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  • 7/28/2019 ONDAS1 (1)

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    radiaciones bajo la lupa

    M

    alasondas

    C

    orre por inter-net un vdeo en elque tres mvilessuenan a la vez y

    convierten unosgranos de mazen palomitas. Es

    un montaje, respiren. La temperatu-ra del cerebro aumenta un grado alpegar 10 minutos el mvil a la ore-ja. Nada grave. Aunque existe un es-tudio, el de Interphone, que asegu-ra que el 10% de las personas que lousen 10 minutos al da durante 10aos sern diagnosticadas a largo pla-zo de tumores cerebrales. Entonces?Lo cierto es que desde hace una dca-

    da vivimos en medio de un carnavalde ondas, que no aectan a todos porigual, que aumentan los casos de li-poatrofa y de trastornos neurolgi-cos, y que no existe unanimidad en lacomunidad cientfca a la hora de f-

    jar un estandar de seguridad.Segn la Agencia Internacional

    de Investigacin del Cncer, que de-pende de la OMS y se dedica a clasif-car agentes y exposiciones segn su

    potencial carcinognesis, las lneasde distribucin de energa elctrica yla teleona mvil entran en el grupo2B; es decir, entre los posiblemen-te cancergenos para los humanos.

    Suena inquietante; solo que en elmismo corro estn el ca, el diesel ylas fbras acrlicas. Ese posiblemen-te, descodifca Pere J. Riu, proesordel Centre de Recerca dEnginyeria

    Biomdica de la UPC, que realiz es-tudios sobre los eectos trmicos dela teleona mvil, signifca que nohay suficiente informacin a da de

    hoy para decir que son cancergenos,pero tampoco se puede descartar.

    EVIDENCIA CLNICAEntonces? Hay que atenerse a losdatos objetivos. Uno incontestable:

    El electromagnetismo es un factor

    aadido que, en personas sensibles

    una de cada mil incide en la mani-

    festacin de sntomas, y de estas, un

    10% cursa sntomas graves, segn

    concluir que lo es fumar a la luz de

    estudios realizados durante meses.

    El tabaco se empez a consumir en el

    siglo XV, y hemos certificado que es

    muy nocivo en el siglo XX.

    Pero, tan dicil es hacer un es-

    tudio defnitivo? Cualquier inves-tigacin epidemiolgica implica es-

    tudios aleatorizados controlados

    explica el ingeniero Riu. Es decir,

    elegir un gran conjunto de personas,

    dividirlas en dos, irradiar a un grupo

    durante 10 aos o ms y al otro, no.

    Eso implica un problema moral. Sinembargo, Fernndez Sol aseguraque en la Autnoma de Madrid exis-te un aparato que permite hacer elec-

    troencealograas de alta resolucinque registran las alteraciones causa-das por las radiaciones artiiciales.

    Es como intentar captar una conversa-

    cin en la tribuna del Camp Nou desde

    un helicptero situado en el centro del

    campo. Se puede direccionar el micro,pero es muy complejo. Su empleo sis-temtico queda lejos an.

    Mientras, la comunidad cientfca

    debate, y el especialista del Clnic sequeja de que no hay ni informacin,ni reconocimiento ni accin porque no

    interesa.Y aade: Las autoridades

    sanitarias no lo quieren reconocer por-

    que eso representara un cambio en el

    modelo de desarrollo tecnolgico, pe-

    ro en China han bajado el nivel tolera-

    ble de radiacin ambiental no ionizada

    a mil veces menos del que tenemos en

    Catalunya y siguen usando mviles.Y como los pacientes siguen lle-

    gando a su consulta, el doctor exigeadoptar el principio de precaucin,

    como ocurre ante cualquier nuevo

    actor patognico, sea un virus o unahormona. Sabemos que hay perso-nas ms sensibles, como los nios y las

    mujeres, y que el nico remedio es evi-

    tar la radiacin. Y alerta de que el wi-

    f en las escuelas es una barbaridad.Son muchas horas de exposicin en

    nios cuyo cerebro se est desarro-

    llando. Es como ponerlos en un micro-

    ondas. Hay que volver al cable, reco-mienda, asegurando que an no he-mos llegado al punto crtico y queoiremos hablar de pandemia.

    LA OPININ INTEGRATIVAEn la medicina no convencional, lapreocupacin es ms panormica.La doctora Montserrat Noguera, unade las pocas que emplea en Barce-lona la electroacupuntura de Voll(EAV) mtodo diagnstico inven-tado a fnales de los aos 50 que mi-de la resistencia elctrica en puntos

    de la superfcie de la piel correspon-

    dientes a meridianos de acupuntu-ra, coincide con Fernndez Solen que las radiaciones artificiales

    Joaquim Fernndez Sol, coordina-dor de la Unidad de Fatiga Crnicadel Clnic de Barcelona, por cuyasmanos ya han pasado mil casos enlos ltimos cinco aos. Segn el es-pecialista, el rea cerebral aectadaes el sistema lmbico, que integrala percepcin y regula las respues-

    tas hormonal, vascular, neurovege-tativa y trmica. Los sntomas habi-tuales son dolor de cabeza, confusin,

    sensacin de desconexin, prdida de

    memoria, dolor muscular, fatiga e irri-

    tacin de las mucosas.

    Y qu pasa con el cncer? Hayestudios publicados a favor y en con-

    tra, y mi opinin es que lo pueden

    provocar, airma Fernndez Sol.

    Pero deben ser exposiciones repe-

    tidas durante tiempo, y ese es un es-tudio que an no se ha hecho. Pero

    concluir que es inocuo sera como

    Pese a que la comunidad cientfica siguesin ponerse de acuerdo sobre la peligrosidad

    de mviles, wi-fi, antenas y contadores

    inalmbricos, ms de mil electrohipersensibles

    ya han sido diagnosticados en el Clnic de

    Barcelona. A ese riesgo, los geobilogos aaden

    el de las radiaciones terrestres.

    TEXTO nria naVarro

    8 28 DE ABRIL DEL 2013ms Peridico