-

ne densidades de población bajísimas –se han calculado máximos, en las mejores condicio-

nes posibles, de unos 0,3 habitantes por kilómetro cuadrado-, pues la producción natural de

alimentos consumibles por nuestra especie es bastante baja.

Arias, Pablo y Armendáriz, Ángel; El Neolítico. Historia de la Humanidad Nº2. Madrid,

Arlanza Ediciones, 2000.

Niño del desierto del

Kalahari con

una pequeña arpa:

la movilidad

–propia del nomadismo–

impide acumular

bienes materiales.

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Entonces ¿Qué llevó al hombre a adoptar una nueva forma de vida

basada en la domesticación de plantas y animales?

El deseo de cambio para la adopción de la agricultura debióprovenir de numerosas causas, ya que –como dijimos ante-riormente– el Neolítico a escala global constituyó un procesotremendamente complejo. Los arqueólogos, antropólogos ehistoriadores reconocen que hubo algunos factores importan-tes (la relación entre población y recursos en áreas determina-das, el cambio climático, motivaciones sociales como el podery el prestigio, las innovaciones tecnológicas, etc.); el problemaradica en la importancia y la jerarquía que atribuyen a cadauno de ellos.

Existen dos tipos de explicaciones generales sobre estetema. Un primer grupo de inve s t i g a d o res considera que lan a t u r a l eza obliga al hombre a adaptarse: entre el 12.000 y10.000 a.C termina la última glaciación y en algunasregiones aumentan las temperaturas medias y disminuye nlas precipitaciones. Así, en zonas más áridas, los hombre sse concentran en puntos favorables, cerca de lagos, ríos opantanos. Esa cercanía al agua los incitó a interesarse másen los animales y plantas que allí vivían y de esa unióncotidiana surgió la necesidad de domesticarlos.

Otros especialistas en el período plantean la tesis contraria: laevolución intelectual y social del hombre lo habría impulsadoa cambiar. Según esta hipótesis –que tomó fuerza a partir dela década de 1980- la aparición de la agricultura y la ganade-ría sería una consecuencia de la competición social, del inten-to por parte de determinados individuos o grupos de contro-lar el entorno para establecer un dominio mayor sobre otrosgrupos y mantener un status social elevado.

En mi opinión, no hace falta complicar la historia con ‘causas’ extrañas. La revolución

productora de alimentos parece haber ocurrido como la culminación de la diferencia-

ción y la especialización, siempre en aumento, de las comunidades humanas. Hacia el

8.000 a.C, los habitantes de los montes que rodean el Creciente Fértil habían llegado a

conocer su hábitat tan bien que empezaron a domesticar los vegetales y los animales

que habían recolectado y cazado. Algo después, otras culturas humanas alcanzaron el

nivel correspondiente en Centroamérica y, quizá, los Andes, así como en el Sudeste

asiático y en China.

Braidwood, Robert; citado en Leakey, Richard; La formación de la humanidad.

Barcelona, Ediciones del Serbal, 1981.

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Aún hoy no existe un total acuerdo y es probable que ambostipos de explicaciones tengan su cuota de verdad; pero sinembargo existe un punto que casi nadie discute y es el de lainfluencia de la demografía en la adopción de la agricultura.

Uno de los principales problemas del modo de vida anteriorbasado en la caza-recolección consiste en que sólo es viable enpequeños grupos con una baja densidad de población; es decirel número de personas debe mantenerse bastante estable ypermanecer por debajo de los límites de los recursos de unaregión. De producirse un crecimiento demográfico en deter-minadas zonas, necesariamente se deberá aumentar la produc-ción de alimentos, a través de la adopción de la agricultura yen menor medida de su complemento ganadero.

Este es un dato ampliamente aceptado: los arqueólogos handemostrado que a partir de unos 10.000 años a. C. la pobla-ción comenzó a multiplicarse aceleradamente por la adopciónde esta nueva forma de subsistencia. La revolución habíacomenzado.

Con la adopción de

la agricultura, el cereal

ocupó un lugar

privilegiado en

la alimentación

de grupos cada vez

más numerosos.

La revolución agrícola

Atraídos por algunos recursos que abundaban en ciertas regio-nes (por ejemplo, trigo y cebada silvestres) los hombres ymujeres que ya recogían el cereal desde hacía tiempo comen-zaron a plantarlo deliberadamente y a cuidar esa fuente de ali-mentación. De esta manera se fueron asentando en las zonasdonde abundaba este recurso. Al principio los habitantes deestas aldeas practicaban una forma de vida de transición: sehan encontrado localidades en Medio Oriente -hacia 11.000años a. de C.- con objetos propios de cazadores y pescadores,

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Este mapa del Próximo

Oriente muestra

la ubicación geográfica

de la Creciente Fértil,

lugar donde se inició

la agricultura.

pero también instrumentos para moler el grano, característi-cos de un aprovechamiento intensivo de los cereales silvestres.Sin embargo, todavía no existía una agricultura propiamentedicha. El pasaje de lo silvestre a lo domesticado fue complejoy requirió algunos miles de años. Así, 9.000 años a.C ya apa-recen formas de trigo y cebada cultivadas por el hombre.Aunque era preciso que el entorno se prestara a ello, quehubiera plantas susceptibles de ser cultivadas y animales quese pudieran criar, como cabras, cerdos, caballos y bovinos.

Además de ser el principal ‘cesto de pan’ del mundo, el Próximo Oriente contribuyó con

muchos otros alimentos importantes (…). En el milenio siguiente al 8.000 a.C, los agri-

cultores añadieron a sus cultivos de trigo y cebada, una variedad de legumbres que

incluía garbanzos, lentejas y habas. Tales alimentos eran muy prácticos; podían comer-

se frescos cuando era la época, o secarlos y almacenarlos.

En los siglos que siguieron al 4.000 a.C, algunos agricultores (…) dirigieron sus conoci-

mientos prácticos para promover productos que renovaran y enriquecieran su dieta:

higos y damascos, almendras y pistachos, nueces y dátiles, aceitunas y uvas.

Leonard, Jonathan; La Revolución del Neolítico I. Orígenes del Hombre Nº 13.

Barcelona, Ed. Folio, 1994.

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Los inve s t i g a d o res concuerdan en que en el Or i e n t eMedio, en una región conocida con el nombre deMedialuna o Creciente Fértil –un arco de tierra fért i lsituado al abrigo de las sierras y las faldas montañosas deIsrael, Jo rdania, Siria, Tu rquía, Irak e Irán– en el curso deln oveno milenio antes de nuestra era, se aceleraron lasmanipulaciones que desembocaron en la domesticaciónd e f i n i t i va del mundo vegetal y animal.

Posteriormente este proceso tuvo lugar, independientemente,en otras regiones de Asia y de América.

El Neolítico ha pasado a la historia por ser una etapa de ver-dadera revolución sólo comparable a la gran transformaciónque supuso, miles de años después, la Revolución Industrial.¿Revolución? Sí, porque si bien los cambios fueron paulatinosy graduales, una nueva manera de vivir se multiplicó simultá-neamente en algunas regiones y desde allí se difundió a otraszonas que pronto la adoptaron, trastornando profundamentelas pautas de vida de los cazadores-recolectores. El hombrepasó de ser predador a productor de sus propios medios desubsistencia, de limitarse a explotar la naturaleza a modificar-la para obtener nuevos recursos y su vida cotidiana se modifi-có para siempre.

El ritmo de pasaje del paleolítico al neolítico no fue similar entodas las regiones; en muchos lugares la sedentarización pre-cedió a la agricultura y en otros lugares -como en América- lospobladores se asentaron más tardíamente.

Con las profundas transformaciones en el modo de sub-sistencia se desarro l l a ron nuevos tipos de organizaciónsocial vinculados a una nueva forma de economía; deesta manera las consecuencias de la neolitización (pro c e-so de surgimiento y adopción de la domesticación deplantas y animales) desbord a ron ampliamente el campo

Ejemplo de tecnología

sencilla pero novedosa

del Neolítico: morteros

de piedra pulida

destinados a

la preparación

de alimentos.

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de la subsistencia. Su p u s i e ron un cambio radical en lasformas de trabajo y exigieron el asentamiento de losg rupos en aldeas permanentes.

Como comunidades organizadas, almacenaron alimentos, acu-m u l a ron bienes materiales y comenzaron a intercambiar pro d u c-tos cada vez más variados. La gente comenzó a especializarse enc i e rtos oficios, por lo que se desarrolló una división del trabajo.Surgió la alfarería fabricada con arcilla y endurecida por la accióndel fuego; también aparece la cestería y el hilado proveniente delas fibras vegetales como el lino y el algodón. La rueda tambiéncomienza a ser utilizada en este período en el Cercano Or i e n t e .Mucho más tarde, con el desarrollo de la minería, aparece lametalurgia y con ella otros artículos (joyas, herramientas demetal, armas, etc.).

A largo plazo, el establecimiento de sociedades agrícolas pro-pició la aparición de desigualdades sociales, en contraste conel carácter igualitario de las sociedades de cazadores. Pa re c ec l a ro que la existencia de excedentes provenientes de la agri-cultura favo reció la concentración de riqueza y poder en per-sonas o grupos concretos, lo que acabó dando forma a las pri-meras organizaciones de tipo estatal. Esto sucederá a part i rdel momento en que las aldeas se conviertan en ciudades,donde se profundizó la división de tareas y surgieron formasde propiedad privada. Los hombres tenían que manejarahora comunidades más importantes; había que dictar nor-mas y hacerlas cumplir. Los problemas internos y conflictos

Representación gráfica

de una pequeña

aldea neolítica

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lógicos de un grupo en crecimiento debían ser resueltos ypoco a poco se fue llegando a formas de delegación. Se pasaasí de la autoridad al poder. En el paleolítico los jefes o encar-gados de una tarea, como por ejemplo la caza, eran designa-dos por el grupo de acuerdo al talento y habilidad de esa per-sona. Pe ro se trataba de una autoridad temporal y fluctuanteque desaparecía cuando terminaba la tarea y se dispersabanlos grupos. En cambio, cuando aparece la sedentarización ycon ella las primeras aldeas y pueblos, la comunidad crece entamaño y surge la necesidad de crear normas y hacerlas cum-p l i r. En consecuencia, algunos hombres se establecen en unasituación de poder sobre los demás y con el tiempo buscantransmitir dicho poder a sus descendientes.

Una pirámide social se va estableciendo paulatinamente. Un sec-tor de la población, entonces, se aleja del trabajo de la tierra ycomienza a ejercer la administración de la riqueza producida y adominar la vida de pastores, campesinos y art e s a n o s .Frecuentemente surgen alianzas y uniones de aldeas y ciudades,p e ro también enfrentamientos periódicos que conducen a guerras.

Desde esa época será entonces el conflicto entre gru p o suno de los motores que irá delineando la historia humanap o s t e r i o r.

El hombre ha progresado enormemente en relación a esosantiguos tiempos, tanto en técnica como en conocimientos,pero la gran promesa que pudo anunciar el Neolítico al libe-rar a nuestra especie de los condicionantes de su medioambiente no se ha cumplido aún. A pesar de que la posibili-dad de producir alimentos se multiplica por los adelantoscientíficos y tecnológicos y de que el volumen disponible dematerias primas alcanza para la subsistencia de toda la pobla-ción, hay en el mundo millones de personas que no llegan asaciar su hambre y que en muchos casos mueren. El dominiosobre la naturaleza trajo también aparejado el dominio delhombre por el hombre. Paradoja de la aventura humana conla que lamentablemente nos hemos resignado a convivir.

Es un hecho innegable, como señala (el antropólogo contemporáneo) Marshall Sahlins, que ‘la

guerra aumenta en intensidad, en derramamiento de sangre y en duración… a través de la evo-

lución de la cultura, y alcanza su culminación en la civilización moderna’. La historia humana

puede evaluarse de muchas maneras, pero una de las medidas más horribles es el saldo de

muerte dejado por las guerras cada vez más agudamente encarnizadas (…). Los agricultores

tienden a adquirir propiedades, tanto personales como comunales, que, como la tierra, necesitan

ser defendidas. Aún cuando no se contara con la evidencia que nos brinda la historia, sería de

esperar que, tras la revolución agrícola, se hubiera registrado un aumento sustancial de enfren-

tamientos militares entre grupos vecinos.

Leakey, Richard. La formación de la humanidad. Barcelona, Ed. Del Serbal, 1981.

Las paradojas del progreso: familia india que vive

actualmente en situación de pobreza extrema.

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SELECCIÓN DE FUENTES SOBRE EL TEMA

“ Durante por lo menos dosmillones de años, nuestro santepasados mantuviero nuna forma de vida tecnoló-

gicamente sencilla, pero muy próspera.La estrategia inicial –el aprove c h a-miento ocasional de carroña combina-do con la recolección organizada de ali-mentos ve g e t a l e s– e volucionó gradual-mente hacia un estilo de vida de caza yrecolección y, probablemente, la transi-ción ocurrió en algún momento com-p rendido entre hace un millón de añosy hace medio millón de años. Este anti-quísimo estilo de vida no empezó a serreemplazado por la producción siste-mática de comida (el pastoreo o la agri-cultura) hasta hace entre 20 000 y 10 000años, fecha comparativamente muyreciente. El cambio fue tardío en elconjunto de nuestra historia, pero sed e s a r rolló con una rapidez asombrosa yh oy es prácticamente total. Sólo unpuñado de grupos que viven en part e saisladas del globo siguen subsistiendosegún el antiguo estilo de vida del caza-d o r - re c o l e c t o r.

La dedicación a cazar y reco-lectar fue una característicapermanente y estable denuestra evolución biológica

desde Homo erectus, pasando por elHomo sapiens antiguo, hasta, finalmen-te, el hombre moderno. Dada la impor-tancia que tuvo cazar y recolectar a lolargo de muchos millares de generacio-nes de antepasados nuestros, bienpodría ser que esta forma de vivir seauna parte indeleble de lo que nos hacehumanos”. Richard E. Leakey, La for-mación de la humanidad. 1981.

“El despegue de la economíap ro d u c t i va propia delNeolítico se inició en el IXmilenio a.C, cuando en el

Próximo Oriente se comenzaron a culti-var el trigo, la cebada y las leguminosas,así como a domesticar las ovejas, lascabras, el cerdo y los bovinos, ademásdel perro. (…) Con el tiempo, ladomesticación sistemática de animales yplantas comportó cambios genéticos enlas especies silve s t res. Los animalesmodificaron su esqueleto, su tamaño, supelaje, su dentición y la forma de suscuernos, mientras que la mutación delas plantas significó, en el caso de loscereales, por ejemplo, el aumento de lacapacidad y el tamaño de retención delos granos.” Pablo Arias y ÁngelArmendáriz, El Neolítico, pp.48-49.

“En el siglo pasado, el “pro-greso” era aceptado como unhecho. El comercio crecía, laproductividad de la industria

iba en aumento y la riqueza se acumula-ba. Los descubrimientos científicos pro-metían un avance ilimitado del dominiohumano sobre la naturaleza y, por con-siguiente, infinitas posibilidades deampliar la producción. La cre c i e n t ep rosperidad y la profundización delconocimiento inspiraban la atmósferadel optimismo, sin precedente, que serespiraba en el mundo occidental. Ennuestros días, este optimismo ha recibi-do una ruda sacudida. La primera gue-rra mundial y las crisis subsecuentes,que produjeron, en medio de una horri-ble miseria, un exceso aparente de mer-cancías, han socavado sus fundamentoseconómicos. Y ahora han surgidomuchas dudas acerca de la realidad del“progreso”. Para esclarecer sus dudas, loshombres han acudido a la historia”. V.Gordon Childe, Los orígenes de la civili-zación. F.C.E, 1989.

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“El paleolítico era la edad deoro. Los recursos eran abundan-tes y los hombres, poco nume-rosos. Los animales prolifera-

ban, no eran feroces y se cazaban con faci-lidad (en algunos sitios se encuentra unaenorme cantidad de restos de renos, caba-llos, cabras), las costas eran ricas en molus-cos y crustáceos, los ríos estaban llenos depeces… Nuestros antepasados vivían comoseminómadas, en grupos de unas treintapersonas, bastante dispersos pero no aisla-dos. Realmente disponían de un lenguajecomún, tal vez no universal, pero en todocaso hablado a grandes distancias.In t e rcambiaban materias primas –sílex,caracolas marinas, cristales de roca-, cono-cimientos (se encuentran objetos similaresy se detectan las mismas técnicas de talladoen regiones muy alejadas), y probablemen-te también intercambiaban sus compañe-ras”. Jean Courtin en La más bella historiadel amor, FCE. 2004.

“Cuando los agricultores fueronmás eficientes, se encontraron–especialmente en la estaciónlibre entre las cosechas- con que

tenían tiempo que podían utilizar parahacer los artículos de uso habitual. Y algu-nos descubrieron –quizá con sorpresa- quepodían incluso emplear parte de su vidacomo artesanos.(…) En una tienda, losexcavadores desenterraron pesados útiles depiedra cortante y esqueletos de animales,indicios tal vez de que su ocupante habíasido carnicero. Pero un grado tan alto deespecialización era raro en este antiguoperíodo. Más comunes serían los artesanosque hacían determinados artículos genera-les de un solo material. Un hombre quetrabajaba el hueso podía fabricar collares,alfileres, brazaletes e incluso palas, estasúltimas hechas de una paletilla de uro. Untrabajador de la piedra con experienciapodía hacer gran variedad de útiles, comohachas, hojas y raspadores, piedras decavar, morteros y majas.” Jonathan NortonLeonard, O rígenes del Hombre, Vol 13.1994.

“La explosión urbana, comola explosión demográfica, ala que está unida, es algosensacional y formidable,

p e ro no es un hecho enteramenten u e vo en la historia humana. Comotodas las cosas de la vida, es un aconte-cimiento en el tiempo, y en consecuen-cia no puede ser comprendido en sutotalidad si no se lo considera en re l a-ción con el pasado. La ciudad mecani-zada es la heredera de la ciudad tradi-cional. La futura ciudad-mundo, queextenderá sus tentáculos alrededor delglobo, será una agrupación humana dela misma especie que las pequeñasJericó, Ur y We i m a r.” Arnold J.Toynbee, Ciudades en marc h a . 1970.

“Así pues, consideraremos laciudad la forma más comple-ja de interdependencia entrelos hombres, cuya aparición

es, después de la de la agricultura seden-taria, uno de los grandes hitos de la his-toria. En esta perspectiva se la puededefinir como una aglomeración dehombres que desempeña papeles que lahacen distinta del campo y que vanacompañados de particularidades socia-les, entre las que se hallan siempre lareunión de individuos socialmente hete-rogéneos, y a veces –solamente a veces-un régimen jurídico particular. Estascaracterísticas van unidas. La urbaniza-ción indica una especialización y unadiversificación del cuerpo social. […] Laciudad, desde el punto de vista social, escualitativamente diferente del medio enel que se desarrolla. Ofrece una estruc-tura social más compleja, re l a c i o n e se n t re los hombres más diversos ymuchas más ocasiones de encuentro yc o n t a c t o. Facilita la coexistencia demedios sociales, de oficios, de funcionessociales diversas.” Thierry Dutour, Laciudad medieval. 2005.

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“Entre los años 6000 y 3000a. C., el hombre aprendió aaprovechar la fuerza del toroy la del viento, inventó el

arado, el carro de ruedas y el bote devela, descubrió los procesos químicosnecesarios para beneficiar los mineralesde cobre y las propiedades físicas de losmetales, y empezó a elaborar un calen-dario solar preciso. De este modo, seencontraba habilitado para la vida urba-na y tenía allanado el camino hacia lacivilización, la cual requiere de la escri-tura, del procedimiento de computar yde patrones fijos de medidas, como ins-trumentos de una nueva manera detransmitir el conocimiento y de cienciasexactas. En ningún otro período de lahistoria, hasta los días de Galileo, fuetan rápido el progreso del conocimien-to, ni fueron tan frecuentes los descubri-mientos de gran alcance”. V. GordonChilde, Los orígenes de la civilización.Op.cit

“Las primeras pobla-ciones de agricultores yganaderos de Irak nose establecieron, con-

trariamente a lo que se podría suponer,en el área que se conoce comoMesopotamia, en la llanura aluvial delos valles del Tigris y el Éufrates (…)Los primeros testimonios neolíticos sedistribuyen por las montañas que rode-an la región, como los montes Zagros, aleste, entre Irak e Irán, y el Kurdistán, alnorte. Destaca en esta última región elpoblado de Jarmo, excavado en las déca-das de 1940 y 1950. En Jarmo está cla-ramente definida una etapa (…) en laque ya aparecen animales y plantasdomésticas (cabras, perros, cere a l e s ,legumbres). Las viviendas eran cons-t rucciones re c t a n g u l a res, con algunasdivisiones internas, levantadas conadobe.” Arias, Pablo y Armendáriz,Ángel; El Neolítico, Madrid, ArlanzaEd., 2000.

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