Obra Teatro -Yo Vallejo-uch
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YO VALLEJO
Adaptación: Elsa chipana. Original Jorge Corzo Vallejo.‐ (Entra a escena) Oh, perdón, creí que no había nadie aquí. Me presentaré: Mi nombre es Cesar Abraham Vallejo Mendoza. Supongo que muchos han oído hablar de mí: unos me catalogan como un gran poeta, otros como dramaturgo y mis detractores como un “Poetucho comunista”. Como ven, soy muy polifacético. (Ríe) ¿Les extraña verme reír? ¡Claro! Siempre me han presentado como un tipo taciturno y triste. En parte lo he sido, pero también he sabido divertirme, sonreír y disfrutar de los placeres de la vida…… (Guiña un ojo) de vez en cuando. (Se quita el sombrero y se sienta) Yo nací en Santiago de Chuco, en el departamento de La Libertad. Era el menor de doce hermanos, por eso en casa me decían “Shulca”, que significa el menor. Trabajé desde muy joven, primero como cajero de una hacienda azucarera y como preceptor de los hijos de un hacendado. Tal vez, allí, al ver a los trabajadores de aquella hacienda laborar todo el día sin descanso, se manifestó en mí las ansias por un mundo más justo para todos. (Imagen de campesinos trabajado) En 1913 ingresé a la universidad de Trujillo, en la Facultad de Filosofía y Letras, en donde me gradué en 1915. Ese mismo año recibo la triste noticia del fallecimiento de mi hermano Miguel.
A MI HERMANO MIGUEL.
Hermano, hoy estoy en el poyo de la casa, donde nos haces una falta sin fondo.
Me acuerdo que jugábamos a esta hora, y que mamá
nos acariciaba: "Pero hijos..."
Ahora yo me escondo, como antes, todas estas oraciones
vespertinas, y espero que tú no des conmigo Por la sala, el zaguán, los corredores.
Después, te ocultas tú, y yo no doy contigo. Me acuerdo que nos hacíamos llorar,
hermano, en aquel juego.
Miguel, tú te escondiste una noche de agosto, al alborear;
pero, en vez de ocultarte riendo, estabas triste. Y tu gemelo corazón de esas tardes
extintas se ha aburrido de no encontrarte. Y ya cae sombra en el alma.
Oye hermano, no tardes
en salir. ¿Bueno? Puede inquietarse mamá. Después estudie Derecho. En ese tiempo entablé amistad con Antenor Orrego y Víctor Raúl Haya de la Torre, entre otros. Es decir, con la bohemia intelectual de Trujillo. Mientras tanto, el mundo se convulsionaba con una gran guerra que traería grandes cambios (Ruido de Guerra) Duró 4 años, desde 1914 a 1918. Justo me vine a Lima. El teatro municipal recibía a grandes figuras del exterior con singular éxito, como las compañías teatrales de las actrices españolas María Guerrero y Margarita Xirgu. El gran bailarín Nijinski, a las compañías de ballet que nos deleitaba con Copelia o el Lago de los cisnes… Fabulosas orquestas que interpretaban Verdi,
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Puccini y Wagner… operas como La Traviata, Tosca, y Zarzuelas como Luisa Fernanda o La verbena de la Paloma. Peruanos como Leonidas Yerovi tuvieron también resonante éxito como sus obras: “La de Cuatro Mil o La Salsa Roja”. Ese año surgieron dos temas musicales de profundo arraigo nacional: La pampa y la Puna de Carlos Valderrama y el Cóndor Pasa de Daniel Alomias Robles. (Se escucha la música) En Lima vivía modestamente, era un provinciano más que buscaba ganarse un lugar en este medio hostil. Y a solas, en mi habitación me preguntaba: “Que estará haciendo a esta hora mi andina y dulce Rita de junco y capulí.
IDILIO MUERTO.
Qué estará haciendo esta a hora mi andina y dulce Rita de junco y capulí; ahora que me asfixia Bizancio, y que dormita la sangre, como flojo cognac, dentro de mí.
Dónde estarán sus manos que en actitud contrita planchaban en las tardes blancuras por venir;
ahora, en esta lluvia que me quita las ganas de vivir.
Qué será de su falda de franela; de sus
afanes; de su andar; de su sabor a cañas de mayo del lugar.
Ha de estarse a la puerta mirando algún celaje, y al fin dirá temblando: «Qué frío hay... Jesús!»
y llorará en las tejas un pájaro salvaje. (Aldeana) Mientras de codos Yo en muro donde triunfa el tinte oscuro y el viento de la noche gime en los ramajes yertos…. Llantos de quenas… tímidos… inciertos…. Suspiro una congoja al ver que en la penumbra gualda y roja…. Llora un trágico azul de idilios muertos...” Consigo trabajo como profesor en el Colegio Nacional Nuestra señora de Guadalupe. Además, logro ingresar a la universidad Nacional Mayor de San Marcos, a la Facultad de Filosofía y Letras. Y también me conecto con la bohemia intelectual limeña. Fue allí donde conocí al ya célebre Abraham Valdelomar que tenía una revista llamada “Mundo Limeño”, en donde publico algunas de mis primeros poemas. Ese año recibo la infausta noticia del fallecimiento de mi madre.
HECES.
Esta tarde llueve, como nunca; y no tengo ganas de vivir, corazón.
Esta tarde es dulce. Por qué no ha de ser? Viste de gracia y pena; viste de mujer.
Esta tarde en Lima llueve. Y yo recuerdo las cavernas crueles de mi ingratitud; mi bloque de hielo sobre su amapola,
más fuerte que su "No seas así!"
Mis violentas flores negras; y la bárbara y enorme pedrada; y el trecho glacial. Y pondrá el silencio de su dignidad con óleos quemantes el punto final.
Por eso esta tarde, como nunca, voy con este búho, con este corazón.
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Y otras pasan; y viéndome tan triste,
toman un poquito de ti en la abrupta arruga de mi hondo dolor.
Esta tarde llueve, llueve mucho. ¡Y no
tengo ganas de vivir, corazón! Al fin logro publicar mi primer libro: “Los heraldos Negros”. Son los primeros meses del año 1919. Estaba muy ilusionado: ¡Mi primer libro de Poemas! ¡Mi libro publicado!...
LOS HERALDOS NEGROS.
Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé! Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido se empozara en el alma... Yo no sé!
Son pocos; pero son... Abren zanjas obscuras en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte. Serán talvez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte. Son las caídas hondas de los Cristos del alma, de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema. Y el hombre... Pobre... pobre! Vuelve los ojos, como cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido se empoza, como charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé!
……… Pero el oficialismo literario no lo recibió con agrado. En cambio, recibí reconocimientos de mis amigos Antenor Orrego, Manuel Gonzáles Prada, José Maria Eguren, Juan Parra del Riego, Luis Alberto Sánchez, incluso de don José Carlos Mariátegui, quien tuvo palabras de elogio hacia mí, pero del oficialismo literario ¡Nada!
ÁGAPE.
Hoy no ha venido nadie a preguntar; ni me han pedido en esta tarde nada.
No he visto ni una flor de cementerio en tan alegre procesión de luces.
Perdóname, Señor: qué poco he muerto!
En esta tarde todos, todos pasan sin preguntarme ni pedirme nada.
Y no sé qué se olvidan y se queda
mal en mis manos, como cosa ajena.
He salido a la puerta, y me da ganas de gritar a todos:
Si echan de menos algo, aquí se queda!
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Porque en todas las tardes de esta vida, yo no sé con qué puertas dan a un rostro,
y algo ajeno se toma el alma mía.
Hoy no ha venido nadie; y hoy he muerto qué poco en esta tarde!
Bueno, yo había oído hablar de Mariátegui. Era un hombre intelectual, muy inteligente y preocupado por los problemas sociales del país. Y al mencionarlo me hace recordar un incidente que escandalizó a una parte de la sociedad limeña pacata y que había ocurrido dos años atrás en donde también estuvo involucrada una bailarina argentina de ascendencia rusa llamada Norka Ruskaya. Verá: la Ruscaya vino en 1917 a realizar algunas presentaciones. Un grupo de periodistas, entre los que se encontraban Cesar Falcón, Valdelomar y el propio Mariátegui, decidieron organizar una inocente travesura que terminó en un escándalo mayúsculo. Convencieron a la Ruscaya, para que danzara en el cementerio de Lima la pieza musical “La marcha fúnebre” de Chopín, a la medianoche. (Mímica de Danza) En plena actuación de la bailarina llegó la policía y detuvieron a todos los presentes. Unas horas después fueron liberados y la Ruscaya partió rumbo a su patria. Y así llegamos a 1920: la guerra había terminado hacía dos años atrás. Y pese a las graves consecuencias que dejó, la gente trataba de divertirse. La moda en especial femenina dio un vuelco de 180 grados. Las faldas se acortaron, los amplios moños y peinados cambiaron en más cortos. Algunas prendas parecían atrevidas y no faltaban algunos detractores que decían que estas la usaban las mujeres de la vida alegre en los burdeles o “puticlubs”, como llamaban a esos lugares en España…. ¡Oh España lo que te esperaba…! Pero de aquel país hablaremos después. La moda masculina también sufrió algunos cambios: se puso de moda un sombrero de paja rígido y de ala corta llamado “Sarita”, debido a que se parecía al que usaba una actriz francesa muy famosa llamada Sara Bernhardt. Los cabellos se engominaron y todos al son de un nuevo y frenético ritmo musical que surgía con la nueva década: “El Charleston”, de origen norteamericano. Baile con la cual la humanidad trataba de olvidar los errores de la guerra. Aquí en Perú, gobernaba Don Augusto B. Leguia, que permaneció 11 años en el poder. La clase obrera se puso en pie de lucha para obtener justas soluciones a sus reclamos, con el apoyo de los estudiantes universitarios. Mientras que Rusia se convulsionaba con la Segunda Revolución Rusa. España se paralizaba por una huelga general, el asunto de la espía bailarina Mata – Hari, el inicio de un nuevo género que mantendría a la humanidad con mucha expectativa: Las Radionovelas. En EEUU: la Cosa Nostra, la ley seca y el charleston… (Se oye un poca más de esa música) (Baile del Charleston) Desde Italia nos llegaba la voz del gran tenor Caruso. En la danza destaca la gran Isadora Duncan. El cine hacía furor con sus grandes figuras: Rodolfo Valentino, Gloria Swanson, Buster Keaton, Greta Garbo y el graciosísimo Charles Chaplin. (Sale Chaplin con una pequeña escena) Con el dinero que gané en un concurso literario organizado por la sociedad cultural “Entre Nous”, edité mi segundo libro de poemas titulado “Trilce”. Era el año de 1922. Pero no fue bien recibido por la intelectualidad limeña. Quizás era un libro muy difícil. Me sentí muy triste por eso.
ESPERGESIA.
Yo nací un día que Dios estuvo enfermo.
Todos saben que vivo,
que soy malo; y no saben del diciembre de ese enero.
Pues yo nací un día que Dios estuvo enfermo.
Hay un vacío
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en mi aire metafísico que nadie ha de palpar: el claustro de un silencio que habló a flor de fuego.
Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.
Hermano, escucha, escucha... Bueno. Y que no me vaya sin llevar diciembres, sin dejar eneros.
Pues yo nací un día que Dios estuvo enfermo.
Todos saben que vivo,
que mastico... y no saben por qué en mi verso chirrían, oscuro sinsabor de féretro,
luyidos vientos desenroscados de la Esfinge preguntona del Desierto.
Todos saben... Y no saben
que la Luz es tísica, y la Sombra gorda...
Y no saben que el misterio sintetiza... que él es la joroba
musical y triste que a distancia denuncia el paso meridiano de las lindes a las Lindes.
Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo, grave.
Solo algunos escritores jóvenes y los estudiantes universitarios se han estremecido con el mensaje de mi libro… Yo me sentí ridiculizado por los comentaros de algunos críticos… Hoy más que nunca, siento la necesidad de hombre y de artista de ser libre ¡Si no he de ser libre hoy no lo seré jamás! Disculpen que me deje llevar por la tristeza. Albert Einstein recibe el premio Nobel de Física, Enrico Caruso muere, Mussolini marcha sobre Roma y es descubierta la tumba del Faraón Tutan Kamon. Valdelomar decía: “El Perú es Lima, Lima es el Jirón de la Unión… el Jirón de la unión es el Palais Concert, luego, el Perú es el Palais Concert. “Algunos escritores estaban influenciados por D`annunzzio y Wilde, y cómo sus émulos criollos solían blanquearse el rostro con polvo de arroz. Casi toda la influencia literaria, moda y estilo de vida venía de Europa. El Palais Concert era una confitería de estilo francés. Allí una orquesta de damas vienesas tocaba dulces valses, animadas mazurcas y piezas de Schubert y Strauss... Se servían refrescos, coctails, dulces de estilo francés, además las mejores pastas. Abría sus puertas a las 12 del día y a las 6 de la tarde desfilaba toda Lima. Era el año de 1923 y comienza a organizarse y proliferar empresas de espectáculos folclóricos. Se instituye el 24 de junio como “El día del Indio”. Se populariza la música criolla e indígena. Los salones aristocráticos se abren a la marinera y al huayno, además de hacer su entrada triunfal viandas que hasta el momento habían sido propias de fiestas populares como los anticuchos, la papa a la huancaína, el ceviche, los picarones, entre otros…. En la pintura surge José Sabogal, Camilo Blas, Julia Codesido; todos en pintura indigenista. Y en la arquitectura: Manuel Piqueras Cotoli, que embelleció muchas edificaciones dándole un estilo europeo como la Plaza San Martín. En los barrios limeños de Monserrate, Cinco Esquinas, Cocharcas, Bajo el puente
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y en La Victoria, en el Callao, existían grupos que se dedicaban a componer y difundir la música criolla. De ahí surgiría Felipe Pinglo Alva y sus inmortales Valses y Fox Trots… (Música de pasodoble) En el año 1923 gracias a un amigo, tuve la ocasión de viajar a Europa. París era la meta… ¡París! ¡Oh…la…la…! ¡Monsieur!… Madame…. Mademoiselle…. (Música francesa), aquella ciudad con la que todos los artistas intelectuales soñábamos… (Transición). Pero una vez allí tuve que pagar alto el precio del hambre y de la miseria. Durante tres años estuve hospedado en un hotel barato y después en otro peor, sin un centavo. Conseguí trabajo como colaborador en dos revistas, gracias a eso pude mantenerme modestamente. Luego viajé a España, en el año de 1928, a la Unión Soviética. Lenin había fallecido cuatro años antes y Stalin era el nuevo secretario general del partido. Ya de regreso a París conocí a Georgette, una francesita que vivía al frente del hotel donde yo me hospedaba. Nos enamoramos, aquella muchacha sería mi compañera de toda la vida. Y así, en enero de 1929 nos casamos. Viajé nuevamente a Rusia, pero esta vez con Georgette. Luego recorrimos: Berlín, Praga, Viena, Budapest, Florencia, Venecia, Roma, Pisa, Génova y Niza.´ Mientras que en el mundo aparecía el Ku Klux Klan, movimiento racista en contra de los negros. Muere Rodolfo Valentino, el galán más aclamado del cine y su entierro es multitudinario… incluso muchos de sus admiradores se suicidaron. Y hace su aparición el cine sonoro con la película “El cantor de Jazz”. Debido a problemas políticos tuve que viajar a España. Pero en aquel país se vivía un ambiente de gran agitación política… Era el año de 1931… El pueblo español por decisión mayoritaria ha optado por una republica democrática en contra de la monarquía. Pero esto no sería nada fácil y el ambiente febril anunciaba días difíciles y dramáticos para la causa del pueblo español…
¡CUÍDATE ESPAÑA, DE TU PROPIA ESPAÑA!
Cuídate, España, de tu propia España! ¡Cuídate de la hoz sin el martillo, cuídate del martillo sin la hoz!
¡Cuídate de la víctima a pesar suyo, del verdugo a pesar suyo
y del indiferente a pesar suyo! ¡Cuídate del que, antes de que cante el gallo,
negárate tres veces, y del que te negó, después, tres veces! ¡Cuídate de las calaveras sin las tibias,
y de las tibias sin las calaveras!
¡Cuídate de los nuevos poderosos! ¡Cuídate del que come tus cadáveres, del que devora muertos a tus vivos! ¡Cuídate del leal ciento por ciento! ¡Cuídate del cielo más acá del aire y cuídate del aire más allá del cielo!
¡Cuídate de los que te aman! ¡Cuídate de tus héroes! ¡Cuídate de tus muertos! ¡Cuídate de la República! ¡Cuídate del futuro!...
En España trabajé para algunos periódicos y termine de escribir “El Tungsteno”. Además publiqué “Paco Yunque” y las obras de teatro; “Lock – Out”, “Entre dos orillas va el río”, y “Colacho Hermanos”. Durante mi estancia en ese país alterné con lo mejor de la intelectualidad española: Federico García Lorca, gran poeta, escritor y maravilloso amigo que me ayudó el tiempo que permanecí en aquellas tierras, tratando de conseguir que se represente mis obras de teatro incluso prestándome algún dinero. También conocí a Antonio Machado, Rafael Alberti, Don Miguel de Unamuno, entre otros. ¡Ah! ¡Qué tertulias aquellas!..... Pero la situación se tornaba más difícil cada vez. Debido a los acontecimientos, pudimos regresar a París.
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Desde Argentina nos llegaba una voz llena de sentimientos y tristeza: la de Carlos Gardel. Llegamos a París y con ello a la pobreza extrema. Tuvimos que enfrentar una trágica situación económica y mudarnos constantemente de domicilio…. Y comiendo media ración de papas y arroz que Georgette preparaba en una lamparilla de petróleo…. Mientras que Luis Amstrong nos deleitaba con el jazz (Se oye una melodía), en Asturias los mineros causaban una revolución, Mao Tse‐Tung realizaba una larga marcha. Y una sombra que traería el horror y la guerra se acercaba desde Alemania…. Adolfo Hitler…. Llegamos al año 1936: se produce un escándalo en la familia real inglesa porque Eduardo VIII deja el trono para casarse con la Señora Simpson, viuda y plebeya. En el cine Marlene Dietrich causa furor; se inician los juegos olímpicos en Berlín. En España estalla la guerra civil y es asesinado cobardemente Federico García Lorca… (Ruido de balas y música dramática Española).
INVIERNO EN LA BATALLA DE TERUEL
¡Cae agua de revólveres lavados! Precisamente,
es la gracia metálica del agua, en la tarde nocturna en Aragón,
no obstante las construídas yerbas, las legumbres ardientes, las plantas industriales.
Precisamente, es la rama serena de la química, la rama de explosivos en un pelo,
la rama de automóviles en frecuencias y adioses.
ESPAÑA, APARTA DE MÍ ESTE CÁLIZ.
Niños del mundo, si cae España ‐digo, es un decir‐
si cae salid, niños del mundo; id a buscarla!...
….. De todo esto surge los “Poemas Humanos” y “España aparta de mi este cáliz”.
MASA.
Al fin de la batalla, y muerto ya el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: "No mueras, te amo tanto!" Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Se le acercaron dos y repitiéronle:
"No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!" Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando: "¡Tanto amor y no poder nada contra la muerte!" Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Le rodearon millones de individuos,
con un ruego común: "¡Quédate, hermano!" Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Entonces, todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vió el cadáver triste, emocionado; incorporóse lentamente,
abrazó al primer hombre; echóse a andar...
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Se avecinaba una segunda guerra mundial… Quizás todo esto: el hambre, la miseria, las injusticias, el dolor, terminaron por vencerme físicamente.
PIEDRA NEGRA SOBRE PIEDRA BLANCA.
Me moriré en París con aguacero, un día del cual tengo ya el recuerdo. Me moriré en París y no me corro
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño. Jueves será, porque hoy, jueves, que proso estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto, con todo mi camino, a verme solo. César Vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada; le daban duro con un palo y duro también con una soga; son testigos los días jueves y los huesos húmeros, la soledad, la lluvia, los caminos...
(Se pone su sombrero) Allí pronto…. Navajas…. Me voy a España…. (Desaparece en humo)...
LOS NUEVE MONSTRUOS
Y, desgraciadamente, el dolor crece en el mundo a cada rato,
crece a treinta minutos por segundo, paso a paso, y la naturaleza del dolor, es el dolor dos veces y la condición del martirio, carnívora, voraz,
es el dolor dos veces y la función de la yerba purísima, el dolor
dos veces y el bien de ser, dolernos doblemente.
Jamás, hombres humanos, hubo tanto dolor en el pecho, en la solapa, en la cartera,
en el vaso, en la carnicería, en la aritmética! Jamás tanto cariño doloroso,
jamás tanta cerca arremetió lo lejos, jamás el fuego nunca
jugó mejor su rol de frío muerto! Jamás, señor ministro de salud, fue la salud
más mortal y la migraña extrajo tanta frente de la frente!
Y el mueble tuvo en su cajón, dolor, el corazón, en su cajón, dolor, la lagartija, en su cajón, dolor.
Señor Ministro de Salud: ¿qué hacer?
¡Ah! desgraciadamente, hombre humanos, hay, hermanos, muchísimo que hacer…
TELÓN…