Nuevos Liderazgos Para El Desarrollo y La Liberación

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Nuevos liderazgos para el desarrollo y la liberación Líderes y lideresas populares que apuran la historia

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Sistematización de experiencias sobre la escuela de liderazgo Hugo Echegaray, en el Instituto Bartolomé de las Casas

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    Lderes y lideresas populares que apuran la historia

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    Sistematizacin de la experiencia de 10 aos de laEscuela de lderes para el desarrollo Hugo Echegaray

    Instituto Bartolom de las Casas

    Instituto Bartolom de las CasasCalle Belisario Flores 687 - LinceTelfonos: 472 3410 / 470 9088 - Fax: 472 5853hp://www.bcasas.org.pe

    ISBN: xxxxxxxxDepsito legal en la Biblioteca Nacional del Per N: xxxxxxx

    Primera edicin: Diciembre 2005. Tiraje: x000 ejemplares

    Elaboracin: Irma Mario, Cecilia Tovar, Rosa Tenorio, Csar Del Mastro

    Diseo - diagramacin:Centro de Estudios y Publicaciones (CEP)Camilo Carrillo 479, Jess MaraTelefno: 433-6453 - Fax: 433-1078Tienda virtual: hp://www.cep.com.pe

    Impreso en los Talleres Grcos de Ediciones Serral S.R.L.Pasaje Adn Meja 180 Lima 11 - PerTelfono: 471-1411 / 994-5996

    Diciembre 2005

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    Lderes y lideresas populares que apuran la historia

    Irma MarioCecilia TovarRosa Tenorio

    Csar Del Mastro

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    Contenido

    Contenidos

    Prlogo

    Introduccin

    Agradecimientos 1. LDERES QUE ANIMAN EL DESARROLLO Y LA LIBERACIN 1.1. Caractersticas de los participantes 1.1.1. Sexo 1.1.2. Edad 1.1.3. Grado de Instruccin 1.1.4. Procedencia 1.1.5. Situacin laboral 1.1.6. Organizaciones sociales a las que pertenecen y cargos que desempean 1.1.7. Cargo 1.2. Motivaciones y aspiraciones 1.3. Vivencias y sentimientos 1.3.1. Relaciones familiares 1.3.2. Relaciones de gnero y edad 1.3.3. Experiencias educativas 1.3.4. Cultura poltica 1.3.5. Compromisos y luchas: sentido para la vida del lder 1.3.6. Religiosidad y experiencia eclesial

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    2. LA PROPUESTA EDUCATIVA DE LA ESCUELA HUGO ECHEGARAY 2.1. Fundamentos 2.1.1. La persona humana como eje del desarrollo: liberacin y desarrollo de capacidades 2.1.2. Opcin preferencial por los pobres 2.1.3. La perspectiva de la educacin popular: aportes de Paulo Freire 2.2. El perl 2.3. El plan de estudios 2.3.1. Niveles 2.3.2. reas temticas A. rea de sociedad, poltica y cultura B. rea de economa y desarrollo C. rea de reexin cristiana D. rea de crecimiento personal 2.3.3. Modalidades 2.3.4. Temas 2.4. La propuesta metodolgica 2.5. Estrategias educativas 2.5.1. En la dimensin personal A. Acogida y acompaamiento B. Promocin del dilogo entre diferentes C. Recuperacin de la memoria 2.5.2. En la dimensin del conocimiento A. Recuperacin de los saberes previos, motivaciones y aspiraciones B. Vnculo entre la teora y la prctica C. Apropiacin y recreacin de los contenidos D. Promoviendo una mirada ms all de lo local 2.5.3. En la dimensin de recreacin de prcticas A. De vuelta a las bases B. Articulacin, intercambio y acceso a la informacin

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    Contenido

    C. Aprendiendo a dar cuenta de lo hecho, trabajar en equipo y concertar 3. APRENDIZAJES, LOGROS Y DESAFOS 3.1. Los adultos y el aprendizaje 3.2. Factores que inuyen en los procesos de aprendizaje y renovacin de estilos de liderazgo en los adultos 3.2.1. Factores intrapersonales A. Capacidades afectivas y cognitivas B. Motivaciones y aspiraciones C. Actitudes 3.2.2. Factores interpersonales A. La organizacin B. Relaciones de gnero C. Relaciones entre los actores del proceso educativo de la EHE 3.2.3. Factores situacionales A. Contextos mundiales: globalizacin y neoliberalismo B. Contextos nacionales 3.2.4. Factores propios del proceso educativo A. El currculo y la metodologa B. Los materiales de enseanza C. Modalidades del programa 3.3. Logros 3.3.1. Las opiniones de los alumnos y alumnas A. En la dimensin personal B. En la dimensin del conocimiento C. En la dimensin de recreacin de prcticas 3.3.2. Las opiniones de los y las docentes A. En la dimensin personal B. En la dimensin del conocimiento C. En la dimensin de recreacin de prcticas 3.3.3. Testimonios de los profesores

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    3.4. Desafos 3.4.1. Sealados por los alumnos 3.4.2. Sealados por los profesores 4. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES ANEXOS I. Terminologa II. Lugares adonde hemos llegadoIII. Autobiografas de los lderes IV. Hugo Echegaray: gua de nuestra prctica pedaggica V. Instrumentos utilizados: 1. Ficha de inscripcin 2. Encuesta de opinin 3. Encuesta sobre violencia y reconciliacin 4. Autobiografa: pautas para elaborar una

    autobiografa 5. Evaluacin sobre sus organizaciones sociales 6. Feria por la paz, la democracia y el desarrollo.

    Gua de trabajo 7. Velada cultural. Gua de trabajo 8. Proyecto de desarrollo local (PDL).

    Ficha para la elaboracin de proyectos 9. Ficha de seguimiento y acompaamiento personal 10. Trabajos de campo. Ficha de acompaamiento

    y observacin 11. Evaluacin de aprendizaje 12. Evaluacin de proceso de enseanza-aprendizaje 13. Informacin sobre el aprendizaje 14. Informacin general sobre la clase VI. Fotos de las promociones

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    Introduccin

    Prlogo

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    Introduccin

    Introduccin

    La Escuela de lderes para el desarrollo Hugo Echegaray1 surgi en 1994, en un tiempo de cambios profundos y acelerados a nivel mundial, con un entorno nacional marcado por el gobierno de Fu-jimori (1990-2000) y por la violencia poltica que recin empezaba a amainar. En los primeros aos de su gobierno, Fujimori gan rpidamente legitimidad por su respuesta a dos acuciantes proble-mas frente a los que la poblacin reclamaba: la hiper-inacin y el terrorismo. Sin embargo, si bien se logr la estabilidad macroeco-nmica, as como la derrota estratgica de Sendero Luminoso y el MRTA, el pas tuvo que pagar un alto costo por ello. La imple-mentacin de una poltica neoliberal, el aumento de la distancia entre el estado y la sociedad, la relacin clientelista con los sec-tores populares, la demolicin sistemtica de las instituciones, la inestabilidad de las reglas de juego, el establecimiento de una red de corrupcin y la violacin sistemtica de los derechos humanos terminaron por dejar al pas en una terrible crisis econmica, so-cial, poltica y moral. Las huellas o secuelas de la violencia poltica, tanto a nivel econmico y sociopoltico, como tambin psicosocial, hicieron an ms difcil la situacin. Las organizaciones sociales se encontraban debilitadas y marcadas por la dispersin y la ausen-cia de articulacin a nivel poltico; se perdieron no slo derechos conquistados en dcadas de luchas paccas, sino muchos lderes, por la violencia o la represin reinantes; algunos, sin embargo, pa-saron a trabajar en nuevos campos.

    En este contexto, la EHE naci como una respuesta del Instituto Bartolom de Las Casas a la necesidad de profundizar en el cono-cimiento de la realidad social, cultural, poltica y econmica, brin-

    1 En adelante EHE.

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    dando una formacin que potenciara ecazmente el servicio de los lderes populares a la comunidad y al pas desde una renovacin de su prctica dirigencial acorde con el nuevo momento.

    El Instituto Bartolom de Las Casas IBC es una Institucin sin nes de lucro, integrada por especialistas de diversas disciplinas que estn cohesionados por la opcin por los pobres. Existe des-de 1974; responde con una propuesta integral a las necesidades de formacin de comunidades cristianas, organizaciones sociales, universitarios y jvenes profesionales, y dialoga con diversos ac-tores de nuestra sociedad y del primer mundo. De esta manera, contribuye a la construccin de la sociedad civil y la democracia, la solidaridad, el empoderamiento y la liberacin de las personas, especialmente de los pobres.

    El IBC se ha caracterizado desde sus inicios por compartir una ma-nera de ver el pas y, al mismo tiempo, reexionar y sistematizar la experiencia y la prctica de muchas personas y grupos unidos por una perspectiva de liberacin. Desde la sociedad y la Iglesia, las personas vinculadas al IBC desarrollan iniciativas y actividades signadas por la opcin por los pobres, buscan proponer una ma-nera digna de vivir y acompaan los procesos de liberacin donde los pobres se asumen como sujetos de su propio destino, creadores de su historia.

    Desde esta perspectiva surge la EHE, en un tiempo en el que se cuestionan ideas, categoras, estilos de liderazgo y propuestas. En ese contexto, la EHE se propuso como un programa sistemtico de formacin integral que permitiera a los lderes y lideresas popu-lares renovar y articular su diversidad de experiencias, as como desarrollar elementos de anlisis que les permitieran discernir su rol en el pas, fortalecer procesos educativos en la perspectiva de forjarse como sujetos de su propia historia, desarrollar capacida-des en todas las dimensiones y armar una identidad cristiana li-beradora. La EHE es un impulso a la actuacin de los lderes po-pulares para que asuman nuevas responsabilidades pblicas en su

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    Introduccin

    localidad o regin en el proceso de consolidacin de la democracia y el trabajo en el horizonte de la reconciliacin, de manera que se superen el desnimo, la desconanza y el escepticismo actuales. Ms que proponerse el simple desarrollo de un conjunto de cono-cimientos, se asume como un espacio para conocer, pensar e inda-gar; como una bsqueda compartida para ser nuevos lderes que, a decir de Hugo Echegaray, apuramos la historia.

    La Escuela lleva el nombre de Hugo Echegaray, sacerdote peruano de reconocida trayectoria intelectual en el campo de la reexin teolgica. Fue uno de los fundadores del IBC, asesor de la Unin Nacional de Estudiantes Catlicos y profesor de teologa en la Pon-ticia Universidad Catlica del Per. Siempre consider que la for-macin era tambin un campo pastoral: profundizar era su pre-ocupacin2. Tambin fue sacerdote de un pueblo en lucha: opt por vivir y reexionar con los actores de una historia de opresin y liberacin, de injusticia y de solidaridad.3 Tras su fragilidad f-sica se encontraban una rmeza y una tenacidad a toda prueba. Su actividad pastoral lo coloc en Vitarte, en un barrio obrero que en Junio de 1976 se ech masivamente a la calle para defender a un grupo de obreros en huelga que estaban siendo maltratados por la polica. Hugo Echegaray fue, en esas circunstancias, un actor solidario y protagonista de la lucha social4. A esta comunidad cris-tiana popular entreg Hugo el sentido de su ministerio sacerdotal; puso el fruto de su formacin y estudio al servicio de las comuni-dades eclesiales de base, a travs de una pedagoga respetuosa de los procesos de los grupos y personas, con humildad y sencillez, escuchando, aprendiendo, sin imponer su propio mundo, sino aceptando la realidad del mundo de los otros: l escuchaba con mucho inters lo que decamos nosotros comentando la Biblia,

    2 MONSEOR DAMMERT. Entrevista en Pginas, octubre 1979. CEP, Lima3 GUTIERREZ, Gustavo. Caminando con el pueblo. En: La prctica de Jess.

    CEP, 1980.4 AMES, Rolando. Prctica del Evangelio y lucha social. En: Pginas, octubre

    1979. CEP, Lima

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    Nos da la impresin y lo creemos as, que l se convirti en uno de nosotros, que vivi con nuestra pobreza. En Vitarte Hugo era sacerdote, compaero y amigo, l preri esta comunidad de Nuevo Vitarte, donde todos son trabajadores pobres, pudiendo es-coger otra quiso compartir con cada uno de nosotros, para vivir con ms realidad el compromiso con Jess.5 Muri a los 36 aos, el seis de abril de 1979. Como l mismo do, La fe nos pone ante el imperativo de evaluar nuestro tiempo no en trminos de canti-dad sino de calidad.6 Su presencia acompaa los esfuerzos de esta Escuela de lderes para el desarrollo.

    En 1994 empezamos con el Primer Nivel de la EHE, y lo realizamos cada ao, una semana al mes por las noches para los participan-tes de Lima, y en internados de quince das para los participantes que vienen de provincias. En 1996 aadimos el Segundo Nivel de formacin, que tambin se lleva a cabo anualmente en ambas mo-dalidades (Lima y provincias).

    Diez aos despus del inicio de la EHE sentimos la necesidad de sistematizar esta experiencia, reconstruir el proceso educativo, identicar las variables relevantes, condiciones y situaciones que han permitido a los lderes y lideresas populares fortalecerse como personas con valores y capacidades de participacin, de concerta-cin y propuesta que contribuyen a la construccin de la democra-cia y al fortalecimiento de la sociedad civil. Describir y reexionar el proceso vivido por los lderes y lideresas populares, los profe-sores y el equipo de la escuela supone revisar las estrategias de intervencin educativa y cmo han contribuido al logro del perl propuesto, obviamente tambin explicar las dicultades o aspec-tos no logrados. Ms all de reconocer que en todo programa for-mativo se aprende algo, que las personas salen mejor, nos interesa

    5 COMUNIDAD DE NUEVO VITARTE. Que tu muerte sea como la semilla. Pginas, octubre 1979. CEP, Lima.

    6 ECHEGARAY, Hugo. Tiempo y delidad. Pginas, Separata, octubre 1979. CEP, Lima.

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    Introduccin

    sealar los factores que posibilitan o traban los aprendizajes y re-novacin de estilos de liderazgo. Simultneamente, este trabajo de sistematizacin nos permite ampliar y compartir el conocimiento sobre los lderes populares: quines son, qu hacen, dnde estn, a qu aspiran, qu capacidades y habilidades han desarrollado, qu dicultades presentan o encuentran?

    La sistematizacin esta dividida en tres captulos. El primer cap-tulo, titulado lderes que animan el desarrollo y la liberacin, da a conocer a los actores principales del proceso educativo de la EHE, hombres y mujeres del mundo popular. El dilogo con ellos miembros de las organizaciones sociales de base y de las comuni-dades cristianas as como la atencin constante a los cambios que se producan en el contexto nacional e internacional, nos permitie-ron acercarnos a sus inquietudes y necesidades, a sus motivacio-nes e intereses. De ello damos cuenta en el primer captulo de esta sistematizacin.

    El segundo captulo, la propuesta educativa de la EHE, describe los fundamentos de nuestra prctica educativa, la propuesta peda-ggica inspirada en la educacin popular y corrientes contempor-neas, en una visin del desarrollo y una opcin preferencial por los pobres. Da cuenta de la metodologa, del perl, el plan de estudios y las estrategias diseadas para incidir en una formacin integral y sistemtica que atiende tanto la dimensin del conocimiento como la personal y la de recreacin de prcticas.

    El tercer captulo, Aprendizajes, logros y desafos, concentra la respuesta a nuestra pregunta eje de la sistematizacin: cules son los factores externos e internos que posibilitan o traban los apren-dizajes de los lderes y la renovacin de estilos de liderazgo? Ade-ms, muestra los impactos o logros en los lderes a partir de la ex-periencia educativa de la EHE. Seala tambin desafos que surgen a propsito de estos cambios.

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    Finalmente, planteamos algunas Conclusiones y recomendacio-nes, que buscan contribuir a partir de nuestra experiencia a la comprensin de una prctica educativa liberadora. De los aciertos y dicultades encontradas es posible sacar lecciones y construir propuestas que puedan servir a otros que vienen impulsando ex-periencias de formacin en diversas localidades de nuestro pas, que apuestan tercamente por el desarrollo y la liberacin de hom-bres y mujeres del mundo popular.

    La EHE nos ha desaado a ver con claridad, apertura y sentido crti-co la realidad de un pas marcado por una historia que es tambin presente- de desencuentros y profundas exclusiones, pero tambin de resistencias creativas, grandes capacidades y recursos humanos por desarrollar, as como liderazgos liberadores sustentados en va-lores comunitarios y solidarios. Desde esta mirada compleja a las dimensiones socio-poltica, econmica, cultural y personal, hemos buscado juntos salidas a situaciones sin duda muy complicadas, seales de liberacin y razones de esperanza en medio del escepti-cismo y la desconanza que avanzan en nuestras localidades y en el pas. As, desarrollamos con los lderes compromisos concretos en sus comunidades, promoviendo la vida para pasar de situacio-nes menos humanas a situaciones ms humanas y libres.

    Hemos querido hacer de la relacin entre educadores y participan-tes del programa un encuentro fraterno en el que nos conamos mutuamente nuestro crecimiento. La experiencia de la EHE ha sig-nicado para cada uno de nosotros una interpelacin permanen-te a nuestras maneras de comprender los procesos personales en contextos nacionales distintos; tambin una fuente de inspiracin, alegra y esperanza al ver cmo las personas despliegan sus capa-cidades cuando existe un espacio y unos vnculos que recogen sus motivaciones, necesidades y aspiraciones.

    Resaltamos tambin la experiencia de sentirse tocado por la vida del otro. La amistad y compromiso con lderes varones y mujeres de diversos puntos del pas nos han hecho crecer como educadores

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    Introduccin

    y como cristianos. Conocerlos y aprender de sus experiencias ha sido para cada uno de nosotros una fuente permanente de confron-tacin, de nimo y de mayor compromiso. La relacin con ellos y la prctica de escuchar y recoger sus motivaciones, sentimientos e ideas, nos han enriquecido y nos han ayudado a plantear y trabajar temas que realmente respondan a sus necesidades. S nos pregun-taran qu es lo mejor de esta experiencia, la respuesta es el tener amigos y amigas en todo el pas, con quienes venimos trabajando juntos, compartimos proyectos, ilusiones y apuestas comunes. De esta manera, se ha alimentado una espiritualidad inserta en la rea-lidad del pas y atenta a los desafos que sta plantea a la fe en un Dios que nos libera y nos llama a ser testigos de la vida, del Reino, desde la opcin preferencial por los pobres.

    Queremos sealar que este proyecto educativo se hizo realidad por la voluntad y apuesta de muchas personas: los propios lderes, los agentes pastorales, y los profesores. Agradecemos en especial a Gustavo Gutirrez, Presidente del Instituto, a las directoras Mara Rosa Lorbs y Rosa Alayza, as como a Catalina Romero, Jorge lvarez Caldern, Felipe Zegarra, Adelaida Sueiro, Javier Iguiz, Pilar Arroyo, Ismael Muoz, Mara ngela Cnepa y el equipo de psiclogas: Mara Julia Oyague, Alina Jara, Susa-na Villalobos, Cecilia Barnechea, Milena Stoynic, Rosa Ruiz, Li-zzie Haworth, por su compromiso con este proyecto. Asimismo, queremos agradecer a Gino Huerta, quien fue parte del primer equipo de la Escuela; a Adam Snchez, quien colabor con la siste-matizacin, a Mariluz Morgan quien asesor esta sistematizacin con gran dedicacin, y a Desarrollo y Paz que nos apoy para que este trabajo se realizara.

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    Introduccin

    Agradecimientos

    A todos los profesores y profesoras de la Escuela que nos han acompaado a lo largo de estos 10 aos.

    SOCIEDAD Y POLTICA

    Catalina Romero Federico Arnillas Rosa Alayza Pilar Arroyo Juan Arce Roco Lanao Jaime Joseph Josena Huamn Rosa Castro Luis Llontop Malena Lavado Gustavo Moreno

    Luis Chirinos David Montoya Carmen Lora Alberto Delgado Luis Mujica Jess Cosamaln Csar Del Mastro Mariella Bazn Irma Mario Juan Abugaas Luis Popa Rosa Sueiro

    ECONOMA Y DESARROLLO

    Javier Iguiiz Gino Huerta Ismael Muoz

    Sigifredo Velsquez Roco Valdeavellano Juan Torres Guevara

    REFLEXIN CRISTIANA Y ETICA

    Gustavo Gutirrez Jorge lvarez Caldern Adelaida Sueiro Luis Fernando Crespo Cecilia Tovar Francisco Moreno

    Francisco Chamberlain Consuelo De Prado Felipe Zegarra Andrs Gallego Pedro Hughes

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    DESARROLLO PERSONAL

    Cecilia Barnechea Mara ngela Canepa Carlos Gallagher Elizabeth Haworth Rosa Ruiz Mara Julia Oyague

    Susana Villalobos Milena Stoynic Alina Jara Carmen Mesinas Mara Teresa Jimnez Roxana Morote

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    Lderes que animan el desarrollo y la liberacin

    Lderes que animanel desarrollo y la liberacin

    Para desarrollar este primer capitulo hemos procesado y analizado las entrevistas realizadas a los lderes al ingresar al programa, la cha de inscripcin, la encuesta de opinin, la autobiografa y el informe de las dinmicas de grupo7. Esta informacin recogida nos permite conocer y acercarnos al mundo de los lderes desde varios ngulos. El primero describe las caractersticas de los participantes tomando en cuenta quines son: sexo, edad, grado de instruccin; qu hacen: ocupacin, tipo de organizacin a la que pertenecen; de dnde provienen: distritos de Lima y provincias del pas. El segundo recogido da cuenta de las motivaciones y aspiraciones. El tercero nos da elementos sobre las vivencias y sentimientos de los lderes. A partir de esta informacin no es posible encasillar a los lderes en cuatro o cinco rasgos, pero s aproximarnos a compren-der qu buscan, a qu aspiran y por qu actan de determinada manera, segn sus historias y trayectorias personales, motivacio-nes e intereses. Esta aproximacin es una clave importante para el proceso educativo a emprender, supone estar abiertos y dispues-tos permanentemente a repensar las formas de acompaamiento, los contenidos y las herramientas que necesitan para crecer como personas y responder con ecacia a los desafos de su localidad y del pas.

    7 Dinmica de grupo, tcnica psicoanaltica de trabajo en pequeos grupos, di-rigida a explorar e interpretar problemas, resistencias, dicultades que ao-ran en el grupo.

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    1.1 CARACTERSTICAS DE LOS PARTICIPANTES

    El trabajo estadstico presenta los resultados en funcin a los dos programas que tiene la EHE: el programa nacional y el programa de Lima metropolitana. En anexo 1 hemos incluido una seccin denominada terminologa que expone brevemente los trminos que se utilizaron para la clasicacin.

    Desde su fundacin en 1994 han participado en la EHE 534 perso-nas en el Programa Nacional y 410 en el programa de Lima Metro-politana, sumando 944 personas en total. La cantidad promedio de participantes por ao en el programa nacional ha sido 49 y en el programa de Lima metropolitana 41. A lo largo de estos 10 aos ha habido una evolucin y crecimiento anual de la cantidad de par-ticipantes a nivel nacional, que se puede apreciar en la grca de-bajo. El trazo lineal rojo mide la tendencia que conrma geomtri-camente esta apreciacin. Este crecimiento se explica en la medida que el programa se hace ms conocido por los agentes pastorales, instituciones y sobre todo por lo que cuentan los lderes que han participado en la EHE al retornar a sus localidades.

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    1.1.1 Sexo

    La participacin equitativa de hombres y mujeres es uno de los criterios que se toma en cuenta al convocar y seleccionar a los par-ticipantes. Sin embargo se pone especial cuidado a travs de las distintas estrategias de difusin en la promocin y participacin de las mujeres, quienes tienen menos oportunidades de formacin. En esta tarea tiene mucho que ver el apoyo de los agentes pas-torales, instituciones y los propios lderes; son ellos los que ani-man, conversan con las familias (esposos, hos), ayudan para que las mujeres puedan salir del espacio local (provincia) sin mayores conictos. S observamos la grca del programa nacional y del programa de Lima observamos que a lo largo de estos 10 aos la participacin de alumnos en relacin a su sexo ha sido casi equi-tativa.

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    1.1.2 Edad

    Otra de las caractersticas de los participantes ha sido la diversidad de edades, se trata de jvenes y adultos entre los 20 y 60 aos. A lo largo de estos 10 aos los participantes del programa nacional han sido un poco ms jvenes, con un promedio de edad de 38.3 aos, mientras que para Lima Metropolitana es de 40.3 aos. S los agru-pamos en tres categoras (adultez temprana de 20 a 39 aos, adul-tez real de 40 a 59 aos, adulto mayor de 60 en adelante) el anlisis de los datos da como resultado que ms de la mitad (58%) en el programa nacional se encontraban en la etapa de adultez tempra-na y en el programa de Lima ms de la mitad se encontraba en la adultez real. La participacin de lderes adultos mayores es menor en ambos programas

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    1.1.3 Grado de Instruccin

    La presencia de participantes con estudios superiores (completos o incompletos) ha ido creciendo a lo largo de estos aos hasta con-vertirse en poco ms del 60% del total de participantes; en cambio, los alumnos con estudios secundarios (completos o incompletos) han ido decreciendo hasta representar el 29% del total de parti-

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    1.1.4 Procedencia

    A lo largo de estos 10 aos la EHE ha llegado a casi todos los depar-tamentos del pas. Los participantes provienen de la sierra, la costa y la selva, en orden de prioridad. Cusco es el departamento que mayor cantidad de participantes ha aportado desde el inicio de la EHE, con la quinta parte del total, seguido por Puno. La mayora de los lderes del programa Nacional reside en los departamentos donde nacieron. Para el caso de Lima Metropolitana, la mayora de participantes proviene de los llamados conos, en especial del Este y el Norte.

    cipantes. Esta situacin es similar tanto en el programa Nacional como en el de Lima Metropolitana tal como se puede ver en los siguientes grcos. Los participantes constituyen un grupo hete-rogneo muy valioso que ao tras ao retroalimenta la propuesta educativa de la EHE.

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    1.1.5 Situacin laboral

    En general, no hay un rea ocupacional predominante; las ms importantes son Ventas y Servicios, Educacin y Explotacin Pri-maria y Extractiva, en orden de prioridad. En todas las reas ocu-pacionales se nota una distribucin casi equitativa de hombres y mujeres, excepto en el grupo de Tareas Domsticas donde la mayo-ra son mujeres, y Explotacin Primaria donde la mayor parte son varones. Esta situacin es similar tanto en el programa Nacional como en el de Lima Metropolitana tal como se puede ver en los siguientes grcos.

    Casi todos los participantes se encontraban trabajando al momen-to de ingresar a la EHE, y si bien se constata aproximadamente la misma cantidad de hombres y mujeres que trabajan, no pasa lo mismo con los que no trabajan, donde la mayora son mujeres. La mayor parte de los participantes tiene ocupaciones informales. Slo un cuarto de ellos ha tenido ocupaciones formales y se trata sobre todo de los profesionales y tcnicos. Las mujeres predomi-nan en las ocupaciones informales y los varones en las formales.

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    Los siguientes grcos ayudan a entender la distribucin de gru-pos ocupacionales.

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    1.1.6 Organizaciones sociales a las que pertenecen y cargos que desempean

    Los lderes y lideresas participan en espacios locales promovien-do iniciativas por la ciudadana, el respeto al medio ambiente, la calidad de los servicios pblicos y la defensa de los derechos humanos, siempre orientados a mejorar la calidad de vida de sus comunidades. La mayora de las organizaciones de donde proce-den los participantes de la EHE son de orden social. Le siguen las organizaciones eclesiales y muy de lejos las organizaciones polti-cas y econmicas. Por un lado, debido a los cambios econmicos y sociales, muchos lderes pasan de un campo de trabajo a otro; por ejemplo, algunos que empezaron en el campo sindical han pasado luego a desempearse en grupos cristianos, en movimientos cvi-cos, etc.; y tambin asumen otras nuevas tareas a las que aportan su experiencia anterior. Por otro lado, para ellos la pertenencia a una organizacin no es permanente ni exclusiva, ya que se mue-ven en diversos mbitos y sus intereses son variados y cambian-tes. Por todo ello hay que considerarlos como personas y no slo como cabezas de determinada organizacin, ya que constituyen

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    S agrupamos todas las organizaciones desde el inicio de la escuela por la temtica principal que trabajan, se obtiene que las organi-zaciones que tienen lo pastoral como eje de su temtica y como denicin de su identidad en ambos programas ocupan el primer lugar, Le siguen las organizaciones cuya tema principal es la asis-tencia alimentaria y la defensa de los derechos humanos, con un porcentaje distinto estn las que se ocupan del tema econmico productivo, vivienda e infraestructura, participacin ciudadana, educacin y salud entre otros. En la grca siguiente se puede ob-servar esta distribucin temtica. En el anexo terminologa po-demos encontrar la clasicacin que agrupa a las organizaciones en funcin a la temtica principal que desarrollan.

    en s mismos un valioso recurso humano para el desarrollo y la democracia.

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    Por otro lado, las organizaciones de mujeres y jvenes han tenido una presencia signicativa en la EHE. En los ltimos aos se han incorporado otras organizaciones y actores sociales tales como co-munidades nativas (aguarunas, shipibos), grupos de defensa del medio ambiente, autoridades y funcionarios de gobiernos locales, mesas de concertacin, consejos de coordinacin local y organiza-ciones de apoyo a los portadores del VIH. Esta situacin es similar tanto en el programa Nacional como en el de Lima Metropolitana. Parte de lo expuesto puede verse en los siguientes grcos.

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    1.1.7 Cargo

    La mayora de los participantes tiene un compromiso activo con su organizacin desde distintos niveles de responsabilidad. En todos estos niveles se nota una distribucin casi equitativa de hombres

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    1.2 MOTIVACIONES Y ASPIRACIONES

    Basndonos en la informacin recogida en la cha de inscripcin y la entrevista personal aplicada al inicio del programa, encontramos que los lderes muestran una predisposicin positiva a renovar co-nocimientos. Vienen motivados y se asumen como actores de cam-bio, como protagonistas que enfrentan los mltiples problemas y barreras que acarrea la pobreza con una actitud pro-activa, siem-pre dispuestos a aportar soluciones creativas y valores basados en su propia identidad cultural. Desean adquirir ms conocimientos, aprender, educarse, actualizarse ante los nuevos cambios, conocer la realidad y los problemas sociales actuales del Per, capacitar-se, tomar conciencia, tener mayores criterios de anlisis, volver a aprender. A lo largo de estos diez aos las motivaciones que ellos expresan al ingresar al Programa de la EHE se han mantenido.

    y mujeres. Esta situacin es similar tanto en el programa nacional como en el de Lima Metropolitana, tal como se puede ver en los siguientes grcos.

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    Hemos agrupado las motivaciones y ste es el resultado.

    El 55% dice: Adquirir ms conocimiento, aprender, educarse, actualizarse en los nuevos cambios, conocer la realidad y los problemas sociales actuales del Per. Capacitarse, tomar con-ciencia, ponernos al tanto de lo que ocurre, tener mayores crite-rios de anlisis.

    El 32% dice: Ser mejor dirigente, eciente, saber dirigir, apoyar y fortalecer las organizaciones populares, crear organizaciones slidas, formar nuevos dirigentes, aprender cmo debe actuar la organizacin.

    El 30% dice: Tener nuevas pistas de trabajo ante situaciones nuevas, enfrentar ms ecazmente la nueva realidad, los cam-bios en el mundo; ser ms dinmicos, crticos y realistas, buscar alternativas viables, aportar en la elaboracin de una propuesta a partir de su experiencia.

    El 20% dice: Fortalecer y profundizar su compromiso cristia-no, el servicio o ayuda a los dems, sentirse comprometido con su organizacin, trabajar por su comunidad, hacer algo por su pueblo, compartir con otros que lo necesitan; servir mejor a la organizacin, al movimiento, al grupo de base, a la comunidad, en lo eclesial y en lo social.

    El 10% dice: Vivir o conocer nuevas experiencias, conocer otros grupos organizados, intercambiar experiencias, desarrollar la voluntad para revisar y repensar sus experiencias.

    El 10% dice: Buscar ciertos nes como la justicia, mejorar la si-tuacin de los ms necesitados, el desarrollo, hacer crecer la de-mocracia, participar en la vida poltica.

    El 7% dice: Transmitir lo aprendido a otros, reproducir o repli-car, ser agente multiplicador, ensear a otros.

    El 7% dice: Ser mejores lderes, referentes ticos en su comuni-dad y en su familia. Para algunos la EHE se presenta como la oportunidad de ser un lder en el sentido pleno de la palabra para, siempre en una perspectiva solidaria, dar ms a sus co-munidades (muchos se ven afectados por la sensacin de que no dan ni hacen todo lo que podran).

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    El 6% pone mucho nfasis en el crecimiento personal, en la di-mensin subjetiva: reforzar la autoestima, aprender a perdonar y romper con la inseguridad, la inercia, la timidez y el miedo.

    Como vemos, la mayora de los participantes llega con un buen nivel de motivacin, adecuadamente orientada a aquello que el Programa puede ofrecerles, situacin que facilita el aprendizaje.

    Las aspiraciones son otro elemento clave para el aprendizaje. En el caso de los lderes de la EHE estn referidas a la realizacin de pro-yectos personales y comunitarios, a ocupar cargos como teniente gobernadora, alcaldesa, presidenta del pueblo, congresista, regi-dora de la municipalidad, promotor de la pequea empresa, pro-fesional. En el caso de las aspiraciones hemos observado algunos cambios y stos tienen que ver en muchos casos con la percepcin que ellos tienen sobre s mismos y las tareas que tienen que enfren-tar en este tiempo; en los ltimos 4 aos muchos tienen inters en saber elaborar, gestionar y ejecutar proyectos de desarrollo para la localidad y/o regin, que van desde la infraestructura hasta la ca-pacitacin, la vigilancia ciudadana, la generacin de empleo. Los lderes tienen aspiraciones que exceden las llamadas materiales y se abren a otras dimensiones de la existencia que ellos buscan satisfacer y ante las cuales se muestran siempre muy sensibles. El proyecto y proceso educativo de la EHE busca responder a las bsquedas y aspiraciones que plantean los lderes y lideresas ao a ao, actualizando la currcula, promoviendo la articulacin y el encuentro con otros actores de la sociedad y del estado. En estos 10 aos muchos de nuestros lderes han asumido cargos y respon-sabilidades en el espacio local, regional y nacional, hay alcaldes/as, regidores/as, integrantes de las Mesas de Concertacin para la Lucha contra la Pobreza, animadores del Movimiento ciudadano Para que no se repita.

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    1.3 VIVENCIAS Y SENTIMIENTOS

    Adems de conocer las caractersticas de los participantes analiza-das ms arriba, las motivaciones y aspiraciones que traen, es im-portante acercarnos a sus vivencias y sentimientos. El trabajo rea-lizado con el equipo de psiclogas desde las dinmicas de grupos, la elaboracin de autobiografas y el acompaamiento cotidiano durante el proceso educativo nos abren a una dimensin personal y grupal de la vida de los lderes que normalmente no tiene un espacio y suele no ser valorada. La experiencia vivida a lo largo de estos 10 aos muestra que, trabajando la dimensin personal con la misma intensidad que la dimensin del conocimiento o recrea-cin de sus prcticas, se promueve o estimula el desarrollo y cre-cimiento integral de los lderes. En nuestra experiencia educativa ste es un referente importante en el proceso de reexin, anlisis, elaboracin y produccin de nuevos sentidos en la vida de los lde-res. A continuacin compartimos los elementos encontrados; estn agrupados en torno a 6 temas: relaciones familiares, relaciones de gnero y edad, experiencias educativas, cultura poltica, compro-misos y luchas, religiosidad y experiencia eclesial. En anexos colo-camos algunas autobiografas de los lderes de Lima y provincias.

    1.3.1 Relaciones familiares

    Los vnculos primarios (la presencia o ausencia de los padres) ejer-cen una fuerte inuencia en los lderes, y constituyen para ellos una clave importante para la construccin de su identidad. La ma-yora resalta la buena relacin con la madre, pero hace referencia a una serie de desilusiones respecto de la gura paterna. As, la madre es sinnimo de apoyo constante, lucha, fuerza, solidaridad, deseos de superacin, modelo de dirigente en medio de un am-biente pobre y humilde. Por su lado, el padre suele estar asociado a la bebida, la dedicacin exclusiva al trabajo, la lejana, la violencia hacia la madre, el maltrato, el abandono (nunca tuve afecto de padre) y el machismo (mi padre deseaba un ho varn, tuvo una decepcin porque nac mujer), la ausencia de reconocimiento

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    y amor gratuito (un hacendado rico reconoce a su ho slo cuando ste se convierte en profesional). Esto no excluye, evidentemente, casos en los que la madre golpea a sus hos, ni aquellos en los que el padre es fuente de ternura, valores y tradicin cultural. La ma-yora ha tenido una niez pobre, ha formado familia a temprana edad o en condiciones violentas, y en algunos casos esta situacin se mantiene.

    Adems, se reeren a una serie de experiencias de maltrato y vio-lencia contra las que han tenido que luchar desde muy temprano, muerte temprana e injusta (enfermedades por malas condiciones de vida, falta de dinero para una operacin, casero alejado de la posta mdica), violaciones (padrastros, otros familiares), violencia familiar y escolar (la maestra nos golpeaba con carrizo hasta que el carrizo se rompiera), el trabajo gratuito y los abusos impuestos por los hacendados, atropellos a los derechos humanos, la trage-dia del terror donde frecuentemente se encontraron entre dos fuegos (los militares y los senderistas), as como con autoridades vinculadas al narcotrco, y el consecuente saldo trgico de vidas perdidas, mutilaciones y torturas.

    Para un nmero signicativo de lderes la infancia es sinnimo de crecimiento lejos de los padres desde muy temprano. En algunos casos, los primeros aos se viven con otros parientes, porque los padres se encontraban en la ciudad (espacio, siempre, de las posi-bilidades de trabajo y estudio): slo me vea al ao tres meses. En otros casos, ellos mismos experimentan desde muy nios la migracin a la ciudad: no conozco mi provincia natal porque mi pap, por razones de trabajo, se trasladaba de un lugar a otro. La lucha por la vida, especialmente por las posibilidades de estudio, supona estar siempre en lugares alejados.

    Algunos lderes reconocen en su infancia un tiempo marcado por el reclamo ante la constatacin de la ausencia de la gura paterna, en tanto que en algunos casos la presencia e imposicin de mode-los autoritarios produjeron heridas muy profundas: su forma de

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    educar era un rotundo No. Algunos lderes tuvieron que hacerse cargo de su madre y hermanos a temprana edad por la ausencia del padre. No obstante la infancia representa para muchos un conjun-to de recuerdos muy vivos del campo, las cosechas, los animales y la tierra. Esta vivencia les ense a desarrollar una sensibilidad particular para proteger los recursos naturales.

    En cuanto a la familia formada por algunos lderes, sta fue el pro-ducto de una relacin prematura y, por lo tanto, estuvo marcada por el rechazo y la decepcin de los padres. Sin embargo, la ma-yora asumi el nacimiento de un ho como una responsabilidad por delante.

    1.3.2 Relaciones de gnero y edad

    Los roles que asumen los lderes en sus relaciones de gnero en muchos casos no han sido cuestionados por ellos mismos; muchos creen en la separacin de roles y la mantienen. El machismo est presente (esposos posesivos que exigen renuncias a trabajos, con-trarios a que la mujer sobresalga profesionalmente, celos, maso-quismo en las propias mujeres). Las mujeres, para salir y formarse, viven una situacin de tensin y conicto. En muchos casos no son bien vistas por el esposo ni por la propia comunidad, tienen que consultar, pedir permiso para asumir cargos. Se perciben con menos capacidades que los varones.

    A comparacin de los varones, las lderes mujeres expresan con mayor facilidad sus sentimientos. En algunos casos, existe el re-sentimiento de las mujeres contra los participantes varones porque los hombres en sus vidas no les dieron lugar, y a otra escala sus compaeros de curso repiten esa historia. Los hombres sienten, en algunos casos, temor e incomodidad para tratar estos temas (por la beligerancia femenina), culpa (asumiendo lo que se les adjudi-ca, con o sin razn) e indignacin (porque an pretendiendo reco-nocerlas, ellas igual los maltratan). Se gesta as una barrera entre ambos.

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    Por otro lado, se da la tensin entre las generaciones: los jvenes desestiman lo que los mayores hicieron y acumularon, creyendo en un borrn y cuenta nueva, a pesar de que ellos no tienen una memoria del pas. Los mayores ven con condescendencia a los que empiezan, sin poder encontrar la manera de apoyarlos, prevenir-los o aportar; tambin los tratan de manera rgida y cuestionan o descalican sus propuestas o ideas.

    1.3.3 Experiencias educativas

    Muchos de los lderes maniestan el dolor por no haber podido se-guir estudios, o por haberlo hecho con interrupciones constantes, distanciamiento por razones familiares y econmicas. Han vivido una experiencia temprana de trabajo y carencia de alimento (hay das que coma y otros no). La experiencia de pasar por varias escuelas y no ingresar a universidades o institutos por la mala pre-paracin constituye, en muchos casos, una frustracin. Hay una relacin tensa y conictiva entre la dedicacin al estudio y las exi-gencias del trabajo:Esto de trabajar y estudiar es un poco difcil. Por otro lado, frustra la sensacin de iniciar con buen pie y luego abandonar los estudios.

    El estudio de la primaria y secundaria supuso para muchos la ale-gra de encontrarse con nuevos conocimientos y salir del mbito estrictamente familiar para encontrarse con amigos que daban sentido a la escuela, hermanas y profesores que fueron fuente de cario y disciplina, y compromisos que los vinculaban a la proble-mtica y las esperanzas de su comunidad. Sin embargo, el estudio supuso tambin para muchos el traslado a la ciudad, la relacin difcil entre el trabajo diurno y el estudio nocturno qued muy delgada y sufra. La migracin en busca de trabajo y superacin era una situacin difcil de enfrentar e impeda muchas veces una dedicacin adecuada a los estudios:no tenamos casa donde vi-vir. Otra dicultad reside en el choque entre la lengua natal, el quechua, y el encuentro con un sistema educativo castellano: me encontr con una debilidad sobre el pronunciamiento del idioma

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    espaol, porque estuve acostumbrado a hablar en quechua con mi abuelo. La tristeza llegaba tambin cuando con el ttulo en el brazo no haba una opcin para laborar.

    1.3.4 Cultura poltica

    Los lderes y lideresas reconocen en ellos mismos y en las personas con las que trabajan una mentalidad de resignacin y fatalismo: El pas no tiene salida, todos son corruptos. No obstante, apues-tan por una cultura de vida basada en la esperanza para revertir estas situaciones adversas. En muchos de ellos est instalada la desconanza ante las autoridades, la burocracia y las instituciones, por su inecacia en unos casos y su ausencia en otros. La lejana y el desencanto por la poltica son fuertes, pero eso tiende a cambiar en la medida en que encuentran formas alternativas concretas de participar en el espacio de la sociedad civil.

    Otros mantienen estilos de liderazgo individualistas o autoritarios, y viejas formas de lucha que les cuesta cambiar. El tema del uso del poder es escurridizo y poco tratado, por sentir los participantes cierta culpa, vergenza y confusin al respecto. Su experiencia es que el poder se usa para enriquecerse y para maltratar; a pesar de tener ideales distintos, les resulta difcil experimentar el poder como un recurso positivo, til y susceptible de ser compartido. Aferrarse a l sin encontrarle mayor uso que tenerlo es una prcti-ca frecuente percibida como tentacin por muchos lderes. De he-cho, algunos corren el riesgo de construir una estructura ideal, con principios muy claros pero muy distantes de la prctica diaria.

    Se observa tambin en algunos casos la dicultad para el dilogo y el anlisis por la prdida del signicado y pertinencia del discurso. Es grave el efecto disuasivo que han tenido estos estilos en la poltica; en los propios grupos se arma: la gente no viene a las asambleas porque pierde el tiempo.

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    S bien muchos lderes tienen cargos y responsabilidades en sus organizaciones, observamos que algunos tienen una necesidad desbordada de ocupar un espacio a como d lugar, hablando de sus asuntos y exponiendo sus logros, problemas o mritos; se trata de una necesidad compulsiva que no contempla si hay o no oyen-tes interesados, y que responde a la angustia de no ser visibles o de ser menospreciados si no hablan o actan, y al temor de no ser reconocidos. Muchos de ellos tambin sienten una inhibicin que tiene que ver con la inseguridad y la tendencia a creer que en el fondo otros saben ms; hay una habituacin a silenciar su opo-sicin frente a quienes saben o tienen ms poder que ellos, para no caer en desgracia. Se ha generado, a veces, un hbito en que se zanja, se decide, se impone; pero no se comprende, analiza, dis-cierne y tampoco se establece una comunicacin. En este sentido se constata la dicultad que tienen muchos lderes para lograr un encuentro real, de intercambio y dilogo con disposicin a decir y a escuchar.

    1.3.5 Compromisos y luchas: sentido para la vida del lder

    Muchos lderes maniestan que combinan en sus actitudes y que-hacer cotidianos la fuerza y la ternura, porque reconocen tener un corazn sensible y frgil y al mismo tiempo uno fuerte, de pie-dra, como ellos mismos dicen en sus autobiografas. Han vivido experiencias de ayuda y gratuidad o dedicacin desinteresada que los impulsan a asumir un compromiso con la comunidad. Mani-estan una sensibilidad particular por el dolor ajeno (el dolor por un pueblo alienado, sin voz, indefenso), arman sentir pena ante todo acto de injusticia, ante la desigualdad y la pobreza (la po-breza extrema me conmueve pero me da fuerzas para trabajar, mi tristeza es que muchos profesionales no pueden encontrar tra-bajo). Experimentan alegra cuando sus amigos y seres queridos alcanzan una vida digna y feliz.

    Sin embargo, el equipo de psiclogas seala que algunos viven el compromiso o accin por el bien comn con un sentido de deber-

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    obligacin. Cuando esto ocurre, se vive como una presin sin esca-pe que desata mucha clera, impotencia y ambivalencia frente a su rol como lderes. Otras dicultades vienen de que este rol supone una actitud crtica frente a sus comunidades y vecinos que no siem-pre es grata y que conlleva las duras opiniones que algunos ar-man escuchar de sus compaeros. Ocurre que deben luchar contra la corrupcin en favor de la solvencia moral y la coherencia de sus organizaciones; tienen que imponer disciplina sin favoritismos ni parentescos, sin aceptar ninguna componenda. Esto hace que al-gunos vecinos los consideren muy severos e incluso autoritarios. Los lderes enfrentan, pues, un ambiente de corrupcin y tensio-nes, debido a lo cual sienten la necesidad de un aprendizaje que refuerce valores y actitudes ticas. Tambin necesitan rearmar su experiencia dirigencial como una posibilidad de realizacin perso-nal, fuente de felicidad y sentido para sus vidas.

    1.3.6 Religiosidad y experiencia eclesial

    Muchos participantes de la EHE provienen de grupos cristianos. Para la mayora de ellos la experiencia de Dios se ubica en una perspectiva liberadora. Para los que vienen del Ande, Dios est profundamente vinculado a la tierra como fuente de vida. Otros resaltan la relacin de conanza y ven en la fe el impulso para lo-grar algo para su pueblo, para salir de la pobreza y procurar una vida con calidad para todos. La apertura al otro como protagonista de su historia hace armar a una misionera laica: Fui para evan-gelizar pero termin siendo evangelizada. La fe se vive, en esta perspectiva, en la accin cotidiana, en el ser feliz con la felicidad de otros, sentirse triste con el sufrimiento y la pobreza. En estos casos, los lderes tienen ya una experiencia de fe que puede potenciarse con el aprendizaje y revisin del sentido de la opcin preferencial por los pobres, la espiritualidad y la teologa de la liberacin, te-mas fundamentales del proceso de formacin en la EHE. Desde la reexin sobre el papel de la Iglesia en diferentes momentos de nuestra historia, los lderes descubren una manera integral de

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    vivir la fe cristiana a partir de acciones concretas que promueven la vida en todas sus dimensiones.

    De otro lado, algunos mantienen una perspectiva ritual, algo con-servadora. Se trata, en particular, de jvenes o seoras vinculadas a un trabajo parroquial de oracin o catequesis, con poca proyec-cin social. Priman aqu los crculos de amistad y fraternidad pe-queos y algo desvinculados de otras realidades. Tambin persis-ten elementos de una visin de la fe vinculada a la frecuencia de visitacin al templo o al rezo del rosario, a la solucin mgica e inmediata de todos los problemas, o a una lgica de la retribucin (castigos, temor, sacramentos para evitar predicciones nefastas, oracin cuando necesito algo). En otros casos, se trata de una actitud pasiva, extrnseca, convencional: la sociedad donde vivo es de cultura y fe en Dios.

    Para algunos lderes el servicio a los dems ha sido entendido como un descuido de s mismos, lo que est encontrando sus lmites, ya que evalan no haber resuelto problemas de economa familiar, o de autoridad paterna, no haber servido a quienes ms inmediata-mente son su responsabilidad (hos). Esto puede conducir a una crtica radical, con resentimiento, a su propia experiencia vivida, sin poder rescatar, por lo menos en un primer momento, los aspec-tos productivos o creativos que indudablemente tiene. En muchos casos, una mala interpretacin de ciertos valores cristianos refuer-za este funcionamiento, y los lderes sienten que perderan afecto, reconocimiento y poder si incluyeran motivaciones ms personales y encarnadas, si explicitaran ambiciones personales, si se salieran del rollo del sacricio. Por eso es importante trabajar con ellos la dimensin religiosa, rescatando una fe liberadora que lleva a una vida ms humana y ms plena.

    Como una primera conclusin podemos decir que:

    Los lderes y lideresas son hombres y mujeres, jvenes y adul-tos, actores dinamizadores de la vida de su organizacin y loca-

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    lidad y participan activamente en los procesos sociales, polti-cos y culturales del pas.

    Tienen un desarrollo formativo heterogneo. En su mayora pertenecen o tienen como referencia a organiza-

    ciones de la sociedad local, destacan por sus valores y visin, y son reconocidos por su vocacin de servicio.

    Su experiencia organizacional est marcada por la fragilidad y la desarticulacin.

    En su mayora participan en espacios locales promoviendo iniciativas por la ciudadana, el respeto al medio ambiente, la calidad de los servicios pblicos, la defensa de los derechos hu-manos, orientadas a mejorar la calidad de vida de sus comuni-dades.

    En el ejercicio de su funcin dirigencial se relacionan, en mayor o en menor medida, con grupos y entidades de la sociedad civil y del Estado, con quienes interactan en una relacin de dilo-go y negociacin.

    Traen consigo debilidades y fortalezas, traumas muy ntimos de la infancia, al tiempo que expresan la expectativa de lograr un desarrollo personal que suponga sanar heridas que todava marcan su mundo subjetivo.

    Las historias de sufrimiento, luchas y esperanzas, al ser com-partidas y re-signicadas, se convierten en un impulso para el desarrollo de la vida de los lderes y los animan en el proceso de formacin.

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    La propuesta educativa de la escuela Hugo Echegaray

    La propuesta educativa de la Escuela Hugo Echegaray

    La EHE intenta trabajar el conocimiento de la realidad personal y social con una propuesta educativa integral inspirada por una visin del desarrollo, una opcin preferencial por los pobres y los aportes de la educacin popular. stos constituyen los fundamen-tos sobre los cuales se ha construido la propuesta educativa de la escuela, que conlleva una perspectiva metodolgica, un perl del dirigente que se quiere promover, as como un plan de estudios es-tructurado con ese propsito, y ciertas estrategias educativas que permiten facilitar los aprendizajes.

    2.1 FUNDAMENTOS

    2.1.1 La persona humana como eje del desarrollo: liberacin y desarrollo de capacidades

    Desde sus inicios, la EHE ha marcado distancia respecto a la iden-ticacin exclusiva del desarrollo con el crecimiento econmico entendido como incremento de la productividad (cuntas cosas se producen). Las visiones del desarrollo como aumento de la equidad (cmo se reparten las cosas) y como satisfaccin de las necesidades bsicas (cuntas cosas alcanzan para vivir), aportan elementos vlidos, pero consideramos que el desarrollo humano integral involucra la complejidad de las dimensiones de la vida humana, de manera que sus indicadores comprenden tanto el in-greso econmico como los conocimientos adquiridos, la autoesti-ma, la capacidad de gestin y propuesta, o el goce de la vida. Es decir, asumimos como cuestin central cunta vida se logra con el uso de las cosas, y denimos el desarrollo como la expansin de las ca-

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    Nuevos liderazgos para el desarrollo y la liberacin

    pacidades humanas, entendiendo las capacidades como el conjunto de opciones que tiene la persona efectivamente.

    En este sentido, el desarrollo es esencialmente la ampliacin de la libertad, es tener ms opciones o posibilidades de eleccin entre distintos modos de vivir. Por el contrario, la pobreza es una restric-cin a la libertad y se hace necesaria la liberacin de estas situacio-nes de injusticia y carencia. Por eso desarrollo y liberacin se rela-cionan estrechamente. Nuestra propuesta educativa busca una li-bertad realmente ejercida para que los jvenes y adultos de sectores populares puedan ejercer sus derechos y actuar en la sociedad para transformarla o reorientarla. Esto supone apertura y pluralidad en lo que a proyectos vitales se reere. Para la EHE, el proceso de liberacin de las personas est por encima de determinados proyectos polticos, econmicos e inclusive religiosos.

    2.1.2 Opcin preferencial por los pobres

    El trabajo del Instituto Bartolom de Las Casas de la EHE se orienta segn la llamada opcin preferencial por los pobres, asumida por la Iglesia latinoamericana en la Conferencia Episcopal de Medelln, en 1968. Esta opcin surge ante la masiva realidad de la pobreza en el continente y ante la pregunta de cmo vivir en esta situacin el mensaje de Jess. Esto lleva a descubrir que el Dios de la Biblia, amando a todos los seres humanos, preere a los pobres y excluidos, sale en su defensa y exige justicia; el creyente est llamado a asumir la misma actitud, a ser solidario con los pobres luchando con ellos contra la pobreza que les impide vivir dignamente.

    Un elemento clave de la opcin por los pobres es considerar la pobreza no como un hecho natural o como una fatalidad, sino como una situacin social e histrica que tiene causas determinadas que la provocan, que es por tanto resultado de estructuras econmicas, sociales y polticas injustas que es necesario y posible cambiar. Otro rasgo central es tratar a los pobres como sujetos o protagonistas

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    La propuesta educativa de la escuela Hugo Echegaray

    activos de su propio proceso de liberacin, y no como simples objetos de asistencia, vctimas o clientela; por lo tanto es necesario armar y desarrollar sus capacidades para que puedan participar en la sociedad y articularse en pie de igualdad con otros sectores sociales.

    Desde la EHE, esta opcin nos lleva a involucrarnos con los lderes populares de diversos lugares del pas. Nos conduce a tomar en cuenta la dimensin personal, subjetiva y espiritual de cada persona, as como la situacin poltica, econmica y cultural de las que depende que esa persona pueda o no ser reconocida en su dignidad por otros y vivir plenamente. Tambin nos hace valorar y desarrollar las capacidades de los lderes, al mismo tiempo que preocuparnos por el fortalecimiento de las organizaciones sociales que permiten a los sectores populares canalizar sus demandas y lograr cambios en su situacin.

    2.1.3 La perspectiva de la educacin popular: aportes de Paulo Freire

    La EHE tiene como objetivo formar una conciencia crtica en las personas, y por ello pone nfasis en proporcionar conocimientos, valores y actitudes que permitan desarrollar una capacidad de comprender la realidad en toda su complejidad, a partir de la experiencia prctica y la orientacin a la transformacin de la misma. Se trata de que el aprendizaje sea crtico, activo, comprometedor, y que involucre todas las dimensiones de la persona: al estudio crtico corresponde una enseanza igualmente crtica que necesariamente requiere una forma crtica de comprender y de realizar la lectura de la palabra y la lectura del mundo, la lectura del texto y la lectura del contexto8. As, el punto de partida para un proyecto educativo tiene que estar en relacin con la lectura previa

    8 FREIRE, Paulo. Cartas a quien pretende ensear, Madrid: Siglo Veintiuno Edito-res.

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    Nuevos liderazgos para el desarrollo y la liberacin

    del mundo, las formas de comprensin de la realidad, y de accin y resistencia creativa de los grupos populares, sus aspiraciones, motivaciones y sueos, sin dejar de enfatizar la promocin de una actitud participativa y de asuncin de responsabilidades en la vida personal y en el desarrollo de la comunidad social inmediata. Freire concibe a la persona como un ser inacabado, abierto al futuro, a la transformacin.

    La EHE recoge, en su propuesta educativa, tres elementos de la perspectiva de la educacin popular:

    Una educacin vinculada a los sectores pobres y marginados de la sociedad y a sus organizaciones, a su quehacer; y que, por tanto, no se dene en s misma, sino que est ligada a las demandas, necesidades y prctica de las personas.

    Una corriente animada por un proyecto de transformacin de la sociedad desde la perspectiva de la emancipacin de los secto-res populares en busca de su protagonismo en la construccin de su destino. En este sentido, la educacin popular est marca-da por una intencin poltica, de transformacin social. En esta bsqueda, el sujeto toma conciencia crtica de su realidad y la transforma.

    Una pedagoga que busca ser coherente con el proceso de li-beracin. Se basa en el dilogo, en una relacin horizontal de respeto y aprendizaje mutuo. El educando desarrolla, as, su propio protagonismo en el proceso de aprendizaje.

    2.2 EL PERFIL

    Nuestra propuesta educativa es integral, porque toma en cuen-ta tres dimensiones que inciden en la armacin del pobre como agente de su propio proceso de desarrollo y liberacin.

    En primer lugar, la dimensin personal que busca fortalecer la au-toestima, identidad, capacidad de autocrtica, as como el recono-cimiento de la diversidad cultural.

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    La propuesta educativa de la escuela Hugo Echegaray

    En segundo lugar, la dimensin del conocimiento orientada a la capacidad de comprender y analizar crticamente los procesos so-ciales, polticos, econmicos, culturales y religiosos.

    En tercer lugar, la dimensin de recreacin de prcticas que pro-mueve actitudes y comportamientos ticos que permitan a los l-deres desarrollar un rol educador, consensos, propuestas y nuevas iniciativas compartidas para el desarrollo local.

    Dimensiones Competencias

    Dimensin personal

    Se percibe como sujeto, protagonista y construc-tor de un proyecto de liberacin y desarrollo.

    Se asume como persona, con capacidad de ana-lizar y reexionar sus vivencias, sentimientos y conductas.

    Ve y valora la importancia de lo subjetivo en la vida de las personas, organizaciones y procesos sociales

    Dimensin del conocimiento

    Renueva sus categoras de anlisis y mira crti-camente su papel ante los cambios.

    Comprende los cambios ocurridos en el contex-to nacional e internacional.

    Analiza situaciones identicando causas de problemas y conictos.

    Ubica su prctica en un horizonte nacional e in-ternacional, y no slo local y regional.

    Reconoce la relacin y la autonoma entre lo so-cial y lo poltico.

    Tiene criterios para evaluar las potencialidades de las experiencias populares en el actual con-texto.

    Comprende y aprecia la diversidad cultural del pas.

    Comprende y aprecia lo religioso como parte de la identidad del pueblo.

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    Nuevos liderazgos para el desarrollo y la liberacin

    2.3 EL PLAN DE ESTUDIOS

    Para alcanzar el perl sealado, se desarrolla un plan de estudios con las siguientes caractersticas:

    2.3.1 Niveles

    El Programa se realiza en dos aos o niveles:

    En el primer nivel se trabajan los conceptos e instrumentos que permitan comprender y analizar los procesos sociales, polticos, econmicos, culturales y religiosos que se dan en el contexto nacio-nal e internacional. Tambin se busca reexionar sobre los elemen-tos centrales de un proyecto de liberacin y desarrollo hoy que abra y renueve pistas en el nuevo contexto.

    En el segundo nivel se busca alcanzar un mayor dominio de los contenidos trabajados en el primer nivel, aplicndolos a los cam-pos de accin de los lderes en la perspectiva de propuestas para su localidad, regin y pas, as como nuevas pistas de trabajo para

    Dimensin del compromiso y recreacin de prcticas

    Revisa y explicita valores ticos y espiritualidad cristiana que animan el compromiso.

    Discierne en confrontacin de valores, integra tica y poltica y alienta la solidaridad.

    Tiene voluntad de asumir nuevas responsabili-dades en el espacio local, regional y nacional.

    Aporta con creatividad a propuestas de conjun-to desde la experiencia de las organizaciones sociales.

    Elabora, gestiona y ejecuta proyectos de desa-rrollo local.

    Tiene capacidad de negociacin, consenso y ar-ticulacin.

    Convoca y forma a nuevos lderes y lideresas. Rechaza prcticas autoritarias y excluyentes im-

    pulsando liderazgos ticos y democrticos.

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    La propuesta educativa de la escuela Hugo Echegaray

    sus organizaciones. Busca brindarles instrumentos que les permi-tan sistematizar sus experiencias, evaluar y orientar iniciativas de accin, elaborar y sustentar propuestas y proyectos de desarrollo local (PDL) y trabajos de campo supervisados. Se trata, pues, de suscitar nuevos liderazgos democrticos y ecaces.

    2.3.2 reas temticas

    Los cursos de ambos niveles se organizan en cuatro reas tem-ticas:

    A. rea de sociedad, poltica y cultura

    Los lderes refuerzan su identidad desde la memoria y resignica-cin de su historia personal y colectiva a travs de una revisin cr-tica de los procesos vividos en el pas y el mundo. Animamos una evaluacin, reexin y valoracin de las organizaciones sociales populares como uno de los actores fundamentales de la sociedad civil. Se promueven espacios de reexin sobre el lder como actor poltico, como sujeto con conciencia de sus deberes y derechos en la perspectiva de la reconciliacin nacional, la participacin ciuda-dana, la democracia y el desarrollo. Se realiza una lectura crtica y sensible de diversos textos de autores peruanos para vincular esta memoria del pas a las experiencias de vida de los participantes, as como el ejercicio de la interpretacin y la redaccin.

    B. rea de economa y desarrollo

    Los lderes requieren elementos para interpretar nuestra realidad econmica, sus limitaciones y posibilidades en los planos local, regional, nacional e internacional. Esta rea pretende brindarles elementos para ello y encontrar pistas de explicacin y salida a los problemas econmicos ms acuciantes. Asimismo, se busca incor-porar la prctica, experiencia y reexin de los lderes populares sobre el momento econmico del pas y la situacin que viven los sectores populares. Tambin se busca conocer mejor los compor-

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    Nuevos liderazgos para el desarrollo y la liberacin

    tamientos de los sectores populares en tanto agentes econmicos. Finalmente, se orienta las habilidades de los lderes en el plano econmico para fortalecer las iniciativas que, en este terreno, im-pulsan desde sus organizaciones.

    C. rea de reexin cristiana

    Esta rea promueve un desarrollo humano espiritual asumido como proyecto de vida. Tiene como objetivo que los participantes se sientan motivados a una reexin teolgica a travs de una re-visin de su prctica a la luz de la fe, de la espiritualidad cristiana entendida como seguimiento de Jess. Se busca, as, que los lde-res vinculen sus actitudes y comportamientos ticos, tareas y com-promisos cotidianos, con los fundamentos que subyacen a ellos: la prctica de los valores del Evangelio desde la opcin preferencial por los pobres. Se pretende fortalecer la fe y el compromiso desde una perspectiva cristiana liberadora que promueva la vida huma-na en todas sus dimensiones, y la construccin de una sociedad ms justa, fraterna y respetuosa de los derechos fundamentales de todos los hombres y mujeres de nuestro pas.

    D. rea de crecimiento personal

    Esta rea tiene como objetivo que los lderes puedan comprender su propia subjetividad, e incorporar esta dimensin en su vida cotidiana. Se trata, entonces, de trabajar los aspectos afectivos ac-tuantes en su prctica personal y social. Desde una experiencia de acompaamiento grupal (dinmicas de grupo), este proceso per-mite abordar vivencias como la identidad, dominacin, autorita-rismo, relacin entre gneros y al interior de la familia, autoestima, rol del lder. Se reexiona sobre cmo estos rasgos, presentes a ni-vel personal, inuyen tambin en su comportamiento social.

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    La propuesta educativa de la escuela Hugo Echegaray

    2.3.3 Modalidades

    El programa se desarrolla en dos modalidades:

    Nacional - Provincias: Consiste en dos ciclos de 15 das cada uno, a tiempo completo y en internado, durante el verano.

    Metropolitana - Lima: Consiste en dos ciclos. El primero dura 8 semanas y el segundo 7. Se realiza por las noches, una semana por mes y tres nes de semana en internado.

    2.3.4 Temas

    Los principales temas que se desarrollan en cada nivel son:

    A. Primer nivel

    rea Tema

    rea de sociedad, poltica y cultura

    Historia del Per Identidad y Cultura El Per en su literatura Taller de la Memoria: Los aos de la violencia pol-

    tica Geopoltica mundial Globalizacin: efectos polticos, sociales y cultu-

    rales Relacin Estado y Sociedad: continuidad y cambio Taller de Anlisis de Coyuntura Ciudadana: deberes y derechos Vigilancia ciudadana Visita e intercambio para fortalecer el conocimien-

    to y vinculo entre lderes, organizaciones sociales e instituciones pblicas

    Taller de Acceso y Manejo de la Informacin de los asuntos pblicos

    Democracia y Poltica Partidos polticos: historia y desafos actuales

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    Nuevos liderazgos para el desarrollo y la liberacin

    rea de sociedad, poltica y cultura

    Organizaciones sociales de base: balances y pers-pectivas

    Taller de lectura crtica de los medios de comuni-cacin

    Polticas sociales Descentralizacin: Balance y Desafos Taller de Planeamiento Estratgico como herra-

    mientas para el Desarrollo Local Feria por la Democracia, la Ciudadana y el Desa-

    rrollo

    rea de economa y desarrollo

    Estructura econmica Cambios en el mundo Mercado y competencia Empleo y empresa Causas de la pobreza Polticas econmicas Tratado de Libre Comercio Deuda Externa

    rea de reexin cristiana

    Fe y liberacin Trayectoria de la Iglesia peruana y latinoamerica-

    na Opcin por el pobre: Fundamentos y Desafos Ac-

    tuales tica del lder

    rea de crecimiento personal

    Construccin de Historias personales: Autobiogra-fas

    Sesiones de Dinmica de Grupo con un equipo de psiclogas: Una mirada a los procesos internos y vivenciales (Autopercepcin, Familia, Sexualidad, Organizacin)

    Taller de Expresin Corporal Asesora pedaggica y acompaamiento personal

    B. Segundo nivel

    Se ofrecen espacios de acompaamiento personalizado y asesoras para la ejecucin de trabajos de campo y la elaboracin de proyec-tos de desarrollo local, as como ser parte de la red de lderes de la EHE.

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    La propuesta educativa de la escuela Hugo Echegaray

    rea Tema

    Marco general Deniciones de desarrollo Desarrollo, libertad y liberacin

    rea de desarrollo humano personal

    Taller de desarrollo humano personal Taller de gnero Sesiones de Dinmica de Grupo con un equipo

    de psiclogas: Revisin de los procesos internos y vivenciales (Autopercepcin, Familia, Sexua-lidad, Organizacin)

    Taller de Expresin Corporal Elaboracin de Cuentos Asesora pedaggica y acompaamiento per-

    sonal

    rea de desarrollo humano espiritual

    Teologa de la liberacin: una opcin por la vida

    Desafos a la fe desde el informe de la CVR Espiritualidad y responsabilidad social del l-

    der Fe y Liberacin

    rea de desarrollo humano social, poltico y cultural

    Democracia, ciudadana y sociedad civil Taller de Manejo y resolucin de conictos Taller de Anlisis de coyuntura Taller de elaboracin de proyectos de desarrollo

    local Taller de habilidades comunicativas para la con-

    certacin Taller de Acceso y Manejo de la Informacin de

    los asuntos pblicos Taller de Nuevos Liderazgos para la democra-

    cia y el desarrollo Taller de habilidades educativas para la forma-

    cin de nuevos liderazgos

    rea de desarrollo humano econmico

    Iniciativas para la promocin econmica Visita de experiencias e iniciativas econmicas

    locales Estrategias de desarrollo nacional: hay sali-

    das? Taller de medio ambiente: desarrollo sostenible

    y manejo de recursos.

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    Nuevos liderazgos para el desarrollo y la liberacin

    2.4 LA PROPUESTA METODOLGICA

    Nuestra propuesta metodolgica es activa y vivencial, toma en cuenta los saberes de los participantes, sus sentimientos, necesi-dades, intereses, visiones y aspiraciones. Se posibilitan formas de aprendizaje dinmicas a travs de la solucin de casos, anlisis de textos y la reexin de su propia experiencia, se fomenta grupos de estudio, visitas guiadas a instituciones pblicas y privadas.

    Es una formacin que parte de la prctica, de la experiencia del adulto y busca reexionar crticamente sobre ella para que pueda responder con ecacia a los problemas, novedades y desafos que va planteando el proceso de liberacin al compromiso que tienen como cristianos y lderes sociales. La liberacin que buscamos co-loca en el centro de todo proyecto a las personas y tiene en cuenta las distintas dimensiones de su vida, como la personal, social, eco-nmica, poltica, cultural y religiosa.

    Para propiciar entre los participantes un clima adecuado que pro-mueva la participacin y el intercambio de opiniones y experien-cias es que decidimos que cada sesin educativa considere las si-guientes recomendaciones diferenciadas y dirigidas segn las di-ferentes fases de aprendizaje que a continuacin se mencionan:

    Fase 1: motivacin

    S bien los participantes traen consigo una motivacin mediata, el docente debe aprovecharla, sin olvidar que es sumamente necesa-rio que se inicie las sesiones con una motivacin, que refuerce las expectativas con las que llegan los participantes. No slo debe de ser inicial sino que debe mantenerse a lo largo de todo el desarrollo de la sesin educativa. Como una estrategia didctica, se podra iniciar las sesiones introduciendo una pregunta motivadora, o em-pleando ciertos recursos que capten la atencin y/o reexin, como puede ser el anlisis de un caso propuesto por los participantes, fo-

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    La propuesta educativa de la escuela Hugo Echegaray

    tografas, videos, frases, etc. A partir de este inicio se debe promo-ver la participacin de los alumnos, pidiendo sus observaciones, opiniones y comentarios frente a lo planteado.

    Fase 2: percepcin selectiva

    En esta fase se da una aproximacin (introductoria) a los conteni-dos a desarrollar a lo largo de la sesin. De esta forma, se deben mencionar los objetivos y la importancia de los contenidos, la re-lacin que guardan stos con la vida de los participantes, y en qu medida les son tiles. En funcin de cunta relacin se establezca entre el tema a desarrollar y las motivaciones, intereses e inquietu-des de los alumnos es que se captar la atencin de los mismos y se iniciar un primer procesamiento de informacin.

    Fase 3: codificacin

    En esta fase se tiene que brindar un esquema del tema a desarro-llar, en el que guren ideas centrales, empleando palabras claras y sencillas. Considerando que en esta etapa se desarrollan los con-ceptos e ideas sobre un tema, es recomendable que las exposicio-nes sean breves, claras y sencillas y estn animadas por un dilogo uido. Pasar de un tema a otro en la medida en que el primer tema haya quedado claro.

    Fase 4: almacenamiento

    Esta fase supone la recuperacin de los conceptos e ideas centra-les en relacin a los contenidos desarrollados; incluye el estable-cimiento de relaciones entre los conceptos y la manifestacin de las opiniones e impresiones de los participantes sobre los mismos. Para ello se recomienda el planteamiento de preguntas, trabajos personales y/o grupales que ayuden a aclarar, problematizar las ideas, promover la capacidad crtica, tratando de socializarlas siempre que sea posible.

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    Fase 5: evaluacin

    Esta fase incluye el establecimiento de relaciones entre el tema y los contenidos desarrollados con otros desarrollados anteriormen-te, de esta forma se establecen cadenas lgicas entre los diversos conceptos e ideas principales, lo que permite que se armen secuen-cias y relaciones internas, que facilitan el proceso de recuperacin de la informacin en caso de que sea requerida.

    Fase 6: transferencia

    Esta fase supone la puesta en prctica de relaciones entre la teora expuesta y la realidad de los participantes. Promover los trabajos de investigacin personal o grupal sobre asuntos o problemas de la localidad, construir propuestas y hacer uso del marco conceptual trabajado en las sesiones educativas es una manera de apropiarse en sus propios trminos de los contenidos del proceso educativo.

    Fase 7: ejecucin y evaluacin

    Esta fase permite identicar cun signicativos han sido los apren-dizajes con respecto a los contenidos desarrollados. Se recomienda el uso de diversos instrumentos, la prueba de entrada y de salida, evaluaciones por curso, informes de los trabajo de campo, proyec-tos de desarrollo elaborados, entre otros.

    Fase 8: retroalimentacin

    Esta fase consiste en solicitar las apreciaciones de los alumnos res-pecto a lo que ha sido el proceso de aprendizaje; de esta forma se recogen aquellos elementos que contribuyeron a generar inters, motivacin, reexin o cuestionamiento, as como se identica aquellos elementos que no contribuyeron con este n.

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    La propuesta educativa de la escuela Hugo Echegaray

    2.5 ESTRATEGIAS EDUCATIVAS

    La EHE entiende por estrategia educativa el conjunto de mtodos, tcnicas y procedimientos diseados para potenciar aquellos fac-tores que facilitan los procesos de aprendizaje, y reorientar posi-tivamente aquellos que lo dicultan. Las estrategias estn, enton-ces, orientadas a promover el desarrollo de los lderes de manera integral, tomando en cuenta las distintas dimensiones de su vida. Por esta razn, hemos puesto en prctica diversas estrategias que buscan favorecer el desarrollo de cada una de las dimensiones del perl que hemos propuesto y que se encuentran articuladas entre s.

    2.5.1 En la dimensin personal

    A. Acogida y acompaamiento

    A lo largo de los aos, ha sido constante la preocupacin por aco-ger y acompaar los distintos procesos de formacin y crecimien-to en cada uno de los lderes, lo cual nos ha permitido establecer una relacin cercana con cada uno de ellos desde la disponibilidad permanente para atenderlos y escucharlos. Esta estrategia ha sido puesta en prctica sobre la base de:

    Asesoras pedaggicas: Consisten en espacios personales y gru-pales de orientacin para animar y reforzar el proceso de creci-miento personal y grupal, aanzar los conocimientos vinculando la teora con la prctica, compartir las dudas o preguntas que pue-dan crearse durante el proceso de aprendizaje y reforzar actitudes proactivas que permitan a los lderes crecer en autonoma, en res-peto, tolerancia y autoestima. Estas asesoras se dan a travs de la construccin de sistemas de refuerzo personal y grupal como los grupos de estudio y de tutora.

    Visitas a sus barrios y organizaciones: Se realizan para acercar-nos ms a la realidad de los lderes y lideresas, a sus necesidades

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    Nuevos liderazgos para el desarrollo y la liberacin

    y vivencias cotidianas. Este hecho es acogido con alegra y entu-siasmo por ellos, ya que lo consideran una expresin de amistad, cercana y reconocimiento al trabajo que realizan en su localidad y organizacin. De esta manera, los lideres nos llevan a conocer sus casas, sus familias, el local de su organizacin y nos muestran las actividades que estn realizando.

    Llamadas telefnicas: Es una forma de comunicarnos con los l-deres, que nos permite saber cmo se encuentran y qu estn ha-ciendo, preguntarles por los motivos de falta, recordarles el inicio de una semana de clase, invitarlos a participar de algn evento e impulsarlos a que permanezcan constantes en su aprendizaje. Los lderes sienten que estamos pendientes de su proceso de creci-miento y que nos interesa saber qu ocurre con ellos.

    Bienvenida da a da: Son consideraciones de afecto y acogida a los alumnos de la EHE. Siempre est una persona o grupo que los recibe cuando empezamos la semana de clases.

    Como resultado de este acompaamiento, en la EHE se vive un clima de amistad y horizontalidad que ha permitido establecer vnculos e integracin entre los lderes y los miembros del equipo. Ellos, aun habiendo terminado el programa, continan comuni-cndose con nosotros, dando cuenta de su vida familiar y perso-nal, as como de los esfuerzos e iniciativas que vienen desarrollan-do en sus localidades.

    B. Promocin del dilogo entre diferentes

    La capacidad de escucha y dilogo no deben ser habilidades que se desarrollen en teora, sino que es en la prctica en donde uno puede aprenderlas. A pesar de su simpleza, estas habilidades son esenciales para la construccin de liderazgos concertadores y de-mocrticos que sean capaces de respetar los diferentes puntos de vista que se presenten y construir propuestas donde pueda tomar-se en cuenta esta diversidad.

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    La propuesta educativa de la escuela Hugo Echegaray

    Las dinmicas de grupo: Son espacios de reexin y trabajo en grupos pequeos conducidos por un equipo de psiclogas, en los que se promueve el conocimiento de uno mismo como persona y se anima al reconocimiento y valoracin del otro como sujeto. Ayudan a volver a mirar sus prcticas y formas de pensar, trabajar sus vivencias, cmo sienten y cmo procesan lo que les ocurre. Se trata de un espacio que cuestiona e interpela las propias prcticas y forma