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La Génesis del culto
guadalupano en la ciudad de
México, vista a través de los
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Que para obtener el grado de:
MAESTRO EN HISTORIA DE
MEXICO . Presenta:
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IN MEMORIAM
ALEJANDRO HORACIO LIMA RODRIGUEZ (1)
AGRADECIMIENTOS
En este espacio quiero dar las gracias a todas aquellas personas
que me ayudaron a progresar en esta investigaci6én, comenzando por
mi jurado, compuesto por el doctor Brian F. Connaughton Hanley,
asesor de tesis; doctor Luis G. Ramos Gémez-Pérez, revisor; doctor
Hira de Gortari Rabiela, doctora Ana Carolina Ibarra y doctora
Cristina Gémez, lectores.
Asi también quiero agradecer a la doctora Virginia Guedea
quien, al principio de este trabajo, me sugirié diversos aspectos
de una manera muy atinada.
Quiero incluir a amigos que me dieron interesantes puntos de
vista, comentarios y ayudas: fray Arturo de Jests Diaz Mejia,
maestro Jaime Garcia Mendoza, Ramén Aureliano Alarcén, licenciado
Juan Hernandez Lépez.
A los compafieros y amigos del Instituto de Investigaciones
Doctor José Maria Luis Mora y de la Universidad Auténoma
Metropolitana-Iztapalapa.
Para finalizar y, muy especialmente, agradezco el apoyo y
Animo de la sefiora Alicia Jiménez de Lima, mi madre; Erick Miguel,
mi hermano y Luz Maria, quien muy especialmente leyé mi trabajo y
corrigié parte de la redacci6én.
Admitid (oh dulcisima MARIA, mi Sefiora) lo
corto de esta oferta, que a costa de muchas
vergienzas, sonrojos y fatigas que para su
consecucién he pasado, os consagra y dedica
mi afectuosa devocién. Sea todo para mayor
honra y gloria vuestra.
Tomado del Libro de la vida del préximo evangélico, el venerable padre Bernardino Alvarez, patriarcha, y fundador de la sagrada religién de la Charidad, y S. Hypolito Martyr en esta Nueva-Espafia, confirmada y aprobada por Nro. Smo. Padre el sefior Innocencio Duodecimo. Compuesto por D. Juan Dias de Arce. Reimpreso en México en la imprenta nueva Antuerpiana de D. Christoval, y D. Phelipe de Zufiiga y Ontiveros. Calle de la Palma. Afio de 1762, 464 pp.
LA GENESIS DEL CULTO GUADALUPANO EN LA CIUDAD DE MEXICO, VISTA A TRAVES DE LOS SERMONES DEL SIGLO XVIII
INTRODUCCION
1. EL CULTO MARIANO COMO CARACTERISTICA RELEVANTE DEL CRISTIANISMO CATOLICO EN AMERICA.
A. El cristianismo en América: ,nueva religiosidad?
1. La evangelizacién. 2. Primeros intentos de cristianizacion. 3. Hernan Cortés como aliado de la evangelizacion. 4. Primeras expresiones cristianas de Espafia en América. 5. Los misioneros.
a. El clero secular.
b. La Orden de Frailes Menores. c. La Orden de Predicadores y los frailes de San Agustin.
6. Algunos métodos para la evangelizacion.
B. Fundamentos de la exaltacién a Maria.
1. La concepci6n universal de Maria, Madre de Jesus.
a. La esencia de Maria. b. La percepcién de Maria en el contexto de la evangelizacién. c. Fundamentos de la glorificacién de Maria. d. La evoluci6n det culto mariano. e. La devocién mariana y el protestantismo. f. Consideraci6n moderna de la concepcién mariana.
2. El mundo espafiol y la presencia mariana. 3. Maria y el nuevo continente.
a. Tonanizin y los mexicanos. b. Los conquistadores y su devocién mariana. c. La presencia de Maria entre los misioneros mendicantes.
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Il. TONANTZIN O GUADALUPE: INICIO DE UNA NUEVA NACIONALIDAD.
A. La Virgen de Guadalupe en la Nueva Espana.
1. Los origenes.
a. La Inmaculada Concepcion. b. La Guadalupana en México.
2. Las apariciones de Guadalupe en el Tepeyac.
a. Mito espafiol o realidad indigena?
b. La idea espafiola de Guadalupe. c. La tradicién mexicana del acontecimiento.
3. Las tesis antiaparicionistas.
a. La primitiva ermita.
b. El origen de la imagen guadalupana. c. Un nombre: Guadalupe.
B. Difusion del culto guadalupano.
1. Diversas manifestaciones con respecto a la devocién guadalupana.
a. La ciudad de México como principal promotora del culto. b. El clero frente al suceso. c. Los naturales y la Virgen de Guadalupe.
lll. LA VIRGEN DE GUADALUPE A TRAVES DE LOS SERMONES.
A. Aspectos fundamentales de la estructura de los sermones novohispanos. B. Temas guadalupanos principales en el discurso del siglo XVIII.
1. El milagro de la manifestacién: la Virgen de Guadalupe. 2. Los elegidos de Santa Maria de Guadalupe. 3. El ayate de Juan Diego como prueba inescrutable de la milagrosa imagen guadalupana. 4. Lugar de veneracién: el templo guadalupano.
C. La ciudad de México: capital de supremacia en el territorio mexicano. 118
IV. CONCLUSIONES
V. BIBLIOGRAFIA
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Los relatos hist6éricos nos muestran que desde el punto de vista militar, asi como del eclesiastico, se concibieron diversos planes de desarrollo para la ciudad m4s importante, convertida ya en la capital de la Nueva Espafia y desde donde se transmitirian a los demas pueblos y regiones.
Los misioneros tuvieron una actividad inicial imprescindible en el sentido de vincular todos estos conceptos teolégicos a la ideologia de estos hombres. Ensefiarles que la religién que profesaron no era la verdadera y que por lo tanto, bajo los ¢ nones de la doctrina cristiana, estaban cometiendo una falta muy
grave: la idolatria. Pero ellos estaban ahi para ensefiarles el camino correcto.
La ensefianza de estas ideas, conjuntamente a la propagacién de la adoracién a Dios, el culto a Maria Santisima como Madre de Jestis, asi como de algunos’ santos, fundamentaron en gran parte la doctrina que dieron los misioneros a los recién evangelizados con el fin de inculcarles obediencia a las estructuras europeas y a los dirigentes de las mismas, orientando sus formas de conducta dentro de las normas que se comenzaban a establecer en esos momentos.
En este proceso de transicién y ubicacién a la religi6én catélica, se dio un suceso de gran importancia para ciertos sectores de la sociedad y que hizo patente una polémica que perdura hasta nuestros dias: la manifestacién de la imagen de Maria de Guadalupe, advocacién que se ha considerado protectora de la nacién mexicana y simbolo de unificacién nacional.
Por ello, al dar una exposicién de los elementos que forman parte de este milagro, la utilizacién de la oratoria sagrada (sermones) fue el recurso mas frecuente de los sacerdotes para exaltar la deferencia que tuvo la Madre del Salvador para con los naturales de América, especificamente de la Nueva Espafia, y en los que se hace mencién del derecho que estos hombres tienen de ser considerados como favorecidos de la gracia y proteccién que Dios les tiene destinada.
Al realizar las lecturas correspondientes a esta investigacién, encontré que todos los aspectos que menciono con anterioridad, muestran una relaci6én muy estrecha que se vincula con los orfgenes dei culto a la Virgen de Guadalupe, devocién que poco a poco ha tomado fuerza hasta llegar a la magnitud que presenta en la actualidad.
Cémo resultado del andlisis de los materiales revisados, he dividido mi investigacién en los siguientes capitulos:
Un primer capitulo trata precisamente de algunos aspectos que formaron parte del proceso de cristianizacién de los antiguos mexicanos, resaltando la importancia de las devociones marianas inculcadas a los naturales, para posteriormente realizar una descripcién general de la persona de Maria y su culto a nivel universal, asi también el hecho de que estas devociones llegan a América para cobrar una gran fuerza entre los naturales de estas
tierras.
Cémo ya mencioné con anterioridad, y siguiendo esta linea, el culto mas importante que se dio en la Nueva Espafia, y que continta en la actualidad mexicana, es el de la Virgen de Guadalupe, Patrona Universal de México y América.
Por ello, aprovecharé la oportunidad de retomar en un segundo capitulo, algunas de las ideas generales acerca de la Virgen de Guadalupe espafiola, buscando resumir esta descripcién y de la
misma forma, mencionar algunas de las versiones en favor y en
contra de las apariciones de la Guadalupana mexicana, haciendo una
sintesis de esta tradicién considerando, en algunos casos, las
comparaciones que se hacen con respecto a la continuidad del culto en la peninsula con la devocién en Nueva Espafia. Cabe aclarar que con ésto no pretendo entrar en la polémica que genera este tema en
cuanto a si fueron ciertas o no las apariciones, solamente las
menciono como un recuento de diferentes opiniones sobre ello.
Incluyo lo que considero pueden ser algunas de las reacciones de
ciertos sectores de la poblacién (sacerdotes, naturales y pueblo en general), ante las apariciones y el papel preponderante de determinadas instancias interesadas en propagar el culto a la Virgen Maria de Guadalupe, especialmente el que jugé la Ciudad de México como “poseedora de sus gracias y favores’, por lo que adopté6 el titulo de principal difusora y sede de las actividades que se realizaron en favor de esta devocién.
El ultimo capitulo lo dedico a analizar algunos de los numerosos sermones predicados en la ciudad de México, con el objeto de distinguir en ellos algunos de los aspectos importantes para justificar la creencia en las apariciones de la Virgen de Guadalupe. Es decir, la importancia que reviste la imagen de Nuestra Sefiora, el lienzo en el que se estampé su figura, el papel que representan los naturales en este suceso asi como la posicién de la ciudad de México en la tradicién de las apariciones.
En el caso de la oratoria sagrada guadalupana, se observa el énfasis en la eleccién divina de un pueblo que cumplira y complementaraé el objetivo de la salvacién, pero que ademas ha demostrado ser fuerte en la adversidad y en los momentos de transicién como por ejemplo, la conquista militar. Se argumenta que su fortaleza ante las dificultades le ha hecho merecedor de la gracia celestial y por ello ha sido premiado con la presencia gloriosa de Dios a través de la milagrosa aparicién de la Guadalupana mexicana.
La variedad de fendémenos histéricos que son analizados conjuntamente a una perspectiva religiosa, han demostrado ser bastante interesantes, ya que se busca resaltar el papel que ha tenido la iglesia y toda su filosofia como institucién politica, social, econémica, etc. Los trabajos realizados por diversos investigadores nos muestran estos elementos y nos dan a conocer diferentes vertientes; esfuerzos como los de el Dr. Carlos Herrején, el Pbro. Lauro Lépez Beltran, el Dr. Brian Connaughton, el Dr. David Brading *, han resaltado la importancia de los sermones como un recurso para la difusi6én de distintas ideologias, en favor o en contra de diversos acontecimientos hist6éricos. Ellos nos han mostrado el camino para aprovechar este tipo de fuentes y obtener m&s elementos que nos hablen sobre los distintos aspectos que conforman la historia de nuestro pais y, mas especificamente para el caso que me ocupa, el de la ciudad de México. Es importante entrar en el conocimiento de ellos, asi como en el anaélisis de los aspectos teolégicos, no considerarlos tabites, simplemente estudiarlos y profundizar en ellos para presentarlos a los interesados en este tipo de temas ya que nos ayudardn al mejor entendimiento de nuestras fuentes.
Esta es la presentaci6én que hago de mi investigaci6én, como una primera aproximacién en los conceptos sobre la tradicién guadalupana, a través de la revisién de los sermones predicados en su honor. Empezando con estos elementos que, desde el punto de vista espiritual pueden y deben llegar a identificarse con un objetivo histérico, me propongo iniciar un trabajo mas amplio que en lo futuro reafirme que las fuentes eclesiasticas de este tipo nos pueden hablar mucho m&s de diferentes aspectos relacionados con la historia de la ciudad de México y del resto de nuestro pais.
I) EL CULTO MARTANO COMO CARACTERISTICA RELEVANTE DEL CRISTIANISMO CATOLICO EN AMERICA.
A. EL CRISTIANISMO EN AMERICA: zgNUEVA RELIGIOSIDAD?
Algunos autores especialistas en la historia de la conquista y la
época virreinal, han hecho mencién del cambio que la sociedad
americana sufriéd debido a la intervencidén de los espafioles en sus
costumbres y tradiciones. La ensefianza de elementos nuevos con
respecto a la politica, la sociedad y la religién modificaron los
canones establecidos en los grupos mesoamericanos e incorporé a
este mundo indigena dentro del mundo occidental.
La presencia de los primeros signos de 'cristianismo' en el nuevo
continente ' encontraron en la difusién de la religi6én catélica
elementos de similitud que influyeron en la asimilacién y
aceptacién de la misma por parte de los naturales de este
continente. El conocimiento de un solo Dios verdadero y el
fortalecimiento de la creencia en Marfa Virgen y los santos, fue
uno de los objetivos principales de los misioneros mendicantes
que llegaron a estas tierras.
\+ Jacques Lafaye. Quetzalcéatl y Guadalupe. La formacién de la conciencia nacional en México. Trad. Ida Vitale y Fulgencio Lépez Vidarte. 2° reimpresién Fondo de Cultura Econémica, México, 1992 (Seccién de Obras de Historia), p. 276.
1. La Evangelizacién
éQué es y cémo considerar el proceso evangelizador? De una manera
muy sencilla: evangelizar es el hecho de "predicar la fé de
Nuestro Sefior Jesucristo o las virtudes cristianas. Anunciar
7 a los seres humanos, felices nuevas, promulgar cosas felices"
que son los mas importantes de la creacién.
Si entramos mas concretamente en las definiciones de tipo
teolégico, evangelizar "es anunciar el Evangelio con el fin de
convertir a los pueblos al cristianismo." * Ese evangelio
practicamente "es la proclamaci6én de la buena nueva cumplida en
Cristo [y que] se convierte en la ‘sana doctrina', en la 'verdad
recibida' y en la ‘luz en un lugar oscuro'." * Para el caso de
los evangelizadores espafioles, ese lugar oscuro se encontraba en
las tierras americanas y por ello se tenia que realizar una labor
bastante ardua para proclamar entre estos seres la verdadera
religién. Pero la obligacién de civilizar y cristianizar a los
barbaros fue antecedida por la conquista militar cuyo
significado, ademas de ser el de la anexién de los indigenas al
mundo cristiano, va "ligado a la necesidad de justificar la
expansi6én imperial europea [que se basa] sobre dos ideas
fundamentales (...). Una defendia que la base de todo dominio se
derivaba de la condicién religiosa de los hombres, la otra
?.- Martin Alonso. Enciclopedia del idioma, Diccionario histérico y moderno de la lengua espaiiola (siglos XI
al XX). Etimolégico, tecnolégico, regional e hispanoamericano. 3% reimpresién. Aguilar, México, 1991, (Coleccién Obras de Consuita), vol. 2, pp. 1920.
3,- Diccionario de ciencias eclesidsticas, tomo cuarto, p. 368. ‘,- Diccionario de conceptos teolégicos. tomo I, pp. 394.
sostenia que la base del dominio se derivaba de la superioridad
de una civilizacién."
En el caso del nuevo continente, este proceso buscaba
“tranquilizar' a individuos badrbaros y salvajes para que un grupo
de hombres instruidos totalmente en los conocimientos cristianos
ensefiaran la verdad universal. Posteriormente, tanto lo
espiritual como lo militar coincidieron en su desenvolvimiento
dentro de la nueva comunidad. A decir de R. Ricard, llevar de una
Manera simultanea la conquista militar y la conquista
espiritual, cumpliria con el deseo de los reyes espafioles y del
papa para adoptar a los nuevos stbditos americanos a la religién
cat6lica y al imperio hispano. °
Pero, ~cudl fue la posicién de cada uno de estos grupos en
dichas actividades? ¢icémo reaccionaron a esta convivencia de
caracteres, ideas y hasta algunas negativas al catolicismo?
Enseguida hablaré sobre algunos elementos referentes a ello, con
el fin de recordar algunos de los frutos que se dieron con
respecto a la adopcién de ciertas pradcticas y devociones que
todavia est4n presentes.
°,- Alejandra Moreno Toscano. "El sigio de Ia integracién", en Historia general de México, 3° ed. El Colegio de México, México, 1981, tomo I, p. 326.
°,. Robert Ricard. La conquista_espiritual de México. Ensayo sobre el apostolado y los métodos misioneros de
las Grdenes mendicantes en la Nueva Esparia de 1523-1524 a 1572. trad. Angel Maria Garibay K., Fondo de
Cultura Econémica, México, 1986, p. 76.
2. Primeros intentos de cristianizaci6n.
Desde el primer contacto entre espafioles y naturales, existieron
algunos individuos (religiosos o civiles), preocupados por la
difusi6én del cristianismo en las nuevas tierras americanas. De
manera aislada desde el afio de 1519 en que, Herndn Cortés y su
tripulacién llegaron a tierras continentales americanas, buscaron
expresar de palabra y de obra sus prdcticas cristianas a los
indigenas con los que tuvieron contacto. Con ésto intentaron
iniciar a través del ejemplo, la ensefianza de lo que ellos
consideraban su fe en la verdadera religién; los primeros frailes
como Bartolomé de Olmedo o Juan Diaz (perteneciente a la
expedicién de Grijalva, anterior a la de Cortés), oficiaban misas
y hablaban acerca de un s6lo Dios verdadero, hecho hombre en
Jesucristo y de su Madre: Maria Virgen. Pero también, como en el
caso especifico de Olmedo, opinaban acerca de las acciones
tomadas por Cortés a este respecto, y aunque sus esfuerzos eran
muchos, la gran masa de los nuevos stibditos espafioles no pudo ser
cubierta en su totalidad bajo esta instruccién. Se necesitaba mas
apoyo para cumplir con los objetivos propuestos, lo que se empezé
a realizar hasta el afio de 1524 con la llegada de los primeros
franciscanos.
3. Hernan Cortés como aliado de la evangelizaci6én.
El padre Mariano Cuevas en su Historia de la iglesia en México,
dice del conquistador ibérico que fue o "es el primer personaje
de nuestra historia politica y militar y muy importante en la
misma historia eclesiastica durante el perfodo que exponemos." ’
Una de sus preocupaciones principales fue la propagacién de la
religién entre los americanos. Apoyaba esta actitud con su
asistencia a las misas hechas por los primeros religiosos que
llegaron conjuntamente con él al continente, rezaba
cotidianamente a la Virgen Maria y posefa una imagen suya como
medio para su devocién y honor. *
Para realizar la difusi6én del catolicismo, ordenéd a sus
soldados un estricto conocimiento de la religién de los
indigenas, comunicar todas estas actividades a sus superiores y
evitar cualquier blasfemia o pecados ptblicos que faltaran a la
fe profesada por los europeos. Sin embargo, "este espiritu no
animé a muchos de sus lugartenientes y soldados, cuyas costumbres
nada de ejemplar tuvieron y que a menudo se extraviaron de tal
ideal." ° A pesar de esto, afios después algunos de ellos se
convirtieron en frailes de diversas érdenes religiosas.
7. Mariano Cuevas. Historia de la Iglesia en México. 3° ed. Edit. “Revista Catélica”, El Paso Texas, 1928,
Tomo I, p. 108.
5. Robert Ricard. Op. Cit., p. 75. °.~ Ibid, p. 76.
Cortés fue impetuoso con la difusi6én y establecimiento de la
religién, pero sus constantes actitudes de arrebato para la
raépida implantacién del cristianismo, fueron calmadas por fray
Bartolomé de Olmedo, religioso mercedario que frecuentemente le
regresaba al orden y a la prudencia. Indicaba el conquistador,
que la actitud presentada por los naturales era de rechazo a la
verdad universal ”, por ello actuaba de la manera tan dura y
estricta que lo hacia. Algunos autores justifican esta actitud
puesto que dicen, conocia el caracter de estos seres entregados a
la idolatria.
4. Primeras expresiones cristianas de Espafia en América.
Desde su arribo al continente, una de las medidas impuestas por
los espafioles para si mismos, fue la realizacién de altares con
una cruz y una imagen de la Virgen Maria como medio para alabar a
Dios. Si bien es cierto que en la mayoria de los lugares a los
que llegaban fue dificil llevar a cabo tales medidas, la
resistencia de los naturales a aceptarlas fue disminuyendo. La
apertura de los indigenas para adherirse a la religién catélica
fue consecuencia de los actos de devocién mostrados por los
espafioles, tales como asistir a misas hechas por los sacerdotes
de la expedici6n o rezar alabanzas a Dios y a la Virgen, por
citar algunos ejemplos; de esta forma, los mismos aborigenes
°,- Una explicacién importante para las personas que reciben instruccién religiosa (o catectimenos), a los que se les administrardn uno o varios sacramentos, es la de considerar al catolicismo como ‘universal’, de hecho éste es el significado o definicién del término.
accedieron a que se construyeran altares cat6licos en sitios
importantes en los que se rendia culto a los’ dioses
prehispanicos. A pesar de todo esto, habia quienes se mostraban
renuentes a la proliferacién de la nueva fe entre la poblacién
originaria y un caso innegable es el del mismo Emperador
Moctezguma quien, después de observar la devocién y rezos de los
europeos, accedi6 a que se construyera un altar en la parte mas
alta del templo principal, lejos de los idolos aztecas.
La persistencia en el simbolo de la cruz, pero sobre todo la
devoci6én a la Madre del Salvador, se convertirian, tiempo
después, en sustanciales para el mantenimiento de las creencias
religiosas, asi como en la justificacién futura de las modernas
propuestas ideoldégicas.
5. Los misioneros.
Cinco afios posteriores a la conquista, Hernan Cortés escribia al
Rey de Espafia su Cuarta Carta de Relaci6én. En ella le hacfa ver
la necesidad de enviar mas religiosos comprometidos con la
empresa espiritual ", puesto que la presencia en América de los
primeros evangelizadores, como se mencioné con anterioridad, se
dio de manera individual y dispersa. Probablemente su entusiasmo
en la transmisién del evangelio fue grande, pero eso no fue
suficiente para cubrir los requerimientos espirituales de la
nueva doctrina.
\. Robert Ricard. Op. Cit., pp. 82-83.
Cortés indicaba que para la importancia que tenia ensefiar el
cristianismo, era preferible tener religiosos comunes y sencillos
en lugar de los obispos y dignidades importantes. No hay que
pensar que esta actitud demostraba una simpatia o preferencia
especial por las 6rdenes, simplemente consideraba que las
comodidades y la suntuosidad con la que vivia la alta jerarquia
no daria el ejemplo de “humildad' necesario para hacer que la
ensefianza cristiana tuviera el éxito esperado. De cualquier
manera, estos ministros seculares no perdieron del todo sus
privilegios; eran los tnicos que tenian el derecho y la
obligacién de autorizar “consagraciones episcopales' a todo
aquello que creyesen necesario para el buen funcionamiento de la
predicacién del evangelio. "Dentro de la iglesia, los frailes
mendicantes regulares y el clero secular comprendian dos grupos
poderosos de oposicién. El primero estaba formado por los
franciscanos, dominicos y agustinos a quienes se habian confiado
poderes parroquiales y sacramentales para la realizacién de metas
misioneras. El segundo estaba constituido por los clérigos de la
jerarquia episcopal, los poseedores tradicionales de estas
facultades, que consideraban el control parroquial por el clero
12 regular como una intrusi6én no autorizada". ”
'2.- Charles Gibson. "La religién", en Los aztecas bajo el dominio espaol (1519-1810). tr. Julieta Campos, 8a. ed. Siglo XXI editores, México, 1984 (Coleccién América Nuestra), p. 101.
a. El clero secular.
La diferencia entre é6ste y el llamado clero regular es la
profesi6én por los votos, de los consejos evangélicos de pobreza,
castidad y obediencia. Estos viven bajo la égida de una regla y
haciendo vida comunitaria, mientras que los seculares no hacen
votos y viven con su familia. La jerarquia eclesiadstica toma a
sus dignidades del clero diocesano como regla general y
excepcionalmente del clero regular como en la Nueva Espafia del
siglo XVI.
Es, en este caso que los cargos de importancia ” fueron
ocupados por algunos’ de los misioneros de las 6rdenes
mendicantes. Esto se debidé principalmente a la falta de
sacerdotes o representantes del otro tipo de clero. Pero las
circunstancias cambian de manera radical desde el momento en que
los obispos seculares hacen acto de presencia en el Ambito
novohispano, principalmente a partir de la reunién del Primer
Concilio Mexicano (1555), con el que comienza la definicién de la
situaci6én que prevalecera en el resto de la época colonial: la
pérdida de la independencia de la que gozaban los religiosos en
su actividad evangelizadora ante el cada vez mas creciente
control por parte de la jerarquia secular.
4,. Estos cargos se refieren principalmente a cardenales, arzobispos, obispos, y en algunas ocasiones al nivel principal que es el del Papa.
b. La Orden de Frailes Menores.
Los primeros grupos de religiosos que llegaron a América,
pertenecieron a las 6rdenes mendicantes mas importantes de
Europa: franciscanos, dominicos, agustinos. Algunos de ellos
apoyando los viajes y expediciones que llegaban a América y, en
forma individual, realizando su labor evangelizadora. Pero es
"s6élo con la llegada de los primeros misioneros franciscanos en
1524 [que] comenz6 la evangelizacién metédica de la Nueva
Espafia". ' Con una ensefianza mas planeada, los doce religiosos
pertenecientes a esta orden dieron inicio a su tarea espiritual.
En este grupo, conocido también como los Doce Apdstoles (a
semejanza de los seguidores de Cristo), destacaron religiosos
como fray Martin de Valencia, fray Toribio de Benavente o
Motolinfa y los hermanos legos fray Andrés de Cérdoba y fray Juan
de Palos. Todos ellos fueron "muy devotos de la Virgen Maria. Su
formacién dentro de la tradicién teolégica de Duns Scoto [1265-
1308] les inclinaba a la devoci6én Mariana en su advocacién de la
Inmaculada Concepcién." "
El papa Leén X concedié, por bula de 25 de abril de 1521
(Alias felicis), licencia a la orden de San Francisco para ir a
América y evangelizar, y "el 6 de mayo del afio siguiente, Adriano
VI, en su bula Exponi nobis fecisti, dirigida a Carlos Vv,
completaba las disposiciones de su predecesor." * En ella también
'4.. Robert Ricard. Op. Cit., p. 75. '5,- Ernesto de la Torre Villar. "El culto mariano en la catequesis novohispana del siglo XVI", en Anuario de
Historia de la Iglesia, HI. Separata. Instituto de Historia de la Iglesia/Facultad de Teologia/Universidad de Navarra. 1994, p. 234.
'*,- Ibid, p. 84.
se otorgaba al resto de las 6rdenes religiosas, los mismos
derechos concedidos a los franciscanos en materia de
evangelizacién, siempre y cuando sus tareas no afectaran la zona
de influencia que pertenecia a los obispos.
c. La Orden de Predicadores y los frailes de San Agustin.
Como ya es sabido, las 6rdenes mendicantes posteriores a la de
San Francisco fueron los dominicos y los agustinos. De estos dos,
los primeros, llegaron aproximadamente al inicio del mes de julio
de 1526, mientras que los siete frailes agustinos, llegaron al
puerto de Veracruz en mayo de 1533, de donde salieron rumbo a la
ciudad de Tenochtitlan arribando a ella el 7 de junio del mismo
afio.
Entre los doce dominicos destacaban frailes como fray Tomas
de Ortiz, fray Domingo de Betanzos, fray Gonzalo Lucero (didcono)
y fray Vicente de las Casas (lego). Desafortunadamente para
ellos, la gran mayoria tuvo problemas de salud y regresaron a
Espafia, quedando solamente el padre Betanzos, quien tendria un
papel importantisimo en el establecimiento de la primer provincia
dominicana que se formé, la de Santiago, asi como en su relacién
con los aztecas sobrevivientes a la conquista militar. "
".~ Para una descripcién mas detallada de ta vida del padre Betanzos, asi como Ia de otros religiosos dominicos, se puede consultar Fray Agustin Davila Padilla O.P._Historia de la Fundacion y Discurso de la Provincia de
Santiago de México de la Orden de Predicadores. Prdélogo Agustin Millares Carlo, 3a. ed. Editorial Academia
Mexicana, México, 1955 (facsimil), [XVH], 645 pp.
12
El nimero de frailes variaba de acuerdo a las condiciones que
Prevalecieron en las comunidades mondsticas, es decir, disminuia
por enfermedad o defuncién de los religiosos; también influia en
el nGmero de personas por convento, el traslado de un lugar a
otro (asignacién a convento) de acuerdo a la labor que debian
desempefiar cada uno de ellos para apoyar a las distintas
comunidades; también por esta raz6én habia comunidades que, al
aumentar el ntiimero de sus integrantes, permitfa una variedad de
trabajos con respecto a los grupos de fieles que eran atendidos.
Ademas de la propagacién del Evangelio y la explicacién del
Credo, otra de las labores importantes fue la devocién y cultos a
la Virgen Maria. En el caso de los dominicos se cuenta que "en
los momentos mas dificiles de la cruzada espiritual contra los
albigenses aparecié (...) a Domingo [la Madre del Salvador] y le
ensefiéd a rezar el Rosario asegurandole que seria el arma con que
* Asi, @ésto deriv6 en la advocacién de lograria la victoria."
Nuestra Sefiora del Rosario, de ahi que a 4@stos "con frecuencia se
les llamaba con el sobrenombre de “los frailes de la Virgen
Maria'." ” Es por ello que con frecuencia se encuentra una
capilla dedicada a la Virgen del Rosario dentro de los templos
dominicos, como una de las tantas formas de propagacién del culto
a Maria.
Los agustinos por su parte, propagaron el culto a diversas
advocaciones de Maria, como "su Asuncién a los Cielos o su
'8|- Daniel Olmedo. La iglesia catélica en la Edad Media. Libreria Editorial San Ignacio, S.A., México, 1960, vy. 2, p. 127, '°.. Fausto Zerén-Medina. Felicidad de México. Centenario de la coronacién de Maria Seriora de Guadalupe. Editorial Clio, libros y videos, S.A. de C.V. México, 1995, p. 43.
13
condicién de Reina de los Angeles" *”. Al igual que los
franciscanos, se le dié gran importancia al de la Inmaculada o
Purisima Concepcién.
6. Algunos métodos para la evangelizaci6n.
Para el caso de la Nueva Espafia, las primeras comunidades de
frailes mantenian dentro de sus filas un grupo pequefio de
individuos, pues muchos de ellos no aceptaban venir al nuevo
continente y cambiar completamente las condiciones en las que
vivian en Europa (a pesar de lo establecido en las reglas
mondsticas). La mayoria de las veces era insuficiente el nimero
de religiosos para atender las necesidades de los fieles, y se
dificultaba la instruccién religiosa que debia darse a los
naturales como parte de la nueva feligresia cristiana.
A pesar de ello, los frailes trataron de encontrar métodos
que les permitieran cubrir esta tarea evangelizadora y lograr los
objetivos propuestos en torno al conocimiento pleno del
cristianismo por parte de los nuevos stbditos espafioles. Mucho
énfasis tuvieron que poner los religiosos en la imparticién de la
nueva doctrina, tanto en la comunicacién como en la manera de
ensefiar los fundamentos cristianos. El aprendizaje de las
diferentes lenguas nativas, para lograr una evangelizacién m4s
practica *, fue uno de los primeros pasos para lograr este
2. Ibid, p. 44.
21. Charles Gibson. Op. Cit., p. 117.
14
acercamiento. Algunos religiosos se dieron a la tarea de aprender
especificamente el idioma de la regién en que se encontraban,
pero pronto se dieron cuenta que el ndahuatl era el de mayor
propagacién entre los habitantes de las nuevas tierras.
Aunado a ésto, los evangelizadores se enfrentaron con el
problema de las técnicas de ensefianza. Algunos decidieron que por
Medio de sefias los naturales entenderian lo que ellos querian
decir. Sin embargo, no lograron el resultado deseado. Otros
escribian sus ideas y pedian fueran traducidas al lenguaje de los
educandos. Otros m4s consideraron aprender el idioma ellos mismos
a la vez de adoptar métodos que permitieran cristianizar mejor a
los “infieles', como por ejemplo, adoctrinar primero a los nifios
"ensefiandoles el servicio de los altares dejandolos muy bien
instruidos en las cosas de nuestra Fe." ”
Sin embargo, sobre esta linea ¢gcémo hacer creer a alguien que
no comulga una misma fe? pues simplemente por la imitacién y
seguimiento de actos semejantes. Los naturales podfan adoptar las
nuevas ideas cristianas siguiendo los ejemplos de los mismos
religiosos. Mas que coincidencias en la forma de actuar o de
convivir en una _ sociedad, era necesario interesar a los
individuos en las nuevas ideas y costumbres religiosas, y una de
esas guias espirituales sera precisamente la figura de Maria
Virgen.
Es “en las advocaciones de Maria [donde] se observa el
trabajo pastoral de ciertas S6rdenes religiosas y las devociones
22. Agustin Davila Padilla. O.P. Op. Cit., libro I, p. 67.
Marianas de sus fundadores." # Pero por qué se da tanto énfasis
a la figura de la Madre de Jests, ¢quién es Ella? ¢en qué
consiste su papel dentro de la cristiandad universal? Enseguida
daré una explicacién general de su significado.
B. FUNDAMENTOS DE LA EXALTACION A MARIA.
Dentro de las devociones que el catolicismo tiene a nivel mundial
se encuentra una muy especial y de gran relevancia para todos los
creyentes: el culto mariano. En el caso de Latinoamérica las
practicas que se realizaron bajo la tutela y ensefianza de los
misioneros fueron adoptadas de una manera muy fuerte,
probablemente como una forma de recordar a las diosas que fueron
veneradas por las antiguas culturas o porque realmente sintieron
la profunda necesidad de volcar su fe en alguien superior que les
ayudara a sobrellevar todo lo que la conquista militar les habia
traido. La devocién mariana fue entonces "el instrumento mas
eficaz para la conservacién de la fe cristiana predicada por los
primeros evangelizadores de Iberoamérica." *
Pero quién es Maria para que se le tributen tantos honores y
a quién se han dedicado y siguen otorgdndosele grandes
celebraciones; se puede responder sencillamente que Maria fue el
instrumento por el cual Dios se hizo hombre en Jests. Sin embargo
|. Fausto Zerén-Medina. Op. Cit., p. 43. *4,- Felipe M. Mariscal Chavez. O.S.M. "Maria en la piedad popular y en la cultura del pueblo”, en La Madre del Senor en la fe y la cultura de México. Actas del segundo simposio mariolégico de México. Libreria Parroquial de Claveria, S.A. de C.V. México, 1993, p. 248.
esta respuesta para muchos no seria suficiente, por ello trataré
de explicar el papel de la presencia mariana en la cultura
Cristiana, tanto como en la evangelizacién de los pueblos al
convertirse en "uno de los fenédmenos religiosos m&as notorios que
aompafiaron -y siguen acompafiando- la vida religiosa (atin civil)
de todos los pafses iberoamericanos (...)." *
1. La concepcién universal de Maria, Madre de Jesis.
Desde el punto de vista de la religién cristiana, Maria es la
mujer destinada por Dios para formar parte del plan de salvacién
de los seres humanos. ¢Cémo puede ser ésto? El dogma de la
Inmaculada Concepcién dice que Ella es la mujer limpia de macula
a través de la que Cristo vino al mundo para lograr la redencién
de éste.
Conjuntamente con la humanizacién de Jestis, se dio gran
importancia a la Virgen, ya que su maternidad mantuvo durante su
existencia dolores, angustias y esperanzas. "Maria es una
advocacién milenaria. De acuerdo con la Sagrada Escritura y la
tradicién, después de que se cumplen en ella las profecfas sobre
el Mesias prometido al pueblo de Israel, le sobrevive a su hijo
para recibir, junto con los apdéstoles, al Espiritu Santo. Al
morir obtiene el privilegio de ser transportada en cuerpo y alma
5 bid, p. 247.
al cielo como “especial participacién de la Madre de Dios en la
Resurrecci6én y en la Gloria de su Hijo'." *
La participaci6én de Maria se liga a los sufrimientos
experimentados por Cristo, mientras que el dolor por la muerte de
su hijo se une a la piedad; "[de] ese modo y, segtin se ha notado
a propésito de las leyendas y tradiciones marianas, Maria
adquiere un valor universal a la vez que se acerca mucho mas que
antes a la vida del pueblo." ”
Sin embargo, el conocimiento que se tiene acerca de Maria nos
indica que no se posee una historia lineal y en crecimiento
continuo como pareciera, sino que esta "doctrina mariana se
desarrolla en la Iglesia de acuerdo con una curva caracteristica:
existe (...) un crecimiento ritmico que hace pensar en el
% Conforme se avanza en el estudio de movimiento de una marea."
la Virgen y su relacién con el mundo, se encuentran aspectos
nuevos de su vida donde se alcanzan momentos de entusiasmo, de
lucha, asi como retornos a la calma y el silencio. "Tres series
de hechos manifiestan este ritmo: la cantidad de los escritos, su
cualidad y la rapidez de los progresos realizados." ” Sobre la
base de estos elementos, se puede distinguir primeramente la
presencia de Maria de una manera silenciosa que en el futuro
lograraé un reconocimiento explicito de su funcién; Ella "vive en
la Iglesia sin ser, de ninguna manera, objeto de predicacién."
2°. Fausto Zeron-Medina. Op. Cit., pp. 8-9.
7_- Luis Maldonado. Génesis del catolicismo popular. El inconsciente colectivo de un _proceso_histérico. Ediciones Cristiandad. Madrid, 1979, (El Libro de Bolsillo-Cristiandad, 49), p. 110.
°8.- R. Laurentin. "La Virgen Maria", en Varios. Iniciacién teolégica. 2° ed. Edit. Herder. Barcelona, 1964, (Biblioteca Herder. Seccién de Teologia y Filosofia, vol. 17), tomo IH La economia de la redencién, p. 192. 2%. Ibid, p. 193. °_- Loe. Cit.
a. La esencia de Maria.
En un segundo momento, se deja ver la misién de esta Mujer dentro
del Nuevo Testamento en el que ocupa un lugar poco importante,
materialmente hablando, pero de un significado muy profundo. Su
episédica presencia permite entrever la maternidad divina para
ligarla a la maternidad espiritual logrando que la filiacién
humana de Cristo se relacione con la filiaci6én adoptiva de todos
los seres humanos. "La Madre de Cristo es aqui “una mujer'
anénima; se la nombra de un modo ocasional, y se la pone en
paralelo con la ley, lo cual no es ningtin titulo de gloria.
Ninguno de sus privilegios se halla subrayado. Pablo afirma su
raz6én de ser: asegurar la insercién del Salvador en la raza
humana, ~al llegar la plenitud de los tiempos'. Esto es todo." ?!
b. La percepcién de Maria en el contexto de la Evangelizacién.
Los textos evangélicos muestran a Maria desde una perspectiva
oculta, con un caracter andédnimo y ocasional pasando por su
importancia en los misterios de la anunciacién y la encarnacién
hasta llegar a la apertura de una posicién nueva: la misi6én de la
Virgen en el misterio de la Redencién, lo cual se relaciona
estrechamente con “la presencia viva de Maria en la Iglesia
primitiva." * Maria se sitG@a en el Gltimo lugar de una familia de
1. Ibid, p. 194. 32. Ibidem.
19
“pobres y humildes', la porcién elegida de Israel, que es la que
representa el prototipo de los elegidos del Sefior y a los que
llené de bienes.
Todo esto evoca una espiritualidad que revela las actitudes
frente a Dios: fe, humildad, obediencia, accién de gracias. Se
"presenta a Maria como la primera que escuché la palabra de Dios
y la guard6 en su coraz6én." * Estas ideas son muy importantes
para mantenerlas presentes puesto que daraén a entender el por qué
de los procesos histéricos posteriores, especialmente en la
evangelizacién de América, ya que ayudaran a las explicaciones de
los religiosos que buscardn implantar el cristianismo en el Nuevo
Mundo.
En el momento hist6rico que se plantea en este apartado,
Maria sera vista entonces como "el homélogo de Eva en la nueva
creacién que constituye la venida del Verbo. Marfa es la mujer
por excelencia, asociada al Nuevo Adan y la “Madre de los
vivientes'" *, lo cual se traduce en considerarla como la Mujer
del Apocalipsis que triunfa sobre el pecado, sobre la
desobediencia; "la luna bajo sus pies parece indicar que se halla
por encima de los acontecimientos de la historia, y sobre este
mundo sometido a cambios y corrupcién, cuyo simbolo es el astro
cambiante." *
Durante el siglo XVI, por adelantar un poco en el tiempo
histérico, hubo acuerdos entre catdélicos y protestantes sobre la
presencia de Marfa en el Nuevo Testamento, pero es también éste
33. Ibid, p. 197. 4. Ibid, p. 200. 35. Ibid, p. 204.
20
el punto de partida para hacer m&as explicito su papel en la
historia de la salvaci6én tanto como para realizar un estudio
mariolégico mas concienzudo y profundo.
En conclusi6én, "es cierto que la Virgen ocupa en la Escritura
un lugar poco destacado. Se la presenta en ella Utnicamente en
funcién de Cristo y no por si misma. Mas su importancia consiste
precisamente en la intimidad de sus vinculos con Cristo, que nos
manifiesta tantos rasgos convergentes." *
¢. Fundamento de la glorificacién de Maria.
El proceso que se acaba de mencionar, ilumina progresivamente el
misterio de la santidad de Maria, desarrollando de una forma mas
profunda su presencia a través del estudio que se hace de su
persona, localizando paralelismos de situaciones, hablando de sus
funciones como mujer virgen y destinada a la maternidad universal
en el que se encuentra la salvacién de toda la humanidad.
Considerar este aspecto como una nueva fase en el conocimiento de
la Madre de Jestis, nos indica que lo escrito y sugerido por los
evangelistas en el Nuevo Testamento se hace mds explicito por
estudiosos como San Justino e Ireneo hasta llegar al Concilio de
Efeso (431); la obediencia de Maria, que ha devuelto al mundo la
vida perdida por la desobediencia de Eva, permite que sea llamada
"causa de Salvacién para todo el género humano." ”
3¢,- Ibidem.
37. Ibid, p. 205.
21
Ademas de la obediencia, se hace referencia a la Santidad de
la Virgen, situacién que creé dudas en algunos ascetas quienes
consideraron que s6lo Dios es Santo, pero que en el caso de Maria
fue un error confundirla con el resto de los seres humanos. Esta
santidad de la Madre de Cristo, va intimamente ligada al misterio
de su virginidad; Dios al hacerse hombre, vendria a través de
alguien digno y que cumpliese con la ley celestial: Maria,
obediente, pura y santa, fue ese medio; su fe le hizo merecedora
de ser la elegida.
Los que mas cerca han estado del proyecto de Dios son
precisamente los santos, ya que ellos cumplen en absoluta medida
las acciones que les hacen compartir esa vida (de Dios), a través
de su santidad y por lo mismo, hace coparticipe al hombre de
dicho privilegio. "Celebrar a un santo es celebrar a Dios, darle
gracias, reconocer su absolutez en nuestra historia." * Y esto es
precisamente lo que se hace con Maria, como la primera y
principalmente venerada entre los santos, puesto que las
diferentes formas de reconocimiento y piedad a Ella como Madre de
Dios, se basan en las condiciones de los tiempos, lugares, modos
de ser de los creyentes y ésto hace que, "mientras se honra a la
Madre, el Hijo, por raz6én del cual son todas las cosas y en quien
tuvo a bien el Padre que morase toda la plenitud, sea mejor
conocido, amado, glorificado, y sean mejor cumplidos’§ sus
39 mandamientos." El fervor mariano eleva su importancia debido a
que gira en torno a la mujer tanto como a la Madre; Maria es
#8. Andrés Pardo. (Et. Al.). El culto a los santos. Promocién cultural cristiana. Madrid, (Coleccién Pastoral Aplicada, 114), p. 21. 3°. Miguel Concha Malo, O.P. Op. Cit., p. 6.
22
vista como predestinada e inmaculada y el rasgo de humildad que
le caracteriza le acompafia siempre.
San Agustin afirma que la santidad de Maria "es una excepcién
y tiene por principio la gracia de Dios, no sélo el libre
albedrio." ® Por lo tanto, "negar que la Madre de Cristo es
Madre de Dios era negar que Cristo fuese Dios. El justo medio
consistia en ver que la Virgen es Madre de Dios por haber
engendrado, segtin la humanidad, un Hijo que es personalmente
Dios." #
d. La evolucién del culto mariano.
Desde el Concilio de Efeso, la novedad fundamental para
caracterizar este nuevo periodo, es el florecimiento de las
fiestas marianas y, aunque las primeras de ellas aparecen en
Oriente antes de esta reunién conciliar, es a partir del afio 431
en que creceran tanto en ntimero como en solemnidad tributada.
Es en este momento en que la Virgen adquiere la dimensién
liturgica que permitirad se le rindan honores cada ajio en cada una
de las iglesias que iran apareciendo. El pueblo adquiere gran
influencia y realizan un culto mariano revestido con varias
formas de devocién, otorgando un reconocimiento a la Madre de
Cristo; los fieles son los primeros en adoptar a Maria como
intercesora y patrocinan los primeros santuarios en su honor, sin
®.- R. Laurentin. Op. Cit., p. 210. 4'- Ibid, p. 209.
23
perder la sencillez y popularidad que les caracteriza por venir
del pueblo. Adquieren un conocimiento a través de la ensefianza
transmitida en los sermones e himnos por medio de los que se
exaltaran los privilegios de Maria, ademas de que constituyen la
gran mayoria de los escritos marianos de la época y en donde se
crearaé el desvanecimiento de las tltimas dudas acerca de la
figura mariana, "Es en las homilias bizantinas, sobre todo en los
Siglos VII y VIII, donde vemos nacer los tres puntos de
importancia considerable: la santidad original de Maria, su
mediaci6én y su asunci6én."
Esta etapa de esplendor mariano experimentard hacia el siglo
X un estacionamiento de sus manifestaciones y un descenso en las
celebraciones. Es aqui donde se comprueba que también los
pensadores latinos entraron en un periodo de letargo con respecto
al estudio de Maria, limitando su funcién especificamente a la
Encarnaci6én. Era como si se regresara a las ideas del comienzo de
la salvaci6én en que, al ser vista como la “Nueva Eva', se pensaba
en Ella tnicamente como el medio por el que Cristo vino a este
mundo. Esta circunstancia se prolongard hasta el momento de la
Reforma Gregoriana (1050); pero, en lo sucesivo, la idea de Madre
de Cristo se unira a la funcién de asociacién al lado de su Hijo
al ser no tan sdélo introductora de la salud sino también
corredentora del mundo, denominacién que habia sido privativa de
la Iglesia. "Se descubre que el dominio de Maria encubre el de la
Iglesia: de este modo no existe entre ambas simple semejanza,
sino subordinaci6én. La Virgen no es ya solamente tipo y ejemplar
©. Ibid, p. 211.
24
de la Iglesia, sino que viene a ser la reina, la madre y la
Mediadora: (...)." %
Durante este proceso las manifestaciones populares no se
debilitan, por el contrario, mantienen su entusiasmo por la
Virgen, pero se van a nutrir cada vez mds de elementos
adulterados como son las charlatanerias, milagros de pacotilla y
tépicos equivocos. La evoluci6én artistica con respecto a las
representaciones marianas se desenvuelve en el naturalismo y de
ahi al artificio cayendo poco a poco en el amaneramiento y la
teatralidad. "Los sermones evocan sus lagrimas, sus gemidos y sus
debilidades, pero olvidan su fuerza y su cooperacién a la obra
redentora. Cuando comenz6 la crisis protestante se estaba
llegando al limite de la decadencia." *
Es a partir de la influencia bizantina que los estudiosos
retoman la inspiracién necesaria para dar un renacimiento al
conocimiento mariano, dandose estos ejemplos un poco antes de la
ya mencionada reforma gregoriana, pero que practicamente tienen
su punto de inicio con la fiesta de la ~Concepcidén de la Virgen’.
45
Esta renovacién de la teologia mariana florece nuevamente en
los siglos XI y XII, principalmente con las ideas de San Anselmo
(1109) adquiriendo grandes proporciones durante la primera mitad
del siglo XII con San Bernardo (1153); el titulo que se le otorga
8. Ibid, p. 213.
4. Ibid, p. 214
‘S|. "Esta fiesta aparece en Inglaterra a partir aproximadamente del afio 1060. Después de un eclipse a la
Hegada de Guillermo el Conquistador (1066-1087), renace hacia 1127-1128 sobre bases mds teoldégicas; luego pasa a Normandia, después a Francia, no sin graves controversias, en las que San Bernardo desempenié el papel opositor." Ibid, p. 212.
25
a la Virgen es el de Mediadora, difundiéndose por todo el
occidente; Maria aparece entonces como "protectora contra el
Maligno y como la que salva a los condenados por la justicia
tanto humana como divina." *® Su misterio personal se lleva a
primer plano, pero siempre detrds del misterio de la presencia de
Cristo en la Eucaristia.
Es en este mismo siglo (XII) cuando aparecen las oraciones y
alabanzas a la Virgen, especialmente las letanias compuestas en
su honor y que generalmente terminan con la plegaria Ora pro
nobis (ruega por nosotros). El surgimiento del rezo del Rosario
(hacia el siglo XIV), fue una devocién que, con la intervencién
de la Iglesia logra una conexi6én directa entre cada decena y la
meditacién de los episodios de la vida de Cristo. ” La veneracién
y el reconocimiento de la dignidad de Maria conforman asi el
culto a su persona, pero siempre subordinado al culto a Dios,
como la forma suprema y ejemplar.
e. La devocién mariana y el protestantismo.
La llegada del siglo XV trae consigo las ideas de la reforma
protestante que, en el caso de la mariologia, da un retroceso a
la situacién que se vivi6éd durante el Concilio de Efeso y en la
que se consider6 a la Virgen tnicamente, como Santa, como Virgen
46. Luis Maldonado. Op. Clt., pp. 110-111. ‘7,- El Rosario se considera la variante mariana del Salterio, seleccién de los salmos de David, y que son sustituidos por un Padrenuestro y diez Aves Marias, repetido quince veces.
26
Y como Madre de Dios: tres puntos fundamentales que muchas de las
veces fueron olvidados y hasta eliminados.
El Concilio de Trento finaliza en 1563 sin tratar la cuestién
Mariana como debiera. Sin embargo, durante los tltimos afios del
Siglo XVI, se dara un renacimiento mariano en los paises que no
se consideraran infiltrados en la Reforma como lo es Italia y
principalmente Espafia, "todavia en el apogeo de su gloria, que da
el tono en todos los terrenos, desde la mistica a la teologia,
desde la literatura a la moda. Tiene por protagonistas a los
primeros grandes tedlogos de la Compafifa de Jestis." *
Los afios de gran extensién y apogeo con respecto a las ideas
marianas fueron principalmente de 1619 a 1630, y llegaron a su
climax entre 1630 y 1650 para después volver a caer como si se
hubiera agotado completamente por su rapido desarrollo. El
estudio acerca de Maria se retoma nuevamente hacia la década de
1670 y se desarrolla durante el fin del siglo XVII y comienzos
del siglo XVIII con las ideas de autores notables como San Juan
Eudes (1680), San Grignion de Montfort (1716) y San Alfonso Maria
de Ligorio con su libro Glorie di Maria, publicado en el afio
1750. "Los comienzos del periodo asi delimitado se caracterizan
por un cambio de orientacién, una renovaci6én de la inspiracién y
una explosién de entusiasmo. Es sorprendente el contraste entre
los tres primeros cuartos del siglo XVI y los comienzos del XVII.
Por una parte algunas obras, breves, sin vida, absorbidas por
‘8. Ibid, p. 214. En Espatia se encontré a Salmer6n (1585), Sudrez (1590), fundador de la mariologia sistemdtica y Salazar que publica en 1618 la primer obra sobre la Inmaculada Concepcion, asi como ta primera
exposicién de Maria en la Redencién. En la zona germana un personaje importante para el renacimiento
mariano es San Pedro Canisio (1572) mientras que para Italia se encuentra San Roberto Belarmino.
27
ingquietudes polémicas; por otra, una literatura exuberante,
dominada por preocupaciones constructivas hasta olvidar la
existencia de los protestantes. El siglo XVI se habia limitado a
la tarea negativa de conservar y defender una herencia reducida
al minimum; el siglo XVII es guiado por el ansia, a veces
excesiva, de promover las nuevas glorias de Maria y de implantar
nuevas formas de devocién. En una palabra, el fin del siglo XVI y
el principio del XVII son, en el terreno mariano, lo que es una
primavera en la naturaleza. Lo que parecia mvuerto recobra la
vida: una vida floreciente, desbordante, cuyas innumerables
manifestaciones desafian la enumeracién." *”
Para reducir todas estas ideas en un tema principal, se puede
decir que el punto teolédgico central es la referencia a la
Inmaculada Concepci6én creencia que habia sido entorpecida por
algunas autoridades teolégicas, mismas que, al final del siglo
XVII, consagran sus esfuerzos para hallar en la base de Santo
Tomas de Aquino la afirmacién de esta doctrina.
£. Consideracién moderna de la concepcién mariana.
La importancia que el culto mariano adquiere durante los siglos
XIX y XX muestran particularidades singulares. Durante las
primeras tres décadas decimonénicas la literatura’ mariana
presenta un vacio tan amplio que llega a una esterilidad nunca
alcanzada ni en el siglo XVI: la mediocridad se hace elocuente en
” . Ibid, p. 215.
28
este perfiodo. Sin embargo, el renacimiento mariano sobreviene en
1830 con una aparicién (a la que seguirdn una serie de ellas),
durante el siglo XIX: "la Virgen conffa a Catalina Labouré el
proyecto de la medalla milagrosa que sera la sefial de un gran
movimiento de piedad y de conversiones. La efigie parece contener
todo el programa mariano del siglo: inmaculada concepcién y
mediacién." “ Esta advocacién de la Virgen serd declarada por
Pio IX como dogma de fe en el afio de 1854.
A pesar de esto la auténtica piedad religiosa del siglo XIX
se ve influida por literatura adulterada que lleva a algunos
estudiosos de la Virgen a proponer una mariologia de cara a las
fuentes y libre de escorias; se regresa a las fuentes patristicas
y un doble aspecto se hace patente durante la segunda mitad de
este siglo: "el de recoger los aspectos del dogma mariano segtn
un orden y unidad, y, lo que es mds nuevo, el de situar la
mariologia en su lugar dentro del conjunto de la teologia, entre
el tratado de Cristo y el de la Iglesia, e integrarlo aqui
organicamente." *
Ya en la presente centuria, y mas especificamente a partir
del afio 1925, se pasa del proceso de sistematizacién al
movimiento de mariologia cientifica cuyo punto de aplicacién sera
la mediacién mariana considerada a partir de dos fases: la
participaci6én en la obra fundamental de la redencién y en la
concesién de los frutos de esta misma redenci6én.
$0. Ibid, p. 216. St. Ibid, p. 217.
29
Conjuntamente a este primer centro de interés hard su
aparicién, entre los afios 1940 a 1950, un nuevo tema de estudio y
reflexién: la asuncién de Maria, y aunque se aprecia en estos dos
puntos la conquista del rigor histérico y la precisién teoldégica,
cabe anotar que la circunstancia relativa a la corredencién
adquirira una mayor importancia en el transcurso del tiempo. "En
el fondo una sola cuestién se plantea a través de todo esto: qué
significa la misién de Maria en el plano de la salvacién. Esta
es, en definitiva, la cuestién que prevalece hoy. (...). No se
intenta tanto que probar una tesis cuanto situar el papel de la
Virgen en el conjunto del misterio cristiano: es un esfuerzo que
lleva consigo la eliminacién de elementos facticos." *
Estos esfuerzos devuelven a la mariologia el equilibrio que
habia perdido paulatinamente, durante los tiltimos siglos.
2. El mundo espafiol y la presencia mariana.
Desde el momento en que Maria se convierte en la Madre de todos
les hombres, sus manifestaciones a través de las diferentes
apariciones en el mundo cristiano se hacen m&s_ frecuentes,
ayudando a la humanidad a alcanzar la solucién a los problemas
materiales y espirituales de uno o varios individuos; "para ello,
alienta a los hombres en su lucha por la santidad, fundamentada
en la oracién y el sacrificio que Cristo solicit6 en sus consejos
52. Ibidem.
30
evangélicos. Por esta raz6én, Maria, a través de sus apariciones,
se ha convertido en la Reina de la Paz." *
Ya se ha mencionado con anterioridad que, ademas de ser la
Madre del Sefior, se ha convertido en la mayor intercesora de la
humanidad cuya materna solicitud y proteccién a sus fieles ha
colaborado en la formaci6én de naciones y pueblos.
En la historia del mundo hispanico las apariciones marianas
no son la excepcién; una vertiente de ello es el culto que se le
otorga a las diferentes apariciones de la Virgen en la peninsula
ibérica como se puede contemplar en el afio 40, mientras el
apéstol Santiago realizaba su labor de evangelizacién en dicho
lugar. Maria, “en carne mortal', se encontraba sentada en un
pilar y pedia que ahi mismo se edificara una iglesia para honra
del nombre de Jestis y para obrar “sefiales maravillosas' en
aquellos que le demandaran sus favores.
Continuando con esta misma regidén, durante la lucha entre
moros y cristianos en el siglo VII, estos tiltimos descubrieron
una cueva en las montafias del norte de la peninsula y en ella a
un ermitafio con una imagen de Maria. En ese momento les
pronostic6 el triunfo cristiano, y asi sucedi6; a partir de
entonces se vener6 en ese lugar la advocacién de la Virgen de
Covadonga.
Durante el siglo VIII se honré en Catalufia una imagen de la
virgen conocida por la jerosolimitana, debido a que se suponia
venia de Jerusalén desde los tiempos de San Pedro. Cercana la
3}. Maria Eloisa Alvarez del Real, (Dir. Gral.). Santuarios de la Virgen Maria. Apariciones y advocaciones.
Editorial América, S.A. Panamd, 1990, p. 29.
31
invasién arabe (717), se decidié esconderla en el monte Monserrat
Y para el afio 880 unos pastorcillos la descubrieron.
El ataque de los mahometanos en el siglo XIII hacia los
cristianos fue tan grande que estos Gltimos sufrian la esclavitud
y rigor del enemigo; Maria se aparecié a Pedro Nolasco y le pidié
fundar una orden religiosa con el titulo de la Merced o de la
Misericordia, destinada a rescatar a los cautivos cristianos y
visitarlos. También durante este siglo "Santo Domingo de Guzman
lucha por derramar la luz sobre la oscuridad de la herejia
albigense. La Virgen le ensefia a meditar los misterios de la vida
de Cristo, gozosos, dolorosos y gloriosos. Nace el Rosario, y San
Pio V instituye la festividad de Nuestra Sefiora del Rosario en
1571." *
Después de su gloriosa asunci6én a los cielos y, tras hacer
mencién de estos ejemplos para el caso ibérico, la Virgen se ha
hecho presente en infinidad de ocasiones, siendo cada vez mas
corto el lapso de tiempo que ha mediado entre una y otra
aparici6én. Es importante decir que todas estas tradiciones e
historias marianas son plasmadas en diversos textos para hacer
que los creyentes reafirmen su fe en la voluntad divina, haciendo
sentir su presencia a través de estas manifestaciones o por medio
de acontecimientos providenciales en todos y cada uno de los
paises y regiones en que Ella (Maria), se ha hecho notar.
Se afirma @6sto con "las palabras que Juan XXIII, siendo
todavia Cardenal Patriarca de Venecia, pronuncié el 13 de mayo de
1956, en Fatima, Portugal: “al morir VJestis, y dejarnos en
%4 . Ibid, p. 31.
32
testamento a su Madre, parece que le concedi6é la misién de
visitarnos, atin en forma visible, apareciéndose aqui y alla, en
forma de mujer, de madre'." *
3. Maria y el nuevo continente.
La Virgen Maria ocupa un lugar preponderante dentro de la
cristiandad, pero es especificamente en Latinoamérica donde se le
ha representado de diversas formas y bajo distintas advocaciones.
Durante los primeros afios del siglo XVI, el mundo peninsular
espafiol llega a América con una serie de devociones marianas
diferentes muy celebradas en su territorio y que persisten
actualmente. Los misioneros que vienen con los conquistadores
hacen un esfuerzo por ayudar a la evangelizacién, pero algunos
estudiosos del tema han sefialado que son los conquistadores los
primeros que realizan una fuerte labor para ensefiar lo relativo a
la Virgen Maria y a su Hijo Jests.
a. Tonantzin y los mexicanos.
Ya se ha mencionado con anterioridad la aceptacién que los
naturales otorgaron a la presencia de Maria debido a diversos
factores, pero para apreciar correctamente este sentir hacia la
Madre de Dios, se puede partir de la devoci6én que ellos tenian en
58. Ibid, p. 30.
33
la Madre de todos o “Tonantzin' que significa "Nuestra Madre",
diosa muy venerada y cuyo lugar de tributo se encontraba al norte
de la antigua Tenochtitlan. A ese lugar llegaban gran ntimero de
peregrinaciones de los pueblos circundantes. "La presencia de
esta deidad facilité a los indigenas la comprensi6én de la figura
de Maria, Madre de Dios y también Madre nuestra. El culto a la
~“Tonantzin', purificado con el tiempo por obra de los misioneros,
constituy6 una base firme en el sentimiento y en la fe del pueblo
recientemente convertido a la fe catélica." *
b. Los conquistadores y su devocién mariana.
La labor que desarrollaron los conquistadores tuvo mucho que ver
en el culto a Maria. Los testimonios de las crénicas que
describen la piedad de los primeros navegantes, de los propios
soldados de Herndn Cortés y futuros pobladores espafioles en
América, hicieron de la Virgen su compafiera en el vasto
territorio con que se encontraron. Se ha dicho que "con la cruz y
su devocién llegé también a la Nueva Espafia la veneraci6én y la
imagen de la Virgen Maria. Los conquistadores, hombres de fe ruda
y elemental, confesaban a Cristo y veneraban a la Santisima
Virgen." ”
La devocién a la Virgen Maria por parte de los conquistadores
debié ser muy arraigada y se ve en las disposiciones indicadas
%,- Cit. en Felipe M. Mariscal Chavez, O.S.M. Op. Cit., p. 257.
5”,- Ernesto de la Torre Villar. "El culto mariano ... Op. Cit., p. 233.
34
por Cortés, como ya se habia mencionado con anterioridad. El
doctor de la Torre indica que se dio un reflejo muy elevado del
espiritu en estas ordenanzas y por lo mismo no se mantenia ningtin
elemento de vulgaridad o relajamiento. "Aunque es forzoso
reconocer que muchos de los conquistadores espafioles no
estuvieron exentos de graves defectos, es incontestable que casi
todos eran hombres de arraigada fe y ademas fervientes devotos de
la Virgen Maria." *
El trabajo que los conquistadores emprendieron para el
conocimiento de la devocién mariana comenz6é con su llegada a las
nuevas tierras, cuando se “pedia' a los naturales olvidarse de
sus idolos y acogerse a la verdadera religién a través de la cruz
y de la imagen de Maria. Cuando la reticencia de los americanos
no ayud6 en este paso, se hizo uso de la fuerza destruyendo
aquellas figuras que representaban a los dioses mesoamericanos y,
por medio del proceso militar, se implantaron la cruz y la figura
de Marfa en todos los templos que habian sido ocupados por las
antiguas deidades. Francisco Lépez de Gémara menciona algunos
datos acerca de la conquista de México y refiere la destruccidén
de los idolos por parte de los soldados de Cortés y dice: "Y en
cada capilla y altar ponfan una cruz o la imagen de Nuestra
Sefiora, a quienes todos aquellos islefios adoraban con gran
devocién y oraciones, y ponian su incienso, y ofrecian codornices
y maiz y frutas y las otras cosas que solian traer al templo por
ofrenda. Y tanta devocién tomaron con la imagen de Ntra. Sra.
8. Rubén Vargas Ugarte, S.J. Historia del Culto de Maria en Iberoamérica y de sus imdgenes y santuarios
més celebrados. 3a. edicién. Talleres Graficos Jura, Madrid, 1956, tomo I, p. 10.
35
Santa Marfa, que salian después con Ella a los navios espafioles
que tocaban en la isla, diciendo “Cortés', “Cortés', y cantando
“Maria', ~Maria', como hicieron a Alonso de Parada y a Panfilo de
59 Narvaez y a Crist6ébal de Olid, cuando pasaron por alli."
Asi también, se iniciaron las primeras construcciones de los
templos dedicados totalmente al culto cristiano, ya que conforme
los espafioles avanzaban en el territorio, se iban construyendo
algunas ermitas con altares dedicados a la cruz y a la Virgen,
colocando las imagenes respectivas sobre los altares para ser
objeto de culto y devocién, para dar gracias y pedir la ayuda
necesaria para continuar con la empresa conquistadora.
La presencia de Maria se hizo cada vez mayor cuando se hablé
de las manifestaciones que tuvo en el episodio de la conquista,
no solamente a nivel del territorio azteca, sino también en el
resto de América. Tanto espafioles como naturales, cuentan las
crénicas, pudieron observar la figura de una hermosa mujer, con o
sin nifio en los brazos, en sefial de protecci6én para aquellos que
luchaban por la cristiandad. De ahi que a manera de
agradecimiento a los favores recibidos, los espafioles propagaran
atin mas la devocién mariana y se acrecentara el ntimero de templos
construidos. Asi lo advierte el padre Bravo Ugarte cuando indica
que estos acontecimientos se pudieron observar durante diversos
momentos de la conquista, pero especialmente "en la retirada de
la ciudad de México, episodio conocido en la historia como de la
Noche Triste, y en la cual debieron los castellanos su salvaci6n
$9. Ibid, p. 12.
36
a haberse guarecido en un adoratorio levantado sobre una
eminencia, que les sirvié de fortaleza. Mas tarde hizo construir
Cortés en aquel sitio un santuario a Nuestra Sefiora, y en el que
fue colocada la Virgen de los Remedios, que le habia acompafiado
en la conquista y parece haber sido la misma que entroniz6é, a
poco de entrar en la capital azteca, en el mismo sitio en donde
antes era venerado el {dolo Huitzilopotchtli." ®
c. La presencia de Maria entre los misioneros mendicantes.
El ejemplo que pusieron los conquistadores fue un elemento
importante para la rapida difusidén del cristianismo y del culto a
Maria en el nuevo mundo, pero se dice que son los frailes de las
6érdenes mendicantes los principales propagadores de la nueva
religi6én y el conocimiento de las devociones marianas. Su trabajo
fue primordial ya que comenzaron la evangelizacién tratando de
infundir una gran fe en la proteccién otorgada por la Madre de
Jests.
Con el afecto que profesaron a la Virgen, también trajeron
los objetos que apoyaron la devocién hacia Ella. El instrumento
mas autorizado para darla a conocer fueron las diferentes
imagenes de las advocaciones marianas mas veneradas en Espafia. En
esta sentido, los franciscanos tuvieron la batuta en las
diferentes devociones a los santos y a Maria, pero las otras
®,- Ibid, p. 13.
37
Ordenes también procuraron dirigir las suyas propias, tal es el
Caso de los dominicos con la fundacién de la cofradia en honor a
la Virgen del Rosario que, segtin se dice, fue muy bien acogida
por espafioles y naturales. *
Acciones como la anterior y con el trabajo realizado por los
propios dominicos, franciscanos, mercedarios, carmelitas y
jesuitas "florecieron en la Nueva Espafia las cofradias y demas
grupos devocionales que dieron un tono de mayor dedicacién
Mariana a las poblaciones ya bautizadas. Entre las hemandades se
practicaban los sabados marianos, el canto de la Salve, la
recitaci6én de las Tres Aves Marias y otras formas de devocion a
la Virgen, que de esta manera contribufan a asegurar y a hacer
cada dia mas profunda la fe de todo un conjunto de pueblos a la
Madre de Dios, considerada en sus varias advocaciones."
Paralelamente a los espafioles, otros cultos hacen = su
aparicién en el mundo evangelizado algunos son el de Nuestra
Sefiora de las Mercedes, la Virgen con Corona, Nuestra Sefiora de
la Anunciacién, la Virgen con el Nifio, la Purisima (o Inmaculada)
Concepcién (propagada sobre todo por los franciscanos y los
jesuitas), la Virgen de los Remedios, etc. Esta tltima
advocaci6n, tanto por su origen como por su historia, se
considera netamente espafiola debido al patrocinio otorgado por
Maria durante el episodio conocido como “la Noche Triste' y,
durante la guerra de independencia, al ser escogida por los
realistas para proteger a sus ejércitos. "Por lo dem&s, parece
‘!\. Davila Padilla. Op. Cit., libro I, p. 354-363. La cofradia se extiende en su fundacién hasta el estado de Puebla. 82. Cit. en Mariscal Chavez, Op. Cit., pp. 258-259.
38
que los religiosos nada tuvieron que ver con esta devocién, al
menos en sus principios." ®
La Virgen fue vista de una manera muy especial: como
intercesora y adem4s como protectora en los momentos de grandes
problematicas y dificultades. La fe en Ella como Madre se ha
considerado como el componente principal de la identidad de los
pueblos latinoamericanos. En este sentido, una de las devociones
mas arraigadas y fuertes que se ha dado principalmente en México
ademas de extenderse de manera casi mundial, es el de la Virgen
de Guadalupe, considerado como el principal de todos los cultos
coloniales y prolongado hasta nuestros dias. "La fecha legendaria
de la primera aparicién de la Virgen, en 1531, sigue siendo
cuestién de discusién. Pero, indudablemente, alrededor de los
afios 1550 habia surgido un incipiente ceremonial indigena
alrededor de los poderes y las curas milagrosas de la Virgen. Los
esfuerzos clericales por detener el desarrollo del culto,
fundandose en que una imagen pintada por un indigena era
representada como milagrosa, fueron en todas partes un fracaso y
la sociedad espafiola acab6 por reconciliarse con la idea. Pero el
culto a la Virgen de Guadalupe era esencialmente un fenémeno
indigena, que rivalizaba en cierto sentido con el patrocinio
espafiol de la Virgen de los Remedios. Su fiesta, en los siglos
XVII y XVIII, como en los tiempos modernos, era el mayor
acontecimiento religioso en todo México."
% |. Robert Ricard. Op. Cit., p. 296.
«_~ Charles Gibson. Op. Cit., p. 135-136.
39
Como una manera de resumir todo lo dicho hasta el momento, se
puede establecer una nota comin para toda la cristiandad de
México e Iberoamérica: la conciencia de la intercesién de Maria
en beneficio de todos sus fieles. "En Maria el pueblo se siente
interpretado y asumido. Por eso en América Latina la devocién a
Maria es un modo de conservacién de la fe y un principio
esencialmente mariano." %
6~ Cit. en Mariscal Chavez, Op. Cit., p. 260.
40
IT) TONANTZIN O GUADALUPE: INICIO DE UNA NUEVA NACIONALIDAD.
La devocién a Nuestra Sefiora de Guadalupe ha sido y es un culto
muy arraigado en la colectividad religiosa mexicana. Su extensidén
ha alcanzado a cubrir grandes regiones del continente americano
y, mAs recientemente, algunos paises europeos han adoptado la fe
en dicha imagen.
El culto guadalupano ha crecido tanto por la fama de las
gracias concedidas, como por la difusién que ha tenido desde los
tiempos de su aparici6én. En estas actividades, diversas
personalidades civiles, politicas y religiosas han jugado un
papel preponderante para hacer de la Guadalupana la emperatriz y
protectora de México y de América, titulo con el que es conocida
en la actualidad.
A. LA VIRGEN DE GUADALUPE EN LA NUEVA ESPANA.
El culto a la Virgen de Guadalupe se profesé tanto por los
espafioles como por los indigenas. Los primeros, originarios en su
gran mayoria de Andalucia y Extremadura, tenian dentro de sus
devociones el de la Guadalupana ibérica. Los segundos, adoptaron
la advocaci6én mexicana a partir de las apariciones de Maria en el
Tepeyac (segtin cuenta la tradicién), crearon asi un
acontecimiento de gran trascendencia y con mucha fuerza en "una
4)
imagen de maternidad, sustento, salvacién y destino nacional.” *
El significado mistico y profético que tiene para México viene
desde la conquista y, su aparicién en 1531, es providencial por
las representaciones que manifiesta.
1. Los origenes
Dos aspectos se pueden considerar al hablar de la Guadalupana.
Desde el punto de vista teolégico, se habla de una relaci6én entre
la Purisima Concepcién y la aparicién de esta virgen morena como
presencia de la mujer apocaliptica, "una mujer vestida de sol, y
la luna debajo de sus pies, y en su cabeza una corona de doce
estrellas." %. Segundo, (la explicaci6én mayormente conocida por
todos), la adoracién hecha en el Tepeyac por los aztecas a la
madre Tonantzin y que, diez afios después de la conquista, su
manifestacién cristiana a un descendiente de la antigua cultura
provocarad una serie de polémicas en torno a su legitimidad.
a. La Inmaculada Concepcién.
gQuién es Marfa en esta devocién? La joven mujer creada por Dios
Padre sin pecado alguno, fue elegida por El mismo para concebir a
- William B. Taylor. “La Virgen de Guadalupe en la Nueva Espafia: encuesta sobre la historia social de la devocién mariana”, en Trace. Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos, diciembre 1992, nim. 22, pp. 72.
67. Apocalipsis, cap. XI versiculo 1).
42
su. hijo, salvador del mundo. Esta vinculacién entre Maria
Inmaculada y la concepcién sin mAacula de Cristo, permiten aludir
a una perpetua virginidad. *
De la totalidad de las representaciones marianas que se
dieron en América, la de la Purisima Concepcién fue la de mayor
veneracién por los fieles. Su culto tom6é importantes dimensiones
en la peninsula como en todas sus posesiones de ultramar; se
extendi6é desde la capital de la Nueva Espafia hasta el suroeste de
los Estados Unidos.
Los franciscanos iniciaron las diversas formas de devocién
mariana dentro de las comunidades que evangelizaban, pero se
tiene también que los jesuitas contribuyeron de manera muy
importante al culto de la Purisima. "Desde el Tercer Concilio
Mexicano, reunido en 1585, la fiesta de la Inmaculada Concepcién
de la Virgen fue declarada obligatoria, bajo pena de pecado
mortal. El culto a la Inmaculada tom6 en Espajfia, y en el imperio,
las proporciones de un asunto nacional". ®° La monarquia
aprovech6 su posicién e influyé para que se formara una junta
llamada de la Inmaculada y obtener asi la promulgaci6én del dogma
de dicha advocaci6én. Esta junta tuvo reuniones periédicas hasta
que en 1820 se disolvié, puesto que la Santa Sede no di6é ninguna
resoluci6én al respecto.
En México, especificamente en las regiones donde
evangelizaron franciscanos y agustinos, el culto a Maria
Inmaculada tuvo mucha importancia durante los siglos XVI y XVII,
% _ William Taylor, Op. Cit., p. 72. °°, Jacques Lafaye. Op. Cit., p. 322-323.
43
y fueron los primeros quienes hicieron ver en Marfa un simbolo de
Caridad y redenci6én; le llamaban “la abuelita piadosa'. ” Los
cultos locales a la Inmaculada se fueron propagando en las
diversas actividades y edificios fundados por los franciscanos, y
fueron evolucionando a medida que la estabilizacién de los
pueblos indigenas y su. desarrollo en instituciones mas
especializadas, reforzaron la devocién de la comunidad.
b. La Guadalupana en México.
En ese perfodo, otras advocaciones de Maria ganaron muchos
adeptos, pero se ha llegado a considerar que la gran mayoria eran
representaciones diversas de la Inmaculada. Una de ellas,
precisamente la de Guadalupe, cobr6 mucha fuerza y destac6é de
entre las demas.
Como ya se ha mencionado, la continuacién de la Inmaculada
Concepcién en la advocacién de Guadalupe tiene un significado muy
importante: la mujer sin pecado, y por la que llegara la
salvaci6én al mundo, se hace presente en la historia de las nuevas
tierras. Esta mujer del Apocalipsis se manifiesta en los nuevos
dominios espafioles a través de la virgen morena, con rasgos
fisicos similares a los naturales de América, demostrando con
%,- William Taylor. Op. Cit., p. 74.
44
ello que el plan de la redencién creado por Dios alcanza a todos
sus hijos:
Si Maria llegéd traida por los conquistadores, los evangelizadores y los emigrantes de Europa, y su culto vino precedido por la fama de sus prodigios y milagros, México envi6d a Europa la mds grande de las famas, el mas sonado de los portentos, “~consuelo y devocién universal' de estas tierras, ~dulce iman de
los afectos de todos los americanos': Santa Marfa de Guadalupe. Esta veneracién fue bien recibida por los medios oficiales de Espafia debido a la lucha por que prevaleciera una visién favorable al culto mariano tradicional, en contra de las tendencias esparcidas por la Reforma, que lo relegaban.
En México, el suelo mas fértil habia sido para la devocién guadalupana. "
2. Las apariciones de Guadalupe en el Tepeyac.
Dentro de la idea del culto mariano que propagan los espafioles en
América, la devocién particular por Guadalupe toma matices muy
significativos en la Nueva Espafia. El futuro de esta naci6én
comienza precisamente en el momento de la conquista; " “México
naci6 en el Tepeyac', relatan muchos libros de historia. La
relacién de la aparicién en 1531, tan s6élo diez afios después de
la rendicién de la capital azteca, es providencial por el
sinnamero de posibilidades que conlleva: una virgen Maria de tez
morena se le aparece a un pobre indio en el Tepeyac, sitio
1. Fausto Zerén-Medina. Op. Cit., pp. 47-48.
45
sagrado dedicado a una diosa prehispdnica de la fecundidad, para
dejar su bella imagen en el sayal del indigena." ”
a. gMito espafiol o realidad indigena?
La muy arraigada tradici6én nos cuenta que las apariciones de
Santa Marfa, en la advocacién de Guadalupe, fueron hechas a un
natural de Cuautitlan recién convertido al cristianismo: Juan
Diego. Cinco fueron las veces que la Guadalupana se presenté para
indicar su deseo de ser reconocida como Madre del Salvador y asi
mismo, para que en el lugar de estas entrevistas se le
construyera un templo donde venerarla con el nombre elegido por
ella misma.
El lugar que sirvié de marco para las manifestaciones de la
virgen, habia sido utilizado con anterioridad por la cultura
azteca para rendir culto a una de sus deidades: "Tonantzin era
una divinidad mayor, su principal santuario se encontraba en el
cerro del Tepeyac, a una legua al norte de la ciudad de México, y
a 61 acudian peregrinos de todo el pais." ”
Segin concuerdan la mayorfa de los cronistas religiosos,
Tonantzin era para los mexicas la madre de todos los dioses y,
por ende, “nuestra madre', como ellos mismos le llamaron. Su
” . William Taylor. Op. Cit., p. 72.
3. Jacques Lafaye. Op. Cit., p. 304.
46
identificacién con Cihuacéatl, Centéotl e inclusive Xilonen, pone
de manifiesto la importancia religiosa que tenia para los
antiguos habitantes considerando que todas estas representaciones
llevaban a una sola madre protectora que era precisamente
Tonantzin. En ella se reunieron principios como el de la
fertilidad, pero sobre todo el m&s importante: el principio de la
dualidad creadora conjuntamente con Quetzalcéatl. ™
Se podria pensar que la asimilacién de las diferentes
advocaciones de Maria, no fueron tan complicadas en el
entendimiento de los nuevos cristianos, ya que ante la evidencia
de conocer con distintos nombres a su madre protectora, permitidé
la comprensién de lo que los evangelizadores querian que se
entendiera.
b. La idea espafiola de Guadalupe.
Durante los siglos XIV y XV, los frailes jerénimos se dedicaron a
difundir lo sucedido en una sierra oriental de la provincia
espafiola de Extremadura: la aparicién milagrosa de la Virgen
Maria. Libros clasicos y otros mas rigurosos sobre la explicacién
de "la historia legendaria de la ~“morenita de Las Villuercas'" %,
74\- Ibid, pp. 303-308. Lafaye hace una descripcién de los relatos hechos por misioneros como Sahagin, Torquemada, Duran y Clavijero, interesados por explicar la importancia de Tonantzin como la diosa principal de los antiguos mexicanos.
% 4 Ibid, p. 312.
47
relatan como Nuestra Sefiora, La Virgen Maria, se hizo presente a
un pastor que guardaba vacas; le pidid que hablara con los
clérigos y la gente de su tierra, para que entre todos fuesen a
cavar en el lugar donde ella se habia manifestado. Alli
encontrarian una imagen suya gue les ayudaria a recobrar las
fuerzas y la voluntad que habian perdido debido al paso de los
moros por toda Espafia. "La Virgen, madre de Jests, aparecia como
el intercesor privilegiado entre Dios y los hombres" *” en los
momentos de necesidad, de angustia y cuando la fe de los
cristianos se quebrantaba.
Otras narraciones de la descripci6n incluyen que el hijo de
este pastor muere en su casa, junto a su madre, pero la fe del
hombre en el poder de la Virgen, le hace concebir con gran
seguridad, que ella lo revivira y lo sanara. Este hecho milagroso
implica que el pueblo entero confie en dicha imagen y le rindan
el culto que merece, consagrando un santuario en su honor y para
su devocién. "La leyenda piadosa es del mismo tipo de las que han
circulado por el Occidente medieval, sobre todo en la peninsula
ibérica. La eleccién por la Virgen de un humilde pastor como
mensajero de su gracia es una ley del género. El hijo resucitado,
consagrado al futuro santuario de la Virgen, es como el sello de
autenticidad de la aparicién. Por boca de la propia Virgen se
anuncia proféticamente la edificacién del pueblo." ”
6. Ibid, pp. 313-314, 7. Ibid, p. 314.
48
Una serie de variantes se incluyen en las diversas
explicaciones hechas por los religiosos jerénimos, asi como en
los escritos de los siglos mencionados con anterioridad. También
se encuentra a quienes creen que dicho relato es solamente una
leyenda que busca reforzar el poder sacro de la imagen. Pero a
pesar de ello, se hace una afirmaci6én con respecto a la historia
de la peninsula, desde la batalla del Salado hasta el periodo en
que se construye el Escorial, esto es, 1340-1561. "La ereccién de
un foco espiritual especificamente hispanico fue como la
consagracién de la gran separacién entre Espafia y las demas
regiones de Europa occidental, que terminaria con el aislamiento
cultural de ésta." ®
c. La tradici6én mexicana del acontecimiento.
Para unos, la presencia de Nuestra Sefiora de Guadalupe es la
continuaci6n de la tradicién mariana occidental, en donde los
espafioles juegan un papel importante para la adopcién total y
absoluta del cristianismo por parte de los evangelizados. Es una
tradicién de indole puramente cristiana que desarrolla diversas
advocaciones marianas, las que se vuelven famosas por haber
realizado una serie de milagros en diversos regiones de América.
8 . Ibid, p. 318.
49
Dentro de ellas, la m&as famosa y la de mayor extensién es, sin
duda, la devoci6én a la Virgen Guadalupana.
Para otros, " “la milagrosa imagen' del Tepeyac era una
gracia suprema que Marfa habia hecho al pueblo mexicano, y non
fecit taliter omni nationi." ” Esta perspectiva fue en gran
medida considerada por los criollos de la Nueva Espafia quienes, a
partir del siglo XVIII, se basaron en el hecho de que dicho
milagro les ayudaria a justificar su intenci6én de separarse de la
metrépoli y de la tutela que ejercia sobre ellos. Ademas,
conferia una seguridad en el sentido de obtener el apoyo de los
propios naturales y del resto de las castas.
La historia de las apariciones cuenta que éstas fueron cinco
en total: cuatro a Juan Diego y una quinta ocasi6én a su tio Juan
Bernardino. En las primeras manifestaciones de la Virgen a este
natural de Cuautitldn, se cuenta como Ella le pidid que fuera a
la ciudad de México y se entrevistara con el arzobispo, fray Juan
de Zumarraga, para que le construyeran un templo en el lugar
donde se habia realizado la entrevista, es decir, el mismo cerro
del Tepeyac. La discriminaciédn de que fue objeto Juan Diego por
parte de los miembros del arzobispado y la incredulidad del
propio arzobispo en la primera visita que hizo el natural a ese
lugar, hicieron que el Animo del mensajero decayera pues
consideré que no servia para cumplir los mandatos celestiales que
la Madre de Dios le habia encomendado. Sin embargo, y a pesar de
®,.. Ibid, p. 320.
50
los obstAculos, Juan Diego transmiti6é este sentir a la celestial
Sefiora, quien volvié a confiarle dicha mision.
El arzobispo solicité a Juan Diego contestase algunas
Preguntas referentes al acontecimiento, pues creia que eran
alucinaciones o manifestaciones que el maligno hacfa ver a estos
individuos recién convertidos al cristianismo, con el fin de
apartarlos de ese camino en que Dios los habia puesto. *
Posteriormente, le sugiri6éd regresar con una sefial que le diera la
Sefiora de los Cielos, con la que comprobaria al arzobispo la
veracidad de dicha relacién.
La enfermedad de Juan Bernardino, impidié6d a Juan Diego
regresar por el atardecer a la entrevista con Maria, por lo que
en la madrugada del dia 12, al ir por un sacerdote que auxiliara
a su tio en sus tltimos momentos, decidiéd desviar su camino para
no encontrarse con Ella y evitar una llamada de atenci6én. La
tradicién indica que la Virgen se manifest6 nuevamente, diciendo
a su enviado que la salud del enfermo habia sido recobrada y que
nada le pasaria por lo que Juan Diego deberia cumplir su misién:
recoger unas rosas, ponerlas en su tilma y llevarlas al arzobispo
como sefial de su presencia, ademas de la peticién que hacia
respecto a la construccién del templo.
Hecho esto, el mensajero se encaminéd a la ciudad de México
para entrevistarse con Fray Juan de Zumarraga, y después de una
larga espera, entreg6 a dicho prelado la sefial que la Sefiora
80. Luis Becerra Tanco. Aparicién de N. Sefora de Guadalupe. Tradicién escrita por el lic. D. Luis Becerra Tanco. Puebla. Imprenta de Arturo Pérez, Antigua "Alarcon". 1904. pp. 7-8.
51
habia enviado. Al desplegar su tilma, la imagen divina habia
quedado plasmada en dicha tela, logrando el asombro de los ahi
presentes y, probablemente, el arrepentimiento por no haber
puesto atenci6én inmediata a tal solicitud.
La quinta aparicién revela la manifestacién celestial a Juan
Bernardino en la misma hora en que la Virgen le prometia a Juan
Diego el total restablecimiento de su tio. # "Juan Bernardino
confirm6 ser cierto que entonces le sanéd y la vid como se
aparecia a su sobrino; y que le mandé que cuando fuera a ver al
obispo, le revelara lo que vi6, de qué manera milagrosa habia
sanado, y que bien la nombraria, asi como bien habia de nombrarse
su imagen, la siempre Virgen Santa Maria de Guadalupe. Llevado a
presencia del obispo, repitié lo que su sobrino y compafieros
habfan oido; de suerte que hubo quienes divulgaran aquel suceso y
82 el nombre que a la Santa Virgen plugo.” Es entonces, que el
culto a Nuestra Sefiora de Guadalupe comienza a fomentarse a lo
largo del territorio mexicano y después, se difunde a lo largo de
la América espafiola.
8!__ Las narraciones acerca del acontecimiento guadalupano son innumerables, y aunque se encuentran una
serie de versiones aparicionistas y antiaparicionistas en dichas descripciones, todas ellas vuelven a aludir el
proceso. Las mds consultadas y que se mencionan mayormente por los estudiosos de esta manifestacién son el
Nican Mopohua; La Estrella del Norte de México, del jesuita Francisco de Florencia; la tradicién escrita por
Luis Becerra Tanco, Aparicién de Nuestra Sefiora de Guadalupe; la versién det bachiller Miguel Sénchez,
Imagen de la Virgen Maria Madre de Dios de Guadalupe milagrosamente aparecida en México. %2.. Primo Feliciano Velazquez. La historia original guadalupana. México. Imp. "Manuel Leén Sanchez", 1945, p. 40.
52
3. Las tesis antiaparicionistas.
Es importante mencionar aqui las opiniones de aquellos
interesados en el estudio de las apariciones guadalupanas, pero
cuya posicién estriba en la comprobacién del origen humano que se
le otorga a la imagen en discusi6n.
Una de las figuras mas representativas en este caso es el Doctor
Edmundo O'Gorman quien, a través de su famoso Destierro de
Sombras, expone las conclusiones que obtuvo del andlisis de los
diferentes textos y documentos que consult6 para llegar a indicar
que, el origen del acontecimiento guadalupano fue una serie de
acciones realizadas por manos humanas, especialmente espafiolas
(digase particularmente Fray Alonso de Montifar), para concretar
la vinculacién de los naturales a la religi6én cristiana,
"“atraerse a los indios con el aliciente de un culto que incitaba
su rebeldfa respecto al dominio de los frailes (...)" ¥, con el
fin de lograr el propésito que le habia encomendado la corona
espafiola ante los sucesos provocados por el movimiento
protestante: "“desterrar de la Nueva Espafia todo brote de reforma
religiosa, incluyendo a quienes no pretendian romper con la
Iglesia y mantenerse alejados de las extremosas aspiraciones de
los reformadores protestantes; el propésito, en una palabra, de
asentar con firmeza la autoridad episcopal y regalista de la
Iglesia espafiola que propugnaba por la estricta observancia de la
legislacién candénica; el mantenimiento del aparato ceremonial y
®,- Edmundo O'Gorman. Destierro de sombras. U.N.A.M., México, 1986, p. 139.
53
ritual, y el respeto a las tradiciones y costumbres de la
devocién popular. Tal, pues, en términos muy generales el
programa con el que debia cumplir el sefior Montifar, y (...) el
favor que le dispuso a la imagen del Tepeyac se explica en
funcién de esa suprema finalidad." *™
A decir de O'Gorman, el prelado observé6 que los frailes
atendian indebidamente las necesidades espirituales de los
indigenas y por ello esos extensos territorios y sus habitantes
carecian de doctrina y sacramentos. Qué mejor “pretexto' para
cumplir el objetivo que se le habia ordenado al segundo arzobispo
de la Nueva Espafia y que realmente tenia una doble encomienda:
"la de asumir la direccién de la tarea evangelizadora de los
naturales y la de ordenar canénicamente la vida parroquial en su
diécesis y en las sufragdneas." “ En otras palabras, ante tal
“ineptitud de los frailes', se requeria su substituci6én por curas
clérigos que tomaran las riendas de la evangelizaci6én, encauzar
la vida parroquial de las diécesis y principalmente, limitar el
poder de los misioneros sobre la vida de las comunidades a su
cargo, en conclusién, "liquidar a la larga la Iglesia misional de
los frailes, reducidos, asi, a las actividades especificas de sus
respectivos institutos." *® Todo esto, ademdas de contar con la
presencia del arzobispo en su sede y vigilar personalmente la
edificacién de la nueva catedral.
8. Ibid, pp. 127-128. 85 . Ibid, p. 137. % . Ibid, p. 129.
54
Por los motivos anteriomente expuestos el autor indica que,
el mejor punto que tuvo MontGfar para lograr su cometido fue el
de propagar una advocaci6én espafiola, que tenia fieles
peninsulares en territorio novohispano, entre los naturales que
se encontraban bajo la direccién de los frailes, propiciando
entre ellos el culto a una imagen obradora de milagros sin
interesar que los incitaba a la idolatrfa de la misma manera en
que lo hacian durante la 6poca prehispdnica. Por lo tanto, "el
éxito de la campafia [fue] tolerarles a los indios la libertad en
el ejercicio de costumbres y practicas del antiguo culto
idolatrico que no fueran incompatibles con las ensefianzas del
cristianismo; libertad que recibian con jtibilo y como un inmenso
favor en vivo contraste con la intolerancia que a ese respecto
prevalecia, ya para entonces, entre los dirigentes de las 6rdenes
religiosas, particularmente la de los franciscanos."
Para comprobar lo dicho, Edmundo O'Gorman plantea tres
aspectos substanciales que segin 61, confirman el plan de la
corona espaficola y por consiguiente, el origen humano de las
manifestaciones de la Virgen de Guadalupe: 1) la existencia de
una primitiva ermita; 2) el problema de la imagen y 3) el nombre
de Guadalupe. Considera en esto los diferentes textos que
refieren dicho asunto, pero sobretodo, la discusién entre el
arzobispo Montufar y el provincial de los franciscanos, Fray
Francisco de Bustamante.
©. Ibid, p. 138.
55
a. La primitiva ermita.
Esta ermita fue construida por los misioneros franciscanos
aproximadamente en el afio de 1530 y dedicada a Santa MAria sin
ninguna advocacién particular. El lugar que se indica es el de
Tepeyac, donde antiguamente los indigenas realizaban la adoracién
a Tonantzin, pero que los evangelizadores buscaban “suplantar
(...) con el culto y devocién a la Virgen." *®
Por su origen, la ermita pudo ser visita del monasterio de
Cuautitlan y no tender un fraile que la atendiera permanentemente
aunque, de manera ocasional, se dieron misas, administracién de
algunos sacramentos y la imparticién de doctrina. En una palabra,
era un templo exclusivo de indios donde "rendirfan un culto de
sincretismo idolatrico-cristiano, y persistirian en la antigua
costumbre de llevar ofrendas y de visitar la ermita en grandes
romerias periédicas procedentes de lejanas regiones. (...) La
ermita estaria al margen de la devocién y practicas religiosas de
los conquistadores y primeros pobladores y, con el tiempo, de sus
inmediatos descendientes." ®
Por la expansién territorial de la orden, la escases de
religiosos y la proximidad de la ciudad de México, esta
construcci6én se fue descuidando poco a poco y cayé en el
abandono, pero al presentarse el acontecimiento guadalupano y la
EE
sb
GN
39 E
56
colocacién de la “pintura' en el templo por orden de Montifar, el
lugar cobré nueva vida.
Sin embargo, se presentan varias alternativas con respecto a
la aparicién de la imagen de Guadalupe y su “aparicién' en dicha
iglesia: primero, ante la falta de pinturas o esculturas de Maria
Virgen, se predicé a los naturales sobre la dedicacién de la
ermita a la nueva Tonantzin. Segundo, pudo haber una imagen sin
advocaci6n particular o probablemente una Inmaculada Concepcién,
pero no hay referencia de ello. Tercero, Nuestra Sefiora de
Guadalupe en ese lugar pudo haber sido la de Extremadura debido
al establecimiento que hizo Gonzalo de Sandoval de su campamento
en el Tepeyac. Se habla también de ofrendas a la advocacién de
Guadalupe y a su santuario, pero pudieron ser dedicadas al de la
peninsula porque no hay que olvidar que esta ermita estaba
destinada para las actividades de los naturales y no para los
espafioles. Cuarto, la Guadalupana mexicana estuvo en la ermita
desde la edificacién de la misma; O'Gorman lo cree imposible pues
se basa en la referencia de Fray Francisco de Bustamante cuando
indica que "habia sido pintada “ayer' por el indio Marcos, es
decir, en fecha anterior muy préxima al 8 de septiembre de 1556
que fue cuando lo dijo." ”
Por lo tanto, para hablar de una imagen de la Virgen de
Guadalupe en el templo, debi6éd de haberse destruido el primero y
construir uno nuevo con dedicaci6én a esta advocacién.
%,- Ibid, p. 13.
57
b. El origen de la imagen.
Para O'Gorman “la aparicién de la Virgen de Guadalupe' se remonta
a una pintura hecha por manos humanas, probablemente del indio
Marcos, colocada en la ermita del Tepeyac con el fin de que los
indigenas observaran un prodigio sobrenatural que les convenciera
de una vez por todas en la total adopci6én del cristianismo y, por
lo tanto, de su incorporacién a la nueva organizaci6én diocesana.
Los textos utilizados ", dan dos referencias que confirman
este hecho, a saber: los afios que se indican como referencia al
acontecimiento y que son los de 1555-1556, en que la aparicién
corresponde a la colocacién de la “pintura' guadalupana en la
ermita que los indigenas visitaban. En cuanto a por qué son dos
periodos, se da la siguiente solucién: "la imagen se ~aparecidé' a
principios de diciembre de 1555 y que, por faltar muy poco para
el cambio de afio, el de 1556 seria el de la divulgacién del
prodigio entre los indios, y asi seria rumor comGn que la
coy “aparicién' ocurri6 a principios de ese afio."
El segundo aspecto es confirmar que el hecho sucedié en esa
€época porque se relacioné con el momento en que el Virrey de
Velasco ordené la reconstrucci6én del albarradén.
*,- Los documentos aducidos por el autor son Diario de Juan Bautista, Relacidén original de Chimalpain, Historia de la Nacién Mexicana (Cédice Aubin), Anales de México y sus contornos, Nican Motecpana. Ibid,
pp. 27-29. %,. Ibid, p. 29.
58
Aunque si bien se han comentado estos elementos, no se puede
demostrar al cien por ciento quién 'pinté' la imagen y quién la
colocé6, debido a que no hay elementos suficientes para ello,
segtin menciona el autor. Lo que si es patente es que la imagen se
debié colocar de una manera subrepticia, sin conocimiento de los
frailes franciscanos y con el fin de que los naturales creyeran
en el prodigio.
c. Un nombre: Guadalupe.
E. O'Gorman indica que la devocién de los naturales por la Virgen
del Tepeyac trascenderia hasta los espafioles al grado que éstos
le rendirian también un culto importante a la recién manifestada.
Esto comenz6 por la accién de gracias que le otorg6é un ganadero
peninsular al haber recobrado la salud sdélo por asistir a su
templo, "y empez6 a crecer la devocién de la gente, y pusieron
nombre a la imagen Nuestra Sefiora de Guadalupe, por decir que se
parecia a la de Guadalupe de Espafia." ™ Sin embargo, esta opinién
se puede descartar porque no hay parecido alguno entre las dos
imagenes.
Otras opciones que se manifiestan en el texto son las
siguientes:
% . Ibid, p. 31.
59
1) La imagen recibié el nombre de Guadalupe, dado por los
espafioles, con el fin de transfigurar la devocién de los
indigenas por una peninsular. Es decir, “siempre individualiza y
al mismo tiempo incorpora en una comunidad, como acontece con los
nombres de carifio que suelen darse mutuamente los cényuges o con
los nombres con que se identifican los miembros de una sociedad
secreta." “
Pero no es solamente el otorgar un nombre por el simple hecho
de hacerlo, sino que esto lleva consigo un significado del
proceso de apropiacién que se traduce en "(1) [los espafioles] la
individualizaron como distinta de la imagen de la devocién de los
indios; (2) la incorporaron a la comunidad o “~reptiblica' de los
espafioles, reclamandola como propia de ésta, y (3) de ese modo la
dotaron de un nuevo ser al convertirla en el numen peculiar de
esa repliblica o si se prefiere, en la celeste madre y protectora
6 de los novohispanos." *
2) Sobre la base de la Carta_sobre la Imagen del Tepeyac de
Joaquin Garcia Icazbalceta, se explica el hecho de que las
personas que emigran a otros lugares tienden a repetir en ellas
los nombres de sus regiones, encuentran semejanzas (aunque no las
haya), por ello se impuso el nombre de Guadalupe. Pero lo cierto
es que el propésito principal es el de dar prestigio a ese algo o
alguien con la imposicién del nombre de quien originalmente lo
lleva. "[A] la imagen del Tepeyac se le aplicé el nombre
% . Ibid, p. 34. °%,. Ibid, p. 35.
60
Guadalupe para transferirle el prestigio de la imagen espafiola,
particularmente atractivo para los novohispanos por la devocién
que le tenian Hernan Cortés y otros conquistadores, es decir, la
circunstancia puramente contingente que, sin duda, determiné la
eleccién del nombre que bien pudo haber sido el de otra afamada
imagen espafiola de la Virgen. En otras palabras, contrario a lo
que suele pensarse o suponerse, el nombre Guadalupe resulta ser
accidental; lo esencial, era prestigiar la imagen del Tepeyac con
alguna advocacién espafiola." ”
3) Al imponer los espafioles el nombre de Guadalupe a la
imagen del Tepeyac, buscaban hacerla digna del nuevo destino,
limpiarla de la mancha de su origen (culto idolatrico) y
transfigurarla en una Virgen espafiola. Este proceso le valié la
aprobacién que le otorgaron los novohispanos para nombrarla su
patrona y reina. "La novedad e importancia de este andlisis
estriba en que nos ha permitido [dice Edmundo O'Gorman] discernir
en el nombre impuesto a la imagen del Tepeyac nada menos que el
meollo del alma criolla: su inestable equilibrio ontolégico." ”
Para el afio de 1556 (fines de septiembre), la devoci6én a
Nuestra Seflora de Guadalupe ya se habia propagado de una forma
muy amplia entre los vecinos espafioles de la ciudad de México al
grado de practicarse formalmente un culto muy importante en la
ermita del Tepeyac. Su iniciador, el arzobispo Monttifar,
adscribi6é6 dicho templo a la directa jurisdiccién de la mitra
96 Pp
7. Ibid, p. 38.
61
metropolitana y probablemente designé a un clérigo como capellan
para hacerse cargo de la vigilancia y participacién en las
diferentes actividades del lugar.
Fue en este mismo perfodo cuando se dio la polémica entre el
arzobispo y el provincial de los franciscanos (Fray Francisco de
Bustamante), ya que este Gltimo sostenia que propiciar el culto a
esta imagen de ~dudosa procedencia', permitiria el regreso a las
prdcticas idolatricas de los antiguos mexicanos. Su oposicién era
"al empefio del arzobispo en que los indios emularan este ejemplo
animados por los milagros que se le atribuian a la imagen, motivo
este Gltimo que especialmente provocéd la ira del provincial." ™
Si el objetivo de Monttfar realmente era el que se expuso al
principio de este apartado, la propagaci6n del culto guadalupano
funge como un buen pretexto para develar los enojos entre estas
dos autoridades eclesidsticas.
Considero que este elemento puede ser un buen objeto de
estudio posterior para ahondar en las tesis propuestas por
Edmundo O'Gorman, sin embargo, mi posicién en esta investigaci6én
no implica entrar en la polémica de los aparicionistas (quienes
fundamentan sus investigaciones desde el conocimiento de la fe) y
los antiaparicionistas (basados principalmente en el estudio de
la iconografia). S6lo he expuesto los que considero son los
principales argumentos que han dado pie al estudio del
Acontecimiento Guadalupano.
% . Ibid, p. 49.
62
C. DIFUSION DEL CULTO GUADALUPANO.
Los escritos con respecto a la difusién de la devocién
guadalupana son de diversa indole, pero especialmente, la mayoria
se ha dedicado a la comprobacién de dichas apariciones. Se puede
considerar una divisién dentro de los trabajos que relatan el
suceso: los aparicionistas y los antiaparicionistas. En opinidén
de William Taylor, los escritos coloniales sobre el culto
guadalupano "se han enfrascado en validar o en rechazar la
leyenda de la aparicién o finalmente en estudiar su imagen como
tema central de la historia de la conciencia nacional mexicana."
” Considera también que es muy poca la informacién concreta que
fundamente dicho suceso a lo largo del siglo XVI y, por la misma
raz6n, continua el debate sobre la imagen de la Virgen y su
veracidad en cuanto a si fue pintada por manos humanas o si
realmente fue un milagro divino. Y en esta linea, se ha llegado a
considerar, que es una réplica de la Virgen espafiola del mismo
nombre.
No se tiene muy claro cuales fueron las acciones para
difundir el culto guadalupano durante el primer siglo colonial,
pero lo que si llama la atencién, es que en la “Virgen Morena' se
ha centrado la idea de "una virgen sincrética con gran nimero de
°°. William Taylor. Op. Cit., p. 72.
63
devotos indigenas desde el siglo XVI, o como el elemento
espiritual de la protesta contra el régimen colonial." ™
1. Diversas manifestaciones con respecto a la devocién
guadalupana.
En incisos anteriores mencioné las dos tendencias generales con
respecto al culto, pero dentro de ellas se pueden encontrar
algunas expresiones mas particulares que permiten reflexionar y
analizar acerca del “evento guadalupano'. La posicién que adoptan
diversos miembros de la sociedad novohispana, indican su
aceptacién o el total rechazo a dicha imagen.
a. La Ciudad de México como principal promotora del culto
guadalupano.
Como ya se ha dicho, la devocién por la Virgen de Guadalupe
creci6éd paulatinamente debido a la atribucién de muchos favores
hechos a sus fieles. En la propagacién del culto tuvieron un
papel muy importante las autoridades civiles y eclesidsticas de
100 . Ibid, p. 73.
64
la Nueva Espafia, "pero la principal participacién corresponde a
la ciudad de México que emprendi6 y realizé6 con la mayor
prontitud las obras referentes a la declaracién y confirmaci6n
pontificia del Patronato Universal de la Virgen de Guadalupe en
la Nueva Espafia."
Los testimonios que hablan de la Virgen de Guadalupe tienen
lugar, en primera instancia, en esta ciudad de México; por esto
se le considera como el centro donde se le venera, atin en la
actualidad, fehacientemente. De manera paulatina, pero firme,
esta devocién se extendié, durante la década de los afios treinta
del siglo XVII, hacia urbes como San Luis Potosi, Valladolid,
Puebla, Guadalajara y Zacatecas.
Retomando nuevamente la polémica entre Bustamante y MontdGfar,
el primero critic6 de manera muy fuerte el culto ya que decfia que
"la devocién de la “gente de esa ciudad' a la imagen de la Virgen
de Guadalupe del Tepeyac [es] como un mal ejemplo para los
indigenas." " Desde su sede en la ciudad de México, Monttfar
patrocin6é el culto guadalupano a través de la investigacién que
ordené6 se llevara a cabo. Durante los Gltimos afios del siglo XVII
y todo el XVIII, los sucesores del arzobispo complementaron dicho
culto con la construcci6én de templos dedicados a la Guadalupana,
principalmente en el Tepeyac y de una manera cada vez mas
elaboradas, con el fin de lograr mayor solemnidad en el
desarrollo de los ceremoniales religiosos. Pero no solamente a
(ot _ Delfina E. Lépez Sarrelangue Op. Cit., p. 142. \02\. William Taylor. Op. Cit., p. 74.
65
este nivel eclesiastico se efectué dicho apoyo, sino que también
los virreyes y autoridades civiles ayudaron al acrecentamiento de
la devocién a la Virgen de Guadalupe. "A finales del siglo XVII,
atin antes del inicio de la construcci6én de la gran basilica
actual del Tepeyac, los virreyes reforzaron la conexi6én entre la
capital y el santuario al construir un gran camino, desde la
plaza principal de la ciudad de México, hasta el Santuario de
Guadalupe distante de unos 5 kilémetros." ™
La ciudad capital experiment6 una gran epidemia en el afio de
1544 y para el de 1629 una fuerte inundacién, por lo que se pensé
en realizar una serie de rogativas a la Virgen Guadalupana para
que su intercesién milagrosa ante Dios permitiese que el Creador
remediara satisfactoriamente los problemas. Al recibir dichos
beneficios, esta urbe juré declararla como Patrona Universal del
reino. En el afio de 1737, la Nueva Espafia sufrié una dura peste
conocida como matlazdhuatl, el cabildo de la ciudad ordené un
novenario para implorar el auxilio de la Virgen. La peste termin6é
y el cabildo se reuniéd el 28 de marzo del mismo afio para declarar
que Nuestra Sefiora de Guadalupe seria proclamada undnimemente
como Patrona principal de la Ciudad. Celebraria solemnemente en
su santuario la fiesta del 12 de diciembre de manera anual,
mientras procedia a solicitar las opiniones de otras ciudades
importantes y su consentimiento para jurarla con el titulo
anterior. La muy noble y leal ciudad contribuy6 con todos los
13. Loc. Cit.
66
recursos que tenia a su alcance para el fomento del culto a la
Guadalupana y el esplendor de las fiestas celebradas en su honor.
"Después de jurar la ciudad de México por su principal
Patrona a la Guadalupana (acto en el que fue precedida por
Puebla, Querétaro y San Luis Potosi) solicit6 que el 12 de
diciembre, dia en que se conmemora la aparicién, se declarara dia
de tabla y que asistiesen a la funcién el virrey, la Real
Audiencia y los Tribunales. El Virrey, previo voto consultivo del
Real Acuerdo, el cual aseguré que desde hacia muchos afios este
dia estaba considerado como fiesta de corte, lo declar6é fiesta de
precepto por decreto de 23 de mayo de 1737, en tanto que el rey
confirmaba esta disposicién. El Patronato Universal de la Nueva
Espafia se publicé6 en la santa iglesia metropolitana el 10 de
diciembre de 1747." ™ Casi un siglo después, el primer acto del
Congreso Constituyente Mexicano tendria una similitud con la
declaracién virreinal de la fiesta Guadalupana, ya que declaré el
12 de diciembre como una fiesta nacional.
Conjuntamente con lo anterior, una serie de transformaciones
se dieron entre el periodo de 1733 a 1756, ampliando de manera
importante la devocién guadalupana. Una de esas acciones fue el
titulo de villa que se le dio al poblado de Guadalupe (1733)
separando a sus habitantes indigenas de la jurisdiccién de
Santiago Tlatelolco. El 6 de marzo de 1749 en Madrid, y por
decreto del Rey de Espafia, el templo recibe el rango de Colegiata
(colegio de Candénigos), mientras que el lugar tiene que esperar
104 - Delfina E. Lépez Sarrelangue. Op. Cit., pp. 143-144.
67
hasta 1751 para ratificar, ya sin ningtn contratiempo, el rango
de Villa de Guadalupe.
El 12 de diciembre de 1751 se realizé una gran ceremonia en
honor a la Virgen de Guadalupe, donde se le coroné como ~Patrona
Universal del Reino de la Nueva Espafia'. En 1754, Benedicto XIV
incorpor6 de manera perpetua el Santuario de Guadalupe a la
iglesia de San Juan de Letran y concedi6é doce indulgencias
plenarias a los fieles que lo visitaran; el 25 de mayo del mismo
afio, confirméd el Patronato Espiritual de la Virgen. En 1756 se
realizan una serie de festividades en la ciudad de México y otras
urbes, conmemorando la confirmaci6én oficial que el Papa hizo del
Patronato. "Las celebraciones de 1756 parecen haber sido eventos
determinantes para el giro de la iglesia hacia el culto a la
Virgen de Guadalupe. Luego, algunos prelados peninsulares y curas
nacidos en el pais promovieron la devocién a la Guadalupana
mexicana con renovada intensidad. (...). El arzobispo Lorenzana
patrocin6é activamente la veneraci6én a la Guadalupana mexicana a
finales de la década de 1760, en especial en su “Oracién a
Nuestra Sefiora de Guadalupe: Non fecit taliter omni nationi' en
la que relata la historia de la aparicién, describe la pintura y
pide se transmita a los indigenas el mensaje de éste “divino
favor... a los americanos'. " ™
En las diferentes actividades que llevé a cabo la ciudad de
México para la propagacién del culto a la Virgen de Guadalupe, se
encuentran las pruebas cientificas hechas al ayate para comprobar
105. William Taylor. Op. Cit., p. 75.
68
su autenticidad, aplicando las mismas condiciones fisicas a
pinturas hechas por las manos humanas y asi tratar de convencer
con ello que la voluntad celestial habia querido plasmar un
Milagro incomparable en el principal virreinato de la América
espafiola. Como un ejemplo de ésto, tenemos el experimento del
doctor José Ignacio Bartolache, quien trat6é de probar el tiempo
de durabilidad de una copia de la imagen guadalupana. Se colocéd
en el Pocito y se maltrat6 de tal manera que en el Libro
Capitular de la ciudad se asenté:
(. . .) que de s6élo tocarla se despintaba y aun despedazaba, no obstante haber estado bajo de cristal y con mas cuidado que el que en el principio se tuvo con el original. Vivian atin los artifices de esta imagen de prueba y el escribano que presenciéd la colocacién en el Pocito. La nobilisima ciudad solicit6 que se hiciera formal averiguacién de este hecho y que, siendo cierto, se expedieran impresos que publicaran la noticia por todo el orbe. ™
La nobilisima ciudad apoyé6 de manera muy importante las
gestiones de un extranjero devoto de la Virgen de Guadalupe, el
italiano Lorenzo Boturini y Benaducci, "historiador de Nuestra
Santisima Madre y Patrona la Virgen de Guadalupe" (como 61 mismo
solia llamarse). Su gestién fue ante la curia romana para
agraciar ~con corona de oro y autoridad pontificia', a la imagen
del Tepeyac. La ciudad agradecié a Boturini la gestién y le
prometid que continuarfa los tramites correspondientes. Los
devotos donaron las joyas que poseian, mientras que en la ciudad
\06. Delfina E. Lépez Sarrelangue. Op. Cit., p. 147.
69
de Guadalajara, el oidor decano de la Audiencia "reunié de los
vecinos de aquella ciudad 30 marcos de oro, expresando que
(. . .) la piedad de dicho sefior y demas vecinos no
consentird otro oro que el suyo en la coronacién de la Santisima Sefiora. '”
Sin embargo, para las autoridades virreinales no fue del
agrado que un extranjero promoviera estas acciones en favor del
culto a la imagen mexicana, por lo que se dijo que no convenia
que Boturini permaneciera en tierras americanas y lo desterré a
Espafia, quedando suspendido por largo tiempo el proceso de
coronacién de la Virgen de Guadalupe.
El 12 de agosto de 1776, el arzobispo Alonso Nifiez de Haro
public6é una circular declarando la obligacién de solicitar un
culto mas elevado para la Virgen de Guadalupe como patrona de
todo el reino. En esta linea, el arzobispo Lizana y Beaumont di6é
su apoyo a través de carta pastoral del 25 de marzo de 1803.
Estos esfuerzos cobran una interesante propagacién ya que los
esfuerzos que realizaron los eclesiasticos y las comunidades de
fuera de la ciudad se tradujeron en el establecimiento de una
mayor veneracién a la imagen Guadalupana. Algunos ejemplos son
los esfuerzos de las comunidades rurales de naturales que se
asentaron en el centro del Valle de México, formando una serie de
0. Ibid, pp. 147-148.
70
cofradias dedicadas a la imagen mexicana. '™ También se puede
contar sobre la construcci6én de altares laterales dedicados a la
advocacién en las diversas parroquias.
Las imagenes, pinturas, cofradias, altares, los diferentes
edictos, bulas y cartas pastorales, asi como de las colectas
econémicas para la construccién del templo guadalupano,
propiciaron una gran difusién del culto. Esta correspondié
primero a la ciudad de México, el valle y los lugares cercanos al
Santuario; le siguieron otras metrépolis importantes de la Nueva
Espafia, indicadas ya con antelacién. Pero a pesar de que esta
difusién se dirigié también hacia el norte del virreinato, Taylor
precisa que no llegé a la parte indigena. Puntualiza que "en la
medida en que habia un culto sincrético indigena a la Guadalupana
antes del siglo XVIII, quiz& pudo haberse centrado en la ciudad
de México en los barrios de San Juan y Tlatelolco, entre los
indigenas que vivian o se habian establecido cerca del santuario,
y en el barrio de Cuauhtitlan, donde se recabaron testimonios de
la aparicién entre los indigenas locales en el afio de 1660 como
parte de la autentificacién oficial de la Iglesia." ™
Se hizo costumbre a partir del siglo XVI, que los virreyes
acudieran primeramente al templo guadalupano antes de hacer su
entrada en la ciudad de México. Esto era con el fin de solicitar
los favores de la Virgen en sus nuevos cargos de direccién del
08, Algunos indigenas, dice W. Taylor, dectararon que el pdrroco los obligaba a celebrar el culto, pero este ultimo indicé que lo tinico que se hizo fue institucionalizar el culto puesto que estos individuos ya lo habian celebrado alguna vez. William Taylor. Op. Cit., p. 76.
109. [bidem.
71
virreinato. El virrey marqués de Guadalcdzar dio testimonio de
ello y dispuso el 27 de octubre de 1612 que la toma de posesién
de los virreyes se verificara en Guadalupe (27 de octubre de
1612):
Sus sucesores asi continuaron haciéndolo, hasta que
da real orden de 23 de abril de 1789 legalizé esta costumbre al disponer que las ceremonias de recepcién y entrega del bastén de mando se realizaran en Guadalupe, y no en Otumba y San Cristdbal Ecatepec, en donde antiguamente se habian llevado a cabo. Esta ceremonia, por la importancia que revestia, atraia a gran concurso de gentes, Avidas de presenciarla.
También revestia el cardcter de fiesta la llegada de los obispos y arzobispos, a los cuales se Iles tributaban saludos y felicitaciones durante su estancia en la villa. '"
Otra de las fiestas anuales de mayor lucimiento era la
celebrada por los empleados y trabajadores de la fabrica de puros
y cigarros de México en honor de su patrona, que era la misma
Virgen de Guadalupe, y que se llevaba a cabo en la dominica
infraoctava de la Natividad de Nuestra Sefiora. Pero las de mayor
solemnidad, eran siempre las fiestas en que se conmemora la
aparicién de la Virgen de Guadalupe: el 12 de diciembre de todos
los afios.
0. Delfina E. Lépez Sarrelangue. Op. Cit., pp. 175-176.
72
b. El clero frente al suceso.
Sobre la base de la generalidad propuesta por W. Taylor, es decir
los aparicionistas y antiaparicionistas, incluyo un anAlisis
personal considerando en cuatro etapas tanto la posicién del
clero como la referente a los naturales. Cuando me refiero a la
posicién religiosa creo que un primer punto es el que habla sobre
los sacerdotes que fueron contempordneos al suceso, es decir,
Fray Juan de Zumarraga, sus hermanos de orden y probablemente
algunos otros miembros del resto de las 6rdenes establecidas en
la Nueva Espafia. En un acercamiento inicial, las fuentes
consultadas permiten observar cémo el primer obispo de México no
atendi6 lo dicho por Juan Diego, ya que consider6é esto como una
“alucinacién del maligno'. Pero al tener en sus manos la prueba
del milagro, acept6 dicho acontecimiento como una gracia que Dios
tuvo para con los recién evangelizados.
No hay una seguridad acerca de que el arzobispo Zumarraga
asentara por escrito lo relativo al acontecimiento guadalupano y,
por lo tanto, del respaldo que como autoridad eclesidastica
avalara su aprobaci6én. Probablemente en este lapso (de 1531 hasta
la llegada de Fray Alonso de Monttifar como sucesor del
franciscano en el cargo), pudo darse un interés de ciertas
magnitudes, no al grado de la veneracién posterior, pero si como
una manifestacién reciente que pudo influir en Monttfar para que
se interesara en esta tradicién.
73
Para mi, ésta seria la transici6én a una segunda etapa que
considero representada por el arzobispo Monttifar, quien desde el
afio de 1550 observé la veneracién que tenian los espafioles por la
Guadalupana. El lugar de las apariciones y en donde se construy6é
el primer templo (Tepeyac), "estaba situado en el camino
principal hacia la ciudad de México, que comunicaba con Veracruz
y Europa y delimitaba la orilla de la ciudad" ". Por ello los
viajeros, que Taylor indica en su mayoria eran espafioles, pasaban
por ahi y entraban al templo, inclindndose ante la imagen. Para
el afio de 1556, el propio arzobispo promovi6é una investigaci6én
acerca de las apariciones, procurando tener los testimonios
fieles del suceso y a la vez, 61 mismo promovié el culto a dicha
imagen. Pero al fin de cuentas, esta situacién no resulté6 del
agrado de todos ya que un fraile de la orden franciscana, Fray
Francisco de Bustamante, se valié del sermén que Montifar predicé
el 6 de septiembre de 1556 para refutar el apoyo que este daba al
culto de la Guadalupana. Decia que el fomentar el culto a una
imagen, promoviendo los milagros que realizaba, era inducir la
idolatria en los naturales, asunto que se estaba luchando por
erradicar. '? El arzobispo pidié informacién testimonial sobre
los milagros y todos las personas que fungieron como testigos,
dieron la razén a la autoridad eclesiadstica, descargandole "de
haber predicado milagros falsos o inciertos, aclarAndose que,
aunque le habian dicho de algunos, no queria tratar de ellos
\"_. William Taylor, Op. Cit., p. 74. "7. Segiin Bustamante, los milagros a los que hacia alucién Montifar, no estaban comprobados. Por ello consideré este asunto en su sermon del 8 de septiembre del mismo aiio de 1556. P. F. Veldzquez. Op. Cit., pp. 35-36.
74
hasta acabar la averiguacién que andaba haciendo." '? Los frailes
dominicos, hermanos de orden del arzobispo, prefirieron guardar
Silencio considerando que de esa manera ayudarfan a la mejor
defensa de Montifar; mientras los franciscanos consideraron que
este Gltimo era muy estricto y exigente con ellos. '™
Desde ese momento y hasta aproximadamente mediados del
siguiente siglo, no se tiene mucha referencia a lo que aconteci6é
con respecto al culto guadalupano. Pareciera que la poblacién
perdi6é interés en dicha advocacién y, solamente en las épocas de
crisis (como la o las inundaciones de la ciudad de México, por
ejemplo), recordaban a Guadalupe como su Protectora. También es
probable que a partir de estos acontecimientos, muchos hayan
recordado el milagro y para propagarlo, comenzaron a escribir
sobre Santa Marfa en esta advocacién novohispana, desarrollando
nuevamente el interés en este culto mariano.
Esto entonces me lleva a pensar en una tercer etapa
corresponderAa precisamente al siglo XVII, en donde algunos
sacerdotes se dedicaron a escribir acerca del suceso como una
manera de dejar establecido el milagro. Un ejemplo de esto se
puede apreciar en la accién realizada inicialmente por Miguel
Sanchez, sacerdote de los Cabildos Eclesiadstico y Secular, quien
fue el primero en escribir un libro con la historia guadalupana
"3... Ibid, p. 36.
"4. Fray Jerénimo de Mendieta, en nommbre de sus hermanos, expone que "aunque de su natural condicién un manso cordero, recién venido de Esparia, por algunos arios que ha sido nuevo, no ha habido tigre para con
nosotros mds fiero." Ibidem.
1S
'®; le sucedieron personajes como el Br. Luis Lasso de la Vega,
con su edicién de la Historia Guadalupana en idioma mexicano,
como se le defini6 en ese momento al ndhuatl (Huei
tlamahuizoltica omonexiti in ilhuicac tlatoca cihuapilli Santa
Maria tlotlazonantzin Guadalupe, 1649); Luis Becerra Tanco con su
primer escrito en 1666 (Origen milagroso del Santuario de Nuestra
Sefiora de Guadalupe), para continuar con su obra definitiva
(Felicidad de México en el principio y milagroso origen que tuvo
el santuario de la Virgen Maria N. Sefiora de Guadalupe, 1672);
Francisco de Florencia (La Estrella del Norte de México, 1686).
Otros aluden el acontecimiento en sus obras, como Bernal Diaz del
Castillo en su Historia de la Conquista de la Nueva Espafia;
Cayetano Cabrera (Escudo de Armas de México) y algunos mas lo
hacen a través de su propaganda para que el culto a la Virgen de
Guadalupe sea acogido completamente por la generalidad, tal como
lo hace Lorenzo Boturini, italiano, fiel seguidor de la
advocacién mexicana. "La versién providencial y consciente de la
aparici6én de la Guadalupana aparentemente fue m&s popular entre
el clero criollo de mediados del siglo XVII que entre los
indigenas de los poblados, aun si los sacerdotes de mediados de
la Colonia trataron de hacer de ella un signo pfo para atraer a
los indigenas a la iglesia." '
115_. La obra se titulé Imagen de la Virgen Maria Madre de Dios de Guadalupe, y tardé ocho afios en realizarlo
(1640-1648), recabando toda la informacién posible para terminarlo. Es importante hacer notar que dentro del
titulo de dicha obra se alude que el milagro se realizé en la ciudad de México, considerando ya la importancia de la urbe en este acontecimiento religioso.
‘6. William Taylor. Op. Cit., p. 74.
76
La presencia de Santa Maria de Guadalupe en esta tercera
etapa es, a mi parecer, la justificacién espiritual de las
apariciones. Ya sea a favor o en contra, el objetivo principal
fue el dilucidar acerca de la veracidad del acontecimiento
guadalupano. Saber si la imagen fue pintada por manos humanas o
por el poder celestial, o si simplemente se trataba de la leyenda
que daba continuidad a la tradici6én espafiola ya indicada
anteriormente.
Dentro de este contexto colonial, la tiltima etapa que me
parece interesante mencionar transcurre a partir de mediados del
siglo XVIII, momento en que las ideas ilustradas hacen su
aparicién e influyen en el Ambito ideolégico de los americanos.
Los discursos y referencias de tipo teolégico que, apoyaron las
apariciones de la Guadalupana, pasan a formar parte del discurso
ideolégico que justifica a los americanos para buscar su propia
direccién. Es a partir de este momento, que la explicacién
inicial y el objetivo de la conquista, tanto militar como
espiritual, no tenfan cabida en la ideologia ilustrada.
La experiencia de tres siglos de vasallaje y subordinaci6n a
la Corona espafiola no podia ni debia continuar; los americanos
tenian el mismo derecho que los peninsulares para gobernarse por
ellos mismos y esto lo corroboraba la presencia de Santa Maria de
Guadalupe en territorio novohispano al ser portadora de la
proteccién que Dios otorga a todos los seres humanos por igual.
Es por ello que la propuesta, dirigida sobretodo por los
77
Sacerdotes criollos, es el de la recuperacién de esta regién
americana, en especial de la mexicana, para su autodireccién y
organizacién. Uno de los personajes mAs importantes para esta
etapa es fray Servando Teresa de Mier. Las peticiones a la
Guadalupana se hacen sobretodo para la proteccién del lugar y de
los que luchen por é1.
Esta Gltima etapa se extiende hasta el momento de la
consumaci6én de la independencia para, posteriormente, tomar
nuevos matices a lo largo del siglo XIX y del XX, no sin olvidar
la importancia que Guadalupe ha dado a sus protegidos y el culto
y la devocién que éstos le rinden como reconocimiento a sus
cuidados y patrocinio universal, ganando con &ésto muchos adeptos.
ce. Los naturales y Guadalupe.
Entiendo el vinculo existente entre los naturales y la devocién a
la advocacién de Santa Maria de Guadalupe como resultado de un
proceso en el que distingo cuatro etapas: La inicial, dividida en
dos momentos, el primero comprendido por el testimonio o
manifestaci6én de la Virgen a Juan Diego y a su tio Juan
Bernardino. Ambos se constituyen en la muestra fehaciente de la
78
igualdad humana, por encima de las diferencias raciales, ante
Dios y ante la Madre del Salvador.
Segundo, como consecuencia de esto, el instante en que la noticia
de la aparicién de la ~Sefiora del Cielo’ trasciende a la
comunidad a la que pertenecian aquellos dos personajes. Una
muestra de ello la constituyen las pinturas realizadas en el
Colegio de San José de los Naturales al que, obviamente, Juan
Diego asistia para recibir la instrucci6én religiosa. P. F.
Velazquez sefiala: "y escribiéd Becerra Tanco al pie: “Este
coloquio, en la forma que se ha referido, se contenia en el
escrito hist6érico de los naturales; y no tiene otra cosa mia si
no es la tramitaci6én del idioma mexicano en nuestra lengua
castellana frase por frase.'" '” De aqui se desprende la sucesiva
narraci6én del evento guadalupano para continuar con la tradicién
a través de generaciones, logrando con ello el inicio del culto a
dicha advocacié6én.
Delfina Lépez Sarrelangue considera que, desde el inicio de
esta tradicién, tanto espafioles como indigenas profesaban una
culto muy importante a la advocacién de Guadalupe y como ejemplo
refiere que "ya en 1544 los franciscanos organizaron una
procesién de nifias y nifios indios de seis a siete afios desde el
colegio de Tlatelolco de la ciudad de México a la ermita de
Guadalupe con motivo de la peste que se desat6 ese afio." '™ EL
'',- La obra de Becerra Tanco ya referida con anterioridad, Felicidad de México... P. F. Velazquez. Op. Cit., p. 28.
"8. Delfina E. Lépez Sarrelangue. Op. Cit., p. 141.
ESTA TESIS NO SALE %
DE LA BIBLIOTECA culto a la Guadalupana, para estas épocas, se vincula mas
estrechamente en las comunidades dirigidas por los frailes
franciscanos y por los agustinos, logrando asi una devocién muy
importante que permitia la total adopcién del cristianismo por
los naturales.
Una segunda etapa, muy vinculada con la anterior, indica lo
escrito por quienes han sido considerados "los primeros
historiadores guadalupanos: don Antonio Valeriano, de la sangre
real de Moctezuma; y don Fernando de Alba Ixtlilxéchitl,
trasnieto de Ixtlilxéchitl, tiltimo rey de Tetzcoco, nieto a su
vez de Nezahualcdéyotl." '"
Un tercer periodo es el que se caracteriza por la
participacién de los grupos indigenas en los cultos en honor a la
Virgen Morena, los cuales cobraron mayor auge a partir de 1756,
fecha en que el Papa le confirmé formalmente el titulo de Patrona
Universal del Reino de la Nueva Espafia. Este hecho permitié la
realizaci6én de esfuerzos conjuntos desarrollados en las
diferentes parroquias de indigenas correspondientes al centro de
México con la finalidad establecer una veneracién cada vez mas
intensa a esta advocaci6én. El resultado fue la reafirmacién del
significado de la Guadalupana para el pueblo mexicano, lo que
redund6 en su patrocinio hacia acontecimientos de mayor
',- PF. Veldzquez, Op. Cit., p. 31. La obra atribuida a Antonio Valeriano es el Nican Mopohua, considerada
como el Original Mexicano, (aunque Alfonso Junco indica que ésto no es muy cierto), mientras que la
realizada por Fernando de Alba es el Nican Motecpana. Estos dos trabajos sirven de base a Becerra Tanco para realizar su trabajo. Para tener mds referencias sobre el tema se puede consultar a José Luis Guerrero. El Nican Mopohua. Un intento de exégesis. Universidad Pontificia de México. México, 1996, (Biblioteca Mexicana, 6), capitulo IV, asi como a Alfonso Junco. Un radical problema guadalupano. 2° ed. Editorial Jus, México, 1953, 160 pp.
80
envergadura para el pais, como fue, precisamente, el movimiento
emancipador iniciado por Hidalgo.
Para Delfina Lépez S., el culto a la Guadalupana es muy
acendrado entre los naturales de la Nueva Espafia puesto que la
consideraban como propia tanto que gastaban gustosamente sus
pocos ingresos en sus fiestas y en el santuario. "El cura Fuentes
y Carrién decia, hacia 1714, que siendo el caudal de los indios
de dos reales cada dia (que era el jornal y paga regular si
trabajaban, pues de otro modo no comian),
raro es el indio y raro es el dia que no consagre medio real o un real para limosna y culto de ja Sefiora ...,
y agregaba que, a pesar de las cuantiosas donaciones hechas al
Santuario, éstas no habian sido hasta entonces continuas y
regulares." '»
Los naturales de Guadalupe asistian con mayor frecuencia al
templo de la Virgen descuidando el culto de sus respectivas
parroquias, pero esto era normal pues en dicha iglesia se
encontraba el ayate donde milagrosamente se habia plasmado la
imagen de la Guadalupana. No concurrian con frecuencia a sus
templos y no comulgaban con regularidad, excusandose de hacerlo
sdlo en las fiestas de precepto y a veces hasta la celebracién de
la de la Santisima Trinidad, debido a que segtGn ellos
20_- Delfina E. Lépez Sarrelangue. Op. Cit., p. 149.
81
fueron a cumplir a sus tierras porque no son de aqui, sino que estd&n arrimados; y esto es que estan aqui casados, tienen casas y tierras y muchos afios de habitacién; y con el pretexto de ser de fuera se van, y pasado el tiempo del cumplimiento se van apareciendo. ™
Considero como la Gltima etapa, la que se produce a partir
del momento en que los indigenas se adhieren al movimiento de
Hidalgo, esto se vio reforzado desde el instante en que la imagen
de la Virgen de Guadalupe se convierte en su estandarte material
e ideolégico, puesto que Ella es el punto de convergencia de su
identidad.
En el caso de los indigenas, los momentos de cambio en la
devocién guadalupana muestran una transicié6én entre momentos de
intensidad y lapsos de tiempo en que no se tiene conocimiento de
las actitudes que se toman con respecto al culto, pero que sin
embargo, adquieren dia con dia una gran importancia en Santa
Maria de Guadalupe y su desarrollo hasta la actualidad.
121. Ibid, pp. 151-152.
82
III.- LA VIRGEN DE GUADALUPE A TRAVES DE LOS SERMONES.
Las actividades realizadas en favor del culto guadalupano plasman
variadas opiniones en los sermones hechos por sacerdotes y
personajes importantes de la @&poca colonial. Una manera de
comprobarlo es a través de la lectura y andlisis de dichos
discursos, que Carlos Herrején llama “ret6ricos'. Ellos,
considero, son una base muy importante que permite conocer
distintas situaciones que se presentaban en los- siglos
coloniales: formas de vida, costumbres, tradiciones e inclusive,
algunos medios de difusiédn de ideas que se manifestaron con
acontecimientos tales como el pensamiento ilustrado que influyé
en el movimiento emancipador americano.
Para el caso que me ocupa, presento cémo ciertos elementos
guadalupanos son apoyados y afianzados a través de los sermones
de sacerdotes, principalmente del siglo XVIII. Ademads, sefialo
cémo se incluye el papel de la ciudad al ser patrocinadora
importante del culto a la Virgen de Guadalupe, lo que otorga a
dicha urbe un lugar preponderante.
Inicio el capitulo con referencias sobre este tipo de
discurso, para lo que me baso principalmente en el estudio que al
respecto realizé el Doctor Carlos Herrején, quien ha analizado y
clasificado la oratoria sagrada ampliamente.
83
A. Aspectos fundamentales de la estructura de los sermones
novohispanos.
La utilizacién del término Oratoria Sagrada, incluye todos
aquellos discursos predicados por sacerdotes, ya sea del clero
regular o secular, con el fin de enaltecer los hechos patentes en
las Sagradas Escrituras, asi como los acontecimientos de hombres
y mujeres que han sido considerados “ejemplares' por las
actitudes positivas que desarrollaron durante su vida en este
mundo.
Esta oratoria integra en su haber no sélo los discursos (o
sermones) de dichos sacerdotes, sino que también posee un
conjunto muy importante de rogativas diferentes como las
oraciones, las novenas, salmos de alabanzas, etc. Pero
"particularmente el sermén, fue el género mas cultivado e impreso
en la Nueva Espafia."
Pero zqué es un serm6n? Un sermén es un "discurso cristiano u
oracién evangélica pronunciado por un sacerdote para la ensefianza
de la buena doctrina y edificacién de los fieles cristianos" ™,
que sirve en "la enmienda de los vicios o en elogio de los buenos
para la imitacién de sus virtudes" ™. Con el sermén, se busca
aleccionar a un grupo de individuos en diversas cuestiones de la
'2\~ Carlos Herrején Peredo. "La oratoria en Nueva Espafia", en Relaciones, Estudios de Historia y Sociedad.
El Colegio de Michoacan. México, ntim. 57, invierno de 1994, p. 59. En su trabajo, el Dr. Herrején indica que se encuentran alrededor de 1812 piezas o sermones, realizados de manera individual, pero si se anexan los sermones que aparecen en colecciones, probablemente leguen a mds de 2,000 obras. Para quienes deseen
abordar mds elementos sobre la oratoria en Nueva Espana se puede consutltar el trabajo entes mencionado.
13. Gran diccionario enciclopédico ilustrado. Selecciones del Reader’s Digest. E.U.A., 1979, tomo VH, p. 283.
124. Martin Alonso. Op. Cit. tomo III, p. 3754,
84
fe; en ocasiones, esos grupos llegan a conformar sociedades
completas con realidades propias muy concretas y que, a través de
la prédica con miras doctrinales y la utilizacién de mecanismos
didacticos, reciben una serie de conocimientos que permiten
cubrir los objetivos cristianos iniciales.
En los sermones se pueden encontrar una gran variedad de
asuntos, pero en general, se tienen datos globales acerca de
diversos acontecimientos importantes y que eran celebrados en
ocasiones especiales, es decir, fiestas religiosas con un énfasis
fuertemente marcado en el que se glorifica directamente a Dios
como Creador, a su hijo Jesucristo, santos con una fama muy
desarrollada por sus fieles y que en el caso de la Nueva Espafia,
ha tenido matices especiales en cuanto a las manifestaciones
religiosas del pueblo. La presencia de Maria Virgen en estas
muestras de regocijo, es un elemento que se expresa de manera muy
interesante a lo largo de los sermones.
También hay otras ocasiones en las que se impone predicar un
sermén: las fiestas particulares y especificas de cada templo, lo
que se relaciona con los santos patronos de las diferentes
regiones del pais, con la exaltacién de un personaje civil o
politico importante y del cual se buscaba poner a flote sus
cualidades, solicitando a la vez la bendicién divina para el
correcto ejercicio del cargo al que se le habia destinado.
Dice Carlos Herrején que al observar los sermones en su
conjunto hay que hacerlo como una manifestaci6én cultural propia
85
ya que son un fendémeno histérico a la vez de ser un género
literario con mucha peculiaridad; hay que aprovecharlos para
entretejer otros elementos y asi analizarlos en su_ propio
contexto. "El sermén novohispano impreso brot6 no tanto con la
evangelizacién misionera, cuanto con las prédicas a
conquistadores y pobladores. De hecho, la mayor parte de sermones
que han llegado hasta nosotros representan la evolucién, no de la
prédica dirigida a indigenas, sino del sermén endilgado a
espafioles, finalmente criollos y mestizos." '*
Por medio de los sermones se hacian los honores a la
divinidad o a personajes importantes, como ya se dijo, pero
también se exponian los elementos teolédgicos y tradiciones del
cristianismo. Estas ideas llegaban, y penetraban en algunos
casos, en los miembros de la sociedad que se dedicaban a los
rezos y que no pocas veces caian en pecado. Para hacer que el
serm6n entrara en lo mas profundo de las conciencias y del
espiritu, los predicadores, regulares y seculares, debian
prepararse de la mejor forma en los contenidos, el arte y algunas
tacticas de persuaci6én para lograr el convencimiento y
arrepentimiento total de los individuos. Esta retérica, combinada
con la gramatica y la filosofia, permiti6d el pronunciamiento de
una gran variedad de sermones, "que representan en su mayoria un
tipo especial de prédica: el sermén atildado, esto es, el sermén
12.- Carlos Herrején P. Op. Cit., p. 61.
86
trabajado y pulido por un orador de renombre y para ocasidén
solemne. Familiarmente se llamaba sermén de campanillas."
Se encuentran otros varios tipos de sermones, pero uno de
ellos y que generalmente es de los m&s utilizados en las
predicaciones, es el panegirico, mejor conocido como de alabanza.
Dedicado a santos varones, a alguna de las personas de la
Santisima Trinidad o a la Virgen Maria, este discurso toma una
gran importancia en el territorio novohispano primero, por
alabanza a la MInmaculada Concepcién y, posteriormente, al
reasumirse dicha advocacién en la de la Virgen de Guadalupe.
Durante la segunda mitad del siglo XVIII, "el sermén guadalupano
adquiere preeminencia inusitada. La conquista del ptilpito y de la
prensa por parte de los criollos parece consumada. Mientras
tanto, comienzan a soplar los aires de una renovaci6én en el
ministerio de la palabra, apoyada en los modelos de la
127 patristica."
Desde los tiltimos afios de la década de 1750, los curas
formados en la ciudad de México comienzan a dar un testimonio
cada vez mayor de la veneracién a la Guadalupana de tal forma que
realizan una gran cantidad de sermones pronunciados en el Tepeyac
con el afan de ganar un puesto en la Colegiata.
El sermén novohispano se transform6 de una manera
interesante. De ser un discurso fluido y sencillo, se convirtié
en un discurso lleno de citas que, de acuerdo con el Concilio de
"6.. Ibid, p. 62. “1. Ibid, p. 66.
87
Trento, buscaba explicar los principios de la fe catélica a
través de las referencias biblicas, las tradiciones, pasando por
la patristica y el magisterio eclesiastico. ™ Los predicadores
novohispanos se apoderaron de dicho espiritu y utilizaron un
sentido figurado en sus explicaciones al interpretar los textos
religiosos; buscaron con esto absorber y reunir los sentimientos
de algunos, o de todos los individuos ilustrados nacidos en la
Nueva Espafia y asi profundizar en la conciencia de la importancia
que tenfiaesta nueva nacién en gestacién. La recuperacién del
pasado indigena y la exhaltacién de los derechos americanos, asi
como el énfasis en el culto Guadalupano, manifestaron lo mas
brillante, digno, solemne y triunfante del espiritu predicador,
pues se tenia la idea de una sociedad nueva. "Aqui estriba el
arte del predicador, en saber bordar con hilos de diferentes
colores, en saber construir el estipite de esta oratoria con
diversidad de formas que van a la vez en miltiples direcciones y
129 a fin de cuentas en una sola." Algunos de los ejemplos de
sermones revisados contienen esta forma.
La exaltaci6én a la Virgen de Guadalupe se hace con un fin: el
reconocimiento de la sociedad novohispana como una comunidad con
capacidad para desarrollar todo tipo de actividades, pero con una
gran ventaja sobre las demas naciones del mundo: la presencia de
Maria Virgen en su advocacién de Guadalupe. Esta advocacién sirve
para demostrar la predilecci6én divina por esta nacién apabullada
por los vientos contrarios a ella.
28... Ibid, pp. 67-68. 29... Ibid, p. 70.
838
La participaci6n en estos sermones de los religiosos de
distintas 6rdenes, pero sobre todo de los jesuitas, imprime un
sello de reivindicaci6én a la América entera, m&as especialmente a
la Nueva Espafia. Se utilizan términos que favorecen de una u otra
forma la libre y propia direccién de una nacién en proceso
formativo; una nacién que cuenta con el auxilio de la Guadalupana
quien no la dejara desprotegida en ninguno de los caminos que
decida emprender.
A lo largo de los diferentes sermones se observa la constante
referencia a la distincién que hizo el Creador, por medio de
Santa Maria de Guadalupe, en la eleccién de esta sociedad que de
acuerdo a lo expuesto por los misioneros, se habia alejado del
Dios verdadero para tener una serie de pradcticas idélatras. Estos
pueblos barbaros, que tuvieron la suerte de ser evangelizados por
un grupo de hombres sabios en la doctrina cristiana, tienen el
mérito de ser escogidos por Guadalupe como sus hijos adoptivos,
como los hijos concebidos y de los cuales nunca apartara su
protecci6én. Esta deferencia hacia los “indianos' '", les eleva
por encima de las demas naciones ya que Maria Santisima nunca
antes hizo @ésto con otra nacién, es decir, Ella “tiene la
propiedad de ser Aquerotipa, esto es, obra no realizada por la
mano del hombre, sino por la de Dios, milagrosamente." ”!
0. Utilizo esta palabra aqui, como una manera de introducir al lector en los términos utilizados en los
sermones para referirse a los naturales de América, especificamente de la Nueva Espana.
(31... Ernesto de la Torre Villar. En torno al guadalupanismo. Miguel Angel Porrtia, Librero-Editor. México,
1985, (Coleccién Aniversario V), p. 72.
89
B. TEMAS GUADALUPANOS PRINCIPALES EN EL DISCURSO RELIGIOSO DEL
SIGLO XVIII.
Uno de los puntos importantes de la cosmogonia mexicana posterior
a la conquista, es decir mestiza, radica en las innegables
Similitudes que presentan las religiones tanto de los pueblos
prehispanicos como del espafiol. El punto culminante, sin embargo,
no reside en el tinico Dios verdadero, sino en la figura de Santa
Maria de Guadalupe que constituye el centro de identificaci6én del
pensamiento cristiano-catélico y la convicci6én prehispanica de la
permanente espiritualidad y naturaleza indigena. Esto lo
sintetizo como sigue:
1. El milagro de la manifestacién: la Virgen de Guadalupe.
Desde el punto de vista de la espiritualidad y la fe que los
creyentes tienen en el Ser Supremo, la revelacién de Maria al
género humano es una decisién tomada por El mismo desde el
principio de los tiempos. El objetivo que se persigue es redimir
al hombre y librarlo del pecado, de esa falta grave contra el
Creador que es la que lo aparta de su divinidad. ¢Cémo busca el
Ser Supremo salvar a quien no ha cumplido su voluntad, a pesar de
ser su creacién mas perfecta? El hombre ha sido modelado a imagen
y semejanza de Dios, esto quiere decir que lo ha creado con libre
voluntad e inteligencia para decidir el camino a seguir. Sin
embargo, estos seres se han desviado de su misién principal al
90
haber elegido el sendero mas facil de acuerdo a su conveniencia
particular. El olvido al Padre y su creencia en fuerzas de la
naturaleza a las que se les atribuye un poder mayor, implica la
idolatria que ha alejado al ser humano de la divinidad.
A pesar de dichas actitudes, el Padre busca la enmienda de
sus hijos y poder regresarlos al camino correcto, y lo hara a
través de su hijo Jesucristo, el mismo Dios hecho Hombre. Como un
ser perfecto que vendra a la tierra, necesita un medio libre de
toda mancha por el que llegara al contacto con sus semejantes.
Ese camino es Maria, designada por el Padre para que por medio de
ella nazca su hijo. El plan de la redencién se habia completado:
Dios Padre creador de todo lo existente; Dios Hijo, Jests,
redentor del género humano; Dios Espiritu Santo que se encargaria
de depositar la semilla salvadora del mundo en Maria, la elegida,
corredentora de los hombres.
Para que la semilla dé los frutos, debera morir y el género
humano tendra conocimiento de ello. La predicacién se extenderia
por todo el universo para gloria de Dios y la ayuda de Maria,
como intercesora de los hombres ante Dios y su hijo Jesucristo,
completaria el plan de salvacién. Se forma un circulo de amor
donde Dios cumple su promesa de protecci6én a sus hijos por encima
de todo lo creado.
En el principio, y en el fin esta Christo. En el
principio dandose Christo a Maria al hacerse su hijo:
liber generationis Jesu-Christi. Esto executado
cuando cumple su juramento. En el fin dandose Maria a
Christo, cuando se aparece declardndose su Madre:
91
Mariae de qua natus est Jesus. Este es su misterioso
circulo formado en el Evangelio, al cumplir Dios su
antiguo juramento. '”
Pero este circulo se hace mas intenso cuando es aceptado
incondicionalmente por los hombres, declardndose vasallos del
Creador y de Maria. Este ciclo no logr6é su cometido en Oriente,
mas especificamente en el pueblo de Israel, y por ello se
trasladé6 a tierras americanas, en donde si apreciarian de
Singular forma este sacrificio divino.
El nuevo continente, anteriormente considerado bdrbaro e
idélatra, aproveché6 tal privilegio y se convirti6 en el pueblo
elegido de Dios. Diez afios después de la rendicién de
Tenochtitlan, la manifestacién divina se hace presente por medio
de Maria, esa madre amorosa que ha visto en los americanos un
pueblo décil y con una religiosidad muy profunda. Esa fe ha
permitido que este pueblo adopte la creencia en el verdadero Dios
y por lo mismo, forme parte de la redencién que Cristo ha traido
a los seres humanos. Pero ademas, trae consigo el consuelo a
tantas tristezas y sacrificios por los que estos nuevos stbditos
han pasado durante una década a partir del momento de la
conquista: ese consuelo es Maria quien se manifiesta en su imagen
de Guadalupe.
Pero que me canso en nombrar Naciones? Fueron
enviados los apdéstoles a todas las criaturas:
Predicate Evangelium omni creatura. Y de todas las
32. Bartolomé Felipe de Ita y Parra. El circulo del amor formado por la América Septentrional, jurando a
Maria Santissima en su imagen de Guadalupe, la imagen del patrocinio de todo su reyno. Sermén Panegyrico. México. Imprenta de la Viuda de D. Joseph de Hogal. 1747, p. 11.
92
criaturas fueron excepcién las Naciones Americanas?
Oh infelicidad! Oh desgracia! Y como pudiera
mitigarse este sentimiento? Como se pudiera acallar
esta queja si no fuera a tu vista, y en tu presencia,
oh bellisima, milagrosa Imagen de la Gran Reina del
Cielo. S6élo tt, Copia perfectisima de la divina
hermosura de la Gran Madre de Dios, pudiste enjugar
das lagrimas de los Indianos. Sdélo tt pudiste
abundantemente compensar aquel que parecia menos
cuidado de la providencia divina. Sabes, oh México,
por qué no enviéd Dios antes Apdéstoles a éstas
tierras? Porque la Santisima Virgen aparecida en
Guadalupe, y retratada en esa su milagrosa Imagen,
habia de ser, como fue, y es, la Misionera de todo
este nuevo Mundo. Decid ahora: En hora buena hayan
tardado a nuestra América las luces del Evangelio, si
le habfan de amanecer en la Aurora de MARIA. Y porque
veneramos a esta bellisima Imagen, en este Templo del
Amor de DfIos: valiéndome oportunamente de la
circunstancia del lugar, procuraré mostrar, como es
toda del Amor de Dios la Imagen de Guadalupe, que
como una prenda de su divinisimo Corazén envié Dios
para la salud de la América.
Ella ha manifestado su amor y protecci6én a otras regiones,
pero éste es un pueblo muy especial. Lo adopta para su proteccién
propia y directa; lo concibe como a su propio hijo, dandole la
posibilidad de compartir las gracias divinas y convirtiendo a
todos los pobladores naturales de la regién en hermanos directos
de Jests.
Aquel amor, que Cristo Jestis se digna explicar tan divina, como familiarmente, con el simil de aquella avecilla casera, que abriga debajo de las alas a los amados polluelos, (...). De este amor de Dios son
'3\~ Fray Juan de Villa Sdnchez. Sermén de ta milagrosa imagen de Nuestra Seriora de Guadalupe de México. 1734, p. 4.
93
efecto las Misiones de los Profetas, y Sabios. De
este amor es efecto, es prenda especialisima la
Misionera Imagen de Guadalupe. ™
Para confirmar esta gracia Dios hace con esta naci6n, a
través de Maria, lo que no hizo con ninguna otra: pintar con
Manos divinas la imagen de Guadalupe en un lienzo burdo, de tal
forma que nunca se apartase de sus hijos y otorgAndoles la
proteccién prometida.
Porque David admirado de aquella gran fineza, con que
la imagen del Verbo apareciéndose en el mundo eligié6
a la tierra de Jacob, para dejarse ver en ella:
Anuntiat Verbum suum Jacob. Sin que lo detuviese ser
su patria lo que elogiaba, exclamé: Non Fecit Taliter
Omni Nationi. Y este mismo fue el Panegyrico que
docta Jesuita pluma dio a la América, gravandolo
inscripci6én de esa Sagrada Imagen, de MARIA en el
Mexicano Guadalupe, por ser marabilla no concedida a
otra Naci6én. Que bien pensado! Non fecit taliter omni
nationi.
Y para corroborar dicho milagro:
Pues si MARIA, ni mas, ni menos, que CHRISTO,
promete, y se queda el mismo tiempo, ni mas, ni
menos, vean, en que otra imagen se nos quedo, como
Sacramentada, en una Capa: Ego vobiscum sum, Ego ero
vobiscum, vsque ad consumationem saeculi. '*
14. Ibid, p. 5
'35.. Bartolomé Felipe de Ita y Parra. El circulo del amor... Op. Cit., p. 1-2.
136 - Juan de Goicochea. La maravilla immarcesible, y milagro continuado de Maria Santisima Seriora Nuestra en su prodigiosa imagen de Guadalupe de México. México, Imprenta de los Herederos de Juan Joseph Guillena Carrascoso, 1709, (Fechado en México el 20 de mayo de 1709), p. 27.
94
Su nombre: Guadalupe; sus caracteristicas: las del pueblo
elegido; su cometido: la reivindicaci6én de una raza fuerte, pero
muy golpeada por su destino; objetivo: demostrar que en el
sufrimiento, Santa Maria de Guadalupe es un consuelo en los
momentos dificiles.
Digolo con dolor, y sentimiento; pero es asi: la
Naci6én mas plebeya, la mds abatida, la mas humilde,
ia Naci6én sola entre todas las del Mundo, que no pudo
salir de ser plebe, con ser rica: Divites plebis.
Estos son aquellos Pueblos ricos de aquella tierra:
Divites illi populi terra illius: aquellos Pueblos
desconocidos de aquella tierra remota, escondida no
menos, que con todo el Océano. Y si 4&stos son en la
profecia de David los que habian de adorar el Rostro
de ia Sefiora en su Imagen: (...) los pueblos
Americanos, que habifan de adorar el rostro de la Gran
Sefiora, en su imagen de Guadalupe.
Expresando esta idea, pero con otras palabras, se utilizan
las mismas que Maria dirigi6 personalmente a su representante
elegido para transmitir su mensaje:
No quiero deberle a vuestra cortesania la fee de este
discurso, sino a la verdad de la Historia. Oid lo que
la misma Sefiora le dixo, en su primera aparicié6n, a
su dichoso, y amado Indio Juan Diego. Sabe, hijo, que
yo soy Maria Virgen, (essa cuya misa vas a oir),
Madre del Verdadero Dios: (cuya doctrina vas a
aprender, y rezar) mi voluntad es, que en este sitio se me edifique un Templo, en que me mostraré piadosa
'37_. Fray Juan de Villa Sanchez. Op. Cit. p. 7.
95
contigo, y con los tuyos y con mis devotos, y con los
que me buscaren, para remedio de sus necesidades.
La revelacién de Maria se torna en algo extraordinario, como
un suceso esplendoroso donde Ella es el punto central entre lo
humano y lo divino. Las apariciones marianas son el
acontecimiento mas comin en el esplendor de la manifestacién de
Dios a los hombres, pero especificamente el caso de Santa Maria
de Guadalupe, se convierte en la ventana que permite al creyente
y a lo conocido, tener contacto con el mundo invisible de la
divinidad. Ya se ha mencionado que Dios interviene a través de
Maria, como una manera de demostrar su preocupaci6n por los
hombres. Maria acttia como la Madre amorosa que asume en su regazo
a los desvalidos y los adopta como hijos a quienes ha prometido
estar siempre con ellos en todo momento.
De amar Dios, y desear ardientemente la hermosura de
la Santisima Virgen, se siguidéd, que diese la Copia la
Imagen de la misma hermosura, para que fuese adorado
su Rostro; como si dijera: Vean los mortales en ese
Rostro la hermosura, que Yo amo: adoren en esa Copia
la belleza, que Yo ardientemente deseo. Y asi di6 a
esta América la Imagen de Guadalupe, como prenda de
su amor. '”
Aunque en torno a la Virgen de Guadalupe se han creado
infinidad de polémicas con respecto a la naturaleza de su imagen
'38.- Bartolomé Felipe de Ita y Parra. La Madre de la salud. La milagrosa imagen de Guadalupe. Madrid, Imprenta de Antonio Marin, 1739, pp. 10-11.
'3°.. Fray Juan de Villa Sénchez. Op. Cit. pp. 7-8.
96
y la autenticidad de las misma, su presencia ha sido asumida por
una gran mayoria como la reivindicadora del pueblo mexicano.
Envi6é Dios a nuestra América el adorable Rostro de la
Sefiora, en su Imagen de Guadalupe; y de donde la
envi6d? De donde la sacé? De donde la copiéd para
enviarla? Diréis, Sefiores, y pensaréis, que la sacé
de la misma hermosura, del mismo Rostro de la
Soberana Persona de MARIA, como de original de esta
Copia. Pues yo, a la verdad, no lo juzgo asi; no
pienso que sacé Dios la Imagen de Guadalupe, de
MARIA, como original, sino del original de MARIA.
Quiero decir, de aquel original, que tiene Dios en su
mismo Corazén, de donde sacé, y copiéd a la misma
Soberana Persona de MARIA.
Esta es una manifestacién distinta a las imagenes
tradicionales de Europa, especialmente de Espafia; para muchos las
caracteristicas de los dos pueblos son completamente distintas:
no hay posibilidad de repeticién de los acontecimientos porque
las circunstancias que viven las dos regiones se manifiestan de
diferente forma. La presencia de la mujer libre de mancha, que ha
concebido sin macula y que aparece embarazada, es una simbologia
que permite observar al pueblo mexicano como el hijo que lleva en
su vientre. La mujer del Apocalipsis (12,1) ', de la que habla
San Juan, es la vencedora del pecado y del enemigo que busca
acabar con el hijo protegido por Ella:
O felicidad la nuestra en ser hijos de MARIA Santisima de Guadalupe, con la especialidad de no
\40.. Ibid, pp. 8-9. Ml. Véase nota 67.
97
poderse apartar nuestro ser, ni nuestro espiritu de su Divina Imagen! Espere el Dragén el parto, pero no lo logrard, porque mientras dure
aquella Imagen, siempre tendra en si misma nuestro
ser. '*
El pueblo de México es el elegido por Dios para vencer las
adversidades de su desarrollo. La fuerza que imprime la presencia
de Santa Maria de Guadalupe, unifica con gran Animo a esa gente
que lucha por su reivindicacién. Por ello les da su proteccié6n.
Este es el especialisimo Patrocinio, que gozan los
Indianos en esta Sagrada Imagen, que no pudiéndose
separarse de ellos por hijos no nacidos, sino
concebidos solo, siempre los tiene MARIA consigo,
nunca los aparta, jamas los deja, continuamente los
mantiene, los sustenta, y como en Sagrado Vientre en
un inexpugnable recinto los defiende, los ampara, los
carga: Portans.
La idea del patrocinio se reafirma constantemente, sobre todo
cuando se indica que:
A todas las naciones favorece MARIA concediéndolas
Imagenes para su refugio; pero ninguna tiene la
gloria de elevarse a formar con la Sefiora su Copia: y
para esta tan rara exhaltacién solo [sic] exige MARIA
entre todas el Indiano.
\2_ Bartolomé Felipe de Ita y Parra. La imagen de Guadalupe, imagen del Patrocinio: sermén_ panegyrico,
México, por la Viuda de Don Joseph Bernardo de Hogal, Impresora del Real y Apostélico Tribunal de la Santa
Cruzada, 1744, pp. 20-21. '9._ Ibid, p. 19. ‘4. Ibid, p. 22.
98
De acuerdo con la perspectiva religiosa, se aseveraba que el
sufrimiento del pueblo mexicano y las humillaciones de que habia
Sido objeto desde el proceso de la caida de Tenochtitlan, eran el
motivo por el que la Virgen asume el papel reivindicador en el
que el pueblo oprimido se identifica y encuentra motivo de
orgullo. De acuerdo con esto, la imagen guadalupana se imprime
por obra divina como la voluntad del Creador de proteger a tan
menoscabado pueblo de manera fehaciente y directa. Es decir,
quién mejor que la Madre del Salvador para que bajo su cuidado,
se recobrara la dignidad y, por consiguiente, la libertad.
2. Los elegidos de Santa Maria de Guadalupe.
Vuelvo a considerar los siguientes aspectos desde el punto de
vista de la espiritualidad y la fe cristianas, donde se indica
que los medios utilizados por Dios y Maria para manifestarse al
pueblo elegido se hacen patentes en el momento en que se produce
la revelacién a los seres humanos. El hecho de ser Divinidades,
no implica que ellos se presenten en medio de grandes lujos y a
través de personajes importantes. Los evangelios indican que
Jesis vino al mundo a salvar a los pecadores, es por medio de
ellos que realizara sus milagros para que todos crean. Esto no
quiere decir que olvide al resto de sus hijos, pero considera que
si los médicos viene a curar a los enfermos, los sanos no tienen
99
una urgente necesidad de ser atendidos por los galenos; sin
embargo, ofrece al resto de los seres humanos su proteccién y la
entregara con gusto a quien se acoja a ella y le solicite sus
favores, buscandola en el lugar que El ha determinado para su
veneracién.
(...) la misma Sefiora quiere que vengan aqui fal templo] a buscarla, para que hallen el remedio de sus necesidades.
El milagro aparece en el momento que interviene la
experiencia personal de la Divinidad conjuntamente con la del
escogido. La celestial aparici6én de Guadalupe a un natural recién
convertido al cristianismo patentiza la predileccidén de la Virgen
por el que sufre, por el que ha experimentado un drastico cambio
en sus formas de vida. ¢~Por qué Juan Diego y no un espafiol de
renombre? Porque los peninsulares conocian de sobra al Dios
Creador, en sus tres personas, asi como las diferentes
manifestaciones de Maria como corredentora del mundo. Se tenia
que convencer totalmente a quienes ~no conocian el cristianismo'
y se estaban instruyendo en sus fundamentos, demostrarles que
también formaban parte del plan divino de la salvacién, ademas
Dios elige a los seres de menor naturaleza, o que son
despreciados por otros, porque desea quedarse entre ellos.
No imprimi6 Dios su Imagen en los de superior naturaleza: dejé los Angeles, y tomé los hombres.
\48_- Bartolomé Felipe de Ita y Parra. La Madre de la Salud... Qp. Cit., p. U1.
100
Cuando habla de su naturaleza pequefia, habla de la sencillez
y la humildad que presentan estos seres; por haber sido expuestos
a las humillaciones y desprecios de los otros hombres y por ser
considerados barbaros e idélatras en sus costumbres.
Conceddmos por ahora cuanto se dice y escribe graciosamente de los Indianos, y en su desprecio, que en todo ello califica de asombrosa, y especial la dignaci6én con que MARIA Santisima se anonada, se humilla, y se abate a formar su Imagen con un Espiritu, que le reputa por lo mds inferior de la tierra. Sea asi, y que por nuestro amor deje tanto bueno, y quiera unir a si tanto malo. '"
Estos elementos les han llevado a ser los primeros en el
reino de Dios y a ser superiores al resto de las naciones,
Indianos: permitid gustosos, que todas las Naciones os lleven las ventajas de que se presencian en sus tierras, y en sus antigtiedades: en sus Coronas, y en sus ascendencias: pero la honra, y gloria, que ninguna otra gente tiene de elevaros MARIA a formar con vuestro Espfritu su Imagen en esta de Guadalupe, os coloca hoy en una categoria superior a las demas Naciones. '*
Porque Dios y Santa Maria de Guadalupe se han convertido en
sus protectores eternos ante la adversidad.
América, especialmente la Nueva Espafia, ha comprendido el
mensaje divino y no se puede comparar con el resto de las
‘48. Bartolomé Felipe de Ita y Parra. La imagen de Guadalupe, ... Op. Cit., p. 26.
47. Loc. Cit. 48. Ibid, p. 28.
101
naciones. Acepta su papel de manera paulatina dentro del
cristianismo, las idolatrias quedan poco a poco en el pasado y
esta situaci6én permite que se derrame sobre los evangelizados la
protecci6én de Maria de Guadalupe como el medio para su guia y
cuidado.
Y mas cuando una constante experiencia nos ha hecho ver, que vino misericordiosamente a socorrernos, y que nuestro alivio fue el objeto de su venida, y de su permanencia. '”
AGn con todo lo dicho anteriormente, hay quienes vuelcan su
postura a sostener que en la América espafiola ya se tenian
muestras del conocimiento cristiano debido a la predicacién
aposté6élica de los primeros discipulos de Jestis, quien les indicé
llevar su palabra hasta los confines de la tierra. Manifiesto es
el destino del nuevo continente que no queda fuera del plan
divino, y se demuestra en el hecho de que lo establecido en las
Sagradas Escrituras corrobora el derecho de los naturales, de
estos indianos que gozan de la eleccién divina y por ende,
celebran con gran énfasis a Maria de Guadalupe, tributandole como
su madre adoptiva, muy querida.
Aqui esta ya conocido el exceso del Indiano al Israelita; por lo que acierta en lo que adora, errando tanto aquel en lo que veneraba. Que religiosos son sus cultos! Ha Jurado Patrona Universal de sus dominios a MARIA Sefiora, verdadera
Reina del Cielo: y viene oy a este Templo a cumplir
\9|- Pablo Antonio Periuelas. Panegirico a Nuestra Senora de Guadalupe que predicé en el famoso templo de
su santuario de México el Br. D. ... México, Imprenta de Don Felipe Ziifiiga y Ontiveros, 1782, pp. 8-9.
102
su voto. Merecen elogi os sus voces, no
reprehensiones, como alla en Israel. '”
Santa Maria de Guadalupe, comparada con la zarza a través de
la cual hablé Dios a Moisés, es la solucién preparada por el
Creador para pertenecerle al pueblo mexicano y librarlo de la
servidumbre a la que ha sido reducido.
Hasta esta tierra de Guadalupe, en que se aparecié la Zarza de essa Imagen de Maria, es santa, por esso
hemos de venir aqui a adorarla. "
En otras palabras:
La creencia y las costumbres de los Indios, que a manera de una espesa y negra tiniebla se habia tendido por tanto tiempo sobre sus entendimientos, se disipé6 luego luego, para dar lugar a la Antorcha resplandeciente de la Fé, la cual se extendiéd con tanta rapidez, que el mismo afio que se dej6é ver esta Soberana Imagen de GUADALUPE, se contaba mas de un millén de Indios bautizados, y el afio siguiente se asombraba el Sefior Zumarraga de la claridad con que se confesaban, la copia de lagrimas con que recibian el adorable Sacramento de la Eucaristia, y la
prontitud con que aprendian la doctrina cristiana. '™
Las ideas sobre la bondad otorgada al pueblo mexicano van
avanzando conforme la actividad de los religiosos criollos adopta
una serie de conceptos que justifican la capacidad intelectual y
moral de los americanos. La utilizacién de términos que se
80. Bartolomé Felipe de Ita y Parra. El circulo del amor... Op. Cit., p. 6.
‘31. Bartolomé Felipe de Ita y Parra. La Madre de la Salud... Op. Cit., p. 10.
'32.. Pablo Antonio Pertuelas. Op. Cit. pp. 10-11.
103
refieren a los naturales del continente, varian; se tiene como
ejemplo una primera denominacién: los indianos, como parte de los
pobladores de la Nueva Espafia, los que son sometidos por los
militares, pero acogidos por los religiosos para ser instruidos
en el verdadero conocimiento de Dios. Estos indianos se
transforman al ser los poseedores de la gracia divina transmitida
por Santa Maria de Guadalupe; ello los convierte en parte del
pueblo americano, para que posteriormente los sacerdotes criollos
remarquen con é6nfasis, el derecho que se tiene de ser llamados
mexicanos.
Mudé de estilo; porque todas las demds Naciones empezaron a aprender por el Jestis; assi el Apdéstol S. Pablo: Praedicamus Jeshum-Christum. La de los Mexicanos comenz6 por MARIA. ™
3. El ayate de Juan Diego como prueba inescrutable de la
milagrosa imagen guadalupana.
Se ha dicho con anterioridad que, Dios elige los medios para
hacer patente su proteccién a los seres humanos; busca aquellas
cosas y personas que muestran humildad en todos sentidos. Los
individuos que en sus actos revelan obediencia y sencillez son
'8.- Francisco Javier Lazcano. Sermén_panegyrico al inclyto patronato de Maria Sefiora Nuestra en su milagrosisima imagen de Guadalupe sobre la universal septentrional América. México. Imprenta de la Bibliotheca Mexicana, en frente de San Agustin, 1759, p. 9.
104
considerados como los mejores mensajeros para llevar las buenas
nuevas. Pero ademas de esta presencia, se necesitan algunos
objetos a través de los que las manifestaciones de la revelacién
divina sean palpables y confirmen esa voluntad celestial.
En el caso de Santa Maria de Guadalupe, Dios hace que Ella
sea el medio de transmisién de la protecci6én divina; para que
esta aparicién se haga patente y permanezca como muestra de dicha
deferencia, se hace uso de un lienzo propio de los naturales de
la Nueva Espafia. Ropa hecha de materiales originarios de América
y, que denotan adn mas, la preferencia del Omnipotente por el
pueblo que necesita alguien en quien sostenerse y afianzarse para
sobrellevar los sufrimientos por los que estd pasando.
El lienzo es mas grosero, que el Cafiamazo mas crudo,
el texido, es tan tosco, tan ralo, que no niega la luz a quien por el envez lo mira, el hilo, que une las dos mitades, es de Algodén, mal torcido, el punto de su costura, es largo, la materia del lienzo, es Istli del Maguey, segtin unos, de la Palma Icocotl, segtiin otros, sin aparejo de yeso, sin imprimaci6n,
184
El Verbo Divino vino al mundo para dejar su imagen a los
hombres, permitiendo con ello que su proteccién se extienda a
todo el orbe; pero para lograr esta continuidad Maria, en
Guadalupe, dejé plasmar su imagen como continuaci6én de la de su
Hijo, al estamparse su figura en un lienzo tosco y burdo como lo
es la del ayate.
154. Juan de Goicochea. Op. Cit., p. 23-24.
105
Esta es la misma Imagen suya, que nos dejé para asegurarnos de su palabra, conviddndonos a que le Pidamos: ya han pasado 250 afios, y ahi esta todavia para nuestro consuelo, a pesar del tiempo, y de la débil materia, en que quiso quedarse. '*
La Virgen de Guadalupe es copia fiel de la imagen original de
Maria, madre de Dios.
La Imagen que vino a la tierra encarnado el Verbo, se aparecié para original de esta otra Imagen, que form6é MARIA, dejandose ver en Guadalupe. Ad Imaginem haec Imago venit ad terras. Esta, segtin todas sus circunstancias, es verdadera copia, pero de aquel Libro: Liber generationis Jesu Christi. '
Aunque para algunos, Santa Marfa de Guadalupe es copia fiel
del original, para otros es el mismo original con la facultad de
plasmarse Ella misma para la proteccidén de sus hijos:
Dios Omnipotente cuando copia, y cuando retrata, no saca la Imagen por el original, sino por el original del original; no retrata imitando fuera de si, sino sacando de aquel original, que tiene dentro de si.
Si se toma como ejemplo la zarza ardiente por medio de la que
se comunica Dios con Moisés, el ayate de Juan Diego es la base
para que se imprima la imagen guadalupana; esa planta a través de
la cual se revela Maria a sus hijos:
155|- Pablo Antonio Periuelas. Op. Cit. pp. 7-8.
13¢.- Bartolomé Felipe de Ita y Parra. La imagen de Guadalupe, ... Op. Cit., p. 4. '57|. Fray Juan de Villa Sdnchez. Op. Cit, p. 9.
106
La Zarza, en que se le apareciéd Dios a Moisés, digo, que es esa Soberana Imagen de Guadalupe. '*
En ella les habla y promete su patrocinio eterno puesto que
la imagen divina es la que mantendrad siempre presente e
incorruptible el lienzo que guarda su figura. Si su voluntad
decidiera dejar desprovistos a sus hijos de la proteccién que una
vez les fue prometida, la imagen desapareceria de esa tabla de
salvaci6én que es el ayate. Sin imagen no hay ayate, sin é&ste no
hay un pueblo que rinda culto a La Virgen de Guadalupe y por lo
tanto El Padre no tendria interés en sus hijos y dejaria que se
perdieran en el pecado.
(...): con nosotros particularmente MARIA en esta su Imagen desde que se aparecié en Guadalupe, porque sin su Capa, o Ayate, (que son los Indianos) no puede estar la Imagen. '”
Al momento de estamparse la imagen de Guadalupe en la tilma
lo hace de una manera perfecta, sin defectos ni errores, con el
tono de los colores exactos para demostrar que no _ hay
equivocacién en la seleccién de los elementos que se han
plasmado, tanto para la realizaci6én del milagro como para la
eleccién del pueblo destinado a ser la nueva cuna de la
salvaci6n.
58,- Bartolomé Felipe de Ita y Parra. La Madre de la Salud... Op. Cit., p. 5. 159. Ibid, p. 9.
107
Y observando la misma Simetria de pies a cabeza, se responden iguales su gala y su hermosura.
Los naturales de estas tierras han sido considerados por sus
conquistadores como salvajes e irracionales, puesto que no
conocfan, entre otras cosas, el alfabeto de los espafioles. Pero
no necesariamente tenian que saber estas formas de expresi6én para
comprender el testimonio que les dej6 Santa Maria de Guadalupe al
imprimir su imagen en el ayate de Juan Diego, dando una muestra
de como esta pintura celestial era uno de los tantos ejemplos de
la predileccién que Dios tenia por ellos y a través del que les
otorgaria el bastién para obtener la fuerza que vence los
obstaculos que no les permiten desarrollarse plenamente como
seres humanos, con sus derechos y obligaciones.
Amante MARIA de los Indianos, si eran ignorantes, en
dugar de Escriptura, se les imprime Imagen, para que si no saben leer, se contenten con mirar: aprendan en
el Lienzo, lo que no alcanzan en el Libro. Son voces del Derecho. *!
Asi como el cielo es la capa que cubre todo lo creado en el
mundo, asi también Santa Maria de Guadalupe se convierte en la
capa protectora de los naturales de México, para ello se
manifiesta en un lienzo perteneciente a uno de esos hijos (Juan
Diego), donde queda constancia de la atencién que da a los
1 - Juan de Goicochea. Op. Cit., p. 65.
6! - Bartolomé Felipe de Ita y Parra. La imagen de Guadalupe, ... Op. Cit., p. 29.
108
humildes, tanto como a los que sufren; proporciona ese cuidado
Sumamente especial a los mexicanos que necesitan consuelo después
de haber pasado por los momentos de la conquista militar y las
secuelas que ésta les dejé.
Pues Cielo nuevo, que sea Capa, no hay otra, que la de Juan Diego, debajo de la Capa del Cielo; porque con MARIA se trasladé todo el Cielo a aquella Capa. 12
La elocuencia en estos fragmentos indica la importancia que
se le da al pueblo mexicano. Ese pueblo que recibe los
menosprecios del resto de los individuos, es el mas grande porque
tiene en sus manos la prueba fiel y constante de la distincién
divina, que es la que le marcarad el camino de su reivindicacién.
Mientras mas se alude a la ayuda de la Guadalupana, mds fortaleza
y seguridad se hacen presentes para lograr el cometido de
resarcir a los indigenas y, conjuntamente con ellos, a todos los
mexicanos y americanos de los malos momentos por los que han
pasado.
Pero a todo é6sto hay que aumentar el hecho de que la
proteccién de la Santa Virgen de Guadalupe también es pedida por
aquellos que no son originarios de América y la intercesi6én de
Maria se extiende a todos los que la piden:
Ya veo todas aquellas cabezas de los Patrones que ofrecen sus pensamientos y votos, como peregrinas
‘62. Juan de Goicochea. Op. Cit., p. 19.
109
flores aligados en aquel lino, o lienzo de Guadalupe, cuyo amparo, les preserve de la ruina capital del pecado. '®
El ayate se convierte en el medio utilizado por Dios para
imprimir la imagen de Marfa, compendiando asi los dones y
maravillas que se otorgan a los seres humanos, en especial a sus
hijos mAs necesitados:
Qué mds diré? Mirdbale Dios y se esmeraba en la Imagen Soberana de Maria, tocadbala con los colores de
las virtudes; retocdbala con perfiles de dones y gracias, tanto que el mismo Dios, como se admiré y alegré de verla tan perfecta y hermosa: (...). Atended que hizo Dios cosas grandes, prodigios, Milagros, en la Imagen de Maria, fue un lienzo como de prueba para ostentacién de su poder y sabiduria, como lo suelen hacer los Artifices de la tierra para hacer alarde de su pincel. ™
4. Lugar de veneracién: el templo guadalupano.
Los lugares donde se llevan a cabo las apariciones, se convierten
en zonas de importancia como prueba de la intervenci6én divina. Se
transforman en puntos atractivos para el peregrinaje, pues son la
representaci6én de la regién donde presencia celestial se
'9.- Fray Juan de Rueda. Sermén panegirico, que en la celebridad de la dedicacién del Templo nuevo de San
Bernardo Titulo de Maria de Guadalupe; dia tercero de la octava, que cupo a la esclarecida Religién del Sefior
S. Augustin, dixo el M.R.P.M. ... México, 1691, p. 44.
\4.. Fray Mathias de San Juan Bautista. Sermén en la dedicacién del Templo de San Bernardo que con nuevo Titulo del Nombre de Maria e Imagen de Guadalupe, predicé por su religién del Carmen, el dia quinto de la
gctava, que fue del Principe de los Apéstoles S. Pedro, el Padre ... México, 1691, p. 58.
110
manifiesta directamente o a través del santo al que se le otorga
un reconocimiento especial.
Los santuarios principales en que se alberga el culto de las
diferentes apariciones milagrosas, se encuentran un_ tanto
alejados de las ciudades ya que implican una forma de realizar un
esfuerzo extra para visitar el templo dedicado a Dios, a la
advocaci6n mariana correspondiente o al santo al que se pidié su
intercesi6n. Es una oportunidad para agradecer los favores que se
han recibido y que alientan a los creyentes para seguir su
camino, asi como para solicitar el remedio a dificultades o
diversas necesidades.
De dichas regiones caracterizadas por formar parte de un
territorio que ha pasado por circunstancias dificiles, por el
sufrimiento de algunos pueblos o por la necesidad de aliviar
algunas calamidades (enfermedades, crisis, guerras, etc.), emanan
las muestras de la omnipotencia divina y que hacen del lugar de
la elecci6én un punto de reunién para todos los creyentes.
El caso del Tepeyac tiene algunos de estos ejemplos, aunque
se une otro mas: la veneraci6én a la diosa Tonantzin en ese cerro.
El culto a esta Diosa Madre era uno de los m&s importantes dentro
de la cultura azteca; a 61 se hacfian un sinntimero de
peregrinaciones de los pueblos aledafios a la zona para rendir
tributo a esta deidad. Pero el panorama cambiarad a partir del afio
1531 en que la tradicién cuenta se dieron las apariciones de
Maria. El culto mas importante serd el de la virgen Guadalupana
ae
que se convierte en la manifestacién particular de los naturales
de la Nueva Espafia.
En un punto arido y no fértil (Tepeyac), se hizo la eleccién
de un indigena (Juan Diego), que llevaria la peticién a la
autoridad eclesiastica (Fray Juan de Zumarraga) para la
construccién de un templo en el cual se venerara la imagen
Guadalupana. La prueba fehaciente: el estampado de la figura
celestial en la capa del enviado, acompafiada por rosas de
Castilla (imposible de ser cultivadas en lo seco de ese suelo).
(...), se estamparon en ella, para estamparla; ellas fueron flores, y por la frente, vemos estrellas, las que por el envéz se nos convierten otra vez en rosas: cayeron jas mas al Pontificio Solio desplegando Juan Diego ante el OBISPO todo un Cielo en su Capa; pues yo dixera, que quedéd en ella por colores el rocio del Alva; 168
La peticién se cumple: la construccién del templo se hace de
manera simétrica, no necesariamente pensando en las igualdades
materiales, sino mas bien en las semejanzas divinas.
Lo que hay més en lo invisible es, que mientras el Obispo bendice el Templo material, Cristo como Pontifice supremo, y Eterno nos estd bendiciendo desde el Cielo. Oigan este consuelo los que edifican Templos a Dios, que los bendice Cristo con bendici6én particular, y con esta bendicién se borra cualquiera sospecha. '®
‘65. Juan de Goicochea. Op. Cit., p. 15-16.
\66. Joseph Vidal de Figueroa. Sermon a la dedicacién del Templo de San Bernardo con el titulo del nombre de Maria en el_milagro de _su_aparicién_en Guadalupe de México, ... predicolo el primero dia de su octava el
Doctor... México, 1691, p. 5.
112
La iglesia de Dios son todos sus hijos, sin excepcién alguna;
ellos componen este cuerpo mistico cuya cabeza es Jesucristo. La
Pparticipacién comprende a todos sin distincién alguna, y no
solamente a unos pocos, ya que este privilegio se designa por
igual al género humano. El que lleva la buena noticia es uno,
pero debe compartirla a los dem&4s y hacerlos participes de todos
los dones:
A mf solo, (dice Jacob) mandé Dios, que le hiciera el Templo, pero porque yo no haga falta, por algitin acontecimiento, vamos todos los parientes de mi familia a la obra, para que todos entren en la obligacién de acabarla, y darle Ultima perfeccién.
En ese cuerpo mistico hay perfeccién desde el momento de su
creaci6én, pero para manifestarse al género humano, se _ hizo
necesario un medio de realizaci6én: Maria, Madre del redentor. La
advocacién Guadalupana de la Virgen se convierte en el templo que
resguarda y protege al necesitado, al doliente, que es el
indigena y en el cual asume su cuidado para reivindicarlo.
De el Templo Jerosolimitano se dice, que de la
primera a la tltima, fueron sus piedras iguales, y esso fue igualar la gracia de las demds con la primera; pues por alla fuera, a donde sacan la cara, veanle a este Templo las piedras de Rostro, y las hallaran tan iguales, como el Rostro, que a dentro guardan, en aquellas dos mexillas de una partida granada: (...). Mitad, y mitad de dos iguales cortezas. Pues esta correspondencia, es lo admirable,
61. Ibid, p. 9.
113
que pondera David de tu Templo Santo, o MARIA. (...).
Admirable en la igualdad. ™
El templo material se convierte en el lugar que representa
esta manifestacién y en donde se efecttia la alianza de Dios, a
través de Guadalupe, con los hombres: la correspondencia entre el
patrocinio guadalupano con el juramento de servicio y culto a la
Reina de los cielos.
Y Miguel es el Angel, que en sus hombros la carga al desierto de este inculto Monte; donde como en el Gargano aparecié6 y como ella la Casa, y se le consagra oy con ella, el Templo.
Este templo material también hace posible que los hombres,
como creyentes, se conviertan en templos vivos que alberguen la
presencia de Dios a través de su intercesora, que es Maria de
Guadalupe, por medio de quién se construye y fortalece la
voluntad de aquellos que padecen calamidades. El templo no es
s6lo misticismo, es la columna que sostiene la fé; no solamente
son los santos o los angeles como espiritus elevados, es el
hombre al cudl ha venido el Ser Supremo como muestra de
resistencia a los obstaculos a que esta expuesto, asi como los
sufrimientos. Por ello Guadalupe se manifiesta a un ser casi
indefenso para que transmita a los suyos que ha escogido a este
pueblo mexicano para protegerlo.
\68- Juan de Goicochea. Op. Cit., p. 10.
1 . Ibid, p. 20.
114
No fuera muy dificil el formar una ingeniosa, y Santa competencia entre los Angeles y los hombres, sobre quienes han de ser los que deban celebrar este nuevo Templo dedicado al Nombre Soberano de Maria autorizado en su Imagen de Guadalupe, pues esta Sefiora apareciéndose alli por prueba de este milagro da la autoridad de su nombre: YO SOY MARIA VIRGEN Y MADRE DE DIOS. A este milagro de México, y al
misterio de su nombre se dedica este Templo. '”
La construcci6én del templo en un punto alto de la Nueva
Espafia, manifiesta el deseo de construcci6én de una nueva nacidén
que sobrepasa las potencialidades y habilidades de las dem4s. Una
naci6én que después de tantos avatares, tiene que comenzar desde
cero para lograr su reivindicacién y reconocimiento en el proceso
general de los diferentes grupos y sociedades. Demostrar sus
capacidades innatas, que fueron obstaculizadas por intervenciones
externas, podran lograr el éxito que la futura nacién busca. El
pueblo mexicano, al declararse vasallo y stibdito de Dios y de
Santa Maria de Guadalupe, obtendra todas las gracias divinas y
materiales.
Désele, pues, a Dios aqui, en este lugar, estos nuevos cultos, que yo les aseguro a todas nuestras Indias abundancia en sus miesses, fertilidad en sus campos, prosperidad en sus tiempos, medicina en sus enfermedades, salud en sus vivientes, en sus almas
gracia, y en la Eternidades gloria. ™
Ese lugar alto es un punto Arido, presenta dificultad para
hacer florecer una vegetaci6én variada. Pero estos son los
10 . Joseph Vidal de Figueroa. Op. Cit., p. 2. "|. Bartolomé Felipe de Ita y Parra. La Madre de la Salud... Op. Cit., p. 18.
115
aspectos que ayudan a que las cosas se presenten conforme la
omnipotencia divina lo ha decidido. Dios ha querido escoger ese
cerro del Tepeyac, para revelar a los hombres la presencia de
Santa Maria de Guadalupe como la mayor intercesora entre ellos y
su Creador; desafortunadamente la incredulidad de algunos seres
humanos no les permite ver m&s alla de lo que tienen a la mano,
por lo que se hace necesario obtener una prueba o un motivo por
el que se puedan realizar los grandes acontecimientos.
Es por ello que, para fortalecer la peticién de Guadalupe
para construir un templo en su honor, requiere un objeto que
sirva de prueba, particularmente dificil de obtener, para que los
hombres crean y cumplan con el objetivo solicitado: las rosas que
Juan Diego mostré al obispo para confirmar la presencia de Dios a
través de Santa Maria de Guadalupe.
También a el costo de una rosa plantada a esmeros de la gracia en Jericé, (...), se consiguen esas bendiciones, (...), para que asi se conozca que el estar en pie Zaqueo (...) sin permitirse al descanso, (...), fue para darnos a entender en su constante vigilancia, que en las realidades de aquel cortesano hospedaje, y con las benevolencias de aquellas abundantes bendiciones se sombreaba un edificio si consagrado a Dios, dedicado también a las religiosas veneraciones de una hija Maria toda fragancias, pues es su Imagen hecha de rosas... '”
Al analizar detenidamente estos aspectos, en busca de algunas
comparaciones, se puede indicar que ese cerro arido asemeja a la
'2._. Pedro Manso. Sermén_panegirico, que en_la celebridad de la dedicacién del Templo nuevo de San
Bernardo Titulo de Maria de Guadalupe; dia segundo de la octava, que cupo a la esclarecida familia de los
predicadores, dixo el reverendo Padre Lector ... México, 1691, p. 10.
116
Poblaci6én natural de América y que, debido a sus creencias,
dificilmente pueden cambiar su religiosidad y fé en sus dioses
propios, en sus idolos basados en la naturaleza. Santa Maria de
Guadalupe es el medio por el que Dios obrara el milagro de la
transformaci6én; la fé que antes se tenia en los idolos cambia a
la de un sélo Dios Verdadero; las rosas representan a los nuevos
cristianos y por ello, después del sufrimiento que han
experimentado estos hijos que estaban alejados del Creador, Santa
Maria de Guadalupe permanecera como la protectora eterna de este
pueblo que Ella misma ha escogido:
(...) que saliesen esas fragancias de lo inculto, y espinoso de ese cerro, eso pone en la consideracidén mayor espanto, y hay otra cosa de que se admiren esos espiritus? Si, dice nuestro doctisimo Ayala, (...), se admiraban de que percibian de el nombre admirable de MARIA, las indecibles dulzuras. ™
La sorpresa que los naturales recibieron ante la
manifestaci6én de una nujer con rasgos fisicos parecidos a los
americanos, Santa Maria de Guadalupe, fue uno de los elementos
que probablemente influyeron en la adopcién de esta advocacién y,
por lo tanto, del cristianismo:
(...) vino después de las supersticiones vanas de la Idolatria, parece que alli se hablaba de un Jericé, tierra de Gentiles, o de un México, lugar de Idélatras, donde entraba la mejor de las Reinas a tomar posesiones de un suntuoso Templo. '™
"2. Ibid, p. 11. "4. Loe, Cit.
117
Sera entonces una semejanza compartida: Maria de Guadalupe se
convierte en ese templo que ayudard a proteger y fortalecer la fé
de aquellos “gentiles' acogidos por la nueva y verdadera
religi6én.
Templo firme es este que afianza su estabilidad y firmeza en la Imagen de Guadalupe, y en el nombre de Maria. '”
Esa £6 se consolidaraé con la participacién misma de los
stibditos marianos, el pueblo escogido por la Madre de Jestis para
darles su Patrocinio y Proteccién eternas, la que ayudard para
vencer los obstaculos y salir de las desavenencias con las cuales
han tropezado.
(...) pues afiance este Templo en esta Imagen de Guadalupe su estabilidad: en pie se ve esta Soberana Imagen, asegurando a aqueste Templo firmeza, y también la asegura en el nombre de Maria. '"®
Mientras las manos humanas consagran el templo en nombre de
Maria de Guadalupe, dando una muestra del vasallaje de los
americanos a esta advocacién, el premio que se recibe es la
bendicién del mismo Dios como recompensa de este homenaje a la
mujer elegida por El.
\5,. Fray Luis Méndez. Sermén panegirico que en la celebridad de la dedicacién del Templo Nuevo de San Bernardo Titulo Maria de Guadalupe, dia sexto de la octava, que cupo a la esclarecida Religién de Nuestra
Sefiora de la Merced dixo el M.R.P.M. ... México, 1691, p. 69. 176. Loc. Cit.
118
... buena prevencién para celebrar la entrada que hace hoy Cristo en este nuevo Templo, que construye la devocién fervorosa para el culto de Dios, cuyo es el trono, y mayor conocimiento de Maria de Guadalupe,
cuyo es el titulo. '”
Para finalizar:
Pues sea este Templo dedicado a el nombre de Maria, que asi le serdf de especial agrado a Cristo, cuando se coloca en las aras de ese Altar, y se asegura el
remedio a todas las necesidades. '®
C. LA CIUDAD DE MEXICO: CAPITAL DE SUPREMACIA EN EL TERRITORIO
VIRREINAL.
Quise dejar en un apartado especial el que corresponde a la
ciudad de México porque me es bastante sugerente la posicién que
ocupa la urbe con respecto a la devocién guadalupana, ademas de
poder resaltar particularmente lo que se dice de ella en los
sermones dedicados a la Virgen del Tepeyac como una forma de
mostrar su posicién preponderante en el conjunto del territorio
novohispano primero, y después independiente.
La Gran Tenochtitlan fue la capital del imperio azteca, el
mas importante de Mesoamérica. A la llegada de los espafioles y
7. Pedro Manso. Op. Cit., p. 8. "8 - Fray Luis Méndez. Op. Cit., p. 65.
119
conseguir el triunfo a través del proceso de la conquista, esta
regi6én fue denominada como el centro principal, en todos
sentidos, de las nuevas colonias pertenecientes a Espafia. La
asimilacién de nuevas costumbres y formas de vida permitieron
que, la conjuncién de estos elementos con los que ya_ se
encontraban establecidos, dieran origen a un nuevo grupo social:
los mestizos. Ellos, conjuntamente con los espafioles, las castas
y posteriormente los criollos, constituyeron una minoria con
respecto a los indigenas.
En la formacién de la nueva ciudad, se dieron una serie de
discusiones sobre lo que seria la nueva estructura del Estado, la
politica y otras actividades; en ellas, las autoridades de la
urbe pugnaron por la apertura de nuevos espacios en los que
debian ubicarse todos y cada uno de los actores bajo las nuevas
estructuras de organizacién. "En esa pugna de intereses sobresale
la ciudad como principal personaje; se la ve disputar, medir y
erganizar las calles y los terrenos dentro y fuera de la mancha
urbana." '”
Sin embargo, el grupo mayoritario en cuanto a poblacién (los
indigenas), quedaron fuera de esta nueva organizaci6én. La ciudad,
a la cual habian pertenecido y la que habia sido suya, quedaba
ahora en otras manos para una nueva administracién. Pareciera,
como menciona Andrés Lira, que estas comunidades no tuviesen voz
propia y por ello nadie respet6é su posici6én en la urbe. "No es
'9,- Andrés Lira. Comunidades indigenas frente a la ciudad de México, Tenochtitlan y Tlatelolco, sus pueblos y sus barrios, 1812-1919. El Colegio de México-El Colegio de Michoacdn/CONACYT. México, 1983, p. 13.
120
que no tengan voz, en verdad; es que no se las escucha, pues se
ha puesto la atencién en otros protagonistas de nuestra historia.
En los 4mbitos locales son las ciudades a quienes se ve y se oye.
Es la ciudad de la potencia expansiva que parece darle sentido a
nuestra historia, pues el sentido que inspira a la cultura
europea, tanto en su Ambito original como en sus extensiones en
otros continentes, es de la urbanizacién." '
Pero aGn con todas estas condiciones y la integracién de los
naturales en comunidades fuera de la ciudad (parcialidades), este
grupo siguid asistiendo a la capital para desarrollar sus
actividades de servicio a los espafioles, asi como el de la
instrucci6én religiosa a la que tenian derecho como “nuevos
stbditos de la corona espafiola'. Su asistencia y paso constante
por la urbe, permitieron la coneccién de todos aquellos sucesos
relevantes en la vida de las comunidades indigenas con el centro
de poder politico, econémico, social y religioso. Dios ha estado
desde el principio de los tiempos con estas tierras americanas,
pero principalmente con esta ciudad y lo patentiza con la
presencia de Santa Maria de Guadalupe como testigo de la
fundaci6én de esta urbe.
Porque vos soys, Madre de GUADALUPE, la hermosa
Perla, y bella Margarita del Mexicano Lago, de quien fue dichoso Pescador aquel Americano, que tendiendo en este Monte, cuyo pie y falda lamian las lenguas de sus Aguas; el Ayate de su Capa, como una red [que como red es de rala aquella Tilma) nos pescé en Vos da Perla, a quien se consagra esta hermosa Concha. Vos sois aquella Augural Aguila, Blasén Augusto de la
18.. Ibid, p. 15.
121
Cristiana MEXICO, como lo fue de su Fundacién Gentil la Pefia, el Tuno y el Aguila a quien se fabrica, en el Monte Tepeyacac, este encumbrado Nido. Vos sois la Luna llena, que le dio a la Corte Catdélica de esta Septentrional América, el nombre de Meztli, o México; que como Jericé se interpreta Luna; y se os dedica; como en la casa de Zaqueo, Templo al Sol; a vos Rosa de Jericéd, y Luna de el Mar Mexicano, un nuevo Cielo. Aqui quiso el Hijo DIOS quedarse, y aqui la Madre de Dios Hijo, en su continuado milagro, quiso
perpetuarse: (...). ™
Esto se comprueba al observar la imagen de Guadalupe pintada
celestialmente en el ayate de Juan Diego. El Angel que la tiene
sobre sus hombros posee unas alas que se asemejan a las de un
Aguila, pero esta representacién pertenece de una manera mas
completa a Santa Maria de Guadalupe, porque Ella ha _ sido
concebida por Dios como el Aguila que vuela sobre territorio
arido buscando su lugar.
He pensado, que este Templo, a quien trasumpta en su copia MARIA, como Aguila Mexicana, para perpetuarse Phenix Eterna. '
Ese lugar es donde se le venera y al cual se acude para
solicitar sus favores y bendiciones. Porque hay que corresponder
a la proteccién que ha otorgado a sus_ hijos. Otras
representaciones de Maria han sido adoptadas por muchos seres
humanos en todas las regiones del mundo, por ejemplo, el mismo
caso de México al solicitar el cuidado de la Virgen de los
Remedios; a Ella se le solicita para que acuda a la ciudad oa la
'l |. Juan de Goicochea. Op. Cit., p. 4-5.
"2. Ibid, p. 12.
122
poblacién que lo necesite. A Remedios se le pide que obre los
milagros, en cambio a Guadalupe, por ser la Madre que nos adopta
como sus hijos, se le ruega para que favorezca a la nacién con
sus bendiciones y proteccién.
A la Imagen de los Remedios la trae la Ciudad a su Iglesia para pedirla; a la Imagen de Guadalupe viene la Ciudad a su Iglesia para rogarla. Pues por que la Imagen de los Remedios viene a la Ciudad, y la Ciudad viene a la Imagen de Guadalupe? (...). La milagrosa Imagen de los Remedios no fue aparecida en este Reino, fue traida de la Europa, vino a ser Sefiora de
todos estos Dominios: como que no se aparecié en ellos, (...). Pero la prodigiosisima Imagen de Guadalupe nacié aqui: aqui se aparecié en este lugar: a este Territorio eligié6 como Palacio de su Soberania, para Casa de su magestad, para Trono de su grandeza. Y decidme, sefiores, no piden las leyes de la cortesania, y del respeto, que caminen los vasallos, y los stibditos a los Palacios de sus
Soberanos, para suplicarlos los favores de la gracia? (...)
El tributo a Santa Maria de Guadalupe se va a extender poco
a poco a lo largo de la Nueva Espafia, pero es la ciudad capital
quien comienza por acreditarse a si misma como la que rinde el
tributo principal a la Madre que les ha librado de muchas
calamidades; otorga el reconocimiento que se merece ya que Ella
ha elegido a los mexicanos como sus protegidos.
Es cierto que Guadalupe eligi6 un lugar alto y 4rido para
manifestarse a Juan Diego, solicitando a la vez la construccién
de su templo para que ahi se le venerara:
'83_. Bartolomé Felipe de Ita y Parra. La Madre de la Salud... Op. Cit., p. 4.
Pero
123
Hasta esta tierra de Guadalupe, en que se aparecié la Zarza de essa Imagen de Maria, es santa: por esso hemos de venir aqui a adorarla. ™
la ciudad de México a través de sus autoridades
considera que, como el centro de todas las actividades, se le
debe rendir un homenaje dentro de sus limites y de ella, emanar
el ejemplo al resto del virreinato.
Aparece Maria en Guadalupe, y alli se le erige casa, apareciése acd en México, y hasta ahora no se le habia edificado un Templo, que hace Bernardo (trdtase de hacer nuevo en Guadalupe} y a lo de Abeja ligera, cual otro Zaqueo presto, (...), y habiendo prometido sus asistencias, hasta una cierta determinada tarde,
(...), he de ir a ese cerro inculto, que si ahi admiran los Angeles una aparicién milagrosa, (...), un nombre suave, (...) y unas fragantes rosas, (...), no habra razén para que siendo el pequefio en este nuevo edificio, el que se queda con titulo de hijo en este nuevo Templo, lo traiga para que gocen mis hijas, y no queden impedidas para experimentar suavidades las rosas en su imagen.
Esta forma de exaltar a Santa Marfa de Guadalupe implica
poner el ejemplo a todo el territorio para que todos los que en
61 habiten, se declaren firmes creyentes y seguidores de esta
Madre amorosa; la ciudad de México ha conocido y experimentado el
milagro que la Madre de Dios ha realizado con sus hijos y por
ello se ha propuesto jurar lealtad al Patrocinio Universal de
Santa Marfa de Guadalupe.
8,» Ibid, p. 10. '85 . Pedro Manso. Op. Cit., p. 12.
124
Sefior Excelentisimo, de la salud que esperamos deberle a esta Santa Imagen de Guadalupe, sea el don, y sea la ofrenda el disponer V. Exc. como se lo tiene pedido el [lustre Ayuntamiento de esta Nobilisima
Ciudad, el que ambos Cabildos Eclesiadstico, y Secular, juren a esta Imagen por su Patrona universal de todo el Reyno, haciendo, que para ello venga el
consentimiento de todas sus Reptiblicas. Sea, Sefior el dia de su aparicién maravillosa, festivo en nuestra
tierra: todas sus Ciudades, todos sus Pueblos, segtin su posibilidad, consagren cultos: vengamos todos en este dia, tomando exemplo de V. Exc. a ofrecerle en
agradecidas victimas nuestros corazones, que nunca serd cumplido el reconocimiento al especialisimo favor con que se nos quiso venir la Sefiora a este lugar, en essa su singularisima Imagen, para vincularse en ella todas sus felicidades a la Nueva Espafia. '®
Ella ha salvado a la Nueva Espafia de muchas dificultades,
inclusive desde antes de conocer la verdadera religi6én, ya que
esta regién habia sido elegida por Dios desde el principio de los
tiempos para continuar su plan de salvaci6én. Este pueblo que ha
puesto su £6 completa y servicio incondicional a Maria de
Guadalupe, no puede ser tocado por ningtin tipo de peste o
calamidad mayor, como lo han sufrido otros lugares.
Aqui seria menester reducir otra vez a un breve mapa los tiempos y los lugares de la América Cristiana, para que los vierais demarcados con los beneficios de esta buena Madre. Entonces veritais, como nos ha librado su Patrocinio de aquellas miserias comunes que tiran al exterminio de las Ciudades mas populosas, de aquel azote que crujia sobre los Reinos de David, que le anunciéd el profeta Gad en la peste, hambre y guerra. ¢Cudndo, Sefiores, cuando nos ha afligido el Sefior con aquellas hambres devastadoras, que han sufrido las Provincias mds fértiles de la Europa? ¢Aquellas pestes arrazantes, que casi han consumido la Africa y la Asia, las hemos visto por acé, principalmente después que juramos, con tanto
'86- Bartolomé Felipe de Ita y Parra. La Madre de la Salud... Op. Cit., p. 17.
125
gusto nuestro, por nuestra Patrona a MARIA SANTISIMA DE GUADALUPE? ¢Sabemos cémo son los tristes efectos de aquellas crueles guerras, que han hecho correr en otras partes arroyos de sangre humana? Antes por el contrario, veréis en toda la América colgados en los Templos ilustres testimonios de las bondades de MARIA, que nos ha conservado la salud y la vida?.
Para complementar la idea, se ha tomado una frase en que se
indica la protecci6én de la Virgen de Guadalupe a la ciudad de
México durante una de las tantas epidemias que sufri6é en la época
virreinal:
Notad en estas amorosisimas palabras, y en esta
infalible promessa, dos cosas. La primera, la verdad
de mi asunto, pues la misma sefiora dice, que aqui se
mostrarad Madre: En que me mostraré piadosa Madre.
Acert6 el discurso celebrando a esta Sagrada Imagen
como a Madre de nuestra salud, en este contagio,
alabando a las piadosisimas entrafias de su amor, en
que nos da aqui la vida; y los duicisimos virginales
pechos con que nos la mantiene. Beatus venter qui te
portavit, ubera quae suxisti.
Santa Maria de Guadalupe tiene poder dado por Dios sobre
todos los elementos de la naturaleza y a la Nueva Espafia, o
México, la ha librado de muchas calamidades extremas, ha podido
controlar a todas esas fuerzas que pueden caer sobre todo lo que
existe; en este caso especial, el poder que ha ejercido la Virgen
de Guadalupe ha sido principalmente sobre las aguas, siempre para
beneficio de la ciudad y sus alrededores.
187. Pablo Antonio Pefiuelas. Op. Cit. pp. 12-13. 188. Bartolomé Felipe de Ita y Parra. La Madre de la Salud... Op. Cit., p. 10-11.
126
La ciudad ha padecido los estragos que las inundaciones han
Pprovocado en la estructura de la capital, dafiando edificios,
personas y algunos de los primeros servicios de la urbe; pero en
la conciencia de sus habitantes, esta dirigir una serie de
rogativas a la Virgen Guadalupana para que interceda ante Dios,
quien controla los diferentes elementos de la naturaleza, y
detenga a las lluvias que han golpeado severamente esta regién.
gEn la gran promesa que nos hizo cuando se queddé con nosotros en esta Imagen suya, de ayudarnos en nuestras necesidades, acaso exceptudéd las lluvias? No,
Sefiores; antes ha demostrado el dominio particular
que tiene sobre las aguas, para animarnos a pedirselas confiada y fervorosamente. No podemos acordarnos sin sobresalito, de aquella
terrible inundacién que puso a México en la orilla de
su ruina al afio de 1627: gemian sus habitadores con
la muerte a la vista, y el agua a la garganta, casi
sin esperanza de remedio, cuando se acordé llevar
esta misma Santa Imagen, ante quien derramdis
vuestros ruegos para implorar su Patrocinio. Y lo
mismo fue llegar a las puertas de la Ciudad, que las
aguas que estaban sobre los montes, huyeron con
espanto amontonadndose tumultuariamente unas sobre
otras, para valerme de la expresiédn del Profeta. Y
que ¢La que ahuyenté las aguas que nos hacian mal, no
nos dara las que nos aprovechan para nuestro bien? '®
Ante la experiencia de haber obtenido tantos beneficios, la
capital puede dar testimonio fehaciente de la distinci6én que
Santa Maria de Guadalupe ha hecho para con los mexicanos,
incitando con esto al resto del territorio para que tenga plena
confianza en esta advocacién de la Madre de Jests:
'89 - Pablo Antonio Peruelas. Op. Cit. pp. 14-15.
127
(...), den, pues, el lugar, aunque el ultimo, los
discursos de las evidencias, las conjeturas a las
experiencias (...); y hable aquella Ciudad, que como
mas combatida de este Elemento, le asisten las
mayores: hable digo, nuestra capital México, no ya
Barbara, sino Culta, no Pagana, sino Cristiana: hable
y diganos para alentar la confianza de sus presentes
habitadores, todo lo que la Sefiora ha obrado en los
afios atras en crédito de su Poder sobre las Aguas. ™
Maria de Guadalupe se ha manifestado en este nuevo territorio
como muestra de fortaleza que dard a sus habitantes para vencer
todos los problemas a que se puedan enfrentar, para resistir los
embates que provocan las distintas crisis que perjudiquen a su
lugar elegido. Como muestra, basta indicar que el nombre de MARIA
es el que da la resistencia necesaria a esta ciudad, delineada
como un tablero, como un cuadrado perfecto y firme que resistira
y dara el ejemplo a seguir al resto del territorio.
Asi pues véase esta Ciudad puesta en cuadro, que asi
se manifestard su estabilidad, y fijeza. El nombre de
Marfa en el Hebreo es nombre Tetragrammon que es
nombre que se escribe con cuatro letras M.R.Y.M.
y asi este nombre de Maria es cuadrilatero, o
cuadrado, nombre de cuatro letras correspondiendo a
la Imagen de Guadalupe, no sdédlo en que si Maria se
interpreta Sefiora Domina, esta Imagen se ve con la
Luna a los pies, la Luna representa al Mundo, ... "!
'%_- Luis Beltran. El poder sobre las aguas dado a Nuestra Patrona la Virgen Santisima en su divina imagen de
Guadalupe. Sermén que en el dia 23 de junio y iiltimo novenario, que en el templo de la Real, e Insigne
Colegiata de la misma Senora, hizieron los Caballeros Hazendados, para imperar de su _beneficencia el socorro
de las aguas necesarias a la fertilidad de los campos. México, Imprenta Biblioteca Mexicana, 1765, p. 14,
191. Fray Luis Méndez. Op. Cit., p. 69.
128
Para corroborar esta explicaci6én, era facil apoyarse en que,
si en hebreo son cuatro las letras del nombre de Maria, que son
las que forman los cuatro puntos principales de proteccién a la
ciudad, estas cuatro letras son las que se identifican con las
apariciones de Guadalupe en el Tepeyac:
... pues no sédlo en eso se asemeja esta Imagen a su
nombre, sino que a cuatro letras con que se escribe
corresponden cuatro apariciones, y si la figura
cuadrada es la mds firme, y hermosa en el nombre de
Maria cuadrildtero, o cuadrado afianza este Templo su
estabilidad y hermosura.
Al quedar de manera relevante la posicién de la ciudad como
propagadora del culto guadalupano, se hace necesario que se
construya un templo dentro de los limites de la ciudad para su
culto; en este caso le sera dedicado uno de los templos que, al
ser inicialmente otorgado al patrocinio de San Bernardo,
gustosamente cambia ese derecho por el de tener a Santa Maria de
Guadalupe como su Patrona principal, cediendo su casa para la
reverencia y veneraci6én de la Madre de Dios, advocacién de
Guadalupe.
Aparécese MARIA en Guadalupe, y alli se le hizo un
Santuario, apareciése su Imagen aca en México, cuando
se vi6d pintada en el tosco ayate del felice
mensagero, y hasta ahora no se le habia edificado un
Templo, trat6é6 la devocién fervorosa de hacerlo nuevo
12, Loc. Cit,
129
en Guadalupe, y fue acordada disposicién, el que se
hiciese acd en México. ™
193. Pedro Manso. Op. Cit., p. 12.
130
CONCLUSIONES
El guadalupanismo es una devocién que ha generado mucha polémica
a lo largo de su desarrollo. Desde el momento de las apariciones
de la Virgen Maria en el Tepeyac, se sucedieron diversas
opiniones a favor y en contra de este “evento guadalupano' ™.
Sin embargo, no fue mi propésito en esta investigaci6én discutir
acerca de ellas; mi objetivo primordial fue resaltar algunos
aspectos que creo son importantes para poder lograr un andlisis
histérico de los sermones pronunciados en honor a esta advocacién
mariana de Guadalupe en México.
Esos elementos son en primer lugar, conocer la vida de Maria
y el papel que desempefia en la historia del cristianismo; en
segundo término mostrar que, la intencién principal de un buen
nimero de predicadores durante la primera parte del siglo XVIII,
fue la consideracién del acontecimiento guadalupano como una
serie de manifestaciones divinas en las que el ser humano no tuvo
ningin tipo de intervencién. Por ello fue necesaria la lectura de
textos biblicos y el conocimiento de las doctrinas de ellos
derivadas para comprender el por qué de las diferentes
interpretaciones en torno a un hecho hist6rico-religioso.
Esto me dio la pauta para internarme en las narraciones
biblicas que mencionan a Maria como la Madre de Jests, la
doctrina cristiana de la aceptacién de este papel y que la llama
corredentora en el misterio de la salvacién, lo que genera por
14. ~ Llamado asi por el P. José Luis G. Guerrero en su obra El Nican Mopohua. Un intento de exégesis.
Universidad Pontificia de México, México, 1996, (Bibliotheca Mexicana, 6), 2 vols.
131
consiguiente el que se le tenga como intercesora del género
humano y protectora de los desvalidos.
El culto que se otorga a la Divinidad, tanto como a tos
santos y en especial a alguna advocacién mariana, es considerado
desde dos aspectos principales: uno, como agradecimiento de los
fieles por los favores recibidos. Otro, para solicitar la
proteccién de sus devotos y el patronazgo para festividades,
Ccausas particulares o regiones que se acogen a Ella. El caso
particular mexicano nos ha mostrado una serie de devociones
importantes a la Virgen Madre de Dios, pero el de la "Morenita
del Tepeyac" es y ha sido muy especial para entender el origen y
desarrollo de la historia de nuestro pais; comprender el proceso
histérico de la iglesia en México y el de la_ sociedad,
contemplando en ellos la influencia que ha tenido hasta la fecha
la ideologia de la Virgen de Guadalupe. Como dice Richard Nebel
en su obra Santa Maria Tonantzin Virgen de Guadalupe: "el origen,
la “historia' y los efectos del acontecimiento guadalupano se
conservan vivos como un desafio a lo largo de los tiempos y de la
historia, al igual que se han modificado, cambiado y renovado las
reacciones de las teologias y las ciencias sociales." ™
Se destac6 en una segunda parte la historia de este
acontecimiento guadalupano partiendo del origen de la devocién
espafiola, para lo que se hizo una breve descripcién de las dos
tradiciones y se consider6é la opinién de los aparicionistas a
partir de algunos ejemplos como lo fue el bachiller Miguel
195. Richard Nebel. Santa Maria Tonantzin Virgen de Guadalupe. Continuidad y transformaci6n religiosa en
México. Trad. Carlos Warnholtz Bustillos. la. reimpresion. F.C.E. México, 1996, p. 335.
132
Sanchez. El argumento a defender por este grupo fue muy sencillo:
las manifestaciones de Maria en el Tepeyac fueron una muestra del
poder divino para entregar la salvaci6én a tierras americanas a
través del conocimiento de la religién cristiana.
La otra postura también considerada aqui, los no
aparicionistas, cuyo ejemplo mas representativo es el doctor
Edmundo O'Gorman, indican que la devocién a la Virgen de
Guadalupe en México es continuacién del culto otorgado a la
Guadalupe espafiola y que fue utilizada para lograr el
sometimiento de los naturales en la Nueva Espafia. La realizaci6én
de una pintura por el indio Marcos ayud6é a complementar dicho
propésito.
Para el doctor O'Gorman el acontecimiento guadalupano es de
comprobacién histérica muy dudoso sin embargo, tengo la impresién
de que ha dejado abierta la consideracién que los lectores de su
trabajo tengan al respecto. “Asi, el guadalupanismo “~documenta'
el choque de las culturas y las religiones, el cuestionamiento de
la historia americana y la europea, y la posibilidad de un
autocuestionamiento. El guadalupanismo contiene en su sustancia
critica todas las contradicciones de las crisis de las diversas
épocas, lo que lo hace propenso a ataques ideoldégicos,
facilitando al mismo tiempo el camino hacia el diadlogo sobre los
sufrimientos y las esperanzas de los hombres de un continente.
En Guadalupe se cristalizaron en el pasado conflictos que han
conservado hasta el presente su dinamismo: el indigenismo, el
hispanismo y el mexicanismo." ™
19°,- Loc. Cit.
133
Llego al propésito principal de este trabajo cuya idea es
resaltar la importancia de la advocacién guadalupana a partir de
la literatura religiosa diversa (si es que se me permite llamarle
asi), principalmente en los sermones predicados después del
suceso que se indica. Elegi un grupo de discursos que van desde
finales del siglo XVII (1690) hasta mediados o casi finales del
siglo XVIII (1782), en los cuales observo que el discurso
realizado por los religiosos se encamina a mostrar la realidad de
las manifestaciones guadalupanas, los beneficios que con estas
apariciones han recibido los naturales de la Nueva Espafia y que
se han prolongado a los distintos grupos que componen la sociedad
colonial; la influencia de tal patrocinio repercute sobre el
desarrollo histérico, politico, social y cultural de esta
comunidad, ademas de la adopcién particularmente especial que
hacen de esta advocacién, los criollos novohispanos con miras a
un nuevo sistema de vida.
Las primeras muestras de este culto a través de la oratoria
sagrada, se patentizan en los afios subsiguientes a las
apariciones, especificamente con Fray Alonso de Montifar y Fray
Francisco de Bustamante quienes sostienen una polémica sobre la
realidad de las mismas.
Es desde el ftiltimo tercio del siglo XVI (aproximadamente
1560-1570) hasta la segunda mitad del XVII donde la literatura
religiosa sobre el tema es insuficiente o inexistente; se retoma
nuevamente en 1666 y comienza a desarrollarse un proceso
ascendente en cuanto a la devoci6én mencionada provocando con ello
diversas opiniones. Sin embargo, es el siglo XVIII precisamente
134
el siglo de la transicién, el momento de transformacién de las
ideas con respecto al tema guadalupano: un cambio no desde el
punto de vista del origen ~espiritual' de la imagen, sino de los
motivos mismos de la manifestacién. Personalmente creo que para
poder entender estas modificaciones es necesario captar el
mensaje de los sermones del diecisiete y de los primeros afios del
XVIII, para lo cual me permiti hacer m&s amplio este Ultimo siglo
ya que se puede percibir en ellos la intencién fuerte de hacer
palpable la realidad guadalupana, con que probablemente fueron
muchos los fines que se buscaban cubrir: reafirmar cada vez, con
mayor fuerza, la devocién guadalupana entre los naturales; quitar
el concepto de idolatria en que habia sido inmersa la imagen del
Tepeyac por parte de algunos religiosos (franciscanos
principalmente); quizAa otros motivos llevaron a justificar esta
advocaci6én para confirmar la superioridad espaficola o, en
contraposici6én a éstos, el surgimiento de un “criollismo' que
hace suya a la Virgen de Guadalupe para abanderar su causa contra
las injusticias de los peninsulares, " (...) antagonismo que
llegaria a la postre al sangriento estallido de las guerras de
independencia; pero también es un hecho que esto no fue una
actitud generalizada, que los predicadores no proclamaron
divisién, sino hermandad y responsabilidad, y que los
peninsulares no combatieron la devocién, antes la apoyaron y
abrazaron entusiastamente, difundiéndola por todo el imperio, y
hasta en la misma Espafia." '” En esta oratoria sagrada se
presenta con insistencia, independientemente de la fiesta
197... José Luis G. Guerrero. Op. Cit. p. 619.
135
religiosa en la que se prediquen, la eleccién de Dios por un
pueblo que acogera4 fielmente la salvacién y, para resaltar atin
mas esa deferencia, se hace presente Maria en su advocacién de
Guadalupe.
Al realizar la lectura de los sermones pude observar que
estos discursos presentan una narraci6én variada, con metaforas
que explican la presencia de la Virgen de Guadalupe en estas
tierras; también se dan referencias tomadas directamente de los
textos biblicos con el fin de exponer los argumentos que
justifican las apariciones guadalupanas. Pero creo que dentro de
toda la oratoria que se ha analizado, el punto a resaltar es
precisamente este Ultimo: comprobar la realidad de esta
manifestacién, es decir, que la imagen de Santa Maria de
Guadalupe es una evidencia sobrenatural "porque es un “algo' que
no fue solamente una mocién interna de la Gracia, acontecida en
lo intimo de las almas, sino externo y objetivo, visible y
detectable a nivel macro-histérico, psico-sociolégico, (...)." ™
Al avanzar en el estudio del siglo XVIII, esta teorfia sera el
apoyo para transformar el discuro de justificacién aparicionista,
en la necesidad de considerar a la Nueva Espafia como la nueva
Jerusalén, exaltar el pasado prehispdnico, el indigenismo y la
manifestacién anticolonialista, que conlleva a establecer una
identidad nacional (tema de una investigaci6én posterior)
Mi interés personal fue seleccionar sermones predicados en la
ciudad de México porque considero que, al ser la capital el
centro de todas las actividades, es necesario destacar las
8. Ibid, p. 625.
136
conexiones que relacionen a esta urbe con su entorno y despejar
poco a poco las razones que la autoridades civiles y
eclesiasticas tuvieron para permitir la vinculacién con el centro
religioso de mayor importancia en el Valle de México. Esta
metrépoli, que habia tenido como advocacién importante a la
Virgen de los Remedios, proyecta paulatinamente su interés en
Santa Maria de Guadalupe por haber recibido solucién a las
peticiones que solicitaban la finalizacién de las diferentes
calamidades naturales que sufri6 durante la época colonial,
llamense epidemias e inundaciones que mermaron la salud de la
poblacién novohispana. " ~Fue la epidemia de 1736 a 1737 lo que
completé6 la emergencia de la Virgen de Guadalupe de las
apariciones como la maxima devocién de la Nueva Espafia. La Virgen
de Loreto y la de los Remedios fueron invocadas primero, y sélo
después de que fallaron se recurri6éd a la a la [sic] de Guadalupe.
(...)." | El patronazgo de la Guadalupana se hace patente y la
ciudad le rinde el culto a la devocién que ha llegado a México
para lograr la unificacién de un pueblo que se ha acogido a su
proteccién. " (...). Cuando este ritual aparentemente detuvo la
epidemia, el patronato se extendié al resto de la Nueva Espafia y
luego a todos los dominios espafioles, lo que llevé, a su vez, a
renovar la peticién de Misa y Oficio. La aprobaci6én papal del
Patronato abrié las compuertas de un criollismo desbocado.' " ™
De Guadalupe surgen fuerzas de identidad, nacionalismo,
indigenismo, pero también confluyen aquellas que hablan de
\9 . Stafford Poole. Our Lady of Guadalupe. The Origins and Sources of a Mexican, National Symbol, 1531-
1797. The University of Arizona Press, 1995. Cit. en José Luis G. Guerrero. Op. Cit. p. 619.
200. Loc. Cit.
137
occidentalizaci6én; entre todas ellas se genera la polémica que
esta advocacién provoca desde sus origenes, pero que nos muestra
a través del tiempo un milagro realizado, si no precisamente en
1531, si a partir de la unificaci6én del pueblo mexicano. "Santa
Maria Tonantzin Virgen de Guadalupe traducida en tradici6én
genuinamente mexicana, tan presente y cotidiana en la vida del
mexicano, simbolo de la realidad y de la trascendencia, fuente de
inspiracién y de la tradicién formada a través de siglos y de
culturas, en la que el Oriente y el Occidente, Europa y América,
Espafia y México se compenetran. Ella es encuentro con la propia
identidad, es expresién del alma del pueblo mexicano, simbolo de
la unidad nacional y leitmotiv de los derechos y de la dignidad
humana. Imago guadalupana, realidad y visién, verdad y utopia,
esencia verdadera y al mismo tiempo alegorfia. Ella es siempre una
realidad acrecentada, entendimiento e imaginacién al mismo
tiempo, una imagen con mil caras, en la cual el individuo
encuentra el camino a la intimidad y a la comunidad para, junto
con otros como “hijos de Guadalupe', buscar e interpretar su
propia historia y configurar su futuro." ™!
201 . Richard Nebel. _Op. Cit. p. 339.
138
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