Numero 8

16
Nº 8 -Febrero 2011- Santander Imaginario

description

as asd as das as

Transcript of Numero 8

Page 1: Numero 8

Nº 8

-Febrero 2011-

Santander

Imaginario

Page 2: Numero 8

Editorial

Santanderimaginario.blogspot.com

Javito, Franto y César.

Solución rincón perdido nº7

Cien veces he escalado la Atalaya, para llegar hasta mi casa. Cada vez cuesta menos, todavía algo pindio. Pero no soy yo el que sube, sino la ciudad la que baja.

Ahora subo en funicular, ¿Crees que he engordado?

- Por supuesto que no, cariño.

Fotografías de Portada, de “STDR250710” y de la página 14 cedida por El Franto. Fotografía de “Escalada” cedida por Charo Celis Guash. Fotografías de “UNO DE ESOS” (pag. 9) y de “En un lugar de la Mancha...” cedida por Javier Vila y La caverna de la Luz. Fotografía de “UNO DE ESOS” (pag. 10) cedida por Sergio Jato y El Plenilunio. Dibujo de “En un lugar de la Mancha...” y fotografía de contraportada por Vila. Los editores se desligan de cualquier interpretación política que se pueda dar a cualquiera de los relatos de Santander Imaginario: somos una revista de Cultura Urbana.

Se que provoco morbo máximocuando vuelvo al ejercicio con un clásico,el fruto de mi sacrificio, el verso mágico,

el precio del Imaginario es simbólicomi grupo es sencillez

y seriedad en los propósitos.

Aunque eso es ser contemporáneo, tomar ideas clásicas en estos años hacer

algo original...y no crear un sucedáneo.

Así como prometió el pavo,no he dejado de fumar, pero,

sacamos 1000 revistas y empapelarla ciudad será nuestra empresa

una vez másestaremos en tu barenfrente del lavabo.

Mi rima es impar, tu verso bisílabo,pero

no menoscabo tu presencia en estelugar esdrújulo:

Page 3: Numero 8

Autopsicoanálisis

Page 4: Numero 8

STDR250710

Si hacemos siempre las mismas cosas… ¿Cómo esperamos que éstas cambien? Me sorprendió la pregunta y la apunté en mi cuadernito, en ese que llevo siempre encima y donde apunto m i s c o s a s , e s a s q u e “ n o s o n importantes” (las que lo son suelen estar mecanografiadas, con letra Arial tamaño 12 e impresas en papel no reciclado con membrete). La niña a la que no le gustan los cambios reflexiona, mira hacia atrás y ve lo mucho que ha cambiado, en realidad, ella misma (aixxxxx… ¡y lo que le queda!). Y pone la esperanza en éstos, que están al alcance y en las manos de todos.

En mi verde tierruca tengo la sensación de que el tiempo se rige por otras leyes, y que cuando vuelvo en realidad es como si nunca me hubiera ido. Aunque nosotros nos hagamos mayores y algunos hayan encontrado trabajo (la mayoría fuera de aquí), se hayan independizado o estén a punto de casarse (¿si?) o de aumentar la familia. La mía, por fortuna, está como siempre. En mi antiguo trabajo todo sigue igual, a pesar de la obra en el centro y de la renovación de plantilla. Mis amigos mantienen las mismas rutinas, frecuentan los mismos bares y repiten las mismas conversaciones.

Hacemos barbacoa en Ajo y vuelve a haber la docena de coches aparcados

en la entrada de la casa (hubiéramos cabido en 4, a lo sumo 5), porque aquí cada uno quiere tener la libertad de llegar o irse cuando le apetezca. Regresan las casetas de la Semana Grande, esas que dan tanto ambiente a la ciudad, y de nuevo nos echamos todos a la calle a disfrutar de esos magníficos pinchos día tras día, desechando plato tras plato y vaso tras vaso en la papelera, en el mejor de los casos (para una recogida no selectiva de residuos). Y yo, que no tiro la primera piedra, vuelvo al Corte Inglés a comprarme las botas para irme a Camerún, porque aún está abierto cuando salgo del trabajo y porque si encuentro algo mejor antes del viaje puedo devolverlas sin tener que dar explicaciones.

Reflexiono. ¿Voy a buscar a mi padre en coche al aeropuerto de Bilbao o... le digo que se pille el bus, que es más sostenible? Evidentemente que ejerzo de buena hija y voy a recogerle, obsequiándole más tarde con las cinco claves para consumir pescado y la lista roja de las especies pesqueras amenazadas a consultar antes de ir a la pescadería (en mi casa es mi padre el que se encarga de comprarlo, prepararlo, cocinarlo…). Me dice que soy obsesiva, cuando es él el que me apaga la luz del baño cuando aún no he salido (ésta no te hace falta) y el que p o n e p e g a t i n a s e n l o s electrodomésticos con frases tipo

Page 5: Numero 8

“utilízame sólo cuando esté lleno”. También tiene parte (la mitad) de culpa en aquel regalo en forma de libro titulado “50 cosas que los niños pueden hacer para salvar el planeta” y en esa manía persecutoria que tengo de ir cerrando grifos (incluso ajenos). Será e l contagio . Como e l de mis compañeros de trabajo que ahora comparten, de manera consciente, la bolsa de plástico en la que traen la comida (lo sé, lo sé, aún no es de tela pero.. . ¡ya es un paso!)

Hace poco volvía de u n c u r s o p a r a educadores sobre c o n s u m o responsable en San S e b a s t i á n , o r g a n i z a d o p o r Greenpeace. Cinco días de compartir c o n o c i m i e n t o s , e x p e r i e n c i a s , alternativas… a través de una metodología lúdica y con un grupo d e p e r s o n a s q u e r e s u l t ó s e r m u y e s p e c i a l . S í , necesitamos otros modelos.

A mí me gusta la r o p a u s a d a , m e r e s i s t o a t e n e r

televisión y devuelvo las bolsas de plástico que me ofrecen en los comercios, pero… necesito más. Me hace falta juntarme con otros “perros verdes” de vez en cuando, para darme cuenta de que quizá la evolución de las especies acabe seleccionando este raro animal siguiendo una celebre teoría de Darwin.

Anita la de Palamós

Page 6: Numero 8

Ultima hora

Para los envidiosos recolectores de sueños:los suicidas sin voz se han revelado hoy de mañana, han alzado sus brazos llenos de venas desgarradas frente al ayuntamiento pidiendo auxilio. Ante la indiferencia mediática y la negativa social, atentaron contra el alcalde con una lluvia de nembutal y antidepresivos,a la salida del pleno.A las cuatro y veinte de la tarde, tomaron el edificio escalando la fachada con sogas de cáñamo y cortaron la línea telefónica principal con cuchillas de afeitar, dejando incomunicados a los edificios de calles colindantes. Gracias a las bombas de arsénico esquivaron la seguridad y se atrincheraron en el salón de actos, donde los vicariantes y la goma-2 volaron en pedazos en señal de protesta.

A eso de las 7 el número de rebeldes dentro del gran salón se había reducido a la mitad.  Afuera reinaba el caos y tras la puerta grande se escondía una atmósfera autodestructiva. Sucesivos ahogamientos, intoxicaciones, ahorcamientos, balazos, acuchillamientos, exquisitos y fugaces envenenamientos, y elegantes émbolos de aire inyectado vaciaron el pleno de incomprendidos.A las 10 y 7 minutos exactamente las autoridades lograron derribar las barricadas y atravesar la gran puerta de madera, encontrando nada más que tres supervivientes que ardieron a lo bonzo delante de sus narices dejando tras de sí un intenso olor a gasolina.

Elvira Martín

Se t ra ta de una bo t e l l a l l ena de c ombu s t i b l e c on una mecha de t e la . A pe sar de qu e la b omba ex i s t í a d e s d e h a c e t i e m p o , l o s s o l d a d o s s o v i é t i c o s l e d i e ron nombre duran t e l a Segunda Guerra Mundia l , cuando u saron mucho e s t o s ar t e f a c t o s para en f r en tar a l e j é r c i t o a l emán. El n o m b r e e s u n h o m e n a j e a s u canc i l l e r , Viache s lav MiJai l o v i ch Skr iab in Molo t ov (1890-1986)

Page 7: Numero 8

Escalada

Salió de la ducha con aire renovado.Jorge aún seguía en la cama.- ¡Mira! Hoy cocino yo - dijo sonriendo como una niña.- Estoy saturado de comer en casa. Además ya sabes que el marisco no me

hace tanta gracia.- Bueno joder ... era por darte una sorpresa. ¿No quieres celebrarlo?- Pues eso, ya es hora de vivir como señores ¿no? Estoy hasta el culo de vivir

como los pobres.- ¿De que coño hablas?- De tener que cocinar, fregar; de ir en un puto coche de mierda cuando mis

compañeros llegan en Audis y Mercedes.- Sí, y las pasan putas para llegar a fin de mes. Por no mencionar que ni tienen

novia, ni piso, ni planes. A mí me gusta mi vida.- Pues a mí no.

Al salir, la puerta se cerro como el lomo de un libro recién acabado.- Por tu escalada - murmuró mientras brindaba con la botella de Chardonnay.

Vila

Page 8: Numero 8

UNO DE ESOS

Buenas, me presento. Soy un soltero. Uno de esos muchos que hay por ahí. Uno de esos que añoran el no serlo.

Cuando se es soltero, lo primero que piensas es que hay que salir a ligar. Estas soltero, que vas a hacer si no por las noches, hay que aprovechar la soltería.

Claro, eso tiene un problema, muchas veces no ligas, especialmente en Santander, que es plaza dura, y por lo tanto llegas a casa chasqueado, malhumorado o incluso deprimido.

Y así aprendes la primera lección:

No se puede salir a ligar, porque cuando lo consigas estarás contento por haber logrado tus expectativas, pero cuando no lo consigas, que será la mayoría de las veces (¿será por la lluvia del norte?), no lo vas a lograr y no vas contento a casa.

Así que tu mentalidad cambia, decides que lo que hay que hacer es salir es a divertirse con tus amigos, y porque no, a cogerse un buen ciego de vez en cuando. Así es mucho mas fácil, casi siempre se consigue ( yo he de decir que gracias a mis amigos el éxito está prácticamente asegurado). Pero sin embargo hay algo que no olvidas, sigues soltero, así que aunque ya no sea la prioridad de la noche, no estaría mal ligar. El salir con tus amigos es el pastel, y el ligar sería la guinda (una vez dije que el salir era la guinda y el ligar era el pastel, no se si me estaría traicionando mi subconsciente).

Así que cuando vas a los bares, a pesar de que lo estés pasando bien con tus amigos, vas en busca de esa mirada furtiva, que, si te la quedas mirando, igual te sonríe y todo.

Y si, a veces pasa, a veces tienes ese día que logras ligar en tan dura plaza.

Page 9: Numero 8

Y así pasa el tiempo, en esa especie de medianía que tenemos los solteros, aderezados por esos subidones que nos dan cuando logramos ligar.

Y es cuando te empiezas a dar cuenta, tras esos subidones, que estás aún más triste, es como si para

mantener esa medianía hay que compensar un subidón con un bajón.

Y te das cuenta el porqué, cuando estamos con esa persona con la que acabamos de ligar tenemos, aunque de manera inconsciente, una sensación de que estamos con alguien, no en vano esa persona nos besa, nos abraza…

Page 10: Numero 8

Y al día siguiente, cuando vuelves solo a casa, sales de esa ilusión y vuelves a la realidad.

Cuando estas en la realidad no piensas mucho en ella, pero cuando vuelves a ella miras alrededor a ver si ha cambiado algo, pero no, nada ha cambiado, la realidad sigue igual, sigues sin tener a nadie, y eso es una realidad dura, sobre todo cuando piensas en ella.

Soy un soltero, uno de esos que añoran no serlo.

Oliver

Page 11: Numero 8

n un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme vivía un caballero andante quien derivó en objeto de esta historia al volverse loco de tanto ver filmo metrajes porno.

En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme vivía un caballero andante quien se volvió loco al ver tanto filmometraje porno. Nuestro caballero de nombre Haroldo El Mono a su paso por tierras norteñas conoció a su doncella, Dulcinea. La joven sin duda era la mujer más hermosa de toda Europa y no pudo nunca dejar de ser la musa del protagonista de esta historia. Sin embargo, el sueño de este no tan joven caballero era convertirse en actor del cine obsceno y esto no solo enfurecía a Dulcinea sino que la convertía en objeto del segundo sueño de nuestro caballero. Incrustar su espada en el agujero trasero de su amada. Él lucharía por librar a su dama de las garras de la moralidad y la chorrada sagrada. Y sin más detalles sobre esta batalla, pasemos a explicar las andanzas de nuestro héroe de andar por casa. Pues bien, su primer deseo tuvo que ser modificado al considerar el tamaño de su…seso en tanto en cuanto debía memorizarse papeles de más de una frase de largo. Decidiose entonces convertirse en escritor y director de las

E

Page 12: Numero 8

películas del género más deseado. Su éxito estaba asegurado si se inspiraba en los apaños que hacía a su amada pero sus esfuerzos eran escasos para alcanzar el galardón dorado ¡El premio más alto! Un buen día su siempre fiel amigo, Francho Loranza , l e recomendó buscar o t ra perforación que le inspirase un mejor guión. Haroldo siguiendo el consejo de su compañero, no tardó en comentar a su amada que debían cambiar el agujero de entrada a lo que la muchacha se negó sin dar cabida a otras palabras. Ante esta respuesta, nuestro caballero veía desvanecer sus sueños y más triste que nunca comenzó a v a g a r p o r l a s l l a n u r a s c a s t e l l a n a s acompañado de su incondicional aliado, Francho. Sus pies les condujeron a toparse con dos molinos de viento cuyo tamaño los s e m e j a b a a g i g a n t e s d e n o v e l a s caballerescas y, sin embargo, Haroldo no alcanzaba a ver más que nalgas de mujer. Su vista se nublaba y hasta sus pestañas transpiraban pero, para asegurar que sus sentidos no fallaban, pregunto a Loranza si aquello que veía eran nalgas o se trataba del mismísimo Satanás que le engañaba. Francho Loranza le toco la cara con ánimo de calcular la hipertermia que a su amigo le empapaba y sorprendiose al ver que su temperatura de lo ordinario no se escapaba.

Page 13: Numero 8

Entonces comprendió que el delirio impregnaba los ojos de s u a m i g o q u e c o n f u n d í a molinos por culitos. No había t i empo , pues , que pe rde r : Loranza debía convencer a Dulcinea para que cediese en esta tan ardua tarea. Aquello desencadenó una lucha interior en Dulcinea, la duda la invadía: n o p o d í a r e n u n c i a r a s u s convicciones morales. Francho desesperado al ver que Dulcinea no hallaba respuesta decidió mostrarle la cara de espanto de s u a m a d o , l o q u e h i z o r e a c c i o n a r a l a j o v e n , d e c a n t á n d o s e p o r s u p e r a r cánones y reg las mora les . Haroldo El Mono resucitó al instante haciendo cumplir su sueño cuanto antes. Al darle por detrás el mejor guión pudo crear y el galardón fue suyo sin más dificultad.

Dulcinea

Subvenciona:Ayuntamiento de Santander

Page 14: Numero 8
Page 15: Numero 8

(Sin Jugada) ¿Escritor?

Y punto final. Monet se apoyó contra el respaldo de  la  silla,  y  puso  sus  manos,  entrelazadas, encima  de  la  cabeza.  Respiró  hondo.  Se  echo hacia  adelante,  y  comenzó  a  leer  todo  lo  que había  escrito. Según iba bajando en  la pantalla, cambió  alguna  palabra  repeAda  o  que  no  le gustaba, pero tampoco  lo corrigió mucho.   Hasta que acabó de echarle dos o tres vistazos, no se dio cuenta de lo mucho que llovía  fuera. Había quedado en un rato en ir a tomar unas cervezas al Rvbicón con los amigos. Aún así  no llevaría paraguas. Mientras buscaba algo que ponerse, Monet pensó en lo que acababa de mandar a los Editores. “Joder, macho. Sólo sabes escribir sobre locos e inadaptados”. Empezó a descojonarse él solo. Se puso el jersey, la cazadora, y salió de casa. 

En  el  tramo que  le separaba de la  parada de autobús, Monet fue fijándose en  la gente con la que se cruzaba. Aquel, venía con un mono de trabajo manchado de grasa. Currante. Aquella, la del  chubasquero  negro,  tenía pinta de profesora que vive con un gato y lee libros de Jane Austen. El otro, de banquero venido a menos. Deberían  prohibir  peinarse  con  corAnilla.  La úlAma, de estudiante de  peluquería esperando a su novio. Moto y anillos  con la cara de Camarón, como si lo viera. Se montó  en el autobús,  escogiendo  siempre uno de  los  siAos más altos,  al fondo. Encendió su reproductor de música. ÚlAmamente le había dado por Rammstein. Se dedico a mirar uno a uno a la gente que subía y bajaba. 

Cuando llegó al bar, encontró a sus amigos sentados a  la mesa. Una periodista, un cartero,  dos  economistas,  dos  farmacéuAcos,  una  geógrafa,  y  tres  ingenieros. Faltaban unos cuantos, pero se los iría  encontrando según fluyera la noche. Fue a pedir  una  cerveza  ‐Alhambra‐,  y  unas  palomitas.  Cuando  volvió,  se  fijó  en  los Imaginarios que descansaban al lado de la columna, y pensó en que úlAmamente hay relatos cojonudos en la revista  ‐hay que ponerse las  pilas, se dijo‐.  Mientras se sentaba,  se  dio  cuenta  de  que  la  periodista  tenía  el  diario  abierto  por  una entrevista. Decía el premio Nobel de turno: “Los escritores  sólo  sabemos escribir sobre nosotros mismos”. 

Todos se extrañaron cuando Monet empezó a descojonarse sin moAvo aparente. 

Monet.

Page 16: Numero 8