Nunca Nieva en Septiembre - Robert Kershaw

7/21/2019 Nunca Nieva en Septiembre - Robert Kershaw

http://slidepdf.com/reader/full/nunca-nieva-en-septiembre-robert-kershaw 1/1905



La tarde del 17 de septiembre de

1944, el teniente JosepEnthammer, un oficial de artilleríade la Wehrmacht acampado eArnhem, contemplaba el claro cielo

sin apenas creer lo que veíaParecía que cayeran blancos «copode nieve». «No puede ser» pensó

«¡Nunca nieva en septiembreDeben ser paracaidistas!».

Nunca nieva en septiembre, es u

ensayo escrito por Robert Kershawque relata desde el punto de vistade los alemanes, el intento de lo

aliados de romper las línea



alemanas en Holanda en lasegunda mitad de 1944. Cuenta demanera ordenada los movimientode tropas de los contendientes nos realza las dificultades y lacapacidad de organización de la

tropas alemanas en la defensa deos puentes a lo largo de laOperación Market-Garden.



Robert Kershaw

Nunca nieva enseptiembre

ePub r1.0JeSsE 08.09.15



Título original: It never snows in

September

Robert Kershaw, 1990

Traducción: Darío Romaní GarcíaDiseño/Retoque de cubierta: MartínGarcés/JeSsE

Editor digital: JeSsE

ePub base r1.2



«Este es un modelo de monografía de

la batalla, y será una fuente esencial

para los estudiantes de la tragedia de Arnhem y de las operaciones

aerotransportadas de forma

permanente. Robert Kershaw…

acierta en localizar y entrevistar amuchos de los supervivientes

alemanes, cuyo testimonio de testigos

oculares da tanta viveza a su

narrativa… Nadie hasta ahora ha

preguntado a los alemanes por qué

desde su punto de vista la empresa se

convirtió en tragedia. Lo que ellos

han contado a Kershaw transforma

nuestro entendimiento».

John Keegan: The Sunday Telegraph

18 de agosto 1990.



«Un análisis excelente de la batalla

de Arnhem, 1944».

Max Hastings: Sunday Telegraph 24 deabril 2006.



PRÓLOGO A LAEDICIÓN EN

LENGUAESPAÑOLA

No hay duda de que el estudio duna batalla adquiere matices diversosegún se apoye más en fuentes de uno

otro bando. Lo ideal, claro está, es quexista cierto equilibrio en eso perosobre todo, que el trabajo se haga corigor y desapasionamiento.



La batalla desencadenada por lOperación Market-Garden, como tantaotras del Frente Occidental de l

Segunda Guerra Mundial, ha sidestudiada y analizada desde lperspectiva y partiendo, sobre todo, d

fuentes aliadas en todos sus aspectos y un nivel de detalle más que notableMuchas y valiosas obras que ponen e

foco principal en el lado aliado se haproducido a lo largo de los años. Ncorresponde aquí enumerarlas nvalorarlas. Por otra parte e

comprensible cierto desequilibrio favor de tal enfoque, dado que se tratde “su” batalla. Efectivamente, esta s

produjo a iniciativa absoluta del band



aliado. Estos escogieron, para la qupretendían fuera la ruptura decisiva da guerra en el Oeste, un estrecho secto

en una región poco propicia para talemaniobras, y diseñaron un audaz arriesgado plan en el que las tropa

aerotransportadas empleadas en masendrían un papel crucial. Algo bastant

diferente al comportamient

predominantemente conservador quvenían exhibiendo los líderes militarealiados, especialmente Montgomerydesde hacía tiempo. Los alemanes, po

su parte, no les estaban “esperando”como en El Alamein, Túnez, Sicilia

ormandía, pues, por lo dicho má

arriba, era harto improbable un ataqu



mportante por la zona, por lo que ncontaban con ningún elaborado plan dcontingencia con el que responder aórdago aliado. Ni tampoco con reservaestratégicas adecuadas, dadas lacircunstancias abrumadorament

adversas en las que se encontraban laarmas alemanas en esta fase de lguerra. Los alemanes, básicamente

uvieron que improvisar sobre la marchcon lo que tenían a mano o pudieroreunir a toda prisa, algo en lo que, pootra parte, tenían amplia experiencia

en lo que aventajaban a sus oponentes.Esta obra, precisamente, enfoca l

batalla desde el lado alemán. E

resultado de los combates no sól



dependió de los aciertos y errores dplanificación y ejecución, ni de laventajas y desventajas de los aliados

como a veces se puede tender a pensarEnfrente no tuvieron a un oponenthomogéneo y predecible qu

reaccionaba mecánicamente a laacciones propias, sino a un conjunto dunidades militares de diversa índole

compuestas por hombres y máquinas dirigidas por jefes que también tuvieroaciertos y cometieron errores. Estohombres consiguieron desbaratar un

ambiciosa operación dirigida contra ecorazón del Reich que, de haber tenidéxito, probablemente hubiera supuest

un acortamiento de meses en la duració



de la guerra.En Nunca nieva en septiembr

Robert Kershaw narra lo

acontecimientos magistralmente, menudo con gran lujo de detalles, apoyándose en gran cantidad de fuente

primarias, todas ellas referenciadas ea obra. Se trata, pues, y aunque ta

afirmación pueda parecer un tópico, d

un libro que viene a cubrir más qudignamente un hueco que existía en lhistoriografía sobre la II GMmprescindible para cualquie

aficionado a la misma. Una obra asenía que ser traducida al castellanarde o temprano. Hacerlo era un reto

ha supuesto un gran esfuerzo. Y creemo



que tal esfuerzo ha merecido la pena. Sresultado, querido lector, es lo quahora tienes en tus manos. Esperamo

que disfrutes de su lectura.



PREFACIO

Durante un ejercicio del Ejércit

Británico del Rhin (BAOR), trecompañías de infantería paracaidistatacaron y capturaron un puentdefendido por una fuerza enemigsustancial. Tras sesenta minutos, ecomandante del batallón declaró un«pausa» pues deseaba obtener la

ecciones tácticas relevantes. Uobservador independiente invitado esta sesión de información posterio

halló que era difícil determinar, mientra



cada comandante de compañía hablabaquién defendía y quién atacaba. Lohistoriadores militares afronta

problemas similares. Si personanteligentes son incapaces de recorda

con precisión lo que ha sucedido apena

una hora antes, ¿qué esperanza hay drecrear un cuadro de loacontecimientos que sucedieron en el su

de Holanda casi cuarenta y siete añoantes?El combate es una experienci

ntensamente personal, emocional

confusa. Los acontecimientos a menudpueden ser malinterpretados, muchaveces por los individuos que tomaro

parte en ellos. El método que se intent



en este libro es aquel descrito poChristopher Isherwood cuando escribisobre sus experiencias en Alemania eGoodbye to Berlin en 1945:

«Soy una cámara con su lente abierta, u

observador pasivo que graba pero no piensa…Algún día, todas estas imágenes tendrán quser reveladas, impresas cuidadosamente enmarcadas».

En este caso las batallas libradas eel sur de Holanda en septiembre d1944 como parte de Market-Garden s

ven a través de un prisma humanreflejando las visiones y experienciadel soldado alemán ordinario. Lo

documentos alemanes de este períod



están incompletos. Por consiguiente sha recurrido con frecuencia a relatos destigos de aquellos días. Las entrevista

fueron llevadas a cabo con la ayuda dmapas y fotografías para estimularecuerdos lejanos. Fue un diálog

personal entre el testigo y el autor quocasionalmente producían angustia aprimero. Pronto se le hizo manifiesto a

autor la necesidad acuciante de «contacómo fue en realidad», a veces en todsu crudeza. Estaba motivado por lcreencia en que sus desgracias n

deberían nunca ocurrir de nuevo a unfutura y desventurada generación.

Todos los juicios y opinione

respecto a la relevancia en el present



de las lecciones históricas de Market

Garden para la OTAN son del autor yde ningún modo deberían ser tomada

como la política oficial del Ministeride Defensa británico.

Gran parte de este libro trata d

experiencias individuales. Miagradecimientos de todo corazón a todoaquellos que me ayudaron con un tem

de investigación difícil y confuso. Eproyecto nunca habría fructificado sin lgenerosa ayuda proporcionada poHerbert Fürbringer, Jost W. Schneider

Rudolf Donth que abrieron para mnvestigación los archivos de la De

und der Europäische Fallschirmjäge

las Asociaciones de las Divisione



anzer 9a SS y 10a SS. Al hacerlo, mallanaron el camino para muchaentrevistas posteriores.

En su origen, el material debía seuna ayuda para la visita al campo dbatalla de Arnhem del Colegio d

Estado Mayor. Después de recibimuchos estímulos y ánimos, eparticular por parte de Geoffrey Powell

decidí publicarlo en forma de librestimulado por la calidad del materiaque me enviaron. Estas historiasimplemente tenían que ser contadas.

Muchos veteranos que sirvieron eas Divisiones Panzer 9a SS y 10a SS a Asociación de Fallschirmjäge

ofrecieron diarios y relatos personale



néditos para su lectura. En ausencia ddocumentos oficiales estos relatoayudaron mucho a describir una visió

realista, por una vez desde unperspectiva diferente, desde el punto dvista del soldado alemán. Donde ha sid

posible, he contado la historia con supropias palabras intentando en lraducción reflejar la forma en que l

contaban. Agradecimientos en particulaa Hans Möller, Wilfried SchwarzJoseph Enthammer, Erich Hensel, HeinDamaske, Wolfgang Dombrowsk

Alfred Ziegler, Rudolf Trapp, KarlHeinz Euling, Karl-Heinz Kabel, PauMüller y Rudolf Lindemann por la

entrevistas y el uso de correspondenci



personal. Todos estos caballeros dierosu tiempo y consejos y ocasionalmentcorrieron con los gastos para entregar e

material que se presenta aquí. HeinHarmel, el entonces comandante de l10a SS todavía podía, con unos poco

ademanes y gestos con su cigarro sobrel mapa, contar uno de los más lúcidorelatos de la perspectiva alemana de la

batallas por Nimega y Arnhem quamás haya escuchado.Se hicieron todos los esfuerzos par

ocalizar la fuente y poseedores decopyright de los mapas e ilustracioneque aparecen en el texto y se dejconstancia de ello cuando ha sid

posible.



De modo similar, el autor deseagradecer a todos aquellos editores quhan permitido la cita de extractos de su

ibros. Las fuentes de las citas estádescritas en las notas que acompañan aexto.

Agradecimientos especiales tambiéa Herr H. Nilges del departamentfotográfico del Bundesarchiv e

Coblenza, John Harding de la ramhistórica del Ministerio de Defensa y eDr. Adrian Groeneweg del MuseParacaidista Hartenstein en Oosterbeek

El Archivo Militar de Friburg eAlemania y el Archivo Nacional eWashington ayudaron a proporciona

muchos documentos importantes.



Marlitt Boettcher que me ayudó comi investigación inicial, recibe uagradecimiento especial porque sin ella

nunca habría podido encontrar lomuchos relatos de primera mano quaparecen en este libro por primera vez

Ella y mi madre me ayudaron coalgunas difíciles traducciones dcoloquialismos.

Finalmente, este libro nunca podríhaber sido escrito si mi esposa Lynn nhubiera podido mantener a nuestropequeños a raya con tanta pacienci

como lo hizo durante la crucial etapformativa de la escritura de este libroComo siempre, mostró tener una gra

vista para los detalles durante l



revisión del texto. Su marido hregresado ahora de las calles dArnhem.

Church Crookham. Mayo de1989

Robert Kershaw



I. LA ODISEAFRANCESA

os que todo habría acabado al llegar a lafrontera alemana.

de las SS.

Cambrai, 2 de septiembre de1944…

Los artilleros de las SS preparaba



febrilmente sus posiciones, cavando mprovisando el camuflaje par

enmascararlas a la luz creciente de

amanecer, a lo largo de las carreteras dos accesos occidentales de Cambrai. Aa 9.a SS Hohenstaufen sólo l

quedaban 18 cañones antiaéreos de 8mm. Éstos se hallaban entremezcladocon los restantes cañones anticarro d

37 mm montados en semiorugas emplazados en profundidad a lo largo das principales rutas desde Arras

Bapaume. Unas cuantas avanzada

estaban situadas en Douai, a la derechapara observar los movimientos deenemigo. La infantería Panzergrenadie

protegía los flancos. Todos los puente



que cruzaban la red de canales ederredor estaban bloqueados poobstáculos y custodiados. A las 09:00

nformaron desde las posiciones questaban listos para el combate. La tareera hacer de retaguardia, gana

suficiente tiempo para permitir rompeel contacto al resto de la Divisiónmezclada con otras columnas que huían.

La tensión atenazaba a los sirvientesYa no quedaban carros propios. Poello, muchos sospechaban que éstpodría ser su último combate contra lo

carros enemigos. Sólo los antiaéreoscomo tantas veces había sucedido antesenían el calibre suficiente para rechaza

un ataque acorazado. A los sirvientes d



as piezas les repitieron lanstrucciones sobre las prioridades a

abrir fuego. No demasiado pronto, s

buscaba sorprender o emboscar aenemigo. Los nervios estaban al límiteSe habían librado combates como ést

docenas de veces durante los meseprecedentes y, por ello, se puso graesmero en escoger rutas de retirad

seguras, tan sólo tenían que conseguir urespiro. Pocos se hacían ilusionesretirarse en contacto con el enemigo ea más difícil operación de la guerra. A

mediodía las avanzadas se retirabannformando del avance enemigo. E

Obersturmbannführer Walther Harzer

de 32 años y comandante divisionario[1



en funciones del Kampfgrupp

Hohenstaufen seguía el avance enemigdesde su puesto de mando avanzado, u

conjunto de vehículos camufladodispersos en el Bois-de-Bourlon.

Este pequeño bosque al oeste d

Cambrai, entre Arras y Bapaume, estaben el centro de la posición defensivprincipal. Por estas carreteras llegaro

200 carros enemigos acompañados dnfantería. Era el XIX Cuerpo, punta danza del 1.er Ejército americano de

General Hodges.

El característico ladrido seco agudo de los cañones de 88 mm anunciel comienzo del combate a 3000 metros

Las trazadoras en el culote de lo



proyectiles describían una ligera curven su trayectoria tensa hacia los blancoque terminaba abruptamente con u

destello y, a continuación de una cortpausa, un audible ruido como umartillazo cuando perforaban a lo

carros de vanguardia. Nubes de humnegro como la tinta, impulsadas pochorros de llamas, borboteaban hacia e

cielo, y comenzaron a oscurecer ecampo de batalla. Cada estallidsucesivo levantaba más polvo dispersaba el follaje de camuflaje, e

anto que los sirvientes trataban dprotegerse del estampido del disparabriendo la boca y tapándose los oído

con las manos. Allá enfrente, los carro



la infantería detenían su avance y sdesplegaban en formaciones de asaltoAbrir fuego a largo alcance era u

método poco costoso para ganar tiempoLa infantería americana, obligada ponerse a cubierto cuando brotaron e

orno a ella los hongos de laexplosiones de la artillería y lomorteros, se vio separada de los carros

Esto hizo que necesitaran más tiemppara coordinar una respuesta, otrganancia más para la defensa. Avanzadel mediodía del 2 de septiembre l

batalla estaba en su apogeo.El ruido y el humo aturdían lo

sentidos, lo que dificultaba seguir e

curso de la batalla. A las 15:00, segú



os informes, había 40 carros enemigoen llamas, pero algunos cañones yhabían sido puestos fuera de combate

sus sirvientes incapacitados por el fuegde contrabatería. Las probabilidadeempezaban a volverse en contra

medida que en múltiples enfrentamientogrupos de carros aislaban cañonesueltos y los aplastaban por el número

Reduciendo gradualmente las defensaalemanas una por una, lograron unruptura por Neuville en las afueras dCambrai. Tras haber perforado e

cinturón de cañones antiaéreos, locarros lanzapuentes enemigos intentaroforzar el cruce del canal Escalda. Si

embargo, los Panzergrenadier S



consiguieron frustrar el intentodestruyendo unos cuantos disparándolea corta distancia con Panzerschrec

lanzacohetes anticarro).Otra penetración al sur del cinturó

convenció a Harzer de que ya no podrí

ograr nada más. Las unidades a las quse les ordenó retirarse rompieron econtacto como pudieron, perseguidas d

cerca por el enemigo. Los cañoneanticarro de 37 mm montados en losemiorugas, a los que sus dotaciones sreferían con sorna como «llamadores d

puertas», por su escasa capacidad dpenetración, intentaron cubrir lretirada. Combatiendo en una luch

desigual contra los carro



perseguidores, fueron destruidos unras otro, mientras que sus camarada

atravesaban en tromba Cambrai, rut

mantenida abierta por la 4.a Baterílak que la custodiaba contr

emboscadas de los maquis. Harzer

completamente ocupado dirigiendo lbatalla, se vio repentinamentsobrepasado por secciones de carro

americanos que explotaban la rupturaSe había conseguido un retraso dveinticuatro horas, pero la plana mayodivisional de la 9.a SS Hohenstaufe

quedó aislada en el Bois-de-Bourlon.



Comienza la odisea…

Alemania había sufrido una derrot

catastrófica. Los ejércitos aliadohabían roto el frente de la cabeza dplaya de la invasión y diezmado doejércitos alemanes en la batalla d

ormandía. Entre el 6 de Junio y el 3de agosto de 1944 el Westheer sufrió lasiguientes pérdidas: 23 019 muertos

198 616 soldados desaparecidos hechos prisioneros y 67 240 heridosEl 29 de agosto el Cuartel Genera

Supremo del Oeste tenía en campaña 5



divisiones de infantería y 12 Panzer

esto quedó reducido a los esqueletos d24 divisiones de infantería y 1

divisiones Panzer . El Mariscal dCampo Walther Model, recién designadcomandante del derrotado Grupo d

Ejércitos B opinaba que, de 1divisiones nominales, podría formacuatro divisiones completas d

nfantería. Las divisiones Panzer habíaquedado reducidas a grupos de combatacorazados tamaño regimiento, qudesplegaban de media sólo 5 ó 1

carros de combate[2].Estas unidades destrozadas, con e

enemigo pisándoles los talones

emprendieron la marcha en sus diversa



odiseas, afanándose por alcanzar a lpatria. Entre ellos estaba eOberleutnant de artillería Josep

Enthammer, de 19 años. Formaba partdel personal técnico de la mayonstalación de cohetes V2 en Europa

emplazada en Mery-sur-Oise. Su convode vehículos partió el 24 de agostocuando la base fue volada para impedi

su captura por los americanos. A pesadel caos en las carreteras, su unidapermaneció junta y siguió viajandcomo un todo. La prioridad otorgada

as «armas maravillosas» estratégicafacilitó su avance hacia el norte eHolanda pasando por Bélgica.

Su destino era Alemania donde s



esperaba que podrían continuaoperando con menos interrupciones. Lovehículos eran ametrallado

constantemente por los Jabo

cazabombarderos) por el camino, y lapérdidas eran reemplazadas mediante l

requisa de vehículos civiles. El grupde Enthammer llegó a verse forzado confiscar un camión de recogida d

basuras. Su conductor se puso frenétic para asegurarse de que se ldevolvieran, incluso se ofreció parconducir él mismo hasta Alemania per

e echaron de la cabina. Cerca de Lillel camión fue embestido por uautomóvil de la Luftwaffe tambié

ansioso por escapar, y se salió de l



carretera, volcando. Siete de los dococupantes resultaron muertos, y emismo Enthammer fue abandonad

endido inconsciente en la cuneta. Se lproporcionaron primeros auxilios peruvieron que dejarle atrás en las mano

de un granjero amistoso. Se le dejó umensaje para cuando se despertara«Punto de reunión de la unidad

imega».Dándose cuenta a pesar de suheridas de que su propia vida y la degranjero corrían peligro si era

descubiertos por los partisanos, eeniente decidió seguir adelante

recuperar el contacto con su unidad

Contra el parecer del granjero



reemprendió la marcha. Tras robar ucaballo, avanzó un buen trechocabalgando sólo de noche. Cuand

surgió la oportunidad de reemplazarlcon un ciclomotor, ató al caballo en emismo sitio como gesto d

compensación a medias. A partir dentonces continuó a buen ritmo todo ecamino hasta Nimega, pidiendo prestad

gasolina a los Panzer que pasaban poa carretera.Al llegar al ajetreado punto d

reunión, fue redirigido a un pequeñ

pueblecito de «gente bien» en laafueras de Arnhem llamado OosterbeekPoco después, su unidad de cohetes V

fue trasladada a una escuela en lo



suburbios al noroeste del mismArnhem. Holanda era una nuevexperiencia:

«Francia había sido como un desierto parnosotros los alemanes, mientras que aquí lohabitantes parecían muy amistosos. ¿Por quera así? Desde luego que no era el caso dFrancia, donde siempre había sido difícobtener comida y bebida. En Holanda podíacomprar queso, tomates… ¡de todo[3]!».

Hanna Roesch, unachrichtenhelferin[4] de la Wehrmach

del personal del Cuartel GeneraSupremo del Oeste, también era unfugitiva. Después del alzamiento de l

Resistencia francesa, ella y su



compañeras huyeron del hotel George

en París y se unieron a un gran convoque se dirigía a Holanda.

«Durante el día éramos atacados por cazaen vuelo rasante, y por la noche por lopartisanos. Era una enorme columna dvehículos, que avanzaba y se detenípenosamente. Durante los ataques aéreosalíamos a toda prisa de los camiones y notirábamos al suelo en los campos de al lado

Aquí y allá a lo largo de la columna muchaveces fueron alcanzados y explotabavehículos de la Wehrmacht . Pero tuve suerteTras una breve pausa en Waterloo, seguimo

hasta Deventer en Holanda. De allí, las chicafuimos llevadas a Alemania, el 10 dSeptiembre, poco antes de los lanzamientoaéreos británicos[5]».



El exhausto Kampfgrupp

Hohenstaufen, empleado comretaguardia en Cambrai, estuvo e

combate sin descanso o refuerzos desdel 29 de junio, más de dos meses. Soficial de operaciones, e

auptsturmführer Wilfred Schwarrecordaba melancólico sus impresionecuando vio a la división subir a lo

renes en Rusia poco antes de que fuerdesplegada en el Oeste:

«Cuando subimos al tren que se dirigía

Normandía, éramos una orgullosa división dcombate, una fuerza a tener en cuentacompleta con todos nuestros vehículoPanzer y artillería. Teníamos 18 00

hombres[6]».



Una división Panzer de las Sncluía entonces 170 carros de combate

21 cazacarros, 287 semioruga

acorazados de transporte de tropas, 1autoametralladoras, 18 piezas dartillería autopropulsada y otros 367

vehículos de diversos tipos. Reducidpor la acción enemiga a un grupo dcombate antes de Cambrai, e

ampfgruppe Hohenstaufen contaba comenos de 3500 hombres, con un puñadde vehículos acorazados de toda clase.

La Hohenstaufen estuvo retirándos

hacia el este durante dos semanas. Aduras penas consiguió escapar al cercen Falaise y fue hostigada tanto por lo

cazabombarderos como por l



Resistencia francesa durante todo ecamino. Los vehículos que funcionabaa menudo remolcaban otros do

nutilizados. Las columnas se veíaconstantemente obligadas a moverse paso de tortuga, sorteando la chatarra

os lados de la carretera. El batallón dzapadores acorazados rodaba retaguardia de la división en retirada. S

comandante, el Hauptsturmführer HanMöller, de 41 años, recordaba lsituación tras haber cruzado el río Senen Duclair. Perdió dos vehículos más

destruidos por los Jabos en el punto dreunión en el bosque cerca de Barentinal otro lado. Estas pérdidas constantes

mpredecibles demostraban cómo:



«… la situación podía cambiar a cada horque pasaba. Cada segundo era vital y requerírápidas decisiones. El batallón de zapadore

era el último en la columna divisional, y teníque valerse por sí mismo; perdimos econtacto por radio. ¿Nos habrían dado ya poperdidos? En aquel momento el tiempo erfavorable. Había llovido y las nubes bajaestorbaban las salidas aéreas del enemigoNuestro movimiento al norte a Neufchatepasando por Totes fue más rápido de lesperado. Seguimos hasta Poix. Entonces s

incrementó visiblemente la actividad aéreenemiga. Como no quería perder mávehículos y, desde luego tampoco queríarriesgar la vida de mis hombres, no

trasladamos a unos alojamientos al este dPoix, y aguardamos bien a cubierto la llegaddel anochecer…».

Marchaban a buen ritmo y, a pesa



de las privaciones que normalmentacompañan a una retirada, estaban bieprovistos. No obstante, se sentía

ntranquilos. El problema principal era:

«… lo desconocido. Dependías d

habladurías y rumores. Las radios funcionabasólo rara vez. Existía siempre una sensacióde incertidumbre. Aunque no lo admitíamoabiertamente, todos estábamos preocupadocon el pensamiento de que la suerte o lfortuna de la guerra podía cambiar ecualquier momento. Me guardé mipensamientos para mí pero sabía que todoestos bultos durmientes, agotados y envuelto

en mantas y ponchos pensaban lo mismoTodos estábamos absolutamente agotados».

A pesar de todo, la suerte siguió d



su parte, al menos hasta que llegaron Arnhem. Los movimientos nocturnos svieron retrasados por los sobrevuelo

de aviones enemigos que soltababengalas, pero el mayor estorbo fue lnecesidad de abrirse camino a través d

os laberintos de vehículos destrozadosPara el 6 de septiembre alcanzaron loalojamientos reservados para ellos a

nordeste de Arnhem.El viaje de Möller contrastconsiderablemente con la situación quafrontaba el grupo de mand

divisionario, cuyos 15 vehículos squedaron aislados en el Bois-deBourlon, ocultos por los árbole

mientras los carros americanos pasaba



estruendosamente a 300 metros ddistancia. Treinta kilómetros máadelante, los restos de la retaguardia d

a Hohenstaufen esperaban, observandconstantemente la carretera de Cambraesperando alguna señal del grup

desaparecido. Al día siguiente, trapermanecer detenidos tanto tiempo comse atrevieron, prosiguieron la march

pasando por Mons hacia el sur dHolanda.El grupo de Harzer aguardó hasta l

caída de la noche y luego condujeron su

vehículos por las calles de Cambraguiados por civiles amistososAprovechando la noche, la columna d

as SS procedió a desplazarse a lo larg



de la línea de demarcación entre loejércitos 1.o americano, al sur, y el 2.británico, que avanzaba al norte. Cuandse hizo necesario cruzar la línea dmarcha americana, la Feldgendarmeri

de las SS que viajaba con la column

hizo señales con linternas y con grasangre fría hizo detenerse a un convoenemigo para que los vehículos de la

SS pudieran cruzar la carretera. Loamericanos no prestaron atención a lovehículos alemanes mientras esperabaa que pasasen. El polvo, la oscuridad

el agotamiento encubrieron la escencon un manto protector de anonimato. Aamanecer del 3 de septiembre, Harze

decidió detenerse y volver a esperar a l



oscuridad.Durante el día, los vehículos era

engalanados con botín recogido en e

campo de batalla, banderas, y otransignias para disfrazarlos y qu

pareciesen vehículos aliados cargado

de trofeos cuando atravesaran un pueblocupado por el enemigo. Al pasar pouno de ellos, en un bar iluminado la

celebraciones de la victoria estaban muanimadas cuando los semiorugas vehículos rodaron por las estrechacalles. Los jeeps sin custodia

aparcados fuera de la taberna fuerosaqueados por los soldados de las Sque se subieron a ellos para coge

artículos de equipo, armas o suministro



dejados descuidadamente en ellos. Nenían ni idea de cuánto llevaría s

viaje, o llegarían siquiera a sus propia

íneas; por consiguiente cualquier cosque cogieran por el camino vendríbien.

El 5 de septiembre el grupo dHarzer cruzó la principal ruta daproximación a Bruselas de los aliado

se coló tras los carros enemigos dvanguardia. Manteniendo una distanciprudencial, la columna de las SS se pusa la cola del avance. Los rezagado

alemanes recogidos por el caminapenas podían creer lo que veían suojos, cuando después de se

sobrepasados por la vanguardi



británica, esta descarada «retaguardiaalemana que venía detrás les ofrecílevarlos. Al fin, acabaron por entrar e

contacto con la guarnición alemana dBruselas, que acababa de evacuar lciudad, y el grupo de Harzer fu

encaminado a su división. Las pérdidade hombres y material durante la marchfueron nulas. De hecho, hasta había

aumentado su fuerza al recoger rezagados y un hospital de campañalemán abandonado con 20 heridos. Aúen medio del desastre, la fortuna de l

guerra podía sonreírles en ocasiones.Otros no fueron tan afortunados. L

ampfverband Schulze de la 10.a S

rundsberg , la división hermana en el I



Cuerpo SS, fue condenada a luchar hastel fin en una retaguardia en Albert, parpermitir a la 9.a SS y otras unidaderetirarse sin interferencias a través dCambrai. Mientras la Hohenstaufe

reconocía sus posiciones para la batall

de Cambrai, el ObersturmbannführeWilhelm Schulze estaba metido en unencarnizada lucha callejera que continu

oda la noche, hasta que su grupo dcombate dejó de existir como una fuerzefectiva. El mismo Schulze fue muertunto a los oficiales de su plana. Uno

pocos sobrevivientes escaparon por lmañana del 2 de septiembre y sdirigieron al este para unirse con e

resto de la Frundsberg .



Entretanto los partisanos hostigabaa retirada dondequiera que podían. Eas carreteras a Mons pusieron clavos

atas con el borde dentado hacia arribapara pillar a los incautos. Se tuvo qunstalar cortacables en los vehículos d

cabeza de la compañía de radio de lohenstaufen para impedir que la

ripulaciones fueran decapitadas por lo

cables tendidos atravesados en lacarreteras. Los motoristas mensajeros menudo desaparecían sin dejar rastro. Aos vehículos aislados a menudo se le

disparaba.Una columna de la 9.a SS fu

emboscada cuando intentaba usar un

ruta al norte por Valenciennes pasand



por el puente que cruzaba el canaScarpe. El desventurado grupo qubuscaba abrirse paso fue acribillado e

medio de St. Amand les Eaux por lomaquis, ayudados por una avanzadamericana. Las tropas, que po

agotamiento se quedaban rezagadas que no entendían las intimaciones rendirse de la Resistencia, eran abatida

al más mínimo signo de vacilación. Sólen este lugar, mataron hasta 50 soldadosLos supervivientes recuerdan la entregde un médico francés que hablaba inglé

alemán quien, a pesar de la ferocidade estas escaramuzas, reconfortó y cuida los heridos alemanes. Durante esto

choques a menudo ninguno de lo



bandos mostraba o pedía clemencia. Usoldado de las SS llamado Ortmannherido, pidió al doctor si al menos podí

recuperar las chapas de identidad de lonumerosos muertos alemanes. Lrespuesta correcta y formal del docto

fue que «serían entregadas a la CruRoja de Ginebra».

Muchos soldados desaparecieron si

dejar huella durante la azarosa retiradacomo fue el caso de la sección de ópticde la Hohenstaufen. Ésta era una unidaespecialista adjunta a la compañía d

recuperación de carros, y fue la primerde su tipo en el Grupo de EjércitosAcarreaba 15 000 piezas de repuesto

con las que sus técnicos reparaban lo



visores ópticos y diales de los carrosSu ausencia no fue notada hasta que spasó lista en Arnhem. Nunc

reaparecieron, sin duda fueron víctimade una emboscada del maquis en algunparte de Francia o Bélgica.

Las unidades motorizadas como el ICuerpo Panzer SS lo tuvieron bastantmejor que sus camaradas de l

nfantería. El General deallschirmtruppen Eugen Meindcomandante del II Cuerp

allschirmjäger (Paracaidista), a dura

penas consiguió salir de la bolsa dFalaise. El cuerpo se había distinguiddurante las encarnizadas batalla

defensivas en el bocage en torno a St



Lo en Normandía y fue vapuleado antentar escapar de Falaise. El 28 d

agosto Meindl recibió noticias gratas

os restos de su cuerpo de combate ibaa ser reconstruidos en Nancy. Tras estaen combate desde el 12 de Junio, habí

perdido todas sus armas pesadas y suefectivos eran tan pocos que apenahabía suficientes supervivientes par

formar cuadros con los que mantener lesencia de la unidad tras lreconstitución.

Sin embargo, esta orden fue seguid

de una contraorden cuando la 3.División Fallschirmjäger , que se dabpor perdida, reapareció de nuevo tra

abrirse paso combatiendo, sólo para se



designada de nuevo como retaguardipara los elementos motorizadosobrevivientes del 5.o y 7.o EjércitosMeindl se escandalizó por la cruensensibilidad de la directiva:

«¿Por qué? Debido a la cobardía de otratropas que no estaban preparadas para seguiluchando. El arma paracaidista iba a sesacrificada ahora en Francia… Las divisione

Panzer y Panzergrenadier siempre puederetirarse más rápido. La infantería no puedrecorrer esos trechos a pie a la mismvelocidad, y acabaron por ser rodeados po

carros enemigos, lo que hizo imposiblescapar. El 4 de septiembre, la mayor parte dla 3.a División fue hecha prisionera. Sólunos pocos consiguieron escapar. Con suertelos volveremos a ver algún día. Au



Wiedersehen». «Una tragedia. Entretanto sme ordenó presentarme en el cuartel generade Hitler para recibir las Hojas de Roble par

la Cruz de Caballero por la batalla dNormandía. Entonces yo no conocía lpérdida de la 3.a División, de otro modhabría aprovechado la oportunidad par

comentar esta “brillante” orden[7]

».

El resto del II Cuerpallschirmjäger fue retirado del frent

para ser reconstituido al este dColonia.

El Regimiento Fallschirmjäger 6 , a

mando del Major von der Heydteestaba igualmente maltrecho. Habíestado en acción continuamente desde e6 de junio, como punta de lanza de lo



prometedores primeros ataques contra lcabeza de playa americana de lnvasión en Utah Beach. Una de la

compañías ciclistas del regimiento, qucontaba sólo con 20 hombres, apoyadpor un único Panzer IV de la 2.

División SS Das Reich capturó ubatallón americano completo, haciendprisioneros a 13 oficiales y 60

soldados. Atrapado en la vorágincausada por la ruptura americana en StLo, el regimiento escapó luchando de lbolsa de Coutances. Aislado, von de

Heydte, condujo a su regimiento en filndia sigilosamente por carretera

secundarias y caminos mientras lo

carros americanos pasaban rugiendo po



as carreteras principales junto a ellosSólo quedaban 60 hombres en picuando restablecieron contacto con l

353.a División alemana. Cuando sreunieron con sus heridos y enfermos eLisieux, contaban 1007 hombres. Sól

de este único regimiento 3000 oficiale soldados habían muerto o fuero

declarados desaparecidos en combate[8

Los supervivientes fueron transportadoa Güstrow, en Mecklenburg, Alemaniapara formar los cuadros de unuevamente reconstituido Regimient

allschirmjäger 6 . Nada podía resistir el avanc

Aliado. Los intentos de aguantar en lo

ríos Sena o Somme, fueron simplement



barridos. Acciones de retaguardia en laque se combatió con tenacidad, comaquella librada por la 9.a SS en el frentde Cambrai, apenas merecen unmención en las historias de las unidadeamericanas. Las fuerzas alemanas era

nsuficientes para resistir en ningúpunto. Un comandante de regimiento ea División Hermann Göring , e

Oberstleutnant Fritz Fullriede, escribicon amargura en su diario:

«31 de agosto. Todo el frente del oeste s

ha desmoronado, y el otro bando avanzaplacer… y cómo se nos llenaba la boca con lMuralla del Atlántico[9]».



Compañías anticarro recién creadaspertenecientes al Panzerjäge

bteilung 9, el batallón de cazacarro

de la Hohenstaufen, llegaron desdPrusia Oriental y fueron descargadas dos trenes en Mons justo a tiempo par

ser llevadas a toda prisa a luchar eunas cuantas improvisadas acciones dretaguardia. Estos refuerzos llegados e

porciones fueron simplemente barridopor la marea de los acontecimientosLos Jabos paralizaban todo movimientdiurno ferroviario y por carretera

Alfred Ziegler, de 19 años, un mensajermotorista en la plana mayor de

anzerjäger Abteilung 9 recordaba l

situación justo antes de llegar a Mons:



«La primera compañía se vio cogida bajun ataque de cazabombarderos muy intensdurante el cual mataron a von Brocke, e

comandante de nuestra compañía. Tododisparamos con nuestras ametralladoras dmodo que ninguna bomba hizo impactdirecto en el tren. No obstante, las pasadas dametrallamiento siguientes causaron algunodaños a los cazacarros ( Jagdpanzer IV ) vehículos, e hirieron a unos 10 hombreLuego bajamos del tren y nos unimos a ltercera compañía que ya había estado en e

Oeste durante algún tiempo. Pero ahora eenemigo empezó a darnos caza».

Las compañías se reagruparoformando una fuerza tamaño batallóapenas a tiempo de ser empeñadas euna acción de retaguardia cerca d

Mons. Fue un desastre. E



auptsturmführer von Allworden, amando del batallón, se vio separado dsu unidad, pero la situación er

rremediable desde el principioTrescientos Fallschirmjäger mandadopor un Major se unieron a lo qu

rápidamente se convirtió en un combatde retirada sin ningún mando parcoordinarlo.

Sólo dos cazacarros sobrevivieroal viaje hasta Arnhem. El resto sperdieron en combate, se vierontegrados en otras unidades, o hubo qu

volarlos por falta de gasolina[10].El ejército alemán en el oest

parecía estar acabado. Wolfgan

Dombrowski, Rottenführer en e



batallón de zapadores de Möller, quedseparado de su compañía en la bolsa dFalaise. Consiguió salir con una unida

de la Wehrmacht , y tuvo la suerte dreencontrar su batallón tres o cuatro díamás tarde. Como sus camarada

Dombrowski quedó conmocionado poos acontecimientos.

«La división fue prácticamente consumiden la lucha en Normandía… Creíamos qutodo habría acabado al llegar a la fronteralemana. Muchos soldados se perdierodurante la retirada. Más aún, cuando llegamo

a Holanda, la situación allí era desesperadaParecía imposible que se pudiera estableceun frente con estos dispares elementofugitivos[11]».



II. RESISTIR YLUCHAR



cumento capturado indica que el grado de

control o sobre el reagrupamiento y reunión de los,

en

ncia, restos dispersos de un ejército

derrotado, fue

enos que sobresaliente. Más aún, la

capacidad

tiva de los nuevos Grupos de Combate

formados con

tos de las divisiones maltrechas parece nohaber

ectada.

icial de Inteligencia).

visión Aerotransportada americana, 13

Sep 44[12].



Empieza a formarse el

frente…Los carros de combate del 2.

Ejército Británico lo barrieron todo a spaso a través del norte de Francia y sadentraron en Bélgica, recorriendcientos de kilómetros en una semana

Amberes cayó el 4 de septiembre abrió un enorme boquete en el frentoccidental alemán, que se extendía 12

km desde el mar del Norte en Amberehasta Maastricht. Sólo quedaba undivisión para cerrar el paso, la 719.a d

nfantería bajo el mando de



Generalleutnant Karl Sievers. Era lúnica división que le quedabal LXXXVIII Cuerpo del General de

nfanterie Hans Reinhard, que estuvo amando del ejército alemán en Holandentre julio de 1942 y septiembre d

1944. Con el complemento de ubatallón SS holandés y unos pocodestacamentos de la Luftwaffe, la 719.

de Infantería era una división d«fortaleza» que había estado guardanda costa de los Países Bajos desde 1940

Formada en su mayoría por soldado

maduros, nunca habían pegado un tiro.En la «Guarida del Lobo», el cuarte

general de Hitler en Rastenburg, Prusi

oriental, la caída de Amberes dejó



odos aturdidos y consternadosPreocupados con anterioridaexclusivamente por el derrumbe

«Cannae[13]» del Grupo de EjércitoCentro en el frente ruso, ldesintegración paralela del Grupo d

Ejércitos B del Oeste atrajo ahora todsu atención.

El Generaloberst Kurt Studen

Comandante Supremo del armallschirmjäger , trabajaba con umagro estado mayor en su cuartegeneral en Berlín-Wannsee ocupado e

planear la formación de nuevas unidadeparacaidistas. Poco después demediodía del 4 de septiembre recibi

una llamada de teléfono personal de



Generaloberst Jodl, jefe de operacionede la Wehrmacht , directamente desde ecuartel general de Hitler. «Reúna toda

as unidades disponibles y constituya unuevo frente en el canal Albert», ldijeron. «¡Este nuevo frente ha de se

sostenido a toda costa!». Segúrecordaba Student, a la nueva unidad se dio el altisonante título de «Prime

Ejército ParacaidistFallschirmjäger )». No obstante, eaquel momento era una unidad sobre epapel. Su núcleo consistía en unidade

dispersas por toda Alemania entrGüstrow en Mecklenburg y Bitsch eLorena: regimientos o en proceso d

formación, o restos encuadrados por lo



supervivientes de unidades previamentconsumidas, complementadas popersonal sin adiestrar. A pesar de todo

a habilidad alemana para lorganización y la improvisación, inclusa las puertas del desastre, unida a un

red de eficaces estados mayoreprofesionales, comenzó a hacerse sentirEl General der Flieger Friedric

Christiansen, Comandante Supremo da Wehrmacht en los Países Bajos, llenel vacío existente adelantando hasta ecanal Albert una delgada línea d

vigilancia compuesta por tropas dguarnición de la Luftwaffe.

Tanto en el frente como en l

retaguardia; el eficaz liderazgo y l



niciativa mostrada, apoyados por umando orientado a las necesidades dos soldados en el frente, lograron co

constancia y tenacidad restablecer eorden desde el caos. Sin saberlo loalemanes, los ejércitos aliados en e

oeste casi habían dejado atrás del todo su apoyo logístico. El «Martes Loco», de septiembre, un apropiado términ

acuñado por los historiadoreholandeses, tras la caída de Amberesmarcó el clímax del pánico en la huidanesperadamente surgió un momento d

respiro. Mientras los agotados aliadose reabastecían y debatían si hacía faltun «frente amplio» o «una sol

arremetida» para rematar al Reich, lo



mandos alemanes improvisabafrenéticamente y explotaban cualquiemedio a su disposición para detenerles

Así empezó a formarse un frente.El 4 de septiembre, la 719.

División de Sievers empezó

atrincherarse en la margen norte decanal Albert y, en el mismo día, eavance del cuerpo acorazado británic

de Horrocks al sur del cauce se viprácticamente detenido. La 176.División de Infantería, una « Kranke

ivision» (división de enfermos)estaba en aquel momento subiendo a lorenes, en camino desde el oeste d

Alemania. Estos batallones llamado

«de ojos y oídos» estaban formados po



soldados miopes, sordos, alérgicograves, convalecientes y semiinválidosa los que hasta ahora les había

mpedido prestar servicio activoParecía una situación insostenible, hastque surgió un auxilio inesperado.

La 85.a División deGeneralleutnant Kurt Chill habísufrido graves pérdidas en Francia. A

retirarse al norte con los restos de sdivisión, recogió por el caminunidades dispersas de las 84.a y 89.Divisiones. Al llegar a Tumhout, en enorte de Bélgica, el 4 septiembre se lordenó dirigirse a Renania con suropas para descansar y recibi

refuerzos. Sin embargo, la caída d



Bruselas le llevó a ignorar esta ordenEn vez de eso, por iniciativa propiadesplegó sus tropas a lo largo de l

margen norte del canal Albert entrMassenhoven y Kwaadmechelen. Smontaron centros de recepción en lo

puentes entre sus sectores para recoger os pequeños grupos de soldado

alemanes que huían hacia el norte. A

día siguiente ya había informado a l719.a División de sus planes y se puso as órdenes del LXXXVIII Cuerpo d

Reinhard que destacó otro regimiento d

a división de Sievers para dárselo Chill. Siendo ahora un grupo de combatmás o menos cohesionado, la nuev

formación fue denominad



ampfgruppe Chill y era lo bastantfuerte como para repeler los primeroanteos británicos contra el canal.

Comenzaba a percibirse ya ciertorden. El 7 de septiembre, la prometid176 Kranken Division, al mando de

Oberst Christian Landau, llegó dAquisgrán donde había estadguarneciendo la Línea Sigfrido y fu

puesta bajo las órdenes de Student. Dforma similar, elementos del reciéformado 1.er Ejército Fallschirmjäge

empezaron a aparecer el 6 y

septiembre.El 5 de septiembre, un Studen

estimulado por sus órdenes voló desd

Berlín para ver al Mariscal de Camp



Model, Comandante en Jefe del Grupde Ejércitos B, ante el que erresponsable el 1.er Ejércit

allschirmjäger . La fuerza de Studenen aquel momento consistía en eRegimiento Fallschirmjäger 6 de

Oberstleutnant von der Heydte, el 1.eBatallón del Regimient

allschirmjäger 2 y otros cinc

regimientos paracaidistas reciéconstituidos. Tres de éstos fueroencuadrados como la 7.a Divisió

allschirmjäger bajo el mando deGeneralleutnant Wolfgang ErdmannAdemás, durante la conversaciómantenida con el cuartel general de



ührer , Student consiguió que se lasignara una dotación de 20 bateríaantiaéreas ligeras, medias, y pesadas

Además, un grupo de combate anticarrdel Ejército que constaba de 25 cañonede asalto y cazacarros le dio a l

mprovisada formación un poco más dsolidez. No obstante, en esencia, era unfuerza que se movía a pie, con poco

vehículos y, por consiguienteácticamente inmóvil[14].Model se sintió decepcionado con e

hecho de que todo el Ejércitallschirmjäger contara hasta e

momento con sólo 20 000 hombres. Apesar de ello, asignó a Student el áre

que iba desde el Mar del Norte hast



Maastricht, un frente de 120 kilómetrosPara que este débil contingente pudiersostenerse, el LXXXVIII Cuerpo d

Reinhardt, ya en posición, fue puestbajo el mando del 1.er Ejércit

allschirmjäger . El resultado final fu

un frente estirado al máximo con 3batallones, apoyados por una débiartillería y equipados sólo con arma

igeras de infantería. No obstante, spudo constituir una eficaz defensanticarro con el gran número de cañoneantiaéreos de 88 mm, disponibles en u

erreno particularmente ventajoso para defensa.

La improvisación y un trabajo d

estado mayor insólitamente precis



permitieron que se pudieran poner emarcha los siguientes planes. En uplazo de 48 a 72 horas desde que fuero

movilizados, los desperdigadoregimientos del 1.er Ejércit

allschirmjäger , equipados solament

para la instrucción, empezaron a llegaal frente. Armas y suministros fuerorecogidos en las diversas estaciones d

ren desde donde fueron transportados sus diversas cabeceras de línea. Uprodigio de organización permitió quas unidades fueran equipadas en e

rayecto. El 1.er Batallón del Regimientallschirmjäger 2 del Major Oswal

Finzel, tras sufrir muchas bajas en e

Frente del Este, fue reorganizado en lo



cuarteles de la Flak [15] en Ahrbrück finales de agosto y comienzos dseptiembre. Fue rearmado y equipadcon material recuperado de unidadeque se habían retirado del Oeste[16

Cuando la locomotora del tren qu

levaba al batallón tocó el silbato asalir de Roermond el 6 de septiembresus soldados se sentían bien equipado

con armas, camiones y bicicletas. Alegar a Hechtel-Beringen, el batallófue puesto bajo el mando de

ampfgruppe Chill.El General der Infanterie vo

Zangen, al mando del 15.o Ejércitorataba, como el resto del derrotad



Grupo de Ejércitos B, de retirarse resistir en alguna parte al este. A suseis divisiones originales se les uniero

os restos de otras cinco que se retirabade Normandía. Acorralado contra lcosta del Canal de la Mancha por e

rápido avance de los Ejércitos aliadossu fuerza de casi 100 000 hombres smovía lentamente mientras intentab

retirarse al nordeste. Según recordabvon Zangen:

«Cuando nos retiramos del Somme el 1 d

Septiembre, planeé retroceder combatiendpoco a poco hasta Bruselas y Amberes luego ocupar una línea en Holanda. No temíque Amberes fuera tomada, puesto que estab

muy por detrás de la línea del frente, y tení



un estado mayor especial para defenderlaCuando supe el 4 de septiembre que habísido capturada fue una sorpresa que me dej

conmocionado… en vez de tener un ejérciten mi flanco izquierdo, había un vacío[17]».

A von Zangen se le ordenó hace

preparativos para la evacuación de sejército a través del Escalda a las islade Walcheren y Beveland del Sur. E

plan era factible en tanto que lcarretera que conducía a las islas ierra firme permaneciera en mano

alemanas. Al General der Infanteri

Eugen Felix Schwalbe se le encomenda responsabilidad de dirigir l

evacuación del 15.o Ejército a través de

Escalda. En dieciséis días, nuev



divisiones de infantería destrozadas: la59, 70, 245, 331, 334, 346, 711, 712 y l17.a División de Campaña de l

uftwaffe, fueron evacuadas. Levacuación se completó el 21 dseptiembre. En el transcurso de ella s

salvaron 65 000 hombres, 225 cañones750 camiones y carretas, y 100caballos. Durante este período, lo

aliados no hicieron ningún intento seride presionar más allá de Amberes cortar la base del istmo de Bevelandpara privar al 15.o Ejército de su únicruta de escape factible.

Como resultado, dos divisiones destas tropas, muy maltrechas

pobremente armadas quedaro



disponibles, y aparecieron en Brabantel 16 y 17 de septiembre: la 245.División al mando del Oberst GerharKegler y la 59.a bajo el mando deGeneralleutnant Walter Poppe. Estúltima, por ejemplo, aún conservaba u

millar de buenos soldados de infanteríaunos pocos zapadores, un batallón dreemplazo de campaña, 18 cañone

anticarro y unos treinta obuses de 105 150 mm[18]. Jugarían un papemportante en las operaciones futuras.

Erich Hensel, de 23 años, ueldwebel (sargento) en una compañí

divisional Nachrichten (transmisiones)se retiró de Normandía a Bélgica



comienzos de septiembre. Su unidadmandada por un teniente, él mismo otro sargento, contaba con unos 3

hombres. Bien adiestrada y armada, lunidad había conseguido así mantenersunida hasta el momento. L

autosuficiencia fue la clave. La defensantiaérea fue provista por un cañódoble de 20 mm montado en un camión

Las bajas en Normandía fueron pocasaunque a Hensel se le partió el corazópor la muerte de un amigo, un cabodurante el ataque rasante de un Jabo

Siguiendo la ruta de escape del 15.Ejército, el viaje hasta el Escaldresultó peligroso. Los civiles no era

amistosos, hubo que coaccionar a u



sacerdote belga para que le diera uentierro decente al cabo. En otrocasión, cuando Hensel recibió de

comandante de su compañía la orden dcomprobar la demolición de un puentehalló al llegar allí a un carro británic

cruzando el puente y con civilecelebrando la liberación. Aislado poos jubilosos belgas, sólo pudo escapa

a un linchamiento amenazando codisparar. Su oficial, de Duisburg, era ubuen comandante y mantuvo a la unidacohesionada. Era un grupo muy unido

como comentaba Hensel: «Eormandía aprendimos qu

sobreviviríamos sólo si no

manteníamos unidos». Incorporándose a



proceso de evacuación del 15.o Ejércitoa compañía de transmisiones fu

embarcada en uno de los numerosoransbordadores para ser pasada al otrado del estuario del Escalda.

«En el Escalda, un teniente coronel deEjército llegó con un camión repleto dbotín, champán, y dos mujeres. ¡ Dadme e

bote! —exigió. El cabo que patroneaba l

embarcación le replicó indignado: ¡Tú tquedas aquí !, y soltamos amarras. Nuestrcomandante de compañía, un hombre decenteestaba avergonzado de que fuéramos testigo

de semejante escena. Anteriormente nohabía hablado de la conjura para asesinarHitler diciendo que Gracias a Dios, no l

mataron. ¡Yo no estaba tan convencido compara estar ni remotamente de acuerdo!».



Hensel, pese a su juventud, a estaalturas era considerado como uno de lo

lte, o veteranos. Ya había combatido e

el frente ruso. No obstante, Normandíe abrió los ojos:

«La disciplina normalmente era mubuena. Durante la retirada de Francia vi poprimera vez unidades alemanadesmoralizadas».

Sus problemas, aún habiendcruzado el Escalda, no habíaerminado. Algunos de los hombres de l

compañía marchaban a pie, mientras quel equipo pesado era transportado en ecamión. Hensel, que había sufrido un

herida de metralla en la pierna, causad



por una granada de mano, tuvo qumontar en una de las bicicletas. Duranta marcha hubo retrasos constantes.

Tras cruzar el río, un cañón de 8mm remolcado delante de ellos patinó volcó en la carretera. Los guerrillero

habían echado jabón en la superficie da carretera. Controles constante

realizados por los llamado

ettenhunde[19]

detenían a lorezagados y los encuadraban e«unidades de marcha». Gracias a lespecialidad técnica de la compañía,

el hecho de que viajaban como ununidad completa, se les permitiproseguir. En Vught recibieron órdene

de incorporarse al Cuartel General de



1.er Ejército Fallschirmjäger construcciones de proseguir hasta Wese

en Alemania. La perspectiva de udestino en la patria hizo apretar el pasde la unidad, deseosa de llegar «antede que pasara algo malo[20]».

Durante la quincena siguiente a lcreación del 1.er Ejércit

allschirmjäger , los renovados ataque

de tanteo británicos contra el canaAlbert encontraron una resistencia cadvez más tenaz. La División Acorazadde los Guardias creó una cabeza dpuente en Beringen el 7 de septiembreA la semana siguiente habían avanzad30 kilómetros más y ganado dos cabeza



de puente a través del canal MosaEscalda. La más importante estaba en lBarrera De Groote en la carretera d

Hechtel a Eindhoven, denominad«cabeza de puente de Neerpelt»establecida el 12 de septiembre. Est

representó el punto álgido del avancbritánico. Ahora se vislumbraba unenue línea de defensa alemana a l

argo del último obstáculo acuáticantes de Holanda, y esa línea aguantabaEstos logros británicos fuero

conseguidos frente a una resistenci

alemana desesperada aunqunsuficiente. Las formaciones fueroanzadas al combate, cualquiera qu

fuese su grado de Instrucción, para gana



iempo a toda costa.Para los soldados que luchaba

sabiendo poco o nada de la situació

general, las medidas empleadas nparecían tener sentido. Los manteníaunidos oficiales cada vez más cínico

que dudaban que todo sirviera para algoEl Oberstleutnant Fritz Fullriede, uveterano condecorado con la Cruz d

Caballero, anotaba en su diario lampresiones sobre el coste humano quhizo falta para formar esta línea dresistencia. Al mando de destacamento

dispersos ( Abteilungen) de la Divisióermann Göring desparramados po

oda Holanda, escribió:



«8 Sept. El enemigo ya está en el canaAlbert en Beringen. Siguiendo órdenes deAlto Mando paracaidista del Generalobers

Student de que todas las tropas de lLuftwaffe fueran puestas bajo su mandodespaché al II Abteilung a la carretera dHarderwijk para que fuera inmediatamenteEindhoven».

Cuarenta y ocho horas más tardanotó con amargura:

«10 Sept. El II Abteilung , tras un exitosataque, después de ser emplazado en el lugaequivocado, y apuñalado por la espalda po

sus vecinos, fue rodeado por poderosafuerzas en Hechtel, y tras una batalla de tredías fue prácticamente aniquilado. Sólo unopocos rezagados y algunos Panzer regresaro

a sus líneas. Casi todos los Panzer , artillerí



autopropulsada, anticarros y elementos de lantiaérea se perdieron. Todo debido a loerrores de los bufones del alto mando».

Sin dar tregua, los aliados estabadesgastando estas dispersas reservaalemanas.

«11 Sept. El I Abteilung y el III Abteilun

y toda la artillería y Flak fueron despachadaa Eindhoven por orden del Cuartel Generadel 1.er Ejército Fallschirmjäger . Estaórdenes los mandan al diablo. Discusión coel Alto Mando de los Países Bajos. Hay qumandar hasta a los reclutas. De lo contrarino hay nada más disponible».

El 13 de septiembre el 1.er Ejércit

allschirmjäger se alineaba de Este



Oeste con el siguiente orden de batallaDe Amberes a la conjunción de locanales Albert y Mosa-Escalda, estab

a 719.a División del General SieversFrente a las dos cabezas de puentbritánicas del canal Mosa-Escald

estaba el Kampfgruppe Chill, apoyadahora por una unidad recién formada: e

ampfgruppe Walther. Todas esta

ropas estaban bajo el mando deLXXXVIII Cuerpo del generaReinhardt. Desde la cabeza de puenteen la carretera Eindhoven

Valkenswaard-Hechtel, hasta ldelimitación con el 7.o Ejército cerca dMaastricht había dos divisiones bajo e

control directo del Generalobers



Student: la División Erdmann y la 176.División.

Improvisación de recursos. La

formación del KampfgruppeWalther…

La improvisación y no lplanificación sistemática fue el principafactor de fortalecimiento de la defens

alemana. Las iniciativas particularepodían ser respaldadas, y lo fueron, poun trabajo de Estado Mayor eficaz preciso. Se crearon formacione



mprovisadas por la presión de loacontecimientos y lanzadas a la línea defrente. Uno de esos grupos de combate

el Kampfgruppe Walther, muestra uejemplo típico de «la guerra del pobreque el Ejército alemán se vio obligado

ibrar en aquel tiempo. Su formación primeras operaciones proporcionan uatisbo de lo que se esperaba de esta

pequeñas unidades apresuradamentformadas en vísperas de la operacióarket-Garden.

El 12 de septiembre algunos carro

de la División Acorazada de loGuardias asaltaron el puente sobre ecanal Mosa-Escalda al oeste d

eerpelt. Este era el último obstácul



acuático que separaba Bélgica dHolanda. El Cuartel General del 1.e

Ejército Fallschirmjäger recibió laprimeras noticias en torno a las 08:00, despachó elementos motorizados dreconocimiento para investigar. S

encontró una ligera resistencia enemigen la frontera belga-holandesa a amboados de la carretera de Valkenswaard

Hechtel. Acto seguido, fue alertado eRegimiento Fallschirmjäger Hoffmanque acababa de llegar a las cercanías dGoirle al sur de Tilburg. Se acababa d

poner en marcha la secuencia dacontecimientos que llevaron a lcreación del Kampfgruppe Walther. L

vida operativa de este grupo de combat



duraría solamente un mes, y establamado a jugar una parte destacada eas subsiguientes operaciones d

arket-Garden. Comprendía elementode las tres ramas de la Wehrmacht y scomposición cambiaba continuamente

dictada como siempre por lanecesidades operativas.

Al Oberst von Hoffman, jefe de

regimiento, se le asignó el cometido dcontener cualquier avance ulterior deenemigo a lo largo de la carretera dValkenswaard a Hechtel. Habí

suficiente transporte motorizado compara desplegar dos compañíanmediatamente, a la espera de qu

legara el resto del regimiento. Cuand



esto sucediera, la cabeza de puentdebía ser eliminada.

Formado tan sólo tres semanas ante

en Halberstadt, el Regimiento voHoffmann era una unidad de refuerzo dpersonal administrativo, carne d

recluta. Estaba organizado en una planmayor regimental, tres batallones y uncompañía anticarro con ocho cañones d

75 mm. El Oberleutnant Heinz Wolz erel ayudante de campo del comandantdel 1.er batallón, Major Helmut KerutComentando la preparación del batalló

seis días antes de entrar en combateescribió lo siguiente:

«El regimiento en aquel momento carecí



de blusones paracaidistas de camuflaje, prácticamente no tenía armas».

Éstas fueron recibidas dos días máarde de camino a su área d

concentración cerca de Tilburg. No hub

iempo para la instrucción individual colectiva, ni las miras de las armafueron ajustadas. Ni el jefe deregimiento, ni los dos jefes de batallón

ni la mayoría de los oficialeresponsables de las compañías teníaexperiencia de combate. De lo

suboficiales y tropa, el 90% procedía dunidades terrestres de la Luftwaffe

Volz, cuando llegaron a Udenhout el 1de septiembre añadió que su batalló



durante el período previo…:

«… Hizo todo lo posible en los tres día

disponibles por equiparse apropiadamentpara las operaciones venideras. Por encima dtodo tratamos de al menos equipar a lmayoría de los soldados con bicicletas par

hacer más móvil a la unidad. No habísuficiente combustible para las pocamotocicletas a nuestra disposición. Estmejoró cuando se descubrió una considerabl

cantidad de gasolina en un aeródromabandonado[21]».

Al mismo tiempo, el Regimient

allschirmjäger 6 , mandado por erecién ascendido Oberstleutnant voder Heydte sufrió bajas al ocupar u

enclave defensivo al noroeste d



Beverloo. Tenía que replegarse al norta través del canal Mosa-EscaldaAunque quedó muy maltrecho en lo

combates de Normandía, el regimienta había sido reconstituido y devuelto a

combate. A pesar de estar fuertement

reforzado con reemplazos sin adiestrarsu eficacia combatiente se considerabalta, debido a su cuadro de veterano

muy experimentados y a su buearmamento. A von der Heydte tambiése le ordenó atacar la cabeza de puentde Neerpelt desde el noroeste el 13 d

septiembre. El 1.er batallón de Kerutdel Regimiento de Instrucción voHoffmann llegó a los edificios de l

aduana en la carretera de Hechtel



Valkenswaard durante la tarde noche de12 de septiembre. Se desencadenó uiroteo con el enemigo en la oscurida

de la noche cerrada. Kerutt, un oficiacon experiencia de combate, estableciapresuradamente una línea de vigilancia

Sus flancos estaban protegidos por lobrezales pantanosos al norte de LColonie y al noroeste de Neerpelt. S

dentificaron carros enemigos, con lomotores al ralentí, en La Colonie.El mismo día, Student envió a u

oficial de Estado Mayor de su cuarte

general, el Major Schacht, en una misióde investigación para hacerse una mejodea de la situación que emanaba de lo

confusos informes que llegaban de l



cabeza de puente de Neerpelt. Aunquopinaba que Kerutt había hecho todo lque podía en aquellas circunstancias

Schacht no quedó impresionado con lpreparación del 2.o y 3.er batallones del cuartel general del regimient

cuando pasó a su altura yendo por lcarretera. Aconsejó a Student en estsentido, y por propia iniciativa cancel

el ataque planeado para el día 13. Ecualquier caso, una fuerza de bloqueo da 10.a División SS Frundsberg habí

sido designada también por el Grupo dEjércitos B para su empleo en estsector amenazado. En adelante, serínecesaria una mayor coordinación.

Basándose en la evaluación de l



situación por parte de Schacht, eGeneraloberst Student decidió encargaa un tal Oberst Walther el mando d

odas las unidades que se emplearíacontra la cabeza de puente de Neerpelt

o se intentaría ningún contraataqu

hasta que llegaran más tropas dcombate eficaces.

Esta fue, pues, la génesis de

ampfgruppe Walther, una unidacreada por la urgencia de una situacióoperativa particular, cuyo equipo organización dependía

fundamentalmente de la llegada dropas preparadas para el combate a

área de operaciones. Cuatro unidade

más llegaron la noche del 13 d



septiembre. El Regimientallschirmjäger 6 , de von der Heydte

sumaba ahora cuatro batallones d

nfantería, que contaban con entre 150 200 hombres cada uno. Su bieequipado 4.o batallón de armas pesada

enía una compañía de morteros de 8mm, una compañía motorizada anticarrcon cañones de 75 mm, una compañía d

ametralladoras antiaéreas, y cincpiezas antiaéreas cuádruples de 20 mmademás de compañías dreconocimiento y zapadores. El I

Cuerpo SS Panzer proporcionó l«fuerza de bloqueo Heinke», qucontaba con dos batallones S

anzergrenadier : «Segler» de l



División Panzer Hohenstaufen «Krause» de la División Panze

rundsberg . Elementos del batallón S

cazacarros Panzerjäger Abteilung 10

mandados por el Hauptsturmführe

Roestel, complementaban la fuerza co

15 Jagdpanzer IV del modelo armadcon el cañón largo de 75 mm. Unbatería motorizada de seis obuses d

campaña de 105 mm del Regimiento dArtillería 10 de la Frundsberg ya habíreforzado a Kerutt en el transcurso dedía. También llegó el Batallón Penal d

uftwaffe 6 . Sus cuatro compañías dfusileros demostraron ser ineficacesDestinados a «cometidos especiales»

recién llegados de Italia, su



desafortunados soldados todavía vestíauniformes tropicales. Una fuerzespecial de defensa antiaérea fue e

último elemento en presentarse. Sus docañones antiaéreos de 88 mm y ssección de cañones de 20 mm sería

emplazados a retaguardia de la posicióde la unidad.

Estas fuerzas se unieron a

regimiento de von Hoffmann que ya shallaba en el lugar. El Oberst Walthelegó a Valkenswaard a primeras hora

del 13 de septiembre y asumió el mando

Había mandado el Regimientallschirmjäger 4 durante varios años

estaba llamado a ser general d

división, un rango que asumía ahora, e



virtud de las fuerzas a su disposiciónVon Hoffmann cambió su puesto por ede Walther en la plantilla de reserva d

mandos del Cuartel General del 1.e

Ejército Fallschirmjäger ; lo quprovocó que fuera designad

Stadtkommandant [22] de Eindhoven. Ecuartel general del Kampfgrupp

Walther fue constituido partiendo de l

organización original del Regimiento dvon Hoffmann, reforzada con equipoadicionales de transmisiones. Unsección de mensajeros motoristas algún contingente limitado de transportmotorizado fueron añadidos luego.

El Día D para el ataque contra l

cabeza de puente de Neerpelt se fijó e



15 de septiembre por la mañanemprano. Apenas transcurrieron de 24

36 horas entre la llegada de las unidade

su empeño en combate. La fuerza dvon der Heydte debía ser la punta danza del ataque desde el oeste y empez

a concentrarse al sudeste de LuyksgesteSu objetivo: ocupar La Colonie avanzar a través del brezal de Heune

para tomar el puente. El 1.er

batallón dKerutt y el batallón SS de Segler debíamontar un «reconocimiento ofensivo» ddiversión, mientras que la batería d

obuses y los dos cañones antiaéreos d88 mm se emplazaron para prestaapoyo directo.

Mientras se hacían los preparativos



el tiempo lluvioso limitó la intervencióde la aviación enemiga. No obstante, loobservadores de artillería británico

castigaban cualquier movimientdetectado con salvas de artillería dodo un regimiento. La plana mayor de

1.er batallón del Oberleutnant Volatrajo una de esas salvas, cuando launidades se reunían para el asalt

previsto:

«El batallón sufrió sus primeras pérdidaaquí. El Leutnant Hansbach cayó el 13 ó 1

de septiembre por un impacto directo dartillería en su trinchera. Un miembro de lplana fue hecho pedazos cuando un trozo dmetralla hizo explotar las granadas de man

que llevaba. Al mismo tiempo, un Feldwebe



cayó ante la puerta del puesto de mandofulminado por una explosión de mortero. Podesgracia no puedo recordar su nombre. Otr

de estos persistentes bombardeoprobablemente debido al hecho de que eenemigo había identificado nuestro puesto dmando, se desencadenó cuando eOberstleutnant von der Heydte estabpresente. Con un ágil salto desapareciótravés de la ventana de la planta baja. Yo, cola metralla volando en derredor y cubierto dyeso y polvo, me metí bajo la mesa. Lo

enloquecidos timbrazos del teléfono mcrispaban los nervios. No podía coger eauricular, ya que en medio de esta tormenta dsilbantes cascos de metralla habría sido u

suicidio. Cuando lo cogí, durante una cortpausa en el fuego, al otro lado el Majo

Schacht, del Estado Mayor del 1.er EjércitFallschirmjäger , se quejó de que no estab

acostumbrado a que le hicieran esperar a



teléfono sin que al menos se le informaralgo sobre la situación inmediata, comexigía el protocolo militar».

El Regimiento Fallschirmjäger

comenzó su ataque bajo cielos nubosos una ligera llovizna a las 08:00 horas de15 de septiembre. Las avanzadaenemigas en los brezales al noroeste dLa Colonie fueron desalojadas en u

primer momento. El paqueo del fuego dfusilería se vio ahogado por los gritode los hombres, intercalados con e

sonido de tela al desgarrarse producidpor la alta cadencia de tiro de laametralladoras alemanas y el más lentableteo de los fusiles ametralladore



ren británicos. A las 08:30 el gemidde la artillería pesada, acompañado poas centelleantes explosiones de lo

proyectiles, señaló la llegada del fuegde apoyo enemigo, dirigido contra lavanguardias atacantes y contra el luga

de la concentración. Los cazacarros dRoestel avanzaban con una lentitudesesperante, patinando y dand

bandazos en el terreno ligeramentpantanoso. A mediados de la tarde eataque se había atascado en medio de LColonie. Se sucedieron lo

contraataques enemigos apoyados pocarros contra las fuerzas de diversiónVarios de los cazacarros fuero

destruidos. La lacónica evaluación d



von der Heydte de la crisis resumía emotivo del fracaso: «este ataque fracasporque tuvo que llevarse a cabo si

apoyo de artillería[23]». Era imposiblavanzar más allá de La Colonie.

Dos o tres de los cazacarros d

Roestel habían sido destruidos y lapérdidas de personal eraconsiderables.

El Oberst Walther dirigió ahora satención a reforzar sus defensas en esector norte de la cabeza de puente. S

ampfgruppe estaba firmement

asentado a ambos lados de la carreterde Hechtel a Valkenswaard. Adyacente a la derecha estaba la 85.a División d

nfantería, a la izquierda la Divisió



Paracaidista Erdmann. En torno apropio saliente de la cabeza de puenteestaba el Regimiento Fallschirmjäger

desplegado hacia el oeste y el BatallóPenal 6 de la Luftwaffe con eRegimiento von Hoffmann, reforzad

por una compañía de zapadores SS dHeinke hacia el norte, a ambos lados da carretera. En el otro lado, hacia e

este, había dos batallones Sanzergrenadier : Segler y Richter.Durante la noche del 16 d

septiembre, el cuartel general del 1.e

Ejército Fallschirmjäger ordenó que scontinuaran los ataques. Como se hacíevidente que la cabeza de puente estab

siendo reforzada por los británicos, l



orden fue acatada de mala gana. EOberst Walther decidió cumplir medias y solamente lanzó unos poco

anteos locales desde el norte edirección oeste. Si acaso, lo único quhacían era dispersar sus fuerzas e

ataques que no tenían probabilidades déxito mientras que el enemigo ibobviamente a reemprender su avanc

muy pronto. ¿Pero dónde…?

¿Dónde se asestará el golpeinminente…?

Simultáneamente con esta



desesperadas medidas improvisadas quapuntalaban el frente, cundía un recelcreciente en el estado mayor del Grup

de Ejércitos B sobre el flujo constantde refuerzos que se concentraban tras eala derecha del 2.o Ejército británico

Desde el 14 de septiembre, la seccióde inteligencia de Model emitía avisodiarios de una inminente ofensiv

británica, que probablemente seríanzada en la dirección de NimegaArnhem y Wesel. El objetivo era eRuhr. La inteligencia alemana ademá

estaba convencida de que se emplearíaropas paracaidistas, como se hizo e

Sicilia y en la invasión de Normandía

Quizás en el área de la Línea Sigfrido



al norte de Aquisgrán, o como parte dun ataque americano en el Sarre.

Poniéndose en el lugar del genera

Eisenhower, el oficial de inteligenciG2 del Grupo de Ejércitos B escribió snforme bajo la forma de una orde

maginaria:

«… el 2.o Ejército británico reunirá suunidades en los canales Mosa-Escalda Albert. En su ala derecha concentrará unfuerza de ataque, compuesta principalmentde unidades acorazadas y, tras forzar el pasdel Mosa, lanzará operaciones para abrirs

paso hasta el área industrial de RenaniaWestfalia [Ruhr] con el esfuerzo principal víRoermond. Para cubrir el flanco norte, el alizquierda del [Segundo] Ejército [Británico

avanzará hasta la ribera del Waal en Nimega,



levado a cabo por el XXX Cuerpdesde su cabeza de puente en Neerpelt ravés del canal Mosa-Escalda alguno

kilómetros al sur de Eindhoven. Eambos flancos, el VIII y XXII Cuerpanzarían ataques de apoyo.

El objetivo principal de MarketGarden era llevar a tropas aliadas aotro lado del Rhin, creando así un

cabeza de puente desde la que dirigioperaciones subsiguientes contra eRuhr. Se esperaba conseguir tremportantes ventajas: cortar la retirad

por tierra del 15.o Ejército, que seguíen el oeste de Holanda; flanquear l«Muralla Occidental»; y proporciona

os medios necesarios para un



embestida final contra Alemania a travéde la llanura septentrional alemana, lque podría acortar la guerra.

Por consiguiente las previsionealemanas estaban totalmentequivocadas. No habría un avance loca

desde la cabeza de puente de Neerpeque proporcionara una fuerza dcobertura vía Eindhoven, al ej

principal de progresión sobre NimegaMuy al contrario, aquél (Neerpelt) iba ser el punto del esfuerzo principadirectamente al norte hasta Arnhem y n

angencialmente vía Roermond, hasta lLínea Sigfrido en dirección Düsseldorf y Duisburg. Las fuerza

aerotransportadas no estaban listas par



ser lanzadas en las cercanías del Ruhrse iban a lanzar en paracaídas en masen la retaguardia del grupo de Ejército

B. El eje para el avance deXXX Cuerpo sería la carretera HechtelValkenswaard-Eindhoven. El golp

principal se asestaría en el sector defrente cubierto por los Kampfgruppe

Chill, Walther y la División Paracaidist

de Erdmann.¿Cómo estaban dispuestas lafuerzas alemanas para reaccionar?



III. SIN NOVEDADEN EL FRENTE

os que la guerra probablemente llegaba asu fin.

ebe tener en cuenta que las clases de tropa

sólo

os 18 ó 19 años. Nuestros oficiales teníanentre

. ¡Todavía muchachos! Las cuestiones más

ndentales de la vida no nos preocupaban

mucho.mos dispuestos a seguir luchando.

de las SS [25].



El comienzo de la operación

A pesar de que la resistencia sendurecía, los aliados creían que con u

fuerte empujón más, después de ldebacle de Normandía, todo el edificide la tambaleante defensa alemana scaería.

Debido a la carrera de 15kilómetros por tierra requerida parenlazar con la planeada «alfombra

paracaidista de tres divisiones, loplanificadores aliados empezaron omar nota de la resistencia probabl

que podrían encontrar. La punta de lanz



del asalto, el XXX Cuerpo, estimó en sresumen de inteligencia al comienzo da segunda semana de septiembre que:

«… más atrás, en el área del río Waaunos 200 cañones de 88 mm podrían sereasignados del servicio antiaéreo aterrestre. Y un informe de la resistenciholandesa sobre unas maltrechas formacionePanzer enviadas a Holanda para reequiparspodría ser cierto… El enemigo no hiz

ningún, intento de organización divisionadurante este período; las unidades dtransporte, transmisiones y material pesaderan casi inexistentes. Los grupos de combat

se formaban con regimientos o con rezagadoy se denominaban con el nombre del oficial amando; su fuerza variaba entre los 100 y lo3000 hombres. Muchos entraron en combat

tan rápidamente que los hombres ni siquier



sabían el nombre de su grupo. Las provisioney las municiones escaseaban pero algunos destos grupos combatieron con gra

resolución, a veces fanática[26]

».

Una descripción fiel deampfgruppe Walther. La inteligenci

del 2.o Ejército británico en aquemomento provenía por lo general denterrogatorio de prisioneros. Por tanto

era de esperar que la información sobrArnhem, a 90 kilómetros de la línea dfrente alemana, fuese incompleta. E

nforme de inteligencia de 14 dseptiembre del 1.er EjércitAerotransportado británico, escritbasándose en la información compilad



por el 21.er Grupo de Ejércitos el XXX Cuerpo, afirmaba:

«Los refuerzos, a medida que han estaddisponibles, se han ido desplegando parengrosar la línea y todavía no hay pruebafehacientes de que el área de Arnhem-Nimeg

esté ocupada por mucho más que laconsiderables defensas antiaéreas que ya ssabía que estaban[27]».

El mensaje que llegó a las tropaque iban a llevar a cabo la operación furesumido por el soldado James Sims

del 2o batallón del RegimientParacaidista, que pronto lucharía en epuente de Arnhem:



«Inteligencia nos dijo que no había nadde qué preocuparse. No había tanques en lzona, sólo tropas de segunda clas

custodiando las líneas de comunicación personal de la Luftwaffe, pan comido, everdad[28]».

Esta afirmación no era disparatadabasándose exclusivamente en lo qucabía esperar en la retaguardia de unzona de combate después de una graderrota. Era razonablemente exactaaparte del proceso deductivo. Epersonal de inteligencia que unía la

piezas del rompecabezas, a pesar de lnformación disponible, pasó por alt

una gran unidad, y no tuvo en cuenta qu

as unidades fragmentadas pudiera



recuperar suficiente potencia como parnvalidar una serie de estimaciones qu

por otra parte eran lógicas.

La situación en laretaguardia…

Tanto el 15.o

Ejército como el 1.e

Ejército Fallschirmjäger formaban línea del frente en Holanda. Estaba

subordinados al Grupo de Ejércitos Bdel Mariscal de Campo Model, quambién controlaba los restos del 7.

Ejército apostados en la Línea Sigfrid



en su flanco izquierdo. Lresponsabilidad de la retaguardia eHolanda estaba confiada al comandant

de la Wehrmacht en los Países Bajos, eGeneral der Flieger FriedricChristiansen. Su cometido er

representar los intereses de lWehrmacht ante la administración civia salvaguardia de la organización

custodia de instalaciones militares comferrocarriles, carreteras y depósitos dsuministros. Además debía coordinar proporcionar apoyo en combate a toda

as ramas de la Wehrmacht en serritorio, como fuera necesario. Par

propósitos tácticos, sus fuerzas tambié

estaban bajo el control de Model.



La línea de demarcación de lretaguardia eran los ríos Mosa y WaaA Christiansen se le encargó defende

odo el territorio al norte de esa líneaDebido a que Market-Garden implicabuna profunda penetración en esta áre

as tropas de Christiansen se vieromplicadas en los combates tanto comos ejércitos en campaña. Su estructura

organización fue efectuada según lsecuencia de llegada de las unidadesque, debido a la derrota en Normandíafue inevitablemente caótica. A lo larg

de los ríos Mosa y Waal, se emplazaropiquetes de recogida para interceptar lorestos de las desmoralizadas divisione

que se retiraban a marchas forzada



hacia el norte. Desplegados estopiquetes a finales de agosto, parmediados de septiembre una mezcolanz

de unidades de todas las ramas de lWehrmacht fue reunida eorganizaciones mixtas tamañ

regimiento.El piquete en el río Waal, po

ejemplo, mandado por e

Generalleutnant Hans von Tettauncluía la «55 Unteroffizierschul

rnheim». Esta escuela de suboficialede las SS mandada por el experimentadStandartenführer Lippert, era una de lapocas unidades eficaces a disposicióde Christiansen. La mayoría de su

soldados ya habían completado un añ



de servicio y casi todos habían serviden el frente ruso; aunque comrecordaba Rolf Lindemann, de 20 años

un SS-Junker (oficial cadete) en lunidad: «un soldado con un año dservicio no se puede considera

realmente experimentado». No obstanteodos los alumnos suboficiales tenía

dotes de mando. Lindemann servía com

nstructor en la escuela y recuerda sescueta organización. Se formaron docompañías de tres secciones dnfantería, y una cuarta sección de arma

pesadas. Lindemann estaba a cargo duno de los pelotones de morterosAlgunos cañones antiaéreos de 20 m

proporcionaban fuego pesado de apoyo



A pesar de su pequeño tamaño, lescuela de suboficiales tenía los cuadronecesarios para ser rápidament

expandida a tamaño regimental. EStandartenführer Lippert, segúrecordaba Lindemann, era una «figur

paternal, admirada y respetada por losoldados». Éstos habían sidseleccionados de entre los mejore

reclutas, curtidos en el frente y luegransferidos a la escuela de suboficialesComo hombres de las SS eran agresivo estaban orgullosos de pertenecer a un

fuerza de élite, pero según recordabLindemann: «no eran necesariamentfanáticos nazis, Himmler no era querid

en absoluto por las Waffen SS ». Ademá



de recoger rezagados, la escuelconstruía emplazamientos defensivos o largo del Waal en Gorinchen[29].

En Arnhem, el Batallón Sanzergrenadier de Reserva

Depósito 16 mandado por e

auptsturmführer Josef «Sepp» Krafftera otra eficaz unidad en potenciaTrasladada desde posiciones en la costa

fue puesta bajo el control de von Tettaucomo una «reserva divisional» en eárea de Oosterbeek al oeste de ArnhemDisponía de dos compañías de infanterí

una tercera de armas pesadascomplementada con pelotones dmorteros ligeros, anticarro, antiaéreos

anzallamas y morteros pesados. Con su



12 oficiales, 65 suboficiales y 22soldados, representaba sobre el papeuna fuerza bien integrada y equilibrada

Sin embargo, estaba todavía en procesde instrucción. El cuarenta por ciento da fuerza estaba clasificado com

«todavía no apto para el combate». Nobstante, eran soldados en razonablbuena forma de 17 a 19 años de edad. E

mismo Krafft, aunque un nazconvencido, era un oficial profesional capaz[30].

El personal de tierra de la Luftwaff

que fue recogido por los piquetes drecogida fue agrupado en batallone«Fliegerhorst ». Estos hombre

constituían el personal de los campos d



en la «Muralla del Atlánticocomprendían las clases de tropa dmayor edad que servían en tierra

unidades de artillería de guarniciónHacía falta una inyección dsuboficiales con instrucción d

nfantería para que fueran eficaces ecombate. No obstante, algunahabilidades eran comunes. En ocasione

as armas pesadas podían ser manejadapor estos marinos, y cierto número eraobservadores de artillería bieadiestrados.

En Holanda había cierta cantidad dfuerzas reclutadas localmente quconstaban principalmente de súbdito

alemanes y holandeses que podían se



empleados en una emergencia. Ubatallón de vigilancia de las Sholandesas, el Wachbataillon 3 s

hallaba en Amersfoort al norte dArnhem. Con una fuerza de cuatrcompañías, y con algunas armas d

apoyo, se formó en un principio parguardar el campo de concentración dprisioneros situado cerca de esa ciudad

Aparte de algunos súbditos alemanes, eresto de sus soldados fueron reclutadoentre holandeses que querían evitar eservicio de trabajo en Alemania

criminales de poca monta. Por supuestohabía unos pocos nazis genuinamentcomprometidos pero como todos lo

demás, cada vez eran más consciente



de la proximidad de los ejércitoaliados y de la probable venganza quacarrearía la liberación. Hasta hora s

experiencia operativa había sidmeramente la de proporciona

larmeinheiten, unidades de respuest

rápida que eran enviadas en camionerequisados para buscar y apresar aviadores aliados derribados. E

comandante del batallón, eSturmbannführer Paul Anton Helle d46 años, no poseía experiencia dcombate alguna, teniendo que apoyars

en su ayudante, el Untersturmführe

Albert Naumann, para que le aconsejarsobre asuntos militares. Este últim

enía 21 años, ya había sido herido en e



frente ruso y tenía el brazo derechncapacitado de forma permanente

Reunido al completo, el batallón tení

cerca de 600 hombres, pero en aquemomento estaba disperso por variougares. Su fiabilidad en combat

demostraría ser dudosa[31].Las unidades en instrucció

constituían la opción principal par

obtener refuerzos en un momento dcrisis. Cierto número de éstas shallaban situadas dentro o cerca de lazonas de lanzamiento propuestas de lo

aliados. El Hauptmann Breedmaestaba instruyendo a un conjunto dsirvientes de artillería en Wageningen a

oeste de Oosterbeek-Arnhem. El 11 d



septiembre, esta unidad dadiestramiento, Regimiento dArtillería 184, recibió piezas d

artillería de 105 mm recién salidas dfábrica, todavía cubiertas de parafina. Aos sirvientes se les enseñaba lo

rudimentos de su uso y luego erarasladados a otras unidades. Doc

cañones con sus sirvientes partiero

para Doesburg, Holanda, esa mismsemana para recibir instruccióadicional.

En resumen, las unidades dispersa

por el norte de Holanda contaban counos pocos batallones de las SS y ebatallón depósito de la Divisió

ermann Göring , reforzados po



unidades de la marina y la fuerza aéreaTodas estaban organizadas comnfantería ligera, insuficientement

adiestradas y desprovistas tanto dequipo como de armas pesadas dapoyo. A pesar de todo, la trop

generalmente estaba bien motivadaAdemás hay pruebas de la existencia dun número de batallones de la Flak

varios batallones de policía y trebatallones de voluntarios georgianos caucásicos reclutados en el frente deeste. La mayoría estaban dispersos e

compañías por toda la zona dretaguardia.

Puesto que las zonas de aterrizaj

aliadas en Nimega y Arnhem estaban



sólo unos kilómetros de la fronteralemana, podrían verse involucradaropas y cuarteles generales de otr

unidad de retaguardia. Se trataba deWehrkreis VI (Distrito Militar 6). Comen el caso del mando de la Wehrmach

en los Países Bajos, el Wehrkreis VI erun mando administrativo: responsablde la instrucción de los reemplazos, l

organización de nuevas unidades y eenvío del material necesario a launidades de la Wehrmacht . Abarcabcasi toda la provincia de Westfalia. La

unidades de adiestramiento dreemplazos que habían completado snstrucción ya habían sido trasladada

para ocupar la Muralla Occidental a



norte de Aquisgrán. La 406.a DivisióLandesschützen) era la única unida

administrativa que quedaba bajo smando y ya estaba asignada. Socalización geográfica le daba algun

relevancia como amenaza contra e

flanco derecho del pasillaerotransportado aliado propuesto. Yse había formado un estado mayor d

cuerpo de ejército para dirigirlo, y se lhabían añadido los otros elementos dreemplazos acorazados, unidades dalarma de reacción rápida, de inválido

parciales «estómago y oídos», dliegerhorst y de escuelas d

nstrucción de suboficiales de l

uftwaffe. Mandada por el General de



avallerie Kurt Feldt, la nueva fuerzfue conocida sencillamente com«Korps Feldt».

Esta era la situación sobre el papeen las áreas de retaguardia antes deasalto aerotransportado Aliado. E

diario del Oberstleutnant FritFullriede proporciona otra visión dconjunto en las áreas ocupadas po

regimientos de la División HermanGöring , Los restos de los grupos dcombate bajo su mando fueron retiradodel frente y estaban descansando

reponiéndose detrás de la 85.a Divisióde Chill. Viajando entre su cuartegeneral en Utrecht y el frente, Fullried

estaba en una posición privilegiada par



observar los estados de moral preparación en una zona que iba a separtida en dos por las operacione

aerotransportadas cuatro días más tardeEl 13 de septiembre escribió en sdiario de viaje:

«Recorrido entre Ede-Arnhem y Nimegetc. 21.a compañía Anw. de suboficiale[probablemente una escuela de instrucción

custodia los puentes en Nimega y Grave cofuerzas del todo insuficientes. Ni siquiera shan preparado correctamente los puentes parsu demolición. Esto es criminal».

«Hertogenbosch a Tillburg y luegoLoon-op-Zand al 1.er batallón, y después a3.er batallón en Udenhout, partes del cuál yhan llegado, sufriendo pérdidas por ataque

aéreos durante el trayecto. Proseguimos a



cuartel general del 1.er EjércitFallschirmjäger en Vught. Al pasar poSpurk, fue increíble ver cómo, después de l

pérdida de tantos soldados, las tropas todavípuedan reír y bromear».«Seguimos hasta los restos de mi 2

batallón en Loon al norte de Eindhoven. D

allí, de nuevo a una reunión en Vught, luegZatlbommel y pasamos el puente haciUtrecht».

«En Utrecht, ya oscurecido, me encontrcon una triste columna de nacionalsocialistaholandeses siendo evacuados a Alemania parhuir de la ira de los holandeses. Muchamujeres y niños. Aquella noche se presentó eteniente Raden, que escapó de la bolsa d

Hechtel con algunos hombres atravesando ecanal a nado. Lucharon en la bolsa hasta emartes por la noche, muy motivados en ecumplimiento de su misión; pero los gafe

del alto mando simplemente apuñalaron por l



espalda a estos valientes. Los hombres oficiales heridos que quisieron entregarsefueron en su mayor parte, para vergüenza d

los británicos, fusilados por los belgas».«Después de que sus oficiales cayeranalgunos de los mal entrenados reclutasalieron corriendo sin pensar y fueroametrallados por los carros. Es mejor que epueblo alemán no sepa la manera en que sujóvenes están siendo sacrificados sin sentide irresponsablemente. Lo único que oímosobre Alemania, incluso aquí tan cerca, so

noticias sombrías sobre ciudadebombardeadas, etc[32].».

Una fuerza de reacción móvil.



La llegada del II Cuerpo SSanzer …

Durante la noche del 4 dseptiembre, a los restos de la 10.

División SS Panzer Frundsberg se leordenó, por el comandante del II CuerpSS Panzer Wilhelm Bittrich, estableceotra vez una cabeza de puente d

retaguardia al oeste de Maastricht. Scomandante, el Oberführer HeinHarmel de 38 años, era un veteran

astuto plenamente consciente de que, pesar de la retirada, su unidad tendríque volver a combatir otro día. Aún eestas circunstancias, los efectivos d



artillería de Harmel eran más fuertes do que habían sido jamás. Descubriero

un tren en Arras sin guardias. Segú

recordaba: «Cargadas a bordo ¡había 4piezas de artillería recién salidas dfábrica! Tomamos tantas com

quisimos[33]». Mientras otras unidadede divisiones derrotadas empezaron cruzar el puente en Maastricht, l

rundsberg requisó vehículos y armapesadas sin mandos para completar smaterial. A la noche siguiente, Bittricordenó a la división reequiparse

reabastecerse al este de ArnhemAbriéndose camino sin problemas y siencontrar resistencia enemiga, e

ampfgruppe Harmel llegó a su nuev



área de reunión el 7 de septiembre.La 9.a División SS Panze

ohenstaufen, su unidad hermanaentretanto, se estuvo reuniendo en eárea de Sittard al norte de MaastrichtEl 7 de septiembre se le ordenó destaca

un Kampfgruppe, que constaba de ubatallón de infantería y una batería dartillería bajo el mando de

auptsturmführer Dr. Segler, Valkenswaard, donde combatió bajo emando del Kampfgruppe Walther. Eresto del grupo de combate divisiona

pasó por Venlo y Nimega hacia sus áreade reunión previstas al norte y este dArnhem.

El II Cuerpo SS necesitaba un



reorganización urgente. En aquemomento no se conocía el verdaderalcance de sus pérdidas. Entre amba

divisiones el Cuerpo se viprobablemente reducido a un total d6000 ó 7000 hombres[34]; eso er

aproximadamente un 20 ó 30 por ciertde su fuerza inicial. Habían estado eacción sin pausa o refuerzos desd

finales de junio. Sus pérdidas eoficiales y suboficiales fueroespecialmente elevadas. Muchos de loelementos logísticos y el bagaje y

habían llegado a comienzos dseptiembre. A medida que los elementode combate fueron llegando

mantuvieron su organización de «grupo



de combate».La idea original de Model era la d

reforzar ambas divisiones en el frente

de ese modo formar rápidamente unreserva del Grupo de Ejércitos. Ematerial habría sido transportad

directamente desde el Reich. Siembargo, las pérdidas de personafueron tan grandes que se decidi

reforzar una división, la 10.a

SS, allmismo y a la 9.a SS en SiegenAlemania. Como era poco probable queste proceso de reequipamiento no sviera interrumpido, en vista de lsituación operacional, a l

ohenstaufen se le dio orden d

entregar todo su material pesado a l



rundsberg . Esta orden fue recibida cosentimientos encontrados. WolfganDombrowski, en el batallón d

zapadores de Möller, declaró: «Nuestrmaterial pesado debía ser entregado a l

rundsberg . Esto lo hicimos de bue

grado, pues sabíamos que recibiríamonuevo equipo en Alemania». Nobstante, los oficiales y suboficiale

veteranos se mostraban reacios entregar armas y equipo cuando lsituación podía cambiar en cualquiemomento. Muchos de los vehículo

habían sido conservadocuidadosamente durante toda la retiraddesde Normandía. El comandante de

batallón de Dombrowski tomó la



medidas pertinentes, así como otromandos prudentes de la Hohenstaufen

Como explicaba el Hauptsturmführe

Möller:

«El 6 de septiembre llegamos a nuestro

alojamientos al nordeste de Arnhem… Allí eScharführer Bicking ya había hecho un gratrabajo para acelerar nuestra recuperación. Ddónde sacó el viejo zorro todos los repuestopara arreglar dos camiones y tres semiorugaacorazados fue un misterio para mí. Ecualquier caso estaba más que satisfecho comi primera sección… No obstante tuvimoque entregar nuestros cinco semioruga

restantes a la 10a División. Karl Bickinprotestó pero mi petición presentada a ldivisión fue rechazada. Allí mismo tuvimoque entregar tres semiorugas. Los otros do

estaban: “averiado” y “no apto para l



marcha[35]”.».

Los acontecimientos demostraro

que los temores de Möller no eranfundados. El proceso d

reorganización continuó. La Frundsber

fue escogida para que permaneciera eArnhem porque su primer batallóacorazado iba a ser reequipado conuevos carros Panther . No obstanteHarmel recuerda que no llegaron hastdespués de la batalla de Arnhem afirmó que: «Sólo estaban la Abteilun

de Panzer IV y el batallón dcazacarros. Aparte, los únicos carroque teníamos eran los que estaban e

reparación en Arnhem». Aunque lo



cazacarros Jagdpanzer IV habíalegado, muchos de ellos ya habían sid

enviados a Neerpelt al mando de s

comandante Roestel, al igual que e«Kampfgruppe Heinke». El mando deCuerpo le ordenó a Harmel tener grupo

de combate listos para reaccionar antuna crisis. Por lo tanto Heinke fudespachado el 10 de septiembre con e

batallón SS Panzergrenadier 21, unbatería de artillería, y sendas compañíade reconocimiento y zapadores.

Dándose cuenta de que su fuerza s

disipaba más rápido de lo que lorefuerzos pudieran llegar y que era pocprobable que la reorganización no s

viera perturbada, Harmel abordó un



reorganización básica de su grupo dcombate. La idea era reunir todo ematerial disponible para crear grupos d

combate equilibrados que pudieraafrontar la mayoría de laeventualidades. Este proceso, llevado

cabo entre el 8 y el 10 de septiembre, eun ejemplo de la gravedad de lapérdidas sufridas en Normandía.

Al Regimiento Panzergrenadierundsberg , el único grupo de infanteríque quedaba, se le ordenó formar uncompañía anticarro de 12 cañone

dentro de sus cuadros, cuatro de locuales debían ser motorizados. Todoos artilleros anticarro experimentado

de otras unidades fueron alistados e



esta nueva compañía. Los conductorede cañones autopropulsados deregimiento de artillería fueron asignado

al regimiento de carros de la divisiónLos semiorugas acorazados en posesiódel regimiento Panzergrenadier y l

compañía de zapadores acorazadodebían ser entregados al batallón dreconocimiento, funcionaran o no. (L

ortuosa aunque prudente interpretacióde las órdenes del Cuerpo por lohenstaufen no había pasad

nadvertida). Los restantes cañone

antiaéreos debían ser concentrados en eRegimiento Flak de la división. Estamedidas representaban un

reorganización y una revisión a fondo d



os recursos de la división. Al final deste proceso el grupo de combate de l10.a SS se asemejaba más a una débibrigada actual; formada por el EstadMayor y una parte de la división eRuurlo, tres equivalentes de batallone

anzergrenadier en DeventerDiepensen y Rheden, una Plana Mayocon algunos carros Panzer IV en Vorde

la artillería en Dieren. En lo sucesivdenominado Kampfgruppe Frundsbergen reconocimiento de su reducida fuerzaprobablemente contaba con menos d

3000 hombres en vísperas de Market

Garden.El 12 de septiembre la

avanzadillas, intendentes y persona



écnico de la 9.a División Sohenstaufen empezaron a subir a lo

renes para dirigirse a Siegen eAlemania. Como Möller declaró «ercomprensible que el traslado al Reic

fuera la comidilla de todas la

conversaciones».El 14 de septiembre se emitió l

Orden de Operaciones M525 d

Montgomery. La mayor operacióaerotransportada de la Segunda GuerrMundial fue de ese modo puesta emarcha.

Dos días antes, la 1.a DivisióAerotransportada británica habíanunciado durante una reunión par

mpartir órdenes, que el enemigo n



sería capaz de reunir ninguna fuerzmóvil que excediera de una brigada, copocos carros y cañones, antes de se

relevados por el XXX Cuerpo. Esto pesar del hecho de que la inteligencidivisionaria ya había recibido u

mensaje de que una división Panzediezmada había sido enviada al norte dArnhem para descansar y reequiparse

El XXX Cuerpo menciona un informsimilar pero el 2.o Ejército no parechaberlo creído. El 15 de septiembre unforme de la resistencia holandes

legó a Londres indicando la situacióde la 9.a SS a lo largo del río IjsselLa 1.a División Aerotransportad



recibió esta información cuatro díadespués de haber comenzado la batallde Arnhem[36]. Tras la guerra surgió uneyenda sobre una traición pero se h

demostrado concluyentemente que el ICuerpo SS se trasladó al área en torno

Arnhem antes de que se diera la ordede Market-Garden. La velocidad de lrespuesta alemana fue más debida a u

factor de distribución geográfica que duna alerta temprana.

El «ensayo general» paraArnhem. Despliegue del



ampfgruppe Hohenstaufen

Para el 17 de septiembre eampfgruppe Hohenstaufen también shabía reducido a una débil brigada, comenos material que la Frundsberg

puesto que la mayor parte ya había sidentregado o cargado en trenes de regresal Reich. Model, consciente de l

posibilidad de un ataque paracaidistaordenó que las unidades de combate da división partieran las últimas

Entretanto, los batallones fueroformados en Alarmeinheiten [Infanteríde «Alarma»] para combatir taeventualidad. Sobre el papel, l



ohenstaufen podía reunir 19 grupos dreacción rápida o equivalentes damaño compañía, desplegados en 1

ocalizaciones, sumando un totaaproximado de 2500 hombres. Ldistancia máxima que dichas unidade

endrían que cubrir para reaccionacontra aterrizajes al oeste de Arnheera de 23 km. La media estaba entre 1

ó 15 km; esto es, dos horas a piecargados con todo el equipo, o 3minutos en vehículo de motor.

Aparte de ser unidades acorazada

veteranas, tanto la Frundsberg como lohenstaufen habían sido adiestrada

específicamente para llevar a cab

acciones antiparacaidistas. De hecho



el II Cuerpo SS Panzer fue formaddesde su nacimiento para enfrentarse a invasión prevista en el oeste. Bajo l

experta tutela del entonces comandanten jefe de las Panzertruppen en eoeste, el General Geyr vo

Schweppenburg, ambas divisionefueron adiestradas para repeleoperaciones aerotransportadas, mientra

aguardaban la llegada de su materiapesado. Durante el verano de 1943odas las unidades practicaro

ejercicios de alarma de invasión. E

septiembre del mismo año lohenstaufen llevó a cabo un exigent

ejercicio antiparacaidista que fu

calificado como un éxito.



Los ejercicios, que duraron un mesconsistieron en la práctica de maniobranocturnas con fuego real. A los mando

es inculcaron reacciones agresivas, ses enseñaba a atacar directament

desde la línea de marcha y emplea

nmediatamente todas las armas; unenía que «meterse en las fauces de u

ataque aerotransportado par

derrotarlo». Las compañías fueronstruidas en repeler incursiones realizar operaciones antipartisanos. Eenemigo tenía que ser golpeado en s

momento de mayor debilidad, aaterrizar, antes de que tuviera unoportunidad de organizarse. En ta

escenario, se debía uno enfrentar a la



fuerzas enemigas aunque fueranuméricamente superiores. Harmeresumió el impacto que ta

adiestramiento causó en su división:

«Todo el II Cuerpo SS fu

específicamente adiestrado durante loquince meses anteriores por medio de clasey ejercicios por radio todos ellos dirigidoscontrarrestar un desembarco en Normandíapoyado por fuerzas aerotransportadas. Estinstrucción nos benefició enormementdurante la operación de Arnhem. En eescalón inferior, a los oficiales y suboficialese les enseñó a reaccionar rápido y tomar su

propias decisiones. A los suboficiales se leinstruyó para que no aguardaran a que llegaraórdenes, sino a decidir por sí mismos quhacer. Cosa que ocurrió todo el tiemp

durante los combates[37]».



La distribución fragmentada dbatallones y compañías, organizadacomo grupos de reacción rápida, no er

considerada por tanto una tácticparticularmente rara o desventajosa poos veteranos soldados del cuerpo. Lo

ugares de acuartelamiento fueroescogidos para aprovechar lanumerosas y buenas carreteras en el áre

de Arnhem. La mayoría de las unidadeestaban alojadas en pueblos a lo largde la carretera Arnhem-Velp-Zutphen en aquellos situados al sur d

Apeldoorn. La experiencia previaconsejaba evitar las grandepoblaciones como el mismo Arnhem

pues los alzamientos de la resistencia



a ocurridos en París y Bruselas, podíanmovilizar a un gran número de tropas.

La 1.a Aerotransportada británicestaba a punto de saltar encima de uavispero. Lejos del peor escenariprevisto referente a un grupo tamañ

brigada móvil que se concentrargradualmente durante tres días, si es qulegaba a hacerlo, la división se verí

frente al mismo en el transcurso de la12 horas posteriores al lanzamiento.

El frente. Carretera de Hechtea Valkenswaard, 15-16 de



septiembre…

Con el fracaso del ataque contra lcabeza de puente de Neerpelt el 15 dseptiembre, el Kampfgruppe Walther ssumergió en una rutina defensiva. L

cabeza de puente estaba, al menos eapariencia, siendo contenida por udespliegue en semicírculo de casi tre

regimientos de infantería y tropas dapoyo.

En la tarde siguiente al ataqulegaron unos huéspedes inesperados a

puesto de mando del Kampfgruppe SRichter. Se trataba de un equipo dhombres-rana de la marina. La 10.a S



encargó al Hauptsturmführer FriedricRichter reforzar este sector del frentcon su batallón del Regimient

anzergrenadier 21 de la Frundsberg

Estuvo en posición durante una semanantes de la bienvenida llegada de

ampfgruppe Walther, quedando bajo smando. Entonces se le encargó apoyar este extraño equipo que tenía órdene

del Alto Mando de volar el puente sobrel canal Mosa-Escalda. El ayudante dRichter, el Untersturmführer HeinDamaske, de 23 años de edad

recordaba el «pesado material» qurajeron consigo, posiblemente fuera un

mina submarina de 500 kilos. Tras cae

a noche, el equipo fue transportado e



camión a una granja en las cercanías decanal donde se intentó, con la ayuda dunos pocos soldados de transmisione

del puesto de mando, meter al equipnaval en el agua. Todo salió mal: loscuridad, la imposibilidad de habla

an cerca del enemigo y el peso de lmina causaron problemas insalvablesEl talud del canal tenía dos o tres metro

de alto. Al final, los ruidos de golpeschirridos y murmullos atrajeron latención del enemigo, antes incluso dque los nadadores pudieran meterse e

el agua.

«Los británicos abrieron un intenso fuegde mortero sobre nuestro sector del frente



Con todos los esfuerzos que hacíamotratando de meter este coloso explosivo en eagua sin hacer ruido era angustioso pensar qu

ocurriría si era alcanzado por un proyectil dmortero. Precisamente esto mismo pensarolos miembros del equipo naval. Decidieroque su misión era imposible en esacircunstancias y se marcharon dejándonossolas con su “paquete”».

El puente no pudo ser volado. Lo

hombres de Richter no sólo eraconscientes de que los británicoestaban alerta sino que también parecíhaber un motivo para ello. Se podía oíun intenso tráfico de columnas quavanzaba por la carretera hacia ellodesde Hechtel. Los ruidos de motores

aumentando y apagándose durante l



noche, eran un siniestro presagio de lque vendría; «de vez en cuando spodían distinguir los faro

apantallados[38]».A lo largo de todo el frente s

descubrían signos reveladores de l

cada vez mayor actividad enemigaLa 719.a División de Infantería, en snforme diario del 16 de septiembre

daba parte de «continuo movimientmotorizado del enemigo de oeste a esten las carreteras al sur del canaAlbert». El Kampfgruppe Chill (85.División de Infantería) repetía lestimación del Alto Mando en snforme diario de situación: «el gra



ataque llegará en cuanto los británicoconsigan concentrar fuerzas de carromás poderosas en la orilla norte de

canal». El Kampfgruppe Walthenformaba que «intenso tráfico enemig

con los faros descubiertos fu

observado al sur del canal durante lnoche del 15 al 16 de septiembremostrando intenciones ofensivas»

Durante la noche siguiente «el ruido dmotores en la cabeza de puente mismndicaba que las nuevas unidade

acorazadas habían avanzado[39]». Y, e

efecto, así era. El grupo de los Guardiarlandeses que iba en vanguardia de l

División Acorazada de los Guardias

elementos de la 50.a División d



nfantería Northumbria británicocupaban sus posiciones de partidaantes del avance del 17.

Constreñidos tácticamente a avanzapor una sola carretera aislada, estoelementos de vanguardia de

XXX Cuerpo se sentían justificadamentnerviosos respecto a la recepción quban a encontrar. La inteligenci

británica estimaba que:«… unos seis batallones de infantería co

20 vehículos acorazados del 559.o Batalló

Anticarro aún estaban en disposición denfrentarse al avance del Cuerpo el 17 dseptiembre desde la cabeza de puente por lcarretera de Eindhoven».



Su apoyo de artilleríprobablemente no sería cuantioso ya quno parecía que se hubieran retirad

muchos cañones de las defensaanticarro de Arnhem y Nimega parapoyar a las tropas del frente. L

formación Panzer mencionada en lorumores parece haber sido consideradnexistente o demasiado débil para e

combate ya que no se hizo ningún uso della en el frente durante este período[40]

De hecho aproximadamente 1débiles batallones de infantería co

artillería limitada suplida con algunocañones anticarro y lo más importantecon unos 12 cazacarros, estaban e

posición de disputar la carretera d



Valkenswaard.El 1.er batallón de Kerutt de

Regimiento von Hoffmann furepentinamente desplazado a posicionede reserva en profundidad a lo largo ddicha carretera el 15 ó 16 d

septiembre.Por tanto este batallón se enfrentarí

a los elementos de vanguardia de lo

Guardias Irlandeses que venían por lcarretera hacia Eindhoven. Su puesto dmando estaba situado a 1 kilómetro medio al este de la carretera en Achte

de Brug. Las compañías estabadispersadas en posiciones biecamufladas en los bosquecillos a ambo

ados de la carretera.



La compañía anticarro del capitáBrocke situó sus cañones Flak de 75 mnuevos de fábrica a izquierda y derech

de la carretera. No había vehículoodoterreno disponibles par

remolcarlos, por lo que no se pudiero

escoger las mejores posicionesapartadas de la carretera con mayorearcos de fuego y mejor cobertura. Si

excepción, los cañones fueroemplazados a sólo unos pocos metrodel camino. Esto tendría consecuenciacatastróficas más tarde.

Para bloquear la carretera más atrásse preparó una emboscada para locarros enemigos 2 kilómetros y medi

ras las líneas, encargándose de ella l



sección de defensa de la plana dKerutt. Se cavaron pozos de tirador cocobertura superior a lo largo del bord

de la carretera. En ellos, infantearmados con Panzerfaust ocupabacierto número de posicione

estrechamente apoyados poametralladoras intercaladas. Una veque un carro de combate fuera puest

fuera de combate, sus tripulantes seríadespachados por las ametralladorascuya tarea secundaria era proteger a lohombres de los Panzerfaust de l

nfantería enemiga. Se apostaron treinthombres aquí para bloquear cualquieruptura acorazada.

El 16 de septiembre el Batalló



Penal 6 de la Luftwaffe fue golpeadpor una serie de bombardeos dartillería y morteros. Salva

ntermitentes cayeron arriba y abajo dos bosques a ambos lados de l

carretera. Proyectiles con las espoleta

de tiempo graduadas para estallar a laltura de las copas de los árboledestruyeron la cobertura y castigaro

aún más las trincheras sin techo.Encogidos de miedo en surincheras, estos suboficiales y oficiale

degradados de la fuerza aérea no tenía

preparación alguna para la lucha en efrente. El Major Veith, comandante debatallón, y su ayudante murieron durant

el bombardeo. La unidad se quedó si



efe 24 horas antes de que empezarGarden.

El Oberleutnant Heinz Vol

recordaba con escaso consuelo:

«La actividad aérea enemiga no er

particularmente inusual aquellos días. LLuftwaffe nunca aparecía. Por tanto, usimple ataque aéreo nocturno en laposiciones y áreas de reunión enemiga

constituía siempre una grata sorpresa

[41]

».

No parecía suceder gran cosa. Sinovedad en el frente.



IV. RETRATO DELSOLDADO ALEMÁN

EN HOLANDA,SEPTIEMBRE DE

1944

mos en una situación desesperada…

ebel (sargento) de la 712a División de

Infantería.



Pausa para cobrar aliento…

La aparente pausa en el avanc

aliado era inexplicable para el soldadalemán medio. Pero la aprovechó amáximo. Alfred Ziegler, un motoristmensajero SS en el batallón anticarro da Hohenstaufen, recordab

vívidamente el período de respiro antede la batalla de Arnhem:

«El descanso de ocho días que tuvimotras las catástrofes de Francia y Bélgica fudecisivo. Durante este tiempo no

reagrupamos y reequipamos. Por ejemplo



conseguí que repararan mi motocicletaRecibió un balazo de un “ Jabo” en vuelrasante que atravesó el bloque motor. L

tuvieron que remolcar [42]

».

El batallón de zapadores de Möllede la 9.a SS se preparó igualmente parfuturas operaciones. Reorganizado ahorcomo una compañía de Alarmeinheiten

contaba con entre 80 y 90 hombres

Todos los pelotones recibieron unametralladora MG42, mejora derivadde la antigua MG34 que incrementó e

gran medida la potencia de fuego ddichas unidades. Explosivos, materiade fortificación e incluso algún materiapara cruce de puentes y equipo d



ngenieros fueron provistos por locontactos de Möller en el cuerpo dejército. Möller estaba particularment

agradecido a su contacto «poproporcionar dos lanzallamas, qudemostraron ser especialmente útile

algunos días más tarde».El Rottenführer Wolfgan

Dombrowski también comentó l

situación del batallón. Había estado coél desde su origen e instrucción básicel año anterior. «Para entonces sólquedaban siete hombres en el batalló

que hubieran completado la instruccióde un año de duración en Dresden; naturalmente los reemplazos no estaba

an bien adiestrados». No obstante, la



cosas podían ser peores:

«Estábamos alojados en Brummen y pes

al rugido ocasional del fuego de artilleríadistancia, vivíamos felices casi como sestuviéramos en tiempo de paz[43]».

Al suroeste de Arnhem eStandartenführer Hans Michael Lippertde 47 años, al mando de la 5

Unteroffizierschule Arnheim, dirigía lopreparativos defensivos en el Waal entrel transbordador en Gorinchem y e

puente de carretera en Zaltbommel. EGeneral Christiansen, comandante eefe de los Países Bajos, acababa d

visitarle y agradecer a Lippert su



acciones para estabilizar la situación esu parte de la zona de combate dretaguardia. El torrente de tropas e

retirada se había reducido a un goteo. ALippert le entraban escalofríos dpensar lo que podría haber sucedid

apenas una semana antes, si lobritánicos hubiesen continuado eavance más allá del canal Albert. Sól

unos pocos batallones bloqueaban ecamino al Ruhr. «Lo que experimententonces en medio de esta riada dropas alemanas en retirada me traj

recuerdos personales de noviembre d1918. Se me hizo evidente que la únicforma de superar esta situación er

enfrentarse directamente a ella hast



dominarla».Su tarea se vio facilitada por e

hecho de que sólo tenía que controla

dos puentes. No había alternativa para ecruce del río en este punto debido a sanchura, profundidad, y rápida corriente

Los puentes eran custodiados y el pasregulado por sólo una sección en caduno. Lippert recordaba:

«En ambos puntos de cruce el torrente dsoldados alemanes se agolpaba, y luegpasaba al otro lado a empujones. Un caos dinnumerables vehículos, que llevaban todtipo de cargas imaginables, y no siemprsuministros militares, exacerbaba lsituación».



Los suboficiales de Lippercomprobaban los papeles de todo epersonal civil y militar que querí

cruzar. En el transcurso de dos días3000 rezagados aislados fueron reunidoen Woudenburg. Integrados e

«batallones de marcha» fueroasignados al Alto Mando de los PaíseBajos, responsable de administrar

controlar la retaguardia.Lippert era, como recordaba uno dsus jefes de pelotón, el 55 Junke

Lindemann, «un oficial de verdad, just

un caballero». Hizo formar a losoldados detenidos una mañana ddomingo en la plaza del mercado e

Thiel y trató de reprocharles su actitud



tendría que rendir cuentas ante un consejo dguerra[44]».

Estos batallones de marchmprovisados fueron inmediatament

enviados como reclutas para lo

batallones de Ersatz o instrucción dreemplazos. El frente en Holandconstaba de grupos de combatformados con los restos reorganizado

de las divisiones derrotadas en retiradacomplementadas por estos reemplazorápidamente readiestrados.

Primer Ejército



allschirmjäger …

El Primer Ejército Fallschirmjägesurgió del inesperado anuncio de Görina Hitler de que la Luftwaffe de repentpodía ofrecer una reserva de 20 00

hombres para paliar el agudo problemde la escasez de hombres. Alistadoprincipalmente en los regimiento

allschirmjäger controlados por luftwaffe, se trataba de los aspirantes

pilotos, observadores, navegantes radiotelegrafistas que fueron sacados das escuelas de adiestramiento de luftwaffe, ahora innecesarias. Aunqu

sin instrucción alguna para su misión



ucharían tenazmente, compensando snexperiencia con valor y entusiasmo

Este conjunto de jóvenes novatos

escogidos entre los mejores reclutas dAlemania, todavía tenían quexperimentar la carnicería y l

decepción de combatir como soldadode infantería. Hasta que lo hicierandemostrarían ser adversario

formidables. Pero, antes que nadaenían que ser adiestrados.El Oberleutnant Heinz Vol

proporcionó un relato que ilustra e

grado de instrucción de estoallschirmjäger 48 horas antes de se

empeñados en la cabeza de puente d

eerpelt. El 1.er batallón del regimient



von Hoffmann se preparaba para lbatalla en su área de reunión cerca dTilburg. Toda la munición que iba a se

distribuida estaba apilada en un graneral lado del puesto de mando debatallón.

«Había una gran cantidad de alto explosivalmacenada en este lugar. Una mañana mencontré con el suboficial armero que querí

preparar los Panzerfauste para el disparoÉste me indicó que desconocícompletamente el manejo del arma, puestque provenía o de la aviación o del cuerpo d

transmisiones por lo que solicitó unexplicación de sus procedimientos de manejy disparo. Entretanto, otro suboficiainteresado también se acercó. Le puse eseguro al Panzerfaust ya armado par



demostrar cómo armarlo de nuev(haciéndolo indiqué claramente limportancia del botón rojo de disparo

entonces, para mi consternación, uno de ellolo apretó. El resultado fue el que era desperar. Sólo vimos humo y llamas y comvoló el proyectil contra la puerta del granera cinco metros de distancia. Nos dimocuenta de que sólo nos quedaba un segundo dvida. El proyectil golpeó la puerta… y cayó asuelo como una piedra. Por suerte el armerhabía insertado el detonador y la carg

explosiva en el sitio equivocado. De esmodo no sólo salvó nuestras vidas, sino qurecibió una demostración beneficiosa de leficaces que serían los Panzerfauste qu

había preparado contra los carroenemigos[45]».

El 1.er batallón del Regimient



allschirmjäger 2 del Mayor Finzel eruna unidad igualmente formada a todprisa. Entró en combate contra la cabez

de puente de Beringen el 8 dseptiembre, poco después de que lobritánicos asaltaran el canal Alber

Formado sólo tres semanas antes, suotros dos batallones hermanos estabacercados y luchando para sobrevivir e

a fortaleza de Brest en Francia. Sólquedaba el 10 por ciento de su personaparacaidista original. Estos veteranoque participaron en los asaltos aéreos e

Holanda, Corinto y Creta anteriormenten la guerra, ahora formaban el núclede los nuevos regimientos. La mayorí

de ellos habían sido heridos



retomaban después de haber servido eotras unidades. Los reclutas eramuchachos de 17 ó 18 años mu

bisoños. El liderazgo del 1.er batallórecaía en un puñado de estos hombreexperimentados; reforzados por 2

oficiales cadetes, sargentos mayores suboficiales superiores transferidos depersonal del Ministerio del Aire de

eich. Ninguno de estos últimos teníexperiencia en el frente[46].El Oberstleutnant von der Heydte

al mando del Regimientallschirmjäger 6 , no estab

convencido a pesar de la postura oficiade que el residuo de veterano

supervivientes en su unidad fuer



suficiente para mejorar laposibilidades de supervivencia de sureemplazos. Empeñado demasiad

prematuramente en el sur de Holanda comienzos de septiembre, después dhaber sido reducido a 60 hombres apto

en Normandía pocas semanas antesopinaba que:

«… la eficacia combativa del regimientera baja. Todavía no tenía ninguna cohesión; los jóvenes reemplazos que formaban el 7por ciento de la unidad tenían muy pocinstrucción o ninguna. Cientos de lo

soldados de este regimiento nunca antehabían sostenido un fusil entre sus manos, ¡hicieron el primer disparo de su vida ecombate! Además, varios miembros de

cuerpo de oficiales eran incapaces d



desempeñarse de acuerdo con lo que sesperaba de un oficial».

Se mostró particularmente mordaz esu crítica del Batallón Penal 6 de l

uftwaffe, que también servía con e

ampfgruppe Walther. «Su personaestaba compuesto en gran medida pooficiales degradados. Sus mandos erancapaces y su equipo era el peo

maginable. ¡Los hombres aún vestíauniformes tropicales[47]!».

No obstante, los comandantes de la

unidades, como en el caso deregimiento von Hoffmann, hicieron lque pudieron en el escaso tiemp

disponible. Durante los pocos días e



os que se concentraron en torno Tilburg, antes de ser asignados a

ampfgruppe Walther, fueron bie

equipados con armas ligeras anticarrosobre todo Panzerfauste. Los problemasurgieron cuando se trató de llevar

cabo la instrucción necesaria en su usopuesto que muchos de los oficiales suboficiales así como los reclutas

acababan de ser transferidos de planamayores, transmisiones, artilleríantiaérea o aeródromos. Sólo los pocoveteranos disponibles estaban e

disposición de impartir, al menos, lorudimentos de la instrucción dnfantería antes de que partieran a

frente.



La Wehrmacht

Entretanto, la línea del frente seguí

sostenida por los restos de lamermadas unidades de la Wehrmach

Aunque aparentemente en calma, sproducían ataques aliados para intenta

mejorar las posiciones tácticas locales privar a las fatigadas tropas alemanas dcualquier oportunidad de descansar e

a línea. Un sargento de la 712.División de Infantería al oeste dAmberes escribió en su diario el 13 d

septiembre, durante un punto muerto d



a campaña:

«Cerca de Bath un convoy fue ametrallad

por cazabombarderos. Vendamos a los heridoy los enviamos de vuelta. Tenemos que dejarlos muertos tendidos en la calle, pues con locazabombarderos sobrevolando cualquie

movimiento innecesario puede ser fataAlgunos de los muertos están tan mutiladoque son irreconocibles. Uno de nuestrocamaradas se suicidó ahorcándose. Durante l

noche aviones británicos arrojan bengalas atacan con cazabombarderos. Estamos en unsituación desesperada[48]…».

La estructura y psicología de launidades de la Wehrmacht qudefendían el sur de Holanda e

septiembre de 1944 habían sufrido un



ransformación que los diferenciaba dos ejércitos apostados en la Muralla de

Atlántico en junio. En primer lugar

principal, estaban los veteranos o alt

asen. Muchos habían sido heridopreviamente, cierta proporción po

ercera o cuarta vez.Estos soldados preferían tras l

convalecencia regresar a sus unidade

anteriores, preferiblemente a la mismcompañía, donde se podían reunir coos amigos y servir bajo oficiale

conocidos. Aunque pocos en número

os recuperados eran los refuerzos mávaliosos. Los veteranos desarrollaban spropia y peculiar «atmósfera del frente»

un firme sentido de la camaraderí



ntensificado por el peligro. Servíabajo las reglas aceptadas del deber pere daban un rostro humano, aportando l

flexibilidad requerida para qufuncionara un sistema que de otro modsería riguroso e intransigente. Por ell

podían generar un sentimiento d«pertenencia» y «espíritu de cuerpoesencial para que una unidad de combat

uviera cohesión y aguante.El segundo elemento eran losoldados jóvenes e inexpertos, nacidoentre 1924-26, que ahora llegaban e

oleadas como reemplazos. Antes de labatallas de la invasión en junio y julipodían haber recibido 12 semanas d

nstrucción; ahora pocos podía



presumir de tener tantos días. Lmayoría eran voluntarios altamentmotivados, convencidos por s

educación nacionalsocialista de qupodían lograr la victoria finalDisciplinados y voluntariosos, s

concepción heroica del servicio iba sufrir una amarga decepción.

Por primera vez empezaban

aparecer reclutas de mayor edad. Lopadres de familia de hasta 40 añoestaban mezclados con otros reclutaanteriormente exentos: obreros fabrile

no esenciales, dependientes de comerci funcionarios de bajo nivel que habíaenido la esperanza de permanecer en e

eich hasta el final de la guerra. Tra



una corta instrucción, fueron transferidoa las unidades; a menudo cuidaban dos muchachos en sus unidades con l

misma preocupación paternal quhabrían mostrado con sus propios hijode no haber sido por la guerra.

El verdadero problema eran loelementos alistados a la fuerza físicamente inválidos que formaban e

cuarto grupo. Los reclutas forzosos eraprácticamente inútiles. Los «Hiwis» ilfswillige (auxiliares voluntarios

eran polacos, checos, o alemanes d

Alsacia, a menudo empleados en launidades logísticas. No eran aptos parel combate y a menudo desertaban a l

primera oportunidad que se presentaba.



La dificultad, como pasaba con e1.er Ejército Fallschirmjäger , era la dadiestrar rápidamente y asimilar a todoestos elementos que entraban en servicien septiembre de 1944. La experienciaconsejaba que sólo la obedienci

ncondicional de las órdenes permitiera las unidades sobrevivir cuandestaban empeñadas en un combat

prolongado. Por tanto la disciplina errigurosa, incluso draconiana, mientraque se exigía sin concesiones cumplicon los conceptos militares de «deber

orden». Algunos tipos de unidadesestaban al margen de todo esto, eparticular las de inválidos.

Para ser aceptado en un batallón d



«oídos» el recluta tenía que probar questaba sordo, o faltarle o tenegravemente dañada una o las dos orejas

unto con una invalidez adicional menocomo faltarle un dedo o reumatismo. Ladificultades consecuentes en el frent

podían ser prácticamente insalvables:

«Las órdenes verbales sólo podían darsmediante una serie de gestos frenético

Inspeccionar a los centinelas de noche era untarea arriesgada que destrozaba los nerviodado que los hombres de guardia no podíaoír acercarse a nadie. Por tanto, cuando veía

surgir de súbito a alguien en la oscuridaddisparaban primero y después trataban daveriguar quién era. En un batallón de oídomataron a dos sargentos de guardia de est

forma poco después de que la unidad entrar



en combate. Las bajas causadas por el fuegde artillería eran también elevadas en excesporque los hombres no podían oír el sonid

de las granadas que se acercaban y por tantse ponían a cubierto demasiado tarde[49]».

Los miembros de una de esta

unidades, la 176.a División dnfantería, sostenían la línea a lzquierda de la División Paracaidista d

Erdmann. Otra unidad, que pronto svería involucrada en las batallas darket-Garden, era de calidad similar

Uno de sus soldados recién reclutadode 24 años, cuando llegó comentmordazmente en su diario:

«Hoy fui transferido al 42 Batallón d



ametralladoras de fortaleza como mensajeroDestino: El Muro del Oeste. Este batallóestá compuesto por soldados de la Landsturm

medio inválidos, hallé que muchos de elloestaban idos mentalmente. Algunos tenían ubrazo amputado, otros tenían una pierna mácorta, etc… Un triste espectáculo. Se llamaasí mismos en broma “V2, V3…”, vaymontón de payasos[50]».

Creencias y preocupaciones…

¿Qué era lo que motivaba parseguir luchando a estos dispares y manstruidos elementos del ejército alemá

en septiembre de 1944, de l



Wehrmacht , SS, Fallschirmjäger

uftwaffe, Marina o «estómagos oídos», cuando la guerra en aque

entonces ya estaba tan claramentperdida?

Alfred Ziegler recuerda el ambient

en la SS Panzerjäger Abteilung 9 de lohenstaufen, reorganizado como un

compañía de infantería de respuest

rápida en vísperas de Market-Garden:«La moral era buena pero no no

hacíamos ilusiones de que la guerra y

hubiera acabado. El chiste que se decícuando nos enviaron a Tamopol en Rusia er“vamos de camino a escoger un bonitbarracón en Siberia”. Las cosas mejorarocon la invasión de Normandía, ¡ahora era má



probable que acabáramos cortando leña eCanadá! Uno de mis mejores amigos me dijen confianza: “No te hagas el héroe, la guerr

está perdida”».

El Rottenführer WolfganDombrowski, ahora parte de

ampfgruppe Möller de zapadores, otrlarmeinheit de la Hohenstaufen, er

más filosófico, pero en sentido práctico

«Pensábamos que la guerra probablementacabaría pronto. Pero debe tener en cuentque las clases de tropa tenían sólo 18 ó 1

años. Nuestros oficiales tenían 24 ó 29¡Todavía eran jóvenes! Las cuestiones máprofundas de la vida no nos preocupabademasiado. Estábamos preparados para segu

combatiendo[51]

».



Los reveses catastróficoexperimentados por la Wehrmacht tanten el este como en el oeste en el veran

de 1944 servían para subrayar eprincipal factor que los mantuvo a todounidos hasta el final: una concienci

creciente de que la Patria estaba ahoren peligro. Este factor por sí sólprobablemente incentivó la voluntad d

resistencia más que toda la propagandnazi. Rara vez se expresababiertamente el temor a que la guerrestuviera perdida y, ciertamente, no l

mencionaban los oficiales y suboficialea los soldados rasos. Las dudas sobre ufinal feliz habrían debilitado l

resistencia. Y el único final feli



concebible en aquella época debía sedefender las fronteras del Reich negociar para conservar el statu qu

anterior a la guerra con la ayuda de lanuevas «armas maravillosas», la V1 a V2. Nadie podía imaginar la

consecuencias de una derrota totancluso en medio del desastre de l

bolsa de Falaise en Normandía, un cab

escribió a su esposa el 18 agosto:«Tuvimos que retirarnos a toda prisa. E

resto de unidades se retiró sin disparar un tir

y nos hicieron quedarnos para cubrirlas… mpregunto qué será de nosotros. La bolsa yestá casi cerrada, y el enemigo ya está eRouen. No creo que vuelva a ver nunca mhogar. Pese a todo, luchamos por Alemania



nuestros hijos y no importa lo que nos paseAcabo con la esperanza de que ocurra umilagro y vuelva a ver mi hogar [52]».

En cualquier caso, el soldado nuncencontraba la paz y la soledanecesarias para pensar sobre el curso da guerra. Su preocupación inmediat

era la supervivencia. El temor universano era la muerte sino algo peor: el qu

uno no saliera de la guerra cuerdo entero. Nadie quería morir heroicamento sufrir una mutilación a esas alturas

Para la mayoría, y particularmente paros veteranos, el período de máansiedad era aguardar en las áreas dconcentración antes de entrar e



combate. Los bisoños reemplazomostraban una feliz ignorancia, hastque les llegaba el dudoso privilegio d

a experiencia en combate.Por tanto, la supervivencia era u

ema más importante en el frente que l

política y el partido. De vez en cuandhabía quejas sobre los «peces gordodel partido» allá en casa. Cuando en la

cartas de sus familias se comentaban loescándalos de importantes miembros departido, la respuesta solía ser «esperaa que volvamos a casa y ya ajustaremo

cuentas…». Pero tales declaracionerara vez eran tomadas en serio por looficiales superiores que censuraban l

correspondencia, prestando poc



atención a tales desahogos. Después dodo, quejarse era la prerrogativa de

soldado del frente. Desahogarse hací

más bien que mal. Lo que ersignificativo es que las quejas sobre loerarcas del partido nunca alcanzaban a

ührer , quizás todavía quedara unmedida de confianza o fe ciega hacia éUn comandante de batallón se hizo ec

de la opinión de sus hombres cuandescribió después de la guerra:

«No sabíamos lo tensa o desesperada qu

era la situación en el frente, y tampocsabíamos nada del impacto negativo qutenían las diferencias entre Hitler y sugenerales sobre las decisione

operacionales[53]».



Era inevitable que la repentinafluencia de personal médicamente napto y mal adiestrado causara un seri

deterioro en la moral de las fuerzaalemanas en Holanda. Pero los soldadoseguían dependiendo de las emisione

de radio, de los periódicos del frente, da correspondencia y de las órdene

para conocer la situación general. L

que un soldado veía personalmente tenígran impacto y la retirada de Francia leabrió los ojos a muchos, sin embargo nera de esperar que se organizara un

oposición en masa a la guerra. Ldisciplina estaba muy arraigada, y losoldados agradecían las medidas d

organización y control instituidas en lo



diversos piquetes de recepción. Lohorrores de la retirada anunciaban ucolapso potencial que pocos podía

maginar o ni siquiera pensar en ello dforma subconsciente.

En efecto el «sistema» los mantuv

unidos. La formación de una línedefensiva a lo largo del canal Albert comienzos de septiembre era un ejempl

lustrativo de la capacidad drecuperación del Estado Mayor Generaalemán para retrasar la derrota totaMartin van Creveld[54] ha escrito obra

que sugieren que el Ejército alemánfligió más bajas por cabeza a su

enemigos que cualquiera de su

adversarios aliados durante la Segund



Guerra Mundial. Esto se consiguimediante el desarrollo de unnfraestructura militar dedicada cas

exclusivamente a las operacionesConstruida para servir las necesidadeoperativas, sociales y psicológicas de

combatiente; produjo mayoconcentración de «poder combativopor unidad que cualquier otro Ejércit

aliado. El Estado Mayor General alemáugaba un papel clave en todo esto. Urabajo de planificación inteligente

preciso por parte de cuarteles generales

que seguían funcionando pese a laniquilación de las unidades dcombate, jugó un papel clave par

restaurar el orden entre los comandante



del frente abrumados por crisis localesLos soldados alemanes ansiaban orden combatían mejor cuando estaba

organizados.En los niveles inferiores, los lazo

de camaradería también mantenían l

cohesión. Las privaciones compartidaproducían amistades estrechas, qusignificaban más que la identificació

con el Führer y el Reich llegada la horde combatir y morir. El ejército tuvestos lazos en cuenta a la hora destructurar el sistema de instrucción qu

o sustentaba para el servicio activoLas divisiones eran responsables dadiestrar a sus propios reclutas e

batallones de reemplazo, Feldersatz



cuyas tres compañías estaban destinadaa nutrir los tres regimientos quformaban la división. Al completar l

nstrucción, los reclutas se encuadrabaen «batallones de marcha», que eraunidades completas que podían se

empeñadas como refuerzos en cualquieetapa durante su viaje al frente si lsituación local lo requiriese. Este era e

sistema adaptado por los centros drecepción situados tras la línea defrente en el sur de Holanda. Allí, la«unidades de marcha» a menudo era

empleadas a causa de la necesidadantes de que tuvieran la ocasión dformarse una identidad como unidad

Una de las maneras de fomentar l



dentidad era denominar la unidad con enombre de su oficial al mando; poejemplo, los Kampfgruppen «Walther»

«Chill», «Möller» y demás. El cuartegeneral normalmente conocía lpersonalidad de los oficiales en cuestió

con el tiempo los soldados podíasentir cierto grado de asociación con sucomandantes. El sistema era preferible

a asignación de un número a la unidadnúmero que, aparte de ser impersonaservía para confundir al cuartel generaal hacerle creer que las formacione

estaban más completas de lo qurealmente estaban. Un Kampfgrupp

como el Frundsberg o el Hohenstaufe

se reconocía por lo que su propi



nombre implicaba: los restos de ungran unidad que ahora tenía la fuerza dun grupo de combate.

El contacto personal con las familiaen casa también tenía un impacto sobra moral combativa en el frente. A pesa

de las restricciones, las cartas qulegaban de casa no necesariament

concordaban con los boletines oficiale

publicados. Esto podía ser inquietantpara algunos. No obstante, la principapreocupación para los soldados defrente era la seguridad de las familias

expuestas a todo el rigor de la campañde bombardeo aliada.

Doris Dantscher tenía 71 año

cuando sufrió los efectos de lo



bombardeos en Múnich. Su carta escrita sus hijos el 20 de julio es típica de locientos recibidas por las tropas en e

frente. Acababa de ser evacuada Miinnerstadt en la baja Franconia.

«Desde el jueves ya no tenemos techsobre nuestras cabezas, lo hemos perdidtodo. Sucedió todo tan rápido que no pudimosalvar nada; sólo ha quedado lo que estaba e

el sótano, que resistió… la casa estcompletamente quemada… Padre consiguidespejar con la pala la entrada al sótano de lparte de atrás. Es imposible entrar desde lcalle, hay que ir por la Zentnerstrasse, pasar por el jardín para entrar… Johanna msacó de este infierno el lunes, y me llevóMiinnerstadt. Padre sigue todavía en Múnichy me preocupa mucho ya que tiene que vivir

dormir en el sótano… Espero que siga vivo



ya que el 18 y el 19 hubo intensos ataquecontra Múnich… Aún no puedo hacerme a lidea de que ya no tenemos un hogar. E

nuestra desgracia somos afortunados de tenea la tía Johanna, con la que hemos conseguidrecuperarnos. Quién iba a pensar cuanddejasteis la casa de vuestros padres por últimvez que sería para siempre. Todo lo que noera querido tuvo que ser abandonado… Npudimos cambiarnos durante cinco días. Nhabía agua, ni luz, ni gas. Fue un alivio podelavarnos en Miinnerstadt[55]».

Cartas similares, que a menudlegaban con retraso, tenían un efect

particularmente negativo sobre la morade los interesados. En ocasiones talenoticias ni siquiera eran comunicadas

Cuando lo eran, los oficiales superiore



rataban de suavizar el golpe pontermedio de camaradas que tuviera

amistad estrecha con el interesado. La

reacciones variaban pero generalmentversaban sobre «el sinsentido de luchasi matan a nuestras familias en casa»

«¡para qué escuchar los discursos sobras armas maravillosas cuando luftwaffe ya no puede derribar a lo

bombarderos enemigos!». Los soldadode las provincias occidentales dAlemania se preocupabaconstantemente por sus familiares hast

que éstos eran evacuados.Las noticias sobre las atrocidade

perpetradas por el Ejército Rojo e

Prusia Oriental y las continuas tragedia



causadas por la ofensiva de bombardeocreaban a los llamados verrückt

elmuts (los Helmut locos). U

veterano Fallschirmjäger contaba qu«había uno en cada pelotón». Lohombres que lo habían perdido todo

familias, novias, hogares, quedabadespersonalizados por la desesperación

o les quedaba nada por lo que vivir

excepto quizás combatir y vender carasus vidas para cobrarse venganza. Talendividuos, impredecibles, se convertía

en mortales adversarios para e

enemigo, a pesar de su inadecuadadiestramiento, pero su temeridafanática tenía que ser vigilad

constantemente por sus mandos.



Todos estos factores tuvieron umpacto colectivo en la calida

combativa en el frente. Quizás l

emoción primaria que motivaba lenacidad alemana en esta fase de l

guerra y que a menudo no se admite

fuera el temor de que pronto estaríaguerreando en sus propias calles plazas, y que estaba unido a un deseo d

proteger la patria y las familias contros mismos crímenes que fueroperpetrados por los Ejércitos alemaneen sus propias campañas hasta la fecha

Sería inexacto decir que ésta era unsensación de culpabilidad por la guerra que el pleno alcance de la matanz

sistemática de judíos e «indeseables



sólo estaba empezando gradualmente hacerse público. La mayoría de loalemanes, como ellos mismos afirman

no tenía conocimiento de las atrocidadeperpetradas en el inframundadministrado por el brazo político de la

SS. Pero había suficientes pruebavisibles como para hacer sentir inquieta cualquiera. Esto producía un

resignación fatalista: una conciencia dque el Reich había «quemado sus naves que la única salida era seguiuchando. En aquel momento, esto n

estaba claro para el combatiente que yenía bastante con la presión de lo

acontecimientos. Empezaba a surgir un

sensación de inquietud, que se presentía



aunque aún no estaba definida. El diaridel Oberstleutnant Fritz Fullriede, quan a menudo criticaba la dirección d

as operaciones durante este período, nmuestra emoción alguna. Lo que eligino contar en algunos aspectos es má

significativo que lo que sí cuenta. Tradiscutir la situación con sus camaradaen el comedor de oficiales en Utrecht e

2 de septiembre, escribió en su diario:«El Frente del Oeste está acabado, e

enemigo ya está en Bélgica y en la fronter

alemana; Rumania, Bulgaria, Eslovaquia, Finlandia piden la paz. Es exactamente comen 1918».

Para aquella generación, el añ



1918 era el equivalente al año ceroHabría que volver a empezar de nuevpartiendo de la nada. Pero no va má

allá de esa declaración. Termina lentrada anotando sencillamente:

«… por la noche estuve en un clunocturno que estaba muy bien, pero parecque era el único alemán presente[56]».

Para 1944, la Wehrmacht y laWaffen SS no eran totalmente ajenas as atrocidades cometidas por ella

mismas hasta entonces. Las divisioneque estuvieron en campaña en el Frentdel Este, que eran la mayoría en esfecha, habían presenciado el trato que s



daba a los partisanos y a los prisionerosoviéticos. Por consiguiente, sesperaba poca piedad de los aliados e

conjunto y ninguna de los rusos. De 5,millones de prisioneros de guerrsoviéticos, 3,3 millones perecieron en e

cautiverio; y aquellos desdichadoalemanes que fueron cercados por losoviéticos tras el colapso del Grupo d

Ejércitos Centro estaban recibiendo emismo trato.Los informes oficiales alemanes s

referían a los partisanos com

«bandidos». No había lugar en lorganizada mentalidad militar alemana en su doctrina táctica para tratar co

civiles irregulares. Históricamente as



sucedió desde la guerra franco prusiande 1870 a la Primera Guerra Mundial ahora en la Segunda. El fracaso de lWehrmacht a la hora de comprender lmentalidad de la «guerrilla» fue eresponsable de su incapacidad par

enfrentarse a los alzamientos a graescala de la Resistencia por cualquieotro método que no fuera el terror.

Miles de soldados habían siddestinados a tareas de policía en lazonas de retaguardia del Frente del Estencapaces de lidiar con el mism

fenómeno en el Frente del Oeste, sprodujeron atrocidades, como las dVercors y Oradour-sur-Glane. Lo

partisanos holandeses, ya fuera



apresados o sospechosos de serlo, menudo eran fusilados en el acto. Hubejecuciones cerca de Arnhem poco ante

de los lanzamientos paracaidistas.En 1944 la derrota rondaba a

ejército alemán en Holanda. Incluso s

hubiera habido dudas sobre las dotes dmando del Führer tras los desastreanto en el Este como en el Oeste en e

verano de 1944, la intimación aliada a «rendición incondicional» provocuna visceral respuesta instintiva de quno había otra salida salvo segui

uchando. Difuminó las diferencias entrnazis y contrarios a los nazis. Unencuesta aliada realizada a prisionero

alemanes[57] revelaba que en una unida



ípica, los nazis fanáticos, los apolítico los antinazis estaban más o menos

partes iguales. Los nazis era

considerablemente más numerosos tantentre los oficiales subalternos como eos suboficiales y éstos, como puntal d

a tropa, eligieron seguir luchando. Srespuesta sarcástica, que rezumabhumor negro, era: «Disfrutad de l

guerra mientras podáis, porque la paserá terrible[58]».



V. LOSLANZAMIENTOS

da putada! ¡Hay dos divisiones deparacaidistas encima nuestro!

el Estado Mayor de Model.

ParacaidistasEl Oberleutnant Heinz Volz, en l

cabeza de puente de Neerpelt con e



regimiento Fallschirmjäger voHoffmann, recuerda que «el 17 dseptiembre comenzó como cualquie

otro día de los anteriores, un hermosdomingo de otoño, soleado y templado»La actividad en el frente era tranquila

El general Reinhard, comandante deLXXXVIII Cuerpo, visitó los cuartelegenerales tanto de la 719.a Divisió

como de la 85.a

, como era su rutinnormal. La actividad aérea smencionaba de pasada en los informediarios de todas las formaciones, perno ocupaba más espacio que el de lacondiciones meteorológicas y no suscitcomentario alguno.

Entretanto, 435 aviones británicos



983 americanos comenzaron ebombardeo preliminar de las posicionede la Flak y las zonas de aterrizaje par

el asalto aerotransportado. Los ataquecontinuaron durante toda la mañana perno fueron considerados como alg

particularmente raro. Los enjambres dbombarderos pesados que volaban haciAlemania eran una rutina diaria.

Sobre las 11:30 ulularon las sirenaen el aeródromo de Deelen al noroestde Arnhem: « Flieger Alarm!». Usalvaje ataque aéreo redujo a escombro

as posiciones de la antiaérea y locuarteles de la Luftwaffe. Borboteabanubes de humo negro en Arnhem y su

alrededores. En la Wilhelmsplein, e



conocido Café Royale estuvo pronto elamas. El cuartel Wilhelmskaserne fu

golpeado por bombas pesadas. La ond

de choque de la explosión derrumbalgunas paredes y el incendio destruyel resto, sepultando a muchos soldados

Otros cuarteles de la Wehrmachambién fueron alcanzados: el d

Menno-von-Coehorn y el de Sachsen

Weimar en la carretera del norte quconducía a Apeldoorn. Este último habíalojado a la SS-Unteroffizierschul

rnheim antes de que fuera trasladada

a costa. Empezaron a estallar lopolvorines. El caos se adueñemporalmente del centro de la ciudad

cierto número de tranvías fuero



abandonados en las calles.Los garajes de la Wehrmacht e

loemstraat así como el almacén eeekstraat , la estación y otros lugare

fueron dañados todos. Se podía vecomo surgía humo en la dirección d

Wolfheze donde explotó un polvorícerca del manicomio, y el asilo dancianos fue incendiado por cazas qu

ametrallaban el ferrocarril Ede-ArnhemHizo falta mucho trabajo para limpiaos escombros y rescatar a lo

sepultados. El Hauptsturmführer Sep

Kraft, que contemplaba las escenas ddesolación que surgían en derredordecidió alertar a sus tropas, (el Batalló

anzergrenadier de Instrucción



Reemplazo 16), y trasladarse a lprotección ofrecida por los bosques aoeste de Arnhem.

A las 12:00 fueron bombardeadoos cuarteles alemanes en Ede. E

Obersturmführer Labahn, al mando d

a compañía de plana mayor deBatallón SS de Instrucción Reemplazo 4, fue despachado par

ayudar:«Mientras se apagaban los fuegos, u

segundo rosario de bombas cayó sobre lo

cuarteles de Stevin y en las trincheraantiaéreas que había en el exterior. Lcompañía tuvo 11 muertos y 30 heridos eeste ataque. Poco después de recuperar lomuertos y transportar a los heridos al hospita



de Arnhem, llegó el siguiente ataque. Dnuevo, la ristra de bombas cayó en medio dlas instalaciones llegando hasta el cuartel d

Beeckmann. Las pérdidas causadas por estataque sólo podían ser estimadas, ya que lmayor parte de los heridos tuvieron que sellevados inmediatamente a los puestos dsocorro para ser atendidos. Por tanto, se hizimposible un registro preciso[59]».

Por mucha consternación qu

causaran estas bajas, simplementreproducían lo que ya había ocurrido e

ormandía semanas antes. Nadi

consideraba extraño que camaradanerviosos se tiraran de un salto a lcuneta o a una zanja al oír el ruido daviones acercándose, no era un



novedad. En cualquier caso, la vidpermaneció tranquila en todas las otrapartes no afectadas de la retaguardia e

Holanda. Los informes diarios de launidades se ocupaban casexclusivamente de asunto

administrativos y de rutina. Hubmuchas preguntas y comprobaciones eel « Korps Feldt» sobre quién er

responsable de las demoliciones dpuentes en su zona, y sobre cuál debierser su estado de alerta. EGeneraloberst Student solicitó aWehrkreis VI que le proporcionara umapa con la situación de todas suunidades al este del río Mosa. Las área

de responsabilidad de las unidade



estaban siendo definidas de acuerdo coa rutina normal de los estados mayores

Hacia el oeste los primeros rayos d

sol del amanecer rompieron sobre lfuerza aérea a medida que sobrevolabel Canal de la Mancha. Apareció u

amplio rayo de sol, luego un segundo un tercero mientras se aclaraba el cielprogresivamente. Volando ya en cielo

despejados, se hizo evidente lextensión de la armada. Las siluetas daviones y planeadores se fundían unacon las otras como una masa única

Cientos y cientos se extendían en ldistancia hacia las nubes al oesteDocenas de bimotores Dakota volaba

en formaciones de tres, seguidos po



grupos de cuatrimotores Halifa

remolcando planeadores, que se mecíade un lado a otro. Parecía una tarta aére

de varios pisos. Los aviones dransporte volaban en medio co

cobertura de cazas volando a tres altura

distintas.Una fuerza de 1545 aviones d

ransporte y 478 planeadores despeg

aquel día de los aeródromos en torno Swindon, Newbury y Grantham. Ibaescoltados por 1131 cazas. La corrientde aviones tenía 16 km de ancho y 15

km de largo. Jamás se había visto nadparecido.

El Obersturmbannführer Walthe

Harzer, al mando de la 9.a División S



anzer Hohenstaufen, se dirigía ecoche a Hoenderloo acompañado doficiales de su estado mayor par

condecorar a Gräbner, el comandante dsu batallón de reconocimiento con lCruz de Caballero. Gräbner ganó est

condecoración en Normandía. Schwarzel jefe de estado mayor de Harzer, ya shabía marchado a Siegen par

supervisar el futuro reequipamiento da división. Todos los pensamientoestaban puestos en la posibilidad de upermiso en Alemania. El Oberführe

Harmel, al mando de la 10.a División Sanzer Frundsberg , estaba en Berlí

negociando en persona un

reconstitución más rápida de su propi



división.Entretanto, la corriente de avione

seguía adelante. Lo único que señalab

a costa de la inundada Holanda era unarga franja de tierra, parecida a

espinazo de algún dinosaurio extinto. A

medida que fueron volando tierradentro, el agua gradualmente dio paso enguas de tierra y luego a campo

enteros, a canales y a bosques quresplandecían bajo el sol. Parecía nhaber rastro de poblaciones. Tras everde intenso del paisaje inglés, e

verde del continente les parecía alggris a los que iban a bordo, como sestuviera cubierto de polvo o alg

marchito.



Los soldados de las bateríaantiaéreas no parecían muy preocupadocuando los primeros puntos s

aproximaron por el oeste. Ya habíasido atacados antes. De hecho, durantoda la mañana la intensa activida

aérea les había tenido ocupados sidescanso. Los puntos se fueromultiplicando y engrosando a medid

que el enjambre se acercaba. Su llegadfue anunciada por un siniestro y gravzumbido que se transformó en rugidcuando el cielo encima de ellos se llen

de aviones. Un crescendo de ruido quaumentaba y disminuía cuando laoleadas sucesivas pasaban por encima

Tras los aviones de transporte venía



os silenciosos planeadores, con sdelgado cable de remolque a vecedestellando al sol.

Los soldados del Batallón dnstrucción y Reemplazos Herman

Göring se relajaban al sol en l

posición costera de Katwick an ZeeHerbert Kessler, un joven suboficiarecordaba que era:

«un domingo maravillosamente soleadque parecía uno más de una serie de días dotoño encantadores y tranquilos. Al menohasta la tarde… De repente el aire se llendel ruido de motores, todos loemplazamientos cercanos de cañoneantiaéreos empezaron a disparar, y losoldados se miraron unos a otros llenos d

asombro cuando se dieron cuenta de que lo



aviones llevaban planeadores a remolque[60]»

En Arnhem, Wolfgang Dombrowskottenführer en el batallón d

zapadores de Möller, disfrutaba de «udía maravilloso». Había oído e

bombardeo de la mañana y pensó que eaeródromo de Deelen había sidatacado. Aún así:

«A nadie se le ocurrió que nos pudieraatacar desde el aire. Por tierra, quizás, perno desde el aire. Nos dábamos cuenta de qulos aliados tenían problemas logísticos».

El patrón establecido en Normandíera el de contactos iniciales en tierr

seguidos de una retirada a tiempo par



eludir el inevitable bombardeo masivde alfombra. Una columna de humgigantesca se alzaba sobre Arnhem, per

¿qué más daba? No se esperaba uataque.

A Alfred Ziegler, un joven motorist

mensajero que servía en el batallóanzerjäger de la 9.a SS, le gustab

Arnhem. Tras la carnicería d

ormandía, «Arnhem y Oosterbeek erauna visión maravillosa». Después de suexperiencias, estar en un lugar tranquilera la excepción y no la norma.

«Me quedé asombrado al ver una ciudad un pueblecito tan bonitos. Eran muy distintoa mi hogar. Eran casas de aspecto adinerad



con jardines pulcramente trazados. Inclussus callecitas estaban adoquinadas asfaltadas. Carriles para bicicletas corrían a l

largo de las carreteras. Eran útiles parconducir por ellos porque proporcionabamejor cobertura para no ser visto desde eaire[61]».

Ziegler esperaba conseguir upermiso aquella tarde pero no lo obtuvo

o pasó la revista de su sargent

primero, y tuvo que coser la costura dos fondillos de sus pantalones d

camuflaje antes de poder salir.

Otros no tuvieron ni siquiera loportunidad de un permiso. E

auptsturmführer Sepp Krafft, tra

haber evitado los bombardeos de l



mañana al desplegar su batallón dDepósito y Reserva 16 en el bosqueestaba llevando a cabo maniobras a

oeste de Arnhem con dos de sus trecompañías. En los campos cercanossoldados alemanes más afortunados s

entretenían con sus novias holandesas daban agradables paseos en bicicletaTodo el mundo comentaba el magnífic

iempo que hacía.Tras haber pasado la costa, tanto lcolumna de aviones norte como la sucambiaron de rumbo y volaron hacia su

objetivos definitivos. En tierra surgihumo de colores y toda la fuerza sur virhacia la izquierda. Casi ningún avió

quedó fuera de posición. En su interio



os jefes de salto ordenaron: «¡En pie!…Enganchen!… ¡Prepárense!».

El Hauptsturmführer Vikto

Gräbner, de 30 años y comandante debatallón de reconocimiento de la 9.a S

ohenstaufen, estaba en una revista e

Hoenderloo, a 15 km al norte dArnhem. Su unidad, de 400 hombresformaba en la plaza flanqueada po

semiorugas acorazados. No había bandde música. Harzer, su comandantdivisionario, recordaba: «Pronuncié udiscurso en el que me referí de nuevo

a valentía de las tropas y de scomandante Gräbner en NormandíaLuego le colgué la Cruz de Caballero e

su pecho».



Las cámaras tomaron fotosconservando su imagen para lposterioridad. En menos de 24 hora

Gräbner estaría muerto.Al mismo tiempo, la formación d

aviones del sur cruzó la cabeza d

puente del XXX Cuerpo británico. Losobresaltados infantes alemanes miraroal cielo. El Oberleutnant Heinz Volz

cuyo Regimiento Fallschirmjäger voHoffmann estaba en la línea con eampfgruppe Walther, recordaba:

«Cerca del mediodía distinguimos drepente un zumbido sobrenatural surgienddel aire. Una enorme formación de aviones dtransporte y planeadores se acercaba desd

territorio enemigo, volando a una altitu



inusitadamente baja. Este enorme enjambriba escoltado por incontables cazas, eparticular Lightnings. Éstos podían observa

todo lo que se movía en el suelo y dieron urepaso en profundidad a nuestra zona ddefensa, ametrallando todo lo que se movíaNuestra propia antiaérea no reaccionó. Sólen la retaguardia abrió fuego la Flak [62]».

El Leutnant Martin, que mandabuna sección en el batalló

liegerhorst 3, ocupaba un cruce dcarreteras entre Breda y Tilburg detráde la 719.a División cuando pasó l

corriente septentrional de aviones. Él sus tres pelotones de infantería miraroboquiabiertos la increíble cantidad daviones remolcando planeadores que lo



sobrevolaban. Duró dos horas, durantas cuales su sección derribó u

planeador. En su interior encontraro

una tanqueta Bren que fue recuperadaEn el fuselaje del planeador pudieroeer un críptico mensaje: «¿De verda

es necesario hacer este viaje[63]?».La formación prosiguió adelante

sobrevolando Vught, el cuartel genera

del l.o

Ejército Fallschirmjäger . EGeneraloberst Kurt Student, scomandante, había dejado abierta lventana de su despacho para podehacer el papeleo sin que le molestara ecalor. Su puesto de mando estaba cercde Hertogenbosch, al sur de Vught.

Audible al principio como un grav



siniestro susurro, el sobrevuelo de lformación norte, que llevaba a ladivisiones aerotransportadas 1.británica y 82.a americana, creció hastconvertirse en un rugido ensordecedor:

«Salí al balcón y, dondequiera que mirarapodía ver aviones de transporte de tropas otros remolcando planeadores, volando mubajo por encima de la casa. Venían en grupos

cuando uno desaparecía en la distancia lseguía otro, formación tras formación. Fue uespectáculo que me impresionó hondamenteEn aquel momento no pensé en los peligro

que presagiaba; sólo pensaba en mis propiaoperaciones aerotransportadas de tiempoanteriores. ¡Si hubiera tenido alguna vesemejantes medios a mi disposición! Subí atejado plano de la casa con mi jefe de estad



mayor, el coronel Reinhard, para ver a dóndiban los aviones. Todavía había una inmenscorriente de ellos pasando por encima

algunos volaban tan bajo que agachamos lcabeza. Para entonces oíamos muchodisparos. Nuestros administrativoconductores, ordenanzas y la sección dtransmisiones agarraron sus fusiles disparaban a los aviones que volaban bajo[64]»

Las grandes dimensiones de est

asalto aerotransportado se hicieropatentes gradualmente en los mensajede radio transmitidos desde el frente

por los mandos subsidiarios en las áreade retaguardia. El Oberstleutnan

Schuster, jefe de estado mayor deampfgruppe Chill (85.a División d



nfantería), informó a las 14:00 horaal LXXXVIII Cuerpo de Ejército que 4aviones de transporte había

sobrevolaron sus posiciones a las 13:40Uno fue derribado. De modo similar, e

orps Feldt recibió información de l

División Scherbening (406.a División dnfantería) diez minutos más tarde d

que entre 500 y 2000 paracaidista

enemigos y 30 planeadores habíaaterrizado en las áreas de NimegaGroesbeek y Mook sobre las 13:45[65

H. Sitter, un paracaidista alemán qupertenecía al 1.er Batallón Regimient

allschirmjäger 2, presenció el paso desta formación, que llevaba a la 82.



División Aerotransportada americana, asudoeste de Hertogenbosch. Más tardanotó sus impresiones:

«Por encima nuestro pasa la fuerza dtropas aerotransportadas, y aviones dtransporte con planeadores a remolqueNuestros cañones de 88 mm y los Panze

derriban a muchos. Una enorme pila drestos. Peinamos el área, apresando muchoprisioneros sin que mostraran apena

resistencia, sólo sorpresa. Llevé a uprisionero a Ortmann [el comandante de scompañía]. Tenía los bolsillos llenos ddinero, y mapas impresos en pañuelos d

seda, etc. También tenía un cuchillo dFallschirmjäger . Decía que lo habíencontrado. Estuvimos a punto de matarlopalos por ello. A pesar de esto, se lo llevaro

a retaguardia[66]».



Con las puertas abiertas, los avionede transporte empezaron ahora descender a la altura de salto para l

aproximación final a sus respectivazonas de lanzamiento.

El Standartenführer Lipper

comandante de la escuela dsuboficiales SS «Arnheim», oyó llegada de la formación de aviones qu

se aproximaba a Arnhem:«Durante el almuerzo en mi puesto d

mando en Schooreward, oí un tremend

zumbido de motores de aviones. Eran sobrlas 13:00. Cuando salí para averiguar ddónde venía el ruido, vi cientos de avionecon escolta dirigiéndose al oeste. Mirandpor mis binoculares, era posible distingui



que las puertas estaban abiertas y que ibatener lugar un lanzamiento paracaidista. Dinmediato di la orden de alerta y segu

observando a los aviones. Había una estacióde control aéreo de la Luftwaffe cerca perno tenían información. Al cabo de un rato shizo evidente que los aviones estabadescendiendo, y que gran número dparacaidistas empezaban a saltar. Me di cuentde que nos enfrentábamos con una graoperación aerotransportada. La distancia a lazonas de lanzamiento se estimó en unos 4

kilómetros: el área de Ede-Wageningen Arnhem[67]».

Alfred Ziegler del batallóanzerjäger de la 9.a SS, tras habersquedado sin permiso, contemplabmelancólico el paisaje al norte d



Arnhem. Decía que era entonces «uchico con mucha imaginación qusiempre estaba meditando sobre la

cosas» (una característica que, comsoldado, a menudo le causabproblemas).

«Entonces vi los bombarderos bimotoreMosquito volando rápido y bajo. Comentéun camarada: “algo va a pasar, ahora nos toca

nosotros”. “No seas bobo”, fue la réplica“Siempre estás imaginando cosas”. LoMosquito debieron estar reuniéndose al esteporque de repente volvieron y picaron sobr

nuestras posiciones de la antiaérea y laacribillaron. No quedó nada en pie».

En aquel momento aparecieron lo

aviones de transporte, y empezaron



soltar paracaidistas. Ahora sí que erseguro que no habría permisos. Lcomentó en broma a su sargent

primero. «¿Ves aquello? Caen de locielos y no pasará mucho tiempo hastque nos toque subir al cielo y unirnos

ellos[68]».La Fuerza Aérea, que ahora volaba

altura de lanzamiento, continuó hacia e

norte lanzando sus cargas: la 101.División Aerotransportada americana eel área de Son, Veghel y Eindhoven; l82.a División Aerotransportadamericana en torno a Grave y Groesbee la 1.a División Aerotransportad

británica al este de Arnhem.



El Obersturmbannführer Harzeordenó romper filas a las tropas de lrevista de Hoenderloo. «Mientras lo

soldados se dirigían a sus alojamiento los oficiales y yo mismo íbamos a

comedor de oficiales para almorzar

vimos los primeros paracaídabritánicos en el cielo sobre Arnhem»recordaba. «No se podía deducir e

aquel momento que una operación a graescala estuviera en curso, y nosentamos tranquilamente parcomer [69]».

Harzer no fue el único eequivocarse. El Hauptsturmführer HanMöller, al mando de su batallón d

zapadores, estaba paseando con s



ayudante: «era un domingo con umagnífico cielo azul y nubes dcirrocúmulos hacia occidente en e

horizonte». Llamó la atención de scompañero para compartir sadmiración por tan hermos

espectáculo. Estaban disfrutando depaseo. Sin embargo, como relatabMöller, la escena adquirió un mati

siniestro. Guiñando los ojos, el capitá su ayudante trataban de enfocar uextraño fenómeno que tomaba formabgradualmente a lo lejos:

«¡Eso no pueden ser nubes, soparacaídas! No, ¿quizás explosiones da antiaérea? ¿Pero tantas? Otros s

detuvieron también, incluyendo civiles



odos parecían hipnotizados y mirabaen aquella dirección, donde aparecíamás y más nubes algodonosas. “¡Po

Dios, Grupp, son paracaídas!”. Sinterrupción, fila tras fila, oleada tra

oleada, descendieron tranquilamente si

ruido, ofreciendo una visión fascinante¿Pero qué estaba pasando? La distanciera de unos 20 kilómetros. Er

realmente extraño. Y todavía seguíacayendo. Oleada tras oleada. ¡Essignificaba peligro! ¿ParacaidistasVolvamos! ¡Y rápido[70]!».

El Mariscal de Campo Modecomandante del Grupo de Ejércitos Bse había sentado a la mesa para come

con su plana en el Hotel Tafelberg e



Arnhem. Cerca de las 14:00 su jefe destado mayor, el Oberst von Tempelhoffse disculpó para ir a contestar un

lamada de teléfono urgente. Tan prontcomo se marchó, una sucesión dexplosiones acompañadas de u

estruendo ensordecedor hizo que todo emundo se pusiera a cubiertalocadamente bajo la mesa del comedor

Tras una segunda serie de explosionemás lejanas, todo el mundo corrió fuerpara ver qué estaba pasando. El cielestaba oscurecido por cientos d

aviones. Von Tempelhoff, desmadejado visiblemente nervioso, informó a voz egrito: «¡Menuda putada! ¡Hay do

divisiones de paracaidistas encim



nuestro!». El Mariscal de Campordenó: «¡Bien, todo el mundo fueraugar de encuentro Terborg!», (el cuarte

general logístico). Partinmediatamente en coche, dejando a s

plana que desmantelara el cuarte

general[71].El Leutnant Joseph Enthamme

estaba todavía destinado temporalment

en su unidad de artillería de cohetes Ven la escuela de St. Joseph en ArnhemAgotado tras sus experiencias eFrancia, había dormido hasta tarde

Mirando en la dirección de Oosterbeekdetectó lo que parecían ser blanco«copos de nieve» en el aire. «No pued

ser» pensó. «¡Nunca nieva e



septiembre! ¡Deben ser paracaidistas!»Su unidad tendría que partir parEmmerich am Rhein tan pronto com

fuera posible[72].El torrente de aviones, tras habe

anzado los paracaidistas, pasaba ahor

sobre Deventer antes de dar la vuelta regresar a Inglaterra. Deventer era upunto de reunión para el regimient

anzergrenadier 21 de la 10.a

DivisióSS Panzer Frundsberg . Los reclutas da 3.a compañía estaban recibiendnstrucción de los «veteranos» de 1

años, entre los que se incluía eottenführer Rudolf Trapp, cuando lo

aviones pasaron por encima. Com



contaba Trapp, se dio la alertnmediatamente:

«El cielo sobre nosotros estaba negro daviones. Una fuerza entera de aviones dtransporte y bombarderos que remolcabaplaneadores. Se dio la alarma de inmediato

No tuvimos tiempo para comer. No sabíamode donde venían los paracaidistas, sólo mátarde oímos que habían caído cerca dArnhem[73]».

Emmerich, el destino de Enthammerestaba sólo a 30 kilómetros y quedab

a dentro del Reich. La operacióarket-Garden iba a atravesar sfrontera occidental por vez primera. Upolicía en la torre de observación de l



calle Heerenberger en Emmerich pudocon la ayuda de un telescopiopresenciar el gigantesco espectáculo qu

se representaba en los cielos sobrimega y Arnhem. Los aviones llenaba

el cielo. Algunos de ellos dejaban a s

paso una densa ristra de pequeñopuntos, paracaidistas, mientras que otroeran planeadores que descendían a tierr

de los que surgían soldados[74]

.En verdad nunca nieva eseptiembre. La guerra había llegado a

eich. Además el golpe era un

sorpresa total.



VI. METERSE EN LABOCA DEL LOBO

amos por experiencia que la única formasbaratar una operación aerotransportada

na fuerza inferior, era meterse en la boca

bo.

tsturmführer Kraft [75].

Primeras reacciones…

Durante la primera hora o dos, lo



mandos alemanes no podían siquierempezar a estimar el tamaño y alcancde la operación aliada. E

auptsturmführer Hans Möller, quconducía a velocidad frenética a scuartel general divisionario, trató d

organizar sus pensamientos. «¿Qué nodepararía el futuro? ¿Qué estabpasando[76]?».

Eran las 14:00 horas. Un total d331 aviones británicos con 31planeadores y 1150 aviones americanoque remolcaban 106 planeadores había

endido una «alfombraaerotransportada, concentrada en trezonas entre Eindhoven y Arnhem. En e

ranscurso de una hora y 20 minuto



aproximadamente 20 000 paracaidistas soldados de infantería transportados eplaneadores aterrizaron en buen orde

muy por detrás de las líneas alemanasLos soldados alemanes en el frentcontemplaron con ansiedad esta

enormes formaciones aéreas qupasaban atronadoramente hacia sretaguardia pues no querían vers

aislados. El Oberstleutnant Schusterefe de estado mayor del Kampfgrupp

Chill, informó del regreso de estoaviones cuando volvieron a cruzar la

íneas. El Major Klemeier, comandantdel Batallón de Instrucción I/6, fudespachado por el Korps Feldt con un

patrulla para investigar los aterrizaje



reportados en torno a NimegaKrauenburg-Groesbeek y Mook. Nregresó.

Los informes incompletoaumentaban la confusión. La Brigad

lak 18, detrás del Kampfgruppe Chil

dio parte de «avances de uno o dobatallones enemigos hacia Oedenrode anoroeste de Best» y de «intenso fuego d

artillería en los accesos a Son, donduna batería antiaérea pesada estabempeñada en combate con una fuerzaproximada de tamaño batallón». E

ampfgruppe Chill confirmó lsituación, al identificar «dos o trebatallones paracaidistas enemigos en la

áreas de Best-Oedenrode-Son» y qu



«el puente ferroviario al sur de Best ha sido volado o todavía sigue enuestra manos. Se están llevando a cab

contraataques con unidades reunidas oda prisa». También se informó d

combates en la carretera Boxtel

Eindhoven[77]. Nadie podía dar una ideclara de lo que sucedía.

El diario del Oberstleutnant Frit

Fullriede refleja esta atmósfera dconfusión, rumor y contra rumor qureinaba en la retaguardia tras loaterrizajes iniciales. Sus impresione

del 17 de septiembre están escritas eforma de notas:

«Hertogenbosch-Vught-Tilburg-



Aerondonk. Una corriente continua daviones enemigos, de transporte y remolqude planeadores vuela hacia Nimega y Arnhem

El cielo está lleno de cazas enemigos. RethyPampfert. Aquí hablo con el ayudante de lIII Abteilung . El puesto de mando y la 1Batería Flak están bajo un constante e intensfuego de artillería. Capturamos paracaidistaamericanos de aviones derribados. Vamohasta Kasteele».

«La carretera está bajo fuego enemigoImposible seguir conduciendo. Paracaída

enemigos por todas partes. Hasta ahorparece que los paracaidistas han aterrizadcon tamaño de batallón en torno a Veghel Loon. También cerca de Grave, Nimega

Arnhem».«Todos los puentes que había allí cayero

intactos en manos enemigas. Al menos esestá claro. Parece sabotaje».

«Me encontré con un Major del cuarte



general del 1.er Ejército Fallschirmjäge

frente a Eindhoven, me informó que lopuentes de Zaltbommel y Gorinchen tambié

parecían estar en manos enemigas. Mas tardse vio que esto no era verdad, ningún enemighabía aterrizado allí. Regresé a Valkenswaarpero me fue imposible pasar debido al intensfuego de artillería. En Helmond, como etodas partes, reina la confusión. Nuestrozapadores allí destacados siguen estando madirigidos[78]».

Un planeador Waco de la primeroleada fue abatido cerca del cuartegeneral de Student en Vught. Al rebusca

entre los restos, un Feldwebel encontruna cantidad de documentos de tamportancia que en cuestión de hora

estaban en el escritorio del general. Lo



papeles eran un conjunto de órdenepara Market , el plan aéreo. Se puduntar suficiente material para que e

estado mayor del LXXXVIII Cuerpo laconsejara a su comandante aquellmisma noche que:

«A la 101a División Aerotransportadamericana se le ha encargado tomar lopuntos de cruce sobre los cursos de agua; en

Son-St. Oedenrode y Veghel y sostenerse eellos hasta que las fuerzas terrestrebritánicas —la División Acorazada de loGuardias y las Divisiones de Infantería 50a

43a — los releven. Estas últimas atacaráhacia Eindhoven[79]...».

El Generaloberst Studen



nmediatamente comprendió esignificado pleno del plan aliado. Émismo había iniciado y dirigido un

operación similar cuatro años antesEntonces, en mayo de 1940, el objetivfue tender una alfombra paracaidista

ravés de los ríos y canales quformaban la «Fortaleza Holanda». Estvez eran los aliados los que intentaba

establecer una cabeza de puente a travédel bajo Rhin, yendo en el otro sentidoAdemás, hasta el momento parecía quenían éxito.

La 101.a División Aerotransportadamericana fue lanzada en los puntos mácercanos a las fuerzas terrestres con la

que había que enlazar. Su misión er



ocupar los 25 kilómetros del «pasilloentre Eindhoven, Son, St. Oedenrode Veghel. Al final del primer día Son fu

capturado, pero el puente fue voladoLos otros dos puntos de cruce fuerocapturados intactos.

En el medio del pasillo, la 82.División Aerotransportada americandebía capturar los puentes en Grav

sobre el Mosa, que cruzaba el canalMosa-Waal y el gran puente de carretersobre el Waal en Nimega. Las alturas asudeste de Nimega debían ser ocupada

para proteger el cruce del Waal de locontraataques alemanes quprobablemente se organizarían desde e

bosque de Reichswald. El 504.



regimiento de Infantería Paracaidistvenció a la guarnición del puente dGrave en tres horas y tomó el puente d

Heumen sobre el canal Mosa-WaaLos 505.o y 508.o regimientos dnfantería Paracaidista ocuparon e

erreno elevado en torno a GroesbeekWyler y Beek donde se atrincheraron. Senvió una patrulla de reconocimient

para informar sobre el puente dimega.A la 1.a División Aerotransportad

británica se le ordenó tomar el puente dArnhem y mantener una cabeza de puental norte del bajo Rhin, lsuficientemente grande como para qu

el XXX Cuerpo pudiera continua



avanzando hasta el Zuider-Zee. La 1.Brigada Paracaidista polaca y otrdivisión aerotransportable seríaransportadas en avión más tarde par

apoyar a esta vanguardia, la más lejande la línea de partida de Garden y l

última en ser relevada por las columnaerrestres.

El Batallón SS de Depósito

Reserva 16 de Krafft era la mayounidad autónoma más cercana cualquiera de las zonas de aterrizajaliadas. Estaban haciendo maniobras e

os bosques al lado de Wolfheze, a dos res kilómetros al este de la zona d

aterrizaje británica. Al principio, lo

altos árboles impidieron ver l



extensión y localización del asaltparacaidista. Por tanto, la reacción dKrafft se basó en informes superficiale

de observadores. Dos pequeñapatrullas fueron inmediatamentenviadas para obtener más información

A la 2.a Compañía (2 Kp) se le ordenatacar en dirección a las zonas daterrizaje, en esencia, llevar a cabo u

reconocimiento ofensivo.La 4.a compañía (4 Kp) empezó establecer una línea defensiva en lacercanías del Hotel Wolfheze mientraque la tercera compañía (9 Kp) fulamada desde Arnhem para crear un

reserva de batallón.

Buscando la zona de lanzamiento, l



2 Kp se desorientó al atravesar ebosque, y se frustró su intención originade aproximarse desde el norte, al sali

sin darse cuenta directamente frente acentro de la zona de aterrizaje. Spelotón de ametralladoras emplazó su

armas sobre los trípodes y empeznmediatamente a disparar a lo

planeadores que seguían aterrizando

dañando seriamente a cuatro. Temiendhaberse extendido demasiado, lcompañía se replegó rápidamente y sunió a la 4 Kp que se estab

atrincherando en las posiciones dbloqueo establecidas en la carretera dWolfheze. Krafft dedujo acertadament

que el puente de carretera de Arnhe



era el objetivo de estos lanzamientosorpresa. Por consiguiente se posiciona caballo de las dos rutas d

aproximación a Arnhem. Estas eran edesmonte del ferrocarril Ede-Arnhem a carretera Wageningen-Arnhem

disponiendo ambas un eje este-oesteBloqueó estas dos rutas con docompañías adelantadas, deteniend

eficazmente los primeros avances de l1.a Brigada Paracaidista del BrigadieLathbury.

Durante toda la tarde el batallón d

Krafft infligió bajas considerables a lo1.er y 3.er batallones del RegimientParacaidista que intentaban atravesar

flanquear su línea de posiciones e



erizo. Para las 15:30 su fuerza habíaumentado hasta 13 oficiales, 7suboficiales y 349 soldados con l

legada de la 9 Kp, que fue empleadnmediatamente como una reserva móvi

para superar cualquier crisis local

Apoyados por morteros en el centro cañones anticarro en las principalerutas de acceso, se sucedieron intensas

por momentos feroces escaramuzas en ebosque, con la línea aguantando más menos intacta hasta las 18:00Sospechando para entonces que estab

siendo cercado, Krafft decidió rompeel contacto al amparo de la oscuridadSin embargo, la baja de

Stadtkommandant de Arnhe



Generalmajor Kussin, muerto dregreso a su cuartel general después dacudir a la posición de Krafft par

recibir un informe de situación sobre eerreno, fue una indicación, pasada po

alto en aquel momento, de que e

batallón ya había sido flanqueado[80].La otra fuerza en disposición d

poder enfrentarse directamente a lo

aterrizajes británicos era eampfgruppe Weber, situado anoroeste de Krafft. Estaba formado poTeerose II , una unidad de control aére

por radar de la Luftwaffe servida pouna compañía de transmisiones del 21

achrichten Regiment . El Hauptman

Willi Weber formó con ella una fuerz



mprovisada de 90 soldados maarmados que atacaron la zona daterrizaje en el área de la granja d

Reijer y sobre la carretera dAmsterdamsweg. Fue un gesto valientque demostraba el grado en que tropa

nexpertas con armamento ligero puedencon un liderazgo enérgico, contener fuerzas superiores en número y calida

cuando tienen una oportunidad tácticmomentánea, en este caso el período dconfusión que sigue a la toma de tierren una operación aerotransportada.

Como no consiguió gran cosa, Weberetiró su fuerza y volvió a ocupar suposicionas defensivas cerca de

aeródromo de Deelen. En cualquie



caso, el resultado de la suma de todoestos retrasos fue significativo.

De mayores consecuencias fuero

os informes de situación por radienviados por las tropas de la Luftwaff

siguiendo la cadena de mando. El punt

de control del tráfico aéreo de la 3.División de Cazas estaba situado cercdel aeródromo de Deelen. Protegido po

a agresiva reacción de Weber, dispusde tiempo suficiente para retirarse radiar los informes iniciales que iban provocar la reacción alemana en la zon

de Arnhem[81].El General Bittrich, comandante de

I Cuerpo SS Panzer , recibió lo

primeros informes de situación sobre e



enemigo a las 13:30 y dio su primerorden de alerta a las 13:40. Tanto ecuartel general divisionario de la 9.a Scomo el de la 10.a SS fueron alertadosLa reacción ante la crisis del II CuerpSS se asemeja a un ejercicio de mando

control de estado mayor. Bittrichsituado en Doetinchen, con ojo expertdedujo rápidamente el objetivo probabl

del enemigo. Los procedimientos dmando y planificación empezaron funcionar con la alta eficiencicaracterística del Estado Mayor Generaalemán. Nimega y Arnhem fuerodentificados como los objetivos clav

para esta nueva ofensiva aliada. Saltos

aterrizajes de unidade



aerotransportadas de fuerzconsiderable fueron identificados cercde ambos lugares. Por lo tanto, la 9.a Sdebía llevar a cabo tareas dreconocimiento en Arnhem y Nimegaconcentrarse, ocupar la primera

derrotar a las tropas aerotransportadaenemigas al oeste de Arnhem junto Oosterbeek. Esto debía hacers

nmediatamente y asegurar el puente dArnhem. La 10.a SS debía ocupar epuente de Nimega y formar una cabezde puente al sur del mismo.

El estado mayor de Harzer eBeekbergen ya había advertido qu«pasaba algo» en Arnhem. La orden d

alerta de Bittrich llegó personalmente



Harzer en Hoenderloo. El batallón dreconocimiento de Gräbner fue puestnmediatamente a trabajar para monta

as armas y volver a poner las orugas os semiorugas acorazados que s

habían mantenido «no aptos para l

marcha» para evitar tener quentregarlos a la 10.a SS. En cuestión ddos horas una fuerza de 40 vehículo

blindados y transportes de personaestaba lista para el combate, la mayoconcentración de vehículos acorazadode la Hohenstaufen. Para las 14:40 l

mayoría de las compañías de alarma da 9.a SS ya habían sido notificadas

comunicaban estar listas para la acción.

En el área de instrucción d



Harskamp, elementos del 20 Regimientanzergrenadier que pertenecía a lohenstaufen, aguardaban para se

ransportados de regreso a AlemaniaAunque se les ordenó estar alerta traos informes de los aterrizajes, n

estaban en posición de reaccionar yque habían entregado todas sus armas equipo de campaña. El Rottenführe

Paul Müller, de 19 años, recuerda qu«nuestro equipaje ya estaba reunido eun montón para ser recogido por ucamión». Debían partir para Siegen e

ren a las 20:00 horas.

«Ahora recibimos armas inmediatamenteNos dan a todos un fusil y 90 cartuchos qu



metimos en nuestros bolsillos o morraleporque ya no teníamos nuestras cartucheracascos o palas de trinchera[82]».

Su equipaje sería traído de vuelta ecamiones. No tenían comida y, por lque parecía, tampoco suerte.

Influidos por la experiencia y sadiestramiento antiparacaidista motivados por la agresividad innata d

as Waffen SS , la mayoría de launidades se movían yendo a donde soía fuego. El Hauptsturmführe

Wilfried Schwarz relató el ambientpredominante en esta hora de crisis:

«Estos soldados estaban pensando en su

familias, puesto que prácticamente todo habí



sido empaquetado para el traslado a SiegenLa sensación era la de un resignado “¡allvamos otra vez!”. Al principio estaba

inevitablemente decepcionados pero looficiales y suboficiales fueron capaces dsalvar la situación y hacer que los soldadoentraran rápidamente en acción».

Schwarz ya había llegado a SiegenFue convocado por un escueto y crípticmensaje de Harzer: «Vuelve

anzamientos de paracaidistas[83]».La iniciativa personal y el saber qu

había que meterse en la boca del lobo d

os aterrizajes antes de que loparacaidistas pudieran reunirse fue lprincipal fuerza que motivaba a lo

oficiales y suboficiales. A las tropas s



es ordenó: «Moveos ahora. Las órdenecuando lleguemos al objetivo». E

ampfgruppe von Allworden, los resto

reorganizados de la SS Panzerjäge

bteilung 9, reunido apresuradamentcomo una compañía de alarma d

nfantería, partió a toda velocidad parArnhem. Todavía tenía un par dagdpanzer IV y algunos cañone

anticarro de 75 mm remolcados. AlfreZiegler recuerda haber recibido la ordede moverse entre las 14:30 y 15:0horas:

«Enviamos en seguida elementos deKampfgruppe hacia Arnhem. Iba en cabeza dla columna, llevaba a mi comandante en e

sidecar de la motocicleta, con los cazacarro



rechinando por la carretera detrás dnosotros. Las tropas que habían estado dpermiso en Arnhem regresaban a toda prisa

les hice señas de que salieran de la carreteranuestro paso[84]».

Había una confusión total. Nadi

estaba seguro de lo que sucedía. Lbatería antiaérea de la Hohenstaufe

mandada por el Obersturmführer Grop

entró en Arnhem. La llamaron en medide un ejercicio táctico de recarga. Sólquedaban 87 hombres, un cañóantiaéreo de 88 mm y uno de 20 mm da unidad que había bloqueado ta

eficazmente el avance americano eCambrai 15 días antes. Se viero

envueltos en un intercambio de disparo



a lo largo del desmonte del ferrocarriEde-Arnhem y tomaron posicionedefensivas. Aunque convencidos de qu

se enfrentaban a terroristas holandeseprobablemente se habían topado con loelementos avanzados del 1.er Batalló

Paracaidista británico (1 PARA).El Rottenführer Wolfgan

Dombrowski metió a empellones a s

escuadra de ocho o nueve soldados euno de los camiones que iban a llevar aampfgruppe de zapadores de Möller

Arnhem. «No hizo falta que les animara

creíamos que íbamos de regreso Alemania. Simplemente nos dijeron“¡cargad, hay que ir a Arnhem!”»

Totalmente ignorantes de qué iba todo e



alboroto, los cuatro camiones Opel Blit

cargados de zapadores de combatpasaron a través de los suburbios d

Arnhem y salieron hacia OosterbeekEran las 16:30 horas. Acababan de salia las afueras de la ciudad.

«… Cuando vimos balas trazadorazumbando a través de la carretera. ¡Idiotas¡están de maniobras!, eso creíamos. Per

entonces un Major de la Wehrmacht nollamó desde el otro lado y gritó: “¡Eso sotiros de verdad, los Tommies han aterrizado!”Nos detuvimos y el comandante del batalló

nos habló[85]

».

A Möller ya le había notificado ldivisión que habían tenido luga



aterrizajes en el área del brezal dTenkum y Heelsum. No estaba mupreocupado pues «conocía Arnhem

ambién Oosterbeek bastante bien, y lhabía echado otro vistazo sólo pocodías después». La historia había descrit

un círculo completo porque en mayo d1940, el entonces suboficial Möller, quen esa época mandaba una sección d

zapadores en el Regimiento SS Deührer , forzó un cruce del Ysell cercde Arnhem y luego despejó dfrancotiradores la ruta a lo largo d

Arnhem, Oosterbeek y Renkum. Ahordebía hacerlo otra vez y en la mismdirección. Afirmó que «era la mism

rutina, y de verdad fue así, sólo qu



mucho peor que la primera vez». Amenos combatía en terreno que le erfamiliar. En menos de una hora empez

el primer ataque.

Contramedidas

A las 15:00 horas el Mariscal dCampo Model apareció en el cuartegeneral de Bittrich en Doetinchen empezó a imprimir su sello personal e

a batalla. Durante el viaje desde ecuartel general logístico en Terborg pusen orden sus pensamientos y, cuand

legó, estaba listo para poner en acció



contramedidas inmediatas.La leyenda de Arnhem ha pintado

Model como una caricatura co

monóculo de un oficial alemán dEstado Mayor. Se decía que al creer quhabía escapado por los pelos a l

captura a manos de los paracaidistabritánicos cuando se sentó a comer en eHotel Tafelberg , al salir corriendo se l

cayó la maleta con sus efectopersonales desparramando su contenidpor la escalera del hotel.

Tal idea no concuerda con lo

hechos[86]. Model podía no ser unpersonalidad agradable y accesible perera un hábil general. No sobrevivió a l

guerra y, por tanto, no pudo refutar lo



aspectos más pintorescos de la leyendde Arnhem pintados por algunos que ssobrevivieron.

Model era considerado uespecialista en resolver problemas, uhombre de nervios de acero en un

crisis. Hitler lo consideraba «eapagafuegos del frente del este». Fue lealtad personal de Model a su Führe

a que le acarreó el oprobio que nubluna clara percepción de sus capacidadecomo comandante militar. Durante scarrera militar, Model estabilizó e

frente tras derrotas y retiradas en cincocasiones: en el saliente de Rzhev e1942, en Orel en 1943, en el Báltico

Galitzia en 1944, y al sur de Holanda e



el frente occidental en septiembre d1944. Se dice que imbuía a sus soldadoa Kampfwillen (voluntad de combatir

por su carisma personal y por eejemplo que daba en el frente. Modeera un «oficial de soldados», conocía

sus hombres y contaba con su creencique él compartía) de que si el frent

resistía de alguna forma, las «arma

maravillosas» de Hitler aún podríaograr un milagro. Unido estrechamenta su familia y sin amigos íntimos, era uhombre muy introvertido y reservado

Destruyó todos sus papeles personaleantes de suicidarse en la bolsa del Ruhen 1945. Su concepción del deber er

uterana, el sentido del deber prusian



se aliaba con una fuerte conviccióreligiosa, y esto producía unnconmovible confianza en sí mismo, si

mportar el caos y la ruina que lrodeaba; al final todo sucedería según lvoluntad de Dios. Por tanto, ningun

crisis, sin importar lo grave que fueraera insuperable. Era improbable quales rasgos le granjearan el aprecio d

sus subordinados. Las emociones eaquellos casos eran irrelevantes. Habísurgido una crisis que requería de todsu voluntad personal y capacidad par

ser dominada[87].Model confirmó las medidas d

Bittrich, ordenó que el cuartel genera

del Cuerpo SS dirigiera la



contramedidas que debían ser puestas emarcha en el área de Arnhem-Nimega puso al cuerpo bajo mando directo de

Grupo de Ejércitos B. A las 17:30 lorden operacional clave, quposteriormente decidiría el curso de l

batalla de Arnhem, fue emitida desde ecuartel general de Bittrich. El II CuerpSS tenía que atacar al enemig

nmediatamente y destruirlo. Sestableció una clara división de tareasa 9.a SS debía avanzar por Arnhem

Oosterbeek y atacar la cabeza de puent

británica establecida al norte del RhinLa 10.a SS debía tomar y ocupar epuente de Nimega y disponer una cabez

de puente al sur del río Waal par



posteriores operaciones ofensivas. Poencima de todo, había que impedicualquier unión entre las fuerza

enemigas en Nimega y las dArnhem[88].

Ahora se hicieron patentes la

ntenciones que Model llevaba en mentpara afrontar la crisis al sur de Holanda nivel de grupo de ejércitos

Posiblemente como consecuencia de laórdenes capturadas o de las mismaíneas geográficas que influyeron en lo

aliados, Model dividió la zona afectad

en tres sectores que se correspondíaaproximadamente con las áreas de lares divisiones aliadas.

Al Generaloberst Student y al 1.e



Ejército Fallschirmjäger se les dio ldoble misión de contener la ofensiverrestre británica frente a la cabeza d

puente del Mosa-Escalda y destruir a l101.a División Aerotransportadamericana que estaba situada ahora e

as cercanías de Eindhoven. Eampfgruppe Chill, ya empeñado a l

argo del canal Mosa-Escalda, debí

oponerse a las tropas terrestrebritánicas. Para ocuparse de loamericanos, Model le dio a Studenaquellos elementos de la 59a Divisióde Infantería (del 15o Ejército) qufortuitamente ya estaban en tránsitcerca de Tilburg y la 107a Brigad



anzer . Mandada por el Majo

reiherr [89]... von Maltzahn, la 107.Brigada fue redirigida de su tareoriginal de oponerse al 1.er Ejércitamericano en Aquisgrán.

La tarea de enfrentarse a la 82.

División Aerotransportada americana eimega recayó en el Wehrkreis VI , e

cuartel general alemán del escalón d

retaguardia que controlaba el KorpFeldt y la 406.a ( Landesschützen

División. A estas unidades de

Wehrkreis se les ordenó destruir a loparacaidistas a lo largo del terrenelevado al sudeste de Nimega, tomar mantener tanto los puentes de carreter



como los ferroviarios del río Waal eimega y estar preparados para llevar

cabo operaciones prolongadas «e

dirección sur», una vez llegara la 10.SS. El reconocimiento de que estmisión era demasiado grande para qu

a realizara el Korps Feldt en solitarise plasmó en el posterior aviso dModel al Wehrkreis VI sobre l

ntención que tenía de enviar tropas deCuerpo y refuerzos de tropaallschirmjäger a Nimega, bajo e

General der Fallschirmtruppen, Euge

Meindl, comandante del II Cuerpallschirmjäger . Sin embargo, esto n

sucedería inmediatamente ya que e

cuerpo de Meindl estaba entonce



reconstituyéndose en el área de ColoniaSe emplearían fuerzas má

poderosas contra los británicos e

Arnhem ya que el II Cuerpo SS ya estaba mano y posiblemente porque Modehallándose en el lugar, estaba implicad

personalmente. Al General der FliegeChristiansen, comandante de lWehrmacht en Holanda, se l

encomendó la misión de atacar Arnheen la dirección opuesta, desde enoroeste y norte, sumándose al ataqudel II Cuerpo SS desde el este. L

«División» von Tettau, una conjunto dbatallones de defensa regional nstrucción rápidamente reunidos

puesto bajo mando del Generalleutnan



Hans von Tettau, el director doperaciones e instrucción dChristiansen, ya estaba a su disposición

El II Cuerpo SS de Bittrich tambiérecibió un batallón de infanterímotorizado tomado del Wehrkreis VI

a 280.a Brigada de Cañones de Asaltodesviada desde Aquisgrán.

Estas intenciones se convirtieron e

órdenes a las 23:15 de aquella noche, 1de septiembre. Los acontecimientos ssucedían rápido.



VII. RUPTURA DELFRENTE

miento… trató en vano de restablecer el contacto

s unidades alemanas en el norte hacia

Eindhoven

oeste; pero allí sólo había un granboquete.

leutnant von der Heydte, 17 Sept. 1944.

El Kampfgruppe Walther es



partido en dos…

En la cabeza de puente de Neerpehubo muchos comentarios entre laropas alemanas sobre los bombardero aviones de transporte que le

sobrevolaban. Estaban inquietos. Lcobertura de cazas era tan numerosa quse daban casos de aviones que s

separaban de la formación y picabasólo para ametrallar a un motoristsolitario. Nada podía moverse. EOberleutnant Heinz Volz, ayudante de1.er Batallón Fallschirmjäger deRegimiento von Hoffmann, describió lempestad de fuego que cay



nesperadamente sobre ellos:

«El frente, que estuvo relativament

tranquilo desde el mediodía, de repentestalló en un infierno, cuando a las 14:00 ucrescendo terrible de fuego de artillería caysobre el anillo que circundaba la cabeza d

puente. Durante una hora la tierra tembló uny otra vez mientras los defensores eramachacados. Al Hauptmann Brockes lo matel impacto directo de una bomba de morter

en su puesto de mando, en una casa en lcarretera de Valkenswaard. Un trozo dmetralla se le clavó en el cráneo[90]».

Al mismo tiempo, el KampfgruppWalther observó la llegada de poderosaformaciones de bombarderos bimotore

que arrojaron una alfombra de bombas



o largo de la carretera dValkenswaard. Una sucesión destallidos y explosiones de bombas d

gran tamaño se precipitó rápidamentsobre las posiciones del 1.er y 3.e

batallones del Regimiento von Hoffman

sobre el pueblo de Borkel dondestaban ocultos los cazacarros. Todos cada uno de los cañones anticarro

mandados por el moribundo Brockefueron inutilizados en el bombardenicial sin haber hecho un sólo disparo

La falta de cabezas tractoras para lo

cañones significó que cada pieza, aener que ser empujada a brazo, fuer

emplazada en una posición vulnerable

La emboscada anticarro de la infantería



dispuesta como reserva por lrecientemente trasladada sección ddefensa, y las otras compañías de

ajor Kerutt se salvaron corelativamente pocas bajas. Las bateríaenemigas se concentraron en la

posiciones conocidas. Una batería ligerSS situada a retaguardia de laposiciones de los Fallschirmjäger fu

fijada una vez tras otra y resultgravemente dañada.Una hora más tarde, a las 15:00

recordaba Volz, comenzó el ataqu

errestre. Con la intención de enlazacon los paracaidistas aliados que lohabían sobrevolado poco antes, lo

vehículos acorazados avanzaron por l



carretera en columnas escalonadas coestrechos intervalos. Los carros dcabeza, con las orugas rechinando y lo

motores gruñendo con los rápidocambios de marchas, avanzaron a travéde la devastación causada por e

bombardeo preparatorio vomitando aaire por sus escapes nubes de humo griazulado. Los cráteres de las explosione

aún humeaban con el acre olor a corditcuando pasaron a través de los restomutilados de los hombres de Brockdesparramados en torno a lo

destrozados cañones.Los carros siguieron adelante si

oposición, ganando poco a poc

mpulso, por la carretera d



Valkenswaard hacia Eindhoven. Máadelante estaban los elementosupervivientes del Regimiento vo

Hoffmann. El Major Kerutt, comandantdel 1.er batallón, estaba por casualidade visita en el cuartel general del 1.e

Ejército Fallschirmjäger , impidiéndolel bombardeo aéreo y la preparacióartillera regresar a su unidad. No llegó

su puesto de mando hasta mediados da tarde, justo cuando comenzaba eprimer ataque de carros.

Los Fallschirmjäger , agazapados esus pozos de tirador a los lados de lcarretera, creían equivocadamente quse enfrentaban a los canadienses. N

obstante, eso no supuso ningun



diferencia cuando los carros de cabezcayeron en las primeras emboscadaanticarro de la infantería. Según e

relato del Oberleutnant Volz:

«Un gran número fueron destruidos po

los Panzerfauste, que eran disparados a cinco diez metros de distancia. Por primera vepudimos imponer un bloqueo decisivo porquel terreno a izquierda y derecha de lcarretera no era adecuado para los carros, aser arenoso y poco firme, y probablementtambién pensaran que pudiera estar minadoCon certeza, un gran número de soldadoalemanes murieron aquí, pero por desgraci

no conozco sus nombres. Muchos de nuestrocamaradas luego declarados desaparecidoprobablemente cayeron aquí. La lucha fuencarnizada en extremo, y un hombre herid

en un pozo de tirador puede ser fácilment



sepultado por el “baile” de un carro».

Los Fallschirmjäger había

golpeado la retaguardia del escuadróde cabeza del grupo de los Guardiarlandeses y la vanguardia del segundo

La respuesta fue instantánea devastadora. Las ametralladoras de locarros rociaron los bordes de lobosques y las cunetas. CazabombarderoTyphoon fueron dirigidos contra loobjetivos identificados.

Aún así, hubo superviviente

alemanes de la emboscada anticarro quuego aparecieron en el puesto de mand

de Kerutt escoltando a tripulante

británicos apresados al escapar de su



carros destruidos. La compañía deeutnant Schulz, que cambió d

posición cuando empezó el ataqu

aéreo, emboscó a otros carros británicomás adelante en la carretera. Ochcarros y dos autoametralladoras era

ahora chatarra que ardía furiosamenteEl avance enemigo estaba bajobservación y se informaba de que la

columnas llegaban al área situada al sude Valkenswaard. Aunque habíaconseguido una ruptura, Volz recuerdque «siendo la situación sombrí

odavía no era desesperada». Laescaramuzas continuaron durante lnoche con golpes de mano organizado

por pequeños grupos d



allschirmjäger que hostigaban a lacolumnas alineadas a lo largo de lcarretera a Valkenswaard. Destello

seguidos de detonaciones, gritos ntenso fuego de armas automática

puntuaron la noche, con un siniestr

resplandor aquí y allá que indicaba uéxito en la destrucción de vehículoenemigos.

A unos pocos kilómetros ddistancia, el Oberstleutnant von deHeydte al mando del Regimient

allschirmjäger 6 , estaba furioso. S

unidad ocupaba el extremo oeste de lcurva en el saliente de Neerpelt. Habíanticipado desde el principio un

ruptura acorazada en este punto



Lamentándose de la insuficiencia dequipos adecuados de transmisiones de

ampfgruppe Walther y de la inexistent

organización de apoyo logístico, shabía quejado al Major Schacht, el jefde estado mayor del grupo de combate

el día antes:

«En vez de seleccionar la carreterprincipal a Valkenswaard como el punto dond

hacer el mayor esfuerzo defensivo, sdesignó como límite entre unidades. Econsecuencia, nadie quiso asumir realmentla responsabilidad de esta carretera».

Y esa era precisamente la principaruta de aproximación a Nimega y

finalmente, a Arnhem. En vez d



coordinar la responsabilidad a través dun mando unificado, «había cuatrcomandantes independientes qu

pertenecían a tres armas diferentes de lWehrmacht ». La conclusiócondenatoria de von der Heydte era qu

si la situación no cambiaba, «la rupturacorazada británica sencillamente ermposible de evitar». No obstante, s

consiguió algo de profundidad cohesión en la defensa de la carreterreposicionando el 1.er batallón dKerutt.

Sumándose a la frustración de voder Heydte estaba el fallo total dcomunicaciones con el Kampfgrupp

Walther una vez que comenzó la acción



Los mensajeros informaron que epuesto de mando se había trasladado no había forma de encontrarlo. E

Regimiento Fallschirmjäger 6 se viobligado a hacer retroceder su flanczquierdo a un bosque a 100 metros d

distancia de la carretera por la que locarros británicos rompieron el frenteSostuvo sus posiciones ante ligero

ataques de tanteo «y trató en vano dreestablecer contacto con las unidadealemanas en el norte hacia Eindhoven en el oeste; pero allí no había más qu

una amplia brecha». La crisis sagravaba[91].

En el otro lado del saliente, e

ampfgruppe SS Richter presenci



consternado cómo «pasaban poencima» de la fuerza de defensa en lcarretera. Las fuerzas Fallschirmjäge

de von Erdmann también fueroarrolladas. Esto le presentaba un dilemal Hauptsturmführer Richter. Si ataca

con sus escasos medios anticarro eflanco de la vanguardia acorazada quhabía hecho brecha, o retirarse hacia e

este para evitar que le cortasen lretirada las vanguardias acorazadas qua habían sido detectadas acercándose

Hamont. En cualquier caso, ya tenía

órdenes de retirarse otro trecho al este Budel. Se estaba agrandando la brechen el punto de ruptura. Los soldados SS

al replegarse a través del bosque, s



vieron aún más desmoralizados por lvisión de formaciones todavía mágrandes de aviones que volaban haci

Eindhoven.El Kampfgruppe Richter llegó

Budel al caer la tarde. Las 1.a y 2.

compañías ocuparon los puntos dentrada del pueblo y la 3.a compañía qucontaba con poco más de una sección, s

estableció como reserva en el mismugar que el puesto de mando en ecentro del pueblo. Privados de descansdurante 38 horas en las que observaroa creciente acumulación de fuerza

aliadas en la cabeza de puente, agotados y desmoralizados por s

repentina retirada, todos los hombre



rataron de descansar como pudieronEste descanso duró hasta mucho despuéde la medianoche cuando de repente,

as 04:30, cuatro carros ingleseacompañados por infantería entrarorugiendo hasta el centro del pueblo, tra

haber pasado inadvertidos entre locentinelas dormidos. Otros quinccarros sortearon el perímetro y tomaro

posiciones a ambos lados del puebloLos carros estaban entre las compañíadel perímetro y el puesto de mando y lreserva. Los alemanes estaba

atrapados. Las ametralladoras y locañones de los carros cubrían todas larutas de salida. Parecía no haber form

de escapar. El Untersturmführer Hein



Damaske, ayudante de Richter, describa desbandada que siguió

continuación:

«Las incursiones nocturnas enemigas cosemejante fuerza hasta entonces fueron lexcepción y no la norma. Tras el pánicinicial causado por el temor a los carrorápidamente surgió el deseo de sobreviventre la tropa. El comandante y su ayudanteasí como los señaleros, demostraron d

forma práctica cómo destruir cuatro carroSherman en combate cuerpo a cuerpo. Traello, el batallón pudo retirarse, si bien cograves pérdidas, huyendo entre y por la

casas, saltando tapias y cruzando setos jardines al este, alejándose de Budel. Estretirada manteniendo contacto con eenemigo y llevada a cabo sin cobertur

anticarro, duró hasta las 09:30 de la mañana»



Los supervivientes se reunieron res kilómetros al este de Budel. Sólo 8

hombres de los 150 que entraron en e

pueblo consiguieron escapar. Fue udesastre. Escarmentados por lexperiencia vivida, los restos de

ampfgruppe formaron y se retiraron ebuen orden a Weert[92].

Hacia las 17:00 horas la columna d

carros británicos logró una penetracióusto al sur de Valkenswaard. Lproximidad del fuego de artilleríndicaba a los observadores alemanes l

progresión del avance. Los cazacarrodel Hauptsturmführer Roestereducidos a 8 Jagdpanzer IV , aú

podían en ocasiones, apoyados po



nfantería, aparecer de súbito y hostigaa las vanguardias aliadas quraqueteaban por la carretera. La espes

arboleda a ambos lados de la carreterdificultaba a los británicos tomaacciones evasivas así como las zanjas

el terreno pantanoso y, en algunougares, empinados diques. La altura dos árboles impedía a ambos bandos l

corrección precisa del fuego dartillería. El pegajoso suelo arenoshacía difícil el movimiento campo ravés de toda clase de vehículos. Lo

cañones antiaéreos de 88 mm sicabezas tractoras eran presa fácil paros carros británicos en cuanto era

detectados al disparar desde su



posiciones emboscadas. Incapaces dmoverse, los cañones resultabadestruidos y sus sirvientes abatidos po

el fuego certero de las ametralladoras dos carros.

Se pierde el control…

El cuartel general del 1.er Ejércitallschirmjäger poco a poc

comprendió la gravedad de la situación

Se perdió el contacto con von deHeydte. Al Kampfgruppe Walthernformado de la magnitud de los saltos

aterrizajes en su retaguardia, se le dij



que no podía esperar ningún refuerzo dmportancia hasta el día siguiente

Entretanto se le ordenó organizar un

nueva línea de resistencia. Afortunada «incomprensiblemente, el enemigpermaneció relativamente inactivo al su

de Valkenswaard durante la noche de17 al 18 de septiembre, limitándose patrullar». Se hicieron intentos de salva

algo del desastre. «Había que mantenea toda costa el contacto con la DivisióErdmann, (en el flanco izquierdo)». Voder Heydte reapareció y estableci

contacto con el Kampfgruppe Chill, quntentaba mover y adaptar su

posiciones hacia el oeste desde su lad

del punto de ruptura. Chill lo puso baj



su mando el 18 de septiembre[93

Entretanto, ya se había reconocido cuáera el foco inicial de la ofensivenemiga. Al Oberst von Hoffmann se lencomendó la defensa de EindhovenProcedió a organizaría empleando la

fuerzas locales in situ. La naturaleza decombate en la cabeza de puente d

eerpelt y sus alrededores alternab

entre el salvajismo y lo caballerescoUna columna aliada fue emboscada poos Fallschirmjäger de Kerutt en l

aldea de Schaft, al este de la carreter

de Valkenswaard, cuando intentabsortear a otra de las compañíaalemanas que defendían las cercanías d

Borkel. En la escaramuza que hubo



continuación, un capitán británico heridfue hecho prisionero. Más tarde, spermitió a una ambulancia británic

acercarse a las posiciones de loallschirmjäger . Se ofreció u

ntercambio, el británico por u

eutnant herido leve, que, según ssupo, podría pertenecer al Regimient

allschirmjäger 6 de von der Heydte

El intercambio fue aceptado. Ese fue ubuen negocio para el batallón alemáque había perdido tantos mandos y quahora recibía un bienvenido refuerzo.

No obstante, tal comportamientcaballeresco no tuvo lugar en la línea dfrente disputada en torno a Moll en e

sector del Kampfgruppe Chill. Aquí, e



1.er batallón del Regimientallschirmjäger 2 del Major Oswal

Finzel, fue atacado por elementos deXII Cuerpo que apoyaba a Garden. Umensajero de la compañía de

auptmann Ortmann, H. Sitter

describió vívidamente la escena cuanda 15.a División de Infantería escoces

atacó sus posiciones. Sus desordenada

notas, enviadas a Finzel en una cartdespués de la guerra, se leen como unserie de secuencias de película:

«Terraplén del ferrocarril con una cabañde señalero que cambió de manos varias veceen el transcurso del día. Usted, Finzeocupaba el puesto de mando del batallón e

una granja. De repente, tras un fuerte ataqu



enemigo, usted queda aislado. El capitáOrtmann me envía como mensajero. Recibfuego de ametralladora por el camino, m

lanzo a cubierto tras un seto, no puedo seguiLa ametralladora está a unos 20 metros ddistancia y estoy sometido a fuego continuoEntonces un Panzer alemán pasa rodandcerca. Espero que le haya rescatado. Despuéveo de ocho a diez paracaidistas que caminahacia el nido de ametralladora con las manoen alto, seguidos por Tommies o canadienseUn breve alto, la ametralladora gira y acribill

a todos los prisioneros. No puedo hacer nadporque dejé caer mi metralleta cuando corrícubierto tras el seto. Está tirada a unos pocometros. Me arrastro lentamente para cogerl

y, de repente: “ Hands up!”. Pienso que todha acabado. Otra salva de morterazos. Micaptores se tiran al suelo. Cojo mi metralletaRáfagas cortas, unos cuantos enemigo

menos, incluidos los del nido d



ametralladora. Pude regresar a dondOrtmann para dar parte, y también informadel asesinato de los prisioneros. Ortmann m

informa de que usted ha conseguidretirarse[94]».

A las 04:15 del 18 de septiembre

os Jefes de Estado Mayor del 1.eEjército Fallschirmjäger y del Grupde Ejércitos B mantenían una animad

conversación telefónica. Como registrel diario de operaciones deLXXXVIII Cuerpo, comentaron: «Nhay duda, el enemigo ha roto efrente[95]».

No sólo se produjo la ruptura, sinque además el mando estaba perdiend



el control. Se seguía en contacto con eampfgruppe Walther y también co

Heinke, que se retiraban gradualment

por la parte oriental del pasillo qupaulatinamente estaba tomando formaCundía una sensación de impotencia, d

a incapacidad de resistir frente a ugolpe tan abrumador. El Regimient

allschirmjäger 6 se retiró por propi

niciativa, desplazándose hacia el oesthasta tomar contacto con la 85.División de Infantería, situada en esado del pasillo. Aunque el flanc

derecho del regimiento se apoyaba en ecanal Mosa-Escalda, su flanco izquierdseguía «colgado en el aire», como l

describió von der Heydte, cerca de l



carretera Tumhout-Eindhoven. Lorestos del batallón penal de la Luftwaff

otro batallón del Regimiento vo

Hoffmann, separados del Kampfgrupp

Walther, fueron puestos bajo su mandoVon der Heydte se mostró implacable e

el trato a algunos de sus desdichadocomandantes. Era la gota que colmaba evaso, los oficiales a los que considerab

ncapaces fueron enviados a retaguardi reemplazados por otros de su propiregimiento. Posteriormente, von deHeydte justificó su reacción en l

gestión de la crisis haciéndose eco de lopinión de sus propios subordinados:

«Los saltos y aterrizajes enemigos del 1



de septiembre y la ruptura efectuada por lDivisión Acorazada de los Guardiaparecieron hacer cundir el pánico en todo

los cuarteles generales superiores hasta enivel de Ejército. Ni el Cuerpo ni el Ejércitpudieron proporcionar ninguna informacióen absoluto sobre la situación durante loprimeros días; la única orden que recibimosrepetida una y otra vez, fue la de no ceder nun palmo de terreno. Se informaba dlanzamientos de paracaidistas en casi todapartes; parecía que las comunicaciones y l

logística se habían visto paralizadas en gramedida[96]».

El comandante del LXXXVIICuerpo habló con el Generalleutnan

Chill a las 08:52 del 18 de septiembre e dijo que metiera en cintura al díscol



comandante del Regimientallschirmjäger 6 , como revela e

diario de operaciones:

«Hay que tener firmemente sujeto aregimiento von der Heydte. Se subrayexplícitamente que al Oberstleutnant von deHeydte no se le permitía ejercer ninguniniciativa cuando se tratara de retirarse[97]».

Pero ya era demasiado tarde.Mientras se transmitía este mensajeel Major Kerutt consiguió formar otrposición de bloqueo a lo largo del bordsur de Aalst. Todo lo que quedaba eraos supervivientes del 1.er y 3.e

batallones del Regimiento vo

Hoffmann, una sección de antiaéreos d



20 mm y once cañones anticarro de 7mm sin cabeza tractora. Esta delgadcortina era todo lo que se interponí

entre los británicos y Eindhoven, situada algunos kilómetros de distancia. Lorestantes Jagdpanzer IV de

auptsturmführer Roestel estabadesplegados en el flanco de la ruta daproximación desde Leende

Valkenswaard al sur de Aalst. A las10:20, se informó al Kampfgruppe Chilque habían sido desplegadas columnaacorazadas frente al pueblo. En torno a

mediodía, el enemigo embistió lposición. Sonaron los característicoestampidos y sonidos metálicos de lo

proyectiles perforantes impactando e



os blindados ligeros y en los Sherma

de vanguardia. Columnas de humo negrse elevaron en el cielo, indicando e

ímite del avance. Llevando a cabacciones evasivas, los siguienteescuadrones de carros flanquearon l

posición defensiva. El batallón dKerutt se retiró, todavía combatiendopero siendo empujado al lado orienta

del corredor. Una vez más, debido a lfalta de vehículos de remolque, locañones anticarro y muchos de susirvientes fueron dejados atrás.

El camino a Eindhoven estaba ahorabierto del todo, cayendo la ciudad emanos de las fuerzas aerotransportada

americanas la tarde del 18 d



septiembre. A las 19:00 los primerocarros de la División Acorazada de loGuardias pasaron por sus calle

adoquinadas entre las aclamaciones dos civiles que los saludaban. En lo

suburbios del norte de Eindhoven do

cañones de 88 mm trataron de cerrar epaso al 2.o Batallón del 506.Regimiento de Infantería Paracaidista d

a 101.a

División. El KampfgruppKoppel de la 18.a Brigada Fla

ransmitió por teléfono los últimomomentos de la defensa de la ciudad:

«El enemigo ha penetrado hasta el sectonorte de Eindhoven. Hay lucha callejera

Ahora no es posible seguir en contacto con l



unidad; la inserción de refuerzos de infanteríha sido descartada. El grupo anticarr“Grunewald” solicita nuevas órdenes de

Ejército… [la llamada telefónica scortó[98]]».

El 1.er Ejército Fallschirmjäge

ahora estaba partido en dos.



VIII. ¡EN MARCHA!GUIAROS POR

EL SONIDO DE LOSDISPAROS

jeron que el enemigo estaba donde nosdisparaban.

dante de un batallón SS.

Perforando el flanco izquierdo



La oleada inicial de la 1.a DivisióAerotransportada británica dejó eierra dos brigadas de infantería y tropa

de apoyo divisionarias. Sumando uotal de 8000 hombres; la mitad de

elemento combatiente lo constituía la 1.

Brigada Aerotransportada, mandada poel Brigadier Hicks. Su misión erasegurar las zonas de salto en Wolfhez

sus alrededores para las siguienteoleadas. A la 1.a Brigada dParacaidistas de Lathbury se le ordencapturar la carretera principal y lopuentes de pontones del mismo ArnhemSus batallones, que estuvieron listopara moverse sobre las 15:00 horas



empezaron a abandonar sus respectivazonas de aterrizaje entre 1 hora y medi 2 horas después del aterrizaje. El 1

el 3 PARA se toparon pronto con ebatallón SS de Krafft y el Kampfgrupp

de la Luftwaffe de Weber. Krafft n

pudo ser flanqueado hasta finales de larde o principios de la noche. Par

entonces algunos grupos británicos d

amaño compañía ya habían entrado eos suburbios occidentales de Arnhem.Con el Teniente Coronel John Fros

al mando, el 2.o PARA hizo mayore

progresos. Se desplazó rumbo al sur poHeelsum y Heveadorp hasta el bajRhin. Al encontrar poca oposición, y si

ser consciente de su buena suerte, e



batallón de Frost marchó a un pasagotador a pesar de lo muy cargados quban. Su objetivo era el puente d

Arnhem. Sin saberlo ni el enemigo nellos marchaban a lo largo del rídoblando el flanco izquierdo alemán.

Otras tropas iban también de caminal puente de Arnhem. La debilitadcompañía del Rottenführer Rudol

Trapp, de unos 50 soldados —de la 10.SS Frundsberg — pedaleabfuriosamente desde Deventer a Arnhem.

Las bicicletas fueron requisadas

os holandeses a punta de pistola. « Eeht wieder los!». («¡Allá vamos otr

vez!») fue la exclamación resignad

cuando recibieron la inevitable orden d



ponerse en marcha y seguir a los avioneque, en imponente espectáculosobrevolaban Deventer. Con l

adrenalina en las venas, devoraron lokilómetros. A medida que avanzabanmejoraron los ánimos; como recordab

Trapp, eran jóvenes y por tanto «teníamenos miedo». Y lo que era mámportante:

«Hacía un tiempo magnífico, un dísoleado. La moral era alta. No había Jabo

como en Normandía; ¡creíamos que podíamo

vencer [99]

!».

A mediados de la tarde, ladispersas compañías de «alarma» d



reacción rápida de la 9.a SS empezaroa concentrarse. Llegaron a pie, ebicicletas, en carretas tiradas a caballo en automóviles variopintos. Veint

camiones de la reserva de transporte da Hohenstaufen establecieron u

servicio de lanzadera, trasladandcompañías a través del centro urbano dArnhem a los suburbios del oeste

Actuaban siguiendo una sencillconsigna: «¡Acudid a donde se oigfuego, allí es donde está el frente!». E

ampfgruppe del Hauptsturmführe

Möller llegó a las afueras del norte dArnhem a las 16:30.

«Había mucha confusión, con gritos



gente corriendo de un lado para otro. Nadisabía qué estaba pasando. Nos dijeron que eenemigo estaba donde nos disparaba[100]».

El pelotón de zapadores de asaltdel Rottenführer Dombrowski ya shabía percatado de esto. Tras pasar eHospital de Santa Isabel en lUtrechtseweg hacia Oosterbeekrecibieron tal volumen de disparos qu

se vieron obligados a ponerse cubierto. Camiones y semiorugafrenaron bruscamente, quedand

atascados en la carretera mientras loocupantes salían a toda prisa de ellosalgunos, alcanzados por las balascayeron en la calle. Entre su llegada y e



anochecer, el Kampfgruppe Möllecombatió contra compañías del 3 y PARA que intentaban abrirse paso haci

el puente de carretera. Clavado al suela unos pocos cientos de metros al oestdel hospital en una zona del parque De

Brink, Möller ansioso de proseguiadelante, estaba destinado a permaneceen esas mismas casas durante día

mientras la batalla por Arnhem rugía eorno a él. Por el momento trató ddispersar sus compañías en formacióde asalto y avanzar. El pelotón d

Dombrowski, incrementado ahora a 11 12 hombres, se desplazó a la izquierdde la Utrechtseweg . Según recordaba:



«Esto era como un tiroteo del SalvajOeste. No había frente. Los pelotones escuadras luchaban en acciones dispersa

contra grupos británicos de tamaño similaEn el lado británico tampoco existía una líneclara[101]».

Más adelante, a la derecha, docenade paracaidistas ingleses yacían muertoen un campo segado, algunos todavílevaban el arnés del paracaídas

Dombrowski no sabía cómo acabaroallí. «Quizás un planeador se partió eel aire al ser alcanzado o má

probablemente se vieron cogidos por lantiaérea alemana». Consiguió recogeuna metralleta Sten Mark II . «En aque

momento sólo tenía una pistola. Agarr



a Sten con avidez y pensé “¡Gracias Dios que tengo un arma!”»Desafortunadamente, demostró ser poc

fiable durante su primer contacto reacon el enemigo al toparsnesperadamente con un grupo d

paracaidistas británicos en un garaje. Emecanismo de amartillado de lmetralleta, dañado por fragmentos d

metralla, se atascó. Por suerte salió depaso fingiendo, amenazando codisparar. Los británicos; igualmentespantados, desmoralizados y cansados

se rindieron y fueron conducidos retaguardia. Recordaba la importancidel incidente porque:



«… después de dos o tres días ya no erposible identificar al amigo del enemigo polos disparos de las armas. Las nuestra

generalmente disparaban más rápido que labritánicas. Pero ambos bandos usaban laarmas del otro».

Dombrowski, más tarde, consiguihacerse con un arma muy apreciada: unSten con culata de madera. Éstas eramuy buscadas por los alemanes, lapreferían a su propio subfusil MP40porque el cargador horizontal permitídisparar con ella echado cuerpo a tierr

sin tener que erguirse. Las heridas en lcabeza y el pecho causadas pofrancotiradores habían sido mu

comunes en el frente ruso, hasta que lo



veteranos descubrieron esta alternativmás ventajosa. Dombrowski conservó sarma hasta casi el final de la guerra

hasta el momento en el que se agotaroos suministros de munición.

El batallón de Möller fue incapaz d

avanzar y tampoco pudieron hacerlo lobritánicos. El Hauptsturmführe

consideró las dificultades:

«Estábamos atascados en este selva djardines y mansiones, de setos y cercas, djardines floridos y huertos, de terrazas pabellones. La Utrechtseweg , ancha y con utranvía abandonado, se convirtió en una zonmortal».

Los alemanes comenzaron a forma



o lado sur, una patrulla dreconocimiento llegó al bajo Rhin perno consiguió detectar ningún enemigo.

Entonces, sobre las 18:00 horascuando la situación parecíestabilizarse, Möller se qued

sorprendido al oír:

«… una explosión tremenda… que veníde la orilla del Rhin y que hizo temblar tod

con su onda expansiva. Procedía del puentferroviario sobre el bajo Rhin».

El General Bittrich, el comandantdel Cuerpo, apareció en el puesto dmando de Möller poco después. Parentonces había corrido la voz de qu

habían volado el puente de ferrocarri



«¿Pero por qué?» preguntó Möller«Bittrich tampoco tenía idea de quhubiera planes al respecto, ¡y estab

muy preocupado por lo que pudierestar sucediendo en nuestrretaguardia!».

Había un tren vacío abandonado eel acceso norte del puente ferroviarioEl terraplén, ya dañado po

bombarderos británicos aquella mañana las 11:00 horas, fue ametrallado pocazas británicos para ahuyentar a loobreros holandeses que trataban d

repararlo a las 13:00 horas. Trecañones de 20 mm servidos por udestacamento de artilleros antiaéreo

guardaba el extremo norte. Esto



hombres eran Reichsdeutsche

residentes en Holanda antes de la guerrno nacionalizados, que fueron lueg

reclutados. Estaban nerviosos tras eametrallamiento e inquietos después demponente espectáculo de lo

paracaidistas descendiendo perdiéndose de vista tras los árboles«¿Qué será lo próximo?» pensaban. E

grupo de demoliciones, diez hombres un suboficial al mando, estaba alojaden casas cerca del extremo sur. «¿Poqué no vuelan el puente antes de que se

demasiado tarde?» se preguntaban loartilleros. Pero no había signos dactividad.

De Oosterbeek llegó e



nconfundible sonido de disparos darmas ligeras, intercalado con ráfagade ametralladora y el estallido sordo d

granadas de mano. Pequeños grupos dsoldados alemanes dejados atrás comretaguardia trataban de retrasar e

avance británico. Mientras los artillerocontinuaban observando, tres camionepasaron por la carretera del lado nort

del río, dirigiéndose a la iglesia dOosterbeek. Los camiones, que llevabanfantería alemana, fueron detenido

fuera de su vista y los ocupantes hecho

prisioneros por la compañía A del PARA, que se dirigía a marchaforzadas hacia el puente.

De repente estallaron más disparo



en torno al terraplén del ferrocarril denorte. Trece rezagados alemanesvestidos con blusones de camuflaje

mandados por el Sturmmann HelmuButtlar, surgieron de repenteentablando, entre carreras, un tiroteo co

a vanguardia del 2 PARA. Eran unmezcla de infantería y de artilleroantiaéreos de la 10.a División S

rundsberg . Aislados de su unidadesde la retirada del norte de Franciaestaban a punto de reunirse con sucamaradas cuando fueron sorprendidos

a hora de comer por las tomas de tierren torno a Oosterbeek. Nueve de elloalcanzaron el terraplén de la vía férrea

ras haber conseguido retrasar a lo



británicos en la estación de ferrocarride Oosterbeek-Laag.

Horrorizados, los artillero

alemanes que estaban en el puentobservaron cómo casi todo el batallóde Frost aparecía ante sus narices. Co

mpresionante destreza y coordinaciónuna compañía se destacó del grueso fue en fila india hacia el puente. Pront

se desplegó en formación de asalto. Lodemás siguieron adelante. Esto fudemasiado. Tras un breve intercambide disparos los artilleros fuero

abatidos o huyeron. Sin embargocuando la compañía C del 2 PARA pusel pie en el puente, su arco principal s

curvó alzándose en el aire y s



desmoronó sobre sí mismo tras unfuerte explosión. El jefe de demoliciónayudado por uno de sus soldados, habí

detonado las cargas.Con gran decepción, el 2 PARA

siguió avanzando, con el mismo pas

constante que, sin prisa, devora lamillas. «Desde aquel momento comenza verdadera lucha», relató un teniente

«fue una marcha penosa[102]

». Ahorsólo quedaban dos posibilidades dcumplir la misión: ir a por el puente dpontones o apoderarse del premi

principal, el puente de carretera dArnhem.

El grupo de Buttlar se retiró a

parque de Den Brink, con la intención d



seguir retrasando al enemigo. Su pelotófue posteriormente aniquilado en locombates por la ciudad y el propi

Buttlar fue gravemente herido[103].Unos pocos cientos de metros a

norte, Möller y Gropp estaban mu

preocupados con una amenaza inmediata su línea de frente. Más abajo, junto abajo Rhin, una compañía de sudoroso

paracaidistas pesadamente cargados resueltos, avanzó completamentnadvertida para los alemanes. Con lo

ojos vidriosos por el sudor, anhelaba

ver detrás de cada recodo del río por eque pasaban su objetivo: el puente dcarretera de Arnhem.



«Los muchachos no estuvieron

suficientemente atentos»… Lacaptura del puente de lacarretera de Arnhem

El Generalmajor Kussin erresponsable como Stadtkommandant d

a defensa del puente de Arnhem. Dohilillos de sangre se habían coaguladen sus hombreras doradas.

Yacía grotescamente medio salidde su automóvil, alcanzado varias veceen el pecho y cuello. El automóvil dEstado Mayor, con el parabrisa



destrozado, estaba acribillado de parte parte como un colador por balas de fusiametrallador Bren. Su mano diestr

enguantada aferraba una pistolamientras que en su mano izquierda teníun cigarrillo sin consumir. Los soldado

del 3.er Batallón Paracaidista quproseguían el avance por Arnheecharon una ojeada curiosa al interio

del coche, al general y a sus doayudantes, quienes parecían, por sugrotescas posturas en la muerte, habententado esconderse detrás del cuerp

del otro bajo la granizada de balas. Eraas 17:30 horas del 17 de septiembre.

Harzer, el comandante de

ampfgruppe de la 9.a SS, estuvo en e



cuartel general de Kussin media horantes, para atar los cabos sueltos en ladisposiciones defensivas del puente

para recibir órdenes sobre sus otraunidades que ahora llegaban a ArnhemEl Stadtkommandant no estaba allí. E

general Kussin, le dijeron, estaba fuerdando instrucciones e informando otras unidades. Volvería pronto.

Tan pronto como se enteró de lmuerte del general, Model le encomendel mando directamente al Jefe de EstadMayor de Kussin, el Major Ernes

Schliefenbaum: «Le hago responsable dque resistamos en Arnhem», le dijo poeléfono. Schliefenbaum escribi

posteriormente que se sintió «mareado



sólo de pensarlo pues la situación «erun caos total[104]». Bajo su mando sólenía dos docenas de hombres entr

mayores y muchachos que servían lapiezas ligeras antiaéreas en torno apuente de carretera y otros poco

elementos de seguridad.Comprensiblemente, Harzer estab

preocupado. La rápida sucesión d

órdenes y contraórdenes emitidas por eCuerpo, requerían tiempo para selevadas a cabo y el tiempo no sobraba

Pensó que Gräbner podía comprobar e

puente mientras hacía un reconocimienten dirección a Nimega. En todo caso lhabían prometido refuerzos, los cuale

desplegaría inmediatamente en torno a



puente. Entretanto tendrían que bastaas medidas de Kussin. Los británicoodavía seguían contenidos en el lad

oeste de Arnhem. Al menos, eso es lque sugerían los informes.

A las 18:00 horas, el batallón d

reconocimiento de Gräbner rodatronador por el puente de Arnhemcirculando en dirección a Nimega. A l

columna de 30 autoametralladoras semiorugas le llevó algunos minutocruzar. El humo de los escaperemolineaba en torno a los puntales de

puente cuando los vehículos acorazadosahora totalmente equipados y listos para acción, pasaron rugiendo. Est

animaría a los centinelas del puente



hambrientos de noticias, que al menospodían tranquilizarse al ver que alguiecontrolaba la situación y que se estaba

omando las medidas oportunas. Gräbnesólo tenía una idea en mente cuandcruzó: «Nimega». ¿Qué encontraría allí

También habían informado del aterrizajde paracaidistas allí. Tenían qumoverse rápido. No perdieron tiempo e

parar para dar instrucciones a locentinelas del puente. En cualquier casno era problema suyo. EStadtkommandant , tras ser informado

a habría tomado las medidanecesarias. Pero Kussin estaba muerto.

La columna de vehículos camuflado

de las SS pasó al otro lado, mientras lo



centinelas saludaban con la mano. ¿Dquién era la responsabilidad dcustodiar el puente? Existía un ciert

grado de confusión en las mentes dodos los mandos responsablenvolucrados. Un examen de la

directivas del II Cuerpo SS, enviadaentre las 13:40 y las 17:30 para resolvea crisis del 17 de septiembre, e

esclarecedor. A la 9.a

SS se le dinicialmente la responsabilidad globade custodiar y reforzar el puente que, eel Ínterin, era cometido deStadtkommandant de Arnhem. Siembargo, el Batallón de Reconocimientde Gräbner, que había conservad

astutamente sus vehículos, era l



primera formación acorazada lista parel combate a disposición del II CuerpSS. Bittrich lo envió de inmediato

imega, que percibía como eSchwerpunkt o punto principal dconcentración de la defensa, ya qu

pensaba que la principal amenazresidía en las fuerzas terrestres aliadaque avanzaban por el sur. Po

consiguiente, el Batallón dReconocimiento 10 de la Frundsber

fue ofrecido a la 9.a SS comcompensación por el traslado d

Gräbner a Nimega. Se encuadró en eampfgruppe Brinkmann y se le orden

custodiar el puente. Esto llevaría má

iempo al tener más trecho que recorre



pero no tuvo consecuencias inmediataporque nadie advirtió lo cerca que shallaba el batallón de Frost. Lo

comandantes de unidad responsablecreían, por tanto, que le correspondía algún otro la tarea de vigilar el puent

de Arnhem o que ya había alguien allque podía ser relevado a tiempo. Frosba a llenar el vacío dejado por est

confusión.Otras medidas confundieron aún máa situación. El batallón «Euling»

anteriormente de la 9.a SS, había sid

ransferido en su totalidad a la 10.a Sa semana anterior. Se le ordenó cruza

el puente de Arnhem para reforzar a l

guarnición de Nimega. Formacione



adicionales de alarma como la 3.compañía de Trapp del Regimient

anzergrenadier 21 también corríahacia el puente de Arnhem. Todas estaunidades, que llegaban a diferententervalos a ambos extremos del puente

ban a encontrar una presencia británicnesperada. El efecto paralizado

provocado por estas desafortunada

medidas contribuyó a que el batallón dFrost estuviera firmemente establecido a mañana siguiente.

Paradójicamente, el puente parecí

estar desierto una vez que la columna dGräbner terminó de cruzarlo, observadpor los británicos que se aproximaban

Un policía holandés, llamado van Kuijk



afirma que lo cruzó a las 19:30 sin ver nadie[105]. Cosa que no debe sorprendepues los defensores, oyendo el ruido da batalla que se acercaba a unos do

kilómetros de distancia, estarían alerta en sus puestos de combate

atrincherados en los búnkers de suposiciones.

Karl Ziebrecht, al mando de la 1.

Compañía, Batallón de Reconocimientde la 10.a SS; estaba en marcha con suautoametralladoras, vehículos de ruedaarmados con cañones de 20 mm. Sdestino era el puente de ArnhemBittrich, el comandante del cuerpo, squedó conmocionado al ver la escala d



os lanzamientos. «¡Cristo!» exclamó«esto es una enorme operacióaerotransportada, tenemos que pedi

ayuda». Otto Patsch, comandante efunciones de la 10.a SS en ausencia dHarmel, dio instrucciones a

auptsturmführer Brinkmann para qudividiera su batallón de reconocimientcon el objetivo de cubrir inicialmente l

orilla oriental del Rhin, así comEmmerich y Wesel. La compañía dZiebrecht recibió la orden de reconoceos accesos al puente de carretera d

Arnhem. Llegó al anochecer, justcuando la compañía A del 2 PARAntentaba dar un golpe de mano. Eran la

20:00 horas y los autoametralladoras d



Ziebrecht fueron atacadonmediatamente. No estando mu

seguros de qué estaba pasando

devolvieron los disparos, se retiraron, nformaron por radio a Patsch de lo qu

habían visto.

Los centinelas en los búnkers svieron atacados de repente. Tal y comel Oberführer Harmel expres

posteriormente: «Los muchachos nestuvieron lo bastante atentos. Nesperaban que Frost llegase allí tapronto, y fueron sorprendidos». En ve

de patrullar regularmente por el puenteos inexpertos centinelas prefirieron l

seguridad de sus búnkers, esto le

costaría la vida cuando los primero



proyectiles PIAT dieron en el blancoEncerrados en los búnkers, no estabaen posición de detectar los ejes d

aproximación de la fuerza de vanguardide Frost, que venía siguiendo el río. Eas calles pronto empezaron a resona

os ecos del seco chasquido de disparode armas ligeras y el estruendo de laexplosiones. El tronar de los cañones d

20 mm reverberó en las casas vecinasFogonazos fugaces seguidos de fuerteestampidos produjeron un confusestrépito. Nadie sabía con certeza quié

disparaba ni de dónde venían lodisparos.

Al mismo tiempo, el batallón d

Euling de la 10.a SS llegó al extrem



norte del puente, con la intención dcruzarlo para ir a Nimega. Su compañíde cabeza se vio inmediatament

envuelta en el tiroteo. Totalmentperplejos, los soldados respondieron afuego preguntándose qué diablos estab

pasando.La débil 3.a compañía de Rudol

Trapp, del Regimient

anzergrenadier 21 de la Frundsbergambién se acercó desde el noroesteTras haber pedaleado furiosamente esus bicicletas todo el camino desd

Deventer llegaron al anochecer«Abandonamos las bicicletas en laafueras del norte de Arnhem, y no

encaminamos al puente a pie». Pronto s



dieron cuenta de que estaban caminanddirectamente a retaguardia de una unidabritánica, el 2 PARA. Trapp recordó ve

«esparcidos elementos de equipbritánico y soldados alemanes británicos muertos mientras no

acercábamos». Sigilosamente, scompañía avanzó hacia el puente a largo del Ryn Kade por la carretera de

bajo Rhin.«Debían ser como las 20:00 horas

oscurecía. Se podía distinguir la silueta de

puente a la caída del atardecer. Advertimoque se estaba formando un frente mientranos aproximábamos. Avanzamocuidadosamente por la calle, corriendo de uncasa a otra, usando las fachadas com



cobertura[106]».

Los primeros intercambios d

disparos tuvieron lugar cerca de lglesia, «que más tarde ardió».

En el puente, los proyectiles PIAT

británicos finalmente silenciaron ebúnker que todavía resistía en eextremo norte. Un lanzallamas entró eacción, proyectando una lufantasmagórica y diabólica sobre lafachadas de las casas bajo la rampaHubo una enorme explosión y gritos e

el arco principal cuando una barraca qualbergaba municiones explotó al seenvuelta por el chorro de gasolin

lameante.



Los hombres de Trapp, bajo el nivede la rampa del puente, registraban lacasas a la búsqueda de su escurridiz

enemigo. Recordaba que «nodisparaban desde todas direcciones»Empezaron a tener sus primeros muerto

heridos. Faltos de todo, «recogimoarmas de los muertos británicos». Nba a ser una tarea fácil. «Los británico

omaron posiciones en las casas e iba ser condenadamente difícil sacarlos dallí».

El Oberleutnant Joseph Enthammer

cuya unidad de artillería de cohetes Vestaba acantonada a sólo unos pocomiles de metros al norte del puente

estaba preocupado. La situación desd



el primer avistamiento de los «copos dnieve» no estaba clara. Habían reunidapresuradamente a las tropas, salvo a s

unidad, y las habían enviado edirección a las zonas de aterrizajeRecordaba que: «No nos llevaron a

combate debido a la naturaleza mportancia de nuestra rama especialist

del Ejército». Los sonidos intermitente

de escaramuzas, incluyendo fuego dametralladora, se acercaban. Entre las19:00 y las 20:00 se ordenó a la unidadque contaba con unos 120 hombres, qu

se retirarse a Emmerich. Enthammerpuesto a cargo de un grupo dretaguardia de 17 soldados, no pud

retirarse hasta las 21:00 horas. Partiero



en un camión,

«… no habíamos recorrido más de 300

400 metros cuando salieron soldadobritánicos a la calle y detuvieron el camión¿Qué podíamos hacer? Estábamoprácticamente desarmados, excepto uno

pocos fusiles. Fue una sorpresa total. Esargento a cargo de los paracaidistas abrió duna patada la puerta de una casa adosada y nometió dentro a toda prisa. Nos llevaron a

primer piso donde pasamos la primera nocheEl sargento (que luego descubrí que era dViena y hablaba alemán) nos trató bien“Consideraos afortunados de que no ocapturaran los polacos”, dijo. “Un batallón dpolacos saltó con nosotros y dijeron que nharían prisioneros[107]”».

Enthammer no se considerab



afortunado en absoluto. Después dodo, su unidad acababa de terminar danzar cohetes V2 contra Londres. N

hacía falta mucha imaginación parsaber cuál sería la reacción si se filtrabal 2.o Batallón Paracaidista caso de qu

este ganara la carrera hacia el puente.El Rottenführer Trapp tambié

empezaba a darse cuenta de que l

situación estaba lejos de ser de colorosa:

«Había un tranvía totalmente acribillad

en la carretera que llevaba a la plaza demercado. De él sacamos a una mujegravemente herida, así como a algunos civiley británicos heridos. Más tarde recibimo

algunos Panzerfaust y munición. Hast



entonces tuvimos que reabastecernoutilizando armas y municiones británicas».

Vehículos alemanes, sin saber quos británicos ya estaban en posesión de

extremo norte del puente, intentaro

cruzar durante la noche. Tres camioneexplotaron tras abrir fuego contra elloen la rampa norte cuando intentabaabrirse paso. Los ocupantes saltaron

algunos con la ropa en llamas, y fueroabatidos a la luz cegadora producida poos restos ardientes. La chatarr

bloqueaba ahora el puente mientras lobritánicos fortificaban las casas en torna la rampa norte. La 10.a SS tendría qu

encontrar un método alternativo par



cruzar el Rhin para llegar a Nimega.Todos los mandos alemanes era

conscientes de la importancia del puent

de Arnhem. Todos supusieron que algúotro se encargaba de él. Acabaron poverse envueltas tantas unidades, qu

levó toda la noche poner orden coordinar las medidas para su recapturaEl Oberführer Heinz Harme

comandante divisionario de la 10.a

SSse lamentó tras la guerra:

«Si Gräbner hubiera dejado tan sólo uno

pocos soldados para reforzar la seguridad depuente, entonces todo hubiese sido distintoGräbner pecó de exceso de confianza. Sólo lpreocupaba lo que podía encontrar e

Nimega[108]».



Ésta fue la ironía suprema de labatallas por los dos puentes mámportantes que había que tomar durant

arket-Garden. Quien conquistó unoen el momento de la victoria perdió eotro. Por tanto, el éxito logrado po

ambos fue transitorio. En cualquier casoel futuro de la 1.a DivisióAerotransportada británica dependí

más de lo que sucediera en el Waal, qude lo que aconteciera en el bajo Rhin.

La carrera por los puentes delWaal, Nimega, la noche del



17-18 de septiembre…

A medida que se extendía la noticien Nimega sobre los saltos y aterrizajeal sur de la ciudad, al Oberst Henkeque mandaba una plana mayor sobrant

de un Regimiento de Instrucción dallschirmjäger , se le ordenó coordina

as medidas necesarias para custodia

os dos puentes que cruzaban el Waal eimega. Henke puso en estado d

alarma a todas las fuerzas locales y laomó bajo su mando. No obstante, eampfgruppe Henke no tenía ni la

ropas ni el material necesarios pardefender la ciudad de form



satisfactoria. Disponía de trecompañías del Batallón Ersatz 6 deWehrkreis VI , una compañía de

Regimiento de Instrucción Herman

Göring , que estaba de tránsito en sretirada hacia el norte y de lo

miembros de una escuela de suboficialeque ya habían sido apostados comvigilancia del puente. Además estaba l

plana regimental de Henke, algunoreservistas y otras tropas que eraresponsables de la guardia de lestación de tren y apartaderos. La fuerz

sumaba unos 750 hombres. Las bateríaantiaéreas emplazadas fueron ajustadade modo que pudieran desempeñar u

papel dual como anticarros.



Nimega era una ciudad con unextensión de 5 a 6 km de áreaurbanizadas. Sólo se podían cubri

sectores limitados. Por lo tanto, Henkdecidió concentrar sus fuerzas en doposiciones al sur de los puentes d

carretera y ferrocarril. Eran objetivodifíciles de custodiar, porque el ríWaal tiene casi 300 metros de ancho e

este tramo.Un cordón de puestos avanzados dalerta temprana fue establecido en eborde sur de la ciudad, cada un

compuesto de pequeños pelotones de 8 10 soldados. Dos glorietas, 1000 metroal sudeste y sudoeste de los puentes

Kaizer Karel Plein y Kaizer Lodewij



Plein, se convirtieron en los puntoniciales de concentración para l

defensa. Se emplazaron posicione

fortificadas en torno a ambos puentes en el pequeño pueblo de Lent al otrado, en la ribera norte del Waa

controlando el acceso y proporcionandobservación sobre los mismos. Edificiomportantes como la oficina de correo

ambién fueron ocupados y fortificados.Los soldados de Henke estabacomprensiblemente nerviosos. No habínformación confirmada, aparte de lo

nformes exagerados al principio sobra extensión geográfica de las zonas d

aterrizaje. El Batallón Ersatz 6 de

Wehrkreis VI radió un informe pesimist



a su cuartel general de la 406.a Divisióde que se habían producido:

«… saltos y aterrizajes enemigos en torna Zyfflich y Groesbeek. Destacamento dNimega rodeado, se solicita apoyurgentemente».

El Major Rasch, ayudante decomandante de la 406.a División, qued

completamente consternado. «Nogolpeó como un bombazo», escribiposteriormente, cuando más informe

aclararon la extensión y fuerza de lafuerzas aerotransportadas. Rasch supusque «las tres compañías en Nimegdeben darse por perdidas; no se recibi



ni un informe más[109]».Durante la tarde y la caída de l

noche del 17 de septiembre no hubcontacto con las unidades enemigas e

imega. La 82.a DivisióAerotransportada americana, ocupada e

omar sus objetivos iniciales, no envió una patrulla a la ciudad hasta las 18:3horas y ésta no regresó para informa

hasta la mañana siguiente[110]

. Durante larde, Bittrich, comandante del II CuerpSS, decidió enviar el grueso de

ampfgruppe Frundsberg, un grupo dcombate con la fuerza de una brigadapara defender Nimega. Esta misión ersu Schwerpunkt o punto d



concentración del esfuerzo. Se debímpedir a las fuerzas terrestres aliada

avanzar por el pasillo para enlazar co

a división Aerotransportada británicen Arnhem. Luego ésta podría sedestruida con facilidad, ya qu

claramente se había excedido más allde sus capacidades. El Kampfgrupp

Reinhold con el 10.a Batallón d

Zapadores SS adjunto proporcionaría lvanguardia. La punta de lanza era ebatallón Euling, que inesperadamente svio envuelto en la lucha para forzar e

paso por el puente de Arnhem. Nobstante, sólo sus elementos dvanguardia se vieron inmovilizados. S

comandante, el Hauptsturmführe



Euling, muy consciente de lmportancia de su misión que era llega

al Waal lo antes posible, mostró algo d

niciativa e hizo girar sus vehículos eredondo. Salieron de Arnhem y rodarohacia el este, buscando una rut

alternativa.El Hauptsturmführer Vikto

Gräbner, de 30 años, comandante de

Batallón de Reconocimiento de lohenstaufen, llegó a Elst a 9 km anorte de Nimega sobre las 19:00 horasPara poder cumplir su misión d

despejar Betuwe (la isla) entre Arnhe Nimega, dispersó su columna a amboados de la carretera principa

Corriendo a través de aldeas



carreteras secundarias, grupos dsemiorugas acorazados buscarounidades de paracaidistas enemigas

pero no encontraron nada. El mismGräbner llamó por radio a 2 kilómetroal sur del puente de Arnhem par

nformar de que no había signos dactividad enemiga. La columna volvió formar e incrementó la velocidad

rodando hacia Nimega. Para su alivios accesos de los puentes ya estabaocupados por el Kampfgruppe HenkeMucho de lo que aconteció

continuación está basado en conjeturaapoyadas en informes parciales.

Gräbner dejó varios semioruga

armados con cañones anticarro de 7



mm en Elst. Estos, además de seguridadproporcionaban un enlace de radio coa 9.a División SS en Arnhem y é

mismo. Sin embargo, por orden de l10.a División SS de Harmel a la cuaestaba asignado, tenía órdenes d

permanecer en Nimega. A Gräbner lgustaba usar su iniciativa y podía sempetuoso. Probablemente fu

nformado por los hombres de Henke eel puente de Nimega, que todavía nhabían entrado en contacto con eenemigo. Al mismo tiempo, a las 20:0horas, la 1.a compañía del Batallón dReconocimiento de la 10.a SS estabmplicada en un intenso intercambio d



disparos en el puente de carretera dArnhem. Informaron por radio a Patschque era el suplente de Harmel durante s

ausencia, que los búnkers en el puenthabían caído y que el enemigo ya estabfirmemente establecido en una posició

sólida[111].Uno de los grupos de semiorugas d

reconocimiento de Gräbner tambié

estaba en acción en el extremo sur depuente, impidiendo al 2 PARA de Frosa posibilidad de cruce[112]. Sntercambiaba fuego con las casa

situadas a lo largo de la ribera norteCon una crisis en su retaguardia, y sique nada sucediera enfrente suyo e

imega, aparentemente segura, Gräbne



dio la vuelta con el grueso de scolumna y comenzó su marcha fatídichacia Arnhem. Inadvertidamente, l

defensa de los puentes volvió a seresponsabilidad exclusiva de Henke.

Nueve horas después de lo

aterrizajes en torno a Groesbeek, lprimera ráfaga de fuego automático hizañicos la siniestra calma de la noche e

imega. Eran las 22:00 horas. Lodisparos vinieron del área de la glorietmás cercana al puente de ferrocarril, lKaizer Karel Plein. Dos compañías de

1.er Batallón del 508 Regimiento dnfantería Paracaidista de la 82.

División Aerotransportada american

estaban llevando a cabo u



«reconocimiento ofensivo» en losuburbios del sur de Nimega. Lacompañías A y B intentaban contra tod

esperanza tomar el puente con un golpde mano que podía ser posible, segúsugirieron los miembros de l

Resistencia holandesa, puesto questaban débilmente defendidos. Everdad, así era. Pero cuando l

compañía A se desplegó para el ataqueun convoy de vehículos a motor sdetuvo entre chirridos de frenos al otrado de la glorieta. Las puertas trasera

de los camiones cayeron de golpe coestrépito, seguidas por voceapremiantes, golpes, y rascar de suela

claveteadas cuando los soldados SS e



a parte de atrás bajaroapresuradamente, espoleados por eruido de disparos[113]. Iluminados poas balas trazadoras que cruzaban l

glorieta, y por los destellos de lagranadas y armas automáticas, lo

soldados vestidos de camuflaje sdesplegaron y de inmediatcontraatacaron salvajemente. Entre l

confusión, la oscuridad y el ruidensordecedor, se hizo casi imposibldistinguir a amigo de enemigo. Venífuego desde todas direcciones. L

compañía A americana, que estaba punto de retirarse, sólo pudo estabilizasu posición cuando su compañí

hermana, la B, llegó.



A unos 400 metros al nordeste de lglorieta se hallaba la oficina de correosDe acuerdo con los informes de lo

civiles holandeses, albergaba emecanismo principal de demolición depuente. Aprovechando la oscuridad y l

confusión, los paracaidistas americanoalcanzaron el edificio y lo asaltaron. Lohombres de Henke en el interio

opusieron resistencia, pero fueroaplastados, y el mecanismo de controfue destruido. Sin embargo, un nuevcontraataque de las SS reocupó el áre

alrededor, dejando a los desventuradoparacaidistas aislados dentroPermanecieron asediados durante tre

días más. Los americanos, incapaces d



avanzar y combatiendo intensamente eun laberinto de calles desconocidas, sretiraron para reorganizarse.

Los defensores alemaneaprovecharon la tregua e intentaroapresuradamente mejorar sus posicione

antes del amanecer. Se sentíarevitalizados, había algunas esperanzapues la situación había cambiado

La 10.a

División SS Panzer habílegado, parecía que habían ganado lcarrera.



IX. ARNHEM. ELPÉNDULO OSCILA

itánicos no han acabado aún connosotros…

emos no se lo habremos puesto fácil.

dante de grupo de combate de las SS.

La formación del bloqueoriental: el Kampfgruppe

Spindler…



El 16 Batallón SS de Instrucción Reemplazo de Krafft, empezó a retirarsa través de los bosques situados al est

de Wolfheze, en dirección nordesthacia la línea del ferrocarril EdeArnhem. Desde allí siguieron un camin

paralelo a la vía férrea desplazándosen dirección este hacia Arnhem. Era dnoche, las 21:30 horas del 17 d

septiembre. Iluminados por docamiones de municiones en llamas, econvoy se movió laboriosamente entros árboles, atrayendo fuego intermitent

de los británicos. Sólo sufrieron unapocas bajas a causa de bombas dmortero que explotaba

esporádicamente en las copas de lo



árboles cercanas a la columna. Krafft ssentía muy satisfecho, tras haberechazado unos cuantos intentos d

penetración a través de sus posicionesSentía, como indica su informposterior, que se había cubierto d

gloria[114]. En efecto, su batallón habíbloqueado temporalmente el avance ddos batallones paracaidistas británico

el 1 y 3 PARA), pero no durante tantiempo como él creía. Gran parte demérito histórico atribuido a esta accióen particular podría haberse otorgad

prematuramente a Krafft. El 2 PARA dFrost ya se había escurrido por lzquierda y el 3 PARA habí

sobrepasado y flanqueado a Kraff



cuando éste comenzó su retirada. Unínea más sólida que incluía alguno

blindados, había impedido a est

orrente creciente de unidades británicaentrar en los suburbios occidentales dArnhem. Se trataba del Kampfgruppe S

«Spindler».Krafft anotó en su informe a las

22:30: «Nos encontramos con el grup

de combate “Spindler” de la DivisióSS Panzer Hohenstaufen en la carreterEde-Arnhem». Este Kampfgruppe

formado sólo unas horas antes

contribuyó más que cualquier otrunidad a la derrota de la 1.a DivisióAerotransportada británica. Aún no s

ha valorado en su justa medida s



mportancia en la batalla de Arnhem.Durante la tarde del 17 d

septiembre, el Sturmbannführe

Spindler fue designado comandante dvarias compañías de alarma qupertenecían a la 9.a SS. Su organizació

mprovisada era característica de todoos Kampfgruppen alemanes qu

combatieron en la batalla d

Arnhem[115]

. Antes de que la batallerminara, 16 unidades distintaestuvieron bajo su mando en un momentu otro. De 34 años de edad, LudwiSpindler estaba al mando del regimientde artillería blindada de l

ohenstaufen. Era un oficia

experimentado que mandaba con e



ejemplo, y era muy respetado por suhombres. Sólo una fuerte personalidapodía mantener unida una formación ta

variopinta como la suya, con tampresionantes resultados.

Spindler fue condecorado con l

Cruz de Hierro de 2.a y 1.a clase durantas campañas de Polonia y Rusiaambién recibió la Cruz Alemana de Or

después de Normandía. Como curtidveterano, empleó su talento eficazmenteA las 17:30 horas, se le ordenó a

recién formado grupo de batalla ataca

de este a oeste a lo largo de las víaprincipales desde el centro de Arnhehacia Oosterbeek. Una vez llegados a

ímite occidental de Arnhem, su misió



era constituir un bloque que sextendiera desde el punto de pivote anorte, en el que estaba apostado e

batallón SS de Krafft en la carretera dEde-Arnhem, hasta el bajo Rhin más asur.

Es interesante examinar la velocidacon que los dispares y dispersoelementos del Kampfgruppe s

reunieron. El núcleo inicial fuproporcionado por el propio regimientde artillería blindada de Spindlerreducido por las pérdidas sufridas e

ormandía a dos compañías dnfantería que contaban con 120 hombre

sin cañones. Estaban situados en Dieren

a 8 ó 9 kilómetros de Arnhem. L



estructura de mando del Kampfgrupp

se basaba en su propia plana mayoregimental. La reunión de unidades ta

dispersas presentaba problemas. Nhabía todavía un frente enemigdentificable. El ayudante de Spindler, e

Obersturmführer Steinbach, describi«la ingrata tarea de reunir pequeñogrupos de combatientes y establecer e

enlace». Dando vueltas en auto ebúsqueda del comandante del Batallóde Reconocimiento, Gräbner, aparc«delante de un gran edificio con puert

giratoria». Steinbach prosiguió:

«El Rottenführer Mayer, que macompaña, se baja para ver qué pasa dentro de



edificio. Entra por la puerta giratoria y salvolando en el mismo instante. Grita: “¡Lplanta baja está llena de ingleses!” y sube d

un salto al Schwimmwagen [automóvanfibio], Oelschlaeger, mi conductor, acelery nos marchamos a toda velocidad[116]».

Las compañías de artillería dSpindler se unieron a las de

ampfgruppe Möller, los restos debatallón de zapadores de l

ohenstaufen que ya estabacombatiendo en las afueras del oeste dArnhem. Allí, unos 100 zapadores d

asalto equipados con unos pocosemiorugas acorazados, fueroorganizados en tres débiles y raquítica

compañías. Möller relató como:



distinguir, formada por áreas batidas poa mezcla de grupos de combatiente

británicos y alemanes que maniobraba

para conseguir ventaja. A mediados da noche Spindler había logrado l

primera parte de su misión. Se habí

establecido un bloqueo irregular dpuntos fuertes, desde Krafft en lcarretera de Ede-Arnhem en el noroeste

a Gropp, situado más al sur en edesmonte del ferrocarril, pasando poMöller, apostado desde el empalmferroviario a la Utrechtseweg . La

compañías de artillería de Spindlecubrían la brecha desde ahí hasta el bajRhin. Se utilizaron unidades adicionale

para reforzar y extender estos puntos d



resistencia. Éstas incluían algunohombres del Reichsarbeitsdienst qulegaron sin armas ni equipo y tuviero

que ser armados con suministrobritánicos capturados.

El influjo de tantas y diversas

nexpertas secciones y compañías hizque el Kampfgruppe tuviera que sereorganizado. Para conseguirlo, do

ampfgruppen más fueron formados partir de la fuerza de Spindler. Uno sorganizó en torno a los restos debatallón de cazacarros de l

ohenstaufen, Panzerjäge

bteilung 9. Éste recibió el nombre dsu comandante, el Hauptsturmführe

Klaus von Allworden. El otro fu



formado a partir del Panzer Regiment

original, mandado por uno de suanteriores comandantes de compañía, e

SS Obersturmführer Harder. Eampfgruppe Harder constaba de tre

compañías de infantería; una d

ripulaciones de carros, otra dmecánicos y personal de intendencia y lercera de una unidad naval formad

apresuradamente. También pudo habecontado con tres Panzer V (Panther)

pero estos se perdieron al principio dos combates. Era una fuerza de combat

otalmente improvisada.El Kampfgruppe von Allworde

enía 120 hombres, anteriorment

ripulantes de cazacarros, reforzados po



personal naval suficiente para formares compañías de infantería. Ademáenía dos cazacarros y algunos cañone

anticarro remolcados PAK 40 de 75 mmLos Panzerjäger de von Allwordehabían sido acantonados en los sitio

más alejados de las zonas de aterrizajea 21 kilómetros, justo al sur dApeldoorn. Aún así, parte de él

ncluyendo los dos cazacarros, yestaban en acción a lo largo de lDreyenseweg, al norte de Arnhem a lcaída de la tarde del 17 de septiembre

Esta fuerza llegó a tiempo para bloqueaal 1 y 3 PARA, que trataban de sortear Krafft. Más tarde, cuando e

ampfgruppe Bruhns, perteneciente a l



marchar a retaguardia. No nos impresionmucho este grupo. Los cogimocompletamente por sorpresa. ¡Le digo qu

vinieron marchando derechos por la carreteren fila de compañía! ¡Vaya estupidez! ¡Éramotan pocos! Deberían haber tomado una rutatravés de los árboles porque fue un verdadererror mortal. Quizás eran demasiadarrogantes o presuntuosos; tal vez estabadecididos a llegar a Arnhem primero pardemostrar lo que podían hacer [118]».

Los Panzerjäger intentaron explotael éxito y atacaron por la carretera EdeArnhem hacia las zonas de aterrizaje. E

avance estaba apoyado por un cañóremolcado de 40 mm y un cazacarroagdpanzer IV con cañón de 75 mm

Ziegler recordaba que: «prácticament



odos los hombres de la unidad teníauna ametralladora MG42, recogidadurante la retirada de Francia. Com

consecuencia, poseíamos una tremendpotencia de fuego». El ataque acabdesinflándose pero la línea, reforzad

periódicamente por algunos de losemiorugas de reconocimiento dGräbner, no pudo ser superada por lo

paracaidistas, que sólo contaban coarmas ligeras.En el centro de Arnhem comenzó

formarse una segunda línea de bloque

alemana que pretendía sellar la ruta poa que ya había penetrado Frost. Est

obstáculo secundario defendido por e

ampfgruppe SS Harder, constituía u



apoyo para el frente principal que sformaba en los suburbios occidentalede Arnhem, a 2000 metros más al oeste

Harder usó un pasillo natural que iba dnorte a sur entre los edificios, desde lestación de tren en el terreno elevad

del centro de Arnhem hacia el sur por lieuwe y Roermond Plein, hasta el baj

Rhin. Ahora podía impedir el acceso a

puente situado a 800 metros al este. El PARA de Frost estaba ahorcompletamente aislado. A pesar de loposición cada vez mayor y de que la

bajas no dejaban de aumentar, laBrigada Paracaidista intentó romper línea y abrirse paso.

A las 24:00 horas del 17 d



septiembre Spindler radió al cuartegeneral divisional que había alcanzadel límite occidental del centro urbano d

Arnhem, encontrando fuerte resistenciaAhora pasaba a la defensiva parbloquear cualquier avance británico

Anunció que había establecido contactcon Krafft, cuya unidad había tomadbajo su mando. Se habían destruid

cierto número de nidos de resistencipero la situación general seguínestable. Los motoristas mensajero

eran abatidos y para enviar un mensaj

hacían falta vehículos acorazados. Loparacaidistas británicos, cuando erarechazados, no se daban por vencido

sino que se desvanecían escondiéndos



en los hogares de la población civil.La presión principal se ejercía sobr

el «frente» exterior defendido por e

grueso de las fuerzas de Spindler. Eampfgruppe de zapadores de Möller

en el centro, formó una especie d

rompeolas ante el que se estrellaron resbalaron los sucesivos ataquebritánicos, llevados a cabo durante l

noche y por la mañana temprano. Mölleobservó cómo:

«… una y otra vez el enemigo intentó co

gran determinación romper nuestras líneaSus desesperados ataques fueron rechazadouna vez tras otra con la misma resolución qucaracterizó la encarnizada lucha casa por casa

jardín por jardín, sí, hasta piso por piso



hombre contra hombre… El grupo dcombate de zapadores se mantuvo firmcontra todos los ataques. En torno a las 10:0

horas los paracaidistas aflojaron su ímpetuHabían sufrido grandes pérdidas tanto dhombres como de material y nosotros nohabíamos percatado de que noenfrentábamos a un adversario muy fuerte resuelto. Les concedimos la oportunidad drecuperar a sus heridos así como a civilemuertos y heridos. Después, todo estuvo ecalma en nuestro sector».

Los hombres de Möller se ganaroun respiro.

«… Pero no pasó mucho tiempo antes dque la acción empezara de nuevo más a lizquierda, donde se apostaban los hombres d

Spindler. Era bastante obvio que estaba



tanteando el frente buscando un punto débipero sus ataques allí también fracasarondesinflándose bajo el tiro preciso de la

Waffen SS . No habían conseguido romper llínea, ni mucho menos, ni siquiera habíaganado un sólo metro de terreno. La luchhabía sido devastadora para ambos bandos ahora la guerra se tomaba un respiro[119]».

La Sperrlinie, o línea de bloqueoque el Kampfgruppe Spindler estableci

en los accesos occidentales de Arnhedurante la noche del 17 al 18 dseptiembre iba a afectar de form

decisiva al resultado de la batalla dArnhem. El péndulo del triunfo parecíestar oscilando en favor de loalemanes. Ocho horas antes, la unidad n



siquiera existía. Al amanecer, ochformaciones distintas estaban ya bajo smando y otras estaban por llegar. E

resto de unidades dispersas por localidad fueron reunidas e incluidas ea línea. El Kampfgruppe Spindler er

ahora el eje central de la resistencia coa misión de impedir que llegaran má

refuerzos al 2 PARA de Frost, situado e

el puente de carretera de Arnhem.

Fuerzas desplegadas en eloeste. La formación del

ampfgruppe von Tettau…



combate. Lippert hervía de impaciencia

«Estuve aguardando todo el tiempo a qu

el Alto Mando de los Países Bajocomprometiera mi fuerza. Las formacionede aviones seguían sin interrupción. ¡Todo emundo sabe que el éxito de una operació

aerotransportada se decide en las primeras 2horas!».

Para las 18:00 horas ya habí

perdido la esperanza de entrar eacción. Entonces, a las 19:00, seis horadespués de los primeros lanzamientos

recibió la orden de presentarse con sunidad en el cuartel general de voTettau en Grebbeberg. Su primermpresión cuando llegó a este Estad



Mayor improvisado fue la de «ualboroto de mil demonios en el qucundía el pánico». El Generalleutnan

von Tettau le recibió con las siguientepalabras: «Ahora estamos con la mierdhasta el cuello, estamos acabados». L

respuesta de Lippert fue: « HerGeneral , para empezar, los británicos nhan acabado aún con nosotros y

segundo, si caemos, se lo habremopuesto muy difícil[120]».Lippert fue algo hiriente en su relato

El Generalleutnant Hans von Tettau, d

56 años y jefe de Instrucción en loPaíses Bajos, no era del todo inexpertpues había mandado la 24.a División d

nfantería en Rusia.



Sencillamente, no tenía ni las fuerzani la plana de operaciones ni lorecursos necesarios para manejar est

crisis que le había caído encima drepente. La dirección de las operacionepor parte de Tettau durante los siguiente

días revela que si bien pudiera carecede carisma y de ese toque personal coos soldados, fue capaz de unir un

fuerza aún más dispar que la quoperaba en el lado opuesto de Arnheal mando de Spindler. El general smostró cierta antipatía hacia la

unidades SS bajo su mando[121]. Eposible que ya pensara que la guerrestaba perdida, lo que le poní

automáticamente en conflicto con nazi



comprometidos como Lippert, ququería que se tomaran enérgicacontramedidas. (Curiosamente despué

de la batalla, el Hauptsturmführe

Krafft puenteó a su superior von Tettauenviando directamente a Himmler u

entusiasta informe sobre los combates)El fracaso de la conspiración de julicontra Hitler creó algunas dificultade

menores entre la Wehrmacht y las SSaunque generalmente éstas eraenemistades personales entre mandomás que entre tropas en campaña.

Cuando llegaron las órdenes dentrar en acción, Von Tettau estaba amando del equivalente a siet

formaciones improvisadas de tamañ



batallón desplegadas en un frente a largo del río Waal. Éstas consistían e

unidades de instrucción de las SSSchiffstamm, o compañías dnstrucción de marinería y Fliegerhors

ropas de la Luftwaffe reconvertidos e

batallones de infantería, así comalgunos artilleros sin cañones actuandcomo infantería.

Como en la mayoría de los otrougares, reinaba una confusión total traos aterrizajes en torno a Wolfheze

Oosterbeek. Los numerosos informe

que llegaban «hablaban de máanzamientos y aterrizajes enemigos e

Eindhoven y Nimega, pero también e

Dordrecht, Tiel, Utrecht



Veenendaal[122]». Como no habíreservas, la extensión geográfica de loaterrizajes reportados provocaba lconfusión e impedía dar una respuestógica y adecuada a la amenaza. Alguna

unidades, como el 2.o Batallón de

Sicherheits Regiment 26 , al seenviadas contra el aterrizaje fantasmapero reportado, en Veenendaal, s

vieron retrasadas para llegar a ArnhemEn consecuencia, poco se pudo hacehasta que los reconocimientos dierouna idea más clara de la situación. Ebatallón SS de Krafft encuadrado en eorganigrama de mando y empeñado ecombate, desapareció poco tiemp

después del orden de batalla cuando s



posición aconsejó que era mejor questuviera bajo el mando de

ampfgruppe de la 9.a SS.El Batallón de Vigilancia 3 de la

SS holandesas, mandado por eSturmbannführer Paul Anton Helle d

46 años, fue la primera unidad bajo emando de von Tettau que entró econtacto con los británicos en el secto

occidental. También era una de launidades más incompetentes nexpertas. Los tanteos iniciales fuero

poco más que una farsa. Co

anterioridad, la banda de músicconstituía habitualmente la unidad drespuesta rápida del batallón, enviada

oda prisa para capturar a aviadore



aliados derribados. Llegaron loprimeros en camiones requisados sobras 17:00 horas y procedieron

reconocer los bosques del oeste qubordeaban el brezal de Ginkel en lcarretera Ede-Arnhem. Les aguardab

emboscada una sección del 7.o dFronterizos Escoceses del Rey ( King

Own Scottish Borderers, KOSB). E

ambor mayor Sakkel, que mandaba a lode la banda, fue el primero en seabatido; cayó mortalmente herido. Ahaberse encontrado con una fuerz

mayor de lo que esperaban, loconmocionados músicos huyeronaprovechando muchos de los jóvene

holandeses la oportunidad para deserta



por el camino. Luego llegó la 4.compañía, mandada por Bartsch, trahaberse apropiado de los camiones debatallón mientras las otras compañías sreunían. A las 21:00 horas se pusieroen marcha. A ellos también se le

permitió acercarse a las posicionebritánicas en la oscuridad antes de serepentinamente silueteados por bengala

sacudidos despiadadamente por efuego de los KOSB. Estas tropabritánicas procedentes de planeadoreeran responsables de asegurar la zona d

aterrizaje del brezal de Ginkel. La 3.compañía, mandada por eObersturmführer Hink, fue simplement

colocada a la derecha de Bartsch nad



más llegar y sufrió la misma suerte. Eempeñar el batallón de Helle por parte de forma descoordinada fue u

completo fracaso. En una oscuridaotal, sobre terreno desconocido y si

reconocimiento previo, los alemane

poco podían hacer salvo aguardar llegada del día.

Como von Tettau escribirí

posteriormente en su informe despuédel combate, pronto quedó claro que lopartes que informaban de lanzamientoen Dordrecht, Tiel, Utrecht y Veenendaa

eran erróneos. «Éstos lugares sólhabían sido sobrevolados[123]». El ICuerpo SS ya había identificado la

principales áreas de aterrizaje e



imega y Arnhem. El Grupo dEjércitos B ordenó a von Tettau quatacara desde el «oeste y el norte[124]»El general se daba cuenta de que «laoperaciones se podían concentraexclusivamente sobre los aterrizajes qu

enían lugar al noroeste de Arnhem»Para lograrlo, poderosas fuerzas fuerosacadas del frente de vigilancia en e

Waal y trasladadas a Arnhem; tambiéalgunos piquetes de demolición fuerodejados en los puentes y en los muellede los transbordadores. La escuela d

suboficiales de las SS de Lippert sredimensionó a tamaño regimental. Unde sus batallones, mandado por e

auptsturmführer Schulz, recibió l



orden de ir a Grebbeberg; los dorestantes, mandados por lo

auptsturmführer Mattusch y Oelkers

debían seguirle tan pronto como fuerposible. Al batallón de marineríSchiffsturmabteilung 10, reforzado po

otros destacamentos navales de lobatallones 6 y 14, y un batallón dartillería que actuaba como infanterí

formado por el Regimiento dArtillería 184) se les ordenó empezar despejar los bosques al este dWageningen, que bordeaban las zonas d

aterrizaje. Se emitieron órdenes dalerta y se llevó a cabo ureconocimiento para preparar un avanc

de oeste a este que comenzaría a



amanecer.A las 04:00 del 18 de septiembre, e

Alto Mando de los Países Bajo

prometió más unidades para reforzar aquellas ya retiradas de la línea deWaal. Seis Kampfgruppen más

organizados de una fuerza de reservformada apresuradamente por cuatro cinco batallones, fueron reunidos

despachados, reforzados con uncompañía adicional de carros. Sólncluían una unidad eficaz y veterana, e

grupo de combate SS Eberwein; la

otras incluían el batallón de Instrucció Reemplazo Hermann Göring y u

batallón de la Escuela de Policí

proporcionado por el Alto Mando de la



Waffen SS [125].Sobre el papel las medidas parecía

efectivas, sobre el terreno la realidad npresentaba una foto tan bien organizadaEl SS Junker (cadete) Rolf Lindemannun veterano de Leningrado que mandab

un pelotón de morteros en el Regimientde Lippert, recordaba vívidamente eraslado a Oosterbeek por Leerdam

Rhenen y Wageningen:

«No vimos los lanzamientos pero nodieron la alarma. Hicieron falta dos días par

que la compañía llegara y se reuniercompleta en Oosterbeek y Arnhem. Etransporte escaseaba. Al principio teníamodos camiones de gasógeno que requisamos

los civiles. Pronto se averiaron porque nadi



sabía manejarlos».

Se pusieron en marcha, no si

problemas. Observó con un irónicsentido del humor que:

«… el domingo requisamos dos camionede bomberos en el pueblo de Leerdam. Unera grande, con escaleras incluidas, el otrmás pequeño. Éste último se convirtió en etransporte de la sección de armas pesadas, eresto se desplazaba en bicicleta. Algunomiembros de la compañía ya estaban eacción cuando llegamos, subidos en estovehículos de bomberos. Nos vimos bajo e

fuego cuando nos bajábamos pero no era utiro eficaz. Luego tuve que viajar de vuelta recoger al resto de la tropa. El vehículo con lmunición de mortero y las bicicletas no s

veían por ninguna parte. Cuando llegué



nuestro punto de partida, me los encontrmontados en carretas de caballos que habíacogido a los granjeros».

Reinaba la confusión. Muchos destos suboficiales curtidos en combatde la escuela de las SS de Lippert erasoldados profesionales. No estaban mumpresionados con el devenir de est

particular batalla. Lindemann se quejó:

«Era de verdad deprimente ser testigo dla marcha a Arnhem: ¡era algo ridículo! Máparecido a la retirada de Moscú de Napoleó

que a una operación militar».

Él y sus camaradas estaban máperplejos que asustados:



«Por estúpido que parezca, sólo lomandos de compañía y sección tenían umapa. No vi ni uno durante toda la lucha. ¡N

podíamos ni siquiera imaginar qutriunfaríamos! Sabíamos que los británicoestaban en una bolsa, pero nadie sabía lo qupasaba dentro o a su alrededor [126]».

Herbert Kessler, el joven suboficiade 19 años cuyo Regimiento dnstrucción y Reemplazo Herman

Göring se vio sorprendido por esobrevuelo aliado en Katwick y Zeeuvo una experiencia igualment

frenética:

«¡Alarma! El barullo y el nerviosismo qusiguió a continuación fue una clara señal de l

urgencia de la situación. La compañía no tení



ningún transporte blindado para el personaLas bicicletas eran el único medio dtransporte. El tránsito a la luz del día estab

descartado debido a la actividad de loaviones en vuelo rasante. Por tanto nuestrhora de partida fue fijada al anochecer. Antede que comenzara la marcha hacia Arnhem, ebatallón se reunió en un bosque, oculto ysalvo de la observación aérea. El comandanten funciones del batallón nos hizo unarenga»:

«Camaradas, ha llegado la hora… exij

una entrega total hasta que esta operación seun éxito total. Sé que puedo confiar evosotros… etc. Los ascensos pendientes sotorgaron entonces y tras la caída de la noch

el batallón se puso en marcha».

No era fácil mantener a lacompañías ciclistas juntas; Lindeman



a había experimentado esto coanterioridad. No obstante, las unidadese detenían a intervalos regulares par

volver a reunirse. «Algunos soldadoncluso viajaron de día para restablece

contacto con su unidad[127]».

Durante la noche del 17 al 18 dseptiembre los Kampfgruppe

rápidamente reunidos de la «División

von Tettau empezaron a tomaposiciones en sus áreas dconcentración en el borde oriental debosque de Wageningen. Inclus

entonces, hubo que aplicar confusocambios de último minuto y medidamprovisadas para asegurar cierto grad

de eficacia combativa. E



apitanleutnant Zaubzer, comandantdel Batallón de Marinería 10, preguntó Lippert si podía proporcionar u

pequeño cuadro de oficiales suboficiales veteranos para aportaexperiencia de combate y reforzar s

unidad.El plan de ataque que contenía e

avance general al amanecer er

relativamente simple. En el norte, eBatallón de Vigilancia 3 de Helle, debíavanzar a la derecha de la carreterEde-Arnhem, en dirección este, con l

ntención final de girar al sur parcercar la zona de aterrizaje. E

ampfgruppe SS Eberwein, que debí

legar a las 10:30, tenía que ataca



desde Bennekom en dirección noroesthasta el ferrocarril de Arnhem y luegseguir a lo largo de éste, actuando com

una cuña central para partir en dos lazonas de aterrizaje. En medio había ungran brecha, cubierta en cierto grado po

un Batallón Fliegerhorst que intentarímantener el enlace con la fuerza suratacando al este hacia Renkum

Hilversum por la carretera WageningenArnhem. A la izquierda de esta carreterestaría el Batallón SS Schulz deRegimiento Lippert, apoyado en s

derecha por el Batallón dMarinería 10, reforzado con elementode otros dos destacamentos navales. E

reserva, en apoyo de la fuerza sur



estaba el Regimiento de Artillería 18convertido en infantería. Por tanto, voTettau avanzaba en un frente de

kilómetros con seis batallones. Uavance en forma de tridente con la puntnorte, Helle y Eberwein, actuando e

concierto con una fuerza proveniente desur mandada por Lippert y formada tantpor soldados de las SS como po

marineros. Entre ambas, proporcionandun tenue enlace, estaba el batallóliegerhorst de la Luftwaffe.

A las 05:00 horas, la punta sur atac

Renkum. El batallón SS de Schulconsiguió despejar el pueblo y el terrenal norte de éste hacia las 07:00. Ésta

eran las tropas más experimentadas. Si



embargo, a su derecha, el ruido de untenso tiroteo indicaba que el batalló

naval no estaba ganando terreno. U

asalto contra la fábrica de ladrillos y lpapelera al sur de la carreterWageningen-Arnhem fue rechazado co

muchas bajas. Como comentacónicamente Lippert «reinaba l

confusión y el pánico». Hubo que trae

morteros y ametralladoras pesadas antede que, a las 09:00, se pudieran asaltaas fábricas. A las 10:00, Schulz habíomado Heelsum oeste. Al norte, la

cuatro compañías de SS holandesas dHelle cruzaron el brezal de Ginkel y senfrentaron a las tropas de planeadore

que protegían las zonas de aterrizaje e



orno a Wolfheze. Para las 15:00 lunidad naval, tras pagar un sangrientprecio por su inexperiencia, capturó l

fábrica de ladrillos en el sur y llegó aborde oriental de Heelsum. Las tropamás experimentadas de la escuela d

suboficiales de las SS estaban ponienden fuga a grupos de paracaidistas que sreplegaban rápidamente a las zonas d

aterrizaje. El SS Junker Lindemanrecuerda:

«La lucha no fue nada dura durante lo

primeros días. Avanzábamos a cubierto de unposición a la siguiente sin estar realmente econtacto con el enemigo[128]».



X. REBAÑANDOLOS RESTOS

jeron que nuestro sector correría a lo largodel

desde Venlo a Nimega, debiendo ocuparlo

con

que todavía no existían.

nte del comandante de la 406.a División.

Quince millas a través de

«territorio indio»… 101.a



División Aerotransportada

La 101.a

División Aerotransportaddel Mayor General Maxwell Tayloenía la misión de proteger 15 millas (2

kilómetros) de carretera en intervalo

estratégicos entre Eindhoven y GraveComparaba su tarea con la de protegeel ferrocarril contra los ataques de lo

ndios en los días del Oeste americanoDebido a la dispersión de los objetivosse dio prioridad a la infantería y lo

morteros en el primer lanzamientparacaidista a fin de proteger lcarretera. La artillería y el materiapesado vendrían después. Algo meno



de 7000 paracaidistas saltaron el primedía. Sin embargo, el dividir su fuerzsólo tendría sentido si fueran relevado

pronto por la columna acorazadbritánica. Pero los «indios», ya desde eprincipio, estaban al tanto del plan. Est

conocimiento pronto traería comconsecuencia que este tramo de asfaltfuera apodado «la Autopista de

nfierno».Los documentos recuperados deplaneador americano Waco no revelaroel plan completo de Market-Garden aGeneraloberst Student pero sdescribían el papel que se esperaba da 101.a División. El Grupo de Ejército

B pudo anunciar a las 23:30 horas de



17 de septiembre que:

«… de acuerdo con los documento

capturados y el interrogatorio de prisionerola 101.a División Aerotransportada tiene lmisión de ocupar las carreteras y puenteentre Veghel-Oedenrode y Son. Debe

mantenerse abiertos para las tropas británicael XXX Cuerpo, que atacará a través dHolanda y Alemania. Detallescontinuación[130]».

Se incluía una descripción del ordede batalla, tanto del XXX Cuerpo com

de la 101.a

División AerotransportadaDeducciones sucesivas basadas en loacontecimientos del área de Arnhemreforzadas por la realización d



nterrogatorios a prisionerospermitieron hacer una foto completa da situación en el plazo de 24 horas

Student aprovechó inmediatamente estgolpe de buena suerte para planear srespuesta. Veterano de Holanda y Creta

comentó: «Sé mejor que nadie que unoperación aerotransportada está en smomento de mayor debilidad en la

primeras horas, y debe secontrarrestada pronto y con decisión»Empezó a dirigir y coordinapersonalmente las operaciones contra l

101a División[131]..El conocimiento de las intencione

del enemigo no iba acompañado de l

disponibilidad de fuerzas que pudiera



levar a cabo los necesariocontraataques. No había reservas mano. El 1.er Ejército Paracaidista, ununidad recién formada que existía sólsobre el papel, había sido ahora partiden dos, literal y metafóricamente. S

necesitaban fuerzas no sólo para limpiaa retaguardia, sino también par

apuntalar el frente que se desmoronaba

Era cuestión de rebañar los restos defondo del barril. En Hertogenboschabía varios miles de Fallschirmjäge

en unidades de instrucción. Se formaro

dos batallones de marcha: uno, eBatallón Fallschirmjäger Ewald, fuenviado contra St. Oedenrode por e

camino de Schijndel, el segundo contr



Veghel.Afortunadamente para Studen

comenzaron a llegar los primero

elementos del 15.o Ejército, después dque los británicos les permitieraescapar inexplicablemente, a través de

río Escalda. Éste fue un acontecimientnesperado que iba a contribuir en ciert

medida en la suerte futura de la 1.

División Aerotransportada británicaLa 59.a División del Generalleutnan

Poppe fue enviada a Boxtel y Tilburdonde empezaron a bajar de los trenesAl primer regimiento disponible se lordenó atacar Son vía Best e intentarecapturar el puente más al sur de lo



que había en el pasillo. Comenzaron legar durante la tarde y hasta la caíd

de la noche del 17 de septiembre. Elak Abteilung 424, parte de la Fla

rigade 18, estaba empeñado en untenso tiroteo con miembros del 50

Regimiento americano en un cruce dcarretera al este de Best, en la linde debosque de Son. Reagrupados por e

comandante y su plana y, apoyados poun cañón de 20 mm, el cruce fudespejado. Recibieron ayuda justo iempo de un contingente de infanterí

ransportada en varios camiones y dmás cañones venidos de HertogenboschA las 20:14 horas la Abteilung 24, tra

comprobar el área, informó de que l



carretera Boxtel-Eindhoven estabdespejada de enemigos. Observaroque: «los paracaidistas americanos s

hacían señales usando toallarojas[132]». La 59.a División deGeneralleutnant Poppe había llegado.

A medida que llegaban más unidadede la división, fueron inmediatamentempeñadas en la feroz lucha que se libr

durante los siguientes dos días en ebosque de Son y en torno a BesAdemás, se encomendó a tres compañíade infantería, reforzadas por do

batallones de instrucción y reemplazo un batallón de policía, cortar lcarretera en St. Oedenrode.

Un examen de la miríada d



nformes contradictorios provenientede la retaguardia de la 85.a División dChill y transmitidos al LXXXVIICuerpo, da una imagen de la atmósferque reinaba en los cuarteles generalealemanes en aquel momento, cuand

ntentaban enfrentarse a la 101.División americana por ambos lados d«La Autopista del Infierno». El alt

mando tenía cierta idea de lantenciones aliadas pero las tropas sobrel terreno no tenían ni idea de lo qusucedía. Después de bajarse de lorenes de tropas, a veces tenían qu

rearmarse y a menudo reorganizarsantes de ser lanzadas con cuentagotas a

combate; fragmentos de unidades contr



ropas paracaidistas veteranas. Loamericanos eran tropas de élitoperando de acuerdo con su orden d

batalla acostumbrado.Reinaba la confusión en lo relativo

a destrucción o captura de los puentes

Un Kampfgruppe experimentado deRegimiento de Instrucción Herman

Göring consiguió defender el puente d

Son de un ataque del 506 RIP americanhasta que pudo ser volado. No obstanteotros puentes que eran objetivo de l101.a División cayeron con facilidad

debido a la inexperiencia de suguardias. El Generaloberst Student squejó de estas carencias en su área d

responsabilidad. Escribió que «si ta



sólo hubiera poseído un despliegudefensivo adecuado, entonces las tropaparacaidistas aliadas no hubiera

encontrado otra cosa que ¡escombros dpuentes volados por doquier [133]!». Laórdenes estaban fundadas en e

desconocimiento de la verdadersituación. El comandante deLXXXVIII Cuerpo ordenó a lo

comandantes de los puentes sobre ecanal Wilhelmina en Oirschott y al dotro puente situado al norte de Best qu«procedieran a su voladura sólo en cas

de recibir autorización por escrito deAlto Mando». Esta orden fue dada a las17:45. «Deben ser defendidos hasta e

último hombre», rezaba. Fueron volado



a las 13:00 al día siguiente.Era una situación extraña y confusa

El Generalleutnant Chill la resumió,

propósito de su propia retaguardiadurante la noche del 17 de septiembre:

«Al menos dos o tres batallones dparacaidistas enemigos han saltado sobre ebrezal de Son, en el área Best-St. Oedenrody Son. El puente de ferrocarril sobre el cana

al sur de Best ha sido volado, o está ocupadpor nuestras fuerzas. Se están montandcontraataques con unidades apresuradamentreunidas y recién llegadas[134]».

Más unidades de la 59.a Divisióestaban llegando en ese momento povía férrea pero a duras penas estaba



istas para combatir. Un tren llegó a las11:45 del 18 de septiembre y descargun regimiento de infantería. Iban a pie

no tenían armas pesadas. Se esperabpara esa tarde que llegara un tren con lartillería pero no tenía casi munición.

Se recibía un constante y deprimentflujo de informes sobre la llegada dmás refuerzos aerotransportado

americanos. A las 14:15 se observaroformaciones de aviones sobre el frentde la 719.a División de Infantería«trescientos planeadores fuero

avistados volando en dirección este a largo del canal». El LXXXVIII Cuerp

fue informado de que: «Pasaron e

oleadas de hasta 50 aviones cada una»



Posteriormente, se informó de máavistamientos a las 16:00. El cuartegeneral del Cuerpo tenía la sensación d

estar perdiendo el control de lsituación.

El Kampfgruppe Rink; una mezcl

de reclutas de infantería, fuerzas de lpolicía y elementos de la Flak , furechazado tras atacar Best la tarde de

18 de septiembre. El General Reinhardcomandante del Cuerpo, criticduramente a la desafortunada unidad:

«El cuartel general del 1.er EjércitParacaidista debe ser informado formalmentde que el comandante suplente deKampfgruppe Rink muestra una actitu

derrotista. Se ordena al grupo de combate qu



resista en su posición actual sin importar lacondiciones, incluso contra ataques enemigosuperiores. Deben tomar parte en el ataqu

que llevará a cabo la 59.a

División dInfantería, quedando bajo su mando. Sometera consejo de guerra a cualquier oficial qupiense en retirarse[135]».

El siguiente ataque de Rink fracasócomo también lo hizo el ataque debatallón Fallschirmjäger «Ewaldcontra St. Oedenrode. Se perdió econtacto con el otro grupo de combateque en su avance hacia Veghel arroll

una zona de reabastecimiento aéreamericana cerca de Kasteele.

Al final del 18 de septiembre, sól

se había montado una sucesión d



débiles ataques contra la 101.a DivisiónA las 19:00 horas los elementos dvanguardia de la División Acorazada dos Guardias establecieron su prime

contacto con las tropaaerotransportadas americanas en la

afueras de Eindhoven. La 59.a Divisióseguía siendo empeñada en fragmentosaunque sus ataques se iban haciend

cada vez más fuertes a medida qulegaban más trenes de transporteEmpero, no bastaba sólo con el númeroLa munición era escasa, debido a qugran parte de los suministros del 15.Ejército tuvieron que ser abandonadoal otro lado del Escalda. El LXXXVII



Cuerpo tenía poco que ofrecer. Sóldisponía de dos días de suministro dmunición de armas ligeras de infanterí

así como de un cuarto del consumo de udía de proyectiles de mortero artillería. En los diverso

ampfgruppen, el equipo disponible ersólo un 75 por ciento del que debierser. A las divisiones sólo les quedaba

suministros de combustible de trecuartos de la cantidad diaria necesaria no podían ser reaprovisionadas porqusencillamente no había más. La

raciones sólo daban para siete días, dnuevo sin esperanzas de sereabastecidos. Las unidades operaban a

ímite[136].



Todavía tenía que llegar un grupo dcombate autosuficiente, lo bastantfuerte como para influir en la situació

decisivamente. Aunque se conocía eplan aliado, no había nada sustanciacon lo que oponerse a él. Por ejemplo

sólo había dos batallones apostados ea línea defensiva de 19 km de largo qu

cerraba el lado oeste del corredor e

orno a Best. «Era una línea dobservadores en vez de un frentdefensivo» comentaban en el LXXXVIICuerpo. Además puso de manifiesto qu

as únicas unidades todavía ncomprometidas en la batalla —eRegimiento de Instrucción Herman

Göring , el Regimient



allschirmjäger 6 y el Regimiento dGranaderos 723— «habían quedado tamermadas por las bajas sufridas en e

ranscurso de los últimos 13 días, que svalor de combate era muy bajo[137]».

La 107.a Brigada Panzer , enviad

desde Aquisgrán, estaba en marcha. Trabajar de los trenes, se desplazó ecolumnas envueltas en el traqueteo y e

humo de los escapes hacia Helmond. Lbrigada era una formación totalmentacorazada y motorizada. Constituida eorno a un batallón de carros Panzer

«Panther», poseía un batallón dnfantería Panzergrenadier montado e

semiorugas acorazados, además de un

compañía de cañones de asalto, un



compañía de zapadores en semiorugaasí como destacamentos de suministros ransporte. Toda la unidad se desplazab

bajo su propio y eficaz paraguaantiaéreo, también montado sobrorugas. Tras completar un programa d

reequipamiento, la brigada iba embarcar en trenes de transportdestinados al frente oriental. La crisis e

el Oeste lo cambió todo. Ahora iba a seempleada contra tropas paracaidistaigeramente armadas. Sus mandos n

preveían grandes dificultades. De hecho

era un grato cambio ser desplegados euna situación con más que probableposibilidades de victoria. Moviéndos

de noche para evitar los ataques aéreos



despertaron a los habitantes de lopueblos que había en su camino con lmasa acorazada rugiendo por la

estrechas calles, haciendo temblar laparedes y ensordeciendo a todos. Lobordillos de las esquinas era

aplastados por los cerrados giros de loblindados. Sus conductores, ansiosos dlegar a sus posiciones de partida ante

del amanecer, con las orugas rechinand los motores rugiendo, aplastabamplacablemente todo al paso de su

vehículos. Los comandantes miraban l

hora en sus relojes bajo la media luz das lámparas apantalladas en el interio

de los vehículos. La hora H sería e

algún momento tras la primera luz del 1



de septiembre. Alzando el puñenguantado hacían señales de proseguiadelante. « Marsch! Marsch!».

Consolidando las alturas quedominan Nimega… 82.a

División Aerotransportada

La resistencia opuesta aanzamiento de la 82.a Divisió

Aerotransportada del General dBrigada James M. Gavin fue nimia7227 paracaidistas y 48 planeadoreaterrizaron con éxito. Uno de lo



objetivos principales, el puente sobre eMosa en Grave, fue tomado en el plazde tres horas, y el puente de Heume

sobre el canal Mosa-Waal en cuestióde seis. De particular importanciáctica para la división era la ocupació

del macizo de colinas al sudeste dimega. Este relieve, de form

riangular, tiene aproximadamente 10

metros de alto y 13 kilómetros de largosiendo la única elevación del terreno ekilómetros alrededor. Proporcionabuna salida natural que en su lader

oriental cubría las posibles incursionealemanas desde la frontera del Reich yen particular, desde el Reichswald. L

nteligencia aliada había sugerido qu



esta área boscosa podría camuflar a unmasa de fuerzas alemanas que sconcentrara allí. Por lo tanto l

ocupación de este terreno elevado tenípreferencia incluso sobre la captura dos puentes principales del Waal e

imega. La colina, una vez tomada, fuocupada por dos grupos regimentaleamericanos. A la derecha, en el sur

estaba el 505 Regimiento situado en eerreno elevado y bosques al oeste dGroesbeek llegando tan al sur comMook. A la izquierda, en el norte, el 50

Regimiento ocupaba las alturas hastBergen-Dal y dominaba Beek. Lposesión de esta cota les permití

controlar las carreteras principales qu



horas del 17 de septiembre, siete horadespués de los lanzamientos. Le dijo Rasch que reuniera al Estado Mayo

para cuando regresara. El Majo

recordaba: «Tenía algo importante qudecirnos. Tras haber servido durante u

iempo como ayudante del generaadvertí por el tono de su voz, que debíser algo particularmente significativo»

Llegó a las 02:00 y ordenó que ecuartel general se hiciera de inmediatcon los medios de transporte necesariopara llevara a cabo operaciones en e

frente. Partirían a las 08:00 a un destinaún no confirmado. Rascnmediatamente previó problemas

«Sólo un experto en tales asuntos pued



apreciar lo que significa transformar unorganización basada en un cuartel, siequipo ni vehículos, en un cuarte

general móvil de campaña y todo ello eel plazo de seis horas». No obstanteRasch se sorprendió a sí mismo cuand

consiguió cumplir el plazo. Pero nhabían acabado aquí los problemasCuando llegaron al emplazamient

propuesto para situar su cuartel generaen Geldern, se enfrentaron a una taresimilar, pero a mayor escala. Lanstrucciones eran:

«… formar una división ad ho

empleando las fuerzas y recursos disponiblein situ. Esto no era lo que esperábamos. E

realidad, pensábamos que nos enviarían a



frente en Francia y que nos haríamos cargo duna división. ¿Y ahora? ¿Dónde estaba efrente? Nos dijeron que nuestro secto

discurría a lo largo del Mosa desde VenloNimega y que debíamos ocuparlo con tropaque todavía no existían[138]».

El General Feldt inmediatamentransfirió el cuartel general de la 406.

División a Kruegers-Gut en la carreter

de Kranenburg a Nimega. Cierto númerde unidades de alarma del cuartegeneral del Wehrkreis VI fueron puestanmediatamente a su disposición. La

ropas procedían de la escuela dsuboficiales Jülich, de numerosobatallones de instrucción y reemplazo

de batallones de «estómago y oídos»



de unos pocos batallones de luftwaffe formados por personal d

escuelas de suboficiales recientement

cerradas. Prácticamente no había armapesadas de apoyo de infantería, nartillería. La tropa no tenía instrucció

de infantería, los vehículos eraescasos, las cocinas de campañnexistentes y no había equipo d

ransmisiones, ni siquiera para lartillería[139].La división tuvo que formar de algú

modo sus propias columnas d

ransporte para llevar la munición, laraciones y evacuar a los heridos. E

ajor Rasch describió la solución a

problema que encontró el estado mayor:



«Como nuestro comandante era lautoridad suprema en el sector, simplementsituamos unidades en todos los cruces d

carretera. En cuestión de poco tiempo, todolos vehículos aptos para el servicio comcamiones, coches y otros que no estuvieraya en manos de la Wehrmacht , fueroincautados y enviados con sus conductoresnuestros puntos de recogida. De esta forma eproblema del transporte fue pronto resueltaunque no de manera muy correcta y, pocopoco, nos fuimos volviendo autosuficiente

para nuestros desplazamientos».

La 406.a División gradualment

aumentó su fuerza a medida que llegabamás refuerzos. Primero, tres batallonede «fortaleza» de la Luftwaffe, luegofinalmente, artillería. Todo fue llegand



por partes.Primero aparecieron los mandos

os sirvientes de las piezas, y luego un

colección de obuses rusos de 143 mcapturados. Como Rasch resumió:

«Finalmente, otra división improvisadfue reunida y dirigida a nuestro sector dondnos hicimos cargo de ella y la situamos».

El comandante del Korps Feldencomendó a la división que impidierun avance enemigo haciendo uso d

odas las formaciones al oeste de Clevepara sostener una línea al este dimega; que se extendía a través d

Zyfflich, Wyler y el borde oriental d



Groesbeek. Otro Kampfgruppe

compuesto por la escuela dsuboficiales del Wehrkreis de Kempto

un batallón de zapadores de Roermonfue puesto bajo el mando de un Oberst desplegado en la punta sudoeste de

Reichswald, muy cerca de Mook. Scometido era prevenir avances enemigoen esta dirección. Al alba del 18 d

septiembre el equivalente de unos cuatrbatallones se dividió en varios grupode combate y tres baterías de artillerífueron reunidas en el área d

Groesbeek-Zyfflich. Todas estas fuerzaestaban asignadas a la 406.a Divisiónque recibió la orden de atacar a las

06:30 las cabezas de puente de la



ropas aerotransportadas y arrojarlas aotro lado del Mosa. El General Feldtras haber dado la orden, confes

posteriormente:

«No tenía ninguna confianza en est

ataque puesto que era una tarea casi imposiblpara la 406.a División atacar a tropas selectacon esta abigarrada multitud. Pero ernecesario asumir los riesgos de un ataqu

para poder anticiparse a un avance enemighacia el este, y para confundirlo sobre etamaño de nuestra fuerza[140]».

En cualquier caso el ataque estabde acuerdo con las intenciones dModel. El Grupo de Ejércitos B habí

prometido a Feldt las 3.

a

y 5.



Divisiones Fallschirmjäger .Se esperaba que se reunieran a

oeste de Cleve y estuvieran a s

disposición por la tarde ese mismo día.Comenzando a las 06:30, tre

ampfgruppen: Stargaard, Fürstenber

Greschick (denominados así por lonombres de sus comandantes y cofuerza aproximada de batallón), atacaro

cada uno en un amplio frente desde eárea de Cleve-Kranenburgs hacia BeekWyler y Groesbeek. La direccióprincipal del ataque era hacia el oeste

noroeste, a través de las zonas daterrizaje, hacia las alturas quprotegían Nimega. Contaban con uno

2300 hombres y tenían el apoyo d



blindados ligeros proporcionado por eampfgruppe del Hauptmann Freiher

von Fürstenberg: en concreto, cinc

autoametralladoras y tres semiorugaque montaban cañones antiaéreos. Ucuarto Kampfgruppe, Goebel, apoyad

por el batallón situado al sudeste dMook, se puso en marcha desde el sudirigiéndose al nordeste con otros 35

hombres. Incluyendo las unidades quaseguraban una delgada línea tras eavance, una fuerza que totalizaba uno3400 hombres fue apresuradament

reunida y lanzada al ataque; 2morteros, 130 ametralladoras ligeras pesadas además de pequeño

destacamentos de la Flak estaba



entremezclados con ellos y apoyaban eesfuerzo[141].

Cualquier complacencia o inquietupor parte de los americanos sobre lrelativamente débil reacción de ldefensa alemana en la zona de la 82.

División, se vio pronto hecha añicos poa reacción de esta fuerza. El propi

Feldt subrayó que: «Al principio, par

sorpresa nuestra, el ataque avanzó poca poco en todas partes. Los resultados asudeste de Mook fueron notables[142]»Sin embargo, no se podían disimular loproblemas de los atacantes. Eraamateurs alistados a la fuerza y reclutasin adiestrar, contra curtidos veterano



«Hágase cargo de esta misión. Si ntomamos Groesbeek dentro de media hora¡todo el ataque habrá fracasado!».

Rasch se adelantó, tras destacar unsección de ametralladoras de la planpara protección adicional, y tomó emando del batallón del Hauptman

Grünenklee. Cuando llegó, encontró quel batallón estaba clavado al borde d

un bosque. Rápidamente evaluó lsituación:

«Los soldados que estaban allí cuerpotierra eran hombres mayores, veteranos de lPrimera Guerra Mundial, que fueron llamadoa filas para relevar a soldados más jóvenes dlos batallones de custodia de los campos d

prisioneros. Ahora ellos también habían sid



enviados a la línea del frente. Alguien en llínea me llamó: “ Herr Hauptmann, ¡nosotroya asaltamos los Altos de Cráonne en 1914!”

“¡ Ja, viejos camaradas!” pude responder. “¿Odais cuenta de que depende de nosotroviejos camaradas, representar de nuevo lmisma escena?; exactamente igual a como lhicimos entonces. Antes que nada tenemoque poner en fuga a Tommy [creían questaban combatiendo contra los ingleses], ¡entonces los habremos deshecho!”».

Tras una rápida arenga para subir lmoral, Rasch consiguió que las tropas spusieran en movimiento de nuevo

cumpliendo con el horario del ataqueEsto se logró «prácticamente sin bajasporque Tommy se había puesto nervios

tiraba demasiado alto». En aque



momento fue llamado abruptamente dregreso al cuartel general, donde eMariscal de Campo Model habí

aparecido en escena. Rasch recordabque: «Siempre era temido, porquconstantemente exigía informes preciso

sobre la situación; hombres disponiblesheridos, unidades empeñadas y demásTodo lo cuál se esperaba que lo supier

el ayudante». Así que se fue de vuelta acuartel general. El mando fue devueltal capitán Grünenklee, que en cualquiecaso «era un buen oficial».

La 82.a División Aerotransportadpudo contener estos ataques pero shallaba presionada. Una compañí

americana fue rodeada y aislada e



Wyler. La situación en algunos puntoera seria. De importancia particular fua necesidad de reconquistar las zona

de lanzamiento que habían sidnvadidas. Los aviones con refuerzos y

habían despegado de Inglaterra a las

10:00 horas, y se esperaba que llegaraa las 13:00. Se sacaron compañías das reservas disponibles y se trajero

más soldados americanos de Nimegpara superar esta crisis. Se dieroórdenes de despejar tanto la zona nortde aterrizaje como la sur.

Rasch, que se apresuraba retaguardia, buscaba su vehículo entros bosques, cuando de repente:



«¡Allí!… Al principio era un ronroneo, uzumbido en los oídos que crecía, tableteandy crepitando hasta llegar a un estruend

atronador. Las formaciones de avioneenemigos cubrían todo el cielo. Laametralladoras de los bombarderos barrierotoda la zona con su fuego, las bombas cayeroy estallaron, era como si se desencadenara einfierno. Luego llegaron los planeadoreaterrizando en todos los lugares imaginableLos americanos habían previsto nuestrataque y su probable éxito, y ahora lanzaban

más tropas aerotransportadas a la lucha, sipausa… los planeadores aterrizaban como slo hicieran en un aeródromo[143]».

El impacto de los nuevos aterrizajesaparejado a la repentina llegada drefuerzos por tierra extraídos de otro

ugares, destrozó el avance alemán. U



batallón del 505 RIP americano atacó amismo tiempo, corriendo colina abajderecho a través de la zona d

anzamiento norte bajo el fuego de llak y las armas ligeras. La llegada d

a segunda oleada fue la gota que colm

el vaso. Se produjo entonces una fugfruto del pánico. El General Feldt se vicogido en medio de la retirada. A

haberse adelantado, se vio sorprendidpor lo repentino de los nuevoanzamientos, los cuáles, dijo qu

«fueron la causa del pánico entre lo

atacantes». Cuando las tropas huían, ecomandante del Cuerpo, que parentonces se había reunido con el jefe d

a 406a División comentó: «El genera



Scherbening y yo tuvimos las mayoredificultades para detener a nuestraropas en las posiciones de partid

originales». Tuvo suerte porque: «eesta ocasión escapé por poco de secogido prisionero en el área de la colin

de Papen[144].».Los mandos alemanes trataro

desesperadamente de estabilizar l

situación. Un grupo de planeadores quaterrizaba en el área de Bruck-Horst fuacribillado por el 1.er Batallón deRegimiento de Reemplazo 6 desdposiciones apoyadas por un cañóantiaéreo. Los supervivienteamericanos que consiguieron salir de lo

restos huyeron hacia Groesbeek. Uno d



os suboficiales de Rasch, el Gefreite

Kronenberg, consiguió recuperar un jeep

de un planeador y lo condujo

Wasserburg. Exhibiendo con regocijo srecién adquirido botín, se mató cuandperdió el control y chocó con u

autobús. El mismo Rasch pudo observael devastador efecto de los aterrizajesobre las tropas, ahora dispersas, ante

de presentarse en el cuartel generaMuchos soldados, en particular, lobatallones de «fortaleza» de l

uftwaffe provenientes de Viena

huyeron bien lejos antes de que pudieraser reunidos de nuevo. Se encontró coque el Batallón de Reemplazo 39 s

había retirado hasta el mismo borde de



Reichswald. Se perdió todo lo que shabía ganado durante el exitoso avanceSólo en la zona de lanzamiento norte, s

abandonaron algunos cañones de 20 mm50 muertos y 150 prisioneros. Las bajaamericanas aquel día fueron leves

Rasch resumió el ambiente que reinabentre los supervivientes:

«La extensión de terreno perdido en lparte media de la zona asaltada ersignificativa. Esto fue causado principalmentpor la inquietud que provocaron lo“aterrizajes en la retaguardia”. No era posibl

hacer un nuevo ataque con estas tropas».

Durante la tarde, después de

desastre en las zonas de aterrizaje, e



Kruegers-Gut, el General Feldt sencontró con el Mariscal de CampModel y el General de

allschirmtruppe Meindl, ecomandante del II Cuerp

allschirmjäger . Al primero le expres

su «asombro ante las 3.a y 5.Divisiones Fallschirmjäger que egrupo de Ejércitos había puesto a s

plena disposición para ser empleadas ecombate». Esto, sin embargo, no le hizcambiar de idea a Model; el Mariscal dCampo insistía en que tendría qu

anzarse otro ataque al día siguiente. Econtingente del Major Becker de la 3.División Fallschirmjäger se organizarí

en un Kampfgruppe, apoyado por otr



formado por la 5.a, mandado por ecapitán Hermann, siéndoles asignado uataque en el sector Zyfflich-WylerModel quería que se atacara a la mañansiguiente y a lo largo de todo el frenteMeindl y Feldt le pidieron que cambiar

de idea, hacía falta más tiempo. Modensistió y discutió acaloradamente per

acabó por rendirse a la lógica. E

comienzo del ataque se fijó para el 2de septiembre. Con ello, como observRasch irónicamente, «dio un puñetazo ea mesa, salió pegando un portazo y all

se fue el Mariscal de Campo a todprisa», en su forma acostumbrada. Unvez más no había sido posible fijar una

medidas efectivas y consensuadas. Par



XI. «TOME ELPUENTE DEARNHEM»

go que lo próximo que enviarán será un

coche fúnebre.

aidista, batallón de Frost.

Desde el este…

La situación en el puente de Arnhe



seguía siendo confusa durante laprimeras horas de la madrugada, antedel amanecer del 18 de septiembre. El I

Cuerpo SS informó erróneamente poeléfono al Grupo de Ejércitos B que

«el puente ya ha sido despejado d

nuevo de enemigos y es transitable»Mucho más tarde esto fue corregido:

«De acuerdo con una llamada de teléfonque acabamos de recibir, el puente de Arnhemno está en nuestras manos. El enemigo ocupuna cabeza de puente consolidada en la ribernorte, dentro de casas fortificadas. Su fuerz

es de aproximadamente 120 hombres[145]».

De hecho, la fuerza británica era e

realidad de 500 a 600 hombres. Durant



as restantes horas de oscuridad shicieron esfuerzos para coordinar lamedidas necesarias a fin de arrebatar

os británicos el control del puente. Lnoche antes, Bittrich, el Comandante deCuerpo, encomendó al Kampfgrupp

Brinkmann de la 10.a SS, bajo mando da 9.a SS, la tarea de despejar la ramp

norte. Parte del Regimiento S

anzergrenadier 21 (la 3.a

compañía)a estaba luchando en las casas al oestdel puente y en torno a la plaza demercado cerca de Eusebius-Plein. Ebatallón Euling de la 10.a SS, que tratde cruzar el puente en dirección

imega, también tenía su compañía d



vanguardia totalmente empeñada eorno a la rampa norte. A las 04:0

horas[146], el Major Hans-Peter Knausde 38 años, comandante del batalló

anzergrenadier de Instrucción Reemplazo «Bocholt» se presentó par

recibir órdenes. El batallón de Knausfue proporcionado por el Wehrkreis VI

Con él llegaron ocho Panzer III y IV de

6.o

Regimiento de Reemplaz«Bielefeld». Estos carros habían sidempleados para el adiestramiento dconductores. La fuerza de la Wehrmach

de Knaust incluía cuatro compañías dnfantería.

Estaban compuestas po

«reconvalecientes» que aún no era



considerados «del todo aptos» para eservicio en el frente. Knaust se presenten el puesto de mando de l

ohenstaufen, donde fue puesto bajo emando del Kampfgruppe Brinkmann. Smisión inmediata a su llegada er

relevar a los hombres de Euling en lrampa norte, de modo que éstopudieran continuar hacia Nimega

Knaust, un mutilado del frente ruso couna pierna de madera, era un personajcarismático. Su unidad lucharía codistinción. Mientras esta actividad tení

ugar, se decidió que la unidad dBrinkmann proporcionara el esfuerzprincipal, Schwerpunkt , para lo

ataques previstos al amanecer. Lo



asaltos se dirigirían contra las casas qurodeaban la rampa norte, partiendo de lestación de clasificación ferroviaria

de los edificios de las fábricas situadoal este del puente.

Mientras estas fuerzas tomaba

posiciones, se seguía manteniendo lpresión desde el oeste sobre el enclavbritánico. El Rottenführer Rudolf Trapp

un tirador de ametralladora que servícon la 3.a compañía del Regimientanzergrenadier 21 de la Frundsberg

recuerda la salvaje lucha callejera

durante la cual «abríamos con cuidadas puertas porque a menudo teníarampas explosivas». Lenta

nexorablemente redujeron el perímetr



en torno al puente. Al llegar al bajRhin, «pudimos ver el puente recibimos fuego anticarro». Empezaro

a abrirse paso a lo largo de la EusebiusPlein. Imágenes fugaces quedarograbadas en la memoria de Trapp:

«Durante la noche hubo intensocombates casa por casa, y era imposibldormir. Una y otra vez fui apostado e

diferentes esquinas de calles con mametralladora manteniendo fuego sostenid[montada en trípode]. Hicimos aspilleras elos muros de las casas para obtener bueno

campos de tiro, y abrimos boquetes en lotabiques para movernos de un lado de la casal otro».

Los escombros hacían cada vez má



difícil acercarse a las posicionebritánicas. O procedían de una casa quhabía ardido y estaban demasiad

calientes para cubrirse tras ellos o sconvertían en obstáculos que tenían quser superados bajo el fuego.

«Había heridos británicos en nuestrposición. Un joven inglés había recibido utiro en el escroto y sufría un gran dolor [147]».

A los heridos se los llevaronmediatamente. Entretanto, el incendi

de las casas hizo que muchos civilespresa del pánico, salieran de surefugios sólo para ser abatidoerróneamente por parte de ambo



bandos. Trapp recobró los cuerpos dunos cuantos de estos civileholandeses, «entre ellos una muje

gravemente herida». La adrenalina, cosu efecto agotador repentino, estabempezando a nublar su capacidad d

atención y su estado de alerta. Estabasiendo triturados inexorablemente en unucha de desgaste. El enemigo no iba

ser obligado a rendirse. Tras durocombates, los soldados de las Sempezaron a darse cuenta de que éstba a ser una lucha larga y fatigosa.

Al amanecer, las fuerzas dBrinkmann comenzaron su ataque. Aprincipio consistió en un intento d

nfiltración en las posiciones británica



desde el este. Se pusieron en prácticuna serie de artimañas. Escuadras dsoldados SS se colaban furtivamente e

os edificios y desalojaban a lobritánicos. Se preparaban cargaexplosivas y se lanzaban a través de la

ventanas antes de un asalto. No era rarque fuesen arrojadas de vuelta a loatacantes. A continuación, la infanterí

se lanzaba a una frenética carrera parentrar en el edificio, lo que a menudraía como consecuencia el sufrimient

de terribles bajas entre las tropa

asaltantes. Se cuidaba a los heridocuando era posible, pero la naturalezde la lucha en torno al puente de Arnhe

era encarnizada y cruel. En esto



combates cuerpo a cuerpo ni sesperaba cuartel ni se daba. USturmmann de 21 años, Alfre

Ringsdorf, lo resumió así:

«Ésta era una batalla más dura que ningun

de las que yo había librado en Rusia. Era unlucha constante, a corta distancia, cuerpocuerpo. Los ingleses estaban en todas parteLa mayoría de las calles eran estrechas,veces de una anchura no superior a cincmetros y nos disparábamos a sólo unometros de distancia. Luchábamos por cadpalmo de terreno, limpiando una habitaciótras otra. ¡Era un infierno absoluto[148]!».

En el otro bando estaba el soldadJames Sims, de 19 años, sirviente d

mortero en el batallón paracaidista d



Frost. Sus morteros estabaatrincherados en una pequeña parcela dcésped frente a la Markt-Straad cerc

de la rampa norte del puente. Desde aqupudo ser testigo de la sucesión dferoces y resueltos ataques montado

por el Kampfgruppe Brinkmann. Trafracasar el intento de infiltración en laposiciones británicas, se produjo u

ataque con camiones que rodaron por lKade Strasse hacia la posición de Sim el cuartel general del 2 PARA de FrosLos ocupantes de los camiones n

sabían que las casas situadas en sflanco derecho estaban ocupadas, y lovehículos fueron totalmente acribillado

por fuego de armas ligeras. Aquello



que intentaron escapar fueron abatidoantes de que pudieran ponerse cubierto. Sims observó con el corazó

encogido el avance de uno de losupervivientes:

«Un soldado alemán terriblemente heridocon tiros en ambas piernas, se arrastrabpalmo a palmo hacia sus propias líneaObservamos su lento y doloroso avance co

horror y fascinación ya que era el único sevivo que se movía sobre una alfombra dmuertos. Se arrastró por la carretera, sobre lacera, y luego arrastró su cuerpo destrozadpulgada a pulgada subiendo por una pendientcubierta de hierba que llevaba a la carreterdel puente. Una vez que franqueara un bajparapeto situado en lo alto de la pendientehabría vuelto a sus líneas. Debía sufr

tremendos dolores, pero superó la pendient



por pura fuerza de voluntad. Con un esfuerzsobrehumano se incorporó para superar eúltimo obstáculo. Un fusil ladró a mi lado y v

incrédulo como el alemán herido caía despaldas, con un balazo en la cabeza. Para mera poco menos que un asesinato pero para mcompañero, galés y uno de nuestros mejorefrancotiradores, el alemán era un blanclegítimo. Cuando protesté me miró como syo fuera tonto[149]».

Un ataque llevado a cabo posoldados SS escondidos dentro de unambulancia, siguiendo la ruta tomadpor los camiones, tuvo una suertsimilar. Los SS salieron a la carreradisparando alocadamente cometralletas desde la altura de la cadera

La carga fue deshecha y aniquilada cas



a las puertas del puesto de mando dFrost. Sims oyó a un paracaidistcomentar: «Supongo que lo próximo qu

enviarán será un coche fúnebre».Tras un bombardeo con artillería

fuego de mortero, el batallón d

reconocimiento de Brinkmann intentuna carga acorazada. Disparandfuriosamente, una columna de carro

igeros, autoametralladoras semiorugas traqueteó bajo la rampa depuente de Arnhem, colindante con edistrito fabril este. Cuando surgiero

repentinamente en la Markt-Straad, emido reverberante de su avance samplificó por el eco producido en e

únel que formaban los pilares de



puente. Fueron recibidos con unabrasadora concentración de fuego. Docañones anticarro de seis libra

británicos emplazados en calledespejadas hicieron que el carrenemigo de cabeza se detuviera envuelt

en llamas. Los semiorugas alemanes quntentaban evitar al carro incendiado

que se había atravesado bajo el puente

fueron destruidos uno tras otro cuandntentaban pasar por el hueco. Losoldados que escapaban de ellos por locostados fueron abatidos por lo

disparos. Sims observó el espantosfinal:

«Manaba humo negro del carro d



vanguardia, que ya estaba en llamas, percualquier movimiento en nuestras posicioneseguía atrayendo ráfagas certeras d

ametralladora disparadas con las armas de ltorreta. Los paracaidistas le gritaron ahombre de las SS que saliera, que prometíasalvarle la vida pues estaban impresionadopor su valor fanático. La única respuesta fuotra ráfaga de disparos. Cuando las llamas lalcanzaron, pudimos oír sus gritos de agoníaapagados dentro de la torreta de acero, perno por ello menos escalofriantes. Pareciero

durar un tiempo horriblemente largo antes dque este valiente soldado muriera por eFührer y la patria[150]».

Los ataques contra el puente en estfase todavía no estaban coordinados, si lo estaban, fallaba el enlace. Cad

uno fue derrotado por separado por lo



defensores británicos. El laberinto dcalles al este y oeste de las casafortificadas que protegían el puent

mpedía a los alemanes lanzar un ataqucombinado de infantería y blindadopara recuperarlo. Sólo el norte y el su

ofrecían espacio para tal asalto, aunqua oportunidad para dar un golpe d

mano como ése había pasado ya. A

pesar de ello, se intentó.

Desde el sur…

El Hauptsturmführer Vikto

Eberhard Gräbner examinó con su



binoculares el puente de carretera dArnhem, silueteado ahora por la lucreciente del amanecer. Apenas l

quedaban cuatro horas de vida. Sólmediante conjeturas y examinandnformes incompletos se pueden recrea

estas últimas horas, durante las cuáles scondenó a muerte a sí mismo y a graparte de su unidad. Mientras examinab

os destellos de los disparos qudelataban las posiciones británicaemplazadas en las casas situadas eorno a la rampa norte del puente

Gräbner tomó la decisión. Atacarían.Gräbner se había presentad

voluntario para ser transferido de l

Wehrmacht a las Waffen SS . Cuando l



División Hohenstaufen fue inicialmentorganizada a comienzos de 1943, fue eprimer jefe de compañía del batallón d

Reconocimiento, del que luego serícomandante.

Wilfred Schwarz, Jefe de Estad

Mayor de la 9.a SS en Arnhem, subrayque «era un soldado impresionante, ehombre adecuado para el trabajo»

Gräbner era un hombre de acción, comdeberían ser todos los comandantes dreconocimiento acorazado. Moreno y dconstitución delgada, era muy apreciad

respetado por sus hombres. Pronto shabía labrado la reputación de estasiempre en vanguardia en el combate

sin temer exponerse cuando er



necesario. Schwarz, aunque no entendísu decisión de atacar el puente dArnhem, admitió a pesar de todo que

«esto era típico de Gräbner, ¡siempre eprimero en lanzarse al combate[151]!Este comentario es clave para entende

sus actos posteriores.Gräbner había experimentado u

momento de orgullo y triunfo persona

cuando unas horas antes, Harzer, scomandante divisionario, le colgó decuello la Ritterkreuz (la Cruz dCaballero). En apoyo de la 277.División de Infantería en Normandíadirigió personalmente variocontraataques acorazados contra un

ruptura británica en Noyers Bocage. A



amanecer del 15 de julio de 1944dirigió un exitoso ataque sorpresarrollando una penetración aliada

evitando así una crisis. EGeneralmajor Praun, comandante de ldivisión, propuso personalmente

Gräbner para la condecoración. Con lmemoria de este triunfo todavía visiblen su cuello, el comandante del Batalló

de Reconocimiento 9 hizo unevaluación similar sobre el problema drecuperar el puente de Arnhem. Todo emundo sabía que los británicos estaba

en estado de alerta al amanecer. ¿Poqué no repetir la treta usada con tantéxito en Noyers Bocage y cargar contr

a posición cuando menos lo esperaban



es decir, después del fin de la alertaQuizás tenía la intención de que el placoincidiera con el ataque de Brinkman

al puente desde el este, pero no hapruebas que apoyen esta teoría.

La sorpresa y la conmoción era l

única protección que tenía Gräbner. Fua típica respuesta de un comandante d

blindados a un problema de infantería

Los Panzerleute (los tipos del armacorazada) tendían a desdeñar lresistencia que pudiera oponer ligeramente armada infanterí

paracaidista. Gräbner tenía una mezclde 22 blindados a su disposiciónblindados ligeros y semiorugas, alguno

de los cuales montaban cañones corto



de 75 mm. Representaban la mayoconcentración de vehículos acorazadoen la 9.a SS. Todos tenían, commínimo, una ametralladora. Lvelocidad y la conmoción producida poa potencia de fuego concentrad

deberían ser suficientes para conseguiatravesar el puente y romper la líneenemiga. A las 09:00, esperando contr

oda esperanza que estos factores leprotegieran, los soldados SS montaroansiosos en sus vehículos. Los motorese encendieron y fueron acelerado

despiadadamente para que tomaraemperatura; no podían permitirse que s

calaran en un momento vital. Envuelto

en las espirales del humo gris de lo



escapes, los vehículos traquetearoponiéndose en posición en la columnde ataque, porque en columna tendrí

que ser. La carretera sólo tenía docarriles, y por ella estaba esparcida lchatarra de los desventurados vehículo

destruidos con anterioridad. Por delantenían una carrera de 600 a 700 metros

subir la rampa, cruzar el arco del puent

de 200 metros, y bajar por la rampa deotro lado hasta el centro de Arnhem. Loblindados ligeros irían en cabeza. Lcurvatura de la carretera les darí

protección hasta que coronaran el puntmás alto en medio del puente. A partide ahí, los puntales también podía

proporcionar algo de cobertura. Lo



semiorugas irían a continuación. Al estaigeramente faltos de potencia

cargados hasta los topes con soldado

SS, no podían esperar ir a más de 30 40 km/h, 50 con suerte en el tramcuesta abajo. Cierto número d

camiones protegidos con sacos terreroque transportaban algo de infantería leseguirían lentamente a retaguardia.

Los motores aumentaron drevoluciones, esperando la orden dpartir. Los comandantes de los vehículose lamieron los labios resecos

contemplando con ansiedad a scomandante, al que se distinguía a durapenas en la penumbra de los humos d

os escapes. Éste alzó su puño en el air



dos veces: « Marsch! Marsch!».Como la salida de un Grand Prix

con los motores rugiendo, los vehículo

arrancaron, con los conductorecambiando las marchas a toda prisaacelerando hasta la velocidad máxim

an rápido como era posible. Gräbnerarrojado como siempre, estaba cerca da cabeza dirigiendo las operacione

desde un auto blindado Humbebritánico adaptado, probablementcapturado en Normandía. Pronto epuente comenzó a vibrar ante s

aproximación. La columna se lanzadelante con las orugas traqueteando chirriando, estirándose al quedars

rezagados los vehículos más lentos



endo a la carrera hacia el punto máalto en el centro del puente. No sonó nun tiro. Gräbner, golpeando con el puñ

el borde del compartimiento de lripulación, completamente expuesto, le

urgía a seguir adelante: «Schnell

Schnell !».Con el viento tironeando de su

blusones de camuflaje, los soldados S

se agazaparon en el vulnerablcompartimiento abierto para la tropa dos semiorugas, torciendo el gesto anto que les esperaba; trataban de encoge

sus cuerpos para presentar el menoblanco posible.

Los grandes blindados Pum

cruzaron la cresta del puente



disparando con los cañones ametralladoras. Las trazadoradescribieron un arco majestuoso haci

os edificios situados en el lado norteriturando ladrillos y esparciend

fragmentos, entremezclados con la

chispas de las balas que rebotaban eodas direcciones. Do

autoametralladoras más pasaron sin u

arañazo rampa abajo hacia el centro da ciudad. Los británicos empezaron abrir fuego de forma intermitente. Treautoametralladoras más llegaron al otr

ado del puente, parecía como si fueraa salirse con la suya, esquivando dforma experta la chatarra. Hubo un

explosión y una rueda voló por los aires



rebotando a cámara lenta cuando uno dos Puma de seis ruedas topó con e

«rosario» de minas que los británico

habían puesto a través de la carreteraCuando los semiorugas, de menopotencia y más lentos, pasaro

chirriando la cresta del puente, fuerorecibidos con una tormenta de fuegconcentrado. Ametralladoras, morteros

fusiles abrieron fuego desde amboados. Cuando los vehículos pasaron oda velocidad junto a las casas qu

bordeaban la rampa, los británico

arrojaron granadas dentro de ellosGräbner debió quedar consternado poa ferocidad de la reacción. L

resistencia era mucho más dura de l



que se esperaba. Los paracaidistassorprendidos de que estos blindados quvenían desde el sur resultaran se

alemanes en vez de británicosncrementaron el fuego de mortero

algunos disparos de anticarros

Explosiones sordas anunciaban ldestrucción de los semiorugas cuandas granadas lanzadas dentro de

compartimiento descubierto de tropacausaban una terrible carnicería en taconfinado recinto. Empezó a manahumo negro cuando la gasolina ardient

fluyó serpenteando por la carreteraengullendo rápidamente a los tripulantemuertos y heridos desparramados e

orno a los vehículos destruidos. Com



declaró un oficial paracaidista qucombatió en la escuela frente a la rampnorte, los semiorugas «no tenían techo

por tanto estaban perdidos cuando se ledisparaba desde arriba». Muchos de lovehículos se detuvieron después de qu

mataran al conductor y al copiloto. Eataque de Gräbner empezó desintegrarse en torno a él. Es probabl

que muriera en este momento ddesesperación porque repentinamente eataque perdió toda dirección e impulsoEl Rottenführer Mauga, agazapado en s

semioruga, presenció el revés inicial:

«De repente se desencadenó el infierndelante nuestro. Todo en derredor de m



vehículo eran explosiones y ruido y yo mencontraba en medio de este caos[152]».

Los semiorugas que le seguíandubitativos sobre qué hacer, frenarofrente a las espantosas hoguera

esparcidas por la carretera. Lovehículos se detuvieron. Durante dieminutos tuvieron lugar consultaurgentes, se restableció el mando

algunos tripulantes cambiaron de sitioDos vehículos, con sus conductorehaciendo acopio de valor, siguiero

adelante. Disparando con todas laarmas, pasaron a toda velocidad lacasas altas que albergaban la escuela a

ado de la rampa. Uno de lo



conductores fue herido casnmediatamente. Perdió los nervios

metió la marcha atrás, retrocediendo

embistiendo al vehículo que le seguíaLos dos vehículos quedaron hechos uamasijo, con sus descubierto

compartimientos de tropa vulnerables os disparos que desde arriba les hacíaos británicos. Los soldados qu

ransportaban fueron masacrados cuandntentaban salir de ellos frenéticamenteCuando los vehículos estallaron elamas, las nubes de humo s

extendieron a través de la carreteraenmascarando los intentos de un tercegrupo que trataba de abrirse paso. Ést

fue rechazado de forma similar. Reinab



ahora la confusión. Las ametralladorabritánicas Vickers sobre trípodencontraron el alcance, las trazadora

convergían sobre el puentechisporroteando y silbando al rebotar eas vigas. Los soldados SS buscaro

desesperadamente refugio de aquellcarnicería entre la escasa cobertura quproporcionaba la superestructura de

puente. Mauga recuerda el dilema«Algunos querían seguir adelante, otroquerían volver». Gräbner iba montaden un blindado ligero de reconocimient

británico, probablemente para hacersvisible ante sus hombres, pero no se lencontraba. Para entonces, lo

semiorugas que habían llegado al otr



ado, bajaban por la rampa en el ladnoroeste del puente. Se intentó a ldesesperada tomar cualquier medida qu

pudiera evitar el intenso fuegdefensivo. Un semioruga iba fuera dcontrol cuesta abajo y chocó contra u

ateral del edificio de la escuela; losoldados que llevaba fueron abatidoantes de que pudieran escapar.

Así continuó la carnicería, casi hastel mediodía. Dos vehículos, alcanzadoos conductores y fuera de contro

chocaron contra la barrera izquierda de

puente, paralela a la Kade Strasse y sdesplomaron a la calle de abajo entruna cascada de gasolina ardiente

chatarra y hombres que gritaban. S



sucedían pausas de unos treinta minutomientras los soldados de las SS, todavíen sus semiorugas y bajo el fuego

aguardaban a que se apagaran un pocas llamas de las piras funerarias quenían delante antes de llevar a cab

otro intento para atravesar la líneaEstos ataques esporádicos, anticipadode sobra por los británicos, era

recibidos con una tormenta de fuegconcentrado y cruzado. La situacióempeoró cuando empezó a caer fuego dartillería en torno a la superestructur

del puente, donde los impactos cercanoevantaban columnas de agua al caer e

el río. Dándose cuenta de que s

situación era desesperada, los soldado



SS saltaron al Rhin por encima de labarandillas barridas por el fuegoprefiriendo una suerte incierta en el agu

a la muerte segura en el puente. Poco poco, el tiroteo se fue apagando hastque a mediodía cesó prácticamente po

completo. De los 22 blindados quhabían participado en el asalto, lorestos llameantes de 12 de ello

bloqueaban ahora totalmente lcarretera.La apuesta de Gräbner resultó u

fracaso catastrófico pero por muy poc

no consiguió el éxito. El ataque causauténtica sorpresa, pero los británicos ldetuvieron en seco. Los soldado

supervivientes del Batallón d



Reconocimiento 9.o salieron corriendo se arrastraron por el puente de regreso a seguridad de la ribera sur. Mientras l

hacían, brotó un alarido triunfal de lacasas situadas a lo largo de la rampnorte. Era el grito de guerra del batalló

2 PARA: «Whoa Mahomet! Whoahomet !», que se sumaba a l

humillación de la derrota alemana. En e

cuartel general de la 9.a

SS, se perdió econtacto por radio con Gräbner cuandel ataque perdía su impulso. Es muposible que los excesivamentoptimistas informes iniciales pudierahaber dado lugar al prematuro informde éxito enviado al II Cuerpo SS. L

muerte de Gräbner, menos de 24 hora



después de recibir uno de los más altohonores que podía otorgar su nación, fuuna tragedia para su unidad. Además d

un personaje enigmático, era muconocido y por consiguiente se le echmucho de menos. El cabo Maug

encontró más tarde el Humber blindadde su comandante, que fue llevado Arnhem «pero el comandant

desapareció sin dejar rastro. Npudimos recuperar su cuerpo». Nampoco pudieron recoger los resto

vestidos con uniformes de camuflaje qu

acían junto a sus vehículos allí dondcayeron. Permanecerían en aquel lugadurante otros dos días, hasta qu

finalmente se tomó el puente[153].



Desde el norte…El fracaso de Gräbner no fue sól

desmoralizador para los miembros de lplana divisionaria de la Hohenstaufe

que le conocían, sino que fue dprimordial importancia. Como dijo e

auptsturmführer Schwarz, jefe dEstado Mayor de la división: «Tuvo ugran impacto, sabe usted, pues perdimo

una importante parte de nuestra fuerza dcombate[154]». Empezaron a darse cuentde que esto no iba a ser fácil.

Los escombros y demás resto



empezaban a estorbar los intentos daproximación a las casas fortificadas dFrost. Cuando empezó a llegar e

ampfgruppe Knaust para relevar aBatallón Euling, el centro de gravedade la batalla por el puente empezó

desplazarse al norte. El área ajardinadbordeada por la Eusebius Binnen y lBuiten Singel ofrecía a los carros y a l

nfantería espacio para maniobrarAhora era posible concebir un asalto darmas combinadas. Los Panze

comenzarían a llegar al día siguiente.

Cuando se les unió el Kampfgrupp

Knaust, se produjeron ataques mántensos desde el nordeste durante el 1

19 de septiembre. El batallón de Fros



acabó inmovilizado por la superioridanumérica de la infantería alemana, y fureducido por la artillería y el fueg

concentrado de los carros y cazacarroque podían maniobrar prácticamente discreción.

Ya estaban en marcha. El GefreiteKarl-Heinz Kracht, de 19 años, cargadoen un Panzer , recordaba subir al tren e

Bielefeld el 17 de septiembre. Lcompañía de carros Mielke, a la qupertenecía (así nombrada por el teniental mando de la compañía) formaba part

del 6.o Regimiento Panzer dReemplazo, «Bielefeld». Cuanduvieron lugar los aterrizajes, la unida

fue trasladada, vía Zevenaar, a Elten



donde se reunieron con el batallóanzergrenadier de Instrucció

«Bocholt». Kracht describió a lo

ripulantes de los carros como: «reclutamuy jóvenes y oficiales subalternos quafrontaban su primera batalla. Él, qu

era cargador y artillero, con 19 añocasi era demasiado mayor [155]!». Com

explicaba Kracht: «así nació e

ampfgruppe Knaust, que estabprincipalmente formado por reclutabisoños, muchos de los cuale“morderían el polvo” por su mal

nsuficiente adiestramiento». El relatde Kracht sugiere que lo

anzergrenadier de Knaust pudiero

legar antes que los carros, los cuales n



legaron hasta el 19 de septiembre. Nenían ninguna preparación para lo ques aguardaba:

«Cuando nos pusimos en marcha conuestros ocho carros, Panzer III y IV , víZeddam, ¡no nos dijeron lo grave que era lsituación! ¡Lo único que teníamos era lorden de operaciones! ¡Palabrería de Hitler¡Nos horrorizó tanto como nuestro primecontacto con el enemigo[156]!».

El joven cargador era tambiéfotógrafo aficionado y todavía tenía s

cámara, una Agfa Karatt III , que lhabían regalado por Navidades en 1939Como entusiasta, esperaba que al dí

siguiente hiciera suficiente sol par



omar fotos.Entretanto, el Oberführer Hein

Harmel llegó de Berlín a primeras hora

del 18 de septiembre y retomó el manddel Kampfgruppe divisional de la 10.SS Frundsberg . Como relató: «Primer

fui al cuartel general del Cuerpo y mnformaron de la situación». Lueg

recibió informes actualizados de

Obersturmbannführer Patsch, que llevel control de la batalla en su ausenciaDe allí fue derecho en automóvil acentro de Arnhem para ver la situació

por sí mismo. Cuando llegó, se librabacombates casa por casa. Señaló que: «ecomandante divisionario siempr

debería ser visto en el frente por lo



muchachos, un hábito por el que siemprme reprendían mis superiores».

Harmel presenció el comienzo de

avance desde el norte: «el batallón dEuling estaba en parte allí con el dKnaust, sin poder cruzar el puente. S

compañía de vanguardia así como lcompañía de blindados ligeros dZiebrecht [1.a compañía del Batallón d

Reconocimiento de la 10.a

SS], estabaotalmente trabadas en la lucha y no sas podía sacar». El resto del batalló

de Euling ya se había marchado, dandrodeos hasta que encontraron una rutdespejada a Nimega.

Dos piezas de artillería de 10 c

fueron desenganchadas de sus tractores



emplazadas en la zona verde del parquusto al norte del puente. Iban a se

usadas en tiro directo contra las casa

fortificadas de Frost. Una serie destampidos atronadores resonaron eorno a los edificios que bordeaban e

parque mientras bombardeaban laposiciones situadas en casas y sótanosHarmel dijo: «me quedé durante un rat

con los cañones, apuntándolos un poco a izquierda, a la derecha… ¡ahí! Perpor mucho que quisiera, no podíquedarme aquí para siempre».

Harmel recibió una misión doble degeneral Bittrich, el comandante deCuerpo, aquella misma tarde. Debí

combatir para despejar el puente d



modo que pudiera apoyar eSchwerpunkt del Cuerpo en el sur, quambién debía estar bajo s

responsabilidad. Esto tenía sentidpuesto que todos los Kampfgruppen eel puente, o procedían en origen de l

10.a SS o estaban bajo su mando. Poconsiguiente, ponía orden en lo qupreviamente había sido un arreglo tosc

confuso. Brinkmann volvió a estabajo el mando de Harmel y se le ordencoordinar el esfuerzo para reconquistael puente. La 9.a SS debía despejar eresto de Arnhem y derrotar a lobritánicos en Oosterbeek.

No obstante, como recordab

Harmel, esto no era fácil:



«En realidad era difícil dirigir eKampfgruppe. Tenía que viajaconstantemente en mi jeep entre Arnhem

Nimega. Mi misión era bloquear la amenazen el sur durante el tiempo suficiente compara permitir a la 9.a SS ocuparse de ldivisión británica en Oosterbeek-ArnhemÉsta era la misión principal».

Harmel se daba cuenta de ldesesperado de la situación de Frost

«Desde mi posición podía verlo mejoque él». Hizo que le trajeran a usargento mayor británico capturado

Todos los prisioneros estaban heridos, éste no era una excepción, tenía un brazen cabestrillo. Harmel le explicó: «Vaya ver a su comandante y dígale que teng



una visibilidad en todas direcciones da que él carece. Estoy en una situació

mucho mejor que él para hacer un

evaluación sensata. Dígale que srinda». Y allá que se fue. En no muchrato llegó la respuesta esperada: «Nad

de rendirse», y aunque Harmel se lesperaba, «¡tampoco volvió el sargentmayor [157]!».

La suerte del Oberleutnant JosepEnthammer todavía no había cambiadoÉl y su grupo de artilleros seguíasiendo prisioneros. El lunes por l

mañana temprano fueron llevados a uestablo, a 800 metros de la casa adosaddonde estaban antes. Como vestían e

uniforme de artillería de la Wehrmach



sentían temor a ser identificados comropas de cohetes V2. Recordaba como:

«… Por el camino los civiles holandesenos escupían y tiraban fruta podrida. Esargento que nos capturó disparó al aire poencima de sus cabezas para ahuyentarlos

pidió disculpas por su conducta. Esto es algque nunca olvidaré».

Había ahora de 40 a 50 prisioneroapiñados en los establos. El martes poa mañana fueron llevados al edifici

que albergaba el cuartel general de l

brigada, cercano al puesto de mando de2 PARA de Frost cerca del puenteDurante el trayecto de 15 minutos:



«… volvimos a ser hostigados por lpoblación holandesa. Fue una sorpresdesagradable puesto que con anteriorida

habían sido muy amistosos. También oíamoahora los ruidos de la batalla, disparos de fusy ametralladora así como granadas de manoSe elevaban nubes de polvo pero no podíamover nada directamente. Nos metieron en esótano del edificio[158]».

Esto parecía una mejora. Puede qu

ncluso fuese más seguro.



XII. ¡ELSCHWERPUNKTESTÁ AL SUR!

ión era bloquear la amenaza en el sur

durante el

suficiente para permitir a la 9.a SS ocuparse de la

n británica en Oosterbeek-Arnhem. Esta

era la

principal.hrer Harmel.



Defendiendo Nimega, 18-19de septiembre…

El Oberführer Heinz Harmecomandante del Kampfgrupp

Frundsberg, no tenía dudas sobre dóndestaba su misión principal. Bittrich, scomandante del Cuerpo de Ejército, l

dejó absolutamente claro: «¡ESchwerpunkt está al sur!». Había qumpedir a toda costa que enlazaran la

fuerzas aliadas que avanzaban desde l

cabeza de puente de Neerpelt y loparacaidistas. Harmel recordaba qu«todos los hombres de la divisió

sabían que ésta era su misión[159]»



Como mínimo pensaba que el avancaliado hasta el río Waal era inevitable

o sabía cuánto había avanzado e

enemigo, sólo que se había disipadgran parte de su propia fuerza y eenemigo ni siquiera había llegad

odavía.

«Se me requería constantemente para quenviara grupos de combate qu

contrarrestaran el avance aliado al sur dNimega. Esto era un factor que debilitabconstantemente mis fuerzas. También era upoco desmoralizador porque las fuerzas d

Student, continuamente obligadas a establecenuevas líneas, no podían darles luego lprofundidad necesaria, lo que hacía que lafuerzas aliadas las rompieran inmediatamente

En consecuencia, tuvimos un papel en l



defensa de Son en Veghel y también eOverloon. El Kampfgruppe Heinke estuvseparado de mi fuerza durante unos do

meses, asignado como estaba al grupo dcombate de Ludwig Roestler [160]».

También fueron empeñado

numerosos Kampfgruppen en desalojaa Frost del puente de Arnhem, parasegurar los refuerzos y e

reabastecimiento de la cabeza de puentde Nimega. De algún modo, ucontingente importante de fuerzas teníque llegar a la ciudad por una rutalternativa.

Se ordenó a un Kampfgrupp

adelantado, mandado por e

Sturmbannführer Leo Herman



Reinhold, que avanzara a Nimega poWesterwoort y Dyiven, para cruzar eRhin en Pannerden. Entretanto, Harme

deseaba supervisar en persona su mayo más inmediato quebradero de cabeza

reconquistar el puente de Arnhem, qu

era fundamental para tener éxito eimega. Por consiguiente, se quedó e

Arnhem el 19 de septiembre. Reinhol

debía coordinar la inevitablemente lentconcentración de la 10.a SS en el Waahasta que regresara Harmel. Evanguardia del Kampfgruppe Reinhold

bajo su mando estaba el Batallón Eulingrecién transferido de la 9.a SS. Lcompañía de vanguardia de Euling

enredada en la batalla por el puente d



Arnhem, empezaba a ser relevadasección por sección, por el reciélegado Batallón Knaust. Harme

rasladó su cuartel general desde Velp apunto de cruce del río en Pannerdenpara controlar la inminente batalla en e

Waal.Temprano por la mañana del 18 d

septiembre, el Batallón de Zapadores d

a 10.a

SS comenzó a poner en marcha loperación de transbordo en PannerdenA pesar de que ofrecía la ruta alternativmás rápida hacia Nimega, Harme

recordaba:

«Llevaba tiempo. Además, nuestro

ingenieros tuvieron que construir nuestro



propios transbordadores porque lembarcación civil holandesa era insuficientpara nuestras necesidades, tenía que tene

capacidad de transbordar al menos 4toneladas, Tuve que llamar por teléfonoingenieros de la Wehrmacht [ Heer ] para qunos llevaran al otro lado[161]».

En Pannerden los progresos erapenosamente lentos. Se recurrió a todaquello que se encontrase en la orilla

flotara: botes de goma, pequeñoesquifes, barcazas. Se producíademoras por los sobrevueles de lo

aviones aliados. Los mandos paseabafrustrados a lo largo de la orillametiendo prisa a grupos dispersos

entremezclados para que cruzaran. Lo



primeros Panzer IV , rodando coestrépito, subieron a las enormes balsaque fueron empujadas a brazo al otr

ado con la ayuda de cuerdas y pértigasEstaba lejos de ser una soluciósatisfactoria; la improvisación estaba a

orden del día. A este ritmo se estimó qulevaría de dos a tres días hacer cruzar odos los vehículos acorazados. Todo e

mundo se preguntaba si tendrían tiempoLas primeras tropas que cruzaron ePannerden llegaron a Nimega durante lmañana del 18 de septiembre. Se tratab

de una compañía de zapadores de la 10.SS, mandada por el Untersturmführe

Baumgärtel. Llegados en bicicletas y e

camiones, se les puso a trabaja



obedeciendo una directiva del Cuerpque ordenaba la preparación de lomponentes puentes de carretera

ferrocarril para su demolición. Ldetonación de las cargas debíefectuarse sólo bajo la orden expres

del cuartel general del Grupo dEjércitos B de Model. Tambiécolaboraron en el refuerzo de la

posiciones fortificadas en el extremo sudel puente.Hacia el mediodía llegó el Batalló

Euling. Su comandante, eauptsturmführer Karl-Heinz Euling

de 25 años, había conseguido unruptura limpia en la lucha por el puent

de Arnhem. Cruzó el Rhin usando e



ransbordador en Huissen y luegavanzó a buen ritmo a Nimega pasandpor Elst. Su batallón contaba con 10

hombres. Fue recibido por Reinhold ea ribera norte del Waal, en el pueblo d

Lent y, rápidamente, trazaron un plan

Euling establecería de inmediato uncabeza de puente al sur del Waacustodiando los accesos al puente d

carretera. Las fuerzas de Reinholocuparían la ribera norte. Eampfgruppe Henke y algunas fuerza

de vanguardia de la 10.a SS ya estaba

uchando en un intenso combate en losuburbios del sur de Nimega. Se podíaver a lo lejos columnas de hum

elevándose hacia el cielo. El tabletea



de armas ligeras y ametralladoras erapenas audible, creciendo disminuyendo con el viento

entremezclado con los silbidos explosiones de la artillería alemana quentraba en acción. La pugna por est

enclave aún no había terminado.Antes, aquella misma mañana, l

compañía G del 3.er Batallón, 50

Regimiento de la 82.a

DivisióAerotransportada americana, intentó uavance contra el puente de carreterdesde los bordes este y sudeste de lciudad. El Hauptsturmführe

Schwappacher, al mando de uregimiento de instrucción de artillería

había coordinado para entonces la



piezas de artillería de la 10.a SS con lntención de apoyar a las fuerza

alemanas que ya ocupaban Nimega. Trarecorrer las calles en un reconocimientpersonal para averiguar las posicionede las fuerzas propias, ahora podí

dirigir el fuego de una batería pesada dcampaña contra las zonas donde ssospechaba que se concentraba e

enemigo. La línea del frente aúbordeaba las dos glorietas de tráfico 1000 metros al sudeste y sudoeste dambos puentes. El tiroteo, que habí

comenzado en la zona de Maria-Pleinse hizo más intenso cuando la compañíde paracaidistas americanos atacó a l

argo de la Maria Franken Strass



dirigiéndose hacia el puenteSchwappacher escribió en su informposterior al combate que la infanterí

alemana:

«… ya estaba en fuga hacia la retaguardi

cuando el ataque fue detenido con salvaprecisas, que cayeron entre las tropaenemigas de vanguardia. Nuestra infanteríaahora reforzada desde atrás y apoyada comás fuego de artillería, logró forzar aenemigo a retroceder un buen trecho hacia esur. Las glorietas de tráfico del nortvolvieron a nuestras manos[162]».

El batallón de Euling pasó dcombatir por un gran puente en Arnhea luchar por otro en Nimega. Cuando l



compañía de cabeza, montada esemiorugas acorazados, desfiló rugienda toda velocidad por el arco de 70

metros del puente acompañada por lplana mayor del batallón, laexplosiones de los morteros y artillerí

enemiga levantaron chorros de agua bajel puente y en torno a él. Con las orugachirriando llegaron hasta el parqu

Hunner al otro lado, tomando prontcontacto con el Kampfgruppe Henke qua ocupaba posiciones apresuradament

preparadas. El resto del batallón, qu

venía en bicicleta, decidió que lcarrera a través del puente no valía lpena por las bajas que sufrirían, así qu

fueron llevados al otro lado del Waal e



botes de goma a lo largo de la tarde.Euling reforzó su batallón de 10

hombres tomando bajo su mando a la

reservas de la Wehrmacht y de lpolicía que encontró apostadas en lopuntos fortificados que ocuparon su

elementos avanzados. Mientras corregíel fuego de su artillería, Schwappacheobservó que: «Durante la tarde l

niciativa pasó del enemigo a nuestrafuerzas». En realidad, las unidadeamericanas habían sido replegadas pardespejar zonas de aterrizaje e

preparación de una segunda oleada drefuerzos aerotransportada. En total, sanzaron tres ataques norteamericano

contra Nimega desde que se produjero



os primeros lanzamientos y el mayor dellos sólo tenía una fuerza de docompañías. Cada ataque se habí

extendido demasiado después de chocacon los refuerzos alemanes que llegabaen fracciones para aumentar las fuerza

defensivas de la ciudad. Loampfgruppen de la Frundsber

legaban ahora en grupos de ciert

entidad. Ahora que se había perdido eelemento sorpresa, sólo un ataqureforzado y combinado de infantería carros podría tener éxito. Entretanto, lo

americanos pensaban que se podíapermitir aguardar al enlace por tierrcon el 2.o Ejército británico. Todos lo

demás objetivos habían sido tomados



Éste también lo sería, a su debidiempo.

Aprovechándose de la pausa en l

batalla, el Kampfgruppe Reinhold, quahora estaba compuesto por el batallóEuling, el Kampfgruppe Henke y lo

ripulantes de carros de las Sconvertidos en infantería, comenzaron reorganizarse y mejorar las defensas d

imega. El grupo de Reinhold despuéde haber sorteado Arnhem por el estdurante la noche del 17 al 18 dseptiembre y tras aguardar en Velp

mientras se hacía un reconocimientpara encontrar una ruta despejadaavanzó vía Westervoort-Duiven

Helhock hasta el transbordador e



Pannerden, cruzando por la mañanemprano del 18. Esa misma tarde laropas se estaban atrincherand

febrilmente.El centro de gravedad de la defens

se desplazó ahora a Euling, que cubrí

el parque Hunner y cuyo emplazamientcustodiaba los accesos meridionales apuente de carretera del Waal. S

cavaron trincheras y se construyeropuestos fortificados a lo largo deextremo sur del parque, que dominabaodas las carreteras que convergían en laiser Lodewijk , la última glorieta d

ráfico que desembocaba en el puenteUna batería de cuatro Jagdpanzer IV d

as SS cruzó traqueteando el puente,



éstos fueron incorporados al sistemdefensivo del parque Hunnerdominando las mismas vías de acceso

protegidos por infantería atrincheradaSe emplazaron cañones antiaéreos de 8mm en la orilla al otro lado del río en l

ribera norte entre las casas de LentAlgunos de ellos estaban dispuestopara hacer tiro cruzado sobre el arc

principal del puente desde abajomientras que otros cubrían su frenteenfilando la carretera que cruzaba por epuente mismo. La plana mayor de

batallón de Euling fue situada en la casRobert Janssen al lado del puente dpeatones sobre la antigua muralla de l

villa, justo debajo de la Valkhof. L



Valkhof o ciudadela, era el punto máelevado de Nimega y de muchokilómetros en derredor. Históricament

significativa, dominaba los accesoanto al puente de carretera como al de

ferrocarril. El cuartel general de Eulin

era en esencia una torre fortificada, quguardaba el puente peatonal que llevaba la ciudadela, que a su vez, debía se

fortificada por los zapadores de la 10.SS. Éstos, reforzados por udestacamento de un Regimiento dreemplazo de las SS, eran en su mayorí

veteranos experimentados, habiendcombatido casi todos en el frente rusoSe mostrarían tenaces en la defensa.

Inmediatamente al oeste, una mezcl



de tropas de las SS y el Kampfgrupp

Henke, custodiaban los accesomeridionales al puente ferroviario. E

esta zona el núcleo de la resistenciconsistía en las posiciones cavadas en eparque Kronenburger.

Dos glorietas, la Kaiser Karl y lodewijk-Plein, constituían la

avanzadas del perímetro defensiv

alemán. Se emplazaron cañones de 2mm en los puntos de acceso de ambopuentes para poder hacer fuego cruzad apoyarse mutuamente. En l

retaguardia, en la orilla propia, lafuerzas de Henke cubrían el flanco oesten el área del fuerte Hof van Holland. E

batallón de Reinhold, reforzad



continuamente por el goteo de refuerzode la 10.a SS que eran transbordados ravés del canal en Pannerden, ocupó e

pueblo de Lent. El Hauptsturmführe

Brandt, de 29 años, al mando debatallón de zapadores de la Frundsberg

recordaba lo que se hizo durante estregua. Escribió: «Tendimos minas poodas partes, pero las obras de campañ

se vieron muy limitadas por el terreno»Se llevaron a cabo demoliciones dacuerdo con la rigurosa lógica militarsin importar el impacto sobre lo

civiles. «Incluso tuvimos que volar laorres de las iglesias porque eran punto

de referencia para la artillería enemig

plantados en nuestras narices». Tambié



fueron derribadas las chimeneas de lafábricas, una vez que cesó su utilidacomo plataformas de observación[163].

Durante el resto de la tarde del 18 a noche del 19 de septiembre, el tiro da artillería alemana hostigó los lugare

en los que se sospechaba que habíconcentraciones de tropas enemigas; buscó duelos de artillería con la

posiciones de morteros al sur dimega. La línea de avanzadas en laglorietas y frente a ellas fue reocupadaLos soldados esperaban y vigilaban co

ansiedad. Algunos Panzer , tras habecruzado por el transbordador dPannerden, fueron enviados a través de

puente del Waal e incorporados a l



ínea de defensa.El Hauptsturmführer Schwappache

recordaba que, durante la mañana de

19: «reinaba la calma en la línea defrente la mayor parte del tiempo». Siembargo, uno de sus Scharführe

lamado Hotop, avistó carroreuniéndose a principios de la tardeParecía que se movían hacia el sudoest

de Nimega. Este informe causó usobresalto en el cuartel general. ¿Quclase de carros? El II Cuerp

allschirmjäger ya había informado d

15 blindados de reconocimiento quavanzaban hacia Nimega desde esudoeste en un informe de avistamient

ransmitido al Grupo de Ejércitos B



as 14:45 horas[164]. ¿Eran vehículoaerotransportados o blindados quhabían avanzado al noroeste desdEindhoven? No se podía determinar. EScharführer Hotop podía ver ahorclaramente los vehículos; como er

observador de artillería pidió fuegsobre los carros y la infantería quavanzaban en el área de la vía férrea a

sudoeste de la ciudad. Los destellos uego los hongos de humo fuerovisibles mucho antes de que el ruido da explosión de las granadas llegara

sus oídos. Cuando se despejó el humodos carros, con las orugas rotas, npodían moverse. Hotop los miró co

detenimiento y vio que eran Sherman



Como Harmel recordó más tarde:

«La primera vez que carros de combat

fueron enviados contra nosotros constituyuna señal de que las fuerzas acorazadaenemigas habían roto el frente y salido de lcabeza de puente de Neerpelt, estableciend

contacto con la 82a DivisióAerotransportada americana[165].».

Ahora les esperaba una dura luchael XXX Cuerpo había llegado.

Frenando el avance.Hostigando el corredor, 19-20

de septiembre…



¿Qué fue, lo que entretantoobstaculizó su avance hacia NimegaLa 59.a División de Infantería, mandadpor el Generalleutnant Poppe, continusus ataques aislados contra puntoseleccionados del corredor de la 101.

División americana a medida qurecibía refuerzos. El desgaste, y, eparticular, el estancamiento que forzaro

os americanos, aún superados enúmero, en el bosque de Son comenzaba tener un efecto notorio en la tenacidade la resistencia alemana. Los veteranoparacaidistas estaban manteniendo raya a los reservistas alemanes. Éstos, os que les faltaban los fundamento

básicos, como apoyo de artillería, y e



particular munición, poco más podíahacer con los recursos disponiblessalvo mantener la presión que pudieran

Cuando al LXXXVIII Cuerpo se lexhortó a hacer más, se informó Student de que la situación logística er

precaria y que la munición escaseabaambién se señaló que para librar un

batalla las tropas debían se

adecuadamente abastecidas. El diario doperaciones del Cuerpo comentaba: «Emando tiene la tenaz determinación dhacer todo lo posible, pero no se pued

ocultar el hecho de que una graproporción de la tropa muestra síntomade agotamiento y un descenso de l

moral». La respuesta de Student fue qu



debían proseguir con su misión: resistien su posición actual, y destruir a laropas aerotransportadas enemigas. E

resumen, que continuaran con ello[166].Los soldados, sin embargo

empezaban a desmoronarse bajo l

presión. El Kampfgruppe Chill (85.División) informó de dificultadescuestionando la conducta del batalló

allschirmjäger Stephan que luchabcodo con codo con el Regimientallschirmjäger 6 de von der Heydte

La 5.a compañía de Stephan informó duna ruptura acorazada y se decía que shabía oído la palabra «rendición» en lradio. Además, la 7.a compañía fu



arrollada, como relataba el diario deCuerpo: «lo que llevó a una retiradparcial del batallón sin que la infanterí

de acompañamiento enemiga, montaden camiones que seguían a los carrosuviera que combatir ni una sola vez»

Chill relevó a Stephan de su mandoransfiriendo el mismo al Regimiento d

von der Heydte. El desventurado oficia

fue destinado a tareas de seguridad en upuente de retaguardia[167].A pesar del precio pagado, s

mantuvo la presión alemana. Existían l

determinación y el conocimiento de lantenciones británicas pero no la

fuerzas suficientes para hacer algo a

respecto. Inexorablemente la



vanguardias acorazadas lo trituraroodo en su avance. El informe d

situación del LXXXVII Cuerpo la tard

del 19 de septiembre daba cuenta de«Movimiento motorizado en la carreterentre Son y St. Oedenrode hacia e

norte[168]». Student ya había tomadcontramedidas para bloquear estráfico. Algunos de los batallone

allschirmjäger de reserva que habíasido reunidos en Hertogenbosch estabaahora en posición y comenzaron nterferir con el tráfico en la «Autopist

del Infierno» entre el 18 y el 20 dseptiembre, A pesar de esto, hacia las10:00 horas del día 18, los primero

carros británicos empezaron a cruza



por el puente de Grave, tras habeestablecido contacto con la 82.División Aerotransportada 90 minutoantes. Detrás de ellos, las unidadealemanas se pusieron en marchatacando desde el oeste y demorand

aún más la concentración de tropaaliadas.

El Major Hans Jungwirth

previamente asignado al cuartel generadel 1.er Ejército Fallschirmjäger , fuenviado a Hertogenbosch para coordinaos ataques contra el pasillo qu

discurría entre Oedenrode y Veghel. Sordenó a cuatro batallones de march

allschirmjäger y al Regimiento d

Granaderos 1036 que bloquearan l



carretera. Jungwirth actuaba como unespecie de «jefe supremo», coordinandas medidas que fueran necesarias par

obstruir la carretera.Veterano de Polonia, Francia, Rusi

Túnez, estaba apoyado por un plante

de tropas de experiencia similar capacede vertebrar en cierta medida laformaciones apresuradamente reunidas

El reverendo Willi Schiffer servía euno de los batallones a los que se leordenó cortar la «Autopista denfierno» el 18 de septiembre. Viniend

por la vía férrea desde Schijndel hacia estación de Eerde, al sudoeste d

Veghel, Schiffer recordaba cómo l

nexperiencia costaba vidas:



«Las compañías de armas pesadas fuerodejadas atrás, mientras que las compañías dinfantería ligera se metieron de cabeza en e

fuego de ametralladora de los americanos quse escondían en la estación. Tras usangriento combate cuerpo a cuerpoechamos a los americanos y seguimoadelante por la vía del tren. Apoyados pocañones antiaéreos traídos desdHertogenbosch, finalmente reunimosuficientes tropas para atacar el puente deferrocarril frente a Veghel, el cual tomamo

por la tarde[169]».

El Generaloberst Student, que fue

primera línea, recordaba las durabatallas callejeras que se libraron pardespejar la ciudad:



«En uno de estos días pude observar a unsección antiaérea perteneciente aReichsarbeitsdienst [servicio de trabajo] qu

disparaban con ambos cañones de 88 mmcontra paracaidistas americanos queapostados como francotiradores en edificioaltos, hostigaban los flancos de nuestrataque[170]».

Aunque de una escala relativamentpequeña, estos combates fuero

encarnizados. Willi Schiffer, en emomento de la victoria en Veghedescubrió lo inútil de luchar sin un

dirección clara:

«Poco después, para nuestra completconsternación, recibimos órdenes d

retirarnos. ¿Qué había pasado? La plana mayo



del batallón y su compañía de plana que habíapermanecido en Schijndel fueron atacadas poautoametralladoras que operaban aislada

desde la dirección de St. Oedenrode, y temíaque le siguiera un ataque contra nuestrflanco. Sus temores eran infundados, ya qupasaron varios días antes de que ambobandos trajeran unidades mayores comenzara la verdadera batalla. Pero al dísiguiente un regimiento de nuestra 59División de Infantería tuvo que volver hacer ecamino que ya habíamos hecho y fuaniquilado[171].».

Al día siguiente, los aliados había

adelantado unidades de mayor entidadEl fracaso de los ataques de

ampfgruppe Rink en torno a Best fua manifestación externa de un



desintegración incipiente. A las 14:0del 19 de septiembre, las unidadedemasiado extendidas de la 59.División se desmoronaron bajo uataque apoyado por carros británicosLa resistencia en torno a Best llegó a s

fin. Tres días de duros combateacabaron en una derrota estrepitosa: 30muertos y más de 1400 hombres hecho

prisioneros. El LXXXVIII Cuerpo, quera plenamente consciente de lmportancia que tenía el poder ejerce

cualquier tipo de presión contra e

corredor aliado desde el oeste se hallmpotente para hacerla. De hecho lmportancia de este cordón umbilica

era subrayada por los contraataque



proporcionalmente más intensos qurecibía el Cuerpo. No obstante, spensaba que a menos que se suministrar

más munición y combustibledifícilmente se podría esperar quaguantara la delgada línea de segurida

que contenía la cabeza de puente dAart, que pasaba por Lommel, Hapert Best y que incluía el área de la 59.

División. Ya se había disparado toda lmunición de los anticarro de 75 mm y da artillería pesada de campaña. Sólo

unos pocos cañones de infantería ligero

pesados les quedaba un cuarto de sdotación de municiones de primerínea. Pese a esto, la orden era «segui

combatiendo».



La evaluación de la situación deLXXXVIII Cuerpo, aunque aceptaba loproblemas, se mostraba inflexible:

«La 59.a División de Infantería ha sidparcialmente forzada a ponerse a la defensivy ahora no puede alcanzar el objetivo que sle ordenó: Best. Esto se debe en primer lugaa una carencia de artillería y al estado dagotamiento de las tropas. Sólo hay 5 bateríadispuestas para la acción y éstas tienen pocmunición. Pese a esto, la división seguíteniendo la orden de atacar otra vez cuando eataque de la brigada Panzer sobre Son y SOedenrode hizo sentir su presencia. Son, e

objetivo original, sigue siéndolo[172]».

Por consiguiente la 59.a División s

hallaba fuera de combate. Debía apoya



un ataque planeado por la Brigadanzer 107, la única formación aleman

con capacidad combativa a distancia d

ataque de las columnas aliadas qufluían por el pasillo hacia Grave

imega. ¿Pero dónde estaba la brigada?

Las incursiones de la 107Brigada Panzer , 19-20 deseptiembre…

Al Major Freiherr von Maltzahncomandante de la Brigada Panzer 107se le encomendó una misión difícil



atacar a través de Son y tomar StOedenrode, y de ese modo rebanar lvanguardia del avance del XXX Cuerp

británico hacia Grave. Las fuerzaenemigas formaban un númerndeterminado de batallone

aerotransportados; una relativa presfácil para su formación acorazadmóvil. La brigada fue desviada de s

misión original de operar en el Frentdel Este, siendo esta nueva tarea muchmás preferible para sus componentesaunque tendría sus complicaciones

¿Dónde estaba la ayuda prometida de l59.a División? El reconocimiento iniciano era prometedor. Como siempre, e

erreno en el sur de Holanda dificultab



a necesidad que tenía von Maltzahn dconcentrar sus carros en una cuñblindada que bastara para arrollar a lo

adversarios, ligeramente armados. Estno iba a suceder. Reacio a emplear sbrigada temerariamente a ciegas, vo

Maltzahn decidió hacer ureconocimiento ofensivo. Laproximación que eligió desde e

sudeste hacia Son era llana, perarenosa y pantanosa; Eindhoven, a szquierda, estaba ahora probablement

ocupada por el enemigo y el eje de

avance se veía encorsetado aún más poa línea del canal Wilhelmina, u

obstáculo a su frente y a la derecha. U

pequeño afluente del río que corrí



rumbo al sur desde el canal, paralelo Eindhoven restringía aún más emovimiento de los carros. Sopesand

sus opciones, mientras observaba poos binoculares, von Maltzahn advirti

que su objetivo inicial debía ser e

puente pequeño a 1100 metros al Estdel puente principal sobre el canal eSon. Tendría que establecer una cabez

de puente al otro lado. Por lo tanto, coa infantería en vanguardia cubierta poos Panzer , la vanguardia de la Brigadanzer 107 avanzó implacablemente

raqueteando y rechinando, hacia sobjetivo: el puente de Son. No se podíhacer un asalto a la carga pero, usand

os árboles para enmascarar su avance



se podía dar un gran golpe de mansaliendo de la nada como fantasmas. Yestuvo a punto de tener éxito.

A las 17:15 uno de los carroanther del grupo de cabeza, apuntó s

cañón de 75 mm al campanario de l

glesia y a la escuela. El triángulo dpuntería en el visor se detuvo encima da torre, con su centro alineado con l

vertical del edificio, en el que erprobable que hubiera un puesto dobservación del enemigo. Tras habeformado en el área del Molenheid

brezal), usando los árboles compantalla, se desplegaron unos 40 carrode combate. Sin embargo, sólo u

pequeño número de ellos podía actua



de punta de lanza del ataque, junto coa infantería del Regimiento d

Granaderos 1034. El ataque vino desd

el sur y, casi inmediatamente, amenazcon llegar hasta el recién montadpuente Bailey de los británicos.

Mirando por su visor binoculaTZF12, el artillero del Panther hizo loúltimos ajustes con el pedal

«Centrado… ¡fuego!». Con un estampidatronador, el largo tubo del cañóretrocedió mientras, en el mismnstante y a corta distancia, estalló un

erupción de llamas y humo negro en ecampanario. Instantes más tarde se oyel ruido de la explosión y de l

mampostería que caía. Otros estallido



que sonaban como el restallar de uátigo surgieron de los carro

acompañantes, que señalaban las salva

niciales del fuego de apoyo. Seguidode un rugido y una explosiónmpactaron en la escuela. Esta fue l

primera señal que tuvieron loamericanos del ataque en Son.

El General Taylor, comandante de l

101.a

División, salió aturdido sorprendido de su cuartel general en lescuela. ¡Tanques enemigos! La amenazque más temía había llegado finalmente

Se podía ahora vislumbrar a lnfantería alemana, en su avance a travé

de los campos llanos hacia el pueblo

odavía apantallado por los árboles. Un



ormenta de fuego de ametralladora d7.92 mm comenzó a acribillar loedificios cuando las MG34 coaxiales d

os carros Panther abrieron fuego. Loamericanos empezaron a responder dforma intermitente con fusiles y fusile

ametralladores BAR. Las trazadorarebotaban en todas direcciones ampactar en los edificios, levantand

nubes de polvo de ladrillo y a vecedescribiendo una curva perezosa en eaire.

Aún sin el apoyo de la 59.a Divisió

desde el otro lado, el ataque del Majo

von Maltzahn estuvo a punto de teneéxito. La lucha continuó aún después de

anochecer. Un camión británico de l



batería Q del 21.er RegimientAnticarro, parte del escalón A de lDivisión Acorazada de los Guardias, fualcanzado por un proyectil de carrcuando intentaba cruzar el puentBailey[173]. Las explosiones desgarraba

el aire e iluminaban la escena ederredor mientras las llamas devorabaos restos del tramo central del puente

Los carros alemanes continuarodisparando granada tras granada contros edificios que alojaban el puesto d

mando de la división americana pero npudieron cruzar el canal; esto habídesviado el asalto y ahora lo hizdetenerse. Elementos de un batalló

americano de infanterí



aerotransportada llegaron y reforzaroel asediado perímetro. Con ellorajeron un cañón anticarro de 57 mm

Uno de los Panther , que casi llegó acamino de sirga que iba hasta el puentBailey en el canal, fue destruid

prácticamente al primer disparo. Eproyectil penetró el lateral del casco poencima de las ruedas delanteras e hiz

saltar los faldones laterales. Al sedestrozados los conductos hidráulicosel cañón del carro cayó, y quedapuntando al canal como si saludara a s

propio reflejo ardiente en el agua. Loscuridad, y este curso de agunfranqueable, habían roto la cohesió

del ataque.



De repente, un cohete de bazook

mpactó contra otro Panther , arrojanduna lluvia de chispas e iluminando l

noche. Este carro también empezó arder violentamente. La gasolina y lmunición producían explosione

secundarias que arrojaban renovadanubes de aceitoso humo negro al aire da noche. Separada de los carros, l

nfantería alemana fue detenidquedando clavada al suelo al borde depueblo. No se podía hacer nada más quretirarse. Con dificultades los carro

comenzaron a maniobrar de vuelta apunto de partida, en dirección a

olenheide, al sudeste del puent

Bailey. Con la ayuda, al principio, de



resplandor crepuscular de los carrolameantes, que podían ser usados com

puntos de referencia para orientarse, la

fuerzas del reconocimiento de voMaltzahn se replegaron yendo los carrohacia el sur y muchos de los granadero

del batallón 1034 hacia el norte[174].A pesar del fracaso, los resultado

no fueron del todo negativos. Un terren

desconocido, la oscuridad y la llegadnesperada de refuerzos enemigos shabían confabulado para impedir eéxito, que por muy poco no se logró, de

golpe de mano llevado a cabo por lpoderosa fuerza de tanteo. Von Maltzahpodía llegar a la conclusión realista d

que bien podría conseguirlo si se l



ordenaba intentarlo de nuevo. Puestque la 59.a División era incapaz dhacer nada de momento, la presióaliada exigía que se hiciera algo pardetener el avance enemigo si se queríestabilizar el frente a lo largo del Waal

Los americanos escucharon con alivicómo se alejaban los ruidos de motoree iba y venía el sonido de la

raqueteantes y chirriantes orugas en loscuridad. Pensaron que los alemanevolverían, pero no allí. Seguramente lharían en alguna otra parte, pero no en e

mismo sitio.Contando con esta suposición, l

107 Brigada Panzer surgió temprano d

entre la neblina matinal al día siguiente



20 de septiembre. Pocas unidadealemanas habrían pensado en un ataquan audaz y a la luz del día, debido a l

abrumadora superioridad aérea aliadao obstante, von Maltzahn podía conta

con abundancia de armas antiaéreas

Además de una sección de 4 carroantiaéreos armados con cañones de 3mm, cada semioruga de infantería tení

un montaje triple de 15 mm[175]

. En tota250 armas antiaéreas, entre cañones ametralladoras, proporcionaban la clasde cobertura que imponía respeto a lo

cazabombarderos enemigos. Estosgeneralmente, evitaban el espacio aéresobre la brigada.

Al atacar en el mismo punt



consiguieron una sorpresa completa. Apesar de los refuerzos llegados la nochantes, los carros alemanes pront

batieron el puente con su fuego. Dnuevo, justo a punto de tener éxito, 1carros británicos[176] aparecieron, e

ardía respuesta a las llamadas dauxilio de la noche antes. Esta vez, otrocuatro carros alemanes fuero

destruidos, incapaces de acercarse apueblo en número suficiente debido aefecto embudo y al obstáculo presentadpor el curso de agua.

Al sufrir cada vez más bajas manos de un enemigo que aumentabnotoriamente de fuerza, von Maltzah

ordenó a sus unidades de vanguardia qu



se replegaran de nuevo. La crisis habípasado para los Aliados. Dándoscuenta de que sólo un ataque coordinad

de carros e infantería en un terreno máapropiado podría conseguir cruzar l«Autopista del Infierno», el comandant

de la Brigada 107 se retiró. Los doanteos le habían costado el 10 po

ciento de su fuerza[177]. No le era fáci

reemplazar las pérdidas porque loalleres de reparación de la brigada yhabían sido enviados al Frente del Estantes de que se anulara su orden d

operaciones previa. Para cortar ecordón umbilical por el que se estaba punto de socorrer a las divisione

aerotransportadas aliadas situadas má



al norte, haría falta un reagrupamientfundamental de los recursos alemanesLa Brigada Panzer 107 tendría de nuev

un papel protagonista dentro de 4horas. Lo que hacía falta llevar a cabno era una serie de incursiones, sino u

ataque en toda regla, cosa que llevaríiempo. Esto era algo que ambos bando

necesitaban si querían conseguir e

éxito.



XIII. EL IMPACTOEN LA PATRIA

ALEMANA

jeres de Wesel recuerdan que nunca

recibieron

iciones deshonestas tan suplicantes de losos en tránsito, como en aquellos días.

iador local alemán, Wesel.

Voluntarios para defender al



Reich…

TRANSMISIÓN PRIORITARIA DECOMANDANTE SUPREMO DEL OESTCOS NR 8197/44

El conflicto en el Oeste ha llegado hast

la patria alemana con este último ataque. Potanto, los mandos deberán ser fanáticos eextremo. Cada ciudad, cada pueblo, cadbúnker, deben ser defendidos hasta la últimgota de sangre y hasta el último cartuchoTodos los mandos, cualquiera que sea sgrado, son responsables de asegurar que estfanatismo sea comunicado a las tropas y a lpoblación, y que sea atizado constantemente

Quienquiera que se muestre indiferente negligente debe ser depuesto y afrontar laconsecuencias de sus actos. La determinacióde los soldados debe ser mantenida con todo

los medios a su disposición.



INFÓRMESE AL COMANDANTSUPREMO DEL OESTE DE LTRANSMISIÓN ORAL DE ESTE MENSAJ

A TODOS LOS OFICIALES Y TROPA[178]

.

La orden del Mariscal de Campvon Rundstedt a todas las unidadesrecibida el 18 de septiembre, fue lprimera noticia de que las operacioneerrestres habían alcanzado ya e

extremo occidental del propio Reicharket-Garden iba a afecta

visiblemente las vidas de la població

alemana asentada al norte del bajo Rhi en el borde oeste del Ruhr. DesdCleve y Emmerich se avistaron loaviones de transporte que lanzaba



paracaidistas el 17 de septiembre, y laconsecuencias de esta actividad aérepronto se pusieron de manifiesto

La 82.a División Aerotransportadamericana incluso consiguiestablecerse en la cresta de Wyler Berg

parte de la cual estaba en tierra alemanaGran parte del Reich ya había sidreducido a ruinas por la ofensiva aliad

de bombardeo. Las operaciones poierra eran un acontecimiento aún mánquietante, y el impacto se había dejad

sentir en parte. Se habían volado ya lo

puentes en Holanda y en las áreafronterizas de Alemania en las que sesperaba el avance aliado. E

comandante adjunto del Wehrkreis V



emitió una directiva desde su cuartegeneral en Rheinburg el 17 dseptiembre:

«Las demoliciones prematuras hacausado a las tropas dificultades logísticas, dreabastecimiento y problemas dcomunicaciones. Las instalacioneferroviarias de cualquier tipo en nuestrterritorio sólo pueden ser destruidas con ecorrespondiente acuerdo conjunto de lo

funcionarios de los ferrocarriles del Reic[ Reichsbahn]. Se debe informaadecuadamente de ello a los cuartelegenerales y soldados[179]».

Hasta entonces, la conducta de laoperaciones en las campañas de l

Wehrmacht más allá de las fronteras de



eich no se había caracterizado por quhubiera consideración alguna hacia lanecesidades de los civiles. Ahora l

guerra había llegado con una terriblvenganza y cayó sobre cierto número dpequeños pueblos a lo largo de Rhin.

Durante las horas de la tarde nochdel 17 de septiembre, el Mariscal dCampo Model comprendiendo l

dimensión de la crisis en y en torno Arnhem, tomó las medidas necesariapara estabilizar la situación en la zonaSe cancelaron los permisos de todo e

personal militar en los Bezirk

municipios) de Wesel, Dinslaken Rees; los hombres fueron reunidos e

grupos de combate improvisados



enviados al área de operaciones.Esta orden convirtió las ciudades d

Emmerich y Wesel en auténtico

avisperos. En los acuartelamientoreinaba la agitación. Dos compañías dunidades de defensa antiaérea de l

marina, apostadas en los cuarteles de7.o y 43.er regimientos de infanterífueron trasladadas inmediatamente a l

zona de combate. Nunca se volvieron ver en Wesel unidades de antiaéreos da marina en periodo de instrucción; lo

elementos restantes subieron al tren par

su regreso a la Escuela Naval en KieEn Bielefeld, la escuela de conductorede carros del Regimiento Panzer d

Reemplazo 6 fue reunida y sus obsoleto



carros de instrucción fueron cargados eos trenes y enviados a Arnhem. E

Batallón Panzergrenadier de Instrucció

Reemplazo del Major Knaust saliraqueteando de Bocholt, bordeando e

Ruhr durante la noche del 17 d

septiembre con destino a Arnhem.Una atmósfera de crisis y calamida

reinaba en la retaguardia (esto es, a l

argo de la frontera occidental dAlemania), 24 horas después de laprimeras operaciones aerotransportadasEl Jefe de Estado Mayor de

Comandante Supremo del Oeste decretó«Todo soldado debe tener un armadispuesta para la acción

constantemente a mano, incluso en s



alojamiento o en cualquier otro lugar»También ordenó: «en loacuartelamientos oficiales

acantonamientos requisados, etc., sdeben emplazar ametralladoraantiaéreas y estar servida

permanentemente, de modo que puedarechazarse inmediatamente los ataqueaéreos rasantes realizados po

sorpresa[180]

».La orden de Model no sólo puso emovimiento a las unidades en sucuarteles. La noche del 17 se recibió un

orden en el Mando del Distrito Militade Wesel, situado en la Willibrordiplatz

para reunir a todos los soldados d

permiso en las zonas de Rees



Dinslaken. El Oberst Hellriegel, eoficial superior de este puesto, fulamado de su alojamiento en la

habitaciones del club para soldadosantes una taberna, la Weselerhof, cerc

de la estación de tren) y se le dijo qu

levara a cabo esta orden. A estbonachón oficial vienés se le ordenlevar a todos los soldados a la zona d

combate. Y así comenzó todo. Sreunieron tanto automóviles commotocicletas y partieron a todvelocidad en plena noche para llevar

cabo su penoso deber. Se siguió eparadero de los soldados de permishasta sus pueblos, se llamó a las puertas

se les sacó de la cama o de la



celebraciones con la familia. Hubágrimas, desesperadas protestas

maldiciones pero no sirvieron de nada

Todos recordaban el triste caso de usoldado al que se le obligó despedirse, tras haber llegado a casa d

permiso tan sólo dos horas antes. Nhabía estado en casa en dos años. Dodías más tarde lo mataron cerca d

Arnhem[181]

.Los clubes de soldados en Wesefueron vaciados durante los últimos díade septiembre. Las tropas que iban d

camino a sus lugares de permiso nardaron mucho tiempo en espabilar. E

cuanto notaban que cundía el pánico

evitaban los controles de registro de l



Wehrmacht dondequiera que fuerposible. Dormir en graneros o ecompañía de conocidos que echaban un

mano era preferible a ser enviados afrente con una unidad desconocidaComo un historiador local de Wese

comentaba: «Las mujeres de Weserecuerdan que nunca recibieroproposiciones tan suplicantes de lo

soldados en tránsito, como en aquellodías[182]». Si era necesario detenerse eWesel, los soldados preferían pasar siempo en brazos de civiles

preferiblemente en los de una mujer, quen las garras de la Wehrmacht .

La nueva situación militar hizo qu

a guerra estuviese aún más present



para la población civil alemana denorte del Rhin. Los habitantes dEmmerich, cuando miraban Rhin abajo

podían avistar ya los fogonazos de lanumerosas baterías de cañoneemplazadas entre las refinerías d

petróleo en Spyck y el Reichswald. Spodían oír a lo lejos al constante atemorizador tronar de los cañones y e

estallido de las granadas. Empezaron legar refugiados de la zona de Nimegal transbordador del Rhin. Suciosenojados y desaliñados, llevaba

consigo sólo algunas pertenenciasAlgunos estaban heridos. Era una escendeprimente, que mostraba de un mod

siniestro lo que podía ocurri



próximamente.También eran visibles otro

preparativos militares. Se movilizaba e

frente doméstico. El Gauleiter de Essenactuando también como Comisario dDefensa del Reich, recibió órdenes d

reunir a toda prisa la milicia de lVolkssturm. Cuando emprendieron lmarcha, estas formaciones de reemplaz

de dudosa eficacia se encontraron coos primeros convoyes de heridos quvenían del frente por la carretera dElten. Mientras que la Volkssturm

cruzaba Emmerich en tren y camionespresenciaron el inquietante espectáculde los heridos que iban en el otr

sentido. Se podía ver soldados co



vendajes empapados en sangre tendidoen delgadas capas de paja en uncolumna de vehículos de lo má

variopinto, que iba desde ambulancias carretas. No fue un comienzo con buenoauspicios.

Al mismo tiempo, rezagadoprocedentes de la retirada de Bélgicfueron reunidos en la plaza del mercad

Geist en Emmerich. Estaban a punto dser enviados de nuevo al frente. Lamiradas furtivas y un aire de resignacióeran los únicos signos externos de

nerviosismo que les atenazaba las tripasEntre ellos había hombres con euniforme pardo de las SA, la

Sturmabteilung , que en un principi



fueron enviados a los Países Bajos reclutar obreros extranjeros parrabajar en la Muralla del Oeste o en l

Línea Sigfrido. Otros eran guardias deferrocarril sobrantes de la huidprecipitada de Francia. También habí

unas cuantas auxiliares de transmisionede la Wehrmacht que parecíaasustadas. Todos fueron enviados a

frente, aparte de las Blitzmädel «chicas relámpago», así llamadas por eemblema del rayo que llevaban en lmanga.

Refuerzos improvisados…



Las formaciones improvisadaapresuradamente reunidas sufrían mábajas que las unidades regulares

ormalmente carecían tanto dexperiencia como de mandocapacitados; cuando eran lanzadas a

combate tenían que pedir asistencia ayuda técnica a las unidades vecinas. E

eldwebel Emil Petersen estaba a

mando de una sección de 35 hombredel Reichsarbeitsdienst [183], quaguardaba en una estación de Arnhepara ser transportada de regreso

Alemania cuando llegó la llamada defrente. Sacados del andén el primedomingo de las operacione

aerotransportadas, él y sus consternado



camaradas se vieron incorporados a ugrupo de combate de 250 hombres

inguno tenía armas, aparte de Peterse

otros cuatro que tenían metralletas. Ses repartieron armas en un cuartel das SS. Petersen comentó con cinismo:

«La situación era ridícula. Para empezar,ninguno nos gustaba luchar con las Waffen SS

Tenían fama de implacables. Las armas qu

nos dieron eran fusiles antiguos. Para abrir ecerrojo del mío tuve que golpearlo contra unmesa. La moral de mis hombres no erprecisamente la mejor cuando vieron aquella

viejas armas».

A pesar de todo, fueron enviados a lucha cerca del puente de Arnhem



Con las primeras luces del albaPetersen vio su unidad de 250 hombrereducida, entre muertos y heridos,

menos de la mitad de su tamaño origina«Para nosotros, no fue más que unmatanza», recordaba Petersen[184].

La pugna por los hombredisponibles era feroz y las unidadecompletaban su fuerza por las buenas

por las malas. No sólo había questabilizar el frente en el sur dHolanda. La Muralla del Oeste tambiése desmoronaba. La solución a

problema de la 17.a División Sanzergrenadier fue la misma qu

adoptaron todas las unidades alemana

desplegadas en los pueblos de l



frontera cerca de la zona de combate. Uoficial de estado mayor lo explicó así:

«Los oficiales se apostaban en los crucede carreteras y reclutaban a la fuerza a todsoldado que pasaba que no tuviera una prontrespuesta a una pregunta sobre su destino. E

una ocasión, estaba dirigiendo el tráfico hacila zona de la división. Los hombres deEjército, no muy satisfechos ante laperspectivas de ser alistados en una unidad d

las SS, dieron un rodeo en torno a la zonsólo para toparse conmigo de nuevo en emismo cruce. Redirigí a los hombres hacia eárea divisional, bastante divertido ante est

tiovivo. Cuando hicieron falta cañoneanticarro, un oficial con unos cuantotractores semioruga a mano se apostó en ucruce de carretera y esperó a que pasaracañones cuyos sirvientes no supiesen cuál er



su destino o a qué unidad estaban adscritoSe desenganchaban los caballos de las piezay se enganchaban éstas a los tractores, s

subía a los sirvientes a ellos y la caravana sdirigía entonces a la zona de reunión[185]…».

A lo largo y ancho del Reich s

sumaron refuerzos para henchir las filadel 1.er Ejército Fallschirmjäger dStudent. Aunque era una formació

sobre el papel al comienzo de MarketGarden, ganaba solidez de manerconstante. Lothar Hinz, de la 6.a Escuelde Suboficiales de la Luftwaffe en eaeródromo de Ramme en Jutlandia, fuenviado al sur de Holanda pocos díadespués de los saltos. Su unidad fu



renombrada como 1.er Batallón deRegimiento Fallschirmjäger 22. Eviaje hacia el frente del joven Hinz erel típico de aquellos millares dhombres llamados para luchar en estbatalla. Escribió sobre el traslado e

ren:

«Incluso estando ya en el tren parecía quaún no se había determinado nuestra área d

operaciones. La situación todavía no estabclara. Mientras se fraguaba una decisiónnuestro tren tomó una serie de desvíopeculiares».

El viaje en tren a través dHamburg, Osnabrück, Munster, entrada

salida del Ruhr así como el cruce de



Rhin con interrupciones incluidas, durcuatro días.

«Fue una experiencia memorable parnosotros, chicos de 18 ó 19 años. La mayoríprocedíamos de Alemania oriental y nunchabíamos visto antes una gran fábrica o n

siquiera el Rhin. Los altos hornos eDuisburg, que trabajaban completamentiluminados a pesar de la constante amenaza dun ataque aéreo, eran particularment

impresionantes».

Siguieron viajando a través deRuhr. Entre Duisburg y Düsseldorvieron los «árboles de Navidad», labengalas de balizamiento de lobombardeos nocturnos «que en Prusi

oriental hasta mediados de 1944 era



conocidos sólo de oídas». Para loóvenes e inexpertos, un ataque aére

era un fenómeno desconocido. Cuand

pasaron por Duisburg vieron uno. Estes hizo sentirse a todos «como s

estuviéramos ya en la zona de combat

en el frente». Su tren no fue alcanzadopero fue una experiencia aleccionadorque bastó para hacer que muchos de lo

camaradas de Hinz «se sintieranquietos», aún en esta etapa temprana.El tren atravesó el puente del Rhi

en Wesel en la oscuridad y se dirigió a

este, pasando Bocholt y avanzando haciBorken. Iluminado por la luz de la lunlena, fue atacado por do

cazabombarderos nocturnos. La



explosiones de las bombas causaron quel tren se detuviera a continuación de lcual «todo el mundo, presa del pánico

saltó por ambos lados del terraplén da vía y huyó a los campos». Hinz corri

para evitar las pasadas d

ametrallamiento de los cazas y comrecordaba: «me la pegué a la carrercontra una cerca de alambre que po

poco me estrangula». Se disparó contros aviones pero sin efecto. Los muertofueron recogidos y enterrados al dísiguiente en un cementerio qu

pertenecía a una de las autoridadeocales cercanas.

Los otros volvieron a subir al tre

pero fueron ametrallados de nuevo po



otro ataque relámpago. Esta vez Hindestrozó su mejor guerrera de campañcuando intentaba huir, se enredó en un

cerca de alambre de espino. Esto erodavía más enojoso porque: «como er

habitual nos ordenaron viajar co

nuestros mejores uniformes; el resto dnuestro equipo sería entregado con losuministros».

Al caer la noche del cuarto día, eren empezó a acercarse a Arnheproveniente de Dieren-Doesburg. Hinz sus camaradas se pusieron nerviosos:

«Ya desde lejos uno podía oír el ruido dla batalla que venía de la dirección en la questaba la ciudad. El ruido creció hast

convertirse en un rugido atronador cuant



más nos acercábamos. Granadas de gracalibre silbaban sobre nuestras cabezas en strayectoria. Muchos pensaban que debía

venir de cañones navales de las baterías dcosta. ¿Pero desde dónde? ¿Del ZuideZee[186]?».

Aunque la intención era bajar deren en Arnhem, «no fue posible porqu

nos dispararon desde varias direccionepoco después de entrar en la estación»Maniobrando a toda prisa para cambiade vía, el tren salió resoplando vapor viajó de regreso a Dieren. En Rheden l

ocomotora se detuvo, falta de aguaTodo el batallón se bajó, formó uncadena humana hasta un arroyo cercan

usó cubos, cascos y cualquier otr



recipiente imaginable para rellenar edepósito. Algún tiempo después, tradescargar en Dieren-Doesburg, e

batallón fue situado en una posiciódefensiva encarada al oeste. No sucedinada hasta que concluyó la batalla d

Arnhem. Todo lo que vieron de ellfueron veinte paracaidistas de boinarojas en la parte de atrás de un camió

que pasó a toda velocidad: prisionerosiendo conducidos al este[187].La serie de experiencias poc

destacables de Lothar Hinz ilustra l

suerte de la mayoría de los soldadoalemanes que se vieron implicados en lofensiva de Market-Garden. Todo

enían en común que sabían poco o nad



de la situación, a menudo ni sabían donde iban. A pesar de estocuandoquiera y dondequiera qu

pudieron, lucharon a menudo con unenacidad que impresionó a su

adversarios.

Uno de los mayores impactos quuvo la batalla en la patria alemana fua conciencia creciente, que se veí

abrumadoramente demostrada, de lsuperioridad aérea aliada. En efecto, loaterrizajes en Arnhem, Nimega Eindhoven cambiaron la situación de la

comunidades del bajo Rhin, causandque el área se convirtiera en una zonactiva de combate. El ruido de la batall

en la colina de Wyl cerca de Cleve y e



Arnhem, sonaba muy débil al principiopero esto no era así con las fuerzaaéreas aliadas, que se hicieron senti

claramente. Al principio de la guerra eeichsmarschall Hermann Göring habí

declarado que: «Si tan sólo u

bombardero enemigo alcanza el Ruhr, nme llamo Göring. Podréis llamarm

eyer ». Al comandante supremo de l

uftwaffe ya le llamaban HermanMeyer desde hacía mucho tiempo«Meyer » perdió aún más credibilidacuando se vieron las formaciones aérea

de 4600 aviones. Fuertes formacionede la 2.a Fuerza Aérea Táctica aliadfueron empeñadas para asegurar l

superioridad aérea aliada sobre la



áreas de las operaciones terrestres.Cualesquiera que fueran la

desesperadas reacciones de luftwaffe, la previa ironía del términ

«Meyer» se vio sustituida por lamargura. Los soldados y la població

por igual se daban cuenta de lmpotente que se había vuelto luftwaffe. Con sus avione

generalmente incapaces de volar pofalta de gasolina, muchos de ellos fuerodestruidos en tierra sin posibilidad dcombatir. Los ciudadanos de Wese

presenciaron un combate aéreo entre unescuadrilla de cazas FW190 y lformación aérea aliada cuando apareci

en el espacio aéreo sobre la ciudad



Para los espectadores pareció como sel único resultado fuese unperturbación temporal del trayecto aére

del enemigo. Las salidas eficaces de luftwaffe a lo largo del corredor sól

eran evidentes para el bando aliado. Po

o que respecta a los alemanes, la guerrde «Meyer» ya hacía mucho que shabía dado por perdida[188].



XIV. ARNHEM, ELPÉNDULO OSCILA

DE NUEVO

migo obtuvo nuevos refuerzos. ¿Qué iba a

significar eso para nosotros?

dante de batallón de las SS.

Se invierten las tornas.Segundo vuelo en el brezal de



Ginkel…

El ataque en dos puntas de voTettau contra las zonas de aterrizaje aoeste de Arnhem ganaba terreno dforma constante durante la mañana de

18 de septiembre. Se había informadde éxitos en el sur, Renkum fue asaltadpor la escuela de suboficiales de las S

«Arnheim», y se penetró en Heelsum. Apesar de sufrir grandes bajas, enexperto batallón de marinería (Stamm

bt ) tomó la fábrica de ladrillos dRenkum hacia las 15:00 horas. Al norteel Batallón de Guardia 3 de las SS dHelle había cruzado el brezal de Ginke



se enfrentaba a los británicos en eborde oriental del bosque al otro ladoEl problema estaba en el centro, frente

a zona de aterrizaje británica «X»Aquí, el inexperto batallón d

liegerhorst Soesterberg era demasiad

débil para seguir avanzando. EStandartenführer Lippert, qucoordinaba los ataques de von Tettau, l

reforzó con dos compañías de la escuelde suboficiales de las SS. Para entoncehabía llegado la Panzer Kompanie 224

seis viejos carros Renaul

franceses[189] fueron destacados en lvanguardia de este ataque. Fuerosacados de un grupo de ocho que el I

Cuerpo SS había traído consigo d



Francia[190].Moviéndose pesadamente a travé

de los bosques que bordeaban la zona daterrizaje «X» y a lo largo de las pocacarreteras asfaltadas que iban dRenkum hacia las zonas de aterrizaje

os carros fueron presa fácil para locañones anticarro británicos qucustodiaban las pocas y predecible

rutas de acceso. Las tripulaciones de locarros de la 224 compañía estabarecién instruidas, no estabafamiliarizadas con sus carros y no tenía

contacto por radio con la infantería dacompañamiento. Por consiguiente, lnecesidad y las dificultades práctica

levaron a su empleo aislado. U



suboficial que mandaba un carro teníque hacer a la vez de jefe de carro y dartillero por lo que no estaba e

posición de coordinar un asaltcombinado de carros e infantería. Eadrido y chasquido característicos d

os proyectiles de alta velocidad de locañones anticarro desgarraron la corazde los carros y confirmaron el fracas

del ataque; las nubes de humo negrarremolinadas y expulsadas al cielproporcionaban señales indicadoras dhasta donde había llegado el avance

Los seis carros fueron rápidamentdestruidos. Los tripulantes quntentaban escapar frenéticamente d

ellos fueron envueltos por un diluvio d



fuego, cuando las ametralladoras ledispararon desde las posicionebritánicas, que también asolaron a la

ropas de acompañamiento de las SSahora desprovistas de apoyo. Lipperdedujo que este revés: «indicaba que lo

británicos habían desplegado armapesadas en las primeras 24 horashabían tenido suficiente tiempo par

concentrarse tranquilamente en su zonde aterrizaje y la habían custodiado ea parte occidental con arma

pesadas[191]». El ataque se extinguió

Lippert reunió a su compañía dalumnos de las SS y a jefes de seccióde la escuela de suboficiales y decid

levar a cabo una táctica sorpresiva má



osada.Esta vez se montó un ataque de fint

en la derecha, que incluyó a Lipper

conduciendo alocadamente su jeep poa zona de aterrizaje mientras disparab

bengalas verdes. Funcionó. Después d

recorrer 300 ó 400 metros, una tormentde disparos británicos siguió aautomóvil mientras toda la atención d

éstos se fijaba en esta fingida amenazaVoceando un fuerte «¡Hurra!», sucompañías se lanzaron al asalto de lzona de aterrizaje por el centro. En la

posiciones británicas cundió lconfusión y se conquistó mucho terrenoLippert comentó:



«El engaño tuvo éxito y permitió que lzona de aterrizaje en este punto fuerdespejada de enemigos en cuestión de un

hora; pero no sin sufrir numerosas bajas eambos bandos. Muchos británicos huyeron edirección este hacia Wolfheze y Oosterbeekdonde más tarde fueron capturados por otraunidades alemanas. Se cogieron cientos dplaneadores y muchos prisioneros en estacción, además de armas pesadas, munición jeeps[192]».

El ataque continuó durante dokilómetros más al este de la zona daterrizaje, hasta que se vio detenido po

el intenso fuego de los británicosEntretanto el batallón de las Sholandesas de Helle en el brezal d

Ginkel empezó a girar al sudeste com



parte del intento de cerco de las zonade aterrizaje británicas. Parecía quenían a los británicos en sus garras.

La 1.a División Aerotransportadbritánica había saltado 26 horas antecon 8000 hombres. En esencia est

representaba seis batallones dnfantería. Tres de ellos, perteneciente

a la 1.a Brigada Paracaidista, qu

contaba con 2400 hombres, avanzabhacia Arnhem. Un batallón, el 2 PARAde Frost, había tomado y asegurado epuente de Arnhem. Tres más, de la 1.Brigada Aerotransportada defendíaenazmente las zonas de aterrizaje con e

objetivo de mantenerlas abiertas par



os refuerzos. Casi 2800 hombres de laropas de apoyo divisionarias estaba

asignados o apoyando a ambas brigadas

En el mismo período de 26 horas loalemanes habían formado un frente dseis batallones al oeste de Arnhe

Kampfgruppe von Tettau), con lpromesa de que vendrían cuatro másEl II Cuerpo SS había reunido una fuerz

equivalente a ocho batallones, que envicontra Arnhem y el puente desde el est9.a SS Hohenstaufen y elementos dos Kampfgruppen de la 10.a Srundsberg ). A las 15:00 horas del 1

de septiembre, la proporción numéricde alemanes contra británicos, era

grandes rasgos, de 14 batallones contr



6 sin incluir carros de combateartillería ni armas pesadas de infanteríaEn resumen, el ratio de combate era d

más de 2 a 1, con una abrumadorsuperioridad de material pesado en ebando alemán. Los aterrizajes fueron un

conmoción para ambos bandosAbrumados por la inmensa superioridaecnológica y material aliada, lo

alemanes en retirada vieron estpredominio reforzado por un enormanzamiento de paracaidistas. En el otr

bando, la fuerza aerotransportada, qu

esperaba no tener que enfrentarse comás de una brigada, tres días después daterrizar ya estaba luchando contra un

fuerza con mucho material acorazado



siendo superados en número en unproporción de 2 a 1. Ambos bandodesconocían estas cifras y sólo podía

hacer conjeturas, en sus respectivasituaciones, ambos se sentíamoderadamente confiados en el triunfo

Esto fue así hasta que se detectó uzumbido familiar llegando desde eoeste. A medida que el miedo fu

creciendo, se fue produciendo ecorrespondiente hundimiento de la moraalemana. Tras no haber conseguidderrotar esta invasión aerotransportad

en las primeras 24 horas, parecía que epéndulo de las probabilidades dvictoria estaba a punto de oscilar en l

otra dirección.



«Achtung, Fallschirmjäger !…»

Los únicos soldados que habíadentificado los puntos que saproximaban por el sudoesteaumentando poco a poco de tamañoeran los británicos.

Desde posiciones situadas en eborde oeste del bosque que dominaba

el brezal de Ginkel, soldados del KingOwn Scottish Borderers, (KOSB)observaban ansiosamente los cielos a l

búsqueda de cualquier indicio d



aproximación de los aviones. Llegabaarde; y cuando llegaran toda un

brigada paracaidista británica caería

retaguardia del batallón holandés de laSS de Helle. Cuando aquello sucedierasería la señal para su contraataque.

De pie en medio de la ruta de laformaciones de aviones que sacercaban había un Berichter de un

ropagandakompanie, un corresponsade guerra alemán con una cámara dcine. Anticipando una victoria, iba filmar, por contra, una catástrof

aunque el montaje final fue editado porazones de propaganda[193]).

El batallón del Sturmbannführe

Helle tenía ahora seis compañías



Cuatro ya habían sido empeñadas a largo de la línea del bosque al sur y a

este del brezal de Ginkel. En reserv

había otra compañía de infantería y unde armas pesadas al norte, en lacercanías de la carretera Ede-Arnhem

Volvieron los ojos al cielo y ldesesperación se apoderó de ellocuando la formación aérea se acerc

ronando a baja altura. El cielo, quvibraba con el ruido de los motores dos aviones, empezó a llenarse d

paracaídas que se abrían e hinchaban

Los que estaban en las compañías dvanguardia ya desplegadas durante eavance fueron presa del pánico, cuand

fueron contraatacados por tierra a s



frente y por las masas de paracaidistaque descendían por su retaguardia.

El cámara corre hasta la línea d

árboles que bordeaba el puesto dmando de Helle y filma el sobrecogedoespectáculo de fuerza militar que s

representa encima suyo. Los aviones dransporte Dakota, acercándose e

formaciones en V de victoria de nuev

en fondo llenan la lente de su cámaraTras reunir valor para quedarse quietdurante algunos segundos filmandocorre luego hacia la cercana protecció

ofrecida por las líneas de soldados das SS holandesas que disparan hacia e

cielo desesperadamente y tan rápid

como pueden con todas las arma



disponibles. Cerca, un Flakierling , uafuste cuádruple de cañones de 20 mmontado en un semioruga dispara ráfag

ras ráfaga de trazadoras al aire. Eorno al vehículo, grupos de fusileroiran, con los hombros convulsos por e

retroceso de cada disparo. Entre tiro iro echan una ojeada furtiva a

espectáculo mientras accionan lo

cerrojos para expulsar los casquillovacíos y cargar otra bala en la recámaraOtros soldados de las SS se arrodillaen el sendero que pasa frente a lo

árboles y entre ellos, apoyan suametralladoras MG42 y las Bre

británicas capturadas sobre cajas d

munición apiladas en un vano intento d



estabilizar sus armas para disparar haciarriba. Ráfaga tras ráfaga surca el airmientras los tiradores quedan envuelto

por una tenue neblina de humo azulado acre producida por la pólvora. Algunoparan un momento para ajustar las caja

que usan como apoyo, que se mueven se tuercen por el retroceso.

La cámara vuelve a recorrer el aire

graba un cambio en la escena. Loenjambres de aviones de transporte soreemplazados por remolcadores planeadores. Fotogramas del cañón d

20 mm con los observadoregesticulando excitados y señalando aaire, se alternan con vistas de lo

planeadores abandonando su vuel



horizontal y picando pronunciadamenteras haber escogido un lugar despejad

para aterrizar. Un crescendo de fuego d

cañón y ametralladora acompaña edescenso de cada uno, dejando de vez ecuando breves y tenues rastros de hum

ras ellos prueba de que una ráfaga hacertado. El cámara sigue a la sombrde los árboles. Su lente filma cómo u

avión de transporte es alcanzado aacercarse; en llamas desde el morro a lcola, pierde altura poco a poco en ueve picado sobre una pacífica escen

de almiares, árboles y graneros. Eronar de las granadas antiaéreas eodavía audible de fondo en la band

sonora mientras despacio



ánguidamente, la cámara sigue al avióhasta que se estrella. Explotviolentamente más allá de la línea d

árboles que bordea el brezal de GinkeSe ve un destello y una bulbosa columnde aceitoso humo negro una fracción d

segundo antes de oírse la explosión, unnota más alta que el constante martillede la antiaérea.

Algunos paracaidistas se pasan de lzona de aterrizaje y se enredan en loárboles cerca del puesto de mando dHelle. Sus cuerpos son inmediatament

segados por la guadaña del fuego dametralladora. Los cadáveres cuelgabrevemente de las ramas hasta que so

bajados o hasta que se desploman a



suelo cuando las balas cortan lacuerdas del paracaídas enredadas en laramas. El brezal de Ginkel es una escen

de absoluto pandemónium.Los incendios en la hierba causado

por las trazadoras y las intermitente

explosiones de mortero empiezan desorientar a los soldados y a dificultaa visibilidad. Los paracaidista

ngleses del 10.o

Batallón deRegimiento Paracaidista tienen qucombatir para llegar a sus primeropuntos de reunión. A pesar de todo ello

el batallón de Helle está acabado[194].El Obersturmführer Femau, e

comandante de compañía de Helle qu

estaba más al sur, fue rápidament



capturado. El propio Helle estabdurmiendo encima de una mesa en erestaurante Zuid-Ginkel, donde habí

nstalado su puesto de mando, cuando sprodujo el asalto aéreo. Despertadbruscamente, se hallaba ahor

conmocionado. Sólo tuvo ánimos parordenar a Bronkhorst, el comandante dsu compañía de reserva, que defendier

una granja en Hindekampnmediatamente al norte del restaurantantes de huir a su vez. LoObersturmführer Hink y Bartsch

asaltados por todos los flancos por loparacaidistas recién aterrizadosntentaron formar «en erizo» en medi

del combate, pero fueron arrollados



Kuhne perdió los nervios totalmente. Sdio a la fuga, abandonando su compañídispersa, y corrió al norte, para se

relevado de su mando cuando fuencontrado escondido unos días máarde. Sólo el comandante de l

compañía de armas pesadas, Einenkeun veterano, pareció conservar la cabezfría. Intentó en vano repeler el asalt

aerotransportado con fuego concentradde 20 mm y morteros pero acabó podarse por vencido y llevó a cabo unretirada combatiendo hacia el norte.

Todo había acabado. La 4.a BrigadParacaidista del Brigadier Hackett salten la retaguardia del enemigo con tre

batallones más, que contaban con otro



2000 hombres. Los desmoralizados Sholandeses buscaban a los británicosólo para rendirse. La punta norte de

avance desde el oeste de von Tettahabía sido rota con esta repentinnversión de las tornas. Helle volvió

Ede, donde se encontró con ecomandante del Sicherheit

egiment 42 que se suponía que debí

haber acudido en su ayuda anteriormentdurante el avance. Exigió saber por quel comandante de este regimiento nhabía llegado antes. Este últim

contempló a Helle en silencio durante umomento antes de responder secamente«Dé gracias por seguir vivo. Un inform

que recibí decía que usted y todo s



batallón resultaron muertos capturados[195]».

El Standartenführer Lipperotalmente ocupado con el avance, ahor

detenido ante Oosterbeek, no conocíos acontecimientos que tuvieron luga

en su retaguardia. Observó que: «Loaviones enemigos y cazas sobrevolaronuestras posiciones por la tarde, si

causar daños». Aprovechando una pausen los combates, Lippert decidió volveen coche a su puesto de mando al otrado de la zona de aterrizaje. Cuand

volvió a cruzar la zona de lanzamientque habían ocupado sólo unas pocahoras antes, advirtió en el suelo grupo

de planeadores que no estaban allí antes



De repente, su vehículo fue acribilladpor fuego de armas ligeras y sconductor fue gravemente herido

Lippert se puso a cubierto tras el auto, mientras vendaba la pierna de scompañero, vio: «enjambres d

soldados británicos, grupos salidos dplaneadores que habían aterrizado otrvez en la zona de aterrizaje en e

nterin». Empezó a darse cuenta de lenvergadura de lo que había sucedidoLlamó e hizo señas a un semiorugarmado con un cañón antiaéreo de 3

mm, y ordenó a la tripulación quatacara con trazadoras al grupo dplaneadores que acababa de descubrir

Éstos fueron incendiados. Ayudado po



unos cuantos soldados de la antiaérease cogieron 36 prisioneros y recuperó su conductor herido del automóvi

dañado. Esto, se dio cuenta Lippert, erun acontecimiento nuevo y ominoso:

«Ahora tenía completamente claro que lonuevos aterrizajes tuvieron lugar sioposición en las áreas recientementdespejadas. No había reservas que hubier

podido dejar atrás después de despejar lazonas de lanzamiento. Mi misión general dmantener la presión sobre Oosterbeek desdel oeste pareció más importante entonces».

Pero no era posible contactar con ecuartel general de von Tettau, porque nhabía comunicación disponible po



eléfono o radio.Reinaba la confusión en el cuarte

general de von Tettau. Como el Genera

escribió en su informe después decombate, «sin duda este nuevo aterrizajenemigo tenía las dimensiones de un

crisis». Pero las dimensiones exactaeran difíciles de estimar, «especialmentporque la falta de medios d

comunicación hacía que la mayoría dos informes fuesen traídos poayudantes y llegaran a la división sóldespués de largas demoras[196]».

La interpretación de Lippert, que shallaba sobre el terreno, era algdistinta. Declaró: «Así nos fue durant

os primeros días a los batallones qu



operaban bajo mando de von Tettauodas las unidades operabandependientemente unas de otras». S

situación se hacía cada vez máprecaria. En el puesto de mandregimental sólo quedaban oficiales

suboficiales heridos leves representantes de enlace de las unidadebajo su mando. El propio Lippert habí

recibido una herida leve en la piernaComo admitió, simplemente se quedsin efectivos: «Ni una vez existisiquiera la posibilidad de transportar

retaguardia los heridos y los prisioneroque habíamos cogido. Todo había sidenviado a primera línea[197]».

Agazapado a cubierto en esa primer



ínea se hallaba el SS-Junker RudolLindemann. Los hombres de su pelotóde armas pesadas, que pertenecía a l

escuela de suboficiales de Lippert, squedaron oportunamente impresionadopor el tamaño del aterrizaje, pero era

óvenes, temerarios, sin demasiadmaginación, y «por consiguiente n

estaban muy asustados». La sección d

morteros de Lindemann no estabodavía completa cuando llegó lsegunda oleada, todavía estaba emarcha en algún punto entre Gorinche

en el Waal y Wageningen. En cualquiecaso, la confusión subsiguiente continuación de los lanzamientos hiz

que: «perdiéramos contacto con la



otras secciones durante medio día o asantes de que volviéramos a recuperapor completo el control». Puesto qu

eran veteranos, no estaban demasiadpreocupados y pensaban que a la largodo se arreglaría[198].

Con el tiempo la situación se aclaróVon Tettau ordenó al Batallón SAEberwein, que avanzaba desde Beneko

hacia el ferrocarril Ede-Arnhem, qucruzara la vía y despejara el bosque anorte de ella. Al recién llegadSicherheits Regiment Knoche, se le di

a misión original de Helle de despejael bosque en el lado este del brezal dGinkel. Esta vez, sin embargo, debía

aproximarse desde el norte. No pas



mucho tiempo antes de que se vieranmovilizados por el fuego enemigo.

Al Regimiento de Lippert, ahor

demasiado extendido en la derechdebido al fracaso de Helle, se le ordenasegurar su propio flanco izquierdo a

norte. Al caer la noche del 19 dseptiembre, de acuerdo con los últimonformes, al menos se podían sostene

as posiciones de partida que habíasido tomadas al amanecer del díprevio. No se podía hacer nada máhasta la llegada de nuevos refuerzos: e

resto del Regimiento Knoche, y ebatallón del Regimiento de Instrucció

ermann Göring ya estaban de camin

en bicicletas desde Katwijk an Zee.



El impresionante espectáculo derefuerzo de la 1.a DivisióAerotransportada británica tuvo uefecto aleccionador si no deprimentsobre los alemanes, que hasta estmomento podían haber pensado que est

amenaza particular había sido frustraden su origen. El Hauptsturmführe

Wilfried Schwarz, de 28 años, jefe d

estado mayor de la 9.a

SS, habícomentado antes que: «La situación e18 no era halagüeña, pero con la llegadde refuerzos, empezamos a pensar qupodríamos vencer». Sin embargo, easalto paracaidista en el brezal dGinkel enfrió su cauto optimismo:



«Los soldados vieron refuerzoincesantes llegando desde el aire, y estabanaturalmente preocupados. ¿Podrían resisti

nuestros camaradas al sur? ¿O conseguiríalos americanos abrirse paso?».

Schwarz era consciente todo e

iempo de la ironía del aprieto en el quse hallaba la Hohenstaufen. Fue creadoriginalmente para impedir una invasió

aliada en el Oeste. Se lamentaba:«En Normandía, después de todo e

adiestramiento del año anterior, llegamo

demasiado tarde porque nos habían enviadoRusia. ¡En Arnhem éramos demasiadopocos! ¿Cómo íbamos a detener a estdivisión aerotransportada de élite[199]?».



El Hauptsturmführer Möller, quuchaba en los suburbios occidentales d

Arnhem, se hacía eco de su

sentimientos:

«Durante la tarde hubo nuevos aterrizaje

en la zona del brezal de Renkum y tuvimoque mirar, sin poder intervenir, cómo oleadtras oleada miles de paracaidistas descendíaa 15 kilómetros de nosotros. El enemigobtenía nuevos refuerzos. ¿Qué significaríeso para nosotros[200]?».

La Sperrlinie o línea de

bloqueo del Kampfgruppe SS



Spindler

En cuestión de 30 minutos durante larde del 18 de septiembre, lproporción de fuerzas de locontendientes cambió sustancialmente

La 1.a División Aerotransportada podíahora desplegar nueve batalloneconsolidados de infanterí

aerotransportada a plena fuerza con sporción correspondiente de tropas dapoyo divisionarias: las armas de apoy

adjuntas; artillería y cañones anticarrcontra 14 grupos alemanes equivalentea batallones. Éstos eran grupos dcombate improvisados reunidos por l



presión de los acontecimientos percontaban con blindados y un apoyo máfuerte de artillería y morteros. Para lo

británicos era factible conseguir lsuperioridad local si los reciéaterrizados elementos pudieran se

consolidados en una fuerza lo bastantfuerte y lo suficientemente equilibradcon armas de apoyo, como para abrirs

paso hasta el puente. Pero la geografía, una aparente parálisis del mandplagaron de problemas el esfuerzbritánico.

El Mayor General Urquhartcomandante de la división británica, svio frustrado por las mala

comunicaciones y, al adelantars



demasiado para buscar informaciódurante uno de los primeros ataques de3 PARA se quedó aislado por u

contraataque alemán en los suburbiodel oeste de Arnhem. Con él se hallabsu segundo al mando, Lathbury. E

Brigadier Hicks, comandante de la 1.Brigada Aerotransportada, el siguienten la línea de mando, afrontaba u

dilema. Consciente ahora de la fuerza extensión del contraataque alemán teníque decidir si aceptar un compromisoformar un fuerte perímetro en torno a su

posiciones actuales al norte del Rhin, aguardar a ser relevados por el XXXCuerpo que avanzaba por el pasillo, o s

reforzar el éxito parcial de Frost en e



puente. Decidió seguir el plan originade Market pero al hacerlo, se viobligado a cambiar las misiones previa

a la operación de algunos de sucomandantes de batallón. Se ordenó cuatro batallones, el 1 PARA, 3 PARA

el batallón transportado en planeadore2.o South Staffordshire y el 11 PARAcombatir para llegar hasta el puente

Esto implicaba sacar al 11 PARA de lrecién llegada 4.a Brigada Paracaidistde Hackett e intercambiarlo con el KOSB, ya agotado por la defensa de lazonas de aterrizaje. Se seguía aplicanda misión original de Hackett de tomaas alturas al norte de Arnhem.

Los South Staffs comenzaron



avanzar hacia Arnhem como parte de snueva misión para apoyar la línea davance por la que ya luchaba

duramente el 1 y 3 PARA. El 11 PARAdebía hacer lo mismo. Los cambios svieron dificultados por los problema

que se experimentaban entonces con lapoco fiables comunicaciones por radioMás aún, hasta que todos esto

batallones recibieron la orden, habíaestado operando muy separados. Sperdió inevitablemente la cohesiócuando, con poco o ningú

reconocimiento, cuatro batallones fueroenviados hacia un frente de sólo 20metros de ancho donde dos batallones y

habían fracasado en abrirse paso. A



norte, la 4.a Brigada Paracaidista dHackett también se topó con el flancderecho de la Sperrlinie o línea dbloqueo del Kampfgruppe SS Spindler.

Entre tanto la Sperrlinie de Spindlese había engrosado. Se extendía desde l

carretera Ede-Arnhem al norte dArnhem, al sur a lo largo de lDreyenseweg hasta la vía férrea y e

empalme, y de allí al Rhin. Apostados anorte en esta línea estaban elementos deBatallón SS de Instrucción y Reemplazde Krafft, a los que se unió ahora e

ampfgruppe Bruhns, un batallón de lWehrmacht y algunos de lo

anzerjäger de las SS de vo

Allworden. A caballo de la Estación d



Clasificación y la Utrechtseweg en ecentro y en torno al área del museestaba el Kampfgruppe antiaéreo deObersturmführer Gropp y el Batallón dZapadores de Möller. Al sur de lcarretera estaba el inicial Kampfgrupp

de artillería de Spindler reforzado ahorpor otro grupo de combate de loRegimientos SS Panzergrenadier 19

20, que ocuparon posiciones qulegaban hasta la orilla del río. Al otrado del Rhin, restos del Batallón SS d

Reconocimiento 9 de Gräbner ocuparo

a fábrica de ladrillos. Detrás, y eprofundidad, ocupando una línea que ibdesde la estación hacia el sur hasta e

río, estaba el recién formad



ampfgruppe SS Harder. En esenciasiete batallones británicos quavanzaban calle abajo por lUtrechtseweg y contra la Dreyenseweban a asaltar una línea de siete a och

batallones alemanes apoyados po

autoametralladoras, semiorugas cazacarros. Incluso en el punto de mayoesfuerzo británico a lo largo de l

Utrechtstrasse, no se podía conseguir lsuperioridad local porque loparacaidistas sólo podían atacar ecolumnas de tamaño batallón a lo larg

de dos carreteras en un frente de 20metros. Este embudo podía ser batidpor el fuego combinado de cinc

ampfgruppen distintos apoyados po



blindados.Ambos bandos desconocían l

verdadera naturaleza de sus respectiva

disposiciones. Con una despreocupaciócasi temeraria los británicos iban representar en miniatura «La carga de l

Brigada Ligera». Su misión de alcanzael puente estaba clara. Su ejecuciónaparte de avanzar por un valle urban

barrido por el fuego, no estaba tan clara

La carga de las brigadasparacaidistas…

Los comandantes de los batallone



británicos intentaron coordinar savance conjunto hacia el puente lo mejoque pudieron. El avance se vi

estorbado por un laberinto de calledesconocidas y con sólo uconocimiento superficial de las fuerzas

disposiciones enemigas. El 2.o Batallódel Regimiento South Staffordshirdebía atacar a lo largo de la «carreter

elevada» (Utrechtseweg ) Bovenoverseguido de cerca por el 11 PARA, paromar el terreno elevado pasado e

Museo Municipal, y luego bajar hasta e

puente de Arnhem. Paralelo a esta rutasiguiendo el recodo del Rhin, estaba l«carretera baja» o Onderlangs. El

PARA iría en cabeza por esta ruta llan



a lo largo del río y el muelle, apoyadpor los restos del 3 PARA. Ambobatallones ya habían sufrido pérdida

considerables al intentar abrirse pasuchando por este cuello de botella l

noche antes. De hecho, ninguno de lo

otros batallones era consciente de que e3 PARA ni siquiera estaba preparadpara montar otro ataque. Po

consiguiente, los soldados no fuerocompletamente informados. Cuando easalto comenzó, se produjeron retrasodebido a que los paracaidistas s

disparaban unos a otros cuando los doejes divergieron. Los cuatro batalloneestaban intentando forzar el paso de u

«valle de la muerte» urbano.



Las casas en la carretera elevadestaban ocupadas a ambos lados por eBatallón SS de Zapadores de Möller

Éstas a su vez estaban dominadas por ugrupo de casas más allá de la Estacióde Clasificación hacia el norte en el qu

estaban apostados los artilleroantiaéreos SS de Gropp. Los Sout

Staffs y el 11 PARA, confinados en la

calles si deseaban moverse con sfuerza concentrada, iban a versexpuestos a fuego de frente y enfiladuna vez pasado el Hospital de Sant

sabel. No había espacio para maniobraácticas: era romper la línea con u

ataque frontal, o el fracaso

Similarmente, la llana y expuest



carretera baja que seguía el curso deRhin, estaba dominada por cañoneautomáticos de 20 mm y 37 m

emplazados en la fábrica de ladrillonmediatamente al sur del Rhin.

Además, un terraplén de abrupt

pendiente a la izquierda y las casas a largo de la Onderlangs, que dominaba

el eje de avance, estaban todas ocupada

por el Kampfgruppe Spindler.Amparados en la oscuridad y en unsiniestra neblina de madrugada que salzaba del Rhin, el avance comenzó

as 04:00 horas del 19 de septiembre. Anegársele la capacidad de aprovechar ssuperioridad táctica en la maniobr

sobre un área más extensa, tod



dependía de la fuerza y la determinacióde las compañías de vanguardia a lcabeza de las columnas. E

auptsturmführer Hans Möllerecordaba los choques iniciales cercdel Pabellón del Rhin: «A las 04:0

estalló el terrible ruido de la batalla a lzquierda hacia el Rhin y a nuestrzquierda entre los hombres d

Spindler». En un combate urbano todoos sonidos son magnificados. Las botade clavos de acero rascaban repiqueteaban a través del asfalto en l

oscuridad. Los disparos de las armaeran ensordecedores y producían ecoen las calles en palpitantes oleadas d

sonido.



«Se oía fuego de fusilería y laametralladoras tableteaban continuamenteExplosiones sordas señalaban el ladrido d

los morteros y se oía el estampido de locañones de los carros. ¿Eran los nuestros? Salzaban bengalas constantemente a nuestrizquierda, a unos 400 ó 500 metros ddistancia, donde había terreno abierto hastllegar al Rhin. El ruido aumentaba eintensidad. Estábamos todos completamentdespiertos: ¿cuándo empezaría en nuestrsector [201]?».

Donde se combatía, la lucha erconfusa y caótica. Su resultado er

determinado dependiendo de si lomandos subalternos en ambos bandomantenían la cabeza fría. Apostad

como tirador de ametralladora, e



ottenführer Paul Müller, de 19 añosse agazapaba en una trinchera situadunto al Rhin. Mandaba un pelotón d

granaderos del 9.o Regimiento Sanzergrenadier , recientement

ncorporado al Kampfgruppe Spindler

Envueltos por la repentina furia deataque del 1 PARA, su grupo luchferozmente. Recordaba: A las 05:0

horas en punto, los Tommiedesencadenaron el infierno. Una lluvide granadas de mano arrojadas en torna sus posiciones precedió el ataque. La

ametralladoras y los fusilerodisparaban tan rápido como podíanpero:



«… las circunstancias favorecíannuestros adversarios. Todavía estaba taoscuro y además con niebla que sólo podía

distinguir la silueta de un hombre caminanderguido a cinco metros de distancia. Poconsiguiente nuestra línea fue simplementarrollada, aunque les costó muchas bajasnuestros atacantes».

Los defensores fueromomentáneamente presa del pánico. El

PARA, parcialmente encubierto por umanto protector de neblina y oscuridadhizo grandes progresos. En el ojo d

esta tormenta, Müller no vio ningunalternativa práctica salvo mantener sposición: «Poco después oímos que lados ametralladoras montadas sobr



rípode para fuego sostenidabandonaron sus posiciones y sretiraron por la cuneta del otro lado»

Desalentados por su incapacidad parromper el impulso del asalto, loametralladores continuaron

retaguardia, apremiándoles en susurros«no hay nada que hacer de todas formassimplemente nos pasarán por encima»

Müller no veía que eso tuviera sentidoExhortó a sus fusileros a que aguantaran les dijo que ahora eran las tropa

propias más adelantadas. Recordaba

«Querían volver a retaguardia, porquéste era su primer combate. Nunca antehabían oído tan cerca el chasquido d

una bala al pasar».



Se pusieron a cubierto a derecha zquierda de su ametralladora,

aguardaron a la segunda oleada de

ataque. De repente, de siete a nuevfiguras surgieron de la niebla. Al darleel alto respondieron con una granada d

mano que rebotó y estalló frente a lrinchera de Müller. El enemigo s

acercó rápido y se produjo un aterrado

duelo con granadas y el subsiguientcombate cuerpo a cuerpo.

«Dos ráfagas de mí ametrallador

causaron una explosión en el grupo dhombres. Su efecto fue devastador, sólo unde los Tommies quedó en pie, el resto rodaby gemía amontonados en el suelo».



Despacio, el único paracaidistsobreviviente avanzó amenazador haciMüller. Al disparar dos ráfagas más

Müller descubrió que su ametralladorse había quedado sin munición. Gritfrenéticamente pidiendo otra cinta sól

para darse cuenta de que sus camaradaa habían huido. Sin poder encontrar s

fusil, cogió una de las dos granadas d

«huevo» que tenía en el parapeto de srinchera. «El Tommy parecidescubrirme» observó asustado y arroja primera granada. No estalló. Est

nglés era indestructible. Vio como sadversario lanzaba, hubo una explosiónfuego y humo soplaron en su cara

«Apenas tuve fuerzas para arrojar m



segunda granada al Tommy antes dperder la consciencia durante unonstantes». Volviendo en sí tras l

explosión, todavía podía ver a satacante a cinco metros delante suyoRecordaba el tratar de recobrars

desesperadamente porque de otro modba a morir. Pensó: «Tienes que salir oda prisa o el Tommy va a acaba

contigo». Sintió entonces un doloagudo, «como si alguien me hiciercortes con un cuchillo arriba y abajo eel brazo». Cegado por la sangre que l

corría por la cara, buscó a tientas lametralladora. Estaba reventada a laltura del cerrojo. Eso lo decidió; «y

es hora de que salga de mi agujero»



pensó.Cuando saltó fuera de la trinchera

otra granada explotó dentro acribilland

su espalda con pequeños fragmentos dmetralla. Sangrando profusamente, salejó tambaleándose en la oscuridad,

metió su brazo izquierdo inutilizadbajo el cinturón para sujetarloapresurándose, al estallar más granada

ras él[202]

.Se acercaba el amanecer y con éempezó a levantarse la neblina. Ahacerlo, a los elementos del Batallón S

de Reconocimiento de Gräbnerposicionados en la fábrica de ladrillosal otro lado del Rhin, se les presentó u

blanco increíble. Estirados en un



columna a lo largo de la Onderlang

estaban el 1 y 3 PARA, preocupadosólo por los intercambios de disparos

su frente con la unidad de Möller, y a szquierda. Los cañones automáticos d

20 mm y 37 mm pudieron batir l

carretera a corta distancia con las alzaa cero y barrerla de un extremo a otro. Aas 06:00 comenzó la matanza. La

ráfagas concentradas de proyectiles dalta velocidad azotaron las irregularecolumnas mientras avanzaban. Locuerpos se desintegraban o era

desmembrados por las líneahorizontales de trazadoras que lomartilleaban desde el otro lado del rí

en tiro rasante, explotando y lanzand



metralla al chocar con las destrozadafachadas de las casas pasada lcarretera. Los gritos de los mutilado

apenas se oían sobre el estruendmagnificado por los edificios vecinosAmbos batallones prácticamente dejaro

de existir. Los hombres de Spindler, quocupaban las casas y jardines qubordeaban el terreno elevado a l

zquierda que dominaba la carreterbaja, dispararon y arrojaron granadas odo lo que se movía. Y todaví

continuaba el fuego desde el frente

Batidos por tres flancos, el ataque sdesmoronó bajo una abrasadorconcentración de armas de todos lo

calibres. No había ninguna cobertur



para los desventurados paracaidistasexcepto el tratar de entrar en las casaocupadas a su izquierda. Po

consiguiente, tenían que luchar parconseguir refugio. A las 07:30 loelementos avanzados del 1 PARA había

legado al viejo muelle, a tan sólo 140metros del puente. Se seguían oyendruidos de la batalla desde aquell

dirección pero estaban acabadosDetrás, la columna estaba destrozadaGrupos diezmados y desesperadoempezaron ahora a huir o escabullirs

de vuelta a la línea de partida. Lmayoría de los oficiales y suboficialea estaban muertos o heridos. Esto fue l

más cerca de Frost que jamás llegaro



pero el 2 PARA, totalmente ocupado cosu propia batalla en el puente, no oynada.

Entretanto elementos de lSturmgeschütz Brigade 280 de lWehrmacht empezaron a llegar

Arnhem desde el norte. Consistíaprincipalmente en cañones de asaltStuG III , armados con un cañó

anticarro de 75 mm, y fueron asignadoal Kampfgruppe Spindler. A su veSpindler los asignó aisladamente o poparejas a sus diversos Kampfgruppe

subsidiarios dependiendo de sunecesidades. Se estableció una línea dpartida en la Utrechtstrasse mientras lo

blindados se reunían en las cercanías d



a estación de tren aguardando la ordede avanzar.

A medida que se incrementaba l

uz, el sector del Hauptsturmführe

Möller en la Utrechtseweg se visometido a toda la furia del asalto de lo

paracaidistas. Los South Staffs, qusalieron de la cobertura del Hospital dSanta Isabel y avanzaron hacia el muse

en el terreno elevado, se vieron cogidopor fuego de flanco por el Kampfgrupp

de la Flak del Obersturmführer Groppque disparaba desde los piso

superiores de las casas al otro lado da Estación de Clasificación. Por el otrado y por el frente fueron tiroteados po

os zapadores SS de Möller, que com



su comandante relataba: «dispararon sipiedad. Los proyectiles de Panzerfaus

iteralmente despedazaron a un grupo d

paracaidistas. Los lanzallamavomitaban gasolina ardiente sobre eenemigo atacante». Traqueteando, u

cañón de asalto entró en posición juntal museo, apoyado por dos semiorugaacorazados de Möller e hicieron frent

al asalto. Era una batalla difícil dcontrolar a nivel de compañía y batallóporque secciones enteras podíadesaparecer de la vista al defender ta

sólo una casa.Los mandos estaban literalment

aislados en cuanto comenzaba esta luch

a corta distancia. Möller recordaba qu



a lucha se convirtió en:

«… cada uno para sí. Las calles eran zona

mortales. No se podían recuperar los muertoy heridos. Había escombros desparramadopor todas partes. Las cercas y muros fueroaplastados por el cañón de asalto que, co

secos cañonazos, escupía fuego contra eenemigo».

Sin embargo, no todo le salía bien

Möller. Con frecuencia, el fuego dfrancotiradores «condenadamentpreciso» se cobraba un peaje entre su

hombres. Pero el fuego alemán se hacícada vez más eficaz al tratar Möller dcombinar todas las armas, incluyendos blindados, a su disposición. Dij



que: «teníamos abundante munición iteralmente acribillamos un ataque tra

otro de los lanzados valientemente po

el enemigo». Esto no podía durar muchiempo, aunque a veces se preguntab

con desespero si sería así:

«Los civiles heridos que intentaban salvalo que podían, gritaban. ¡Pero qué importabeso! Tantas cosas habían sido destruida

casas y granjas, propiedades y ganado, todaconsumidas por las llamas y un acre humoscuro, que flotó por las calles de este antañelegante barrio residencial».

Para las 10:00 horas el impulso deenemigo se había agotado. Mölleobservó: «Su ataque se fragmentó, s



dispersó y desorientó». Se hizmanifiesto que los británicos: «estabacompletamente exhaustos, sus fuerza

estaban agotadas y su confianza minadpor las pérdidas excesivamentelevadas[203]».

Dos horas antes, el Mayor GeneraUrquhart, el comandante de la divisióbritánica, liberado de su encierro po

este resuelto pero costoso ataque haciel puente, se había dado cuenta de quahora nunca llegarían a él. Ni siquierataques continuados por parte de la 4.Brigada Paracaidista podrían resolver lsituación. Por tanto se ordenó al 1PARA que cesara en su asalto tras e

batallón del South Staffordshire y s



retirara. Se envió un mensajero vanguardia para avisar al oficial amando de los South Staffordshires, per

no consiguió llegar. Lo más lejos qulegaron aquellos en su avance por l

carretera elevada fue hasta el edifici

PGEM justo pasado el MuseMunicipal. Su situación erdesesperada, sólo con los poco

anzabombas anticarro PLAT que lequedaban podían mantener a raya a loStuG III de la Sturmgeschüt

rigade 280. A las 12:30 se quedaro

sin munición para ellos. Casnmediatamente los cañones de asalt

fueron lanzados carretera abajo e

dirección al museo. Los South Staff



uvieron que dispersarse. Entretanto, e11 PARA había formado, ignorante de lamenaza a su retaguardia, y se habí

reunido para llevar a cabo su retiradaparentemente confiados en la creencide que estaban cubiertos. Fuero

atrapados en terreno abierto coresultados catastróficos. Pronto acabodo. Durante el resto de la tarde del 1

de septiembre, los supervivientes de lodiezmados batallones británicos huyeroo se abrieron paso luchando en grupoque se desplazaban hacia Oosterbeek.

Möller informó que: «la cambiantucha duró y duró hasta que finalment

se apagó en torno al mediodía». E

derredor yacían los escombros y lo



restos humanos de la guerra, señalandel punto más cercano del avance de loparacaidistas. El Rottenführer Wolfgan

Dombrowski, en la Utrechtseweg , shizo la pregunta inevitable:

«¿Qué íbamos a hacer con nuestroheridos? Se ondeó una bandera con la cruroja y los heridos se acercaron despacio, pasa paso. Para nuestro asombro, el fuego ces

inmediatamente. Los camilleros recogieronlos heridos, se fueron, y el tiroteo comenzde nuevo. No podíamos comprender esto yque estábamos acostumbrados a lacondiciones en el Frente del Este. Esto“ paras” se suponía que eran hombres duros¡ya sabíamos que lo eran!, y sin embargo nopermitieron recoger a los heridos. Luego ledimos a los del otro bando la oportunidad d



hacer lo mismo[204]».

La Sperrlinie es forzada al

norte…A todo lo largo de la Dreyenseweg

extendiéndose al norte desde lcarretera de Ede-Arnhem al sur depuente sobre el terraplén del ferrocarrien la estación de tren de Oosterbeek, lo

alemanes aguardaban. Este sector d1500 m de la Sperrlinie de Spindleestaba cubierto por los Panzerjäger d

a 9.a SS, el Kampfgruppe de vo



Allworden, ahora bajo mando del reciélegado Kampfgruppe Bruhns de l

Wehrmacht . Bruhns, un oficial de

Estado Mayor General, emplazó unúmero de Sicherungen, o avanzadas, aoeste de esta línea. Estas fueron situada

en las áreas boscosas al nordeste sudeste de Johanna Hoeve, un conjuntde edificios de granjas en los qu

ambién se apostó una reducida fuerzaEstos grupos darían una alerta temprande un avance enemigo, y luegpermanecerían en sus posiciones

ucharían hasta que el enemigo que saproximaba se dispersara y detectaraanto el eje principal como la direcció

del avance, antes de retirarse y ocupa



posiciones de reserva tras la líneprincipal de la Dreyenseweg. Loembudos y pozos de tirador cavado

apresuradamente, camuflados con ramarecién cortadas, ofrecían algo dprotección. Diversos blindado

reforzaban la línea. Junto al cruce dcarreteras en la extremidad norte de lcarretera se situó uno de lo

anzerjäger IV supervivientes de voAllworden, apoyado por un cañóanticarro remolcado. Un hotel aisladcercano servía como puesto de socorr

sala de operaciones para los heridosAlgunos de los semiorugas dreconocimiento y blindados ligeros d

Gräbner aparecían periódicamente



proporcionando fuego de apoyo petición. Algunos de los cazacarros da Hohenstaufen y semioruga

acorazados se desplazaban compiquetes acorazados por la carreterapatrullando o actuando como fuego d

apoyo móvil cuando se requiriera.En el primer día de los aterrizajes

algo de fuego indirecto de morteros

artillería había hostigado las zonas daterrizaje, en gran medida sin éxitoporque los árboles impedían lobservación de la caída de los disparos

Durante aquella tarde y la mayor partdel día siguiente tuvieron lugacombates esporádicos per

ocasionalmente intensos cuando el



PARA intentó flanquear al batallón Sde Krafft que ya estaba en posiciónSólo se vieron atisbos de la activida

aérea del lunes, pues gran parte de ellhabía quedado oculta a la vista por loárboles. La actividad de los cañone

antiaéreos, los sobrevuelos, rumores nformes de boca en boca pront

compusieron el cuadro de otr

mportante refuerzo enemigo por aireLos ataques de tanteo en las avanzadafueron repelidos de nuevo y nadie puddescansar. Los nervios estaban a flor d

piel. El Rottenführer Alfred Zieglerecordaba:

«Nunca estábamos del todo seguros d



dónde estaban nuestros hombres y dóndestaban los británicos. Estábamos tan cercque una vez les oí transmitir en Morse: “dit

dit-da-da-dit-dit”. Salimos corriendo, teníaque ser soldados británicos transmitiendporque nosotros no teníamos ninguna radio».

Reinaba una especie de empate. Lniciativa residía en los británicos, quparecían ser sólo capaces de montaataques de tanteo a escala de compañía

o obstante estos combates causaroconsiderables bajas en ambos bandosLa lucha volvió a rugir en torno a

mojón de los seis kilómetros en lmsterdamsweg , la carretera Arnhem

Ede. Siete cuerpos todavía seguía

endidos en el sendero de bicicletas



donde fueron emboscados por los Sanzerjäger 24 horas antes. Lo

cuerpos, esparcidos de forma grotesca

desordenada en el pavimento, habíasido despojados hacía ya mucho dcualquier cosa de valor. Les había

quitado el equipo y vaciado lobolsillos, y los cascos y las posesionepersonales estaban esparcidas en torno

os cadáveres. Los cuerpos sin vida sdoblaban ahora presa de las garras derigor mortis. Una bicicleta, que habísido quizá brevemente apoyada en e

mojón, estaba caída con una rueda cada lado del hito, que fue destrozadpor uno de los proyectiles de 20 mm d

alta velocidad que habían segado a



grupo. Ziegler recordaba que estfotografía: «fue luego impresa en toda scrudeza en los periódicos e inclus

mostrada en los noticiarios semanales»Recordaba que el corresponsal dguerra que tomó la foto: «estuvo co

nosotros durante unos días, y luegmurió en combate en Oosterbeek [205]».

Continuaron los ataques contra l

Sperrlinie, pero se mantuvo firmeZiegler era un mensajero motorista, y menudo se le ordenó llevar heridos en esidecar.

En una ocasión se le dijo qurecogiera a algunos heridos británicoen tierra de nadie. La única indicació

que le dieron sobre dónde estaban er



que condujera hacia el humo de svehículo en llamas. Recogió a dosupervivientes, uno de los cuale

hablaba alemán. Preocupados, lpreguntaron a dónde se los llevaban. Lrespuesta de Ziegler, con su fuert

acento del sur de Alemania fue: «ahospital, ¡y espero que me den el mismratamiento en una situación similar!»

Con semejante dialecto no es probablque le entendieran. Tras haberlos dejaden el hospital de sangre en el extremnorte de la Dreyenseweg: «tuve qu

saltar por la ventana cuando terminé coellos porque atacaban los Jabos»Maldiciendo su suerte, pensó que l

disgustaba la guerra: «porque nada e



mposible». Cuando condujo de vuelta su unidad, pensó en su contacto personacon el enemigo. Dijo tras la guerra que

«Nunca supe si sobrevivieron. Uno dellos tenía un enorme boquete en shombro». Uno de sus agradecido

cautivos le ofreció su reloj en premio su compasión pero le replicó algairadamente: «No me lo des, gracias

Quédatelo; no soy un ladrón[206]

».Durante la mañana temprano del 1de septiembre, mientras todavía estaboscuro, podían oírse los ruidos de l

batalla al atacar los británicos hacia epuente de Arnhem, muy a su izquierdaen los suburbios de la ciudad. Tensos

nerviosos, los soldados alemane



agazapados en las posiciones a lo largde la Dreyenseweg aguardabaexpectantes. Inevitablemente, le

legaría su tumo. Las primeras lucesiempre parecían anunciar actividabritánica.

Cuando se produjo el asalto aamanecer, los defensores quedaroconmocionados por su ferocidad. La 4.

Brigada Paracaidista, tras habersdesplazado para ocupar las alturas anorte de Arnhem, había marchadadelante durante la tarde y noch

previas, chocó con las avanzadas de lSperrlinie. Entonces múltiples ataqueamaño compañía se produjeron a l

argo de los bosques que se extendían d



oeste a este tanto al norte como al sur da Dreyenseweg , montados por el 10 y e

156 PARA. Aunque apoyados po

morteros y artillería ligera, estabaasaltando una línea numéricamente máfuerte que gozaba de una potencia d

fuego superior a la suya.Las localidades periférica

defendidas por los alemanes fuero

arrolladas. Ziegler recordaba que: «Loataques británicos eran muy resueltos»De pie junto al comandante de s

ampfgruppe, Bruhns, el oficial l

confió que: «si no recibimos refuerzopronto, tendremos que retiramos cuandlegue el próximo ataque». Palabra

proféticas porque Ziegler recordaba e



errible ataque siguiente que llegó entra carretera principal y el terraplén de l

vía férrea:

«Estaba junto a Bruhns cuando la posicióempezó a mostrar signos de resquebrajarseEn algunos puntos nuestros hombres tuvieroque adoptar posiciones en “erizo” aisladapara defenderse en todas direccionemientras que algunos pequeños grupos denemigos consiguieron infiltrarse a través d

nuestras líneas. Cuando Herr Bruhns supo desto me ordenó ir a Arnhem y guiar a lorefuerzos que se suponía que estaban ecamino[207]».

Quiénes eran, dónde estaban cuántos eran, no se sabía. A la larga

dando vueltas en su motocicleta, Ziegle



os encontró en un bosque en las afuerade Arnhem. Eran una compañía de laWaffen SS de cañones antiaéreo

montados en semiorugas, mandados poun Fähnrich (un oficial cadete dgraduación equivalente a un sargento)

«que luego perdería todos sus vehículoen Oosterbeek». Además tambiéapareció rodando un batallón d

cañones antiaéreos dobles y cuádruplede 20 mm, similarmente montados esemiorugas, y mandado por un Major

Con muchos gritos y gesticulaciones, lo

vehículos fueron inmediatamentnsertados en la línea, ocupand

posiciones reconocida

apresuradamente. Los campos de tiro s



situaron de forma que nada podímoverse en campo abierto y la infanteríatacante sólo podría penetrar co

grandes dificultades a través de laáreas boscosas. Hecho esto, aguardaroel próximo asalto.

Cuando llegó, las dos compañías dcabeza del 156 PARA fueron segadacomo por una guadaña al caer bajo la

razadoras del mortífero fuego cruzadde los cañones de 20 mm. Este súbitestruendo de fuego automático de gracalibre fue oído incluso por la

compañías paracaidistas británicas quavanzaban en escalón detrás, cuando loproyectiles de 20 mm explotaron

rebotaron entre las ramas altas y en lo



roncos de los árboles. Las vainavacías repiqueteaban al caer al piso dmetal de los vehículos mientras lo

gritos apremiantes y las órdenes dfuego de los jefes de pieza se hacíacada vez más fuertes al acercarse lo

británicos. Los ataques se desinflaronsegados por este repentino diluvio dfuego concentrado.

Los agotados supervivienteescaparon tambaleándose entre loárboles y empezaron a atrincherarse eas cercanías de la línea de partida

adie entre las ligeramente armadaropas paracaidistas había contado co

una resistencia que tuviera esta clase d

potencia de fuego; además había sid



desplegada hábilmente. Éstas no eraropas de segunda línea; muchos curtido

soldados de las SS ya habían sid

hechos prisioneros. La informaciósobre el ataque contra el puente dArnhem no era alentadora. Más aún

cada vez se hacía más patente, incluspara los soldados rasos, que no iban conseguir abrirse paso en este punto

¿Qué pasaría luego?El péndulo había oscilado poúltima vez en Arnhem. Ni el refuerzo nel reabastecimiento del bando británic

nfluirían en el resultado final de lbatalla. La Sperrlinie, o línea dbloqueo, del Sturmbannführer Ludwi

Spindler proporcionó el punto clave d



a defensa de Arnhem. Ahora iba proporcionar la línea de partida para enevitable avance sobre Oosterbeek. Si

saberlo ninguno de los dos bandos, shabía llegado al momento del cambio dmarea. Se había alcanzado la pleama

británica, ahora sólo podía refluiretirándose hacia Oosterbeek.



XV. ANIQUILANDOA LOS BRITÁNICOS.

EL PUENTE DEARNHEM

día imaginar cómo alguien podríasobrevivir a ese infierno.

dad sentí lástima por los británicos.

dero SS.



Con artillería…

El Oberleutnant Joseph Enthamme

había sido trasladado a la cascolindante con el puesto de mando del PARA de Frost por la mañana temprandel 19 de septiembre. El oficial dartillería de 19 años, capturado con sunidad de retaguardia, inspeccionó sunuevos aposentos con cierto interés

alivio, ya que habían sido maltratadopor los civiles holandeses por ecamino. Observó:



«La casa probablemente pertenecía adepartamento de aguas, o la policía o algo asHabía filas de archivos que trataban del nive

de agua y temas parecidos alineados eamplias estanterías. Me hice una cama entrlos libros en una estantería. Mucho mejor quel suelo de cemento. Otros siguieron mejemplo».

Los ruidos de la batalla se hicierocada vez más patentes. Se podían oír lo

gritos, los disparos de armas ligeras, erepentino martilleo rápido de los fusileametralladores Bren y má

ominosamente, el estrépito lejano dproyectiles de artillería pesada y el dcascotes que caían. Un capitán británicpasaba a menudo para comprobar cóm



estaban los cautivos y se disculpó por lfalta de comida y bebida. Enthammerecuerda que comentó: «que su

soldados sólo tenían aquello con lo quhabían saltado». Aquello, sin embargono era gran consuelo porque: «el polv

la cordita nos quemaban la gargantaqueríamos desesperadamente beber»Durante este tiempo el oficial d

artillería fue mantenido ocupado:«Como podía hablar inglés me ordenaro

que ayudara a guiar a los prisioneros alemane

hasta la letrina, que estaba excavada junto a umuro de ladrillo en el jardín trasero. Mdieron una pala para empezar a cavarla, acompañado por tres soldados armados cometralletas Sten, me puse a ello. Inclus



cuando me bajé primero los pantalones luego me puse en cuclillas para hacer minecesidades, los cañones de sus armas m

siguieron apuntado al bajar y subir. Si no fuerpor lo seria que era la situación ¡Podríhaberme parecido gracioso!».

Enthammer trabó amistad con ecabo inglés asignado a vigilarlosConversando libremente, descubrió quera un estudiante de Londres con uovial sentido del humor. «Los Jerrie

han diseñado un nuevo carro con unripulación de 1000 (hombres)», dijo

«¡Imposible!» respondió Enthammer«Oh, sí», replicó, «un hombre lconduce, otro lo manda, el artiller

dispara, ¡y los otros 997 lo empujan!»



Todo el mundo, incluyendo a loaliados, estaba al tanto de la escasez dcombustible en el ejército alemán. A

pesar de esto, el oficial alemán recuerdque el paso del tiempo trajo un cambide humor cuando aumentaron e

ntensidad los ruidos del combate:

«El cabo admitió una inquietud crecienty los temores a un aumento de los refuerzo

alemanes mientras su situación se volvía cadvez más desesperada[208]».

Los asediados británicos, con lespalda contra el río, estaban siendasaltados por dos Kampfgruppen

«Knaust» y «Brinkmann», desde tre



direcciones. El perímetro del 2 PARA shabía encogido de las 18 casaoriginales a 10 para el 19 d

septiembre. Los granaderos SS tambiése estaban atrincherando en la ribera suratacando las casas y posiciones en e

puente desde el otro lado del ríoAdemás estaban apoyados por artillerí una batería de Nebelwerfer [209]. Fuer

del perímetro, los alemanes estabalegando a la misma conclusión que ecabo. La posición británica parecía cadvez más desesperada. E

auptsturmführer Wilfried Schwarz, eefe de estado mayor divisionario de l

9.a SS, recordó que el fallido asalto d

Gräbner del 18 de septiembre indicab



que: «La situación no era halagüeña»pero esto cambió: «a medida qulegaron refuerzos, caímos en la cuent

que podríamos vencer». La confianzaras los inútiles y costosos ataques de l

primera fase, estaba volviendo

«Docenas de mandos se presentaropara informarme en el cuartel generadivisional», recordaba, «y los distribu

por el frente[210]

». Estas fuerzas fuerontroducidas poco a poco en los doampfgruppen alemanes que ahor

estaban totalmente empeñados contra e

perímetro británico, tratando darrebatarles el control de los accesodel puente.

El fracaso del intento frustrado d



os británicos de llegar a Frost por eBajo Rhin y el Hospital de Santa Isabeanunció un cambio de tácticas. Mientra

a infantería se acercaba desde el oesteos cañones de los carros de combat

empezaron a aparecer por el este

apoyados por los PanzergrenadierDesde el norte, la artillería pesada furaída para tirar contra las fachadas d

as casas sitiadas. Los puntofortificados fueron poco a poco sistemáticamente reducidos escombros. El foco del esfuerzo s

desplazó a ataques descendiendo por loamplios bulevares desde el norte y enordeste a lo largo de la Eusebiu

innen y la Buiten Singel , donde lo



anzer podían al menos operar ecoordinación con la infantería. Se inicifuego directo sobre el enemigo con lo

cañones de 88 mm de dos carros Tige

que vinieron desde la orilla sur consiguieron abrirse paso a través de l

chatarra abandonada tras el ataque dGräbner. Dos cañones antiaéreos de 8mm más fueron emplazados a ambo

ados del acceso sur del puente. Estos senfrentaron a las casas tirando bocajarro. Parecía que la única formque iban a tener de sacar a los británico

era, como declaró el comandante dsección SS Alfred Ringsdorf: «sacarlocon los pies por delante[211]». E

granadero SS Horst Weber recuerda l



despiadada barrera de fuego aplicada:

«Empezando por los tejados, los edificio

se desmoronaron como si fueran casas dmuñecas. No podía imaginar cómo alguiepodría sobrevivir a ese infierno. De verdasentí lástima por los británicos[212]».

Rudolf Trapp, tirador dametralladora, todavía estab

combatiendo con la 3.a

compañía deRegimiento Panzergrenadier 21 al oestdel puente de carretera. Cubriéndose ea Weerd-Jess Strasse, observó el efect

del fuego de la artillería disparando quemarropa enfilando directamente lEusebius-Plein:



«Una pieza de artillería fue traída rodandlenta y ruidosamente a nuestra calle desde ebatallón Knaust, detrás de nosotros. Esto fu

dos o tres días después de que comenzara lbatalla. Era el cañón más grande que habívisto nunca y fue movido a pulso a lo largo dla orilla del Rhin».

El problema inicial, segúrecordaba Trapp, era el de emplazarlmientras estaban bajo fuego: «Lo cubr

disparando a las posiciones británicas o largo de la calle con prolongada

ráfagas de mi ametralladora». Tambié

comentó mordazmente que esta fue: «lprimera vez que vimos a la Wehrmach

el Ejército en contraposición a las SSen Arnhem». Una vez emplazado e



posición contra la parte mandada por eMayor Crawley del sector del 2 PARAel cañón redujo un punto fortificado

escombros. «Disparó siete u ochcañonazos directamente contra él»Cuando la posición fue tomada al asalt

después, los hombres de Trappencontraron: «a los ocupantes, la fuerzequivalente a una sección, todos muerto

aciendo en las trincheras y posicionedefensivas preparadas[213]».

Con Panzer …

Los carros Tiger del Kampfgrupp



Knaust fueron una desagradablsorpresa para los británicos. El SS

Oberführer Heinz Harmel, comandant

de la Frundsberg , recordó:

«Knaust probablemente obtuvo sus do

Tiger directamente de Model. Así es compudieron aparecer. Hitler podía ordenaespecíficamente que una unidad debía sereforzada con carros Tiger porque no era lsuficientemente fuerte para llevar a cabo smisión[214]».

El SS-Schütze Horst Weber los vi

rodar lenta y pesadamente por la Grootarkt , «disparando cañonazo tra

cañonazo contra cada casa, una tra

otra». El impacto de los disparos de 8



mm a corta distancia era devastadorRecordaba ver un edificio en unesquina donde:

«… el tejado se hundió, los dos pisos darriba empezaron a desmoronarse, y entoncecomo la piel desprendiéndose de uesqueleto, toda la fachada cayó a la callerevelando todos los pisos en los que lobritánicos se escabullían como locos. Epolvo y los escombros pronto hiciero

imposible ver más. El estruendo era terriblpero aún así, por encima del ruido podíamooír gritar a los heridos[215]».

Fue la llegada de medioacorazados, tan inesperada y en cantidasuficiente para alterar el equilibrio, l

que cambió inexorablemente el curso d



a batalla a favor de los alemanesAlgunos carros y cañones de asalthabían sobrevivido a la retirada de l

ohenstaufen desde Normandía. Estohabían sido suficientes para detener os feroces pero ligeramente armado

asaltos de los batallones paracaidistacontra la Sperrlinie, o línea de bloqueode Spindler. La llegada en refuerzo de l

Brigada de Cañones de Asalto 28había expulsado a la infanteríaerotransportada británica de lUtrechtseweg cuando intentaron abrirs

paso hasta Frost en el puente. Ya no erun combate a corta distancia, hombrcontra hombre como había sido durant

el crepúsculo suburbano de la noche de



18 al 19 de septiembre. El amanecerajo consigo no sólo refuerzos para lo

alemanes sino también una mayo

capacidad para usar su abrumadoramóvil y acorazada potencia de fuego. Ao largo del perímetro que defendía e

puente, el 2 PARA de Frost, fijado ahorpor el peso de la numéricamentsuperior infantería enemiga que le

rodeaba, fue sistemática parsimoniosamente machacado por lartillería y los cañones de los carros dcombate.

El Gefreiter Karl-Heinz Kracht, d19 años, cargador en un carro en lcompañía Panzer Mielke, recuerda s

legada el 19 de septiembre



dirigiéndose al acceso norte del puentde Arnhem:

«Rodamos velozmente dentro de la ciudapero ya parecía muerta y vacía. Sólo unopocos civiles intentaron huir. Nos prohibierodispararles ¡aunque probablemente había uno

cuantos agentes de la resistencia entre ellosAlgunos de ellos cayeron víctimas del fuegenemigo, porque los Tommies no eraparticularmente escrupulosos y disparaban

todo lo que se movía».

Kracht era un fotógrafo entusiastpero como era el cargador, «estaba en esitio más oscuro del carro, a los pies deefe». Por ello comentó: «nunca sabí

realmente a dónde íbamos a menos qu

nos detuviéramos para ocupar un



posición, y tuviera la posibilidad dsalir del carro para mirar en derredor sacar una pocas fotos». Hasta entonce

había tenido pocas oportunidades.La columna, una mezcla de och

obsoletos Panzer III y algunos de lo

más modernos y potentes Panzer IVsiguió avanzando. La informaciónrecuerda, era escasa; ellos: «sabían qu

os paracaidistas habían aterrizado eArnhem, pero no sabía nada sobre lflota de planeadores que había fuera da ciudad». Rodando adelante

empezaron a ver las consecuencias dos combates recientes: «habí

vehículos destruidos y partes de cuerpo

en arbustos en las calles y en lo



árboles». No estaban acostumbrados semejantes escenas, y la tensión aumentcuando se acercaron al centro de l

ciudad. Kracht admitió que: «nosotrosos jóvenes “combatientes” de la 6.

Compañía de Carros de Combate d

Bielefeld, ¡estábamos horrorizados!»Esto no era lo que se esperaban lonexpertos reclutas, y Kracht no era un

excepción:

«Personalmente sentía algo de aprensiómientras nuestros carros entraban en Arnhem

Aún tenía que superar la conmoción ante ldestrucción y los cadáveres que yacían en lcuneta. ¿Tal vez íbamos a ser la próximvíctima de los cañones anticarro británicos

Este sentimiento creció cuando la compañí



perdió sus primeros carros».

Los carros empezaron a acercarse a

puente de carretera de Arnhem desde eeste, usando las casas en la carretera da ribera para cubrirse. «¡Había mucho

Tommies escondidos en los sótanos!»comentó Kracht. «Fueron sacados dellas por los Panzergrenadier que noacompañaban». Unos 22 prisionerofueron capturados según se despejabaas casas. La mayoría, advirtió, estaba

bien equipados: «con raciones A y C

cigarrillos y fusiles, etc.». Salieron «ea mayoría de los casos bastant

pacíficamente. Pobres tipos, estaba

bastante cansados y exhaustos tras habe



pasado tanto tiempo en combate»ncluso se las apañó para tomar una

pocas fotografías de un prisionero qu

estaba siendo capturado, pero estpelícula fue perdida posteriormenteAhora el ritmo de la acción s

ncrementó perceptiblemente según locarros de combate fueron puestos eacción contra las casas asediadas qu

estaban cubriendo la rampa norteKracht describió las escaramuzaniciales.

«En la calle del muelle entramos eposición tras una fábrica de galletas. Aquí snos ordenó proporcionar fuego de apoyo parlos Panzergrenadier y disparar a las casas y

dos campanarios (en torno a la plaza de



mercado y la iglesia de Eusebius) qualbergaban puestos de observación dartillería británicos. También disparamos

blancos identificados en el puente, que estabdefendido tenazmente por un gran número dbritánicos».

Fue en esta zona en la que Krachsacó su apreciada posesión, una cámargfa Karatt III con la que empezó

sacar fotos de la periferia del combatque tenía lugar en torno a él. Una fotmuestra a unos Panzergrenadier con laarmas al hombro avanzando con un

sección de Panzer III en el área de lechería. La superestructura del puent

de Arnhem puede verse al fondo entre l

neblina y el humo.



Otra instantánea muestra la planteléctrica de emergencia, rodeada ahorpor casas en ruinas, punto de partid

original para los contraataques dBrinkmann en la mañana del lunesMuros enteros de las casas han sid

destruidos por los cañonazos de locarros, exponiendo los suelos hundidoque aún sostienen mobiliario. Trepand

a un punto de observación en un tejadoKracht tomó una vista de la dañadglesia de Eusebius, rodeada por lo

cascarones esqueléticos y sin techo d

otras casas reventadas y expuestas a loelementos. De regreso al nivel del suela cámara capturó un atisbo del propi

anzer III del fotógrafo metiend



marcha atrás para ponerse en posicióras la fábrica de galletas al este de

puente, con la cubierta del moto

enmascarada por ramas para camuflarloLos miembros de la tripulaciópermanecen ociosos de pie al lado; e

operador de radio del carro, Meuel, uchico de 17 años, sonriendo tímidamenta la cámara con las manos en lo

bolsillos. Tras los edificios que sirvede telón de fondo, los paracaidistas dFrost están representanddesesperadamente su última actuació

en el drama del puente.La compañía Panzer Mielke habí

sido incorporada en el Kampfgrupp

Knaust. Knaust era un jefe que tení



cierto carisma y es mencionado por unocuantos supervivientes alemanes qucombatieron en Arnhem. Kracht coment

que: «a pesar de su pierna de madera, eajor Knaust era muy ágil y no habrí

vacilado en exponerse, de form

suicida, a los francotiradores y lartillería».

Tanto sus hombres como e

ampfgruppe SS Brinkmanmantuvieron la presión en una batalla ddesgaste, que crecía constantemente dntensidad, para recuperar el control de

puente. Kracht sobre las crecientes bajaen ambos bandos:

«Por lo que a nosotros respecta, est



tiroteo se alargó durante dos días hasta qunada más se movió en el puente. LoPanzergrenadier , que también sufrieron l

mayor parte de las bajas, tuvieron que haceotra vez el trabajo sucio. Aún así, perdimootro carro. Todo alrededor de la cabeza dpuente era una pesadilla de edificioreducidos a escombros, vehículos y cañonedestruidos y cadáveres de amigos y enemigopor igual».

La lucha constante y las bajaestaban empezando a causar un impactpsicológico sobre los atacantes. Hubcaballerosidad y a menudo se permiti

a evacuación de los heridos, pero estbatalla particular fue a veces en sferocidad más intensa incluso que e

sitio de Oosterbeek que aún estaba po



venir. Produjo sed de sangre en lomenos equilibrados y engendró cinismen otros, que empezaron a ver l

carnicería a través de un velo democión encallecida. Kracht recordabel efecto de embrutecimiento así: «e

emor poco a poco daba paso asarcasmo y al deseo de sobrevivir»Recuerda que durante todo ello mirab

desesperanzado al cielo:«El ver diariamente formaciones d

bombarderos dirigiéndose a Alemania hací

crecer las dudas sobre la Endsieg , o victorifinal. Hacía que todo pareciera absolutamentinútil[216]».

Y todavía estaba por venir lo peor.



Acabad con los Tommies!…

Recoger a los heridos se estaba

convirtiendo cada vez más en uproblema. El tirador de ametralladorde las SS Rudolf Trapp, luchando en eárea de Lang Straat y de Eusebius-Pleinse resignó al hecho que: «debido a medad y experiencia [19 años], mocaron todos los trabajos sucios»

Describió una de tales tareas:

«Nos dijeron que sacáramos a unohombres de las SS muertos o heridos de

campo de tiro enemigo. Para conseguir est



nos dieron un semioruga acorazado. Haciendfuego de cobertura con las dos ametralladoramontadas en él debíamos correr calle abajo

abrir la puerta trasera, arrastrar a nuestrocamaradas dentro y disparar mientracorríamos de vuelta a cubierto. Todo etiempo debíamos esperar que no hubiera uninterrupción en las ametralladoras porque lobritánicos disparaban con gran puntería. Euna ocasión le pegaron un tiro a un hombre eel corazón directamente a través de su cartillmilitar».

El problema ahora es que muy pocovehículos acorazados eran realment

capaces de pasar por las calles repletade escombros. Trapp sostiene que no viningún Panzer en su área: «sólo esemioruga que teníamos que apena



conseguía cruzar a través de pasoestrechos cubiertos de escombros».

A Trapp se le ordenó que usara est

vehículo para establecer contacto físiccon las fuerzas de Brinkmann qurataban de abrirse paso desde l

dirección opuesta, el este, bajo lmismísima rampa del puente. Trehombres de su unidad formaban l

ripulación del semioruga. Nadie erentusiasta porque sabían que un cañóanticarro británico dominaba lcarretera junto a la ribera que tendría

que utilizar. Trapp recuerda su desazón:

«Bernd Schultze era nuestro conductohijo de un granjero de Sendenhorst e



Münsterland. Era uno de los tres viejoveteranos de la compañía. Durante la reuniópara impartir órdenes se le saltaron la

lágrimas. Le dijo al comandante de nuestrcompañía que esto no iba a funcionar. Peruna orden es una orden. Por si acaso, lootros dos nos llenamos los bolsillos dnuestros blusones con granadas de mano munición para las pistolas de 008. Pasamos ecruce a toda velocidad y fuimos alcanzados eel lado izquierdo, cerca del asiento dconductor de Bernd. El vehículo se detuvo

Bernd estaba muerto, por el impacto directdel proyectil».

Trapp y su compañero saltaron devehículo y se refugiaron en un sótano eruinas. Como los británicos trataron dacercarse a ellos, se abrieron pas

anzando granadas a través del cerc



que se estrechaba y finalmente sabrieron camino hasta la orilla del ríoRenunciando a sus uniformes nadaron e

ropa interior a través de las aguaurbias, entre los botes amarrados

azotados repetidamente por fuego d

fusil y mortero. Al fin, al ver a unosoldados SS, gritaron: «¡Trapp, 3.compañía, no tiren!».

Sus camaradas, que habíanterpretado su larga ausencia comdebida al fracaso de su misión y a smuerte, se alegraron de verlos. La

heridas fueron vendadas y ropas nuevafueron obtenidas sacando los uniformede sus propios camaradas muertos

Parecía que esta tortura no tenía fin. Aú



así, los hombres de la 10.a SSendurecidos e insensibilizados comestaban a la muerte y destrucción que lerodeaba, se vieron sobresaltados pootra pérdida más. «Vogel, el comandantde nuestra compañía» recordó Trap

entristecido «resultó muerto. La noticide su muerte fue comunicada de hombra hombre, y nos sentimos abatidos»

Vogel, casado y con hijos, había sido uoficial popular. Había servido con lcompañía en el sur de Francia el añpasado, y había vuelto a ella tras u

período de ausencia junto con nuevoreemplazos en Deventer, justo cuando savistó la fuerza aérea aproximándose

Los hombres estaban furiosos, Trapp



ncluido:

«A Vogel le pegaron un tiro en el corazó

durante un combate a corta distancia. No vcomo sucedió, pero ¡un médico cayó muertcuando intentaba llegar hasta él y esto pusverdaderamente furiosos a los muchachos!».

Éstos juraron venganza. Aún así, lpérdida los dejó en un abismo d

abatimiento:«Los británicos incluso disparaban

médicos desarmados; ¡por tanto decidimo

acabar con los Tommies! Todo estaba ardiendy la iglesia también estaba en llamas. Lbatalla había estado durando ya varios días noches[217]».



El Oberleutnant Joseph Enthammerque ya llevaba más de tres díaprisionero, refugiándose en el sótan

contiguo al puesto de mando de Froscon otros sesenta hombres, anhelaba qulegara el fin de la incesante lucha

Empezaba a sentir admiración regañadientes por la determinación dos británicos que combatían en torno

él. También sentía un respeto cautelospor ellos. «Nunca admitimos», dijo «pesar del interrogatorio, que éramoropas de las V2, siempre decíamos qu

éramos de artillería o transporte». Loparacaidistas eran distintos de cualquieotro soldado que hubiera conocido

Advirtió que:



«Los soldados británicos tenían unrelación muy estrecha e informal con suoficiales. Estaban desesperadament

cansados. No había saludos, simplementconversaban normalmente. A nosotros nuncse nos habría permitido comportamos asNos dimos cuenta que estos hombres debíaser soldados de élite[218]».

El fin se acercaba inexorablementeLos británicos no recibirían refuerzos

ambos bandos lo sabían. Pero aún así smantenía la obstinada resistencia en lrampa norte. Mientras durara, lo

refuerzos alemanes no podrían pasar poa carretera en ayuda de otra guarniciósitiada: la 10.a SS que resistía en eWaal en Nimega.



XVI. RESISTID ENEL WAAL

or error que cometen los historiadores esglorificar y por

ez de miras centrarse tan sólo en Arnhem y

Oosterbeek.

ados fueron detenidos en el sur, justo al norte de Nimega,

eso que Arnhem acabó como lo hizo.

dante de la 10.a División SS Panzer.



El fantasma del Reichswald.El II Cuerpo Fallschirmjäger

ataca…

Arppe, un Kriegsberichte

corresponsal de guerra) asignado al 1.e

Ejército Fallschirmjäger de Student, shallaba en la carretera de Mook-Maldeusto al noroeste de Gennep cerca de un

pequeña aldea llamada De Kroon. Hastentonces no había sucedido nadmemorable que fotografiar. En lfrontera del Reich había tomado una



cuantas escenas de civiles alemanesresultaron ser granjeros, cavando zanjaanticarro cerca de Gennep. Cerca

algunos Fallschirmjäger habían estadocupando posiciones defensivas preparando defensas de campaña

ambién sacó fotos de ellos[219]. Era poa mañana temprano del 20 d

septiembre cuando los elementos d

cabeza del Kampfgruppe Hermangiraron para ponerse a la vista. Esto, amenos, era material que valía la penfilmar: tropas alemanas avanzando d

nuevo.Arppe se metió en la carretera

empezó a fotografiar, primero a lo

elementos de vanguardia y, luego, a la



compañías que se movían apiñadas parun rápido traslado por carretera. Prontfueron visibles hasta un centenar d

soldados, con los hombros oscilando as cabezas meciéndose arriba y abajo

mientras las secciones avanzaban e

formación escalonada contra los ataqueaéreos, usando ambos lados de lcarretera. En las fotografías se ve

principalmente adolescentes acalorado sudorosos, vestidos con locaracterísticos blusones holgados de lo

allschirmjäger , cubriéndose con u

surtido de cascos de la Wehrmacht y dparacaidista. Otros llevan la gorra dcampaña de la Luftwaffe, o caminan co

a cabeza descubierta, con los largo



cabellos enredados por la brisa. En locinturones llevan metidas granadas dpalo, listas para el combate

bandoleras repletas de cartuchocuelgan del cuello o cruzadas al pechoLlevan a menudo los fusiles colgado

descuidadamente del hombro para qusea más cómodo cargarlos, o sujetocontra el pecho con el brazo. Los casco

los cacharros de cocina metálicocolgados de los cinturones tintinearuidosamente según pasan. Unos pocosoldados golpetean la carretera co

oscos bastones hechos con ramas comsi fueran de paseo vespertino. Siembargo, los Panzerfauste que llevan a

hombro desmienten lo pacífico de l



escena. Los rostros se vuelven y sonríecon facilidad a la cámara. Estas tropaaún tienen que ser empeñadas e

combate. Un número considerable de lohombres vistos a través de la lentestarán muertos o mutilados antes de l

noche. Pocos sobrevivirán a la guerra.Para muchos de la columna, ya h

sido una larga marcha, que comenz

desde un punto tan distante como Wahen Colonia. Sus botas están secaspolvorientas y desgastadas. Tras seransportados en tren eléctrico hast

Kranenberg, han tenido que andar eresto del camino. Cansados y sucios, lohombres marchan junto a la

cuidadosamente cercadas y próspera



casas de De Kroon, ordenadamentbordeadas con arbustos cultivados. Loveteranos son fácilmente identificable

por la sombra de la barba en sus carasque a los muchachos no les crece.

Un adolescente de apenas 17 años

empuja una carretilla con la caja fuertde la compañía. Con sonrisas de ánimoalgunos suboficiales experimentado

recorren la columna de arriba abajo ebicicletas supervisando a los hombres su cargo. Más astutos «alte Hasen

viejas liebres o veteranos), sonríe

confiadamente mientras pasamarchando. Mayores y más seguros de smismos, han cargado mañosamente su

posesiones en carretillas requisadas



Estos primitivos artefactos de maderestán cargados hasta arriba coametralladoras, radios y lo má

mportante, mantas. Con aspecto de estapagados de sí mismos, sonríepícaramente a la cámara, con las mano

metidas en los bolsillos repletos dcomida. Tras haber resuelto el problemnmediato de marchar con todo est

equipo pesado, se sienten complacidospor ahora.Se transmiten órdenes y la column

hace alto. Arppe sigue a los soldado

fuera de la carretera hacia a los campode trigo recién segados, donde snstalan entre la alta maleza qu

proporciona cierta cobertura contra l



detección por aviones enemigos. Loveteranos se quitan la gorra y se relajanmediatamente; no así los nuevo

reclutas que, menos seguros, miranerviosamente en derredor y a lcámara. El escalón de suministros de l

compañía comienza a repartir manzanapor encima de la cerca de alambre despino del jardín, sin duda recolectada

de un huerto más allá. Los soldados sapiñan ruidosamente, con las armaentrechocando contra los cacharros dcocina y los estuches metálicos de la

máscaras antigás en su prisa por recibialgo en el reparto. Luego sigue ubienvenido descanso, con alguna

bromas y una oportunidad de charlar



Los soldados muerden las manzanas, quson las últimas de la temporada con ueve sabor a sidra, haciendo muecas d

placer al notar su gusto refrescante familiar.

No pasaría mucho tiempo antes d

que entraran en acción. Habían tenidugar los inevitables retrasos por e

camino. En Tegelen se habían colocad

clavos, vidrios rotos y alambre despino en las carreteras inutilizandalgunos vehículos de la Wehrmach

Como represalia se habían cogid

rehenes. En Venlo cortaron cables dransmisiones. Todo contribuía a dar unmpresión deprimente. En los siguiente

cinco kilómetros podían esperar s



primer contacto con el enemigo.El fuego de artillería podía oírs

estallando a lo lejos mientras la batería

en apoyo a su ataque, y la Fla

empezaban a hacer el tiro de correcciósobre objetivos en el lado este de l

carretera Gennep-Mook. Algunos de lohombres en las filas del grupo de

auptmann Goebel estaban un poc

más nerviosos. Sólo 36 horas antehabían sido echados de Mook por loparacaidistas americanos. Aquel brevcombate había costado seis muertos

cinco heridos. Los hombres de Goebeestaban hambrientos. No había tenidmédicos ni sanitarios para tratar a su

heridos, y sus hombres habían carecid



de comida durante tres días. Dos civileholandeses habían informado de que loatrincheramientos enemigos se extendía

hasta 1000 metros al sur de Mook. No shacían muchas ilusiones sobre lo que iba suceder [220].

Estos Fallschirmjäger habían sidenviados a primera línea para reforzar a 406.a División. Eran todo lo qu

quedaba de las 3.a

y 5.a

Divisiones qupertenecían al II Cuerpo. Sadiestramiento y reconstitución questaba en curso en Wahn cerca dColonia fue prematuramente detenidpor los lanzamientos aéreos. Sesperaba que revirtiera la debacl



sufrida por la 406.a División dos díaantes. Model, tras conocer el fracasnicial, insistió que estos recién llegado

fueran arrojados inmediatamente contra pantalla americana que protegíimega. Pero los comandantes tanto de

Cuerpo de Ejército Feldt como deI Cuerpo Fallschirmjäger argumentaro

a favor de la prudencia, al menos hast

que se reunieran fuerzas de mayoentidad. Estas eran esas fuerzas.El plan del Mariscal de Camp

Model era resistir en el Waal con la

fuerzas ya in situ y ganar tiempo para ueventual refuerzo y contraofensiva cargo de la 10.a División SS Panzer

Ataques de desgaste desde el este y e



Reichswald eran parte de la idea parreducir la presión del XXX Cuerpsobre Nimega. El asalto por las fuerza

coordinadas por el Cuerpo de EjércitFeldt, la 406.a División, elementos deWehrkreis VI y del II Cuerp

allschirmjäger debían causar aenemigo esta demora vital. Tres puntade ataque, compuestas de tre

ampfgruppen denominados según surespectivos comandantes, debían sajaas defensas americanas.

El Major Karl-Heinz Becker debí

mandar un conglomerado de restos dres regimientos: los 5.o, 8.o, y 9.o de l

antigua 3.a División Fallschirmjäger . E



ampfgruppe Becker incluía launidades de reconocimiento, anticarroantiaérea e ingenieros de la división

Era un cuadro divisional reformadcomo un regimiento débil. Losupervivientes de la muy maltrech

división eran principalmente losoldados de servicios e intendenciasuplementados por reclutas recié

alistados y mal adiestrados. El capitáreiherr von Fürstenberg proporcionun refuerzo adicional bajo la forma dcañones montados en semioruga

acorazados. Esta fuerza recibió el apoyadicional de un pequeño grupo dcombate de Flak con una pieza de 8

mm y dos de 20 mm, y la asignación de



batallón de infantería «Isphording»Becker podía reunir algo más de 80hombres repartidos en tres grupo

amaño batallón. La misión era avanzaen dirección noroeste, asaltar laposiciones americanas en torno a Wyle

llegar al canal Mosa-Waal. A partir dahí, debían despejar la ribera este deWaal hasta el puente de Neerbosch.

El Kampfgruppe Greschickmandado por un Major , era unorganización de tres batallones con entr400 y 500 infantes reclutado

recientemente. El fuego de apoyo erproporcionado por dos equipos dcombate, uno con seis y el otro con och

cañones automáticos de 20 mm. Su tare



era envolver Groesbeek por dos ladospenetrar hasta el canal Mosa-Waal, enlazar con Becker durante la fase d

consolidación en la orilla este.El Kampfgruppe Hermann estaba a

mando de un Oberstleutnant

constituido en base a supervivientes da 5.a División Fallschirmjäger . Estab

reforzado por el grupo de combate d

Goebel que ya había sido sangrado en entento previo de tomar Mook. Uequipo de combate de Flak con un cañóde 88 mm y tres de 20 m

proporcionaba apoyo en tiro directsuplementado por una batería del 6.Regimiento de Artillerí

allschirmjäger . Esta débil fuerz



regimental debía intentarlo por la ruta dataque ya probada y favorable haci

imega por Maiden, Hatteit y Hees. E

objetivo era asegurar la ribera sur deWaal entre el puente de carretera dPontveen y el canal Mosa-Waal[221].

La hora H para este ataque en tredirecciones debía ser las 06:30 del 2de septiembre. En este momento lo

americanos empezaban a sentirsdisplicentes. Los temores previos de uataque acorazado que llegara desde ldirección del Reichswald no se había

materializado. Los ataques alemanehasta el momento no habían sidsostenidos o resultaron tan dispersos

descoordinados que fueron fácilment



rechazados. El 505 Regimiento dnfantería Paracaidista, patrullando e

Reichswald después de aterrizar

encontró: «torres de vigilancia…vacías, bosques y obstáculos anticarrdemasiado densos».

La sección divisionaria GInteligencia) estimó que el enemigenía a su disposición: «probablement

dos batallones de tropas surtidas díneas de comunicación». Era hartprobable la continuación de ataquemprovisados desde el bosque, «cad

vez con más fuerza». Los civileholandeses el 18 de septiembre«continúan informando de l

acumulación de tropas alemanas en e



bosque del Reichswald[222]». Nobstante, para el 20 de septiembre, egeneral Gavin, comandante de la 82.División Aerotransportada, sconcentraba más en canalizar recursopara un cruce del Waal en un asalto co

botes para asegurar el puente de Nimegen concierto con ataques desde tierra

o fue hasta las 11:00 del mismo dí

cuando se dio cuenta de que lopersistentes chubascos de fuego dcañones de 88 mm, Nebelwerfer morteros, que precedían el constantavance de los tres Kampfgruppen lban a desviar de su objetivo.

El ataque, coordinado desde e

cuartel general del General de



avallerie Kurt Feldt en Cleve, furetrasado en su comienzo. A las 09:25 ecuadro seguía sin estar claro. La

primeras oleadas de ataque encontraropoca oposición. El Kampfgrupp

Greschick, en el centro, informó d

buenos progresos un kilómetro despuéde cruzar la línea de partida, pero no ssabía nada de los otros dos grupos d

combate. ¿Qué estaba pasando[223]

?Las aldeas en el área del objetivo menudo sólo estaban defendidas por uno dos secciones de paracaidista

americanos. Éste era el resultadnevitable de tener que dispersar la

fuerzas en frentes muy extensos; el 50

Regimiento de Infantería Paracaidist



enía un frente de unos tres kilómetrosComo consecuencia, los grupos dcombate alemanes atacante

consiguieron una marcada superioridaocal en número. No obstante, l

ofensiva inicial de Becker en el nort

contra Wyler fue rota por fuego dartillería. Allí, a las 11:00 la batallestaba en plena oscilación. Grupo

dispersos de Fallschirmjäger estabaclavados al suelo entre los destellos y eestruendo de los hongos de humo negrde las explosiones. Wyler fue penetrad

ras una apresurada reorganización y dosecciones del 508.o Regimientamericano desalojadas. Sin embargo

fue una victoria hueca porque una altura



a Teufelsberg, ocupada por loamericanos, dominaba cualquier avanculterior hacia el oeste. Las baterías de l

lak , incluyendo un destacamentantiaéreo de los Fallschirmjäge

empleado en apoyo directo y otra

baterías de artillería alemanas al oestde Cleve, martillearon la posición, persin resultado. Renovados ataques contr

el terreno elevado al norte y noroeste dWyler fracasaron. Al menos en estsector, la pleamar del avance se habíproducido hacia las 16:00.

El ataque central del Kampfgrupp

Greschick llegó hasta el borde dGroesbeek, e incluso consiguió pone

pie en las afueras. El crepitar de lo



disparos de armas ligeras mezclado coos llantos y gritos, así como la

explosiones sordas de las granadas d

mano fueron en crescendo y luego sapagaron. Aquí también se informó dalgunos avances a las 16:00.

Una vez más, el KampfgruppHermann, como el de Goebel unas 3horas antes, presionando desde el sur

fue el que iba a causar la mayopreocupación a los defensores. Hermannformó de la captura tanto de Riedhors

como de Mook, tras intensos combates

a las 14:10; para las 16:00 se hallaba euna línea entre Knapheide y Mook. Sencontraba a tan sólo entre 1500 y 200

metros del puente Geumen, que en aque



momento soportaba el avance terrestrbritánico a través del Canal Mosa-Waaen su camino al norte hacia Nimega

Hermann estaba por tanto a unos pocomiles de metros de lograr su objetivoperativo. Pero no iba a ser así. U

contraataque americano avanzada larde, apoyado por seis carro

británicos de la Brigada Acorazada d

os Guardias, arrebató Mook de lamanos de Hermann. El esfuerzo alemáfinalmente se desmoronó. Al anocheceel Kampfgruppe Hermann se retiró baj

presión hasta Riedhorst, bajo lprotección de la oscuridad.

El Cuerpo de Ejército Feldt trató d

alterar el equilibrio enviando a primer



ínea refuerzos adicionales a finales da tarde y comienzos de la noche. Tre

débiles agrupaciones de batallón, cad

una con una fuerza de alrededor de uno300 hombres, fueron involucrados: ebatallón de zapadores de asalto de

ajor Molzer, un batallón dallschirmjäger mandado por e

Oberstleutnant Budde y e

ampfgruppe mandado por eauptmann Lewin. Pero los treampfgruppen estaban llegando a s

punto de máximo avance; todo lo qu

podían lograr los refuerzos aislados era consolidación de algunas ganancias.

El Major Becker, apoyado por otra

unidades de la 406.a División, sigui



presionando hacia el objetivo con máataques y, finalmente, consiguió penetradentro de Beek. A comienzos de

crepúsculo una cuña tamaño batallón dallschirmjäger había penetrado en l

aldea. La lucha fue salvaje, a medid

que las barricadas en las calles eraarrolladas en un denodado y costosasalto, apoyado por los cañones de lo

semiorugas acorazados del HauptmanFürstenberg, disparando a quemarropaBeek se convirtió en el punto crítico da cadena defensiva americana cuand

dos secciones de infantería paracaidistfueron hechas retroceder colina arribhasta el hotel Berg en Dal. El ataque

que fluía y refluía, sólo a duras pena



fue contenido por los americanos. Egeneral Gavin, comentando lo poco qufaltó para que se perdiera la batalla, ib

a recordar: «Si los alemanes hubieraenido más maña y se hubiera

desplazado siquiera unos cientos d

ardas a la derecha, podrían habecaminado hasta las afueras de Nimegsin ser casi molestados[224]». Pero e

ampfgruppe de Becker se habíobcecado contra este punto fortificadoresuelto a aniquilarlo. Esto tenía pocque ver con la maña y mucho con l

resistencia y el desgaste. Locontraataques fueron frustrados a medicamino por ataques del adversari

anzados al mismo tiempo. Poco ante



de medianoche, los ataques nocturnos dos Fallschirmjäger rodearon a otr

grupo más de paracaidistas americanos

pero no tenían la fuerza para apretar ecerco y destruirlos.

La 406.a División del genera

Scherbening, informó al Cuerpo dEjército Feldt a las 21:25 horas quWyler y Riedhorst habían sido tomado

en el transcurso del día pero que aún sestaba encontrando una encarnizadresistencia en Mook y Groesbeek. Nobstante, empezaban a llegar noticia

nquietantes sobre los acontecimientodel día en Nimega. Los combates iban continuar durante la noche y hasta el 2

de septiembre en el eje de avance de lo



ampfgruppen pero cada vez se hacímás patente que algo grave habíocurrido en la ciudad. El General Feld

omó el mando personalmente en scuartel general en Cleve. Su ataque ddiversión había fracasado. El alt

mando indicó que debía mantenerse eos objetivos ya asegurados. Todo esta importaba poco ahora porque lo

acontecimientos del día en Nimeghabían hecho baldíos sus esfuerzos hastentonces, habían sido demasiado poco demasiado tarde[225].

Resistid en el Waal! La



defensa de Nimega por larundsberg …

En Nimega, la llegada de loblindados británicos había aumentado lntensidad y escala de la lucha. S

habían iniciado extensos incendios, quseñalaban el progreso del avance deXXX Cuerpo. Ataques combinados d

carros Sherman e infantería durante laprimeras horas de la madrugada del 2de septiembre habían sido detenidos po

un preciso fuego de artillería en torno a glorieta al sur del parque Hunner. ESS-Hauptsturmführer Krüger de la 21.Batería había dirigido personalmente e



iro. A la 01:30 quedaban dos Sherman

con las orugas rotas, tras haber sidrepelido el ataque. Durante el transcurs

de la mañana tres ataques más de armacombinadas fueron concentrados contrel gradualmente menguante perímetro d

a 10.a SS que defendía la orillzquierda del Waal. Apoyados po

carros e infantería de los Guardia

Granaderos, el 2.o

Batallón (americano)de Vandervoort perteneciente al 50Regimiento de Infantería Paracaidistamericano se abrió paso combatiendo entensos combates callejeros hacia lo

puentes del Waal. La compañía D fudetenida junto con una columna d

carros en el área del parqu



Kronenburger cerca del puente dferrocarril, mientras que las compañíaE y F estaban trabadas con el Batalló

SS Euling en torno a Canisiussingel, eValkhof y la glorieta Kaise

odewijkplein al sur del puente d

carretera. El polvo y humo quascendían en espiral estaban haciendque la observación fuera cada vez má

difícil para ambos bandos.La cabeza de puente de la 10.a SS shabía encogido hasta un área de ukilómetro de ancho y 300 d

profundidad. Su límite izquierdo estabaproximadamente a 100 metros al estdel puente de carretera, extendiéndos

hasta el límite derecho en el puente d



ferrocarril. El Kampfgruppe Euling da 10.a SS defendía el área del puente d

carretera y el parque Hunner, con eampfgruppe Henke y otros elemento

de la 10.a SS defendiendo el puente dferrocarril y el parque Kronenburge

nmediatamente al sur del mismo. Dandprofundidad a las posiciones de lribera sur había dos débiles compañía

de zapadores de la 10.a

SS mandadopor el SS-Untersturmführer WerneBaumgärtel, que sostenía una posicióen el bastión del Valkhof, una torrfortificada que separaba ambos puentesTodas estas unidades estabacoordinadas por y bajo el contro



superior del Kampfgruppe SS Reinholdque estaba atrincherado en la ribernorte del río en Lent, completando así u

riángulo defensivo.De importancia crucial para l

defensa de Nimega era conservar e

puente de carretera. Estresponsabilidad fue encomendada al SS

auptsturmführer Karl-Heinz Eulin

cuyo grupo de combate, con una fuerzde unos 100 hombres, fue reforzado pocuatro cañones de asalto y elementos de

ampfgruppe Henke, «cuya calida

combativa» comentó Euling «erpobre[226]». Las fuerzas de Eulincontrolaban todas las carreteras qu

ban al norte a través de la ciudad haci



el puente de carretera, que convergía ea glorieta Kaiser Lodewijk . El áre

estaba dominada por su propio puest

de observación en la torre Belvederque tenía vistas a ambos puentes y a lozapadores de Baumgärtel en el Valkhof

Su Cuartel General estaba situado en lHaus Robert Janssen. Hasta entoncesodos los ataques habían sid

rechazados ante sus posicioneexcavadas en el extremo sur del parquHunner. En el transcurso de locombates entre el 19 y 20 de septiembre

se llevaron a cabo retiradas en contactcon el enemigo paso a paso y bajcobertura, hasta un perímetro má

defendible. Euling comentó que



«después de fallar en materializarse lpromesa del General Feldmarschal

Model de más carros Tiger , me v

forzado, bajo fuerte presión enemiga, retirarme a la línea 1 y 1b[227]». Estsuponía la pérdida de parte del parqu

Hunner, pero todavía permitía que laprincipales carreteras de acceso apuente fueran batidas por el fuego.

Las comunicaciones dentro de lcabeza de puente mandada por Reinholse estaban haciendo precarias. Lomotoristas mensajeros entre él y Eulin

enían que superar el desafío del tiro arga distancia de las ametralladora

enemigas proveniente del oeste, qu

barrían de un extremo a otro l



superestructura del puente cada vez qualguien intentaba pasar. No bastaba sólcon la observación para indicar lo qu

estaba pasando. Sólo el contactpersonal a todos los niveles de mandpodía mantener algún control

coordinación entre el caos de la luchcallejera. Durante todo esto, a menudvelada por el humo pero tentadorament

ntacta, se veía la imponentsuperestructura del puente de NimegaEra un espejismo que galvanizaba ambos bandos para redoblar su

esfuerzos, pero que seguía estando fuerde su alcance.

El SS-Oberführer Heinz Harme

comandante de la Frundsberg



sospechaba que estaba librando unbatalla perdida. Pensaba que el Waahabría sido más defendible si lo

alemanes hubieran luchado en la riberpropia. En apoyo de esta opiniódespués de la guerra, comentó:

«Model dijo: no vuele el puente porque lnecesito para un contraataque. Con ello querídecir un contraataque al más alto nive

operacional. Bittrich [el comandante deCuerpo SS] y yo creíamos que debía sevolado inmediatamente. Nos dábamos cuentque nunca conseguiríamos moviliza

suficientes fuerzas para una ofensiva a taescala. Era una cuestión de hacerse el abrigcon la tela que tenías. ¡La camisa de Modesiempre era demasiado corta, nunc

llegaba[228]

!».



No obstante y por el momento, lrundsberg mantenía su presa cada ve

más precaria sobre los puentes.

Tanto la 82.a División americancomo la División Acorazada de loGuardias británica eran conscientes d

que se enfrentaban a una cantidaconsiderable de tropas veteranas de laSS y no a los soldados de retaguardi

previstos. El G2 de la 82.a

Divisióestimaba que el puente de carretera tasólo estaba defendido por 500 soldadoSS de la mejor calidad, apoyados por ucañón de 88 mm en la glorieta, y cuatrcañones de 47 mm y uno más de 37 mmademás de morteros en el parqu

Hunner. No andaban escasos d



artillería apoyándolos desde el otro laddel Waal[229]. La resistencia alemanambién estaba teñida de un valo

fanático. El SS-Hauptsturmführe

Schwappacher, en su informe tras ecombate, narra el ejemplo del SS

anonier Albrecht de la 21.a Batería dsu regimiento. Albrecht había estadactuando como operador de radio par

su observador, el SS-ScharführeHotop, durante un contraataque dnfantería. Cuando su radio había sid

destrozada por fuego de ametralladorauchó como infante «cazador de carros»

destruyendo un carro Sherman británicarrojando una granada dentro de l



orreta por una abertura[230].Arnhem aún estaba a 17 largo

kilómetros hacia el norte, como loaliados sabían bien. Más aúnempezaban a conocerse los primerodetalles ominosos de los reveses en e

área de la 1.a DivisióAerotransportada. El XXX Cuerpo y loamericanos presionaron tenazmente

pero no era sólo el valor fanático lo ques cerraba el paso. Por primera vez eesta batalla, el enemigo parecía tenecantidades prodigiosas de munición dartillería y los medios artilleros a la par

Harmel describió el potencial que scomandante de artillería, el SS

Obersturmbannführer Zonnenstah



enía a su disposición. No los habituale«tres batallones de artillería con trebaterías cada uno, sino que esta vez era

cuatro baterías y no de cuatro cañonescomo era lo normal, sino de seis». Estsituación fue consecuencia del botí

recuperado en el tren abandonado eArras el mes anterior [231]. El SS

auptsturmführer Schwappacher, cuy

Regimiento de Instrucción y Artillería apoyaba a los grupos de combate aoeste de Nimega, corroboró este puntde vista sobre su eficacia:

«Cada vez que el enemigo estaba listo paravanzar hacia el puente, le golpeábamos cotodo el peso de una barrera de artillería, qu



inmediatamente detenía los ataques, con lcual, nuestra infantería, reforzada, podímantener sus posiciones».

«Los observadores avanzados dartillería trajeron el bombardeo»sostuvo, «hasta a 100 metros de nuestrapropias posiciones». Superando de esmodo «momentos críticos» que fuero«presenciados diariamente, de hecho

casi a cada hora, por la infantería». Esthizo mucho para sostener la confianza a moral[232]. Muy bien pudo haber sid

un factor de ralentización del ritmo deavance aliado hacia Arnhem. Harmedescribió además el simple perefectivo sistema empleado:



«El área al oeste de Arnhem y hasta eWaal estaba cubierta por un cinturóimaginario o Sperrfeuerlinie [línea de fueg

de barrera] dibujada en el mapa. Sólteníamos que comunicar un número de esfranja, y todo el peso de un regimiento dartillería caería en sobre el terreno, en escuadrícula, tras sólo un breve tiempo dreacción. El mapa del SS

Obersturmbannführer Zonnenstahl nomuestra que podía cubrir un frente de 2kilómetros. El comandante de la artillería deOB West [233] se quedó tan impresionado coesta solución que visitó nuestro puesto dmando para verla en acción por sí mismo, dmodo que el método pudiera ser transmitido

otras unidades. Los informes dinterrogatorios de los prisioneros de guerrsugieren que esta reacción relámpagdesmoralizó al enemigo[234]».



Una combinación de todos estofactores permitió que la línea en eWaal, pese a lo frágil que era, pudier

ser sostenida. A las 15:30 del 20 dseptiembre, el SS-Obersturmführe

Richter informó al Grupo de Ejércitos B

desde el II Cuerpo de Ejército SS que«el enemigo estaba presionando copoderosas fuerzas de infantería y carro

contra ambos puentes de Nimega[235]

»Model todavía estaba resuelto a usar epuente como trampolín para una futurcontraofensiva. Para este fin ordenó que

«fuerzas adicionales y todas las armaanticarro disponibles debían seenviadas al sur desde Arnhem[236]». Est

debería haber ocurrido durante la noch



para estar listo para el asalto conjuntpor la 406.a División y el II Cuerp

allschirmjäger el 20 de septiembreLo máximo que se pudo conseguir, siembargo, fue la retirada de algo dnfantería de la 82.a Aerotransportada d

os asaltos contra Euling, nada más.A las 15:00 un bombardeo intensiv

por 40 carros Sherman y 100 cañone

así como de aviones, centró la atencióde los alemanes en un sector muy aoeste del puente de ferrocarril, frente a central eléctrica. Veintiséis barcas d

madera y tela fueron lanzadas a lrápida corriente del río; llevaban a loleada de vanguardia del 3.er Batalló



del 504 Regimiento de InfanteríParacaidista americano del MayoJulian A. Cook. Los hombres que iba

en los botes remaron frenéticamentpara llegar a la ribera opuesta. Loalemanes, que observaban la escen

desde la orilla norte, fueron tomadocompletamente por sorpresa.

«Ya no quedaba nadadisponible para formar unalínea defensiva…»

Incluso en el peor de los casos lo



alemanes habrían consideradmprobable un ataque aquí. El fuego da artillería no había dado ningú

ndicio revelador porque no se habívisto acompañado de actividad en lribera sur. De hecho las tropas atacante

de Cook no habían recibido sus barcahasta después de que empezara el plade fuegos de apoyo. Reinhold, qu

coordinaba el plan de defensa, habíconsiderado los ataques contra Euling el puente principal de carretera como emayor peligro. Consecuentemente, habí

pocas tropas frente a los lugares dedesembarco: algunos Fallschirmjäge

de la plana mayor de Henke, unos poco

miembros del Reichsarbeitsdiens



Servicio de trabajo del Reich) y lbatería de Flak Beck con su puesto dmando. La infantería más cercana era

unos pocos artilleros del regimiento dnstrucción de artillería del SS

auptsturmführer Schwappacher, tra

a carretera elevada sobre el dique asur de la aldea de Oosterhout, a lzquierda del lugar de desembarc

previsto. Schwappacher sospechaba quhabían sido descubiertos por el enemiga noche antes, porque durante ella s

vieron sometidos a: «fuego d

hostigamiento y lanzamiento dbengalas», y durante el ataque: «eenemigo se mantuvo a distancia».

No obstante, los americano



afrontaban una tarea imponente. Epuente de ferrocarril, ocupado por loalemanes, dominaba su aproximació

desde la derecha. Afortunadamenteestaba a menudo envuelto en humo. Tracruzar el río, con una veloz corriente d

ocho a diez nudos, había 600 metros derreno llano por recorre

completamente dominados por un

carretera elevada sobre un dique, que screía estaba ocupado.Schwappacher escribió en s

nforme tras el combate:

«Después que el enemigo tuviera éxito eperforar las cabezas de puente en los puentede carretera y ferrocarril, en torno a las 15:0

lanzó una operación de botes de asalto desd



la central eléctrica, [un kilómetro al noroestde Nimega] contra la orilla norte del Waal. Eenemigo llegó al lado norte con la fuerza d

un regimiento[237]

».

Los alemanes sólo podíareaccionar con las avanzadas que tenían situ, y las fuerzas de las SS que s

pudieran reunir desde Lent. ASchwappacher se le presentaba u

dilema. Su batería pesada estabotalmente empeñada en cañonea

posibles puntos de concentración de

enemigo en la ciudad al otro lado derío, «cada uno de los cañones» afirm«estaba apuntado a un bloque concreto»Todo lo que quedaba era su 19.a Batería



que estaba ahora apuntando a los puntode entrada y salida de los botes dasalto que estaban moviéndos

penosamente a través del agua. Una veque los botes de asalto, ahora avistadoslegaron al agua profunda del cana

principal, se vieron arrastrados por lfuerte corriente. Los paracaidistas questaban dentro, no acostumbrados a su

embarcaciones, perdieron el rumbozarandeados por la corriente, los botedieron vueltas enloquecidamente hastque se restauró una semblanza de orde

en el ataque. Cualquier esperanza dmantener la cohesión de la unidad alegar a la otra orilla se desvaneci

desde el principio. Empezó a crecer l



ntensidad del fuego enemigo, fusiles ametralladoras al principio, aumentandgradualmente hasta explosiones d

mortero. También empezaron a caegranadas de artillería, azotando flagelando con metralla el agua. La

balas y la metralla desgarraron ldelgada lona de los botes de asaltoCañones de 20 mm, empujados rodand

hasta ponerlos en posición, provocarograndes desgarros en sus cascos de telcuando encontraron el alcance correctogolpeando y cortando si

remordimientos a los ocupantes quhabían sido arrojados al río. Antes dque pasara mucho tiempo se habí

organizado una feroz respuesta contr



esta audaz incursión. Algunos boteempezaron a hundirse entre los enormegéiseres que brotaban del agua

Schwappacher, que observabmplacablemente a través de uno

binoculares, informó luego:

«La batería pudo con fuego dirigido hacesalvas concentradas (250 proyectiles fueroconsumidos) y fuego de hostigamient

durante una hora y media, causandconsiderables bajas enemigas durante ecruce. Varios botes de asalto fuerodestruidos. No se puede precisar e

número[238]

».

Increíblemente, al menos la mitad dos botes llegaron a la ribera norte



retomando los supervivientes parrecoger a la segunda y siguienteoleadas. Los paracaidistas americano

se desparramaron en la orilla, agotadosmareados por las vueltas, algunovomitaban por el miedo y la tensión d

a aterradora experiencia que acababade sobrevivir a duras penasDesprovistos de organización,

enfurecidos, cerraron distancias con suorturadores.Muchos de los defensores alemane

eran adolescentes quinceañeros o viejo

de 60 previamente exentos del servicioo tenían ninguna preparación par

enfrentarse a estos enfurecido

paracaidistas veteranos que cargaba



contra ellos. Tras haber perpetrado unmatanza mientras tenían ventaja, laavanzadas fueron despiadadament

aniquiladas, sin dar ni pedir cuartel. Locañones de 20 mm, ni siquiera con ecañón en máxima depresión, podía

cubrir al mismo tiempo el río y la playcercana. Fueron arrollados. Según sban quedando sin munición lo

alemanes, pequeños grupos corrían retaguardia a buscar más. Tras habersreplegado, a los supervivientes se leordenó contraatacar

«Desgraciadamente» comSchwappacher observó: «nunca volví ver estas tropas de nuevo».

Se hicieron intentos desesperados d



restablecer la situación en la orilla nortque rápidamente se desmoronaba. Unsección de respuesta rápida, mandad

por el SS-Untersturmführer Bransch fuconvocada desde Valburg, a seikilómetros, donde había estado en alert

para detener cualquier otro lanzamientsorpresa de paracaidistas. Laposiciones de la batería d

Schwappacher formaron una defensa eerizo, reforzadas por otra secciónEntretanto, los restantes mensajeromotoristas y la plana mayor de

regimiento de artillería fueron enviadobajo el mando del SS-Untersturmführe

Biittner para defender la carretera de

dique al sur de Oosterhou



Schwappacher, que monitorizaba eavance americano, vio que se:

«… dividió cuando llegó a la orilla norteLa mayoría de las fuerzas atacaron haciOosterhout y más allá a lo largo del Waahacia el noroeste. El segundo element

intentó penetrar en Lent desde el oeste».

¿Qué había que hacer ahora? L

situación era crítica. Schwappacher sestaba quedando sin recursos. Sucomandantes de batería de Flak con lorden de cañonear objetivos terrestre

en Nimega se habían retirado.

«Cuando se produjo esta situación críticano quedaba nadie disponible. Mis quinc



motoristas estaban tendidos solos en lcarretera del dique, tratando de mantener a uenemigo cada vez más numeros

inmovilizado con fuego de fusil y unametralladora. Como no quedaba nada parformar una línea defensiva, decidí adoptaposiciones de defensa en erizo con la plana los sirvientes de la 21a batería[239].».

Una de las avanzadas de Henke, quse encargaba del fuerte Hof van Hollan

ras la carretera del dique más allá deárea del desembarco, fue aplastada pocdespués de las 17:00. Schwappacher

ras haber adoptado su posición en erizpara las 18:00, comenzó a enviapatrullas de combate y ataques ddiversión contra el enemigo qu



entonces había ocupado la carretera dedique del Waal. A los artilleros, nobstante, no se les permitió abandona

sus cañones para ocupar trincherasLa 21.a Batería aún seguíproporcionando fuego de apoyo a lo

sitiados zapadores de la 10.a SSaislados, y luchando desesperadamentpara conservar la posesión del Valkho

en Nimega al otro lado del río. El SSauptsturmführer Krüger, comandant

de la batería, seguía dirigiendo el fuegdesde dentro. Con su radio destrozadandicaba las posiciones enemigas co

una pistola de bengalas. Hacia las 19:3Schwappacher perdió todo contact

con él.



En torno a la misma hora, carroenemigos fueron avistados en el arcprincipal del puente de Nimega, rodand

hacia Lent. Se había producido unruptura.

«Entonces di la orden bajo mi

responsabilidad de volar…»A las 17:00 horas se montaron d

nuevo ataques de tanteo con infantería

carros contra los puentes del Waal, en untento de asegurar ambos extremos, e

coordinación con el asalto en bote

cruzando del río. Llegando desde el est



a lo largo del camino Ubergsche, pillal Kampfgruppe Euling en apuros. Lmayoría de los cañones de asalto qu

custodiaban la glorieta al sur del parquHunner habían sido destruidos ecombate a corta distancia. Las casas e

el área estaban o bien totalmentdestruidas o ardiendo furiosamente. Locarros a duras penas podían atravesa

os escombros esparcidos. El intenscalor de los edificios en llamaabrasaba los rostros y hacía difícirespirar mientras que el humo y el polv

o oscurecían todo. Habiendo presiópara que se diera un golpe de mano, unsección de cuatro Sherman, destacado

de un escuadrón cuyo segundo al mand



era el capitán Peter Carrington de loGuardias Granaderos, recibió la ordede cargar hacia el puente de carretera

Sólo las carreteras tributarias del estestaban todavía despejadas para locarros. Las tripulaciones l

consideraron una misión suicida. Losoldados de la 1.a Compañía dzapadores de la 10.a SS ya había

volado con Panzerfaust las orugas dunos cuantos Sherman que ya lo habíantentado. Ahora permanecía

abandonados en los accesos sur depuente. La situación era totalmentfluida. Ambos bandos estaban segurode cuál era la intención del otro, per

os comandantes no podían discernir qu



avance se había logrado en realidadHarmel, el comandante de la 10.a SSras haber llegado, resumió:

«Los británicos probablemente no sabíaqué había por delante entre el humo, en todcaso. Este humo nos fue de mucha ayudporque parecía estar todo el tiempo sobre lodos puentes y encubría gran parte de lomovimientos».

La confusión y el fuego de artillerífueron los factores principales decisivos para tomar el objetivo. Po

qué el puente no fue volado cuando ecarro de combate del SargentRobinson, que iba en cabeza, avanzó co

precaución hacia la Arnhemsche Weg



cercada por la imponentsuperestructura del puente, es algo qununca ha sido explicad

satisfactoriamente. Muy probablementel fuego de artillería pudo haber cortadgran parte del cableado o dispersara la

cargas de demolición sin detonarlas.Muchos de los soldados alemane

colgados de arneses sujetos a l

superestructura del puente cuando locarros cruzaron no eran francotiradorecomo se ha dicho a menudo, sino máprobablemente zapadores que trataba

de remediar el daño identificado por ecomandante de la guardia de demoliciódel puente. Según cruzaban los carros

estos desventurados zapadores cayero



víctimas de las ametralladoras de loripulantes que rociaban su ruta d

aproximación; muchos cayeron dand

umbos en las vigas hasta la carretera se desplomaron al río Waal, debajoHarmel luego consideró:

«Es dudoso que algún francotiradohubiera permanecido en el armazón depuente. Nadie podría haber sobrevivido e

aquel torbellino de fuego de artillería. Ecualquier caso el puente siempre estabcubierto de humo».

Por tanto, habrían tenido unposibilidad razonable aunque arriesgadde completar las necesaria

reparaciones críticas bajo fuego. E



realidad los carros consiguieron pasarBien desplegados, entablaron un duelcon los cañones Flak posicionados má

adelante y con aquellos que disparabadesde la orilla contra la ribera. Nobstante, para entonces el tremend

mpacto del fuego de contrabateríaliado había anulado con éxito graparte de la eficacia de los carros

Harmel más tarde declaró:«El fuego de artillería fue decisivo

Debido a éste los sirvientes de la Fla

estaban muertos o habían huido. ¡Por esconsiguieron pasar los carros[240]!».

Entretanto, tras ser testigos de



riunfo del asalto a través del ríomuchos de los defensores alemanes en eoeste de Nimega trataron de escapar po

el puente de ferrocarril. Sin embargopequeños grupos de paracaidistaamericanos de las compañías H e I de

3.er Batallón de Cook ya estaban en eextremo norte. Emplazando rápidamentfusiles ametralladores BAR

comenzaron a rastrillar con su fuego as columnas de fugitivos. Aunqusuperando en número a esta avanzadillaos alemanes estaban concentrados ta

sólo en la huida. El último de loequipos de observadores adelantados dartillería del SS-Hauptsturmführe

Krüger que consiguió escapar llevó



cabo su fuga en este momentoSchwappacher recordó:

«Tras un impacto directo en su equipo dradio el SS-Scharführer Hotop se retiró cosu equipo de observadores avanzados traunirse con la compañía SS Runge

Perseguidos de cerca por el enemigoescaparon por el puente ferroviario a la partsudoeste de Lent. El puesto de observacióprincipal ocupado por el Hauptsturmführe

Krüger, comandante de la batería, estaba ahortotalmente aislado, y se vio en combatcuerpo a cuerpo contra las fuerzaenemigas[241]».

Más tarde, los cadáveres de 26alemanes fueron recuperados del puent

de ferrocarril tras la retirada[242]

. Sobr



as 19:30 horas, el SS-Kanonie

Albrecht destruyó un carro Sherman cosu Panzerfaust en el sudoeste de Len

pero no sirvió de nada; aun más carroestaban pasando estruendosamente poel puente de carretera de Nimega.

Harmel condujo hasta Lent parobtener una imagen más precisa de lque estaba pasando. Se temía lo peor

pero no podía comprender cómo podríhaber tenido éxito el osado golpe dmano contra el puente. De pie en eecho de un búnker, examinando l

escena a través de unos binocularesreflexionó sobre los acontecimientos. Shabían perdido las comunicaciones co

Euling. El único suceso del que estab



seguro era el hecho incontestable quveía ante sí: carros enemigos sobre epuente. Sólo quedaba una acción

omar, como recordó más tarde:

«Entonces di la orden, bajo m

responsabilidad, de volar el puente dcarretera, por el que más carros seguíaavanzando. No explotó, probablemente porquel cable de detonación había sido cortado po

el fuego de artillería

[243]

».

Todo había acabado. Todavíaislado en la ciudadela de Nimega, e

SS-Hauptsturmführer Karl-Heinz Eulinlegó a una decisión:

«Cuando el primer carro enemigo pud



finalmente pasar por el puente de carreterdurante la noche del 20 de septiembre, epuente ferroviario ya había caído. Decid

escapar al inminente cautiverio con el restde mi batallón: quedaban unos 6hombres[244]».

La única ruta de escape era podebajo del puente de carretera d

imega en sí, ocupado por el enemigo.



XVII. CERRANDOLA CAJA

ación comenzó a estabilizarse una vez quese cerró

o en torno a Oosterbeek y se recuperó el

puente.

e estado mayor, 9.a División SS Panzer.

Se forma la bolsa. División vonTettau…



Durante la tarde del 19 dseptiembre se puso de manifiesto, tras efracaso en romper la Sperrlinie de

ampfgruppe Spindler en lDreyenseweg, que la posición de la 4.Brigada Paracaidista del Brigadie

Hackett se había hecho insostenible. Sordenó a sus restos reorganizarse comenzar a retirarse hacia el paso

nivel de Wolfheze y el túnel más abajoantes de retirarse al sur a través deobstáculo de la línea férrea de EdeArnhem. Más tarde aquella noche e

Mayor General Urquhart, comandante da 1.a División Aerotransportad

británica, ordenó su retirada a u

perímetro en torno a Oosterbeek. Lo



ntentos de alcanzar a Frost en el puentfueron abandonados. Establecer uperímetro al norte del Rhin e

Oosterbeek, consideró, podría salvaalgún beneficio neto del plan original d

arket-Garden si el XXX Cuerp

podía llegar a tiempo.Los avances alemanes durante l

arde del 19 de septiembre estaba

poniendo a la 4.a

Brigada Paracaidisten peligro. Hubo presión desde el estcuando el Kampfgruppe Spindler de l9.a SS comenzó su avance, surgiendo aataque de los suburbios al oeste dArnhem hacia Oosterbeek, sacandprovecho del fracasado intento de la 1.



Brigada Paracaidista de llegar al puenteAl oeste de Arnhem, el Kampfgrupp

von Tettau, habiendo estabilizado l

situación desde la desbandada deBatallón de Vigilancia de las Sholandesas de Helle durante lo

aterrizajes de Hackett, estaba avanzanden todos los frentes. Tres grupos dcombate, que sumaban en total de seis

siete batallones, estaban efectuando uavance de tres puntas. En el norte estabel regimiento Knoche, con tres carros dcombate, avanzando hacia al este a l

argo de la carretera Ede-Arnhem. Smisión era despejar el brezal de Ginke los bosques al noroeste de Wolfheze

Hacia el sur el regimiento de



Standartenführer Lippert, constituido ebase a la escuela de suboficiales de laSS «Arnheim», estaba limpiand

Heelsum y los bosques al norte de éstocalidad. La cuña en el centro era e

Batallón SS Eberwein, presionando po

a línea del ferrocarril Ede-Arnhem protegiendo los flancos de los otros dogrupos de combate, norte y sur. E

objetivo de Eberwein era Wolfheze, dcrucial importancia para la 4.a BrigadParacaidista porque este era el únicpunto donde los británicos podían hace

atravesar la zanja de la vía férrea a suransportes motorizados. Para mediado

de la tarde sus elementos de cabez

estaban presionando por el conjunto d



carreteras y caminos forestales hacia lestación y los accesos al paso nivel[245].

El Batallón SS de Depósito Reserva 16 del Hauptsturmführer SepKrafft, que se había distinguid

resistiendo contra los aterrizajeniciales, había sido, tras retirarse haci

el norte, reorganizado en el área de

aeródromo de Deelen. Incorporado aampfgruppe Spindler de la 9.a SS, fuformado como grupo de combatsubsidiario de pleno derecho; reforzadpor el Regimiento de Marina 642, uRegimiento de Instrucción de Cuadrode la Marina y la 10.a Compañía de



Regimiento de Policía 3. La 2.Compañía de Krafft fue asignada a

ampfgruppe Möller.Este grupo de combate expandid

empezó entonces a avanzar hacia el surcon la tarea inicial de asegurar la líne

de la carretera Ede-Arnhem y luegexplotar más allá hasta la vía férreaAvanzando en su flanco izquierdo estab

el Kampfgruppe Bruhns. De formconstante e irresistiblemente, loalemanes estaban intentando cerradesde el norte la tapa de una caja qu

ahora contenía a la 1.a DivisióAerotransportada británica tanto desdel este como desde el oeste, con s

espalda contra el Bajo Rhin en el sur.



Poco después de que Kraffcomenzara el avance hacia el sur, svieron manchitas en el aire hacia e

sudoeste y el revelador y ahora familiazumbido de los aviones de transportbimotores y cuatrimotores comenzó

lenar el aire.A las 16:00 los elemento

ransportados en planeadores de la 1.

Brigada Polaca comenzaron a picasobre la zona de aterrizaje «L» entre lcarretera Ede-Arnhem y la vía férreaAterrizaron a horcajadas sobre unidade

en retirada del 10 PARA, y entre egrupo de combate del Kampfgruppe SKrafft que avanzaba y las tropas d

cobertura del cuartel general de la 4.



Brigada de Hackett. Al mismo tiempo luftwaffe hizo una rara aparición. E

aterrizaje fue una catástrofe, com

Marek Swieciki, un corresponsal dguerra polaco y testigo de la escenarefirió. Los cazas Messerschmitt 10

arremetieron contra los desafortunadoransportes y contra los planeadore

cuando aterrizaron:

«La cosa se puso al rojo vivo en el aireVarios planeadores se prendieron fuego, girando sobre si mismos cayeron en unenloquecida barrena hasta estrellarse. Otroaterrizaron inútilmente con el tren daterrizaje destrozado. Incluso a distancipodíamos ver los costados desgarrados y lotimones colgando de sus goznes. Uno de lo

planeadores se rompió en el aire como e



juguete de un niño y, un jeep, un cañóanticarro y gente cayeron de él. Nunca nohabíamos esperado que las cosas pudieran se

tan malas, tan malas de verdad[246]

».

La confusión era total. Krafft a durapenas podía creer la suerte que habí

enido. «La 4.a y 9.a Compañías» —nformó— «por tanto, cruzan l

carretera [Ede-Arnhem] e infligen d

nuevo bajas considerables a lobritánicos». Los hombres de Krafft yenían bien ensayado el procedimiento

odas las armas de infantería fuerodirigidas contra los planeadores: «unorden de rutina» porque son «un blancmás grande y lento». Los resultados



como Sepp Krafft describiposteriormente en su informe, fueropredecibles:

«Se ha descubierto mediante examen qucasi todos los disparos hacen blanco. Loplaneadores fueron agujereados poincontables impactos y las manchas de sangren el interior muestran que el enemigo hsufrido bajas bastante importantes en eaire[247]».

Von Tettau anotó el resultado coadusta satisfacción:

«Otro desembarco aéreo enemigo tuvlugar en el área al sudoeste y norte dWolfheze. Esta vez directamente dentro de

alcance de nuestras fuerzas de ataque, dand



como resultado un fracaso catastrófico de lafuerzas enemigas que aterrizaban[248]».

Los infortunados polacosconmocionados por la feroz recepción aaterrizar, dispararon contra amigos

enemigos por igual. Retirándose, el 10.Batallón devolvió el fuego tal y comhicieron algunas unidades de defensa da brigada. Las fuerzas de Kraff

presionaron entusiasmadas hacia el surntentando aprovechar la debacle. Lo

errores no eran, sin embargo, exclusivo

de un sólo bando. Los propios alemaneestaban experimentando dificultadepara coordinar su avance contra la bols

desde tres direcciones. El Batallón S



Eberwein ya había llegado a Wolfhezpara las 16:00, donde también recibias atenciones de la Luftwaffe. Com

von Tettau informó lacónicamente«Aproximadamente 50 cazas alemaneatacaron Wolfheze, no obstante

desafortunadamente nuestra propifuerza de reconocimiento ya se hallaballí[249]».

El batallón de Krafft también sextendió demasiado de forma similarLa 9.a Compañía, mandada por eObersturmführer Leiteritz, habiendcruzado la carretera y la zona daterrizaje de los polacos, furepentinamente golpeada por una seri

de contraataques en ambos flancos



cuando la sección de defensa de la 4.Brigada británica dio una respuestapropiada a un avance imprudenteLeiteritz resultó muerto, «una muertheroica», observó Krafft, «después dhaber tenido muy mala suerte con su

ácticas, por lo que su compañía sufrigraves bajas en consecuencia». Krafft svio obligado a retirarse como declaró e

su informe tras el combate:

«Este es el único éxito que tiene eBatallón Krafft puesto que el saliente al otr

lado de la carretera debe retirarse debidocontraataques concéntricos en amboflancos[250]».

Alfred Ziegler, el joven motorist



mensajero que pertenecía adestacamento Panzerjäger de la 9.a Sasignado al Kampfgruppe Bruhns, quoperaba ahora en el flanco derecho dKrafft, consideró melancólicamente lmisma peligrosa escena. Como era

veteranos, habían decidido quedarsatrás: «Recuerdo todo aquel ganadblanco y negro» dijo «que vi justo a

norte de la vía del tren», después de quhubiera comenzado el ataque hacia esur. «¡Toda aquella carne y leche! Permis amigos dijeron que era demasiad

peligroso ir a cogerlas. En cualquiecaso ya la habían “palmado” todas parcuando llegamos a las vías[251]».



La retirada combatiendo de la 4.Brigada fue llevada a cabo taagresivamente que ni Krafft ni voTettau apreciaron el significado de lque sucedía. A medida que seguían lretirada, los alemanes simplement

creían que estaban asaltando nuevaposiciones. Para los británicos lsituación era crítica. El Mayor Genera

Urquhart, comandante de la 1.a

DivisióAerotransportada británica decidió en lnoche del 19-20 de septiembre retirar lbrigada de Hackett y traerla al perímetrde Oosterbeek. Durante lasubsiguientes horas de luz del 20 dseptiembre, la brigada peleó en un

serie de tenaces acciones de retaguardi



a través de las arboledas y espesurasdesde Wolfheze a Bilderberg cerca desuburbio noroeste de Oosterbeek. Lo

alemanes, entretanto, aplicaron sesfuerzo principal en un avance de norta sur por los dos grupos de combate

«Krafft» y «Bruhns». Al Batallón SEberwein, habiendo aseguradWolfheze, se le ordenó seguir avanzand

al sudeste hacia la carretera ArnhemWageningen. Entretanto el regimiento dLippert seguía avanzando al este a largo de esta misma carretera buscand

odo el tiempo entrar en contacto coEberwein. La coordinación nunca sogró con éxito porque los feroce

ataques de represalia por parte de la



columnas británicas de la 4.a Brigadatacadas durante la marcha a menuddesequilibraron a los alemanes.

Mientras la 4.a Brigada Paracaidistse retiraba, el perímetro se constreñíadando como resultado má

mpedimentos para el avance alemánmientras el Kampfgruppe von Tettau sreorganizaba y consolidaba. El Batalló

SS de Eberwein completó la limpiezdel área de la estación de Wolfhezecapturando 100 prisioneros. Por lmañana temprano del 20 de septiembreKrafft descubrió que el enemigo le habídado esquinazo y se había retirado al sua través de la vía férrea, por lo qu

nformó: «de modo que el Kampfgrupp



sólo tiene pequeñas bolsas de enemigoen los bosques que limpiar durante enuevo ataque a las 06:00[252]». A medidque se cerraba el anillo se producíachoques, con unidades de la 4.a BrigadParacaidista que intentaba

frenéticamente salir de la inminentrampa. Pese a esto, los alemanegnoraban que estas compañías estaba

por fin en fuga y a duras penas eracapaces de mantener la cohesión. Kraffse encontró inesperadamente envuelto eduros combates de nuevo a las 08:30, pesar del hecho de que las «unidades da División von Tettau ya nos había

sobrepasado». A él no le parecía un

retirada. La interpretación de Krafft d



a feroz respuesta fue que: «el enemigamenazaba con escapar de la bolsrompiendo el cerco hacia el norte». S

respuesta fue igualmente enérgica:

«Todas las órdenes anteriores so

anuladas y se ordena a los dos Regimientos dMarina que acudan a cerrar la brecha. Eenemigo opone una enérgica resistencia, eespecial los francotiradores en los árboles, dmodo que los marinos no pueden avanzamás».

Krafft estaba totalmente engañado

como explayada y engreídamentcontinua diciendo en su informereflejando su preocupación y el apremique sentía en aquel momento:



«El enemigo ahora incrementa la presiósobre nuestro vecino del flanco derechoamenazando con abrirse paso al este. Se hac

necesario retirar uno de los Regimientos dMarina y enviarlo al ataque en el puntamenazado junto con la 4.a Compañía[253]».

Krafft, como tantos otrocomandantes en la historia, fue víctimde la niebla de guerra. Sencillamentambos bandos ignoraban qué estabntentando conseguir en realidad s

adversario. A pesar del hecho de que erealidad algunas unidades había

penetrado la columna de la 4.a Brigadaos alemanes no pudieron ver l

oportunidad que se presentó y esto e

revelado por la evaluación de l



situación del mismo von Tettau epersona. A mediados de la tardelementos del cuartel general de la 4.Brigada se hallaban aislados en undepresión, asediados por infantería carros. El Batallón SS Eberwein

avanzando en dirección sudeste hacia lcarretera Wageningen-Arnhem, estabhaciendo buenos progresos. Para las

13:00 había alcanzado la carretera eKoude Herberg y tomado 57prisioneros. Pero von Tettau habíomado una decisión, como se revela e

su informe:

«Aquí el ataque tuvo que ser detenid

porque ambos vecinos estaban muy atrás y n



había suficientes fuerzas para proteger loflancos».

Von Tettau, que acompañaba Eberwein en aquel momentomalinterpretó por completo la situación

En vez de asestar el «coup de gráce», lunidad fue detenida. El general scongratuló de haber: «influidpersonalmente para un pront

establecimiento del contacto y, por tantohaber evitado una amenaza para el graéxito del batallón[254]». El premio, s

hubiera continuado, habría sido aúmayor. Alternativamente, los británicodifícilmente fueron conscientes de habe

enido suerte alguna. La 4.a

Brigad



Paracaidista había sido bastantmaltratada. Al terminar el día, loalemanes habían reunido 80

prisioneros de guerra, 20 morteros, 1eeps, 15 cañones anticarro y 4

motocicletas[255].

Fue un desastre. Más aún, el quKrafft informara que la División voTettau había «sobrepasado» su

posiciones significaba que por fin shabía cerrado la tapa de la caja qucontenía los restos de la 1.a DivisióAerotransportada británica. Como e

auptsturmführer Wilfried Schwarz, eefe de estado mayor de la 9.a Sohenstaufen, lo describió:



«La situación comenzó a estabilizarse unvez que el cerco en torno a Oosterbeek scerró y el puente fue recuperado[256]».

Los movimientos y avances rápidocesaron entonces y ambos bandoomaron posiciones para el asedio.

Improvisaciones…El logro conseguido por la Divisió

von Tettau había sido, de hechoconsiderable. Teniendo en cuenta lnaturaleza ad hoc de sus fuerzas y lvelocidad con la su Kampfgruppe habí



sido ensamblado, no es ninguna sorpresque su avance lento, tenaz y pocbrillante, fuera incapaz de explotar l

oportunidad ofrecida por la retiradcombatiendo de la 4.a Brigada. Larecriminaciones del Standartenführe

Lippert sobre el desempeño de voTettau como comandante eran la opinióde un profesional, denigrando lo qu

esencialmente era una formación hecha base de retales. Describió así sus fallos

«La cooperación con el estado mayor d

von Tettau fue una catástrofe. Estaba, dacuerdo con mi información, improvisadotoda prisa y no eran funcional, al menodurante los primeros días. Fue incapaz d

suministrar armas, munición, armas de apoyo



comunicaciones por radio, racionetransporte, policía militar, médicosanitarios, ambulancias y otras muchas cosa

más. Hasta qué punto el Generalleutnant voTettau fue responsable de esto no mcorresponde juzgarlo. Se exigió a las unidadeque se proveyeran por sí mismas en todos loaspectos. La escuela de suboficialenormalmente acuartelada, no estaba eabsoluto equipada para llevar a cabo taletareas y este también fue el caso de todas launidades que subsiguientemente le fuero

asignadas. Las raciones tuvieron que sesustraídas a la población holandesa, afortunadamente los soldados pudieroacercarse a algunos contenedores d

provisiones arrojados por los británicos[257]»

La improvisación, una vez más

demostró ser la clave del éxito alemán



Gran parte de su reabastecimiento furecogido tras costosas salidas dreabastecimiento por aire de lo

británicos. Como relata Krafft:

«El incremento de la actividad de lo

aviones de caza siempre indicaba un nuevlanzamiento sobre un sector en concreto ydebido a que habíamos capturado señaleterrestres y munición de bengalas blancatuvimos éxito en engañar al enemigo para quarrojara suministros en nuestras líneas, lo quusualmente hizo[258]».

El SS-Junker Rudolf Lindemann, quservía en un pelotón de morteros en eRegimiento de la escuela de suboficialede las SS «Arnheim» de Lippert



recuerda:

«Observábamos los lanzamientos d

suministros todas las tardes, a la hora previstde llegada sobre las 16:00. Tras habeencontrado la clave para hacer señales a loaviones usando paneles, empezaríamos

desplegarlos sobre las 16:00 de cada tardeLos aviones siempre lanzaban sobre laseñales. Siempre teníamos suficientesuministros, los británicos no recibían nada»

No eran los alemanes los únicos quse veían obligados a improvisarLindemann narra la experiencia de usoldado de 32 años de su secciócapturado, quien fue testigo de unconversación en la jaula par

prisioneros alemanes en la pista de teni



en el Hotel Hartenstein en OosterbeekEl mayor británico al cargo, al observael vuelo habitual de reabastecimiento

as 16:00, comentó secamente aprisionero de mayor graduación (un SS

auptsturmführer ), que ambos bando

endrían que intercambiar las armas«puesto que las fuerzas contendienteestaban de todas formas luchando con e

equipo, armas y munición capturadocada uno a al otro[259]». No obstante, el regimiento d

Lippert no dependía totalmente de lo

suministros capturados. Su comandantsolucionó el problema logístico de unforma típicamente ingeniosa. En l

unidad se desconfiaba de von Tettau po



considerar que era un «Anti SS[260]»pero cuando la noche del 19 dseptiembre, el Generalkommissar S

Hans Albin Rauter (comandante en jefde las SS y de la policía alemana en lHolanda ocupada) hizo una visita

buscando información reciente sobre laoperaciones, Lippert aprovechó loportunidad para exponerle su

dificultades logísticas. Rauter, aunquno tenía mando militar, «prometiayudar en todo lo que pudiera»Empezaron a aparecer automóvile

civiles trayendo armas, munición raciones y transportando a sus heridos os hospitales de campaña. También s

levaron a los prisioneros que tenía e



regimiento. «Rauter» afirmó Lipper«me visitó diariamente para obtenenformación y ayudó a obtener l

necesario y lo que fuera posible». Estasistencia, que duró hasta el final de lbatalla, fue el factor decisivo par

mantener la capacidad operativa de sregimiento[261].

Fijada ahora en posiciones estáticas

a lucha tomó un cariz aún mádesesperado. Apodado el Hexenkessel

«el caldero de las brujas»; el sitio reducción de la bolsa de Oosterbee

comenzó entonces. Atrapados en ellestaban los restos de la 1.a DivisióAerotransportada británica, a la que lo

alemanes no tenían intención de permiti



que escapara. El éxito o el fracaso parambos bandos dependía de loacontecimientos que se estaba

desarrollando en esos momentos eimega y más allá. ¿Podría el XXX

Cuerpo, encabezando el avance terrestr

aliado, abrirse paso a tiempo?La formación de la bolsa, y l

amenaza entonces de una posible ruptur

británica por las fuerzas terrestres desdimega y el sur, tuvo su impacto sobra naturaleza de la lucha. Los grupos d

combate alemanes hicieron una paus

para reagruparse y las operaciones sfrenaron cada vez más hasta llegar a upunto muerto. Lindemann comentó que

«la lucha se hizo más dura en la últim



fase. Estábamos inmovilizados eposiciones de defensa en bosquedispersos con arbustos y claros[262]». Eel momento de la victoria, sin embargoocurrió un nuevo suceso ominosoLindemann y sus camaradas al principi

no le prestaron mucha atenciónimitándose a observar que:

«Entonces caímos bajo fuego de artilleríaAl principio pensamos que eran nuestropropios artilleros disparando desde el otrlado del perímetro. Por lo que disparamobengalas para detenerlo[263]».

Curiosamente, el motorista de las SAlfred Ziegler, al norte de la bolsa co

el Kampfgruppe Bruhns, experimentó e



mismo fenómeno. Recuerda: «siemprcreímos que nuestra artillería se estabquedaba corta». Lo mismo creyero

otros soldados alemanes en posicioneen torno al perímetro de loparacaidistas. Fue un jarro de agua frí

enterarse de que se trataba de artilleríbritánica: que disparaba desd

imega[264]



XVIII. VICTORIASVACÍAS

dad fue irónico. Al mismo tiempo queperdimos el puente de Nimega,

bamos de pasar por el puente de Arnhem.

dante de la 10.a División SS Panzer.

Limpieza y ruptura. Nimega,noche del 20-21 de

septiembre…



A las 20:15 el Obersturmführe

Richter comunicó con el Grupo dEjércitos B desde el cuartel general de

I Cuerpo SS, dando un informe de lsituación hasta la fecha:

«… El área al este del puente de carreterha sido enmascarada por una cortina de humoy en torno al anochecer, el extremo norte depuente de ferrocarril ha sido alcanzado

Intenso fuego de artillería en la ribera nortdel puente. A las 18:30 ambos, el puente dferrocarril y la ribera norte están en manoenemigas. Intenciones del Enemigo: Eenemigo está intentando con todos lomedios a su disposición tomar los puentes eNimega y Arnhem tan rápidamente como seposible[265]».



Richter informó de nuevo a las 11:0del día siguiente que: «hasta ahora uno45 carros enemigos han cruzado e

puente avanzando hacia el norte». Lreacción de Model fue predecible pera anulada por la velocidad de lo

acontecimientos. Su Jefe de EstadMayor notificó al General Bittrich, ecomandante del II Cuerpo SS

«Debemos conservar y, si es necesariovolar el puente de carretera en Nimega»Bittrich, que recibió el mensaje a las23:30 del 20 de septiembre, replicó qu

a orden había llegado demasiado tardeo se sabía nada de la guarnición dimega desde hacía dos horas. E

General Bittrich sólo podía asumir, po



«Vergonzosas mutilaciones habían sidcometidas contra los heridos que yacían en epuente de carretera. Cuchilladas en la cabeza

la garganta y el corazón fueron observadas poel Obersturmführer Schulz y Albrecht. Stomó nota por escrito de esto y se remitiólas autoridades superiores[267]».

Los supervivientes de la Compañí«Runge» de la División Herman

Göring presentaron informes similares

El Oberstleutnant Fullriede, traentrevistar a los supervivientes, comenten su diario sobre sus experiencias:

«Los americanos se comportaron comsiempre lo hacen, en el puente arrojaron aWaal a nuestros heridos, y fusilaron a lo

pocos prisioneros que hicieron entre lo



reservistas del Ejército[268]».

La lucha fue intensa, sin que s

esperara recibir cuartel o darlo. Lfanática resistencia todavía continuaben torno al puesto de mando de

comandante de la 21.a Batería, eauptsturmführer Krüger, cercado en l

ciudadela del Valkhof en el sector de

Untersturmführer BaumgärteBaumgärtel sobrevivió a esta batalla recibió la Cruz Alemana en Oro por suhazañas, sólo para que lo matara

posteriormente en Stettin[269].Krüger reagrupó frenéticament

odos los efectivos a su disposición

moviendo forzosamente a los infante



fugitivos o conmocionados por laexplosiones, de todas las ramas de lWehrmacht que pasaban por su posició

dentro de las trincheras que llevaban abúnker donde estaba su puesto dsocorro. Se libró una sangrienta

furiosa lucha cuerpo a cuerpo en torno a posición hasta las 20:30, que caus

pérdidas considerables al enemigo

Sobre las 18:00 Krüger fue herido en lespalda por una ráfaga de Tommy Gun; pesar de ser herido de nuevo más tardesiguió luchando y continuó dirigiendo e

fuego de su batería al otro lado del rícon una pistola de bengalas. Al final uproyectil de carro explotó en l

rinchera hiriéndolo de gravedad en l



parte superior del muslo, su tercerherida. Finalmente lo sacaron decombate en camilla y fue llevado a

búnker del puesto de socorro. Sólquedaban ahora doce hombres suboficiales. Con el tiempo estos fuero

desalojados de las trincheras cogranadas de fósforo y arrollados ecombate cuerpo a cuerpo. Lo

supervivientes relataron el resultadfinal:

«Dirigidos por un oficial american

supervisándolo todo armado con unmetralleta, fueron puestos contra una paredEn aquel momento el Sturmmann Kochler el Rottenführer Burgstaller dominaron a tre

americanos y consiguieron abrirse paso hast



los supervivientes del Batallón Euling. Nadien el puesto de observación había sabido dsu existencia hasta entonces. Según huían

Burgstaller vio como otros dos SturmmannLindenthaler y Beissmann, así como uFallschirmjäger eran abatidos por loamericanos. Sólo se puede asumir que lootros seis prisioneros también fuerofusilados. Otros testigos informaron de losucesos que ocurrieron en el búnker una hormás tarde. Las lámparas aún estabaencendidas cuando se oyeron disparos. E

probable que el enemigo asesinara a los seis siete heridos graves que quedaban dentroincluyendo al Hauptsturmführer Krügejunto con dos ordenanzas sanitarios. La luz

según estimaciones precisas, fue extinguida amismo tiempo[270]».

La situación del Hauptsturmführe



Karl-Heinz Euling era similarmentdesesperada. Una vez que vio a lafuerzas alemanas afluyendo hacia l

retaguardia por ambos puentesreorganizó sus defensas. Las avanzadaexteriores ya habían sido arrolladas

Trasladó a los últimos 60 supervivientedel 1.er Batallón del Regimient

anzergrenadier 22 en torno a su puest

de mando en la Haus Robert JanssenCon carros y vehículos enemigorugiendo ahora a través del puente dcarretera de Nimega 250 metros al este

él y sus hombres se dieron cuenta de questaban rodeados. Un carro Sherma

rodó hasta la puerta frontal y disparó. L

onda expansiva levantó polvo y resto



arremolinándolos en una nube asfixiantcuando el primer proyectil atravesaullando la casa. Rotando sobre un

oruga para hacer otro disparo, el carrfue repentinamente inutilizado por u

anzerfaust . Habiendo revelad

entonces su posición, el puesto dmando atrajo intenso fuego enemigoOtro carro disparó tres proyectiles

quemarropa en la trinchera dcomunicación que partía desde la puertde entrada. Un cañonazo levantó acomandante de la 8.a Compañía y l

arrojó, junto con la puerta y parte demuro a través de la casa. Sobrevivió.

La escasez de munición fue resuelt

emporalmente rompiendo las cintas d



ametralladora y redistribuyendo locartuchos como munición para lofusiles. Sólo se hicieron disparos tiro

iro y se reclamaron dieciocho blancos.Para las 22:30 la casa estab

completamente en llamas. Los herido

fueron arrastrados al patio trasero. Apesar de lo crítico de la situaciónEuling conservó su compostura norma

o que tranquilizó a sus hombres y sentíplena confianza en su capacidad domar la decisión apropiada. Esta fue l

de romper el cerco y escapar, com

recordó Euling: «pasar por debajo depuente de carretera del Waal nfiltrarnos hacia el este, hasta cruza

por último el Waal en Haalderen, par



alcanzar nuestras propias líneas». Eulincreía que lo conseguiría, porque comrecordó: «el enemigo se estab

concentrando en pasar fuerzas poderosapor el puente de carretera lo márápidamente posible[271]».

Creyendo que todos habían pereciden el edificio en llamas, el enemigo nse molestó en observar el puesto d

mando durante más tiempo. En fila indiacon el comandante del batallón ecabeza, Euling y los supervivientes dsu batallón comenzaron a escabullirs

usando el ondulante juego de sombras das llamas para encubrir su movimiento

La columna rápidamente cruzó una call

pequeña, la Kelfensbach y baj



corriendo el terraplén a la derecha depequeño puente peatonal qucomunicaba la Kelfensbach con e

Valkhof. De allí siguió una zanja dcomunicación que se abría camino a largo de la antigua y alta pared de l

orre medieval del Valkhof. Pronto upequeño sendero, el Voerweg, les llevhasta la orilla del río. Un bunker abiert

bañaba este sendero de luz. La columncontinuó adelante, atreviéndose apenaos hombres a echar un vistazo a longleses en el interior que fumaban

eían, ajenos a todo.De repente un nido d

ametralladoras se silueteó crudament

sobre el cielo rojo como la sangre por l



uz de las casas en llamas. Euling, a lcabeza del grupo, inmediatamente sarrojó sobre un obstáculo de alambre d

espino en paralelo a su camino, seguidpor los otros. Piel y ropa fuerodesgarrados por las crueles púas pero l

ametralladora, disparando ráfagacontra las sombras fugitivas, no dio nadie. Desenmarañándose, el grup

consiguió escalar una alta empalizada se dejó caer al otro lado, en la orilla derío. Hasta entonces, todo bien.

Apostando a que los aliados estaba

ocupados en hacer cruzar fuerzarápidamente por el puente de carreteraa columna siguió la Ubergsche Weg

que pasaba bajo la rampa del gra



puente. Por encima, el rugido y estrépitde fuerzas acorazadas podía seclaramente oído mientras más columna

marchaban por el puente hacia Lent. Lmayoría de las columnas de infantería emarcha con que se encontraron s

estaban moviendo, afortunadamentesiempre a su izquierda. No obstante, dgolpe, al volver una esquina, s

encontraron con un grupo de 30 a 4soldados ingleses hablando en voz alta fumando. Ambos bandos huyeron edirecciones opuestas, pero Eulin

decidió detener a sus hombres presa depánico y abrirse camino mediantengaños. Descarada y abiertamente l

columna SS continuó marchando



Cualquier contacto con columnamarchando en dirección contraria errecibido con un sonoro «¡Alto!», con e

que el Hauptsturmführer hacía marchaa sus hombres a través de ella, siadvertir las tropas enemigas, gracias

a oscuridad, que los de la columna eraalemanes.

Antes de que pasara mucho tiemp

a columna llegó al Het Meer, un canasubsidiario tributario del Waal. Teníaque cruzarlo. Unos cuantos soldadobuscaron un esquife en la casa de botes

mientras que otros buscaron un crucmás adelante. Se dieron de bruceaccidentalmente con una patrull

británica, a lo que siguió una salvaj



pelea cuerpo a cuerpo. No se podíapermitir hacer disparos, a toda costa, siponer en peligro todo el intento d

evasión. Al final, varios cuerpos fueroarrojados a las aguas del canal. Habíapasado, pero dos soldados SS había

desaparecido.Esta odisea particular tuvo fina

feliz. Se descubrió un punto de cruc

sobre el canal y posteriormente losupervivientes del Kampfgruppe y ugrupo de Fallschirmjäger mandado poel Major Alhorn cruzaron el Waal po

Haalderen y llegaron a sus propiaíneas. El Hauptsturmführer Euling fu

condecorado poco después con la Cru

de Caballero por las hazañas de s



batallón «fantasma[272]».Para las 22:00 del 20 de septiembre

en Oosterhout, inmediatamente anoroeste del lugar del asalto en botes ravés del Waal, la última batería que l

quedaba al Hauptsturmführe

Schwappacher, la 21.a y su plana mayoregimental, estaban resistienddesesperadamente en una posició

avanzada en erizo contra la marecreciente de los refuerzos aliados. Aúmanteniendo sus posiciones en todo eperímetro, la batería continuhostigando Nimega y la carretera dedique al sur de Oosterhout con su fuegoCinco casas en el lado este del puebl

fueron incendiadas para compensar l



falta de proyectiles iluminantes mpedir ataques por sorpresa. «Sobre l

medianoche» informa Schwappacher

«se envió un mensaje de radio aGeneral von Tettau diciendo que laposiciones en Oosterhout sería

defendidas hasta el último hombre[273]»Tras un corto tiroteo en su perímetr

sur, los carros aliados entraron en Lent

eliminaron la última resistencia de loremanentes de la 1.a compañía del 10.Batallón de Zapadores de las SS, lorestos de reservistas y otros del ahorbatido y en fuga Kampfgruppe HenkeHarmel, el comandante de l

rundsberg , abandonó Lent afligido. A

pesar de todos sus esfuerzos, ambo



puentes seguían en pie. Los carroaliados estaban ahora entremezcladocon los supervivientes fugitivos de l

guarnición de Nimega. Todo parecíperdido.

Observando atentamente el avance

buscando remedios para lrremediable, Harmel advirtió que lo

aliados se estaban: «moviendo má

cautelosamente, estorbados por spropio humo; las demoras estabafrenando el avance[274]». Siguió en authasta Bemmel donde el puesto de mand

del Kampfgruppe Reinhold, qucoordinaba la defensa de Nimegaestaba situado ahora. Podría habe

odavía una oportunidad de salvar alg



de esta catástrofe.Para alivio de Schwappacher e

Oosterhout, «el enemigo permaneci

ranquilo durante toda la noche». Tras lguerra, Harmel iba a ser más explícito«¡Los ingleses bebieron demasiad

é…!», en contraste con la actividafebril que iba a caracterizar los intentoalemanes de formular contramedida

aquella noche. Ambos bandos estabaagotados. No obstante, como comentuego Harmel:

«Los cuatro carros que cruzaron el puentcometieron un error cuando se quedaron eLent. Si hubieran proseguido su avance, habríacabado todo para nosotros[275]».



Irónicamente, ya casi había acabadodo para otra asediada guarnición qu

defendía otro puente 17 kilómetros a

norte. El 2.o Batallón del RegimientParacaidista, que defendía el puente dArnhem, estaba agonizando.

«Casi hemos cruzado elpuente de Arnhem». Nochedel 20-21 de septiembre…

El batallón de Frost aún seguícombatiendo su batalla de pesadilla eorno a la rampa norte del puente d



Arnhem cuando los primeros Sherma

de la División Acorazada de loGuardias combatían en varia

escaramuzas para cruzar el Waal aanochecer del 20 de septiembre. Sacordó una tregua para retirar a alguno

de los heridos. Rudolf Trapp, con lorestos de la 3.a Compañía deRegimiento Panzergrenadier 21 de l

10.a

SS, había penetrado la posicióhasta las casas en torno a los tribunalede justicia y las oficinas del gobiernprovincial. Se hallaban inmediatamental oeste del puesto de mando de Frost de la Brigada. El Rottenführer Trapp sdio cuenta de que:



«… los británicos tenían prisioneros elas bodegas de las casas que estabaocupando. De éstas surgieron gritos: “¡Cesa

el fuego! ¡Los Tommies se dan por vencidos!”Aparecieron entonces soldados alemanes qullevaban una bandera blanca, ninguno de ellollevaba casco. “Dadnos algunas armas para qupodamos luchar”. Dijeron. Habían sufridporque no habían recibido apenas agua ncomida durante días. Les dijimos que scalmaran y fueran a retaguardia. Esto no ercosa de broma[276]».

Entre esos cautivos en los sótanoestaba el Oberleutnant Josep

Enthammer y sus soldados dcohetes V2. Enthammer tambiédescribió la escena:



«Para en torno a las 21:00 del miércole20 de septiembre el edificio, que ahoralbergaba a un centenar de soldado

británicos, fue rodeado por los SS. Se declaruna tregua de una hora y media o dos horapara recoger a los heridos. Mientradespejábamos el lugar, arrojamos cuerpos dmuertos tanto ingleses como alemanes desdel piso de arriba a la calle que estaba abajoMás tarde los SS nos dijeron que la respuesta la oferta de rendición fue: “los oficialeingleses no se rinden[277]”».

Los hombres de Trapp recogieron os heridos graves, «y también

aquellos británicos que tenían lonervios destrozados. Estos últimoTenían temblores!», dijo. «Se le

ofrecieron galletas y chocolate»



Enthammer recuerda que: «Frost fuentonces herido de gravedad», dejand«unos 40 a 60 hombres que iban

rendirse poco después». Durante lregua, los alemanes aprovecharon todaas oportunidades, como recuerd

Trapp, para examinar las posiciones queventualmente podrían tener que asaltarSe sorprendieron aún más cuando:

«… durante la tregua caminé con ucompañero a través de las posicionebritánicas directamente hasta el puente. Alvimos los resultados del ataque de Gräbner».

Era típico de lo que había sucediden todo momento desde el comienzo d

a lucha. «En todo momento sól



supimos», Trapp comentó «lo qusucedía en nuestra área». Ante ellobañado en un siniestro resplandor roj

itilante de las casas en llamas, estaban:

«… vehículos acribillados y muerto

tendidos por todas partes. Nosorprendimos… porque no sabíamos nada arespecto. En aquel momento tuvimos quregresar a nuestras posiciones».

Trapp reconoció con totaobjetividad con respecto a estexperiencia que: «la tregua no

benefició, mejoramos nuestraposiciones, hicimos un reconocimientde las posiciones enemigas, y no

acercamos un poco más[278]». E



próximo paso será acercarse para lmatanza.

Entretanto llegó el resto de

Regimiento Panzergrenadier 21 y fupuesto bajo mando del Kampfgrupp

Brinkmann. Al Kampfgruppe de Knaus

se le dio aviso de que comenzara reorganizarse y reagruparse para unmisión diferente: bloquear la rotura d

as defensas de la Frundsberg eimega. A Brinkmann se le encomenda tarea de asestar el golpe de gracia

Por la mañana llegarían carros pesadoönigstiger (Tiger II) para ayudar

erminar el trabajo. Hasta que estocurrió, se mantuvo la presa sobre e

perímetro de Frost y se hizo má



presión.El agotamiento se estaba cobrand

su tributo entre atacantes y defensore

por igual. La compañía de carros Mielkdel Gefreiter Karl-Heinz Kracht todavíoperaba en la periferia del perímetro

Los altos montones de escombroapilados en las calles estabareduciendo la eficacia de los Panzer III

La fatiga, recordó, comenzaba a notarse«Nunca nos quitábamos la ropa. L

higiene era mísera. ¡Apenas teníamos tiemp

para dormir! Muchas acciones se llevaroncabo bajo la cobertura de la oscuridad, juntcon los granaderos, porque un carro sólo estindefenso en la lucha callejera. Los británicotodavía acechaban en posiciones estratégica



a lo largo de la calle hacia Oosterbeek, por lque conducíamos. Durante pausas en lbatalla, tres de nuestra tripulación estaría

dormitando en sus asientos, mientras que lootros dos montaban guardia. Las condicioneeran similares para los granaderos, exceptque ellos podían utilizar las casaabandonadas disponibles[279]».

Las tribulaciones del Oberleutnan

Joseph Enthammer y sus compañeros d

cautiverio se hicieron cada vez mádesesperadas a medida que sestrechaba el cerco de los SS. Describi

como:

«… finalmente tras la tregua nos acabarollevando al edificio que estaba detrás de

nuestro. De nuevo nos escondimos en un



bodega con un transporte de ametralladorBren aparcado frente a la entrada, que ofrecialgo de protección contra el salvaje tirote

que tuvo lugar entre los dos edificioCantamos el Deutschland über alles, ehimno nacional, con la esperanza de que loSS que nos rodeaban se dieran cuenta de quéramos prisioneros alemanes los questábamos dentro[280]».

Ya estaba todo a punto de acabar. E

ampfgruppe de Brinkmann, reforzadcon carros Königstiger y cañoneantiaéreos de 88 mm, redujo los último

puntos fortificados hasta rendirlosenvueltos en polvo y humo. A las 11:0del 21 de septiembre, eObersturmführer Richter, en el Cuarte



General II Cuerpo SS, transmitió lanoticias de los éxitos de la noche pasadal Grupo de Ejércitos B:

«En algún momento de la noche unos 20de los defensores del puente se rindieronSeguirán cifras más precisas. Se tomaroprisioneros heridos, entre ellos la columnvertebral de la defensa, el coronel Frost, d34 años, así como el oficial G4 de la 1División Aerotransportada Británica[281]».

Mientras se comunicaba estnforme, el Kampfgruppe de Brinkman

empezó finalmente a limpiar los restodel fallido ataque de Gräbner desde epuente. Grupos de superviviente

británicos habían intentado romper e



cerco la noche anterior. La resistencino estaba totalmente suprimida, la luchba a continuar esporádicamente hast

que las operaciones de limpieza fuerafinalmente completadas el 23 dseptiembre[282], pero al menos ningú

fuego hostil podría alcanzar el puente dcarretera de Arnhem.

Enthammer fue herido en la piern

por una granada de mano durante limpieza final de la bodega en la questaba. La liberación, recuerda, lprodujo sentimientos encontrados:

«Los SS querían que lucháramos coellos, incorporados a su unidad para futuraoperaciones después de ser liberados. Per



en la última página de nuestras cartillamilitares estaba el sello que decía “Los abajmencionados, por orden de Adolf Hitler”, n

deben ser empleados en ninguna otra partsino inmediatamente devueltos a nuestrunidad que se ocupaba de laKriegsentscheidenden Waffen, armadecisivas, capaces de influir sobre eresultado de la guerra. Cualquiera que fuernuestra graduación, debíamos ser enviados dregreso. ¡Tuvimos suerte, por tanto, de no sealistados en las filas de las SS!».

En efecto, fueron afortunados. Esello de las «V2» que se había

esforzado en ocultar mientras estabacon los británicos podía ofrecer ahoralgún beneficio. Enthammer prosiguió:



«Fuimos llevados a presencia de un oficiade alta graduación de las SS que estabgenuinamente complacido, tras haber sufrid

bajas tan graves, de haber recuperadoalgunos alemanes vivos como recompensatodos sus esfuerzos. Habiendo combatido yen todos los frentes, nunca había encontradun adversario tan duro y sin embargcaballeresco».

El aserto se veía subrayado por e

matadero que los rodeaba. El oficial dartillería se fijó ahora en que: «losirvientes del cañón anticarro que habísido emplazado junto a nuestro edificiohabían sido decapitados ambos». Coalgo de alivio y no poca expectacióaguardaron el transporte que los llevarí

a su destino original en el Reich.



«Pasamos la noche en una casa vacíaNaturalmente no había electricidad ni aguaOímos algunos disparos, pero no mucho

mientras los últimos grupos de ingleses quaún resistían eran despejados».

Esta batalla, a pesar de la atenció

que se prestó a los heridos, había siduna brutal lucha de desgaste. No se dicuartel en el frenesí de algunos de lo

disputados combates cuerpo a cuerppor la posesión de posicionedefensivas vitales. La tensión decombate fue evidente en alguna

ocasiones, se reflejó en escenaparadójicas cuando se tomaroprisioneros al final. Los SS no s

confiaban respecto a sus cautivos



habiendo combatido contra ellos durantcuatro días, los considerabaextremadamente peligrosos. Tenían aú

menos miramientos con los combatientede la Resistencia holandesa a los quconsideraban «bandidos terroristas»

que debían ser tratados en consecuenciaEl soldado Sims del 2 PARA recordabahabiendo sido capturado que:

«… los alemanes recorrieron nuestra fily sacaron de ella a un joven holandés questaba con nosotros. Era un miembro de lResistencia y había combatido todo el tiempcon los británicos, quemándose gravementambos brazos cuando trató de recoger unbomba de fósforo que había aterrizado enuestras posiciones. Le obligaron a poners

de rodillas y le pegaron un tiro en la nuca. E



cuerpo sin vida se derrumbó en el suelo, colas manos envueltas en gruesos vendajeextendidas al frente como dos grotesca

paletas. El oficial alemán que hizo esto nodijo: “Así es como tratamos a los traidores eel Tercer Reich”. Aturdidos, nos instalamosobre el frío pavimento y esperamos».

Sims también presenció cómo lpegaron un tiro a un paracaidista que sresistió cuando le quitaron la cartera. E

oven verdugo alemán, «rebuscó en lcartera y tras no encontrar nada dmportancia militar, la recoloc

cuidadosamente sobre el cuerpmuerto». Acercándose a Sims, lo cachebuscando armas y comentó en vondiferente que se uniría a su camarad



si luego le encontraban cualquier objetde valor militar. «Esto» recuerda Sim«fue dicho en un tono de voz tranquilo

monótono como si fuera la rutinacostumbrada, que, más que otra cosareforzó su amenaza[283]».

La tensión era muy alta. El tenientJames Flavell, al mando de una seccióen la compañía B, 2.o PARA sintió qu

os guardias «estaban nerviosos» y qua seguridad era «estricta». Loalemanes, sospechaba, «nos teníamiedo[284]». Los guardias no corríariesgos; los nervios y la fatiga dcombate a menudo les hacían reaccionaexcesivamente a la más mínim



provocación. En el camión de Flavelos soldados alemanes dispararon

mataron a algunos prisioneros durante u

ncidente junto con su desafortunadguardia SS. Muchos camiones quransportaban a prisioneros llevaban

soldados SS armados con metralletaSchmeisser de pie en los estribos ascomo en la caja.

Ambos bandos parecían aliviados dque todo hubiera acabado. Aottenführer Rudolf Trapp l

designaron como escolta de lo

prisioneros del 2 PARA:

«A mediodía del jueves llevamos a loprisioneros a lo largo de la Rynkade hasta l



vieja puerta a la entrada de la plaza demercado de la iglesia. Los prisioneroestaban ensangrentados y con vendajes, lo

bolsillos repletos de suministros médicos otras cosas. Nuestro enemigo había estadbien equipado. Les llevamos hacia el nortetravés de la ciudad y luego al oeste a otriglesia donde fueron entregados».

Por el camino debieron pasar junto a columna de Knaust que estab

formando, reforzada y lista parmoverse por el puente hacia Elst. Simrecuerda una escena similar, más tard

aquella noche, probablemente en la JanBinnen Singel:

«La carretera que tomamos tenía árboles

cada lado y, bajo éstos, aparcados uno tra



otro había filas interminables de tanquealemanes Panzer IV . A la luz del ocaso, eruna visión en verdad impresionante. Viend

mi asombro, un joven soldado enemigcomentó, “Sí, Tommy, eran para encargarse dvosotros por la mañana si no os hubierairendido”. Varios de los tanquistas alemanenos llamaron. “Has luchado bien Tommy”“Buena lucha, ¿eh Tommy?”. Parecían tomarsla guerra de forma muy parecida a cómo lobritánicos se tomaban el fútbol[285]».

Trapp, marchando junto a ellos comescolta de los prisioneros, no pudevitar comparar su estado con el d

ellos, porque: «teníamos un aspectexactamente igual de sucio y manchadde sangre que los británicos[286]»

Ambos bandos, en reacción a l



ninterrumpida violencia y ferocidad dos cuatro días previos, empezaron

hacer balance mentalmente. Trap

reflexionó sobre la situación:

«El comandante de la compañía y nuestr

segundo al mando, un SS Hauptscharführerhabían muerto. Al principio habíamos sidunos 50. Las bajas eran difíciles de estimadebido a la llegada poco sistemática de lorefuerzos y al hecho de que otros soldadohabían recogido a nuestros muertos. Habímuchas formas amontonadas, vestidas coblusones de camuflaje de las SS, tendidas polas calles».

Se había luchado por el puente dArnhem hasta liberarlo.



XIX. LAOPORTUNIDAD

PERDIDA

ué no avanzaron hasta Elst en vez de

quedarse en Lent?

el momento no había disponibles fuerzasacorazadas

nas suficientes para bloquear Elst.

dante 10.a División SS Panzer.



Cerrando la brecha. Betuwe,la «Isla»…

Karl-Heinz Kracht, el joven artillerde un Panzer que avanzaba con lcolumna acorazada de Knaus

aprovechó una oportunidad de oro paromar fotografías mientras su Panzer III

chirriando y cambiando de marchascomenzó su ascenso hasta el punto má

elevado del puente de carretera dArnhem. Su lente empezó a enfocar todo que le rodeaba. Silueteado contra e

cielo al frente estaba el arco majestuos



de la superestructura del puente. Azquierda y derecha, vehículo

quemados habían sido apartados

remolcados a un lado de la carreteraeran los restos del fracasado ataque dGräbner. Según pasaban la tosc

barricada erigida por los hombres dFrost, observaron a soldados Scuriosos que rebuscaban entre l

amontonada chatarra. En el arcprincipal, el viento, silbando a través das vigas, trajo algo del hedor

quemado de la batalla que rugía ahor

en el oeste hacia Oosterbeek. Krachomó una foto de la iglesia en ruinaunto a la plaza del mercado, cuya

orres estaban entonces quemadas. Co



el cañón de 50 mm del carro apuntandcarretera adelante hacia Elden, tomotra foto de la rampa sur del puente

Ésta mostraba el área edificada dondGräbner había formado y cargado haciel punto más alto del puente antes d

ponerse bajo el fuego proveniente de lorilla norte. Aquí no había restos. Esthabía sido un punto ciego. Viniend

hacia el vehículo de Kracht llegaba unsencilla carreta tirada por caballosrayendo refugiados de regreso a

arruinado centro de la ciudad. El foc

de la actividad alemana parecía ahorestar desplazándose al sur haci

imega. Muchos de estos aldeano

querían librarse de los horrores que y



habían sufrido los ciudadanos dArnhem. A lo lejos, separadas de locarros, había columnas de infantería e

marcha. Kracht escribió más tarde:

«Estábamos al corriente de la importanci

del puente porque habíamos sido informadodel movimiento de pinza planeado por lafuerzas británicas y americanas y del ataquhacia el norte del área del Ruhr. Cruzamos epuente hacia Nimega el día en que fuevacuada, o un día más tarde. No puedrecordarlo exactamente[287]».

El Oberführer Heinz Harmecomandante de la Frundsberg , sí que lrecordaba, y con nitidez: «E

ampfgruppe de Knaust, reforzado co



8 Panther y cañones de asalto, cruzó epuente de Arnhem poco después demediodía [21 de septiembre]; se l

ordenó por parte de la 10a SS ocupaElst rápidamente[288].». Harmel habípasado una noche de ansiedad. L

legada de Knaust le ofreció algo dalivio a un problema que habíparecido, durante un tiempo, insoluble.

Harmel se preguntó, incluso despuéde la guerra, por qué los carros quhabían cruzado el puente de Nimega coal ímpetu no habían seguido adelante

Ciertamente los aliados perdieron unoportunidad. Es posible que pudierahaber atacado con un grupo de combat

hasta el mismo Arnhem.



«¿Por qué no avanzaron hasta Elst en vede quedarse en Lent? En ese momento nhabía fuerzas acorazadas alemanas disponible

para bloquear Elst[289]

».

Fue una ocasión perdida:

«Nos dio tiempo a enviar a Knaust allá. Everdad fue irónico. Al mismo tiempo quperdimos el puente de Nimega, estábamojusto pasando por el puente de Arnhem. L

infantería aliada llegó demasiado tarde parapoyar a sus carros[290]».

La capitulación de los puentes, taduramente disputados y tan costosa iba demostrar ser una victoria vacía parambos bandos. La obstinada resistenci



de Frost fue decisiva para forzar al ICuerpo de Ejército SS a depender deransbordador de Pannerden para lleva

sus refuerzos al Waal. En estacondiciones, los SS de la 10.a fueroncapaces de reforzar lo suficientement

rápido para invertir el resultado eimega. De igual modo, los aliado

fueron incapaces de aprovechar su tom

de los puentes del Waal.Lo que fue crucial pardesequilibrar la balanza en amboenfrentamientos fue la operación d

ransbordo llevada a cabo por lrundsberg en Pannerden. Eauptsturmführer Brandt, comandant

del 10.o Batallón de Zapadores de la



SS, consiguió grandes logros bajdifíciles circunstancias. Muy maltrechen Normandía, su fuerza era débil tant

en personal como en equipo. Tras enviaa su única compañía motorizadarecompuesta con elementos varios,

imega bajo el mando deUntersturmführer Baumgärtel parayudar en su defensa, le quedó un

compañía apresuradamente reorganizadbajo el mando del Obersturmführe

Munski para ayudar en PannerdenBrandt recuerda que: «había much

rabajo que hacer en los puntos dransbordo porque sólo teníamo

referencias en el mapa que no

ndicaban la localización de los lugare



existentes[291]». Durante toda loperación recuerda que se vierohostigados por ataques de los Jab

aliados y fuego de artillería. Utilizandpontones flotantes y botes a motorequisados, las operaciones d

ransbordo transportaron laboriosamental otro lado del bajo Rhin y del canal unidades que habían dado un rodeo e

orno a Arnhem. Para la noche del 18 dseptiembre, habían cruzado lozapadores de Baumgärtel y e

ampfgruppe Reinhold. Durante l

noche, el mermado 10.o Regimientanzer de las SS fue transbordado a

otro lado, de modo que para el 19 d

septiembre cuatro cañones de asalt



habían llegado a Nimega, y otros 1anzer IV y autopropulsados estaba

disponibles para operaciones en l

ribera norte del Waal. El procescontinuó durante las horas diurnacuando el Kampfgruppe Hartung, qu

era un batallón de reservistas de lWehrmacht y un batallón y medio deRegimiento Panzergrenadier 22 de la

SS, también cruzaron al otro lado. Entrmedias de estas unidades se encontrabaos puestos de mando avanzados de l

10.a SS y del II Cuerpo de Ejército. E

progreso fue lento, entorpecido por lnadecuado de los medios de transport los reiterados ataques aéreos. Tra

reunirse, las unidades afrontaban un



Batallón de Reconocimiento 9 dGräbner. Este grupo diezmado fudesplegado con una débil compañí

formando piquetes en la orilla sur debajo Rhin, frente a los suburbiooccidentales de Arnhem y el puente,

os restos de otra en Elst. En el momenten que los primeros carros Sherma

entraron en Lent, dispersando a lo

fugitivos de la guarnición de Nimega, lcarretera ante ellos estaba abierta. Todo que se interponía en el camino de

XXX Cuerpo de Ejército hasta Arnhe

durante gran parte de la noche del 20-2de septiembre eran unos pocos piquetede vigilancia.



Improvisaciones…

Al llegar al puesto de mando dReinhold en Bemmel durante la noch

del 20 de septiembre, Harmel tratfrenéticamente de salvar la situación. Sordenó a aquellas partes del Regimient

anzergrenadier 22 y los carros que y

habían cruzado el río que contraatacaranmediatamente desde el este. Pero esto

elementos del reconstituid

ampfgruppe Reinhold carecían darmas pesadas. Sólo una batería ligerde obuses de campaña había sido traídcruzando por el transbordador hast



entonces, y estaban emplazados al estde Flieren. El contraataque, poconsiguiente, careció de garra. Par

cuando oscureció, se había estableciduna línea rudimentaria un kilómetro anorte de Lent y ésta, gradualmente s

engrosó formando una cadena davanzadas a medida que más unidadesncluyendo el Kampfgruppe Hartung

quedaron a disposición de ReinholdCon las primeras luces, las posicionede bloqueo alemanas ocupaban lencrucijada un kilómetro al sudoeste d

Ressen, al sur de dicha aldea y al sur dBemmel hasta el río Waal[292].

Bittrich, comandante del II Cuerp

de Ejército SS ordenó a Harme



contraatacar al amanecer del 21 dseptiembre para anticiparse y arruinar lprevista ofensiva aliada hacia Elst, y d

allí a Arnhem. «Todas las fuerzadisponibles desde Pannerden» ordenó eGeneral, «deben ser reunidas y atacar e

flanco este de las vanguardias enemigasarrollarlas, y arrojar al enemigo dvuelta al otro lado del río Waal[293]».

La 21.a

Batería de Artillería deauptsturmführer Schwappacher, sCuartel General regimental y otraunidades reunidas, todavía resistían ea posición en erizo en torno

Oosterhout. Aparte de imponer ciertgrado de cautela a cualquier proyectad

avance aliado hacia Arnhem



proporcionaban un anclaje a la derechde la tenue pantalla desplegada por e

ampfgruppe Reinhold para cubrir lo

accesos a Arnhem. Por la mañanemprano del 21 de septiembre, Knauslegó para un reconocimiento prelimina

fue informado sobre la situación eOosterhout por Schwappacher. Sestablecieron nuevos asentamientos par

a batería al sur de Elst. Gran parte depersonal de Schwappacher, losirvientes de las piezas y operadores dradio, que en aquel momento estaba

dotando las trincheras como infanteríahacían falta allí. A las 12:00 eRegimiento SS de Instrucción d

Artillería N.o 5 fue finalmente relevad



a medida que llegaban más tropas deampfgruppe Knaust. Los soldado

seguían pensando en la huida

Schwappacher menciona tres baterías da Wehrmacht inicialmente situadas a

nordeste de Oosterhout, las cuales: «

pesar de mis llamamientos a quconservaran sus posiciones durante lcrítica situación del día anterior, ya s

habían retirado a posiciones más atráhacia el noroeste». La atmósfera dnquietud y alarma imperante desde l

pérdida de los puentes persistía.

El golpe de Harmel contra el flanceste de la ruptura fue finalmente reunid organizado. Muy extendida sobre u

frente de cuatro kilómetros, una fuerz



de unos tres batallones, dividida en dres a cuatro Kampfgruppen, apoyad

por 16 Panzer IV avanzó hacia el oeste

Los recursos de artillería eran escasosuna batería ligera al este de Flieren dos más del 10.o Regimiento d

Artillería de las SS que disparabadesde la ribera este del canal dPannerden. Eran medidas desesperadas

El batallón y medio del Regimientanzergrenadier 21 no pudo sencluido, porque se vieron retrasados e

el cruce por el transbordador y sól

habían llegado hasta Haalderen, ukilómetro y medio al oeste de BemmeFue todo lo que se pudo reunir en e

plazo concedido por el general Bittrich



conjuró para diluir el golpe decisivque buscaba Bittrich. Su evaluación da situación era, como siempre, correct

pero sus medios simplemente no erasuficientes para la tarea. Todo lo que sogró fue un ajuste de la línea hacia e

oeste, lo cual sí tuvo el efecto dmponer cautela a cualquier pensamient

de un sprint aliado a Arnhem.

Es muy posible que los aliadopudieran haber sido capaces de meter ugrupo de combate en Arnhem, antes dque la carretera fuera finalment

bloqueada de nuevo. Durante la primernoche, del 20 al 21 de septiembre, sólhabía en posición piquetes de vigilanci

reforzados por una o dos avanzadas



Esta situación continuó hasta qufinalmente Knaust llegó con fuerzdurante la tarde del 21. Durante cinc

horas, entre las 19:00 y la medianochdel 20, la carretera estuvo despejada

inguna fuerza sustancial pudo cerrarl

efectivamente hasta que Knaust comenza rodar hacia el sur después demediodía del 21. Fue verdaderament

una ocasión perdida. Las fuerzas dFrost sucumbieron justo cuando lventana de oportunidad se cerraba dnuevo.

Para las 16:00 el Kampfgrupp

Knaust había alcanzado Elst. Procedió bloquear eficazmente la carretera co

as fuerzas acorazadas a su disposición



Se estableció el enlace con emovimiento de flanqueo que avanzabdesde el este. Al anochecer del 21 d

septiembre, la línea alemana iba desdel borde sur de Elst, defendida por e

ampfgruppe Knaust, pasando por Aa

al norte de Ressen, fortificado por loreservistas de Hartung. Continuabpasando por el borde oeste de Bemmel

defendida por los pocos carros del 10.Regimiento Panzer de las SS, luego asur hasta el Waal, dotada por eRegimiento Panzergrenadier 22. Por fi

estaba surgiendo una línea firme, capade bloquear o, en el peor de los casosamenazar cualquier otro avance aliad

hacia el norte hasta Arnhem. Era u



ogro asombroso. Harmel resumió cuáfue el factor decisivo: «Fue increíblver lo que se podía lograr co

mprovisación[295]».La superioridad aliada en la «Isla

significaba muy poco en esos bajos

pantanosos pólders, entrecruzados pozanjas llenas de agua y cursos acuáticosLa cobertura también era escasa. Habí

sólo unos pocos huertos y las aldeasHarmel pudo aprovechar al máximo supocos carros situándolos de manera qucubrieran las expuestas y ligerament

elevadas carreteras sobre los diques quatravesaban este terreno. «Esto tuvo sefecto» recuerda; «el terreno entr

imega y Arnhem era el peor posibl



para los carros, para ambobandos[296]».

«Improvisación», para el soldadalemán, significaba marchas contramarchas bajo una atmósfera demergencia y alarma. Los soldados e

primera línea parecían al tanto sólo da situación básica: había paracaidista

británicos en Arnhem, y los americano

legaban desde Nimega intentandenlazar con ellos. Los paracaidistaenemigos a retaguardia siemprnquietaban a los veteranos. Su

recuerdos de este período son confusoe inciertos; pueden recordar algunonombres de pueblos pero poco má

aparte de la naturaleza frenética de l



actividad que caracteriza a estaoperaciones. Una ruptura en alguna otrparte siempre significaba que tenían qu

rodear otro pueblo o aldea más parpoder llegar a su objetivo, a menudo dnoche y con poco o ningún aviso previo

El escaso conocimiento de la situaciógeneral provocaba inquietud.

Las unidades reconstituidas de

ampfgruppe Reinhold consiguieropoco más que un avance en columnahasta que se les ordenó consolidarse atrincherarse en la línea que había

alcanzado. Pocas unidades, aparte de locarros y granaderos que formaban lvanguardia, llegaron siquiera a entabla

contacto con el enemigo. La artillerí



aliada tendía a imponer la velocidad extensión del avance.

La experiencia típica de los Landse

equivalente alemán de los Tommy) y loSS en su mayor parte no tuvo nada dextraordinaria. La mayoría se había

visto retrasados en las afueras dArnhem, conscientes de que habícombates en proceso en los suburbios y

por ello incapaces de pasar haciimega. Esto se resolvió mediantmarchas forzadas durante la nocheseguidas por más interminables retraso

en torno a los puntos de transbordo ePannerden. Tras cruzar, venían máfatigosas marchas por expuesta

carreteras sobre diques, frecuentement



hostigados por los Jabos cuando sacercaba el amanecer. Agotados, se lerequería que cambiaran de dirección d

nuevo, se desplegaran y avanzaran eformación de ataque hacia nuevoobjetivos cruzando terreno pantanoso

Habiendo vadeado a través de zanjalenas de agua hacia un enemigo cuy

ubicación era desconocida, la orden d

hacer alto y atrincherarse era un alivioSi la situación se estabilizaba lsuficiente, podían organizar algunforma de rutina del frente y dormir algo

El Panzer III del Gefreiter KarlHeinz Kracht, parte del Kampfgrupp

Knaust, traqueteó en dirección sur haci

Elst. Nadie sabía lo que les esperab



adelante; estaban vigilantes, nerviosos expectantes. La experiencia de Arnhees había puesto nerviosos.

«Sólo quedaba un habitante en Rijswijk, usuburbio al nordeste del puente de ArnhemDisparó con una pistola desde la casa, detránuestro, a los granaderos».

La respuesta fue inmediata.

«Resultó muerto por una ráfaga dmetralleta. ¡Fue una pura estupidez! Por ldemás, todas las casas y la carnicería estaba

vacías[297]

».

De repente, se entró en contacto coos elementos de cabeza de la británic



1.a División Acorazada de los Guardiasque Kracht supuso que eran americanos

«El encuentro que tuvimos con loamericanos y los Sherman en un terraplén deferrocarril en Elst fue muy característico ecierto sentido. Algún gracioso que hablab

alemán gritó: “¡No disparéis, somoalemanes!” cuando aparecieron los primerocarros. Y luego abrieron fuego con todo lque tenían. ¡Esto nos costó dos de nuestro

Panzer y un buen número de nuestrogranaderos!».

Esta escaramuza describe l

situación tal como sucedía a lo largo da línea irregular establecida en l

Betuwe durante el 21 de septiembre

Kracht prosiguió:



«Reinaba la confusión, con amigos enemigos no sólo al frente sino también elos flancos y retaguardia. La línea del frent

no era distinguible y creo que algunodispararon contra sus propias tropas. Graciaa un milagro nuestro vehículo escapó a ldestrucción en la mêlée. Junto con otros doPanzer , nos enviaron a Zeddam parreacondicionarnos con reservas[298]».

Los alemanes empezaban a senti

que el frente en el sur estaba por ficomenzando a estabilizarse. Pero a las17:00 horas pudo distinguirse el rugid

de aviones acercándose desde el surcada vez más alto. Escuadrillas dSpitfire surgieron de las nubesRodeando las posiciones alemanas en e



área de Driel barrieron y se enfrentaroa los emplazamientos identificados coun mortífero ametrallamiento. El fueg

de ametralladora fue devuelto y locañones de la Flak comenzaron a ladrarntentando alcanzar estos nuevo

blancos. Un nuevo estrepitoso rugido daviones, más fuerte que antes, invadió lescena. Ahora llegaban Dakotas tras lo

Spitfire. El rugido cambió de toncuando los aviones redujeron lvelocidad, volando bajo. Debajo deprimer Dakota se abrió un paracaídas

uego otro y entonces un tercero… la 1.Brigada Paracaidista polaca estabsaltando. Por lo que a los alemane

respecta, esta escena, repetida una y otr



vez hasta que incontables formas negralenaron el cielo, era un funest

presagio. Eran más refuerzos. La luch

se detuvo momentáneamente eOosterbeek cuando los cañones de todaas armas se elevaron para hacer frente

a nueva amenaza de otro ataquaerotransportado.



XX. EL CALDERODE LAS BRUJAS

iablos Rojos» siguieron resistiendo ybatallando por cada

ción y cada casa, por cada sección de

terreno o jardín, sin

ar lo pequeño que fuera, como tigresacorralados.

dante de batallón SS.

La concentración alemana en



torno a Arnhem…

Desde el 18 de septiembre eMariscal de Campo Model había estadapareciendo diariamente en el puesto dmando del Obersturmbannführer Harze

situado en la escuela secundaria de lHeselbergherweg, a unos dos kilómetroal norte del puente de Arnhem. Desd

aquí intentó organizar contramedidasEra difícil coordinar las ofensivas de

ampfgruppe de la 9.a División SS d

Harzer en el este con los de von Tettaen el oeste porque no había radios. Lomovimientos de ambos Kampfgruppe

eran regulados por teléfono desde el I



Cuerpo SS directamente a la 9.a SS o, eel caso de von Tettau, a través deComandante Supremo de la Wehrmach

en los Países Bajos. Paradójicamenteos británicos que sí tenían radios

descubrieron que eran prácticament

noperantes, obstaculizada la señal poos bosques en torno a Arnhem y debid

a otros factores. En contraste, lo

alemanes pudieron sacar partido de uneficaz red telefónica que todavífuncionaba en Holanda a pesar de lucha, incluso en el mismo Arnhem. L

resistencia holandesa nunca pudconvencer a los recelosos británicos dque se podía usar.

La presencia de Model hizo much



para facilitar la rápida concentración dfuerzas alemanas en torno a Arnhem qurápidamente cerraron la bolsa d

Oosterbeek. Para poder acelerar el pasde refuerzos y apoyo logístico, Modeaprobó un enlace de mando directo entr

el cuartel general divisionario de la 9.SS de Harzer y el Grupo de Ejércitos BEsto dio dividendos inmediatos. El Alt

Mando del Ejército pudo desplazacolumnas de socorro directamente desdAlemania en un plazo mucho más cortoLos batallones de ametralladora

costeros 37 y 41 fueron inmediatamentdespachados al área de Arnhem. Lmunición podía, además, ser entregad

directamente a los asentamientos de l



artillería, las baterías antiaéreas y laarmas pesadas de la infantería más que ravés de la cadena logística normal. L

velocidad de respuesta fue igualada poa eficacia. Cuando Harzer se quejó d

que sus granaderos estaban sufriend

bajas inaceptablemente elevadas aasaltar edificios sin lanzallamas, Modenmediatamente hizo que cierta cantida

fuera llevada a primera línea desdalmacenes cercanos. El Pionier-Leh

attalion 9, una escuela de zapadorede asalto de Glogau en el Reich, estab

especialmente equipada para la luchcallejera y fue traído por avión aaeródromo de Deelen al norte d

Arnhem. Los aviones de transport



unkers Ju 52 comenzaron la operacióde transporte en la noche del 21 dseptiembre y continuaron a la noch

siguiente. Model a menudo visitaba lopuestos de mando de los batallones en efrente, imprimiendo su sello personal e

a batalla y apremiando a sucomandantes a limpiar la bolsa lo márápidamente posible. Muchas de esta

reservas iban a llegar en el momentpropicio.El 19 de septiembre llegó la brigad

lak del Oberstleutnant von Swoboda

Consistía en cinco destacamentoamaño batallón de cañones antiaéreo

de 88 mm, aunque también incluí

cañones de 20 mm, 37 mm y algun



artillería pesada de 105 mm.Tres de estos destacamentos fuero

asignados a la Hohenstaufen. Ésta

habían sido unidades estáticaapresuradamente redesplegadas desde lcuenca industrial del Ruhr y no era

aptas para operaciones móviles. Locañones, pese a su estrafalariapariencia, remolcados por tractores

camiones propulsados por gasógenorepresentaban el comienzo de una eficasombrilla antiaérea que iba creciendconstantemente en torno a Arnhem y

as zonas de aterrizaje. Para podeunificar el mando y control de estomedios antiaéreos, toda la Flak en e

área de Arnhem fue puesta bajo e



control del cuartel general de la brigadde Swoboda.

Apoyando esta organización estab

a División Jagdflieger 1 (aviones dcaza) « Reich» de la Luftwaffe, reciécedida por el Cuartel General Oeste d

a Wehrmacht para operaciones en eárea de Arnhem-Nimega. El oficial denlace de la fuerza área (FLIVO) s

puso en contacto con el cuartel generade Harzer y comenzó a dirigir eesfuerzo aéreo. Trescientos cazas de ldivisión pronto hicieron sentir de mod

periódico su presencia sobre ArnhemTanto el desastroso aterrizaje dematerial transportado en planeadores d

os polacos como la retirada de la 4.



Brigada Paracaidista de Hackett aperímetro de Oosterbeek fuerohostigados por la Luftwaffe alemana. L

división iba a reclamar finalmente quse le acreditara el derribo de 40 avionede transporte y 112 planeadores. De 43

aviones de transporte y planeadorebritánicos que despegaron de Inglaterrel 19 de septiembre, cerca de la mita

se vieron obligados a abortar la misiósobre el Canal de la Mancha debido amal tiempo. Los restantes se encontrarocon la Flak de Swoboda o poderosa

fuerzas de caza. De estos 10bombarderos y 63 aviones de transport

akota, 13 fueron abatidos y al meno

97 dañados[299]. Independientemente d



a exactitud de las reclamaciones dvictorias aéreas, los soldados alemanemiraron al cielo atónitos, exclamand

«¡la Luftwaffe ha vuelto!». Se encargó larea a escuadrillas con bases taejanas como Dortmund, Wer

Paderborn, Güttersloh, StörmedeAchmer, Lippspringe y Plantlünne, en enterior del Reich, para qu

nterceptaran las operaciones aéreas dapoyo a las fuerzas aerotransportadaaliadas y a su vez apoyaran laoperaciones ofensivas contra l

bolsa[300].Utilizando el recién establecid

sistema de comunicaciones de l

uftwaffe, los cuarteles generales de l



9.a SS podían ahora comunicarse con l1.a División Jagdflieger y dirigir a locomandantes de escuadrilla en el aireLa posesión de la Festung Dunkir

Fortaleza Dunkerque) otorgaba ahoruna ventaja especial. Muy por detrás d

as líneas aliadas, había quedado emanos alemanas y era capaz de informapor radio directamente al Grupo d

Ejércitos B de todos los transporteaéreos que la sobrevolaban. Las oleadade aviones en camino que se detectabanpodían ser esperadas en el plazo de unhora sobre Arnhem. Al llegar sencontraban con un preavisado cinturóde Flak , o se metían en las fauces de lo

cazas alemanes que habían despegad



con urgencia para interceptarlos.Sin duda la aparición de l

uftwaffe tuvo un impacto positivo en l

moral de las tropas alemanas eaquellos sectores donde se la vio actuarPero, a pesar de sus valientes esfuerzos

nunca escaparon al sarcasmo apenavelado de la mayoría de los soldadodel frente. Rudolf Trapp, que combatí

con la 10.a

SS en Arnhem comentó:

«Hasta tuvimos visitantes en nuestraposiciones entre los escombros. Estos era

pilotos alemanes que dibujaron croquis querían arrojar bombas sobre las posicionebritánicas. Pero nunca los volvimos a ver noímos hablar de ellos de nuevo[301]».



El 20 de septiembre el Grupo dEjércitos B ofreció a la 9.a SS eRegimiento de Artillería 191. Había, siembargo, una complicación. ERegimiento, que se estabreconstituyendo en el área de Zutphen

estaba listo para el combate en lo que srefiere a cañones y dotaciones pero nenía vehículos de remolque. E

ampfgruppe divisional de Harzeaceptó gustosamente hacerse cargo deransporte improvisando con sus propio esqueléticos recursos. Batería tra

batería fueron poco a poco desplegadaen posiciones en torno a Arnhem usandos pocos vehículos que todaví

quedaban bajo control divisionario



Como en el caso de la brigada ddefensa antiaérea, el cuartel general de191 Regimiento fue designado como e

órgano de coordinación de todas laarmas pesadas incluida la Flak , en esector de la Hohenstaufen. Se le orden

cubrir las zonas de aterrizaje, hostigar batir blancos puntuales dentro decaldero con bombardeos concentrados

así como proporcionar fuego dprotección y de contrabatería. Al dísiguiente el Grupo de Mortero«Nickmann» de las SS se unió al nuev

mando de artillería designado «ArK191» ( Artillerie Kommando). Estgrupo estaba formado por las II y II

baterías del Destacamento d



Morteros 102 de las SS, que consistíaen dos grupos de seis mortero

ebelwerfer de 32 cm (multitubos

electrónicamente accionados) caduno[302] y que habían estado operando eel área de Arnhem desde el 17 d

septiembre. Toda la artillería estabahora subordinada a un sólo organismoal que se le ordenó reducir la bolsa.

Según la situación alemana en torna Arnhem se iba estabilizando, tambiéo hicieron las diversas planas mayore cuarteles generales que apoyaban tod

el esfuerzo. La escala de los combateobligó ahora a los alemanes considerar la evacuación de l

población civil, una medida promulgad



por el Grupo de Ejércitos B el 20 dseptiembre. El Obersturmbannführe

Harzer, al que se le ordenó ejecutar l

orden, informó al alcalde que debídesalojar la ciudad en cuatro días posectores que iban de sur al norte. En l

que a las fuerzas de ocupación srefería, tenían muy pocos reparos: lociviles suponían una carga para e

reabastecimiento, se metían en medio se sospechaba, a menudo acertadamenteque proporcionaban apoyo y auxilio as fuerzas aliadas. Pero la medida er

más fácil ordenarla que llevarla a cabo.Sólo la policía, los bomberos, l

defensa civil, el personal de lo

hospitales y los enfermos y heridos qu



no podían transportarse recibieropermiso para quedarseComprensiblemente, a los holandese

es sentó mal la medida. Muchos de lohabitantes sencillamente se trasladaron Velp, una reacción tolerada tácitament

por Harzer que tenía problemas máapremiantes de los que encargarse.

El reabastecimiento de raciones n

era un problema inmediato para loalemanes. Había raciones suficientes eArnhem antes de los lanzamientoaliados. La distribución, particularment

durante los primeros días, fue eproblema principal. Alfred Ziegler, emotorista mensajero de las SS qu

uchaba con el Kampfgruppe Bruhns



recuerda: «el miércoles 20 como un dímemorable porque fue la primera veque recibimos una comida caliente, qu

fue entregada en una casa al norte de lrinchera del ferrocarril [Ede

Arnhem]»[303]. Fueron, paradójicamente

os aliados quienes solucionaron eproblema de la distribución.

En el primer día de los lanzamiento

a Hohenstaufen capturó a un oficiabritánico en posesión de instruccionepara hacer señales desde tierra a laviación con paneles, incluyendo el us

de humo y bengalas para indicar lazonas de aterrizaje. El IC (Oficial dnteligencia) Divisionario de Harzer, e

auptsturmführer Schleffler, tradujo la



nstrucciones, lo que permitió a la 9.a Smarcar y designar zonas de lanzamientpara los suministros enemigos tras supropias líneas. Desde el 18 dseptiembre en adelante la RAF comenza lanzar armas, munición y suministro

médicos a los alemanes. No había aguni electricidad en Arnhem, de modo quse pidió agua a Inglaterra y ésta fu

enviada sin demora. Se estima que dunas 390 toneladas de suministrorepartidas el 19 de septiembre, poejemplo, 369 toneladas aterrizaro

dentro de las líneas alemanas[304]. Lque esto significó para los británicos furevelado en una retransmisión en viv

de la BBC, grabada por el corresponsa



de guerra Stanley Maxted, que shallaba en la bolsa, el 20 de septiembre

«Ayer y esta mañana llegaron nuestrosuministros y fueron arrojados en el lugaequivocado. El enemigo los cogió pero ahorestos aviones nos han sobrevolado y los ha

lanzado justo sobre nosotros. Todo el mundda vivas y aplaude y no paran de hablar sobrqué espectáculo maravilloso es esto. Todoesos fardos y paquetes lanzados en paracaída

y munición están bajando por todas partes etorno nuestro a través de los árbolerebotando en el suelo; los hombres estácorriendo para cogerlos y no tenéis ni idea d

lo que significa ver cómo esta munición esta comida está cayendo aquí, donde lohombres pueden cogerla. Son unomagníficos luchadores, pero necesitan limprescindible para luchar. Pero es una visió



maravillosa y una vergüenza cuando no puedeobtener lo que necesitan para luchar. Podéioír la clase de Flak a través de la que vuela

esos aviones, es totalmente como… [ruido dantiaérea]… granizo allá arriba. Estos cañoneenemigos todo en derredor nuestrsimplemente martilleando a esos avionepero hasta ahora no he visto nada, no he vista ninguno de ellos ser alcanzado, pero lofardos están bajando, los paracaídas estábajando [ruido de aviones y antiaéreos]…[305]».

Los británicos y los americanos ibaa perder 144 aviones de transporte entr

el 17 y el 25 de septiembre[306].Herbert Kessler, un joven suboficia

que servía con el Regimiento d

nstrucción Hermann Göring , escribi



sobre los «paseos de descubrimientoque los soldados hacían durante el dípara alimentarse con los suministros d

esos paracaídas:

«Los soldados vivían de racione

preparadas y ya no estaban obligadosdepender de las cocinas de campaña. La mejoy más sabrosa comida enlatada que jamás thabías atrevido a imaginar, acompañada dcigarrillos y chocolate, por supuesto. Todoestos tesoros caían del cielo[307]».

Los efectivos de las fuerza

alemanas habían sobrepasado entoncea proporción de fuerza requerida par

empezar a erradicar la bolsa d

Oosterbeek. El 20 de septiembre e



Mariscal de Campo Model puso aampfgruppe von Tettau bajo el mand

del cuartel general del II Cuerpo d

Ejército Panzer SS de Bittrich. Todaas fuerzas en el oeste, incluidas las d

von Tettau, recibieron la misión d

levar a cabo ataques conjuntos aunísono a lo largo de todo el perímetrcercado. Estos ataques concéntricos

ordenó Bittrich, debían comenzar el 2de septiembre. Los británicos debían seatacados desde el oeste, norte y esteantes de que pudieran ser relevados

reabastecidos.



Desde el oeste: von Tettau…

Los refuerzos alertados desde e

comienzo de los lanzamientos aéreoodavía seguían llegando en el ladoeste del perímetro y eranmediatamente empeñados en la lucha

Aquellos que llegaban del norte dHolanda y el área de Utrecht fuerogeneralmente asignados al Kampfgrupp

von Tettau. Los soldados estabaconfusos por las constantenstrucciones de marcha y contramarch

causadas por informes de decenas d



nuevos lanzamientos de paracaidistasLa mayoría carecían de instrucción y ssentían inquietos sobre como iban

recibir al enemigo al encontrárselo. Eeutnant Martin cuya sección de

Batallón Fliegerhorst 3 habí

observado el imponente sobrevuelo da fuerza aérea cerca de Tilburg el 17 d

septiembre, recordaba el furioso paso a

que se sucedían los acontecimientos esu diario de los días siguientes:

«20 de septiembre. Partimos para D

Bilde cerca de Utrecht. El camión de racionepasó sobre una mina y fue destruidoLloviendo. Botella de coñac con losargentos Reuter y Westenese».

«21 de septiembre. Orden de marcha a la



11:00. Todo el mundo muy nervioso. Pasamopor Zeist, Doorm, Amerengen, Rhenen Grebbe, llegando a las 14:00. En reserva de l

división; nos atrincheramos. Orden de marcha las 20:00. “Acudan inmediatamente afrente”, oeste de Arnhem. Entramos eposición de noche. Muy oscuro[308]».

Herbert Kessler, el suboficial de 1años del Batallón «Worrowski» deRegimiento de Instrucción Herman

Göring , había pasado la noche de19-20 de septiembre, alternando entrdormir y hacer guardia, a lo largo de l

misma ruta: la carretera Ede-Arnhemque la unidad del Leutnant Martihabría de usar para llegar a las afuera

de Arnhem. La compañía de Kessle



había venido pedaleando desde Katwijan Zee en la costa del Mar del Nortmás arriba de Rotterdam. «S

rumoreaba» recuerda «que nos habíadesignado como reserva parcontraatacar contra más lanzamiento

paracaidistas». El 20 de septiembruvieron los primeros débiles roces co

el enemigo cerca del brezal de Ginkel:

«Tras una pasada de ametrallamiento poaviones en vuelo rasante, llegaron órdenes ddespejar una parcela de bosque donde ssospechaba que había paracaidistas enemigorezagados. No encontramos nada excepto lomuertos de los primeros días de lucha: pruebmanifiesta de los nefastos sucesos que habíatenido lugar allí».



Aún no había contacto positivo coel enemigo. Al caer la noche lcompañía volvió a montar en su

bicicletas y continuó a lo largo de lcarretera Ede-Arnhem hasta llegar Wolfheze. Pasaron la noche en el parqu

«que había sido el centro de suoperaciones aerotransportadas»observó Kessler [309].

El avance hacia el oeste deGeneralleutnant von Tettau haciArnhem había ayudado a «cerrar lapa» de la caja que encerraba e

perímetro de Oosterbeek. Ahora hizalto para reorganizarse en preparacióde los ataques simultáneos planeado

por la 9.a SS de Harzer desde e



nordeste y este para el 21 de septiembreVon Tettau también había recibido lmisión, del Alto Mando de los Paíse

Bajos de salvaguardar sus áreas dretaguardia contra cualquier otro ataquenemigo en paracaídas, y contr

cualquier otra amenaza resultante de lruptura aliada en Nimega. Para lograesto, se debía ocupar una línea que s

extendía desde una posición en el canaentre Ochten al este de Kesteren y eRhin al sur de Grebbe, hastHeveadorp[310]. El Batalló

liegerhorst 2, mandado por el Majo

Liebsch y el Schiffsturm Abteilung 1

Batallón Naval de Maniobra) fuero

retirados del flanco derecho de



Standartenführer Lippert e introducidoen la nueva línea. El Regimient«Knoche» fue constituido con varia

unidades dispares, incluyendo el Fla

bteilung 4 del Regimiento 668 parprotegerlos contra otros posible

desembarcos aéreos enemigos en lretaguardia. En suma, von Tettadesplegó sus unidades meno

experimentadas en profundidad comreserva, conservando las fuerzas máefectivas para los ataques concéntricoplaneados contra el caldero el 21 d

septiembre.El «frente» encarado contra lo

británicos en el oeste consistía ahora d

derecha a izquierda del Batalló



«Worrowski» del Hermann Göring , de los Batallones SS «Schulz»«Eberwein» y «Helle» que pertenecía

al regimiento de Lipper«Unteroffizierschule Arnheim». Ebatallón del Hauptsturmführer Kraff

debía aguardar y concentrarse comreserva de la división en el área dWolfheze. Para todas las unidades qu

rodeaban la bolsa británica la hora Hsería las 08:00 horas[311].Este pulcro plan sobre el pape

expuesto por von Tettau en su inform

ras el combate no reflejaba del todo loacontecimientos en primera línea. E

eutnant Martin describió gráficament

en su diario al día siguiente la situació



al como la vio:

«22 de septiembre. Frío y con niebla. Lo

tres comandantes están en el puesto dmando. Estamos atrincherados encaradohacia el Rhin. El grupo de combat“Marhmas” [ilegible] en Heveadorp

Francotiradores actúan de noche. Intenslluvia. Ni idea de la situación. No hay correoMucho frío[312]».

No existía un «frente» preciso. Sólos soldados en las posiciones má

adelantadas estaban en posición d

suministrar información para los mapade los estados mayores. Econsecuencia, cuando el batallón de

ermann Göring de Herbert Kessle



comenzó su asalto, sus soldados nsabían cuál era el objetivo, de hecho, nsiquiera sabían dónde estaba e

enemigo. Lógicamente, esto iba a teneresultados catastróficos. Martin escribien su diario:

«La orden de avanzar llegó a primera luzEl batallón debía ser empeñado en combatdurante el día. Nadie conocía la situació

exacta. Avanzaron sin reconocimiento evanguardia, liderados por el auto decomandante de la compañía. No se podíhablar de una línea del frente clarament

trazada debido a las peculiaridades de la luchHabía rezagados enemigos dispersos por todel área y combatieron tenazmente haciendhonor a su reputación como unidad de élite».



La compañía pasó pedaleando eHotel Wolfheze y a lo largo de lcarretera que el batallón de Krafft habí

defendido el primer día. Giraron al supor una carretera secundaria que llevabhacia Heveadorp. Tras cruzar l

Oosterbeksche Weg, Kessler recuerdque después:

«… nos salimos de la carretera a lderecha por una pista forestal, donde hicieroalto apiñados muy juntos. Hasta dondalcanzaban a ver, no había rastro del enemigoPero esto iba a cambiar muy pronto. Lo

soldados estaban sentados en sus bicicletatotalmente despreocupados, cuando fuerosorprendidos por un mortífero fuego dametralladora desde el flanco. Algunos d

ellos no tuvieron tiempo siquiera de poners



a cubierto echando cuerpo a tierra. A lizquierda de la pista había una franja darbustos y maleza. Al borde de ella estaba l

posada Westerbouwing, donde el enemigoobviamente, había establecido un puesto dobservación en la torre. Desde aquí lobritánicos habían observado la aproximacióde la unidad alemana, emplazaron suametralladoras y abrieron fuego. Tras superala conmoción inicial, llegó la orden inevitabl“Compañía, ¡al ataque!”[313]».

El terreno elevado eWesterbouwing estaba defendido pouna sección de infanterí

aerotransportada en planeadores de lCompañía B, 1.er Batallón « Borde

egiment ». Tácticamente era un

posición vital ya que dominab



otalmente el perímetro de la 1.División Aerotransportada británica y eransbordador de Heveadorp, cuy

pérdida debía afectar significativamentas posibilidades de refuerzo desde e

otro lado del bajo Rhin. Gran parte d

esta importancia ha sido, no obstanteatribuida retrospectivamente por lohistoriadores. El Mayor Genera

Urquhart, el comandante de la divisiónhabía sido atrapado en un terreno que nhabía elegido y era impotente parreaccionar. En cualquier caso, lo

británicos no se habían dado cuenta da importancia de esta característica deerreno. De igual modo, los alemanes

como sugiere el relato de Kessler



ampoco estaban aspirandnecesariamente a capturarlasimplemente se habían topado con la

fuerzas británicas que aseguraban lposada. Ellos también iban a pasar poalto el inmenso valor táctico de l

colina. Von Tettau estaba totalmentabsorto en la tarea más inmediata ddespejar el lado oeste del perímetro d

Oosterbeek. Pocos entre el personal dsu estado mayor habían tenido lsuficiente astucia táctica para apreciaa importancia de este golpe de suerte

El Oberstleutnant Fullriede fue tamordaz como el Standartenführe

Lippert en su opinión sobre el cuarte

general de Von Tettau, cuyo Estad



Mayor «podía ser comparado a un clubpara ancianos caballeros[314]».

Sus subordinados del Regimientermann Göring , entretanto, s

anzaron al ataque. Kesslernmovilizado por el fuego enemigo, vi

que:

«… la sección de armas pesadas habíemplazado sus ametralladoras para fueg

sostenido y devolvieron el fuego. Pronto losoldados, habiendo superado ya del todo ssorpresa, comenzaron a atacar. Se metieroentre la maleza y abrieron fuego d

ametralladora, sólo para oír el sonidtranquilizador de sus propias armas».

Eventualmente, algunos pelotones s



abrieron paso combatiendo a través dos árboles y asaltaron el interior de lo

edificios de la posada, capturando a lo

británicos que estaban dentro. Lvictoria dio poca satisfacción, sólbajas elevadas y la sobria aceptación d

o que les esperaba. Kessler, al ver a loprisioneros pasar en fila junto a él, ssintió preocupado:

«Incluso una mirada superficial a loprimeros soldados enemigos revelaba que eefecto pertenecían a una unidad selecta. Lomuchachos eran altos como árboles, biealimentados y bien equipados».

Su comandante regimenta

Oberstleutnant Fullriede coment



mordazmente la contribución de sunidad al ataque. Escribió:

«En el ataque contra Westerbouwing ebatallón “Worrowski” perdió a todos suoficiales excepto un teniente y la mitad de stropa. Estas bajas fueron culpa de un ta

Oberst Schramm que estaba al mando de estoperación y que había prohibido el empleo darmas pesadas porque temía que alcanzaransus propios hombres. El idiota prefería deja

que cientos de ellos murieran[315]».

El Oberst Schramm fue relevado de

mando a insistencia de Fullriede tredías más tarde.El resto de los ataques montados po

el Kampfgruppe von Tettau hizo poco



avances aquel día. El Standartenführe

Lippert informó a media mañana de qu«estaba haciendo sólo lentos progreso

contra una dura resistencia enemiga» poco después que «unos 800 metros derreno se han ganado contra fuert

resistencia enemiga». Lippert tambiérevelo que «se informa de bajaespecialmente graves en el batalló

ermann Göring [316]

». Herbert Kesslehizo la crónica de la desintegracióposterior de su compañía tras edesastre de Westerbouwing:

«Tras una breve reorganización lcompañía continuó el ataque hacia el pueblde Oosterbeek. Era difícil ver al enemigo e



la lucha en los bosques. Los francotiradoreen las copas de los árboles causaban bajaconsiderables, las armas automática

enemigas, que se desplazaban con frecuenciasólo podían ser silenciadas con dificultades a veces con numerosas bajas. A mediodía, lcompañía estaba completamente dispersa y sreplegó mientras que una unidad vecincontinuaba el ataque contra Oosterbeek. Lorestos de la compañía eran sólo un gruppequeño, con sus camaradas ausentemuertos, heridos, o dispersados

rezagados[317]».

Sencillamente había un límit

nfranqueable para los soldados siadiestramiento, las complicaciones exigencias del ataque a menudsobrepasaban sus limitadas habilidade



experiencia. Fullriede comentó dnuevo ese mismo día sobre un AltMando del Ejército que enviaba a l

ucha soldados sin instrucción, decidida resolver la situación costase lo qucostase: «A pesar de la intervención de

OKW, devolví a unos 1600 reclutas Alemania. Enviarlos a la batalla habrísido sencillamente un infanticidio».

La evaluación de Fullriede erprobablemente correcta. En el otro laddel perímetro, los veteranos de Harzede la 9.a SS, atacando furiosamente

estaban haciendo aún menos progresosVon Tettau fue informado por el AltMando de los Países Bajos:



«La 9.a SS División Panzer sólo hganado 200 metros de terreno contra fuertresistencia enemiga[318]».

Desde el noreste y el este: la9.a SS…

Tras el colapso del intento de la 1.Brigada paracaidista de llegar hastFrost en el puente, el Kampfgruppe S

Spindler había pasado a la ofensivaPero para la tarde del 20 de septiembrea pesar de la tenaz lucha, sólo habí

conseguido avanzar hacia Oosterbee



algunas manzanas de casas. Parte deretraso fue causado por la asimilacióde reemplazos frescos y en gran medid

sin instrucción. El Hauptsturmführe

Möller seguía en punta del avance a largo de la Utrechtseweg cuand

legaron sus refuerzos:

«El 20 de septiembre, el batallón dzapadores recibió los reemplazos prometido

del Reichsarbeitsdienst , la Marina y lLuftwaffe. Los reemplazos no tenían ningunexperiencia de combate y no sabían nadsobre la lucha en las calles. A pesar de todo

estuvimos contentos de recibirlos. Estohombres eran bastante escépticos y recelosoal principio, lo que difícilmente constituíuna sorpresa. Pero cuando fueron situados e

el lugar adecuado nos fueron de mucha ayuda



y con el tiempo se integraron por completohaciéndose buenos y fiables camaradas[319]».

En este punto, eObersturmbannführer Walther Harzercomandante de la Hohenstaufen

decidió revisar sus tácticas parconseguir mayores progresos. Durante lnoche del 20-21 de septiembre lodiversos Kampfgruppen de la 9.a Srecibieron la orden de reagruparse parncluir pequeños grupos de penetració

de zapadores de asalto (Sturmpionere)

atacar en unidades escalonadas una traotra en un sector seleccionado reducido. El objetivo era formar punto

de penetración estrechos pero profundo



en el frente británico. Los cañones dasalto y semiorugas acorazados qumontaban armas pesadas rodaron hast

as áreas de reunión bajo la media ludel alba, para ayudar con su fuego abrir un paso para estos asaltos d

«rodillo». Se iban a concentrar ataqueconstantes en un frente pequeño, con lareservas en escalón para explota

nmediatamente cualquier éxito. ESchwerpunkt , o punto de concentraciódel esfuerzo, debía seguir en el sectodel Kampfgruppe Spindler. A las punta

de lanza se las reforzó con la inclusióde tres baterías de cañones de asalto da Sturmgeschütz Brigade 280, (Brigad

de Cañones de Asalto). La brigada, qu



acababa de reacondicionarse eDinamarca, estuvo brevemente bajmando del 15.o Ejército antes de seenviada a Arnhem, donde desequilibra balanza en favor de los alemanes e

19 de septiembre. Su comandante, e

ajor Kurt Kühne (posteriormentcondecorado con la Cruz de Caballerpor la contribución de su unidad), habí

repartido sus baterías de tres StuG IIcada una entre los Kampfgruppe

«Spindler», «Harder» y «voAllworden». El comandante de l

ercera batería de Kühne, el Feldwebe

Josef Mathes, ya había muerto en locombates del primer día[320]. La brigad

ncluía su propia infantería orgánica



muy armada. Cada batería tenía ochametralladoras ligeras y siet

anzerfauste[321]. A gran parte de spersonal todavía le faltaba experiencide combate.

Este reagrupamiento de recurso

ogró algunas penetraciones profundapero a un coste considerable. En la jergmilitar alemana, una bolsa que contení

ropas enemigas atrapadas era llamader Kessel el caldero. Esta batalla econcreto fue adornada con un términmás descriptivo por los soldado

alemanes que se refirieron a su situaciócomo Der Hexenkessel : el caldero das brujas. Éste era en gran parte e

cuadro descrito por e



auptsturmführer Möller según suzapadores de asalto batallaban a largo de la Utrechtseweg . Ahora s

veían envueltos en:

«… encarnizados y aislados combate

cuerpo a cuerpo, mientras mis hombreluchaban de habitación en habitación, desde lplanta baja hacia arriba, de jardín a jardín y dárbol en árbol. Un carro y un semiorugacorazado fueron destruidos por fueganticarro. Schmatz y la segunda compañíhabían lanzado su ataque al mismo tiemppara cubrir el flanco derecho de la tercercompañía. Atacó a los sorprendido

paracaidistas por la retaguardia colanzallamas lo que permitió aUntersturmführer Linker tomar aliento conservar y consolidar la nueva posición. Lo

Diablos Rojos seguían resistiendo y luchaba



por cada casa y cada habitación, por cadpalmo de terreno o jardín, sin importar lpequeño que fuese; como tigre

acorralados[322]

».

Sólo consiguieron una penetracióde algunos cientos de metros. Lo

problemas de asimilar a los nuevoreclutas se pusieron de manifiestdurante estos duros combates. E

ottenführer Wolfgang Dombrowskque combatía en la segunda compañíarelata como se perdió el cañón d

asalto:«Un Sturmgeschütz III fue asignado a m

pelotón. Tenía una tripulación variopinta

había un suboficial de la Wehrmacht a



mando, un hombre de la Luftwaffe

probablemente el cargador y otros dohombres del ejército. Estábamos haciend

una progresión realmente buena con esthasta que acabamos bajo fuego de infanteríapoyada por un cañón anticarro. Ltripulación, que había sido virtualmentreunida de cualquier modo para estoperación, fue presa del pánico cuando evehículo fue alcanzado. Aunque el daño ersólo superficial, el cañón de asalto metimarcha atrás bruscamente hasta una call

lateral, donde la tripulación saltó de él por lparte de atrás y huyó. Sólo el suboficial squedó con nosotros, ¡bastante disgustado!».

Pero sus problemas estaban lejos derminar. Atravesando la calle como un

flecha, esquivando y entrecruzándos

mientras corrían, vino un grupo d



paracaidistas británicos directamenthacia el vehículo abandonado.

«El enemigo se hizo con él. Les oímoprobar el motor, y arrancó. El cañón se elevy bajó: pero no pudieron conducir el blindadpara poder detener una oruga y pivotar con l

otra, para poder mover el cañón a izquierda derecha. “¡Dios mío!” exclamó sobresaltadel jefe del blindado. Afortunadamente ecañón seguía apuntando hacia la casa ocupad

por los británicos. Nos estábamos poniendmuy nerviosos con todo esto. Aunque nodispararon con la ametralladora de a bordolos británicos no pudieron poner en uso e

armamento principal. Al final el motor fuapagado y salieron de él. Se quedo allí emedio, ¡como una constante amenaza epotencia para ambos bandos!»[323].



A finales de la tarde del 21 dseptiembre se habían destacado treíneas de ataque distintas clavadas en e

ado este del caldero. El Kampfgrupp

SS Spindler, que incluía a Mölleravanzaba a lo largo y al nordeste de l

Utrechtseweg . Cubriendo el terreno a lzquierda del bajo Rhin estaban los doampfgruppe SS, «Von Allworden»

«Harder». Se habían tomado calleenteras y algunas manzanas. Pero lbatalla, ahora más o menos estática, shabía convertido en una de desgaste qu

aumentaba constantemente de intensidamientras ambos bandos luchabaenazmente por el mismo terreno. E

auptsturmführer Möller recuerd



cómo los horrores de la lucha podíaener intercalados momentos de tregua

como cuando una ocasional «botella d

whisky bajada con un cordel» erntercambiada en una situación de punt

muerto entre dos pisos de una cas

ocupada conjuntamente, con «mizapadores enviando chocolatinas cambio». Pero uno nunca se podí

permitir confiarse:«Había juego limpio, pero esto no podí

ocultar el hecho de que la batalla continuab

con una ferocidad que no menguaba. Más dun hombre que tuvo fe ciega en estos gestofue hallado muerto con un agujero en lcabeza. ¿Qué les sucedió? Bueno, ¡así es llucha en las calles! Otros hombres s



acercaron demasiado a una ventana en vez dpermanecer adentro de la habitación observar desde allí. Un invisible francotirado

enemigo castigaba este descuido con una balcertera. El Rottenführer Tornow, un bravo prudente jefe para sus hombres, murió aspagando caro un momento de descuido. Partodos nosotros eran incomprensibles todoestos caprichos del destino, los muchorostros de la guerra, lo impredecible quera[324]».

Mientras que el Kampfgrupp

Spindler intentaba agrandar lapenetraciones logradas en el este, a

norte y nordeste de ellos estaba eampfgruppe Bruhns, que limpiaba lo

planeadores que se habían pasado d

zona y aterrizado entre la zona d



aterrizaje «S» y la de aterrizaje de lopolacos en «L». Alfred Zieglermotorista mensajero del S

anzerjäger 9, con Bruhns, recuerda savance caro y laborioso:

«Nuestra unidad fue retirada de la línepara poder dormir algo, porque al dísiguiente estaba previsto que lucháramos caspor casa con los lanzacohetes anticarr

Panzerfauste en Oosterbeek. No obstantenuestra fuerza había disminuido hasta upequeño grupo de 50 a 60 hombres».

Esto de una plantilla inicial de 120Acabaron por meterse en una pequeñcasa al norte de la trinchera deferrocarril Ede-Arnhem. «Era una buen



construcción», recordó ZieglerObservando por la ventana, examinandel terreno por el que avanzaría, él:

«… advirtió explosiones de obús qucaían con un patrón característico delantnuestro, centrándose en la trinchera del trenSe lo mencioné a nuestro Leutnant , que dijo“¡No dejes que se te desboque la imaginaciónSon tiros perdidos”. Bueno, no lo eran. Fuherido más tarde y le saqué de allí en e

sidecar de mi moto. Conseguimos pasar eobstáculo cruzando la trinchera a la carreraun pelotón cada vez».

Una vez al otro lado, siguierohaciendo sólo lentos avances contra unresistencia enemiga que se endurecía.



«Cavé un agujero cerca del puente pasadla vía del tren, aparqué mi motocicleta poencima como protección contra la metralla d

las explosiones en el aire, y me dormí en efondo».

Como en el este, una vez que s

alcanzó la línea de casas en el bordnorte de Oosterbeek, el avance degeneren una salvaje lucha de desgaste. Ziegle

recordaba la continuación del ataque ea tarde del 21 de septiembre:

«Nuestra pequeña unidad estuvo empeñad

en combates casa por casa durante todo el díy pagó un terrible precio. Por la noche sólquedaban 21 hombres ilesos, totalmentdesprovistos de mandos. Herr Bruhns me dij

que fuera y buscara a von Allworden y l



dijera que si no retiraba sus pocos hombresupervivientes que quedaban en la línea, nquedaría nadie de las tripulaciones originale

de los cazacarros[325]

».

Y entonces aterrizaron los polacos.



XXI. LA CRISIS

ra lo que faltaba: ¡el enemigo en nuestra

retaguardia!

de las SS.

Otro frente: Betuwe, 21-22 deseptiembre…

A los aliados sólo les quedaba unposibilidad para salvar a los Diablo

Rojos en Arnhem. Para las 14:00 del 2



de septiembre, las nubes sobre loaeródromos en Inglaterra se despejaroo suficiente para permitir despegar

os paracaidistas de la 1.a BrigadParacaidista polaca. Bajo el nuevo planos polacos debían lanzarse cerca de l

aldea de Driel cerca de la terminal sudel transbordador de HeveadorpDurante la noche se tenía la esperanz

de cruzar el río por transbordador parreforzar el perímetro británico en lribera norte hasta que el XXX Cuerppudiera abrirse paso.

Desafortunadamente, el tiempo sobrel continente no se había despejadoSobre los Países Bajos les aguardaban

prevenidos de antemano, la Luftwaffe



a Flak . Las escuadrillas deagdgeschwader 26 , bajo e

Oberstleutnant Priller y aviones de loagdgeschwader 2 y 11 atacaron lo

aviones de transporte y reclamaron ederribo de víctimas, principalment

después de que hubieran lanzadoDe 100 aviones sólo 53 lanzaron sucargas. Aquellos que saltaron incluían a

comandante de la brigada, MayoGeneral S. Sosabowski, y el equivalentde dos débiles batallones, unos 75hombres.

El lanzamiento galvanizó a loalemanes. «Esto era lo que faltabaexclamó el Rottenführer Rudolf Trapp

al presenciar el espectáculo en la



afueras del oeste de Arnhem «¡eenemigo en nuestra retaguardia!». Suhombres entraron inmediatamente e

acción:

«Cuando vimos nuevos paracaidista

aterrizando nos alineamos a lo largo del borddel Rhin y les disparamos con todo lo quteníamos. Emplacé mi ametralladora y disparprolongadas ráfagas ya que había muy poctiempo hasta que llegaban todos al suelo. Estcausó un gran impacto ¡un segundo frentePensamos que probablemente se dirigirían apuente y tratarían de cruzar el río, por lo qunos quedamos bajo los árboles y disparamo

al aire[326]».

Elementos del Kampfgruppe Knaus

el Batallón de Reconocimiento de l



ohenstaufen estaban en la carretercerca de Elden y pronto sus cañoneantiaéreos ligeros, ametralladoras

fusileros se unieron al combate. Loanzamientos fueron una sorpresa tota

Como consecuencia, gran parte de lo

disparos se hicieron a tontas y a locasEl Regimiento de Artillería 191 y el S

Werfergruppe Nickmann rápidament

comenzaron a disparar salvas enteracontra la zona de aterrizaje. Algunoparacaidistas fueron alcanzados en eaire incluso antes de que el dosel de su

paracaídas hubiera llegado a tierra. Pera pesar de la tempestad de fuego que salzó para recibirlos, las bajas polaca

en el aterrizaje resultaron ser leves. Tra



vencer una resistencia de poca entidaen la zona de aterrizaje, el GeneraSosabowski hizo el desalentado

descubrimiento de que poco antes loalemanes habían desalojado a lobritánicos del extremo norte de

emplazamiento del transbordador —parte del ataque del Hermann Göring — la embarcación de transbordo habí

sido hundida. Parecía haber pocaperspectivas a corto plazo de llegar reforzar el perímetro de loaerotransportados.

Los alemanes, ignorantes de esto, semían lo peor. El Standartenführe

Lippert, en su puesto de mando en l

ribera norte, aún tenía que conocer l



confirmación de los avances debatallón Hermann Göring . Declarposteriormente:

«Esta fue, en lo que al cumplimiento dmi misión se refiere, una de las situacionemás críticas que surgieron. Driel estabasólo algunos kilómetros al sur detransbordador del Rhin en Heveadorp, que aúno estaba en nuestro poder. Todo parecíindicar que era probable que los polaco

cruzaran por el transbordador lo más rápidque pudieran para poder auxiliar a los ingleserodeados en la bolsa[327]».

Pero la amenaza era aún mámportante que eso. Implicaba no sól

que los polacos podrían forzar el pas

del Rhin, sino que podrían avanza



comunicación. No se podía permitir qua historia se repitiera de nuevo.

La magnitud de la reacción aleman

proporciona cierta medida de lmportancia que se dio a este último gir

de la crisis. Se ordenó a l

ohenstaufen que empleara todas lareservas disponibles contra este nuevenemigo. Su comandante, e

Obersturmbannführer Walther Harzercomentó con cierto alivio que: «ni lcaptura del puente de Arnhem, ni lformación de poderosas reservas por e

ampfgruppe de la 9.a SS Divisióanzer habían tenido lugar un día, n

siquiera una hora, demasiado pronto

como se iba a demostrar a primera hor



de la tarde del 21 de septiembre[328]»Todas sus reservas que habían sidformadas con unidades que habíalegado y estaban a la espera fuero

empeñadas contras esta nueva amenaza.Por consiguiente se formó un

Sperrverband , o unidad de bloqueo asur del bajo Rhin en Betuwe: lSperrverband Harzer. Esta fuerz

mprovisada demostró una vez más lcapacidad alemana para tapar brechaen la línea de forma sólida y eficacuando aparecían, cualquiera que fuer

a escala de la crisis general. Constabde cinco batallones: «Schorken», ugrupo de combate naval, «Kohnen» de

arine Kampfgruppe 642, el batalló



de la Luftwaffe «Kauer», el Batallón dAmetralladoras Costero 47 y el 3.e

batallón de las SS holandesaandsturm Niederland . En total habí

14 compañías de infantería, qucontaban con unos 2461 hombres, qu

crecieron hasta 17 compañías para el 2de septiembre. El apoyo de artilleríambién estaba en camino. Se ordenó

un destacamento del Regimiento dArtillería 191 y a otro de la Brigadlak Swoboda que ocuparan posicione

en Elden. Sus misiones eran atacar a lo

polacos inmediatamente, apoyar a lSperrverband y mantener la carretera edirección sur de Elden a Elst abiert

para la 10.a SS. Los destacamento



contaban con 15 ó 16 cañones de 88 mantiaéreos, ocho cañones de 20 mm piezas adicionales antiaéreas de 37 mm

A pesar de que los polacos no pudieroreforzar inmediatamente a los británicossu impacto en las operaciones fue mayo

que el que le atribuyen algunas historiaoficiales. Atrajeron a un númerconsiderable de tropas y recursos que d

otro modo habrían sido incluidos en loataques concentrados planeados para e22 de septiembre. Habían prolongado lsupervivencia de la 1.a Divisió

Aerotransportada Británica[329].Harzer actuó velozmente durante l

noche del 21-22 de septiembre par

establecer la nueva Sperrverband . E



Batallón de Ametralladoras Costero 4encabezó el ataque contra el objetivprevisto: el terraplén de la vía férre

Arnhem-Nimega. Éste se alcanzsorprendentemente rápido sin resistencienemiga. Entretanto los polacos s

habían concentrado en ocupar Driel empezado a prepararse para una defensen círculo. De norte a sur una líne

alemana empezó a tomar formgradualmente, siguiendo el curso nortesur del terraplén del ferrocarril frente Driel. De arriba abajo consistía de lo

batallones, «Schorken», Batallón dAmetralladoras Costero 47, «Kauer»«Kohnen» con finalmente el batallón S

holandés Landsturm enlazando con e



ampfgruppe Knaust y la 10.a SS anorte de Elst.

Bittrich, comandante del II Cuerpde Ejército SS, estaba convencido dque el objetivo de los polacos era cortaas comunicaciones y aislar a l

rundsberg . Por tanto ordenó a loampfgruppen «Knaust»

«Brinkmann», situados en Elst com

reserva para contingencias tras lrecaptura del puente de Arnhem, qucomenzaran a redesplegarse de cara atacar a los polacos en Driel. S

hicieron ajustes en la línea ddemarcación de las dos divisiones Spara racionalizar y coordinar la

medidas que hacían falta ahora par



derrotar esta última amenaza. Velden funcluida en el área de la 9.a SS y Elst fu

puesto bajo control de la 10.a SS. Todoos elementos del Kampfgrupp

ohenstaufen que operaban al sur debajo Rhin fueron incorporados a l

Sperrverband Harzer. El Grupo dEjércitos B mejoró las capacidades dmando al proporcionar un cuarte

general regimental sin tarea asignadbajo el Oberst Gerhard para mandar lfuerza de bloqueo. El puesto de mandde Gerhard entró en acción durante lnoche del 21-22 después de establecersen el borde nordeste de Eiden. El ArK

191 siguió coordinando los fuegos de l

artillería pero trabajaba estrechament



con el nuevo cuartel general.Todas estas medidas tomadas por lo

estados mayores para estabilizar l

crisis no deberían distraer la atención da realidad de la situación sobre eerreno. Las improvisaciones sól

pueden funcionar mediante los hercúleoesfuerzos de las tropas que de hecho laestán llevando a cabo. Los soldados qu

formaban la columna vertebral de lSperrverband Harzer eran tropas siadiestrar de la marina, la Luftwaffe

reclutas recientes de la Wehrmacht

alemanes residentes en Holanda reciéalistados en las SS. Esto hizo que eogro fuera aún más notable. Lo

soldados fueron introducidos d



cualquier manera en la nueva línea parcerrar brechas o reemplazar bajas. Lexperiencia del Feldwebel Erich Hense

es típica de la mayoría.Hensel, un sargento de Nachrichte

transmisiones) de 23 años, habí

escapado a duras penas al avance aliaden Normandía, cruzando el Escalda coel fugitivo 15.o Ejército. Su unida

divisional de transmisiones acababa dpartir del cuartel general del 1.e

Ejército Fallschirmjäger de Student eVught, cuando comenzaron los primeroaterrizajes. «No vimos los lanzamientoaunque ciertamente supimos de ellosrecordó. «Pero sólo hicieron qu

uviéramos más ganas de volver



Alemania». Puesto que dependían de lorumores y las habladurías parnformarse, los treinta y tantos soldado

de transmisiones se preocuparon. Egeneral había una falta de informaciósobre la situación global, y «estábamo

preocupados por la posibilidad dpoder ser rodeados».

Habían esperado escapar a l

nminente acción porque: «pensábamoque la guerra estaba a punto derminar». Pero no para ellos; fuero

detenidos y reencaminados por l

policía militar que buscaba rezagados«Es geht wieder los! ¡Allá vamos dnuevo!» se dieron cuenta. Sentía

aprensión sobre la inminente batalla



Hensel admitió que estaba: «muasustado de que todavía pudieramatarlo», después de todo lo que había

soportado «hasta este punto tardío de lguerra». En el camino hacia el frente svieron inmersos en la miríada d

unidades que pertenecían al II Cuerpo dEjército Fallschirmjäger qumarchaban hacia el frente pasando po

Cleve. «Los Jabos ingleses eraerribles durante la marcha» relatHensel, pero no había posibilidad derror sobre lo que inevitablement

estaba por llegar. Para un veterano defrente del Este y de Normandía, todo erdeprimentemente demasiado conocido

«Sólo podíamos marchar de noch



debido al peligro aéreo». La marcha erpor tanto lenta, aunque «el mal tiempo amenos nos permitía movernos». Segú

se acercaron al frente, aumentaron laensiones. Hensel hizo una confidencia:

«El miedo principal es siempre entrar eacción. En otras palabras, de camino a la zonde combate más que cuando la lucha ya hcomenzado. Todo lo que sabíamos era qu

habían tenido lugar nuevos lanzamientos dparacaidistas ingleses en esta zona y ¡Diomío, estábamos de camino para allá!».

Fueron desplegados en la línea justal sur de Arnhem y el bajo Rhin. Lsección de transmisiones de Henserecibió el requerimiento de ocupar un



sección del frente de la 10.a Sdebilitada por las bajas. Esto no era unmisión ardua porque, aunque no era unacionalsocialista, Hensel sentía muchrespeto por las Waffen SS comsoldados. Un grupo de combate de la

SS le había rescatado de una bolsaislada y seguramente del cautiverio manos de los soviéticos en el frente de

este en Zhitomir en 1943. Su visión dellos era admirativa:

«Nunca he visto mejores soldados que lo

SS. Eran voluntarios y bien disciplinados. Looficiales eran particularmente duros y nmostraban piedad por cualquier falta, por levque fuera, de la disciplina en combate. A pesa

de las graves pérdidas, seguían manteniendo l



moral y luchaban bien».

Había algunas leyendas en torno

as SS, creadas en parte por lWehrmacht . A Hensel le habían contadhistorias sobre la SS Hitlerjugend e

ormandía. Entonces fanáticos soldadoadolescentes habían permanecido en lparte trasera de algunos Panzer batidopor el cañoneo naval, manteniendo suposiciones impávidamente, a pesar deprecio, debido a un perverso sentido deorgullo regimental.

La Frundsberg les repartió municiópara armas ligeras y ocuparoposiciones «junto al puente d

ferrocarril en el lado sur del Rhin frent



a los recién llegados paracaidistas»Hensel fue puesto a cargo del pelotón dametralladoras pesadas. Los mortero

eran servidos por los SS porque los dransmisiones no tenían instrucció

sobre su uso.

Típicamente, nadie estaba al tanto da verdadera situación. Simplemente «e

enemigo está al frente y atrincherado»

La primera y sorprendente revelaciósobre lo que estaba pasando llegcuando diez o doce prisioneroaparecieron en su sector. Hense

comentó:

«Los primeros prisioneros que vimovestían uniformes británicos, pero co



sorpresa notamos que no eran británico¡sino rusos! No, no eran rusos, ¡polacos!».

Llegaba un goteo constante drefuerzos. «Cualquier unidad questuviera en una condición aceptable

esto es», explicó Hensel, «todavíntegrada como un todo, ernmediatamente encajada frente a lo

polacos». Estaban atrincherados tras e

erraplén del ferrocarril con uno de lopocos bosques a su frente. Lacondiciones eran penosas. La escas

profundidad a la que se hallaba la capfreática significaba que manaba agusalobre en sus trincheras cuandcavaban. Lo mejor que se podía



conseguir eran agujeros poco profundosEl tiempo era generalmente malo, coniebla la mayoría de las mañanas. La

raciones eran británicas, entregadas poas SS, pero para cuando llegaban a lo

de transmisiones, les faltaban lo

cigarrillos y el chocolate. En la mayoríde los días la vida era aceptablementranquila. Las bajas eran pocas

principalmente causadas por el fuego da artillería aunque dos tiradores dametralladora fueron alcanzados heridos por las balas de francotiradore

polacos. Los hombres de Hensecreyeron, en cambio que ellos «estabanfligiendo graves bajas al enemigo, qu

a menudo se veía fijado por nuestra



ametralladoras[330]».Los carros eran de valor limitado e

este terreno pantanoso. La compañíblindada «Mielke» de Karl-HeinKracht, reducida ahora a tres carrosupervivientes, estaba ocupando un áre

de reunión en un huerto entre Elst Elden. Todo lo que quedaba por haceesperando en reserva era mejorar la

comodidades, aprovechando su posicióestática.

«Cavamos allí un pozo de dos metros d

largo por dos de ancho, y condujimos ePanzer sobre él, de este modo teníamos utecho y algo de protección por encima contrel fuego de artillería. Este pozo fu

recubierto por dentro con paja y trapos y tení



suficiente espacio para que durmieran trehombres».

El suministro de víveres se estabvolviendo un problema serio en estparte del frente, especialmente; Krach

anotó: «porque los cazabombarderodisparaban a todo lo que se movía». Ecargador del carro recordó con deleitque previamente, cuando estaba

acuartelados en Zevenaar, su treogístico les había suministrado sopa

café, y pan:

«Pero todo eso se acabó cuandestuvimos cerca de Elden y Elst. Tuvimos qu“requisar” cosas; esto es, fuimos en busca d

comida a las casas y a las granjas a po



gallinas, cerdos, mantequilla y pan. Comraciones de emergencia sólo teníamogalletas y mermelada de cuatro frutas, de lo

que estábamos absolutamente hartos. De veen cuando conseguíamos algo dchocolate[331]».

Como Hensel, los tripulantes de loanzer dependían totalmente d

nformes verbales para obtenecualquier conocimiento sobre lsituación. Los soldados que sólo estabaal tanto de información incompletcompartían la inquietud que sentían su

oficiales. En el terraplén del ferrocarrios soldados de transmisiones de Hense

escuchaban a sus nuevos camaradas d

as SS hablar sobre su apurad



situación:

«Los SS informaban de duras batallas a

sur en Nimega. Temían constantemente versaislados con el río en su flanco derecho si lapoderosas fuerzas americanas en Nimegrompían el frente[332]».

Se sentía que la batalla podídesarrollarse de cualquier modo.

El tiempo se acaba…

Heinz Harmel, comandante de l10.a SS, estaba totalmente ocupad

conteniendo el avance del XXX Cuerp



hacia el norte dentro del Betuwe máallá de Nimega cuando recibió «esorprendente informe sobr

anzamientos de paracaidistas enemigounto a Driel». El cuartel general deI Cuerpo SS le ordenó inmediatament

que empleara los elementos de cabezdel recién llegado Batallón Knaust eElst contra esta nueva amenaza si

demora[333]

. La presión aliada que sacumulaba desde el sur no podía segnorada porque se intensificó en es

momento para coincidir con el aterrizaj

de los polacos. El batallón de Knaust svio obligado a contraatacar a través dElst para eliminar las puntas de lanz

enemigas, lo que procedió a hacer. E



mpetu del ataque se agotó al sur de laldea. La falta de cobertura forzó lretirada a los edificios al borde de l

ocalidad donde el Kampfgruppe pasó a defensiva. La 3.a Compañía del 2

Regimiento Panzergrenadier de

ottenführer Rudolf Trapp tomó parten la acción:

«Tras la rendición [del puente de Arnhemel jueves, fuimos enviados inmediatamenthacia Nimega por el puente de ArnhemNuestro objetivo era Elst. Algunos dnosotros viajamos en camión, pero la mayoparte del camino la hicimos a pie. Por ecamino nos dispararon los polacos. En lnueva posición preparé un asentamiento parmi ametralladora pesada».



La lucha era dura, y como siempreconfusa. Muchos veteranos soncapaces hoy en día de determinar su

desplazamientos durante este frenéticperíodo. Trapp, tras haberse librado popoco tantas veces en Arnhem, finalment

resultó herido:

«En Elst fui herido por una bala de fusil ela rodilla. Un semioruga acorazado me llev

de vuelta. A bordo también había un Major dla Wehrmacht . Cuando gemí me enseñó spierna de madera y me dijo que me animaraLuego en el hospital de Rees descubrí que és

era el Major Knaust».

Knaust, recordó, se habí«desplazado dolorosamente con s



pierna de madera» y en Elst se habívisto obligado a «dirigir la batalldesde un semioruga». Trapp l

recordaba después de tantos años com«un oficial muy bueno» que se habíomado la molestia, a pesar de l

evidente presión de las operaciones, dnteresarse por la herida de un simpl

soldado[334].

El Kampfgruppe Brinkmann, quconsistía principalmente en los restodel Batallón de Reconocimiento 10 de l

rundsberg , recién acabada su misió

en el puente de Arnhem, fue asignadpor orden del Cuerpo de Ejército dBittrich a la Sperrverband Harzer

Brinkmann recibió instrucciones d



avanzar vía Elden y enfrentarse a lafuerzas enemigas recién aterrizadas eDriel durante la noche del 22-23 d

septiembre. El terreno estabdesprovisto de cobertura y era difícil dransitar para los vehículos acorazados

El Feldwebel Erich Hensel, que shallaba en el terraplén del ferrocarri

imega-Arnhem, declaró que era «u

ogro impresionante» el que cualquiebando pudiera conseguir meteblindados en el área. Los semiorugas vehículos blindados de Brinkman

uvieron que dispersarse y formar ecolumnas escalonadas a lo largo de lodiversos estrechos senderos que iba

nmediatamente al norte de Elst antes d



comenzar su ataque[335].Según se acercaban a la aldea en l

oscuridad, fueron objeto de un súbitataque de flanco desde la dirección dValburg. Esto anunciaba la llegada duna unidad británica aún no detectada: l

43.a División de Wessex. Sin saberlo loalemanes, éstos eran sólo los elementoavanzados. Tras un corto tiroteo, u

pelotón de reconocimiento mandado poel Scharführer Stocke de la 2.compañía de Brinkmann, capturó ucoche blindado inglés: un vehículo dcomunicaciones por radio. Loripulantes, posiblemente del 5.

Dorsets, fueron hechos prisioneros per



el verdadero premio fue el vehículo, cosu radio todavía intacta, que furemolcado de regreso al terraplén de l

vía férrea. El auto quedó en tierra dnadie, donde, sin ser atacado por locazabombarderos aliados, permitió a lo

alemanes escuchar la red dransmisiones británicas durante lo

siguientes días[336]. Las fuerzas d

Brinkmann sintieron que no podíacontener esta nueva amenaza aunqusólo era la vanguardia de la 43.División. Se retiraron a cubierto de loscuridad en dirección sudeste hastalcanzar y establecer nuevas posicionea lo largo del terraplén del ferrocarri

Arnhem-Elst.



La crisis había empeorado. Lnteligencia alemana rápidament

descubrió el carácter de esta nuev

amenaza: la 43a Wessex era una divisióde infantería[337].. Con las limitacionempuestas por el terreno, la infanterí

podía ser más eficaz que los carrosHasta ahora el fuego alemán habímpedido a los polacos cruzar el río co

fuerzas apreciables. Las baterías dmorteros de las SS de Nickmann, eparticular, estaban batiendo muefectivamente ambas orillas del río y laposiciones polacas. Todos eraconscientes de la importancia potenciade las tropas recién llegadas. E

Mariscal de Campo Model urgió a qu



se eliminara rápidamente a lobritánicos cercados. Sabía que eGeneral Urquhart no podría resisti

mucho más. El «caldero» tenía qusucumbir antes de que los elementos dnfantería del XXX pudieran reforzarl

eficazmente. Además, había que impedique los polacos siguieran interfiriendoHabían atraído tantas reservas de la

fuerzas preparadas para asaltar ecaldero que el impacto de los ataqueprogramados para el 22 de septiembrse vio reducido. El tiempo se acababa

a victoria estaba casi a su alcanceTodo dependía de lo rápido que pudieravanzar el XXX Cuerpo y de cuánt

pudieran frenarlo los contraataque



alemanes lanzados contra el corredorLa carrera había comenzado!

El bramar de los motores, seguid

de órdenes dadas a gritos, señaló ecomienzo de la operación de cargaCuarenta y cinco carros Tiger I

Porsche) de 68 toneladas reciéfabricados, fueron cuidadosamentmaniobrados por las rampas hasta lo

vagones plataforma. Incluso en Ohrdrufen el Reich, los ojos vigilabaansiosamente los cielos para detectar eprimer indicio de interferencias aérea

enemigas. Los eslabones de las cadenade sujeción resonaron al pasarlas poas argollas de retenida y se encajaro

os calzos a martillazos mientras lo



ripulantes sujetaban su valiosa cargpara el viaje en tren hasta el frente. Amedianoche, la locomotora de vapor

borboteando humo y arrojando chispaal aire, había salido resoplandvigorosamente del apartadero par

unirse a la vía principal. Laripulaciones se acomodaron lo mejo

que pudieron en los pocos vagones d

pasajeros disponibles. Sería un largviaje. El Grupo de Ejércitos B habísido notificado a medianoche del 21 dseptiembre que sus valiosos refuerzo

habían partido. El Schwere Panze

bteilung 506 (Batallón de CarroPesados) debía llegar supuestamente a

área de Arnhem por la mañana tempran



del 24 de septiembre. Equipados con ucañón de 88 mm, eran los carros mápotentes en el Oeste y sólo era

vulnerables a los calibres más pesadosSe dirigían a Oosterbeek y Elst.



XXII. EL CORTEDEL CORREDOR

de estado mayor preguntó al general Hoffmann, jefe de estado mayor o Ejército, si la operación aún debía seguir

adelante. La respuesta de

e: “Si el Mariscal de Campo ha ordenadoel ataque, entonces debe

adelante”.

del LXXXVIII Cuerpo.



Objetivo: Veghel…

Los aliados todavía tenía

esperanzas, cuando llegó el alba del 2de septiembre, de que la 43.a Divisióde Infantería británica aún pudierromper el frente en Ressen al norte d

imega, socorrer a los paracaidistabritánicos y conseguir el éxito global da operación Market-Garden. Si

embargo, esto dependía de loacontecimientos en el corredoaerotransportado. El General Taylor, qu

aún ocupaba «territorio indio» con l



101.a División Aerotransportadestadounidense, al sur de Graveafrontaba una ardua tarea manteniendabierta la «Autopista del Infiernodebido al lento avance de los ataques dos VIII y XII Cuerpos británicos qu

legaban por cada flanco del corredorEl primero estaba todavía al sudeste dEindhoven, el último estaba atascado a

sur y sudoeste de Best. Informe tranforme de fuentes civiles holandesahablaban de movimientos a gran escalde columnas alemanas contra el estrech

pasillo tanto desde el este como desdel oeste. En un momento en el quel XXX Cuerpo necesitaba todos su

efectivos para llegar a la bolsa d



Oosterbeek, el corte de este cordóumbilical podía ser desastroso. EGeneral Taylor no tenía la fuerz

necesaria para mantener una línedefensiva estática a lo largo del tramde 25 kilómetros bajo s

responsabilidad. Su único recurso ermantener a los alemanes sorprendidos desequilibrados con limitados ataque

propios. Hasta ahora había tenidgeneralmente éxito. Los alemaneshabiendo advertido el problema quenía el general americano, reagruparo

fuerzas con el suficiente peso parproducir el impacto decisivo sobre laoperaciones que ahora deseaban.

El Mariscal de Campo Model emiti



sus órdenes el 21 de septiembreMientras que el II Cuerpo SS Panzer dBittrich y el II Cuerpo Fallschirmjäge

del General der Fallschirmtrupp

Meindl aceleraban las operacionecontra los británicos en Arnhem y lo

americanos en Nimega, el 1.er Ejércitallschirmjäger del Generalobers

Student debía cortar el corredor aliad

más al sur. El diario deLXXXVIII Cuerpo relata sucintamente lntención del Grupo de Ejércitos:

«El Mariscal de Campo Model hordenado que las columnas enemigas qumarchan hacia Nimega deben ser atacadas eel cuello de botella de Veghel el 22 d

septiembre desde el oeste y el este. Esto deb



ser llevado a cabo por una brigada Panzer deGrupo de Ejércitos B desde el este y por ugrupo de combate de la 59.a División desde e

oeste, consistente en dos batallonefuertemente apoyados por artillería cazacarros[338]».

El LXXXVIII Cuerpo de Ejército deGeneral der Infanterie Reinharmontaría el ataque desde el oeste usand

a 59.a

División del GeneralleutnanPoppe y otros refuerzoapresuradamente reunidos. La operacióde la brigada Panzer desde el este debíser dirigida por un cuartel general quparticipaba por primera vez en locombates, el LXXXVI Cuerpo d

Ejército del General der Infanteri



Hans von Obstfelder. Había llegado e18 de septiembre para asumir el mandde la División Erdmann y la 176.División, permitiendo al Generalobers

Student dedicar toda su atención a suunidades más activamente implicadas e

contener el saliente aliado en el ladoeste del corredor.

El ataque más potente, esta vez

debía venir desde el este. Obstfeldedebía emplear el entonces reagrupado reforzado Kampfgruppe Walther, quhabía sido cortado en dos originalment

por la ruptura del XXX Cuerpo en lcabeza de puente de Neerpelt. El Obers

Walther recibió sus órdenes en el puest

de mando del LXXXVI Cuerpo d



Ejército en el castillo HillenraadSwalmen, cerca de Roermond, duranta tarde del 21 de septiembre. Su misió

era cortar la carretera de EindhovenGrave en Veghel, tomar la ciudad destruir el puente sobre el canal Zui

Wilhelms Vaar. Debía impedir el pasde refuerzos por esta carretera reestablecer el contacto con las fuerza

alemanas que operaban al otro lado decorredor, que montarían un ataquconjunto desde el oeste la ciudad[339]. Enuevo Kampfgruppe Walther iba

controlar la Brigada Panzer 107 deajor von Maltzahn, un pequeñ

contingente de la 10a División S



anzer : el Kampfgruppe Richter [340]. ubatallón de artillería (piezas de 105 150 mm) del Regimiento 180 y el 1.e

Batallón del Regimiento dGranaderos 16, un batallón dreemplazos, también de la 180.

División, y una batería de Flak pesadaLas otras unidades del grupo de Walthese reunirían con él tan pronto com

fueran relevadas en la línea, a saberdos batallones reforzados de infantería una batería de artillería de las SS. Esto

ncluían el 1.

er

Batallón del Regimientallschirmjäger 21 y el Batallón Sanzerjäger [cazacarros] 10, mandad

por el Hauptsturmführer Roestel, que s



hallaban recogiendo cazacarros ripulaciones de reemplazo en Gemert

El Oberst Walther, pues, mandaba un

fuerza imponente. La Brigada Panzer dVon Maltzahn estaba todavía al 90 pociento de su fuerza, a pesar de su

pérdidas en combate contra la 101.División en Son 48 horas antes. Nobstante, a la infantería le faltab

experiencia de combate, y la artilleríestaba escasa de munición.La hora H del ataque debía se

emprano el 22 de septiembre. Walthe

expresó su preocupación por el pociempo disponible para hacer marcha

sus unidades a sus áreas de reunió

adelantadas y para llevar a cabo u



reconocimiento del terreno del ataque os puntos de concentración. El Genera

von Obstfelder rechazó todas la

objeciones; la situación exigía que eampfgruppe Walther atacara tan pront

como fuera humanamente posible

Contrariamente a todas las expectativasas unidades que estaban en marchlegaron a tiempo. Aunque el grueso d

sus unidades originales no fuerorelevadas de la línea hasta el 23 dseptiembre, las nuevas unidades dasalto ya estaban llegando a la

cercanías de este recién establecidpuesto de mando en Gemert durante laprimeras horas de la madrugada del 2

de septiembre. El Major Freiherr vo



Maltzahn, al mando de la Brigadanzer 107 , hizo un reconocimiento d

os puntos de concentración y aseguró e

puente de carretera que cruzaba eprimer obstáculo acuático, el río Aa eErp. Se apostaron piquetes de vigilanci

para cubrir el flanco de Uden. Sin sedetectada por el enemigo, la fuerza mápoderosa reunida hasta entonces par

atacar el corredor desde el esteaguardaba la señal para avanzar.Entretanto, al oeste, un grupo d

combate regimental de la 59.a División

apuntalado con reemplazos tras sdesastroso primer combate en Bestestaba aguardando en sus puntos d

concentración. Mandado por el Majo



Huber, este Kampfgruppe incluía trebatallones de infantería, un batallón dobuses de 105 mm, una batería d

cañones antiaéreos de 20 mm, sietcañones anticarro y cuatro cazacarroagdpanther de la 1.a compañía de

anzerjäger Abteilung 559 destacadodel Kampfgruppe Chill. El flancderecho de Huber estaba flojament

cubierto por el Kampfgruppe Zedlitsobre el canal Wilhelmina en torno Oirschott y el Batallón Fallschirmjäge

Bloch ocupaba Hertogenbosch, en s

retaguardia[341]. El eje de ataque deampfgruppe Huber era desd

Schijndel a través de las aldeas d

Wijbosch y Eerde hasta Veghel.



Lo que esto significó para las tropasobre el terreno se ilustra gráficamentcon el ejemplo del Regimient

allschirmjäger 6 de Von der Heydte, aque se le ordenó apoyar el ataque dHuber desde el área de Boxtel. Mientra

as tropas alemanas aguardaban la señapara atacar en sus posiciones de partidel 22 de septiembre, lo

allschirmjäger de Von der Heydtodavía estaban extendidos en uncolumna de marcha entre Tilburg Boxtel. La suya fue una experienci

agotadora, típica de los montones dsoldados alemanes que marcharon contramarcharon para tapar las brecha

causadas por las constantes ruptura



aliadas. Tras ser machacado eormandía, el Regimiento había sid

reconstituido y devuelto al frente en e

sur de Holanda a comienzos dseptiembre, donde había estadcontinuamente en acción desde entonces

Empujado a un lado por la rupturaliada desde la cabeza de puente d

eerpelt el 17 de septiembre, estaban e

movimiento de nuevo. Von der Heydtapuntó que:

«… durante la noche, posiblemente, de

21-22 de septiembre, el Regimiento marchhasta el área de Poppel y continuó marchandtodo el camino hasta el punto de reuniódesignado durante la noche siguiente[342]».



Esto había supuesto una marchnocturna de 33 kilómetros, seguidnmediatamente de otro tramo de u

poco más de 30 kilómetros. Cadsoldado llevaba su arma, munición raciones de hasta 15 ó 20 kilos y tal ve

además tuviera que acarrear armas dapoyo pesadas. Sólo había disponible unúmero limitado de vehículos

bicicletas. Cansados hasta los huesosos soldados adolescentes de von deHeydte caminaron a trompiconesobstinadamente, durante toda la noche

el día siguiente, con la adrenalinprovocada por la anticipación de lucha proporcionando la energí

nerviosa para hacerles seguir adelante



r desde su punto de reunión hasta eobjetivo supondría otros 10 kilómetrode marcha campo a través que, e

realidad y debido a la necesidad dmoverse tácticamente y maniobrar frental enemigo, añadiría otro tercio de es

distancia. Los Fallschirmjäger de voder Heydte no llegarían a tiempo para lhora H; no llegarían hasta pasadas otra

24 horas. Y cuando lo hicieran, estaríaagotados aún antes de cruzar la línea dpartida

Desde el este y el oeste. Se

asesta el golpe, 22 de



septiembre…

En el otro lado del corredor, el 2de septiembre amaneció con nubegrises bajas y una neblina suavarremolinándose a ras de suelo. E

ampfgruppe Walther empezó reagrupar sus destacamentos y comenza desplegarse en formación de ataqu

bajo la media luz creciente del albaGradualmente, la línea del eje de ataquea carretera Gemert-Erp y la oscur

masa de la aldea de Erp más allá, shizo visible. A la izquierda de lcarretera estaba la infantería deRegimiento de Granaderos 16, forma



acurrucadas, apenas visibles, dispersoen sus grupos de asalto. Las grisesfantasmales, siluetas de los semioruga

de la Compañía de ZapadoreAcorazados 107 flotaban inmóvilesobre la neblina detrás de la infantería

Poco antes de las 05:00 hubo actividacuando tres cañones de asalto StuG II

avanzaron ruidosamente, patinando

resbalando a través de los pradoencharcados, buscando al Kampfgrupp

SS Richter posicionado con el canal y erío Aa en su flanco izquierdo. Die

minutos más tarde, seis carros Panthe

de la Brigada 107, eructando humo posus escapes a la media luz, s

desplazaron hasta la retaguardia de l



nfantería del Hauptsturmführer Richterban acompañados por una compañí

apresuradamente constituida d

nfantería formada por hombres dntendencia rezagados, mandada por e

Obersturmführer Höfer. El grav

gruñido de los motores de los carros dcombate al ralentí dio a la infantería quaguardaba oculta entre la alta hierb

mojada algo más de confianza en efuturo.El Kampfgruppe de Richter tení

que atacar con dos compañías e

vanguardia apoyadas por la compañíde carros Panther ( Panzer V ). Eescalón estaba una débil 3.a compañía

con una fuerza de una sola sección, qu



debía acompañar a los tres cañones dasalto que avanzarían a lo largo de línea del canal. Tras ellos había otro

dos pelotones de zapadores de asaltomandados por un Oberscharführer quconstituían la reserva de la fuerza. A

retaguardia estaba la compañía dzapadores acorazados, cuya tarea eravanzar en sus semiorugas en e

momento apropiado y preparar el puentde Veghel para su demolición. Las docompañías SS en cabeza debían avanzamediante «fuego y maniobra

cubriéndose la una a la otra a través dErp y más allá hasta la carretera de StOedenrode-Grave. Luego protegerían

os zapadores hasta que completaran s



area mientras que la compañía dreserva se encargaba de la seguridad o largo de la orilla del canal.

A la derecha de la carretera ErpGemert, Walther había concentrado egrueso de la Brigada Panzer 107 de vo

Maltzahn, el batallón Panzer y el danzergrenadier . El terreno en este lad

era ligeramente más elevado y más seco

por tanto más transitable para locarros. Estos aceleraron y traquetearoen posición, pivotando sobre larechinantes cadenas y removiendo l

ierra del prado al alinearse. Envueltoen el humo de los escapes y la neblinaas formas angulosas aguardaro

amenazadoras como dinosaurios en l



niebla de la mañana.Los mandos observaron atentament

el terreno delante de ellos co

binoculares. Estaban algo preocupadosLos campos de visión eran malos peroal menos, esto había permitido a l

fuerza reunirse sin ser detectada. Estabmuy lejos de ser terreno ideal para locarros, los prados a ambos lados de l

carretera estaban encharcados, pero éstera la única oportunidad que se habípresentado hasta el momento para cortaa vital ruta aliada con una fuerz

acorazada. A la izquierda, el ayudantde Richter, el Untersturmführer HeinDamaske, de 23 años, compartió l

opinión de su comandante sobre la tare



que les esperaba. Como recordaba:

«El terreno era desfavorable, 700 a 80

metros por una pradera prácticamente sicobertura alguna, luego unos espesos arbustocon algún árbol ocasional, que llegaba hastalgo así como medio kilómetro hasta l

carretera de St. Oedenrode-Veghel[343]».

Pese a esto, a las 05:45 voMaltzahn, el comandante de la brigad

anzer , visitó a Richter seguido pocdespués por el Oberst Walther para ataos últimos detalles. El ataqu

comenzaría a las 09:00.El General Taylor, comandante de l

101.a División Aerotransportad

estadounidense, ya había comprometid



el grueso del 501 Regimiento dnfantería Paracaidista del Corone

Johnson en una acción ofensiva limitad

cerca de Schijndel. Pronto entrarían econtacto con el Kampfgruppe HuberEsto dejaba un batallón del 501 e

posiciones defensivas en Veghel. Nhabía nada en Uden, siete kilómetros anoroeste de Veghel, que en breve serí

rozado por el extremo derecho deataque de Walther. Preocupado ahorpor los recientes avistamientos dcarros alemanes entre Gemert y Erp

sumándose a la inquietud previproducida por los informes de lResistencia holandesa, Taylor decidi

despachar fuerzas adicionales a Uden



Veghel. Un batallón partinmediatamente en camiones, el otro

pie. Al 506 Regimiento de Infanterí

Paracaidista del Coronel Sink se lordenó enviar tropas a Uden en cuantfueran relevadas por tropas británicas e

Eindhoven y Son. Unos 150 hombresubieron a toda prisa a los camionepara el viaje hacia el norte; debía

legar a las 11:00. La única otra fuerzaliada en Veghel en aquel momentoaparte de las columnas que pasaban poallí, era el grupo antiaéreo de Nimega

del XXX Cuerpo. Habían aparcado alla primeras horas de la mañana pardejar pasar al 69 Grupo de Brigada qu

enía prioridad. Se produjo un



actividad apresurada mientras tomabaposiciones defensivas y empezaban desplegar sus cañones tanto en mod

antiaéreo como para tiro terrestre[344].A las 09:00 los mandos alemane

del Kampfgruppe Walther observaba

fijamente la esfera de sus relojemientras pasaban los últimos segundopara la hora H. Los puños se alzaro

hacia el cielo moviéndose como siraran de algo, lo que significab«avance». Despacio, y a regañadientesa infantería se puso en pie y empezó

caminar con ritmo constante hacidelante. Los estómagos se encogieron dmiedo, ¡eso era! Los Panzer

semiorugas a la derecha de la carreter



rugieron a toda velocidad para realizasu primer avance táctico. A la izquierdel avance progresaba al paso de l

nfantería. La artillería comenzó bombardear los objetivos iniciales.

El Untersturmführer Hein

Damaske, avanzando con eampfgruppe Richter, observó co

alivio que: «el enemigo, obviamente, n

había advertido el punto dconcentración». El avance ganó impulso«a ambos lados de la carretera» informDamaske, «rápidamente hicimo

progresos contra tan sólo una débiresistencia». Erp fue velozmentarrollado, y el Oberst Walthe

rápidamente desplazó su puesto d



mando dentro de la aldea para controlael asalto contra Veghel. Uden y laafueras de Veghel habían sid

alcanzadas para las 11:00. Econtingente del Coronel Sink, del 50Regimiento, llegó minutos antes de la

primeras escaramuzas a las afueras dUden. No obstante, los alemanes sólenían ojos para Veghel. L

nconfundible aguja de su iglesia estabresultando ser una excelente referencide puntería para la artillería.

Prácticamente sin oposición a l

derecha de la carretera, el batallón danther y el batallón Panzergrenadie

cortaron la «Autopista del Infierno

entre Veghel y Uden. En Veghel, el 2.



Batallón del 501 Regimiento deTeniente Coronel Ballard, rechazó eprimer golpe alemán en un brev

periodo de furiosa lucha desde lopozos de tirador y las casas a lo largde la carretera de Erp. Observaro

cómo la parte acorazada de la columnse desplazó lateralmente hacia el norte Uden. Después de cortar la ruta, lo

anzer giraron a la izquierda ntentaron descender por la carreterprincipal hacia Veghel mismo.

En el otro lado del corredor, eampfgruppe Huber de la 59.a tambié

estaba empeñado en su ataqusimultáneo. Debido a que lo

americanos habían tomado Schijndel l



noche antes, Huber había tenido qualterar su plan de ataque. Distrayendo ubatallón de infantería para actuar com

pantalla frente a Schijndel, habíavanzado con el resto de su fuerza pocarreteras secundarias y senderos hast

Eerde. Uno de los cazacarroagdpanther de la 559a Compañí

destruyó dos vehículos blindado

británicos en una escaramuza mientras eampfgruppe penetraba en la aldesobre las 11:00[345].. Éste fue el primendicio que tuvo el tráfico por l

carretera en el corredor del inminentataque desde esta dirección. Para las14:00, los cazacarros y la artillería de

ajor Huber comenzaron a batir con s



fuego el puente sobre el canal Wilhelmen Veghel.

En aquel momento, los elemento

ransportados en camiones del 50Regimiento de Infantería Paracaidistdel Coronel Sink llegaron desde el sur

rodando hacia Uden. Estaban apoyadopor un escuadrón de carros británicosDesanimado, el Kampfgruppe de Hube

retrocedió del borde de la carretera. Locarros británicos dejaron una secciódetrás y continuaron hacia Veghel.

El Kampfgruppe Walther estab

ahora en apuros; los carros estabademasiado adelantados con respecto a lnfantería, que se afanaba en mantener e

paso. El Untersturmführer Damask



recordó como:

«… los ingleses dispararon una barrera d

protección con todas las piezas disponibleincluyendo proyectiles de humoparticularmente en el sector de Richter. Amismo tiempo, el ataque a lo largo de l

carretera principal se estancó frenteformidables unidades de carro[enemigos[346]]».

A pesar de esto, el Kampfgruppe dRichter al menos había llegado al árede arbustos cerca de la carretera

Simultáneamente, un batallón del 32Regimiento de Infantería en Planeadoreestadounidense, mandado por eTeniente Coronel Ray C. Allen



apoyado por una sección motorizada dcañones anticarro de 57 mm llegó sialiento al centro de la mêlée. Se le

ordenó que defendieran al norte, cercdel puente de ferrocarril sobre el ríAa[347].

El ataque alemán empezó entonces quedarse sin impulso. Acercándoshacia la esquina noreste de Veghe

estaba la compañía de Panther dvanguardia. Su primer carro fualcanzado por el primer disparo de 5mm de los americanos. Girand

bruscamente hasta detenerse, el Panthe

estalló en llamas, escupiendo onduladacolumnas de humo negro y grasient

hacia el cielo. Enfrentados con lo que n



podían saber que era una defensmprovisada, los otros carros alemane

retrocedieron.

Separados físicamente por ecorredor, los ataques simultáneos dWalther y Huber no podían se

coordinados eficazmente. Incapaces dhablar uno con otro por radio o teléfonoambos Kampfgruppen desconocían e

avance del otro y ni siquiera conocían spresencia. Huber razonó que si no podílegar a Veghel, al menos podría cortaa «Autopista del Infierno». Así lo hiz

volviendo a reagrupar rápidamente a suhombres y desplazándose lateralmenthacia el sur. Los elementos de cabez

estaban cruzando la carretera principa



de nuevo cuando reaparecierorefuerzos americanos, esta vez lorestantes batallones del 327 Regimient

de Infantería en Planeadores. Lonfantes aerotransportados rápidament

hicieron retroceder a los alemanes.

Entretanto, los batalloneamericanos del Coronel Johnson, de501 Regimiento, desplegados e

Schijndel habían sido trasladados al suen un intento de ayudar a los defensorede Veghel. Mientras avanzaban, dieroalcance a los escalones de retaguardi

del Kampfgruppe Huber. Se produjo epandemonio. Un soldado alemán, KarMax Wietzorek, un Fallschirmjäge

veterano de Normandía, estab



visiblemente conmovido por ldesesperado de su situación. Recorddesesperadamente su difícil situación:

«¡Si tan sólo pudiera describirlapropiadamente, la lucha a corta distancia elos bosques holandeses! Me gustaría tener loportunidad de volver a este país, Holanda, contar lo que sucedió allí… en la fábrica dácido hidroclórico junto a la carretera decanal; un combate contra tropas paracaidista

en tierra y francotiradores en los árboleAquella noche el General der Fliege

Student en persona tomó parte en econtraataque alemán. Nos encontramos contr

una dura y encarnizada resistencia y nuestrintento desesperado de ataque fue detenidoEstaba lloviendo y muchos de nuestrohombres resbalaron y se deslizaron por l

pendiente mojada hasta el canal donde s



ahogaron. Luego los americanos hicierocorrer el ácido hidroclórico dentro de latrincheras, que estaban parcialmente llenas d

agua. Este ácido causaba terribles heridas elos cuerpos de los soldados; pocosobrevivieron a este suplicio[348]».

Un batallón americano fue enviado ocupar cada una de las aldeas dWijbosch y Eerde, formando esegmento oeste de un anillo defensivaliado en torno a Veghel. En el procesos batallones de infantería deampfgruppe de Huber quedaro

cercados. Sólo unos pocos fugitivoconsiguieron escapar.

El Kampfgruppe Richter tambié

afrontaba una crisis. E



Untersturmführer Damaske se acorddel dilema de su comandante. «Cambisu plan de ataque» recordó, «el cua

pensaba ahora que era totalmentnútil». Incapaz de entrar en Veghe

porque les cerraba el paso una torment

de fuego, Richter ordenó:

«… que se abriera fuego ahora desde eflanco contras las fuerzas acorazadas [aliadas

que se movían por la carretera de Veghel. Epuente del canal quedó batido por el tiro dlos cañones de asalto “Sturmgeschütz ” desdla línea que habíamos alcanzado».

Afortunadamente para loamericanos, el puente del canal estab

protegido por un foso de terren



pantanoso producido por el río AaDamaske observó que:

«No era posible avanzar más a través deste terreno pantanoso. Además, lozapadores y Panzergrenadier se vieron bajpreciso fuego de fusil por parte de lo

paracaidistas americanos y no podían dar upaso adelante más».

Más fuerzas de carros aliadaentraron en Veghel por la tarde. Aunquas pérdidas del Kampfgruppe Walthe

habían sido cuantiosas, había

bloqueado eficazmente el corredor cosu fuego. Pero no podrían ser capacemantener su precaria posició

ndefinidamente. La munición empezab



a acabarse. Damaske describió la difícisituación del Kampfgruppe SS Richtede la siguiente forma:

«Este ataque también se deshizo bajo emás intenso fuego de artillería que habíamoexperimentado desde Eterville y la Cota 11en el norte de Francia, una superioridad dmaterial que no podíamos igualar. Inclusdurante la oscuridad y mucho después de quel ataque se hubiera detenido nuestra

posiciones fueron martilleadas sin pausa pouna artillería a la que no le importaba la tasde consumo de munición. Mientras estestaba sucediendo, la infantería en la primer

compañía que había sido emplazada edefensa, estaba reducida a obtener unacuantas cintas de munición de ametralladorcedidas por las tripulaciones de los Panzer

para poder seguir combatiendo».



No había esperanza. Los oficiales amando del Batallón Panzer 107 y sbatallón hermano Panzergrenadier y lo

del Regimiento de Granaderos 1resultaron muertos en combate. Launidades de asalto en vanguardia n

enían jefe. Damaske recuerda que egrupo de Richter ya había perdido domuertos y quince heridos. El Panthe

del comandante de la compañía dcarros fue destruido y él y su tripulacióperecieron dentro. El Obersturmführe

Höfer, al mando de la compañía d

rezagados reunida poco antes del ataquehabía estado montando en el mismcarro y también lo mataron. «L

situación» informó Damaske «e



confusa».

«La compañía de zapadores acorazados h

abandonado la acción y algunos de susemiorugas ruedan hacia el este; no se pudpresionarlos para que se quedaran por matiempo[349]».

Por lo que se refiere a las tropasobre el terreno, se había acabado todo

La mayoría de sus mandos habíaperecido. Pero a pesar de esto, aquellnoche se dieron órdenes y sproporcionó más información dreconocimiento para continuar el ataqual día siguiente. Nadie tenía confianzen el resultado.



Se mantiene la presión. 23 de

septiembre…

En el lado oeste del corredor, e

Regimiento Fallschirmjäger 6 deOberstleutnant von der Heydte debírecoger el guante que había dejado cae

el prácticamente aniquiladampfgruppe Huber. Sus agotadosoldados habían llegado demasiadarde para atacar en plazo el día antes

Las compañías comenzaron a llegar apunto de reunión al este de Boxtel. Econocimiento que Von der Heydte tení

de la situación era muy básico: lo



paracaidistas americanos habíaabandonado Schijndel y establecido unposición de bloqueo a ambos lados d

Eerde.El Regimiento Fallschirmjäger

fue mandado a atacar de nuevo la

posiciones americanas al sur del puentde Veghel, esta vez avanzando desdBoxtel, a caballo de la vía férre

Boxtel-Coch. El objetivo era tomar epuente de Veghel y aislar a loamericanos en Nimega de los dEindhoven.

Von der Heydte iba posteriormente confesar que «se dedicó a ejecutar lmisión encomendada a su Regimient

con pocas esperanzas de éxito». Siend



a muy crítico con las misioneencargadas a sus hombres por el AltMando, esta situación en particula

parecía prometer un descalabro nmenor del que ya habían sufrido en lcabeza de puente de Neerpelt. En lo qu

a la opinión del comandante deRegimiento se refiere: «la instrucción experiencia de combate de las tropa

eran inadecuadas para cumplir con lorequerimientos de semejante ataque»Sus tropas estaban «físicamentfatigadas debido a dos largas marcha

nocturnas y realmente hubierarequerido algo de descanso antes dcualquier ataque». La cadena de mand

era ilógica, pues el control táctico er



ejercido por la 85.a División, eampfgruppe Chill, pero su suministr

ogístico estaba a cargo de la 59.División de Poppe. Más aún, sRegimiento había sido requerido parentregar un batallón a la 245.a División

en su lugar había recibido el 1.eBatallón de Finzel, del Regimient

allschirmjäger 2, una unidad cuya

capacidades consideraba muy pocconvincentes:

«Un batallón cuya eficacia combativa eraún más baja que la del Regimiento, y cuyomandos eran muy malos. También dejabmucho que desear en lo que a disciplina srefiere y era propenso a tomarse libertades, i

a saquear y cometer delitos contra l



población civil[350]».

Los comentarios de von der Heydt

eran los de un estricto profesional qua había combatido en campañas e

Francia, Creta, Túnez, Rusia

ormandía. Había algunos veteranos eel batallón de Finzel. Sin embargoAlemania, ya desangrada por las bajasa no podía llamar a filas a tropas de l

misma calidad que las que la habíaservido tan bien en el pasado. El ataquenía que proceder inmediatamente par

asegurar la coordinación con el ataquacorazado previsto por parte de Waltheal otro lado del corredor. Tan pront

como llegara el Regimient



allschirmjäger 6 a Boxtel, lacompañías debían lanzarse directamental ataque tras una apresurad

concentración. La hora H sería las 07:0

Al otro lado del corredor todavía n

había contacto con el KampfgruppWalther y, por tanto, ninguna posibilidade cooperación. Un ataque nocturn

contra Veghel fracasó, «con dolorosapérdidas», según el Major Schacht, jefde estado mayor de Walther. Existípreocupación con respecto a su flanc

derecho, abierto. Una continuacióexitosa del ataque al día siguiente, 23 dseptiembre, dependía de la llegada de l

fuerza original, demorada en otro sector



el Batallón Fallschirmjäger Kerutt, eBatallón SS de Segler y los cazacarroSS de Roestel.

El amanecer trajo consigo mejoiempo y ataques aéreos aliados. L

Brigada Panzer 107 abatió unos cuanto

aviones. Los ataques se alternaron cocontraataques frente al encarnizadamentdisputado al pueblo de Veghel, apoyado

por fuertes bombardeos de artillería poambos bandos, pero no se logró ningúcambio decisivo en la situación. Loelementos de avanzada de los batallone

ausentes aparecieron a las 12:00 horapero no se esperaba que llegara egrueso de las tropas hasta más avanzad

a tarde. Cualquier otro ataqu



mportante contra Veghel tendría quesperar hasta entonces.

Con los ataques temporalment

suspendidos en el este, el impulsvolvió al lado oeste del corredorDesincronizado con el esfuerzo de

ampfgruppe Walther, el Regimiento dvon der Heydte se vio obligado, coreluctancia, a continuar el ataque e

solitario con poca o ninguna esperanzde recibir ayuda. La ardua marcha shabía cobrado su precio. Las compañíacomenzaron a llegar en el punto d

concentración al este de Boxteseparadas por largos intervalos. Hacífalta tiempo para recuperar el contro

antes de que comenzara el improvisad



ataque. Sin oportunidad de llevar a cabmás que un apresurado reconocimientvisual, los batallones fueron conducido

como borregos hacia delante. Muconscientes de la recepción quprobablemente les esperaba, lo

allschirmjäger avanzaroresueltamente.

No pasó mucho tiempo antes de qu

estuvieran en dificultades. El 1.e

Batallón a la derecha de la vía férreBoxtel-Coch despejó rápidamente unfranja de maleza antes de salir a un

lanura abierta que, observó von deHeydte, «apenas ofrecía alguncobertura». El batallón de Finzel iba

por otra parte, dando traspiés por u



«terreno cubierto de arbustos donde lvisibilidad era muy limitada». Para las12:00 el batallón a mano derecha fu

detenido por una resistencia americancada vez más firme a lo largo de unínea boscosa al sudeste de Schijnde

Habiendo hecho buenos progresos ravés de la llanura, estaban por delant

del batallón de apoyo de Finzel. E

fuego de armas ligeras petardeaba chasqueaba, creando siniestros ecos ravés de los bosques. El furios

chasquido y golpeteo del fuego que le

devolvían puso nerviosos a loallschirmjäger mientras intentaban, e

íneas irregulares, cruzar a la carrera lo

pequeños claros para llegar al refugi



de los árboles al otro lado, apoyadopor las ruidosas ametralladoras de altcadencia de tiro. Gritos y alaridos

punteados por el estallido metálico das granadas de mano, señalaban e

asalto de aisladas posicione

americanas. Estas indicaciones eran laúnicas maneras, aparte de retazos dnformación dados a viva voz, por la

que los mandos podían seguir eprogreso del ataque. Cuando fueroraídos prisioneros, von der Heydte sup

que se enfrentaba a «tropas de la 101.

Aerotransportada»:

«Las armas pesadas apenas hicieron act

de presencia en el bando aliado durante e



curso de esta batalla defensiva; más bien todlo contrario. La defensa parecía confiar, amenos según la impresión que tenían lo

Fallschirmjäger , principalmente en fuego darmas ligeras dirigido desde bolsas dresistencia excelentemente camufladas».

Von der Heydte, situado con ebatallón en vanguardia a mano derechase dio cuenta de que «el ataque se habíatascado sin remedio, y que serímposible tomar y conservar Eerde y

mucho menos, el puente de Veghel coas fuerzas ya empeñadas». El batalló

de Finzel a la izquierda, habiendo sidotalmente desorientado por los espeso

arbustos en su lado de la vía férrea, «s

perdió y se desvió al sector del batalló



del ala derecha». Atacado además poos americanos en su flanco cuando s

giró, «también se quedó inmovilizad

usto al oeste de Eerde». La situacióera desesperada. Von der Heydte, qududaba desde el comienzo que pudier

alcanzar su objetivo, decidió que yhabía tenido bastante. «Las pérdidaentre los atacantes» declaró, «era

considerables». Una vez más sdemostró que las reservas mal instruida empeñadas a toda prisa no era

oponente para los veterano

paracaidistas americanos en la lucha corta distancia en terreno difícil. Lomandos intentaron ahora desenredar l

confusión. El batallón de Finzel s



reagrupó y fue desplazado de vuelta a ssector original. Von der Heydte detuvel ataque y ordenó a sus hombre

atrincherarse a lo largo de la línea quhabían alcanzado[351].

El comandante del Regimient

allschirmjäger 6 estaba reaccionanda realidades que el alto mando aún teníque comprender. El golpe acorazado de

Oberst Walther, aún contando con lsorpresa y la superioridad local, habífallado en cortar el corredodecisivamente durante más de 36 horas

El Kampfgruppe Huber había sidhecho pedazos; sólo los cazacarrovolvieron. A mediodía, el Genera

Reinhard, comandante de



LXXXVIII Cuerpo de Ejército, discutia situación de Veghel con los generale

Chill y Poppe en el cuartel general de l

59.a División. Obviamente el ataquhabía fracasado. Reinhard preguntó (dacuerdo con el diario de su unidad) «s

aún podía llevarse a cabo la operación»o hizo falta debatir la respuesta, d

modo que se pidieron nueva

nstrucciones al 15.o

Ejército. El diaride guerra relata:

«El Jefe de Estado Mayor preguntó al Jef

de Estado Mayor del 15.o Ejército, GeneraHoffmann, si la operación aún debía seguiadelante. La respuesta del Jefe de EstadMayor fue: “Si el Mariscal de Campo h

ordenado el ataque, entonces debe segu



adelante[352]”».

Era todo pura fantasía. EOberstleutnant von der Heydte ya habídeducido correctamente la deficienciclave. Posteriormente iba a escribir:

«Durante el ataque por el RegimientFallschirmjäger 6 no hubo ningún indicativdel supuesto ataque simultáneo contra e

puente de Veghel a cargo de unidadealemanas viniendo desde el Mosa. No spudieron detectar ruidos de batalla ni se sintiun alivio apreciable. Como este ataqu

acorazado fue lanzado desde el sector de otrEjército, distinto del EjércitFallschirmjäger , no había forma destablecer contacto con las fuerzaacorazadas atacantes; al regimiento nunca s



le dijo si este ataque había sido lanzado o noy cuáles fueron sus resultados[353]».

Parecía que se habían derrochadvidas en vano. Pero al sur de Veghel, locamiones aliados aguardaban, aparcado

en fila y atascados por el punto muertmás al norte. Tendidos en las cunetaunto a la carretera había docenas d

conductores y soldados de infantería

que observaban con ansiedad laenormes nubes bulbosas de humo negrque se alzaban al cielo sobre Veghe

Las detonaciones y los sonidos de lbatalla podían oírse con claridadCamiones cargados con paracaidista

americanos y equipos anticarro a bord



de jeeps zigzagueaban entre la miríadde vehículos detenidos, conduciendhacia el ruido del tiroteo allí adelante

Había una sensación contagiosa dcrisis en el aire. El corredor estabcortado. Hacía falta infantería má

adelante, si querían relevar a loparacaidistas británicos atrapados eOosterbeek. A la 43.a División d

nfantería le llevó 48 horas recorrer lo60 kilómetros de la «Autopista denfierno».

A ambos bandos se les acababa e

iempo.



XXIII. EL CERCO DEOOSTERBEEK

sa para la entrega de heridos en verdad subrayó lo absurda que es la guerra.

de las SS.

El sitio, 22-24 deseptiembre…

«El 22 de septiembre comenzó con un so



radiante. El terreno en derredor ofrecía unvisión lóbrega, con los restos de la batallasoldados muertos y equipo dañado tirados po

doquier [354]

».

Esta era la vista que observHerbert Kessler desde el parapeto de s

rinchera. Era un joven suboficial en eBatallón Worrowski del Regimient

ermann Göring . Era una escen

familiar ahora en todos los lados decaldero. Los británicos, con suespaldas contra el bajo Rhin, había

sido acometidos desde tres direccionesAl oeste el Kampfgruppe von Tettaocupaba una línea desde la fábrica dgas, a través de Sonnenberg



Ommershof, hasta el punto kilométric87 en la vía férrea Ede-Arnhem[355

Presionando desde el norte estaba eampfgruppe Bruhns, el batalló

«Junghan» de la Wehrmacht y elementodel Kampfgruppe SS Krafft, que estaba

ahora combatiendo en casas al sur de lvía del tren. Al este estaba e

ampfgruppe de la 9.a S

ohenstaufen que había alcanzado unínea norte-sur en el área del cruce dcarreteras de Oosterbeek cerca de lohoteles Vreewijk y Schoonard . EMariscal de Campo Model habíconsiderado hasta entonces la batalla eArnhem-Oosterbeek como una «acció

secundaria». La división británic



claramente se había extralimitadoestaba cercada y sería eliminada a siempo. Su importancia se hací

nsignificante comparada con la crisis eel sur, aumentada por la caída d

imega y el avance aliado mas allá de

Waal, y exacerbada por la incapacidade Model para cortar el corredoaerotransportado eficazmente por un

cantidad de tiempo apreciable. Loaterrizajes de los polacos habíaresultado una sorpresa para aquellos qupeleaban por reducir el perímetro d

Oosterbeek y podían retrasar claramentsu colapso. La orden del cuerpo dejército de Bittrich a

Obersturmbannführer Harzer declarab



sucintamente los objetivos y problemaque quería resueltos el 22 dseptiembre:

«El Kampfgruppe de la 9.a División SPanzer debe organizar inmediatamentataques concéntricos contra los restos de l1.a División Aerotransportada británica aniquilarlos tan pronto como sea posible. LSperrverband Harzer debe operaofensivamente desde sus posiciones dbloqueo, y ante todo prevenir una unión colos elementos de la 1.a DivisióAerotransportada desplegados al norte del ríoEs particularmente importante que larestantes fuerzas británicas al norte del Rhisean rápidamente destruidas, y eliminada lcabeza de puente enemiga allí[356]».



Los ataques comenzaron a las 09:0horas. El Standartenführer Lipperdirigió los asaltos desde su puesto d

mando regimental en el oeste. Ebatallón de las SS holandesas de Hellcomenzó a avanzar a la izquierda

delante de la encrucijada de KourdHerberg; los Batallones SS «Schulz» «Eberwein» atacaron en el centro a l

argo y al sur de la carreterWageningen-Oosterbeek. El BatallóWorrowski del Hermann Göring avanzpor la derecha, paralelo al bajo Rhin. ESchwerpunkt debía ser provisto poEberwein, al que se le ordendesplazarse en dirección sudeste

cortar a través [del enemigo/de la bolsa



hasta llegar al río. Pero hizo «sólentos avances», como relata el diari

de la unidad «a través del terren

densamente arbolado y contra una tenaresistencia enemiga[357]». El batallón Sholandés de Helle «sufrió pérdidas mu

elevadas». Habiendo agotado lpaciencia de todo el mundo con sncompetente actuación, fue disuelto po

orden del General der Waffen-SS HansAlbin Rauter y sus superviviententegrados en el batallón de Eberwein

El Standartenführer Lippert coment

acónicamente: «Helle, su comandanteno era un oficial de campaña coexperiencia y tenía poca idea de s

propia situación, por no hablar de la de



enemigo. Por tanto tuve que relevarldel mando[358]». Para la puesta del solodos los ataques se habían detenido.

Por el contrario se informó que l9.a SS, que también estaba intentandlegar a la fábrica de gas desde el lad

opuesto de la bolsa, estaba «haciendbuenos progresos[359]». Cualquieavance podía ser adornado co

semejante término en la encarnizaducha callejera que rugía ahora en tornal perímetro. Cuatro Kampfgruppe

estaban asaltando desde el este. Egrupo del Sturmbannführer Spindleestaba inmediatamente a la derecha de lUtrechtseweg , en la cuál seguí



combatiendo el Batallón de Zapadorede la 9.a SS de Möller. A su izquierda ntentando despejar las casa hasta e

bajo Rhin bloque por bloque, estaba eampfgruppe SS von Allworden

Moviéndose a lo largo de la orilla de

río hacia la iglesia de Oosterbeek-Laaestaba el Kampfgruppe SS Harder. Eobjetivo del ataque del día era el Hote

artenstein, cuya verdadermportancia como cuartel general de l1.a División Aerotransportada británicaún debía ser descubierta. En realidasólo se estaban realizando pequeñoavances. El Rottenführer WolfganDombrowski, que combatía con Mölle

en la Utrechtseweg dijo:



«Nuestra línea del frente se estabilizó eel cruce de carreteras [junto a los dos puestode socorro]. Permanecimos tendidos en est

línea hasta prácticamente el fin de la batallaEl foco de la presión se movió tanto a nuestrizquierda como a la derecha, pero no volviórecaer en nosotros».

No obstante, se mantuvo la presióhasta el anochecer. Los soldadosintieron que se acercaba un punt

decisivo. Las tácticas de combate dHarzer se hicieron sentir ahora. Durantel día ordenaba ataques incesantes

mientras que por la noche las armapesadas bombardeaban la bolsaPensaba que finalmente podría batir os británicos hasta la rendición



Dombrowski sintió algunos progresos:

«Tuvimos mucho éxito con nuestro

morteros. La mayoría de los prisioneroafirmaban que el “Whump-whump-whump” dlos “Moaning Minnies” [los Nebelwerfer ] fusu experiencia más aterradora. Muchos d

ellos salieron de los sótanos con los nerviohechos trizas[360]».

Para el anochecer del 22, Harze

apreció que la bolsa había sido reducida un área de dos kilómetros cuadrados.

Durante la noche se detect

movimiento en ambas orillas del rícuando los polacos intentaroransbordar refuerzos dentro de

perímetro. Lippert informó de un



ncursión en la fábrica de gas que fu«repelida por el fuego de nuestras armapesadas».

Ominosamente, a las 17:30 se diparte de los primeros avistamientos dvehículos enemigos en el área de Drie

o que aumentó el incentivo por acabael trabajo tan pronto como fuera posibleBengalas y fuego de ametrallador

señalaban la actividad enemigobservada desde el sector de la 9.a SSEl 55 Werfer-Gruppe de Nickmanpronto bombardeó ambas riberas

hundiendo varios botes neumáticos dos polacos en el proceso[361].

La misión para el 23 de septiembr

siguió siendo la misma. Bittrich convoc



al Generalleutnant von Tettau al puestde mando de Harzer donde confirmó sorden para un «ataque completo a l

argo de todo el frente el 23 a las 08:0horas[362]». Pero la situación al dísiguiente simplemente fue un reflejo de

empate de los días precedentes. VoTettau comentó que: «El enemigo habíestablecido una defensa basada e

puntos fortificados en las numerosamansiones y parques de OosterbeekCada una de estas bolsas de resistencienía que ser asaltada y tomada e

acciones muy reñidas».Había que pagar un precio por ello

porque: «para unidades con poc

nstrucción, este método de lucha lleva



elevadas pérdidas y consume muchiempo». Poco puede conseguirse

resumió el general «aparte de desgasta

poco a poco al enemigo». Loprisioneros cogidos sumaban 145ncluidos 10 oficiales, pero «no se hiz

ningún avance importante aquedía[363]». Aunque no había naddramático de qué informar, la presió

estaba empezando a pasar factura a lamuy presionadas fuerzas británicas. ESS-Junker Rolf Lindemann, qucombatía con el Batallón «Oelkers

con Eberwein), vio un cuadro algdistinto a nivel del soldado:

«Vi un montón de prisioneros. Estábamo



cogiendo compañías enteras, casi completacon sus oficiales y suboficiales. Después dhaberse rendido estos hombres siempre s

sorprendían de ver tan pocos alemanereivindicando que si hubieran sabido cuál erla auténtica situación, ¡habrían seguidluchando[364]!».

El cambio del tiempo el 23 dseptiembre trajo un cierto grado dayuda para los Diablos Rojos. LoTyphoon de la 2.a Fuerza Aérea Tácticaliada y los P47 de la 8.a Fuerza Aéregolpearon las posiciones alemanas a l

argo de todo el corredoaerotransportado hasta el perímetro dOosterbeek y, en particular, en torno

éste. Estremeciéndose de miedo baj



este ataque aéreo se hallaba la infanteríde la Luftwaffe del Leutnant Martin deBatallón Fliegerhorst 3, que estaba

entrando en posición cerca del bajRhin. Anotó en su diario:

«23 de septiembre. El día comienza coataques por aviones en vuelo rasante. Umuerto y seis heridos. Alcanzados por fuegde mortero y ametralladora pesada. Batalló

llega 17:20. Cientos de aviones enemigoarrojan paracaídas de colores. Comienzprimer ataque aéreo realmente intenso. Seiaviones abatidos. Ametralladora antiaérea sencasquilla y es abandonada. Ametralladorpesada inutilizada. Un muerto y tres heridoEntraremos en posición en la orilla del ríesta noche. La fábrica al otro lado del río hsido alcanzada y está ardiendo. Dormí en e



“Jaghuis”. Muy inquieto[365]».

También apareció la Luftwaffe. E

capitán Willi Weber, del 213 Regimientachrichten (Transmisiones) que s

había distinguido en el primer día de lo

anzamientos al atacar la zona daterrizaje «S» con una fuerzmprovisada de soldados dransmisiones, dirigía la FLIVO, la re

de control aéreo avanzado de luftwaffe, en el puesto de mando d

Harzer el 23 de septiembre. Sobre las

08:00 tomó dos Gruppen de cazas de laagdgeschwader (escuadrones de caza

2 y 26, dirigidos por el Hauptman

Eder, bajo su control. Usando s



ndicativo de llamada: «Teerose IIdirigió a Eder, indicativo Aster-Antonpara que atacara a los polaco

nmediatamente al sur del bajo RhinUna transcripción de la salidsubsiguiente fue anotada en el diario d

radio. Empezó con Weber dirigiendo Eder al objetivo correcto:

«Está atacando Elst. Elst es azul, [esto efuerzas propias]. Ataque Driel. Entre Driel el bajo Rhin, dos pequeñas charcas, Hull

Victor ?, [¿ha comprendido?]».

El Hauptmann Eder redirigió suaviones atacantes, hablando por sntercomunicador con los pilotos de

agdgeschwader 26 :



«Vamos a atacar Driel, entre Driel y ebajo Rhin, dos pequeñas charcas».

Tras completar la pasada dametrallamiento, la escuadrilla de Edefue atacada por aviones aliados. Weber

viendo la amenaza, radió:«Teerose a Aster-Anton: nuevo objetiv

para atacar. Enjambres de bandidos sobre e

Zuider-Zee».

Eder retransmitió el aviso a todosus aviones:

«Nuevo objetivo. Enjambres de avionesobre el Zuider-Zee».



En este momento, uno de los pilotodel Jagdgeschwader 26 , «Aster 53»anunció a su jefe que tenía «un problem

mecánico». La respuesta de Eder, algsarcástica, produjo vivas entre lo quescuchaban, ansiosos por recibir apoy

en tierra:

«¡Te has cagado en los pantalonesEmbístelos y luego escapa ascendiendo

Después de eso ya puedes decir que tienes uproblema mecánico[366]».

Algunos del estado mayor de Harzeen el puesto de mando pudieroagradecer los esfuerzos de la Luftwaffe

pero la mayoría de los soldado



alemanes en la línea del frente npudieron hacerlo. El Rottenführe

Dombrowski no hacía distinciones entr

ambos bandos: «En cuanto oíamos uavión, todo el mundo se tirabnmediatamente a una zanja».

Las fuerzas SS de Harzepresionaron implacablemente desde eeste pero sólo consiguieron «pequeño

avances» el 23 de septiembre. Al grupde combate de Spindler se le ordendesplazar su Schwerpunkt a lzquierda, hacia el bajo Rhin, para aisla

a los acosados británicos del río, abrirse paso y establecer contacto coas fuerzas de von Tettau en el otro lad

de la bolsa. Los hombres de



ampfgruppe SS de Möller, a sderecha, que gozaban de una calmrelativa, sintieron lástima por su

desafortunados camaradas. Eauptsturmführer Möller recuerda que

«… fuera, más a la izquierda, la batallrugía sin tregua, especialmente cerca de laorillas del Rhin. El ruido de la batalla llegabdesde lejos hasta nosotros. Tuvimos noticia

de cañonazos y del impacto de las granadacuando estaban más lejos sonaban apagadapero muy a menudo caían condenadamentcerca, dejando las ventanas rotas vibrando. Efrenético tableteo de las ametralladoras y erugido de las granadas de mano dierotestimonio de encarnizada lucha, mientras logrupos de combate alemanes trataban dcortar al enemigo de la ribera del Rhin[367]».



A las 13:45 del 23 de septiembre, ecuartel general de von Tettau recibinformes sobre «vehículos acorazado

de reconocimiento enemigos en la orillsur del Rhin en el transbordador dWageningen». Además «reconocimient

motorizado del enemigo» fue observad«por la carretera del dique al sur debajo Rhin entre Driel y Lakemond[368]»

Sólo se podía suponer que estas fuerzavenían de Nimega. El XXX Cuerpo dEjército había, por tanto, conseguido amenos enlazar por tierra con lo

polacos. ¿Cuáles eran lamplicaciones?

Von Tettau ya había asegurado s

zona de retaguardia como precaució



contra una posible ruptura desdimega. A lo largo de la línea del Waa el «sector del canal» refuerzos recié

legados, apropiados sólo para ldefensa, dicho en términos prácticosfueron introducidos en la línea. E

Oberstleutnant Hanisch controlaba ugrupo de combate consistente en eBatallón Fliegerhorst 2 bajo el mand

del Major Liebsch y el Batallón dFortaleza Costero 1409, desde urecientemente establecido puesto dmando en Lienden. El Regimient

Knoche, al que previamente se le habíordenado custodiar las áreas dretaguardia contra futuros ataque

aerotransportados, fue desplazado



potenciales posiciones de bloqueo seguridad a lo largo del bajo Rhin. S

ampfgruppe constaba ahora de

Regimiento Sicherungs (dSeguridad) 26, el Batallón dAmetralladoras de Fortaleza 30 y e

Batallón Fliegerhorst 3 de Merkens, eel que estaba sirviendo el Leutnan

Martin y todas las secciones de defens

antiaérea dispersas que operabaentonces en la zona. Los hombres dMartin estaban agotados. Habían sidenviados a marchas y contramarcha

constantemente bajo presión enemigacon, aparentemente, ninguna directivclara de adonde ir. Como consecuencia

os heridos no recibían los cuidado



apropiados. Escribió:

«24 de septiembre. Aviones atacan a la

09:00. Tenemos que entrar en posición sobrel Rhin durante el día por orden deGeneralleutnant Tettau, sin consideraciópara con los heridos. El Major Merken

inspecciona las posiciones. Aviones atacaposiciones de reserva. Se supone que nuestrcañón anticarro debe hundir botes al otro laddel río. El Hauptmann Schaarschmidt est

enfermo[369]

».

Durante la tarde y noche anterior unbrigada de la 43.a División de Infanteríbritánica había combatido hasta llegar as afueras de Elst mientras que otr

brigada se había establecido en el áre

de Driel. Otros 150 paracaidista



polacos cruzaron hasta el caldero. Peros alemanes seguían dominando l

orilla norte. Sin refuerzos, el perímetr

de Oosterbeek debía desmoronarse.

Caballerosidad: y ¿qué hacer con los heridos?…

La batalla de Arnhem ha siddescrita a menudo como un combatcaballeroso. Una intensa lucha callejer

es, sin embargo, rara vez librada de tamanera. Las pruebas sugieren que en ecalor de la batalla se cometiero

excesos por ambos bandos. Durante tod



a encarnizada lucha que caracterizó arket-Garden, los soldados aliados s

volvieron cada vez más furiosos por l

conducta de un enemigo que combatían tenazmente cuando su causa estaban claramente perdida. El Rottenführe

Wolfgang Dombrowski se hizo eco de lopinión de sus camaradas en ladivisiones Hohenstaufen y Frundsberg

«Estas divisiones estaban soberbiamentadiestradas. Habíamos luchadconstantemente en retaguardias desde lCota 112 en Caen. Tras una breve pausa, nometieron en la batalla de Arnhem, de nuevsin preparación. Queríamos que acabara estbatalla tan pronto como fuera posible dmodo que pudiéramos volver a Alemania. L

razón última era que, si no teníamos éxito, lo



aliados estarían en suelo alemán. Luchamoencarnizadamente para impedir esto[370]».

La toma de Nimega había sido unucha muy dura. Poca piedad fu

mostrada o esperada de aquellos qu

estaban llevando a cabo una resistencia ultranza. El Hauptsturmführer Richtese quejó al Grupo de Ejércitos B, el 2 el 23 de septiembre, que los herido

alemanes habían sido asesinados «dforma bestial» por soldados americanos«probablemente de la 82.a Divisió

Aerotransportada», con pistolas cuchillos, además «mujeres holandesahabían tomado parte, y algunos de lo

heridos habían sido arrojados al rí



Waal[371]». Confirmados o no, lonformes fueron creídos nevitablemente tendrían su impacto e

el cariz de los combates posteriores.Cualquier ayuda que prestaran lo

holandeses a los aliados er

correspondida por la brutalidacalculada de las autoridades alemanade ocupación. Los combatientes de l

resistencia holandesa capturadouchando abiertamente codo con codcon las fuerzas regulares aliadas comvoluntarios irregulares y portand

brazaletes naranjas, fueron ejecutadosumariamente. Esto sucedió cuando epuente de Arnhem fue recobrado po

Frost y en ocasiones en Oosterbeek. E



auptsturmführer Krafft, al mando deBatallón SS Panzergrenadier dDepósito y Reserva 16 no se hací

lusiones sobre de qué lado estaban lociviles. Su informe tras el combatobservaba que:

«… una dificultad añadida para nosotroes la actitud de la población civiSeguramente se alinearán con el enemigo

serán particularmente peligrosos en caso daparición del enemigo en la retaguardia debatallón. De hecho tuvimos algún problemcon terroristas holandeses a unos dosciento

o trescientos metros de la posición originade defensa del batallón. ¡Nos encargamoapropiadamente de ellos[372]!».

Incluso después de la batalla, e



Oberstleutnant Fritz Fullriede deRegimiento de Instrucción Herman

Göring tomó parte en el saqueo punitiv

de la aldea holandesa de Putten, despuéde que algunos soldados alemanehubieran sido muertos por lo

partisanos. Ocho civiles fuerofusilados indiscriminadamente, y laldea arrasada hasta los cimientos

Todas las mujeres y niños fueroevacuados mientras que los hombrefueron deportados a trabajos forzados eel Reich[373].

En cualquier caso las unidades Sque combatían en Oosterbeek ya estabacurtidas en atrocidades. Seis mese

antes en Tarnopol, en Rusia, 34 soldado



de la 9.a SS capturados por ucontraataque soviético fueroencontrados maniatados y horriblementmutilados por sus captores soviéticodespués de que la posición fuerrecobrada. ¿Por qué debía se

Oosterbeek diferente? WolfganDombrowski recuerda:

«La batalla por Arnhem fue algcompletamente nuevo para nosotroEstábamos acostumbrados a tratar con loataques rusos de “olas humanas” donde nhabía consideración por la vida humanaNormalmente hacía falta combatir cuerpocuerpo para detener la cuarta o quinta oleadporque nos habíamos quedado sin municiónLos americanos habían sido nuestro

principales oponentes en Normandía. Su



aviones a menudo habían ametrallado lacolumnas médicas. Habíamos combatidcontra los polacos en Falaise y habían sid

brutales. Los británicos eran unincógnita[374]».

Pero parecía que los británicos era

distintos. El Oberleutnant JosepEnthammer, que había estado ecautividad cerca del puente de Arnhem

afirmó:

«No sentíamos odio por los ingleses, npor los franceses, ni por los americanos, per

desde luego que sí por los rusos. Ése no ersólo mi punto de vista, sino también el dmuchos otros soldados alemanes[375]».



A pesar de los furiosos combatesparece que se desarrolló poco a poco usentimiento de genuino respeto. El SS

unker Rolf Lindemann, luchando con eampfgruppe Lippert en el lado oest

del perímetro, creía que «no había odi

o “sentimiento de enemistad” ponuestra parte». Antes de esto habícombatido cerca de Leningrado e

Rusia:«Allí era absolutamente distinto. Inclus

los médicos, armados o no, y los hospitale

eran disparados. Odiábamos a los rusos, ylos franceses porque siempre habíamoestado en guerra con ellos. Pero no a lobritánicos».



De todas las naciones europeasparecía que el único país con algunasimilitudes de raza y costumbres as

como un grado de afinidad de espíritueran los británicos. «Nadie», enfatizabLindemann, «sentía que era enemigo d

os británicos, y yo creo que pasaba lmismo en su bando». Ciertamente eralgo completamente distinto de lo qu

habían experimentado en RusiaLindemann contó que una vez en que:

«… una de nuestras ambulancias que s

había perdido fue detenida por tropabritánicas. ¡El conductor creyó que le habíllegado su hora! Un oficial británico pregunt“¿sería tan amable de llevar a un oficia

británico gravemente herido al hospital?”. Lo



británicos incluso orientaron al conductosobre la ruta correcta ¡y le recompensarocon un reloj de oro por las molestias[376]!».

Con la introducción de los polacoen el caldero, la naturaleza de la luchvolvió a cambiar de forma perceptibleEl Hauptsturmführer Möller, qucombatía en la Utrechtseweg , advirtique la moderación anteriorment

acordada para permitir la recuperacióde heridos y muertos «iba a cambiadrásticamente el 23 de septiembr

cuando una unidad polaca fue empeñaden combate frente a Steinhart, mprimera compañía». El Rottenführe

Dombrowski, en la misma unidad



comentó mordazmente:

«En lo que a los polacos se refiere, t

podías olvidar del juego limpio. Recuerdo ecaso de un hombre herido deReichsarbeitsdienst , un tirador dametralladora de un batallón de trabajo, qu

era incapaz de disparar. Ondeamos unbandera blanca y dos camilleros sadelantaron para recogerlo. Inmediatamentles dispararon y se escondieron en una casa

pálidos de miedo. Chillaban: “¿Qué les pasa¡han perdido la cabeza! No había problempara recogerlos hasta ahora”. Los polacocontinuaron tiroteando al hombre herido mantuvieron a los médicos a raya hasta qumurió. Había caído tras un muro, y con lopolacos disparándonos a través de laaspilleras de su casa, no pudo ser alcanzado»



La lucha continuó, desprovista dcompasión. «No corrías riesgos con lopolacos», confesó Dombrowski:

«Nos acercamos con las botas envueltaen trapos para no hacer ruido. Una vez que lcasa estaba rodeada, se lanzaban dentrgranadas de mano desde todos los lados hastque hubieran tenido bastante[377]».

La conducta de los polacos debverse en el contexto de los horrores os que se había visto sometida su patri

por la ocupación alemana. Como Möllecomentó: «Aquella era la máscara deEste. ¡La máscara deformada del odio a pura violencia que nunca iba a esta

dispuesta a dar cuartel!».



Caballerosidad aparte, los pococentros de primeros auxilios eOosterbeek estaban ahora rebosantes d

soldados alemanes y británicogravemente heridos. Los que estabasituados dentro del perímetro británic

carecían de medicinas y agua. Todas lahabitaciones del Hotel Schoonar

estaban completamente llenas d

heridos. Las treguas no oficialeproducían pausas en los combates qupermitían que más cuerpodescompuestos fueran recogidos, hast

que los pasillos y vestíbulos estuvierolenos a rebosar también.

El 22 de septiembre e

Obersturmbannführer Harzer, al fi



conmovido por el atroz sufrimiento dos heridos, ordenó al médico de mayo

graduación de su división, eauptsturmführer Doctor Egon Skalka

que discutiera la cuestión con sequivalente británico del otro bando, e

coronel Warrack. Debían explorar laposibilidades de entregar a algunos dos paracaidistas heridos para qu

quedaran bajo cuidado de los alemanesA medida que la bolsa se encogíprogresivamente, se hacía imposiblevitar alcanzar los centros de primero

auxilios. Una granada de artillerímpactó en el hotel Tafelberg e

Oosterbeek, causando más bajas entr

os heridos que aguardaban a se



atendidos. El coronel Warrackentretanto, agradeció a los alemanes soferta y conferenció con su comandant

divisionario.Se anunciaron treguas concreta

durante ciertos periodos y e

determinados sectores para permitir lrecogida de los heridos. RolLindemann, el SS-Junker que estaba co

el Regimiento de Lippert en el ladoeste del perímetro, recuerda:

«Simplemente se dio información d

cesar el fuego a las 12:00 y reanudarlo a la13:00. Ambos bandos lo respetaron. Incluspodías ir a dar un paseo durante este período nadie te molestaría[378]».



Aunque el Hospital de Santa Isabeestaba ahora tras las líneas alemanasaún lo gestionaba su personal británico

vigilado por guardias alemanes. Edoctor Skalka lo reabasteció comedicinas, suministros y proporcion

cualquier otra asistencia que fuersolicitada. El plasma sanguíneoarrojado por los aviones d

reabastecimiento de la RAFrónicamente a un terrible coste, fuambién entregado a los herido

británicos en el hospital.

El Rottenführer Paul Müller era uefe de pelotón de 19 años en eampfgruppe Spindler que fu

gravemente herido por una granada d



mano en la sangrienta lucha a lo largdel Rhin, cuando el 1 PARA habíntentado llegar hasta Frost en el puente

Su experiencia fue típica de muchoheridos alemanes. Lo primero de toduvo que volver por su cuenta hasta e

puesto de socorro más cercano, bajfuego de los británicos:

«Mientras corría, me dolían mucho todamis heridas. Mi brazo izquierdo dolía tantcon cada paso que daba, que me lo sujeté bajel cinturón y lo mantuve quieto donde estabcon mi otra mano para evitar que colgara

Sangre caliente corría dentro de mis orejas de mi boca, también por mi cuerpo hastdentro de mis botas».



Tenía que encontrar el puesto dmando. Al llegar allí, se desvaneció poa pérdida de sangre. Desde allí u

sanitario le subió a un automóvil civiholandés requisado. Él «consiguimeterlo dentro», dijo, con otro jefe d

pelotón gravemente herido. Rodeandos escombros y restos, el coche acab

por llegar al puesto de socorro que er

una pequeña tienda cuyo escaparathabía sido reventado. «Allí, todempezó a girarme de nuevo». Uno de lomédicos le cogió y le sentó en una silla

«Quería cortar mi guerrera, cosa quraté de impedir, porque, le dije, todo

mis documentos estaban ahí dentro». L

preocupación de Müller no era ta



rivial como parece. Sin ellos podría sesospechoso de deserción o, igualmentgrave, ser alistado en otra unidad dond

sería un forastero. «Pero entonces»recuerda, «me desmayé del todo[379]».

El Oberleutnant Joseph Enthammer

que había estado cautivo de los hombrede Frost cerca del puente durante cuatrdías, sabía de sobra cuán grave era e

problema. Tras ser rescatado por los SSpermaneció con su unidad, a pesar duna herida de granada de mano en lpierna, hasta que llegaron a Emmerich

Sin embargo, para entonces la herida shabía infectado tan gravemente que furansferido a un tren hospital que l

levó a Limburg an der Lahn. Era u



paciente reacio:

«No quería permanecer en el hospital

ejercí mi derecho como herido capaz dcaminar para salir tras el tratamiento. De otrforma habría sido enviado a un batallóFeldersatz o de reemplazo de campaña,

quería seguir con mi unidad».

Pero hasta que pudiera lograr el altaestaba rodeado de desconocidosMientras aguardaba las siguientes curasrajeron dos prisioneros británicos, un

de los cuales era el cabo paracaidist

que le había vigilado en el sótano dArnhem. Era la ironía definitivarodeado por sus compatriotas que, pes

a esto, eran extraños, el encantad



oficial recuerda:

«Nos saludamos contentos de verno

llenos de alegría de que el otro hubiersobrevivido a aquel lugar infernal. AOberstabsartz [doctor jefe] no le hizo muchgracia y me reprendió por mi conducta

Cuando le expliqué las circunstancias quhabían llevado a nuestra especial relación, sapaciguó y se disculpó. Anoté el nombre decabo y su dirección pero la perdí más tard

durante la guerra. Todavía me gustaría volverencontrarme con él[380]».

Cuando el Rottenführer Paul Mülle

se despertó, se hallaba en el hospital dApeldoorn. «Yacía en un colchón puesten el suelo de un largo pasillo»

recordó, «con un sinnúmero de otro



soldados heridos». Había estaddormido durante ocho días. Sentadenfrente de él en una silla estaba un jef

de pelotón herido, que era de su mismsección, el cual «no me reconocicuando le hablé. Sólo me reconoció po

mi voz cuando le dije mi nombre. Debíener un aspecto espantoso con toda es

sangre».

Müller seguía sumido en un mundcrepuscular de aturdimiento y dolorHabía transcurrido más de una semana odavía no le habían operado

«Entretanto», advirtió, «un camarada aado mío había muerto de una herida e

el vientre». Volvió a caer inconsciente

se levantó esta vez en una iglesia entr



muchos otros heridos, tumbado por fien camas de madera. «Las ropaempapadas en sangre que todavía tení

puestas empezaban a apestar». Cuandfinalmente le llevaron a través de uparque a una sala de operaciones

resultó que el cirujano, que había estadrabajando sin descanso durante 2

horas, se había ido para descansar u

poco. Finalmente, vino otro y le operóMüller, como todos los heridoalemanes, estaba temerosamente al tantque los médicos de campaña tendían

creer que sólo en términos humanitariovalía la pena administrar sangre plasma a soldados heridos grave

porque era menos probable qu



volvieran al servicio activo. Todo lque Müller recordaba antes de perder esentido fue el cáustico comentario de

doctor a la enfermera de que «este tipse está bebiendo todo nuestro éter». Traa operación, siguió en un vestíbulo

abandonado con los otros casoperdidos hasta que, menos mal, lrasladaron a una sala general qu

albergaba a los otros heridos. Poprimera vez, la supervivencia era unposibilidad.

El paso siguiente fue la transferenci

a un tren hospital. «Tenía un buen sitiunto a la ventana», recuerda. A las

20:00 horas el tren salió de la estació

bajo el manto protector de la oscuridad



estaba volviendo a casa en AlemaniaPronto, sin embargo, fue «despertaddesagradablemente por algunos tirones

sacudidas». El tren había descarrilado «nuestro vagón estaba tremendamentnclinado». Los pacientes fuero

dolorosamente transferidos de lovagones descarrilados y tendidos en lopasillos de los que quedaban. Una nuev

ocomotora comenzó a maniobrarlohacia atrás. Esta locomotora tambiésaltó por los aires, «probablemente pominas», y eso no fue todo:

«Simultáneamente nuestro tren se vio bajuna granizada de balas. Puesto que era un trede la cruz roja, no había armas dentro

estábamos indefensos».



Dos vagones plataforma qumontaban cañones antiaéreoaparecieron empujados por otr

ocomotora y repelieron a lopartisanos. Pero, como recordabMüller, «estábamos en una auténtic

ratonera». Había raíles destruidos tanta su frente como detrás de ellos. Suncomodidades continuaron:

«Durante todo el día lució un hermoso soy los cazabombarderos enemigos picarosobre nuestro tren incontables veces. No eren absoluto una sensación agradableNuestros médicos fueron por los vagones nos dijeron, especialmente a los heridoleves, que no abandonáramos el tren bajninguna circunstancia pues los pilotos podría

llevarse una impresión equivocada y atacar e



tren después de todo. Los pilotos eran mádecentes que los partisanos y se alejarotodas las veces sin disparar».

Les llevó hasta el 30 de septiembrcruzar al otro lado del Rhin. Al dísiguiente el tren se dividió ransportaron a Müller a un hospita

militar en el sur de Alemania, pasadorece días desde que lleg

ambaleándose al puesto sanitario de scompañía[381].

Volviendo al perímetro d

Oosterbeek, ulteriores negociacionesesta vez aprobadas por Bittrich, ecomandante del II Cuerpo de EjércitSS, llevaron a la declaración de un alt



el fuego de dos horas que entraría evigor a las 15:00 del 24 de septiembreDurante este tiempo hasta 120

prisioneros de guerra heridos británicofueron sacados de la bolsa ransportados a hospitales alemanes. N

fue fácil confinar los combates a áreafuera de la zona de tregua, porque, como vio el Rottenführer Dombrowski, «l

regua era sólo válida dentro de estcorredor, la lucha continuaba en torno él». La ironía de la situación no pasnadvertida a los zapadores SS

Dombrowski comentó:

«La pausa para la entrega de heridos everdad subraya lo absurda que es la guerra



Todos miramos el reloj y se hizo el silenciolos paracaidistas británicos salieron. Scambiaron algunas palabras y se arrojaro

unos cuantos cigarrillos. Teníamos muchopara ofrecer pues muchos de sus suministrohabían caído en nuestras líneas. Les miré ellos nos miraron y pensé que nunca nohabíamos visto antes, no tenemos nada contrellos ni ellos contra nosotros. Pero la luchvolvería a comenzar».

Una última calada al cigarrillo, unmirada de curiosidad al otro bando, entonces un renovado estallido ddisparos haría que los últimos, renuente

grupos se pusieran a cubierto. El SS

auptsturmführer Möller, presencianda misma escena, pensó que:



«… conmovía profundamente a todos lopresentes el ver cómo una aparentementinterminable columna de heridos era llevad

por la Utrechtseweg en camiones al hospitade Santa Isabel que estaba situado en laafueras de Arnhem, así como a otros centrode primeros auxilios y hospitales de campañmás pequeños. Así los heridos y mutiladopodrían recibir tratamiento apropiado. Uholandés me preguntó: “¿Por qué hacen lguerra? ¿De verdad es necesaria?”[382]».

Una pregunta retórica, porque, comDombrowski observó:

«… diez minutos antes del final de ltregua, todo el mundo desaparecería. Luegodependiendo de la situación, el combatempezaría de nuevo poco a poco,

repentinamente cuando llegara un ataqu



alemán[383]».

Panzer y lanzallamas…

Con ruidos y golpes metálicos, lovagones plataforma se detuvierorechinando en los apartaderos dZevenaar y Elten durante la noche de23-24 de septiembre. Subiéndose a locascos tenuemente iluminados, lo

ripulantes de los Panzer empezaron quitar el follaje y las redes dcamuflaje. Tras un áspero ronroneo, lo

motores Porsche cobraron vida



rugiendo guturalmente y echando humoLa complicada tarea de descargar las 6oneladas de acero del Tiger II por la

rampas comenzó y continuó durante lahoras de la noche; las cadenas fuerosacadas tintineando de las argollas, y s

soltaron las cuñas a martillazos. LSchwere Panzer Abteilung 506 , ebatallón de carros pesados Tiger , habí

legado. Por la mañana temprano del 2de septiembre, los 45 Panzer V

önigstiger del Major Lange fueroorganizados en columnas. Ruidosa

bruscamente se pusieron en marchhacia sus diversos puntos dconcentración. Dos compañías, 3

carros en total, fueron enviadas a la 10.



SS en el área de Est, donde acamparoen un pequeño bosque a tres kilómetroal norte de Elten. La restante compañía

a «Hummel», de 15 Tiger II , fuenviada a la 9.a SS en OosterbeekHarzer, consciente de las limitacione

mpuestas por la vía férrea y lobosques al norte de la bolsa, los asignal Kampfgruppe Spindler que operab

contra el lado este del perímetro.Los blindados habían demostradser de un valor decisivo para detener lontentos británicos de socorrer a Fros

en el Puente. Tuvieron menos éxito, siembargo, en el avance a través dOosterbeek. Von Tettau ya habí

dentificado el problema subyacente e



su orden divisional de dos días antesAnunció enojado que:

«En los combates de los últimos días, nmenos de seis carros han sido destruidodebido a su mal empleo por los mandosubalternos y la carencia de infantería d

acompañamiento[384]».

Por lo tanto, la Compañía Panze

224 fue puesta directamente bajo manddivisional; sus tres carrosupervivientes fueron asignados a laropas más experimentadas deampfgruppe, el Regimiento S

Lippert, y «conservados sólo para casoespeciales». Todos y cada uno de lo

seis Panzer destruidos habían sid



puestos fuera de combate en un sólo díados por cañones anticarro, dos pominas, uno gravemente dañado y el otr

simplemente estaba desaparecido. Eeutnant May, el comandante de l

compañía, recibió orden de explicar su

pérdidas personalmente a voTettau[385]. La falta de experiencia era eproblema fundamental. Las unidade

habían sido arrojadas al combate sihaber trabajado juntas nunca antes y loproblemas de cooperación entre lnfantería y los carros no estaban siend

rectificados. Errores similares estabasiendo resueltos entre la 9.a SS y locañones de asalto de la Sturmgeschüt

rigade 280 en el lado este de



perímetro. El problema se veíexacerbado por la escasez de radios.

Von Tettau intentó inculcar el trabaj

de equipo entre infantería y carrorequerido para partir esta nuez tan duraLos carros, dijo, «debían operar ahor

sólo con los batallones Schulz Eberwein». Estos dos batallones Senían a los únicos veteranos bajo s

mando. Debían formarse escuadraespeciales para protección de los carrode combate, armadas con subfusileautomáticos Schmeisser . Los Panzer n

debían volver a actuar aisladamente sinuntos en secciones y acompañados ponfantería en apoyo directo. Equipos d

observadores adelantados de artillerí



debían asignarse a estas compañíamixtas «para identificar inmediatament aniquilar los cañones anticarr

enemigos». Los cañones de asaltautopropulsados también debían seempleados para proteger a sus propio

carros contra esta amenaza. Von Tettasermoneaba sobre la necesidad dabrumar los puntos fortificado

enemigos por medio del empleo de unmezcla de armas combinadas. «Poencima de todo lo demás», subrayó «eéxito depende de identificar rápidament

as armas anticarro enemigas» yentonces, «asignar Panzer y armapesadas para neutralizar ese punt

particular de modo que pueda se



vencido[386]».En el sector de la 9.a S

experimentaban problemas parecidosLa oscuridad trajo consigo fuego dartillería contra el interior deperímetro, mientras fuera los cañones d

asalto traqueteaban en las tinieblas coun ruido siniestro, cambiando dposición. Merodeaban como bestia

depredadoras al borde del perímetro. LBrigada 280 también pagaba el precinevitable por no haber prestad

suficiente atención a la protección y guípor parte de la infantería. Loautopropulsados, tras haber rodado dnoche por sectores desconocido

renunciando al enlace con su



camaradas de la infantería, tendían ocupar posiciones expuestas en sbendita ignorancia, hasta que era

«cazados» con las primeras luces pocañones anticarro británicoexcelentemente camuflados

emplazados. No obstante, después de21 de septiembre, el reagrupamiento as reorganizaciones produjeron equipo

de lucha callejera eficazmentequilibrados que tuvieron un mayompacto sobre el avance.

Este avance era lento y las pérdida

eran elevadas. Para el 24 de septiembra compañía Panzer 224 había perdid

el total de sus ocho carros francese

enault modificados, la Brigada 28



había perdido tres o cuatrautopropulsados StuG III destruidos y eRegimiento Hermann Göring tenía a

menos dos Panther fuera de combate. Lcompañía Panzer «Mielke» de KarlHeinz Kracht venida de Bielefeld perdi

res de sus ocho carros en Arnhem y domás en torno a Elst. El batallón de Frosreclamó la destrucción de seis carros,

un Tiger dañado en torno al puente. Edifícil cuantificar las pérdidas debido aempeño fragmentado y no documentadde las secciones de carros, enviadas a

combate en cuanto estaban disponiblesHasta el 50 por ciento de los empleadosmayoritariamente en el lado oeste de

perímetro, se había perdido hasta est



momento[387].Los Königstiger del Leutnan

Hummel comenzaron a hacer sentir spresencia al romper el alba del 24 dseptiembre. Protegidos por infanteríasus cañones de 88 mm comenzaron

demoler los puntos fuertes británicos dmodo espectacular. Aunque produjeroun considerable impacto psicológico e

el lado británico, fueron mucho menoefectivos de lo que se esperaba. Estocolosos de 68 toneladas apenapudieron moverse por las estrechas

serpenteantes calles de Oosterbeek. Laorugas simplemente arrancaban la capde adoquines y se hundían bajo el nive

de la carretera. Las torretas, restringida



por el largo cañón de 88 mm, apenapodían girar. La expectación alemana svolvió consternación cuando el primer

explotó enfrente de la escuela primarial final de la Weverstraat , con lmetralla segando el aire como un

guadaña y cubriendo de cicatrices toda fachada de la escuela. Esto no estab

previsto que pasara.

La tripulación escapó frenéticamentantes de que todo el casco estallara euna violenta y llameante deflagraciónUn proyectil de mortero habí

mpactado en una válvula de aire dedepósito de gasolina[388]. Aunquprácticamente invulnerables, esto

«fortines móviles» podían se



nmovilizados por proyectiles anticarrPIAT, o bombas Gammon[389] si erafijadas a puntos vitales por loemerarios y ágiles paracaidista

británicos. Su eficacia, una vez másdependía de la calidad de la infanterí

de acompañamiento. Incluso en Elstdonde fueron asignados a la 10.a SShubo considerables problemas: s

descubrió que los pequeños puentesobre el canal se hundían bajo su pesoEl sitio de Oosterbeek estaba tomandun cariz medieval. El fuego de artilleríarrasaba el antaño próspero suburbio dclase media. Se formaron equipoespeciales de combate callejero par

escalar puntos fortificados. Los cañone



de los carros hacían el papel de arietesrompiendo los muros de los puntofortificados, seguidos por zapadores d

asalto armados ahora con lanzallamasPor muy valientes que fueran lodefensores, pocos podían aguantar e

espanto y el horror psicológico de uataque con fuego. De hecho, no había uantídoto o una defensa física eficace

contra semejante ataque aparte dacechar y matar al operador deanzallamas. Era un arma decisiva en e

combate a corta distancia, tan violent

en sus efectos que sus operadores, seran capturados, rara vez sobrevivían a rendición. Los británicos lo había

empleado para reducir la resistencia e



el puente de Arnhem. Ahora se habíantercambiado los papeles. El Pionie

ehr Battalion 9 de Glogau había sid

ransportado en avión al aeródromo dDeelen durante las noches del 21 y 2de septiembre. Los equipos d

anzallamas fueron empleados econcierto con Panzer e infantería contros obstinados puntos de resistenci

británicos. Gerald Lamarque, usargento en la 21.a Compañíndependiente ( Pathfinder ) qu

combatía en la parte norte del perímetr

contra los Panzerjäger SS de voAllworden, ha descrito el impactdevastador de semejante ataque:



«Una gran bola de fuego llenó todo scampo de visión, ocultando las casas y ecielo y todo en torno a él. Sintió tal calo

como había experimentado sólo una vez antecuando había estado a cierta distancia frenteuna caldera abierta. Sintió como le abrasaba eaire los pulmones; estaba tendido en el sueldel dormitorio, con sus manos arañando latablas, con la boca abierta y asfixiándose».

«… Las cortinas arrancadas estabaardiendo donde habían sido arrojadas en unesquina de la habitación, dos butacas ardía

con ocasionales llamas corriendo comarañas por su tapicería. Las paredes estabachamuscadas y la pintura en el alféizaformaba burbujas que se hinchaban

estallaban. Los dos hombres estaban junto a lpared de la izquierda».

«… Lo que había conocido como RoFraser había desaparecido. Lo que antes era s

cara ahora era algo que sobrepasaba el horro



Era imposible para Gorman comprender apreciar lo que se le había hecho al otrhombre. Simplemente miraba el blusó

ardiente, el pañuelo encogido en torno acuello y a la mano deforme y engaritada comla garra de un pollo que, agarraba y tironeabconvulsivamente del pecho».

«… La larga y entrecortada sucesión dsollozos se había detenido, y de la cavidad silabios surgió una palabra repetida una y otrvez. “Por favor… por favor… por favor [390]”»

El II Cuerpo SS ordenó que eataque contra la bolsa del 25 dseptiembre fuera un ataque de este

oeste por el Kampfgruppe SS Harzehacia Hemelscheberg, que debíencontrarse con un ataque recíproco po

el Batallón SS Oelkers desde el lad



oeste «con operaciones de poderosafuerzas de asalto para forzar econtacto» entre los dos. Ataques d

distracción locales apoyados por intensfuego debían venir desde el norte. Lhora H debía ser las 07:15. Von Tetta

ncluso estaba discutiendo el posiblempleo de carros Goliath a controremoto con el comandante de l

Compañía Panzer 224[391]

. Estas minaque se desplazaban sobre cadenaestaban repletas de explosivos diseñadas para ser detonadas dentro d

as posiciones enemigas. Los británicosse esperaba, no iban a aguantar muchmás.



XXIV. EL CORTEFINAL: KOEVERING

ión: primero el puente de ferrocarril, luegoqueda el puente de carretera.

dante del 15.o Ejército.

Preludio: El corredor, 23-24de septiembre…

Bendecidos por un tiemp



verdaderamente favorable por primervez desde el 17 de septiembre, lorefuerzos aerotransportados aliado

comenzaron el 23 de septiembre recuperar el tiempo perdido respecto su horario. Incluso mientras continuab

a lucha en torno a Veghel, llegaban laúltimas series de planeadores de l101.a División Aerotransportad

estadounidense. La división, unida a scola logística que había llegado por marestaba ahora completa. En torno a aquemomento, el General Gavin en Nimeg

recibió su 325 Regimiento de Infanteríen planeador y el resto de la BrigadPolaca de Sosabowski (1.er Batallón

ambién llegó por vía aérea.



Los deprimentes informes sobrrefuerzos aliados adicionalecomenzaron a afluir a diversos alto

cuarteles generales alemanes. Eampfgruppe Walther observ

anzamientos paracaidistas adicionale

entre Vokel, Elp y al sur de la carreterVeghel-Erp mientras el Generalobers

Student visitaba a sus unidades e

Gemert. El Hauptmann Scipa de la 59.División telefoneó al LXXXVIII Cuerpa las 17:25 y dijo que 120 planeadorehabían descendido en el área d

Liempde. A las 20:55 confirmó snforme original afirmando que el fueg

antiaéreo había derribado do

ransportes, ocho planeadores y ademá



se habían cogido 25 prisioneros. «Egrueso de los aviones», informó«parecen estar al este de una línea entr

el brezal de Son y St. Oedenrode[392]»La respuesta del General Reinhard funmediata. Emitió una orden del cuerp

de ejército declarando que:

«Las divisiones deben implementamedidas draconianas y ser despiadadas en s

búsqueda para proporcionar nuevas reservaincluso los rezagados y presuntos fugitivodeben ser reformados para este cometidobajo estricto control».

Los Oberst Bohmer y Dewald fuerode inmediato nombrados comandante

de los Kampfgruppen de Tilberg



Hertogenbosch, amenazados por loúltimos acontecimientos y se leencomendó llevar a cabo la

contramedidas necesarias.El Mariscal de Campo Model s

sentía cada vez más pesimista sobre l

situación global. «La situación del alnorte del Grupo de Ejércitos B hseguido desmoronándose», informó e

24 de septiembre. Todo lo que habíaconseguido en una semana dencarnizados combates era: «meramentretrasar al enemigo en el logro de s

objetivo estratégico». Los renovadodesembarcos aéreos del día previocreía: iban a «tener como consecuenci

acontecimientos muy críticos». Lo qu



se requería eran «refuerzos mínimos» duna división de infantería y una Panzer

una brigada Panzer , dos brigadas d

cañones de asalto, más reemplazos dnfantería y mayores suministros d

munición de artillería[393]. Sabía que n

os iba a recibir.Los alemanes estaban convencido

de que los nuevos lanzamientos estaba

diseñados para aliviar su propia presiócontra Veghel. El Kampfgruppe Walthefue atacado simultáneamente por fuerzaacorazadas aliadas a lo largo de l

carretera Uden-Vokel-Boekel y al sur dUden. La Brigada Panzer 107 recibió egolpe en su flanco derecho. Pero en l

«Autopista del Infierno» sólo quedab



una cáscara vacía de defensorealemanes. A pesar de la llegada de lodemorados batallones SS «Segler»

«Roestel» de la fuerza del Obers

Walther, la situación ya no se podíestabilizar. El ataque contra Veghel fu

cancelado. Para las 19:00 horas eampfgruppe Walther se había retirad

usto al este de Gemer entre Beek

Boekel. Su comandante cada vez estabmás preocupado por el avancsubsidiario del VIII Cuerpo de Ejércitbritánico a su retaguardia. El corredo

estaba ahora despejado. Tan prontcomo los carros y bulldozer pudieroapartar a los vehículos destruidos a u

ado, el tráfico aliado rodó de nuevo po



a «Autopista del Infierno». Para lmedianoche del 23 de septiembre eráfico del XXX Cuerpo de Ejército y

estaba volviendo a cruzar por el puentde Grave. El corredor había estadcerrado durante 36 horas.

El Mariscal de Campo Modereconociendo las limitaciones de lcapacidad de respuesta alemana

decidió reorganizar sus fuerzas parproducir una estructura más sencilla eficaz. Trazó una línea imaginaria a largo del límite oeste del pasill

aerotransportado aliado. Todas lafuerzas al oeste de esta línea quedarobajo el mando del 15.o Ejército de

General der Infanterie von Zangen. E



Mando de la Wehrmacht en los PaíseBajos y el Wehrkreis VI fueron por tantrelevados de sus desacostumbrada

responsabilidades tácticas. Al 1.e

Ejército Fallschirmjäger de Student se asignó el II Cuerpo de Ejército S

anzer de Bittrich (incluida la Divisióvon Tettau), el II Cuerpo de Ejércit

allschirmjäger del General de

allschirmtruppe Meindl, el LXXXVCuerpo de Ejército de von Obstfelder el Cuerpo de Ejército Feldt. Studenrecibió ahora órdenes de ejecutar e

esfuerzo principal contra el corredoaliado con estas fuerzas. El problemacomo siempre, era dónde encontrar la

ropas y carros entre estas mermada



unidades para cortar el corredor dnuevo.

No iban a salir del Kampfgrupp

Walther cuyo cuartel general, situado ea oficina de correos de Bakel, recibi

el 24 de septiembre unas noticia

alarmantes. En torno al mediodía, lcentralita telefónica en la oficina dcorreos de Helmond informaba que e

director de correos holandés de Deumdeseaba hablar con su colega en BakeEl ayudante del Oberst Walther, quhablaba holandés fluido, respondió e

eléfono, fingiendo ser un funcionario dcorreos holandés.

Su «colega» en Deurne le pregunt

sobre la situación, información que lo



alemanes sabían solía pasarse a lresistencia holandesa. Dijo que su casestaba ocupada por un puesto de mand

británico. Esto era una noticinquietante. El Major Gerhard Schachefe de estado mayor de Walther, qu

hablaba inglés con acento americanopidió hablar con un oficial americanoExplicó que era el «teniente Gordon

aislado de su unidad, la 101.a

División pidió instrucciones a su «amigobritánico. Éste le dijo cuándo podíesperar un ataque acorazado contra s

cuartel general en Bakel y «expresó lesperanza de que pronto podríestrechar la mano a su camarad

americano».



Desafortunadamente, el «tenientGordon» no podía informar sobre lsituación en Bakel porque estab

escondiéndose en un sótano y no podíhablar holandés. Empezando sospechar, el oficial británico retó

«Gordon» a deletrear su nombre usandel alfabético fonético del EjércitoComprensiblemente, tuvo un problem

con esto, momento en el que el oficiabritánico en Deurne maldijo y colgó.Para no ser menos, el estado mayo

británico en Deurne intentó la mism

reta. El « Hauptmann Schulz» del 3.eBatallón de Zapadores telefoneó a Bake dijo que había tomado Deurne con u

contraataque y solicitaba el apoyo d



Walther. Se produjo a continuación ungraciosa conversación puesto que, coma intención estaba clara desde e

principio, procedieron a embromasutilmente al que llamaba. Lnformación era tan valiosa com

alarmante. El Oberst Walther pudestablecer una línea de seguridad frenta Deurne a tiempo para repeler lo

primeros tanteos ofensivos deenemigo[394].El Kampfgruppe Walther estab

ahora en una posición vulnerable

amenazado por el XXX Cuerpo dEjército al oeste en el corredor, y poel VIII Cuerpo de Ejército británico e

su retaguardia en Deurne. El LXXXV



Cuerpo le ordenó romper el contactaquella noche, un proceso que fucompletado al alba del 25 d

septiembre. Se le requirió que engrosaruna posición de bloqueo alemana en eárea de Venlo entre Boxmeer y Oploo

El cuartel general de Walther se traslada Venray. Su partida puso, en esencia, fia la amenaza alemana desde el lado est

del corredor al sur de Nimega. Lapérdidas habían sido considerableshasta el 25 por ciento de la infanterídel Kampfgruppe y 20 por ciento de su

medios acorazados habían siddilapidados en los frustrados ataques Veghel. Las tropas estaban exhaustas.



Objetivo: Veghel; otra vez; 24

de septiembre…

Mientras la fuerza acorazada de

Oberst Walther, con su infantería dacompañamiento, se abría caminaboriosamente hacia Venlo, siempr

alerta ante los Jabos, el foco de lactividad del 24 de septiembre sdesplazó al oeste del corredor. En línea de las reorganizaciones realizada

por Model el día anterior, debírenovarse el ataque del Oberstleutnan

von der Heydte, cerca de Veghel, baj

os auspicios del 15.o

Ejército en ve



del 1.er Ejército Fallschirmjäger dStudent. Muy irónicamente el AltMando alemán iba a lanzar un ataqucon fuerzas improvisadas para tomar uobjetivo que una brigada Panze

reforzada había tardado 36 horas e

neutralizar. Todo lo que quedaba erarestos del Kampfgruppe Huber, juntcon los Jagdpanther supervivientes d

a 1.a

Compañía del Batallón Pesado dCazacarros 559. La 59.a Divisióproporcionó un grupo improvisado: eBatallón «Jungwirth», que consistía euna mezcla de Fallschirmjäger

rezagados y los soldados del «tren dbagaje» del Regimiento d



Fusileros 1035. La 85.a División dChill proporcionó el Regimient

allschirmjäger 6 , que también incluíal 1.er Batallón del Regimient

allschirmjäger 2, de Finzel elementos del Batallón Fallschirmjäge

Bloch que había sido sacado de ldefensa de Hertogenbosch. Est

ampfgruppe sumaba cuatro débile

batallones y algunos cazacarrosRepresentaba la manifestación visiblde la desesperada redada de reservaordenada por el General Reinhard lnoche antes. Paradójicamente, iba conseguir mayores logros que el ataqude la brigada Panzer reforzada que l

había precedido.



Gran parte del éxito posteriormentconseguido por esta fuerza de incursióba a ser atribuido históricamente po

os aliados a la suerte[395]. Su empeñosin embargo, fue precedido por uextensivo y detallado reconocimient

alemán, realizado por el batalló«Jungwirth», el cuál ya se habínfiltrado en Schijndel para las 13:50

que continuó durante toda la tarde hastel anochecer del 23 de septiembre. Eauptmann Scipa de la 59a Divisió

elefoneó los resultados hastel LXXXVIII Cuerpo a las 19:15. La víférrea que corría al este hasta Vegheestaba despejada de enemigos. Eerd

estaba ocupado pero má



reconocimientos hacia el este revelarosólo débiles defensas al norte de éstmientras que el área al nordeste y est

de Schijndel estaba despejada. Lconfirmación llegó a las 20:25 horas«El reconocimiento informa que no h

encontrado enemigos desde Schijndehasta Dinther al nordeste». Laposiciones enemigas más cercanas al su

de Schijndel parecían estar a dokilómetros y medio al norte de StOedenrode. Se habían descubiertbrechas y puntos débiles[396]..

El General Reinhard ató los últimodetalles con el Generalleutnant Chilque había establecido su puesto d

mando en Schijndel a las 08:00 del 24



El objetivo estaba decidido: eampfgruppe debía capturar los puente

de carretera y ferrocarril en Veghel. L

hora H iba a ser en 60 minutos. Sdieron las órdenes finales a la artilleríras una ojeada de confirmación a

erreno desde la torre de la iglesia dWeibosch. El puesto de mando de voder Heydte en Hermalen no recibió l

visita de confirmación de Reinhard hastres horas después de la hora H.Poco antes de las 10:00 e

Regimiento Fallschirmjäger 6 atacó la

posiciones americanas en Eerdapoyado por los Jagdpanther . El pueblestaba defendido por el 1.er Batallón d

Kinnard, del 501 Regimient



estadounidense. Una línea davanzadillas establecida en las dunaarenosas fuera del pueblo fu

rápidamente arrollada. El fuego dartillería comenzó a estallar en torno amolino de viento que dominaba l

dirección del avance, y las explosionede mortero comenzaron a batir las calledel oeste del pueblo. Nueve carros de

44.o

Batallón Real de Carros fueroconvocados para ayudar a los mupresionados americanos en Eerde. Lagranadas de los carros alemanes y

habían empezado a impactar en ecampanario de la iglesia cuando lprimera sección de Sherman comenzó

maniobrar para tomar posiciones de tiro



Un proyectil de 88 mm impactó en lorreta del primero e incendió la cámar

de combate. Imprudentemente, e

segundo carro trató de cubrirse detrás dos restos llameantes del primero. Otr

proyectil de 88 mm taladr

estrepitosamente a este Shermancausando una explosión secundaria quvoló el casco en pedazos. Sól

sobrevivió el comandante del primecarro. En cuestión de minutos el tercecarro de la sección fue batido por fuegde artillería y también estalló en llamas

Los siguientes Sherman que llegarofueron reacios a entrar en la zona ddunas de arena. La infantería american

contraatacó y no pasó mucho hasta qu



se desarrollara un salvaje combatcuerpo a cuerpo. La inexperta infanteríde von der Heydte fue una vez má

detenida en combate por los veteranoparacaidistas americanos en «la batallpor las dunas» en las afueras d

Eerde[397].Bramando y chirriando por lo

caminos de tierra secundarios qu

levaban hasta el objetivo: «la Autopistdel Infierno», un Jagdpanther deBatallón 559 persiguió a una patrulla dcarros británica que había sido enviad

desde el eje principal del XXX Cuerpde Ejército para investigar el ruido dcombates. En la carretera principal lo

conductores aliados saltaro



frenéticamente de los camiones cuandel autopropulsado comenzó a ametralla cañonear la carretera. Los vehículo

de municiones se desintegraron eardientes y chisporroteantes piramientras los conductores corrían a tod

prisa a ponerse a cubierto, lanzándose as cunetas. Tres carros británicos d

una sección que venían traqueteando po

a carretera principal para enfrentarscon esta formidable nueva amenazfueron incendiados uno tras otro. Ecuestión de minutos, enormes

retorcidas columnas de negro humaceitoso borboteaban al cielo. El tráfical sur se detuvo de golpe mientras est

pavoroso espectáculo de destrucció



comenzó a oscurecer el cielo delantsuyo. Los vulnerables camioneempezaron a atascarse pegados un

detrás de otro y reinó la confusiócuando dos compañías del 50Regimiento de Infantería Paracaidist

que avanzaban desde el sur, trataron dabrirse paso a través del atasco dráfico. El corredor volvía a esta

cortado[398]

.Hasta ahora sólo dos Jagdpanthe

habían alcanzado la carretera. EGeneralleutnant Chill informó de

avance de von der Heydte a las 15:00Había habido: «penetraciones al sur dEerde, estaban a 700 metros del puent

de ferrocarril y habían alcanzado e



borde norte del canal». Pero: «habífuerte resistencia enemiga en Eerde»donde sus fuerzas estaban atascadas e

el borde oeste. Hasta entonces, ecorredor sólo había sido cortado por efuego[399].

La incursión de Koevering,24-26 de septiembre…

Mientras los americanos estabarabados con el Regimiento de von de

Heydte en las dunas frente a Eerde y loagdpanther de la 559 Abteilun

continuaban merodeando cerca de l



carretera, el Batallón « Jungwirth

estaba en marcha. El Major HanJungwirth, un curtido veterano, ya habí

omado parte en los ataques anteriorede los Fallschirmjäger desdHertogenbosch contra Veghel y Dinthe

el 18 de septiembre. Ahora iba cosechar los frutos de su concienzudreconocimiento. Avanzando por l

carretera secundaria que iba hacia esudeste desde Schijndel, su fuerza evitcualquier contacto con los americanos.

Mientras llegaba el ocaso, su

hombres alcanzaron la pequeña aldea dKoevering, a caballo de la «Autopistdel Infierno», a poco más de un tercio d

a distancia desde St. Oedenrode hast



Veghel. Ante los complacidos ojos dos alemanes que se acercaban s

extendían columnas de vehículo

nmóviles, pegados parachoques coparachoques, manteniendo una cautelosdistancia de los cazacarros que s

nformaba acechaban adelante, cuypresencia era confirmada por los ruidode batalla distantes y las nueva

columnas de humo que se alzaban en eaire. Sobre las 19:00 comenzó ldestrucción, cuando los incursore

allschirmjäger abrieron un intens

fuego automático y con Panzerfaus

contra las apretadas filas de vehículosEl tumulto continuó durante toda l

noche, acompañado por bolas de fuego



explosiones mientras los incendioluminaban las nubes bajas y los campo

en derredor.

Las dos compañías del 50Regimiento de Infantería Paracaidistamericano llegaron y consiguiero

mantener a los hombres de Jungwirtfuera de la aldea, pero el daño ya shabía hecho. Apenas 24 horas despué

de que los aliados hubieran reabierto lcarretera principal entre Veghel y Udenos alemanes se habían interpuesto e

ella de nuevo, en Koevering. Al rompe

el alba, el Major Jungwirth dio parte dque «aproximadamente 50 vehículoestaban destruidos y, hasta ahora,

oficiales y 32 suboficiales y tropa ha



sido capturados y reunidos en el puestde mando de la (59a) División[400].»Durante toda la noche la artilleríaerotransportada americana y lbritánica había bombardeado el punto dpenetración en un intento de impedir qu

legaran refuerzos. Pero tan pronto comvon der Heydte recibió noticias deéxito de Jungwirth, su batallón «fu

nmediatamente reforzado por elementodel Regimiento Fallschirmjäger 6 ». Loaliados tomaron medidas para despejaa incursión, pero los alemanes todaví

gozaban de un elemento sorpresa locaen el punto de penetración. Von deHeydte describió cómo:



«… unos cuantos oficiales británicos, quconducían por la carretera sin saber lo qusucedía, fueron cogidos prisioneros, as

como algunos vehículos, incluyendo docarros británicos intactos y operativos, fuerocapturados[401]».

Comenzaron a llegar locontraataques aliados. El 50Regimiento desde el nordeste, apoyadpor nueve carros, y desde St. Oedenroden dirección opuesta un batallóreforzado del 502 Regimiento dnfantería Paracaidista y otr

Regimiento más de la 50.a División dnfantería británica. Una batería del 90

Batallón de Artillería de Campaña e

planeadores americano emplazó su



cañones en fuego directo a sólo 35metros de las posiciones alemanas. Coodo, la defensa alemana se mantuv

firme durante el 25 de septiembreFrustrados por esta resistencia, loaliados realizaron amplios barridos par

ntentar envolver la posición. Al caer lnoche el punto de penetración había sidrodeado por tres lados. Pero l

nfantería de Jungwirth aún se aferrabenazmente a un pequeño tramo de lcarretera.

El XXX Cuerpo pagaba el precio d

haber empeñado toda su fuerza ofensiva lo largo de una sola carretera parlegar hasta las sitiadas divisione

aerotransportadas. El contro



operacional de sus fuerzas enmarañadaen un pasillo tan estrecho estabdemostrando ser difícil. La apuesta s

había jugado basándose en la suposicióde que los alemanes estaban demasiadmermados como para combatir. La 50.

División de Infantería era incapaz datravesar las congestionadas carreteraal sur del bloqueo alemán y entrar e

acción hasta después del mediodía de25 de septiembre. Haría falta algo máque artillería para eliminar lpenetración porque las bolsas d

enemigos y de tropas de la 101.División Aerotransportada se habíaentremezclado tan perfectamente que n

se podía emplear de forma segura n



decisiva. El reconocimiento de amigo enemigo en un terreno con tan pocvisibilidad era difícil. Los cazacarro

MIO británicos fueron retirados de laposiciones avanzadas de la 50.División de Infantería «para impedi

cualquier confusión», después de que snformara de que autopropulsado

alemanes merodeaban por esta zona[402]

No obstante la posición de Jungwirtse hacía cada vez más insostenible. Eefe de estado mayor de la 59.a Divisióelefoneó al Cuerpo de Ejército a las

10:55 e informó que el Kampfgrupp

Koevering:

«… ha sido cortado de su



comunicaciones a retaguardia por el enemigal norte de Koevering. El flanco derecho dnuestro vecino de la izquierda está ahora a

menos dos kilómetros por detrás. La divisiósolicita acciones lo más pronto posible ponuestro vecino de la izquierda para restaurael enlace con Koevering[403]».

Las tropas más cercanas a Jungwirtera el Regimiento Fallschirmjäger 6 dvon der Heydte. Había proporcionad

oda la ayuda que podía. AI caer lnoche no podía hacer nada más quescuchar los distantes ruidos de l

batalla y vigilar los acontecimientosJungwirth informó haber destruido trecarros enemigos más, pero el futur

estaba escrito. El General Reinhar



elefoneó a su superior el General de

nfanterie von Zangen y le puso al dísobre los progresos del ataque a Veghe

Esto subrayó una vez más el abismentre la situación sobre el mapa y lrealidad. El diario del Cuerpo d

Ejército relata el resultado de lconversación:

«El Comandante del Ejército otorgpermiso al Comandante del Cuerpo dEjército para ordenar al Kampfgruppe Hube[la fuerza de Jungwirth] que se retire al áreboscosa al noroeste si no parece posibl

mantenerse en Koevering. Pero esto no debocurrir hasta que primero se haya estableciduna posición de bloqueo. La misión, primerel puente de ferrocarril y luego el d

carretera, sigue siendo la misma[404]».



Pero las condiciones supuestas en levaluación del estado mayor no teníaninguna relación con las condicione

sobre el terreno. No quedaba nada; ebarril de los recursos había sidrebañado hasta dejarlo limpio.

Reinhard llegó con reluctancia a lconclusión de que la posición dJungwirth era, en efecto, insostenible. E

Generalleutnant Poppe, comandante da 59.a División, telefoneó casnmediatamente después y declaró qu

«sin la introducción de fuerzas frescas

dos compañías, no iba a ser recuperablel contacto con el Kampfgruppe cercaden Koevering». El Generalleutnan

Chill de la 85.a División confirmó qu



«él, igualmente, no tenía fuerzas a mandisponibles[405]». Reinhard ordenó eabandono de la posición y una retiradcombatiendo hacia el noroesteEnfrentándose a su superior al dísiguiente, Reinhard dio explicacione

sobre su decisión y subrayconvincentemente que:

«… la espantosa capacidad de combate dnuestras tropas, que en el caso de las unidadede la Luftwaffe eran simplemente reclutabajo mandos de dudosa capacidad. Observque: uno difícilmente podía esperar tomar epuente de carretera en Veghel con éstos».

Von Zangen sabía todo esto

meramente reiteró y «enfatizó que l



posición había de ser mantenida»arket-Garden estaba haciend

picadillo todas las reservas alemanas

medio instruir en el noroeste dHolanda. Reservas, blindados eparticular, fueron sacadas de áreas má

ranquilas para poder atacar el corredorUn Feldwebel que servía en la 712.División de Infantería describió l

situación para los que quedaron atráen este caso, al oeste de Amberes):

«25 de septiembre de 1944. Marchamo

unos 45 kilómetros. Todos están muertos dcansancio».

«26 de septiembre de 1944. Ni un hilo dnuestra ropa está seco. El batallón duerm

envuelto en ponchos junto a la carretera».



«27 de septiembre de 1944. Los hombreestán agotados. Son todos hombres mayoreLas marchas y contramarchas innecesarias le

hacen sentirse descontentos. Llevamos dodías sin comida. Tres compañías atacaroHees. Sólo unos pocos fugitivos volvieron…pobre Alemania. Todo el mundo tiene limpresión de que está entregando su vida ponada[406]».

Habiendo establecido una posició

de bloqueo al noroeste, el batallón dJungwirth empezó a retirarse de ssaliente durante la noche del 25-26 d

septiembre. No fue tarea fácil y fulevada a cabo bajo la presión de loataques enemigos. Las notas apresuradade H. Sitter revelan la situación en part



del área del batallón de Finzel, deRegimiento Fallschirmjäger 2:

«Anochece. Orden de romper el contactoUna marcha de unos pocos kilómetros luego contactos con el enemigo hacia el albaEstamos tendidos con el Hauptman

Ortmann y un Feldwebel , nombrdesconocido, en el edificio de una granja. Lartillería enemiga nos machaca, luego llegalos carros. Al lado nuestro hay un cañó

anticarro con un camión lleno de municioneque no dispara ni un tiro. Aparentemente epercutor se ha roto. Los carros nos estádisparando con el alza a cero. Frente

nosotros se supone que hay una unidallamada “ Black Watch” o algo así. El rumodice que la forman presidiarios, etc[407].».

Las unidades consiguieron extraers



del saliente hacia el noroeste codificultad. Las armas pesadas fueroremolcadas por los Jagdpanthe

supervivientes. La mayoría de las tropaque se retiraban llegaron al área dreunión designada en el cruce d

ferrocarril al sur de Schijndel entre las08:00 y las 10:00 horas[408].

Otras, bajo presión de los aliado

que las perseguían, no lo consiguieronSitter vio que:

«… los carros han pasado por encima d

nuestras posiciones y ahora regresan. Ntenemos armas anticarro, ni siquiera granadade mano. Nuestra posición está de nuevo bajfuego. Oigo al sargento gritar, un tiro le h

dado en la pierna, luego no recuerdo nada».



Fue herido. Como es el caso dmuchos veteranos, no podía recordar lfecha precisa, sólo «el día que fu

herido». Los aliados que avanzaban eranflexibles en su trato a los vencidos y l

compañía de Sitter se estab

desintegrando. El comandante de scompañía, sin embargo, se detuvo:

«El Hauptmann Ortmann me da loprimeros auxilios, allí no quedan mámédicos. Luego me envía a retaguardia couna Cruz Roja en la espalda. No llego mulejos antes de que me disparen con un

ametralladora, caigo en un arroyo, no puedrecordar nada hasta que me despierto en epuesto médico. Ortmann está conmigo y mcuida hasta que estoy en el tren hospital. Es

fue en las afueras de Utrecht. El tren e



atacado varias veces por Jabos antes de quvolvamos a Alemania[409]».

El batallón Jungwirth mantuvo lpenetración el tiempo suficiente esta vepara minar extensamente la carreter

principal. No volvió a estar abierta aráfico de nuevo hasta las 14:00 del 2de septiembre, cuando las minas y lchatarra habían sido limpiadas. L

eliminación de este obstáculo señaló lestabilización del frente de la 101.División Aerotransportada. A pesar d

varios intentos, los alemanes nunca ibaa conseguir volver a cortar la carreteraLo máximo que podían conseguir ahor

era hostigar la circulación con fuego d



artillería. Pero el tráfico se habíquedado atascado durante más de dodías y, más importante, las unidades d

nfantería que estaban destinadas socorrer el perímetro de Oosterbeehabían sido sacadas de la línea d

marcha. Los retrasos habían sidconsiderables, no obstante, resultó qua suerte de los acosados británicos e

Oosterbeek ya se había decidido antedel 26 de septiembre.



XXV. EL FIN

e repente, el silencio parecía traicionero

para todos y casi «dolía». ¿Se había

acabado todo?


La decisión…

Parecía que los británicos aún sresistían a abandonar su idea destablecer una cabeza de puente sobre e



bajo Rhin en Oosterbeek. Durante lnoche del 24 de septiembre, docompañías del Regimiento Dorsetshire

vanguardia de la 43.a División dnfantería, consiguieron cruzar el río e

botes de remos. Problemas causados po

a insuficiencia de botes, una fuertcorriente y el fuego de hostigamiento dos alemanes hicieron que los polaco

fueran incapaces de apoyarlosCuatrocientos Dorsets estaban del otrado para las primeras luces per

fallaron a la hora de reunirse e

unidades cohesionadas en la ribernorte. Esta continuada incapacidad dreforzar el perímetro trajo consigo un

creciente percepción de que Market



Garden ya había llegado a un punto en eque no se podía lograr el éxito. Loacontecimientos posteriores confirmaro

esta sospecha.El II Cuerpo de Ejército SS fu

notificado a las 05:15 por von Tettau,

ravés del Comandante Supremo de loPaíses Bajos que «el enemigo hcruzado el Rhin en Kasteele Doortwert

Heveadorp tras un intenso fuego dartillería». Se afirmaba que «se haniciado contramedidas». Para las 06:1

se determinó que el enemigo «sólo habí

cruzado donde el transbordador de Driecon una fuerza aproximada de ubatallón y penetrado en el sector de

Schiffsturmabteilung 10 (batalló



naval)». La respuesta fue inmediataEl 1.er Batallón del RegimientSicherungs 26 del Oberstleutnan

Shennen lanzó un contraataque desde eárea de Renkum pasando por NoorbergEl Regimiento de Knoche, responsabl

de la seguridad de retaguardia en lazonas de aterrizaje, fue reforzado podos compañías del Batalló

liegerhorst 1 y también avanzó parcontraatacar. Una compañía SS con enombre de «Moll» reforzó al Batalló

liegerhorst 3, que aseguraba la líne

de partida. La incursión fue eliminadaVon Tettau informó con sombrísatisfacción que «el enemigo tien

muchas bajas. Se cogieron 14



prisioneros, incluidos nueve oficiales el comandante del batallón, un coronel»Sólo 75 de los 400 Dorsets que cruzaro

volvieron a la ribera sur.Se había alcanzado un punt

decisivo. Ambos bandos se daba

cuenta de que se había acabado eiempo. Los prisioneros fuerodentificados como pertenecientes a l

43.a

División de Infantería «que habíavanzado marchando a pie desdimega». El XXX Cuerpo de Ejércit

estaba llegando ahora con fuerza. E

Mariscal de Campo Model de nuevordenó que la bolsa fuera eliminadantes de que fuera demasiado tarde. A

as 09:30, el Teniente General Horrocks



comandante del XXX Cuerpo dEjército, se mostró de acuerdo con eTeniente General Browning, e

comandante del 1.er Cuerpo de EjércitAerotransportado, que ya no podíahacer nada más. Los supervivientes d

a 1.a División Aerotransportadbritánica debían ser retirados de lorilla norte aquella noche.

Estancamiento…

Seguían llegando unidades alemanafrescas a Oosterbeek. Compañías d

nfantería individuales y unidades Fla



estaban siendo añadidas constantemental orden de batalla alemán. Un equipde propaganda PK Kriegsberichte

legó y comenzó a filmar secuenciapara el Deutsche-Wochenschau (eequivalente alemán del noticiari

athe), para ser exhibidas en los cineen el Reich. Filmando desde un puntelevado en una casa ocupada, el cámar

estaba de pie tras un ametralladoalemán que disparaba con un fusiametrallador Bren capturado por encimde los dañados tejados de Oosterbeek.

El soldado está disparando a travéde una ventana rota y se puedevislumbrar los impactos de las balas e

orno a una de las ventanas de la casa d



enfrente. Como ruido de fondo se oye econstante martilleo y tronar de lartillería.

Las tejas desprendidas de loejados por las explosiones aéreas de l

artillería o el fuego de ametralladora s

han acumulado en los canalones o estáesparcidas por los jardines. Sólo quedel esqueleto de las molduras de madera

El progreso de un grupo de asalto dnfantería es observado desde estventana del piso de arriba. Los soldadocaminan fatigados en parejas po

ardines devastados, sin afeitarlevando los fusiles al brazo. Hay un

pausa y un soldado solitario pas

corriendo, con dos granadas de pal



metidas en el cinto, lleva un subfusiautomático Schmeisser y estconcentrado en localizar de dónde vien

el sonido de disparos tan audible en lbanda sonora. Un cañón de 20 mdispara a quemarropa contra otra casa

as trazadoras siegan como una guadañas copas de las coníferas decorativa

que cobijaban un antaño prósper

chalet. Por todas partes soldadoalemanes tropiezan y trepan pobarandillas de metal ornamentalesratando de ponerse en una posició

ventajosa para atacar a través de lobellamente dispuestos jardines deextrarradio. Para el cámara es segur

filmar. Están meramente grabando un



acción de limpieza. El triunfo exuda da pantalla y de su comentarista qu

habla muy rápido. Están a punto d

ograr la victoria…La película, sin embargo, oculta l

realidad de lo que estaba pasando d

verdad. El Rottenführer Dombrowskque todavía estaba combatiendo a largo de la Utrechtseweg en el lado est

del perímetro, remarcó: «nuestronervios quedaron hechos trizas despuéde nueve días de esto». No se veía efin. ¡Seguro que los británicos no podía

aguantar esto por más tiempo! Eauptsturmführer Möller se sentí

deprimido por la constante «ferocida

de la lucha», que seguía rugiendo aque



mismo día:

«Vimos cómo incontables heridos era

llevados a rastras dentro de los hoteleMiramos cuando innumerables muertos eratendidos en los jardines del hotel. Y entoncellegaron más heridos. ¡Era una auténtic

carnicería! También hubo nuevas pérdidas ela 1.a Compañía. Este 25 de septiembrsobrepasó todo lo anterior en Oosterbeek. Llucha se hizo cada vez más feroz, hombr

contra hombre con bayonetas, cuchillos granadas y botes de humo para oscurecer lvisión del enemigo[410]».

En el lado oeste del perímetro emordaz Standartenführer Lippert habísido relevado, finalmente, del mand

por von Tettau que no se hallab



preparado, a pesar de la experiencia deste veterano comandante, para aguantasu franqueza. Aunque Lippert podía ve

o desesperado de la situación de lobritánicos, no consideraba que la suyfuera mucho mejor. Su avance se habí

frenado hasta detenerse frente a unencarnizada oposición y ocupaba unínea que se extendía ahora desde l

fábrica de gas en el Rhin, pasando poas villas de Oosterbeek, hasta lcarretera Renkum-Oosterbeek dondenlazaba con la 9.a SS.

«Las unidades se habían atrincherado establecido en casas. El enemigo estabdonde se oían disparos. Se convirtió en un



batalla de calle por calle, casa por casahombre contra hombre. Ya no ordenábamoque se lograran grandes avances territoriale

ante un adversario que se defendía taencarnizadamente porque el fin estabpróximo[411]».

¿Pero cómo romper eestancamiento? Incluso el Mariscal dCampo Model había sido obligado poHarzer a comprender que aniquilarápidamente una división de élitbritánica con tantas y tan dispareunidades alemanas no sería un asunt

fácil. Para ahorrar vidas alemanasModel se mostró de acuerdo en eempleo de más artillería para machaca

a los británicos hasta que s



rindieran[412]. El ArKo que mandaba eRegimiento de Artillería 191, recibiórdenes de apuntar todas las armapesadas disponibles dentro del alcanccontra el perímetro que se encogíconstantemente, entonces con menos d

dos kilómetros cuadrados. Unas 11piezas de artillería, sin contar con eSchwere Werfer Abteilung , que variaba

en calibre de los 20 mm hasta cañonede campaña de 75 mm, antiaéreos de 8mm y obuses de 105 mm, comenzaron barrer sistemáticamente el perímetro d

arriba abajo. Harzer anotó sobriamente:

«Esta trituración sistemática comenzó

romper la moral de los paracaidistas que, par



entonces, ya llevaban en combate sin paradurante nueve días. Muchos soldadocruzaron a nuestras líneas y el número d

prisioneros creció[413]

».

El fuego de contrabatería por eXXX Cuerpo de Ejército intentó alivia

algo de la presión sobre el caldero, peresto tuvo sólo un efecto limitado.

Los inexpertos refuerzos que había

sido utilizados para suplementar lomermados batallones atacantes estabacausando ahora cierta preocupación. La

asas de bajas estaban haciéndosexcesivas. El Hauptsturmführer Kraffras haber prestado una de su

compañías a otra de las unidades de vo



Tettau, se quejaba en su informe del 2de septiembre que:

«… las concentradas fuerzas británicaluchan desesperada y ferozmente por cadcasa y cada posición. El ataque tiene pocéxito porque nuestras tropas tienen poc

experiencia en la limpieza de casas bosques[414]».

El Mayor Geoffrey Powelbritánico, comandante de una compañíen el 156 PARA que combatía en lesquina nordeste del perímetro, recuerd

una ocasión en que un grupo dcompañía alemán entero, obviamente sihaberse percatado de la presencia de s

compañía, en realidad formó para u



ataque al alcance de sus posicionesEran totalmente inconscientes dempacto que el fuego de arma

automáticas podría tener en sus filaapretadas. La consecuencia inevitablfue «muy satisfactoria» para las tropa

británicas[415]. Herbert Kessler, deRegimiento Hermann Göring , describiuna acción similar, en la cual, la

compañías alemanas, a menudadscritas a unidades vecinas en otrapartes del perímetro, pagaron un precisimilar por persistir temerariamente e

ataques abocados al fracaso sin teneantes un conocimiento profundo deerreno o de la situación. A un

compañía de la unidad de Kessler se l



encargó una operación:

«… hacia el este, hacia la estación d

trenes de mercancías. Había unas filas dcasas a las que todavía se estaba aferrando eenemigo. Durante su avance, reunieron unfuerza de asalto para tomar estas casa

Usando toda la cobertura y ocultaciódisponible, la fuerza de asalto avanzó. No sdisparó ni un tiro. Pero antes de que pudieracruzar la calle, el enemigo abrió fuego con ta

volumen de disparos desde las casas ocupadaque la operación se vino abajo. El jefe de lfuerza de asalto, un Feldwebel , resultmuerto al instante, y otras bajas tanto emuertos como heridos obligaron a la fuerzaretirarse[416]».

El SS Junker Rudolf Lindemann, qu

combatía con el Batallón de Oelkers e



el lado oeste del perímetro, se mostrfranco en su condena de las «otraunidades» inexpertas que demostraro

«no ser unidades en absoluto». Nenían «ni idea de combatir, como erambién el caso de la marina, e

eichsarbeitsdienst y la Luftwaffe»Lindemann fue brevemente asignado aSchiffsturmabteilung 10, com

suboficial de enlace y asesor, pero npudo ejercer ninguna influencia sobros acontecimientos. «Durante lo

ataques finales contra la bolsa, la unida

de la marina a nuestra derechsimplemente se perdió por el camino»recordó. «Fui enviado para decirles l

que tenían que hacer. Cuando llegu



hasta ellos estaban todos tumbados en esuelo, muy apiñados, terriblementexpuestos al fuego de artillería[417]».

Harzer decidió, el 25 de septiembrreagrupar todas las fuerzas en el ladeste del perímetro. «Ya no era cuestió

de formar grandes grupos de combatesino de formar unidades de veteranopara los ataques decisivos[418]» explicó

El Kampfgruppe de Spindler sreorganizó de modo que se quedó sólcon elementos de los Regimiento

anzergrenadier 19 y 20, parte deRegimiento de Artillería Panzer 9 y egrupo Flak de la Hohenstaufen. Logrupos de combate así creados fuero

mezclados con pelotones de zapadore



de asalto del batallón de la 9.a SS dMöller y del batallón Lehr de GlogauSecciones de carros Königstiger de lcompañía «Hummel» de la Schwer

anzer Abteilung 506 fueron repartidaentre estos. Desde el norte al est

Harzer desplegó el siguiente orden dbatalla: a la derecha estaba el grupo dcombate «Krafft», a la izquierda de él e

Batallón Panzergrenadier «Bruhns» da Wehrmacht , y finalmente extendidhasta el río, el Kampfgruppe SSpindler dividido en sus parte

componentes: «Möller», «Spindler»«von Allworden» y «Harder». En eado opuesto del perímetro las fuerza

de von Tettau fueron agrupadas desde l



derecha en el río a la izquierda con eBatallón «Worrowski» del Herman

Göring y los Batallones SS «Schulz»

«Eberwein», que enlazaban con la 9.SS. Todas las restantes unidade«alarma» de respuesta rápida fuero

sacadas de la línea de frente y reunidacomo reservas en Elden o Velp, al estde Arnhem.

Durante la tarde del 25 dseptiembre el asalto más efectivo hasta fecha lanzado contra el calder

perforó el perímetro británico en el lad

este. El Kampfgruppe von Allwordenapoyado por Harder, batallando con l«Fuerza Lonsdale» a lo largo del río

repentinamente penetró el círculo d



posiciones de artillería de la cercaddivisión. Möller recordaba:

«La división reforzó entonces el alizquierda. Los Kampfgruppen “Allworden” “Harder” en particular fueron reforzados pouna fuerza acorazada recién llegada… qu

debía aislar al enemigo del río con un ataqucon sus carros Tiger entre la Utrechtseweg la carretera a lo largo de la ribera deRhin[419]».

Una batería británica del 1.e

Regimiento de Desembarco Aéreo fu

arrollada. El ataque finalmente fudetenido a sólo 600 metros del ladopuesto del perímetro y a unos 50metros del Hotel Hartenstein. No pud



mantener su impulso de ataque, fudeshecho finalmente por el fuego de lartillería media británica, que cay

dentro del perímetro mismo, y loataques se extinguieron. Möller comentcon cansancio que «cuanta más presió

ejercíamos desde todos lados sobre eenemigo cercado, más feroz se volvía sresistencia».

La evacuación silenciosa…

Un incidente que impresionnotablemente a los veterano

anzergrenadiere de la divisió



ohenstaufen fue el relato sin confirmade dos paracaidistas británicos que, aacabárseles la munición, atacaron a u

pelotón de SS armados sólo cocuchillos. Aunque no tuvieron éxitoresultaba obvio que uno de ello

ntentaba atraer el fuego mientras que eotro se acercaba. Cierta o no, la historifue creída. El enemigo exigía respeto. E

auptsturmführer Krafft evaluó epotencial combativo de estas tropas que«tenían 25 años de edad de media y erade la mejor clase mental y físicamente»

Su informe tras el combate afirmó qu«estaban bien entrenadosparticularmente para la luch

ndependiente y era de gran valo



combativo». Lucharon salvajemente:

«Informes no confirmados han declarad

que en algunos casos soldados británicos shan vestido con uniformes de las SS y haluchado como francotiradores, y que tambiéhan engañado a los alemanes al gritar e

alemán “¡No disparen!” abriendo entoncefuego en el último momento».

Las bajas contaban la mism

historia: se enfrentaban contra uenemigo impresionante. Las veteranacompañías de zapadores de asalto d

Möller habían quedado reducidas parentonces a una fuerza efectiva de 30 a 4hombres cada una. Krafft reconoció que«el enemigo era muy hábil en la luch



casa por casa y tenía una gran ventajsobre nuestras tropas, que debrecordarse no eran todas de nuestr

mejor clase». Los suboficiales oficiales británicos produjeron en Kraf«una impresión sobresaliente», ést

escribió: «todas las cosas positivadichas de las tropas se aplican aún máa los suboficiales» que fueron mandado

por oficiales que «eran los mejores dodo el ejército británico[420]». Trahaberse comprometido a una inversióan onerosa en hombres y material e

una bolsa que había costado tantas vidareforzar y reabastecer, los alemaneestaban convencidos de que lo

británicos nunca la abandonarían. Po



consiguiente, lucharían hasta el fin o ecualquier momento intentarían romper ecerco. El Standartenführer Lipper

confesó que:

«… mi mayor preocupación era un intent

de ruptura del cerco por los desesperadobritánicos y polacos hacia el oeste, para podeusar el transbordador de Heveadorp y alcanzaa los polacos que estaban allí. Debe habeexistido un plan para esto porque siemprestaban enviando patrullas en estdirección[421]».

La retirada británica, no obstantecomenzó en la noche del 25 dseptiembre. A las 21:45, bajo un oscurcielo cubierto, vientos fuertes y lluvi



orrencial, los Diablos Rojos, con subotas envueltas en trapos para apagaos ruidos de su marcha, comenzaron

pasar a través de las patrullas alemanahasta la orilla del bajo Rhin. Loperación de transbordo comenzó a las

22:00 con 14 lanchas de asalto y otraembarcaciones menores. La sistemáticevasión continuó durante toda la noche.

Un examen de los documentocontemporáneos alemanes, diarios dguerra y relatos de testigos revela quos alemanes se vieron totalment

sorprendidos por la silenciosevacuación. Como los británicos anteque ellos, que habían tomado la decisió

demasiado tarde, los alemanes no s



habían dado cuenta de que Market

Garden ya no tenía posibilidades déxito. Era una derrota. Embargados po

a sangre y la emoción de acabar con lbolsa, los alemanes no podían ver qua había acabado todo. Krafft, po

ejemplo, escribió en su informposterior: «Hacia el final de la luchamuchos se entregaron debido al hambr

otras privaciones, incluyendo uderrumbe de la moral». Pero lobritánicos, habiendo resistido ya máallá de los límites de la resistenci

humana, siguieron combatiendoDesafiantes de la lógica militar normasus acciones no podían ser evaluada

objetivamente.



No hubo nada que indicara a loalemanes que una evacuación estabeniendo lugar. A las 21:00 la artillerí

del XXX Cuerpo de Ejército comenzó ebombardeo de cobertura. El Leutnan

Martin, atrincherado cerca del punto d

evacuación con el Batallóliegerhorst 3, no advirtió nada raro

Escribió en su diario el 25 d

septiembre: «Estuve en el río por lnoche. Recibí fuego ininterrumpiddesde las 21:00 a las 08:00. Sin bajasCinco prisioneros capturados». Inclus

al día siguiente seguía sin conocer lmportancia de los acontecimientos de l

noche previa: «26 de septiembre

Conferencia en el puesto de mando. Do



heridos por fuego de morteroauptmann Schaarschmid

relevado[422]».Las fuerzas de von Tettau en el lad

oeste del perímetro fuerocompletamente engañadas. El genera

estaba en proceso de trasladar su puestde mando y no comprendió esignificado de todos los informes

Escribió: «La resistencia del enemigparece debilitarse, causada por laelevadas pérdidas y las tenaceoperaciones de las fuerzas de asalto»

Se dieron instrucciones verbales parque los ataques del 26 «continuaran laoperaciones de la fuerza de asalto». L

nexperta unidad naval de von Tettau, e



Schiffsturmabteilung 10, detectó emovimiento de botes por el río, permalinterpretó su importancia:

«En el sector del Regimiento Knoche eel frente del bajo Rhin, el enemigo hizrenovados intentos de cruce frente a la 10a Sque fueron en su mayor parte repelidos pofuego concentrado. Sólo botes aisladoconsiguieron cruzar e infiltrarse. Lotripulantes fueron eliminados o capturadodurante el transcurso de la mañana[423].».

Las salvas de artillería batieron la

embarcaciones de evacuación causaron bajas tanto en la orilla del rícomo en el agua. Con todo, levacuación prosiguió bajo la lluvi



orrencial. Herbert Kessler formabparte de una patrulla de vigilancialemana que aguardaba a lo largo de l

ribera en el sector del Regimientermann Göring . Recuerda:

«La posición estaba situada en el póldede Rosande en la vecindad inmediata del bajRhin. Al caer la noche, elementos de dopelotones salieron para ocupar la posició

prescrita. Una vez en posición permanecieroinmóviles tendidos en la hierba mojada prestando atención a todo movimiento en lacercanías, cuando aparecieron figuras cercaSabían que la suya era la única avanzadilla eeste sector, por tanto esas figuras sólo podíaser enemigas. Ulteriores consideracionedemostraron ser inútiles ya que rápidamentse produjo un salvaje tiroteo a corto alcance

Hubo bajas por ambos bandos. La avanzad



obviamente tenía mejores nervios porque eenemigo se replegó. Apenas había vuelto lcalma cuando una figura se irguió enfrente d

las posiciones, clamando repetidamente “¡Ndisparen!”. Una mirada más atenta reveló questa figura era un oficial piloto británico quhabía saltado en paracaídas y perdido contactcon las unidades amigas. Un hombre lescoltó hasta el puesto de mando de lcompañía[424]».

Los choques con paracaidistabritánicos que se infiltraban hasta lorilla del río fueron interpretados o biecomo patrullas o bien como intentos dromper el cerco. Esto proporcionó unexplicación lógica para el gran númerde prisioneros británicos cogidos. E

Standartenführer Lippert estaba má



preocupado por lo que podía venir ravés del río hacia ellos que con lo qu

se retiraban en la otra dirección, porqu

«los polacos en mi flanco derecho en lribera sur del Rhin eran cada vez máamenazadores». Lippert siempre crey

que:

«Sigue siendo un enigma por qué lBrigada Polaca no cruzó el Rhin y atacó a

grupo de combate por la retaguardia. La ribernorte del Rhin desde Heelsum a Wageningesólo estaba ocupada por reservistas deejército territorial. Un cruce por este secto

habría sido un paseo».

En el otro lado del Rhin, eeldwebel Erich Hensel en el puente d



ferrocarril no se enteró de ningúmovimiento de tropas significativaquella noche. «Oosterbeek ardía»

como de costumbre, uno podía oír «lontensos ruidos de combates

Obviamente estaba teniendo lugar un

dura lucha allí[425]».Y en efecto así era. El fuego d

cobertura del bombardeo artillero de

XXX Cuerpo de Ejército estabbatiendo las posiciones alemanas a largo del perímetro. Eauptsturmführer Möller recordaba la

morbosas escenas de aquella últimnoche:

«Tras el anochecer el bombardeo d



artillería se intensificó; las detonaciones los impactos se sucedían, casi siinterrupción. La tierra temblaba y una cortin

de fuego y tierra de dimensionedesconocidas hasta ahora se alzó sobre, entre nuestras posiciones. Nos agachamos buscamos refugio pero aún seguíamoexpuestos a la furia ciega de las granadas. Lacasas ardían vivamente y se derrumbaban; lacopas de los árboles eran astilladas; y lonuevos impactos sembraban muerte destrucción. Civiles aterrados corrían par

salvar la vida buscando refugio, lloraban gritaban; otros mostraban entereza perresignadamente se pusieron a cubierto dondpudieron y, si podían, lo hacían con nosotro

en el área de hospitales en torno a ambohoteles, dentro o detrás de nuestra “línea ddemarcación” que, por un milagropermaneció intacta… Pero el bombarde

continuó alrededor nuestro, a izquierda



derecha y también más al oeste, haciHeelsum. La explosión de los proyectiles sentremezcló con los gritos de los herido

pidiendo ayuda que yacían ahí fuera bajo llluvia torrencial, o entre los escombros de lacasas que se derrumbaban. ¡Y así continudurante toda la noche sin parar [426]!».

El Obersturmbannführer Harzesugiere que para la medianoche lntención del enemigo se había hech

evidente: «Se informó de intenso ruidde motores en la orilla sur del Rhin»Pero fueran cuales fueran sus sospecha

personales, la mayoría de las fuerzaalemanas desplegadas cerca del rípensaron que eran simplemente má

refuerzos que venían cruzando y s



imitaron a pedir fuego de artillería. Ememorándum de la unidad de Harzerescrito después de la batalla, confirm

que todavía no estaba seguro, porqunterpretó un duro choque enfrente deampfgruppe SS Harder, junto a l

orilla del río, como un intento de rupturdel cerco. «Sobre la medianoche»escribe, «los británicos incluso atacaro

a primera línea del grupo de combat“Harder” a la izquierda dSpindler [427]».

La operación de transbordo continu

hasta las 05:50 horas del 26 dseptiembre. El fuego de artillería alemáse había vuelto para entonces tan intens

preciso, con la llegada de la luz de



día, que hubo que abandonar lcontinuación de los crucesAbandonados en la ribera nort

quedaron 300 británicos. En el otro laddel río, los guías condujeron a lofatigados soldados británicos evacuado

a un punto de recepción al sur de Driedonde manos amistosas les agasajarocon ron, comida caliente y té. Lo

supervivientes sumaban 1741 soldados oficiales de la 1.a DivisióAerotransportada, 422 pilotos dplaneadores británicos, 160 hombres d

a 1.a Brigada Paracaidista Polaca y 7del Regimiento Dorsetshire. Un total d2398. Éstos eran todo lo que quedaba

de aproximadamente 9000 hombres qu



habían luchado en la orilla norte.Y todavía los alemanes no se había

enterado del todo de lo que habí

pasado. Herbert Kessler, todavía oculten el pólder de Rosande, recordaba:

«Los soldados suspiraron de alivio cuandrompió el alba, la señal para retirarse a lposición de descanso. La avanzadilla tomó lmisma ruta hasta la ribera del río unas cuanta

veces más, pero no tuvo más contacto directcon el enemigo[428]».

El fin…



Tras la primera luz, las tropas dasalto alemanas comenzaron a presionacon más ataques. A las 09:30 von Tetta

fue informado por el II Cuerpo dEjército SS de que «el enemigo hizotro intento de ruptura hacia el este

primeras horas de la mañana pero furechazado». Los alemanes no se dierocuenta de que el gran número d

prisioneros cogidos, 170 durante estoperación, eran los infortunados quhabían quedado abandonados en lribera y habían sido capturados por e

avance inicial del Kampfgruppe HarderA las 10:25 se estaban anunciand

os primeros éxitos. El Batallón S

Eberwein por fin había despejado la



casas al norte de la carretera ArnhemWageningen y estaba atacando hacia eHotel Hartenstein para establece

contacto con los elementos quavanzaban de la 9.a SS. El Batallón SOelkers y el Kampfgruppe Bruhn

continuaron el avance concéntricoPequeñas retaguardias británicaopusieron una enérgica resistencia. E

SS Junker Rudolf Lindemann llegfinalmente al Hotel Hartenstein. «Nfue un ataque de verdad», recuerda«porque los “paras” ya se habían ido

Sólo encontramos armas y gentmuerta». Los alemanes poco a poccomenzaron a darse cuenta de lo qu

podría haber sucedido. Lindeman



describió como «llegamos hasta lapistas de tenis, y entonces acabó lacción para nosotros», u

anticlímax[429].Alfred Ziegler, el mensajer

motorista de las SS, que avanzaba haci

el sur con el Kampfgruppe Bruhns, llega una conclusión similar. «En la últimnoche», dijo, «los “paras” debe

haberse estado retirando. Hubo intentode evasión y patrullas que nos atacaronÉstas se retiraron y finalmente srindieron por la mañana[430]».

Para las 12:00, los batallones SS dEberwein y Oelkers habían pivotadhacia el sur y establecido finalment

contacto con el batallón Herman



Göring y la 9.a SS que avanzaban desdel lado este del perímetro. E

auptsturmführer Hans Möller, al quaún le zumbaban los oídos por eestruendo del bombardeo de artillería dcobertura efectuado por el XXX Cuerp

de Ejército de la noche antes advirtió:

«Pero entonces, el ruido cesó de repenteel silencio parecía traicionero para todos

casi “dolía”. ¿Se había acabado todo¿Volvería a empezar [431]?».

Ahora comprendió el significado demartilleo de la artillería que habíaexperimentado sus hombres la nochantes. «Los Diablos Rojos se había



retirado y desaparecido durante la nochras esta cortina de fuego y destrucción»

Para las 14:00 había acabado todo. Lo

alemanes, tras haber combatido taduramente durante 10 días, apenapodían creer su buena suerte. La batall

del cerco había terminado por fin.Alfred Ziegler recuerda: «durante l

última mañana no hubo ruido e

absoluto proveniente de la bolsa»«Vamos», dijo su comandante, Bruhns«podemos montar en la moto e ir hastallá para aceptar la rendición. Se h

acabado». Subieron a la motocicleta cosidecar y Ziegler se puso en marcha[432]

Existía una sensación generalizad

de alivio. Todos habían temido u



Götterdämmerung , una lucha hasta lmuerte, porque incluso los vencedoreestaban al borde del colapso. EStandartenführer Lippert fue tan franccomo siempre:

«La evasión británica hacia el sur durantla noche del 25-26 de septiembre fue unsuerte para mí. Mi unidad no habría sido capade resistir una ruptura del cerco concentrad

hacia el oeste. La costosa batalla de los díaprevios ya había producido brechas en mlínea del frente y no había más reservadisponibles[433]».

La plana del puesto de mando dHarzer estaba eufórica. E

auptsturmführer Wilfried Schwarz, e



efe de estado mayor de la 9.a SSexclamó:

«La moral era particularmente buena afinal. Realmente habíamos conseguidobligar a esta división de élite británicadetenerse, ¡y echamos a los restos de vuelta a

otro lado del Rhin[434]!».

El Feldwebel Erich Hensel en e

otro lado del Rhin con la SperrverbanHarzer estaba igualmente complacido«La moral era alta». Por un brevperíodo, y, para variar, había«paladeado la victoria, ¡tal vez aúpodremos conseguirlo!». Pero lvictoria en Arnhem fue pronto atenuad

con noticias deprimentes sobre má



avances victoriosos de los soviéticos eel este.

El precio había sido alto. Las cifra

oficiales publicadas sobre las bajaalemanas en todo el área de Market

Garden se alzaban hasta 330

ncluyendo a 1100 muertos. Estas cifraeran con mucho una subestimación, y dhecho, más del doble de la cifr

ndicada habían muerto[435]

. Las pruebase veían claramente. El Oberstleutnan

Fullriede llegó el 26 de septiembre parvisitar a Niedermeyer, que se habí

hecho cargo del batallón «Worrowskidel Regimiento de Instrucción Herman

Göring . Su diario describió una «escen

de devastación» en Oosterbeek, donde:



«… por todos lados yacen muertoalemanes e ingleses. Los árboles estádecorados con paracaídas que cuelgan, co

los que los ingleses han intentado reabastecea sus tropas cercadas. Dos de nuestroPanther también están ahí parados, con sutripulantes quemados dentro de ellos[436]».

La operación Market-Garden habíerminado, y Oosterbeek estabotalmente en ruinas. Möller anotó un

mpresión parecidamente lúgubre daquel último día:

«Un muro de llamas resplandeciendo etonos desde el amarillo brillante hasta evioleta iluminaba el cielo lluvioso hasta unlarga distancia. El gran gasómetro había sid

alcanzado y las llamas arrojaban una siniestr



luz sobre una escena de destruccióinútil[437]».

Los soldados estaban totalmentagotados. El SS-Rottenführer WolfganDombrowski resumió su situación con l

ípica ironía del soldado:

«Habíamos luchado sin pausa durante 1días y noches. El café y la bencedrina no

habían mantenido despiertos. Después de quacabara todo, estábamos tan agotados comlos británicos; dormimos y dormimos. Todolos batallones de la Wehrmacht qu

combatieron en Arnhem recibieron upermiso especial de 10 días por orden dHitler. Fue nuestra última victoria. Pero nlas Waffen SS . Himmler dijo que recibiríamonuestro permiso ¡después de la Victori



Final[438]!».



XXVI. LOS LOGROS

osible destruir fuerzas aerotransportadas

abrumadoramente superiores con fuerzas

s, pero se puede inmovilizarlas ganandotiempo para preparar contramedidas.


ConclusionesEl 1.er Ejército Fallschirmjäger de

Generaloberst Student era un tigre d



papel en sus inicios el 5 de septiembrde 1944. Cubría un frente de 12kilómetros con sólo 32 batallones. Per

en 12 días reunió suficiente solidecomo para embotar el avance de trecuerpos de ejército acorazados aliados

Los batallones todavía estabaformándose el 17 de septiembre cuandfue hendido en dos por tres divisione

aerotransportadas aliadas lanzadas en sretaguardia. El XXX Cuerpo de Ejércitbritánico, mandado por el TenientGeneral Horrocks, empujó a un lado a

solitario regimiento alemán que disputencarnizadamente la carretera elegidpara el avance terrestre. Para el 25 d

septiembre, cinco grandes obstáculo



acuáticos, incluyendo los ríos Mosa Waal, habían sido atravesados y shabía creado un saliente de 10

kilómetros que se adentraba en lHolanda meridional ocupada por loalemanes. Esta cabeza de puente suponí

a amenaza constante de un renovadavance aliado hacia el norte, que acabpor concretarse en febrero de 1945. N

obstante, la decisión de evacuaOosterbeek señaló el fracaso darket-Garden. No se había acelerad

un posible colapso alemán. La mayorí

de los objetivos previstos en loperación nunca fueron conseguidos: nse tomó una cabeza de puente mas all

del bajo Rhin, no se dobló el flanco d



a Muralla del Oeste, el 15.o Ejércitpudo escapar y el 21.er Grupo dEjércitos británico no estaba en posicióde avanzar en torno al flanco norte deRuhr.

Los refuerzos alemanes era

demasiado escasos o dispersos parograr poco más que frustrar el objetiv

estratégico de la operación aliada. El I

Cuerpo de Ejército Panzer SS fureforzado por dos divisiones más: loampfgruppen de la 9.a y la 116.

Divisiones Panzer . Se llevaron a cabotras operaciones ofensivas entrArnhem y Nimega, en coordinación coa 10.a SS, pero no lograron nada. E



amentable estado de estos nuevorefuerzos desviados de su misión dcombatir a los americanos en Aquisgrá

significó que el Cuerpo de Ejército svio obligado a pasar a la defensiva el de octubre. El 24 de septiembre, Hitle

había ordenado el refuerzo del 1.eEjército Fallschirmjäger y leliminación del saliente aliado po

medio de ataques simultáneos desdVeghel hacia el norte. Al final, la 363.División Volksgrenadier lanzó un ataqude apoyo a lo largo del flanco oeste deGeneral der Waffen SS Bittrich. Perestos acontecimientos no tuvieron lugahasta el final del mes y llegaro

demasiado tarde. El II Cuerp



allschirmjäger del General de

allschirmtruppe Meindl, atacó dnuevo desde el Reichswald haci

Groesbeek, mientras que el 15.o Ejércitntentó apoyarlo desde el oeste atacand

Grave. Potentes pero aislados asalto

fueron lanzados contra el saliente hastbien adentrado octubre, pero en vano yque para entonces los VIII y XII Cuerpo

de Ejército británicos se habíafortalecido a ambos lados del corredorLos ataques aéreos de la Luftwaffe y lacargas submarinas emplazadas por lo

buceadores alemanes sólo infligierodaños menores al puente de Nimega. Eorno al mediodía del 7 de octubre l

oyal Air Force bombardeó el puente d



Arnhem y lo hizo caer al Rhin.Esta fue verdaderamente una victori

vacía para ambos bandos. Una vez qu

el puente se derrumbó, la cadenogística que alimentaba los proyecto

de ofensiva alemanes entre los ríos Rhi

Waal desapareció de nuevo. Ya no errealista tratar de llevarlos a cabo. Esmismo día la Hohenstaufen partió de

área de Arnhem con destino a sdemorado descanso y reequipamiento eel Reich. Todo aquello por lo que habíuchado estaba ahora destruido. Lo qu

quedaba fue negado a los habitanteciviles, que fueron evacuados a la fuerz saqueado sistemáticamente por e

Ejército alemán durante el últim



nvierno de la guerra.¿Cuáles han sido los factore

decisivos que contribuyeron al éxit

alemán? Ante la ausencia de cualquieestudio exhaustivo previo de la reaccióalemana a Market-Garden, lo

historiados aliados han tendido a culpaa los errores en vez de a las eficacecontramedidas para explicar el fracaso

El principal factor que redujo el impactde los lanzamientos paracaidistas no fuel «mito de la traición» (yrefutado[439]), de que las unidades S

anzer estaban preposicionadas parderrotar un asalto aerotransportado; lmprovisación y una rápid

concentración de fuerzas desgastaron lo



ataques. Esto fue el resultado dagresivas y raudas contramedidamplementadas por el II Cuerpo d

Ejército SS que ya estaba in situ y otrogrupos de combate ad hoc que sapresuraron en su ayuda.

Los tiempos de respuesta alemanefueron pasmosamente rápidos. El 17 dseptiembre los aliados lograron un

sorpresa total, lanzando seis batalloneaerotransportados británicos y 1americanos tras las líneas enemigas eel sur de Holanda, apoyados por algo d

artillería y cañones anticarro. Parmedianoche, de diez a once batallonealemanes se habían reunido en el área d

Arnhem, sobre todo a causa de l



concentración del II Cuerpo de EjércitSS, aunque dispersados en grupos dcompañía.

En el área de Nimega sólo había dogrupos de entidad batallón[440], y trebatallones débiles con alguna Flak entr

Grave y Eindhoven. En 24 horas estcuadro se transformó en hasta 13 ó 1batallones en Arnhem, un número igua

en torno a Nimega y unos nueve más eas cercanías de Best y Son. Para el 1de septiembre, 17 batallones se habíareunido en el área de Arnhem, más de 1

en torno a Nimega y 14 batallaban al sude Grave contra los americanos y lobritánicos que avanzaban. Esta fuerz

continuó creciendo y menguando d



acuerdo con las bajas y el avance poierra del XXX Cuerpo de Ejército hast

que, para el 23 de septiembre, 2ampfgruppen o grupos de batalló

dentificables estaban operando en y eorno a Arnhem. Todo esto se logr

gracias a la improvisación: empleandcualquier medio de transportdisponible ya fuera por carretera, tren,

aire. Las tropas fueron a la batalla ecarretas de granja, automóviles civilealimentados a gasógeno, camiones, ncluso camiones de bombero

requisados[441].Las contramedidas alemanas fuero

facilitadas por la insistencia de lo

aliados que todos los medios aéreo



ofensivos protegieran los asaltoaerotransportados durante la crítica fasnicial. Aunque esto logró su objetivo, l

sinopsis oficial de la batalla por partdel Grupo de Ejércitos B alemáobservó: «Durante los aterrizajes,

pesar del buen tiempo, los movimientode tropas alemanas permanecieroibres de estorbos[442]». La compañí

anzergrenadier de Trapp de lrundsberg , que estaba en Deventerdisfrutó de un viaje en bicicleta casalegre por una vez y de form

desacostumbrada sin ser molestados poos cazas aliados, en la carrera parlegar al puente de Arnhem durante l

arde del 17 de septiembre.



El veloz refuerzo alemán tuvo comconsecuencia una abrupta inversión das proporciones numéricas después d

que hubo pasado la conmoción iniciapor los lanzamientos. Teniendo en cuentas bajas, los ratios de combate el 20 d

septiembre eran tres a uno en Arnhem efavor de los alemanes, dos a uno contra 82.a División Aerotransportad

estadounidense en Nimega-Groesbeek, casi a la par contra la 101.a DivisióAerotransportada estadounidense questaba siendo reforzada por el XXXCuerpo de Ejército a medida que éstavanzaba por el corredor. Lsuperioridad local alemana fue

menudo obtenida porque las unidade



aerotransportadas tuvieron que sedispersadas para cubrir la «Autopistdel Infierno» y resistir bajo presió

hasta que las fuerzas terrestres dGarden enlazaran con ellas.

Esta velocidad de la reacció

obtuvo resultados tácticos decisivos. Lacción de bloqueo instituida por e

ampfgruppe SS Spindler en lo

suburbios del oeste de Arnhem duranta noche del 17-18 de septiembre tuvun efecto crucial en el resultado de lbatalla de esta localidad. Bittrich, e

superior de Spindler comentó: «Es a él quien le tenemos que agradecer el habebloqueado a un adversario férreo

Comparado con el desempeño de



ampfgruppe Spindler… todas las otraacciones en Arnhem deberían serelegadas a una importancia de segund

fila». Empezando con dos compañías dnfantería formadas por antiguo

artilleros el 17 de septiembre, s

ampfgruppe fue rápidamente reforzadpor dos batallones más de infantería SSzapadores de asalto y una compañía de

eichsarbeitsdienst . Para cuando la 1. 4.a Brigadas Paracaidistas británicarataban de abrirse paso combatiend

hasta Frost en el puente de ArnhemSpindler se estaba defendiendo con dogrupos de combate subsidiarios másformados a partir de sus propio

efectivos: «Harder» y «von Allworden»



La fuerza constaba para entonces dunas 20 compañías de infanteríapresuradamente formadas que variaba

desde veteranos SS a marineros personal del cuerpo de zapadores dconstrucción que no conocían ni lo

rudimentos del combate de infanteríaFrost quedó aislado en el puente poesta exitosa acción de bloqueo, qu

permitió a los alemanes recobrar lniciativa y pasar a la ofensiva sellandasí el perímetro desde el este. Para efinal de la batalla, el Kampfgruppe s

había expandido de dos compañías res grupos de combate integrales co

hasta 30 carros de combate y vehículo

blindados que sumaban unos 100



hombres, y ocupaban un frente de 200metros en torno al perímetro de loparacaidistas. Spindler debió haber sid

un jefe sobresaliente para habemandado con éxito un grupo de combatan dispar e improvisado. Fu

condecorado con la Cruz de Caballerel 27 de septiembre. Murió tres mesemás tarde cuando su automóvil d

mando fue ametrallado por ucazabombardero durante la batalla das Ardenas[443].

El XXX Cuerpo de Ejército, qu

avanzaba a lo largo de una solcarretera fácilmente defendible, nuncfue capaz de igualar, proporcionalmente

esta concentración y lograr el ratio d



proporciones necesario para un rápidéxito. Más específicamente, nunca pudlevar adelante suficiente infantería po

ierra o transportarlos por aire, parasegurar lo que en esencia eraobjetivos de infantería. El tiempo tuv

un impacto importante sobre estncapacidad para enviar refuerzos. El 1 20 de septiembre la niebla a ras d

suelo obstaculizó los aeródromos dpartida británicos, y esto se viacentuado por malas condicioneatmosféricas en la zona de combat

holandesa el 19, 21 y 22 de septiembreTras un período de tiempo despejado e23, el tiempo se nubló de nuevo durant

a fase final el 24 y 25 de septiembre



Los refuerzos aéreos después del 18 dseptiembre fueron fragmentados y ndecisivos. Se perdió la carrera de l

acumulación. Tres batallones británicomás y dos americanos fueron lanzadoen paracaídas o planeadores en torno

Arnhem y Son, pero ninguno llegó imega. Esto tuvo una importanci

crucial porque la 82.a Divisió

Aerotransportada del General dBrigada Gavin no tuvo suficientnfantería para asaltar los puentes dimega antes de la llegada de

XXX Cuerpo de Ejército el 20 dseptiembre. Dos batallones polacos máfueron lanzados en Driel el 21 d

septiembre, pero ninguna infantería lleg



a la zona de aterrizaje de la 82.División hasta el 23 de septiembrcuando tres batallones americanoransportados en planeadores y otr

batallón polaco aterrizaron. Eanzamiento de los dos batallone

polacos en Driel hizo que los alemaneresituaran y comprometieran todas sureservas en el área: cinco batallones qu

sumaban 2500 hombres. Éste es sólo undicio del potencial para desorganizaa concentración alemana que perdieroos aliados por culpa del tiemp

adverso.Durante el mismo período d

ntermitentes refuerzos aliados, lo

alemanes, en contraste, aumentaron s



apuesta numérica en la zona dretaguardia del 1.er Ejércit

allschirmjäger con el equivalente a 3grupos de batallón. Market-Garde

estaba condenada, por lo tanto, progresar a favor de los aliados sólo a

ritmo trabajoso del paso deXXX Cuerpo de Ejército por el pasillaerotransportado. El avance se vi

dificultado y la carretera cortada en amenos dos ocasiones por el súbitdespliegue de fuerzas alemanasacorazadas y de infantería, recié

legadas.Aparte de identificar lo que lo

alemanes sintieron que eran los factore

decisivos que contribuyeron al éxito



algunos de los mitos que rodean lbatalla de Arnhem y Market-Garden hasido desmentidos por los detalle

revelados en este estudio. Existe, eparticular, la creencia de que lobritánicos posiblemente deberían habe

saltado más cerca del puente dArnhem: quizás en la ciudad misma o, amenos, a ambos lados del puente d

carretera para capturarlo con un golpde mano. Es poco probable, teniendo ecuenta las disposiciones geográficas deI Cuerpo de Ejército SS, que est

hubiera dado un resultado distinto. Estdea se ve confirmada examinando l

opinión del Grupo de Ejércitos B

expresada en un informe emitido cinc



días después de la batalla. Estos souicios espontáneos mas que un análisi

histórico formulado con el beneficio d

a retrospectiva. «El mayor error deenemigo», desvela, «fue no habeanzado a toda la 1.a Divisió

Aerotransportada británica de una veen lugar de en el transcurso de tredías». Nada se decía del luga

equivocado, aparte de que la distancidisipaba algo del efecto sorpresa, perconsideraba que «el segundo mayoerror fue que no se lanzara una segund

división aerotransportada en el área aoeste de Arnhem». En otras palabras, eel mismo lugar para reforzar a l

primera[444].



El SS-Hauptsturmführer SepKrafft, un comandante de batallón quafrontó el dilema sobre qué hacer, sobr

el terreno, se sintió al principiextrañado por cuál podía ser el objetivde estos lanzamientos: ¿la captura de

cuartel general del Grupo de Ejércitos Bde Model? ¿El aeródromo de Deelen el puente del Rhin[445]? No fue difíci

para él al escribir después de la batallaencontrar la respuesta correcta a estpregunta retórica e hizo unas cuantaobservaciones reveladoras para ilustra

su respuesta. Primero, la espesa zonboscosa que rodeaba las zonas daterrizaje de la 1.a Divisió

Aerotransportada británica proporcion



anto buena ocultación y protección parorganizarse, así como una aproximacióencubierta hasta el puente de Arnhem

La distancia al puente era tal que no erel objetivo evidente. «Debido a la alturde los árboles en el bosque», admit

Krafft, «la zona de lanzamiento no hsido adecuadamente señalada». Esto era las 14:00, inmediatamente después d

os lanzamientos del 17 de septiembrecuando su batallón estaba a sólo dokilómetros de distancia del lugar danzamiento más cercano. Su

comandantes de compañía y grupos dreconocimiento se desorientaron tantentre estos árboles que las incursione

niciales contra los aterrizajes fuero



neficaces. Los bosques quenmascaraban las zonas de aterrizajbritánicas proporcionaron, por lo tanto

un cierto grado de protección durante eperíodo crucial de reunión, permitieron a los 1.er , 2.o y 3.e

batallones del Regimiento Paracaidistsortear en gran medida a Krafft durantel principio de la lucha. Fue e

ampfgruppe de Spindler, no el dKrafft, el que iba a instituir el bloquevital demorando la entrada en ArnhemAunque causó demoras importantes, l

muerte del Generalmajor Kussin ilustrque el batallón de Krafft ya había sidflanqueado cerca del anochecer del 1

de septiembre.



Las zonas de aterrizaje más cercanaa Arnhem estaban al norte de la ciudad en el sur en Driel. La Flak no habrí

sido el factor crítico en estorbar uaterrizaje con éxito, como estimaron loplanificadores británicos, más bie

hubiera sido la presencia del II Cuerpde Ejército SS en la vecindad inmediataSus tiempos de reacción, si se hubiera

elegido esos lugares más cercanoshabrían sido aún más rápidos que en lazonas de aterrizaje que se usaronEstaban muy próximas a la 9.a SS y n

eficazmente ocultas por los bosquesAparte de las tres compañías de Kraffthabía otras dos compañías de infanterí

de «alarma» de la 9.a SS en Arnhem



dos más a sólo tres kilómetros ddistancia en Velp, y otras dos en Rhedena cuatro o cinco kilómetros de distancia

De hecho, la fuerza principal dnfantería de la 9.a SS estaba a lo larg

de la carretera de Arnhem-Zutphen, co

fácil acceso a la ciudad y las zonas danzamiento más cercanas. Había una

10 compañías de alarma de respuest

rápida sólo en un radio de 15 kilómetrodel puente. Un lanzamiento más cerca dArnhem no habría tenido éxito.

Normandía había subrayado e

efecto potencialmente desastroso que uanzamiento nocturno disperso podíener sobre la cohesión de un asalt

aerotransportado de entidad división



Los aliados decidieron no repetir esterror en Arnhem. Es un principifundamental en las operacione

aerotransportadas el aterrizar tan cercdel objetivo como sea posible. Siembargo, es probable que la cohesión d

cualquier fuerza que aterrizara sobrArnhem o en los alrededores cercanose habría visto duramente puesta

prueba por los contraataques inmediatode veteranas unidades de infanteríaespecíficamente adiestradas parreaccionar velozmente y agresivament

contra un enemigo aerotransportado. Lazonas de lanzamiento al oeste al menopermitieron a la 1.a Divisió

Aerotransportada aterrizar como un tod



si bien no completa) y formar antes dverse presionadas. Este es un momentparticularmente vulnerable para l

unidad aerotransportada ya que hasorpresa en ambos bandos. Loatacantes deben concentrarse pronto

orientarse en un terreno desconocidoLas zonas de lanzamiento elegidas eorno a Arnhem eran fáciles de defender

Capturar ambos extremos del puente dArnhem no habría proporcionado unventaja mayor que ocupar el máfácilmente defendible extremo norte

Ocupar ambos extremos con una fuerzdividida habría fragmentado la fuerza dFrost y posiblemente habría reducido e

iempo que los aliados resistieron.



La captura por Frost del puente dArnhem no se debió a la suerte sino a lparálisis del mando alemán, que a

principio no estaba seguro de cuápodría ser el objetivo del enemigo. Efracaso inicial del Hauptsturmführe

Gräbner en reforzar los piquetes dvigilancia del puente de carretera dArnhem no fue diferente de todas la

otras evaluaciones alemanas de aquemomento, en concreto, que alguna otrunidad estaba asignada para defenderloEste fallo de mando y control fu

causado por la muerte deStadtkommandant de Arnhem, eGeneralmajor Kussin, cuyo trabajo er

asignar responsabilidades pero que, si



embargo, se metió impetuosamente euna emboscada del 3 PARA mientrantentaba aclarar la situación. La

fuerzas en el puente eran inexpertas y nadvirtieron la aproximación de FrostActo seguido, una sucesión de unidade

alemanas de relevo llegaron a amboextremos del puente de carretera y soparon con la resistencia británica si

ener una idea clara de la situación. Econtrol no se restableció hasta por lmañana temprano del 18 de septiembrecuando el batallón de Frost ya estab

firmemente atrincherado.Los veteranos británicos a menud

plantean la pregunta: ¿hubo alguna ve

alguna oportunidad realista de socorre



a Frost tras la repentina captura aliaddel puente de Nimega en la noche del 2de septiembre? Las pruebas sugiere

que se perdió la oportunidad de colar ugrupo de combate mecanizado eArnhem después del colapso. Entre las

19:00 y la medianoche sólo hubpiquetes de seguridad en la carreterentre Nimega y Arnhem, en concreto e

Elst, que contaban con una fuerza de uno dos compañías. Entre medianoche y ealba habían sido establecidos algunopuntos fuertes aislados, pero ésto

ambién podrían haber sido arrolladopor una fuerza decidida. Una vez másuna pasmosa capacidad d

mprovisación alemana por parte de l



10.a SS consiguió reagrupar una fuerzde más de dos batallones y 16 carroentre las 19:00 y la medianoche del 2de septiembre inmediatamente al nortde Nimega. Para el amanecer, estfuerza se había visto incrementada hast

os cinco batallones y 25 carros autopropulsados firmementestablecidos en una línea que pasaba po

Elst. Para entonces, cualquier intento dforzar el paso por la carretera habrísido vulnerable a potentes ataquecontra el flanco desde el este. Fu

verdaderamente una oportunidaperdida.

Este análisis histórico del éxit

alemán en combatir una gran incursió



aerotransportada en la retaguardia fucomenzado en gran medida pensando eun dilema contemporáneo de la OTAN

¿Cómo se puede proteger la retaguardien Europa central contra la posibilidade lanzamientos aerotransportados e

masa del Pacto de Varsovia apoyadopor ataques acorazados terrestres, socurriera un conflicto convencional e

Europa? Mucho ha cambiado desd1944: ¿hay alguna lección que serelevante hoy?

Un problema que afrontan lo

Ejércitos de las democraciaoccidentales que experimentan udeclive de población, una mayo

prosperidad y una disminución de l



percepción de la amenaza, es dóndencontrar el personal necesario parproyectar una respuesta convenciona

creíble para reducir la dependencia das armas nucleares. Una opció

examinada por algunos miembros de l

OTAN es una expansión de sus fuerzade reservistas territoriales parencargarse de la clase de misiones qu

afrontaron las fuerzas de Student e1944. De hecho, una interpretación deéxito alemán en Market-Garden es quas unidades regulares acorazadas

aerotransportadas fueron desviadas dsu objetivo por el empleo de soldadoreservistas territoriales. Los aliado

habían esencialmente sido detenidos po



ropas sin instruir o parcialmentadiestradas que fueron rápidamentreunidas en grupos de combat

mprovisados, Kampfgruppen

consistentes en adolescentes de 16 a 1años u hombres mayores o en baja form

sacados de escuelas de suboficiales organizaciones logísticas de los treservicios: ejército, marina y fuerz

aérea. Estos soldados habían sidconvocados de planas mayoresaeródromos desaparecidos y baterías ddefensa costera y se les requiri

combatir como infantería en unidadedonde sólo una media de un 10 pociento tenía alguna experiencia previ

de servicio activo. E



Obersturmbannführer Walther Harzeba a escribir 20 años después de l

batalla de Arnhem:

«Es con orgullo personal que estimo estvictoria alemana, porque fue lograda no pounidades regulares sino por trabajadores deferrocarril, Arbeitsdienst , y personal de lLuftwaffe que nunca habían sido entrenadopara actuar como infantería y en realidad eratotalmente incapaces para la lucha casa po

casa[446]».

Otra lección a aprender es qu

ambién son necesarias las unidaderegulares para proporcionar refuerzo un esqueleto a estas unidades, parpoder conseguir el éxito. En el context



de Arnhem, la única unidaverdaderamente veterana (o regular) eas cercanías era el II Cuerpo d

Ejército Panzer SS que estabreacondicionándose y renovándoseTanto la 9.a SS como la 10.a SS estaba

sólo entre el 20 y el 30 por ciento de sfuerza autorizada: 2500 y 3000 hombrerespectivamente. Ambas unidade

habían sido requeridas para quenviaran grupos de combate parreforzar la línea en el sur de Holanda prácticamente no tenían carros. E

cuerpo, que para ser precisos se parecímás a una brigada de infanterímoderna, estaba dispers

geográficamente en múltiples compañía



de respuesta rápida, llamadas unidadede «alarma». Aunque sólo con unfracción de su fuerza normal, ambo

ampfgruppen divisionaleconservaban como núcleo un cuadro dveteranos, lo bastante sólido par

repartirse con elementos sin instrucciócon ciertas posibilidades de éxito. Estnúcleo de supervivientes de la

divisiones que se habían creado sólo uaño antes habían recibido, a pesar desto, un exhaustivo adiestramientantiparacaidista, y demostraron ser e

puntal de la defensa.Lo que generalmente es olvidado

sin embargo, es el atroz coste e

érminos humanos que acarrea el emple



de tales fuerzas sin adiestrar. Eampfgruppe SS Gropp, una unidad d

defensa antiaérea empleado com

nfantería, formó con 87 hombres el 1de septiembre. Para el final de la batallsólo le quedaban siete hombres[447

Debido a la escasez, las fuerzaregulares rara vez fueron relevadas en línea de fuego y, como consecuencia,

menudo combatían hasta que no podíaavanzar más. Un precio aún más alto furequerido a los inexpertos soldados dos Kampfgruppen de reservista

erritoriales. Aunque tales soldadopueden ser empleados provechosamenten la defensa, no son aptos para la má

ardua, velozmente móvil y tácticament



variada misión de contraatacar. Econsecuencia, las bajas fueron elevadasmucho más altas que las 3300 baja

admitidas por el Mariscal de CampModel el 27 de septiembre para todo eárea de la operación Market-Garden.

Un examen de los diarios estadillos de unidades de aquel entoncerevela exactamente lo elevadas qu

fueron[448]

. Hasta diez unidadedentificadas que operaron en el área dArnhem declaran que sufrieron hasta u50 por ciento o más de bajas. Estas era

principalmente unidades de las SS. Lobatallones alemanes habituados a altapérdidas en campañas anteriores

especialmente en Rusia, conservaban s



cohesión en combate, a pesar de laduras pérdidas, mejor que suadversarios aliados. Un examen de esta

pruebas y las bajas probablementsubestimadas de otras unidadeempeñadas en Arnhem de, digamos, de

10 al 15 por ciento del total de lunidad, sugiere unas bajas en Arnhem dentre 2500 a 3000 hombres, de la

cuáles un tercio probablemente fueromuertos. Esto por sí solo casi iguala eotal oficial para Market-Garden. J

A. Hey[449], habiendo investigado tant

as tumbas de guerra británicas como laalemanas en el área de Arnhem, hencontrado 1725 muertos alemane

relacionados con este período



Siguiendo la norma de que generalmentas muertes representan un tercio de l

cifra total de bajas, esto sugiere que la

bajas totales pueden haber sido más d5000. Aunque no todas las muertepueden haber ocurrido durante e

período de Market-Garden, la mayorío fueron. Además, los heridos qu

murieron más tarde fuera de la zona d

combate, o fueron enterrados en otrougares (como el general Kussin y sconductor e intérprete) no estáncluidos.

Las bajas alemanas sufridas en ecorredor pueden ser estimadas commínimo en un 25 por cierto de la fuerz

autorizada de la unidad (según l



admitido por el Kampfgruppe Walther)o que indica unas posibles 3750 baja

adicionales. Sumándolas todas, inclus

en el mejor de los casos, las cifraoficiales de Model deberían sedobladas o incluso aumentadas aún má

hasta un total de entre 6000 y 8000. Estestadística tiene más sentido todavícuando se compara con los sombrío

otales aliados entre el 17-25 dseptiembre. La 1.a DivisióAerotransportada británica perdió 7212a 82.a División Aerotransportad

estadounidense, 1432; y la 101.a 2110Sumándolo todo, la partaerotransportada sufrió 11 850 bajas



El XXX Cuerpo de Ejército sufrió unestimación de 1480 y 70 carros[450

Como ambos bandos estuvieron menudo a la ofensiva, un ratio de umuerto alemán por cada dos aliados equizás más realista que lo que indica

as cifras oficiales. Los registroalemanes están incompletos pero hapocas dudas de que sus pérdidas ha

sido minusvaloradas.La inexperiencia se cobra un altprecio en la guerra. ¿Proporcionaríapor consiguiente, una expansión de la

fuerzas de reservistas territoriales de lademocracias occidentales un remediadecuado para los futuros problemas d

efectivos de la OTAN? ¿Estar



preparada una sociedad menos resistentfísicamente y más dubitativa para pagavoluntariamente un precio tan alto com

a infantería alemana de 1944?La sinopsis del Grupo de Ejército

B de las lecciones postoperacionales

extraer del combate con fuerzaaerotransportadas aterrizadas en lretaguardia sigue siendo hoy en día ta

relevante para las fuerzas de la OTANcomo en 1944[451]. Se requiere una «rede observación» como parte de u«sistema elemental de alerta», qu

debería «proporcionar estimaciones» das fuerzas enemigas transportada

desde el aire, a «centros de recepción»

que son los cuarteles generales de la



unidades situados en la zona dretaguardia. Esto es vital, porque amenos una de las unidades de vo

Tettau, el Sicherheits Regiment 26 , fuenviado inicialmente lejos de Arnhempara investigar un lanzamiento simulad

en Veenendaal.Se requiere una estructura de mand

cohesionada. Su ausencia inicialmente

costó a los alemanes la fácil captura depuente de Arnhem, que llevó más dcuatro días recobrar. Se identifica lmportancia de una fuerza de reacció

móvil para combatir al enemigo en «sumomentos más débiles, que es justantes y directamente después de lo

aterrizajes». Unido a este requerimient



está la necesidad de hacer entrar eacción armas pesadas lo más prontposible. La reacción rauda y agresiv

por parte de los mandos a todos loniveles es de importancia supremacomo iba a señalar el Hauptsturmführe

Sepp Krafft en su informe tras ecombate:

«Es de importancia vital atacainmediatamente al enemigo con cualesquierfuerzas disponibles no con esperanzas ddestruirlo, sino para entorpecer desorganizar sus preparativos para e

combate. No es posible destruir fuerzaaerotransportadas abrumadoramentsuperiores con fuerzas pequeñas, pero unpuede inmovilizarlo para ganar tiempo

preparar contramedidas[452]».



Se prepararon «grupos dpersecución» especiales en la zona dretaguardia del Grupo de Ejércitos B

mandados por un oficial «enérgico» capaz, para producir la rapidez de lrespuesta enfatizada. En término

actuales de la OTAN, estprobablemente requeriría una fuerzhelitransportada, ya que los refugiado

bloquearían las carreteras. Holanda npresentó este problema a los alemanesa que sus habitantes «se quedaron e

casa», aguardando a ser liberados.

El requerimiento de hacer entrar eacción armas pesadas significesencialmente medios acorazados

carros de combate o autopropulsados



Sorprendentemente, durante las batallade Market-Garden los carros fuerodecisivos en un cometido no habitual: l

ucha callejera, pero no a lo largo de ldisputada, por el XXX Cuerpo dEjército, «Autopista del Infierno». Lo

carros rompieron el poder ofensivo da 1.a División Aerotransportad

británica en Arnhem, con la introducció

de la 280.a

Brigada de Cañones dAsalto. Sin embargo, el terreno entrEindhoven y Arnhem era totalmentnadecuado para el ataque acorazad

montado por el XXX Cuerpo dEjército. El destino de la 1.a DivisióAerotransportada estuvo sellado ta



pronto como se vio fijada por una fuerzde infantería superior en número porquentonces los carros enemigos pudiero

merodear prácticamente a voluntadreduciendo sistemáticamente los puntofuertes en el papel de artillerí

autopropulsada.Los carros Königstiger era

nvulnerables a cualquier cosa, except

a los proyectiles de alta velocidad dos pocos cañones de 17 librasupervivientes, que los mantuvieron raya en Oosterbeek. El éxito alemá

contra los carros aliados en el corredose basó en la efectividad de lo

anzerfauste, lo bastante simples par

ser operados por infantería inexpert



pero lo suficientemente efectivos a cortdistancia para penetrar cualquier carraliado. Además, a diferencia de cas

odas las armas anticarro portátiles de lOTAN, podía ser disparado desde unposición a cubierto, y con una buen

probabilidad de éxito. Esta capacidandividual no la disfrutan muchonfantes hoy en día, que ahora dependen

en gran medida, del apoyo de seccioneanticarro especialistas que empleaarmas más sofisticadaecnológicamente.

La sinopsis de Model de laecciones aprendidas de Market-Garde

ermina identificando la necesidad d

situar fuerzas de reacción rápida en la



afueras de las ciudades, de modo que nqueden aisladas y atrapadas en las áreaedificadas por ataques guerrilleros. Mu

mportante, subraya que las medidas ddefensa «deben ser ensayadas corealismo al menos una vez al mes».

El principio fundamental que debser comprendido en relación con lopinión alemana sobre el fracaso d

arket-Garden es el ya identificado poel comandante de la Frundsberg , eOberführer Heinz Harmel. «Lohistoriadores», comentó, «se ha

concentrado con estrechez de miras en epasado en Arnhem y Oosterbeek. Loaliados fueron detenidos en el sur just

al norte de Nimega, es por eso qu



Arnhem acabó como lo hizo[453]».Las controversias sobre si lo

británicos deberían haber saltado mácerca del puente de Arnhem resultansignificantes cuando se relacionan co

este punto fundamental. Sencillamente

os aliados fueron incapaces de ganar lcarrera de los refuerzos. Las batallas eorno a Arnhem no se pueden estudia

aisladamente. Era meramente el objetivfinal a lo largo del corredor dcombates de mayor o menor entidaibrados entre la cabeza de puente d

eerpelt, «la isla» y Betuwe. La batallsobre el Waal en Nimega demostró seel acontecimiento decisivo que, co

odo, produjo una victoria vana. Cuand



os británicos capturaron el puente dimega, los alemanes ya tenían e

puente de Arnhem en su poder. Er

demasiado tarde para ambos bandoograr un resultado decisivo, y la

demoras impuestas en el sur sellaron l

perdición de la 1.a DivisióAerotransportada británica. Loalemanes sabían que estaba acabad

desde el momento en que fue cercada e20 de septiembre. Desde ese momenten adelante, Oosterbeek se convirtió esólo otra Kesselschlacht : una batall

rutinaria para reducir una bolsa; unacción secundaria en relación con lcrisis que transcurría en el Waal. Po

eso es que hasta la fecha no tuvo ningun



significancia particular en las historiamilitares alemanas.

No obstante, en términos d

sufrimiento humano fue eacontecimiento más importante quafectó las vidas de los soldados qu

combatieron en ella. El factor humano eel imponderable constante en la batallaEsto es porque, en un intento de aclara

algunas de las cuestiones, la batalla hsido descrita aquí tal como fue vista poos soldados alemanes que participaro

en ella. Sus penalidades, y las de su

otros camaradas en el sur de Holandano terminaron el 26 de septiembre.

Un Feldwebel (sargento) de la 712.

División de Infantería escribió en e



mismo tiempo en que la línea alemanfue hecha retroceder de nuevo en el árede Amberes:

«28 de septiembre de 1944. De nuevluchamos contra los carros con fusiles… Nopresentamos al oficial al mando. Hay qumontar un nuevo ataque. ¡Un asesinato!…Vuelvo a mi trinchera».

«29 de septiembre de 1944. Nuestrbatallón está ahora dos kilómetros más atrás

debe cubrir la retirada de la división… ayeantes de ponernos en marcha, recibimosuministros de la cantina: dos tubos de pastde dientes (ninguno de nosotros, pobre

cerdos, tiene cepillo de dientes), una lata dbetún (¿hay alguien que todavía lustre subotas?)… Recibo la orden de llevar upelotón anticarro a la carretera y actuar com

grupo de cobertura. Es una orden suicida par



empezar. En torno a las cinco en punto oímoel ruido de los carros viniendo hacinosotros. Uno de los monstruos surge detrá

nuestro. Cojo mi Panzerfaust pero ldistancia es demasiado grande. Ahora nqueda sino rendirse. Sin embargo lobritánicos no están tomando prisioneros sinque abren fuego contra nosotros. Cuatrhombres son abatidos de golpe. Ahora otrcarro rueda acercándose por la izquierdaCorremos a lo largo de una zanja. Ambocarros están disparando con todas sus arma

Corriendo a toda prisa hacia delante para salide la zona de fuego, llego a un puntocubierto y me tiendo en él agotado. Locarros pasan de largo… No sé cuánto tiemp

duró todo esto. Sólo estoy sorprendido de lcalmado que estoy. Debemos aguardar hastel anochecer, cuando los carros se alejaránNos apretamos constantemente contra el lad

de la zanja. Ahora los carros han llegado hast



la compañía. No quedará gran cosa de nuestrbatallón. ¿Quién puede luchar contra locarros con fusiles?…[454]».

Aún quedaba por representar unronía final en Arnhem.



XXVII. EPÍLOGO. LAIRONÍA FINAL

e está el fuego de apoyo? ¿Dónde estánnuestros suministros?

e está el destacamento de transmisiones y

dónde están el resto

unidades del Kampfgruppe?n de las SS.

El final



Cuando el Hauptsturmführe

Heinrich Oelkers empujó su botneumático a la corriente, se sentí

embargado por una funesta premonicióno deberían estar haciendo esto

Después de lo que les había costado

británicos y polacos pasar y repasar eRhin, no deberían cometer la mismocura. La suprema ironía de la batall

de Arnhem hacía que su batallón debierlevar a cabo un asalto cruzando el ríen el mismo lugar en que toda undivisión paracaidista de élite fracasó.

Como para tantos otros soldadoalemanes, la lucha no terminó el 26 dseptiembre porque se retirara la 1.

División Aerotransportada británica a



otro lado del Rhin. Aunque Market

Garden ya no se podía salvar, la batallno llegó a un clímax; sencillamente s

apagó poco a poco, pasando casnadvertido para algunos. El SS-Junke

Rudolf Lindemann recordaba tras l

captura del Hotel Hartenstein, que «nhubo una sensación duradera de victorien el bando alemán». Confesó que

«estábamos contentos de que terminarel combate en Arnhem pero esto no durmucho[455]». A la 10.a SS, que combatíentre el Rhin y el Waal al sur d

Arnhem, no le iba mejor. El Oberführe

Heinz Harmel afirmaba que «el 4 doctubre fue uno de los días en que má

sufrió la 10a SS desde que comenzó l



ucha en Holanda. Las partes vitales da división habían sido castigadas hastal punto que no fue capaz de acció

ofensiva alguna en el periodo inmediatsubsiguiente[456]».. La Frundsberg aúresistía el avance del XXX Cuerpo.

El Generalleutnant von Tettau habíordenado al batallón de Oelkers que«formara una cabeza de puente al sur d

Arnhem sobre el Rhin y resistiera hastque se estableciera una línea de defensal norte del rio. Para lograr estobjetivo debía, al mismo tiempo

nmovilizar a un fuerte contingentbritánico». Su unidad debía cruzar poKastel Doortwerth a unos 2000 metro

al sudoeste del transbordador de Drie



Frente a ellos había unidades del Dorsets, luego relevadas poparacaidistas de la 101.a DivisióAerotransportada americana.

El Kampfgruppe Oelkers consistíen una compañía de la escuela d

suboficiales SS «Arnheim» de Lippertuna compañía del Reichsarbeitsdienst

otra de personal naval, una cuarta de

Regimiento de Instrucción HermanGöring y la quinta, una compañía de l

uftwaffe del batallón Fliegerhorst 3

El ataque formaba parte de la ofensiv

del II Cuerpo SS, que comenzó el octubre entre el Rhin y el WaaUnidades recién llegadas de lo

ampfgruppen de la 9.a y 116.



Divisiones Panzer atacaron desde eeste, apoyadas por la 10.a SS. Sesperaba que la 363.a DivisióVolksgrenadier atacara coordinaddesde el oeste bajo el mando de urecién creado XII Cuerpo SS tan pront

como se hubiera concentrado.Cualquiera que fuera la idea de l

maniobra, Oelkers sabía que su asalt

era meramente una estratagema parencubrir la operación principaExclamó en su diario:

« Ja!, al final probablemente ¡sea eso todlo que este grupo de combate aún sea capaz dhacer! Los preparativos continúan día noche. Se ponen de manifiesto inmenso

problemas; no hay infantería de asalto n



armas pesadas[457]».

Fue llamado al puesto de mando d

von Tettau al día siguiente y, cosarcasmo, anotó las intenciones de éste:

«“La cabeza de puente debe ser tomada defendida sin importar el coste”, ¡así rezaba lorden!».

Esto estaba muy bien para el estadmayor divisional: no obstante, él tenía ldificultad práctica de llevar a cabo d

algún modo el plan y hacer pasar el río cinco compañías. El 1 octubre, con lhora H aproximándose, Oelkerdescubrió consternado que: «sólo habí



cuatro botes; ¿dónde estaban los boteadicionales del ejército?». No tenía otropción que seguir adelante:

«La primera oleada cruzó al otro lado coespantosas bajas. Nuestra artillería no disparlo suficiente y su fuego fue dispersoContemplé este disparatado intento de ataquen el que algunos hombres de las SS sólpudieron llegar a la otra orilla nadando, parverse inmediatamente enfrascados e

combate cuerpo a cuerpo».

Fue una reconstrucción exacta de l

debacle del batallón británico deDorsetshire ocurrida siete días antes, eel mismo lugar, pero en direccióopuesta. Oelkers decidió que habí



legado el momento de cruzar al otrado y él y otros seis abordaron un bot

neumático. El motor fueraborda rehus

arrancar, de modo que todos remarofrenéticamente hasta la otra orilla:

«Un valiente suboficial de zapadores deejército se quedó en la popa del botedirigiendo nuestros esfuerzos, de otro modno habríamos podido mantener el rumbo. L

mataron instantáneamente de un tiro en epecho. Cuando nos acercamos a la orilla unráfaga de ametralladora alcanzó el botehiriendo a dos hombres y deshinchándoloTuve suerte, la ráfaga sólo me arañó la rodillaSaltamos al agua e intentamos empujar el botacribillado a tierra, pero no pudimos porquera imposible sujetarlo. Desafortunadamentel bote se alejó con dos camaradas tendido

en él. Nunca volví a verlos».



El ataque fue un desastre«Estuvimos agazapados en la orillembarrada todo el día y nadie pud

avanzar». Sus camaradas que quedaroatrás en la orilla norte e intentaroproporcionar fuego de apoyo. E

objetivo, una fábrica de ladrillos situada 200 metros de la orilla, fue asaltada as 22:00 al amparo de la oscuridad:

«Atacamos el objetivo desde la derechaalgo que los británicos no esperaban. ¿Perdónde estaban el resto de las tropas? ¿Dóndestaba el destacamento dtransmisiones[458]?».

Herbert Kessler de la compañía de

ermann Göring avanzó para pasar po



a misma mortífera odisea. Recordaba lsituación el 1 de octubre, tras el asaltnicial de Oelkers:

«Al anochecer se animaron las cosas. Noordenaron cruzar el río. Marchamos hasta eKastel Doortwerth y nos tendimos a 20metros de la ribera. A medianoche recibí lorden de cruzar. Se supone que los zapadorey los botes de asalto de goma ya están en lorilla, preparados para nosotros. Avanzamo

No podemos encontrar a ningún zapador y lobotes de goma están todos acribilladoEntonces llega un mensajero de retaguardia“¡No habrá cruce! ¡La luna brill

demasiado!”[459]».

El SS-Junker Rudolf Lindeman

consiguió cruzar a la luz del día co



Oelkers. «Un auténtico desastre»recuerda. Tras haber capturado lfábrica de ladrillos, emplazó s

posición de morteros. A Oelkers, quodavía no había sido reforzado, l

faltaba de todo. Uno de sus soldados

lamado Jakabowski, se quitó la ropa nadó a través del río para transmitir ldura reprimenda de su comandante y la

órdenes de que cruzara el resto debatallón. En su diario escribió«Finalmente algunos pelotones llegaroal otro lado», los suficientes par

organizar un anillo defensivo en torno a fábrica de ladrillos. Por suerte:

«… para gran sorpresa nuestra la primer



noche fue tranquila. Tendimos a nuestrocamaradas heridos en un horno de cocción dladrillos. Aún entonces no teníamo

suficientes vendajes».

Lindemann, de la escuela dsuboficiales «Arnheim», se vio má

afectado emocionalmente por estescaramuza menor que por toda lbatalla de Oosterbeek. El siguient

problema, tras haber establecido unfrágil cabeza de puente era mantenerlabastecida, porque, como recordaba«las ametralladoras enemigas cubríaos accesos al río y los morteros la

salidas. Además, la rápida corrientdaba tiempo al enemigo para hace

entrar en acción su artillería». Oelker



para entonces incluso le había dichconfidencialmente a Lindemann que: «lcabeza de puente no tiene ningún sentid

en absoluto, deberíamoabandonarla[460]». Herbert Kesslehabría apoyado esta opinión puesto qu

el inútil derramamiento de sangrcontinuó al día siguiente:

«Ahora no es que la luna brille demasiadoes que de repente sale la brillante luz del sol recibimos la orden: “¡Crucen al momento!”Mi grupo fue el segundo en ir adelante. Eprimer grupo que llevaba dos botes de gomse dirigió a la orilla. Uno de los botes fuinmediatamente acribillado, el jefe del grupresultó gravemente herido. Esos 200 metrohasta la orilla estuvieron batidos por intens

fuego de artillería y por fuego de enfilada d



ametralladora. Cuando se llevaban al jefe degrupo herido (era amigo mío) y pasaba juntomí, recibí órdenes de que lo intentara m

grupo. Me puse en pie de un salto junto comis soldados (una sección), corrimos hasta ebote de goma que estaba todavía intacto, lllevamos hasta la orilla y lo echamos al aguasalté a él con otros tres hombres y remamostravés del río. Todo esto suena tan inofensivopero mientras viva jamás olvidaré el remar eaquel bote. Los disparos salpicaban en el aguen torno nuestro como granizo, y cóm

conseguimos llegar al otro lado, hasta este dísigo sin saberlo. Pero lo hicimos y todavíabajo un intenso fuego, cavamos nuestropozos de tirador. Aquel cruce a plena luz de

día fue un absurdo[461]».

Al día siguiente la situación s

deterioró aún más. El Leutnant Martin



con la compañía adscrita de luftwaffe, estaba tendido aguardand

bajo intenso fuego; «los hombre

estaban listos para embarcar, pero lobotes no», anotó en su diario el octubre. Se veían hostigado

constantemente por salvas de morteros fuego de artillería, con unos veinte reinta impactos cada diez minutos. S

compañía menguaba constantementbajo este martilleo; «haciéndose cadvez más y más pequeña[462]». EntretantoOelkers se desesperaba:

«Estoy furioso con el Regimiento¿Dónde está el fuego de apoyo? ¿Dónde estánuestros suministros? ¿Dónde está e



destacamento de transmisiones y dónde estáel resto de las unidades deKampfgruppe[463]?».

Estaban en camino, pero no pudierocruzar finalmente hasta la caída de lnoche. El Leutnant Martin escribió el octubre:

«Finalmente cruzamos a las 03:00

Estamos con las unidades navales. El ataqucomienza a las 06:30. Primeras bajas. La 2compañía se ha retirado y me quedo sóloMuchos quedan atrás. Nos trasladamos

posiciones diferentes esta noche. Sólquedan unos pocos de nosotros. ¿Qupropósito tiene todo esto? Estoy de vigilancide flanco. Me atrinchero. La noche es fría

tormentosa[464]

».



Su situación reflejaba la de Kessleen otro punto de la misma estrechcabeza de puente:

«Uno no se atrevía a salir del agujero ponada del mundo. Creo que éramos ahora uno20 con sólo una ametralladora. Después dque cruzamos no hubo más refuerzos porquhubo demasiadas bajas[465]».

Lindemann comentó con tristeza qu«el esperado contraataquanzergrenadier no se materializó

Oímos los carros pero no llegaron hastnosotros». Durante tres días la cabezde puente no fue reabastecida. Loacontecimientos comenzaban

parecerse al mismo calvario, si bien



una escala más pequeña, que habíasoportado los paracaidistas británicoen Oosterbeek sólo una semana antes. E

diario del Leutnant Martin comenzentonces a dejar constancia deprogresivo deterioro en la pequeñ

bolsa; una postdata irónica al drama mádifundido representado en Arnhem:

«5 octubre. Todos están agotados. Tenglos nervios destrozados. Recibimos unacuantas bombas de mortero sobre nuestraposiciones. No hemos tenido comida calienten días. Nada de beber. ¿La guerra? Lo

francotiradores nos tienen clavados. No tengni idea de qué está pasando».

«6 octubre. Hemos estado metidos en lopozos de tirador desde esta mañana temprano

La carretera a la fábrica está batida por fueg



enemigo de mortero y artillería. Estamostodo lo largo de este lado del Rhin. El Majo

Stuks muerto a las 17:00. Esto no tien

ningún sentido. Estamos todos débiles».«7 octubre. Helada durante la nocheTodavía seguimos recibiendo intenso fuegde mortero y artillería sobre la fábrica y laposiciones. Muchos hombres heridoSituación desesperada. Tan sólo nos sentamoen nuestros pozos de tirador y esperamoUna casa en el dique fue quemada durante lnoche. Dos hombres muertos. Ruidos d

combate [el intento de socorro] desde eoeste. Bombarderos vuelan por encima».

Después de diez días, esto ya nenía ningún sentido. Lindeman

recuerda la lucha que tuvo scomandante de batallón para anular l

orden de von Tettau:



«Oelkers dijo que teníamos que salir de lcabeza de puente, pero von Tettau rehusabaLo pidió una segunda vez, presentando un

recomendación escrita, pero von Tettau dijque debía “resistir”. Al final Oelkers desistiy ordenó evacuar la cabeza de puente poiniciativa propia. Von Tettau intentó hacerlun consejo de guerra por ello[466]».

Sólo 35 hombres de los 120 quenía al principio la compañía d

Lindemann consiguieron volver a lorilla norte. Entretanto, el Leutnan

Martin desconocía completamente lo

esfuerzos de Oelkers en el puesto dmando divisional para salvarlosEscribió:



«8 Octubre. Estoy haciendo más profundmi pozo de tirador. No me he lavado en cincdías. Recibiendo fuerte fuego de artillería

Situación muy confusa. El suministro draciones es un desastre. Discusión con eMajor Merkens. 01:15 alcanzados ponuestra propia artillería».

«9 Octubre: Me lavé en el puesto de losanitarios. Situación intranquila. Recibidorden de resistir en la cabeza de puente bajcualquier circunstancia. Granada impactacinco metros de mi pozo[467]».

Oelkers hizo que se evacuara lcabeza de puente al día siguiente. L

operación fue llevada a cabo con éxitoLindemann admiraba a Oelkers, del qupensaba que era «un táctico muy bueno»

El comandante del batallón fue, com



era característico en él, el últimhombre en abandonar la cabeza dpuente, en un bote que según recuerd

Lindemann, «fue acribillado». Lo habíaconseguido. Cuando se le preguntó salguna vez había sucumbido a l

desesperación ante su situaciónLindemann declaró que «nunca nosentimos abandonados gracias a

iderazgo de Oelkers».Las posiciones abandonadas fueroreconocidas por paracaidistaamericanos del 501.o Regimiento de l

101.a División AerotransportadaConsideraron que valía la pena registrael cuerpo de un oficial de la Luftwaff

muerto. Cuando se vaciaron su



bolsillos y sus efectos personales fuerodesechados y arrojados al fondo de lrinchera, encontraron un diario. N

podían entenderlo pero lo cogieron dodas formas ya que algunas de la

entradas parecían tener cosas d

mportancia militar. Fue enviado aEquipo de Interrogatorios deRegimiento para ser examinado

raducido. Los cuerpos dispersos fueroenterrados posteriormente. El diaripertenecía al Leutnant Martin.



ANEXOS

Mapas, gráficos y emblemas



1.a División Aerotransportada.




9.a División SS Panzer Hohenstaufen.



10.a División SS Panzer Frundsberg .



Fotografías

Los paracaidistas embarcan en los « Dakota».



Los paracaidistas se lanzan desde los « Dakota».



Los paracaidistas toman tierra en Arnhem.



Entrada del XXX Cuerpo británico en Nimega.

En el puente de Nimega.



El XXX Cuerpo británico atraviesa el puente de Nimega.



Nimega, tras la batalla.



Vista aérea del puente de Arnhem, con los británicos en el lado norte.



El puente de Arnhem, tras la batalla.



Model, Student, Bittrich, Knaust y Harmel.



SS-Brigadeführer und Generalmajor der

Waffen-SS Heinz Harmel.



Model y Harmel.



SS-Gruppenführer und Generalleutnant der

Waffen-SS Wilhelm Bittrich.



General Feldmarschall Walter Model.



SS-Sturmbannführer Ludwig Spindler.



Generaloberst Kurt Student.



Generalleutnant Hans von Tettau.



Coronel John Frost.

Sosabowski y Browning.



ROBERT KERSHAW. Nacido en 195en Inglaterra y graduado de lUniversidad de Reading, RoberKershaw se alistó al Regimiento d

Paracaidistas en 1973. Su serviciactivo lo realizó en Irlanda del Norte, lprimera guerra del Golfo y Bosnia. A l

salida del ejército en 2006 se convirti



en un autor a tiempo completo dhistoria militar, así como analistconsultor militar.

Ha escrito nueve libros, con títulompresos en los EE. UU., Alemania

Polonia, Rusia, España e India.

A participado en programas de lemisora de radio BBC y ha sidentrevistado en numerosos documentalede televisión, incluyendo la televisióholandesa y National Geographic, y hpublicado una serie de artículos e

revistas y periódicos como The TimesThe Sunday Times, Sunday Telegraph

aily Telegraph.



NOTAS



1] Stadler, el comandante de la división

había sido herido en un momentanterior de la retirada. <<



2] Cifras: Tieke pp. 282-283, Keegan p

313. <<



3] Joseph Enthammer, entrevista 1

Jun. 87. <<



4] Auxiliar de transmisiones, telefonista

N. del T.). <<



5] H. Dollinger p. 274. <<



6] Wilfried Schwarz, entrevista 1

Sep. 87. <<



7] General Meindl und sein

allschirmjäger . Ernst MartiWinterstein/Hans Jacobs pp. 203-204<<



8] P. Carell, p. 274. <<



9] Fullriede, diario 31 Ago. 44. Archiv

imega. <<



10] Alfred Ziegler, entrevista 2

ov. 87. <<



11] Entrevista con Wolfgan

Dombrowski, 23 octubre 1987. <<



12] US Army in World War 2, p. 122

«The Siegfried Line Campaign»Charles B. MacDonald. <<



13] Aquí el autor hace referencia a

«envolvimiento de tropas» usando commetáfora la famosa batalla de Cannadonde Aníbal Barca, al mando de s

ejército púnico y en inferioridad dropas, consiguió derrotar al poderosejército romano creando un embudo envolviendo a las legiones (N. del T.)

<<



14] Arnheim Letzter Sieg pp. 4-5. Kur

Student. <<



15] Flak : Abreviatura de Fliege

bwehr Kanone: Cañón de DefensAntiaérea, sinónimo de artilleríantiaérea, y por estar tan difundido en l

iteratura en inglés, se usndistintamente. <<



16] Kammann, W., Die Geschichte de

allschirmjäger Regiment 2 pp. 182-3<<



17] M. Shulman, Defeat in the West , p

232. <<



18] US Army in World War 2, p. 232. <<



19] “Perros con cadena”, policía milita

alemana, así llamada por scaracterística gola metálica suspendidde una cadena (N. del E.). <<



20] Erich Hensel, entrevista 4 Jun. 87

<<



21] Lt. Heinz Volz, Fallschirmjäge

egt. von Hoffman (Archiv Donth), Schacht Die Kaempfe der Grupp

“Walther” vom 13.9.44 bis 12.10.44 i

Süd Holland . <<



22] Comandante de plaza, al mando de l

guarnición de una ciudad (N. del T.). <<



23] Von der Heydte, Kaempfe de

allschirmjäger Regiment 6 miamerik . <<



24] US Army in World War 2, p. l34. <<



25] Entrevista con Wolfgan

Dombrowski, 23 octubre 1987. <<



26] Official War Histories: Narrative

(Military); Section D Chapter V . p. 3p. 17. <<



27] Ibid , p. 67. <<



28] Arnhem Spearhead , James Sims

28. <<



29] Rudolf Lindemann, entrevista 1

Jun. 87. <<



30] Krafft, Sepp, « Pz. Gren. A. u. E. Bt

16 in den Kämpfen bernheim. 17.9.44-7.10.44». <<



31] Copia del interrogatorio P. A. Helle

Original holandés. <<



32] Fullriede, diario, 13 Sep 44. <<



33] Harmel, entrevista 27 Oct. 87. <<



34] Las fuentes son fragmentarias. <<



35] Möller, Hans, Die Schlacht um

rnheim. Oosterbeek. Der Einsatz deionier Btl 9 Hohenstaufen vom 17, bi

26 September 1944. <<



36] Official War Histories Narratives

pp 64-65. <<



38] Heinz Damaske, correspondencia

relato del Kampfgruppe Richter, p. 6<<



39] Kriegstagebuch Stab. Gen. Kdo

XXXVIII. AK 16.9.44 Abschrift 71D. KGr. Chill (85ID) Beurteilung de

age 16.9.44. Schacht Kampfgrupp

Walther p. 8. <<



40] Official War Histories Narratives

p. 30. <<



41] Heinz Volz, « Fallschirmjäger

egiment von Hoffman». <<




ov. 87. <<



43] Wolfgang Dombrowski, entrevista 2

Oct. 87. <<



44] H. Lippert, « Abschrift », relat

manuscrito. <<



45] H. Volz, artículo. <<



46] Die Geschichte des Fallschirmjäge

egt 2, Willi Kammann, p. 182 y 186<<



47] Von der Heydte, documento. <<



48] M. Shulman, cita p. 270, Defeat i

he West . <<



49] Interrogatorio prisioneros citado en

M. Schulman p. 268. <<



50] Ibid p. 27. <<



51] Entrevistas Ziegler

Dombrowski, 23 Nov. y 23 Oct. 87. <<



52] M. Shulman, p. 212. <<



53] Gerd Niepold. Panzer Operationen

p. 137. Artículo de Gerhard Witte. <<



54] Martin van Creveld, Fightin

ower . <<



55] H. Dollinger, p. 264. <<



56] Fullriede, diario ( Nijmegen Archiv)

<<



57] Martin van Creveld, p. 87. <<



58] La sección sobre «creencias

preocupaciones» está basada en uanexo a Panzer Operationen d

iepold, titulado Ein Bild de

deutschen Soldaten am Beginn deSechsten Kriegjahres, por el Oberst AD. Gerhard Witte. Esto es de hecho unencuesta sociológica de la 12 Pz. Div

en vísperas del colapso del Grupo dEjércitos Centro en el frente ruso. Hsido suplementado con entrevistas y la

otras fuentes citadas para adaptar sumplicaciones a la situación qu

afrontaba el soldado alemán en Holanden 1944. <<



59] Citado en Erwin Heck

September 1944. Operation MarketGarden. <<



60] H. Kessler, Kaempfe im Raum

rnheim. <<



61] Ziegler, entrevista 23 Nov. 87. <<



62] Volz, Fjg.-Regt. von Hoffmann

Adviértase que la hora de veranalemana estaba una hora por delante da británica GMT. <<



63] Citado del diario del Leutnan

Martin en Laurence Critchley’s FouStars of Hell , Ch. 26. La identificacióde la unidad por Critchley es incorrecta

nvestigaciones adicionales sugieren quel Leutnant Martin formaba parte deuftwaffe Fliegerhorst Battalion 3

mandada por el Major Merkens. <<



64] Kurt Student, Arnheim. Letzte

eutscher Erfolg . <<



65] Kriegstagebuch Korps d. Kav. Feld

and Stab Gen Kdo LXXXVIII ArmyCorps, entradas del 17.9.44. <<



66] Carta al comandante de su batallón

ajor Oswald Finzel ( Archiv Donth)<<



67] Abschrift M. Lippert. <<



69] The Battle of Arnhem, C. Bauer

citado en p. 92. <<



70] Möller Abschrift . <<



71] Model, Strategie der Defensive (W

Goerlitz). Este es un relato más creíblque el que se cuenta con más frecuenciacon Model, presa del pánico, al que s

e caen sus pertenencias personales dsu maleta en la escalera del HoteTafelberg , más tarde usado por lobritánicos como puesto de curas. Mode

a menudo mantuvo la compostura esituaciones mucho peores en el frentruso. Como John Waddy del Batallón d

Paracaidistas 156, que luego fue tratadde sus heridas en el hotel, relató aautor: «No había ni hay escaleras en lentrada del hotel». Aún má



significativo, cuando lo ocuparon lobritánicos, no encontraron mapas nsignos de su previo uso militar por lo

alemanes. El estado mayor de Modecomo siempre, fue meticuloso erecogerlo todo. <<



72] Enthammer, entrevista 15 Jun. 87. <<



73] Trapp, entrevista 17 Sep. 87. <<



74] H. Bernhard, 1945. Di

ntscheidungsschlacht am Niedehein, p. 14. <<



75] Kraft, informe. <<



77] Kriegstagebuch Korps Feldt un

Stab Gen Kdo LXXXVIII A. K . 17.9.44<<



78] Fullriede diario 17.9.44. <<



79] Kriegstagebuch Stab Ge

do LXXXVIII A. K. 1925. 17.9.44. <<



80] Krafft, informe. <<



81] « Die Schlacht von Arnheim aus de

Sicht der Luftnachrichten-Truppe», Dereiwillige Jun. 75. <<



82] P. Müller Abschrift : «Arnheim». <<



83] 9 SS Pz. Div. Entrevista: 16 Sep. 87

<<



85] Dombrowski, entrevista 23 Oct. 87

<<



86] Véase Nota 71, Capítulo V. <<



87] Basado en Model, Strategie de

efensive (Walter Goerlitz), pp. 8-9. <<



88] H. Fürbringer, pp. 425-426. <<



89] Freiherr : título nobiliari

equivalente al de Barón. (N. del T.). <<



90] Volz, Fallschirmjäger Regiment vo

offmann. <<



91] Von der Heydte, relato. <<



92] H. Damaske, « Die Kampf in Belgie

und Süd Holland Sept. 44». <<



93] Schacht, Die Kaempfe der Grupp

«Walther» vom 13.9.44 bis zum12.10.44 in Süd Holland . <<



94] Bericht: « Kaempfhandlungen Sep.

Oct. 1944 Holland-Belgien». <<




do LXXXVIII Corps 18.9.44. <<




do LXXXVIII Corps 0852 18.9.44. <<



98] Ibid . 13:18 hrs. 18.9.44. <<




<<



102] Lt. James Flavell, entrevista. Visit

a Arnhem del Staff College, May. 1987<<



103] Tieke. pp. 319-322. <<



104] Citado en de A. McKee, The Rac

or the Rhine Bridges, p. 176. <<



105] McKee, p 176. <<



106] Trapp, entrevista/relato. <<



107] Enthammer, entrevista 15 Junio 87

<<



109] Rasch Abschrift «Meine eigene

rlebnisse in den letzter Kämpfewischen Maas und Elbe». <<



110] US Army in World War 2

MacDonald, p. 163. <<



111] Harmel, Die Frundsberg i

ijmegen, Freiwillige Sep. 1956. <<



112] Harzer. Boiree Questionnaire. <<



113] Es probable que estos soldado

fueran la vanguardia del batallón Eulinacompañados por zapadores. <<



114] Kraft, informe. <<



115] Tieke, p. 318. <<



116] Signal. Wie es Wirklich Wa

rnheim. Erwin Kirchhof. <<



117] Ziegler, entrevista 23 Nov 87. <<



118] Tieke. pp. 319-322. <<



119] Möller, Abschrift . <<



120] Lippert Abschrift . <<



121] Basado en comentarios sacados de

Lippert Abschrift , diario de Oelkers entrevista a Rudolf Lindemann del 1Jun. 87. <<



122] Abschrift Von Tettau

«Gefechtsbericht über die Schlacht bernheim 17-26.9.44. 13:50 hrs

17.9.44». <<



123] Ibid . 13:50 hrs. <<



124] Grupo de Ejércitos B, 23:15 hrs. <<



125] «Gefechtsbericht » Div. vo

Tettau 04:00. 18.9.44. <<



126] Lindemann, entrevista 11 Jun. 87

<<



127] H. Kessler Die Weissen Spiegel

2/1985. <<




<<



130] Anlageband Heeresgruppe B. I

eldungen 1-30 Sep. 44. 23:30 hrs17.9.44. <<



131] Student. Arnheim Letzter Deutsche

rfolg . <<



132] Kriegstagebuch LXXXVIII Korps

20:14 hrs. 17.9.44. <<



133] Student, Arnheim Letzter Deutsche

rfolg . <<




23:55 hrs. 17.9.44. <<



135] Ibid . 18:45 hrs. 18.9.44. <<



136] Ibid. Beurteilung de

Versorgungslage 18.9.44. <<



137] Ibid. Beurteilung der Lage 18.9.44

<<



138] Rasch. « Meine eigenen Erlebniss

n den letzter Kämpfen zwischen Maaund Elbe. I. Groesbeek ». <<



139] Empeño de la 406.a Div. contra lo

anzamientos aéreos aliados en NimegaSep. 44 (MS C-085 Washington). <<



140] Ibid . <<



141] Cifras basadas en informes de

riegstagebuch Korps Feldt 9 Ago. - 1ec. 44. Entradas para el período 17/1

Sept. 44. 23:00, 07:30 y 12:20 hrs. Ve

ambién «Meindl». Winterstein y Jacobp. 211. <<



142] 406 Div. MS C-085 Washington. <<



143] Rasch, relato. <<



144] 406 Div. MS C-085 Washington. <<



145] Anlageband Heeresgruppe B. Ic

eldungen, FernmündlichOrienteerung durch II SS Corp

/Ic 18.9.44. Fernspruch Ostu

ichter II SS Corps 1315. <<




ijmegen. <<



147] Trapp, relato y entrevista 1

Sep. 87. <<



148] Cornelius Ryan Un puente lejano

Plaza & Janés 1975, trad. Adolfo Martíp. 225. <<



149] James Sims, p. 56. <<



150] Ibid . p. 51. <<



151] Comentarios transmitidos durant

entrevista 16 Sep. 87. <<



152] Mauga. Citado en Fürbringer, 9S

anzer Division Hohenstaufen, p. 430<<



153] La descripción del ataque fu

recreada por H. Fürbringer en 9Sohenstaufen pp. 428-30 y el Mayor E

M. MacKay en The Battle of th

rnhem Bridge. Royal Engr. JournaDec. 1954 pp. 305-25. Se obtuvo mánformación con la entrevista a Schwar

del 16 Sep. 87 y algunas conjeturas

Durante muchos años se creyó que ecuerpo de Gräbner nunca fue recuperad que pudo haber saltado al Rhin. La

pruebas más recientes sugieren que surestos pueden haber sido llevadoprimero a Arnhem donde fueron luegransferidos al cementerio milita



alemán en Ysselstein, (Schneider 10S

rchiv). <<



154] Schwarz, entrevista 16 Sep. 87. <<



155] Kracht, carta 9 May. 80. Kaebel

Kracht correspondencia con el autor. <<



156] Ibid , fechado 14 May. 84. <<



157] Entrevista Harmel 27 Oct. 87. <<



158] J. Enthammer, entrevista 15 Jun. 87

<<




ijmegen, Freiwillige Sep. 56. <<



161] Ibid . <<



162] Schwappacher. Abschrift

«Kampfbericht der V/SS-Art. u. Ersegt, bei den Kämpfen um

ijmegen 29.9.44». <<



163] Carta a Harmel, 22.2.55 ( Archi

Schneider ). <<



164] Schwappacher, informe

nlageband Heeresgruppe B. Ieldungen 1915. 19 Sep 44. <<




ijmegen Freiwillige Sep 56. <<



166] Kriegstagebuch LXXXVI

orps. 09:50 hrs. 19.9.44. <<



167] Ibid. 15:00 and 20:00 hrs. 19.9.44

<<



168] Ibid. 21:00 hrs. <<



169] A. McKee, The Race for the Rhin

ridges, p. 138. <<



170] Student, Arnheim Letzter Deutsche

rfolg . [4. McKee, p. 138]. <<




«Lagerbeurteilung». 19 Sep 44. <<



172] Official War Histories: Narratives

Section D Chapter V , p. 118. <<



173] Tagesmeldung Gen Kdo LXXXVII

. K. 21:10 hrs. 20 Sep. 44. Relatsuplementado por la obra de Student

rnheim Letzter Deutscher Erfolg

nformes de testigos y pruebafotográficas. <<



174] Die Kaempfe der Grupp

«Walther» vom 13.9.44 bis zum12.10.44 in Süd Holland , pp. 14-15. <<



175] 4 Flakpanzer IV Möbelwage

«camión de mudanzas», por ssuperestructura de caja) con pieza Fla

43 de 37 mm y 42 semiorugas Sd

Kfz. 251/21 Drilling («triple») con cañones MG151 de 15 mm, un armdiseñada para aviones de caza, en uafuste triple con un escudo, servida po

un sólo artillero tanto para tiro terrestrcomo antiaéreo. A pesar del volumen dfuego del que era capaz, no dejaba d

ser una improvisación inferior a locañones antiaéreos propiamentdiseñados para este fin. Además, launidades armadas con la versión de 1



mm tenía problemas con eabastecimiento de munición quprovenía de depósitos de la Luftwaffe

Esta profusión de armas automáticas eranto una respuesta a la superiorida

aérea aliada como un intento de paliar l

escasez de efectivos con potencia dfuego. (N. del T.). <<



176] Carros Cromwell del 15.o d

Húsares. (N. del T.). <<



177] Ibid . <<



178] Korps Feldt. Kriegstagebuch Nr. 1

17.9.44. <<



179] Ibid . <<



180] Ibid. Signal 1.a /8259/44. 18.9.44

<<



181] H. Bernhard, 1945. Di

ntscheidungsschlacht am Niedehein, p. 15. <<



182] Ibid . <<



183] Servicio de Trabajo del Reich

Unidades de obreros militarizados parrabajos de construcción, fortificación

apoyo logístico al ejército. (N. del T.)

<<



184] C. Ryan. Citado en Un puent

ejano, pp. 230-31. <<



185] Milton Shulman, Defeat in the West

pp. 266-67. <<



186] La extrañeza de Hinz es lógic

puesto que la costa estaba a 80 km ddistancia. La impresión de estosoldados inexpertos fue exagerada, lejo

de ser cañones navales o sobrferrocarril de gran calibre, comparecería, éstos probablemente fueraobuses rusos ML-20 de 152 m

capturados por los alemanes emplazados en las baterías costerassacados ahora de ellas y trasladados

Arnhem, siendo los cañones más gruesoempleados contra la bolsa dOosterbeek. (N. del T.). <<



187] L. Hinz, Unser Einsatz am Niede

hein. Die Weissen Spiegel . <<



188] Material tomado de H. Bernhar

1945. Die Entscheidungsschlacht amieder Rhein. <<



189] Se trataba de carros pesados Cha

B1 convertidos en carros lanzallamasustituyendo el cañón montado en ecasco (N. del T.). <<



190] Bittrich. Boiree «Fragen an un

ntworten von General Bittrich». 2Mar 54. <<



192] Ibid . <<



193] « Die Deutsche Wochenschau»

Película 735/42/1944. <<



194] Material también sacado de Joh

Waddy 10 PARA. Visita a Arnhem deStaff College, May 1987. <<



195] Material basado en C. Bauer, Th

attle of Arnhem, p. 145, ranscripción del interrogatorio d

Helle, Naumann y Femau por el Tte

Col. Th. Boiree. <<



196] Gefechtsbericht von Tettau. 152

horas 18 Sept. 44. <<




<<



201] Möller, relato. <<



202] Müller, Abschrift . «Arnheim». <<



203] Möller, Abschrift . <<




<<



206] Ibid , y Abschrift: «Einsat

rnheim». <<



207] Ibid . <<



208] Enthammer, entrevista 15 Jun. 87

<<



209] «Lanzador de niebla». Dispositiv

de la artillería alemana remolcado y quanza cohetes (N. del E.). <<



211] Un puente lejano, C. Ryan. <<



212] Ibid . p. 319. <<



215] Un puente lejano, C. Ryan p. 319

<<



216] Kracht: material tomado de un

serie de cartas escritas por el Doctor HKabel-Kracht 9.10.84/9.5.80/14.5.84 fotografías entregadas al autor. <<



217] Las experiencias de Trapp, tal com

fueron descritas en su relato escrito completadas con una entrevista con eautor el 17 Sept. 87. <<




<<



219] Película de Arppe 590/2332

Encontrada en Bundesarchiv Koblenzild 101 Numerischer Index de

riegsberichter Heer und Luftwaffe

1-451. Band 2/16 . <<



220] El texto que complementa a la

fotografías basado en investigaciópropia y el Kriegstagebuch Nr. 1. Korp

eldt 18-20 Sep. 44. <<



221] Orden Div. Scherbening (406 Div.

r. 6. 19.9.44. <<



222] US Army in World War 2, pp

168-169, Charles B. MacDonald. <<



223] Kriegstagebuch Korps Feldt 09:2

hrs. 20.9.44. <<



224] Charles B. MacDonald p. 178. <<



225] Las fuentes primarias para e

contraataque por el II Cuerpallschirmjäger el 20 Sept. sonriegstagebuch Nr. 1 Korps Feld

18-21 Sep. 44. «Abwehrschlacht in Weseutschland: Die 3.Fallschirmjäge

iv. im Herbst 1944» by Gen. L

riedrich Sixt . (Artículo Donth Archiv.

«Gen. Meindl und sein

allschirmjäger ». Winterstein a Jacobpp. 211-217. <<



226] Euling, carta a J. W. Schneider 1

Jun. 79. <<



227] Ibid . <<



230] Schwappacher, relato. <<



232] Schwappacher, informe 29.9.44. <<



233] Oberbefehlshaber West : Mand

Supremo del Oeste (N. del T.). <<



235] 17:00 hrs. Zwischenmeldung II S

orps 20.9.44. Anlagebaneeresgruppe B. <<



237] Schwappacher informe 29.9.44. <<



238] Ibid . p. 3. <<



239] Ibid . p. 3. <<



241] Schwappacher, p. 4. <<



242] Charles B. MacDonald, p. 182. <<




ijmegen, Der Freiwillige Sept 56. <<



244] Correspondencia (Schneider) 1

Jun. 79. <<



245] Gefechtsbericht von Tettau 19.9.44

<<



246] With the Red Devils at Arnhem

Marek Swieciki, p 26 (Maxlove PubLtd. 1945). <<



247] Krafft, informe de inteligencia. Lo

aracaidistas enemigos 2(C). <<



248] Gefechtsbericht von Tettau. 15

45 19 Sept. Adviertan la diferencia coel horario de verano británico. <<



249] Ibid . 19 Sep. 16:00 hrs. <<



250] Krafft Pz. Gren. A. u. E. Btl. 16 i

den Kämpfen bei Arnheim17.9.44/7.10.44. <<



252] Krafft, informe 20 Sep. 06:00 hrs

<<



253] Ibid . 20 Sep. 08:30 hrs. <<



254] Gefechtsbericht von Tettau 2

Sep. 09:00-15:00 hrs. <<



255] Ibid . 20 Sep. 18:30 hrs. <<



258] Krafft, informe de inteligencia. Lo

aracaidistas enemigos 2 (c). <<




<<



260] Ibid . <<




<<




ov. 87. <<



264] Los movimientos británicos durant

este capítulo basados en los detalladocomentarios y referencias de cuadrículcontenidos en el diario personal d

Hackett sobre los acontecimientos. <<



265] Anlageband Heeresgruppe B. 20:1

hrs. 20.9.44. <<



266] Conversación telefónica. Citado e

Charles B. MacDonald p. 182. <<



267] Schwappacher, informe p. 4. <<



268] Entrada del diario 27 Sep. 44 tra

entrevistar supervivientes de l«Kompanie Runge» que acababa dregresar a las líneas alemanas. <<



269] Hauptsturmführer Brandt. Carta

Harmel 22.2.55. Archiv Schneider. <<



270] Schwappacher, informe p. 6. <<



271] Carta al Archiv Schneider 1

Jun. 79. <<



272] Relato de la evasión basado en e

extracto publicado en el « Frundsbergrinerungsbuch». Citado en Tieke pp

342-45. <<



273] Schwappacher, p. 4. <<



274] Harmel, « Die Frundsberg i

ijmegen», Der Freiwillige, Sept. 56<<




<<



279] Kabel-Kracht, correspondencia, 1

May. 84. <<




<<



281] Anlageband Heeresgruppe B. 11:0

hrs. 21.9.44. <<



282] Según Tieke, p. 349. <<



283] Sims p. 88-89, Arnhem Spearhead

mperial War Museum. 1978. <<



284] Entrevista. Visita a Arnhem de

Staff College, 11-12 May 1987. <<



285] Sims p. 88. <<



286] Trapp se mostró particularment

mordaz con la película Un puentejano durante la entrevista. Decía qu

«La película lo hizo todo mal, ¡nos hací

parecer soldados en un desfile!». <<



287] Kabel-Kracht, correspondencia 1

May. 84. <<




ijmegen», Der Freiwillige, Sep. 56<<



289] Carta al autor 18 Feb. 88. <<



291] Brandt, carta a Harmel 22.2.55. <<




ijmegen». <<



293] Tieke, p. 346. <<



294] Brandt, carta a Harmel 22.2.55. <<



295] Harmel, entrevista. 27 Oct. 87. <<



296] Ibid . <<



297] Kabel-Kracht, correspondencia 1

May. 84. <<



298] Ibid . 9 May. 80. <<



299] Fürbringer, p. 447. <<



300] Befehle fuer Tageseinsate 19.9.44

3. Jagddivision Abtl. l.a Br. B. Nr. 2/4eh. v. 18.9.44. <<



301] Trapp Abschrift . <<



302] Werfergruppe Krosta, artícul

anónimo, texto en inglés. <<



304] Fürbringer pp. 446-447. <<



305] Anotado el 20 Sep. 1944, p. 203

War Report. D Day to VE DayBBC Ariel Books 1985). <<



306] MacDonald p. 199. <<



307] H. Kessler, « Kaempfe im Raum

rnheim», Die Weissen Spiegel , 2/85<<



308] Lawrence Critchell, Four Stars o

ell . Citado en p. 160. <<



309] Kessler, Die Weissen Spiegel 2/85

5/85. <<



310] Gefechtsbericht über die schlach

bei Arnheim. Div. von Tettau. 00:40 hrs21 Sep. <<



311] Ibid . <<



312] Critchell, p. 160. <<



313] Kessler, Die Weissen Spiegel 2/85

5/85. <<



314] Fullriede, diario 21 Sep. 44. <<



315] Fullriede, diario 21 Sep./2

Sep. 44. <<



316] Gefechtsbericht von Tettau. 10:5

hrs. y 11:45 hrs. 21 Sep. <<



317] Kessler 5/85. <<



318] Gefechtsbericht von Tettau 10:2

hrs. 21 Sep. 44. <<



319] Möller. « Die Schlacht um Arnheim

Oosterbeek. Der Einsatz des Pionieattalion 9 Hohenstaufen vom 17, bi

26. September 1944». <<



320] Compilado a partir de Gerhard vo

Seeman, Die Ritterkreuztraeger 193945. Mathes también fue condecoradpóstumamente con la Cruz de Caballer

por Arnhem. Verlag Hans Henninodzun. Also Verbaende und Truppe

der Deutschen Wehrmacht und SS

1939-45, Georg Tessin (Biblio Verla

Osnabrück, 1973). <<



321] Betr: Gliederung de

ampftruppen. Abt. 1.a Kno./Sch. DivGef. St. 9 SS Div. Hohenstaufen, 2

Sep 44. <<




<<



325] Ziegler, entrevista 23 Nov. 87

bschrift «Einsatz Arnheim». <<



326] Rudolf Trapp, entrevista 1

Sep. 87. <<



328] C. Bauer, The Battle of Arnhem, p

219. <<



329] Compilado a partir de

«Abschrift 9SS ‘H’ Abt. la Kno/Schetr. Gliederung der Kampftruppen

iv. Gef. Stand den 25 Sep. 44». <<



330] Hensel, entrevista 4 Jun. 87. <<



331] Kracht-Kabel, correspondenci

holandesa 14 May. 84. <<



332] Hensel, Op cit . <<



333] Harmel, entrevista por e

Generalleutnant A. D. Friedrich SixAgo. 1984. <<



334] Trapp, entrevista 17 Sep. 87

bschrift . <<



335] Hensel, entrevista 4 Jun. 87

Harmel, « Die Frundsberg iijmegen», Der Freiwillige Sep 56. <<



336] Tieke, p. 351. <<



337] Anlageband Heeresgruppe B I

eldungen. Abendmeldung II SS PzCorps. 1750 Ostf. Richter . 43 Wessedentificado con certeza para el 23 Sep

<<



338] Kriegstagebuch LXXXVIII Corps

11:30 hrs. 21.9.44. La traduccióoriginal se refiere a las direcciones dataque como desde el norte y sur, qu

para ser precisos significaba NO. y SEPara evitar confusiones esto se hcorregido para que se lea desde e«este» y el «oeste», (N. del Autor). <<



339] Die Kämpfen der Grupp

«Walther» vom 13.9.44 bis zum12.10.44 in Süd Holland. V. Der Angrif

auf Veghel am 22/23.9.44, Schacht. <<



340] Hay un debate sobre si éste podrí

haber sido el Kampfgruppe SS HeinkeH. Damaske argumenta de formconvincente que era su propia unidad: I

SS Pz-Gren Regt. 22 también de la 10.SS Frundsberg . <<



341] LXXXVIII Corps KTB 18:50 hrs

21.9.44. (También Charles BMacDonald, p. 189). Y

agerbeurteilung 22.9.44 Fernspruch

19:30 hrs. 21.9.44. <<



342] MS-C-001 Kämpfen de

allschirmjäger Regiment 6 miamerik. Fallschirmjäger in Sü

olland in September 1944. 2. De

ngriff des Fallschirmjäger Rgts. 6 beSchijndel . <<



343] H. Damaske, Abschrift Di

aempfe in Belgien und Süd-HollanSeptember 1944, 30 Nov. 82. <<




Sect. VII. Para 68. TambiéMacDonald, pp. 188-89. <<



345] Official War Histories. Ibid . <<



346] Damaske Abschrift . <<



347] Official War Histories. Op cit . <<



348] Race to the Rhine Bridges, A

McKee, p. 209. <<



349] Damaske Abschrift . <<



350] Von der Heydte. MS-C-001. <<



351] Ibid . <<



352] Kriegstagebuch Kd

XXXVIII Korps 12:10 hrs. 23.9.44Respuesta 12:16 hrs. <<



353] Von der Heydte. Op cit . <<



354] Kessler, « Kaempfe im Raum

rnheim», Die Weissen Spiegel 2/85<<



355] Von Tettau. «Gefechtsbericht übe

die Schlacht bei Arnheim». 19:00 hrs21 Sep. <<



356] Harmel, entrevistas

Generalleutnant A. D. Friedrich SixAgo. 1954, p. 57. <<



357] Von Tettau. 09:06 hrs. y 09:30 hrs

23 Sep. 44. <<



358] Lippert, Abschrift . <<



359] Von Tettau. 13:30 hrs. 22 Sep. <<



360] Entrevista 23 Oct. 87. <<



361] Von Tettau. 21:20 Fürbringer p. 454

<<



362] Von Tettau. 22:10 hrs. 22 Sep. <<



363] Ibid. Tagesmeldung 19:00 hrs. 2

Sep. <<



364] Entrevista 11 Jun. 87. <<



365] Diario cita p. 160 L. Critchell, Fou

Stars of Hell . <<



366] Hoffmann. « Die Geschichte de

uftnachrichten-Truppe» Bd II. Citaden « Die Schlacht von Arnheim aus de

Sicht der Luftnachrichten-Truppe». De

reiwillige Jun. 75. <<



368] Von Tettau. 13:45 23 Sep. <<



369] Diario cita p. 161. L. Critchell. <<



371] Ic Meldungen 21:15 22 Sep.

organmeldung II SS-Korps 2Sep. 1944. <<



372] Krafft. Kampfbericht . 13:30 hrs. 1

Sep. 44. <<



373] Fullriede, diario 1-2 Oct. 44. <<



379] P. Müller, Abschrift y carta al auto

29 Oct. 87. <<



381] Müller op cit . <<



384] Divs. Befehle Nr. 15. von Tetta

Gef. St. den 22 Sep. 44. <<



385] Gefechtsbericht von Tettau. 19:00

21 Sep. 44. <<



386] Op cit Befehle Nr. 15. Anlage 5. 2

Sep. 44. <<



387] Cifras calculadas en base

nvestigación fotográfica y los testigos relatos de diarios transcritos en estibro. Por ejemplo, Bittrich (entrevist

con Boiree) habló de que se emplearo8 tanques Renault franceses Sturmgeschütz , 24 Mar. 54. <<



388] Harzer, entrevista. Sixt. <<



389] Una carga con hasta un kilo d

explosivo plástico (N. del T.). <<



390] Escrita en forma de novela bajo e

seudónimo «Zeno» en The CauldroPan Books), pp. 201-203. <<



391] Gefechtsbericht von Tettau 22

50 24 Sep. 44 y 05:15 25 Sep. 44. Enforme además declaraba que a pesa

de haber sido pedidos al CG Paíse

Bajos y que este accediera, la llegada dos Goliath «se demoró tanto que nfueron usados en la operación». <<




17:25 y 20:55 23 Sep. 44. <<



393] De Model a von Rundstedt 13:00

24 Sept. 44. Citado en MacDonald p197. <<



394] Die Kämpfen der Grupp

«Walther» vom 13.91 944 bis zum12.10.1944 in Süd Holland, Anhang A

emsprechtaeuschung in Bakel . <<



395] Ver Charles B. MacDonald p. 194

<<




19:15 y 20:25 23 Sep. 44. <<



397] L. Critchell, The Sand Dune Fight

pp. 138-142, en Four Stars of Hell . <<




ara 71. «The Third Cut in thijmegen Corridor ». (6) 24 Sep. on 3

Corps Axis. <<



399] Kriegstagebuch LXXXVIII Korp

Tagesmeldung 19:45 hours 23.9.44. <<



400] Ibid . 04:45 hrs. 24 Sep. <<



402] Official War Histories: Narratives

d. 25 Sep on 30 Corps axis. <<




10:55 25 Sep. 44. <<



404] Ibid . 17:00 hours 25 Sep. 44. <<



405] Ibid . 17:20 hours. <<



406] Defeat in the West , Milton Shulman

p. 270. <<



407] H. Sitter. Merzig. 15.3.72 Bericht

«Kaempfhandlungen Sep-Okt 194olland-Belgien». <<




08:12 Hours, 10:08 hours 26 Sep. 44<<



409] Op cit , H. Sitter. Fue herido entre e

26 Sep.-3 Oct., «No lo sé exactamente»<<



412] Éstos eran: 4x15 mm, 30x105 mm

2x10 mm, 12x15 mm, 12x75 mcañones de campaña, 20x88 mm 20x105 mm Flak en tiro terrestre

10x120 mm morteros. Fürbringer, p458. En algunos casos, por ejemplo 1mm, los calibres eran iguales pero lapiezas distintas. <<



413] Harzer, entrevista. Sixt. <<



414] Krafft, informe 25 Sep. <<



415] G. Powell, entrevista Staff Colleg

rnhem Battlefield Tour , May. 1987. <<



416] Kessler, Die Weissen Spiegel

r. 2/1985. <<




Harzer, Unit Memorandum. <<



418] Harzer, informe de Unidad. <<



420] Krafft. Der Feind . <<



422] Critchell, p. 161. <<



423] Gefechtsbericht , von Tettau 14

00 25 Sep. and 09:03 26 Sep. 44. <<



424] Kessler, Der Weissen Spiegel , 2/85

<<



425] Hensel, entrevista 4 Jun. 87. <<



427] Harzer. Informe de Unidad. <<



428] Kessler, Der Weissen Spiegel , 2/85

<<




<<



430] Ziegler, 23 Nov. 87. <<



435] Tagesmeldung A Gp. B 02:20 hour

27 Sep. 44. Capítulo XXVI. <<



436] Fullriede, diario 26 Sep. 44. <<




<<



439] C. Bauer, The Battle of Arnhem

Capítulo «The Mystery of thohenstaufen Division», pp. 37-89. <<



440] Los grupos de batallón alemane

enían unos efectivos que variaban entr300 a 600 hombres con algunas armapesadas. Eran organizacione

mprovisadas, a los que normalmente sreferían como « Kampfgruppen» debida su débil fuerza. <<



441] Cifras basadas en von Tettau, Korp

eldt, LXXXVIII Corps, documentos das unidades y diarios. El tamaño medi

de un batallón era probablemente entr

250 y300 hombres. <<



442] Erfahrungs Bericht über di

ekämpfung und Vernichtung der 1engl. Luftlande Division im Raum

westlich Arnheim. Oberkommando de

eeresgruppe B. 10 Oct 44 1eurteilung des Feindverhaltens. <<



443] Boiree, entrevistas a Bittrich. 2

Mar. 64. « Fragen an und Antworten voGen. Bittrich». <<



444] R. J. Kershaw, « Kampfgrupp

Spindler in Arnhem. Sep 1944», Worl War Two Investigator , Nov. 88. <<



445] Erfahrungsbericht . Grupo d

Ejércitos B 1.10.44 1 y 2. <<



446] Krafft Kampfbericht . 13:30 hrs. 1

Sep. 44. <<



447] Race for the Rhine Bridges, A

McKee, p. 285. Stein and Day, NY1971. <<



448] Tieke, pp. 359-60. <<



449] Roll of Honour. Battle o

rnhem 17-26 Sep 1944, compilado poJ. A. Hey (The Society of Friends of th

irborne Museum Oosterbeek, 1986)

Appendix C. German War Dead . <<



450] HQ Br. Abn Corps-Cabinet Offic

istorical Section. Citado eMacDonald p. 198. <<



451] Erfahrungsbericht Army Gp. B. <<



452] Krafft G2 Bericht, h. «Der Feind »

<<



454] Milton Schulman, Defeat in th

West pp. 270-271. <<




<<



456] Friedrich Sixt: Harmel Berich

«Die 10SS Pz. Div. im Angriff 14.7.44». <<



457] Oelkers, diario, 30 Sep. 44. <<



458] Ibid . 1 Oct. 44. <<



459] Kessler. Citado en A. McKee p

297. <<




<<



461] Kessler op cit p. 298. <<

Nunca Nieva en Septiembre - Robert Kershaw

Documents

Transcript of Nunca Nieva en Septiembre - Robert Kershaw