Nuevo Documento de Texto (2)

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De lo que voy a tratar aqu es de la posibilidad de pensar en la poca de la tcnica, es decir, de si y cmo sea posible para nosotros los actuales algo as como la filosofa. Como se puede ver, estoy implicando que hay un peligro para el pensar que amenaza con hacerlo imposible precisamente en nuestra poca, y que esto se debe al carcter tcnico de nuestro tiempo. Por lo tanto, primero es necesario mostrar cual sera ese peligro.Este peligro es, por supuesto, lo que Heidegger llam obscurecimiento del mundo, el olvido del ser. Este concepto es ms o menos conocido: el encubrimiento del ser por parte del ente. La tcnica, como heredera y ltimo avatar de la tradicin metafsica, es el resultado de ese modo de pensar entitativo, y el despliegue planetario de la tcnica es precisamente por eso la poca del dominio total sobre el ente. La poca actual, la poca del despliegue de la tcnica, es la poca del ms agudo abandono del ser. En ella, todo deviene stock, reservas, nuestra poca es en la que el ente en su totalidad adquiere el carcter de disponibilidad. Una vez que el ente en su totalidad es configurado como disponible, como materia prima para la pro-duccin, en una cadena de medios infinita, tan slo resta entregarse a la administracin. El mundo administrado que as aparece requiere que el hombre tome su lugar en la administracin: p.ej., como recursos humanos.Y es se el aspecto en que me quiero detener, la tcnica como administracin. Si la tcnica es la consumacin de la metafsica, eso quiere decir tambin que vivir en el final de la metafsica es vivir en la poca en que la tcnica lo ocupa todo, todo cae bajo el dominio de la razn calculadora: el clculo de lo vigente hasta la actualidad toma el lugar del pensamiento. Y ese es precisamente el punto: el pensar ntico solo puede contar con lo dado, lo presente y disponible. Si hay que atenerse a ello, la filosofa est acabada, a lo sumo puede ser la mera exposicin historiogrfica de filosofas como piezas de museo, recursos disponibles como cualquier otro; pero el inter-rogar se hace en esas condiciones imposible. Nuestra poca es la de la plena incuestionabilidad.Entonces, ese es el problema: cmo es posible an la filosofa (o para ser ms exactos: el pensamiento) sin que eso nos convierta en funcionarios de la tecnocracia. Como puede suponerse por el ttulo de esta presentacin, ese pensar tiene que ser potico. Ya veremos por qu.Por lo pronto, veamos que la primera tentacin sera tratar de evadir este peligro, digamos, yendo para adelante, la opcin del progreso, en la que de algn modo avanzaramos a partir de la situacin presente. Sin embargo, inmediatamente nos damos cuenta de que as no salimos de la situacin en que nos encontrbamos, la lgica del progreso es precisamente la lgica del clculo, el progreso sera aceptar simplemente la tcnica. La otra opcin sera, pues, la de rechazar y renegar de la tcnica de plano. Pero esto ltimo tampoco escapa al dominio de la tcnica: es aceptar que no se puede decir nada ms que lo que la tcnica dice, cualquier burcrata estara de acuerdo con que sus oponentes se callen. Parecera entonces que es imposible superar el pensar matematizante, porque cualquier paso adelante que diramos sera seguir aceptando las reglas de aquello que se quiere superar.Pero quizs se trate precisamente de no dar ningn paso adelante sino un paso atrs. Si la pobreza, la retirada del ser de lo ente es un momento necesario como consumacin y final de la metafsica, un pensamiento que prepare la devolucin del ser al ente tendr que estar a la altura del comienzo. Si en el mundo administrado se cuenta con lo dado, si el clculo puede hacerse cargo de todo lo presente, quizs sea necesario, para que an haya pensamiento, algo no-calculable e inhabitual. Si ya no podemos pertenecer simplemente a la tradicin filosfica, porque en nuestra poca ha agotado sus posibilidades ltimas y ha llegado a su fin, entonces lo que se requiere, si todava vamos a ser suficientemente radicales, es comenzar de nuevo. Lo que requerimos, pues, es un pensar originario, que en su sobreabundancia y exceso (y un comienzo es eso, hay que deshacerse de esa representacin del comienzo como algo primitivo, pobre o indeterminado), escape a la razn calculadora y matematizante.Ahora bien, como ya vimos, no podemos deshacernos del mundo tecnolgico sin aceptar por eso mismo sus propias reglas de juego. Entonces, claramente repetir el comienzo no puede significar aqu empezar de la nada. Incluso, esa sera la concepcin del comienzo que rechazbamos hace un momento: como si comenzar fuera partir de lo ms indeterminado. Dicho de otro modo: no se trata aqu de un pensar originario en vez de o en contra de la tcnica. No se trata de a favor ni en contra de la tcnica, sino de estar en el entre. Lo que verdaderamente puede desafiar el podero de la administracin es introducir fisuras, es mostrar que lejos de ser algo compacto, definitivo e incuestionable, nuestro tiempo es esencialmente incompleto y requiere una interpretacin. El otro comienzo del pensar tiene que ser capaz de realizar el otro pensar, es decir, pensar lo otro de lo ya pensado.Dicho de otro modo, pensar hoy en da requiere en primer lugar ver en lo que recibimos como ya interpretado algo esencialmente incompleto, y en esa medida histrico y contingente. Y luego, asumir el peligro de que para pensar, es necesario agregar algo, que pensar es tambin un hacer. Es decir, que el pensar no es neutral.Y ese es otro modo de decir cmo nuestra poca tcnica est en peligro de no pensar: la neutralizacin del pensamiento. Un pensamiento de nadie (o lo que es lo mismo, un pensamiento de cualquiera) es un no-pensamiento. El riesgo de nuestra poca para la filosofa es tambin que se nos presentan enunciados filosficos como si no fueran histricos, como si pudieran simplemente recortarse y hacerse valer por s mismos, como si fueran algo completo en s mismos y que se pueden aprehender tal como se reciben. Frente a esa situacin, tenemos que decir que ese proceder no implica pensamiento alguno, que saber muy bien y a la letra lo que escribi tal o cual filsofo no es ser ms que un buen especialista, otro ladrillo en la pared.Decimos esto, para poner de manifiesto que, si en la poca actual an nos es dado el pensar, es necesario fundar algo nuevo, ser capaces de un gesto originario, estar a la altura del comienzo como destino; pero no para deshacernos de nuestro tiempo, sino al contrario, para aprehenderlo mejor. El presente, como poca de la mayor pobreza para el pensar, requiere un pensar que prepare la devolucin del ser al ente. El pensamiento tcnico, por s mismo, no es capaz de hacer esto, sino que al contrario, ya sabemos que impide el pensar.El tipo de pensamiento que no es manipulador y dominador, que es pre-tcnico y que desborda toda calculabilidad y que no se deja introducir en el clculo lgico, que al contrario, en su decir funda el ser de lo ente, que al fundar deja en libertad y permite ser, lo encontramos en el pensamiento potico. Se trata entonces de un pensamiento tcnico que rechace la tcnica? Todo lo contrario, se trata de que la tcnica no se puede pensar tcnicamente, sino slo poticamente. Ya hemos dicho que no es una opcin rechazar la tcnica, pero tampoco lo es pensar tcnicamente. Lo que cabe hacer es preparar un vivir potico en el mundo tcnico mismo. Decir que hay que arriesgarse a pensar lo no pensado en la tcnica es decir que hay que apropiarnos originariamente de este mundo tcnico.La poesa y el pensar potico son capaces de escapar al clculo en cuanto no sirven para nada, en cuanto no se puede hacer nada con ellos. Si es tpico de la tcnica el configurar todo como reservas disponibles, establecer medios infinitos, disponer todo para que sirva para algo, la poesa nos brinda la posibilidad de algo totalmente inutil, de algo gratuito. Algo as, que es pura donacin y exceso, no puede ser incluido en la lgica de la administracin. La poesa, precsamente porque no podemos hacer nada con ella, quizs puede hacer algo con nosotros.Lo que ahpra se podra reprochar, con justa razn, es por qu poesa y no otra cosa? de dnde se sigue que hay una relacin especial entre tcnica y poesa? Por lo pronto, ya dijimos que es la necesidad de un pensar inicial y originario lo que nos lleva a la poesa. Esto quiere decir, que frente a la poesa la tcnica es un modo de ser derivado, empobrecido, y que hay que ver a la poesa como algo ms originario, que nos permite pensar esencialmente a la tcnica. Lo cual significa que si el comienzo de la metafsica fue potico, en la poesa misma estaba la posibilidad del peligro, tanto como lo est ahora la posibilidad de salvarnos de ese peligro.Esto implica dos cosas. En primer lugar, que an si somos capaces de un pensar potico, la posibilidad del encubrimiento de lo inicial est siempre presente, jams podremos decir hemos llegado, estamos a salvo; es decir, todo pensar potico tiene que ser preparatorio. En segundo lugar, y precsamente por lo anterior, que el orden del mundo administrado (o en general, cualquier orden vigente en el presente) tampoco puede nunca declararse definitivo, justamente porque, en contra de sus propias pretensiones, l mismo es histrico y contingente, y por lo tanto siempre puede ser otro. Y esto es precisamente lo que nos interesaba, hacer posible algo que no se identifique con el pensar calculador. Si se quiere, no naturalizar la tecnocracia. Es precisamente por esto que hay que plantear la tpoesa como esencia de la tcnica, lo finito como algo ms originario que lo infinito: eso nos permite combatir la despersonalizacin y la neutralizacin tpica de nuestra era.Con ello decimos que efectivamente s es posible an el pensar, por decirlo as, la filosofa. Pero es posible en un modo que ya no puede ser el mismo que el de la tradicin, y sin embargo tampoco puede ponerse por fuera de la tradicin, del mismo modo que en general, no podemos estar ni en contra ni a favor de la tcnica, sino a la vez siempre en peligro y siendo peligrosa.