nuestros aliados comunitarios Cosecha de buena...
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n u e s t r o s a l i a d o s c o m u n i t a r i o s
contactomayo de 2004
Cosecha de buena conducta
Combinando herramientas
pedagógicas y espirituales
con la siembra de cultivos y la cría
de animales, entre La Victoria
y la Colonia Tovar, un grupo
de sacerdotes logra la reeducación
efectiva de jóvenes con problemas
conductuales y de drogadicción.
Financiamiento de la obra
Con un aporte del sector público, los Terciarios Capuchinos adquirieron
una finca de 153 hectáreas productivas y con el aporte del Fondo Social
Cantv, otorgado en 1999, construyeron el edificio del Centro Fray Luis
Amigó, cuya obra está ejecutada en un 75%.
También reciben recursos de la congregación ubicada en diferentes
paises para el fortalecimiento de la obra en Venezuela.
En el año 2002, nuevamente requirieron apoyo de la Corporación Cantv
para la fase de dotación, por lo que el comité de Fondo Social aprobó
un aporte para emprender este proyecto complementario en el Centro
Fray Luis Amigó.
Bajo la filosofía amigoniana
Para cubrir la demanda de atención que han presentado
familias de La Victoria, el Padre Miguel Parra y un grupo
de terapeutas y laicos, crearon un Centro Ambulatorio
en esta zona, donde se atienden a 100 pacientes de
todas las edades.
La congregación de los Hermanos Terciarios Capuchinos,
atiende a jóvenes en situaciones de riesgo, en edades
comprendidas entre 12 y 17 años, con graves proble-
mas de farmacodependencia y de conducta, pero con
posibilidades de superación.
Mediante la modalidad de internado -por la necesidad
de aislarlos de su ambiente- son atendidos bajo un pro-
ceso reeducativo. El Centro tiene capacidad para 48
adolescentes de sexo masculino. Las niñas están sien-
do atendidas en el Centro Ambulatorio por ser más com-
plejo su problema de conducta.
El programa incluye el área de capacitación técnica para
el trabajo, el cual se desarrolla a través de la cría de ani-
males y cultivos, entre ellos cilantro, aguacate y cebo-
llín, entre otros. Los jóvenes entran al mundo laboral y
las ganancias de los cultivos se distribuye en 50% para
el joven y el restante para la institución.
Es así como la misión del Centro Fray Luis Amigó, gra-
cias a los aportes del sector público y de la empresa pri-
vada como la Corporación Cantv, dirige sus acciones
hacia aquellos jóvenes y niños que por diferentes razo-
nes no han encontrado su camino, desviándose hacia el
vicio de la droga. Así como, para todos los niños, niñas
y jóvenes necesitados de calor y compresión; de ayuda
y orientación; de perdón y salvación, para que se sien-
tan amados y sueñen con una nueva esperanza de vida.Descubrir a la edad de 14 años
que su padre era realmente su
padrastro, le generó a Iraima
Rodríguez una conducta agresiva,
desordenada y con una amargura que
le hacia ver la vida sin valor alguno.
Cuando asistió al Centro de Atención
Integral “Fray Luis Amigó”, y recibió
servicios terapéuticos, comprendió la
valoración de sus días y a partir de allí
mejoró notablemente la relación con
su familia y logró ganarse la confian-
za de su madre , con quien comparte
nuevos lazos afectivos que en algún
momento se habían roto.
En el sector Pie de Cerro, vía la
Colonia Tovar, desde La Victoria,
estado Aragua, en medio de una exu-
berante naturaleza y clima de monta-
ña se ubica el Centro de Atención
“Fray Luis Amigó”, dirigido por el
Padre Miguel Parra, de los Terciarios
Capuchinos, lugar donde atienden a
niños y jóvenes con múltiples disfun-
ciones de tipo conductual. En La
Victoria, también cuentan con un
centro ambulatorio, bajo el mismo
nombre, en el cual atienden espe-
cialmente niñas y mujeres con este
mismo tipo de problemas.
Este Padre, junto con los hermanos
Religiosos Amigonianos, familiares y
laicos, desarrolla un programa de
atención biosicosocial que hace
posible la puesta en práctica de un
proyecto de vida.
Un hombre sin límites
Miguel Parra, Fraile Amigoniano
Terciario Capuchino, es el primer
sacerdote venezolano que pertene-
ce a esta congregación de espiri-
tualidad franciscana, con 115 años
de trayectoria. Luego de permane-
cer muchos años fuera de su país,
regresó a Venezuela por una
inquietud que lo ha sensibilizado
desde que dio sus primeros pasos
en el mundo sacerdotal.
“La atención de los muchachos con
problemas de conducta es casi
nula en el país; los Terciarios
Capuchinos han estado trabajando
desde 1953 con el extinto Consejo
Venezolano del Niño, y luego con el
Inam. Con la ayuda de muchas per-
sonas e instituciones, ahora desa-
rrollan su labor en el Centro de
Atención Fray Luis Amigó de La
Victoria”, comentó.
El Padre Miguel Parra, durante
muchos años se ha preparado acadé-
micamente para ofrecer las mejores
herramientas y técnicas a los jóvenes
que sufren de problemas de conduc-
ta y adicción a fármacos o drogas.
“Nuestro proceso va encausado a la
identificación de su problema, que
los jóvenes, los trabajen y se man-
tengan para que se reincorporen a
la sociedad con una nueva manera
de pensar y con un nuevo proyecto
de vida”, agregó.
El Padre Miguel Parra, desde 1996 se ha propuesto levantar el Centro de Atención Fray Luis Amigó en Pie de Cerro, vía la Colonia Tovar.
En el Centro de Atención Fray Luis Amigó el problema de conducta de los jóvenes se atiende hasta en el área técnica, especialmente en cultivos y cría de ganado.
Fanny Vera
c Camino a la sede principal del Centro de Atención Fray Luis Amigó.
Foto
s: Jo
sé M
igue
lMar
tín
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n u e s t r o s a l i a d o s c o m u n i t a r i o s
contactomayo de 2004
Cosecha de buena conducta
Combinando herramientas
pedagógicas y espirituales
con la siembra de cultivos y la cría
de animales, entre La Victoria
y la Colonia Tovar, un grupo
de sacerdotes logra la reeducación
efectiva de jóvenes con problemas
conductuales y de drogadicción.
Financiamiento de la obra
Con un aporte del sector público, los Terciarios Capuchinos adquirieron
una finca de 153 hectáreas productivas y con el aporte del Fondo Social
Cantv, otorgado en 1999, construyeron el edificio del Centro Fray Luis
Amigó, cuya obra está ejecutada en un 75%.
También reciben recursos de la congregación ubicada en diferentes
paises para el fortalecimiento de la obra en Venezuela.
En el año 2002, nuevamente requirieron apoyo de la Corporación Cantv
para la fase de dotación, por lo que el comité de Fondo Social aprobó
un aporte para emprender este proyecto complementario en el Centro
Fray Luis Amigó.
Bajo la filosofía amigoniana
Para cubrir la demanda de atención que han presentado
familias de La Victoria, el Padre Miguel Parra y un grupo
de terapeutas y laicos, crearon un Centro Ambulatorio
en esta zona, donde se atienden a 100 pacientes de
todas las edades.
La congregación de los Hermanos Terciarios Capuchinos,
atiende a jóvenes en situaciones de riesgo, en edades
comprendidas entre 12 y 17 años, con graves proble-
mas de farmacodependencia y de conducta, pero con
posibilidades de superación.
Mediante la modalidad de internado -por la necesidad
de aislarlos de su ambiente- son atendidos bajo un pro-
ceso reeducativo. El Centro tiene capacidad para 48
adolescentes de sexo masculino. Las niñas están sien-
do atendidas en el Centro Ambulatorio por ser más com-
plejo su problema de conducta.
El programa incluye el área de capacitación técnica para
el trabajo, el cual se desarrolla a través de la cría de ani-
males y cultivos, entre ellos cilantro, aguacate y cebo-
llín, entre otros. Los jóvenes entran al mundo laboral y
las ganancias de los cultivos se distribuye en 50% para
el joven y el restante para la institución.
Es así como la misión del Centro Fray Luis Amigó, gra-
cias a los aportes del sector público y de la empresa pri-
vada como la Corporación Cantv, dirige sus acciones
hacia aquellos jóvenes y niños que por diferentes razo-
nes no han encontrado su camino, desviándose hacia el
vicio de la droga. Así como, para todos los niños, niñas
y jóvenes necesitados de calor y compresión; de ayuda
y orientación; de perdón y salvación, para que se sien-
tan amados y sueñen con una nueva esperanza de vida.Descubrir a la edad de 14 años
que su padre era realmente su
padrastro, le generó a Iraima
Rodríguez una conducta agresiva,
desordenada y con una amargura que
le hacia ver la vida sin valor alguno.
Cuando asistió al Centro de Atención
Integral “Fray Luis Amigó”, y recibió
servicios terapéuticos, comprendió la
valoración de sus días y a partir de allí
mejoró notablemente la relación con
su familia y logró ganarse la confian-
za de su madre , con quien comparte
nuevos lazos afectivos que en algún
momento se habían roto.
En el sector Pie de Cerro, vía la
Colonia Tovar, desde La Victoria,
estado Aragua, en medio de una exu-
berante naturaleza y clima de monta-
ña se ubica el Centro de Atención
“Fray Luis Amigó”, dirigido por el
Padre Miguel Parra, de los Terciarios
Capuchinos, lugar donde atienden a
niños y jóvenes con múltiples disfun-
ciones de tipo conductual. En La
Victoria, también cuentan con un
centro ambulatorio, bajo el mismo
nombre, en el cual atienden espe-
cialmente niñas y mujeres con este
mismo tipo de problemas.
Este Padre, junto con los hermanos
Religiosos Amigonianos, familiares y
laicos, desarrolla un programa de
atención biosicosocial que hace
posible la puesta en práctica de un
proyecto de vida.
Un hombre sin límites
Miguel Parra, Fraile Amigoniano
Terciario Capuchino, es el primer
sacerdote venezolano que pertene-
ce a esta congregación de espiri-
tualidad franciscana, con 115 años
de trayectoria. Luego de permane-
cer muchos años fuera de su país,
regresó a Venezuela por una
inquietud que lo ha sensibilizado
desde que dio sus primeros pasos
en el mundo sacerdotal.
“La atención de los muchachos con
problemas de conducta es casi
nula en el país; los Terciarios
Capuchinos han estado trabajando
desde 1953 con el extinto Consejo
Venezolano del Niño, y luego con el
Inam. Con la ayuda de muchas per-
sonas e instituciones, ahora desa-
rrollan su labor en el Centro de
Atención Fray Luis Amigó de La
Victoria”, comentó.
El Padre Miguel Parra, durante
muchos años se ha preparado acadé-
micamente para ofrecer las mejores
herramientas y técnicas a los jóvenes
que sufren de problemas de conduc-
ta y adicción a fármacos o drogas.
“Nuestro proceso va encausado a la
identificación de su problema, que
los jóvenes, los trabajen y se man-
tengan para que se reincorporen a
la sociedad con una nueva manera
de pensar y con un nuevo proyecto
de vida”, agregó.
El Padre Miguel Parra, desde 1996 se ha propuesto levantar el Centro de Atención Fray Luis Amigó en Pie de Cerro, vía la Colonia Tovar.
En el Centro de Atención Fray Luis Amigó el problema de conducta de los jóvenes se atiende hasta en el área técnica, especialmente en cultivos y cría de ganado.
Fanny Vera
c Camino a la sede principal del Centro de Atención Fray Luis Amigó.
Foto
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