Olimpiadas de Filosofía - Dossier 2012

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Ministerio de Educación de la Nación Universidad Nacional de Tucumán Olimpíada de Filosofía de la República Argentina Capacitación para docentes 2012

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Transcript of Olimpiadas de Filosofía - Dossier 2012

Ministerio de Educacin de la Nacin

Ministerio de Educacin de la Nacin

Universidad Nacional de Tucumn

Olimpada de Filosofa de la Repblica Argentina

Capacitacin para docentes

2012

Fundamentacin:

La propuesta metodolgica de estas olimpadas supone, desde el inicio, una actitud de apertura al dilogo, a debatir y exponer ideas con los jvenes, no a suponer que el otro no tiene nada para decir o descubrir por su temprana edad. Ese dilogo filosfico es el andamiaje en el cual se sostiene la propuesta metodolgica, est presente en el laboratorio de reflexin cotidiana cuando el alumno elige un tema y un problema a investigar, cuando construye una pregunta filosfica, cuando discute y comprende las fuentes cooperativamente y cuando comparte su ensayo, en una instancia de jornada, y recibe preguntas y objeciones de sus pares y docentes.

Desde esta fundamentacin, se proponen algunas actividades para trabajar los distintos bloques temticos, en los diversos momentos del proceso de construccin del trabajo. Es necesario recordar que estos bloques no deben trabajarse aisladamente sino transversalmente. Estas sugerencias especficas buscan ayudar a concretar las ideas generales propuestas en el documento de capacitacin: Capacitacin metodolgica.

Capacitacin conceptual:

Sntesis temtica de los diferentes ejes de nuestra propuesta.

Introduccin

Nos proponemos, en esta introduccin, un acercamiento a cada uno de los textos que componen su corpus para facilitar la lectura y la seleccin que, tanto profesores como alumnos, requieran para encarar los enfoques de sus reflexiones. Un acercamiento a cada uno de los textos significar comentar de un modo breve la temtica y los argumentos expuestos por cada autor. Pensamos que esto resultar una va de fcil acceso a los lectores que podrn libremente decidir qu textos les son ms provechosos para el planteo que han optado por hacer. Al final, sugerimos algunas actividades para entrar en tema, para discutir en clase y para realizar una sntesis de las problemticas que plantean los textos introductorios.

Por orden de aparicin, nos encontramos con Qu es la filosofa de la tecnologa? de Carl Mitcham. El autor Intenta estructurar la complejidad de temas y problemas que ataen a la relacin entre filosofa y tecnologa. Los dos primeros captulos del libro nos ofrecen un recorrido histrico de las dos tradiciones principales de esta disciplina relativamente nueva. Encontraremos por un lado, la filosofa de la tecnologa ingenieril cuyas manifestaciones ms tempranas sern: la filosofa mecnica y la filosofa de los manufactureros. Se har mencin a los trabajos de ingenieros como: Ernst Kapp, P.K. Engelmeier y Dessauer, entre otros.

Por otro lado, se presentar a la filosofa de la Tecnologa desde el plano de las humanidades, en esta tradicin se examinar brevemente las ideas de de Lewis Mumford, Jos Ortega y Gasset, Martin Heidegger y Jacques Ellul.

El objetivo principal del texto es, a nuestro entender, enmarcar una reflexin acerca de la Tecnologa para aportar a la comprensin del mundo en el que estamos inmersos.

Dos conceptos: tcnica y tecnologa se disputan como objetos de reflexin filosfica, pero antes es necesario esclarecer un poco qu entendemos por tcnica y tecnologa. La tcnica puede ser vista como el conjunto de procedimientos puestos en prctica para obtener un resultado determinado. Mientras que, la tecnologa es vista como el quehacer de la ciencia moderna e incluye a las tcnicas como formas primordiales de la accin humana. De este modo se puede hablar de una filosofa de la tecnologa o de una filosofa de la tcnica, siendo una ms inclusiva que la otra. Mitcham adopta el trmino de filosofa de la tecnologa como el ms amplio pero respeta, cuando refleja el pensamiento de otros autores, los trminos que stos emplean.

Filosofa de la tecnologa puede significar dos cosas diferentes: cuando de la tecnologa resulta ser el sujeto o agente; la filosofa de la tecnologa es un intento de los tecnlogos o ingenieros por elaborarla, cuando de la tecnologa indica el objeto sobre el que se trabaja; la filosofa de la tecnologa es una iniciativa por parte de filsofos para hacer de la tecnologa una reflexin sistemtica. La primera lnea de pensamiento, segn el decir de Mitcham, suele ser ms benvola con la tecnologa que la segunda que es ms bien crtica.

La filosofa mecnica tiene procedencia newtoniana, utiliza los principios de la mecnica cuntica para explicar el mundo. Durante los siglos XVIII y XIX, sus seguidores, procuran extender la aplicacin de sus conceptos de la naturaleza a la sociedad lo que genera fuerte rechazo por parte de los romnticos.

Timothy Walker, un matemtico estadounidense expone hacia 1832 que la tecnologa es un medio para hacer democrticamente disponible el gnero de libertad disfrutado por unos cuantos en una sociedad basada en la esclavitud. Poco tiempo despus el ingeniero qumico Andrew Ure acua el nombre de Filosofa de los manufactureros para designar los principios generales que fundamentaran la conduccin de la industria productiva por mquinas automticas, dems est agregar, que dicha filosofa se opona a la de las bellas artes.

Uno de los representantes de la filosofa de la tecnologa ingenieril es Ernst Kapp(1808-1896), filsofo alemn, que acua el nombre filosofa de la tcnica, influenciado por Hegel y Karl Ritter, intent traducir su idealismo a trminos materialistas. El materialismo de Kapp busc vincular la historia con la nueva ciencia de la geografa de Ritter, lo que hoy podramos llamar filosofa del medioambiente. Examin las influencias formativas de la geografa en el orden sociocultural. La historia ser para Kapp el registro de los intentos humanos por enfrentar los desafos de diferentes ambientes, por superar la dependencia de la naturaleza. Se trata de una colonizacin y transformacin del ambiente tanto interna(colonizacin en la forma de poltica) como externa(colonizacin del ambiente natural). Luego de su geografa filosfica, se aboc a una filosofa de la tecnologa en la que instrumentos y armas se entendan como proyecciones de los rganos. La filosofa de la tecnologa de Kapp como parte de una filosofa medioambiental sofisticada proyecta el modo tecnolgico de ver el mundo a una variedad de dominios tradicionalmente no tecnolgicos.

Otro representante destacado es Engelmeier, ingeniero ruso, que en la misma dcada de la muerte de Kapp, inici sus publicaciones empleando el trmino filosofa de la tecnologa. Su objetivo estuvo centrado en hacer una elaboracin filosfica de la actitud ingenieril y dimensionar la aplicacin social de la tarea del ingeniero. Se pregunta entonces, si el tecnlogo moderno est lo suficientemente preparado para responder a las nuevas demandas sociales. stas incluyen, no slo la especializacin en tecnologa prctica, sino adems la interaccin entre tecnologa y sociedad. En palabras de Engelmeier:

Tenemos que investigar lo que representa la tecnologa, los principales objetivos que persiguen sus distintas ramas, qu tipo de mtodos usa, donde termina su mbito de aplicaciones, qu reas de la actividad humana le rodean, su relacin con la ciencia, el arte, la tica, etc.

Para la rama ingenieril de la filosofa de la tecnologa, la meta de la tecnologa ser ms bien la expansin de la libertad humana, en trminos de dominio material y de superacin de las limitaciones en que nos pone la naturaleza.

Luego de la Segunda Guerra Mundial se registra un perodo de fuerte crecimiento para la tecnologa ligada a la ingeniera.

Otra figura destacada en el marco de la filosofa de la tecnologa es Friedrich Dessauer(1881-1963), filsofo alemn abocado a la defensa de la tecnologa, intent abrir dilogo con existencialistas, filsofos sociales y telogos. Segn sus anlisis, no alcanza con investigar la estructura y la validez del conocimiento cientfico, o discutir las implicancias para la antropologa o la cosmologa de los avances de las teoras cientficas. Para comprender el poder del conocimiento cientfico tcnico, es necesario visualizar los avances de la moderna ingeniera como un nuevo modo de los seres humanos de existir en el mundo. El intento de Dessauer es dar una explicacin Kantiana de las precondiciones trascendentales del poder de la tcnica y las implicancias ticas de su aplicacin. Adems de las tres crticas de Kant, Dessauer propone una cuarta crtica de la actividad tecnolgica. El hacer en la forma de invencin establece contacto preciso con las cosas- en s. La esencia de la tecnologa es el acto de la creacin tcnica. El concepto de elaboracin toma real importancia por cuanto hace posible el mundo de la invencin vinculando la mente del inventor con un cuarto reino de las soluciones preestablecidas para resolver los problemas tcnicos. La invencin entonces, deriva del encuentro cognoscitivo con ese reino de las soluciones preestablecidas. Adems de la penetracin en el mundo de lo noumnico a travs de la tcnica, Dessauer propone una teora de la significacin moral de la tecnologa, en tanto la bsqueda de sta ser un imperativo moral por las beneficiosas transformaciones que se operan en el mundo por su presencia. De este modo, la tecnologa se convierte en experiencia religiosa en tanto el hombre colabora con el plan divino de creacin desde su experiencia terrenal.

La otra rama de la filosofa de la tecnologa es tomada por los filsofos, para quienes: fueron las humanidades las que concibieron a la tecnologa y no la tecnologa la que concibi a las humanidades.

Los pensadores que adhieren a este enfoque, reflexionan, discuten o defienden la primaca de lo no-tcnico. Recordemos a Rousseau para quien la idea ilustrada del progreso cientfico-tecnolgico, no hace ms que corrompernos y llevarnos al egosmo y al temor. Ms tarde la crtica romntica de la tecnologa moderna, la mostrar como oscurecedora y encubridora de lo esencial en la vida humana. En la primera mitad del SXX, filsofos existencialistas y filsofos afines a esta perspectiva como Bergson, Jaspers y Marcel, se enfocan en los aspectos problemticos de la sociedad tecnolgica. Cuatro representantes contemporneos de la tradicin romntica cuyos argumentos estn a favor de una filosofa de la tecnologa de las humanidades son: Lewis Mumford, Ortega y Gasset, Martin Heidegger y Jacques Ellul.

Mumford(1895) hace una revalorizacin de la mquina por sus orgenes psicolgicos y prcticos, sta deber ser valorada en su dimensin tcnica pero sobre todo en su dimensin tica y esttica. El autor buscar los orgenes psicolgicos o culturales y las causas materiales y eficientes de la tecnologa. Su concepcin de hombre no es homo faber sino homo sapiens porque no es el hacer, sino el pensar el instrumento con el que se construye la humanidad. Es esencialmente humano el inventar o interpretar. Hay una prioridad de la actividad hermenutica para sobrevivir.

Acerca de la tecnologa, para l hay dos tipos: la politcnica y la monotcnica. La primera es la forma primordial de la accin y, como tal, slo estuvo orientada a la supervivencia y no centrada en el trabajo ni en el poder. Se trata de una tecnologa que funciona de manera democrtica y realiza las diversas potencialidades humanas. Por otro lado, el segundo tipo de tecnologa, se basa en la inteligencia cientfica y en la produccin cuantificada, busca la expansin econmica, material y militar. En los orgenes de la monotcnica encontramos a la megamquina que, a cambio de notables beneficios materiales, limita gravemente las actividades y las aspiraciones humanas. En torno de la mquina se construye un mito que la muestra beneficiosa y seductora, el trabajo de Mumford consiste en desmitologizar la megatcnica y reorientar las energas humanas hacia una politcnica acorde con nuestras polimorfas necesidades y aspiraciones. Se tratar entonces, de poner un lmite a la tcnica que no contribuya al crecimiento de la existencia humana, por cuanto restrinja la vida humana en beneficio del poder.

Ortega y Gasset(1883-1965) en su Meditacin de la Tcnica propone una nueva visin de lo que significa ser humano. Con su frmula: Yo soy yo y mis circunstancias sita a la vida humana como un producto de la interaccin entre el hombre y sus circunstancias. Este vnculo de interaccin es activo por cuanto el hombre debe crearse a s mismo, proyectarse ms all del cumplimiento bsico de sus necesidades orgnicas. Esto significar una actitud frente al mundo que es proyecto creativo en el que cada uno inventa lo que quiere hacer de s mismo. Ahora bien, para la realizacin de este proyecto, se presentan requerimientos tcnicos. Es aqu cuando el hombre puede ser visto como Homo faber, est a cargo de la fabricacin de su propia vida.

Martin Heidegger(1889-1976) ocupara desde la perspectiva de Mitcham, un puesto en la lnea romntica de pensamiento ya que, si bien no rechaza de un modo simplista a la tecnologa, procura incluirla en un marco mucho ms amplio, un marco que la excede. No olvidemos que la pregunta que a Heidegger le interesa es la pregunta por el Ser, de modo tal que su preocupacin ontolgica ser la perspectiva desde la que enfocar su inters en la tcnica. Heidegger rechaza las respuestas que ante la pregunta qu es la tecnologa se abocan simplemente a considerarla una actividad humana neutra. La tecnologa es un modo de desocultar. Algunas de las preguntas que hallaran una profunda reflexin por parte del pensador alemn en su ensayo sern: es la tecnologa el resultado de la accin humana, como podra sugerir una visin positivista o antropolgica de la tecnologa?Es la tecnologa moderna el resultado simple de una decisin humana personal o colectiva?Cmo conectar la pregunta por el Ser y la pregunta por la tcnica?La tecnologa tiene que ser cuestionada?En qu sentido la tecnologa moderna se presenta como un problema o una pregunta? La tecnologa podr ser comprendida a travs de ms tecnologa?

Jacques Ellul(1912) estuvo fuertemente interesado en mostrar a la tcnica como el fenmeno social ms importante del SXX. Se trata de un nuevo modo de ser en el mundo en el que se operar un reemplazo del ambiente natural por uno tcnico, dicho reemplazo, significar una apuesta sobre nuestras capacidades para controlar, conocer y actuar con buenas intenciones. El autor defender una tica del no-poder que limite severamente la prctica tcnica. Esto significar no hacer todo lo que seamos capaces de hacer. Por otro lado, resulta interesante subrayar cmo la tcnica entra en contraste dialctico con la creencia bblica, ya que gracias a la tecnologa el hombre hace del mundo su hogar, mientras que la creencia bblica niega que los seres humanos puedan construir alguna vez su hogar en el mundo. Se trata de una apuesta creativa y comprometida por parte de la cultura, la apuesta por la tecnologa.

Luego del recorrido histrico de la filosofa de la tecnologa en sus dos vertientes, propuesto por Mitcham, encontramos un ensayo de Marta Fehr cuyo ttulo es Lo natural y lo artificial. La autora realiza un anlisis conceptual de lo natural y de lo artificial partiendo de una situacin hipottica en la que un marciano llega a la tierra y se ve en la difcil situacin de descubrir diferencias esenciales entre ambos conceptos.Una tela de araa o una casa humana formarn parte de metaclases diferentes?los artefactos creados por el hombre forman parte de una clase natural?

A partir de estos interrogantes, Fehr nos ofrece un repaso histrico desde la antigedad hasta la modernidad, para subrayar el proceso de formacin que los conceptos de natural y artificial han sufrido y cmo se han ido modificando a travs del tiempo. Hecho este repaso, de regreso al SXX encuentra difcil la distincin entre natural y artificial como conceptos poco explorados por la filosofa de la ciencia. La autora reclama nuestra atencin filosfica sobre el asunto para poder distinguir entre las ciencias de la naturaleza y las tcnicas, a su vez, para fundamentar tericamente estudios ambientales y la investigacin sobre inteligencia artificial.

El texto de Diego Moux Chrcoles, Tecnologa para el desarrollo.Hacia una comprensin de las relaciones entre tecnologa, sociedad y desarrollo, nos acerca primeramente una historia de relaciones entre ciencia, tecnologa y sociedad desde los albores de la ciencia moderna hasta el SXX, para centrarse finalmente en la conexin entre estos tres conceptos en el marco de la Segunda Guerra Mundial. Nos muestra aqu tres momentos importantes: un perodo de tecno-optimismo y confianza en la ciencia, una poca de reflexin y alerta que exige a los cientficos un mayor grado de implicacin poltica, y un perodo de explcita reaccin social y lucha contracultural y antisistema que se muestra crtica respecto de la ciencia y la tecnologa en sus peligrosas versiones de cientificismo y tecnocracia. La reaccin social significar una vuelta reflexiva que implicar una inquietud comprensiva antes que explicativa. Vuelven a tomar protagonismo las preguntas:Para qu? Hacia dnde vamos? Qu tipo de sociedad queremos?

Nuevos movimientos desde la sociologa, la filosofa de la ciencia y la tecnologa se agrupan bajo las siglas CTS (ciencia, tecnologa y sociedad). La preocupacin comn que rene a la CTS es la dimensin social de la ciencia y la tecnologa en cuanto son productos y productoras del entorno social del que emergen, por lo tanto, su desarrollo y aplicacin tiene efectos sociales y ambientales que no pueden ser desconocidos o minimizados. Se estimula as un estudio crtico que no exime a la ciencia, ni a la tecnologa, ni a la sociedad, de las responsabilidades que les competen por estar sumamente interrelacionadas. Es interesante subrayar cmo, en este texto, las soluciones a los problemas que pudiera plantear el desarrollo tecnolgico, no se buscan a travs de ms tecnologa sino de ms reflexin y conciencia social.

En la misma lnea de pensamiento respecto de la propuesta bibliogrfica anterior, encontramos el texto Ciencia, Tecnologa y Sociedad.Proyecto Argo. Materiales para la educacin CTS. Aqu Martn Gordillo parte de la pregunta Qu es la Tecnologa y nos seala la dificultad que entraa una respuesta que no involucre a la tecnologa misma. Escribir y leer un texto resultan de un conjunto de procedimientos que pueden ser considerados tcnicos. Es as, como todo nuestro entorno, ya como lectores, ya como escritores, ya como integrantes de la sociedad actual, resulta de una construccin tcnica. El ser humano puede considerarse un producto de la tcnica por cuanto la sociabilidad, la capacidad lingstica, y las capacidades tcnicas fueron fundamentales en el proceso de hominizacin. Para el autor, fueron las prtesis tcnicas adaptativas las que desplazaron la evolucin natural por una cultural, el hombre resulta de este modo homo faber antes que del homo sapiens. Incluso, cabe preguntarse si la propia racionalidad humana no es una consecuencia ms del inminente desarrollo tcnico. En este texto, se presenta a la vida humana como una readaptacin a las diversas condiciones ambientales por las que el resto de las especies se encuentran determinadas y limitadas. Es gracias a la construccin tcnica, de artefactos y productos, que el hombre se emancipa de la tirana de lo natural, lo modifica y se readapta a las condiciones que l mismo pone. El ser humano produce la tcnica y sta produce al ser humano, por lo que es imposible separar la tcnica de la esencia del hombre. Dado este marco, el autor se introduce en las distinciones que tradicionalmente se han hecho de ciencia y tecnologa. Para lo cual, observa un fuerte prejuicio que tiende a escindir la investigacin terica de la aplicacin prctica. Dicho de otro modo, es la ciencia la que piensa y la tecnologa la que hace. Este planteo convencional pone al conocimiento cientfico como objetivo, neutro, previo e independiente de sus aplicaciones prcticas, lo cual, lo exime de cualquier responsabilidad sobre las aplicaciones prcticas que de l deriven.

A contrapelo del sentido comn, este texto, se esfuerza por discutir concepciones que disocian a la ciencia de la tecnologa y que conciben que sta ltima siempre obtiene productos industriales de naturaleza material. Deber reconsiderarse entonces, por un lado, un complejo tecnocientfico en el que lo terico y lo prctico se encuentren ntimamente relacionados; y por el otro, deberemos reconsiderar que, adems de las tecnologas materiales, existen tecnologas sociales: la propia organizacin social puede ser considerada ella misma tcnicamente construda, es decir, como un artefacto. Ahora bien, tecnologas de organizacin social y tecnologas materiales estn seriamente relacionadas, pero esto no es evidente, a menos que se trabaje en una ampliacin de los conceptos de tecnologa y de artefactos tecnolgicos hacia las diversas formas posibles de organizacin social. stas formas sern tan artificiales como los objetos materiales.

Luego del esclarecimiento de la relacin entre -ciencia- tecnologa y sociedad, el autor ofrece una clasificacin de las tecnologas segn diversos criterios y, a su vez agrega, lo problemtico de estas clasificaciones para incluir a las nuevas tecnologas de la informacin y de la comunicacin. Entre los criterios que tuvo en cuenta para realizar la clasificacin de las tecnologas, menciona a la historia y se detiene a ofrecernos las tres grandes contribuciones que hace el SXX sobre la historia de la tcnica. Aqu mencionar los aportes de Ortega y Gasset, Mumford y Mitcham.

El texto titulado Las concepciones de la tecnologa, comienza por asombrarse del poco inters acadmico que el fenmeno tecnolgico ha suscitado tradicionalmente y le atribuye a los enfoques que ven a la tecnologa como mera ciencia aplicada, o como instrumento, gran responsabilidad en este descuido intelectual. Es as, que se propone un anlisis crtico de concepciones anacrnicas de la tecnologa como la artefactual y la intelectualista, que dan lugar a un modelo tecnocrtico de orden poltico. Los autores defendern, en la misma lnea de los textos antes comentados, una concepcin amplia de tecnologa como una forma ms de organizacin social. Esta perspectiva, aportar los elementos que permitan una participacin democrtica de los ciudadanos en la evaluacin de las tecnologas que producen y que los producen. Los autores subrayan que:() ignorar las redes de intereses sociales decisivos para la puesta en prctica de una u otra tecnologa es seguir dejando la gestin de la poltica tecnolgica en manos de una elite tecnocrtica.

Es decisivo explicitar y evaluar los intereses determinados que subyacen a las tecnologas para no caer en un sonambulismo tecnolgico, propio de la renuncia voluntaria a la responsabilidad que nos compete en la evaluacin de las tecnologas que construyen la sociedad en la que vivimos.

El aporte decisivo de este texto es el concepto de sociosistema inspirado en el concepto de ecosistema para la ecologa. Los ecosistemas se caracterizan por su estabilidad y equilibrio, pero dada la introduccin de una nueva especie (ya sea vegetal o animal) pueden provocarse inestabilidades que desencadenen catstrofes. Ahora bien, la discusin sobre la conveniencia de introducir un cambio tecnolgico en un grupo social, partiendo del supuesto de que las tecnologas son formas de organizacin social, puede comprenderse cuando se distingue la dificultad que aparece cuando introducimos un elemento extrao, que se supone optimizar el rendimiento econmico, sin conocer previamente el sociosistema en el que lo introducimos . Dicho de otro modo, desconocer el equilibrio que permite la continuidad de un sistema para ingresar en l un elemento extrao, puede acarrear consecuencias indeseables.

Los autores subrayan: La innovacin tecnolgica y la intervencin ambiental ignoran a menudo las caractersticas del sociosistema en el que van a integrarse. El trabajo de los expertos se realiza, tpicamente, sobre sistemas ideales ms que sobre sociosistemas reales.

Es fundamental el conocimiento que los habitantes no expertos tienen del sociosistema que habitan para evitar la incorporacin de innovaciones traumticas que, en vez de mejorar la calidad de vida, produzcan ms perturbacin social y econmica. Se muestra de este modo, cmo la tecnologa no es autnoma respecto de fuerzas sociales y no es separable del sociosistema en el que se integra y acta.

Los conceptos hasta aqu desarrollados resultan retomados en el ensayo: De la ciencia a la tecnociencia: pongamos los conceptos en orden de Jorge Nez Jover. Encontraremos a esta altura, un texto que puede operar como la sntesis de gran parte de las discusiones desarrolladas por los autores anteriores. Se destacan una vez ms los problemas entre ciencia y tecnologa, su inminente interaccin, la definicin de ambos conceptos como dimensiones de la totalidad social, la introduccin del concepto de tecnociencia para destacar los lmites borrosos entre el saber cientfico y el saber tecnolgico. Se presentar a su vez una historia de la ciencia en la que se le reconocer, a diferencia de los tratamientos anteriores, una relativa autonoma por cuanto se impulsa a s misma y adopta recursos que ella misma crea. Por otro lado, se enumerarn ngulos desde los que se puede mirar a la ciencia, entre los que cuenta su aparicin como una ocupacin profesional. Se sealar cmo los procesos de profesionalizacin e institucionalizacin de la misma le dieron un lugar en la sociedad y en la cultura. Es as que aparece la ciencia como una prctica social legitimada. Luego de diversas caracterizaciones, segn el enfoque que se tome, el autor aceptar la concepcin de ciencia como actividad social. Ms tarde, se abocar a un esclarecimiento de los conceptos de tcnica y tecnologa criticando de sta ltima los enfoques intelectualistas y artefactuales. Se incluir finalmente en este trabajo, para hablar de la naturaleza de la tecnologa, el concepto de sociosistema y para expresar la estrecha relacin con el saber cientfico se apelar al trmino tecnociencia. Para sealar el sentido de sta ltima, se tomar partido por una preeminencia o preponderancia del polo tcnico respecto del polo terico.

En Ciencia y tecnologa en Amrica Latina: una posibilidad para el desarrollo, Francisco Pin, revaloriza el lugar del conocimiento como un mecanismo de estructuracin y dinmica social que transforma la propiedad y el trabajo, su papel ser central en un mundo desarrollado. Las sociedades que aspiren a convertirse en sociedades de conocimiento debern sortear dos grandes desafos: la apropiacin de ese conocimiento por el sistema productivo y su apropiacin por la sociedad civil. Ahora bien, las actividades cientficas y tecnolgicas sern las que garanticen, en parte, la prosperidad de esas sociedades en vas de desarrollo, porque su impacto en la sociedad y en la economa reestructurarn el aparato productivo y las interacciones sociales. En el marco de una aldea global, pero posicionados en Amrica latina, nuestros desafos segn Pin sern, convertir informacin en conocimiento til e inducir procesos de aprendizaje social del conocimiento.

El autor nos ofrece en este texto un panorama de la situacin de los pases desarrollados y del proceso por el que pasaron para alcanzar el desarrollo. Por otro lado, efecta un diagnstico de nuestra regin a propsito de las debilidades que afectan el desarrollo de la ciencia y de la tecnologa y, a partir de aqu, plantea nuevos enfoques para encarar un modelo productivo interesante de nuestra regin.

En Lo que la tecnologa da que pensar: realidad, conocimiento, poltica y vida cotidiana, Jos Luis Gonzlez Quirs seala que partimos de una dualidad entre pensamiento y tecnologa que separa de un modo irremediable ambos conceptos, como si tecnologa y pensamiento designaran campos absolutamente diferentes; la mayora de las veces el pensamiento nos resulta propio, mientras que la tecnologa, parece resultarnos ajena.

El autor denuncia al tiempo en que vivimos como un perodo de crisis de las identidades en el que la tecnologa ofrece una alternativa decisiva a nuestros viejos paradigmas de identificacin moral y metafsica. Por lo cual, la reflexin acerca de la tecnologa no slo debe ayudarnos a acertar acerca de qu sea ella misma, sino tambin, brindarnos alguna explicacin para comprender la distancia que existe entre nuestra creciente capacidad de conocer y dominar el mundo y nuestra escasa capacidad para decidir quines somos (pag2). El autor de este modo, contrasta un desequilibrio entre nuestras capacidades cientfico-tcnicas y nuestra debilidad moral. Ahora bien, cmo establecer una relacin con la tecnologa en la que resistamos su podero devastador y logremos asignarle un papel positivo en nuestras vidas, ser la pregunta de nuestro tiempo.

El autor trabajar en lo que se consideran ideas comunes sobre la tecnologa comentando y criticando a Ortega en su Meditacin de la tcnica, luego mostrar, en un recorrido histrico, el pasaje de una perspectiva optimista respecto de la ciencia y la tecnologa hacia una perspectiva pesimista planteada especialmente por el romanticismo. Frente a este pesimismo tecnolgico, sustentado por un anhelo emotivo de regreso a la naturaleza, Gonzlez Quirs sostendr que, parte de ese concepto de naturaleza al que deseamos volver, es sumamente artificial y producto de una realidad no natural que hemos construido, por lo tanto, este concepto de naturaleza resultar tan discutible como cualquier otro concepto que se aparte de la naturaleza por ser considerado artificial. Por otro lado, el autor nos recuerda que antes de una libre asociacin entre tecnologa y complicacin, deberamos recordar cmo la tcnica pone a nuestro alcance una utilidad sin parangn que nos ayuda a vencer nuestras limitaciones. Nuestra menesterosidad no debera estar focalizada en la tcnica, sino al contrario, en la indefensin con la que nos situamos frente al medio natural, medio, del que no conviene olvidarlo, nos sigue llegando la muerte(pg 13). Por lo tanto, la tcnica ser la respuesta de la inteligencia al deseo de sobrevivir(y de bienvivir) en un mundo hostil() la apropiacin que hacemos del mundo hasta sentir que es nuestro mundo, un mundo que refleja nuestro rostro (pg 13).

No obstante estas observaciones, Gonzlez Quirs reconoce que, en la vida cotidiana la tecnologa resulta para muchos incmoda antes de cumplir los objetivos para los que fue pensada. Paradjicamente, surge como una invencin de nuestra inteligencia para sobreponernos a las dificultades, y termina por convertirse en una dificultad ms. Aqu es cuando el autor la revaloriza como destino de nuestras reflexiones, en tanto nos da qu pensar de la realidad. La tecnologa no puede llevarnos a pensar que la realidad no existe, antes bien, puede significar para nosotros una cura brutal de realismo porque nos pone de un modo inminente frente a quienes somos y frente a quienes hemos elegido ser en el futuro. Es por esto que, el sentido de la tecnologa se opone radicalmente a lo que fueron la verdad y el lenguaje para Nietzsche, por cuanto se alejan irremediablemente de lo real.

El ltimo texto del corpus introductorio pertenece a los cinco primeros captulos de Meditacin de la Tcnica de Jos Ortega y Gasset. Este autor, ha resultado un paso prcticamente obligatorio en las reflexiones de todos los escritos anteriores, por lo que, muchos de los conceptos aqu desarrollados no resultarn tan nuevos respecto de lo anterior, simplemente por haber sido presupuestos en el discurso de todos los textos ya comentados. Es lgica y necesaria esta presuposicin, si recordamos que Ortega fue uno de los primeros pensadores en concederle un lugar importante a la reflexin sobre la tcnica. l se anticipa al fenmeno actual de debate sobre los daos y lmites de la misma. Para comenzar, intenta esclarecer lo que se entiende por tcnica mostrando cmo el hombre se empea en sobrevivir contra toda hostilidad de la naturaleza. ste experimenta subjetivamente necesidades que responden a una necesidad ms originaria que es la de no resignarse y seguir viviendo, este apego a la vida lo distingue de los animales cuyo repertorio natural puede agotarse a la hora de afrontar las hostilidades de la naturaleza y en ese caso, slo resta dejarse morir. El hombre, sin embargo, se lanza a producir aquello que no est en la naturaleza, es capaz de desprenderse de esas urgencias vitales, despegarse de ellas y quedar franco para ocuparse en actividades que, por s, no son la satisfaccin de necesidades.(pg 11).

Las necesidades con las que el hombre se encuentra son condiciones para vivir pero, no son su vida, de modo que su vida no coincide totalmente con sus necesidades orgnicas, como ocurre en el caso de los animales. Es por esto que, el hombre puede, si quiere, desentenderse de esas necesidades y meterse en s mismo, recogerse. En virtud de este ensimismamiento logra inventar procedimientos de los que obtiene lo que no ha encontrado previamente en la naturaleza. Estos actos creativos del hombre reformulan su circunstancia natural, por lo que resulta la tcnica una reaccin enrgica contra la naturaleza o circunstancia que lleva a crear entre sta y el hombre una nueva naturaleza puesta sobre aquella, una sobrenaturaleza() La tcnica es la reforma de la naturaleza() que nos hace necesitados y menesterosos() (pg 14).

Ortega concluye entonces que la tcnica no es la adaptacin del sujeto al medio, sino por el contario, la adaptacin del medio al sujeto. Se trata de una reaccin al entorno en la que el hombre se define como tal. Esta reaccin al entorno no tiene por objetivo la mera satisfaccin de necesidades bsicas; la vida para el hombre no es simplemente estar, sino bienestar, sta es la necesidad suprema que gobierna esa reaccin contra el medio. El empeo humano no est tanto en sobrevivir como en vivir bien. Ocupa aqu lo superfluo un rol necesario y queda la tcnica redibujada como la produccin de lo superfluo (pg22).

Hombre, tcnica y bienestar son, en ltima instancia sinnimos(pg 22). Aparece a esta altura un optimismo respecto de la tcnica, en tanto, nos permite el ahorro de energa y tiempo que podemos destinar libremente a otras actividades y quehaceres no biolgicos que el hombre se inventa para s mismo en la construccin de su propia vida. La vida humana consistir en el afn por realizar determinado proyecto que no viene dado de una vez y para siempre por la naturaleza, sino que es misin de cada uno construirlo. El hombre ser as pretensin, lucha por llegar a ser lo que tiene que ser en medio de la circunstancia en la que se encuentra. He aqu, la tarea de autofabricacin humana en la que la tcnica lograr, previo ahorro de esfuerzos y energas humanas, que el programa del hombre se realice.

ACTIVIDADES PROPUESTAS:

1-Para entrar en tema:

a-Analicen las posibles causas de la situacin paradjica que se produce cuando una tecnologa, pensada para facilitarnos la vida, para garantizar lo superfluo y la comodidad -de la que nos habla Ortega- resulta generadora de incomodidades y molestias en algunas generaciones ms grandes que ustedes.

b- En el texto de Diego Moux Chercoles, Tecnologa para el desarrollo, aparece el siguiente cuento:

Un hombre a quien se consideraba muerto fue llevado por sus amigos para ser enterrado. Cuando el fretro estaba a punto de ser introducido en la tumba, el hombre revivi inopinadamente y comenz a golpear la tapa del fretro.

Abrieron el fretro y el hombre se incorpor. Qu estais haciendo?, dijo a los sorprendidos asistentes. Estoy vivo, no he muerto

Sus palabras fueron acogidas con asombrado silencio. Al fin, uno de los deudos comenz a hablar: Amigo mo, tanto los mdicos como los sacerdotes han certificado que habas muerto. Y cmo han de haberse equivocado los expertos?

As pues, volvieron a atornillar la tapa del fretro y lo enterraron debidamente.

Qu opinin les merece el texto?Qu lugar ocupa la palabra de la ciencia, la tecnologa y la religin para los presentes en el entierro?Qu lugar ocupa la evidencia de los hechos?Cmo creen que podra revertirse esta situacin en que el saber de unos pocos parecera ser sagrado e indiscutible?

2-Para pensar y discutir en clase:

La tecnologa devela la realidad o la oculta?

Hay algo que la tecnologa, la tcnica y la ciencia puedan aportar para configurar la identidad del hombre actual?

Es la racionalidad humana un producto ms de la tcnica o es la productora de la tcnica?

Las dificultades que puede implicar la tecnologa sern resueltas a travs de ms tecnologa o por nuevos caminos? Dicho de otro modo,un saber no tcnico puede resolver las dificultades de uno tcnico?

Los lmites de la tecnologa debern ser puestos por s misma o deber apelar a otros que ejecuten esos lmites? En caso de que as sea: quines seran esos otros?

Se puede reconocer a la ciencia como un campo relativamente autnomo respecto de la sociedad que la produce? Y a la tecnologa?Por qu?

En qu sentido un modelo artefactual e intelectualista de la tecnologa podra dar lugar a un modelo tecnocrtico en el orden de lo poltico?

3-a)Analicen y discutan si son posibles los siguientes casos:

Un cientfico que piensa y disea sus teoras pero no se implica en la ejecucin ni en la aplicacin de sus ideas.

Un tcnico que ejecuta y aplica los modelos que fueron diseados por otros pero no los piensa, ni los evala.

Un profesional que investiga, formula sus teoras e interviene en la aplicacin de sus investigaciones.

Un grupo de no-expertos que evalan las tecnologas ms apropiadas para la sociedad en la que viven.

Un grupo de expertos que desconocen el contexto social en el que se aplican sus tecnologas pero son los encargados de evaluarlas.

b)De ser posibles los casos anteriores(o al menos alguno) cules seran las consecuencias sociales que podran acarrear?

4- Dividir a los alumnos en dos grupos, un grupo de ellos deber argumentar que la esencia humana es la de homo sapiens para lo que debern esgrimir sus mejores argumentos. Del otro lado del grupo clase se ubicarn quines sostienen que el hombre es esencialmente homo faber, para lo cual tambin debern formular sus argumentos. Al final de la clase se explicitarn las razones posibles para sostener una posicin o la otra. De ser posible podra proponerse una tercera alternativa que quede en manos de la propuesta de los alumnos.

5- Aprovechando la estructura del primer texto, realicen un cuadro en el que se expliciten las dos vertientes de la filosofa de la tecnologa, sus ideas principales y sus representantes.

EJE 1: Quin maneja la tecnologa?

La poltica y la tecnologa constituyen dos saberes prcticos fundamentales para nuestra vida. No hay sociedad humana en la que no exista cierta organizacin del poder y en la que los hombres no hayan desarrollado herramientas para poder solucionar los desafos que le presenta su entorno. Sin embargo, el lugar y la relevancia que a lo largo de la historia las distintas culturas han otorgado a uno y otro saber ha ido variando. Reflexionar en torno a cmo, en nuestras sociedades actuales, se da y/o cmo debera darse la relacin entre poltica y tecnologa es la invitacin que en este eje les hacemos. Al respecto, los estimulamos a problematizar sobre cuestiones tales como: Debe dejarse a la poltica slo en mano de los expertos? Son los asuntos polticos reductibles a problemas de gestin y administracin gubernamental? Debe la poltica inmiscuirse en las investigaciones cientfico-tecnolgicas o deben stas procurar su autonoma y neutralidad? Han contribuido la ciencia y la tecnologa al progreso moral y poltico de las sociedades humanas? Cul debe ser la relacin entre desarrollo cientfico-tecnolgico y democracia? La toma de decisiones sobre la poltica cientfico-tecnolgica es un asunto que le compete slo al Estado o debe la ciudadana participar activamente? El progreso cientfico- tecnolgico es necesariamente contrario a la preservacin del medio ambiente y de las identidades culturales ancestrales? Qu tipo de polticas cientfica-tecnolgicas deben impulsarse a fin de preservar el medio ambiente y de respetar la diversidad cultural?

Para comenzar reflexionando sobre estas cuestiones resulta interesante situarlas en perspectiva histrica y comenzar mostrando cmo concibieron los griegos la relacin entre la poltica y la tecnologa. Muy esclarecedor es en este sentido el texto de la Poltica de Aristteles que les proponemos en el manual, puesto que en ste el filsofo sostiene que los artesanos no pueden ser considerados ciudadanos. Esto es as porque distingue claramente a la teckn (el saber hacer, la produccin de objetos materiales, es decir la actividad propia de los artesanos) de la poltica (actividad propia del hombre libre o ciudadano) y entiende que el ejercicio de una es incompatible con el ejercicio de otra. Y es que para Aristteles la poltica no est supeditada un conocimiento de tipo tcnico-cienttico, sino a la phrnesis o sabidura prctica, la cual le brinda un conocimiento probable que le permite distinguir en cada circunstancia el justo medio o aret (virtud) que lleva a obrar rectamente. Ahora bien, esa dedicacin a la prctica de la virtud requiere del ocio, es decir de una actividad no productiva sino antes bien deliberativa, propia de los hombres libres o ciudadanos, que no se encuentran atados a la tcnica, a la necesidad de producir bienes para poder subsistir. De all que los artesanos, en tanto dependientes de la tcnica, en tanto hombres que no se dedican al ocio, al cultivo de la virtud, sino al negocio, no puedan ser considerados ciudadanos para Aristteles. Todo lo cual pone de manifiesto la descalificacin poltica que hace de la tcnica, pues claramente la considera un saber menor que nada tiene que ver con el ejercicio de la virtud.

Con el advenimiento de la Modernidad se modifica profundamente la cosmovisin que los hombres tienen de s mismos, del mundo, de Dios, y por supuesto tambin, del modo en que entienden a la poltica. Lejos de la concepcin aristotlica para la cual la poltica es la continuacin de la tica en tanto es una praxis que se encuentra orientada a la realizacin de la virtud del ciudadano; el pensamiento poltico moderno entiende que existe una clara divisin entre la tica y la poltica, entre lo privado y lo pblico. Esto es as porque considera que las diferentes concepciones de la vida buena (la tica) corresponden al mbito de lo privado, mientras que al mbito de lo pblico corresponde la organizacin racional y regulativa del trfico social, en tanto la poltica es concebida como teckn, y en consecuencia, evaluada no en trminos de rectitud, sino antes bien, de eficacia.

Un claro ejemplo de esta concepcin de la poltica que caracteriza al pensamiento moderno es la que podemos encontrar en la Nueva Atlntida (1627), obra de ficcin pero tambin filosfica, en la que Francis Bacon plantea su utopa. Una sociedad basada en el conocimiento, gobernada por expertos (miembros de la Casa de Salomn) especialmente entrenados para recoger datos, realizar experimentos y aplicar lo descubierto en objetos tiles para mejorar la vida de los hombres. Es decir, una sociedad en la que el desarrollo cientfico- tecnolgico es lo fundamental, pues constituye la condicin de posibilidad del progreso moral y poltico. No es casual, en consecuencia, que para muchos Bacon sea uno de los iniciadores de la posicin que despus devendr en tecnocentrismo, en una mentalidad que absolutiza de tal manera el papel de la tecnologa que termina subordinando otros mbitos del saber y de la realidad a sta.

En las antpodas de este tecnocentrismo banconiano y haciendo una fuerte crtica a la fe en la razn y en el progreso en el que ste se funda, Rousseau escribe su Discurso sobre el origen y los fundamento de la desigualdad entre los hombres (1755). Obra en la que afirma que la desigualdad entre los hombres no es natural, sino antes bien, poltica, es decir producto del advenimiento y desarrollo de la civilizacin. Y es que para el ginebrino, en estado de naturaleza los hombres son buenos, pues no se encuentran corrompidos por el progreso material y cientfico-tcnico que se produce a partir de la instauracin de la propiedad privada. Propiedad privada sobre la que se funda el sistema capitalista y que Rousseau crtica profundamente, puesto que postula como ideal poltico una sociedad de pequeos propietarios agrarios, igualitaria y pre-capitalista, no afectada por el desarrollo de la ciencia y la tcnica. Todo lo cual, coloca al pensador ginebrino en la vereda de enfrente del proyecto cientfico-tecnolgico que con tanto nfasis impuls la Ilustracin.

En Ciencia y tcnica como ideologa (1968) el filsofo alemn Habermas tambin cuestiona al proyecto ilustrado, denunciando que el tecnocentrismo en el que ste ha desembocado constituye una nueva ideologa: la ideologa del capitalismo tardo. Ideologa que al exaltar la accin racional con respecto a fines busca poner bajo control a la sociedad, en tanto orienta la poltica no a la realizacin de fines prcticos, sino a la resolucin de cuestiones tcnicas, es decir a la prevencin de disfuncionalidades y la evitacin de riesgos que pudieran amenazar al sistema capitalista (poltica como tekn),. Para poder salir de este proceso de dominio social que caracteriza al capitalismo tardo, Habermas entiende que es necesario recuperar la concepcin de la poltica como filosofa prctica, como un saber fundado en la accin comunicativa, en una racionalidad dialgica. Racionalidad a la que apelamos cuando reconocemos a los dems como interlocutores vlidos, como individuos que poseen los mismo derechos que nosotros y concebimos al dilogo como el camino ms adecuado para establecer consensos que permitan encontrar lo que es bueno y justo para cada una de las partes involucradas en cada circunstancia. Todo lo cual, supone la instauracin de una democracia deliberativa, es decir de una democracia en la que los ciudadanos a travs de la argumentacin, del consenso racional, sean capaces de resolver sus conflictos de inters y de establecer ellos mismos sus propias normas de convivencia

En una de sus obras fundamentales La condicin humana (1958) la pensadora alemana Hanna Arendt se suma a los filsofos que como Habermas miran crticamente al desarrollo cientfico-tecnolgico que se inicia en la Modernidad. poca en la que afirma se invierte la preeminencia de la vita contemplativa por la vita activa, porque a partir de entonces el pensamiento se justifica en funcin del hacer. Slo se consideran verdaderos los conocimientos que puede ser comprobados mediante la experimentacin, es decir los conocimientos de tipo cientfico. Preocupada por las consecuencias que semejante glorificacin de la ciencia tiene en nuestro mundo contemporneo en tanto es la propia condicin humana la que est en juego, Arendt sostiene que este es un problema poltico de primer orden y, por lo tanto, no cabe dejarlo a la decisin de los cientficos o polticos profesionales. De lo que se trata es de dar lugar al discurso, es decir pensar entre todos en lo que hacemos y eso es lo que hace precisamente en su libro, en el cual reflexiona acerca de las tres actividades fundamentales que hacen a la condicin humana. Estas son:

Labor: es la actividad correspondiente al proceso biolgico del cuerpo humano, es decir la que est ligada no slo a la supervivencia individual sino tambin de la especie. La condicin humana de la labor es la misma vida.

Trabajo: es la actividad que corresponde a lo no natural de la exigencia del hombre, pues proporciona un artificial mundo de cosas. La condicin humana del trabajo es la mundanidad.

Accin: nica actividad que se da entre hombres sin la mediacin de cosa o materia. La condicin humana de la accin es la pluralidad.

Afirma Arendt que la pluralidad (condicin fundante de la poltica) es la condicin humana ms relevante, porque slo los hombres en plural, o sea, los que viven, se mueven y actan en este mundo, experimentan el sentido debido a que se hablan y se sienten unos a otros en tanto apelan al discurso y al pensamiento. Sin embargo, segn esta filsofa, en nuestras sociedades actuales esta pluralidad se encuentra amenazada, porque el desarrollo cientfico ha obligado a adoptar un lenguaje de smbolos matemticos que apuesta por la demostracin y la comprobacin, pero prescinde del discurso, del dilogo de los hombres entre s. Con lo cual es la misma condicin humana, tal como la conocemos hasta hoy por lo menos, la que se encuentra en peligro.

Ahora bien, hasta ac hemos ido reflexionando sobre todo respecto de uno de los sentidos posibles en los que puede entenderse la relacin entre ciencia y poltica. Este sentido alude a la poltica con base cientfica, es decir al uso de conocimiento cientfico aplicado a la toma de decisiones polticas, o dicho de otro modo, a la concepcin tecnocrtica de la poltica. Concepcin -que tal como hemos explicado- se inicia en la Modernidad, tiene en Bacon a uno de sus ms claros exponentes y en Aristteles, Rousseau, Habermas y Arendt a algunos de sus ms sagaces crticos.

Nos interesa ahora adentrarnos en el otro sentido posible. Este es el que se expresa bajo la denominacin poltica de ciencia y alude a los programas y/o las medidas polticas que se implementan para incentivar, regular o controlar las investigaciones cientficas y sus posibles impactos en la sociedad. De acuerdo con el planteo de Mitchan y Briggle en el artculo Ciencia y poltica: perspectiva histrica y modelos alternativos (2007), en relacin a este segundo sentido, tambin podemos encontrar concepciones muy diferentes sobre la relacin entre ciencia y poltica, las cuales pueden sintetizarse en cinco modelos idealizados. Estos son:

1) Modelo lineal o de ciencia autnoma: postula que la ciencia y la tcnica deben ser independiente de la poltica, que slo los cientficos deben definir su agenda de investigacin, en tanto son stos tal como impuls Bacon- quienes mejor saben cmo su trabajo puede beneficiar a la sociedad.

2) Modelo de mercado: en ste es la dinmica de la demanda de los consumidores y los beneficios de las empresas quien dictamina las investigaciones cientfico-tcnicas que deben llevarse a cabo.

3) Modelo de los grupos de inters: el cual postula que los intereses particulares en conflicto deben hacer uso de los procesos polticos, sobre todo a travs de representantes electos, para competir por el poder capaz de controlar la configuracin de la agenda de investigacin.

4) Modelo ciudadanos: plantea la necesidad de que los ciudadanos se involucren, participen y discutan sobre las polticas de ciencia, a fin de poder incidir ellos tambin en la agenda de investigacin y en el control de los impactos tecnolgicos en la sociedad.

5) Modelo del rey filsofo: este enfoque sera similar al del modelo lineal, pero en lugar de ser los cientficos los que tengan el poder de decisin y control, seran los filsofos, dado los importantes y sumamente controvertidos temas ticos asociados al desarrollo cientfico-tecnolgico.

Dentro de este marco de reflexin de poltica de la ciencia y sin pasar por alto los posibles retrocesos sociales que puede traer aparejado el progreso tcnico, el epistemlogo argentino Mario Bunge cuestiona en un captulo de su libro Sistemas sociales y filosofa (1995) a las posiciones tecnofbicas tan presentes en la historia de la filosofa. Para l, sin duda, el nivel alcanzado por la tcnica en un Estado es un indicador de su grado de desarrollo. Esto no quiere decir, sin embargo, que el desarrollo tcnico sea en si mismo positivo, ni que la tcnica sea polticamente neutral como algunos pretenden. Es claro que la tecnologa tiene sus dueos y beneficiarios y que su impacto social puede ser positivo como negativo. En consecuencia, una sociedad que se precie democrtica lo que debe hacer es procurar que la tcnica, que hasta ahora ha sido en gran medida propiedad privada, se convierta en un bien pblico y se someta a controles democrticos. Slo de este modo, entiende Bunge, puede ser disfrutada por el mayor nmero de personas y se pueden evitar sus usos antisociales.

En lnea con el planteo de Bunge, en el artculo Convergencia entre tradiciones: evaluacin de tecnologas y accin poltica de Gonzlez Garca se considera que la tecnologa no es neutral, que tiene un alto impacto en nuestras actuales sociedades, y que por tanto, es necesario un control poltico democrtico de las innovaciones tecnolgicas. En tal sentido, el texto da cuenta de algunas propuestas, que no slo promueven la evaluacin de tecnologas y el desarrollo de polticas cientfico-tecnolgicas por parte de las instituciones estatales, sino que adems, abogan por convertirlas a stas en procesos abiertos a la participacin de la ciudadana.

En Polticas cientficas y tecnolgicas: guerras, tica y participacin ciudadana, Len Oliv tambin entiende que es indispensable la participacin pblica en las discusiones y toma de decisiones sobre poltica cientfica y tecnolgica. Considera que esto debe ser as en una sociedad democrtica, porque aunque ni el conocimiento cientfico ni el conocimiento tcnico se validen democrticamente, en circunstancias en que estos suponen un alto impacto social (por ej. en relacin al impacto ambiental ) s es deseable que al juicio de los expertos se sume la opinin de la poblacin.

El mismo Len Oliv en otro artculo que se titula Los desafos de la sociedad del conocimiento: cultura cientfico-tecnologica, diversidad cultural y exclusin mira con inquietud la tendencia a la homogenizacin que los procesos de globalizacin de la actual sociedad del conocimiento poseen. Desde su perspectiva estos procesos son fuente de violencia y exclusin, en tanto pasan por alto la diversidad cultural que existe en el planeta, y an ms, que existe dentro de un mismo pas. As, de hecho, sucede en los pases de Latinoamrica, en los que conviven varias culturas, aunque no en estado de equidad, pues las culturas originarias permanecen an en gran medida al margen del desarrollo cientfico-tecnolgico. Urge, en consecuencia, incluirlas, pero no a costa de que stas pongan en riesgo su identidad cultural, sino antes bien, a partir de reivindicar el derecho de estos pueblos a la participacin en la generacin y usufructo del conocimiento. Lo cual debe entenderse como el derecho al acceso a la educacin y a los medios necesarios para desarrollar los sistemas tecnocientficos apropiados para la explotacin racional y sostenible de los recursos naturales de estos pueblos.

Finalmente, preocupado tambin por el modo en que el progreso cientfico-tecnolgico se lleva a cabo en las sociedades democrticas, Edgardo Lander en el captulo I de su libro La ciencia y la tecnologa como asuntos polticos. Lmites de la democracia en la sociedad tecnolgica (1992) se propone mostrar por qu los asuntos cientfico-tecnolgicos deben ser tratados como asuntos polticos. Para ello comienza dando cuenta del modelo cientfico tecnolgico de Occidente al que caracteriza de universalista, naturalista y determinista. Agrega, adems, que este modelo que cuestiona cualquier intento poltico de control, regulacin o participacin respecto de la ciencia y la tcnica, ha sido hegemnico desde la Ilustracin y an hoy en da constituye un elemento esencial del pensamiento neoliberal y tecnocrtico. Sin embargo, considera que a partir de la Segunda Guerra Mundial se han ido generando reacciones crticas contra ste, las cuales han permitido mostrar que las decisiones cientfico-tecnolgicas constituyen problemas polticos medulares en nuestras actuales sociedades. En este sentido, afirma que lo que ha incidido ms globalmente en el surgimiento de exigencias de algn tipo de control o regulacin del desarrollo cientfico-tecnolgico, ha sido el reconocimiento de las amenazas que para la vida en el planeta representa la actividad destructiva del hombre. Todo lo cual, ha dado lugar al nacimiento de una nueva conciencia colectiva que se expresa tanto en el uso de los elemento tradicionales del sistema democrtico para intentar incidir sobre determinadas decisiones tecnolgicas (apelaciones a la corte, carta a los representantes, actividad de lobby, etc) como a travs de las llamadas nuevas formas de hacer poltica asociada con los nuevos movimientos sociales (movimientos ecolgicos, movimientos indgenas, etc). Existe incluso segn nos muestra Lander- una vertiente importante de esta nueva conciencia colectiva que aboga por el desarrollo de tecnologas alternativas o blandas. Tecnologas que sean consistentes con un ideal de sociedad verdaderamente democrtica, es decir participativa, descentralizada, con una relacin armnica y sostenible a largo plazo con la naturaleza, en la cual se recuperen los valores espirituales del hombre que se considera han sido aplastados por el materialismo de la sociedad de consumo.

ACTIVIDADES PROPUESTAS

1- TECNOCRACIA

Problemas filosficos: Debe dejarse a la poltica slo en mano de los expertos? Son los asuntos polticos reductibles a problemas de gestin y administracin gubernamental?

Textos sugeridos del manual: La Nueva Atlntida de Bacon. Ciencia y tcnica como ideologa de Habermas. La condicin humana de Arendt

Actividad:

1. Leer El Proceso de Kafka y 1984 de Orwell a la luz de la cuestin de la poltica como tecnocracia.

2. Discutir en torno a si pueden considerarse o no a los regmenes totalitarios como el nazi, el fascista, el estalinista y el llevado a cabo por el Proceso de Reorganizacin Nacional en nuestro pas como ejemplos de regmenes tecnocrticos.

3. Poner en consideracin la relacin entre neoliberalismo y tecnocracia.

2- DE UTOPAS Y DISTOPAS

Problema filosfico: Contribuyen la ciencia y la tecnologa al progreso moral y poltico de las sociedades humanas?

Textos sugeridos del manual: La Nueva Atlntida de Bacon. Discurso sobre el origen y los fundamento de la desigualdad entre los hombres de Rousseau.

Actividades sugeridas:

1) Leer los textos de Bacon y Rousseau. Pedir que los alumnos elaboren un dilogo entre estos, en el cual discutan sobre el problema filosfico propuesto.

2) Ver las pelculas Blade Runner de R. Scott y Gattaca de A. Niccol como ejemplos de distopas, es decir como contracaras de la utopa de Bacon. (Un interesante texto complementario para este tema es: El estado falso-positivo como subversin Blade Runner y Gattaca, distopas de control y segregacin en http://www.artlies.org/article.php?id=1817&issue=63&s=1 )

3- EL PUEBLO QUIERE SABER DE QUE SE TRATA

Problema filosfico: La toma de decisiones sobre la poltica cientfico-tecnolgica es un asunto que le compete slo al Estado o debe la ciudadana participar activamente?

Textos sugeridos del manual: Convergencia entre tradiciones: evaluacin de tecnologas y accin poltica de Gonzlez Garca. Polticas cientficas y tecnolgicas: guerras, tica y participacin ciudadana de Len Oliv.

Actividades sugeridas:

1) Hacer que los alumnos investiguen sobre los orgenes, desarrollo y resolucin del conflicto que se desat en Gualeguaych a raz de la instalacin de la papelera Botnia, poniendo el acento en el rol que jug la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaych.

2) Dividir a los alumnos en dos grupos y pedirles que un grupo elabore argumentos a favor del rol que jug esta Asamblea en este conflicto y que el otro elabore argumentos en contra. Tratar de centrar esta discusin en torno al problema filosfico propuesto.

4- MODERNIDAD VS TRADICIN?

Problemas filosficos: El progreso cientfico- tecnolgico es necesariamente contrario a la preservacin del medio ambiente y de las identidades culturales ancestrales?

Textos sugeridos del manual: Los desafos de la sociedad del conocimiento: cultura cientfico-tecnologica, diversidad cultural y exclusin de Oliv. La ciencia y la tecnologa como asuntos polticos. Lmites de la democracia en la sociedad tecnolgica de Lander.

Actividades sugeridas:

1. Pedir a los alumnos que busquen en los diarios y/o internet ejemplos que den cuenta de cmo el desarrollo cientfico-tecnolgico puede afectar a la preservacin del medio ambiente y al respeto a las identidades culturales ancestrales.

2. Hacer que discutan en grupo alguno de los ejemplos elegidos a la luz del problema propuesto y que tomen posicin.

EJE 2 Las mquinas, nos ayudan a vivir mejor?

Este eje de la Olimpada busca reflexionar acerca de la pregunta por el sentido del cambio tecnolgico que caracteriz al siglo XX y los albores del XXI mostrando las controversias, divergencias y debates que se abrieron a partir de la relacin entre tica y tecnologa. El desarrollo tecnolgico alcanzado en la actualidad presenta una serie de problemas de ndole moral. El inicial optimismo moderno que anunciaba el progreso indefinido de la humanidad gracias a la ciencia y la tecnologa, se vio oscurecido hacia el siglo XX por sus impactos negativos: las armas de destruccin masiva, los desastres ecolgicos, la ampliacin de brechas sociales, la manipulacin gentica, el hiperindividualismo a partir de las conveniencias personales, etc. Toda posicin tica posee, por detrs, una mirada antropolgica que la sustenta, por lo que antropologa, tica y tecnologa irn de la mano en el recorrido transversal de este eje.

En El cambio tecnolgico: cuatro apuntes desde la Filosofa, el filsofo espaol Ignacio Quintanilla Navarro propone que el tema nuclear de nuestra poca es la tcnica y la Filosofa debe encargarse de aclarar y rememorar las controversias surgidas en torno al alcance y el sentido del cambio tecnolgico en la historia de la humanidad. Los rasgos definitorios de nuestra poca seran: a) la innovacin tecnolgica se consume directamente en los hogares; b) nuestra tecnologa deja de depender, virtualmente, de combustibles y materiales concretos; c) surgen las actuales tecnologas de la informacin como sector tecnolgico dominante; d) la tecnologa, y no la ciencia, comienza a generar las metforas y modelos bsicos para nuestra epistemologa y comprensin del mundo; e) surgen las actuales tecnologas biolgicas y psicolgicas con las que se pierde la nocin de mbitos de la realidad no manipulables tecnolgicamente. A partir de este supuesto, el autor procurar presentar las controversias esenciales que, sobre el cambio tecnolgico, ha perfilado la Filosofa contempornea, prestando atencin a dos de ellas: la referida al momento fundacional que se concibe para la tcnica humana y la referida a una posible evaluacin moral del cambio tecnolgico humano en su conjunto.

El origen del trmino tcnica proviene de tchne que supona una actividad intencional normalizadora, lo que dio como resultado la comprensin de este trmino como actividad del que fabrica (condicin connatural al hombre e invariable a lo largo del tiempo) y como los artefactos que maneja una sociedad (que necesariamente han de variar e integrar en alguna dinmica de transformacin). Esto produce, entonces, una primera polaridad argumental entre quienes defienden la tecnologa como corolario de la ciencia y quienes entienden la tcnica como factor esencial de todas las transformaciones sociales. Para evitar caer en reduccionismos, Quintanilla Navarro asume que entre la dimensin tecnolgica de una sociedad y todas sus dimensiones bsicas (economa, ciencia, poltica, religin, arte) se configura un entramado de interacciones causales recprocas y mltiples muy complejo en el que cualquier elemento puede actuar en un momento dado como causa y en otro como efecto. La pregunta clave respecto del comienzo del cambio tecnolgico se plantea de este modo: la tcnica sobre la tierra, es anterior, estrictamente simultnea o posterior a la condicin humana? La respuesta abre distintas opciones. La 1, sostenida por ejemplo por Heidegger, entiende la condicin humana, el habitar humano como anterior a la tcnica. La 2 opcin, representada por ejemplo por Ortega y Gasset, la condicin humana y la accin tcnica no son sino aspectos correlativos de una misma situacin espiritual ante las cosas, por lo cual haba una simultaneidad entre condicin humana y tcnica. La 3 opcin ubica el comienzo del relato tecnolgico con anterioridad a la condicin humana pues ya en el reino animal habra cierta propensin al artefacto y la herramienta. El filsofo espaol intentar dar crdito a la posicin defendida por Ortega.

Finalmente, frente a aquellas posturas que defienden el neutralismo moral de la tecnologa, propone cinco principios (con el nombre de los autores que los inspiraron):

1. El principio Dessauer. El postulado de neutralidad tecnolgica priva a la accin tcnica humana de una dignidad epistemolgica y moral que, de hecho, tiene.

2. El principio Aristteles. A la hora de evaluar el cambio tecnolgico debe distinguirse la valoracin con arreglo a lo legtimo y la valoracin con arreglo a lo bueno.

3. El principio Berdiaev-Ellul. Es lgicamente incoherente y moralmente injustificable la pretensin de perfeccionar la naturaleza circundante al hombre sin abordar, tambin, el problema del perfeccionamiento de la naturaleza inherente al hombre.

4. El principio Mumford-Lewis. Lo que llamamos poder del hombre sobre la naturaleza es siempre, tambin, el poder de ciertos hombres sobre otros hombres valindose de la naturaleza.

5. El principio Jonas. No es imposible que la naturaleza tenga derechos.

Por su parte, Carl Mitcham en De la tecnologa la tica: experiencias del siglo XX, posibilidades del siglo XXI hace un recorrido por la experiencia de la tecnologa del siglo pasado y a partir de este contexto plantea las cuestiones tecnoticas resultantes. As, para el autor la principal justificacin tica de la tecnologa moderna a lo largo del siglo XX fue la conquista de la naturaleza y la promocin de la humanizacin como bsqueda de la libertad. De este modo, aunque el siglo XX se inici con una fe casi incondicional en la probidad moral de la tecnologa, la ltima parte del siglo fue testigo de la emergencia, incluso dentro de la comunidad tecnocientfica, de una serie de preguntas dirigidas al humanismo tecnolgico donde se sostena la crtica al cambio tecnolgico como fomento de una forma de deshumanizacin subordinada a los clculos de la razn instrumental.

A posteriori de la 2 guerra mundial, las discusiones ticas giraron en torno a las pruebas con armas nucleares, la capacidad destructora del uso excesivo de pesticidas, los lmites de la inteligencia artificial, temas de salud ambiental y tica biomdica, los lmites de la privacidad desde el uso de la tecnologa, la prdida de la biodiversidad, la clonacin y el cambio climtico global. Las respuestas prcticas a esta gama de cuestiones tecnoticas se pueden encontrar tanto en la comunidad cientfica y tcnica profesional como en el proceso de toma de decisiones de poltica pblica. Las respuestas tericas y filosficas intentaron, por un lado, realizar una valoracin global u holstica de la tecnologa moderna como un modo de transformacin de la condicin humana (Ortega y Gasset, Heidegger, Hans Jonas); por otro lado, en el consecuencialismo (Mill) la correccin o incorreccin de la accin depende la bondad o maldad de sus consecuencias en los resultados, y en el deontologismo (el imperativo categrico kantiano) la correccin o incorreccin son percibidos como valores independientes de ciertas acciones.

A pesar de las limitaciones, tanto prcticas como tericas, de las respuestas a los retos ticos que la tecnologa plantea, el siglo XXI ha comenzado con una nueva idea de la relacin entre tecnologa y tica, desde, por lo menos, tres reas: la filosofa, los estudios de ciencia y tecnologa, y el mbito de la poltica de ciencia y tecnologa. En este sentido, la reflexin tica crtica ser para Mitcham un modo eficaz de resolver estos asuntos.

Segn lo que expresa Ricardo Maliandi en tica: dilemas y convergencias, para entender la situacin tecnolgica en la que estamos inmersos tambin hay que pensar en el sentido de la tcnica en general. Dice el filsofo argentino que la tecnologa es una forma (altamente sofisticada) de la tcnica y que, por lo tanto, si bien toda tecnologa es tcnica, no toda tcnica es tecnologa. Toda tcnica contrapone lo natural y lo artificial y este concepto est ligado al de lmite, de modo tal que se puede definir la tcnica como una compensacin de los lmites naturales del hombre y por ello la paleoantropologa muestra su carcter compensatorio y ambivalente. Fue Arnold Gehlen quien describi la tcnica como la manera en que le hombre compensa su natural menesterosidad biolgica, y ya desde el hacha de piedra la tcnica, a lo largo de todo su desarrollo, produce instrumentos que tanto pueden favorecer la vida como perjudicarla o, incluso, destruirla. Respecto de su carcter compensatorio, muestra Maliandi que la elaboracin de recursos artificiales permite recobrar el desequilibrio inicial ecolgico de la especie humana pero, a la vez, da lugar a un nuevo desequilibrio pero etolgico. Esto significa que se rompe el equilibro natural (presente en casi todas las especies animales) entre los instintos de agresin intraespecfica y los de inhibicin de esa agresin. Se da una situacin paradjica pues al recuperarse el equilibrio ecolgico se rompe el equilibrio etolgico: la posibilidad de dar muerte a los congneres se acrecienta y se multiplica con la invencin y la disponibilidad de armas artificiales (hachas, lanzas, flechas, etc.), en una especie (como la humana) cuyos instintos inhibitorios de la agresin son relativamente muy dbiles. Los etlogos explican la gnesis de la moral como el intento cultural de recobrar aquel equilibrio, mediante un sistema, cada vez ms intrincado, de recriminaciones y sanciones sociales que dieron lugar asimismo a la poltica y al derecho. Es decir, as como la tcnica cumple la funcin prottica de compensar los defectos orgnicos, la moral cumplira una funcin compensatoria de los defectos instintivos en el rea inhibitoria de la agresin intraespecfica, potenciando adems valores extramorales (hednicos, estticos, religiosos, etc.). Para Maliandi la tcnica no es neutra sino ambivalente, ya que axiolgicamente es, a la vez, buena o til y mala o nociva.

Las dos formas ms avanzadas de la tecnologa parecen ser la gentica y la informtica, y su exacerbacin revela tambin su fragilidad, por lo tanto es una situacin paradojal. Manejamos cada vez ms aparatos, pero cada vez es mayor nuestra ignorancia acerca de cmo funcionan. Al mismo tiempo la nueva tecnologa se hace cada vez ms imprescindible y cada vez ms amenazadora. Dado el doble carcter de la tecnologa debemos estimular o detener su desarrollo? Esta pregunta supone, obviamente, el carcter conflictivo de la tecnologa. Cul ser, se pregunta Maliandi, el principio tico que nos permita una propuesta razonable frente a ese conflicto? Definitivamente tal principio no puede encontrarse ni en el escepticismo, ni en el relativismo ni en el irracionalismo. El autor se acerca, en realidad, al paradigma de la convergencia en la medida en que afirma el carcter dialgico y bidimensional de la razn, el pluralismo de principios, la diversidad de perspectivas racionales y el dilogo crtico para la resolucin de conflictos. Tanto la ciencia como la tcnica, la tecnologa y la tecnociencia, constituyen, en definitiva, tambin formas de poder, y por eso la tica no puede ser ajena a ellas. El problema principal que plantea Maliandi vinculado con esto se escinde, a la vez, en dos conceptos: la eticidad de la ciencia y la cientificidad de la tica. La ciencia, entonces, no puede prescindir de sus implicaciones ticas y existe una fundamental responsabilidad moral del cientfico y del tecnlogo frente a la humanidad en su conjunto.

En Tierra Patria, Edgar Morin seala las dificultades de la actual economa de mercado que parece oscilar entre crisis y no crisis, desrdenes y re-regulaciones, trayendo mejoras en el nivel de vida pero, a la vez, perturbaciones en el modo de vida. El crecimiento econmico crea no slo un proceso multiforme de degradacin de la biosfera, sino tambin un proceso multiforme de degradacin de la psicoesfera, de nuestras vidas mentales, afectivas y morales. Morin introduce la tesis de la agona planetaria, dada por el desarrollo tecnolgico que se manifiesta en una serie de desrdenes: el desorden demogrfico mundial, la crisis ecolgica, la crisis de desarrollo del modelo capitalista occidental, el problema cultural/civilizacional, la balcanizacin del planeta, el desmigajamiento generalizado en Estados nacionales politnicos, los diferentes antagonismos de las religiones, de las democracias y las dictaduras, entre el Norte y el Sur, la crisis universal del futuro fundamentalmente por la prdida del carcter providencial de la trada ciencia/tecnologa/industria, la destruccin de las solidaridades locales. Por ello, para Morin, el desafo es enfrentar dos comandos contradictorios: salvar la extraordinaria diversidad cultural que ha creado la dispora de la humanidad y, a la vez, alimentar una cultura planetaria comn a todos.

Vamos hacia la crisis mundial del desarrollo? Como sea, segn Morin, es preciso rechazar el concepto subdesarrollado del desarrollo, que haca del crecimiento tecnoindustrial la panacea de todo desarrollo antroposocial, y renunciar a la idea mitolgica de un progreso irresistible en aumento hasta el infinito. Nuestro devenir est animado por la doble dinmico del desarrollo de las ciencias y las tcnicas que se alimentan mutuamente entre s, esta dinmica impulsa el desarrollo industrial y el desarrollo civilizacional, que a su vez la estimulan, sobre el globo. Esos desarrollos y esas expansiones son las que provocan, como contraefectos retroactivos, las balcanizaciones, las heterogenizaciones, las desorganizaciones, las crisis de hoy en da. Por ello, la tesis de Morin es que la tecnociencia es nudo y motor de la agona planetaria. Y la agona de muerte/nacimiento es quiz la va, infinitamente riesgosa, hacia una metamorfosis general, con la condicin de que se tome conciencia, precisamente, de esa agona.

En Ciencia incierta, Mario Heler muestra el camino que condujo a la ciencia a ser considerada un conocimiento de excelencia epistemolgica. Uno de los bastiones clave de la ciencia (bajo su fundamentacin y justificacin moderna) fue el concepto de mtodo, nica garanta de la validez del conocimiento. La verdad obtenida ser, entonces, objetiva, necesaria y universal, intersubjetivamente vlida. As, la racionalidad es el resultado de aplicar el mtodo cientfico y a su vez el mtodo es lo decisivo en la bsqueda de la verdad. Esta conformacin de la versin hegemnica de la ciencia identific, entonces, la excelencia epistemolgica con las virtudes de un mtodo cientfico (el mtodo hipottico-deductivo) en donde la deduccin de conclusiones sobre hechos observables, a partir de la hiptesis, permitira contrastar con la experiencia y obtener pruebas acerca de si la hiptesis logra dar cuenta del problema (verificacin o confirmacin) o no lo logra (refutacin o falsacin).

Ahora bien, por qu se aceptan hiptesis como verdaderas o se las rechaza? La respuesta oficial traslada el punto crucial de la validacin de hiptesis desde la contrastacin con los hechos a la decisin de la comunidad cientfica. Cules son los parmetros o criterios de la comunidad cientfica para aceptar una hiptesis? Una comunidad cientfica acepta o rechaza una hiptesis en funcin del paradigma que rige a la ciencia en un momento determinado. El paradigma incluye una teora, aplicaciones y modelos de la teora, procedimientos de investigacin, modos de seleccionar, plantear y resolver problemas, tcnicas instrumentales, adems de las ideas filosficas y hasta cierta concepcin metafsica. La vigencia de un paradigma constituye la ciencia normal hasta que una crisis derive en una revolucin industrial que instaure un nuevo paradigma y, por lo tanto, nuevos parmetros para decidir cuando una hiptesis es aceptable o no. A partir de esta base, Heler se dedica a justificar la idea de que la ciencia es una prctica y un campo social, un juego que tiene sus reglas, su mbito de dominacin y poder, y que la definicin dominante de ciencia, en un momento determinado, proporciona las orientaciones que llevan a la comunidad cientfica a una decisin.

Sin embargo, ni la apelacin al testimonio de los hechos, ni el consenso logrado por efecto de la fuerza de los argumentos en el marco del paradigma vigente en una comunidad cientfica, ni la consideracin de la ciencia como un campo social, ni el criterio de plausibilidad, son elementos que brinden garantas plenas de verdad en el conocimiento cientfico. Por ello Heler apela a la cuestin de la utilidad social de la ciencia; pero se presenta el siguiente interrogante: es secundaria -como ha pretendido la historia oficial- la garanta de utilidad que brinda el conocimiento cientfico? Y, si no lo es, qu implicancias y consecuencias acarrea? La verdad cientfica es una verdad til, sostiene Heler, por hacer factible el control exitoso de los fenmenos a travs de la prediccin, y la ciencia moderna -convertida en tecnociencia- extiende al mximo su exploracin de las posibilidades de soluciones a problemas prcticos. Por consiguiente, la superioridad del saber cientfico radica en que, a diferencia de otros saberes alternativos, provee una verdad til sistemticamente desarrollada y explorada al mximo de sus posibilidades terico-prcticas. Es por ello que la tecnociencia es la encargada de la produccin social del conocimiento con utilidad social; y esta utilidad radica en que sus productos brindan la capacidad (el poder) para solucionar problemas prcticos a travs de la capacidad de prediccin de los fenmenos y la eficiencia.

En el texto El problema de la neutralidad en la ciencia y la tcnica, Mnica Giardina se propone mostrar que estn estrechamente vinculados los planos de la neutralidad de la ciencia, tanto desde el punto de vista del conocimiento (en el que la ciencia se asocia a la objetividad) como desde el punto de vista tico (en el que se enlaza con la responsabilidad del hombre de ciencia). Los que defienden la neutralidad cognoscitiva de la ciencia sostienen que ciencia y tecnologa constituyen la forma ms racional, objetiva y exacta que puede asumir el conocimiento. Los que defienden la neutralidad moral de la ciencia sostienen que lo susceptible de un juicio de valor negativo respecto de la ciencia ser el uso que se le asigne y por lo tanto ya no depende del conocimiento en s mismo. El ejemplo del martillo ilustra este aspecto: esta herramienta puede servir tanto para clavar clavos como para hacer dao, pero no sera en s mismo malo sino que tal calificacin moral depende del uso que se le de (y de quien lo use por supuesto). Para los defensores de la neutralidad, marca Giardina, lo terico y lo prctico son contextos separados y la legitimidad racional del conocimiento cientfico y la tcnica perteneces a una esfera incontaminada de los avatares histricos, mientras que el mbito de aplicacin de las mismas se determina por intereses ajenos a la esfera cognoscitiva.

La autora destaca la respuesta de Heidegger de afrontar con serenidad la poca actual diciendo inevitablemente s al uso de los objetos tcnicos y al mismo tiempo decir no a su imposicin acrtica, y la respuesta de Vattimo acuando la idea del pensamiento dbil en alusin al debilitamiento de los frreos sistemas conceptuales y metafsicos de la racionalidad instrumental. Y con ello muestra la regin incierta y la desmitificacin en la que comenzaron a coexistir la ciencia, el arte y la verdad a comienzo de milenio, evidenciando la necesidad de un pensar meditativo para abordar la conflictividad y la ambigedad de la ciencia.

En la misma lnea de anlisis, Esther Daz y Silvia Rivera en La actividad cientfica y su insoportable carga tica expresan que no existe prcticamente ninguna actividad humana exenta de valoraciones, la ciencia incluida. Por ello se debe instalar la discusin valorativa en el origen mismo de la investigacin cientfica, pues la normatividad cientfica no solamente es del orden del conocimiento y la tcnica sino que entraa tambin una axiologa.

Sin que sea exclusivamente una novedad, fue Hans Reichenbach quien propuso la distincin (criticada por las autoras) entre contexto de descubrimiento, que no tiene posibilidad de validacin racional, y contexto de justificacin, objeto de anlisis de la epistemologa. Pero a partir de Wittgenstein, Nietzsche, Kuhn y la hermenutica, entre otros, esta artificiosa separacin resulta indefendible. La tesis de las autoras es que en la presente reflexin se tiende a una epistemologa ampliada a la reflexin tica y poltico-social, en la que no slo se considere el proceso de invencin de teoras y su posible (y discutible) justificacin sino tambin su carga axiolgica, y la interaccin institucional y social en la que se producen la investigacin cientfica y la prevencin tecnolgica. As, partiendo de una clasificacin que hace Javier Echeverra, se distinguen cuatro contextos:

a) Contexto de educacin. El proceso cientfico es una prctica constitutiva de sujetos, una accin normalizadora que tambin potencia la independencia, la comunicabilidad y la crtica.

b) Contexto de innovacin. La actividad cientfica, que tradicionalmente se haba considerado del orden del ser, en realidad est continuamente mediatizada por el deber ser.

c) Contexto de evaluacin. Es una instancia de justificacin cientfica en la que el xito o el fracaso de una teora dependen, adems de los valores tradicionales, de la eficacia y rentabilidad de los proyectos.

d) Contexto de aplicacin. En la actualidad ya no se puede omitir que la tecnologa forma parte del proceso tecnocientfico mismo, porque toda investigacin cientfica bsica est condicionada a su posible transferencia tecnolgica.

En fin, otra racionalidad es posible, se trata de pensar desde otro lugar, racional pero histrico, encarnado, constituido desde las prcticas y los discursos, rescatando una verdad consensuada segn criterios sociales, culturales, epocales y surgida desde los dispositivos de poder. Podr entenderse, as, que los objetivos de la ciencia surgen a partir de valores previos y stos, a su vez, se gestan en las formas de vida de las que provienen los saberes verdaderos como la ciencia.

Partiendo metafricamente del trabajo de los alquimistas, en La ciencia despus de la ciencia Esther Daz seala que en la nueva etapa cognoscitiva que caracteriza a la actualidad el cuerpo mismo se est desvaneciendo. El deseo de perpetuidad preocup, desde siempre a la sociedad humana, y los alquimistas creyeron encontrar la piedra filosofal para vencer la muerte, a pesar de que somos los nicos seres vivos conscientes de nuestra finitud. Y la ambicin de los alquimistas fue retomada por los cientficos y tcnicos modernos, mediante el accionar de una racionalidad cientfica que busca mayores beneficios a menores costos. Y la ciencia contempornea encontr la panacea universal con sus mltiples xitos en el campo de la salud, entonces la razn cientfica transformada en razn instrumental brinda los medios para la eficacia econmica, la extensin de los ciclos vitales y la desaparicin del dolor. El problema es cuntos y quines pueden acceder a la excelencia de esos medios?

El actual sujeto posmoderno es un sujeto concreto, histrico y sin objetividad universal, un sujeto cambiante atado a la virtualidad en el que la desaparicin del cuerpo se profundiza con la eclosin de los medios masivos y la tcnica digital. En la dimensin meditica somos sujetos sin certezas, sujetos sujetados a las pantallas, sometidos a un corte de electricidad. Lo curioso es que estas formas de desaparicin del cuerpo no implicaron la desaparicin del deseo. Cada poca va configurando qu es lo deseable y de qu modo es preferible acceder a ello. Nuestra poca est condicionada por una episteme tecnocientfica y meditica que construye objetos de deseo mediatizados, signados por las tcnicas electrnicas y digitales. Es cierto entonces que la tecnociencia colabora para que se desvanezca nuestra antigua nocin de cuerpo, pero no es menos cierto que crea otras formas de deseo; un deseo atrapado en la red de redes, en los cables telefnicos, en las innumerables pantallas, donde se trata de ver y escuchar ms que de tocar.

Asimismo en su texto Entre la tecnociencia y el deseo, la misma Esther Daz afirma que el deseo, en s mismo, es polimorfo y mltiple, y nada tiene que ver con las codificaciones que lo encorsetan. El poder codifica al deseo tanto para tornar ms fcilmente gobernables a los sujetos como para volverlos dciles a las leyes de mercado y a los intereses del poder en general. Vinculado con esto, entonces, Daz propone la hiptesis de que la legitimacin de las teoras y las innovaciones tecnocintificas no emanan de los mtodos ni de la lgica, menos an de la tica, sino que surge y se consolida desde el mercado. El pansexualismo o la inflacin de la sexualidad a la que asistimos comenzaron a gestarse, en realidad, en la modernidad desde fines del siglo XVIII y eclosion en el XIX, pero en la actualidad se entreteje con la proliferacin meditica y digital, el virus del sida, el desarrollo dela biotecnologa y la desaparicin del cuerpo detrs del sexo virtual. Bajo ciertas categoras de Foucault Esther Daz se propone hacer una epistemologa del deseo mostrando que quienes comenzaron a preocuparse por el deseo sexual de las personas lo hicieron con la intencin de domesticar para explotar, vigilar para normalizar y castigar para amaestrar. Pero el dispositivo de sexualidad, como cualquier otro que tenga que ver con el poder, suele independizarse de la voluntad de los sujetos que lo pusieron en marcha, produciendo un plus no querido ni buscado conscientemente, estimulando lo que aparentemente se quera reprimir. De este modo, una vez que se pone en marcha el ejercicio del biopoder con discursos, normas, planificaciones y prcticas que circulan por la sociedad y brotan desde mbitos jurdicos, escolares, familiares, religiosos, mediticos, morales, tecnocientficos y gubernamentales, se producen dos afluentes de efectos: los buscados (constituir sujetos dciles, manejables, rentables, intercambiables y descartables) y los no buscados (producir sexualidad, multiplicar las representaciones del deseo, intensificar o subvertir los deseos tradicionales). Por eso en el banquete posmoderno percibimos una desatanizacin del deseo sexual en este homo virtualis, sujeto expandido y fragmentado al mismo tiempo, sujeto sujetado a diversas prcticas virtuales con sus pro y sus contra.

En un anexo de este libro Esther Daz brinda algunos conceptos elementales del pensamiento cientfico: desde las etapas cannicas de la investigacin cientfica a las caractersticas del conocimiento cientfico (claro y preciso, provisorio, objetivo, controlable, descriptivo, explicativo y predictivo, metdico y sistemtico, viable, crtico y analtico, lgicamente consistente, unificado, fecundo); desde la clasificacin de las ciencias (formales y fcticas) ala diferenciacin entre metodologa de la investigacin cientfica y epistemologa; de los mtodos clsicos de validacin en ciencias naturales (inductivismo, hipottico-deductivo y falsacionismo) a la discusin sobre las ciencias sociales y el poder.

En Posmodernidad Esther Daz define la postica a una nueva relacin entre los hombres y los valores, evidenciando cmo se modific la moderna pregunta qu debo hacer? por qu me conviene hacer?. Y la respuesta es hipottica: actuar segn lo que se desea obtener. Morales hoy son polivalentes, multifacticas, mudables, consensuales. Incrementan la legitimidad de los derechos individuales y, correlativamente, corroen el deber universal.

Tomando algunas ideas de la tica indolora e individualista que propone Lipovetsky, y las nociones de Fukuyama acerca de la bsqueda de reconocimiento y el progreso cientfico-tecnolgico propios del capitalismo posindustrial, Esther Daz intenta responder las siguientes indagaciones: nuestras convicciones morales, responden a una idea de justicia elaborada por cada uno de nosotros o copian las consignas impuestas por el mercado? Es decir, nuestro reclamo de responsabilidad tica es una autoafirmacin personal o ser un mero producto del dispositivo de poder que hoy manda ser tico porque descubri que ser tico resulta hoy rentable? Lo cierto es que las empresas econmicas registran una fuerte demanda tica ya que el mandato es la calidad total; se trata de producir imagen y venderla tratando de que se difunda fundamentalmente a travs de los medios masivos. Este rebrote tico est marcando, acaso, que la racionalidad cientfica y su autoproclamada neutralidad tica, aplicada tambin a las finanzas, ha dejado de operar? Al contrario, la efectividad cuyo modelo es la racionalidad cientfica se encuentra en el mismo ncleo del proyecto: avanzar, maximizar, progresar. Lo rentable es, justamente, ser tico.

En este giro tico lo que importa es la posibilidad del xito. Las nuevas formas de solidaridad posmoderna -producida fundamentalmente por motivacin sensitiva- apuntan al placer de encontrarse con el otro, el deseo de autoafimacin social, a la ocupacin alegre y desinteresada del tiempo libre. Frente a las contradicciones contemporneas, la relacin entre ciencia y tica se vuelve jugosa, menesterosa e ineludible. La propuesta de la autora, que tambin es un desafo, es repensar el quehacer cientfico a la luz de su dimensin humana.

El ltimo texto de Esther Daz de este eje es una videoconferencia emitida en 2008 titulada La educacin y los modos de subjetivacin, dispositivos ticos y dispositivos disciplinarios. Es muy interesante este texto para todos los que formamos parte de instituciones educativas porque la autora focaliza problemas existentes en las escuelas de cualquier latitud. Aqu Daz parte de la tarea que Foucault le atribuye a la filosofa: pensar el presente; y hacerl