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    por LEoNArDo TorrESI

    La argentina Marina Tchomlekdjoglou comparti luces y sombras con la famosa hija de uno de los supermillonarios del siglo XX. Ahora revela todo en un libro.

    C H R i S T i N a o N a S S i S l o q u e N a d i e C o N T o

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    ell a TeNia Su Pl aTa, Yo TeNia Mi Pl aTa. viviaMoS CoMo doS CHiCaS NoRMaleS. . . .

    > LIBROS. MI VIDA CON CHRISTINA ONASSIS

    pezaron los veranos griegos para el do. Aunque su amiga era la hija de quien era y ella misma descendiente de una familia ocrtica naviera, a Marina T. le sale decir que eso era una vida comn de chicas de la edad.

    Ella tena su plata, yo tena mi plata. Vivamos como dos chicas normales con nuestra... cmo se dice? Pocket money. Despus s la diferencia se hizo abismal. Pero nunca me dijo yo soy Christina y vos sos... Yo no lo hubiera tolerado.

    Para Marina T, su amiga Christina Onassis era: Imparable. Verano 67 o 68, Grecia. Comenz a obsesionarse con su cuer-po y decidi consumir pastillas para adelgazar. () yo quedaba exhausta, ya que el efecto de las anfetaminas era el mismo que el de la cocana. Durante to-do el da haca miles de cosas y, por ms que quera, no poda seguirle el ritmo.Manitica. Era obsesiva de la limpie-za interior. Siempre que pasaba por el bao, as fuera solamente a hacer pip, se baaba y se cambiaba de ropa.

    La vida loca. Marina T. conoci Skor-pios la isla legendaria de Aristteles Onassis, ms grande que Mnaco cua-tro das despus de la muerte (en un accidente con un avin) de Alexander, el hermano de su amiga. La llevaron al Christina, el barco de 97 metros de eslora, radar, 42 lneas de telfono, 57 personas en la tripulacin, quirfano y una pileta con mosaicos que replicaban escenas de la mitologa griega y poda elevarse a la cubierta y transformarse en pista de baile.

    Su amiga la esperaba para abrazar-la. Le avis: Pap decidi que nosotras durmamos en el barco, una desgracia, porque est lleno de mosquitos y ade-ms no quiere que prendamos el aire acondicionado para nosotras solas.

    Para Marina T., Christina O. era:Buena. Yendo por una ruta en Grecia justo atropellaron a un perro. Hizo pa-rar el auto y se baj desesperada para ver si el perrito estaba vivo o muerto. A la gente que trabajaba en sus casas la tena muy bien. Su corazn sufri por cosas muy lindas. Era buena.

    Jackie. Aristteles Onassis y Jackie Kennedy se casaron en octubre de 1968. Skorpios era pura excitacin en las ho-

    arina (deletrean-do) T-c-h-o-m-l-e-k-d-j-o-g-l-o-u (ex Dodero) le cont las bombachas a Christina Onassis, la millonaria que

    fue su amiga y confidente y se muri en su casa ac (en Tortuguitas).

    En los cajones de la lencera cont ms de 50 bombachas, todas de seora grande, que usaba hasta cuando se iba a dormir con alguien.

    Christina a veces le peda dormir en la cama con ella, en el departamento donde Marina T. vive todava.

    Ojo: se meta en la cama casi dor-mida. Porque dormir con una amigatampoco! As que se tomaba una pasti-lla y pum.

    En todo caso Marina T. haba tenido fantasas con el padre de Christina. Por ejemplo el da que Ari la mand llamar, volaron en un helicptero hasta una isla y entre los dos comieron 12 langostas.

    (Cuando volvieron, Christina se eno-j mucho: lgico.)

    Dec que era el padre de mi amiga, que si no, se cubre Marina T, a punto de publicar Mi vida con Christina Onas-sis, libro de revelaciones que sale en no-viembre (y motiva esta nota).

    Segn Marina Tchomlekdjoglou, Christina Onassis era:Salvaje. Punta del Este, verano de 1966. Despus de conocernos, decidi nadar en el mar. Se meti entre las olas como si fuera un caballo. Cuando la vi entrar al mar como lo hizo me di cuenta de que no le tema a nada.Impulsiva. En un crucero por las islas de Grecia, el sistema de agua del barco colaps. Cuando se enter de que no podramos ducharnos ms, se puso fu-riosa, no le import todo el esfuerzo que su novio estaba haciendo para agradar-la, y nos fuimos. Despus me dijo: no nos bamos a quedar con sal en el cuer-po. Molesta mucho.

    Conocindote. Christina tena un pa-uelo rosa en la cabeza y a su amiga in-minente le soprendi la piel, la flacura y el tamao del busto. En Punta, a Meropi Konialidis, medio hermana de Ari, se le haba ocurrido que Christina, de 15 aos, tena que conocer a una chica de su edad. Funcion. A los seis meses em-

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    DEL TIEMPO DE DOLOR AL TIEMPO DE LA FIESTA -Christina, en el velorio de su her-mano, junto con Aristteles, su pap. Y de baile en Mau Mau, en 1980 y junto con Marina T., a pura sonrisa.

    ArChIvo ClArIn

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    en toda la noche. Yo estaba feliz de lla-mar la atencin de una leyenda de la historia reciente. A la maana se reen-contr en la playa. No se aguant ms y me dijo: Qu lindo pelo tens, Marina! Intu que haba algo de irona y le res-pond: Si lo deses, puedo sacrmelo y prestrtelo.

    No puede decir que Jackie fuera una persona muy sincera. Se sorprenda mucho por la distancia con la que se trataban con Ari. En Atenas, el padre de su amiga le mostr la cama enorme en la que dorman. En esta cama puedo rodar y rodar y jams llegar a ella. Le explic que se haba casado con ella por-que era el nico brillante que le faltaba para ser conocido hasta en China.

    Christina Onassis era:Celosa. Si su amiga se pona un panta-ln que la haca flaca, Christina le haca el reclamo. Una vez vio que yo llevaba puestas dos pulseras de oro con turque-sas que me las haba regalado mi mam. Me las ponder y me dijo que las quera. Era as: vea algo que le gustaba, y se lo llevaba.Demandante. Hasta la mdula. Ma-rina T. y su ex pasaban parte de su luna de miel en Bahamas y Christina se apa-reci. Antes de ir a dormir, se acostaba en la cama con Alberto y conmigo para conversar, cosa que con el paso de los das comenz a disgustarle a mi ex, ya que casi no tenamos tiempo a solas.

    Ari y yo. Una maana, un empleado de Skorpios le golpe la puerta del camaro-te en el Christina y le dijo que el patrn la estaba esperando en el helipuerto.

    ras previas a la primera visita de la viu-da de JFK. Cuando Marina T. la cruz, Jackie tena una bikini negra y tomaba champn a la hora del desayuno. La salud formalmente y baj a la playa, donde estaban John John y Caroline, los hijos de la seora. Coment que tena ganas de hacer un poco de esqu acutico; sin dudarlo, el hijo de Jackie se ofreci para manejar la lancha. En aquel momento yo no tena conciencia de que estaba frente a los descendientes de John F. Kennedy. Mientras sus rostros eran noticias en el mundo, yo los tena frente a m. Cuando volvieron, Jackie se estaba metiendo a nadar, con unas patas de rana. Qued impresionada cuando la vi de pie: si bien no era nada del otro mundo, su silueta daba una sen-sacin de perfecta armona. Estaba muy flaca, por no decir huesuda incluso era un poco zamba, porque sus piernas se

    abran un poco, pero la elegancia con la que se desplazaba y la forma en que luca su cuerpo hacan que se viera como una artista de cine.

    Su amiga Christina Onassis era:Rutinaria y monotemtica. Cuando algo se le pona en la cabeza no se la poda contradecir. Iban a Nueva York y a ella no se le ocurra poner un pie en Broad-way. No le interesaban ni el teatro, ni la pera, ni el ballet. Era poco adepta a la cultura y lo nico que disfrutaba era el cine, donde no paraba de comer pocho-clos. Cuando iban al Maxims de Pars, Christina peda Coca Cola con huevos fritos: Siempre lo mismo.

    Un brillante. En Skorpios, Marina T. comparti una mesa de cuatro con su amiga, Ari y Jackie. Se puso un postizo para disimular su pelo con rulos. Para mi sorpresa, Jackie no dej de mirarlo

    ESA DAMA cOn unA cOLEccIOn DE AFEcTOS -El nombre Chris-tina, en el barco de Aristteles, que navega con Jacqueli-ne Bouvier. Adems, la postal matrimonial de Christina con su ltimo esposo, Thie-rry roussel. Y la foto con su amiga Marina Tchomelkdjoglou y las hijas de ambas.

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    ces la precoz heredera de la fortuna fa-miliar. Verla crecer era su su sueo, se apena Marina T.

    El sbado 19 de noviembre de 1988, a la noche, Marina T., su marido, su hermano Jorge y Christina estaban en la casa que los Dodero alquilaban en un country de Tortuguitas. Marina T. se haba olvidado el camisn y se haba metido en la cama desnuda. Haca ca-lor. Con ganas de entretenerse un po-co, Christina entr a la pieza y la des-tap. Al ver a su amiga as, se ri fuerte yle dijo buenas noches en griego.

    A la maana Marina T. la encontr en el bao. Vi su cuerpo de espaldas, sentado y erguido, con la cabeza ape-nas ladeada. Enseguida lleg Ele-ni, la gobernanta que acompaaba a Christina, le vio la cara y grit lo peor q u e s e p o d a e s p e r a r : E m o r t a ! E morta!.

    Era un placer y una orden. Volaron a la isla de Kerkyra y fueron a una taberna donde les trajeron unos canastos con langostas vivas. Ari eligio doce, y se die-ron el gran almuerzo los dos solos. Lo nico que s es que durante el regreso no pude quitarle la mirada de encima, mientras me invada una infinidad de pensamientos subidos de tono. Hoy puedo asegurar que si no hubiera sido el pap de mi mejor amiga habra termina-do en un escena ntima con l.

    Christina O. era:Atrevida y desconcertante. Una vez, cuando estaban pasando unos das en el departamento de Ari en Pars, se le ocu-rri salir a la calle para jugar a la pros-tituta. Caminaba como un pato y yo me daba cuenta del papeln que estbamos haciendo. Mir, otro que pasa sin dar-nos bola No somos lindas, Marinita!, socializaba la heredera.

    > ENTREVISTA A JUSTIN BIBER EN SU CASA l a M S d e l M u N d o e S l a u N i C a q u e C o N o z C o S i e M P R e Pa R a a d e l a N T e. . .

    El ltimo amor. Christina persigui a Jorge, hermano de Marina T., hasta lograr el objetivo de estar con l. Ma-rina T. qued involucrada en la locura atendiendo decenas de llamadas de su amiga reclamndole la frmula para conquistarlo. Llegaron a buscar casa para instalarse y, horas antes de la des-gracia que cerr esta historia, la pareja haba ido a ver a un obispo ortodoxo griego para comprometerse.

    Christina O. era:Expansiva. Se instal en la casa de Marina T y le llen los muebles. Su amiga conserva varios recuerdos. El que ms quiere es un cartera Channel roja, que usa cuando participa de algu-na reunin. Buena madre. Christina tuvo cua-tro casamientos y una hija, Athina, de su matrimonio con Thierry Roussel. Athina, que tiene 29 aos, fue enton-

    EL FInALMarina Tchomlekdjoglou, ante las cmaras, tras la muerte de Christina.

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