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NUESTRA CULTURA ES NUESTRA RESISTENCIA. REPRESIÓN, REFUGIO Y RECUPERACIÓN EN GUATEMALA Una exposición de Jonathan Moller y el Museo Nacional de Antropología Fotografías de Jonathan Moller y Derrill Bazzy Del 29 de marzo al 23 de junio 2019 DOSSIER DE PRENSA Fotografía: tres mujeres, supervivientes de la violencia, observan cómo son exhumados los restos de sus familiares y amigos asesinados a principios de la década de los ochenta. Jonathan Moller, Nebaj, 2000.

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NUESTRA CULTURA ES NUESTRA RESISTENCIA.REPRESIÓN, REFUGIO Y RECUPERACIÓN EN

GUATEMALA

Una exposición de Jonathan Moller y el Museo Nacional de Antropología Fotografías de Jonathan Moller y Derrill BazzyDel 29 de marzo al 23 de junio 2019

DOSSIER DE PRENSA

Fotografía: tres mujeres, supervivientes de la violencia, observan cómo son exhumados los restos de sus familiares y amigos asesinados a principios de la década de los ochenta. Jonathan Moller, Nebaj, 2000.

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EXPOSICIÓN TEMPORAL

NUESTRA CULTURA ES NUESTRA RESISTENCIA.REPRESIÓN, REFUGIO Y RECUPERACIÓN EN

GUATEMALA

Datos de la exposición:

Fechas:Presentación:

Lugar:Organiza:

Del 29 de marzo al 23 de junio de 2019Jueves 28 de marzo a las 19:00 h

Museo Nacional de Antropología Jonathan Moller y Museo Nacional de Antropología

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1.- Introducción. Las fotografías y los testimonios que conforman “Nuestra cultura es nuestra resistencia: represión, refu-gio y recuperación en Guatemala” corresponden a diversos momentos de la historia contemporánea guatemalteca, salpicada por la represión ejercida desde el propio gobierno de la nación a todo aquel que se considerase “cercano a las guerrillas marxistas”. Entre 1960 y 1996, en el marco de la Guerra Fría, el ejército guatemalteco libró una guerra dirigida inicialmente contra dicha guerrilla, que pronto se convirtió en una guerra contra el pueblo de Guatemala. El periodo más violento se produjo entre 1980 y 1983, durante el gobierno de los generales Romeo Lucas García (1978-1982) y Efraín Ríos Montt (1982-1983), cuando el ejército desató una campaña militar de tierra arrasada contra la población maya y campesina de las áreas en con�icto. En 1996 el con�icto armado terminó con el acuerdo de paz y en 1999 la Comisión para el Esclarecimiento Histórico (CEH), patrocinada por la ONU, acusó al ejército de haber cometido crímenes de genocidio contra el pueblo maya. La CEH estima que la cifra de personas asesinadas o desaparecidas sobrepasó las 200.000. Jonathan “Jonás” Moller trabajó en Guatemala como activista de derechos humanos y fotógrafo independiente, principalmente con las poblaciones despla-zadas por la represión y la violencia. Una parte de sus fotografías se centra en las Comunidades de Población en Resistencia (CPR), formadas por desplazados que se refugiaron en la montaña y la selva tras la persecución del ejército. Con estas comunidades, convivió entre los años 1993 y 1995 como observador y acompañante. Y más tarde, entre 2000 y 2001, actuó como fotógrafo del equipo antropo-lógico forense de la O�cina de Paz y Reconciliación de la Diócesis Católica del Quiché, documentando las exhumaciones de los cementerios clandestinos. A la de por sí completa visión que sus fotos nos ofre-cen sobre el desarrollo de este con�icto, se suma en esta muestra una selección de las tomadas por Derrill Bazzy durante los primeros años de persecución, para lograr así uno de los repasos más comple-tos y estremecedores realizados hasta la fecha sobre este genocidio. Además de las fotografías, la expo-sición incorpora testimonios de los que lograron sobrevivir con el dolor de haber asistido al asesinato y desaparición de muchos allegados y familiares. Miedo, hambre, incertidumbre eran parte del vocabula-rio constante de las CPR que durante el tiempo que duró el con�icto vieron convertida su vida en una constante huida del ejército guatemalteco.

La boda de Juan y María. Jonathan Moller, Tzucuna, región de Cabá, CPR de la Sierra, 1993.

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2.- Desplazados por la violencia.

Se estima que entre quinientos mil y un millón y medio de civiles guatemaltecos, principalmente mayas, se vieron forzados a abandonar sus hogares huyendo de la violencia estatal, especialmen-te a principios de los ochenta, cuando las operaciones militares de tierra arrasada convirtieron la huida en la única opción para conservar la vida. Muchos buscaron refugio en otros países, la mayoría en México, otros emigraron a la capital y la costa, o permanecieron escondidos en las montañas y las selvas cercanas a su hogar. Durante la huida, el hambre, las enfermedades, el cansancio, el miedo y el horror de lo que habían presenciado acabaron con la vida de muchos de ellos.

Unas 150.000 personas huyeron a México. Los primeros campamentos de refugiados se encontra-ban en el estado de Chiapas, en la zona fronteriza con Guatemala. En 1984 se establecieron nuevos campamentos en los estados de Campeche y Quintana Roo.

Para recuperar el control de la población en las zonas de con�icto, el Estado decretó una serie de amnistías dirigidas a las personas desplazadas que sobrevivían escondidas en la selva y la monta-ña. Las que se acogieron, así como las personas que eran capturadas por el ejército, fueron conducidas a centros de “reeducación” y posteriormente a las “aldeas modelo”, comunidades de reciente creación fuertemente militarizadas. La vida diaria de los habitantes de estas comunida-des estaba totalmente controlada por el ejército, que suministraba los permisos necesarios para entrar y salir de la aldea, así como comida, ropa y medicinas a cambio de trabajar en la construc-ción de instalaciones y carreteras de manera gratuita.

Las poblaciones que no aceptaron someterse al ejército o abandonar el país, que permanecieron ocultas en la montaña y la selva, se organizaron a partir de 1983 en las Comunidades de Pobla-ción en Resistencia (CPR), presentes en tres zonas de Guatemala: la Sierra, el Ixcán y el Petén. Se trata de comunidades móviles, altamente organizadas y autónomas, que silenciosamente resis-tieron la muerte y el control militar. El gobierno las acusó de formar parte de la guerrilla y el ejérci-to las persiguió constantemente, destruyendo sus cultivos y viviendas para impedir su supervi-vencia. Pese a las duras condiciones de vida lograron sobrevivir, el lema de las CPR de la Sierra y el Ixcán era “resistir para vivir”, el de las CPR del Petén “nuestra lucha es semilla del futuro”. En 1990 las CPR decidieron hacer pública su existencia y exigir su reconocimiento como población civil. La historia de las CPR resulta ejemplar, ya que a la vez que deja ver la saña con que actuaron las fuer-zas represivas del Estado sobre la población maya y campesina, ofrece un ejemplo de resistencia, lucha y esperanza para la humanidad.

Un sacerdote maya, Nicolás, sostiene una cruz con las edades de sus familiares masacrados. Jonathan Moller, CPR de la Sierra, 1993.

Ana sostiene el cartucho vacío de un mortero que el ejército disparó contra su comunidad durante una ofensiva en 1989. Jonathan Moller, CPR de la Sierra, 1993.

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3.- La Paz y el retorno.Las negociaciones de paz entre el gobierno de Guatemala y la guerrilla comenzaron en 1987. El 29 de diciembre de 1996 se �rmó el Acuerdo de Paz Firme y Duradera, terminando así con la larga guerra civil. Pero la �rma de la paz no implicó el �n de la violencia y de la impunidad, tampoco el de la pobreza y la desigualdad en Guatemala, como denuncia Amnistía Internacio-nal.

Los refugiados en México comienzan a regresar a Guatemala antes de la �rma de la paz. En 1989 se produjo el primer retorno organizado, en el que regresaron unas 30 familias de los campa-mentos de Chiapas a sus comunidades de origen en Guatemala. No hubo otro retorno organiza-do hasta enero de 1993, después de la �rma en 1992 del acuerdo entre las Comisiones Perma-nentes de Refugiados y el gobierno de Guatemala. Algunas personas optaron por quedarse en México, pero la mayoría quería volver a Guatemala.

Después de la �rma del acuerdo de paz, las Comunidades de Población en Resistencia (CPR) abandonaron las tierras en las que resistieron a la persecución del ejército, porque éstas ya tenían dueño o por otros motivos; por ejemplo, las CPR del Petén estaban situadas en la Reserva de la Biosfera Maya, donde no están permitidos los asentamientos humanos. Se inicia así un proceso de reasentamiento y fundación de nuevas comunidades, a veces en lugares muy aleja-dos y con un clima diferente, como algunas CPR de la Sierra que se reasentaron en la costa. En algunos casos compraron los nuevos terrenos ayudados por distintas ONGs o la Iglesia católica, en otros las tierras fueron cedidas por el gobierno. Allí iniciaron una vida nueva, en la que continuaron con la organización comunal y la solidaridad que les permitieron sobrevivir a la violencia y la represión estatal. No quieren que ese espíritu de unidad se pierda, por eso siguen denominándose CPR. El lema del nuevo asentamiento permanente de las CPR del Ixcán es “Resistimos bajo la Montaña. Resistimos a la Política Neoliberal. Seguimos luchando por un Mundo Mejor”.

A �nales de 1998, después de negociar su reasentamiento con el gobierno, noventa y dos familias de las Comunida-des Populares en Resistencia del Petén abandonaron sus refugios en la selva y se trasladaron a estas tierras.Jonathan Moller, comunidad de Salvador Fajardo, 2001.

Estas lanchas transportan gente de otras comunidades o las cruzan a la otra orilla del río para que puedan ir a trabajar la tierra en el otro lado. Jonathan Moller, Primavera del Ixcán, 2000.

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4.- La memoria.

Desde el año 2000 un movimiento de ciudadanos guatemaltecos ha buscado la justicia y confrontado la impunidad. Las exhumaciones y posteriores investigaciones forenses han jugado un papel clave en ese esfuerzo, ya que han ofrecido a los supervivientes la oportunidad de exponer la verdad, proporcionando evidencias concretas de las atrocidades cometidas en la guerra. Durante muchos años el gobierno de Guatemala escondió la verdad sobre estos asesina-tos y masacres, de la misma forma que había enterrado la esperanza de una vida mejor para los guatemaltecos. Los perpetradores de los crímenes respondieron a las exhumaciones desatando una nueva ola de asesinatos políticos y amenazas de muerte para evitar que la verdad saliera completamente a la luz.

Las exhumaciones traen de vuelta el dolor y el horror, pero al mismo tiempo les dan a las fami-lias la oportunidad de recuperarse y cerrar �nalmente sus heridas. Se reúnen por �n con sus seres queridos, para poder velarlos y darles un entierro digno en el cementerio de la comuni-dad, y para estar en paz con ellos y consigo mismos, ya que muchos se sienten culpables por haber sobrevivido. Las exhumaciones, el luto y los entierros justos ayudan a los supervivientes a recuperar la dignidad perdida.

Estas fotografías fueron realizadas entre los años 2000 y 2001, cuando Jonathan Moller formó parte del equipo antropológico forense de la O�cina de Paz y Reconciliación, que trabajó en la munipalidad de Santa María Nebaj. Suponen un punto de partida para empezar a contar la historia de la represión y la violencia indescriptibles sufrida por los pueblos mayas en Guatema-la, y solamente pueden expresar en parte la emoción e intensidad de lo que se vivió en esos momentos. Jonathan fue testigo del dolor y la angustia de las familias cuando tuvieron que revivir estas atrocidades tan horribles, pero también compartió sus alegrías y celebraciones cuando recuperaron los restos de sus seres queridos.

La recuperación de la memoria histórica permite conocer el pasado para entender el presente y así contar con referentes para construir una sociedad justa y pací�ca que valore por encima de todo la vida y la dignidad de las personas.

Durante una exhumación, Clara sostiene una foto de su esposo, Vicente, cuyos restos estaban siendo desenterra-dos. Tenía cincuenta años cuando los soldados lo acribi-llaron en 1982. Jonathan Moller, Nebaj, 2000.

Dos hermanas observan cómo exhuman los restos de su madre y sus cuatro hermanitos.Jonathan Moller, cercanías de la aldea de San Francisco Javier (Nebaj), 2000.

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CRÉDITOS DE LA EXPOSICIÓN

Comisarios: Jonathan Moller, Patricia Alonso PajueloDiseño: Laura LimónImpresión y montaje: Madrid Color, Vintec

Enlace para descargar fotografías de la exposición:https://www.dropbox.com/sh/ux2pvd27l9jurde/AAB77dT0-h9H8WSJ6JLiydlga?dl=0