OBSERVACIONES A LOS TRABAJOS DE ORDENACIÓN ......3 de ella que es una dehesa de robles / rebollos....

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1 OBSERVACIONES A LOS TRABAJOS DE ORDENACIÓN QUE SE ESTÁN LLEVANDO A CABO EN LA DEHESA BOYAL DE ROBREGORDO.

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OBSERVACIONES A LOS TRABAJOS DE ORDENACIÓN QUE SE ESTÁN LLEVANDO A CABO EN LA DEHESA BOYAL DE

ROBREGORDO.

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ANTECEDENTES.

Desde el año 2005 y hasta el año 2020, la Comunidad de Madrid a petición del Ayuntamiento de Robregordo está desarr ollando en la Dehesa Boyal de dicho municipio un trabajo de “Orde nación del monte nº 120 de Utilidad Pública denominado Dehesa Boyal” co nsistente en la eliminación de “maleza” y aclaración de la masa de acebos.

En el año 2008, a raíz de unas denuncias que nos ll egaron, varias organizaciones ambientalistas denunciamos la tala d e acebos que se estaba produciendo en dicha acebeda. Por su parte l os forestales también pusieron denuncia y a causa de unas irregul aridades la obra se paró. A principios de este año, de nuevo nos llegan quejas y denuncias de que se sigue trabajando en la Dehesa Boyal. Pues to en contacto con la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid nos confirman dichos trabajos, pero en un principio no nos permiten ver el proyecto, a pesar de que el Estado Español es uno d e los firmantes del Convenio de Aarhus, por el cual los ciudadanos tien e derecho a información pública medioambiental. Una vez consegu ido dicho proyecto por otros medios, y tras una solicitud, se nos perm ite echar un vistazo mediante cita previa al proyecto. Como se s uele decir “A buenas horas mangas verdes”. Conocido el proyecto y los trabajos que se estab an realizando las asociaciones conservacionistas Jarama Vivo, GRAMA, Ecologistas en Acción; Asociación Ecologista del Jarama EL SOTO, A migos del Tejo y ARBA, comenzamos una campaña de denuncia, ya que no veíamos mejoras reales en la acebeda con dicho proyecto. Se han lan zado varios comunicados de prensa y nos hemos puesto en contact o con diferentes autoridades tanto políticas como especializadas en este tipo de bosques, para sondear su opinión. Igualmente hemos realizado varias visitas a la acebeda para ver “in situ” el desarrol lo de dichos trabajos.

De las observaciones que hemos realizado en varias visitas a la zona, así como del trabajo de investigación y bibli ografía que estamos llevando a cabo, podemos apuntar que no entendemos como apropiadas las actuaciones que se están realizando en la Dehesa Bo yal.

Pasamos a pormenorizar las observaciones que estamo s realizando.

Características de la Dehesa Boyal de Robregordo.

Madoz, en su Diccionario Geográfico – Estadístico – Histórico de España y sus posesiones de ultramar, ya hace refere ncia a la Dehesa Boyal de Robregordo, refiriéndose a ella como una d ehesa “poblada de robles que se carbonea en su mayor parte”, sin hace r referencia a la existencia del acebo. El Marqués de Ensenada ( 1702 - 1781) igualmente dice

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de ella que es una dehesa de robles / rebollos. La presencia de acebos en esta dehesa al parecer ha sido posterior y favo recida por los ganaderos, con el objeto de tener ramón para el gan ado durante todo el año, y al mismo tiempo crear un espacio idóneo para sus reses. La juventud de la acebeda y la presencia en su interio r de añosos robles podados en forma de candelabro y a horca y perdón, lo vienen a confirmar (LÓPEZ & al, 2002).

Esta dehesa, como la mayoría de las que existieron en el cuadrante noroccidental de la Comunidad de Madrid, estaba cercada por un muro de piedra y rodeada de campos de cultivos c erealistas, principalmente de centeno, actualmente abandonados y colonizados por diversas especies arbustivas de leguminosas, que va n dejando paso al asentamiento de otras especies leñosas. Esta expans ión se ha visto favorecida por la desaparición de los numerosos reb años de ovejas, cabras y equinos que antaño pastaban en sus campos.

Según Félix Sanz, vecino del pueblo, la cabaña gana dera se fue perdiendo con las repoblaciones forestales de pinos que se realizaron. De igual modo nos apunta que en las dehesas no esta ban permitidas las cortas de árboles, abasteciéndose el paisanaje de s us propias fincas, paliando las necesidades de madera para fogones y c ocinas con el aporte de piornos, retamas y brezos.

No todas las dehesas han de ser necesariamente ente ndidas como sistemas silvopastoriles de monte alto, como ocurre n con las clásicas dehesas extremeñas. Las dehesas pueden tener distin tas fisionomías (LÓPEZ, 2006). Precisamente la fisonomía de monte b ajo es la que posibilita que la dehesa de Robregordo pueda ser ap rovechada para distintos usos: silvopastoril, de cazadero y aprove chamiento de frutos y otros recursos forestales.

La especie dominante en la actualidad de esta dehes a es el roble,

acompañado de un sotobosque de acebos que tiende a formar rodales más o menos extensos y cerrados, con una cubierta veget al del 100% y conectados entre si por pasillos de vegetación arbu stivas o herbáceas. (Foto 1).

En laderas y siguiendo las vaguadillas que bajan h acia el arroyo

Santo Domingo, estos rodales de acebos se alargan s iguiendo los cursos de agua. La vegetación acompañante está formada por elementos atlánticos como abedules, serbales, avellanos, robl es y tejos. Lo que indica que nos encontramos ante una acebeda típica del norte peninsular. La más grande y madura que existe en la Comunidad de Madrid.

Esta acebeda ha encontrado un equilibrio con el uso ganadero que de ella se hace. Por una parte, estas manchas compa ctas de acebos dan refugio al ganado durante los meses más desfavorabl e del año, encontrando en su interior frescor y una defensa co ntra los parásitos durante el verano, y temperaturas más agradables du rante el invierno, y por otra parte, un aumento de beneficios para la fauna silvestre. A su vez los árboles se aprovechan del abono que les aporta el ganado que se introduce en su interior (RUIZ DE LA TORRE, 1984).

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Su gran valor e interés es reconocido por la Unión Europea teniendo en cuenta que en la Península Ibérica, la s acebedas son hábitats de interés comunitario por la directiva 92 /43/CEE, anexo I, la Dehesa Boyal de Robregordo está incluida en la Red Natura 2000 como parte del LIC Cuenca del Río Lozoya y Sierra N orte (ES 3110002 tipo I, región biogeográfica mediterráneo).

También forma parte del CORINE B00000182 Acebeda de Robregordo,

como espacio de interés para la Comunidad de Madrid por su valor florístico y paisajístico, L03a como unidad de pais aje de la Comunidad de Madrid. A esto hay que añadir que el acebo ( Ilex aquifolium ) está catalogado en la Comunidad de Madrid como especie s ensible a la alteración de su hábitat por el Decreto 18/1992 Cat alogo Regional de especies amenazadas de fauna y flora silvestres, lo que no está impidiendo que sobre esta dehesa se estén realizand o trabajos silvícolas y “obras de mejoras” que afectan al aceb o.

Foto 1. Rodales de acebo a resguardo del robledal.

Estructura de la Acebeda. El acebo necesita la sombra de otras especies para poder

germinar, desarrollándose muy bien al refugio de ar bustos espinosos, protegido del ganado de diente. Más difícil tiene s u desarrollo en el interior de las acebedas, donde como hemos dicho la sombra es casi del 100 x 100, por lo que su expansión la realiza hacia los bordes. Esto no quiere decir que las pequeñas plántulas no estén esperando su oportunidad para desarrollarse en su interior al qu edar un espacio libre, bien por la muerte o bien por abatimiento de algún ejemplar por causas naturales.

El acebo además tiene gran facilidad de rebrotar de cepa si es

cortado, formando nutridos grupos de pies en forma circular. Si la acebeda es muy aclarada este espacio es ocupado por especies más exigentes en luz, como abedules, serbales, cerezos, etcétera (BLANCO & al, 1997). Una acebeda densa además de asegurar la regeneración y el

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repoblado, tanto por la numerosa producción de reto ños y semillas, se las puede considerar como una formación estable en el tiempo, representando el óptimo al ecosistema terminal (BLA NCO & al, 1997).

Proyecto y ejecución. Plan de mejoras y observacio nes. Proyecto y ejecución. El proyecto de ejecución de la obra de “Ordenación del monte nº

120 denominado Dehesa Boyal” tiene una duración de 16 años, desde 2005, que comenzó, hasta el 2020, que finalizará. (1)

Para ello el monte se ha dividido en 14 cantones, d e los cuales

se actuará en 12 de ellos. Hasta el presente y a pe sar de los retrasos que estos trabajos han tenido por sucesivas paraliz aciones se ha actuado en los cantones 4, 5, 7, 8, 10, 11 y 12. (2)

Los objetivos que se persiguen son: Conseguir el mantenimiento de la biodiversidad, así como la

conservación del medio físico y ambiental. Pasar de monte bajo a monte alto mediante las corta s de

entresaca, posibilitando una masa irregular que con tenga pies de distintas edades, siendo mayor la densidad de las c lases de edad pequeñas. Este tratamiento no afectará a las zonas de borde de los bosquetes o rodales de acebo y tampoco se cortarán todos los pies de una misma cepa, cortando los pies enfermos, torcido s, dominados, inclinados o puntisecos. Para proteger la regenerac ión de la masa arbolada se acotará al ganado determinadas parcelas .

Para mantener la biodiversidad se mantendrá la vege tación de

ribera, en las zonas próximas a los cursos de agua, así como mantener algunos pies con edades superiores a la madurez, de uno a tres pies por hectárea.

La superficie de pasto para una carga ganadera de c incuenta

cabezas es en la actualidad de 20,63 ha, que se amp liará a 6 más, para ello se desbrozará a hecho el matorral leguminoso, respetándose el espinoso.

En cuanto a otros usos, como el cinegético, la reco lección de

frutos silvestres y hongos se mantiene como en la a ctualidad. La leña resultante de las cortas será de aprovechamiento ve cinal.

Y por último se creará una senda que recorra las di versas

formaciones que aparecen en el monte, para disfrute de visitantes y vecinos.

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Plan de mejoras. Dentro del plan de mejora se retiró del monte una p lantación de

Populus x euroamericana, que ocupaba una superficie de 0,20 ha, siendo sustituida por Populus tremula, Salix atrocinerea, y Betula sp.

Igualmente se realizarán resalveos en el robledal, eliminando los

dominados, enfermos, torcidos... Observaciones al Proyecto. Según el Proyecto de Ordenación del monte nº 120 de Utilidad

Pública, las actuaciones durarán 16 años, sin que s e especifique en él la realización de ningún estudio intermedio del imp acto positivo o negativo que se produzca por las “mejoras” de entre sacas de pies de acebos, la eliminación de residuos, el desbroce de matorrales o el resalveo de rebollos.

Teniendo en cuenta la importancia y figuras de prot ección de la acebeda de Robregordo, el deterioro de la misma ser ía una pérdida irreparable e incompensable en biodiversidad y hábi tat. Remediar, esa perdida con medidas posteriores como podría ser la reforestación tras el deterioro de la acebeda, produciría daños a otra s especies, por el empleo de maquinaria pesada, pérdida de humedad amb iental, pérdida cesante del suelo del horizonte A y alteración de c aracterísticas del microecosistema.

Según el Proyecto de Ordenación, el objetivo princi pal es mantener la biodiversidad y conservar el medio. El acebo es una planta de umbría en el mediterráneo, y por ello el método elegido de cortas por entresaca puede hacer que el medio pierda las c aracterísticas anteriores al proyecto, incluso disminuyendo el val or de biodiversidad por la alteración de sus condiciones y valores de t emperatura y humedad.

Por otro lado, mientras exista ganado en la dehesa lo más

probable es que el acebo mantenga su carácter de mo nte bajo tradicional, rodeado por una orla de hojas apretada s y espinosas, desde la base hasta la altura del diente, para ahuy entar a depredadores e impedir el paso, conservando los pie s interiores de mayor fuste.

Las cortas persiguen el objetivo de conseguir una m asa irregular con todas las clases de edad de forma ordenada, per o para ello se necesitaría conocer las edades de los individuos o seres filogenéticos. Teniendo en cuenta el crecimiento de pies de raíz, no nos interesa la edad de los chirpiales, sino de las cepas, además, sin conocer cuantos pies tiene una cepa, ¿cómo dete rminan los operarios encargados de los trabajos de ordenación que se está dejando en las cortas un pie por ser filogenético?.

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Mientras no se conozcan los datos necesarios de cua ntos seres filogenéticos se encuentran en la dehesa y se estim e su edad, las cortas no estarán cumpliendo su objetivo.

Los tratamientos de la acebeda no afectarán al bord e de la masa según el proyecto, pero precisamente en los bordes es donde salen los nuevos pies de cepa más abundantes. Esto supone que los chirpiales del interior son mayores en edad que los del borde en g eneral, por tanto cortar los pies del interior supone fomentar el mon te bajo, que precisamente es lo contrario al objetivo del proyec to.

Los criterios de regeneración del acebo por brinzal es y la sobreexplotación ganadera no han sido estudiados en la zona, por lo que fijar la carga ganadera en 50 cabezas de vacuno de carne es un número aleatorio y sin ninguna base, excepto el uso previo al proyecto y por tanto la ampliación de hectáreas de pasto no es necesaria. Lo importante es conocer la regeneración real por semi lla en la zona de pasto.

En cuanto al Plan de Mejoras, se menciona resalveos de conversión sobre rebollo en zonas de alta densidad para posibi litar la regeneración natural por semilla, pero las bellotas germinadas no prosperan.

Se pretende aumentar la superficie de pasto elimina ndo arbustos leguminosos y helechos que permiten el refugio de s emillas para germinar y dan cobijo a la microfauna como los inve rtebrados edáficos, con la posible pérdida de biodiversidad de flora (a rbustos de escobas, helechos,…) y fauna (polinizadores y fauna asociada a la flora).

El desbroce puede provocar la regresión en la serie de vegetación, que en último caso podría desarrollarse como un gamonal, especie poco palatable para el ganado y por tanto d isminuyendo la superficie de matorral y de pastoreo, objetivo cont rario al Plan de Mejoras.

Sobre las plantaciones de vegetación del “plan de m ejora” deben

ser de procedencia de la zona a reforestar para man tener la genética del lugar. El abedul, igualmente suponemos que será Betula celtiberica , que es la especie que corresponde a dicho ecosistem a.

Del proyecto se extrae que los tratamientos no busc an beneficios

monetarios, por ello el gasto económico de los estu dios pertinentes para la buena conservación y regeneración de la ace beda es una inversión para la buena gestión de una especie tan protegida como el acebo y de un espacio tan importante como la acebed a de Robregordo. Visita “in situ” a La acebeda durante el proceso de “mejora”.

El día 18 de abril del 2010, se realiza una segunda visita a la acebeda de Robregordo con la intención de observar el trabajo realizado en 2005, 2008 y el que se está realizando en 2010.

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Los trabajos realizados sobre el acebo son abrir pa so entre los

rodales, haciendo accesible el interior de los mism os desde cualquier punto, eliminando la orla exterior que en el proyec to se respetaba.

Las actuaciones en las masas de acebo, consisten en la tala de la

mayor parte de los pies de la cepa, exceptuado algu nos de buen porte y salubridad. (Foto 2).

Foto 2. Resalveos realizados en acebos.

Estas talas son difíciles por la proximidad de los pies, lo que provoca cortes y heridas en los pies que se han man tenido por el mal manejo de la motosierra. Hemos observado que los co rtes no son tratados con pasta cicatrizante, lo que puede provo car y provoca, como se observa en cortas viejas, pies con enfermedades y acceso de patógenos (entrada de virus, bacterias, hongos, pla gas,…). (Foto 3).

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Foto 3. Daños a acebos por motosierra.

Gran parte de la entresaca se ha realizado a ras de suelo, pero en algunos casos los pies se han cortado a la altur a del pecho, lo que deja unos palos sin vida que dañan a la cepa. (Foto 4).

Foto 4. Talas mal realizadas en la acebeda.

Entre los pies talados muchos son de gran talla dia metral, por

ser del interior de la masa, mientras que han dejad o pies de pequeña

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talla en una misma cepa, de modo que el ser filogen ético se envejece por estrés y los chirpiales del mismo parecen jóven es en edad. Todo ello favoreciendo el monte bajo de estos jóvenes pi es en el interior de la acebeda.

La leña producida por la corta de pies se apila en el exterior

sin ningún uso aparente, pues aunque está al servic io del paisanaje que la requiera, este por lo que se ve no la recoge , apilándose leña de las cortas producidas desde el 2005. (Foto 5).

Algunos rodales con entresacas de hace 5 años parec en tener

dificultades de supervivencia, encontrándonos con u na gran mortandad de pies, así como con otro gran número de pies enfe rmos.

Foto 5. Abandono de residuos de resalveo.

Posiblemente estos daños son consecuencia de los p roducidos por

la tala, la motosierra, el estrés de la cepa por ex ceso de heridas, por pérdida de vigor a favor de los pies más jóvene s de borde, para producir follaje, por el exceso de luz en el interi or del rodal, por pérdida de humedad al ser la vegetación menos densa , etc. (Foto 6).

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Foto 6. Muerte de los pies interiores tras resalveo s.

En el interior de las masas de acebo tratadas, se p uede apreciar un incremento de germinación de la hiedra y zarzas, pero no de acebos ni tejos.

Durante la visita “ in situ ” se estudiaron cuadrículas de 1m² para comprobar la regeneración del acebo en las masas tr atadas. Dichas cuadrículas se eligieron al azar en un rodal acotad o y por tanto exento del uso ganadero. Se tomó como zonificación el interior del rodal (3 muestreos), el borde (2 muestreos) y el ex terior (1 muestreos). Las plántulas se dividieron entre germi nadas de semilla y nacidos de raíz (de altura inferior a 50cm.).

Como puede apreciarse en la tabla 1, el mayor númer o de ejemplares jóvenes de acebo se encuentra en el bord e de la masa de acebos, mientras que el menor número se encuentra e n la zona exterior.

INTERIOR BORDE EXTERIOR TOTAL SEMILLA 1 6 1 8 RAÍZ 5 13 0 18 TOTAL 6 19 1 26

Tabla 1. Resultados de los muestreos de plántulas d e acebo.

Conclusiones.

Nos encontramos con una actuación de la Administrac ión Regional totalmente contraria a los objetivos que persigue y que ocasionará unos daños irreparables en este tipo de ecosistema tan escaso en Madrid. Hacemos un llamamiento a nuestros gobernant es para que pongan freno a este tipo de planificaciones forestales y s e decanten por la protección preventiva de este espacio y por el estu dio de la evolución de la acebeda.

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Estudiando las características de las acebedas del sector oriental del Sistema Central y en concreto la acebe da de Robregordo, vemos que el proyecto de “ordenación” que está llev ando la Comunidad de Madrid no tiene ningún sentido, por lo que exigi mos su paralización inmediata. Es más, creemos que es más importante es tudiar la evolución natural que ésta pueda adquirir, que prejuzgar de a ntemano el proceso de degradación que con su madurez puede llegar a te ner.

La paralización de dicho proyecto por otra parte, n o supone un

quebranto económico, ya que el presupuesto de todos los trabajos a realizar es mínimo, de 72.069,96 euros. Es más, el coste real superaría esa cantidad, por lo que se evitaría un g asto innecesario al contribuyente.

Además dada su característica, como la única acebed a atlántica

existente en la Comunidad de Madrid, creemos que de bería de gozar de una mayor protección, alcanzando la figura legal de Reserva Integral, y si no fuese posible, al menos un buen sistema de gestión que evitara su alteración y estudiara su evolución y mantenimie nto.

La creación de dicha figura o sistema de gestión, serviría sin

duda para revitalizar la zona, además de ser una ma rca de calidad y excelencia ambiental para toda la comarca, sin nece sidad de hacer destructivas "sendas biológicas" que masificarían, y por tanto degradarían, la Dehesa Boyal. Por contra, sí se pod ría emplear parte del presupuesto previsto en construir un arboreto y centro de interpretación sobre el bosque atlántico en el Sist ema Central en alguno de los pueblos de la comarca, que pondría en valor la acebeda, contribuyendo a su mayor conocimiento y conservació n.

Por tanto, antes de continuar con las actuaciones d el Proyecto de Ordenación, sería necesario el estudio del acebo co mo especie, estudio de la acebeda como ecosistema y hábitat en sí mismo y por supuesto, el estudio de los seres filogenéticos, viabilidad de s emillas, etc.

Para terminar, priorizar la gestión y conservación de la acebeda

por su gran valor ambiental, natural y social. Bibliografía: ARRIETA, S. (2002). Dinámica de la regeneración de las acebedas en el centro peninsular Ecosistemas 11 http://www.revistaecosistemas.net/articulo.asp?Id=2 72 BLANCO, E; M. A. CASADO; M. COSTA; R. ESCRIBANO; M. GARCÍA; M. GÉNOVA; A. GÓMEZ; F. GÓMEZ; J. C. MORENO; C. MORLA; P. REGA TO; & H. SANZ (1997). Los bosques ibéricos. Una interpretación geobotánica. Ed. Planeta. S.A. España. GARCÍA, Mª. D. (2001). Aprovechamiento sostenible de las acebedas del sistema ibérico norte: caracterización, crecimiento , propagación,

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conservación, tratamientos silvícolas y producción de ramilla con fines ornamentales. Tesis Doctoral, UPM. GARCÍA, M. D; R. GARCÍA; R. SAN MARTÍN; & J. A. PAR DOS (2004). Estimación de la producción leñosa del acebo en las acebedas del sistema ibérico norte . Actas de la reunión de Modelización Forestal. Cuad. Soc. Esp. Cien. For. 18: 51 - 56 GUITIAN, J. (1984), Sobre la importancia del acebo en la ecología de la comunidad invernal de passeriformes en la cordil lera cantábrica occidental. Ardeola 30: 65 – 76. LÓPEZ, G. (2002). Guía de los árboles y arbustos de la península Ibérica y Baleares. Ed. Mundiprensa. Madrid

LÓPEZ, N & E. SÁEZ (2002). Gestión, aprovechamiento y paisaje de la dehesas de Guadarrama y Somosierra (Madrid) . Eria 58: 231 – 245. LÓPEZ, N (2006). Recolonización forestal sobre matorrales: Juniperus thurifera L., Pinus sylvestris L., y Pinus pinaster Aiton. En el sector oriental del sistema central madrileño. Serie Geográfica 13: 25 – 41. MADOZ, P (1850). Diccionario Geográfico – Estadístico – Histórico de España y sus posesiones de ultramar. Tomo IX. Madrid. OBESO, J. R. (1996). Producción de frutos y semillas en Ilex aquifolium L. (Aquifoliaceae). Anales Jardín Botánico Madrid 54: 533 - 539. Planificación de la ordenación en el monte de Utili dad Pública 120 “Dehesa Boyal” de Robregordo. Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid RUIZ DE LA TORRE, J (1984). Las dehesas del vértice norte de Madrid. Montes 1: 8 – 14. Sanz, F. www.robregordo.com http://www.madrid.org/cs/Satellite?c=CM_InfPractica _FA&cid=1114178811721&idTema=1109265601084&language=es&pagename=Comuni dadMadrid%2FEstructura&pv=1114178837416&segmento=1&sm=1

(1) El proyecto integro lo puedes conseguir en nues tra web www.arba-s.org , o en la del Ayuntamiento de Robregordo www.robregordo.com

(2) Los planos se pueden consultar en la asociación ARBA.