Obras del Místico Doctor San Juan de la Cruz.

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Obras del Místico Doctor San Juan de la Cruz. NOCHE OSCURA DEL ALMA.

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Obras del Místico DoctorSan Juan de la Cruz.

NOCHE OSCURA DEL ALMA.

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Obras del Místico Doctor

San Juan de la CruzEDICIÓN CRITICA

y la más correcta y completa de las publicadashasta hoy con introducciones y notas del

Padre Gerardo de San Juan de la Cruz,

Carmelita Descalzo,

y un epílogo delExorno. Sr. D. Juan Vazquez de Mella.

Fray Juan de la Cruz… esmuy espiritual y de grandesexperiencias y letras.

(SANTA TERESA, CARTA

CCXIX.)

NOCHE OSCURA DEL ALMA

TOMO SEGUNDO

pp. XI-134

TOLEDO – 1912IMPRENTA, LIBRERÍA Y ENCUADERNACIÓN DE VIUDA É

HIJOS DE J. PELÁEZCOMERCIO, 55, Y LUCIO, 8, TELÉFONOS 31 Y 32.

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Es propiedad.Queda hecho el depósito quemarca la ley.

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Arzobíspado de Toledo.

Por lo que á Nos corresponde, y teniendo epcuenta el informe favorable del Censor,concedemos nuestra licencia para que puedaimprimirse y publicarse el segundo tomo de laobra titulada Obras de San Juan de la Cruz,que desea publicar el Reverendo Padre Gerardode San Juan de la Cruz, Carmelita Descalzo.

Hágase constar esta licencia al principio decada uno de los ejemplares, y remítanse dos delos mismos ó nuestra Secretaría de Cámara yGobierno.

Lo decretó y firma Su EminenciaReverendísima el Cardenal Arzobispo, mi Señor,de que certifico.

† El Cardenal Arzobispo.Por mandado de Su Emcia. Rvdma.Dr. Antonio Alvaro, Arcediano,

Secretario,

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NOCHE OSCURA

por el Mistico Doctor San Juan de la Cruz.

(Comprende la purgación pasiva del sentido y del espirita.)

INTRODUCCIÓN Á LA NOCHE OSCURA.

I. Objeto de este Libro.

TRATA la NOCHE OSCURA de la purgaciónpasiva, á la cual podemos llamar la obra de Dios enel alma] no porque sea exclusivamente suya y lacriatura quede reducida á un absoluto quietismo,sino porque el divino poder interviene en ella deun modo extraordinario, y también, por relación ála purgación activa, que se dice ser obra del alma.

La necesidad de dicha purgación para lasalmas que aspiran á ser admitidas al tálamo delDivino Verbo es bien manifiesta, pues evidentees, que sólo Dios puede preparar un corazóndigno de sí; y gran verdad encierran aquellaspalabras que nuestro Santo dirige al Señordiciendo: «¿Cómo se levantará á Ti el hombreengendrado y criado en bajezas si no le levantastú, Señor, con la mano que le hiciste?»1 Necesitan,pues, tales almas que Dios las purifique y levantedel polvo de su vileza antes de unirlas consigo,todo lo cual es obra de la NOCHE OSCURA.1 Oración del alma enamorada.–En otra parte escribe el mismo Santo: «Porquepor más que el alma se ayude, no puede ella por su industria activamentepurificarse de manera que esté dispuesta en la menor parte para la Divinaunión de perfección de amor con Dios, si él no toma la mano y la purga enaquel fuego oscuro para ella.» (Noche oscura, Canción 1.a, verso 1.°, página13.)

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Entradas en ella, comunícalas Dios un rayo de suDivina lumbre, al resplandor del cual contemplanla grandeza de sus pecados; ven al ojo un sinnúmero de imperfecciones que [XIV] antes seescaparon á su vista natural; y conocen muy á lasclaras estar poseídas de muchos afectosdesordenados, de que no han podido desnudarse,á pesar de los esfuerzos que han hecho en lapurgación activa para vaciar su corazón de todolo terreno. A la claridad de esa divina luz palpantambién su natural bajeza y cuánto dista elhombre, por muy limpio que se halle, de la altezade Dios. Esa misma lumbre, derivada de lo alto,no sólo baña en resplandores el entendimiento detan felices almas, sino que también, á manera deardorosa llama, prende en su corazón y leconsume la herrumbre de sus imperfecciones, ypenetrando más en lo interior de él, le comunicasus divinas propiedades.

Explicar cómo lleve Dios á cabo estapurificación, y dar reglas á las almas cómo debenhaberse para no estorbar la operación divina quelas ha de enriquecer de bienes inefables, es lo quese propone el Santo en el tratado de la NOCHE

OSCURA, el cual divide en dos partes: NOCHE

OSCURA DEL SENTIDO y NOCHE OSCURA DEL

ESPÍRITU. Trata en la primera de la purgaciónpasiva del sentido, ó, hablando con más rigor, «de

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la reformación y enfrenamiento del apetito»2. Comienzapara esto mostrando las muchas imperfeccionesque tienen los principiantes en los siete vicioscapitales, á fin de que, «entendiendo ellos la flaquezadel estado que llevan, se animen y deseen que les pongaDios en esta noche, donde se fortalece y confirma el almaen las virtudes, y para los inestimables deleites del amor deDios»3. La pintura que hace de los vicios de losimperfectos es viva y animada, graciosa á lasveces, abundante en profundas observacionessicológicas, y saturada de un grato sabor realista,que demuestra el conocimiento práctico que elSanto tenía de las almas. Estos capítulos, segúndice un escritor moderno, nos revelan la granpotencia de su genio, y son bastante motivo paraque se le reconozca como el más grande maestrode espíritu4.

Mostradas á los principiantes susimperfecciones, trata de la feliz Noche en que hande comenzar á purificarse de todas ellas. [XV]Consiste ésta en una contemplación árida ypurgativa que Dios les infunde5, con el fin dedestetarlos de los pechos de) jugo y sabor

2 Página 56. En otro lugar escribe: «La purgación del sentido sólo es puertay principio de contemplación para la del espíritu, que, como tambiénhabernos dicho, más sirve de acomodar el sentido al espíritu, que de unir elespíritu con Dios», pág. 53.3 Página 6.4 Sono sei capitoli che rivelano tutta la potenza del genio del nostro mistico Dottore e cheda soli sarebbero bastati e bastano perché Egli sia riconosciuto come il piú grande ditutti i maestri di spirito. (Edición italiana de las Obras del Santo, hecha en1912 por el Sacerdote Paolo Töth, pág. LXXXII del tomo I.)

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sensitivo, á que ellos andaban muy arrimados,para que así se acostumbren á otro manjar mássólido, que los hará crecer más en la virtud. Poneluego el Místico Doctor tres señales por las quehan de conocer las almas si la sequedad quepadecen proviene de la contemplación en queDios comienza á entrarlas, ó de tibieza, ó deindisposición corporal. La primera consiste enadvertir que no hallan gusto ni consuelo en cosaalguna criada. La segunda en sentir que traenordinariamente la memoria en Dios con solicitudy cuidado penoso, pensando que no le sirven,sino que vuelven atrás. La tercera en ver, que nopueden ya meditar ni discurrir, aprovechándosedel sentido de la imaginación como antes solían6.Enséñales después el Santo cómo se han de haberen estas sequedades, que es procurar no discurrir,teniendo una atención quieta y amorosa á Dios, ytermina la NOCHE DEL SENTIDO poniéndolesdelante los grandes provechos que de ellas se lesseguirán, si sufren varonilmente sus penalidades,los cuales son, profundo conocimiento de susmiserias y de la alteza de las perfecciones divinas,destierro de los vicios capitales y crecimiento enlas virtudes que á ellos son contrarias, ordinaria

5 Páginas 25, 30, 34, etc. Véase también la Médula mística, del PadreFrancisco de Santo Tomás, C. D., trat. IV, cap. VIII, n.° 42, y Des grâcesd'oraison del P. Poulain, S. J., pág. 202 y siguientes de la edición de 1909,obras en que se expone el verdadero concepto de la noche del sentidosegún la mente del Santo.6 Página 28 y siguientes.

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memoria de Dios y vivas ansias de amarle, conotras muchas virtudes largas de enumerar.

Sigue la NOCHE OSCURA DEL ESPÍRITU,blanco á donde principalmente dirige su pluma elMístico Doctor, «por haber de ella, como dice,muy poco lenguaje, así de plática como deescritos, y aun de experiencia muy poco»7.

En esta dichosa noche no entran las almasluego que han salido de las sequedades y aprietosde la anterior, sino que, como dice el Santo, suelepasarse harto tiempo, y aun años, antes que Diosen ella las meta8. Como padre amoroso yprovidente las prepara en ese intervalo para lasterribles pruebas porque han de pasar,regalándolas para esto con celestiales mercedes,consuelos, éxtasis y revelaciones. Así dispuestas,las entra en esa oscura, horrenda y [XVI]tempestuosa noche del espíritu, donde lasafliciones que en ella padecen, especialmente lasalmas que á gran perfección quiere Dios levantar,son tan hondas, que no hay penas en este mundo-á que las poder comparar. Robado el gusto ysabor espiritual á la parte sensible, oscurecido conespantosa tiniebla el entendimiento, puesta enterrible aprieto la voluntad y cercada de grandeaflicción y angustia la memoria, hállanse rodeadaspor todas partes de dolor, y miran cerradas todaslas puertas por donde les entraban sus alegrías.

7 Página 26.8 Página 51.

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Auméntales estas penas el recuerdo de su pasadafelicidad, la que juzgan se acabó ya para ellas, y selas amarga también muy mucho el verse comoimpotentes para elevar su corazón á Dios. Noson estos trabajos, á pesar de ser tan grandes, losmayores que padecen. La aflicción para ellas másterrible les nace del profundísimo conocimientode sus miserias y pecados. El mirarse por unaparte sumamente abominables delante de Dios, yel sentirse por otra como abandonadas ydesechadas de él para siempre (de lo que sejuzgan muy dignas), es un tormento indeciblepara su corazón. Cuando tal pena sufren bienpueden decir, que Dios ha descargado sobre ellaslas olas de todas las tribulaciones, y que se venrodeadas y cercadas de los dolores de la muerte ydel infierno9.

La causa principal de todos estos aprietos esla contemplación infusa, la cual, por embestir aquíen el alma con más fuerza que en la NOCHE DEL

SENTIDO, la hace penar más terriblemente. Nonace, sin embargo, directamente de ella la pena,

9 Con otros muchos géneros de penas acostumbra Dios purificar á lasalmas escogidas, como son, visiones y atormentamiento de demonios;tentaciones violentas de impureza, infidelidad y blasfemia; enfermedades,deshonras, desprecios, persecuciones de los buenos, etc. Estas pruebasson, como dice un autor, partes variables y accesorias de la purificación,(Saudreau, Los grados de la vida espiritual, tomo 1° pág. 282 de la edición deBarcelona, 1906.) Por eso el Místico Doctor no habla de algunas de ellas, yse ocupa principalmente de las arriba nombradas, que son, por decirlo así,la parte esencial de la noche del espíritu.

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sino de las disposiciones del sujeto que la padece,las cuales son contrarias á sus propiedades10.

Los efectos que esta luz infusa causa en lasalmas que no ponen obstáculo á su operación,son admirables. Consúmeles por completo laescoria de sus hábitos imperfectos (cosa que nopudo hacer la purgación del sentido)11 fortifica laparte sensible, para que no desfallezca comoantes en los recibos del cielo, vacia sus potenciasde las aprensiones de objetos terrenos, parallenárselas de noticias de los [XVII] divinos,adelgaza su espíritu á fin de que pueda percibir elsabor de las cosas celestiales, alumbra suentendimiento, enriquece su memoria con santosrecuerdos, y pone en su voluntad una grandeinflamación de amor, diferentísima de la que sedijo en la noche del sentido, y tan superior á ellacomo lo es el alma al cuerpo, la parte espiritual ála sensible12. Juntamente con esto adorna al almacon una hermosa librea de tres colores, con lacual disfrazada, puede subir por la secreta escalade la contemplación á lo alto de la unión de amor,sin que sus tres enemigos, mundo, demonio ycarne, puedan descubrirla é impedirla el paso13.

Estas son, en suma, las materias que explica elMístico Doctor en la NOCHE OSCURA DEL

10 Llama de amor viva, Canc. 1.a, ver. 4.°11 Páginas 53 y 56.12 Páginas 85 y 92.13 Página 109 y siguientes.

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ESPÍRITU. Noche que pinta con todas suspenalidades y lobregueces de la manera másadmirable que nadie lo haya hecho. Siendo deesto la causa el haber pasado su alma por todasellas, y al mismo tiempo el profundoconocimiento que tenía de los arcanos de lasDivinas Escrituras.

A este tratado seguían otros dos en queexplicaba, según lo prometido en el Argumento,varios y admirables efectos de la iluminaciónespiritual y unión de amor con Dios. Mas,desgraciadamente, no se hallan en ninguno de loscódices que existen de su obra, ni se encontrabantampoco en todos aquellos de que la antigüedadnos ha dejado memoria. ¡Pérdida irreparable quenunca lamentaremos bastante!14. [XVIII]

14 En el primer volumen prometí tratar la cuestión, de si el Santo terminóel Libro de la NOCHE OSCURA, y pareciéndome este lugar oportuno, voy áescribir dos líneas sobre ella, no queriendo extenderme por no repetir losmismos argumentos. Es mi opinión, que el Místico Doctor le concluyó;pues no es creíble que empezara á componer otros libros sin haberterminado primero éste. Y aun dado caso que lo hiciera, tiempo tuvodespués muy sobrado, según probé en otra parte, para concluirle. Pruébaseademás que verdaderamente le acabó por lo que dice en el Prólogo de laLlama de amor viva, donde escribe: «Aunque en las Canciones que arribadeclaramos hablamos del más perfecto grado de perfección á que en estavida se puede llegar, que es la transformación en Dios, todavía estasCanciones tratan del amor ya más calificado». En estas palabras, según elparecer autorizado de Fray Andrés de la Encarnación, hace el Santoreferencia á las Canciones de la NOCHE OSCURA; y en este supuesto, deellas se colige que la ha concluido; pues dice haber declarado Cancionesque tratan de la transformación del alma en Dios, que son precisamente lasque hoy se hallan sin declarar.Opine cualquiera lo que le plazca sobre el valor de estos argumentos, yoseguiré creyendo siempre que San Juan de la Cruz declaró todas lasCanciones de la NOCHE OSCURA, abrigando al mismo tiempo una muy

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II. División.

En dos libros aparece dividido en lasimpresiones el tratado de la NOCHE OSCURA: nolo dividió así su Venerable Autor, sinosimplemente en NOCHE OSCURA DEL SENTIDO yNOCHE OSCURA DEL ESPÍRITU, sin dar á ningunaparte el título de libro. La noticia no es de muchaimportancia, pero merece consignarse.

Por lo que toca á la división en capítulos conque hasta ahora se ha impreso, tampoco es suya.Hé aquí cómo aparece dividida una y otra Nocheen todos los manuscritos, excepción hecha deuno15:

NOCHE OSCURA DEL SENTIDO.–Después delArgumento, las Canciones y una especie deAdvertencia, pone el Autor la primera canción y ladeclara en general: á esta Declaración siguen ochopárrafos distintos con un encabezamiento de loque tratan, que es de las imperfecciones quetienen los principiantes en cada uno de los

fundada y triste convicción de que la explicación de las últimas jamás lallegará á leer ninguno de los mortales.Para suplir en parte esta falta publicaré como Apéndice en el volumen IIIlos Comentarios de la insigne Cecilia del Nacimiento, Carmelita Descalza,á diecisiete liras (de las que es también autora) sobre la noche oscura delalma, obra de tan alta penetración mística y exquisito gusto literario comoverán mis lectores.15 Este es el que poseen los Carmelitas Descalzos de Toledo. Se diferenciade los demás en dividir la NOCHE DEL SENTIDO en capítulos, en tanto quelos otros lo hacen en párrafos. Esta división, sin embargo, no la continúahasta el fin, pues desde el capítulo décimo la abandona, siguiendo en todolo restante del tratado la división de los otros códices, con los cuales estáconforme también en dividirlo en NOCHE OSCURA DEL SENTIDO yNOCHE OSCURA DEL ESPÍRITU.

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pecados capitales. Vuelve luego á repetir el primerverso, entrando ya propiamente en sudeclaración, la cual comprende tres párrafos, quevan sin numerar: el primero no lleva titulo, losotros dos si16. Hecho esto, explica brevemente, ypor separado, los versos segundo y tercero. Laexplicación del cuarto la divide en dos párrafos, elsegundo de los cuales encabeza con un sumariode lo que trata. Expone finalmente el versoquinto, y termina con esto la NOCHE DEL

SENTIDO.NOCHE OSCURA DEL ESPÍRITU.–La división

de esta segunda noche es menos embarazosa quela anterior. Pone en un principio, como preludio,dos párrafos con sus títulos correspondientes;sigue la Anotación de la primera estrofa, y ácontinuación explica las canciones por el mismométodo que las del Cántico espiritual y la Llamade amor viva, sin poner sumario ni hacer divisiónalguna en la explicación de los versos, noobstante de ser, por lo general, muy extensa.[XIX]

Estas divisiones de una y otra parte de laObra, hechas por el Autor, hubiera yoabsolutamente conservado, á no habérmeloimpedido poderosos motivos. Por lo que toca á laNOCHE DEL ESPÍRITU, no obstante la sencillez desu división, hubiera resultado sumamente pesada

16 Por ser continuación del mismo verso, se ha seguido la numeración delos párrafos. Así lo hace también el Manuscrito de Sevilla.

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su lectura. Versos hay cuya explanacióncomprende doce, dieciocho y hasta veintiséispáginas. De ponerlos sin partición ni sumarioalguno de lo que tratan, además de fatigar allector, tendríamos el inconveniente, de que estaparte no guardaría uniformidad con la primera.

En cuanto á la NOCHE DEL SENTIDO, nohabiéndose hecho en ella otra cosa que ponernumeración á varios párrafos y á dos de ellosencabezamiento (al nono del primer verso y alúnico del verso quinto) creo era bastante razónpara obrar así el que todos fueran uniformes.

La división de toda la obra es sencillísima, ámi entender, pues se reduce á lo siguiente: Tantouna noche como otra se divide en Canciones; éstasen versos, y éstos, á su vez, cuando la explicaciónes larga, en párrafos.

He conservado también la división decapítulos que hacían las ediciones anteriores17, conel fin de facilitar á los estudiosos y críticos el quepuedan comparar el texto de aquéllas con el de lapresente.

En todo esto no he procedidoarbitrariamente, sino que he seguido (como enalgunas otras cosas), el sabio dictamen del PadreFray Andrés de la Encarnación, expuesto por élen las siguientes palabras: «La partición, escribe,de los dos libros de la Noche oscura, podía ser en

17 Esto es lo que indica la línea que va entre paréntesis debajo de cadapárrafo.

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canciones y versos; y cuando la declaración deéstos es larga, dividir cada una de estasdeclaraciones en los párrafos que convenga, almodo que se hizo en la canción tercera de laLlama. El partir en párrafos, es práctica del Santoen alguna parte; y de este modo se sigue en todosu intento. No quita ésto se pongan los títulosque hay ahora donde están; sólo que se debenllamar párrafos, no capítulos. Y para no olvidardel todo lo antiguo, donde se hallan aquellostítulos, ó donde hoy empiezan los capítulos, sepuede poner esta margen: «Cap. I, II., etc.», sindecir en la margen más: que así lo han practicadolos Maurinos con diversas obras de SantosPadres, si no estoy trascordado18. [XX]

III. Manuscritos consultados para corregir este Libro.

Firme en mi propósito de dar al público eltexto de los escritos del Místico Doctor con lamayor corrección posible, he consultado, endefecto de los originales, cuantos manuscritos hepodido hallar del tratado de la NOCHE OSCURA.Afortunadamente se conservan bastantes, y casitodos ellos son completos. De los que tengonoticia, y con los que he comparado el texto quehasta aquí corría impreso, son los siguientes:

1.° El Manuscrito 3.446 de la BibliotecaNacional.–Contiene solamente el tratado de la

18 Notas para una edición corregida de N. P. San Juan de la Cruz, en el papel quelleva por título Variantes y enmiendas.

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NOCHE OSCURA, y es, á mi juicio, el más correctode todos los traslados que conozco. Perteneció álos Carmelitas Descalzos de Sevilla, del Conventode los Remedios, quienes hicieron donación de élá nuestro Archivo general. Por eso le cito con eltítulo de Hispalense.

2.° El Manuscrito 12.658. – De los escritos delSanto no contiene más que la NOCHE OSCURA yalguna poesía dudosa. Es también bastantecorrecto. Lo adquirió en Madrid para el Archivode la Orden Fray Andrés de la Encarnación. Leconocerá el lector con el nombre de códiceMatritense.

3.° El Manuscrito 8.795.–Excepto el libro de laSubida del Monte Carmelo, se encuentran en él todoslos tratados del Místico Doctor, aun el de lasEspinas de espíritu. Fué de las Carmelitas de Baeza,quienes lo regalaron al Archivo general. Se citacon el nombre de su primera procedencia.

4.° El Manuscrito 18.160.–Vino á la BibliotecaNacional de la librería de Gayangos. Contiene tresde los tratados de San Juan de la Cruz, y ademáscuatro capítulos de la Subida del Monte Carmelo.(Véase la pág. 21 del tomo 1 de estas Obras.) Secita con el nombre de su antiguo poseedor.

5.° El Manuscrito 13.498. – De éste se habló enla pág. 20 del primer tomo. Se debe notar que laNOCHE OSCURA no la trae compendiada, como laSubida, sino completa. Fáltale, sin embargo, media

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hoja del párrafo que trata de la lujuria espiritual, laque ha sido cortada de propósito.

6.° El Manuscrito 6.624. [XXI]7.° El Manuscrito de los Carmelitas Descalzos de

Alba de Tormes.8.ü El Manuscrito de las Carmelitas de Pamplona.–

Tanto de éste como de los tres anteriores, se dionoticia en el tomo I, páginas 19 y 20.

9.° El Manuscrito 12.411.–Contiene variosescritos del Santo. La NOCHE OSCURA la traecompendiada.'Le poseyeron en un principio losCarmelitas de Ecija, quienes hicieron graciosadonación de él al Archivo general de la Descalcez.Se le citará con el nombre del Convento á queperteneció.

10.° Un códice que poseen las Carmelitas Descalzasde la ciudad de Toledo.–Contiene, además de laNOCHE OSCURA, la LLAMA DE AMOR VIVA. Tienepocas y ligeras incorrecciones.

11.° Otro códice que se halla en el Archivo de losCarmelitas Descalzos de la referida ciudad.–Hablóse deél en el tomo 1, pág. XXXIII. Le faltan variospárrafos, que sin duda omitió el copista porjuzgarlos menos útiles para su intento. No sonninguno de los interesantes que ahora por vezprimera se dan á luz. A pesar de estos lunares,merece bastante crédito, pues trae el texto varias

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veces más correcto que algunos de los mejoresmanuscritos19.

12.° Copia de los principales trozos que se omitieronen las ediciones de los escritos de San Juan de la Cruz,hecha por Fray Andrés de la Encarnación, y sacada devarios manuscritos antiguos. (Véase el códice 3.653 dela Biblioteca Nacional)20.

Todos estos documentos están concordesentre sí en los puntos esenciales, pruebainequívoca de que representan el texto genuinodel Místico Doctor. [XXII]

IV. Correcciones y citas.

19 En el Catálogo de los escritores Carmelitanos se pone un Fray Juan de laCruz distinto del Místico Doctor, del cual se dice (y es el único hecho quese narra de su vida), que escribió un libro intitulado: NOCHE OSCURA DEL

SENTIDO Y DEL ESPÍRITU, cuyo manuscrito se conserva en el Convento deToledo. (Vide Patrem Martialem a S.Joanne Baptista, Bibliotheca scriptorumCarmelitarum excalceatorum. tomo I, pág. 230, et Patrem Bartholomœum a S.Angelo, Cathalogus Scriptorum Carmelitarum Excalceatorum, tomo 1, pág. 296.)Es una manifiesta equivocación, pues el manuscrito á que se refieren loscitados escritores, necesariamente es el que arriba acabamos de mencionar,porque consta por documentos antiguos no haber existido en losCarmelitas de Toledo otro manuscrito de la NOCHE OSCURA DEL SENTIDO

Y DEL ESPÍRITU, que el referido del Santo Padre. En esto mismo reparó yaun erudito Carmelita Descalzo (Memorias historiales de Fray Andrés de laEncarnación, tomo IV, letra X, núm. 3.) Debe, por tanto, quitarse dedichos Catálogos ese Fray Juan de la Cruz, que jamás ha existido; así comopor el contrario es necesario añadir muchísimos escritores que no estánincluidos en ellos.20 En el mismo códice se halla un escrito en el que se indican lasenmiendas que se habían hecho en el texto que corría impreso,consultando para ello varios manuscritos. Nótanse también las variantesque éstos tenían entre si. Mas todo este trabajo está hecho de tal manera,que si no es teniendo á la vista el manuscrito que allí se cita (el que pordesgracia ha desaparecido), apenas se puede utilizar nada de él. Algúnservicio, sin embargo, me ha prestado.

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Correcciones.–Numerosas son las que se hanhecho en este Tratado. La mayor parte de ellasatañe tan sólo al estilo, el cual, como se dijo enotro lugar, se pretendió limar en muchos puntos,quitándole con esto el carácter propio del MísticoDoctor, y robándole la naturalidad. Algunas serefieren á palabras y sentencias introducidas en eltexto con el fin de aclararle, ó de atenuarexpresiones que, tomadas á la letra, parecen decirmás de lo que pretendió el Autor. Las restantes,que no son pocas, se refieren principalmente ásentencias y párrafos omitidos en todas lasediciones hechas hasta el presente. Estas partesmutiladas son de capitalísima importancia, pues ámás de darnos á conocer mejor el carácter y lostalentos de San Juan de la Cruz, sirven paraentender más claramente su doctrina21.21 Acerca de las autoridades latinas de la Sagrada Escritura, debo confesarque he suprimido en los tratados de este volumen menos de las queprometí. Daré la razón de este proceder. El manuscrito á que llama elSanto borrador, del primer Cántico y que tiene valor de original, traebastantes; y estando conformes con él, tanto la edición de Bruselas, hechasin duda por el códice que llevó allí la Venerable Ana de Jesús, como elmanuscrito de las Carmelitas de Jaén y otros, perteneciendo ya al 1.°, ya al2.° Cántico, se saca en consecuencia, que esos textos latinos los puso elSanto. Ahora bien, observándose lo mismo en los traslados que he visto dela Subida, parece indudable que esa misma costumbre debió observar elAutor en la NOCHE OSCURA y Llama de amor viva, sobre todo en la primera,por haberla escrito entre la Sabida y el Cántico, que no es probable mudarade proceder á cada paso.A pesar de esta razón, las copias que existen de uno y otro Tratado (lascuales son en crecido número), no ponen sino como una media docena detextos latinos, lo que es argumento bastante poderoso en contrario. ¿Seráque el Místico Doctor por alguna razón particular no los puso, ó que losprimeros que sacaron traslados de los originales los omitieran? Me inclinoá creer lo segundo, y por ese motivo he suprimido muchas de esas

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Citas.–La uniformidad que, según arriba sedijo, guardan los manuscritos, me excusa elcitarlos al pie de las correcciones que se hanhecho. Hágolo, sin embargo, cuando hay algunadivergencia entre ellos, y á veces también cuandoestán mendosos, citándolos por regla general enestos casos con el título indicado en el párrafoanterior. En tres ó cuatro lugares los cito con lasabreviaturas siguientes: A. manuscrito de Alba; B.de Burgos; C. de Calatayud; G. de Gayangos; H.el Hispalense; M. de las Madres Carmelitas deToledo; Matr. el Matritense; P. de Pamplona; T.de Carmelitas de Toledo. En [XXIII] cuanto á lascitas de las correcciones, adiciones y supresiones,suelo hacerlas lo mismo que en la Subida del MonteCarmelo. La letra a significa que aquellas palabrasó párrafos se han añadido; la c, que se hacorregido aquel pasaje, y la s, que se hansuprimido algunas palabras interpoladas en eltexto. Advierto que no se notan todas lasenmiendas, sino solamente las que tienen algunaimportancia.

Por lo que toca á las notas, he procuradoponer solamente las que he juzgado másindispensables, porque es muy enojoso al lector

autoridades. Para saber cuáles debían dejarse he observado que el Santoacostumbra sólo ponerlas (y esto no siempre), cuando cita el texto íntegroen castellano, en otros casos no.Aquí pongo fin á esta cuestión, la cual, como se ve, no es de granimportancia, y el resolverla en uno ú otro sentido no atañe á la fidelidad delas copias.

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tener que cortar con frecuencia el hilo de lalectura, y por tener muy presente que el objeto demi trabajo no es comentar los escritos de SanJuan de la Cruz, sino editarlos con la mayorcorrección posible.

Toledo, 20 de Septiembre de 1912.Fray Gerardo de San Juan de la Cruz.

Carmelita Descalzo

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NOCHE OSCURA

Declaración de las canciones del modo quetiene el alma en el camino espiritual para llegar ála perfecta unión de amor con Dios, cual sepuede en esta vida. Dícense también laspropiedades que tiene en sí el que ha llegado á ladicha perfección, según en las mismas cancionesse contiene.

ARGUMENTO

EN este Libro se ponen primero todas lasCanciones que se han de declarar; y después sedeclarará cada una de por sí, poniendo la Canciónantes de la declaración, y luego se va declarandode por sí cada verso, poniéndole también alprincipio. En las dos primeras Canciones sedeclaran los efectos de las dos purgacionesespirituales: de la parte sensitiva del hombre y dela espiritual. En las otras seis se declaran varios yadmirables efectos de la iluminación espiritual yunión de amor con Dios.

CANCIONES DEL ALMA

1.–En una noche oscuraCon ansias en amores inflamada,¡Oh dichosa ventura!Salí sin ser notada,Estando ya mi casa sosegada. [2]

2.–A oscuras, y seguraPor la secreta escala disfrazada,¡Oh dichosa ventura!

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A oscuras, y en celada,Estando ya mi casa sosegada.

3.–En la noche dichosaEn secreto, que nadie me veía,Ni yo miraba cosa,Sin otra luz y guía,Sino la que en el corazón ardía.

4.–Aquesta me guiabaMás cierto que la luz del medio día,A donde me esperaba,Quien yo bien me sabía,En parte donde nadie parecía.

5.–Oh noche, que guiaste,Oh noche amable más que la alborada:Oh noche, que juntasteAmado con amada,Amada en el Amado transformada!

6.–En mi pecho florido,Que entero para él sólo se guardaba,Allí quedó dormido,Y yo le regalaba,Y el ventalle de cedros aire daba.

7.–El aire de el almena,Cuando yo sus cabellos esparcía22,Con su mano serenaEn mi cuello hería,Y todos mis sentidos suspendía.

8.–Quedéme, y olvidéme,El rostro recliné sobre el Amado,Cesó todo, y dejéme,

22 Así dicen los manuscritos, incluso el de Sanlúcar de Barrameda.

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Dejando mi cuidado,Entre las azucenas olvidado. [3]

COMIENZA LA DECLARACIÓN DE LAS CANCIONESQUE TRATAN DEL MODO Y MANERA QUE TIENE EL ALMA

EN EL CAMINO DE LA UNIÓN DEL AMOR CON DIOS.

Antes que entremos en la declaración de estasCanciones, conviene saber aquí que el alma lasdice estando ya en la perfección, que es la uniónde amor con Dios, habiendo ya pasado por losestrechos trabajos y aprietos, mediante el ejercicioespiritual del camino estrecho de la vida eternaque dice nuestro Salvador en el Evangelio, por elcual ordinariamente pasa el alma para llegar á estaalta y divina unión con Dios. El cual por ser tanestrecho y ser tan pocos los que entran por él(como también dice el mismo Señor) (Matth. VII,14), tiene el alma por gran dicha y ventura haberpasado por él á la dicha perfección de amor,como ella lo canta en esta primera Canción,llamando noche oscura con harta propiedad áeste camino estrecho, como se declara adelante enlos versos de la dicha Canción. Dice, pues, elalma, gozosa de haber pasado por este angostocamino de donde tanto bien se le siguió, en estamanera.

NOCHE DEL SENTIDO

CANCIÓN PRIMERA

En una noche oscuraCon ansias en amores inflamada,

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¡Oh dichosa ventura!Salí sin ser notada,Estando ya mi casa sosegada.

DECLARACIÓN

CUENTA el alma en esta primera Canción elmodo y manera que tuvo en salir, según el afecto,de sí y de todas las cosas, muriendo por verdaderamortificación á todas ellas, y á si misma, paravenir á vivir vida de amor dulce y sabrosa enDios; y dice que este salir de sí y de todas lascosas, fué «En una noche oscura», que aquíentiende por la contemplación purgativa, comodespués se dirá: la cual pasivamente causa en elalma la negación de sí misma y de todas las cosas.Y esta salida dice ella aquí, que pudo hacer con lafuerza y calor que para ello le dió el amor de suEsposo en la dicha contemplación oscura. En locual encarece la buena dicha que tuvo en caminará Dios por esta noche con tan próspero suceso,que ninguno de los tres enemigos, que sonmundo, demonio y carne (que son los quesiempre contrarían este camino), [6] se lo pudieseimpedir; por cuanto la dicha noche decontemplación purificativa hizo adormecer yamortiguar en la casa de su sensualidad todas laspasiones y apetitos según sus movimientoscontrarios.

Dice, pues, el verso:En una noche oscura.

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§ I (Capítulo I). COMIENZA Á TRATAR DE LAS IMPERFECCIONES DE LOS PRINCIPIANTES.

En esta noche oscura comienzan á entrar lasalmas cuando Dios las va sacando del estado deprincipiantes, que es de los que meditan en elcamino espiritual, y las comienza á poner en el delos aprovechados, que es ya el de loscontemplativos, para que, pasando por aquí,lleguen al estado de los perfectos, que es el de laDivina unión del alma con Dios. Por tanto, paradeclarar y entender mejor qué noche sea ésta porque el alma pasa, y por qué causa la pone Dios enella, primero convendrá tocar aquí algunaspropiedades de los principiantes (lo cual, aunqueserá con la brevedad que pudiere, 110 dejará de servirtambién á los mismos principiantes)23, para que,entendiendo la flaqueza del estado que llevan, seanimen24 y deseen que les ponga Dios en estanoche, donde se fortalece y confirma el alma enlas virtudes, y para los inestimables deleites delamor de Dios. Y aunque nos detengamos en elloun poco, no será más de lo que basta para tratarluego de esta noche oscura.

Es, pues, de saber que el alma, después quedeterminadamente se convierte á servirá Dios,ordinariamente lava Dios criando en espíritu [7] yregalando, al modo que la amorosa madre hace al

23 a.24 Las ediciones anteriores, el Ms. G. y el de las Carmelitas de Toledo,dicen: «Para que entiendan la flaqueza del estado que llevan y se animen.»

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niño tierno, al cual calienta al calor de sus pechos,y con leche sabrosa y manjar blando y dulce lecría, y trae en sus brazos y regala; pero á lamedida que va creciendo, le va la madre quitandoel regalo, y escondiendo el tierno amor, póneleamargo acíbar en el dulce pecho, y abajándole de losbrazos, le hace andar por su pie, para que,perdiendo las propiedades de niño, se dé á cosasmás grandes y sustanciales. La amorosa madre dela gracia de Dios, luego que por nuevo calor yfervor de servir á Dios reengendra al alma, esomismo hace con ella. (Sapi. Cap. XVI, 25.)Porque la hace hallar dulce y sabrosa lecheespiritual sin algún trabajo suyo en todas las cosasde Dios, y en los ejercicios espirituales gran gusto;porque le da Dios aquí su pecho de amor tierno,bien así como á niño tierno. Por tanto, su deleitehalla en pasarse grandes ratos en oración, y porventura las noches enteras; sus gustos son laspenitencias; sus contentos los ayunos, y susconsuelos usar de los Sacramentos y comunicaren las cosas Divinas. En las cuales cosas (aunquecon gran eficacia y porfía asisten á ellas y las usany tratan con grande cuidado los espirituales),hablando espiritualmente, comúnmente se hánmuy flaca é imperfectamente en ellas. Porquecomo son movidos á estas cosas y ejerciciosespirituales por el consuelo y gusto que allí hallan,y como también ellos no están habilitados porejercicio de fuerte lucha en las virtudes, acerca de

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estas sus obras espirituales tienen muchas faltas éimperfecciones; porque, en fin, cada uno obraconforme al hábito de perfección que tiene. Ycomo éstos no han tenido lugar de adquirir losdichos hábitos fuertes, de necesidad han de obrarcomo niños, flacamente. Lo cual, para que másclaramente se vea, y cuán flacos van estosprincipiantes en las virtudes acerca de lo que conel dicho gusto con facilidad obran, irémoslonotando por los siete vicios capitales, diciendoalgunas de las muchas imperfecciones que encada uno de ellos tienen. En que se verá clarocuán de niños es el obrar que estos obran. Yveráse también cuántos bienes trae consigo lanoche oscura de que luego habernos de tratar;pues de todas estas imperfecciones limpia al almay la purifica. [8]

§ II (Capitulo II). DE ALGUNAS IMPERFECCIONES ESPIRITUALES QUE TIENEN LOS PRINCIPIANTES ACERCA DEL HÁBITO DE LA SOBERBIA.

Como estos principiantes se sienten tanfervorosos y diligentes en las cosas espirituales yejercicios devotos, de esta prosperidad (aunque esverdad que las cosas santas de suyo humillan) porsu imperfección les nace muchas veces ciertoramo de soberbia oculta, de donde vienen á teneralguna satisfacción de sus obras y de sí mismos. Yde aquí también les nace cierta gana algo vana, y á

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veces muy vana25, de hablar cosas espirituales delantede otros, y aun á veces de enseñarlas más que deaprenderlas, y condenan en su corazón á otroscuando no los ven con la manera de devociónque ellos querrían, y aun á veces lo dicen depalabra, pareciéndose en esto al Fariseo, que sejactaba alabando á Dios sobre las cosas que hacía,y despreciando al Publicano. (Luc. XVIII, 11 y12.) A éstos muchas veces les acrecienta el demonioel fervor y gana de hacer estas y otras obras,porque les vaya creciendo la soberbia ypresunción. Porque sabe muy bien el demonioque todas estas obras y virtudes que obran, nosolamente no les valen nada, mas antes se lesvuelven en vicio. Y á tanto suelen llegar algunosde éstos, que no querrían que pareciese otrobueno sino ellos; y así con la obra y la palabracuando se ofrece, los condenan y detraen:mirando la motica en el ojo de su hermano, y noconsiderando la viga que está en el suyo; cuelan elmosquito ajeno y tráganse su camello. (Matth.VII, 3 y XXIII, 24.)

A veces también, cuando sus maestrosespirituales, como son confesores y prelados, noles aprueban su espíritu y modo de [9] proceder(porque tienen gana que estimen y alaben suscosas), juzgan que no les entienden el espíritu, yque ellos no son espirituales, pues que noaprueban aquéllo y condescienden con ello. Y así25 a.

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luego desean y procuran tratar con otro, quecuadre con su gusto; porque ordinariamentedesean tratar su espíritu con aquellos queentienden que han de alabar y estimar sus cosas.Huyen, como de la muerte, de los que se lasdeshacen para ponerlos en camino seguro, y aun áveces toman ojeriza con ellos. Presumiendomucho de sí mismos, suelen proponer mucho yhacer poco. Tienen alguna vez gana que los otrosentiendan su espíritu y devoción; y para estohacen muestras exteriores de movimientos,suspiros y otras ceremonias, y á veces suelentener algunos arrobamientos, en público más queen secreto, á los cuales ayuda el demonio, y tienencomplacencia en que les entiendan aquello queellos tanto codician. Muchos quieren preceder yprivar con los confesores; y de aquí les nacen milenvidias é inquietudes. Tienen empacho de decirsus pecados desnudos porque no los tengan losconfesores en menos, y vanlos coloreandoporque no parezcan tan malos, lo cual más es irseá excusar que á acusar. Y á veces buscan otroconfesor para decir lo malo, porque el otro nopiense que tienen nada malo, sino bueno, y asísiempre gustan de decirle lo bueno, y á veces portérminos que parezca más de lo que es, á lomenos con gana de que le parezca bueno; comoquiera que fuera más humildad, como luegodiremos, deshacerlo y tener gana de que ni él ninadie lo tuviesen en algo.

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También algunos de éstos tienen en poco susfaltas, y otras veces se entristecen demasiado deverse caer en ellas, pensando que ya habían de serSantos, y se enojan contra sí mismos conimpaciencia, lo cual es otra imperfección. Tienenmuchas veces ansias con Dios porque les quitesus imperfecciones y faltas, más por verse sin lamolestia de ellas en paz, que por Dios; nomirando que si se las quitase, por ventura seharían más soberbios. Son enemigos de alabar áotros, y amigos que los alaben, y á veces lopretenden: en lo cual son semejantes á lasVírgenes locas, que teniendo sus lámparasmuertas, buscan óleo por de fuera. (Matth. XXVI,8.) [10]

§ III (Capítulo II). PROSIGUE LA MISMA MATERIA.

De estas imperfecciones algunos llegan ámuchas muy intensamente, y á mucho mal enellas. Pero algunos tienen menos y otros más, yalgunos solos los primeros movimientos ó pocomás; y apenas hay algunos de estos principiantesque en tiempo de estos fervores no caigan en algode esto. Pero los que en este tiempo van enperfección, muy de otra manera proceden y conmuy diferente temple de espíritu; porque seaprovechan y edifican mucho en la humildad, nosólo teniendo sus propias cosas en nada, mas conmuy poca satisfacción de sí, á todos los demástienen por muy mejores, y les suelen tener una

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santa envidia, con gana de servir á Dios comoellos. Porque cuanto más fervor llevan y cuantasmás obras hacen y gusto tienen en ellas, comovan en humildad, tanto más conocen lo muchoque Dios merece, y lo poco que es todo cuantohacen por él; y así, cuanto más hacen, tantomenos se satisfacen. Que tanto es lo que decaridad y amor querrían hacer por él, que todo loque hacen no les parece nada; y tanto les solicita,ocupa y embebe este cuidado de amor, que nuncaadvierten en si los demás hacen ó no hacen; y así,si advierten, todo es, como digo, creyendo quetodos los demás son muy mejores que ellos. Dedonde teniéndose en poco, tienen gana de que losdemás también los tengan en poco, y les deshagany desestimen sus cosas. Y tienen más: que aunquese las quieran alabar y estimar, en ninguna maneralo pueden creer, y les parece cosa extraña decir deellos aquellos bienes.

Estos, con mucha tranquilidad y humildad,tienen gran deseo de que les enseñe cualquieraque les pueda aprovechar; harto contraria cosa dela que tienen los que hemos dicho arriba, que loquerrían ellos enseñar todo, y aun cuando pareceles enseñan algo, ellos mismos toman la palabrade la boca como que ya se lo sabían. Pero éstosestán muy lejos de querer ser maestros de nadie.Están muy prontos [11] de caminar y echar porotro camino del que llevan, si se lo mandaren,porque nunca piensan que aciertan en nada. De

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que alaben á los demás se gozan; sólo tienen penade que no sirven á Dios como ellos. No tienengana de decir sus cosas, porque las tienen en tanpoco, que aun á sus maestros espirituales tienenvergüenza de decirlas, pareciéndoles que no soncosas que merezcan hacer lenguaje de ellas. Másgana tienen de decir sus faltas y pecados, ó que losentiendan, que no sus virtudes; y así se inclinanmás á tratar su alma con quien en menos tiene suscosas y su espíritu. Lo cual es propiedad deespíritu sencillo, puro y verdadero, y muyagradable á Dios. Porque como mora en estashumildes almas el espíritu sabio de Dios, luego lesmueve é inclina á guardar adentro sus tesoros ensecreto, y echar fuera los males. Porque da Dios álos humildes, junto con las demás virtudes, estagracia, así como á los soberbios la niega.

Darán éstos la sangre de su corazón á quiensirve á Dios, y ayudarán cuanto es en sí á que lesirvan. En las imperfecciones en que se ven caer,con humildad se sufren, y con blandura deespíritu y temor amoroso de Dios, y esperando enél. Pero almas que en el principio caminan en estamanera de perfección, entiendo, como quedadicho, son las menos, y muy pocas que ya noscontentaríamos que no cayesen en las cosascontrarias. Que por eso, como después diremos,pone Dios en la noche oscura á los que quierepurificar de todas estas imperfecciones parallevarlos adelante.

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§ IV (Capitulo III). DE LAS IMPERFECCIONES QUE SUELEN TENER ALGUNOS DE ÉSTOS ACERCA DEL SEGUNDO VICIO CAPITAL, QUE ES LA AVARICIA, ESPIRITUALMENTE HABLANDO.

Tienen muchos de estos principiantestambién á veces mucha avaricia espiritual. Porqueapenas los verán contentos con el espíritu queDios les da, y muy desconsolados y quejososporque no hallan el consuelo que querrían en lascosas espirituales. Muchos no se acaban de hartarde oír consejos y preceptos espirituales, y tener yleer [12] muchos libros que traten de esto, yváseles más el tiempo en ésto que no en obrar lamortificación y perfección de la pobreza interiorde espíritu que deben. Porque demás de ésto secargan de imágenes, rosarios y cruces muycuriosas y costosas; ahora dejan unas y tomanotras; ahora truecan, ahora destruecan; ya lasquieren de esta manera, ya destotra, aficionándosemás á ésta que á aquélla, por ser más curiosa ópreciosa. Ya veréis otros arreados de Agnus Dei, yreliquias y nóminas, como los niños con dijes. Enlo cual yo condeno la propiedad del corazón, y elasimiento que tienen al modo, multitud ycuriosidad de estas cosas; por cuanto es muycontra la pobreza de espíritu, que sólo mira en lasustancia de la devoción, aprovechándose sólo deaquello que basta para ella, y cansándose de esotramultiplicidad y curiosidad de ella; pues que laverdadera devoción ha de salir de corazón, y

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mirar sólo en la verdad y sustancia de lo querepresentan las cosas espirituales, y todo lo demáses asimiento y propiedad de imperfección, quepara pasar al estado de perfección, es necesarioque se acabe el tal apetito. Yo conocí una personaque más de diez años se aprovechó de una cruzhecha toscamente de un ramo bendito, clavadacon un alfiler retorcido al derredor, y nunca lahabía dejado, trayéndola consigo hasta que yo sela tomé; y no era persona de poca razón yentendimiento. Y vi otra, que rezaba por cuentasque eran de esos huesos de las espinas delpescado, cuya devoción es cierto que no era poreso de menos quilates delante de Dios; pues se veclaro que éstos no la tenían en la hechura y valor.Los que van, pues, bien encaminados desde estosprincipios, no se asen de los instrumentos visiblesni se cargan de éstos, ni se les da nada por sabermás de lo que conviene saber para obrar; porquesólo ponen los ojos en ponerse bien con Dios yen agradarle, y en ésto tienen su codicia. Y así congran largueza dan todo cuanto tienen, y su gustoes saberse quedar sin ello por Dios y por lacaridad del prójimo, no me da más quesean cosasespirituales que temporales26. Porque como [13] digo,sólo ponen los ojos en las veras de la perfeccióninterior, que es dará Dios gusto, y no á sí mismosen nada. Pero de estas imperfecciones tampoco,

26 c. En las ediciones hechas hasta aquí, se decía: «Regulándolo todo conlas leyes de esta virtud.»

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como de las demás, se puede el alma purificarcumplidamente hasta que Dios la ponga en lapasiva purgación de aquella oscura noche queluego diremos. Mas conviene al alma, en cuantopudiere, procurar de su parte hacer por purgarse yperficíonarse, porque merezca que Dios la pongaen aquella Divina cura, donde sana el alma detodo lo que ella no alcanza á remediarse. Porquepor más que el alma se ayude, no puede ella porsu industria activamente purificarse de maneraque esté dispuesta en la menor parte para laDivina unión de perfección de amor con Dios, siél no toma la mano y la purga en aquel fuegooscuro para ella cómo y de la manera quehabernos de decir.

§ V (Capitulo IV). DE OTRAS IMPERFECCIONES QUE SUELEN TENER ESTOS PRINCIPIANTES ACERCA DEL TERCER VICIO, QUE ES LA LUJURIA.

Otras muchas imperfecciones más de las queacerca de cada vicio voy diciendo, tienen muchosde estos principiantes, que por evitar prolijidaddejo, tocando algunas de las más principales, queson como origen y causa de las otras. Y acerca delvicio de la lujuria (dejando aparte lo que es caeren este pecado los espirituales, pues mi intento estratar de las imperfecciones que se han de purgarpor la noche oscura) tienen muchasimperfecciones, que se podrían llamar lujuriaespiritual: no porque así lo sea, sino porque

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procede de cosas espirituales27 porque muchas vecesacaece que en los mismos ejercicios espirituales,sin ser en mano de ellos, se levantan y acaecen en lasensualidad movimientos y actos torpes28, y á vecesaun cuando el [14] espíritu está en mucha oración,ó ejercitando los Sacramentos de la Penitencia yEucaristía. Los cuales, sin ser como digo en sumano, proceden de una de tres cosas.

La primera procede muchas veces29 del gustoque tiene el natural en las cosas espirituales.Porque como gusta el espíritu y sentido, conaquella recreación se mueve cada parte delhombrea deleitarse según su porción y propiedad.Porque entonces el espíritu se mueve á recreacióny gusto de Dios, que es la parte superior; y lasensualidad, que es la porción inferior, se mueve águsto y deleite sensual, porque no sabe ella tenerni tomar otro; y toma entonces el más conjunto á si, quees el sensual torpe. Y así acaece, que el alma está enmucha oración con Dios según el espíritu, y porotra parte según el sentido siente rebeliones ymovimientos y actos sensuales pasivamente, no sinharta desgana suya-, lo cual muchas veces acaece en lacomunión, que como en este acto de amor recibe el almaalegría y regalo, porque se le hace este Señor (pues para esose da), la sensualidad toma también el suyo (como

27 c.28 Véase sobre esto el V. P. Juan de Jesús María, en su Escuela de la oración,tratado XIII, núm. 33.29 Procede algunas veces, aunque pocas y en naturales flacos. (Edic. ant.).

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habernos dicho) á su modo. Que como en fin estasdos partes son un supuesto, ordinariamenteparticipan entrambas de lo que una recibe, cadauna en su modo; porque como dice el filósofo,cualquiera cosa que se recibe, está en el recipienteal modo del mismo recipiente. Y así en estosprincipios, y aun cuando el alma estáaprovechada, como está la sensualidadimperfecta, recibe el espíritu de Dios muchas veces conla misma imperfección30. Pero cuando esta parte

30 a. y c. Con grande penetración sicológica, no menos que con exactitud yprecisión admirables, señala y explica nuestro Maestro la causa de losdesordenados movimientos que sienten algunas personas espirituales sinque preceda sugestión diabólica, y en momentos en que por otra parteparece que había menos lugar para tales rebeldías de la carne, pues selevantan cuando el alma se halla en dulce contemplación bebiendo átorrentes las delicias del espíritu. Este fenómeno tan extraño se explica,como dice el Santo, por la unión íntima del alma con el cuerpo y por lamutua influencia que de aquí resulta entre los dos.De igual parecer sobre el particular fué la Mística Doctora, la cual,escribiendo á su hermano D. Lorenzo de Cepeda, que sufría molestias detal índole, le dice las siguientes palabras: «De esas tribulaciones, despuésque vuestra merced me da cuenta, ningún caso haga. Que aunque eso yono lo he tenido, porque siempre me libró Dios por su bondad de esaspasiones, entiendo debe de ser, que como el deleite del alma es tan grande, hacemovimiento en el natural. Irase gastando con el favor de Dios como no hagacaso de ello.» (Carta 138 de la edición de D. Vicente de la Fuente).En otra carta, insistiendo sobre este punto, le dice al mismo sujeto: «En lode esos movimientos sensuales, para probarlo todo, se lo dije; que bien veoque no hace al caso, y que es lo mejor no hacer caso de ellos. Una vez medijo un gran letrado que había venido á él un hombre afligidísimo, quecada vez que comulgaba, venía en una torpeza grande, más que esomucho, y que le habían mandado que no comulgase sino de año á año, porser de obligación. Y este letrado, aunque no era espiritual, entendió laflaqueza, y díjole que no hiciese caso de ello, que comulgase de ocho áocho días, y como perdió el miedo, quitósele.» (Carta 141).En el mismo sentir que estas dos lumbreras de la Mística Teología,abundan otros muchos autores, que pueden verse en el Padre José delEspíritu Santo, quien trata con mucha amplitud y con grande profundidad

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sensitiva está ya reformada por la [15] purgaciónde la noche oscura que diremos, no tiene ellaestas flaquezas; porque no es ella la que recibe ya; másantes está ya recibida ella en el espíritu. Y así lotiene todo entonces al modo del espíritu31. [16]

La segunda causa de donde á veces procedenestas rebeliones, es el demonio, que por inquietary turbar el alma, al tiempo que está en oración óla quiere tener, procura levantar en el natural

la presente materia. (Cursus Theologiæ Mystico-Scholasticæ, tomus quintus, disp.XLI, quæst. III.)Dicho sea esto en defensa de la doctrina del Místico Doctor. Ahora, por loque á su explicación se refiere, notamos que existe alguna divergencia entrelos expositores. Quiere el citado Fray José del Espíritu Santo que, según elVenerable Autor, los gustos espirituales sean causa verdadera, aunqueindirecta ó accidental de los movimientos desordenados, como el alma loes, por ejemplo, de la cojera, y la buena acción de un Santo del escándalode una persona flaca en la virtud. (Obra y lugar citados). Según los PadresAntonio del Espíritu Santo y Nicolás de Jesús María, no es tal la mente delSanto; y así advierten que nunca emplea la palabra causa. La explicaciónque ellos dan se reduce á decir que los movimientos torpes provienen, node los gustos espirituales, sino del encendimiento del espíritu en la oración,el cual, comunicándose al cuerpo, revuelve la sangre y los humoresimpuros. (Directorium mysticum, página 403 y siguientes de la edición deParís, 1904; Elucidatio Theologica, página 277 y siguientes). ¿Qué decir deestas opiniones? Que apenas si existe entre ellas diferencia real, como ya loobservó el defensor de la primera de ellas; y que si atendemos al texto, másparece favorecer al Padre José del Espíritu Santo que á los segundos. Seade esto, sin embargo, lo que quiera, siempre será verdad, diremos con unautor moderno, que á consecuencia del deleite grande del alma, se produceen los sentidos algo muy desagradable. (Meynard. La vida espiritual, tomo II,página 188.)Para terminar esta cuestión, advertiremos que estas cosas no suceden confrecuencia y que sólo por lo general acaecen á las personas de natural muydeleznable.31 Porque tan abundantemente recibe el Espíritu Divino, que más parece quees ella recibida en ese mismo espíritu: al fin como mayor y tanto. Y así lotiene todo á modo del espíritu por una admirable manera de que participaunida con Dios.» (Edic. ant.)

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estos movimientos torpes: con que si al alma se leda algo de ellos, le hace harto daño. Porque nosólo por el temor de esto afloja en la oración, quees lo que él pretende, por ponerse á luchar contraellos; mas aún algunos lo dejan del todo,pareciéndoles que en aquel ejercicio les acaecenmás aquellas cosas que fuera de él, como es laverdad; porque se las pone el demonio más enaquella que en otra cosa, porque dejen el ejercicioespiritual. Y no sólo eso, sino que llega árepresentarles muy al vivo cosas muy feas ytorpes, y á veces muy conjuntamente acerca decualesquier cosas espirituales y personas queaprovechan sus almas, para aterrarlas yacobardarlas-, de manera, que los que de ello hacencaso, aún no se atreven á mirar nada ni poner laconsideración en nada; porque luego tropiezan enaquéllo; y esto en los que son tocados demelancolía acontece con tanta eficacia yvehemencia32, que es de haberles lástima, porquepadecen vida triste-, porque llega á tanto en algunaspersonas este trabajo cuando tienen este mal humor, queles parece claro que sienten tener consigo acceso el demonio,sin ser libres para poderlo evitar: aunque algunas personasde éstas pueden evitar el tal acceso con gran fuerza ytrabajo33. [17] Cuando estas cosas acaecen á los

32 «Con tanta eficacia y frecuencia.» (Mss. A. y T.).33 a.–Todo esto es mera ilusión de las personas que creen sentirlo. Así loda á entender el Santo con aquellas palabras «les parece claro», con las cualesquiere significar que los hechos sólo tienen realidad en la imaginación detales sujetos. Igual sentido se debe dar á lo que dice al fin del párrafo, pues

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tales por medio de la melancolía, ordinariamenteno se libran de ellas hasta que sanan de aquellacalidad de humor, si no es que entrase la nocheoscura en el alma34, que la priva sucesivamente detodo.

El tercer origen de donde suelen proceder yhacer guerra estos movimientos torpes, suele serel temor que ya tienen cobrado estos tales á estosmovimientos y representaciones torpes; porque eltemor que les da la súbita memoria en lo que venó tratan ó piensan, los hace padecer estos actossin culpa suya.

está en correlación con las palabras anteriormente citadas, y así los triunfosque algunos piensan haber conseguido de las audacias del espíritu inmundotienen mucho de ilusorio, puesto que la lucha solamente es con unaquimera de su extraviada fantasía.Para patentizar todavía más á nuestros lectores que ésta sea la mente delMístico Doctor, notamos que viene tratando de personas que padecenterrible melancolía y que advierte él mismo que es en el acceso de esehumor tétrico cuando tales cosas les parecen sentir, circunstancias porcierto muy notables y que indican bien á las claras que habla de sueños yno de realidades. Otro juicio no podía formar el experimentado varón delas afirmaciones de personas semejantes, las cuales, si bien no han perdidodel todo la razón, en el caso presente no usan rectamente de ella, á causade versar sus juicios sobre un objeto que excita y fomenta su melancolía,con lo cual perturba por completo su mente, al menos por aquellosmomentos.Lo mismo que nuestro Santo sienten acerca de semejantes casos el PadreArbiol y el Beato Francisco Posadas, quienes aseguran ser ilusiones, y nadamás, de las personas melancólicas, según que tuvieron ocasión decomprobarlo con algunas que vinieron á ellos diciendo sentir cosas de estaespecie. (Véase del primero los Desengaños místicos, lib. III, cap. 23 y lib. V,cap. VII, y Extragos de la lujuria, página 76 de la edición de 1876; delsegundo Triunfos de la castidad contra Molinos, página 520 y siguientes).Al parecer de tan experimentados varones allego el mío, y difícilmente meavengo á creer que se den casos reales de esta índole en personas deprobada virtud. No lo niego, sin embargo, de una manera absoluta.34 «Si no es que entrase el alma en la noche oscura.» (Ms. T.)

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Hay también algunas almas, de naturales tiernos ydeleznables, que en viniéndoles, cualquier gusto de espírituó de oración luego es con ellos también el espíritu delujuria, que de tal manera los embriaga35 y regala lasensualidad, que se hallan como engolfados en aquel jugo ygusto de este vicio, y dura el uno con el otro pasivamente yá veces se echa de ver haber sucedido algunas torpezas yrebeldes actos. La causa es, que como estos naturales sean,como digo, deleznables y tiernos, con cualquiera alteraciónse les revuelven los humores y la sangre; y suceden de aquíestos movimientos, porque á éstos lo mismo les acaece,cuando se encienden en ira ó tienen algún alboroto ópenas36. [18]

Algunas veces en estos espirituales, así en elhablar como en el obrar cosas espirituales, selevanta cierto brío y gallardía con memoria de laspersonas que tienen delante, y tratan con algunamanera de vano gusto; lo cual nace también delujuria espiritual, al modo que aquí laentendemos, de lo cual ordinariamente vienecomplacencia en la voluntad.

Cobran algunos de éstos aficciones conalgunas personas por vía espiritual, que muchasveces nace de lujuria, y no de espíritu; lo cual seconoce ser así cuando con la memoria de aquellaafición no crece más la memoria y amor de Dios,sino remordimiento de la conciencia. Porquecuando la afición es puramente espiritual,

35 Los embarga. (Ms. de las Carmelitas de Toledo.)36 a.

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creciendo ella, crece la de Dios, y cuanto más seacuerda de ella, tanto más se acuerda de la deDios, y le da ganas de Dios; creciendo en lo uno,crece en lo otro. Porque eso tiene el espíritu deDios, que lo bueno aumenta con lo bueno, porcuanto hay semejanza y conformidad. Perocuando el tal amor nace del dicho vicio sensual,tiene los efectos contrarios; porque cuanto máscrece lo uno, tanto más descrece lo otro, y lamemoria juntamente; porque si crece aquel amor,luego verá que se va resfriando en el de Dios, yolvidándose de él con aquella memoria y algúnremordimiento en la conciencia. Y por elcontrario, si crece el amor de Dios en el alma, seva resfriando en el otro y olvidándole; porquecomo son contrarios amores, no sólo no ayuda eluno al otro, mas antes el que predomina apaga yconfunde al otro y se fortalece á sí mismo, comodicen los filósofos. Por lo cual dijo nuestroSalvador en el Evangelio: Quod natum est ex carne,caro est; et quod natum est ex spiritu, spiritus est. Que loque nace de carne, es carne, y lo que nace deespíritu, es espíritu (Joan. III, 6); esto es, el amorque nace de sensualidad para en sensualidad, y elque de espíritu, para en espíritu de Dios y hácelecrecer. Y esta es la diferencia que hay entre losdos amores para conocerlos. Cuando el almaentrare en la noche oscura, todos estos amorespone en razón. Porque al uno fortalece y purifica,que es el que es según Dios; y al otro quita ó

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acaba ó mortifica, y al principio á entrambos loshace perder de vista, como después se dirá. [19]

§ VI (Capitulo V). DE LAS IMPERFECCIONES EN QUE CAENLOS PRINCIPIANTES ACERCA DEL VICIO DE LA IRA.

Por causa de la concupiscencia que tienenmuchos principiantes en los gustos espirituales,los poseen muy de ordinario con muchasimperfecciones del vicio de la ira. Porque, cuandose les acaba el sabor y gusto en las cosasespirituales, naturalmente se hallan desabridos, ycon aquel sinsabor que traen consigo, traen malagracia en las cosas que tratan, y se airanfácilmente en cualquier cosilla, y aun á veces nohay quien los sufra. Lo cual muchas veces acaecedespués que han tenido algún muy gustosorecogimiento sensible en la oración, que como seles acaba aquel gusto y sabor, naturalmente quedael natural desabrido y desganado. Bien asi comoel niño cuando le apartan del pecho de que estabagustando á su sabor. En el cual natural, cuandono se dejan llevar de la desgana no hay culpa, sinoimperfección que se ha de purgar por la sequedady aprieto de la noche oscura.

También hay otros de estos espirituales quecaen en otra manera de ira espiritual, y es que seairan contra los vicios ajenos con cierto celodesasosegado, notando á otros, y á veces les danÍmpetus de reprehenderlos enojosamente, y aunlo hacen algunas veces, haciéndose ellos dueños

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de la virtud. Todo lo cual es contra lamansedumbre espiritual.

Hay otros que cuando se ven imperfectos,con impaciencia no humilde se airan contra símismos: acerca de lo cual tienen tantaimpaciencia, que querrían ser Santos en un día.De éstos hay muchos que proponen mucho yhacen grandes propósitos, y como no sonhumildes y confían de sí37, cuantos máspropósitos hacen, tanto [20] más caen, y tantomás se enojan, no teniendo paciencia para esperará que se lo dé Dios cuando fuere servido; quetambién es contra la dicha mansedumbreespiritual, que del todo no se puede remediar sinopor la purgación de la noche oscura; aunquealgunos tienen tanta paciencia y se van tandespacio en esto de querer aprovechar, que noquerría Dios ver en ellos tanta.

§ VII (Capitulo VI). DE LAS IMPERFECCIONES ACERCA DE LA GULA ESPIRITUAL.

Acerca del cuarto vicio, que es gula espiritual,hay mucho que decir; porque apenas hay uno delos principiantes, que por bien que proceda, nocaiga en algo de las muchas imperfecciones queacerca de este vicio les nacen á estosprincipiantes, por medio del sabor que hallan alprincipio en los ejercicios espirituales. Porquemuchos de éstos, engolosinados en el sabor y

37 Humildes ni desconfían de sí (Mss. A. y M.).

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gusto que hallan en los tales ejercicios, procuranmás el sabor del espíritu que la pureza y discreciónde él38, que es lo que Dios mira y acepta en todo elcamino espiritual. Por lo cual, demás de laimperfección que tienen en pretender estossabores, la golosina que ya tienen les hace salir delpie á la mano, pasando de los limites del medio,en que consisten y se granjean las virtudes.Porque atraídos del gusto que allí hallan, algunosse matan á penitencias, y otros se debilitan conayunos, haciendo más de lo que su flaqueza sufre,sin orden ni consejo ajeno, antes procuran hurtarel cuerpo á quien deben obedecer en lo tal; y aunalgunos se atreven á hacerlo aunque les hayanmandado lo contrario. Estos son imperfectisimos,gente sin razón, que posponen la sujeción yobediencia (que es penitencia de la razón ydiscreción, y por eso es para Dios más acepto ygustoso sacrificio que todos los demás), á la [21]penitencia corporal, que, dejando aparte esotra,no es más que penitencia de bestias, á que también comobestias se mueven por el apetito39 y gusto que allíhallan. En lo cual, por cuanto todos los extremosson viciosos, y en esta manera de proceder todoshacen su voluntad, antes van creciendo en viciosque en virtudes; porque por lo menos ya en estamanera adquieren gula espiritual y soberbia, puesno van en obediencia. Y tanto empuja el demonio

38 c. «La pureza y devoción verdadera.» (Edic. ant.)39 a.

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á muchos de éstos, atizándoles esta gula porgustos y apetitos que les acrecienta, que ya que nopueden más, ó mudan ó añaden ó varían lo queles mandan, porque les es apretada y aceda todaobediencia acerca de esto. En lo cual algunosllegan á tanto mal, que por el mismo caso que vanpor obediencia á los tales ejercicios, se les quita lagana y devoción de hacerlos, porque sola su ganay gusto es hacer á lo que á él les mueve; todo locual por ventura les valdría más no hacerlo.

Veréis á muchos de éstos muy porfiados consus maestros espirituales para que les concedan loque quieren, y allá medio por fuerza lo sacan, y sino, se entristecen como niños y andan de malagana, y les parece que no sirven á Dios cuando noles dejan hacer lo que querrían. Porque comoandan arrimados al gusto y voluntad propia, y estotienen por su Dios40, luego que se lo quitan y lesquieren poner en voluntad de Dios, se entristeceny aflojan y faltan. Piensan éstos que el gustar ellosy estar satisfechos, es servir á Dios y satisfacerle.

Hay también otros, que por esta golosinatienen tan poco conocida su bajeza y propiamiseria, y tan echado aparte el amoroso temor yrespeto que deben á la grandeza de Dios, que nodudan de porfiar mucho con sus confesores,sobre que les dejen confesar y comulgar muchasveces. Y lo peor es que muchas veces se atreven ácomulgar sin licencia y parecer del ministro y40 a.

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despensero de Cristo, sólo por su parecer, y leprocuran encubrir la verdad. Y á esta causa, conojo de ir comulgando, hacen como quiera lasconfesiones, teniendo más codicia en comer, queen comer limpia y perfectamente; como quieraque fuera más sano y santo, tener la inclinación[22] contraria, rogando á los confesores que noles manden llegar tan á menudo; aunque entre louno y lo otro mejor es la resignación humilde.Pero los demasiados atrevimientos cosa es paragrande mal, y pueden temer el castigo de ellossobre tal temeridad41.

Estos, en comulgando, todo se les va enprocurar algún sentimiento y gusto, más que enreverenciar y alabar en sí con humildad á Dios. Yde tal manera se apropian en esto, que cuando nohan' sacado algún gusto ó sentimiento sensible,piensan que no han hecho nada, lo cual es juzgarmuy bajamente de Dios, no entendiendo que elmenor de los provechos que hace este SantísimoSacramento es el que toca al sentido, porque esmayor el invisible de la gracia que dá; que, porquepongan en él los ojos de la Fe, quita Dios muchasveces esotros gustos y sabores sensibles. Y asíquieren sentir á Dios y gustarle como si fuesecomprehensible y accesible, no sólo en éste, mástambién en los demás ejercicios espirituales. Todo

41 Los Manuscritos traen así este lugar: «Cosa es para grande mal y castigode ellos sobre tal temeridad.» Sin duda les faltan palabras.

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lo cual es muy grande imperfección, y muy contrala condición de Dios, porque es impureza en la Fe.

Lo mismo tienen éstos en la oración queejercitan, que piensan que todo el negocio de ellaestá en hallar gusto y devoción sensible, yprocuran sacarle, como dicen, á fuerza de brazos,cansando y fatigando las potencias y la cabeza. Ycuando no han hallado el tal gustósedesconsuelan mucho, pensando que no hanhecho nada, y por esta pretensión pierden laverdadera devoción y espíritu, que consiste enperseverar allí con paciencia y humildad,desconfiando de sí, sólo por agradar á Dios. Aesta causa, cuando no han hallado una vez saboren este ó otro ejercicio, tienen mucha desgana yrepugnancia de volver á él, y á veces lo dejan.Que en sí son, como habernos dicho, semejantesá los niños, que no se mueven ni obran porrazón, sino por el gusto. Todo se les va á éstos enbuscar gusto y consuelo de espíritu, y para estonunca se hartan de leer libros, y ahora toman unameditación, ahora otra, andando á caza de este[23] gusto en las cosas de Dios. A los cuales se lesniega Dios muy justa, discreta y amorosamente,porque si esto no fuese, crecerían por esta gula ygolosina espiritual en males sin cuento. Por locual conviene mucho á éstos entrar en la nocheoscura, que habernos de decir, para que sepurguen de estas niñerías.

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Estos que así están inclinados á estos gustos,también tienen otra imperfección muy grande, yes que son muy flojos y muy remisos en ir por elcamino áspero de la cruz. Porque al alma que seda al sabor, naturalmente le da en el rostro todosinsabor de negación propia. Tienen éstos otrasmuchas imperfecciones que de aquí les nacen, lascuales el Señor á tiempo les cura con tentaciones,sequedades y otros trabajos, que todo es parte dela noche oscura. De las cuales, por no me alargar,no quiero tratar aquí, sino sólo decir que lasobriedad y templanza espiritual lleva otro templemuy diferente de mortificación, temor y sujeciónen todas sus cosas; echando de ver, que no está laperfección y valor de las cosas en la multitud ygusto de las obras, sino en saberse negar á símismo en ellas; lo cual ellos han de procurarhacer cuanto pudieren de su parte, hasta que Diosquiera purificarlos de hecho, entrándolos en lanoche oscura, á la cual por llegar me voy dandopriesa con estas imperfecciones.

§ VIII (Capitulo VII). DE LAS IMPERFECCIONES ACERCA DE LA ENVIDIA Y ACCIDIA ESPIRITUAL.

Acerca también de los otros dos vicios, queson envidia y accidia espiritual, no dejan estosprincipiantes de tener hartas imperfecciones.Porque acerca de la envidia muchos de éstossuelen tener movimientos de pesarles del bienespiritual de los otros; dándoles alguna pena

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sensible de que les lleven ventaja en este camino,y no querrían verlos alabar; porque se entristecende las virtudes ajenas, y á veces no lo puedensufrir sin decir ellos lo contrario, deshaciendoaquellas [24] alabanzas como pueden, y les crece,como dicen, el ojo, y sienten mucho no hacerse conellos otro tanto, porque querrían hallarsepreferidos en todo. Lo cual es muy contrario á laCaridad, que como dice San Pablo, se goza de labondad42 (1 ad Cor. XIII, 6). Y si alguna envidiatiene, es envidia santa, pesándole de no tener lasvirtudes del otro, con gozo de que el otro lastenga, y holgándose de que todos le lleven laventaja porque sirvan á Dios, ya que él está tanfalto en ello.

También acerca de la accidia espiritual suelentener tedio en las cosas que son más espirituales,y huyen de ellas, como son aquellas quecontradicen al gusto sensible. Porque como ellosestán tan saboreados en las cosas espirituales, enno hallando sabor en ellas les fastidian. Porque siuna vez no hallaron en la oración la satisfacciónque pedía su gusto (porque en fin conviene que sele quite Dios para probarlos), no querrían volverá ella: otras veces la dejan ó van de mala gana. Yasí por esta accidia posponen el camino deperfección (que es el de la negación de suvoluntad y gusto por Dios) al gusto y sabor de suvoluntad, á la cual en esta manera andan ellos á42 c. Cita aquí el Santo, no la letra, sino el sentido del Apóstol Cf. Alapide.

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satisfacer más que á la de Dios. Y muchos deéstos querrían que quisiese Dios lo que ellosquieren, y se entristecen de querer lo que quiereDios, con repugnancia de acomodar su voluntadá la de Dios. De donde les nace que muchasveces en lo que ellos no hallan su voluntad ygusto, piensan que no es voluntad de Dios; y porel contrario, cuando ellos se satisfacen, creen queDios se satisface, midiendo á Dios consigo, y no ásí mismos con Dios; siendo muy al contrario loque él mismo enseñó en el Evangelio, diciendo:Qui autem perdiderit animam suam propter me, invenieteam. Que el que perdiese su voluntad por él, ese laganaría; y el que la quisiese ganar, ese la perdería.(Matth. XVI, 25).

Estos también tienen tedio cuando lesmandan lo que no tiene gusto para ellos. Yporque se andan al regalo y sabor del espíritu, sonmuy flojos para la fortaleza y trabajos de laperfección, hechos semejantes á los que se críanen regalo, que huyen con tristeza de [25] todacosa áspera, y oféndense con la cruz, en que estánlos deleites del espíritu, y en las cosas másespirituales más tedio tienen. Porque como ellospretenden andar en las cosas espirituales á susanchuras y gusto de su voluntad, háceles grantristeza y repugnancia entrar por el caminoestrecho, que Cristo dice, de la vida. (Matth. VII,14).

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Estas imperfecciones baste aquí haberreferido de las muchas en que viven los de esteprimer estado de principiantes; para que se veacuánta sea la necesidad que tienen de que Dios lesponga en estado de aprovechados; lo cual se hacemetiéndolos en la noche oscura que ahoradecimos, donde destetándolos Dios de los pechosde estos gustos y sabores en puras sequedades ytinieblas interiores, les quita todas estasimperfecciones y niñerías, y hace ganar lasvirtudes por medios muy diferentes. Porque pormás que el principiante se ejercite en mortificaren sí todas estas sus acciones y pasiones, nuncadel todo ni con mucho puede, hasta que Dios lohace en él pasivamente por medio de la purgaciónde la noche oscura. En la cual, para hablar algoque sea de provecho, sea Dios servido de darmesu Divina luz, porque es bien menester en nochetan oscura y materia tan dificultosa para ser habladay tratada43.

Dice, pues, el verso así:En una noche oscura.

§ IX (Capítulo VIII). EN QUE DECLARA EL PRIMER VERSO DE LA PRIMERA CANCIÓN, Y SE COMIENZA Á EXPLICAR ESTA NOCHE OSCURA.

Esta noche que decimos ser lacontemplación, dos maneras de tinieblas ó

43 a. Hemos corregido aquí los manuscritos, pues dicen con manifiestoerror: «Para ser hablada y recitada.» En el de Alba ya se hizo antiguamenteesta misma corrección.

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purgaciones causa en los espirituales, según lasdos partes [26] del hombre, conviene á saber,sensitiva y espiritual. Y así la una noche, ópurgación será sensitiva con que se purga ódesnuda un alma según el sentido, acomodándoleal espíritu; y la otra es noche ó purgaciónespiritual, con que se purga y desnuda el almasegún el espíritu, acomodándole y disponiéndolepara la unión de amor con Dios. La sensitiva escomún y que acaece á muchos, y éstos son losprincipiantes, de los cuales trataremos primero.La espiritual es de muy pocos, y éstos ya de losejercitados y aprovechados, de que trataremosdespués.

La primera noche ó purgación es amarga yterrible para el sentido, como ahora diremos. Lasegunda no tiene comparación, porque eshorrenda y espantable para el espíritu, comotambién diremos; y porque en orden es primero yacaece primero la sensitiva, de ella con brevedaddiremos alguna cosa; porque de ella como cosamás común se hallan más cosas escritas, parapasar á tratar más de propósito de la nocheespiritual, por haber de ella muy poco lenguaje,así de plática como de escritos y aun deexperiencia muy poco44. Pues como el estilo quellevan estos principiantes en el camino de Dios,es bajo y que frisa mucho con su propio amor ygusto, como arriba queda dado á entender;44 Ms. de Alba dice: «Muy poca.»

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queriendo Dios llevarlos adelante, y sacarlos deeste bajo modo de amor á más alto grado deamor de Dios, y librarlos del bajo ejercicio delsentido y discurso, que tan tasadamente y contantos inconvenientes como habernos dichoandan buscando á Dios, y ponerlos en ejerciciode espíritu, en que más abundantemente y máslibres de imperfecciones puedan comunicarse conDios, ya que se han ejercitado algún tiempo en elcamino de la virtud, perseverando en meditacióny oración, en que con el sabor y gusto que allí hanhallado, se han desaficionado de las cosas delmundo y cobrado algunas fuerzas espirituales enDios, con que tienen algo refrenados los apetitosde las criaturas, con que podrán ya sufrir porDios un poco de carga y sequedad sin volver atrásal mejor tiempo. Cuando más á su sabor y gustoandan en estos ejercicios espirituales, [27] ycuando más claro á su parecer les luce el Sol delos Divinos favores, oscuréceles Dios toda estaluz, y ciérrales la puerta y manantial de la dulceagua espiritual que andaban gustando en Diostodas las veces y todo el tiempo que ellos querían(porque, como eran flacos y tiernos, no habíapuerta cerrada para ellos, como dice San Juan enel Apocalipsis III, 8). Y así les deja tan á oscuras,que no saben por dónde ir con el sentido de laimaginación y el discurso. Porque no saben darun paso en el meditar, como antes solían,anegado ya el sentido interior en esta noche, y

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dejado tan á secas, que no sólo no hallan jugo ygusto en las cosas espirituales y buenos ejerciciosen que solían ellos hallar sus deleites y gustos,más en lugar de esto hallan por el contrariosinsabor y amargura en las dichas cosas. Porque,como he dicho, sintiéndolos ya Dios aquí algocrecidillos, para que se fortalezcan y salgan demantillas, los desarrima del dulce pecho, yabajándolos de sus brazos, los muestra á andar45

por sus pies, en lo cual sienten ellos gran novedadporque se les ha vuelto todo al revés.

Esto á la gente recogida comúnmente acaecemás en breve, después que comienzan, que á losdemás; por cuanto están más libres de ocasionespara volver atrás, y reforman más presto losapetitos de las cosas del siglo, que es lo que serequiere para comenzar á entrar en esta dichosanoche del sentido. Y ordinariamente no pasamucho tiempo después que comienzan, antes queentren en esta noche del sentido, y todos los másentran en ella, porque comúnmente los verán caeren estas sequedades. De esta manera depurgación sensitiva, por ser tan común,podríamos traer aquí gran número de autoridadesde la Divina Escritura, donde á cada paso,particularmente en los Salmos y Profetas, sehallan muchas. Por tanto, no quiero en esto gastar

45 Así dicen las ediciones y el Ms. M. Los Manuscritos Albense y Toledanoponen: Los enseña á andar. El Hispalense y Matritense escriben: Los veza áandar.

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tiempo, porque el que allí no las supiere mirar, bastarle hála común experiencia que de ella se tiene46. [28]

§ X (Capítulo IX). DE LAS SEÑALES EN QUE

SE CONOCERÁ QUE EL ESPIRITUAL VA POR EL

CAMINO DE ESTA NOCHE Y PURGACIÓN

SENSITIVA.Pero porque estas sequedades podrían

proceder muchas veces, no de la dicha noche ypurgación del apetito sensitivo, sino ó de pecadosó de imperfecciones, ó flojedad ó tibieza, ó dealgún mal humor ó indisposición corporal,pondré aquí algunas señales en que se conozca sies la tal sequedad de la dicha purgación, ó si nacede algunos de los dichos vicios: para lo cual halloque hay tres señales principales.

La primera es, si así como no halla gusto niconsuelo en las cosas de Dios, tampoco le hallaen alguna de las cosas criadas. Porque, comopone Dios al alma en esta oscura noche á fin deenjugarle y purgarle el apetito sensitivo, enninguna cosa la deja engolosinar ni hallar sabor.En esto se conoce probablemente que estasequedad y sinsabor no proviene de pecados, nide imperfecciones nuevamente cometidas.Porque si esto fuese, sentirse hía en el naturalalguna inclinación ó gana de gustar de alguna otracosa que de las de Dios. Porque cuando quieraque se relaja el apetito en alguna imperfección,luego se siente quedar inclinado á ella poco ó46 a.

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mucho, según el gusto y afición que allí aplicó.Pero porque éste no gustar ni de cosa de arriba nide abajo, podría provenir de alguna indisposiciónó humor melancólico, el cual muchas veces nodeja hallar gusto en nada, es menester la segundaseñal y condición.

La segunda señal y condición para que se creaser la dicha purgación, es que ordinariamente traela memoria en Dios con solicitud y cuidadopenoso, pensando que no sirve á Dios, sino quevuelve atrás, como se ve sin aquel sabor en lascosas de Dios. Que en esto se ve que no sale deflojedad y tibieza este sinsabor y sequedad; [29]porque de razón de la tibieza es no se le darmucho ni tener solicitud interior por las cosas deDios. Por donde, entre la sequedad y tibieza haymucha diferencia. Porque la que es tibieza, tienemucha remisión y flojedad en la voluntad y en elánimo, sin solicitud de servir á Dios; la que sóloes sequedad purgativa tiene consigo ordinariasolicitud con cuidado y pena, como digo, de queno sirve á Dios. Y ésta, aunque algunas veces seayuda de la melancolía ó otro humor (como otrasveces lo es), no por eso deja de hacer su efectopurgativo del apetito; pues de todo gusto estáprivado, y sólo su cuidado trae en Dios; porquecuando es puro humor, todo se va en disgustos yestragos del natural, sin estos deseos de servir áDios que tiene la sequedad purgativa, con la cual,aunque la parte sensitiva está muy caída, floja y

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flaca para obrar, por el poco gusto que halla, elespíritu empero está pronto y fuerte.

Porque la causa de esta sequedad es porquemuda Dios los bienes y fuerzas del sentido alespíritu, de los cuales, por no ser capaz el sentidoy fuerza natural, se queda ayuno, seco y vacío.Porque la parte sensitiva no tiene habilidad paralo que es puro espíritu; y así gustando el espíritu,se desabre la carne y se afloja para obrar; mas elespíritu, que va recibiendo el manjar, anda fuertey más alerta y solicito que antes en el cuidado deno faltar á Dios; el cual, si no siente luego alprincipio el sabor y deleite espiritual, sino lasequedad y sinsabor, es por la novedad deltrueque. Porque habiendo tenido el paladar hechoá esotros gustos sensibles, todavía tiene los ojospuestos en ellos. Y porque también el paladarespiritual no está acomodado ni purgado para tansutil gusto, hasta que sucesivamente se vayadisponiendo por medio de esta seca y oscuranoche, no puede sentir el gusto y bien espiritual,sino la sequedad y sinsabor, á falta del gusto queantes con tanta facilidad gustaba. Porque estosque comienza Dios á llevar por estas soledadesdel desierto, son semejantes á los hijos de Israel,que luego que en el desierto les comenzó Dios ádar el manjar del cielo, que de suyo tenia todoslos sabores, y como allí dice, se convertía al saborque cada uno quería; con todo sentían más la faltade los gustos y sabores de las carnes y cebollas

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que [30] comían antes en Egipto, por habertenido el paladar hecho y engolosinado en ellas,que la dulzura delicada del manjar angélico, ylloraban y gemían por las carnes entre losmanjares del cielo. (Núm. XI, 5.) Recordamurpiscium, quos comedebamus in Ægypto gratis: in mentemnobis veniunt cucumeres, et pepones, porrique, ei cepe, etallia. Que á tanto llega la bajeza de nuestroapetito, que nos hace desear nuestras miserias, yfastidiar el bien incomunicable del cielo. Perocomo digo, cuando estas sequedades provienende la vida purgativa del apetito sensible, aunque alprincipio el espíritu no siente sabor, por lascausas que acabamos de decir, siente la fortaleza ybrío para obrar, en la sustancia que le da el manjarinterior, el cual manjar es principio de oscura yseca contemplación para el sentido; la cualcontemplación es oculta y secreta para el mismoque la tiene. Ordinariamente junto con estasequedad y vacío que hace al sentido, da al almainclinación y gana de estarse á solas y en quietud,sin poder pensar cosa particular ni tener gana depensarla. Y entonces, si á los que esto acaece sesupiesen quietar, descuidando de cualquiera obrainterior y exterior, sin solicitud de hacer allínada47, [31] luego en aquel descuido y ociosentirían delicadamente aquella refección interior.47 c. Las ediciones ponían así este pasaje: «Descuidando de cualquiera obrainterior y exterior que ellos por su industria y discurso pretendan hacer, estando sinsolicitud de hacer allí nada más que dejarse llevar de Dios, recibir y oír con atenciónamorosa.»

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La cual es tan delicada, que ordinariamente, sitiene gana ó cuidado en sentirla, no la siente;porque como digo, ella obra en el mayor ocio ódescuido del alma; que es como el aire, que enqueriendo cerrar el puño, se sale. Y á estepropósito podemos entender lo que el Esposodijo á la Esposa en los Cantares, es á saber: Averteoculos tuos a me, quid ipsi me avolare fecerunt. Apartatus ojos de mí, porque ellos me hacen volar.(Cant. VI, 4.) Porque de tal manera pone Dios alalma en este estado, por tan diferente camino lalleva, que si ella quiere obrar con sus potencias,antes estorba la obra que Dios en ella vahaciendo, que ayuda; lo cual antes era muy alrevés. La causa es, porque ya en este estado decontemplación, que es cuando sale del discurso áestado de aprovechados, ya Dios es el que obra

Ya que se nos ofrece oportunidad, debemos notar aquí que es muy comúnen los místicos el aconsejar al alma á quien Dios ha puesto encontemplación que no obre entonces nada. Con esto no quieren significarque suspenda completamente el ejercicio de sus potencias, sino solamenteque cese en sus actos discursivos, y esto por dos razones: 1.a, por ser yainnecesarios, pues se ha conseguido el fin á que ellos se ordenan, que es lainquisición de la verdad; y 2.a, porque si el alma se distrae á hacerlos, dejaráde atender á Dios, y perderá los inefables bienes que entonces la estácomunicando. Que tal sea el sentido de esta y otras locuciones semejantesbastará para demostrarlo el fijarnos en lo que dice y repite hasta la saciedadel Místico Doctor, á saber: que el alma debe, en semejantes casos,permanecer con atención sencilla y amorosa á Dios. Por la atención significa elacto del entendimiento, que escucha lo que Dios habla en ella. Con lapalabra sencilla excluye la multiplicidad de actos, y con la otra, amorosa,aconseja el acto de la voluntad, la cual debe recibir con amor lo que elSeñor la comunica. Vése, pues, cómo los místicos no aconsejan elaniquilamiento de la actividad humana según quieren los racionalistas denuestros días.

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en el alma; de manera que parece que le ata laspotencias interiores, no dejándole arrimo en elentendimiento, ni jugo en la voluntad, ni discursoen la memoria. Porque en este tiempo lo que desuyo puede obrar el ánima, no sirve sino (comohabernos dicho) de estorbar la paz interior y laobra que en aquella sequedad del sentido haceDios en el espíritu. La cual, como es espiritual ydelicada, hace obra quieta y delicada, solitaria,satisfactoria y pacífica y muy ajena de todos esotrosgustos primeros, que eran muy palpables ysensibles. Porque esta paz es la que dice Davidque habla Dios en el alma para hacerla espiritual.(Ps. LXXXIV, 9.) Y de aquí es la tercera.

La tercera señal que hay para que sepamosser esta purgación del sentido, es el no poder yameditar ni discurrir, aprovechándose del sentidode la imaginación como solía, aunque más hagade su parte; porque como aquí comienza Dios ácomunicársele, no ya por el sentido, como anteshacía por medio del discurso que componía ydividía las noticias, sino por el espíritu puro, enque no hay discurso sucesivamente,comunicándosele con acto de sencillacontemplación, la cual no alcanzan los sentidosde la parte inferior exteriores ni interiores; de aquíes que la imaginación y fantasía no pueden hacerarrimo en alguna consideración, ni hallar en ellapie ya de ahí adelante. [32]

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En esta tercera señal se entienda que esteempacho de las potencias y disgustillo de ellas, noproviene de algún mal humor; porque cuando deaquí nace, en acabándose aquel humor que nuncapermanece en un ser, luego con algún cuidadoque ponga el alma, vuelve á poder lo que antes, yhallan sus arrimos las potencias. Lo cual en lapurgación del apetito no es así; porque encomenzando á entrar en ella, siempre va adelanteel no poder discurrir con las potencias. Queaunque es verdad que á los principios en algunosá veces no entra con tanta continuación, demanera que algunas veces dejen de llevar susgustos y discursos sensibles (porque por ventura,por su flaqueza no convenía destetarlos de ungolpe), con todo, van entrando siempre más enella y acabando con la obra sensitiva, si es quehan de ir adelante; porque los que no van porcamino de contemplación, muy diferente modollevan; porque esta noche de sequedades no sueleser continua en el sentido; porque aunque algunasveces las tienen, otras no; y aunque algunas vecesno puede discurrir, otras pueden como solían,porque como sólo los mete Dios en esta noche áéstos para ejercitarlos y humillarlos, y reformarlesel apetito porque no se vayan criando congolosina viciosa en las cosas espirituales, y nopara llevarlos á la vía del espíritu, que es estacontemplación (porque no á todos los que seejercitan de propósito en el camino del espíritu

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lleva Dios á contemplación ni aun á la mitad: elporqué, él se lo sabe), de aquí es que á éstosnunca les acaba de desarrimar el sentido de lospechos de las consideraciones y discursos, sinoalgunos ratos y á temporadas como habernosdicho.

§ XI (Capitulo X). DEL MODO CON QUE SE HAN DE HABER ÉSTOS EN ESTA NOCHE OSCURA.

En el tiempo, pues, de las sequedades de estanoche sensitiva (en la cual hace Dios el truequeque habernos dicho arriba, sacando al alma de lavida del sentido á la del espíritu, que es demeditación á [33] contemplación, donde ya nohay poder obrar ni discurrir en las cosas de Diosel alma con sus potencias, como queda dicho)padecen los espirituales grandes penas; no tantopor las sequedades que padecen, como por elrecelo que tienen de que van perdidos por estecamino, pensando que se les ha acabado el bienespiritual y que los ha dejado Dios, pues no hallanarrimo ni gusto en cosa buena. Entonces sefatigan, y procuran (como lo han habido decostumbre) arrimar con algún gusto las potenciasá algún objeto de discurso, pensando que cuandoellos no hacen esto, y se sienten obrar, no se hacenada; lo cual hacen no sin harta desgana yrepugnancia interior del alma, que gustaba deestarse en aquella quietud y ocio, y sin obrar con laspotencias. En lo cual estragándose en lo uno, no

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aprovechan en lo otro; porque por usar suespíritu, pierden el espíritu que tenían detranquilidad y paz. Y así son semejantes al quedeja lo hecho para volverlo á hacer, ó al que sesalió de la ciudad para volver á entrar en ella, ó alque deja la caza para volver á andar á caza; y estoen esta parte es excusado, porque no hallará nada,y porque se vuelve á su primer estilo de proceder,como queda dicho.

Estos en este tiempo, si no hay quien losentienda, vuelven atrás, dejando el camino óaflojando, ó á lo menos se estorban de ir adelante,por las muchas diligencias que ponen de ir por elprimer camino de meditación y discurso,fatigando y trabajando demasiadamente el natural;imaginando que queda por su negligencia ópecados. Lo cual les es ya excusado; porque leslleva ya Dios por otro camino, que es decontemplación, diferentísimo del primero; porqueel uno es de meditación y discurso, y el otro nocae en imaginación ni discurso. Los que de estamanera se vieren, conviéneles que se consuelenperseverando con paciencia, y no teniendo penaconfíen en Dios, que no deja á los que consencillo y recto corazón le buscan, ni les dejará dedar lo necesario para el camino, hasta llevarlos ála clara y pura luz de amor, que les dará pormedio de la otra noche oscura del espíritu, simerecieren que Dios les ponga en ella.

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El estilo que han de tener en esta del sentido,es que no se den nada por el discurso ymeditación; pues ya, como he dicho, no es [34]tiempo de eso, sino que dejen estar al alma ensosiego y quietud, aunque les parezca claro queno hacen nada y que pierden tiempo, y aunque lesparezca que por su flojedad no tienen gana depensar allí en nada. Que harto harán en tenerpaciencia y en perseverar en la oración sin hacerallí nada-, sólo lo que aquí han de hacer es48 dejar alalma libre y desembarazada y descansada de todaslas noticias y pensamientos, no teniendo cuidadoallí de qué pensarán, ni meditarán, contentándosesólo con una advertencia amorosa y sosegada enDios, y estar sin cuidado, sin eficacia y sin gana desentirle49 y de gustarle. Porque todas estaspretensiones inquietan y distraen el alma de lasosegada quietud y ocio suave de contemplaciónque aquí se da. Y aunque más escrúpulos levengan de que pierde tiempo y que sería buenohacer otra cosa, pues en la oración no puedehacer ni pensar nada, súfrase y estése sosegado,como que no va allí más que á estarse á su placery anchura de espíritu. Porque si de suyo algoquiere obrar con las potencias interiores, seríaestorbar y perder los bienes que Dios por mediode aquella paz y ocio del alma está asentando éimprimiendo en ella. Bien así como si un pintor

48 a.49 c. «Sin gana demasiada de sentirle». (Edic. ant.)

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estuviese pintando ó alcoholando un rostro, quesi el rostro se menease en querer hacer algo, nodejaría hacer nada al pintor, y le turbaría lo queestaba haciendo. Y así, cuando el alma está en pazy ocio interior, cualquiera operación y afición óadvertencia50 que ella quiera tener entonces, ladistraerá é inquietará, y hacerla há sentir sequedady vacío del sentido. Porque cuanto máspretendiere tener algún arrimo de afecto y noticia,tanto más sentirá la falta, la cual no puede ya sersuplida por aquella vía. De donde á esta tal almale conviene no hacer aquí caso que se le pierdanlas operaciones de las potencias, antes ha degustar que se le pierdan presto. Porque, noestorbando la operación de la contemplacióninfusa que va Dios dando, con más abundanciapacifica la recrea, y da lugar á que arda y seencienda en [35] el espíritu del amor, que estaoscura y secreta contemplación trae consigo ypega á el alma51, porque la contemplación no es

50 c. «Cuidadosa advertencia». (Edic. ant.)51 En las otras ediciones se introducía en este lugar el siguiente párrafo:«No querría empero que de aquí se hiciese regla general de dejarmeditación ó discurso; que el dejarla ha de ser siempre á más no poder, ysólo por el tiempo que, ó por vía de purgación ó tormento, ó por muyperfecta contemplación la estorbare el Señor. Que en el demás tiempo yocasiones, siempre ha de haber este arrimo y reparo, y más de la vida yCruz de Cristo, que para purgación y pasión y paciencia y para segurocamino es lo mejor, y ayuda admirablemente á la subida contemplación. Lacual no es etc.»Después de lo que se escribió en la nota 2.a de la pág. 277 del tomo I, nohay necesidad de aducir muchas pruebas para demostrar que este pasaje esespúreo. Basta para ello notar que no se halla en los once manuscritos quese han consultado y que no tiene buen enlace con lo que le antecede y le

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otra cosa que una infusión secreta, pacífica yamorosa de Dios, que si la dan lugar, inflama alalma en espíritu de amor, según ella da á entenderen el verso siguiente, es á saber:

Con ansias en amores inflamada.

(Capitulo XI).

La cual inflamación de amor comúnmente álos principios no se siente, por no habercomenzado á emprenderse por la impureza delnatural, ó por no le dar lugar pacifico en si el almapor no entenderse, como habernos dicho.Aunque á veces con eso y sin eso comienza luegoá sentirse alguna ansia de Dios; y cuanto más va,más se va sintiendo el alma aficionada é inflamadaen amor de Dios, sin saber ni entender cómo y dedónde le nace el tal amor y afición, sino que vecrecer tanto en sí á veces esta llama é inflamación,que con ansias de amor desea á Dios: segúnDavid, estando en esta noche, lo dice de si porestas palabras: Quia inflammatum est cor meum, etrenes mei commutati sunt: et ego ad nihilum redactus sum,et nescivi. (Ps. LXXII, 21.) Porque se inflamó micorazón (es á saber, en amor de contemplación),también mis renes y aficiones se mudaron; es ásaber, de la vía sensitiva á la espiritual, que es lasequedad y cesación en todos ellos que vamosdiciendo. Y yo, dice, fui resuelto en nada y [36]aniquilado, y no supe: porque como habernos

sigue.

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dicho, sin saber el alma por dónde va, se veaniquilada acerca de todas las cosas de arriba y deabajo que solía gustar; y sólo se ve enamorada sinsaber cómo. Y porque á veces crece mucho lainflamación de amor en el espíritu, son las ansiaspor Dios tan grandes en el alma, que parece se lesecan los huesos en esta sed, y se marchita elnatural, y estraga su calor y fuerza por la viveza dela sed de amor, porque siente el alma que es vivaesta sed de amor. La cual también David tenia ysentía, cuando dice: Sitivit anima mea ad Deumvivum. (Ps. XLI, 3.) Mi alma tuvo sed á Dios vivo;que es tanto como decir: Viva fué la sed que tuvomi alma. La cual sed, por ser viva, podemos decirque mata de sed. Pero es de notar que la vehemenciade esta sed no es con continuación, sino algunasveces, aunque de ordinario suele sentir algunased. Pero háse de advertir que, como aquícomencé á decir, á los principios comúnmente nose siente este amor, sino la sequedad y vacío quevamos diciendo; y entonces en lugar de este amorque después se va encendiendo, lo que trae elalma en medio de aquellas sequedades y vacíos delas potencias, es un ordinario cuidado y solicitudde Dios, con pena y recelo de que no le sirve; queno es para Dios poco agradable sacrificio verandar el espíritu atribulado y solicito por su amor.Esta solicitud y cuidado pone en el alma aquellasecreta contemplación, hasta que por tiempohabiendo purgado algo el sentido, esto es, la parte

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sensitiva, de las fuerzas y aficiones naturales pormedio de las sequedades que en ella pone, va yaencendiendo en el espíritu este amor Divino.Pero entretanto, en fin como el que está puestoen cura, todo es padecer en esta oscura noche yseca purgación del apetito, curándose de muchasimperfecciones y ejercitándose en muchasvirtudes, para hacerse capaz del dicho amor,como ahora se dirá sobre el verso siguiente:

¡Oh dichosa ventura!Que por cuanto pone Dios al alma en esta

noche sensitiva á fin de purgar el sentido de laparte inferior, y acomodarle y sujetarle y [37]unirle con el espíritu, oscureciéndole y haciéndolecesar acerca de los discursos, como tambiéndespués á fin de purificar el espíritu para unirlecon Dios, le pone en la noche espiritual, gana elalma (aunque á ella no le parece) tantosprovechos, que tiene por dichosa ventura habersalido del lazo y apretura del sentido de la parteinferior por esta dichosa noche, dice el presenteverso, es á saber: «¡Oh dichosa ventura!» Acercadel cual nos conviene aquí notar los provechosque halla en esta noche el alma, por causa de loscuales tiene por dichosa ventura pasar por ella;todos los cuales provechos encierra el alma en elsiguiente verso:

Salí sin ser notada.

§ I

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La cual salida se entiende de la sujeción quetenía el alma á la parte sensitiva en buscar á Diospor operaciones tan flacas y tan limitadas yocasionadas como las de esta parte inferior son;pues á cada paso tropezaba en mil imperfeccionesé ignorancias, como habernos notado arriba enlos siete vicios capitales. De todos los cuales selibra, apagándole esta noche todos los gustos dearriba y de abajo, y oscureciéndole todos losdiscursos, y haciéndole otros innumerables bienesen la ganancia de las virtudes, como ahoradiremos; que será cosa gustosa y de gran consuelopara el que por aquí camina, ver como cosa quetan áspera y adversa parece al alma y tan contrariaal gusto espiritual, obra tantos bienes en ella. Loscuales (como decimos) se consiguen en salir elalma según el afición y operación, por medio deesta noche, de todas las cosas criadas, y caminar álas eternas, que es grande dicha y ventura. Louno, por el gran bien que es apagar el apetito yafición acerca de todas las cosas. Lo otro por sermuy pocos los que sufren y perseveran en entrarpor esta puerta angosta, y por el camino estrechoque guía á la vida, como dice nuestro Salvador.(Matth. VII, 14.) Porque la angosta puerta es estanoche del sentido, del cual se despoja y desnudael [38] alma para entrar en ella, fundándose enFe52, que es ajena de todo sentido, para caminar

52 Rigiéndose por Fe. (Edic. ant.) Los manuscritos están aquí mendosos, y enlugar de decir fundándose en Fe, ponen juntándose en Fe.

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después por el camino estrecho, que es la otranoche de espíritu, en que adelante entra el almapara caminar á Dios en pura Fe, que es el mediopor donde el alma se une con Dios. Por el cualcamino, por ser tan estrecho, oscuro y terrible(tanto que no hay comparación de esta noche delsentido á la oscuridad y trabajos de aquélla, comodiremos), son muchos menos los que caminanpor él, pero son sus provechos también muchomayores. De los cuales comenzaremos ahora ádecir algo, con la brevedad que se pudiere, porpasar á la otra noche.

§ II (Capitulo XII). DE LOS PROVECHOS QUE CAUSA EN ELALMA ESTA NOCHE.

Esta noche y purgación del apetito tandichosa para el alma por los grandes bienes yprovechos que hace en ella (aunque á ella antes leparece, como habernos dicho, que se los quita),que así como Abrahán hizo gran fiesta cuandoquitó la leche á su hijo Isaac (Gen. XXI, 8); así segozan en el cielo de que ya saque Dios á esta almade pañales, de que la baje de sus brazos, de que lahaga andar por su pie, de que también, quitándoleel pecho de la leche y blando y dulce manjar deniños, le haga comer pan con corteza, y quecomience á gustar pan de robustos, que en estassequedades y tinieblas del sentido se comienza ádar al espíritu vacío y seco de los jugos delsentido, que es la contemplación infusa que

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habernos dicho. Y este es el primero y principalprovecho que aquí el alma consigue, del cual casitodos los demás se causan.

De éstos, el primer provecho esconocimiento de sí y de su miseria. Porque demásde que todas las mercedes que Dios hace al [39]alma, ordinariamente las hace envueltas en esteconocimiento, estas sequedades y vacío de laspotencias acerca de la abundancia que antessentía, y la dificultad que halla el alma en las cosasbuenas, la hacen conocer de sí la bajeza y miseriaque en el tiempo de su prosperidad no echaba dever. De esto hay buena figura en el Éxodo, dondequeriendo Dios humillar á los hijos de Israel yque se conociesen, les mandó quitar y desnudar eltraje y atavío festival con que ordinariamenteandaban compuestos en el desierto, diciendo Jannunc depone ornatum tuum (Exod. XXXIII, 5).Ahora ya de aquí adelante despojáos elornamento festival, y ponéos vestiduras comunesde trabajo, para que sepáis el tratamiento quemerecéis. Lo cual es como si dijera: Por cuanto eltraje que traéis, por ser de fiesta y alegría, osocasiona á no sentir de vosotros tan bajamentecomo vosotros sois, quitáos ya ese traje, para quede aquí adelante, viéndoos vestidos de vileza,conozcáis que no merecéis más, y quién vosotrossois. De donde conoce la verdad el alma queantes no conocía, de su miseria. Porque en eltiempo que andaba como de fiesta, hallando en

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Dios mucho gusto, consuelo y arrimo, andabaalgo más satisfecha y contenta, pareciéndole queen algo servía á Dios. Porque ésto, aunqueexpresamente entonces no lo tengan en sí, á lomenos en la satisfacción que hallan en el gusto, seles alienta algo de ello. Ya puesta en esotro trajede trabajo, de sequedad y de desamparo,oscurecidas sus primeras luces, posee y tiene másde veras esta tan excelente y necesaria virtud delconocimiento propio, no teniéndose ya en nadani teniendo satisfacción ninguna de sí; porque veque de suyo no hace nada ni puede nada. Y estapoca satisfacción de sí y desconsuelo que tiene deque no sirve á Dios, tiene y estima Dios en másque todas las obras y gustos primeros que tenía elalma y hacía, por más que ellos fuesen. Porcuanto en ellas se ocasionaba para muchasimperfecciones é ignorancias; y de este traje desequedad, no sólo lo que habernos dicho, sinotambién los provechos que ahora diremos ymuchos más que se quedarán por decir, nacen,como de su origen y fuente, del conocimientopropio.

Cuanto á lo primero, nácele al alma tratar conDios con más [40] comedimiento y más cortesía,que es lo que siempre ha de tener el trato con elAltísimo. Lo cual en la prosperidad de su gusto yconsuelo no hacia; porque aquel favor gustosoque sentía hacia ser el apetito acerca de Dios algomás atrevido de lo que bastaba y descortés y mal

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mirado. Como acaeció á Moisén cuando sintió queDios le hablaba, que llevado de aquel gusto yapetito sin más consideración se atrevía á llegar, sino le mandara Dios que se detuviera y descalzara(Exod. III, 5). Por lo cual se denota el respeto ydiscreción en desnudez de apetito con que se hade tratar con Dios. De donde, cuando obedecióen ésto Moisén, quedó tan puesto en razón y tanadvertido, que dice la Sagrada Escritura que nosólo no se atrevió á llegar, mas que ni aun osabaconsiderar (Exod. III, 6). Porque quitados loszapatos de los apetitos y gustos, conocíagrandemente su miseria delante de Dios: porqueasí le convenía para oír las palabras de Dios. Comotambién la disposición que dió Dios á Job parahablar con él, no fueron aquellos deleites y gloriaque el mismo Job allí refiere que solía tener consu Dios, sino ponerle desnudo en un muladar,desamparado y aun perseguido de sus amigos,lleno de angustia y amargura, y sembrado degusanos el suelo: y entonces de esta manera sepreció el que levanta al pobre del estiércol, elAltísimo Dios de descender y hablar allí cara á cara conél, descubriéndole las altezas profundas de suSabiduría, cual nunca antes había hecho en eltiempo de la prosperidad (Vid. cap. II, 8; XXIX,XXX y XXXVIII).

Y aquí nos conviene notar otro excelenteprovecho que hay en esta noche y sequedad delsensitivo apetito, pues habernos venido á dar en

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él, y es que en esta noche oscura del apetito(porque se verifique lo que dice el profeta: Orieturin tenebris lux tua. Lucirá tu luz en las tinieblas)(Isai. LVIII, 10.); alumbra Dios al alma, no sólodándole conocimiento de su miseria y bajeza,como habernos dicho, sino también de lagrandeza y excelencia de Dios. Porque demás deque apagados los apetitos y gustos y arrimossensibles, queda libre y limpio el entendimientopara entender la verdad; porque el gusto sensibley apetito, aunque sea de cosas espirituales, ofuscay [41] embaraza al espíritu y además también queaquel aprieto y sequedad del sentido ilustra yaviva el entendimiento, como dice Isaías: Vexatiointellectum dabit auditui. (XXVIII, 19.) Que lavejación hace entender Dios cómo en el almavacía y desembarazada, que es lo que se requierepara su Divina influencia, sobrenaturalmente pormedio de esta noche oscura y seca decontemplación la va, como habernos dicho,instruyendo en su Divina Sabiduría; lo cual porlos jugos y gustos primeros no hacía. Esto da muybien á entender el mismo profeta Isaías, diciendo:Quem docebit scientiam? et quem intelligere facietauditum? Ablactatos á lacte, avulsos ab uberibus. ¿Aquién enseñará Dios su ciencia, y á quién haráentender su audición? A los destetados de la leche y álos desarrimados de los pechos. (XXVIII, 9.) Enlo cual se da á entender que para esta Divinainfluencia no es la disposición la leche primera de

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la suavidad espiritual, ni el arrimo del pecho delos sabrosos discursos de las potencias sensitivasque gustaba el alma, sino el carecer de lo uno y eldesarrimo de lo otro. Por cuanto para oír á Dios,le conviene al alma estar muy en pie ydesarrimada, según el afecto y sentido, como de sílo dice el profeta diciendo: Super custodiam meam stabo,et figam gradum super munitionem: et contemplabor, utvideam, quid dicatur mihi. Estaré en pie sobre micustodia (esto es, desarrimado el apetito), yafirmaré el paso (esto es, no discurriré con elsentido), para contemplar, esto es, para entenderlo que de parte de Dios se me dijere. (Hab. II, 1.)De manera que ya tenemos que de esta nocheseca sale conocimiento de sí primeramente; dedonde, como de fundamento, sale estotroconocimiento de Dios. Que por eso decía SanAgustín á Dios: Conózcame, Señor á mi, yconocerte hé á tí53. Porque, como dicen losfilósofos, un extremo se conoce bien por otro. Ypara probar más cumplidamente la eficacia quetiene esta noche sensitiva en su sequedad ydesarrimo para ocasionar más la luz que de Diosdecíamos recibir aquí el alma, alegaremos aquellaautoridad de David, en que da muy bien áentender la virtud grande que tiene esta nochepara este alto [42] conocimiento de Dios. Dice,pues, así: In terra deserta, et invia, ei inaquosa: sic insancto apparui Ubi, ut viderem virtutem tuam, et gloriam53 S. Aug. Soliloq. c. 2.

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tuam. En la tierra desierta, sin agua, seca y sincamino pared delante de tí para poder ver tuvirtud y gloria. (Ps. LXII, 3.) Lo cual es cosaadmirable, que no da á entender aquí David, quelos deleites espirituales y gustos muchos quehabía tenido, fuesen disposición y medio paraconocer la gloria de Dios, sino la sequedad ydesarrimo de la parte sensitiva, que se entiendeaquí por la tierra seca y desierta. Y que no digatambién que los conceptos y discursos Divinos deque él había usado mucho, fuesen camino parasentir y ver la virtud de Dios, sino el no poderfijar el concepto en Dios, ni caminar con eldiscurso de la consideración imaginaria, que seentiende aquí por la tierra sin camino. De maneraque para conocer á Dios y á sí mismo, esta nocheoscura es el medio con sus sequedades y vacíos,aunque no con la plenitud y abundancia que en laotra de espíritu; porque este conocimiento escomo principio del otro.

Saca también el alma en las sequedades yvacío de esta noche del apetito humildadespiritual, que es la virtud contraria al primer viciocapital, que dijimos ser soberbia espiritual. Por lacual humildad que adquiere por el dichoconocimiento propio, se purga de todas aquellasimperfecciones en que caía acerca de aquél desoberbia en el tiempo de su prosperidad. Porquecomo se ve tan seca y miserable, ni aun porprimer movimiento le pasa que va mejor que los

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otros ni que les lleva ventaja, como antes hacía,antes por el contrario, conoce que los otros vanmejor. Y de aquí nace el amor del prójimo;porque los estima, y no los juzga como antes solíacuando se veía á sí con mucho fervor y á los otrosno; sólo conoce su miseria y la tiene delante delos ojos, tanto que no la deja ni da lugar paraponer los ojos en nadie. Lo cual admirablementeDavid, estando en esta noche, manifiestadiciendo: Obmutui, et humiliatus sum, et silui á bonis:et dolor meus renovatus est. Enmudecí y fuihumillado, y tuve silencio en los bienes, yrenovóse mi dolor. (Ps. XXXVIII, 3.) Esto dice,porque le parecía que los bienes de su almaestaban tan acabados, que no solamente no habíani hallaba lenguaje de ellos; mas [43] acerca de losajenos también enmudeció con el dolor delconocimiento de su miseria.

Aqui también se hacen sujetos y obedientesen el camino espiritual. Que como se ven tanmiserables, no sólo oyen lo que les enseñan, masaun desean que cualquiera los encamine y diga loque deben hacer. Quítaseles la presunción afectivaque en la prosperidad á veces tenían; yfinalmente, de camino se les barren todas lasimperfecciones que tocamos allí, acerca de este vicioprimero que es soberbia espiritual, como habernosdicho.

§ III (Capitulo XIII) DE OTROS PROVECHOS QUE CAUSAEN EL ALMA ESTA NOCHE DEL SENTIDO.

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Acerca de las imperfecciones que en laavaricia espiritual tenía, en que codiciaba unas yotras cosas espirituales, y nunca se veía satisfechael alma de unos ejercicios y otros con la codiciadel apetito y gusto que hallaba en ellos, ahora enesta noche seca y oscura anda bien reformada.Porque como no halla el gusto y sabor que solía,antes halla en ellas sinsabor y trabajo, con tantatemplanza usa de ellas que por ventura podríaperder ya por punto de corto como antes perdíapor largo; aunque á los que Dios pone en estanoche, comúnmente les da humildad y prontitud,aunque con sinsabor, para que sólo por Dioshagan aquello que se les manda, y desaprópiansede muchas cosas porque no hallan gusto en ellas.

Acerca de la lujuria espiritual también se veclaro que por esta sequedad y sinsabor del sentidoque halla el alma en las cosas espirituales, se librade aquellas impurezas que allí notamos; puescomúnmente dijimos que procedían del gusto quedel espíritu redundaba en el sentido.

Pero de las imperfecciones que se libra elalma en esta noche oscura acerca del cuarto vicio,que es gula espiritual, puédense ver [44] allí,aunque no están dichas todas, porque soninnumerables; y así yo aquí no las referiré, porquequerría ya concluir con esta noche para pasar á laotra, de la cual tenemos graves palabras ydoctrina. Baste para entender los innumerablesprovechos que demás de los dichos gana el alma,

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en esta noche acerca de este vicio de gulaespiritual, decir que de todas aquellasimperfecciones que allí quedan dichas se libra, yde otros muchos y mayores males y feasabominaciones que allí no están escritas, en quevinieron á dar muchos de que tenemosexperiencia, por no tener ellos reformado elapetito en esta golosina espiritual. Porque comoDios en esta seca y oscura noche en que pone alalma, tiene refrenada la concupiscencia yenfrenado el apetito de manera que no se puedecebar de algún gusto ni sabor sensible de cosa dearriba ni de abajo; y esto lo va continuando de talmanera, que queda el alma impuesta, reformada yemprensada según la concupiscencia y apetitos.Pierde las fuerzas de las pasiones y concupiscencia yse hace estéril no usándose al gusto, bien así como noacostumbrando á sacar leche de la ubre se secan los cursosde la ubre y de la leche, y enjugados así los apetitos delalma, siguense, demás de los dichos por medio de estasobriedad espiritual admirable, provechos en ella; porqueapagados los apetitos y concupiscencias, vive el alma enpaz y tranquilidad espiritual; que donde no reinaapetito y concupiscencia, no hay perturbación,sino paz y consuelo de Dios.

Sale de aquí otro segundo provecho, y es quetrae ordinaria memoria de Dios, con temor yrecelo de volver atrás, como queda dicho, en elcamino espiritual; el cual es grande provecho, yno de los menores, en esta sequedad y purgación

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del apetito, porque se purificad alma y limpia delas imperfecciones que se le pegaban por mediode los apetitos y aficiones, que de suyo embotan yofuscan el alma.

Hay otro provecho muy grande en esta nochepara el alma, y es que se ejercita en las virtudes depor junto, como es en la paciencia ylonganimidad, que se ejercita bien en estassequedades y vacíos, sufriendo el perseverar enlos espirituales ejercicios sin consuelo y [45] singusto. Ejercítase la caridad de Dios, pues ya nopor el gusto atraído y saboreado que halla en la obraes movido, sino sólo por Dios. Ejercita aquítambién la virtud de la fortaleza, porque en estasdificultades y sinsabores que halla en el obrar,saca fuerzas de flaqueza, y así se hace fuerte; yfinalmente, en todas las virtudes así teologalescomo cardinales y morales, corporal y espiritualmente, seejercita el alma en estas sequedades. Y que en estanoche consiga el alma todos estos cuatroprovechos que habernos aquí dicho, conviene ásaber: delectación de paz, ordinaria memoria ysolicitud de Dios, y limpieza y pureza del alma, yel ejercicio de las virtudes que acabamos de decir,dícelo David, como lo experimentó él mismoestando en esta noche, por estas palabras: Renuitconsolari anima mea, memor fui Dei, et delectatus sum, etexercitatus sum, et defecit spiritus meus. Mi almadesechó las consolaciones, tuve memoria de Dios,hallé consuelo y ejercitóme, y desfalleció mi

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espíritu (Ps. LXXVI, 4). Y luego dice: Medité denoche con mi corazón, y ejercitábame, y barría ypurificaba mi espíritu (ibid. 7): conviene á saber,de todas las aficiones.

Acerca de las imperfecciones de los otros tresvicios espirituales que allí dijimos, que sonenvidia, ira y acidia, también en esta sequedad delapetito se purga el alma y adquiere las virtudes áellos contrarias. Porque hablandada y humilladapor estas sequedades y dificultades, y otrastentaciones y trabajos en que á vueltas de estanoche Dios la ejercita, se hace mansa para conDios y para consigo, y también para con elprójimo. De manera que ya no se enoja conalteración sobre las faltas propias contra sí, nisobre las ajenas contra el prójimo, ni acerca deDios trae disgustos y querellas descomedidasporque no le hace presto bueno. Pues acerca de laenvidia, también aquí tiene caridad con los demás;porque si alguna envidia tiene, no es viciosa comoantes solía, cuando le daba pena que otros fuesená él preferidos y que llevasen la ventaja; porque yaaquí se la tiene dada, viéndose tan miserablecomo se ve; y la envidia que tiene (si la tiene) esvirtuosa, deseando imitarlos, lo cual es muchavirtud.

Las acidias y tedios que aquí tiene en lascosas espirituales, [46] tampoco son viciososcomo antes; porque aquéllos procedían de losgustos espirituales que á veces tenía, y pretendía

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tener cuando no los hallaba. Pero estos tedios noproceden de esta flaqueza del gusto; porque se letiene Dios quitado acerca de todas las cosas enesta purgación del apetito.

Demás de estos provechos que están dichos,otros innumerables consigue por medio de estaseca contemplación. Porque en medio de estassequedades y aprietos, muchas veces cuandomenos piensa, comunica Dios al alma suavidadespiritual y amor puro, y noticias espirituales áveces muy delicadas, cada una muy de mayorprovecho y precio que cuanto antes gustaba.Aunque el alma en los principios no lo piensa así;porque es muy delicada la influencia espiritual queaquí se da, y no la percibe el sentido.

Finalmente, por cuanto aquí el alma se purgade las aficiones y apetitos sensitivos, consiguelibertad de espíritu, en que se van granjeando losdoce frutos del Espíritu Santo. También aquíadmirablemente se libra de las manos de los tresenemigos, demonio, mundo y carne; porqueapagándose el sabor y gusto sensitivo acerca delas cosas, no tiene el demonio, ni el mundo, ni lasensualidad armas ni fuerzas contra el espíritu.

Estas sequedades, pues, hacen al alma andarcon pureza en el amor de Dios; pues que ya no semueve á obrar por el gusto y sabor de la obra,como por ventura lo hacía cuando gustaba, sinosólo por dar gusto á Dios. Hácese no presumidani satisfecha, como por ventura en el tiempo de la

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prosperidad solía, sino recelosa y temerosa de sí,no teniendo de sí satisfacción alguna: en lo cualestá el santo temor que conserva y aumenta lasvirtudes. Apaga también esta sequedad lasconcupiscencias y bríos naturales, como tambiénqueda dicho. Porque aquí, si no es el gusto que desuyo Dios le infunde algunas veces, por maravillahalla gusto y consuelo sensible por su diligenciaen alguna obra y ejercicio espiritual, como yaqueda dicho.

Créceles en esta noche seca el cuidado déDios, y las ansias por servirle. Porque como se levan enjugando los pechos de la sensualidad, conque sustentaba y criaba los apetitos tras que iba,sólo [47] queda en seco y en desnudo el ansia deservir á Dios, que es cosa para él muy agradable.Pues como dice David. El espíritu atribulado essacrificio para Dios (Ps. L, 19). Como el alma,pues, conoce que en esta purgación seca pordonde pasó, sacó y consiguió tantos y tanpreciosos provechos como aquí se han referido,no hace mucho en decir en la canción que vamosdeclarando en el verso, es á saber: «¡Oh dichosaventura! Salí sin ser notada.» Esto es, salí de loslazos y sujeción de los apetitos sensitivos yaficiones, sin ser notada; es á saber, sin que losdichos tres enemigos me lo pudiesen impedir.Los cuales (como habernos dicho) en los apetitosy gustos, así como con los lazos enlazan el alma yla detienen que no salga de sí á la libertad del

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amor de Dios, sin los cuales ellos no puedencombatir al alma, como queda dicho.

De donde en sosegándose por continuamortificación las cuatro pasiones del alma, queson, gozo, dolor, esperanza y temor; y enadormiéndose en la sensualidad por ordinariassequedades los apetitos naturales; y en alzando deobra la armonía de los sentidos y potenciasinteriores, cesando de sus operacionesdiscursivas, como habernos dicho, la cual es todala gente y morada de la parte inferior del alma,que es lo que allí llama su casa, diciendo:

Estando ya mi casa sosegada.

(Capitulo XIV) DECLÁRASE ESTE ÚLTIMO VERSO DE LA PRIMERA CANCIÓN.

Estando ya esta casa de la sensualidadsosegada, esto es, mortificadas sus pasiones,apagadas sus codicias, y los apetitos sosegados yadormidos por medio de esta noche dichosa de lapurgación sensitiva, salió el alma á comenzar elcamino y vía del espíritu, que es el de losaprovechantes y aprovechados, que por otro nombrellaman la vía iluminativa ó de contemplacióninfusa, con que Dios de suyo [48] andaapacentando y reficionando el alma, sin discursoni ayuda activa con industria de la misma alma.Tal es, como habernos dicho, la noche ypurgación del sentido en el alma. La cual en losque después han de entrar en la otra más grave

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del espíritu, para pasar á la divina unión de amorde Dios (porque no todos, sino los menos, pasanordinariamente), suele ir acompañada con gravestrabajos y tentaciones sensitivas, que duranmucho tiempo, aunque en unos más que en otros:porque á algunos se les dá el ángel de Satanás, quees espíritu de fornicación, para que los azote lossentidos con abominables y fuertes tentaciones, yles atribule el espíritu con feas advertencias yrepresentaciones muy visibles en la imaginación,que á veces les es mayor pena que el morir.

Otras veces se les añade á esta noche elespíritu de blasfemia, el cual, en todos susconceptos y pensamientos, se anda atravesandocon intolerables blasfemias, y á veces con tantafuerza sugeridas en la imaginación54, que casi selas hace pronunciar, que les es grave tormento.

Otras veces se les dá otro abominable espírituque llaman Spiritus vertiginis, no porque caigan, sinoporque los ejercite. El cual de tal manera lesoscurece el sentido, que los llena de milescrúpulos y perplejidades tan entrincadas aljuicio de ellos, que nunca pueden satisfacerse connada, ni arrimar al juicio de ellos á consejo niconcepto: el cual es uno de los más gravesestímulos y horrores de esta noche, muy vecino álo que pasa en la noche espiritual.

54 Así dicen el manuscrito Hispalense y las ediciones precedentes. Los dosmanuscritos Toledanos ponen: Sugetadas en la imaginación. El Matritenseescribe: Engeridas en la imaginación.

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Estas tempestades y trabajos ordinariamenteenvía Dios en esta noche y purgación sensitiva álos que ha de poner después en la otra (aunqueno todos pasan á ella), para que, castigados yabofeteados, de esta manera se vayan ejercitando,y disponiendo y curtiendo los sentidos ypotencias para la unión de la Sabiduría que allí loshan de dar. Porque si el alma no es tentada,ejercitada y probada con [49] tentaciones, ytrabajos, no puede arribar su sentido para laSabiduría. Que por eso dijo el Eclesiástico: Quinon est tentatus, quid scit? Qui non est expertus, paucarecognoscit. El que no es tentado, qué sabe? Y elque no es probado, ¿cuáles son las cosas quereconoce? (Cap. XXXIV, 9 y 10.) De la cualverdad da Jeremías buen testimonio, diciendo:Castigasti me, et eruditus sum. Castigásteme, Señor, yfui enseñado. (Cap. XXXI, 18.) Y la más propiamanera de este castigo para entrar en la Sabiduría,son los trabajos interiores que aquí decimos: porcuanto son de los que más eficazmente purgan elsentido de todos los gustos y consuelos á que conflaqueza natural estaba afectado, y donde eshumillada el alma de veras para el ensalzamientoque ha de tener.

Pero el tiempo que al alma tengan en esteayuno y penitencia del sentido, cuanto sea, no escosa cierta decirlo; porque no pasa en todos deuna manera ni unas mismas tentaciones, que estova medido por la voluntad de Dios conforme á lo

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más ó menos que cada uno tiene de imperfecciónque purgar; y también conforme al grado deunión de amor á que Dios le quiere levantar, lehumillará más ó menos intensamente, ó más ómenos tiempo. Los que tienen sujeto y másfuerza para sufrir, con más intensión los purga ymás presto. Porque á los muy flacos con mucharemisión y flacas tentaciones mucho tiempo loslleva por esta noche, dándoles ordinariasrefecciones al sentido porque no vuelvan atrás, ytarde llegan á la pureza de perfección en esta vida,y algunos de éstos nunca. Que ni bien están en lanoche ni bien fuera de ella; porque, aunque nopasan adelante, para que se conserven enhumildad y conocimiento propio, los ejercitaDios algunos ratos y días en aquestas sequedadesy tentaciones; y les ayuda con el consuelo otrasveces á temporadas, porque desmayando novuelvan á buscar el del mundo. A otras almas másflacas anda Dios con ellas como desapareciendo ytrasponiéndose, para ejercitarlas en su amor;porque sin desvíos no aprendieran á llegarse áDios.

Pero las almas que han de pasar á tan dichosoy alto estado como es la unión de amor, por muyaprisa que Dios las lleve, [50] harto tiempo suelendurar en estas sequedades y tentacionesordinariamente, como está visto por experiencia.

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Tiempo es, pues, ya, de comenzar á tratar de la segundanoche55.

NOCHE OSCURA DEL ESPÍRITU.

§ i (Capitulo I). COMIÉNZASE Á TRATAR DE LA NOCHE DELESPÍRITU DÍCESE Á QUÉ TIEMPO COMIENZA.

Al alma que Dios ha de llevar adelante, noluego que sale de las sequedades y trabajos de laprimera purgación y noche del sentido, pone SuMajestad en esta noche del espíritu56, antes suelepasar harto tiempo y años, en que salida el almadel estado de principiantes se ejercita en el de losaprovechados. En el cual (así como el que hasalido de una estrecha cárcel), anda en las cosasda Dios con mucha más anchura y satisfaccióndel alma, y con más abundante é interior deleiteque tenia á los principios, antes que entrase en ladicha noche, no trayendo ya atada la imaginacióny potencias al discurso y cuidado espiritual, comosolía. Porque con gran facilidad halla luego en suespíritu muy serena y amorosa contemplación ysabor espiritual sin trabajo del discurso. Aunquecomo no está bien hecha la purgación del alma(porque falta la principal parte, que es la del

55 De este modo terminan los manuscritos. El de Alba, añade las siguientespalabras: «en que pone Dios al alma.» Las ediciones variaron algo el textopara que estuviera conforme con la división que habían hecho de estaobra. Decían así: «Concluyendo, pues, con este libro, comencemos á tratarde la segunda noche.»56 c. H. y T. En las ediciones se decía: «Pone su Majestad en la unión deamor.» En los Manuscritos de Alba, Madrid y Carmelitas Descalzas deToledo, faltan palabras; por lo cual no hacen completo sentido.

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espíritu, sin la cual, por la comunicación que hayde la una parte á la otra, por razón de ser un solosupuesto, tampoco la purgación sensitiva, aunquemás fuerte haya sido, queda acabada y perfecta:[52] nunca le faltan á veces algunas necesidades,sequedades, tinieblas y aprietos, á veces muchomás intensos que los pasados, que son comopresagios y mensajeros de la noche venidera delespíritu, aunque no son éstos durables, como serála noche que espera. Porque habiendo pasado unrato, ó ratos, ó días de esta noche ó tempestad,luego vuelve á su acostumbrada serenidad; y deesta manera va purgando Dios á algunas almasque no han de subir á tan alto grado de amorcomo las otras, metiéndolas á ratosinterpoladamente en esta noche decontemplación ó purgación espiritual, haciendoanochecer y amanecer á menudo, porque secumpla lo que dice David, que envía su cristal,esto es, su contemplación, como á bocados: Mittitcristallum suam, sicut buccellas. (CXLVII, 17).Aunque estos bocados de oscura contemplaciónnunca son tan intensos como lo es aquellahorrenda noche de contemplación que habernosde decir, en que de propósito pone Dios al almapara llevarla á la Divina unión.

Este sabor, pues, y gusto interior quedecimos, que con abundancia y facilidad hallan ygustan estos aprovechantes en su espíritu, conmucha más abundancia que antes se les

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comunica, redundando de ahí en el sentido másque solía antes de esta sensible purgación. Quepor cuanto él está ya más puro, con más facilidadpuede sentir los gustos del espíritu á su modo. Ycomo en fin, esta parte sensitiva del alma es flacaé incapaz para las cosas fuertes del espíritu, deaquí es que estos aprovechados, á causa de estacomunicación espiritual que se hace en la partesensitiva, padecen en ella muchas debilitaciones ydetrimentos y flaquezas de estómago, y en elespíritu consiguientemente fatiga. Porque, comodice el Sabio: Corpus enim, quod corrumpitur, aggravatanimam. El cuerpo que se corrompe agrava elánima. (Sap. IX., 15). De aquí es que lascomunicaciones de éstos, ni pueden ser muyfuertes, ni muy intensas, ni muy espirituales,cuales se requieren para la Divina unión conDios, por la flaqueza y corrupción de lasensualidad que participa en ellas. De aquí vienenlos arrobamientos y traspasos, ydescoyuntamientos de huesos, que siempreacaecen cuando las comunicaciones no sonpuramente espirituales; esto es, al espíritu sólo,como son las de los perfectos, [53] purificados yapor la noche segunda del espíritu, en los cualescesan ya estos arrobamientos y tormentos decuerpo, gozando ellos de la libertad del espíritu,sin que se anuble y trasponga el sentido. Y paraque se entienda la necesidad que éstos tienen deentrar en esta noche de espíritu, notaremos aquí

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algunas imperfecciones y peligros que tienenestos aprovechados.

§ II (Capitulo II). DE ALGUNAS IMPERFECCIONES QUE TIENEN ESTOS APROVECHADOS.

Dos maneras de imperfecciones tienen estosaprovechados: unas son habituales, otras actuales:las habituales son las aficiones y hábitosimperfectos que todavía, como raíces, hanquedado en el espíritu, donde la purgación delsentido no pudo llegar. En la purgación de loscuales la diferencia que hay á estotra, es la que dela raíz á la rama, ó sacar una mancha fresca ó unamuy asentada y vieja. Porque, como dijimos, lapurgación del sentido sólo es puerta y principiode contemplación para la del espíritu, que comotambién habernos dicho, más sirve de acomodar elsentido al espíritu, que de unir el espíritu conDios. Mas todavía se quedan en el espíritu lasmanchas del hombre viejo, aunque á él no se leparecen, ni las echa de ver: las cuales si no salencon el jabón y fuerte lejía de la purgación de estanoche, no podrá el espíritu venir á pureza deunión divina.

Tienen también éstos la hebetudo mentis yrudeza natural que todo hombre contrae por elpecado, y la distracción y exterioridad de! espíritu,la cual conviene que se ilustre, clarifique y recojapor la penalidad y aprieto de aquella noche. Estashabituales imperfecciones, todos los que no han

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pasado de este estado de aprovechados, lastienen; las cuales no pueden estar, como decimos,con el estado perfecto de unión por amor.

En las actuales no caen todos de una manera;mas algunos, como [54] traen estos bienesespirituales tan afuera y tan manuales en elsentido, caen en mayores inconvenientes y peligrosque á los principios dijimos. Porque como elloshallan á manos llenas tantas comunicaciones yaprehensiones espirituales al sentido y espíritu,donde muchas veces ven visiones imaginarias yespirituales (porque todo esto con otrossentimientos sabrosos acaece á muchos de éstosen este estado, en lo cual el demonio y la propiafantasía muy ordinariamente hace trampantojos alalma), y como con tanto gusto suele imprimir ysugerir el demonio al alma las aprehensionesdichas y sentimientos, con gran facilidad laembelesa y engaña, no teniendo ella cautela pararesignarse y defenderse fuertemente en fe de todasestas visiones y sentimientos. Porque aquí hace eldemonio creer á muchos57 visiones vanas yprofecías falsas: aquí en este puesto les procura hacerpresumir que habla Dios y los Santos con ellos, ycreen muchas veces á su fantasía. Aquí los suele eldemonio llenar de presunción y soberbia, yatraídos de la vanidad y arrogancia, se dejan ser57 c. Mss. A y T.–El Hispalense dice lo mismo, sólo que pone invertida laoración, pues escribe: «Hace el demonio á muchos creer.» Las ediciones yel de las Carmelitas de Toledo traen el texto de este modo: «Hace eldemonio creer muchas visiones, etc.»

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vistos en actos exteriores que parezcan desantidad, como son arrobamientos y otrasapariencias. Hácense así atrevidos á Dios,perdiendo el santo temor, que es llave y custodiade todas las virtudes; y tantas falsedades yengaños suelen multiplicarse en algunos de éstos,y tanto se envejecen en ellos, que es muy dudosala vuelta de éstos al camino puro de la virtud yverdadero espíritu. En las cuales miserias vienen ádar, comenzando á darse con demasiadaseguridad á las aprehensiones y sentimientosespirituales, cuando comenzaban á aprovechar enel camino espiritual. Había tanto que decir de lasimperfecciones de éstos, y de cómo les son másincurables por tenerlas ellos por más espiritualesque las primeras, que lo quiero dejar. Sólo digo,para fundar la necesidad que hay de la nocheespiritual, que es la purgación, para el que ha depasar adelante, que á lo menos ninguno de estosaprovechados, por bien que le hayan andado las[55] manos, deja de tener muchas de aquellasafecciones naturales y hábitos imperfectos, de quedijimos primero ser necesario precederpurificación para pasar á la Divina unión. Ydemás de esto, lo que arriba dejamos dicho, es ásaber, que por cuanto todavía participa la parteinferior en estas comunicaciones espirituales, nopueden ser tan intensas, puras y fuertes como serequieren para la dicha unión; por tanto, paravenir á ella, conviénele al alma entrar en la

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segunda noche del espíritu, donde desnudando elsentido y espíritu perfectamente de todas estasaprehensiones y sabores, le han de hacer caminaren oscura y pura Fe, que es propio y adecuadomedio por donde el alma se une con Dios, segúnpor Oseas lo dice: Sponsabo te mihi in fide. Yo tedesposaré conmigo, esto es, te uniré conmigo porFe. (Osee II, 20.)

§ III (Capítulo III). ANOTACIÓN PARA LO QUE SE SIGUE.

Estando ya, pues, estos aprovechados, por eltiempo que han pasado cebando los sentidos condulces comunicaciones58, para que así atraída ysaboreada del espiritual gusto la parte sensitivaque del espíritu le manaba, se aunase yacomodase en uno con el espíritu, comiendo cadauno en su manera de un mismo manjar espiritualy en un mismo plato de un solo supuesto y sujeto;para que así ellos, en alguna manera juntos yconformes en uno, estén dispuestos para sufrir laáspera y dura purgación del espíritu que lesespera; porque en ella se han de purgarcumplidamente estas dos partes del alma, [56]espiritual y sensitiva; porque la una nunca se

58 c. Así dicen los manuscritos de Baeza, Calatayud, Madrid, Sevilla y el deGayangos. Como se notará leyendo todo el párrafo, no hacen sentido muyperfecto. A nuestro juicio, mejor le haría si dijera: «Están, ya, pues, estos,etc.» El manuscrito de Alba y el de las Carmelitas de Toledo se hallan algomendosos en este lugar, el cual ponen de esta manera: «Estando ya puestos yaprovechados, etc-» Las ediciones decían: «Han, pues, ya estosaprovechados, por el tiempo que han pasado, experimentado estas dulcescomunicaciones.» El sentido es más completo.

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purga bien sin la otra, que la purgación válidapara el sentido es cuando de propósito comienzala del espíritu. De donde la noche que habernosdicho del sentido, más se puede y debe llamarcierta reformación y enfrenamiento del apetito,que purgación. La causa es, porque todas lasimperfecciones y desórdenes de la parte sensitivatienen su fuerza y raíz en el espíritu, donde sesujetan los hábitos buenos y malos, y así, hasta queéstos se purguen, las rebeliones y siniestros delsentido no se pueden bien purgar. De donde enesta noche que se sigue se purgan entrambaspartes juntas, que este es el fin, porque conveníahaber pasado por la reformación de la primeranoche, y llegado á la bonanza que de ella salió,para que aunado con el espíritu, en cierta manerase purguen y padezcan aquí con más fortaleza,porque para tan fuerte y dura purga es menesterdisposición tan grande, que sin haberreformádose antes la flaqueza de la parte inferior,y cobrado fortaleza en Dios por el dulce ysabroso trato que con él después tuvo, no tuvierafuerza ni disposición el natural para sufrirla.

Por tanto, todavía el trato y operaciones quetienen estos aprovechados con Dios son muybajas, á causa de no tener purificado é ilustrado eloro del espíritu, por lo cual todavía entienden deDios como pequeñuelos, y hablan de Dios comopequeñuelos, y saben y sienten de Dios comopequeñuelos, según dice San Pablo (1. ad Cor.

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XIII, 11.), por no haber llegado á la perfección,que es la unión del alma con Dios, por la cualunión ya como grandes obran grandezas con suespíritu, siendo ya sus obras y potencias másDivinas que humanas, como después se dirá.Queriendo Dios desnudarlos de hecho de esteviejo hombre y vestirlos del nuevo, que segúnDios es criado en la novedad del sentido, que diceel Apóstol (Ephes. IV, 23 y 24), desnúdales laspotencias y aficiones y sentidos, así espiritualescomo sensibles, así exteriores como interiores,dejando á oscuras el entendimiento, y la voluntadá secas, y vacía la memoria, y las aficiones delalma en suma aflicción, amargura y aprieto,privándola del sentido y gusto que antes sentía delos bienes espirituales, para que esta privación seauno de los principios que se requieren en el [57]espíritu para que se introduzca y una en él laforma espiritual del espíritu, que es la unión deamor. Todo lo cual obra el Señor en ella pormedio de una pura y oscura contemplación, comoel alma lo da á entender en la primera Canción.La cual, aunque está declarada al proposito de laprimera noche del sentido, principalmente laentiende el alma por esta segunda del espíritu, porser la principal parte de la purificación del alma. Yasí á este propósito la pondremos y declararemosaquí otra vez.

PÓNESE LA PRIMERA CANCIÓN Y SU DECLARACIÓN

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En una noche oscura,Con ansias en amores inflamada,¡Oh dichosa ventura!Salí sin ser notada,Estando ya mi casa sosegada.

(Capitulo IV)

Entendiendo ahora esta Canción á propósitode la purgación, contemplación, ó desnudez ópobreza de espíritu, que todo aquí es casi unamisma cosa, podémosla declarar en esta manera, yque dice el alma así: en pobreza, desamparo ydesarrimo de todas las aprehensiones de mi alma,esto es, en oscuridad de mi entendimiento yaprieto de mi voluntad, en aflicción y angustia dela memoria, dejándome á oscuras en pura Fe, lacual es noche oscura para las dichas potenciasnaturales, sola la voluntad tocada de dolor yaflicciones y ansias de amor de Dios, salí de mímisma; esto es, de mi bajo modo de entender, yde mi flaca suerte de amar, y de mi escasa y pobremanera de gustar de Dios, sin que la sensualidadni el demonio me lo estorben. Lo cual fué grandedicha y buena ventura para mí; porque enacabando de aniquilarse y sosegarse las potencias,pasiones, apetitos y aficiones de mi alma, con quebajamente sentía y gustaba de Dios, salí del tratoy escasa operación humana mía á [58] operación ytrato con Dios. Es á saber, mi entendimientosalió de sí, volviéndose de humano y natural enDivino; porque, uniéndose por medio de esta

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purgación con Dios, ya no entiende por su vigornatural59, sino por la Divina Sabiduría con que seunió. Y mi voluntad salió de sí haciéndoseDivina; porque unida con el Divino amor, ya noama bajamente con su fuerza natural60, sino con fuerzay pureza del Espíritu Santo; y así la voluntad yaacerca de Dios no obra humanamente, y ni másni menos la memoria se ha trocado enaprehensiones eternas de gloria. Y finalmente,todas las fuerzas y afectos del alma, por medio deesta noche y purgación del viejo hombre, todas serenuevan con temples y deleites Divinos.

Síguese el verso:En una noche oscura.

§ I (Capitulo V). COMIENZA Á DECLARAR CÓMO ESTACONTEMPLACIÓN OSCURA NO SÓLO ES NOCHE PARA EL

ALMA, SINO TAMBIÉN PENA Y TORMENTO.

Esta noche oscura es una influencia de Diosen el alma, que la purga de sus ignorancias éimperfecciones habituales, naturales y espirituales,que llaman los contemplativos, contemplacióninfusa, ó mística teología, en que de secretoenseña Dios al alma, y la instruye en perfecciónde amor, sin ella hacer nada ni entender cómo esesta contemplación infusa. Por cuanto esSabiduría de Dios amorosa, hace Dios principalesefectos en el alma; porque la dispone purgándola

59 «Con el modo limitado y corto que antes.» (Edic. ant.)60 «Con la fuerza y vigor limitado que antes.» (Edic. ant.)

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é iluminándola para la unión de amor con Dios.De donde la misma sabiduría amorosa, que purgalos espíritus bienaventurados ilustrándolos, es laque aquí purga al alma y la ilumina. [59]

Pero es la duda, ¿por qué, pues, á la lumbreDivina (que, como decimos, ilumina y purga alalma de sus ignorancias) la llama aquí el almanoche oscura? A lo cual se responde, que por doscosas61 es esta Divina Sabiduría no sólo noche ytiniebla para el alma, mas también le es pena ytormento. La primera es por la alteza de laSabiduría Divina, que excede al talento del alma, yen esta manera le es tinieblas. La segunda, por labajeza é impureza de ella, y de esta manera le espenosa y aflictiva, y también oscura. Para probarla primera, conviene suponer cierta doctrina delFilósofo, que dice que cuanto las cosas Divinasson en sí más claras y manifiestas, tanto más sonal alma oscuras y ocultas naturalmente. Así comode la luz, cuanto más ciara es, más ciega yoscurece la pupila de la lechuza, y cuanto el Sol semira más de lleno, más tinieblas causa en lapotencia visiva y la priva, excediéndola por suflaqueza. De donde, cuando esta Divina luz decontemplación embiste en el alma que aún noestá ilustrada totalmente, le hace tinieblasespirituales, porque no sólo la excede, perotambién la priva y oscurece el acto de su inteligencianatural. Que por esta causa San Dionisio y otros61 El Ms. de Alba dice: «Por dos causas.»

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místicos teólogos llaman á esta contemplacióninfusa rayo de tiniebla; conviene á saber, para elalma no ilustrada y purgada, porque de su granluz sobrenatural es vencida la fuerza naturalintelectiva y privada. Por lo cual David tambiéndijo: Nubes, et caligo in circuitu ejus. Que cerca deDios y enderredor de él está oscuridad y nube(Ps. XCVI, 2): no porque ello así sea en sí, sinopara nuestros entendimientos flacos, que en taninmensa luz se ciegan y quedan ofuscados, noalcanzando tan gran alteza. Que por eso el mismoDavid lo declaró, diciendo: Præ fulgore in conspectuejus nubes transierunt. Por el gran resplandor de supresencia se atravesaron nubes (Ps. XVII, 13); esá saber, entre Dios y nuestros entendimientos. Yesta es la causa, porque en derivando Dios de si alalma que aún no está transformada, esteesclarecido rayo de su sabiduría secreta le hacetinieblas oscuras en el entendimiento. Y que estaoscura [60] contemplación también le sea al almapenosa á estos principios, está claro: porquecomo esta Divina contemplación infusa tienemuchas excelencias en extremo buenas, y el almaque las recibe, por no estar purgada, tiene muchasmiserias también en extremo malas; de aquí es que nopudiendo caber dos contrarios en un sujeto delalma, de necesidad haya de pensar y padecer,siendo ella el sujeto en que contra sí se ejercitanestos dos contrarios, haciendo los unos contra losotros, por razón de la purgación que de las

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imperfecciones del alma por esta contemplaciónse hace. Lo cual probaremos por inducción deesta manera. Cuanto á lo primero, porque la luz ysabiduría de esta contemplación es muy clara ypura, y el alma en que ella embiste, está oscura éimpura: de aquí es que la pena mucho el recibirla,así como cuando los ojos están de mal humor,enfermos é impuros, del embestimiento de laclara luz reciben pena; y esta pena en el alma, ácausa de su impureza, es inmensa cuando deveras es embestida de esta Divina luz, porqueembistiéndose en el alma esta luz pura, á fin deexpeler la impureza del alma, siéntese el alma tanimpura y miserable, que le parece estar Dioscontra ella, y que ella está hecha contraria á Dios.Lo cual es de tanto sentimiento y pena para elalma (porque le parece aquí que la ha Diosarrojado), que uno de los trabajos que más sentíaJob cuando Dios le tenia en este ejercicio, eraéste, diciendo: Quare posuisti me contrarium tibi, etfactus sum mihimetipsi gravis? Por qué me has puestocontrario á tí, y soy grave y pesado á mí mismo?(Job VII, 20.) Porque viendo el alma claramenteaquí por medio de esta clara y pura luz (aunque áoscuras) su impureza, conoce claro que no esdigna de Dios ni de criatura alguna. Y lo que másla pena es, que piensa que nunca lo será, y que yase le acabaron sus bienes. Esto lo causa laprofunda inmersión que tiene de la mente en elconocimiento y sentimiento de sus males y

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miserias. Porque aquí se las muestra todas al ojoesta Divina y oscura luz, y que vea claro cómo desuyo no podrá tener otra cosa. Podemos entenderen este sentido aquella autoridad de David, quedice: Propter iniquitatem corripuisti hominem: ettabescere fecisti sicut araneam animam ejus. [61] Por lainiquidad corregiste al hombre, é hiciste deshacery contabescer su alma como la araña se desentraña(Ps. XXXVIII, 12). La segunda manera en quepena el alma, es á causa de su flaqueza natural ymoral y espiritual; porque como esta Divinacontemplación embiste en el alma con algunafuerza, á fin de la ir fortaleciendo y domando, detal manera pena en su flaqueza, que poco menosdesfallece; particularmente algunas veces cuandocon alguna más fuerza la embiste; porque elsentido y espíritu, así como si estuviese debajo dealguna inmensa y oscura carga, está penando yagonizando tanto, que tomaría por alivio ypartido el morir. Lo cual, habiendoexperimentado el Santo Job, decia: Noto multafortitudine contendat mecum, ne magnitudinis suæ moleme premat. No quiero que trate conmigo en muchafortaleza, porque no me oprima con el peso de sugrandeza (Job XXIII, 6). En la fuerza de estaopresión y peso se siente el alma tan ajena de serfavorecida, que le parece, y así es, que aún en loque solía hallar algún arrimo se acabó con lodemás, y que no hay quien se compadezca de ella.A cuyo propósito también dice Job: Miseremini

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mei, miseremini mei saltem vos, amici mei, quia manusDomini tetigit me. Compadecéos de mí,compadecéos de mi, á lo menos vosotros misamigos, porque me ha tocado la mano del Señor(Job XIX, 21). Cosa de grande maravilla y lástima,que sea aquí tanta la flaqueza é impureza delánima, que siendo la mano de Dios de suyo tanblanda y suave, la siente el alma aquí tan grave ycontraria, con no cargar ni asentarla, sinosolamente tocando, y eso misericordiosamente,pues lo hace á fin de hacer mercedes al alma, y node castigarla.

§ II (Capítulo VI). DE OTRAS MANERAS DE PENA QUE EL ALMA PADECE EN ESTA NOCHE.

La tercera manera de pasión y pena que elalma aquí padece, es á causa de otros dosextremos, conviene á saber, Divino y humano,que aquí se juntan. El Divino es estacontemplación purgativa, y el [62] humano es elsujeto del alma. Que como el Divino embiste áfin de sazonarla y renovarla para hacerla Divina, ydesnudándola de las aficiones habituales ypropiedades del hombre viejo, con que ella estámuy unida, conglutinada y conformada, de talmanera la desmenuza y deshace la sustanciaespiritual62, absorbiéndola en una profunda y honda

62 Hay en este lugar alguna diferencia entre los manuscritos: el Hispalensedice: la destrica y descuece; el Toledano: la descuece; el Albense: la deshace ydescurece (ó descuece, según se escribió en un principio); y el de lasCarmelitas: destrueca y descuece.

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tiniebla, que el alma se siente estar deshaciendo yderritiendo á la faz y vista de sus miserias conmuerte de espíritu cruel; así como si tragada deuna bestia en su vientre tenebroso se sintiese estardigeriendo, padeciendo estas angustias, comoJonás en el vientre de aquella marina bestia (II. 1.)Porque en este sepulcro de oscura muerte leconviene estar para la espiritual resurrección queespera.

La manera de esta pasión y pena, aunque deverdad ella es sobre manera, descríbela David,diciendo: Circumdederunt me dolores mortis... doloresinferni circumdederunt me... in tribulatione mea invocaviDominum, et ad Deum meum clamavi. Cercáronme losdolores de la muerte, los dolores del infierno merodearon, en mi tribulación clamé (XVII, 5-7.)Pero lo que esta doliente alma aquí más siente, esparecerle claro que Dios la ha desechado, yaborreciéndola arrojado en las tinieblas, que paraella es grave y lastimera pena creer que la hadejado Dios. La cual también David, sintiéndolamucho en este caso, dice: Sicut vulnerati dormientesin sepulchris, quorum non est memor amplius; et ipsi demanu tua repulsi sunt; posuerunt me in lacu inferiori, intenebrosis, et in umbra mortis; super me confirmatus estfuror tuus; et omnes fluctus tuos induxisti super me. De lamanera que los llagados están muertos en lossepulcros, dejados ya de tu mano, de que no teacuerdas más; así me pusieron á mí en el lago máshondo é inferior en tenebrosidades y sombra de

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muerte, y está sobre mí confirmado tu furor, ytodas tus olas descargaste sobre mí (Psalm.LXXXVII, 6-8.) Porque verdaderamente, [63]cuando esta contemplación purgativa aprieta,sombra de muerte y gemidos de muerte y doloresde infierno siente el alma muy á lo vivo, queconsiste en sentirse sin Dios, y castigada yarrojada, é indignado él y que está muy enojado,que todo se siente aquí; y más, que le parece enuna temerosa aprehensión, que ya es parasiempre. Y el mismo desamparo siente de todaslas criaturas y desprecio acerca de ellas,particularmente de los amigos. Que por esoprosigue luego David, diciendo: Longe fecisti notosmeos a me;posuerunt me abominationem sibi. Alejaste demí mis amigos y conocidos; tuviéronme porabominación (Ibid. 9.) Todo lo cual, como quientambién lo experimentó en el vientre de la bestiacorporal y espiritualmente, testifica bien Jonás,diciendo así: Projecisti me in profundum in corde maris,et flumen circumdedit me; omnes gurgites tui, et fluctus tuisuper me transierunt. Et ego dixi: abjectus sum áconspectu oculorum tuorum; verumtamen rursus videboTemplum Sanctum tuum; circumdederunt me aquæ usquead animam; abyssus vallavit me,pelagus operuit caputmeum. Ad extrema montium descendi: terræ vectesconcluserunt me in æternum. Arrojásteme al profundoen el corazón de la mar, y la corriente me cercó;todos sus golfos y olas pasaron sobre mí y dije:Arrojado estoy de la presencia de tus ojos; pero

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otra vez veré tu santo templo (lo cual dice,porque aquí purifica Dios al alma para verlo);cercáronme las aguas hasta el alma, el abismo meciñó, el piélago cubrió mi cabeza, á los extremosde los montes descendí; los cerrojos de la tierrame cerraron para siempre (Jon. II, 4-7.) Loscuales cerrojos se entienden aquí á este propósitopor las imperfecciones del alma, que la tienenimpedida que no goce esta sabrosacontemplación.

La cuarta manera de pena causa en el almaotra excelencia de esta oscura contemplación, quees la majestad y grandeza de ella63, de la cual nacesentir en el alma otro extremo que hay en ella deíntima [64] pobreza y miseria; la cual es de lasprincipales penas que padece en esta purgación.Porque siente en sí un profundo vacío y pobrezade tres maneras de bienes que se ordenan al gustodel alma, que son: temporal, natural y espiritual;viéndose puesta en los males contrarios, convieneá saber: miserias de imperfecciones, sequedades yvacíos de las aprehensiones de las potencias ydesamparo del espíritu en tiniebla. Que porcuanto aquí purga Dios al alma según la sustanciasensitiva y espiritual, y según las potenciasinteriores y exteriores, conviene que el alma seapuesta en vacío y pobreza y desamparo de todas63 c. Así dicen los manuscritos de Baeza, Calatayud, Madrid, Sevilla yCarmelitas Descalzos de Toledo.–Las ediciones decían: «Grandeza deDios.» Los códices de Alba, Burgos y el de las Carmelitas de Toledo noestán conformes ni con éstas ni con aquéllos. Creo están aquí mendosos.

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estas partes, dejándola seca, vacía yen tinieblas.Porque la parte sensitiva se purifica en lasequedad, y las potencias en el vacío de susaprehensiones, y el espíritu en tiniebla oscura.Todo lo cual hace Dios por medio de esta oscuracontemplación; en la cual no sólo padece el almael vacío y suspensión de estos arrimos naturales yaprehensiones, que es un padecer muy congojoso,(como si á uno le suspendiesen ó detuviesen en elaire, que no respirase), mas también estápurgando al alma, aniquilando ó vaciando óconsumiendo en ella (así como hace el fuego alorín y moho del metal), todas las afecciones yhábitos imperfectos que ha contraído toda la vida.Que por estar ellos muy arraigados en la sustanciadel alma, suele padecer grandes gravedades,deshacimiento y tormento interior, demás de ladicha pobreza y vacío natural y espiritual, paraque se verifique aquí la autoridad de Ezequiel,que dice: Congere ossa, quæ igne succendam;consumentur carnes, et coquetur universa compositio, etossa tabescent. Junta los huesos, y encenderlos hé enfuego, consumirse han las carnes, y cocerse hátoda la composición, y deshacerse han los huesos(Ezech. XXIV, 10.) En lo cual se entiende la penaque se padece en el vacío y pobreza de la sustanciadel alma sensitiva y espiritual. Y sobre esto diceluego: Pone quoque eam super prunas vacuam, utincalescat, et liquefiat ces ejus; et confletur in medio ejusinquinamentum ejus, et consumatur rubigo ejus (Ibid.

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11.) Ponedla también así vacía sobre las ascuas,para que se caliente y derrita su metal, y deshagaen medio de ella su inmundicia y sea consumidosu moho. En lo cual se dá á entender la gravepasión que aquí el alma [65] padece en lapurgación del fuego de esta contemplación; puesdice aquí el profeta, que para que se purifique ydeshaga el orín de las aficiones que están enmedio del alma, es menester en cierta manera queella misma se aniquile y deshaga; según estáconnaturalizada en estas pasiones éimperfecciones. De donde, porque en esta fraguase purifica el alma como el oro en el crisol, segúnel Sabio dice: Tamquam aurum in fornace probavit illos(Sapient. III, 6); siente este grande deshacimientoen la misma sustancia del alma con extremadapobreza, en que está como acabando. Como sepuede ver por lo que á este propósito de sí diceDavid por estas palabras, clamando á Dios:Salvum me fac Deus, quoniam intraverunt aquæ usquead animam meam. Infixas sum in limo profundi, et nonest substantia; veni in altitudinem inaris, et tempestasdemersit me; laboravi clamans, raucæ factæ sunt faucesmeæ, defecerunt oculi mei, dum spero in Deum meum.Sálvame, Señor, porque han entrado las aguashasta el alma mía; fijado estoy en el limo delprofundo, y no hay donde me sustente; vine hastalo profundo de la mar, y la tempestad me anegó;trabajé clamando, enronquecióse mi garganta,desfallecieron mis ojos en tanto que espero en mi

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Dios (Ps. LXVIII, 2-4.) En esto humilla Diosmucho al alma para ensalzarla mucho después, ysi él no ordenase que estos sentimientos, cuandose avivan en el alma, se adormeciesen presto,desampararía el cuerpo en muy breves días; masson interpolados los ratos en que se siente suíntima vileza. La cual algunas veces se siente tan álo vivo, que le parece al alma que ve abierto elinfierno y la perdición. Porque de éstos son losque de veras descienden al infierno viviendo, puesaquí se purgan á la manera que allí64; porque estapurgación es la que se había de hacer allí65. Y así elalma que por aquí pasa66, ó no entra en aquellugar, ó se detiene allí muy poco, porqueaprovecha aquí más una hora, que muchas allí.[66]

§ III (Capítulo VII). PROSIGUE EN LA MISMA MATERIA DE OTRAS AFLICCIONES Y APRIETOS DE LA VOLUNTAD.

Las aflicciones de la voluntad y aprietos sontambién aquí inmensos y de manera que algunasveces traspasan al alma con la súbita memoria delos males en que se ve, y con la incertidumbre delremedio. Y añádese á esto la memoria de lasprosperidades pasadas; porque éstos,ordinariamente, cuando entran en esta noche, hantenido muchos gustos en Dios y héchole muchos

64 c. «Y á modo del purgatorio se purgan aquí.» (Edic. ant.)65 s. «Cuando es de culpas, aunque sean veniales.» (Edic. ant.)66 s. «Queda bien purgada.» (Edic. ant.)

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servicios, y esto les causa más dolor, ver que estánajenos de aquel bien, y que ya no pueden entraren él. Esto dice Job también, como loexperimentó, por estas palabras: Ego ille quondamopulentus, repente contritus sum: tenuit cervicem meam,confregit me, et posuit me sibi quasi in signum.Circumdedit me lanceis suis, convulneravit lumbos meos,non pepercit, et effudit in terra viscera mea. Concidit mevulnere super vulnus, irruit in me quasi gigas. Saccumconsui super cutem meam, et operui cinere carnem meam.Facies mea intumuit á fleta, et palpebræ meæ caligaverunt.Yo aquel que solía ser opulento y rico, de repenteestoy deshecho y contrito; asióme la cerviz,quebrantóme, y púsome como blanco suyo paraherir en mí; cercóme con sus lanzas, llagó todosmis lomos, no perdonó, derramó en la tierra misentrañas, rompióme como llaga sobre llaga;embistió en mí como fuerte gigante; cosí un sacosobre mi piel, y cubrí con ceniza mi carne; mirostro se ha hinchado con llanto y cegádose misojos. (Job. XVI, 13-17.) Tantas y tan grandes sonlas penas de esta noche, y tantas autoridades hayen la Escritura, que á este propósito se podíanalegar, que nos faltaría tiempo y fuerzasescribiendo; porque sin duda todo lo que sepuede decir es menos: por las autoridades yadichas se podrá barruntar algo de ello. Y para irconcluyendo con este verso, y dando á [67]entender algo más lo que en el alma es esta noche,diré lo que de ella siente Jeremías, lo cual por ser

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lanío lo dice y llora él por muchas palabras, en estamanera diciendo: Ego vir videns paupertatem meam invirga indignationis ejus. Me minavit, et adduxit intenebras, et non in lucem. Tantum in me vertit, etconvertit manum suam iota die. Vetustam fecit pellemmeam, et carnem meam, contrivit ossa mea. Ædificavit ingyro meo, et circumdedit me felle, et labore. In tenebrosiscollocavit me quasi mortuos sempiternos. Circumædificavitadversum me, ut non egrediar: aggravavit compedemmeum. Sed et cum clamavero, et rogavero, exclusitorationem meam. Conclusit vias meas lapidibus quadris,semitas meas subvertit. Ursus insidians factus est mihi, leoin absconditis. Semitas meas subvertit, et confregit me:posuit me desolatam. Tetendit arcum suum, et posuit mequasi signum ad sagittam. Misit in renibus meis filiaspharetræ suæ. Factus sum in derisum omni populo meo,canticum eorum tota die. Replevit me amaritudinibus,inebriavit me absynthio, et fregit ad numerum dentes meos,cibavit me cinere. Et repulsa est á pace anima mea,oblitus sum bonorum, et dixi: Periit finis meus, et spesmea a Domino. Recordare paupertatis, et transgressionismeæ, absynthii, et fellis: Memoria memor ero, et tabescetin me anima mea. Yo varón que veo mi pobreza enla vara de su indignación; hame amenazado, ytrájome á las tinieblas, y no á la luz. Tanto havuelto y convertido su mano sobre mí todo el día,hizo vieja mi piel y mi carne, desmenuzó mishuesos: en derredor de mí hizo cerca, y cercómede hiel y trabajo; en tenebrosidades me colocó,como muertos sempiternos. Cercó en derredor

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contra mí porque no salga, agravóme lasprisiones. Y también cuando hubiere llamado yrogado, ha excluido mi oración. Cerrádome hámis salidas y vías con piedras cuadradas,desbarató mis pasos. Puso acechadores; hásehecho para mi león en escondrijo. Mis pisadastrastornó y desmenuzóme, púsome desamparada,extendió su arco, y púsome á mí como señuelo ásu saeta. Arrojó á mis entrañas las hijas de sualjaba. Hecho soy para escarnio de todo elpueblo, y para risa y mofa de ellos todo el día.Llenádome há de amarguras, embriagóme conabsintio. Por número me quebrantó mis dientes,apacentóme con [68] ceniza. Arrojada está mialma de la paz, olvidado estoy de los bienes. Ydije: Frustrado y acabado está mi fin, y mipretensión y mi esperanza del Señor. Acuérdatede mi pobreza y de mi exceso, del absintio y de lahiel. Acordarme hé con memoria, y mi alma enmi se deshará en penas. (Thren. III, 1-20.)

Todos estos llantos hace Jeremías sobre estaspenas y trabajos, en que pinta muy al vivo laspasiones del alma en que esta purgación y nocheespiritual la pone. De donde grande compasiónconviene tener al alma que Dios pone en estatempestuosa y horrenda noche. Porque aunque lecorre muy buena dicha por los grandes bienes quede ella le han de nacer (cuando como dice Job,levantare Dios en el alma de las tinieblasprofundos bienes, y produzca en luz la sombra de

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muerte (Job. XII, 22): de manera, que como diceDavid, venga á ser su luz como fueron sustinieblas) (CXXXVIII, 12), con todo eso por lainmensa pena con que anda penando, y por lagrande incertidumbre que tiene de su remedio,pues cree (como aquí dice este profeta) que no hade acabarse su mal, pareciéndole, corno tambiéndice David, que la colocó Dios en las oscuridadescomo á los muertos del siglo, angustiando poresto en ella su espíritu, y turbándose en ella sucorazón (Ps. CXLII, 3), es de haberle gran dolor ylástima, porque se añade á esto, á causa de lasoledad y desamparo que esta oscura noche lecausa, no hallar consuelo ni arrimo en ningunadoctrina ni en maestro espiritual. Porque aunquepor muchas vías le testifique las causas delconsuelo que puede tener por los bienes que hayen estas penas, no lo puede creer. Porque comoella está tan embebida é inmersa en aquelsentimiento de males en que ve tan claramentesus miserias, parécele que como ellos no ven loque ella ve y siente, no la entendiendo dicenaquello, y en vez de consuelo, antes recibe nuevodolor, pareciéndole que no es aquél el remedio desu mal, y á la verdad así es. Porque hasta que elSeñor acabe de purgarla de la manera que él loquiere hacer, ningún medio ni remedio le sirve niaprovecha para su dolor. Cuanto más, que puedeel alma tan poco en este puesto, como el quetienen aprisionado en una oscura mazmorra

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atados pies y manos, sin poderse [69] mover niver, ni sentir ningún favor de arriba ni de abajo,hasta que aquí se ablande, humille y purifique elespíritu, y se ponga tan sutil, sencillo y delgado,que pueda hacerse uno con el espíritu de Dios,según el grado que su misericordia quisiereconcederle de unión de amor, que conforme áesto es la purgación más ó menos fuerte, ó demás ó menos tiempo. Mas si ha de ser algo deveras, por fuerte que sea, dura algunos años;puesto que en estos medios hay interpolaciones yalivios, en que por dispensación de Dios dejandoesta contemplación oscura de embestir en formay modo purgativo, embiste iluminativa yamorosamente, en que el alma, bien como salidade tal mazmorra y tales prisiones, y puesta enrecreación de anchura y libertad, siente y gustagran suavidad de paz y amigabilidad amorosa conDios con abundancia fácil de comunicaciónespiritual. Lo cual es al alma indicio de la saludque va en ella obrando la dicha purgación, yprenuncio de la abundancia que espera. Y aunesto es tanto á veces, que le parece al alma queson ya acabados sus trabajos. Porque de estacalidad son las cosas espirituales en el alma,cuando son más puramente espirituales; quecuando vuelven los trabajos, le parece al alma quenunca ha de salir de ellos, y que se le acabaron yasus bienes, como se ha visto por las autoridadesalegadas; y cuando son bienes espirituales,

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también le parece al alma que ya se acabaron susmales, y que no le faltarán ya los bienes, comoDavid, viéndose en ellos, lo confesó diciendo:Ego autem dixi in abundantia mea, non movebor inæternum. Yo dije en mi abundancia: no me moverépara siempre. (Ps. XXIX, 7.) Y esto acaece,porque la posesión actual de un contrario en elespíritu, de suyo remueve la actual posesión ysentimiento del otro contrario; lo cual no acaeceasí en la parte sensitiva del alma, por ser flaca suaprehensión. Mas como quiera que el espíritu aúnno está aquí bien purgado y limpio de lasaficiones que la parte inferior tiene contraídas,aunque en cuanto espíritu no se mude, en cuanto estáafectado con ellas, se podrá mudar en penas, comovemos que después se mudó David, sintiendomuchos males y penas, aunque en el tiempo de suabundancia le había parecido y dicho que no sehabía de mover jamás. Así el alma, como [70]entonces se ve actuada con aquella abundancia debienes espirituales, no echando de ver la raíz de laimperfección é impureza que todavía le queda,piensa que se acabaron sus trabajos. Mas estepensamiento las menos veces acaece; porquehasta que esté acabada de hacer la purgaciónespiritual, muy raras veces suele ser lacomunicación suave tan abundante que leencubra la raíz que queda, de manera que deje elalma de sentir allá en el interior un no sé qué quele falta ó que está por hacer, que no le deja

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cumplidamente gozar de aquel alivio, sintiendoallá dentro como un enemigo suyo, que aunqueestá como sosegado y dormido, se recela quevolverá á revivir y á hacer de las suyas. Y así es,que cuando más segura está y menos se cata, vuelveá tragar y á absorber al alma en otro grado peor ymás duro y oscuro y lastimero que el pasado, elcual durará otra temporada, por ventura más largaque la primera. Y aquí el alma otra vez viene ácreer que todos los bienes están acabados parasiempre. Que no le basta la experiencia que tuvodel bien pasado que gozó después del primertrabajo, en que también pensaba que ya no habíamás que penar, para dejar de creer en estesegundo grado de aprieto que está ya todoacabado y que no volverá como la vez pasada.Porque, como digo, esta creencia tan confirmadase causa en el alma de la actual aprehensión delespíritu, que aniquila en él todo lo que á ella escontrario. Esta es la causa porque los que yacen en elpurgatorio padecen grandes dudas de que han de salir deallí jamás, y de que se han de acabar sus penas67. Porqueaunque habitualmente tienen las tres virtudes Teologales,fe, esperanza y caridad, la actualidad que tienen delsentimiento de las penas y privación de Dios, no les dejagozar del bien actual y consuelo de estas virtudes: porqueaunque ellos echan de ver que quieren bien á Dios, no lesconsuela ésto, porque no les parece que los quiere Dios á

67 El manuscrito de las Carmelitas de Toledo dice: «Y desean de acabar suspenas.» Es, sin duda, una errata.

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ellos ni que de tal cosa son dignos; antes como se venprivados de él, puestos en sus miserias, paréceles que tienenmuy bien en si por qué ser [71] aborrecidos y desechadosde Dios con mucha razón para siempre68. Y así el almaaquí en esta purgación, aunque ella ve, que quierebien á Dios, y que por él daría mil vidas (como esasí la verdad, porque en estos trabajos aman con

68 a. Este pasaje lo traen ocho manuscritos. Falta, sin embargo, en dosbastante importantes, el de Burgos y Alba. Hay alguna probabilidad de queesto provenga de haberle quitado el Santo al revisar sus obras, para evitartorcidas interpretaciones. Acerca de su inteligencia, debemos notar que noes el Místico Doctor de la opinión de un corto número de teólogos queafirmaron que algunas almas del Purgatorio no están ciertas de su eternasalvación, bien porque Dios, para de este modo purificarlas más, las ocultala sentencia, ó bien porque la acerbidad de las penas de tal manera absorbesu mente, que no las deja distinguir si se hallan en el infierno ó en el lugarde expiación, ó bien por otras razones. (Véanse Santo Tomás in IVSententiarum, dist. 21, quæst. 1.a, art. 1.°; Belarmino en su obra Controversiasadversus hæreticos, Tract. de Purgatorio, lib. II, cap. IV; Billiot. De Novissimis,pág. 107 de la edición de 1902; y otros autores, los cuales refieren dichaopinión y la refutan). Para evidenciar esto que afirmamos, basta advertirque dice el Santo que tienen habitualmente las tres virtudes teologales, ysobre todo, que afirma que echan de ver que quieren bien á Dios. Con estaspalabras no deja lugar á duda de que supone que tienen certidumbre deque se hallan en estado de salvación, pues saben muy bien las almas quelos condenados, lejos de amará Dios, le aborrecen. Por otra parte, enninguna de sus proposiciones se le escapa decir que ignoren ó duden estaren el Purgatorio. Lo que si dice es, que padecen dudas de que han de salirde allí; dudas que no proceden de la razón, ni son propiamente tales, sinoun temor de la duración de la penas; Timent tamen, como dice Gotti,diuturnitatem pœnarum. (Theol. Dogm., De Purg. q. III., dub. III., n. XVIII);es un pareccrles que se dilata, que nunca va llegar (pues sin duda Dios lesoculta cuánto tiempo estarán allí) la consecución de aquellos bienes quecon tantas ansias esperan. De ahí proviene el que los días se les hacensiglos.Lo que dice que les parece que Dios no los quiere, se explica según lo quedicen los autores que Jesús se les muestra airado. «¡Y aun si sólo sesintiesen, escribe Bougaud, alejadas, separadas de él! ¡Pero se ven tambiénrechazadas! ¡Míralas Él con cólera!...» (El Cristianismo y los tiempos presentes, tomo5.°, pág. 286.)

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muchas veras estas almas á su Dios) con todo esono le es alivio esto, antes le causa más pena;porque queriéndole ella tanto, porque no tieneotra cosa que le dé cuidado, como se ve tanmiserable, no pudiendo creer lo que Dios la quiere áella, ni que tiene ni tendrá jamás por qué, sino antesque tiene por qué ser aborrecida no sólo de él,sino de toda criatura para siempre, duélese de veren sí causas, porque merezca ser desechada, dequien ella tanto quiere y desea.

§ IV (Capitulo VIII). DE OTRAS PENAS QUE AFLIGEN AL ALMA EN ESTE ESTADO.

Pero hay aquí otra cosa que al alma aqueja ydesconsuela mucho, y es que, como esta oscuranoche la tiene así impedidas las potencias yaficiones, no puede levantar como antes el afectoni mente á Dios, ni le puede rogar, pareciéndolelo que á Jeremías, que ha puesto Dios una nubedelante porque no pase la oración. (Thren. III,44). Porque esto quiere decir lo que en laautoridad alegada dice, es á saber: Atrancó y cerrómis vías con piedras cuadradas. (Ibid. 9). Y si [72]algunas veces ruega, es con tanta sequedad y sinjugo, que le parece que no le oye Dios ni hacecaso de ella, como también este profeta da áentender en la misma autoridad, diciendo: Sed etcum clamavero, et rogavero, exclusit orationem meam.Cuando clamare y rogare, ha excluido mi oración.(Ibid. 8). A la verdad no es este tiempo de hablar con

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Dios, sino de poner, como dice Jeremías, su bocaen el polvo, si por ventura le viniere alguna actualesperanza (Ibid. 29), sufriendo con paciencia supurgación. Dios es el que aquí anda haciendo laobra en el alma; por eso ella no puede nada. Dedonde ni rezar ni asistir con mucha advertencia álas cosas Divinas puede, ni menos á las demáscosas y tratos temporales. Ni tiene sólo esto, sinotambién muchas veces tales enajenamientos, y tanprofundos olvidos en la memoria, que se le pasanmuchos ratos sin saber lo que se hizo ni pensó, niqué es lo que hace ni qué es lo que va á hacer, nipuede aunque quiera advertir á nada de aquéllo en queestá.

Que por cuanto aquí no sólo se purga elentendimiento de su lumbre y la voluntad de susaficiones, sino también la memoria de susdiscursos y noticias, conviene también aniquilarlaacerca de todas ellas, para que se cumpla lo quede si dice David en esta purgación es á saber: Yyo fui aniquilado, y no supe. (Ps. LXXII, 22). Elcual no saber se refiere á estas insipiencias yolvidos de la memoria, [73] las cualesenajenaciones y olvidos son causados del interiorrecogimiento en que esta contemplación absorbeal alma. Porque, para que el alma quede dispuestay templada á lo Divino con sus potencias para laDivina unión de amor, convenía que primerofuese absorta con todas ellas en esta Divina yoscura luz espiritual de contemplación, y así fuese

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abstraída de todas las aficiones y aprehensionesde criaturas. Lo cual regularmente dura según esla intensión. Y así cuanto esta Divina luz embistemás sencilla y pura en el alma, tanto más laoscurece, vacía y aniquila acerca de susaprehensiones y aficiones particulares, así decosas de arriba como de abajo. Y también, cuantomenos sencilla y pura embiste, tanto menos lapriva y menos oscura le es. Que es cosa queparece increíble decir que la luz sobrenatural yDivina tanto más oscurece al alma, cuanto ellatiene más de claridad y pureza; y cuanto menos, lesea menos oscura.69 Lo cual se entiende bien70 siconsideramos lo que arriba queda probado en lasentencia del filósofo, conviene á saber, que lascosas sobrenaturales tanto son á nuestroentendimiento más oscuras, cuanto ellas son en símás claras y manifiestas.

Y para que más claro se entienda, pondremos aquíuna semejanza de la luz natural y común. Vemos que enel rayo del sol, que entra por la ventana, cuanto más puroy limpio es de átomos, tanto menos claramente se ve, ycuanto más de átomos y motas tiene el aire, tanto másclaro parece al ojo. La causa es, porque la luz no es la quese ve por si misma, sino el medio con que se ven las demáscosas que embiste. Y entonces ella, por la reverberación quehace en ellas, también se ve, y si no diese en ellas, ni ella se

69 Véase la página 158 del tomo I.70 Estas palabras «se entiende bien» faltan en los manuscritos. El contextonecesariamente las exige, pues sin ellas queda imperfecto el sentido.

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vería. De tal manera que si el rayo del sol entrase por laventana de un aposento, y pasase por otra de la otra parte,por medio del aposento, como no topase en alguna cosa, nihubiese en él aire, ni átomos en que reverberase, no tendríael aposento más luz que antes, ni el rayo se echaría de ver;antes, si bien se mirase, entonces hay más obscuridad, pordonde está el rayo, porque priva y obscurece [74] algo de laotra luz, y él no se ve, porque como habernos dicho, no hayobjetos visibles en que pueda reverberar71. Pues ni más nimenos hace este divino rayo de contemplación en el alma,que embistiendo en ella con su lumbre divina excede elnatural del alma, y en esto la obscurece y priva detodas las aprehensiones y afecciones naturales,que antes mediante la luz natural aprehendía, y asíno sólo la deja oscura, sino también vacía segúnlas potencias y apetitos así espirituales comonaturales. Y dejándole así vacía y á oscuras lapurga é ilumina con divina luz espiritual, sinpensar que la tiene, sino que está en tinieblas,como habernos dicho del rayo, que, aunque está enmedio del aposento, si está puro y no tiene en quétopar, no se ve. Pero con esta luz espiritual de que estáembestida el alma, cuando tiene en qué reverberar, estoes, cuando se ofrece alguna cosa que entenderespiritual de perfección, por mínimo átomo que sea72 ójuicio de lo que es falso ó verdadero, luego lo ve y

71 a. Este párrafo no se suprimió por otra causa que por haber ya puesto elSanto la misma comparación que en él hace en la Subida del Monte Carmelo.Véase la pág. 157 y 158. Por idéntica razón se suprimió otro muyinteresante en la Llama de amor viva, como adelante se verá.72 c.

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entiende mucho más claramente que antes queestuviese en estas oscuridades. Y ni más ni menosconoce la luz que tiene espiritual, para conocercon facilidad la imperfección que se le ofrece; asícomo cuando el rayo que habernos dicho está oscuroen el aposento, aunque él no se ve, si se ofrece pasarpor él una mano ó cualquiera cosa, luego se ve lamano, y se conoce que estaba allí aquella luz delSol. Donde por ser esta luz espiritual tan sencilla,pura y general, no afectada ni particularizada áningún particular inteligible, natural ni Divino(pues acerca de todas estas aprehensiones tienelas potencias del alma vacías y aniquiladas), deaquí es que con grande generalidad y facilidadconoce y penetra el alma cualquiera cosa de arribaó de abajo que se ofrece; que por eso dijo elApóstol: Spiritus enim omnia scrutatur, etiam profundaDei. Que el espiritual todas las cosas penetra,hasta los profundos de Dios. (1 ad Cor. II, 10.)Porque de esta sabiduría general y sencilla se [75]entiende lo que por el Sabio dice el EspírituSanto, es á saber: Attingit autem ubique propter suammunditiam. Que toca hasta do quiera por su pureza(Sap. VII, 24); es á saber, porque no separticulariza á ningún particular .inteligible niafición. Y esta es la propiedad del espíritupurgado y aniquilado acerca de todas particularesaficiones é inteligencias, que en este no gustarnada ni entender nada en particular, morando ensu vacío, oscuridad y tinieblas, lo abraza todo con

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gran disposición, para que se verifique en élmísticamente lo de San Pablo: Nihil habentes, etomnia possidentes. (2 ad Cor. VI, 10.) Porque talbienaventuranza se debía á tal pobreza deespíritu.

§ V (Capitulo IX). CÓMO, AUNQUE ESTA NOCHE OSCURECEAL ESPÍRITU, ES PARA ILUSTRARLE Y DARLE LUZ.

Resta, pues, aquí decir que esta dichosanoche, aunque oscurece al espíritu, no lo hacesino por darle luz de todas las cosas; y aunque lehumilla y pone miserable, no es sino paraensalzarle y levantarle; y aunque le empobrece yvacía de toda posesión y afición natural, no essino para que Divinamente pueda extenderse ágozar y gustar de todas las cosas de arriba y deabajo, siendo con libertad de espíritu general entodo. Porque así como los elementos, para que secomuniquen en todos los compuestos y entesnaturales, conviene que con ningunaparticularidad de color, olor ni sabor esténafectados, para poder concurrir con todos lossabores, olores y colores, así al espíritu leconviene estar sencillo, puro y desnudo de todasmaneras de aficiones naturales, así actuales comohabituales, para poder comunicar con libertadcon la anchura del espíritu con la DivinaSabiduría, en que por su limpieza gusta todos lossabores de todas las cosas con cierta manera deexcelencia. Y sin esta purgación en ninguna

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manera podrá sentir ni gustar la satisfacción detoda esta abundancia de sabores espirituales.Porque una sola afición que [76] tenga, óparticularidad á que esté el espíritu asido actual óhabitualmente, basta para no sentir ni gustar nicomunicar la delicadeza é intimo sabor delespíritu de amor, que contiene en sí todos lossabores con gran eminencia.

Porque así como los hijos de Israel, sóloporque les había quedado una sola afición ymemoria de las carnes y comidas que habíangustado en Egipto (Exod. XVI, 3), no podíangustar el delicado pan de ángeles en el desierto,que era el Maná, el cual, como dice la DivinaEscritura, tenía suavidad de todos los gustos, y seconvertía al gusto que cada uno quería (Sap. XVI,21); así no puede llegar á gustar los deleites delespíritu de libertad, según la voluntad desea, elespíritu que todavía estuviere afectado con algunaactual ó habitual afición, ó con particularesinteligencias, ó cualquiera otra limitadaaprehensión. La razón de esto es, porque lasaficiones, sentimientos y aprehensiones delespíritu perfecto, porque son Divinas, son de otrasuerte y género tan diferente de lo natural yeminente73, que para poseer las unas actual yhabitualmente, se han de aniquilar las otras, como73 c. Hace aquí el Místico Doctor, conforme lo ha de costumbre, unatrasposición. La construcción natural (que en este caso resultaría conmenos gracia) debía ser: «Son de otra suerte y género tan diferente yeminente del natural».

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hacen dos contrarios que no pueden estar juntos en unsujeto. Por tanto conviene mucho y es necesariopara que el alma haya de pasar á estas grandezas,que esta noche oscura de contemplación laaniquile y deshaga primero en sus bajezas,poniéndola á oscuras, seca, apartada y vacía;porque la luz que se le ha de dar, es una altísimaluz Divina que excede toda luz natural, y que nocabe naturalmente en el entendimiento. Y asíconviene que p-ara que el entendimiento puedallegar á unirse con ella y hacerse Divino en elestado de perfección, sea primero purgado yaniquilado en su lumbre natural, poniéndoloactualmente á oscuras por medio de esta oscuracontemplación. La cual tiniebla conviene que ledure tanto cuanto sea menester para expeler yaniquilar el hábito que de mucho tiempo tiene ensu manera de entender, en si formado, y en sulugar quede la [77] ilustración y luz Divina. Y así,por cuanto aquella fuerza que tenía de entenderantes, es natural; de aquí se sigue que las tinieblasque aquí padece son profundas y horribles, y muypenosas, porque como se sienten en la profundasustancia del espíritu, parecen tinieblas sustanciales74. Nimás ni menos (por cuanto la afición de amor quese le ha de dar en la Divina unión es Divina, y poreso muy espiritual, sutil y delicada, y muy interior,que excede á todo afecto y sentimiento natural éimperfecto de la voluntad, y todo apetito de ella)74 c. y a.

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conviene que para que la voluntad pueda venir ásentir y gustar por unión de amor esta Divinaafición y deleite tan subido, que no cae en la voluntadnaturalmente75, sea primero purgada y aniquilada entodas sus aficiones y sentimientos, dejándola enseco y en aprieto tanto cuanto conviene según elhábito que tenia de naturales aficiones, así cercade lo Divino como de lo humano. Para queextenuada, enjuta y extricada en el fuego de estaoscura contemplación, de todo género dedemonio (como el corazón del pez de Tobías enlas brasas), tenga disposición pura y sencilla, y elpaladar purgado y sano para sentir los subidos yperegrinos toques del Divino amor en que se verátransformada Divinamente, expelidas todas lascontrariedades actuales y habituales, comodecimos, que antes tenía. También, porque para ladicha unión á que la dispone esta oscura noche,ha de estar el alma llena y dotada de ciertamagnificencia gloriosa en la comunicación conDios, que encierra en sí innumerables bienes ydeleites que exceden toda la abundancia que elalma naturalmente puede poseer, porque en tan flacoé impuro natural no la puede recibir76 (porque segúndice Isaías: Oculus non vidit, nec auris audivit, nec incor hominis ascendit, quæ præparavit Deus iis, quidiligunt illum. Ni ojo lo vió, ni oído lo oyó, ni cayóen corazón humano lo que aparejó Dios á los que

75 a.76 a.

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le aman) (Isai. LXIV, 4); conviene que primerosea puesta el alma en vacío y en pobreza deespíritu, purgándola de todo arrimo, consuelo yaprehensión natural acerca de todo lo de arriba yde abajo, para que así vacía esté bien pobre deespíritu y [78] desnuda del hombre viejo, paravivir aquella nueva y bienaventurada vida que pormedio de esta noche oscura se alcanza, que es elestado de la unión con Dios.

Y porque el alma ha de venir á tener unsentido y noticia Divina muy generosa y sabrosaacerca de todas las cosas Divinas y humanas, queno caen en el común sentir y saber natural delalma (porque las mira con ojos tan indiferentesque antes, como difiere la luz y gracia del EspírituSanto del sentido, y lo Divino de lo humano),conviene al espíritu adelgazarse y curtirse acercadel común y natural sentir, poniéndole por mediode esta purgativa contemplación en grandeangustia y aprieto, y á la memoria remota de todaamigable y pacífica noticia, con sentido muyinterior y temple de peregrinación y extrañeza detodas las cosas, en que le parece que todas sonextrañas y de otra manera que lo solían ser.Porque en esto va sacando esta noche al espíritude su ordinario y común sentir de las cosas, paratraerle al sentido Divino, el cual es extraño yajeno de toda manera humana, tanto, que leparece al alma que anda fuera de sí. Otras vecespiensa si es encantamiento el que tiene ó

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embelesamiento, y anda maravillada de las cosasque ve y oye, pareciéndole muy peregrinas yextrañas, siendo las mismas que comúnmentesolía tratar. De lo cual es causa el irse ya haciendoremota el alma y ajena del común sentido ynoticia acerca de las cosas, para que aniquilada enéste, quede informada en el Divino, que es másde la otra vida que de ésta.

Todas estas aflicciones y purgaciones delespíritu, para reengendrarla en vida de espíritupor medio de esta Divina influencia, las padece elalma, y con estos dolores viene á parir el espíritude salud, porque se cumpla la sentencia de Isaías,que dice: Sic facti sumus a facie tua, Domine.Concepimus, et quasi parturivimus, et peperimus spiritum.De tu faz, Señor, concebimos, y estuvimos comocon dolores de parto, y parimos el espíritu desalud. (Isai. XXVI, 17 y 18.) Demás de esto,porque por medio de esta noche contemplativa sedispone el alma para venir á la tranquilidad y pazinterior, que es tal y tan deleitable que, como dicela Escritura, excede todo sentido, conviénele alalma que toda la paz primera deje (que porcuanto [79] estaba envuelta con imperfecciones,no era paz, aunque á ella le parecía, porqueandaba á su sabor, que era paz, paz dos veces,esto es, que tenia ya adquirida la paz del sentido y delespíritu, según se veía llena de abundancias espirituales deesta paz del sentido y del espíritu, porque, como digo, aúnes imperfecta), y sea primero purgada en ella y

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quitada y perturbada de esta paz; como lo sentía ylloraba Jeremías en la autoridad que de élalegamos, para declarar los trabajos de esta nochepasada, diciendo: Quitada y despedida está mialma de la paz. (Thren. III, 17). Esta es unapenosa purgación de muchos recelos,imaginaciones y combates que tiene el almadentro de sí, en que con la aprehensión ysentimiento de las miserias en que se ve, sospechaque está perdida y acabados sus bienes parasiempre. De aquí es que entró en el espíritu undolor y gemido tan profundo que le causa fuertesrugidos y bramidos espirituales, pronunciándolosá veces por la boca, y resolviéndose en lágrimascuando hay fuerza y virtud para poderlo hacer;aunque las menos veces hay este alivio. Daviddeclaró muy bien ésto, como quien también loexperimentó en un Salmo, diciendo: Afflictus sumet humiliatus sum nimis: rugiebam a gemitu cordis mei.Fui muy afligido y humillado, rugía del gemido demi corazón. (Ps. XXXVII, 9.) El cual rugido escosa de gran dolor; porque algunas veces con lasúbita y aguda memoria de estas miserias en quese ve el alma, tanto se levanta y cerca en dolor y pena,las afecciones del alma, que no sé cómo se podría dará entender, sino por la semejanza que el SantoJob, estando en el mismo trabajo, por estaspalabras dice: De la manera que son las avenidasde las aguas, así el rugido mío. (Job, III, 24.)Porque así como algunas veces las aguas hacen

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tales avenidas que todo lo anegan y llenan, así esterugido y sentimiento del alma algunas veces crecetanto, que anegándola y traspasándola toda, lallena de angustias y dolores espirituales todos susafectos profundos y fuerzas sobre todo lo que sepuede encarecer. Tal es la obra que en ella haceesta noche encubridora de las esperanzas de la luzdel día. Porque á este propósito dice también elprofeta Job: Nocte os meum perforatur doloribus: et quime comedunt, non dormiunt. En la noche es horadadami boca con dolores, y [80] los que me comen noduermen. (Job, XXX, 17.) Aquí por la boca seentiende la voluntad, la cual es traspasada conestos dolores que en despedazar al alma no cesanni duermen, porque las dudas y recelos, que así latraspasan, nunca cesan.

Profunda es esta guerra y combate, porque lapaz que espera ha de ser muy profunda; y el dolorespiritual es íntimo y delgado y apurado, porqueel amor que ha de poseer, ha de ser también muyíntimo y apurado. Porque cuanto más íntima yesmerada ha de ser y quedar la obra, tanto másintima, esmerada y pura ha de ser la labor, y tantomás fuerte cuanto el edificio más firme. Por eso,como dice Job, se está marchitando en sí mismael alma, é hirviendo sus interiores sin algunaesperanza. (Job. XXX, 16.) Y ni más ni menos,porque el alma ha de venir á poseer y gozar en elestado de perfección, á que por medio de estapurgativa noche camina, de innumerables bienes

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de dones y virtudes, así según la sustancia delalma como también según sus potencias de ella,conviene que primero generalmente se vea ysienta ajena y privada de todos ellos y vacía y pobrede ellos; y le parezca que de ellos está tan lejos, queno se pueda persuadir que jamás ha de venir áellos, sino que todo bien se le acabó. Comotambién lo da á entender Jeremías en la dichaautoridad, cuando dice: Olvidado estoy de losbienes. (Thren. III, 17.)

Pero veamos ahora cuál sea la causa, por quésiendo esta luz de contemplación tan suave yamigable para el alma, que no hay más que desear(pues como arriba queda dicho, es la misma conque se ha de unir el alma y hallar en ella todos losbienes en el estado de la perfección que deseó), lacausa con su embestimiento estos principios tanpenosos y esquivos efectos que aquí habernosdicho. A esta duda fácilmente se responde,diciendo lo que ya en parte habernos dicho, y esque la causa de esto es que no hay de parte de lacontemplación é infusión Divina cosa que desuyo pueda dar pena, antes mucha suavidad ydeleite, como después se le dará. Sino la causa esla flaqueza é imperfección que entonces tiene elalma, y disposiciones que en sí tiene contrariaspara recibirlos. En los cuales embistiendo la dichalumbre Divina, ha de padecer el alma en lamanera ya dicha. [81]

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§ VI (Capítulo X). EXPLÍCASE DE RAÍZ ESTA PURGACIÓN POR UNA COMPARACIÓN.

De donde para mayor claridad de lo dicho y delo que se ha de decir, conviene aquí notar queesta purgativa y amorosa noticia ó luz Divina queaqui decimos, de la misma manera se há en elalma purgándola y disponiéndola para unirlaconsigo perfectamente, que se há el fuego en elmadero para transformarlo en sí; porque el fuegomaterial, en aplicándose al madero, lo primeroque hace es comenzarle á secar, echándole lahumedad fuera, y haciéndole llorar el agua que ensí tiene. Luego le va poniendo negro, oscuro yfeo, y aun de mal olor, y yéndole secando poco ápoco, le va sacando á luz y echando afuera todoslos accidentes feos y oscuros que tiene contrariosal fuego. Y, finalmente, comenzándole á inflamarpor de fuera y calentarle, viene á transformarle ensi y ponerle tan hermoso como el mismo fuego.En el cual término, ya de parte del maderoninguna acción ni pasión hay propia de madero,salvo la cantidad y gravedad más espesa que la delfuego, porque las propiedades del fuego y accionestiene en si: porque está seco, y seca; está caliente, ycalienta; está claro y esclarece; está ligero muchomás que antes, obrando el fuego en él estaspropiedades y efectos. A este mismo modo, pues,habernos de filosofar acerca de este Divino fuegode amor de contemplación, que antes que una ytransforme al alma en si, primero la purga de

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todos sus accidentes contrarios. Hácela salirafuera sus fealdades, y pónela negra y oscura, y asíparece peor que antes y más fea y abominable quesolía. Porque como esta Divina purga andaremoviendo todos los malos y viciosos humores,que por estar ellos muy arraigados y asentados enel alma, no los echaba ella de ver, y así noentendía que tenia en si tanto mal, y ahora, paraecharlos fuera y aniquilarlos se los ponen al ojo, ylos ve tan [82] claramente, alumbrada por estaoscura luz de Divina contemplación (aunque noes peor que antes ni en sí ni para con Dios),como ve en si lo que antes no veía, parécete claroque está tal, que no sólo no está para que Dios lavea, más que está para que la aborrezca, y que ya latiene aborrecida. De esta comparación podemosahora entender muchas cosas acerca de lo quevamos diciendo y pensamos decir.

Lo primero podemos entender, cómo lamisma luz y la sabiduría amorosa que se ha deunir y transformar en el alma, es la misma que alprincipio la purga y dispone; así como el mismofuego, que transforma en si el maderoincorporándose en él, es el que primero le estuvodisponiendo para el mismo efecto.

Lo segundo echaremos de ver, cómo estaspenalidades no las siente el alma de parte de ladicha Sabiduría, pues como dice el Sabio: Todoslos bienes juntos le vienen al alma con ella (Sap.VII, 11); sino de parte de la flaqueza é

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imperfección que tiene el alma para no poderrecibir sin esta purgación su luz Divina, suavidady deleite (así como el madero, que no puede luegoque se le aplica el fuego ser transformado hastaque sea dispuesto), y por eso padece tanto. Locual también el Eclesiástico aprueba, diciendo loque él padeció para venirse á unir con ella ygozarla, diciendo así: Venter meus conturbatus estquærendo illam: propterea bonam possidebo possessionem.Mi ánima agonizó en ella, y mis entrañas seturbaron en adquirirla; por eso poseeré buenaposesión. (Eccli. LI, 29.)

Lo tercero, podemos sacar de aquí de caminola manera de penar de los del purgatorio. Porqueel fuego no tendría en ellos poder, aunque se lesaplicase, si ellos no tuviesen imperfecciones en quépadecer77, que son la materia en que allí prende elfuego, la cual acabada, no hay más que arder.Como aquí, acabadas las imperfecciones, se acabael penar del alma, y queda el gozár78.

Lo cuarto sacaremos de aquí cómo al modoque se va purgando [83] y purificando el alma pormedio de este fuego de amor, se va másinflamando en amor; así como el madero al modoy paso que se va disponiendo, se va máscalentando. Aunque esta inflamación de amor nosiempre la siente el alma, sino algunas veces

77 c. «No tendría en ellos poder, si ellos estuvieran del todo dispuestos para reinary unirse con Dios en gloria, y no tuviesen culpas por qué padecer.» (Edic. ant.)78 s.

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cuando deja de embestir la contemplación tanfuertemente, porque entonces tiene lugar el almade ver, y aun de gozar la labor que se va haciendo,porque se la descubren, pareciendo que alzan lamano de la obra y sacan el hierro de la hornaza,para que parezca en alguna manera la labor que seva haciendo, y entonces hay lugar para que elalma eche de ver en sí el bien que no veía cuandoandaba la obra. Así también cuando deja de herirla llama en el madero, se da lugar para que se veabien cuanto le haya inflamado.

Lo quinto, sacaremos también de estacomparación lo que arriba queda dicho, convieneá saber, cómo sea verdad que después de estosalivios vuelve el alma á padecer más intensa ydelgadamente que antes. Porque después deaquella muestra que se hace, después que se hanpurificado las imperfecciones más de afuera,vuelve el fuego de amor á herir en lo que está porconsumir y purificar más adentro. En lo cual esmás íntimo, sutil y espiritual el padecer del alma,cuanto le va adelgazando las más íntimas,delgadas y espirituales imperfecciones, y másarraigadas en lo de más adentro. Y esto acaece almodo que en el madero, que cuanto el fuego vaentrando más adentro, va con más fuerza y furordisponiéndole lo más interior para poseerlo.

Lo sexto, también se sacará de aquí, la causa por quéle parece al alma que todo bien se le acabó, y que estállena de males, pues otra cosa en este tiempo no la llega,

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sino todo amarguras; así también como al madero quearde, que aire ni otra cosa da en él más que fuegoconsumidor. Pero después que se hagan otras muestrascomo las primeras, gozará más de adentro, porque' ya sehizo la purificación más adentro79. [84]

Lo séptimo sacaremos, que aunque el alma segoza muy ahincadamente en estos intervalos(tanto que, como dijimos, á veces le parece queno han de volver más los trabajos) con todocuando han de volver presto no deja de sentir, siadvierte (y á veces ella se hace advertir), una raízque queda, que no deja tener el gozo cumplido;porque parece que está amenazando para volver áembestir; y cuando es así, presto vuelve. En fin,aquello que está por purgar é ilustrar más adentro,no se puede bien encubrir al alma acerca de lo yapurificado; así como también en el 'madero lo quemás adentro está por ilustrar, es bien sensible ladiferencia que tiene de lo purgado; y cuandovuelve á embestir más adentro esta purificación,no hay que maravillar que le parezca al alma otravez que todo el bien se le acabó, y que no piensevolver más á los bienes, pues que puesta enpasiones más interiores, todo el bien de afuera sele escondió.

Llevando, pues, delante de los ojos estacomparación con la noticia que ya queda dada

79 a. Este pasaje, sin duda, se dejó de imprimir por haberle omitidoinvoluntariamente los amanuenses que sacaron copia de los manuscritospara hacer la primera impresión.

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sobre el primer verso de la primera Canción deesta oscura noche y de sus propiedades terribles,será bueno salir de estas cosas tristes del alma, ycomenzar ya á tratar del fruto de sus lágrimas y desus propiedades dichosas, que se comienzan ácantar desde este segundo verso.

Con ansias en amores inflamada.

§ I (Capítulo XI). COMIÉNZASE Á EXPLICAR EL SEGUNDO VERSO DE LA PRIMERA CANCIÓN. DICE CÓMO EL ALMA, POR FRUTO DE ESTOS RIGUROSOS APRIETOS, SE HALLA CON VEHEMENTE PASIÓN DE AMOR DIVINO.

En el cual verso da á entender el alma elfuego de amor que habernos dicho que, á maneradel fuego material en el madero, se va prendiendoen el alma en esta noche de contemplaciónpenosa. La cual inflamación, aunque es en ciertamanera como la que arriba [85] declaramos quepasaba en la parte sensitiva del alma, es en algunamanera tan diferente de aquélla ésta que ahoradice, como lo es el alma del cuerpo ó la parteespiritual de la sensitiva. Porque ésta es unainflamación de amor en el espíritu, en que enmedio de estos oscuros aprietos se siente estarherida el alma viva y agudamente en fuerte amorDivino con cierto sentimiento y barrunto deDios, aunque sin entender cosa particular; porquecomo decimos, el entendimiento está á oscuras.

Siente aquí el espíritu apasionado en amormucho; porque esta inflamación espiritual hacepasión de amor. Que por cuanto este amor es

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infuso, es más pasivo que activo80, y así engendra en elalma pasión fuerte de amor. Y va teniendo ya esteamor algo de unión con Dios; y así participa algode sus propiedades, las cuales son más accionesde Dios que de la misma alma, las cuales se sujetanen ella pasivamente aunque el alma lo que aquí hace esdar el consentimiento; mas al calor y fuerza, y templey pasión de amor, ó inflamación, como aquí lallama el alma, sólo el amor de Dios que se vauniendo con ella, se le pega. El cual amor tantomás lugar y disposición halla en el alma paraunirse con ella y herirla, cuanto más cerrados,enajenados é inhabilitados le tiene todos losapetitos para poder gustar de cosa del cielo ni dela tierra. Lo cual en esta oscura purgación, comoya queda dicho, acaece en gran manera, pues tieneDios tan destetados todos los gustos y tan recogidos,que no puedan gustar de cosa que ellos quieran.Todo lo cual hace Dios á fin de que apartándolosy recogiéndolos todos para sí, tenga el alma másfortaleza y habilidad para recibir esta fuerte uniónde amor de Dios, que por este medio purgativo lecomienza ya á dar, en que el alma ha de amar congran fuerza de todas sus fuerzas y apetitosespirituales y sensitivos del alma-, lo cual no podíaser si ellos se derramasen en gustar otra cosa. Quepor eso, para poder David recibir la fortaleza delamor de esta unión de Dios, decía á Dios:Fortitudinem meam ad te custodiam. Mi fortaleza80 c.

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guardaré para tí (Ps. LVIII, 10); esto es, toda lahabilidad y apetitos [86] y fuerzas de mispotencias, no queriendo emplear su operación nigusto fuera de tí en otra cosa.

Según esto, en alguna manera se podríaconsiderar cuánta y cuán fuerte podrá ser estainflamación de amor en el espíritu, donde Diostiene recogidas todas las fuerzas, potencias yapetitos del alma, así espirituales como sensitivos,para que toda esta armonía emplee sus fuerzas yvirtudes en este amor, y así venga á cumplir deveras con el primer precepto, que no desechandonada del hombre ni excluyendo cosa suya de esteamor, dice: Diliges Dominum Deum tuum ex toto cordetuo, et ex tota anima tua, et ex tota fortitudine tua.Amarás á Dios de todo tu corazón, y de toda tumente, de toda tu alma, y de todas tus fuerzas.(Deuter. VI, 5.)

Recogidos, pues, aquí en esta inflamación deamor todos los apetitos y fuerzas del alma,estando ella herida y tocada, según todos ellos, yapasionada, ¿cuáles podemos entender que seránlos movimientos y digresiones de todas estasfuerzas y apetitos, viéndose inflamados y heridosde fuerte amor y sin la posesión y satisfacción de él,en la oscuridad y duda? Sin duda padeciendohambre, como los canes que decía David rodearon laciudad, y no se viendo hartos de este amor, quedanahullando y gimiendo. Porque el toque de este amory fuego Divino, de tal manera seca el espíritu, y le

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enciende tanto los apetitos por satisfacer su sed,que da mil vueltas en sí, y desea de mil modos ymaneras á Dios, con la codicia y deseo del apetito.David da muy bien á entender esto en un Salmo,diciendo: Sitivit in te anima mea: quam multiplicitertibi caro mea. Mi alma tuvo sed de tí: cuán demuchas maneras se há mi carne á tí (Ps. LXII, 2);esto es, en deseos. Y otra translación dice: Mialma tuvo sed de tí, mi alma perece por tí.

Esta es la causa por qué dice el alma en elverso: «Con ansias en amores inflamada». Porque entodas las cosas y pensamientos que en si revuelve,y en todos los negocios, y casos que se le ofrecen,ama de muchas maneras, y desea y padece en eldeseo también á este modo de muchas manerasen todos los tiempos y lugares, no sosegando encosa, sintiendo esta ansia inflamada y herida,según el [87] Santo Job lo da á entender, diciendo:Sicut cervus desiderat umbram, et sicut mercenariuspræstolatur finem operis sui: sic et ego habui mensesvacuos, et noctes laboriosas enumeravi mihi. Si dormiero,dicam, quando consurgam? et rursum expectabo vesperam,et replebor dolori- bus usque ad tenebras. Así como elciervo desea la sombra, y el mercenario desea elfin de su obra, así tuve yo los meses vacíos, yconté las noches prolijas y trabajosas para mí. Sime recostare á dormir, diré: ¿Cuándo melevantaré? Y luego esperaré la tarde, y seré llenode dolores hasta las tinieblas de la noche. (Job.VII, 2.) Hácese á esta alma todo angosto, no cabe

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en sí, no cabe en el cielo ni en la tierra, y llénasede dolores hasta las tinieblas que aquí dice Job,que hablando espiritualmente y á nuestropropósito, es un penar y padecer sin consuelo yhasta de cierta esperanza de alguna luz y bienespiritual. De donde su ansia y pena en estainflamación de amor es mayor, por cuanto esmultiplicada de dos partes. Lo uno de parte de lastinieblas espirituales en que se ve, que con susdudas y recelos la afligen. Lo otro, de parte delamor de Dios, que la inflama y estimula con suherida amorosa, y maravillosamente la atiza. Lascuales dos maneras de padecer en semejantesazón da bien á entender Isaías, diciendo: Animamea desideravit te in nocte. Mi alma te deseó en lanoche (Isai. XXVI, 9), esto es, en la miseria. Yesta es la una manera de padecer de parte de estanoche oscura; pero con mi espíritu, dice, en misentrañas hasta la mañana velaré á tí. Sed et spiritumeo in præcordiis meis de mane vigilabo ad te (ibid). Yesta es la segunda manera de penar en deseo yansia de parte del amor en las entrañas delespíritu, que son las aficiones espirituales. Pero enmedio de estas penas oscuras y amorosas siente elalma cierta compañía y fuerza en su interior, quele acompaña y esfuerza tanto, que si se le acabaeste peso de apretada tiniebla, muchas veces sesiente sola, vacía y floja. Y la causa es entonces,que como la fuerza y eficacia del alma era pegaday comunicada pasivamente del fuego tenebroso

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de amor que en ella embestía; de aquí es, que encesando de embestir en ella, cesan las tinieblas yla fuerza y calor de amor en el alma. [88]

§ II (Capitulo XII). DICE CÓMO ESTA HORRIBLE NOCHE ES PURGATORIO, Y CÓMO EN ELLA ILUMINA LA DIVINA SABIDURÍA Á LOS HOMBRES EN EL SUELO CON LA MISMA ILUMINACIÓN QUE PURGA É ILUMINA Á LOS ÁNGELES EN EL CIELO.

Por lo dicho echaremos de ver, cómo estaoscura noche de fuego amoroso, así como áoscuras va purgando, así á oscuras va el almainflamándose. Echaremos de ver también, que asícomo se purgan los espíritus81 en la otra vida confuego tenebroso y material, en esta vida se purgany limpian con fuego amoroso, tenebroso yespiritual. Porque esta es la diferencia, que allá selimpian con fuego, y acá se limpian é iluminansólo con amor. El cual amor pidió David, cuandodijo: Cor mundum crea in me, Deus, etc. (Psalm. L,12). Porque la limpieza de corazón no es menosque el amor y gracia de Dios. Que los limpios decorazón son llamados por nuestro Salvadorbienaventurados; lo cual es decir tanto comoenamorados, pues que bienaventuranza no se dapor menos que amor.

Y que se purgue iluminándose el alma coneste fuego de sabiduría amorosa (porque nuncada Dios sabiduría mística sin amor, pues elmismo amor la infunde), muéstralo bien Jeremías,81 c. H. Matr. y T.–Los predestinados. (Edic. ant.)

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donde dice: De excelso misit ignem in ossibus meis, elerudivit me. Envió fuego en mis huesos, yenseñóme (Thren. I, 13). Y David dice que laSabiduría de Dios es plata examinada en fuego, estoes, en fuego purgativo de amor. (Psalm. CXI, 7.)Porque esta oscura contemplación juntamenteinfunde en el alma amor y sabiduría á cada unosegún su capacidad y necesidad, alumbrando alalma y purgándola, como dice el sabio, de susignorancias, como dice que lo hizo con él:Ignorantias meas illuminavit (Eccles. LI, 26)82. [89]

De aquí también inferimos, que purga estasalmas y las ilumina la misma Sabiduría de Diosque purga los ángeles de sus ignorancias,haciéndolos saber, alumbrándolos en lo que no sabían,derivándose de Dios por las jerarquías primerashasta las postreras, y de ahí á los hombres. Quepor eso todas las obras que hacen los ángeles éinspiraciones, se dice con verdad y propiedad enla Escritura hacerlas Dios y hacerlas ellos; porquede ordinario las deriva por ellos, y ellos tambiénde unos en otros sin alguna dilación: así como elrayo del Sol comunicado de muchas vidrierasordenadas entre sí. Que aunque es verdad que desuyo el rayo pasa por todas, todavía cada una leenvía é infunde en la otra más modificado,conforme al modo de aquella vidriera, algo másabreviada y remisamente, según ella está más ómenos cerca del Sol. De donde se sigue que los82 Antiquitus erat in Biblia, ut constat ex correctione illius.

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superiores espíritus y los de abajo, cuanto máscercanos están de Dios, más purgados están yclarificados con más general purgación; y que lospostreros recibirán esta ilustración muy más tenuey remota. De donde se sigue, que el hombre queestá el postrero, hasta el cual se viene derivando estacontemplación amorosa83, cuando Dios le quiere dar,la ha de recibir á su modo, y muy limitada ypenosamente. Porque la luz de Dios que al ángelilumina, esclareciéndole y suavizándole en amor,como á puro espíritu dispuesto para la talinfusión, al hombre por ser impuro y flaco,naturalmente le ilumina (como arriba quedadicho), oscureciéndole, dándole pena y aprieto(como hace el Sol al ojo enfermo, que le alumbraapasionada y aflictivamente), hasta que estemismo fuego de amor le espiritualice y sutilice,purificándole, para que con suavidad puedarecibir la unión84 de esta amorosa influencia ámodo de los ángeles, ya purgado, como despuésdiremos, mediante el Señor85. Pero en elentretanto, esta contemplación y noticia amorosarecíbela en el aprieto y ansia de amor que decimosaquí. [90]

Esta inflamación y ansia de amor no siemprela anda el alma sintiendo. Porque á los principios83 c.84 Los Mss. A. y M. dicen: La infusión.85 c. En las ediciones se introducían las siguientes palabras que no songenuinas del Santo: «Porque almas hay que en esta vida recibieron másperfecta iluminación que los ángeles.»

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que comienza esta purgación espiritual, todo se leva á este Divino fuego más en enjugar y disponerla materia del alma, que en calentarla; pero yaandando el tiempo cuando ya este fuego vacalentando el alma, muy de ordinario siente estainflamación y calor de amor. Aquí como se vapurgando más el entendimiento por medio deesta tiniebla, acaece algunas veces que esta místicay amorosa teología juntamente con inflamar lavoluntad, hiere también, ilustrando la otrapotencia del entendimiento con alguna noticia ylumbre Divina tan sabrosa y divinamente, queayudada de ella la voluntad se afervoramaravillosamente, ardiendo en ella, y sin ella hacernada, este Divino fuego de amor en vivas llamas,de manera que ya al alma le parece vivo fuegocon la viva inteligencia que se le da. Y de aquí eslo que dice David en un Salmo, diciendo:Concaluit cor meum intra me: et in meditatione meaexardescet ignis. Calentóse mi corazón dentro de mí,y cierto fuego, en tanto que yo entendía, seencendió. (Psaim. XXXVIII, 4.) Y esteencendimiento de amor con unión de estas dospotencias, entendimiento y voluntad, que se unenaquí, es cosa de gran riqueza y deleite para el alma.Porque es cierto toque en la divinidad y ya principiosde la perfección de la unión de amor que espera.Y así á este toque de tan subido sentir y amor deDios no se llega, sino habiendo pasado muchostrabajos y gran parte de la purgación. Mas para

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otros grados más bajos que ordinariamenteacaecen, no es menester tanta purgación.

De lo que aquí habernos dicho se colige, cómo en estosbienes espirituales, que pasivamente se infunden por Diosen el alma, puede muy bien amar la voluntad sin entenderel entendimiento; así como el entendimiento puede entendersin que ame la voluntad; porque pues esta noche oscura decontemplación consta de luz divina y amor, así como elfuego tiene luz y calor, no es inconveniente, que cuando secomunica esta luz amorosa, algunas veces hiera más en lavoluntad inflamándola con el amor, dejando á oscuras elentendimiento sin herir en él con la luz; y otras,alumbrándole con la luz, dando inteligencia, dejando seca[91] la voluntad (como también acaece poder recibir elcalor del fuego sin ver la luz, y también ver la luz sinrecibir el calor), y esto obrándolo el Señor, que infundecomo quiere86.

§ III (Capitulo XIII). DE OTROS SABROSOS EFECTOS QUE OBRA EN EL ALMA ESTA OSCURA NOCHE DE CONTEMPLACIÓN.

Por este modo de inflamación podemosentender algunos de los sabrosos efectos que vaya obrando en el alma esta oscura noche de

86 a. No nos detenemos á declarar lo que aquí dice el Místico Doctor,puesto que él mismo lo hace en la canción XXVI, verso 2.° del Cánticoespiritual de la segunda escritura, y en la XVII, verso 2.° del de laredacción primera. La misma doctrina vuelve á enseñar y la explicamaravillosamente en un párrafo hasta ahora inédito de una y otra Llama deamor viva (Cañe. 3.a, v. 3.°, párrafo X). Pueden verse también Nuestra SantaMadre Teresa de Jesús en los Conceptos del amor de Dios, cap. VI, núms. 8,14, 15 y 16, y el Venerable Padre Juan de Jesús María, C. D., en su Escuelade la Oración, tratado duodécimo, Duda quinta.

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contemplación; porque algunas veces en mediode estas oscuridades es ilustrada el alma, y luce laluz en las tinieblas (Joan. I, 5), derivándose estainteligencia mística al entendimiento, quedándose secala voluntad, quiero decir, sin unión actual de amor, conuna serenidad y sencillez tan delgada y deleitableal sentido del alma, que no se le puede ponernombre, unas veces en una manera de sentir deDios, otras en otra. Algunas veces también hierejuntamente, como queda dicho, en la voluntad, yprende el amor subida, tierna y fuertemente;porque ya decimos que se unen algunas vecesestas dos potencias entendimiento y voluntad,cuando se va más purgando el entendimiento,tanto más perfecta y delicadamente cuanto él loestá más. Pero antes de llegar aquí, más común essentirse en la voluntad el toque de la inflamación,que en el entendimiento el toque de lainteligencia. [92]

Pero nace aquí una duda, y es: ¿Por qué, pues, estasdos potencias se van purgando á la par, se siente á losprincipios más comúnmente en la voluntad la inflamacióny amor de la contemplación purgativa, que en elentendimiento la inteligencia de ella? A esto se responde,que aquí no hiere derechamente este amor pasivo en lavoluntad, porque la voluntad es libre, y esta inflamaciónde amor más es pasión de amor que acto libre de lavoluntad, porque hiere en la sustancia del alma este calorde amor, y así mueve las afecciones pasivamente. Y asíésta antes se llama pasión de amor que acto libre de la

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voluntad: el cual en tanto se llama acto de la voluntad encuanto es libre. Pero porque estas pasiones y afecciones sereducen á la voluntad, por eso se dice que si el alma estáapasionada en alguna afección, lo está la voluntad; y así esla verdad, porque desta manera se cautiva la voluntad ypierde su libertad, de manera que la lleva tras si el ímpetuy fuerza de la pasión: y por eso podemos decir que estainflamación de amor es en la voluntad, esto es, inflama elapetito de la voluntad; y así ésta antes se llama, comodecimos, pasión de amor que obra libre de la voluntad. Yporque la pasión receptiva del entendimiento sólo puederecibir la inteligencia desnuda y pasivamente (y esto nopuede sin estar purgado), por eso antes que lo esté, siente elalma menos veces el toque de inteligencia que el de lapasión de amor. Porque para esto no es menester que lavoluntad esté tan purgada acerca de las pasiones, pues queaun las pasiones le ayudan á sentir amor apasionado87.

Esta inflamación y sed de amor, por ser yaaquí del Espíritu Santo, es diferentísima de la otraque dijimos en la noche del sentido. Porqueaunque aquí el sentido también lleva su parte,porque no deja de participar del trabajo delespíritu, pero la raíz y el vivo de la sed de amorsiéntese en la parte superior del alma, esto es, enel espíritu, sintiendo y entendiendo de tal maneralo que siente, y la falta que le hace lo que desea,que todo el penar del sentido, aunque sin

87 a. Este importante y notabilísimo párrafo sirve en gran manera paraaclarar varios puntos de estas Obras. Para su mejor inteligencia léanse laspáginas 84 y 85 de este mismo tomo.

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comparación es mayor que en la primera nochesensitiva, no le [93] tiene en nada, porque en elinterior conoce una falta de un gran bien, que connada se puede remediar.

Pero aquí conviene notar que aunque á losprincipios, cuando comienza esta nocheespiritual, no se siente esta inflamación de amor,por no haber obrado este fuego de amor, en lugarde eso da desde luego Dios al alma un amorestimativo tan grande de Dios, que, comohabernos dicho, todo lo más que padece y sienteen los trabajos de esta noche, es ansia de pensar sitiene perdido á Dios y pensar si está dejada de él.Y así siempre podemos decir que desde elprincipio de esta noche va el alma tocada conansias de amor, ahora de estimación, ahoratambién de inflamación. Y vése que la mayorpasión que siente entre estos trabajos es esterecelo; porque si entonces se pudiera certificarque no está todo perdido y acabado, sino queaquello que pasa es por mejor, como lo es, y queDios no esta enojado, no se le daría nada de todasaquellas penas, antes se holgaría sabiendo que deello se sirve Dios. Porque es tan grande el amorde estimación que tiene á Dios, aunque á oscurassin sentirlo ella, que no sólo eso, sino que holgaríamucho de morir muchas veces por satisfacerle.Pero cuando ya la llama ha inflamado al alma,juntamente con la estimación que ya tiene deDios, suele cobrar tal fuerza y brío y tal ansia por

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Dios, comunicándosela el calor de amor, que congrande osadía, sin mirar en cosa alguna, ni tenerrespeto á nada, en la fuerza y embriaguez delamor y deseo, sin mirar mucho lo que hace, haríacosas extrañas é inusitadas por cualquier modo ymanera que se le ofreciese, por poder encontrarcon el que ama su alma.

Esta es la causa por qué á María Magdalena,con ser tan estimada en sí como antes era, no lehizo al caso la turba de hombres principales delconvite que se hacia en casa del Fariseo, comodice San Lucas (VII, 37), ni el mirar que no veniabien ni lo parecía ir á llorar y derramar lágrimasentre los convidados, á trueque de (sin dilatar unahora, esperando otro tiempo y sazón) poder llegarante aquel de quien estaba ya su alma herida éinflamada. Y esta es la embriaguez y osadía deamor, que con saber que su amado estabaencerrado en el sepulcro con una grande piedrasellado y cercado de soldados, [94] (Joan. XX, 1)que, porque no le hurtasen sus discípulos, leguardaban, no le dió lugar para que alguna deestas cosas se le pusiese delante, para dejar de irantes del día con los ungüentos para ungirle. Yfinalmente, esta embriaguez y ansia de amor lehizo preguntar al que creyendo que era hortelanole había hurtado del sepulcro, que le dijese si lehabía él tomado, dónde le había puesto, para queella lo tomase (Joan. XX, 15): no mirando queaquella pregunta en libre juicio y razón era

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disparate, pues que está claro que si el otro lehabía hurtado, no se lo había de decir, ni menosse lo había de dejar tomar; porque esto tiene lavehemencia y fuerza del amor, que todo le pareceposible, y todos le parece que andan en lo mismoque anda él; porque no cree que hay otra cosa enque nadie se deba emplear, ni buscar otra, sino áquien ella busca y á quien ella ama; pareciéndoleque no hay otra cosa que querer ni en qué seemplear sino en aquello y que también todos andan enaquello. Que por eso cuando la Esposa salió ábuscar á su Amado por las plazas y arrabales,creyendo que los demás andaban en lo mismo, lesdijo que si lo hallasen ellas le hablasen diciendode ella que penaba por su amor. (Cant. V, 8). Talera la fuerza del amor de esta María, que lepareció que si el hortelano le dijera dónde le habíaescondido, fuera ella y le tomara, aunque más lefuera defendido. A este talle, pues, son las ansiasde amor que va sintiendo esta alma, cuando va yaaprovechada en esta espiritual purgación. Porquede noche se levanta (esto es, en estas tinieblaspurgativas) según las aficiones de la voluntad. Ycon las ansias y fuerzas que la leona ú osa va ábuscar sus cachorros cuando se los han quitado yno los halla, anda esta herida alma á buscar á suDios. Porque como está en tinieblas, siéntese sinél, estando muriendo de amor por él. Y este es elamor impaciente en que no puede durar mucho elsujeto sin recibir ó morir, según el que tenia

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Raquel á los hijos cuando dijo á Jacob: Da mihiliberos, alioquín moriar. Dame hijos: si no, moriré.(Gen. XXX, 1.)

Pero es aquí de ver, cómo el alma sintiéndosetan miserable y tan indigna de Dios, como haceaquí en estas tinieblas purgativas, tenga tan osaday atrevida fuerza para irse á juntar con Dios. La[95] causa es que como el amor le va dandofuerzas con que ame de veras, y la propiedad delamor sea querer unir, juntar é igualar y asimilar ála cosa amada, para perfeccionarse en el bien deamor; de aquí es, que no estando esta almaperfeccionada en amor, por no haber llegado á launión, la hambre y sed que tiene de lo que le falta,que es la unión, y las fuerzas que ya el amor hapuesto en la voluntad con que la ha hechoapasionada, la haga ser osada y atrevida según lavoluntad inflamada, aunque según elentendimiento, por estar á oscuras y no ilustradose siente indigna y miserable.

No quiero dejar de decir aquí la causa, porqué, pues esta luz Divina es siempre luz para elalma, no la da luego que embiste en ella luz, comolo hace después, antes le causa las tinieblas ytrabajos que habernos dicho. Algo estaba yadicho antes de esto; pero á este particular seresponde: Que tas tinieblas y los demás males queel alma siente cuando esta Divina luz embiste, noson tinieblas ni males de la luz, sino de la mismaalma, y la luz la alumbra para que las vea. De

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donde desde luego le da luz esta luz Divina; perocon ella no puede ver el alma primero, sino lo quetiene más cerca de sí, ó por mejor decir, en sí, queson sus tinieblas ó miserias, las cuales ve ya por lamisericordia de Dios, y antes no las veía, porqueno daba en ella esta luz sobrenatural. Y esta es lacausa por qué al principio no siente sino tinieblasy males. Mas después de purgada por elconocimiento y sentimiento de ellos, tendrá ojospara que se le muestren los bienes de esta luzDivina; y expelidas y quitadas todas estas tinieblasé imperfecciones del alma, ya parece que se vanconociendo los provechos y bienes grandes queva consiguiendo el alma en esta dichosa noche decontemplación.

Pues por lo dicho queda entendido cómoDios hace mercedes aquí al alma de limpiarla ycurarla con esta fuerte legía y amarga purga, segúnla parte sensitiva y espiritual de todas las aficionesy hábitos imperfectos que en sí tenía acerca de lotemporal y de lo natural, sensitivo y espiritual,oscureciéndole las potencias interiores, yvaciándoselas acerca de todo esto, y apretándole yenjugándole las aficiones sensitivas y espirituales,y debilitándole y adelgazándole las [96] fuerzasnaturales del ánima acerca de todo ello (lo cualnunca el alma por si misma pudiera conseguir,como luego diremos), haciéndola Dios desfalleceren esta manera á todo lo que no es Diosnaturalmente, para irla vistiendo de nuevo,

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desnudada y desollada ya ella de su antiguopellejo. Y así se le renueva, como al águila, sujuventud, quedando vestida del nuevo hombre,que es criado, como dice el Apóstol, según Dios.(Ephes. IV, 24.) Lo cual no es otra cosa sinoalumbrarle el entendimiento con lumbresobrenatural, de manera que el entendimientohumano se haga Divino unido con el Divino. Yni más ni menos inflámale la voluntad con amorDivino, de manera que ya no sea voluntad menosque Divina, no amando menos que divinamente,hecha y unida en uno con la Divina voluntad yamor; y la memoria, ni más ni menos; y tambiénlas aficiones y apetitos todos mudados y vueltossegún Dios, divinamente. Y así esta alma será yaalma del cielo, celestial, y más Divina quehumana. Todo lo cual, según se ha ido diciendo,por lo que habernos dicho, va Dios haciendo yobrando en ella por medio de esta noche,ilustrándola é inflamándola divinamente conansias de sólo Dios, y no de otra cosa alguna. Porlo cual muy justa y razonablemente añade luego elalma el tercer verso de la Canción, que dice:

¡Oh dichosa ventura!salí sin ser notada.

§ IV (Capítulo XIV). EN QUE SE PONEN Y EXPLICAN LOS TRES VERSOS ÚLTIMOS DE LA PRIMERA CANCIÓN.

Esta dichosa ventura, fué por lo que diceluego en los siguientes versos:

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Salí sin ser notada,estando ya mi casa sosegada.

tomando la metáfora del que, por hacer mejor suhecho, sale de su casa de noche y á oscuras,sosegados ya los de la casa, porque ninguno se[97] lo estorbe. Porque como esta alma habla desalir á hacer un hecho tan heroico y tan raro, queera unirse con su Amado Divino, sale afuera,porque el amado no se halla sino sólo afuera en lasoledad. Que por eso la Esposa le deseaba hallarsolo, diciendo: Quis mihi det te fratrem meumsugentem ubera matris meæ, ut inveniam te foris, eideosculer te? etc. ¿Quién te me diese, hermano mío,que te hallase yo afuera y comunicase contigo miamor? (Cant. VIII. 1.) Conveníale al almaenamorada, para conseguir su fin deseado,hacerlo también así, que saliese de noche,adormidos y sosegados todos los domésticos desu casa; esto es, las operaciones bajas, pasiones yapetitos de su alma adormidos y apagados pormedio de esta noche, que son la gente de casa,que recordada siempre estorba al alma estos susbienes, enemiga de que salga libre de ellos.Porque estos son los domésticos que dice nuestroSalvador en el sagrado Evangelio, que son losenemigos del hombre: Et inimici hominis domisticiejus. (Matth. X, 36.) Y así convenía que lasoperaciones de éstos con sus movimientosestuviesen dormidos en esta noche, para que noimpidan al alma los bienes sobrenaturales de la

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unión de amor de Dios, porque durante la vivezay operación de éstos no puede alcanzarse. Quetoda su obra y movimiento natural, antes estorbaque ayuda á recibir los bienes espirituales de launión de amor, por cuanto queda corta todahabilidad natural acerca de los bienessobrenaturales, que Dios por sola infusión suyapone en el alma pasiva y secretamente y ensilencio. Y así es menester que le tengan todas laspotencias y se hayan pasivamente para recibirle, noentremetiendo allí su baja obra y vil inclinación.

Pero fué dichosa ventura para esta alma queDios en esta noche le adormeciese toda la gentedoméstica de su casa; esto es, todas las potencias,pasiones, aficiones y apetitos que viven en el almasensitiva y espiritualmente, para que ella, sin sernotada, esto es, sin ser impedida de estas afecciones, etc.(por quedar ellas adormidas y mortificadas en esta nocheen que las dejaron á oscuras, para que no pudiesen notarni sentir á su modo bajo y natural, y así impidiesen alalma el salir de si y de la casa de su sensualidad) llegase ála unión [98] espiritual de perfecto amor de Dios88. ¡Ohcuán dichosa ventura es poder el alma librarse dela casa de su sensualidad! No lo puede bienentender si no fuere, á mi ver, el alma que hagustado de ello. Porque verá claro cuán míseraservidumbre era la que tenía, y á cuántas miseriasestaba sujeta cuando lo estaba á la obra de suspotencias y apetitos, y conocerá cómo la vida del88 a. y c. Mss. H. M. y Matr.

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espíritu es verdadera libertad y riqueza, que traeconsigo bienes inestimables, como iremosnotando algunos de ellos en las siguientesCanciones, en que se verá más claro cuánta razóntenga el alma de contar por dichosa ventura eltránsito de esta horrenda noche que arriba quedadicho.

CANCIÓN SEGUNDA (Capitulo XV)

A oscuras y seguraPor la secreta escala disfrazada,¡Oh dichosa ventura!A oscuras y en celada,Estando ya mi casa sosegada.

DECLARACIÓN

Va el alma cantando en esta Canción todavíaalgunas propiedades de la oscuridad de estanoche, repitiendo la buena dicha que le vino conellas. Dicelas, respondiendo á cierta objecióntácita, advirtiendo que no se piense que por haberen esta noche y oscuridad pasado por tantastormentas de angustias, dudas, recelos y horrores,como se ha dicho, corría por eso más peligro deperderse; porque antes en la oscuridad de estanoche se ganó; porque en ella se libraba yescapaba sutilmente de sus contrarios, que leimpedían siempre el paso, porque en la oscuridadde la noche iba mudado el traje, y disfrazada contres libreas ó colores que después diremos; y poruna escala muy secreta, que ninguno de casa lo

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sabía (que como también en su lugar notaremos,es la viva Fe) Por lo cual salió tan encubierta [99]y en celada, para poder bien hacer su hecho, queno podía dejar de ir muy segura; mayormenteestando ya en esta noche purgativa los apetitos,aficiones y pasiones de su ánima adormidos,mortificados y apagados, que son los que estandodespiertos y vivos no se lo consintieran.

Síguese, pues, el verso, y dice así:A oscuras y segura.

(Capitulo XVI). EXPLÍCASE CÓMO YENDO EL ALMA Á OSCURA VA SEGURA.

La oscuridad que aquí dice el alma, yahabernos dicho que es acerca de los apetitos ypotencias sensitivas, interiores y espirituales,porque todas se oscurecen de su natural lumbreen esta noche, porque purgándose acerca de ella,puedan ser ilustradas acerca de lo sobrenatural;porque los apetitos sensitivos y espirituales estándormidos y amortiguados sin poder gustar decosa ni Divina ni humana; las aficiones del almaoprimidas y apretadas, sin poderse mover á ella nihallar arrimo en nada; la imaginación atada sinpoder hacer algún discurso de bien; la memoriaacabada; el entendimiento entenebrecido, sinpoder entender cosa, y de aquí también lavoluntad seca y apretada, y todas las potenciasvacías é inútiles, y sobre todo esto una espesa ypesada nube sobre el alma, que la tiene angustiada

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y como ajenada de Dios. De esta manera «Aoscuras», dice, que iba «segura». La causa de estoestá bien declarada: porque ordinariamente elalma nunca yerra sino por sus apetitos ó susgustos, ó sus discursos, ó sus inteligencias, ó susaficiones, porque de ordinario en éstas excede ófalta, ó varía ó desatina, y de ahí se inclina á loque no conviene. De donde impedidas todas estasoperaciones y movimientos, está claro que quedael alma segura de errar en ellos. Porque no sólo selibra de sí, sino también de los otros enemigos,que son mundo y demonio, los cuales, apagadaslas aficiones y operaciones del alma, no le puedenhacer guerra por otra parte ni de otra manera.[100]

De aquí se sigue que cuanto el alma va más áoscuras y vacía de sus operaciones naturales, vamás segura. Porque como dice el profeta: Perditiotua Israel: tantummodo in me auxilium tuum (Osee,XIII, 9): la perdición al alma solamente le vienede si misma (esto es, de sus operaciones yapetitos interiores y sensitivos no concertados), yel bien, dice Dios, solamente de mí. Por tanto,impedida ella así de sus males, resta que le venganluego los bienes de la unión con Dios en susapetitos y potencias, en que las hará Divinas ycelestiales. De donde en el tiempo de estastinieblas, si el alma mira en ello, muy bien echaráde ver cuán poco se le divierte el apetito y laspotencias á cosas inútiles y dañosas; y cuán segura

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está de vanagloria, y soberbia y presunción, vanoy falso gozo, y de otras muchas cosas. Luego biense sigue que por ir á oscuras, no sólo no vaperdida, sino aun muy ganada, pues aquí vaganando las virtudes.

Pero á la duda que de aquí nace luego,conviene á saber, que pues las cosas de Dios desuyo hacen bien al alma y la ganan y aseguran,¿por qué en esta noche le oscurece Dios losapetitos y potencias también acerca de estas cosasbuenas, de manera que tampoco pueda gozar deellas, ni tratarlas como las demás, y aun en algunamanera menos? Respóndese, que entoncesconviene que tampoco le quede operación ni gusto,acerca de las cosas espirituales, porque tiene laspotencias y apetitos impuros, bajos y muynaturales; y así, aunque se les de el sabor y trato áestas potencias de las cosas sobrenaturales yDivinas, no le podrían recibir sino muy baja ynaturalmente, muy á su modo. Porque como dice elfilósofo, cualquiera cosa que se recibe, está en elrecipiente al modo del que la recibe. De dondeporque estas naturales potencias no tienen purezani fuerza, ni caudal para recibir y gustar las cosassobrenaturales al modo de ellas, que es Divino,sino sólo al suyo que es humano y bajo, como habernosdicho; conviene que sean también oscurecidasacerca de esto Divino. Porque destetadas ypurgadas y aniquiladas en aquello primero,pierdan aquel bajo y humano modo de obrar y

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recibir, y así vengan á quedar dispuestas ytempladas todas estas potencias y apetitos delalma, para poder recibir, sentir y gustar lo Divinoy sobrenatural alta [101] y subidamente, lo cual nopuede ser si primero no muere el hombre viejo.De aquí es que todo lo espiritual, si de arriba noviene, comunicado del Padre de las lumbres sobreel albedrío y apetito humano, aunque más seejercite el gusto y potencias del hombre con Dios,y por mucho que les parezca gustan de él, no legustarán, divina y espiritualmente, sino humana ynaturalmente, como gustan las demás cosas, porque losbienes no van del hombre á Dios, sino vienen de Dios alhombre. Acerca de lo cual (si este fuera lugar deello) pudiéramos declarar aquí, cómo hay muchaspersonas que tienen muchos gustos y aficiones yoperaciones de sus potencias acerca de Dios ó decosas espirituales, y por ventura pensarán ellosque aquello es sobrenatural y espiritual, y porventura no son más que actos y apetitos naturalesy humanos, que como los tienen de las demáscosas, los tienen con el mismo temple de aquellascosas buenas por cierta facilidad natural quetienen en mover el apetito y potencias á cualquiercosa. Si por ventura tuviéremos ocasión en lorestante, lo trataremos, diciendo algunas señalesde cuándo los movimientos y acciones interioresdel alma sean sólo naturales, y cuándo sóloespirituales, y cuándo espirituales y naturalesacerca del trato con Dios. Basta aquí saber que

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para que los actos y movimientos interiores delalma puedan venir á ser movidos por Dios alta ydivinamente, primero han de ser adormidos yoscurecidos, y sosegados en lo natural acerca detoda su habilidad y operación, hasta quedesfallezcan.

Oh, pues, alma espiritual, cuando vieresoscurecido tu apetito, tus aficiones secas yapretadas, é inhabilitadas tus potencias paracualquier ejercicio interior, no te penes por eso,antes lo ten á buena dicha; pues que te va Dioslibrando de tí misma, quitándote de las manos lahacienda; con las cuales, por bien que ellas teanduviesen, no obrarías tan cabal, perfecta yseguramente (á causa de la impureza y torpeza deellas), como ahora, que tomando Dios la manotuya, te guía á oscuras como á ciego, á donde ypor donde tú no sabes, ni jamás por tus ojos ypies, por bien que anduvieras, atinarás á caminar.

La causa también por qué el alma no sólo vasegura, cuando así [102] va á oscuras, sino aún seva más ganando y aprovechando, es, porquecomúnmente cuando el alma va recibiendomejoría de nuevo y aprovechando, es por dondeella menos entiende, antes muy ordinario piensaque se va perdiendo. Porque, como ella nunca haexperimentado aquella novedad que la hace salir ydeslumbrar y desatinar de su primer modo deproceder, antes piensa que se va perdiendo, queacertando y ganando, como ve que se pierde

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acerca de lo que sabía y gustaba, y se va pordonde no sabe ni gusta. Así como el caminanteque para ir á nuevas tierras no sabidas niexperimentadas, va por nuevos caminos nosabidos ni experimentados; camina no guiado porlo que sabía antes, sino en dudas y por el dicho deotros; y claro está que éste no podría venir ánuevas tierras, ni saber más de lo que antes sabía,si no fuera por caminos nuevos nunca sabidos, ydejados los que sabía; ni más ni menos el que vasabiendo más particularidades en un oficio ó arte,siempre va á oscuras, no por su saber primero,porque si aquél no dejase atrás, nunca saldría deél, ni aprovecharía en más: así de la mismamanera el alma cuando va más aprovechando, vaá oscuras y no sabiendo. Por tanto, comohabernos dicho, Dios es aquí el maestro y guía deeste ciego del alma. Bien puede ella, ya que lo havenido á entender, con verdad alegrarse y decir:«A oscuras y segura.»

Otra causa también hay por qué en estastinieblas ha ido el alma segura, y es, porque ha idopadeciendo; porque el camino de padecer es másseguro y aun más provechoso, que el de gozar yhacer. Lo uno, porque en el padecer se le añadenfuerzas de Dios, y en el hacer y gozar ejercita elalma sus flaquezas é imperfecciones. Y lo otro,porque en el padecer se van ejercitando yganando las virtudes y purificando el alma, yhaciéndola más sabia y cauta.

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Pero aquí hay otra más principal causa porqué aquí el alma á oscuras va segura, y es de partede la dicha luz, ó sabiduría oscura. Porque de talmanera la absorbe y embebe en si esta oscuranoche de contemplación, y la pone tan cerca deDios, que la ampara y libra de todo lo que no esDios. Porque, como está aquí puesta en cura estaalma, para que consiga su salud, que es el mismoDios, tiénela [103] Su Majestad en dieta yabstinencia de todas las cosas, estragado el apetitopara todas ellas; bien así como para que sane elenfermo que en su casa es estimado, le tienen tanadentro guardado, que no le dejan tocar del aireni aun gozar de la luz, ni que sienta las pisadas, niaun el rumor de los de la casa, y la comida muydelicada y muy por tasa y de substancia más quede sabor.

Todas estas propiedades (que todas son deseguridad y guarda del alma) causa en ella estaoscura contemplación, porque ella está puestamás cerca de Dios. Porque cuanto el alma más áél se acerca, más oscuras tinieblas siente y másprofunda oscuridad por su flaqueza; así como elque más cerca del Sol llegase, más tinieblas y penale causaría su grande resplandor por la flaqueza,impureza y cortedad de sus ojos. De donde taninmensa es la luz espiritual de Dios, y tantoexcede al entendimiento, que cuando llega máscerca, le ciega y oscurece. Y esta es la causa porqué en el salmo XVII dice David, que puso Dios

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por su escondrijo y cubierta las tinieblas, y sutabernáculo en rededor de sí, tenebrosa agua enlas nubes del aire (v. 12). La cual agua tenebrosaen las nubes del aire es la oscura contemplación ySabiduría Divina en las almas, como vamosdiciendo. Lo cual ellas van sintiendo como cosaque está cerca de él, como tabernáculo donde élmora, cuando Dios á sí las va más juntando. Yasí, lo que en Dios es luz y claridad más alta, espara el hombre tiniebla más oscura (como diceSan Pablo), según lo declara luego David en elmismo Salmo, diciendo: Præ fulgore in conspectu ejusnubes transierunt. Por causa del resplandor que estáen su presencia, salieron nubes y cataratas (Psalm.XVII, 13), conviene á saber, para elentendimiento natural, cuya luz, como dice Isaías:Obtenebrata est in caligine ejus (V. 30). ¡Oh miserablesuerte la de nuestra vida, donde con tanto peligrose vive y con tanta dificultad la verdad se conoce!pues lo más claro y verdadero nos es más oscuroy dudoso; y por eso huimos de ello siendo lo quemás nos conviene; y lo que más luce y llenanuestros ojos, lo abrazamos y vamos tras de ello,siendo lo que peor nos está y lo que á cada pasonos hace dar de ojos. ¡En cuánto peligro y temorvive el hombre, pues la misma [104] lumbre desus ojos natural con que se ha de guiar, es laprimera que le encandila y engaña para ir á Dios!¡Y que si ha de acertar á ver por dónde va, tenganecesidad de llevar cerrados los ojos é ir á oscuras

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para ir segura de los enemigos domésticos de sucasa, que son sus sentidos y potencias! Bien está,pues, aquí el alma escondida y amparada en estaagua tenebrosa, que está cerca de Dios. Porqueasí como al mismo Dios sirve de tabernáculo ymorada, le servirá ni más ni menos al alma deotro tanto y de amparo perfecto y seguridad,aunque ella quede en tinieblas, en que estáescondida y amparada de si misma, y de todos losdemás daños de criaturas, como habernos dicho;porque de las tales se entiende lo que tambiéndice David en otro Salmo, diciendo: Abscondes eosin abscondito faciei tuce á con- turbatione hominum:proteges eos in tabernaculo tuo á contradictione linguarum.Esconderlos has en el escondrijo de tu rostro dela turbación de los hombres: ampararlos has en tutabernáculo de la contradicción de las lenguas(XXX, 30). En lo cual se entiende toda manera deamparo; porque estar escondidos en el rostro deDios de la turbación de los hombres, es estarfortalecidos con esta oscura contemplacióncontra todas las ocasiones que de parte de loshombres les pueden sobrevenir. Y estaramparados en su tabernáculo de la contradicciónde las lenguas, es estar el alma engolfada en estaagua tenebrosa, que es el tabernáculo quehabernos dicho de David. De donde, por tener elalma todos los apetitos y aficiones destetados, ylas potencias oscurecidas, está libre de todas lasimperfecciones que contradicen al espíritu, así de

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su misma carne, como de las demás criaturas. Dedonde esta alma bien puede decir, que va «áoscuras y segura.»

Hay también otra causa no menos eficaz quela pasada, para acabar bien de entender que estaalma va segura á oscuras, y es por la fortaleza quedesde luego esta oscura, penosa y tenebrosa aguade Dios pone en el alma. Que al fin, aunque estenebrosa, es agua, y por eso no ha dejar dereficionar y fortalecer al alma en lo que más leconviene, aunque á oscuras y penosamente.Porque desde luego ve el alma en sí unaverdadera determinación y eficacia de no hacercosa que entienda ser ofensa de Dios, ni dejar dehacer lo que [105] le parece cosa de su servicio.Porque aquel amor oscuro se le pega con un muyvigilante cuidado y solicitud interior de lo quehará ó dejará de hacer por él para contentarle,mirando y dando mil vueltas si ha sido causa deenojarle; y todo esto con mucho más cuidado ysolicitud que antes, como arriba queda dicho enlo de las ansias de amor. Porque aquí todas lasfuerzas y apetitos y potencias del alma, comoestán recogidas de todas las demás cosas, empleansu conato y fuerza sólo en obsequio de su Dios.De esta manera sale el alma de sí misma y detodas las cosas criadas á la dulce y deleitosa uniónde amor de Dios, «A oscuras, y segura.»

Por la secreta escala disfrazada.

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§ I (Capitulo XVII). EXPLÍCASE CÓMO ESTA

OSCURA CONTEMPLACIÓN SEA SECRETA.Tres propiedades conviene declarar acerca de

tres vocablos que contiene el presente verso. Lasdos, que son «secreta» y «escala», pertenecen á lanoche oscura de contemplación que vamostratando; la tercera, conviene á saber,«disfrazada», pertenece á el alma por razón del modoque ella tiene en esta noche. Cuanto á lo primero, esde saber que el alma llama aquí en este verso áesta oscura contemplación por donde ella vasaliendo á la unión de amor, «secreta escala», porestas dos propiedades que hay en ella, es á saber,ser secreta y ser escala; y diremos de cada una de por sí.

Primeramente llama secreta á estacontemplación tenebrosa; por cuanto segúnhabernos tocado arriba, esta es la teología mística,que llaman los teólogos sabiduría secreta, la cualdice Santo Tomás que se comunica é infunde enel alma por amor89. Lo cual acaece secretamente áoscuras de la obra natural del entendimiento y delas demás [106] potencias. De donde por cuantolas dichas potencias no lo alcanzan, sino que elEspíritu Santo la infunde y adorna en el alma,como dice la Esposa en los Cantares, sin ellasaberlo90 ni entender cómo sea, se llama secreta. Y

89 s. «Propter hoc Gregorius (hom. 14 in Ezech) constituit vitamcontemplativam in charitate Dei.» Summa Theologica, 2.a, 2æ, quæst, 180, árt.1.90 a.

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á la verdad no sólo ella no lo entiende, peronadie, ni el mismo demonio. Por cuanto elMaestro que la enseña está dentro del almasustancial mente, donde no puede llegar el demonio, niel sentido natural, ni el entendimiento91. Y no sólo poreso se puede llamar secreta, sino también por losefectos que hace en el alma. Porque no solamenteen las tinieblas y aprietos de la purgación, cuandoesta sabiduría secreta purga al alma es secreta, porno saber decir de ella el alma nada; mas tambiéndespués en la iluminación, cuando más á las clarasse le comunica esta sabiduría, le es al alma tansecreta para discernir92 y ponerle nombre paradecirle, que demás que ninguna gana le da al almade decirlo, no halla modo ni manera, ni símil quele cuadre, para poder significar inteligencia tansubida y sentimiento espiritual tan delicado. Y así,aunque más gana tuviese de decirlo, y mássignificaciones trajese, siempre se quedaríasecreto y por decir. Porque como aquella sabiduríainterior es tan sencilla, tan general y espiritual, queno entró al entendimiento envuelta ni paliada conalguna especie ó imagen sujeta al sentido; de aquíes que el sentido é imaginativa (cuando no entrópor ellas ni sintieron su traje y color) no saben darrazón ni imaginarla, para decir algo de ella,aunque claramente ve el alma que entiende ygusta aquella sabrosa y peregrina sabiduría. Bien

91 a.92 «Para decir.» Mss. A. M. y T.

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así como el que viese una cosa nunca vista, cuyosemejante tampoco nunca vió, que aunque laentendiese y gustase, no la sabría poner nombreni decir lo que es, aunque más hiciese, y esto conser cosa que la percibió con los sentidos; ¿cuántomenos, pues, se podrá manifestar lo que no entrópor ellos? Que esto tiene el lenguaje de Dios, quepor ser él muy intimo al alma y espiritual, queexcede todo sentido, luego hace cesar yenmudecer toda la armonía y habilidad de lossentidos exteriores é interiores. De lo cualtenemos autoridades y ejemplos juntamente en laDivina [107] Escritura. Porque la cortedad delmanifestarlo y hablarlo exterior- mente mostróJeremías (I, 6), cuando habiendo hablado Dioscon él no supo qué decir, sino a a a. Y la cortedadinterior, esto es, del sentido interior de laimaginación, y juntamente la del exterior acercade esto, también la manifestó Moisen delante deDios en la zarza (Exod. IV, 10), cuando nosolamente dijo á Dios, que después que hablabacon él no sabia ni acertaba á hablar; pero ni aun(según se dice en los Actos de los Apóstoles)(VII, 32) con la imaginación interior no se atrevió áconsiderar, pareciéndole que la imaginaciónestaba muy lejos y muda no sólo para formar algo deaquello que entendía en Dios, pero ni aun capacidad pararecibir algo de ello. De donde por cuanto93 la sabiduríade esta contemplación es lenguaje de Dios al alma93 a.

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de puro espíritu á espíritu puro, todo lo que es menosque espíritu94, como son los sentidos, no loperciben, y así les es secreto y no lo saben nipueden decir, ni tienen gana porque no le ven95.

De donde podemos sacar la causa por quéalgunas personas que van por este camino, quepor tener almas buenas y temerosas, querrían darcuenta á quien las rige de lo que tienen, y nosaben ni pueden. De aquí nace la granderepugnancia que tienen en decirlo, mayormentecuando la contemplación es algo más sencilla, quela misma alma apenas la siente; pues sólo sabendecir que el alma está satisfecha y quieta ócontenta, y decir que sienten á Dios y que les vabien á su parecer; mas no hay decir lo que el almatiene, sino por términos generales semejantes áéstos. Otra cosa es cuando las cosas que el almatiene son particulares, como visiones,sentimientos, etc., las cuales, comoordinariamente se reciben debajo de algunaespecie en que participa el sentido, que entoncesdebajo de aquella especie se puede ó debajo deotra semejanza decir. Pero este poderlo decir yano es en razón de pura contemplación; porqueesta es indecible, como habernos dicho, y por eso sellama secreta.

Y no sólo por eso se llama y es secreta, sinotambién porque esta sabiduría mística tiene

94 a.95 a.

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propiedad de esconder al alma en sí. Porque [108]demás de lo ordinario, algunas veces de talmanera absorbe al alma y la sume en un abismosecreto, que ella echa de ver claramente que estápuesta alejadísima y remotísima de toda criatura;de suerte que le parece que la colocan en unaprofunda y anchísima soledad, donde no puedellegar alguna humana criatura, como un inmensodesierto que por ninguna parte tiene fin; tantomás deleitoso, sabroso y amoroso, cuanto másprofundo, ancho y solo, donde el alma se ve tansecreta cuanto se ve levantada sobre todatemporal criatura. Y tanto levanta y engrandeceentonces este abismo de sabiduría el alma,metiéndola en las venas de la ciencia de amor, quela hace conocer no solamente que va muy bajatoda condición de criatura acerca de este supremosaber y sentir Divino, sino también echa de vercuán bajos y cortos y en alguna manera impropiosson todos los términos y vocablos con que enesta vida se trata de las cosas Divinas, y cómo esimposible por vía y modo natural, aunque másalta y sabiamente se hable en ellas, poder conocery sentir de ellas como ellas son, sino con lailuminación de esta mística teología. Y así, viendoel alma en la iluminación de ella esta verdad, deque no se puede alcanzar ni menos declarar contérminos humanos ni vulgares, con razón la llamasecreta.

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Esta propiedad de ser secreta y sobre lacapacidad natural esta Divina contemplación,tiénela, no sólo por ser cosa sobrenatural, sinotambién en cuanto es vía, que guía al alma á lasperfecciones de la unión de Dios: las cuales,como son cosas no sabidas humanamente, hasede caminar á ellas humanamente no sabiendo, ydivinamente ignorando. Porque hablandomísticamente, como aquí vamos hablando, lascosas y perfecciones divinas, no se conocen nientienden cómo ellas son, cuando las vanbuscando y ejercitando, sino cuando las tienenhalladas y ejercitadas. Porque á este propósitodice el profeta Baruc de esta Sabiduría Divina:Non est qui possit scire vias ejus, neque qui exquiratsemitas ejus. No hay quien pueda saber sus vías, niquien pueda pensar sus sendas (Baruch. III, 31).También el profeta Real de este camino del almadice de esta manera, hablando con Dios: Illuxeruntcoruscationes tuce orbi terree: commota [109] est, etcontremuit terra: in mari via tua, ei semitæ tuæ in aquismultis: et vestigia tua non cognoscentur. Tusilustraciones lucieron, y alumbraron á la redondezde la tierra, conmovióse, contremecióse y tembló latierra: en el mar está tu camino, y tus sendas enmuchas aguas, y tus pisadas no serán conocidas(Psalm. LXXVI, 19-20). Todo lo cual, hablandoespiritualmente se entiende al propósito quevamos diciendo. Porque alumbrar lasilustraciones de Dios á la redondez de la tierra, es

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la ilustración que hace esta Divina contemplaciónen las potencias del alma; conmoverse y temer latierra, es la purgación penosa que en ella causa. Ydecir que el camino de Dios por donde el alma vaá él, es en el mar, y sus pisadas en muchas aguas yque por eso no serán conocidas, es decir, que estecamino de ir á Dios es tan secreto y oculto para elsentido del alma, como lo es para el del cuerpo elque se lleva por la mar, cuyas sendas y pisadas nose conocen. Que esta propiedad tienen los pasosy pisadas que Dios va dando en las almas quequiere llevar á sí, haciéndolas grandes en la uniónde su Subiduría, que no se conocen. Por lo cualen el libro de Job se dicen, encareciendo estenegocio, estas palabras: Numquid nosti semitasnubium magnas, et perfectas scientias? ¿Por ventura hastú conocido las sendas de las nubes grandes, ó lasperfectas ciencias? (Job, XXXVII, 16).Entendiendo por esto las vías y caminos pordonde Dios va engrandeciendo á las almas yperficionándolas en su sabiduría, las cuales sonaquí entendidas por las nubes.

Queda, pues, que esta contemplación que vaguiando al alma á Dios, es sabiduría secreta.

§ II (Capítulo XVIII). DECLÁRASE CÓMO ESTA SABIDURÍA SECRETA SEA TAMBIÉN ESCALA.

Pero resta ahora de ver lo segundo, convieneá saber, cómo esta sabiduría secreta sea tambiénescala. Acerca de lo cual es de saber, que por

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muchas razones podemos llamar á esta secreta[110] contemplación escala. Primeramente, porqueasí como con la escala se sube y se escalan losbienes y tesoros y cosas que hay en las fortalezas,asi también por esta secreta contemplación, sinsaberse cómo, sube el alma á escalar, conocer yposeer los bienes y tesoros del cielo. Lo cual dabien á entender el Real profeta David, cuandodice: Beatus vir, cujus est auxilium abs te: ascensiones incorde suo disposuit, in valle lacrymarum in loco, quemposuit. Etenim benedictionem dabit legislator, ibunt, devirtute in virtutem; videbitur Deus Deorum in Sion.Bienaventurado el que tiene tu favor y ayuda,porque en su corazón éste tal puso sus subidas enel valle de lágrimas en el lugar que puso; porquede esta manera el señor de la ley dará bendición, éirán de virtud en virtud como de grado en grado,y será visto el Dios de los dioses en Sión (Psalm.LXXXIII. 6), el cual es los tesoros de la fortalezade Sión, que es la bienaventuranza.

Podemos también llamarla escala, porque asícomo la escala esos mismos pasos que tiene parasubir, los tiene también para bajar: así tambiénesta secreta contemplación esas mismascomunicaciones que hace al alma, que la levantanen Dios, la humillan en sí misma. Porque lascomunicaciones que verdaderamente son deDios, esta propiedad tienen, que de una vezhumillan y levantan al alma. Porque en estecamino el bajar es subir, y el subir es bajar, pues el

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que se humilla es ensalzado, y el que se ensalza eshumillado: Qui se exaltat, humiliabitur, et qui sehumiliat, exaltabitur (Luc. XIV, 11). Y demás deesto de que la virtud de la humildad es grandezapara ejercitar al alma en ella, suele Dios hacerlasubir por esta escala para que baje, y hacerla bajarpara que suba, para que así se cumpla lo que diceel Sabio, es á saber: Antequam conteratur, exaltaturcor hominis: et antequam glorificetur humiliatur. Antesque el alma sea ensalzada, es humillada; y antesque sea humillada, es ensalzada (Prov. XVIII, 12).Lo cual hablando ahora naturalmente echará bien dever el alma que quisiere mirar en ello (dejadoaparte lo espiritual que no se siente) cuántos altosy bajos padece en este camino, y cómo tras laprosperidad que goza, luego se sigue algunatempestad y trabajo; tanto, que parece que ledieron aquella bonanza para [111] prevenirla yesforzarla para la siguiente penuria; comotambién después de la miseria y tormenta se sigueabundancia y bonanza. De manera, que le pareceal alma que para hacerla aquella fiesta, la pusieronprimero en aquella vigilia. Y este es el ordinarioestilo y ejercicio del estado de contemplación,hasta llegar al estado quieto, que nuncapermanece en un estado, sino todo es subir ybajar. La causa de esto es que, como el estado deperfección que consiste en perfecto amor de Diosy desprecio de sí mismo, no puede estar sino conestas dos partes, que son conocimiento de Dios y

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de sí mismo, y de necesidad ha de ser ejercitada elalma primero en lo uno y en lo otro, dándoleahora á gustar lo uno engrandeciéndola, yhaciéndola también probar lo otro humillándola,hasta que adquiridos los hábitos perfectos, cese yael subir y bajar, habiendo ya llegado, y unídosecon Dios, que está en el fin de esta escala, enquien la escala se arrima y estriba. Porque estaescala de contemplación, que como habernosdicho, se deriva de Dios, es figurada por aquellaescala que vió durmiendo Jacob, por la cualsubían y bajaban ángeles de Dios al hombre y delhombre á Dios, el cual estaba estribando en elextremo de la escala (Gen. XXVIII, 12). Todo locual dice la Escritura Divina que pasaba de nochey Jacob dormido, para dar á entender cuánsecreto y diferente del saber del hombre es estecamino y subida para Dios. Lo cual se ve bien,pues que ordinariamente lo que en él es de másprovecho (que es irse perdiendo y aniquilando á símismo) tiene por peor, y lo que menos vale (que eshallar su consuelo y gusto, en que ordinariamenteantes pierde que gana), eso lo tiene por mejor.

Pero hablando ahora algo más sustancial ypropiamente de esta escala de contemplaciónsecreta, diremos que la principal propiedadporque aquí se llama escala, es porque lacontemplación es ciencia de amor, la cual esnoticia infusa de Dios amorosa, y que juntamenteva ilustrando y enamorando al alma, hasta subirla

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degrado en grado á Dios su Criador. Porque sóloel amor es el que une y junta al alma con Dios.De donde, para que más claro se vea, iremos aquíapuntando los grados de esta Divina escala,diciendo con brevedad las [112] señales y efectosde cada uno, para que por allí pueda conjeturar elalma en cuál de ellos estará; y así losdistinguiremos por sus efectos, como hace SanBernardo y Santo Tomás96; y porque conocerlosen sí (por cuanto esta escala de amor es, comohabernos dicho, tan secreta, que sólo Dios es elque la mide y pondera) no es posible por víanatural.

§ III (Capítulo XIX). COMIENZA Á EXPLICAR

LOS DIEZ ORADOS DE LA ESCALA MÍSTICA DE

AMOR DIVINO SEGÚN SAN BERNARDO Y SANTO

TOMÁS. –PÓNENSE LOS CINCO PRIMEROS.Decimos, pues, que los grados de esta escala

de amor por donde el alma de uno en otro vasubiendo á Dios, son diez. El primer grado deamor hace enfermar al alma provechosamente.En este grado de amor habla la Esposa, cuandodice: Adjuro vos, filice Jerusalem, si inveneritis dilectummeum, ut nuncietis ei quia amore langueo. Conjúroos,hijas de jerusalén, que si encontráredes á miAmado, le digáis que estoy enferma de amor.(Cant. V, 8). Pero esta enfermedad no es de96 «Ut dicit Bernardus, Magna res est amor, sed sunt in eo gradus.Loquendo ergo aliquantulum magis moraliter quam realiter, decem amorisgradus distinguere possumus.» (D. Thom. De dilectione Dei et proximi, cap.XXVII. Vide opusc. LXI de la edición de Venecia de 1595.)

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muerte, sino para gloria de Dios, porque en estaenfermedad desfallece el alma al pecado y á todaslas cosas que no son Dios, por el mismo Dios,como David testifica diciendo: Defecit spiritus meus.Desfalleció mi alma (Psalm. CXLII, 7), esto es,acerca de todas las cosas á tu salud (Psalm.CXVIII, 81). Porque así como el enfermo pierdeel apetito y gusto de todos los manjares y muda elcolor primero, así también en este grado de amorpierde el alma el gusto y apetito de todas lascosas, y muda como amante el color y acídente dela vida pasada. Esta enfermedad no cae en ella elalma si de [113] arriba no le envían el exceso delcalor, según se da á entender por este verso deDavid, que dice: Pluviam voluntariam segregabis Deushæreditati tuæ, et infirmata est: tu vero perfecisti eam.(Psalm. LXVII, 10). Esta enfermedad ydesfallecimiento á todas las cosas, que es elprincipio y primer grado para ir á Dios, bien lehabernos dado á entender arriba, cuando dijimosla aniquilación en que se ve el alma cuandocomienza á entrar en esta escala de purgacióncontemplativa, cuando en ninguna cosa puedehallar arrimo, gusto, ni consuelo ni asiento. Por locual de este grado luego va comenzando á subir alsegundo grado.

El segundo grado hace al alma buscar sincesará Dios. De donde cuando la Esposa dice quebuscándole de noche en su lecho (cuando segúnel primer grado de amor estaba desfallecida), y no

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le halló, dijo: Surgam, et quæram quem diligit animamea. Levantarme he, y buscaré al que ama mi alma(Cant. III, 2). Lo cual, como decimos, el almahace sin cesar, como lo aconseja David diciendo:Quærite Dominum... quærite faciem ejus semper. Buscadsiempre la cara de Dios, y buscándole en todas lascosas, en ninguna reparad hasta hallarle. (Psalm.CIV, 4). Como la Esposa, que en preguntandopor él á las guardas, luego pasó y las dejó. MaríaMagdalena, ni aun en los ángeles del sepulcroreparó (Joan. XX, 14). Aquí en este grado tansolícita anda el alma, que en todas las cosas buscaal Amado; en todo cuanto piensa, luego piensa enel Amado; en cuanto habla, en todos cuantosnegocios se ofrecen, luego es tratar y hablar delAmado; cuando come, cuando duerme, cuandovela, cuando hace cualquiera cosa, todo sucuidado es en el Amado, según arriba quedadicho en las ansias de amor. Aquí, como va ya elamor convaleciendo y cobrando fuerzas en elamor de este segundo grado, luego comienza ásubir al tercero por medio de algún grado denueva purgación en la noche, como despuésdiremos, el cual hace en el alma los efectossiguientes.

El tercer grado de la escala amorosa es el quehace al alma obrar y !e pone calor para no faltar.De éste dice el Real profeta: Beatus vir, qui timetDominum: in mandatis ejus volet nimis.Bienaventurado [114] el varón que teme al Señor,

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porque en sus mandamientos codicia obrarmucho (Ps. CXI, 1). Donde si el temor, por serhijo del amor, le hace esta obra de codicia, ¿quéhará el mismo amor? En este grado las obrasgrandes por el Amado tiene por pequeñas, lasmuchas por pocas, el largo tiempo en que le sirvepor corto, por el incendio de amor en que ya vaardiendo. Como á Jacob, que con haberle hechoservir siete años sobre otros siete, le parecíanpocos por la grandeza del amor (Gen. XXIX, 20).Pues si el amor en Jacob con ser de criatura tantopodía, ¿qué podrá el del Criador, cuando en estetercer grado se apodera del alma? Tiene el almaaquí, por el grande amor que tiene á Dios,grandes lástimas y penas de lo poco que hace porDios; y si le fuese lícito deshacerse mil veces porél, estaría consolada. Por eso se tiene por inútil entodo cuanto hace, y le parece vive de balde. Y deaquí le nace otro efecto admirable, y es que setiene por más mala averiguadamente para consigoque todas las otras almas. Lo uno, porque le va elamor enseñando lo que merece Dios; y lo otro,porque como las obras que aquí hace por Diosson muchas, y las conoce por faltas é imperfectas,de todas saca confusión y pena, conociendo tanbaja manera de obrar para un tan alto Señor. Eneste tercer grado muy lejos va el alma de tenervanagloria ó presunción, y de condenar á losotros. Estos solícitos efectos causa en el alma,con otros muchos á este talle, este tercer grado; y

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por eso en él cobra ánimo y fuerzas para subirhasta el cuarto, que es el que se sigue.

El cuarto grado de esta escala de amor es enel cual se causa en el alma, por razón del Amado,un ordinario sufrir sin fatigarse. Porque, comodice San Agustín, todas las cosas grandes, gravesy pesadas, casi ningunas las hace el amor97. Eneste grado hablaba la Esposa, cuando deseando yaverse en el último, dijo al Esposo: Pone me utsignaculum super cor tuum, ut signaculum super brachiumtuum: quia fortis est ut mors dilectio; dura sicut infernusæmulatio. Ponme [115] como señal en tu corazón,como señal en tu brazo; porque la dilección, estoes, el acto y obra de amor, es fuerte como lamuerte, y dura la emulación porfiada como elinfierno (Cant. VIII, 5). El espíritu aquí tienetanta fuerza, que tiene tan sujeta á la carne y latiene tan en poco, como el árbol á una de sushojas. En ninguna manera aquí el alma busca suconsuelo ni gusto, ni en Dios ni en otra cosa, nianda deseando ni pretendiendo pedir mercedes á Dios,porque ve claro que hartas le tiene hechas, y tiene todosu cuidado en cómo podrá dar algún gusto á Diosy servirle algo por lo que él merece y de él tienerecibido, aunque fuese muy á su costa. Dice en sucorazón y espíritu: ¡Ay Dios y Señor mío! cuánmuchos hay que andan á buscar en ti su consueloy gusto, y á que les concedas mercedes y dones;

97 Omnia enim sæva et immania prorsus facilia et prope nulla efficit amor, (Serm. IXde Verbis Domini in Evang. secundum Mathh. in fine.)

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mas los que á tí pretenden dar gusto y darte algo ásu costa, pospuesto su particular, son muy pocos;porque no está la falta, Dios mío, en no nosquerer tú hacer mercedes de nuevo, sino en noemplear nosotros las recibidas en tu servicio, paraobligarte á que nos las hagas de continuo. Hartolevantado es este grado de amor; porque comoaquí el alma con tan verdadero amor se andasiempre tras Dios con espíritu de padecer por él,dale Su Majestad muchas veces y muy deordinario el gozar, visitándola en el espíritusabrosa y deleitablemente; porque el inmensoamor del Verbo Cristo no puede sufrir penas desu amante sin acudirle. Lo cual por Jeremíasafirmó él, diciendo: Recordatus sum tui, miseransadolescentiam tuam... quando secuta es me in deserto.Acordádome hé de tí, apiadádome hé de tuadolescencia y ternura cuando me seguiste en eldesierto. (Jerem. II, 2). Que hablandoespiritualmente es el desarrimo que aquíinteriormente trae el alma de toda criatura, noparando ni quietándose en nada. Este cuartogrado inflama de tal manera al alma y la enciendeen tal deseo de Dios, que la hace subir al quinto,el cual es el que se sigue.

El quinto grado de esta escala de amor haceal alma apetecer y codiciar á Diosimpacientemente. En este grado el amante tantaes la vehemencia que tiene por aprehender alAmado y unirse con él, que toda dilación por

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mínima que sea se le hace muy larga, molesta[116] y pesada, y siempre piensa que halla alAmado; y cuando ve frustrado su deseo (lo cuales casi á cada paso), desfallece en su codicia,según hablando en este grado lo dice el Salmistadiciendo: Concupiscit, et deficit anima mea in atriaDomini. Codicia y desfallece mi alma á lasmoradas del Señor (Ps. LXXXIII, 9). En estegrado el amante no puede dejar de ver lo queama, ó morir, en el cual Raquel por la grancodicia que á los hijos tenía, dijo á Jacob suEsposo: Da mihi liberos, alioquin moriar. Damehijos: si no, yo moriré. (Gen. XXX, 1). Padecenaquí hambre como canes y cercan y rodean la ciudad deDios. En este hambriento grado se ceba el alma enamor; porque según la hambre es la hartura: demanera que de aquí puede subir al sexto grado,que hace los efectos que se siguen.

§ IV (Capitulo XX). PÓNENSE LOS OTROS CINCO GRADOS DE AMOR.

El sexto grado hace correr al almaligeramente á Dios y dar muchos toques en él. Y sindesfallecer corre por la esperanza: que aquí elamor que la ha fortificado, la hace volar ligera. Enel cual grado también dice Isaías: Qui autem sperantin Domino, mutabunt fortitudinem, assument pennas sicutaquilæ, current, et non laborabunt ambulabunt, et nondeficient. Los Santos que esperan en Dios mudaránla fortaleza, tomarán alas como de águila, volarán,

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y no desfallecerán (Isai. XL, 31), como hacían en elgrado quinto. A este grado pertenece tambiénaquello del Salmo: Quemadmodum desiderat cervus adfontes aquarum: ita desiderat anima mea ad te, Deus. Asícomo el ciervo desea las aguas, mi alma desea á tí,Dios. (Psalm. XLI, 1.) Porque el ciervo con la sedcorre con gran ligereza á las aguas. La causa deesta ligereza de amor que tiene el alma en estegrado, es por estar ya muy dilatada la caridad enella, y por estar ya aquí el alma poco menos quepurificada del todo, como se dice también en[117] el Salino, es á saber: Sine iniquitate cucurri.(LVIII, 5.) Y en otro Salmo: Viam mandatorumtuorum cucurri, cum dilatasti cor meum. El camino detus mandamientos corrí cuando dilataste micorazón (CXVIII, 32); y así, desde este sextogrado se pone luego en el séptimo, que es el quese sigue.

El séptimo grado de esta escala hace atrever alalma con vehemencia: aquí el amor no seaprovecha del juicio para esperar, ni usa delconsejo para se retirar, ni con vergüenza se puedeenfrenar; porque el favor que ya Dios hace aquí alalma, la hace atrever con vehemencia. De dondese sigue lo que dice el Apóstol, y es: que lacaridad todo lo cree, todo lo espera y todo lopuede (1 ad Cor. XIII, 17): De este grado hablóMoisen, cuando dijo á Dios que perdonase alpueblo, y si no, que le borrase del libro de la vidaen que le había escrito. (Exod. XXXII, 31, 32.)

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Estos alcanzan de Dios lo que con gusto le piden.De donde dice David: Delectare in Domino: et dabittibi petitiones cordis tui. Deléitate en Dios, y darte hálas peticiones de tu corazón. (Psalm. XXXVI, 4.)En este grado se atrevió la Esposa, y dijo:Osculetur me osculo oris sui. (Cant. I, 1.) Pero esmucho aquí de advertir, que en este grado no lees lícito al alma atreverse, si no sintiese el favorinterior del cetro del Rey inclinado para ella(Esther. VIII, 4); porque por ventura no caiga delos demás grados que hasta allí ha subido, en loscuales siempre se ha de conservar con humildad.De esta osadía y mano que Dios le da al alma eneste séptimo grado, para atreverse á Dios convehemencia de amor, se sigue el octavo, que eshacer ella presa en el Amado y unirse con él,según se sigue.

El octavo grado de amor hace al alma asir yapretar sin soltar, según la Esposa dice en estamanera: Inveni, quem diligit anima mea: tenui eum, necdimittam. Hallé al que ama mi corazón y ánima,túvele, y no le soltaré. (Cant. III, 4.) En este gradode unión satisface el alma su deseo, mas no decontinuo, porque algunos llegan á poner el pie yluego le vuelven á quitar; que si así no fuese ydurasen en este grado, tendrían cierta manera degloria en esta vida, y así jnuy pocos espacios pasael alma en él. Al profeta Daniel, por ser [117]varón de deseos, se le mandó de parte de Diosque permaneciese en este grado, diciéndole: Está

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sobre tu grado, porque eres varón de deseos.(Dan. X, 11.) De este grado se sigue el nono, quees de los perfectos, como diremos después, quees el que se sigue.

El nono grado de amor hace arder al almacon suavidad. Este grado es el de los perfectos,los cuales arden ya en Dios suavemente. Porqueeste ardor suave y deleitoso les causa el EspírituSanto por razón de la unión que tienen con Dios.Por eso dice San Gregorio de los Apóstoles, quecuando el Espíritu Santo visiblemente vino sobreellos, que interiormente ardieron por amorsuavemente98. De los bienes y riquezas de Diosque el alma goza en este grado no se puedehablar; porque si de ello se escribiesen muchoslibros, quedaría lo más por decir. Del cual, poresto y porque después diremos alguna cosa, aquíno digo más, sino que de este se sigue el décimo yúltimo grado de esta escala de amor secreta, queya no es de esta vida.

El décimo y último grado de esta escalasecreta de amor hace al alma asimilarsetotalmente á Dios, por razón de la clara visión deDios que luego posee inmediatamente el alma, quehabiendo llegado en esta vida al nono grado, salede la carne. Porque éstos (que son pocos) porcuanto ya por el amor están purgadísimos, no entran en el

98 «Dum Deum in ignis visione suscipiunt, per amorem suaviter arserunt.»(Hom. XXX in Evang.)

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Purgatorio99. De donde San Mateo dice: Beatimundo corde: quoniam ipsi Deum videbunt. (Cap. V, 8).Y como decimos, esta visión es la causa de lasimilitud total del alma con Dios, porque así lodice San Juan, diciendo: Scimus quoniam cumapparuerit, similes ei erimus: quoniam videbimus eumsicuti est. Sabemos que seremos semejantes á él.(Joan. III, 2). No porque el alma se hará tan capazcomo Dios, porque eso es imposible100, sino porque todolo que ella es se hará semejante á Dios; por lo cualse llamará, y lo será, Dios por participación. Estaes la escala secreta que aquí dice el alma, aunqueya en estos grados de arriba no es muy secretapara el alma, porque mucho se le descubre elamor por los grandes efectos que en ella hace.Mas en [119] este último grado de clara visión,que es lo último de la escala donde estriba Dios,como ya dijimos, ya no hay cosa para el almaencubierta, por razón de la total asimilación. Dedonde nuestro Salvador dice: Et in illo die me nonrogabitis quidquam. En aquel día ninguna cosa mepreguntaréis, etc. (Joan. XVI, 23); pero hasta estedía, aunque el alma más alta vaya, le queda algoencubierto, y tanto, cuanto le falta para laasimilación total con la Divina esencia. De estamanera por esta teología mística y amor secretose va el alma saliendo de todas las cosas y de símisma, y subiendo á Dios. Porque el amor es

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semejante al fuego, que siempre sube hacia arriba,con apetito de engolfarse en el centro de suesfera.

§ V (Capitulo XXI). DECLÁRASE ESTA PALABRA «DISFRAZADA», Y DÍCENSE LOS COLORES DEL DISFRAZ DEL ALMA EN ESTA NOCHE.

Resta, pues, ahora, después que habernosdeclarado las causas por qué el alma llamaba áesta contemplación «Secreta escala», declarartambién acerca de la tercera palabra del verso,conviene á saber «Disfrazada», por qué causatambién dice el alma que ella salió por esta«Secreta escala disfrazada.»

Para inteligencia de esto conviene saber, quedisfrazarse no es otra cosa que disimularse yencubrirse debajo de otro traje y figura que desuyo tenía, ahora para debajo de aquella forma ótraje mostrar de fuera la voluntad y pretensiónque en el corazón tiene, para ganar la gracia yvoluntad de quien bien quiere; ahora tambiénpara encubrirse de sus émulos, y así poder hacermejor su hecho. Y entonces aquellos trajes ylibrea toma que más represente y signifique laafición de su corazón, y con que mejor se puedade sus contrarios disimular. El alma, pues, aquítocada del amor del Esposo Cristo, pretendiendocaerle en gracia y ganarle la voluntad, aquí saledisfrazada con aquel disfraz que más al vivorepresente las aficiones de su espíritu y con [120]que más segura vaya de sus adversarios y

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enemigos, que son demonio, mundo y carne. Yasí la librea que lleva es de tres coloresprincipales, que son, blanco, verde y colorado:por los cuales son denotadas las tres virtudesteologales, que son Fe, Esperanza y Caridad, conlas cuales no solamente ganará la gracia yvoluntad de su Amado, pero irá muy amparada ysegura de sus tres enemigos; porque la Fe es unatúnica interior de una blancura tan levantada, quedisgrega la vista de todo entendimiento. Y así,yendo el alma vestida de Fe, no ve ni atina eldemonio á empecerla, porque en la Fe va muyamparada, más que con las demás virtudes101, contra eldemonio, que es el más fuerte y astuto enemigo.Que por eso San Pedro no halló otro mayoramparo que ella para librarse de él, cuando dijo:Cui resistite fortes in Fide. (1, Petr. V, 9). Y paraconseguir la gracia y unión del Amado, no puedeel alma ponerse mejor túnica y camisa interior,para principio y fundamento de las demásvestiduras de virtudes, que esta blancura de Fe,porque sin ella, como dice el Apóstol, imposiblees agradar á Dios. (Hebraeor. XI, 6). Y con ellatambién, siendo viva, es imposible dejarle de agradar:pues él mismo dice por un profeta: Sponsabo temihi in Fide. (Osee. II, 20). Que es como decir: Site quieres, alma, unir y desposar conmigo, has devenir interiormente vestida de Fe.

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Esta blancura de la Fe lleva el alma en lasalida de esta noche oscura, cuando caminando(como habernos dicho arriba) en tinieblas yaprietos interiores, no dándole su entendimientoalgún alivio de luz, ni de arriba, pues le parecía elcielo cerrado y Dios escondido, ni de abajo, pueslos que le enseñaban no le satisfacían, sufrió conconstancia y perseveró, pasando por aquellostrabajos sin desfallecer y fallar al Amado; el cualen los trabajos y tribulaciones prueba la Fe de suEsposa, de manera que pueda ella después converdad decir aquel verso de David: Propter verbalabiorum tuorum ego custodivi vias duras. Por laspalabras de tus labios yo guardé caminos duros.(Ps. XVI, 4). [121]

Luego sobre esta túnica blanca de Fe sesobrepone aquí el alma el segundo color, que esuna almilla de verde. Por el cual, como dijimos, essignificada la virtud de la Esperanza, con la cualcuanto á lo primero el alma se libra y ampara delsegundo enemigo, que es el mundo. Porque estaverdura de esperanza viva en Dios da al alma unatal viveza y animosidad y levantamiento á lascosas de la vida eterna, que en comparación de loque allí espera, todo lo del mundo le parece(como es la verdad) seco, y lacio y muerto y deningún valor. Aquí se desnuda y despoja de todasestas vestiduras y trajes del mundo, no poniendosu corazón en nada, ni esperando nada de lo quehay ó ha de haber en él, viviendo solamente

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vestida de esperanza de vida eterna. Por lo cual,teniendo el corazón tan levantado del mundo, nosólo no le puede tocar y asir el corazón, pero nialcanzarle de vista. Y así con esta verde librea ydisfraz va el alma muy segura de este segundoenemigo, que es el mundo. Porque á la Esperanzallama San Pablo yelmo de salud (1 Thessal. V, 8):que es una arma que ampara toda la cabeza, y lacubre de manera que no le queda descubiertosino una visera por donde ver. Y eso tiene laEsperanza, que todos los sentidos de la cabezadel alma cubre, de manera que no se engolfen encosa ninguna del mundo, ni le quede por dondeles pueda herir alguna saeta del siglo; sólo le dejauna visera, para que los ojos puedan mirar haciaarriba, y no más, que es el oficio ordinario quehace la Esperanza en el alma, levantar los ojossólo á mirar á Dios, como lo dice David que hacíaen él cuando dijo: Oculi mei semper ad Dominum.(Ps. XXIV, 15.) No esperando bien ninguno deotra parte, sino como él mismo dice en otroSalmo: Que así como los ojos de la sierva estánpuestos en las manos de su señora, así losnuestros en nuestro Señor Dios, hasta que seapiade de nosotros, esperando en él. (Ps. CXXII,2.)

Por causa de esta librea verde (porquesiempre está mirando á Dios, y no pone los ojosen otra cosa ni se paga sino sólo de él) se agradatanto el Amado del alma, que es verdad decir que

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tanto alcanza de él el alma, cuanto ella de élespera. Que por eso el Esposo en los Cantares ledice á ella, que con solo el mirar de un ojo le llagó[122] el corazón. (Cant. IV, 9). Sin esta libreaverde de sola Esperanza de Dios no le conveníaal alma salir á esta pretensión de amor, porque noalcanzara nada; por cuanto la que mueve y vencees la Esperanza porfiada.

De esta librea de Esperanza va disfrazada elalma por esta secreta y oscura noche quehabernos dicho; pues que va tan vacía de todaposesión y arrimo, que no lleva los ojos en otracosa ni el cuidado, sino es en Dios, poniendo enel polvo su boca (Thren. III, 29), si por venturahubiere Esperanza, como entonces alegamos deJeremías.

Sobre el blanco y verde, para el remate yperfección de este disfraz y librea, lleva el almaaquí el tercer color, que es una excelente togacolorada. Por la cual es denotada la tercera virtud,que es Caridad, con la cual no solamente da graciaá los otros dos colores, pero hace levantar tantoal alma de punto, que la pone cerca de Dios tanhermosa y agradable, que se atreve ella á decir:Nigra sum, sed formosa, filiæ Jerusalem: ideo dilexit meRex, et introduxit me in cubiculum suum. Aunque soymorena, oh hijas de Jerusalen, soy hermosa; y poreso me ha amado el Rey, y me ha metido en sulecho. (Cant. I, 4). Con esta librea de caridad, quees la del amor, no sólo se ampara y encubre el

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alma del tercer enemigo, que es la carne (porquedonde hay verdadero amor de Dios, no entraamor de si ni de sus cosas); pero aún hace válidasá las demás virtudes, dándoles vigor y fuerza, paraamparar al alma, y gracia y donaire para agradar alAmado con ellas; porque sin caridad ningunavirtud es graciosa delante de Dios. Porque esta esla púrpura que se dice en los Cantares, por dondese sube al reclinatorio sobre que se recuesta Dios.(Cant. III, 10). De esta librea colorada va el almavestida, cuando (como arriba queda declarado enla primera Canción) sale de sí en la noche oscura,y de todas las cosas criadas, «Con ansias enamores inflamada», por esta secreta escala decontemplación, á la perfecta unión de amor deDios, su amada salud.

Este, pues, es el disfraz que el alma dice quelleva en la noche de Fe por esta secreta escala: yestos son los tres colores de él. Los cuales [123]son una acomodadísima disposición para unirse elalma con Dios, según sus tres potencias, que son,memoria, entendimiento y voluntad. Porque la Fevacía y oscurece al entendimiento de toda suinteligencia natural, y en esto le dispone paraunirle con la Sabiduría Divina. Y la Esperanzavacía y aparta la memoria de toda posesión decriatura: porque como dice San Pablo, laEsperanza es de lo que no se posee. (Rom. VIII,24). Spes autem, quæ videtur, non est spes.

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Y así aparta la memoria de lo que se puedeposeer, y pónela en lo que espera. Y por estoDesperanza de Dios sólo dispone puramente á lamemoria, según el vacío que causa en ella, paraunirla con él. La Caridad, ni más ni menos, vacíalas aficiones y apetitos de la voluntad decualquiera cosa que no es Dios, y sólo los poneen él; y así esta virtud dispone á esta potencia, y laune con Dios por amor.

Y así porque estas virtudes tienen por oficioapartar al alma de todo lo que es menos que Dios,lo tienen consiguientemente de juntarla con Dios.Y así, sin caminar á las veras con el traje de estastres virtudes, es imposible llegar á la perfecciónde amor con Dios. De donde, para alcanzar elalma lo que pretendía, que era esta amorosa ydeleitosa unión con su Amado, muy necesario yconveniente traje y disfraz fué este que tomó elalma. Y también, afinársele á vestir y perseverarcon él hasta conseguir pretensión y fin tandeseado como era la unión de amor, fué granventura, y por eso dice luego este verso:

¡Oh dichosa ventura!

(Capitulo XXII). EXPLÍCASE EL TERCER VERSO DE LA SEGUNDA CANCIÓN.

Bien claro está que le fué dichosa ventura alalma salir con una tal empresa como ésta; susalida fué en la cual se libró del demonio y delmundo, y de su misma sensualidad, como

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habernos dicho; y alcanzada la libertad preciosa ydeseada de todos, del espíritu, salió de lo bajo á loalto, de terrestre se hizo celestial, de humanaDivina, [124] viniendo á tener su conversación enlos cielos, corno acaece en este estado deperfección al alma, como en lo restante se irádiciendo, aunque ya con alguna más brevedad;porque lo que era de más importancia (y por loque yo principalmente me puse en esto, que fuépor declarar esta noche á muchas almas quepasando por ella, estaban de ella ignorantes comoen el prólogo se dice) está ya medianamentedeclarado y dado á entender (aunque harto menosde lo que ello es), cuántos sean los bienes queconsigo trae al alma, y cuán dichosa ventura le seaal que por ella pasa, para que cuando seespantaren con el horror de tantos trabajos, seanimen con la cierta esperanza de tantos y tanaventajados bienes de Dios como en ella sealcanzan. Y también, demás de esto, le fuédichosa ventura al alma, por lo que dice luego enel siguiente verso:

A oscuras y en celada.

(Capítulo XXIII). DECLÁRASE EL CUARTO VERSO; DICE EL ADMIRABLE ESCONDRIJO EN QUE ES PUESTA EL ALMA EN

ESTA NOCHE, Y CÓMO AUNQUE EL DEMONIO TIENE ENTRADA EN OTROS MUY ALTOS, NO EN ÉSTE.

En celada es tanto como decir: En escondido,ó en encubierto; y así lo que aquí dice el alma,conviene á saber, que «A oscuras, y en celada»

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salió, es más cumplidamente dar á entender lagran seguridad que ha dicho en el primer verso deesta Canción que lleva por medio de esta oscuracontemplación en el camino de la unión de amorde Dios

Decir, pues, el alma: «A oscuras y en celada»,es decir, que por cuanto iba á oscuras de lamanera dicha, iba encubierta y escondida deldemonio, y de sus cautelas y asechanzas. La causaporque el alma en la oscuridad de estacontemplación va libre y escondida de lasasechanzas del demonio, es porque lacontemplación infusa que aquí lleva se infundepasiva y secretamente en el alma á oscuras de[125] los sentidos y potencias exteriores éinteriores de la parte sensitiva. Y de aqui es, queno sólo del impedimento que con su naturalflaqueza le pueden ser estas potencias, vaescondida y libre, sino también del demonio; elcual, si no es por medio de estas potencias de laparte sensitiva, no puede alcanzar ni conocer loque hay en el alma, y lo que en ella pasa. Dedonde, cuanto la comunicación es más espiritual,interior y remota de los sentidos, tanto menosalcanza el demonio á entenderla. Y así es mucholo que importa para la seguridad del alma, que eltrato interior con Dios sea de manera, que susmismos sentidos de la parte inferior queden áoscuras y ayunos de ello y no lo alcancen. Lo uno,porque haya lugar que la comunicación espiritual

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sea más abundante, no impidiendo la flaqueza dela parte sensitiva la libertad del espíritu. Lo otro,porque, como decimos, va más segura, noalcanzando el demonio tan adentro. De dondepodemos entender á este propósito aquellaautoridad de nuestro Salvador, hablandoespiritualmente, conviene á saber: Nesciat sinistratua quid faciat dextera tua. No sepa tu siniestra loque hace tu diestra (Matth. VI, 3). Que es como sidijera: Lo que pasa en la parte diestra, que es lasuperior y espiritual del alma, no lo sepa lasiniestra; esto es, sea de manera que la porcióninferior de tu alma, que es la parte sensitiva, no loalcance: sea sólo secreto entre el espíritu y Dios.Bien es verdad que muchas veces, cuando hay enel alma y pasan estas comunicaciones espiritualesmuy interiores y secretas, aunque el demonio noalcanza cuáles y cómo sean, por la gran pausa ysilencio que causan algunas de ellas en lossentidos y potencias de la parte sensitiva, por aquíecha de ver que las hay, y que recibe el alma algúngran bien. Y entonces, como ve que no puedealcanzar á contradecirlas al fondo del alma, hacecuanto puede por alborotar y turbar la partesensitiva, que es donde alcanza, ahora condolores, ahora con horrores y miedos, conintento de inquietar y turbar por este medio á laparte superior y espiritual del alma, acerca deaquel bien que entonces recibe y goza. Peromuchas veces, cuando la comunicación de la tal

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contemplación tiene su puro embestimiento en elespíritu y hace fuerza en él, no le aprovecha al[126] demonio su diligencia para desquietarle,antes entonces el alma recibe nuevo provecho yamor y más segura paz; porque en sintiendo laturbadora presencia del enemigo, ¡cosa admirable!que sin saber cómo es aquello y sin ella hacer nadade su parte, se entra ella más adentro del fondointerior, sintiendo muy bien que se pone en ciertorefugio, donde se ve estar más alejada y escondidadel enemigo; y así aumentársele la paz y el gozoque el demonio le pretende quitar. Y entoncestodo aquel temor le cae por defuera, sintiéndoloella claramente y holgándose de verse tan á loseguro gozar de aquella quieta paz y sabor delEsposo en escondido, que ni mundo ni demoniopuede dar ni quitar. Sintiendo allí el alma laverdad de lo que la Esposa á este propósito diceen los Cantares: En lectulum Salomonis... sexagintafortes ambiunt... propter timores nocturnos. Mirad que allecho de Salomón cercan sesenta fuertes por lostemores de la noche (Cant. III, 7-8). Y estafortaleza y paz siente, aunque muchas vecessiente atormentar la carne y los huesos pordefuera.

Otras veces, cuando la comunicaciónespiritual no comunica mucho con el espíritu, sino queparticipa en el sentido102, con más facilidad alcanza eldemonio á turbar el espíritu y alborotarle por102 a.

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medio del sentido con estos horrores. Y entonceses grande el tormento y pena que causa en elespíritu, y algunas veces más de lo que se puededecir; porque como va de espíritu á espíritudesnudamente, es intolerable el horror que causa elmalo en el bueno, digo en el del ánima, cuando lealcanza su alboroto. Lo cual también da áentender la Esposa en los Cantares, cuando dicehaberle á ella acaecido así, al tiempo que queríadescender al interior recogimiento á gozar deestos bienes, diciendo: Descendi in hortum nucum, utviderem poma convallium, et inspicerem si floruissetvinea...; nescivi: anima mea conturbavit me propterquadrigas Amínadab. Descendí al huerto de lasnueces para ver las manzanas de los valles, y sihabía florecido la viña; no supe: conturbóse mialma por las cuadrigas, esto es, por los carros yestruendos de Aminadab, que es el demonio.(Cant. VI, 10). [127]

Otras veces acaece, cuando es por medio delángel bueno, que algunas veces el demonio echade ver algunas mercedes que Dios quiere hacer á el alma:porque las que son por medio del ángel bueno103,ordinariamente permite Dios que las entienda eladversario: lo uno, para que haga contra ellas loque pudiere según la proporción de la justicia, yasí no pueda el demonio alegar de su derecho,diciendo que no le dan lugar para conquistar alalma, como dijo de Job (Job, I, 1-9). Lo cual seria103 a.

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si no le dejase Dios lugar á que hubiese cierta paridaden los dos guerreros, conviene á saber, el ángelbueno y el malo, acerca del alma, y así la victoriade cualquiera sea más estimada, y el almavictoriosa y fiel en la tentación sea más premiada.

Donde nos conviene notar que esta es lacausa por qué á la misma medida y modo que va Diosllevando al alma y habiéndose con ella, da licencia aldemonio para que de esa misma manera se haya él conella: que si tiene visiones verdaderas por mediodel ángel bueno (que ordinariamente son por este medioaunque se muestre Cristo, porque él en su misma personacasi nunca aparece)104, también da Dios [128] licencia104 a. Lo que aquí enseña el Místico Doctor es muy conforme al sentir delos teólogos, los cuales con dificultad admiten apariciones de Jesucristo enpropia persona.Tanto es esto verdad, que no han convenido en admitir por unánimeconsentimiento como tal ni una sola de las que se refieren. Así la visión deSan Esteban, unos dicen que fué espiritual, otros imaginaria y otroscorpórea. (Ribet, La Mystique divine, tome second, pág. 99 de la edición de1895.) Igual acaece con la aparición que se dice haber tenido San Pedro,cuando vencido de los ruegos de sus discípulos salió de Roma huyendo lapersecución: pues mientras el Venerable Miguel de la Fuente, Carmelita dela Observancia, apoyado en algunos escritores, asegura que el Salvador sele apareció personalmente; el Padre Juan de Rada, de la OrdenFranciscana, afirma que es probable no fuera aparición de tal especie. (Lastres vidas del hombre, pág. 142 de la edición de 1887. Meynard, La vidaespiritual, tomo 2.°, pág. 508.) Por lo que toca á la visión de San Pablo en elcamino de Damasco, es cierto que los teólogos comúnmente la admitencomo aparición personal de Jesucristo; mas también lo es que NuestraSeráfica Madre Santa Teresa de Jesús, autoridad de primera nota en lamateria, sigue al parecer una opinión contraria, según lo indican lassiguientes palabras: «En algunas cosas, escribe, que me dijo (el Señor),entendí que después que subió á los cielos, nunca bajó á la tierra (sino esen el Santísimo Sacramento), á comunicarse con nadie.» (Obras de SantaTeresa, tomo l.°, pág. 156 de la edición de Ribadeneyra.) Y aunque algunosescritores, para concordar esta sentencia con la común, la hayan dadodiversas explicaciones, el Padre Diego Álvarez, Dominicano, sin necesidad

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al ángel malo para que en aquel mismo género selas pueda representar falsas; de manera, que segúnson de aparentes, el alma que no es cauta,fácilmente puede ser engañada, como muchas deesta manera lo han sido. De lo cual hay figura enel Éxodo (VII, 11,22, et VIII, 7), donde se diceque todas las señales que hacia Moisenverdaderas, hacían los magos de Faraónaparentes. Que si él sacaba ranas, también elloslas sacaban; si él volvía el agua en sangre, ellostambién la volvían. Y no sólo en este género devisiones corporales ¡mita, sino también en lasespirituales comunicaciones, que son por mediodel ángel, alcanzándolas á ver, como decimos(porque como dijo Job, Omne sublime videt) (Cap.XLI, 25), ¡mita y se entremete. Aunque en éstas,como son sin forma y figura (porque de razón delespíritu es no tenerla) no las puede imitar yformar como las otras que debajo de algunaespecie ó figura se representan. Y así paraimpugnarla, al mismo modo que el alma esvisitada, represéntala su temeroso espíritu, paraimpugnar y destruir espiritual con espiritual. Cuando estoacaece así al tiempo que el ángel bueno va á comunicar alalma la espiritual contemplación, no puede el alma ponerse

de recurrir á vanos efugios, ha defendido á la Mística Doctora probandoque su opinión ha sido enseñada por muchos Santos Padres: asserta est amultis Sanctis Patribus. (Meynard, O. P., La vida espiritual, tomo 2.°, pág. 508;Marcial de San Juan Bautista; Biblioteca Carmelitana, pág. 396).Todo esto demuestra cuánta razón tiene San Juan de la Cruz para afirmarque Cristo en persona casi nunca aparece.

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tan presto en lo escondido y celado de la contemplación,que no sea notada del demonio y la alcance de vista conalgún horror y turbación espiritual105, á veces hartopenosa para el alma. Y entonces algunas veces sepuede el alma despedir presto, sin que haya lugarde hacer en ella impresión el dicho horror delespíritu malo: y se recoge dentro de si favorecidapara esto de la eficaz merced espiritual que elángel bueno entonces le hace.

Otras veces prevalece el demonio y comprehende alalma la [129] turbación y horror, lo cual es al alma demayor pena que ningún tormento de esta vida lepodía ser, porque como esta horrenda comunicación va deespíritu á espíritu algo desnuda y claramente de todo loque es cuerpo, es penosa sobre todo sentido. Y dura estoalgún tanto en el espíritu, no mucho, porque saldría de lascarnes con la vehemente comunicación del otro espíritu106.Después queda la memoria, que aquí basta para dargran pena. Todo estoque aquí habernos dichopasa en el alma pasivamente, sin ser ella parte enhacer ni deshacer acerca de ello. Pero es aquí desaber, que cuando el ángel bueno permite aldemonio esta ventaja de alcanzar al alma con esteespiritual horror, hácelo para purificarla ydisponerla con esta vigilia espiritual para algunagran fiesta y merced espiritual que la quiere hacerel que nunca mortifica sino para dar vida, nihumilla sino para ensalzar. Lo cual acaece de allí á

105 a.106 a.

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poco; que el alma, conforme á la purgacióntenebrosa y horrible que padeció, goza deadmirable y sabrosa contemplación espiritual, áveces tan subida, que no hay lenguaje para ella.Pero sutilizóle mucho el espíritu para poder recibir estebien, el antecedente horror del espíritu malo; porque estasvisiones espirituales más son de la otra vida que de ésta, ycuando se ve una, dispone para otra107.

Lo dicho se entiende acerca de cuando Diosvisita al alma por medio del ángel bueno, en locual no va ella (según se ha dicho) totalmente taná oscuras y en celada, que no le alcance algo elenemigo. Pero cuando Dios por sí mismo lavisita, entonces se verifica el dicho verso; porquetotalmente á oscuras y en celada del enemigorecibe las mercedes espirituales de Dios. La causaes porque como Su Majestad morasustancialmente en el alma, donde ni el ángel nidemonio puede llegar á entender lo que pasa, nopuede conocer las íntimas y secretascomunicaciones que entre ella y Dios allí pasan.[130]

Estas, por cuanto las hace el Señor por símismo, totalmente son Divinas y soberanas,porque todos son toques sustanciales de Divinaunión entre el alma y Dios; en uno de los cuales,

107 a. Este parrafillo tiene alguna falta de conexión con lo que antecede.Sospechamos que faltan palabras; las cuales no hemos podido hallar ni enlos manuscritos ni en la copia de trozos inéditos de los escritos del Santoque nos dejó Fray Andrés de la Encarnación. Notamos también muchaincoherencia entre las dos partes de que consta.

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por ser éste el más alto grado de oración que hay,recibe el alma mayor bien que en todo el resto.Porque estos son los toques que ella le entrópidiendo en los Cantares, diciendo: Osculetur meosculo oris sui. (Cap. I, 1). Que por ser cosa que taná lo junto pasa con Dios, donde el alma contantas ansias codicia llegar, estima y codicia untoque de esta Divinidad más que todas las demásmercedes que Dios le hace. Por lo cual, despuésque en los Cantares le había hecho muchas, queella allí le había cantado, no hallándose satisfecha,pidiéndole estos toques Divinos, dice: Quis mihidei te fratrem meum sugentem ubera matris meæ, utinveniam te foris, ei deosculer te, et jam me nemodespiciat? ¿Quién te me dará, hermano mío, que tehallase yo sola afuera mamando los pechos de mimadre, para que con la boca de mi alma te besase,y así no me despreciase ni se me atrevieseninguno? (Cant. VIII, 1). Dando por esto áentender que fuese la comunicación que Dios lehiciese por si sólo, como vamos diciendo, afueray á oscuras de todas las criaturas, porque estoquiere decir: «Sola y afuera mamando», esto es,enjugando y apagando los pechos de los apetitos yafecciones de la parte sensitiva. Lo cual es cuando yacon libertad de espíritu, sin que la parte sensitivaalcance á impedirlo, ni el demonio por medio deella á contradecirlo, goza el alma en sabor y pazíntima estos bienes. Que entonces no se leatrevería el demonio, porque no lo alcanzaría, ni

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podría llegar á entender estos Divinos toques enla sustancia del alma de la amorosa sustancia de Dios. Aeste bien ninguno llega sino es por íntimapurgación y desnudez y escondrijo espiritual detodo lo que es criatura. Lo cual es á oscuras, comolargamente habernos dicho atrás y decimos acerca de esteverso.

En celada y escondido, como ahora habernos dicho, seva confirmando el alma en la unión con Dios poramor, y por eso lo canta ella en el dicho verso,diciendo: «A oscuras y en celada.»

Cuando acaece que aquellas mercedes se lehacen al alma en celada, que es sólo, comohabernos dicho, en espíritu, suele en algunas [131]de ellas el alma verse sin saber cómo es aquello,tan apartada y alejada según la parte superior de laporción inferior y sensitiva, que conoce en sí dospartes tan distintas entre si, que le parece no tieneque ver la una con la otra, pareciéndole que estámuy remota y apartada de la una. Y á la verdad,en cierta manera así lo está; porque según laoperación que entonces obra, que es todaespiritual, no comunica en la parte sensitiva. Deesta suerte se va haciendo el alma toda espiritual;y en este escondrijo de contemplación unitiva sele acaban por sus términos de quitar las pasionesy apetitos espirituales en mucho grado. Y así,hablando de la porción superior del alma, diceluego en este último verso:

Estando ya mi casa sosegada.

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(Capítulo XXIV). ACÁBASE DE EXPLICAR LA SEGUNDA CANCIÓN.

Lo cual es tanto como decir, estando laporción superior de mi alma ya también como lainferior sosegada según sus apetitos y potencias,salí á la Divina unión de amor de Dios.

Por cuanto de dos maneras por medio deaquella guerra de la oscura noche (como quedadicho), es combatida y purgada el alma, convieneá saber, según la parte sensitiva y la espiritual consus sentidos, potencias y pasiones, también dedos maneras, conviene á saber, según estas dospartes sensitiva y espiritual, con todas suspotencias y apetitos, viene el alma á conseguir pazy sosiego. Que por eso (como también quedadicho), repite dos veces este verso, conviene ásaber, en esta Canción y la pasada, por razón deestas dos porciones del alma, espiritual y sensitiva;las cuales, para poder ellas salir á la Divina uniónde amor, conviene que estén primero reformadas,ordenadas y quietas acerca de lo sensitivo yespiritual conforme al modo del estado de lainocencia que había en Adán, no [132] obstanteque no queda libre del todo de las tentaciones dela parte inferior. Y así este verso, que en laprimera canción se entendió del sosiego de laparte inferior y sensitiva, en esta Segunda seentiende particularmente de la superior yespiritual, que por eso le ha repetido dos veces.

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Este sosiego y quietud de esta casa espiritualviene á conseguir el alma, habitual yperfectamente (según esta condición de vidasufre), por medio de los actos, como sustanciales,de Divina unión que acabamos de decir, que encelada y escondido de la turbación del demonio, yde los sentidos y pasiones ha ido recibiendo de laDivinidad, en que el alma se ha ido, como digo,purificando, sosegando y fortaleciendo, yhaciéndose estable para poder de asiento recibir ladicha unión, que es el desposorio divino entre elalma y el Hijo de Dios. El cual, luego que estasdos casas del alma se acaban de sosegar yfortalecer en uno con todos sus domésticos depotencias y apetitos, poniéndolas en sueño ysilencio acerca de todas las cosas de arriba y deabajo, inmediatamente esta Divina Sabiduría seune en el alma con un nuevo nudo de posesiónde amor, y se cumple como ella lo dice en el librode la Sabiduría, diciendo: Dum quietum silentiumcontineret omnia, et nox in suo cursu medium iter haberet,omnipotens sermo tuus de cœlo a regalibus sedibusprosilivit (Cap. XVIII, 14). Lo mismo da áentender la Esposa en los Cantares (III, 4),diciendo, que después que pasó de los que ladesnudaron el manto de noche y la llagaron, hallóal que deseaba su alma. No se puede venir á estaunión sin gran pureza, y esta pureza no se alcanzasin gran desnudez de toda cosa criada y vivamortificación. Lo cual es significado por el

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desnudar el manto á la Esposa y llagarla de nocheen la busca y pretensión del Esposo; porque elnuevo manto que pretendía del desposorio, no sele podía vestir sin desnudar el viejo. Por tanto, elque rehusare salir en la noche ya dicha á buscar alAmado, y ser desnudado de su voluntad, y sermortificado, sino que en su lecho yacomodamiento le busca, como hacía la Esposa,no llegará á hallarle, como esta alma dice de si quelo halló, saliendo á oscuras y con ansias de amor.[133]

CANCIÓN TERCERA

(Capitulo XXV).

En la noche dichosaEn secreto, que nadie me veía,Ni yo miraba cosa,Sin otra luz y guía,Sino la que en el corazón ardía.

DECLARACIÓN

Continuando todavía el alma la metáfora ysemejanza de la noche temporal en esta suyaespiritual, va todavía cantando y engrandeciendolas buenas propiedades que hay en ella, y que pormedio de ella halló y llevó, para que breve yseguramente consiguiese su deseado fin, de lascuales pone aquí tres.

La primera, dice, es que en esta dichosa nochede contemplación, lleva Dios al alma por tansolitario y secreto modo de contemplación y tan

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remoto y ajeno del sentido, que cosa ninguna niperteneciente á él, ni toque de criatura alcanza állegarle al alma, de manera que la estorbase ydetuviese en el camino de la unión de amor.

La segunda propiedad que dice, es por causade las tinieblas espirituales de esta noche, en quetodas las potencias de la parte superior del almaestán á oscuras; no mirando el alma ni pudiendomirar en nada, no se detiene en nada fuera deDios para ir á él; por cuanto va libre de losobstáculos de formas y figuras, y de lasaprehensiones naturales, que son las que suelenempachar al alma para no se unir siempre conDios.

La tercera es, que aunque108 no va arrimada áalguna particular luz interior del entendimiento, niá alguna guía exterior, para recibir [134]satisfacción de ella en este alto camino, teniéndolaprivada de todo esto estas oscuras tinieblas;porque el amor solo que en este tiempo arde,solicitando el corazón por el Amado, es el quemueve y guía al alma entonces, y la hace volar ásu Dios por el camino de la soledad, sin ella sabercómo ni en qué manera.

Síguese el verso:En la noche dichosa.NOTA. Tan incompleto como se ve poseemos este

interesante libro de la Noche oscura. Seis de las ocho

108 El sentido de este párrafo queda incompleto. Sospechamos que quizáescribiría el Santo: «La tercera es, que aquí, etc.»

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canciones que contiene quedan sin interpretar, pues se cortala declaración al empezar á exponer los versos de la estanciatercera. Esta lamentable pérdida se suple, en parte, en elCántico, puesto que en varias de sus estrofas se trata de losefectos de la iluminación espiritual y unión de amor conDios, materia de las canciones cuya declaración hemosperdido. Digo que se suple sólo en parte y no en todo, pordos motivos: l.° Porque la letra de unas y otras canciones esdiversa, no obstante que exista cierta semejanza deconceptos, especialmente entre la canción octava de laNoche y la veintidós del Cántico: y 2.° Porque siendo verdadque los dichos de amor están preñados de infinitassignificaciones, es de creer que las canciones de la Nocheoscura no las expondría el ¿Místico Doctor en el mismosentido que aquellas del Cántico con que tienen algunasemejanza. Hemos perdido, por tanto, un tesoroinapreciable de conceptos místicos.

FIN DE LA NOCHE OSCURA

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