Nuestro tiempo necesita hoy más - Promoción, Educación y … · 2019-11-30 · generaciones...

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  • Nuestro tiempo necesita hoy másque nunca la sabiduría del mago —dice Deepak Chopra—. Unasabiduría que nos conduzca almundo de la libertad y el milagro.

    ¿Qué es un mago? No essencillamente alguien que puedehacer magia, sino alguien capaz detransformar. Tradicionalmente a losmagos se les ha atribuido elconocimiento de la alquimia, esdecir, del arte de convertir un metalinferior en oro. Pero el poder deeste conocimiento es, en realidad,mucho mayor. La alquimia convierte

  • a los seres humanos en oro,convierte sus cualidades inferioresde temor, ignorancia, odio yvergüenza en algo mucho másprecioso: el amor y la realizaciónplena. Por tanto, un maestro quepueda enseñarnos a convertirnos enseres libres llenos de amor es, pordefinición, un alquimista —es decir,un mago.

    Deepak Chopra ha rescatado de labruma del mito y la leyenda aMerlín, el mago más famoso de latradición occidental, para que através de sus enseñanzas al joven

  • rey Arturo, el mago nos guíe por elsendero de la transformaciónespiritual —transformación que nospermitirá trascender la realidadordinaria, elevarnos hacia el reino delo ilimitado, y alcanzar el amor, larealización y la plenitud.

    Hay una enseñanza —dijoMerlín—, denominada el mododel mago. ¿Has oído hablar deella?

    No, nunca he oído hablar deeso —contestó Arturo, traspensar un momento—.

  • ¿Magos? ¿Quieres decir queellos tienen un modo diferentede hacer las cosas?

    No, las hacen exactamentecomo nosotros —dijo Merlín.

    A Arturo le picó la curiosidad.¿Merlín un mago? Nunca lohabía pensado. Los dos vivíansolos en el bosque, en la cuevade cristal. El brillo de la cuevales proporcionaba la luz. Arturohabía aprendido a nadarconvirtiéndose en pez. Cuandodeseaba comida, éstaaparecía, o Merlín le daba un

  • poco. ¿Acaso no era así comotodo el mundo vivía?

  • Deepak Chopra

    El sendero delmago

    Veinte lecciones espirituales paracrear la vida que usted desea

  • ePUB v1.1harry_ilich 11.09.13

  • Título original: The Way of the WizardDeepak Chopra, 7 de Agosto de 1996.Traducción: Adriana de Hassan

    Editor original: harry_ilichePub base v2.1

  • Primera parte

  • La entrada al mundodel mago

    La gente se pregunta por qué, habiendonacido en la India, me siento tan atraídopor los magos. Mi respuesta es lasiguiente: en la India todavía creemosque los magos existen. ¿Qué es un mago?No es sencillamente alguien que puedehacer magia, sino alguien capaz detransformar.

    Un mago puede convertir el temoren alegría, la frustración enrealización.

  • Un mago puede convertir lotemporal en eterno.Un mago puede llevarnos más alláde nuestras limitaciones hacia loilimitado.

    Cuando era niño y vivía en la India,sabía que todo eso era cierto. A vecesllegaban a nuestras casas ancianos detúnicas blancas y sandalias, y hasta paraun muchacho asombrado por la vida,parecía criaturas muy especiales,Estaban completamente en paz; de ellosmuchos emanaban la alegría y el amor;parecían no inmutarse ante los altos ybajos de la vida cotidiana. Los

  • llamábamos gurús o consejerosespirituales. Pero tardé mucho tiempo endarme cuenta de que gurú y mago es lomismo. Todas las sociedades tienen susmaestros, clarividentes y sanadores;gurú era sólo nuestro vocablo paradesignar a los poseedores de lasabiduría espiritual.

    En Occidente, se considera que losmagos son principalmente hechicerosque practican la alquimia para convertirun metal inferior en oro. En la Indiatambién existe la alquimia (de hecho fueallí donde se inventó), pero la palabraalquimia es en realidad una clave.Significa convertir a los seres humanos

  • en oro, convertir nuestras cualidadesinferiores de temor, ignorancia, odio yvergüenza en lo más precioso: el amor yla realización. Por tanto, un maestro quenos pueda enseñar a convertirnos enseres libres llenos de amor es, pordefinición, un alquimista, y siempre loha sido.

    Cuando ingresé a la escuelasecundaria en Nueva Delhi, ya sabíamucho acerca de Merlín, el famosomago de la leyenda inglesa del reyArturo. Como a todo el mundo, tambiéna mí me hechizó desde el primermomento. No tardé mucho en descubrirtodo su mundo. En mi cabeza resuenan

  • todavía decenas de versos del poemaépico de Tennyson, Idilios del rey, loscuales tuvimos que memorizar duranteaquellos largos y calurosos díasescolares. En aquella época devoré todala literatura que logré encontrar sobre elrey Arturo. No me parecía raro saberlotodo acerca de Camelot, ese sitio decampos verdes y temperaturasclementes, aunque yo viviera bajo el solardiente del trópico; o que desearacabalgar como Lancelot, aunque mehubiese sofocado bajo la armadura; oque la cueva de cristal de Merlínexistiera en realidad, a pesar de todoslos autores que leía me aseguraban que

  • los magos no existían. Yo sabía que noera así, porque era un muchacho hindú yhabía conocido personalmente al losmagos.

  • Por qué necesitamos a losmagos

    Durante treinta años he reflexionadoacerca de los magos. He visitadoGlastonbury y el occidente de Inglaterra,he escalado el Tor y he visto la colinadonde supuestamente descansan el reyArturo y sus caballeros. Pero algo másmístico, la necesidad de latransformación, me hace volvernuevamente a la magia. Año tras año hesentido que nuestra época necesita deese conocimiento más que nunca. Ahoraque soy adulto, dedico mi vida

  • profesional a hablar y escribir sobre laforma de alcanzar la libertad plena y larealización. Pero apenas hace poco medi cuenta de que todo el tiempo heestado hablando de alquimia.

    Finalmente decidí que una formainteresante de abordar este tema sería através de una de las relaciones másmaravillosas que se haya registradonunca, la que existió entre Merlín y eljoven Arturo en la cueva de cristal. Eneste libro, la cueva se presenta como unsitio privilegiado dentro del corazónhumano. Es un refugio seguro donde hayuna voz sabia que no conoce el temor, yal cual no llega la agitación del mundo

  • exterior. En la cueva de cristal siempreha existido y existirá un mago; lo únicoque hay que hacer es entrar en ella yescuchar.

    Hoy en día la gente vive en el mundode los magos tanto como lo hicieron lasgeneraciones pasadas. Joseph Campbell,el gran estudioso de la de mitología,decía que cualquier persona que esperaen una esquina a que el semáforo pase averde para cruzar la calle, en realidadestá esperando entrar en el mundo de losactos heroicos y la acción mítica. Lo quesucede es que no vemos nuestraoportunidad, y cruzamos la calle sin verla mítica espada en la roca al lado del

  • andén.El viaje hacia lo milagroso

    comienza aquí. Este es el mejormomento para comenzar. El sendero delmago no existe en el tiempo —está entodas partes y no está en ninguna parte—. Nos pertenece a todos y no lepertenece a nadie. Así, éste es sólo unlibro acerca de cómo recuperar lo queya es nuestro. Como dice la primerafrase de la primera lección: Hay unmago dentro de cada uno de nosotros unmago que lo ve y lo sabe todo.

    Ésta es la única frase del libro quese debe aceptar como un acto de fe. Unavez que descubramos nuestro mago

  • interior, la enseñanza vendrá por sí sola.Durante muchos años, este tipo deaprendizaje espontáneo ha sido el centrode mi vida diaria: observar y esperar aoír lo que mi gula interior tiene quedecir. No existe otra forma deaprendizaje más fascinante. He oído lavoz de Merlín en el sonido de una risaen el aeropuerto, en el susurro de losárboles al caminar hacia la playa, yhasta en la televisión. Una estación deautobuses puede convertirse en la cuevade cristal cuando se tiene la llave.

    ¿Por qué necesitamos seguir elsendero del mago? Para elevamos sobrelo ordinario y lo confuso, y encontrar la

  • clase de trascendencia que solemosrelegar al campo de lo mítico, pero queen realidad tenemos a mano, aquí yahora. Estar vivos significa ganamos elderecho a decir lo que deseamos decir, aser lo que deseamos ser, y a hacer lo quequeremos. Camelot era el símbolo deesta forma de libertad. Por esovolvemos nuestros ojos sobre ese sitiomágico con nostalgia y admiración. Lavida ha sido difícil desde entonces.

    Una vez, un discípulo preguntó a sumaestro—: ¿Por qué siento estaopresión tan grande, como si quisieragritar? —El maestro lo miró y le dijo—:Porque todo el mundo se siente igual.

  • Todos nosotros deseamos crecer enamor y creatividad, explorar nuestranaturaleza espiritual, pero muchas veceserramos el objetivo. Nos encerramos ennuestra propia cárcel. Sin embargo, hayquienes han roto el encierro quecomprime la vida. Rumi, el poeta persa,decía: «Somos espíritu incondicionadoatrapado por las condiciones, como elSol en un eclipse».

    Ésa es la voz de un mago que nocreía que los seres humanos viviésemoslimitados en el tiempo y el espacio. Sóloestamos eclipsados temporalmente. Elpropósito de aprender de un mago esencontrar al mago que llevamos dentro.

  • Una vez hallado el guía interior, noshabremos encontrado a nosotrosmismos. El yo es el Sol de resplandorpermanente que, aunque eclipsado,cuando se despejan las sombras semuestra en toda su gloria.

  • Cómo aprender del mago

    En este libro hay veinte lecciones, cadauna de ellas relatada desde el punto devista del mago. Al comienzo de cadalección hay algunos aforismos, trozoscondensados de sabiduría del mago, queayudan a trascender la realidadordinaria. Léalos e interiorícelos. Noespere un resultado, sólo viva laexperiencia. No se esfuerce. Esforzarsees como luchar por salir de la arenamovediza —sólo sirve para hundirsemás.

    El mago interior desea hablar, y esoes algo que nos sucede a todos. Pero

  • para hacerlo necesita la oportunidad, elespacio. Al igual que los Koan del Zen,los aforismos proporcionan ese espacioporque modifican el punto de vista, locual a su vez puede desencadenar elcambio de la realidad personal.

    Es necesario traer la voz del mago ala vida cotidiana. Ya cité la primerafrase de la primera lección: Hay unmago dentro de cada uno de nosotros —un mago que lo ve y lo sabe todo—. Elresto de la lección dice así:

    El mago está más allá de loscontrarios de luz y oscuridad, bieny mal, placer y dolor.

  • Todo lo que el mago ve, tiene susraíces en el mundo invisible.La naturaleza refleja los estados deánimo del mago.El cuerpo y la mente podrándormir, pero el mago velapermanentemente.El mago posee el secreto de lainmortalidad.

    Estas palabras habrán cumplido supropósito si producen en nosotros unaligera sacudida, la emoción de unreconocimiento. En realidad esemocionante descubrir que no somosseres limitados, sino hijos de lo

  • milagroso. Ésa es la verdad, la realidadprofunda acerca de cada uno de nosotrosque ha vivido eclipsada demasiadotiempo.

    He recopilado cerca de cien de esosdichos, ilustrados con historias delmundo de Merlín y Arturo. No sonfragmentos de las leyendas antiguas,sino parábolas que he enmarcado en esaépoca. A veces la historia ilustrativaparece no concordar exactamente conlos aforismos o con la lógica perfecta.Lo he hecho deliberadamente, porque lamente lineal, con su necesidad de crearorden, no es la única que lo ha deacompañar en su viaje por el sendero

  • del mago. Deberá andar ese camino dela mano de la imaginación, la esperanza,la creatividad y el amor.

    En pocas palabras, el sendero delmago es el camino del espíritu. Pero laespiritualidad no se opone a laracionalidad; es el marco más grandedentro del cual encaja la razón, comouna de muchas otras piezas. Paradirigirme a la mente lineal he incluidouna sección denominada «Paracomprender la lección», la cual sustentalos aforismos y las historias. Por últimoviene la sección titulada «Para vivir lalección», la cual nos ayuda a abrimospara que la sabiduría del mago penetre

  • en nuestra propia experiencia.«Para vivir la lección» es la parte

    activa de este aprendizaje. Missugerencias son apenas un punto departida, formas de encender la iniciativade cada uno. En últimas, será nuestrapropia comprensión la que cambiaránuestra realidad. En «Para vivir lalección» hay algunos ejercicios quepodrían parecer pasivos, porque lamayoría son experimentos delpensamiento.

    ¿Qué es un experimento delpensamiento? Es una forma de llevar lamente a nuevos lugares, de hacerla verlas cosas de manera diferente. Los

  • magos sabían algo profundo eimportante —que si deseamos cambiarel mundo, es preciso cambiar nuestraactitud hacia él—. Einstein se reclinóuna vez en un sofá, cerró los ojos y vio aun hombre que viajaba a la velocidad dela luz. Sin descartar esa curiosa imagen,comenzó a realizar varios experimentosde pensamiento, aparentemente simpleselucubraciones. Sin embargo, pocosaños después, las actitudes de todo elmundo científico se transformaríancuando la naturaleza misma confirmaralas visiones trascendentales de Einstein.

    Si una fantasía en un sofá puedealterar el mundo, es porque los

  • experimentos del pensamiento encierranun poder incalculable. Nada se aprenderealmente hasta que se vive. Una vez quela razón, la experiencia y el espíritu seunen, se abre el sendero del mago y todoestá dispuesto para la alquimia. Lasabiduría que llevamos dentro es comouna chispa que, una vez encendida, no seextingue jamás.

    Para reunir esos elementos, se puedeutilizar el siguiente método:

    1. Siéntese en silencio durante unosmomentos antes de iniciar lalectura de una lección.

    2. Lea los aforismos y después tómese

  • unos minutos para interiorizarlos.Léalos cuantas veces desee. Dejeun espacio para sus propiasreacciones e ideas, que suelen serlas cosas más valiosas que puederecibir.

    3. Continúe leyendo el resto de lalección: la historia de Merlín yArturo, la sección titulada «Paracomprender la lección», y latitulada «Para vivir la lección».

    4. Si en la última sección hay unejercicio práctico —la mayoría delas veces es así—, tómese unosminutos para hacerlo. Esconveniente repetirlo durante el día

  • para vivir toda la experiencia.

    Lea nuevamente cada lección tan amenudo como lo desee, una o más veces;destine un día o una semana para vivirla.En este proceso no hay cronogramas. Miúnico consejo es vivir la lección por lomenos durante un día, en lugar de tratarde absorber demasiadas lecciones a lavez.

  • Los siete pasos de laalquimia

    La tercera parte de este libro se refiere alas etapas de transformación a través delas cuales el mago lleva a su discípulo.Las he denominado los siete pasos de laalquimia, los cuales comienzan con elnacimiento y conducen, con el tiempo, ala transformación total. La alquimiaconsiste en transformar las cosas en oro,la sustancia perfecta e incorruptible. Entérminos humanos, el oro es un símbolode la pureza de espíritu. Los siete pasosde la alquimia se realizan cuando la

  • persona deja atrás todas laslimitaciones, se libera de todos sustemores y toma consciencia del espíritupuro que lleva dentro.

    No hay otro viaje más asombroso.En la época de Arturo lo habríanllamado una búsqueda, y el objetivosupremo de esa búsqueda siempre fueencontrar el Santo Grial, el símbolo máspoderoso de la pureza de espíritu. Por lotanto, para mí la alquimia y el Grial sonla misma cosa. En ambos casos hay unabúsqueda profunda del aspecto eterno dela vida que trae consigo lo que todossoñamos: el amor puro, la felicidadpura, la realización pura en el espíritu.

  • No importa si se lee primero lasegunda o la tercera parte. Cada unatiene su estilo y enfoque propios, peroambas provienen del mundo del mago.Merlín vive en ambas y su objetivosiempre es el mismo: enseñamos a cadauno de nosotros cómo lograr laperfección a la que tiene derecho lacarne.

    Por último, este libro describe laaventura que nos llevará de una vidadominada por el ego y todas sus luchas,a una vida dominada por los milagros.Cada cual aprende a su propio ritmo,pero nuestra sed de milagros es tal queme gustaría estar con usted el día en que

  • el conocimiento del mago comience aaflorar y, con él, su nueva vida. Lo quele espera al final es nada menos que elflorecimiento pleno del potencial de suespíritu.

    Nota: El mago, siendo un profeta, notiene género. Es sólo la imperfeccióndel idioma la que convierte a Merlín enun «él» (como lo hace también con losvocablos Dios, sabio, adivino y muchosotros que están más allá de lo masculinoo femenino). A falta de un términoneutral, deseo aclarar que la palabramago se refiere aquí tanto a las mujerescomo a los hombres. Vale la pena

  • reconocer que, en nuestra sociedad, hansido las mujeres quienes más pronto hanacogido el retomo de lo mágico.

  • Segunda parte

  • El sendero del mago

    —Hay una enseñanza —dijo Merlín—,denominada el modo del mago. ¿Hasoído hablar de ella?

    El joven Arturo levantó la vista delfuego que, sin éxito, trataba de encender.Casi nunca era fácil encender el fuegoen las húmedas mañanas de comienzosde primavera en el País de Occidente.

    —No, nunca he oído hablar de eso—contestó Arturo tras pensar unmomento—. ¿Magos? ¿Quieres decirque ellos tienen un modo diferente dehacer las cosas?

  • —No, las hacen exactamente comonosotros —replicó Merlín, ychasqueando los dedos encendió elmontón de leña húmeda que Arturohabía recogido, impaciente ante lostorpes esfuerzos del muchacho porencender el fuego. Al instante se formóuna gran llama. Acto seguido, Merlínabrió las manos y sacó de la nada un parde patatas y un puñado de setassilvestres—. Ensártalas en una broquetay ponías a tostar sobre el fuego, porfavor —dijo.

    Arturo obedeció sin más. Tenía unosdiez años y la única persona a quienconocía era Merlín. Estaban juntos

  • desde que tenía memoria. Seguramentehabía tenido madre pero no tenía el másmínimo recuerdo de su rostro.

    El anciano de luenga barba blancahabía reclamado su derecho sobre elinfante real a las pocas horas de sunacimiento.

    —Soy el último guardián delsendero del mago —dijo Merlín—. Yquizás tú seas el último en conocerlo.

    Poniendo las broquetas sobre elfuego, Arturo miró sobre el hombro. Lacuriosidad le había picado. ¿Merlín unmago?

    Nunca lo había pensado. Los dosvivían solos en el bosque, en la cueva

  • de cristal. El brillo de la cueva lesproporcionaba la luz. Arturo habíaaprendido a nadar convirtiéndose enpez. Cuando deseaba comida, éstaaparecía, o Merlín le daba un poco.¿Acaso no era así como todo el mundovivía?

    —Verás, dentro de poco te irás deaquí —continuó Merlín—. No vayas adejar caer esa patata entre la ceniza. —Por supuesto, el muchacho ya la habíadejado caer. Como Merlín vivía haciaatrás en el tiempo, sus advertenciassiempre llegaban demasiado tarde,después de ocurridos los percances.Arturo limpió la patata y la ensartó de

  • nuevo en la broqueta, hecha de lamadera verde de un tilo.

    —No importa —dijo Merlín—. Esapuede ser la tuya.

    —¿Cómo así que me iré? —preguntóArturo. Sólo había ido de vez en cuandoal pueblo cercano, cuando Merlíndeseaba ir al mercado, y en esasocasiones el mago siempre teníacuidado de ocultar la identidad de losdos bajo pesadas capas. Pero elmuchacho era gran observador, y lo quehabía visto en los demás le preocupaba.

    Merlín miró de soslayo a sudiscípulo.

    —Pienso enviarte al pantano o,

  • como dicen los mortales, al mundo. Tehe mantenido lejos del pantano durantetodos estos años, enseñándote algo queno debes olvidar —Merlín calló paraver el efecto de sus palabras, y luegocontinuó—: El sendero del mago.

    Tras pronunciar estas palabras,ambos quedaron en silencio, como suelesuceder entre quienes llevan muchotiempo juntos. Anciano y niño casirespiraban al unísono, de tal manera queMerlín debió percibir la inquietud quedaba vueltas en la mente de Arturo, cualpantera enjaulada.

    Terminada su comida, el muchachofue a lavarse en el estanque azul que

  • estaba al pie de la colina. Cuandoregresó, Merlín tomaba el sol sobre suroca favorita (aunque «tomar el sol» esapenas un decir, puesto que la espesacolcha de nubes se había adelgazadoapenas lo suficiente para que un rayosolitario se abriera paso a través de lascopas de los árboles para iluminar loscabellos de plata del mago). Lasprimeras palabras que salieron de laboca del muchacho fueron:

    —¿Qué será de ti?—¿De mí? No te creas tan

    importante. Podré arreglármelasperfectamente sin ti, gracias.

    En el instante mismo en que terminó

  • de hablar, Merlín supo que habíalastimado los sentimientos del niño.Pero los magos son malos paradisculparse. Un hermoso arco hecho defresno blanco apareció en el suelo allado de Arturo, quien lo tomó presurosoy comenzó a tensarlo. En su lenguajeprivado, sabía que era la forma como elanciano se disculpaba.

    —No me preocupa lo que puedapasarme —continuó Merlín—, sino quese pierda el conocimiento. Como te dije,quizás seas el último en conocer elsendero del mago.

    —Entonces me cercioraré de que nose pierda —prometió Arturo.

  • Merlín asintió con la cabeza. Novolvió a tocar el tema del sendero delmago ese día ni durante muchos díasmás. Sin embargo, una mañana de junio,al despertarse, Arturo encontró su camade ramas de pino cubierta de nieve.Tembló de frío y se sentó, lanzando alaire una nube de copos blancos alsacudir su cobija de piel de venado—.Creí que hacías esto sólo en diciembre—dijo, pero Merlín no contestó. Estabainmóvil en medio del círculo de nieveque cubría su campamento. Ante él habíauna extraña aparición: una enorme rocacon una espada que sobresalía de ella. Apesar del frío, la roca no tenía nieve y la

  • hoja de la espada se proyectaba en elaire deslumbrando con el brillo de sumetro y medio de acero damasquinomartillado.

    —¿Qué es eso? —preguntó Arturo.La vista de la roca lo conmovióprofundamente, aunque no entendió porqué.

    —Nada —replicó Merlín—. Sólorecuérdala.

    Un momento después, la espada enla roca comenzó a desvanecerse, ycuando Arturo regresó de su bañomatinal, el claro del bosque estaba tibionuevamente, el sol había fundido hastael último copo de nieve y la roca se

  • había esfumado como un sueño. El niñosintió ganas de llorar, porque sabía quela aparición era el gesto de despedidade Merlín, de despedida y de recuerdo.

    Lo que le sucedió a Arturo cuandosalió al mundo es ahora leyenda. Con eltiempo se encontró en Londres, en unanevada mañana de Navidad, a laspuertas de la catedral donde la espadaen la roca había reaparecidomisteriosamente. Para asombro de lagente que salía de la iglesia, retiró laespada y reclamó su derecho a ser rey.Libró largas y crueles batallas paravencer a una horda de rivales quepretendían el trono, y luego estableció

  • en Camelot la sede de su poder. Todoslos días vivió de acuerdo con lasenseñanzas del mago. Finalmentefalleció y se convirtió en historia.Quedó como tarea a las generacionesposteriores averiguar lo que Merlín lehabía enseñado a su discípulo duranteesos años en el bosque, antes de queArturo se allegara a la roca y tomara eldestino por su empuñadura engastada dejoyas.

    El mundo de Arturo desapareciópoco después de la caída de Camelot. Elreino cayó presa nuevamente de lasluchas intestinas y la ignorancia, yMerlín demostró haber sido el último de

  • su clase, tal como lo había pronosticado.Después de él, no se registra en lahistoria de Occidente el nombre deningún otro mago.

    Pero Merlín nunca creyó que lasabiduría del mago dependiera de laforma como se desenvolvió la historia.«Lo que sé está en el aire», solía decir.«Respíralo y lo hallarás». Los magosconocían cosas atemporales y, por lotanto, la reserva de su conocimientodebe estar por fuera del tiempo. Elcamino está abierto. Comienza en todaspartes y no lleva a ninguna, pero aun asíconduce a un sitio real. Todo esto se nospresenta a los ojos a medida que

  • escuchamos a Merlín.

  • Lección 1

    Hay un mago dentro de cada uno denosotros —un mago que lo ve y losabe todo.El mago está más allá de loscontrarios de luz y oscuridad, bieny mal, placer y dolor.Todo lo que el mago ve tiene susraíces en el mundo invisible.La naturaleza refleja los estados deánimo del mago.El cuerpo y la mente podrán dormirpero el mago velapermanentemente.El mago posee el secreto de la

  • inmortalidad.

    —Toma —dijo Merlín un día, mientrasponía un plato de sopa delante del jovenArturo—. Prueba.

    Arturo lo hizo, no sin vacilar. Era unpotaje exquisito de carne de venado yraíces silvestres, misteriosamentesazonado por Merlín en un momento enque Arturo le daba la espalda. Enrealidad, la sopa estaba deliciosa yArturo se apresuró a hundir la cucharade nuevo, justo en el momento en que learrebataban el plato de las manos.

    —Espera, quiero más —mascullócon la boca llena todavía. Merlín

  • sacudió la cabeza—. Todo el banqueteestá en esa primera cucharada —leadvirtió.

    Al principio, Arturo sintió unaoleada de frustración y desilusión, peroluego se dio cuenta de que se sentíasatisfecho, como si hubiese consumidotodo el plato. Más tarde, mientrasdormitaba debajo de un árbol, Merlín seaproximó y le dejó un plato lleno desopa al lado. Mientras se alejaba, elmago murmuró:

    —Sólo recuerda: ¿De qué mehabrían servido todos esos años en laescuela de magia, si no hubiera podidoenseñártelo todo en la primera lección?

  • Para comprender la lección

    Se necesita toda una vida paraaprender lo que el mago tiene paraenseñar, pero todo lo que ha dedesenvolverse a través de años ydecenios está a nuestro alcance en laprimera lección de Merlín. En ella elmago se presenta. Describe su enfoqueante la vida, consistente en resolver losenigmas más profundos de la mortalidady la inmortalidad. Y todo eso sucede enforma mágica. En primer lugar, Merlínno se presenta realmente en forma física.Las formas le tienen sin cuidado. Ha

  • visto el pasar de muchos mundos, hasobrevivido a siglos de cataclismos, ysu reacción ante todo es la misma: él ve.

    Los magos son videntes. ¿Qué ven?La realidad en su conjunto, no en susdiversos componentes.

    —¿Siempre fuiste mago? —preguntóel joven Arturo.

    —¿Cómo habría podido serlo? —contestó Merlín—. En un tiempo iba porahí como tú y, cuando miraba a unapersona, lo único que veía era una formade carne y hueso. Pero con el tiempocomencé a notar que las personashabitan en una casa que se extiende másallá de ese cuerpo, las personas

  • infelices, con emociones encontradas,viven en casas desordenadas; laspersonas felices y satisfechas habitan encasas ordenadas. Fue una observaciónsimple, pero después de un tiempoconcluí que cuando veo una casa, enrealidad estoy viendo un poco más de lapersona.

    —Después se amplió mi visión.Cuando veía a una persona, no podíaevitar ver también a su familia y a susamigos. Esas eran extensiones de lapersona, que me decían mucho másacerca de quién era ella en realidad. Ymi visión continuó expandiéndose.Comencé a ver debajo de la máscara de

  • la apariencia física. Vi emociones,deseos, temores, anhelos y sueños.También éstos son parte de una persona,si se tienen los ojos para apreciarlos.

    —Comencé a observar la energíaque emana de cada persona. Paraentonces, el conjunto físico de carne yhuesos había pasado a ser casiinsignificante para mí, y al poco tiempoveía mundos dentro de mundos en todaslas personas con quienes me encontraba.Entonces me di cuenta de que todo servivo es el universo entero, sólo quecada vez lleva un disfraz diferente.

    —¿Eso es posible realmente? —preguntó Arturo.

  • —Llegará el día en que te daráscuenta de que todo el universo vivedentro de ti, y entonces serás un mago.Como mago, no vives en el mundo, elmundo vive dentro de ti.

    —Durante centurias la gente habuscado a los magos donde quiera quese encuentren: en bosques impenetrableso en cuevas, torres o templos. El magotambién ha existido con distintosnombres: filósofo, mago, vidente,chamán, gurú. «Dinos por qué sufrimos.Dinos por qué envejecemos y morimos.Dinos por qué somos tan débiles paraforjamos una buena vida». Sólo ante elmago han podido los mortales

  • descargarse de tantos interrogantesdifíciles.

    —Tras escuchar atentamente, losmagos, maestros y gurús han respondidosiempre lo mismo: «Puedo resolver todaesa masa de ignorancia y dolor sólo si túcomprendes una sola cosa: Yo estoydentro de ti. Esta otra persona con quiencrees estar hablando no es distinta.Somos una sola persona y en ese nivelen el cual estamos unidas, ninguno de tusproblemas existe».

    Una vez que Arturo se lamentó queMerlín lo mantenía en el bosque yapenas le permitía vislumbrar el mundode vez en cuando, el anciano se burló:

  • —¿El mundo? ¿Cómo crees queviven esas personas, aquéllas que hasvisto en el pueblo? Se preocupan por elplacer y el dolor, y buscan ansiosas elprimero mientras evitandesesperadamente el segundo. Estánvivas, pero desperdician la vida y sepreocupan por la muerte. Vivenobsesionadas por la riqueza o lapobreza, y esa obsesión alimenta sustemores más profundos.

    —Por fortuna, el mago interior noexperimenta nada de eso. Puesto que vela verdad, no ve la falsedad, porque eljuego de los contrarios —placer y dolor,riqueza y pobreza, bien y mal—, parece

  • real sólo hasta el momento en que seaprende a ver dentro del marco másamplio del mago. Sin embargo, esimposible negar que ese drama de lavida cotidiana es muy real para laspersonas comunes y comentes. Laapariencia exterior de la vida es la vida,si lo único en lo cual uno cree es en loque le dicen los sentidos, lo que uno vey siente.

    —Los mortales han buscado a losmagos para resolver su obsesión por lasapariencias y su anhelo por encontrarsignificado. Debe haber algo más allá delo que estamos viviendo, pensaron losmortales, sin saber exactamente lo que

  • ese algo más podría ser. «Dedica tiempoa reflexionar no sobre lo que ves, sinosobre por qué lo ves» —le aconsejóMerlín a Arturo.

    Por consiguiente, la primera lecciónse reduce a lo siguiente: Es precisomirar más allá del yo limitado para verel yo ilimitado. Perforar la máscara dela mortalidad para encontrar al mago. Elvive dentro de nosotros y solamente ahí.Una vez que lo hallemos tambiénseremos videntes. Pero aquello quehemos de poder ver llega solamente a supropio ritmo, paso a paso. Antes deverlo, vendrá la sensación de que lavida es algo más de lo que estamos

  • viviendo. Es como una voz suave quesusurra: «Encuéntrame». Esa voz quellama es tranquila, calmada, está en pazdentro de sí misma, pero también esesquiva. Es la voz del mago, perotambién es nuestra voz.

    Para vivir la lección

    Las frases de Merlín operansutilmente, como el agua que se cueladentro de la tierra. El agua que hoy brotaen manantiales cayó en forma de lluviahace miles, hasta millones de años.Nadie sabe mayor cosa sobre la vida de

  • esta agua oculta, a dónde va o qué lesucede entre las rocas del subsuelo.Pero un día, liberada por la gravedad,sale de las profundidades oscuras y,como por encanto, brota pura y fresca.

    Así sucede con Merlín. Si nossentamos en silencio y escuchamosdurante algunos minutos, las palabrascomenzarán a penetrar. Hay que dejarque eso suceda y después permitir que lasabiduría haga lo suyo. No hay queesperar ni prever ningún resultado, sinoestar atentos a lo que pueda suceder.Cualquier cosa que suceda será buena.

    La primera lección es sobreencontrar al mago y apreciar su punto de

  • vista, el cual es muy diferente deladoptado por la mente o las emociones.Las emociones sienten y reaccionan. Soninmediatas, como los tentáculos de laanémona de mar que se retuerceninstantáneamente en respuesta a unasensación. El dolor provoca lacontracción emocional; el placer generaun sentimiento de expansión yliberación.

    Por otro lado, la mente es menosinmediata. Lleva un registro gigantescode recuerdos, los cuales le agradarepasar constantemente. Compara losnuevos con los viejos y toma unadecisión: esto es bueno, aquello es

  • malo, esto vale la pena repetirlo,aquello no. Así, las emociones generanuna respuesta inmediata, impensadafrente a cualquier situación, como elbebé que sonríe o lloraespontáneamente. Pero la mente consultasu banco de memoria y proporciona unareacción retardada.

    El mago no reacciona de ninguna deestas dos maneras, ni inmediata nitardíamente, Merlín sencillamente es. Veel mundo y le permite ser como es. Sinembargo, no es un acto pasivo. La basede todo lo que existe en el mundo delmago descansa sobre el conocimiento deque «Todo esto soy yo mismo». Por lo

  • tanto, al aceptar el mundo como es, elmago lo ve todo bajo la luz de la auto-aceptación, que es la luz del amor.

    Parece extraño que la definición delmago sobre el amor esté envuelta ensilencio. Para las emociones, el amor esuna oleada de sentimiento, una atracciónmuy activa hacia un estímulo abrumador.La mente tiene sus propios estilos, perono son muy distintos: la mente ama todoaquello que le repite un recuerdoplacentero del pasado. «Me encantaesto» básicamente quiere decir: «Meencanta repetir eso que fue tanmaravilloso antes». Por consiguiente,tanto la mente como las emociones son

  • selectivas. Seleccionar y escoger notiene nada malo, pero demanda esfuerzo.Aunque a todos nos han enseñado que elesfuerzo es bueno, que nada puedelograrse sin trabajo, eso no es cierto. Laexistencia no se logra con esfuerzo; elamor no se logra con esfuerzo.

    En un plano más sutil, la selección yla escogencia también implican rechazo.La mente se concentra en una cosa a lavez. Antes de poder decir: «Me agradaeso», es necesario rechazar todas lasdemás opciones. Las cosas que solemosrechazar tienen un viso de temor. Lamente y las emociones no sonimparciales ante el dolor y el

  • sufrimiento; los temen y rechazan. Estehábito de seleccionar y escoger acabapor demandar mucha energía, puesto quenuestra mente permanece vigilante,constantemente alerta para cerciorarsede que jamás se repitan el dolor, ladesilusión, la soledad y muchas otrasexperiencias dolorosas. ¿Qué espacio lequeda al silencio?

    Sin silencio el mago no tieneespacio. Sin silencio no es posibleapreciar realmente la vida, cuyas fibrasmás sutiles son tan delicadas como unbotón de rosa. Cuando los mortalesrecurrían a los magos para pedirlesconsejo, lo hacían porque se daban

  • cuenta que ellos no vivían atemorizados.Los magos aceptan, incluso acogen, todolo que les sucede. «¿Cómo logran teneresa paz?» les preguntaban los mortales.Y la respuesta de los magos era:«Busquen dentro de ustedes mismos,donde sólo hay paz».

    Así, el primer paso hacia el mundode Merlín es reconocer que existe, coneso basta. Al sentarse a reflexionarsobre esta lección es probable que lamente se rebele, rechazando la nociónmisma de que exista otro punto de vistaválido, un camino distinto al propio. Lasemociones quizás se unan a esa ola dedesconfianza, angustia, aburrimiento,

  • escepticismo y desdén, lo que sea quesurja. No hay que resistirse a esossentimientos. Sencillamente son la formahabitual de seleccionar y escoger.Rechazando la mente se coloca enprimer plano. Durante años nos haservido fielmente, alejando de nosotroslas cosas desagradables. La pregunta essi las tácticas de la mente realmente hanfuncionado. Es probable que la mentelogre hacemos inteligentes, pero estámal equipada para darnos la felicidad,la realización y la paz.

    Merlín no discute con la mente.Todos los debates son producto delpensamiento, y el mago no piensa. El

  • mago observa. Y ahí está la clave de lomilagroso, porque todo lo que vemos ennuestro mundo interior podemos hacerlorealidad en el mundo exterior. Vivamosla primera lección, permitamos que elagua de la sabiduría se cuele a través depasajes secretos hacia el interior denuestro ser, y observemos. El mago estádentro de nosotros y solamente ansia unacosa: nacer.

  • Lección 2

    «La magia sólo podrá retornar con elregreso de la inocencia. La esencia del

    mago es la transformación».

    Todas las mañanas, el joven Arturobajaba al estanque del bosque a lavarse.Como todo niño, el baño no era su tareapreferida y muchas veces se quedabapor el camino, distraído con el parloteode las ardillas rojas, las urracas o concualquier otra cosa que le atrajera másque el agua y el jabón.

    Merlín realmente no prestaba mayoratención a toda la mugre que se apilaba

  • en el rostro de su pupilo, alrededor delcuello y por todas partes. Pero llegó eldía en que el mago estalló:

    —¡Podría sembrar frijoles detrás detus orejas! No me importa si solamentepasas un minuto en el estanque, pero hazalgo allí.

    Arturo agachó la cabeza y dijo:—He tenido miedo de confesártelo,

    Merlín, pero cuando me inclino sobre elagua no puedo ver mi propio reflejo. Noveo dónde lavarme, ni siquiera se cómosoy.

    Para desconcierto del niño, cuandoalzó la cabeza Merlín estaba a su lado yse veía dichoso—. Toma —le dijo

  • colocando una gran esmeralda en lamano del niño como premio (Arturo lautilizó posteriormente para saltar porencima del agua).

    —Creí que tu desobediencia eraseñal de que habías perdido tuinocencia, pero veo que me equivoqué.La ausencia del reflejo significa que notienes imagen de ti mismo. Cuando laimagen de ti mismo no te distrae, sólopuedes estar en estado de inocencia.

    Para comprender la lección

    La inocencia es nuestro estado

  • natural, antes de quedar oculto detrás denuestra imagen de nosotros mismos.Cuando nos miramos, incluso con laintención de ser totalmente sinceros,vemos una imagen construida a través delos años, de capas complejamenteentretejidas. Las líneas y arrugas quesurcan nuestro rostro cuentan la historiade alegrías y tristezas pasadas, triunfos yderrotas, ideales y experiencias. Es casiimposible ver algo distinto en él.

    El mago se ve a sí mismo dondequiera que mira porque su vista esinocente. No está nublada por losjuicios, los rótulos y las definiciones. Elmago sabe de todas maneras que tiene

  • ego e imagen de sí mismo, pero no sedeja distraer por esas cosas. Las vecontra el telón de la totalidad, elcontexto completo de la vida.

    El ego es el «yo»; es nuestro puntode vista singular. En la inocencia, esepunto de vista es puro, como un lentetransparente. Pero sin la inocencia, elfoco del ego se distorsionanotablemente. Cuando creemos conoceralgo —incluidos nosotros mismos—, enrealidad estamos viendo nuestro propiosjuicios y rótulos. Las palabras mássimples que utilizamos para describimosunos a otros —amigo, familia, extraño—están cargadas de juicios. La brecha

  • enorme de significado que separa alamigo del extraño, por ejemplo, estállena de interpretaciones. Al amigo se letrata de una forma, al enemigo de otra.Aunque no traigamos nuestros juicios ala superficie, ellos nublan nuestra visióncomo el polvo que oscurece un lente.

    Al no tener rótulos para nada, elmago ve las cosas siempre nuevas. Paraél el lente está limpio, de manera que elmundo resplandece de novedad. En todoescucha la misma canción sutil:«Contémplate». A Dios se lo podríadefinir como alguien que al mirar a sualrededor sólo se ve a si mismo —omisma— en todas las direcciones; en la

  • medida en que fuimos creados a suimagen y semejanza, nuestro mundotambién es un espejo.

    A los mortales les pareció muyextraño este punto de vista mágico,porque tenían su interés puesto en unadirección totalmente diferente. Quedaronfascinados ante las cosas que vieronafuera, y desearon ponerles nombre yutilizarlas. Era preciso dar un nombre atodas las aves y los animales. Erapreciso cultivar las plantas para obteneralimento o placer. Las tierras estabanallí para ser exploradas y conquistadas.

    Merlín no mostró mayor interés entodo eso. Los magos a veces desconocen

  • los nombres de las cosas más comunes,como roble, ciervo o las constelaciones.Sin embargo, un mago podría pasarhoras mirando el tronco retorcido delroble, a un ciervo pastando o el cieloestrellado, y en cada momento de sucontemplación estaría totalmenteabsorto.

    Los mortales quisieron participar deesa forma de arrobamiento. Cuandopreguntaron el secreto para mirar almundo con nuevos ojos, con deleite,Merlín les contestó: «Ustedes hanperdido la inocencia. Como le han dadonombre a las cosas, ya no ven las cosassino sus rótulos». Eso era bastante fácil

  • de ilustrar. Cuando dos caballeros queno se conocían se encontraban en elbosque, inmediatamente buscaban elemblema o pendón que les permitierasaber si se hallaban frente a un amigo oa un enemigo. Tan pronto como veían lainsignia, podían actuar, pero no antes. Elamigo podía ser abrazado, invitado acompartir el banquete y animado acontar sus historias. El enemigosolamente podía ser atacado.

    Merlín decía que esta obsesión pordenominar las cosas es la actividad dela mente, pura y simple. La mente nopuede reaccionar si no hay rótulo. Todosllevamos millones de rótulos en la

  • cabeza y la mente es capaz deconsultarlos a una velocidad asombrosa.La velocidad de la mente essorprendente, pero no nos salva delestancamiento. Todo aquello en lo quepodemos pensar ya lo hemosexperimentado, y todo aquello quehemos experimentado puede llegar acansarnos—. ¿Se preguntan por qué nopueden contemplar un roble o un venadoo una estrella durante más de un minuto?—decía—. Puedo oír la queja de susmentes: «¡Qué aburrición, es lo mismode antes!». Y ahí van, ansiosos deencontrar algo nuevo.

    —No veo dónde está el problema —

  • le dijo un día uno de los ancianos de laaldea—. El mundo es grande y lanaturaleza está llena de aspectos ytransformaciones fascinantes.

    —Eso es muy cierto —reconocióMerlín—, pero según ese argumento,nada debería ser viejo y aburrido. Nadieniega la infinidad de cosas que existenallá afuera. Pero los mortales se quejanconstantemente del aburrimiento, ¿no esasí? —El anciano asintió.

    —Sin embargo, has pronunciado lapalabra acertada —continuó Merlín—.Transformación. Pero es tu propio yo elque debe estar en constantetransformación. No puedes traer al

  • mundo a tu viejo yo y pretender ver unmundo enteramente nuevo.

    El mago nunca ve la misma cosa dela misma manera dos veces. Así, cuandoobserva en el bosque, no está absortotanto en la vista del ciervo como enalguna nueva faceta de su ser: susuavidad, gracia, timidez o delicadeza.Cuando el ojo se renueva, cualquierapuede ver esas cualidades. Estas seabren como los pétalos de una rosa. Espreciso tener paciencia, pero vale lapena esperar. La inocencia es la únicaflor que existe. Jamás se marchita y, porlo tanto, tampoco el mundo.

  • Para vivir la lección

    Cuanto termine de leer la lección,dedique unos momentos a tratar derecuperar un toque de inocencia. Es másfácil de lo que imagina. Lo primero quedebe saber es qué no debe hacer. Nojuzgue su estado actual. Es probable queesté cansado o deprimido, o que sientala necesidad de desfogar gran cantidadde ira, temor o culpa. Olvide todo esopor un momento, porque la inocencia,como enseña Merlín, está más allá de lamente.

    Sólo mire esta lista de palabras:

  • Pesado.Liviano.Negro.Blanco.Sol.Luna.

    Tomando cada una de esas palabrasseparadamente, experimente esascualidades. No importa si usted es eltipo de persona que trae a la menteimágenes en lugar de sentimientos, oconceptos en lugar de objetos concretos.Todos los sistemas sirven. ¿Se diocuenta de que a la mente le es imposibleevitar tener alguna sensación de peso,

  • liviandad, blanco, negro, etcétera? Dehecho, ni siquiera pudo leer las palabrassin generar por lo menos un leve saborde cada cualidad.

    Para que estas cualidades existan senecesita de su participación. Si ustedparticipa de manera inocente, lascualidades se presentarán nuevas,renovadas. Así es como ve el pintor.Mira una cesta de frutas, un barco, unanube, pero en lugar de ser receptorpasivo de todas esas cosas, las crea através de su visión. Las dota de supropio espíritu.

    Y lo mismo hacemos todos, hasta enel acto más simple de ver una cosa

  • ordinaria. Esta experiencia demuestraque la inocencia no se pierde, solamentese oculta. El secreto para ver coninocencia es mirar desde un nuevo puntode vista, uno que no esté condicionadopor lo que se espera ver.

    —Si realmente pudieras ver eseárbol que está allá —dijo Merlín—, tecaerías del asombro.

    —¿En serio? Pero ¿por qué? —preguntó Arturo—. Es sólo un árbol.

    —No —dijo Merlín—. Es sólo unárbol en tu mente. Para otra mente es unaexpresión de espíritu y belleza infinitos.En la mente de Dios es un hijo querido,más dulce que cualquier cosa que

  • puedas imaginar.Mientras la mente pueda registrar el

    color, la luz, la densidad y la sensacióndel mundo, se estará percibiendo asímisma. La palabra pesado o blanco,crea una sensación dentro de nosotrosque le pertenece sólo a cada uno. Noexisten la pesadez ni la blancura «alláafuera» sin que las percibamos; noexisten la vista, el oído, el tacto, el gustoo el olfato sino como una chispapequeña de la consciencia. Enviemosuna cámara a la Luna para tomarfotografías de todos los cráteres yvalles, y traigámosla de regreso a laTierra. Si no hay un ser humano que vea

  • la fotografía, no hay imagen, solamenteagentes químicos que han reaccionado auna disposición momentánea de losfotones. La película estará tan muertacomo la luna misma. Merlín diría que sino hay quien mire la imagen de la Luna,tampoco hay Luna.

    Por lo tanto, es de vital importanciaver el mundo inocentemente, porque esla única forma como adquiere vida. Elojo imprime vida a todo lo que ve.Detrás de cada molécula de existenciadeben estar la consciencia y lainteligencia; de lo contrarío, el universosería un torbellino aleatorio de gasesinertes y estrellas muertas, un vacío

  • penando por recibir la semilla delnacimiento. Sin la inteligencia no hayvida, solamente actividad. Cada miradaque echamos por la ventana pone lasemilla de la vida en la creación. Poresa razón Merlín tomaba tan en serio sutarea de observar los robles, los ciervosy las estrellas. No deseaba quemurieran; amaba la vida.

    Esta lección se resume diciendo:«Mira con inocencia y serás dador devida». Ése es el credo mágico al cual seatenía Merlín. A los mortales les eradifícil comprender algo tan simpleporque iba en contra de su prejuicio máshondo, a saber: «El mundo es primero y

  • después soy yo». Pero nosotros mismosno estaríamos vivos de no ser porquealgún ser inocente nos vio primero. Ésefue el acto que plantó la semilla de todoel universo, y fue un acto de amor.Conoceremos nuevamente nuestrainocencia cuando veamos el amor quepalpita en cada brizna de la creación.

  • Lección 3

    El mago observa los ires y veniresdel mundo, pero su alma habita enel ámbito de la luz.El paisaje cambia, el observadorpermanece igual.El cuerpo es sólo el sitio al que losrecuerdos llaman hogar.

    Merlín prefería evitar que lo vieran losmortales, pero en ocasiones se le podíaver una tarde de verano haciendoequilibrio en un pie, al borde de uncampo. Los campesinos curiosos se leacercaban, pero Merlín permanecía

  • como una estatua, sin emitir sonidoalguno o reconocer su presencia.

    En esas ocasiones, Arturo pensabaque su maestro parecía una garza viejaacechando a un pez en el pantano. Undía, después de que Merlín habla pasadohoras contemplando el estanque, el niñono resistió la tentación de preguntarlequé era lo que miraba.

    —No lo sé con exactitud —contestóMerlín—. Vi una libélula y quisemirarla más de cerca. Se atravesó en micamino como un sueño fugaz, pero alcabo de un momento olvidé si la libélulaera mi sueño o si yo era el de ella.

    —¿No es obvia la respuesta? —

  • preguntó Arturo.Merlín le propinó un golpecito en la

    cabeza y le dijo:—Tú crees que tus sueños existen

    aquí adentro. Pero como yo meencuentro en todas partes, ¿cómo puedosaber cuál parte de mí sueña a otra?

    Para comprender la lección

    Al mago que llevamos dentrotambién podríamos llamarlo testigo. Elpapel del testigo es no intervenir en elmundo cambiante, sino ver ycomprender. El testigo no descansa,

  • permanece despierto aun mientrassoñamos o dormimos sin soñar. Por lotanto, no necesita ver a través denuestros ojos, lo cual parece bastantemágico. ¿No son acaso los ojos losórganos esenciales para ver?

    La energía y la información sonfundamentales para cualquier cosa quepodamos ver, oír o tocar en el mundorelativo, cada átomo se puededescomponer en esos dos elementos. Sinembargo, en su estado primordial esosingredientes no tienen forma. Un haz deenergía puede alejarse en un remolinoinforme como una bocanada de humo; lainformación se puede descomponer en

  • trozos aleatorios de datos. Se necesitaotra fuerza para organizar el ordenmaravilloso de la vida: la inteligencia.La inteligencia es lo que aglutina aluniverso.

    Para el mago, ésta no es una nociónteórica porque puede ver con su propioojo interior que él es esa inteligencia.Los mortales se desconciertan ante esteconcepto, puesto que no pertenece a lamente. Están acostumbrados a saber lascosas, pero no a la sabiduría misma. «Elmortal más brillante —dijo Merlín—,no es mejor que el más idiota tan prontocomo ambos se duermen. Los dos tienenlas mismas pesadillas y se preocupan

  • por la muerte. El temor nace con ellos yno pueden disfrutar el más nimio de losplaceres sin saber que al poco tiempo sedesvanecerá».

    La sabiduría del mago permanecepresente incluso durante el sueño. Lainteligencia universal siempre despierta,consciente y que todo lo sabe, no es parael mago una fuerza creadora distante.Vive en cada átomo. Es el ojo detrás delojo, el oído detrás del oído, la mentedetrás de la mente.

    Por lo tanto, el mago no necesitaestar despierto con los ojos abiertospara ver. En el sentido más profundo,podemos ver mientras dormimos o

  • soñamos, porque ver significa estardespiertos a la inteligencia universal.Cuando el testigo está totalmentepresente, todo es comprensible.

    El conocimiento del mago essabiduría pura que no depende de loshechos externos. Es el agua de la vidatomada directamente de su fuente. Sinimportar los cambios que ocurran en eluniverso, la sabiduría del mago nopuede cambiar, el paisaje va y vienepero el observador es siempre el mismo.Antes de hallar al mago en nuestrointerior, todos dependemos de lossentidos y de la mente para saber lo quesabemos. Nuestro conocimiento es

  • aprendido. Está almacenado en lamemoria y catalogado de acuerdo conlas cosas que nos interesan; porconsiguiente, es selectivo. Elconocimiento del mago es innato.

    En una ocasión, Arturo casi muerede susto cuando Merlín salió corriendocomo si estuviera loco, blandiendo unenorme cuchillo de carnicero.

    —¿Qué haces? —preguntó elaterrorizado muchacho.

    —Estoy pensando —contestó Merlín—. ¿Acaso tú no piensas así?

    —No —dijo Arturo.Merlín se detuvo y dijo:—Ah, entonces debo estar

  • equivocado. Tenía la impresión de quela mayoría de los mortales utilizaban lamente como un cuchillo, para cortar ydisecar. Quería saber cómo era. Si mepermites decirlo, hay mucha violenciaoculta en lo que ustedes los mortalesllaman racionalidad.

    La mente del mago es como un lenteque toma lo que ve y lo deja pasar sindistorsionarlo. La ventaja de ese tipo deconsciencia es que unifica, mientras quela mente racional separa. La menteracional observa «en el exterior» unmundo de objetos en el tiempo y elespacio, mientras que el mago lo ve todocomo parte de sí mismo. En lugar del

  • «exterior» y el «interior», existe unasola corriente unificada.

    De ahí que Merlín dijera que nosabia si era él quien soñaba con lalibélula o si la libélula era la quesoñaba con él. Sólo hay diferencia en laseparación, tal como la ve la mente.Para el ojo del mago, los dos son unamisma cosa.

    Para vivir la lección

    No es fácil explicar en qué consisteser testigo. En el estado normal devigilia, todos vemos objetos, pero el

  • testigo ve luz. Se ve a si mimo como unfoco de luz y al objeto como otro, perotodo dentro del contexto de un granámbito cambiante donde sólo hay luz.

    La luz es una metáfora para hablarde los estados elevados del ser. Cuandouna persona que ha tenido unaexperiencia cercana a la muerte dice:«Entré dentro de la luz», quiere decirque experimentó un plano más sutil de simisma. La luz puede asumir la imagendel cielo o de otro mundo, pero para elmago nuestro mundo corriente tambiénes sólo una imagen, proyectadaigualmente desde la consciencia.

    «Toda consciencia es luz —decía

  • Merlín—, y toda luz es consciencia».Las fronteras que inventamos paradividir el cielo y la Tierra, la mente y lamateria, lo real y lo irreal, sonsolamente mecanismos de conveniencia.Puesto que hemos inventado lasfronteras, podemos hacerlas desaparecercon la misma facilidad.

    Observe atentamente esta página.Para usted es un objeto. Es sólida en lamedida en que está hecha de fibras demadera convertidas en papel, pero esabstracta en el sentido de que está hechade ideas. ¿Es una página una cosa depapel, una cosa de ideas, o ambascosas? Note con cuánta facilidad puede

  • percibirla como las dos cosas, pero notetambién que no puede ver ambas cosasal mismo tiempo. En otras palabras, lasdistintas realidades pueden coexistir,pero cada una respeta su propio nivel deexistencia. Una palabra no es otra cosaque puntos de tinta en un nivel, pero esla clave de una idea en otro.

    Todos los estados de existencia,desde el más sutil e inmaterial hasta elmás grosero y sólido, dependen delobservador. Si quisiéramos, podríamosdisolver la página sólida y convertirlaen nada, de la siguiente manera: una hojaestá hecha de papel, el papel está hechode moléculas, las moléculas están

  • compuestas de átomos, los átomos sonhaces de energía a nivel cuántico, y loshaces de energía son espacio vacío enun 99.99999 por ciento. Puesto que ladistancia entre un átomo y otro esbastante grande —proporcionalmentemayor que la distancia entre la Tierra yel Sol—, podemos decir que esta páginaes sólida sólo si estamos dispuestos adecir que el espacio que nos separa delSol es sólido.

    Esta experiencia de convertir lascosas aparentemente sólidas en nadapuede hacerse también al contrario.Comenzando con un espacio «vacío»,podemos añadir haces de energía,

  • átomos, moléculas y así sucesivamentepor la cadena de la creación hasta llegaral objeto que queramos, incluido nuestropropio cuerpo. La mano que da vuelta aesta página es una nube de energía y laúnica forma de sentirla o de que ellasienta la página es a través de un acto deconsciencia. Otros haces de energía,como la luz ultravioleta que nos rodea,escapan totalmente a nuestra percepción.Por lo tanto, los ires y venires delmundo dependen enteramente del poderde la percepción. Fuimos creados comovidentes a fin de que el mundo existieracomo algo para ver. Sin los ojos, elmundo sería invisible.

  • Ahora podemos tomar esta noción ydar un paso más. Todo lo que existesobre la Tierra se nutre con el Sol, elcual es una estrella. El alimento queconsumimos se transformó a partir de laluz de una estrella y, al consumirlo,nosotros creamos un cuerpo provenientede la misma fuente. En otras palabras, elhecho de comer un alimento no es otracosa que el acto de una luz que consumeluz. Esta luz, aunque adopta muchasformas, desde espirales gaseosas yquásares hasta un conejo que roe lahierba, es sólo una. No existe en unsitio, sino que está en todas partes.Sentimos que estamos en un sitio, pero

  • eso es cierto solamente porque en estemomento estamos dedicados al acto desuprema creación consistente enconvertir el universo de luz en un solofoco denominado cuerpo y mente.

    —Desearía hacer milagros —suplicó Arturo un día.

    —Este mundo existe gracias a ti —replicó Merlín—. ¿No te parecesuficiente milagro?

    El mago lleva este razonamientomágico hasta lo último. Si la vista hacevisible al mundo, pregunta: ¿Qué o quiénes el creador de la vista? ¿Quién vio alojo antes de que éste pudiera ver? Larespuesta es la consciencia. El vidente

  • tras el ojo es simplemente laconsciencia misma, la cual da vida anuestros sentidos para que ellos puedandar vida a todo lo que nos rodea, este noes un misterio metafísico. Dentro delútero de la madre, el embrión comienzala vida como un sola célula, sin órganosde los sentidos; después evoluciona enmúltiples células que se agrupan enregiones especificas, que a su vez seconcentran en diversas funciones; yfinalmente, esas funciones emergen enforma de ojos, oídos, lengua, nariz ydemás. Un ojo es muy distinto de unoído, pero la diferencia de sus formas esengañosa. Todos nuestros sentidos

  • estaban contenidos en forma deinformación codificada, en esa primeracélula fecundada.

    La información no es más queconsciencia hecha manifiesta en unaforma almacenable, como este libro. Sino supiéramos lo que es un libro,diríamos que es simplemente unacolección de signos de un códigoextraño, cuando en realidad es un canalpara que una consciencia se comuniquecon otra.

    Desde el punto de vista de Merlín, elmundo entero era para él una forma dehablar consigo mismo.

    —Si alguna vez olvidas algo —le

  • dijo a Arturo—, el bosque te lorecordará.

    —He olvidado muchas cosas que elbosque no me recordó —protestó elniño.

    —No es cierto —replicó Merlín—.De lo único que puedes olvidarte es deti mismo, y eso lo puedes encontrar bajocada árbol.

    ¿Por qué existe el mundo? Porqueuna vasta consciencia quiso escribir elcódigo de la vida y desplegar sus hebrasen la página del tiempo. De ahí que elmago no pueda saber dónde termina sucuerpo y dónde comienza el mundo.¿Está usted soñando con este libro, o es

  • el libro el que sueña con usted?

  • Lección 4

    ¿Quién soy yo? es la única preguntaque vale la pena hacerse y la únicaque nunca se responde.Nuestro destino es representar unainfinidad de papeles, pero esospapeles no somos nosotros mismos.El espíritu no tiene lugar, pero dejatras de sí una huella a la cualllamamos cuerpo.Un mago no se considera a símismo un suceso local que sueñaun mundo más grande.Un mago es un mundo que sueñasucesos locales.

  • Merlín desapareció del mundo de Arturodurante muchos años; sin embargo, unbuen día reapareció y salió del bosqueen dirección a Camelot. Dichoso de vera su maestro, el rey Arturo ordenó ungran banquete en su honor, pero Merlínse mostró perplejo y miró a su antiguopupilo como si nunca lo hubiera visto.

    —Tal vez podría asistir, si eres lapersona que creo que eres —dijo Merlín—. Pero, dime la verdad, ¿quién eres?—Arturo quedó desconcertado, peroantes de que pudiera protestar, Merlín sedirigió a la corte reunida y dijo en vozalta—: Le doy esta bolsa de polvo deoro al que pueda decirme quién es esta

  • persona. —E inmediatamente aparecióen su mano una bolsa repleta de oro enpolvo. Aturdidos y mortificados,ninguno de los caballeros de la MesaRedonda se adelantó. Entonces un jovenpaje se aventuró a decir—: Todossabemos que él es el rey. —Merlínsacudió la cabeza y expulsó bruscamenteal joven de la sala.

    —¿Ninguno de ustedes sabe quién esél? —repitió.

    —Es Arturo —gritó otra voz—.Hasta un idiota sabe eso. —Merlínidentificó el sitio de donde venía la voz,del rincón donde estaba una ancianasirvienta, y también le ordenó que

  • abandonara el recinto. Toda la cortezumbaba de confusión, pero el reto delmago no tardó en convertirse en juego.

    Comenzaron a oírse variasrespuestas: el hijo de Uther Pendragon,el gobernante de Camelot, el soberanode Inglaterra. Merlín no aceptó ningunade ellas, como tampoco algunas másingeniosas como hijo de Adán, flor deAlbión, un hombre entre los hombres, yasí sucesivamente. Finalmente le llegóel turno a la reina Guinevere.

    —Es mi amado esposo —murmuró.Merlín solamente sacudió la cabeza.Uno por uno, todos abandonaron el gransalón hasta que quedaron solos el mago

  • y el rey.—Merlín, nos has puesto a todos en

    una situación embarazosa —admitióArturo—. Pero estoy seguro de saberquién soy. Por lo tanto, mi respuesta esésta: Soy tu viejo amigo y discípulo. —Tras vacilar unos segundos, Merlíndesechó también esta última respuesta, yal rey no le quedó otra alternativa quesalir. Sin embargo, movido por lacuriosidad, se dirigió hacia una puertaabierta desde donde podía ver el gransalón. Para su asombro, vio cómoMerlín iba hacia una ventana y lanzabael oro al aire.

    —¿Por qué hiciste eso? —gritó sin

  • poder reprimirse.Merlín alzó la vista—. Tuve que

    hacerlo —replicó—. El viento me dijoquién eres.

    —¿El viento? Pero si no dijo nada.—Precisamente.

    Para comprender la lección

    Los magos y los de su especie confrecuencia han preferido no tenernombre ni pertenecer a sitio alguno. Noes de su agrado permanecer en un sololugar, donde podrían llegar aacostumbrarse demasiado a los

  • mortales. «Quien quiera que me llamepor mi nombre es un extraño —decíaMerlín—. El hecho de que reconozcasmi rostro no significa que me conozcas».

    Los magos se consideran ciudadanosdel cosmos. Por lo tanto, el sitio exactodonde se les pueda encontrar esirrelevante.

    En la vida mortal, lo que nos limitaen primero y último lugar son losnombres, los rótulos y las definiciones.Tener un nombre es útil —nos permitesaber cuál es el certificado denacimiento que nos pertenece—, pero notarda en convertirse en una limitación.El nombre es un rótulo. Define un lugar

  • y una hora de nacimiento, en unadeterminada familia. Al cabo de unosaños, el nombre define que vayamos auna determinada escuela, y que despuéssigamos una determinada profesión.Cuando llegamos a los treinta años,nuestra identidad está encerrada en uncajón de palabras. Las paredes del cajónpodrían estar hechas de lo siguiente:«Abogado tributario católico, educadoen "X" universidad, casado, padre detres hijos y con una hipoteca». Aunquees probable que esos hechos seanexactos, son engañosos. Atrapan a unespíritu incondicionado dentro de unascondiciones.

  • Muchas de esas limitaciones parecenpertenecernos a nosotros, cuando enrealidad se refieren únicamente anuestro cuerpo —y todos somos muchomás que un cuerpo—. El mago tiene unarelación peculiar con su cuerpo. Lo vecomo un haz de consciencia que adoptauna forma en el mundo, de la mismamanera como las piedras, los árboles,las montañas, las palabras, los deseos ylos sueños fluyen y adoptan una forma.El hecho de que un deseo o un sueño notenga sustancia mientras que el cuerpoes sólido, no perturba al mago. Losmagos no tienen el prejuicio común quenos lleva a pensar que «sólido» es

  • sinónimo de «realidad».El mago no se ve a si mismo como

    un suceso local que sueña con un mundomás grande. El mago es un mundo quesueña con sucesos locales. No hayfronteras que lo limiten. Los mortales nopodrían vivir sin fronteras. Sus cuerposdefinen el lugar donde se encuentran, sincuerpo no podrían ni siquiera saber cuáles su hogar, puesto que el hogar es elsitio a donde va el cuerpo pararefugiarse y descansar.

    Sin embargo, Merlín no seconsideraba un ser sin hogar. Decía:«Este cuerpo es como un nido al cualllegan mis pensamientos, pero entran y

  • salen tan rápidamente que bien Podríadecirse que viven en el aire».Suponemos que nuestros pensamientosvan y vienen dentro de nuestra mente,pero, nuevamente, no podemosdemostrarlo. ¿Quién ha visto unpensamiento antes de que aflore? ¿Quiénsigue un pensamiento hasta el sitio adonde va después?

    Merlín no comprendía por qué losmortales deseaban aferrarse a suscuerpos. «Está bien decir que estaenvoltura de carne y hueso soy “yo” —decía—, pero sólo si esa colina, esapradera y ese castillo también son“yo”». A los ojos de Merlín, el cuerpo

  • mortal no era mejor que un percheropara colgar las creencias, los temores,los prejuicios y los sueños. Si secuelgan demasiados abrigos en unperchero, éste desaparece de vista. Esoes lo que los mortales han hecho con suscuerpos, decía Merlín. Es imposible verla verdad del cuerpo humano —que esun río de consciencia que corre a travésdel tiempo—, debido al exceso de pesodel pasado que se ha acumulado sobreél.

    Para vivir la lección

  • Para experimentar esta lección,olvide su nombre durante un tiempo.Digamos que la pregunta ¿quién soy yo?es real en este momento. Escapar delnombre y de la forma implica descubrirquiénes somos en realidad. La mayorparte del tiempo nos experimentamos através de la limitación. Representar unpapel es una limitación y, aun así, todoel mundo asume y descarta papeles todoel tiempo. Recuerde cuando usted erapequeño y su madre era lo másimportante del mundo. Usted noimaginaba que ella tuviera otra vidaaparte de ser su mamá; la identidad de

  • ella estaba grabada en su mente. Sólocuando usted creció, se dio cuenta deque ella representaba otros papelescomo el de esposa, hermana, hija,profesional y demás. A la mayoría delos niños les es difícil aceptar el hechode que su mamá tenga una vida propia, yque ésta no gire totalmente alrededor dela maternidad —ése es el egoísmonatural de todos los niños pequeños—.Pero con el tiempo aprendemos ameternos en nuestros propios papeles,siguiendo el ejemplo de nuestros padres.

    Asumir un gran número de papelesnos parece una forma de ampliar nuestraexperiencia. Una mujer que se limita a

  • ser madre podría sentirse abrumada porla vida. En nuestra sociedad, ser«completos» significa representar tantospapeles como sea posible. Pero el magono ve la situación de esa manera. Paraél, ser completo significa liberarse detodos los papeles. «Soy un espíritu librereducido a la apariencia de estepequeño cuerpo —diría Merlín—.Podemos tapar el Sol con un dedo, ¿peroacaso su luz no llena todo el cielo?».

    Dejar de representar papeles no esfácil; sin embargo, para entrar en elmundo del mago es necesario prescindirde los papeles que jugamos. ¿Cuál es,entonces, la experiencia de estar

  • totalmente liberados de los papeles? Enrealidad es bastante simple. Cuandodespertamos en las mañanas, hay uninstante antes de comenzar a pensar enlas cosas del día, un momento parasentirnos despiertos sin ningúnpensamiento en la mente. Somos apenasnosotros mismos, en un estado deconsciencia simple. Esta experiencia desimplicidad se repite a intervalosdurante el día, pero son pocas laspersonas que toman nota, porqueestamos acostumbrados a identificarnoscon el proceso de pensamiento, el cualtambién tiene lugar durante todo el día.Sin embargo, en realidad no somos lo

  • que pensamos.Quizás le resulte difícil creer esto,

    pero los pensamientos que pasan por sucabeza no son suyos, le pertenecen alnombre, a los papeles que ustedrepresenta. Si usted es una mujer quepiensa en su hijo, en cómo le va en laescuela, en qué prepararle para la cena,etc., no es usted la que tiene esospensamientos. Es la madre. Cuando enmi consulta pienso en los diagnósticos,las fórmulas y demás, es el médico elque está pensando. Los papeles demadre y médico son útiles, claro está,pero llega el momento en que terminan yentonces todos debemos confrontar el

  • enigma de quién somos, enigma quejamás desciframos, independientementede cuán bien hayamos representadonuestros papeles.

    Sin embargo, si usted lo desea,puede trascender el nivel de los papelesen un segundo. Mientras lee, dirija suatención a quien está leyendo. Omientras escucha música, dirija suatención a quien está escuchando. O sive un arco iris, trate de ver a quien loestá mirando. En todos los casos sentiráinmediatamente una consciencia alerta,despierta, desprendida, silenciosa y, noobstante, intensamente viva. ¿Qué es loque usted ha hecho en realidad? Ha

  • interrumpido el acto de la observaciónpara vislumbrar al observador. Estamaniobra arroja una luz sobre la certezaabsoluta de la existencia, porque másallá de la observación está elobservador inmodificable. Esteobservador es el factor sin tiempopresente en todas las experienciaslimitadas por el tiempo; este observadores usted.

    La idea de existir fuera del tiempopuede ser atemorizante para quien seidentifica fuertemente con el papel querepresenta. Es enorme el número depersonas que se sienten devastadascuando pierden el empleo, cuando los

  • hijos crecen y se van, cuando fallece sucónyuge amado. Su sentido del «yo» estátan ligado a los nombres, los rótulos ylos papeles, que no han dedicado tiempopara averiguar quiénes son en realidad.

    El hecho de ser totalmente humanosnos hace reales. Pero la realidad no sepuede definir, sólo se puedeexperimentar. Manténgase alerta a esosbreves momentos durante el día cuandoexperimenta su yo fundamental detrás deuna respiración, un sentimiento, unasensación. Antes de saltar de la camamañana, trate de capturar esa fugazinsinuación del ser puro y simple, antesde que la mente comience a conversar.

  • Ese estado quieto, silencioso, sinnombre, es muy gratificante. No esafectado por el pensamiento, laconversación o la acción. Es el castillocuyos muros inexpugnables protegen labóveda donde se encuentra el verdaderotesoro de la vida.

  • Lección 5

    Los magos no creen en la muerte.A la luz de la consciencia, todovive.No hay principios ni final es. Parael mago, éstos no son más quefabricaciones de la mente.Para estar totalmente vivo, espreciso estar muerto para elpasado.Las moléculas se disuelven ydesaparecen, pero la conscienciasobrevive a la muerte de la materiaen la cual se aloja.

  • En todas las historias sobre Merlín,hasta en las más confusas, se da porsentado que el mago vivía hacia atrás enel tiempo. En su época, esto causó granconsternación entre los mortales. Elanciano mago gritaba «¡Cuidado!» unsegundo después de quemarse Arturocon agua hirviendo. Aparecía en losfunerales y le acariciaba el mentón alcadáver como si fuera un recién nacido.Y por si fuera poco, los aldeanosmurmuraban que se había visto a Merlínen los cementerios, entregando regalosde bautismo a las lápidas.

    —¿Puedes explicarme por qué viveshacia atrás en el tiempo? —preguntó una

  • vez el joven Arturo.—Porque todos los magos lo hacen

    —contestó Merlín.—Y, ¿por qué?—Porque lo preferimos. Tiene

    muchas ventajas.—No le veo ninguna —insistió

    Arturo, pesando en los extraños hábitosde Merlín, como desayunar antes deacostarse.

    —Mira, te mostraré —dijo Merlín, yllevó a Arturo afuera de la cueva decristal. Era un día caluroso de verano yel Sol estaba en el punto más alto delcielo.

    —Ahora —dijo Merlín,

  • entregándole una pala al niño—,comienza a cavar una zanja de aquí hastaallá y no te detengas hasta que te diga.

    Arturo se entregó a la tarea con todosu empeño, pero al cabo de una horaestaba agotado y Merlín aún no le habíadicho que se detuviera—. ¿Con esto essuficiente? —preguntó. Merlín se quedómirando la zanja.

    —Sí, es suficiente —dijo—. Ahorallénala de nuevo. —Aunque Arturoestaba acostumbrado a obedecer, laorden no le agradó demasiado. Sudorosoy con el ceño fruncido, continuótrabajando hasta llenar totalmente lazanja.

  • —Ahora siéntate a mi lado —dijoMerlín—. ¿Qué piensas del trabajo queacabas de hacer?

    —Que no tenía objeto —sedesahogó Arturo.

    —Exactamente, y lo mismo sucedecon la mayoría de los esfuerzos del serhumano. Pero la inutilidad sólo sedescubre cuando ya es demasiado tarde,una vez realizado el trabajo. Si vivierashacia atrás en el tiempo, habríasreconocido que hacer esa zanja no teníaobjeto, y no te habrías molestado encomenzar a cavar.

  • Para comprender la lección

    Las leyendas de la época arturianaen las que se afirma que Merlín vivíahacia atrás en el tiempo eran unasimplificación.

    A los antiguos narradores de mitosles encantaba asombrar, y cualquierlector que tratara de descifrar lo quesignificaba vivir hacia atrás en el tiempose maravillaría con ese singularpersonaje que era Merlín. Comoresultado, hubo quienes lo vieron comoprofeta o adivino. Podría decirse que

  • todo profeta vive hacia atrás en eltiempo, puesto que aparentementeexperimenta lo que aún no ha sucedido.

    Pero en un plano más profundo, parala mente medieval vivir hacia atrás en eltiempo significaba desafiar el ciclonatural del nacimiento y la muerte.Quienquiera que se hace más joven díatras día es porque ha escapado a lasleyes inmutables que ordenan que todaslas cosas vivas se deterioran y mueren.Se diría que el día del nacimiento de unmago es el día en que desaparece delmundo, suponiendo que en realidadmuera.

    A fin de desenredar esta paradoja es

  • preciso comprender el tiempo como loexperimenta el mago.

    —Ustedes los mortales tomaron sunombre de la muerte —dijo Merlín en lacueva de cristal—. Se llamaríaninmortales si creyeran que son criaturasde vida.

    —Eso no es justo —protestó Arturo—. Nosotros no escogimos la muerte.Nos fue impuesta.

    —No, sencillamente estánacostumbrados a ella. Todos ustedesenvejecen y mueren porque ven a losdemás hacer lo mismo. Sólo tienen quedescartar esa costumbre desgastada,para liberarse de las redes del tiempo.

  • —¿Descartar la muerte? ¿Y esocómo se hace? —quiso saber Arturo.

    —Para empezar, debes volver a lafuente de esa costumbre. Ahí encontrarásalgún trozo de falso razonamiento que teconvenció de ser mortal en primer lugar.En el origen de toda falsa creencia hayun razonamiento falso. Despuésencuentra la falla en tu lógica y deshaztede ella. Es muy sencillo.

    Arturo se conoce en la leyenda comoel «rey que fue y será», lo que da aentender que también él había aescapado al hechizo de la muerte. ¿Quéfue lo que él averiguó? ¿Cuál es la falsalógica que los magos ven detrás de la

  • mortalidad? Básicamente es nuestraidentificación con el cuerpo. Loscuerpos humanos nacen, envejecen ymueren. Es ilógico identificarse con eseproceso, pero una vez aceptada esanoción, ella nos condena a morir.Caemos bajo el hechizo de la mortalidady no tenemos otra alternativa que aceptarla muerte.

    A fin de romper el encantamiento esnecesario pasar de identificarnos con lotemporal a identificarnos con lo eterno.Por lo tanto, el mago emprende un viajeque lo lleva a descubrir la verdad sobreel tiempo, ése es el significado real dela historia según la cual Merlín vivía

  • hacia atrás en el tiempo. El deseabadevolverse en el tiempo hasta el inicio.

    Para vivir la lección

    Según la experiencia del mago, eltiempo es la eternidad cuantificada.«Todos estamos rodeados por loeterno», sostenía Merlín. «La preguntaes qué hacer con él». Al descomponer loeterno en trozos pequeños creamos eltiempo, y ésa aún es nuestra tendencia.Para nosotros, el tiempo fluye de maneralineal. Los relojes marcan los segundos,los minutos y las horas, registrando la

  • larga marcha desde el pasado hasta elpresente y hacia el futuro. Einsteindesvirtuó ese concepto lineal del tiempocuando demostró que éste es relativo ytiene la capacidad de acelerar odisminuir su velocidad.

    Además de parecerse un poco aMerlín, Einstein tuvo que haber entradoen el mundo del mago para plantear estaasombrosa noción. Según su propiorelato, él pudo sentir la teoría de larelatividad mucho antes de poderdemostrarla matemáticamente. Nosotrossentimos el tiempo como una cosarelativa, fluida —un suceso feliz loacelera, mientras que una experiencia

  • dolorosa lo frena—. Un día para unenamorado es como un segundo,mientras que una mañana en elconsultorio del odontólogo parece unaeternidad.

    Pero ¿en realidad es posible queesta nueva forma de concebir el tiemponos permita superar la muerte? Para elmago, la muerte es sólo una creencia. Larelatividad nos permite alterar nuestracreencia en el tiempo lineal. No esdifícil pensar en otros ejemplos que nospermitirían creer en la inmortalidad. Siconsideramos, por ejemplo, que eluniverso es un depósito de energía,entonces desde el punto de vista de la

  • energía nada muere, porque ésta no sedestruye. Siempre estaremos aquí enforma de energía.

    —Pero no deseo ser energía —protestó Arturo cuando escuchó eserazonamiento.

    —Ése es tu fatal error —señalóMerlín—. Como te identificas con tucuerpo, piensas que necesitas una forma.La energía no tiene forma, de maneraque tú no crees que puedas ser energía.Pero lo único que quería hacerte ver esque la energía no puede nacer; no tieneprincipio o fin. Mientras no dejes depensar que tienes principio, no podrásencontrar tu parte inmortal, la cual no

  • debe nacer a fin de que no muera jamás.Viendo el rostro abatido del niño,

    Merlín lo tranquilizó:—No te estoy robando el cuerpo

    para establecer que no tienes forma. Loúnico que debes hacer es ver lo que notiene forma dentro de la forma, y asípodrás tener la inmortalidad en mediode la mortalidad.

    Las moléculas se forman y sedisuelven, retornando al caldoprimordial de átomos. Pero laconsciencia sobrevive a la muerte de lasmoléculas sobre las que cabalga. Lo queuna vez fue un paquete de energía en unrayo de sol se convierte en hoja, sólo

  • para caer y transformarse de nuevo entierra. Este cambio de estado traspasamuchas fronteras. El rayo de sol esinvisible, mientras que las hojas y latierra son visibles. La hoja vive y crece,mientras que el rayo de sol no. Loscolores de la luz, la hoja y la tierra sondiferentes, y así sucesivamente.

    Pero todas esas transformacionesexisten como fabricaciones de la mente.La energía real presente en el rayo desol no cambia en lo absoluto,sencillamente es parte del juegoconstante de los fotones y electrones quelo componen todo, ya sea que seperciban como vivos o muertos. La

  • ciencia moderna le ha permitido a lamente adentrarse dentro de esta nueva ycorrecta perspectiva; ahora debemosaprender a viviría. Los pensadoresvisionarios como Einstein sólo puedenayudarnos a superar las barrerasmentales; nos toca a nosotros romper lasdemás, las barreras de los instintos y lasemociones, nosotros mismos.

    El temor emocional a la muerte esuna de esas barreras. Desde el punto devista del mago, todo el fenómeno de lamuerte está envuelto en el temor, aunqueese temor tiene un origen tan profundoque sus efectos no son obvios deinmediato. Sin embargo, hay un ejercicio

  • sencillo para descubrirlo. Siéntese conuna pila de hojas de papel. Escoja unsitio donde no haya ruido nidistracciones. Después coloque la puntadel bolígrafo sobre la primera hoja yprométase no levantarlo durante cincominutos. Comience a escribir la frase«Le temo a» y termínela como desee.

    Sin levantar el bolígrafo, comiencenuevamente la frase «Le temo a», ynuevamente escriba lo que le venga a lamente. Mientras lo hace, respirelentamente sin hacer pausas entre unarespiración y otra. Esto se conoce comorespiración circular, en la cual lainhalación y la exhalación están

  • conectadas. Desde tiempos antiguos seha considerado que esta forma derespiración permite dejar atrás lasinhibiciones de la mente consciente. Sinesta técnica sería mucho más difícilllegar al nivel inconsciente del temor.

    Mientras practica la respiracióncircular, inhalando y exhalando sinparar, complete una y otra vez la mismafrase, «Le temo a», sin levantar elbolígrafo del papel. Una vez que selibere y pueda plasmar sobre el papelsus temores ocultos, le será difícildetenerse.

    Si realiza el ejercicio libremente,dejando que sus pensamientos se

  • desenvuelvan sin tratar de controlarlos,descubrirá muchas asociacionesextrañas con el temor que no habíaimaginado. Y esos temores inesperadostraerán consigo emociones, no sólotemor sino ira, tristeza y alivio. Podránincluso brotar lágrimas reprimidas.

    Deje que todo salga, pero vuelvasiempre a la respiración y no levante elbolígrafo del papel hasta que termine. Sicomienza a sentirse demasiado mal,deténgase. Al terminar el ejercicio esbuena idea acostarse a descansar, a finde recuperar el equilibrio normal. Esteejercicio es más eficaz la primera vez,aunque se puede repetir cuantas veces lo

  • desee.¿Qué tiene todo esto que ver con la

    concepción que tiene el mago acerca dela inmortalidad? Podría decirse querealizar una sesión de cinco minutos conel temor es como eliminar una capa deun sistema de creencias. La inmortalidadestá en el núcleo de la vida humana,pero está envuelta en sucesivas capas decreencias contrarias a ella. Esascreencias se refuerzan en la vidacotidiana —vivimos nuestros temores,deseos, sueños, asociacionesinconscientes y, en últimas, la creenciaprofunda de que debemos morir—. Lamente racional seguramente defendería

  • esta posición sosteniendo que la muertenos rodea por todas partes.

    Pero Merlín diría: «Analiza más decerca tus dudas racionales. Detrás deellas está el que duda, detrás del queduda está el que piensa, detrás del quepiensa hay una chispa de conscienciapura que debe ser consciente para quehaya un pensamiento. Yo soy esa chispade consciencia. Soy inmortal e inmune altiempo. No te limites a especular sobremí, a juzgar si debes aceptarme orechazarme. Sumérgete hasta el fondo,desecha tus capas de duda. Cuandofinalmente nos encontremos, sabrásquién soy. Y entonces mi inmortalidad

  • no será una simple noción, sino unarealidad viva».

  • Lección 6

    La consciencia del mago es uncampo omnipresente.Las corrientes de conocimientopresentes en el campo son eternas yfluyen para siempre.En los momentos de revelaciónestán contenidos siglos deconocimiento.Vivimos como ondas de energía enel vasto océano de la energía.Cuando dejamos de lado el ego,tenemos acceso a la totalidad de lamemoria.

  • Una mañana Arturo se despertó muytemprano —temblando en su cama depaja—, y vio a Merlín mirándolo desdeel otro lado de la cueva.

    —Tuve un mal sueño —murmuró elniño—. Era la última persona quequedaba sobre la Tierra y caminaba porbosques y calles totalmente desolados.

    —¿Sueño? —dijo Merlín—. Eso nofue un sueño. Eres la última personasobre la Tierra.

    —¿Cómo puede ser eso? —preguntóArturo.

    —¿Estarías de acuerdo en que laúnica persona sobre la Tierra tendríaque ser necesariamente la última?

  • Bueno, desde el punto de vista de tuimagen de ti mismo, a la cual laspersonas del futuro han denominado ego,tú eres el único.

    —¿Cómo puedes decir eso? Tú y yoestamos aquí juntos, ¿no es así? Y hemosvisitado aldeas y pueblos en los cualesdeben vivir cientos de personas.

    Merlín sacudió la cabeza—. Si temiras honestamente, ¿qué eres? Unacriatura de experiencias que seconvierten constantemente en recuerdos.Cuando dices «yo», te refieres a esepaquete único de experiencias, con todasu historia privada que nadie más puedecompartir.

  • —Nada parece más personal que lamemoria. Tú y yo hemos andado porcaminos diferentes, aunque andamosjuntos. No puedo mirar una flor sin teneruna experiencia que tú no compartes. Noes posible compartir verdaderamentecon otra persona una sola lágrima o unasonrisa.

    Cuando Merlín terminó de hablar,Arturo se veía muy acongojado—. Lohaces parecer como si todosestuviéramos completamente solos —dijo el niño.

    —Yo no —replicó Merlín—. Laactividad del ego es la que te hace sentirsolo, sellándote en un mundo en el cual

  • nadie más puede entrar. Viendo latribulación de su discípulo, Merlínsuavizó la voz—. Y, no obstante, el egose puede dejar de lado. Ven conmigo —se levantó y llevó a Arturo afuera de lacueva, hacia la oscuridad del amanecertodavía lleno de estrellas.

    —¿Cuán lejos crees que está esaestrella? —preguntó señalando aCanícula. Como era la mitad del verano,Sirio se veía brillante y muy cerca delhorizonte.

    —No lo sé. Imagino que debe estarmás lejos de lo que puedo medir osiquiera imaginar —contestó Arturo.

    Merlín sacudió la cabeza—. No está

  • a ninguna distancia. Piensa en esto: parapoder ver la estrella, su luz tiene queentrar en tu ojo, ¿correcto? Los rayos deluz fluyen continuamente de aquí paraallá, como puentes invisibles. ¿Qué esuna estrella sino luz? Por lo tanto, sitodo es luz —tanto aquí como allá ytambién el puente que une los dos puntos— entonces no hay separación entre tú yla estrella. Ambos son parte del mismocampo unificado de luz.

    —Pero parece estar muy lejos.Después de todo, no la puedo arrancardel firmamento —objetó Arturo.

    Merlín se encogió de hombros—. Laseparación es sólo una ilusión. Pareces

  • estar separado de mi y de las demáspersonas porque tu ego asume la posturade que todos estamos aislados y solos.Pero te aseguro que si dejas de lado a tuego, nos verás a todos rodeados por unsolo campo infinito de luz, el cual es laconsciencia. Cada uno de tuspensamientos nace en un vasto océanode luz sólo para regresar a él, junto concada una de las células de tu cuerpo.Este campo de consciencia está en todaspartes, como un puente invisible que unetodo lo que existe.

    —Entonces no hay nada tuyo que nosea parte de todos los demás —salvo enla manera como lo ve el ego—. Tu tarea

  • consiste en ir más allá del ego ysumergirte dentro del océano deconsciencia universal.

    Arturo estaba pensativo—. Tendréque reflexionar sobre lo que me hasdicho.

    —Hazlo —Merlín bostezó—. Yotodavía tengo sueño. El mago se volviópara entrar en la