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Curso de Ingreso 2018
GUÍA PARA EL INGRESANTE
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CRONOGRAMA
Día 1: 12/3
Presentación y bienvenida a los ingresantes.
Actividad lúdica en patio central.
Profesores: Cambareri, Giaccone , Miranda, Chamosa , Marino, Sanchez, E., París, M., Bonadeo, Pestaña, Rizzo,
Vazquez Patti .
Día 2: 13/3
Taller de Alfabetización Académica (Dinámica grupal)
Lugar: Salón Central (París C., París M., Agudo, Cejas, Bosero, Stroli, Nievas, Rey, Sánchez, Conde, Gandini ,
Aguirre)
Día 3: 15/3
Continúa Taller de Alfabetización Académica (Aguirre, Conde, Gandini)
✓ Inicial: Veliz, Rey, Paris
✓ Primaria: Roveda, Paris,M., Bosero,
✓ Turismo: Telleri, Bonadeo, Pestaña
✓ Enfermería: Ortiz, Solans, Squejola
✓ Acompañante: Rizzo, Stroli, Fontana, Hernández, Paris
Día 4: 20/3
Primaria e Inicial: Taller de Pensamiento Lógico Matemático (Bayón, Siri, Disanti, Veliz)
Taller Enfermería (Quintana, Hernández, Solans, Fontana)
Taller de Psicología social (Psicodrama) Stroli, Sánchez, Rizzo, Vázquez Patti
Taller de Itinerarios Urbanos (Turismo)
Día 5: 22/3
En salón central (Con Power)
Integrantes del CAI
Trabajo sobre Régimen Académico. (Presentación de power point)
Resolución de problemáticas.
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Día 6: 26/3
Encuentro con referentes
Autoevaluación.
Reunión con preceptoras.
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ACTIVIDAD INTRODUCTORIA
AGRUPADOS POR CARRERAS:
A cada participante recibirá una hoja “Agenda semanal” para completar.
Cada estudiante reunirá con otro compañero y buscaran cuestiones comunes como proyecciones, intereses,
actividades, expectativas que tengan con respecto a la carrera elegida.
A continuación, se unirán a otros dos compañeros que ya hayan realizado ese trabajo, rearman y cotejan las agendas.
Para finalizar:
Cada grupo que se haya conformado con dos o más parejas pondrán en común cada producción dentro del grupo clase.
El objetivo final arribar a un resultado grupal, dando espacio a la creatividad e imaginación en la presentación.
Esa producción grupal se compartirá en un plenario general.
TALLER DE DE ALFABETIZACION ACADEMICA Y TECNOLÓGICA
Organizar grupos por carreras
Crear grupo de WhatsApp con los subgrupos, para que se puedan subir las producciones.
El desafío de cursar estudios en Educación Superior supone organizarse con progresiva autonomía en un nuevo ámbito en el que se dan algunas continuidades con prácticas previas, pero también ocurren saltos más o menos abruptos. Uno de los grandes desafíos implicados en esta etapa es adquirir prácticas propias de ámbitos académicos: leer, escribir
y hablar en estos contextos requiere cierto entrenamiento, que se va perfeccionando con la experiencia y la práctica. El
campo que se denomina Alfabetización académica da cuenta de los nuevos modos de leer, escribir y hablar en las
diferentes disciplinas que son necesarios tanto para apropiarse del conocimiento como para producirlo.
Escribir diferentes géneros discursivos Ingresar a una institución de Nivel Superior nos invita a vivenciar una cantidad de nuevas situaciones. Además de las materias propiamente dichas y de los contenidos que en ellas se van a desarrollar, hay otros saberes que no se suelen enseñar, que se presuponen. Hay ciertos “rituales” que se cumplen en el lugar que se asemejan, pero no son exactamente iguales, a los que se realizan en los ámbitos educativos previos: desde qué documentación es necesaria para realizar la inscripción hasta la importancia de ciertos géneros discursivos que no notábamos anteriormente, como por ejemplo los programas de las materias, que nos permiten organizar la cursada. Es posible que algunos de ustedes ya tengan algunas experiencias en el nivel superior, pero para otros este puede ser un primer acercamiento. En este primer encuentro, buscamos reflexionar sobre cómo el ámbito en el que nos encontramos determina modalidades particulares en la comunicación entre los miembros que lo conforman y cómo esto se relaciona con los géneros discursivos particulares que se desarrollan allí. Actividad 1
Discutir las siguientes preguntas en pequeños grupos para socializar después con toda la clase. ● ¿Qué creemos que cambia en el Nivel Superior respecto del nivel secundario? Hacer una lista de por lo menos 5 aspectos que pensamos que van a ser diferentes. Escribir algunas estrategias que nos sirvan para llevar adelante algunos de los nuevos desafíos… Específicamente acerca del lenguaje:
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● ¿Hablamos y escribimos de la misma forma en todas las ocasiones? Ejemplificar con, al menos, tres situaciones concretas.
● ¿Qué es lo que nos lleva a modificar la manera en que nos expresamos? Identificar distintas variables.
● ¿Es una manera mejor que otra? Justificar su opinión. Actividad 2 A partir de la reflexión que hayan realizado grupalmente, les proponemos ahora una consigna de escritura individual, que implica la producción de tres textos bastante comunes a lo largo de las carreras terciarias, si bien no pertenecen con exclusividad a los géneros académicos. ● Partir de la siguiente situación: Para solicitar equivalencias de la materia “Didáctica General” que ya cursó en otra institución, es necesario conseguir un programa sellado. El pedido es urgente porque al día siguiente vencen los plazos de presentación (es decir, tiene que ser convincente, preciso, amable y agradecido). 1) Escribir un mensaje de texto o Whatsapp a un compañero o compañera para que le pida el programa a la profesora de esa materia.
2) Escribir un correo electrónico al profesor o profesora a cargo del curso para pedirle el programa. No olvidar poner el “asunto” del mail.
3) Escribir una carta dirigida a la Regencia del Instituto solicitando el programa. Al finalizar, subir los textos en formato digital, o una foto del texto manuscrito al Whatsapp del grupo y al siguiente link: http://bit.ly/ padletalfacademica18 ✓ ¿Los textos se ajustan a lo pedido?
✓ ¿Presentan información suficiente? ¿Son claros en el pedido? ¿Se especifica la urgencia? ¿El vocabulario utilizado es adecuado? ¿Se cumplen las normas de cortesía propias de cada caso?
✓ ¿Se respetan las normas ortográficas (signos de puntuación, tildación, ortografía)?
✓ ¿Se adecua a las características del género discursivo en cada caso (texto de WhatsApp, correo electrónico, carta formal)? ¿Utiliza fórmulas de apertura, cierre, lugar y fecha cuando sea pertinente? Actividad 4 A continuación, realizar una puesta en común de los textos escritos. Para cerrar, les dejamos como interrogante las siguientes preguntas para pensar en forma individual o grupal: ● ¿Qué finalidad tiene cada uno de los textos? ● ¿Por qué medio se transmite cada uno? ¿Cómo afecta esto la escritura?
● ¿Qué relación hay entre el que escribe y el destinatario de cada uno de ellos? ¿Qué implicancias tiene el rol de cada participante en la escritura?
● ¿Qué organización textual tiene cada texto?
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● ¿Cómo es el vocabulario que emplearon? ¿Aparecen fórmulas fijas? ¿Cuáles utilizaron? A modo de cierre de este primer encuentro… Las preguntas presentadas representan algunos de los parámetros que específica Dominique Maingueneau (2009), un lingüista francés, para analizar la situación de comunicación, es decir, la situación a la que está ligado un texto. Como habrán visto, estos elementos “exteriores” al texto inciden en cómo los escribimos y, también, en el resultado que este tiene (si logra o no la finalidad determinada). Los textos con los que trabajamos en esta actividad tienen la particularidad de especificar un destinador y un destinatario concreto, a quien podemos conocer o no. Pero debemos considerar que no son solo las características individuales de las personas con las que nos comunicamos las que determinan cómo hablamos y escribimos, sino que el rol que tiene la persona en un ámbito particular, el momento en que nos comunicamos, el soporte del texto, entre otros, modifican la forma en la que establecemos la relación en la situación de comunicación y, por lo tanto, cómo hablamos y escribimos. Maingueneau, D. (2009). Análisis de textos de comunicación. Buenos
TRABAJO DE ANÁLISIS DE TEXTOS
EJE: LA MIRADA SOBRE EL OTRO
BASE DE RECURSOS:
▪ Texto: “Hay que sentir al paciente”. Entrevista al Dr René Favaloro.
▪ Texto: “Ciudadanía y alteridad”, Skliar,C.
▪ Texto: “Dar y recibir. El efecto Benjamín Franklin o porque ayudamos haciendo favores”, Golombek,D.
▪ Texto “Escenas de la vida posmoderna: El centro comercial”, Sarlo,B.
Leer en ámbitos académicos Leer y escribir son dos actividades que remiten una a la otra, al menos en el ámbito académico y, sobre todo, cuando estudiamos. Para poder resolver un examen o escribir un trabajo práctico, en general, tenemos que leer bibliografía obligatoria –determinada por la profesora o el profesor del curso– y a veces también bibliografía ampliatoria. Incluso antes de llegar al momento del examen, hacemos notas en los márgenes de los libros y fotocopias y escribimos otros textos (más o menos elaborados) que nos permiten llegar más preparados: cuadros, esquemas, resúmenes. El momento de escritura de un examen tiene ciertas particularidades que hay que tener en cuenta. Si la comparamos con la actividad del encuentro anterior, una respuesta de examen tiene que cumplir con otro registro. Pero vamos por partes: en primer término, vamos a leer un texto y, a continuación, vamos a responder preguntas como si estuviéramos en un examen. En el siguiente encuentro, vamos a ofrecer algunas herramientas que ayudan a mejorar la calidad de estas respuestas. Actividad 1
Realizar una primera lectura exploratoria del título, el párrafo introductorio .Discutir entre todos, ¿qué creemos que se
va a plantear en el texto? ¿Qué sabemos sobre ese tema? ¿Por qué es importante leer el título, recorrer los textos y
anticipar contenidos antes de la lectura dista para anticipar temas y subtemas de la entrevista?
Discutir entre todos, ¿qué creemos que se va a plantear en el texto? ¿Qué sabemos sobre ese tema? ¿Por qué es
importante leer el título, recorrer los textos y anticipar contenidos antes de la lectura?
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Actividad 2 Discutan en grupos la resolución de las preguntas planteadas para cada texto y plásmenlas por escrito, como si se tratara de respuestas formuladas en un parcial.
René Favaloro: “Hay que sentir al paciente”
En 1996, Carina Maguregui entrevistó al reconocido cardiocirujano y científico argentino (Conversaciones sobre ética y salud, Torres Agüero Editor y Centro Editor de la Fundación Favaloro, Buenos Aires). El respeto por el paciente, la relación entre la medicina y las nuevas tecnologías, y el vínculo con la educación son algunos de los temas abordados en esta conversación sin desperdicio.
“A veces nos preguntábamos cuáles eran las razones del éxito. A mi entender todo se debía a la capacitación profesional
y humanística que nos había dado la universidad y el Hospital Policlínico de La Plata, merced a la cua, podíamos
dedicarnos con abnegación y amor a nuestra tarea de médicos a la que entregábamos todos nuestros esfuerzos.
Entendíamos –porque lo llevábamos en el alma– que el acto médico debe estar rodeado de dignidad, caridad, igualdad,
piedad, sacrificio, abnegación y renunciamiento. Y por sobre todas las cosas habíamos procedido con
honestidad (…) Estoy seguro, por otra parte, de que ese ha sido y sigue siendo el derrotero por donde transita la inmensa
mayoría de los médicos rurales de mi país. Buscábamos obtener un sustento económico, pero lo hacíamos cobrando lo
justo, de acuerdo con la capacidad de cada uno de los pacientes. A toda hora nuestro esfuerzo personal y la capacidad
tecnológica de la clínica estaban al alcance de todos, poniendo en práctica aquello de que la salud es un derecho
inalienable que no tolera privilegios” (René G. Favaloro, Recuerdos de un médico rural, Torres Agüero editor. Buenos
Aires, 1992).
Uno de los científicos humanistas más interesantes del siglo XX, Gregory Bateson, sostuvo que un explorador no puede
conocer nunca lo que está explorando hasta que lo ha explorado, y solo cuenta con la experiencia de otros que lo
precedieron en el camino. Comparto su opinión y por ello elegí a otro humanista, el doctor René Favaloro, para que
comparta con nosotros su experiencia y nos acompañe a interrogarnos sobre la medicina y la ética.
— ¿Qué quiere decir medicina moderna en la Argentina y, sobre todo, cómo es posible definirla?
—Creo que para comenzar deberíamos clasificar el momento histórico que nos toca vivir como el de la “era
tecnológica”. El gran desarrollo de la tecnología ha alcanzado todos los campos y entre ellos, por supuesto, el de la
medicina. Pero antes de continuar, sería bueno esclarecer un desventurado malentendido que confunde a la ciencia con
sus derivaciones tecnológicas. Quienes tienen esta confusión cometen el error insensato de juzgar lo que no admite
juicio. La ciencia no es buena ni mala, es la expresión de una necesidad propia del ser humano ligada a la capacidad de
crear. Buenas o malas pueden ser sus consecuencias prácticas, sus aplicaciones tecnológicas, el uso que se dé al
conocimiento; pero nunca el conocimiento mismo.
El buen o mal uso que se hace de lo descubierto dependerá de razones ajenas a la ciencia. Pero además del compromiso
intelectual, la ciencia –en nuestro caso puntual la medicina– no puede dejar de lado sus implicancias técnicas y morales.
El desarrollo científico ha alcanzado niveles que nos sorprenden día a día. En este desarrollo sin límites, que lo invade
todo, no podemos negar que los avances han permitido un cambio sustancial en la sociedad de nuestro tiempo.
También debemos confesar que estos adelantos tecnológicos, rápidos y profundos, no marcharon a la par de la
evolución social y que no toda innovación fue positiva. Las víctimas de la talidomida y las de Chernobyl nos recuerdan
que a veces el avance tecnológico tiene un costo social y humano significativo.
La medicina vive también la etapa tecnológica; ya no es la medicina que yo hacía como médico rural donde lo que más
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valía era el contacto directo con el paciente, el interrogatorio, la palpación, la auscultación (…) La medicina moderna
tiene una mayor complejidad porque el médico hoy cuenta con infinidad de aparatos de diverso tipo. Esta
“complicación” genera beneficios, ya que un diagnóstico más preciso permite también un tratamiento más eficaz.
—¿La salud de una persona comprende solo el bienestar físico? En otras palabras, además de los posibles daños en los
órganos y los tejidos causados por cualquier enfermedad o accidente, ¿hay algo menos evidente en términos físico-
biológicos que pueda afectar la salud del paciente y a lo que la medicina actual no adjudica el valor que le
corresponde?
—No hay nada que pueda reemplazar a la vieja medicina clínica de “sentir” al paciente, palparlo, tocarlo, escucharlo. El
problema, el “síntoma” de la medicina moderna es, tal vez, un olvido. El paciente es una persona y como tal tiene tres
dimensiones de existencia: una comprende su fisiología, anatomía y estructura; otra, sus sentimientos, emociones,
afectos y pensamientos –todo lo que hace a la psiquis en forma general– y la tercera representa sus relaciones con los
otros seres humanos y su posición dentro de la red social. El paciente es la fusión indisoluble de estas tres dimensiones.
Es antinatural pretender separar la mente –si se quiere, el alma– del cuerpo del paciente. Como todo está íntimamente
relacionado, una palabra, un acto, un gesto son capaces de cambiar, en cierto modo, nuestra fisiología. Una frase o un
abrazo pueden herir o reconfortar nuestra salud.
Allí, frente a nosotros, está sentado el paciente y ¿quién es él?: un ser humano, por supuesto, un “universo” de miedos,
afectos, dudas y proyectos. No es una estadística más ni un muñeco para reparar, sino una persona.
Juntos, el médico y el paciente decidirán el tratamiento a seguir. ¿Cómo es eso? El médico debe combinar el criterio
científico de excelencia y la capacidad de escuchar “las razones del corazón” del paciente para elegir la terapéutica más
adecuada. Si se trata de una persona con problemas coronarios verá qué es lo más conveniente: seguir con el
tratamiento médico, realizar una angioplastia o hacer la operación. Pero en la determinación final jamás pueden
intervenir preferencias personales ni influencias económicas, tan solo la indicación responsable de base científica.
Insisto, tratamos a personas, de allí la importancia de la conversación, del interrogatorio que es el instrumento que le
permite al médico reconocer el problema físico y, sobre todo, escuchar el alma del paciente.
Lo valioso es mantener en el tratamiento un equilibrio de estas tres dimensiones de la persona; al mismo tiempo, eso es
lo más difícil de enseñar. La tecnología constituye una ayuda invaluable, pero también encandila. No hay que confundir
adelanto tecnológico con automatismo. Los pacientes no llegan a nosotros para cambiar “repuestos”; ellos merecen
respeto, comprensión y solidaridad. El camino consiste en formar a los médicos jóvenes con un “criterio integral”.
— ¿El avance vertiginoso en el campo científico-tecnológico, y su aplicación particular a la atención de la salud, se vio
acompañado por una evolución en el campo de la sensibilidad y la ética de la práctica médica?
—En este sentido no veo un equilibrio más o menos parejo de los dos campos: el de la aplicación tecnológica a la
medicina y el de la ética. Por eso estoy muy preocupado, ya que algunas veces, en nuestra profesión, la tecnología se
aplica al paciente pensando únicamente en el dinero que va a redituar. Y digo esto con absoluta convicción de que es
así, tanto en mi país como en otros lugares del mundo.
Estamos frente a la punta del témpano. El problema de fondo abarca un terreno más amplio que el de la práctica médica
y está relacionado con lo que pasa dentro y fuera de la medicina. Vivimos una época muy materialista, donde los valores
que tradicionalmente fundaban lo social, como el respeto por el prójimo considerado como un igual, están siendo
reemplazados por los valores "de cambio" que establece el mercado. Todo parece tener una etiqueta con el signo pesos.
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En medicina, lamentablemente, muchas decisiones se toman con el bolsillo y no con criterio científico. Tenemos que
recordar que decidimos sobre personas con rostros, con sentimientos, con familias, y eso me preocupa mucho. Por
suerte, esta es una inquietud compartida por muchísimos médicos que aman la profesión y la vida.
— ¿Usted cree que existe un verdadero humanismo médico? ¿Los estudiantes de medicina son formados con esos
principios éticos de los que hablamos?
—La formación humanística es indispensable. Pensemos un poco, ¿qué se pide tanto dentro como fuera de la medicina?
Que se proceda con honestidad y que esta vaya acompañada por responsabilidad y solidaridad. Yo me conformaría con
que el individuo fuera honesto, responsable y solidario. Eso bastaría para que el ejercicio de la profesión estuviera
edificado sobre la base de ese humanismo que todos pretendemos.
Buen médico será aquel que tenga el suficiente criterio y responsabilidad para tomar decisiones cuando sea necesario y
humildad para pedir ayuda cuando lo crea conveniente, reconociendo la necesidad de aprender de los demás.
El médico íntegro es el que siente sinceramente que lo más importante es el paciente, y que este es el único
privilegiado. La persona enferma merece respeto y no se le debe imponer ninguna terapéutica. Todo lo concerniente a
su estado tiene que analizarse y discutirse. Se le deben explicar los pros y los contras de cada procedimiento. El paciente
tiene que ser partícipe de la decisión final; al fin y al cabo se trata de su salud y de su vida.
—Su respeto por el paciente me conduce a preguntarle qué papel le asigna la medicina como “ciencia de la vida” a la
conciencia de esa persona que está enferma y sufre.
—Nosotros tuvimos la suerte, me refiero a mi generación, de tener maestros de medicina que nos inculcaron que la
conciencia del paciente era tan importante como su dolencia orgánica. Saber interpretar el alma de la persona enferma
ayuda en la decisión del tratamiento a seguir. Fuimos educados en una facultad donde los profesores, de una calidad
moral excepcional y una transparencia ejemplar, conocían a sus estudiantes. Eran bellísimos seres humanos antes que
médicos. Hombres completos, todos ellos, que hablaban de una forma de vivir y, además, enseñaban medicina.
— ¿Entonces es un mito aquello de que los médicos tienen que volverse insensibles o tomar distancia del problema
del paciente para no sufrir?
—Puedo contestar a esa pregunta con la última frase de una charla que ofrecí hace bastante tiempo, cuando me
nombraron miembro honorario de la Asociación Americana de Cirujanos de los Estados Unidos: "El día en que el médico
deje de sufrir con los pacientes es el momento de tirar el bisturí y no operar más". Desgraciado es el médico que no
sufre con su profesión. No digo que deba llorar por los rincones todo el día; eso no tendría sentido porque debe
mantenerse lúcido para continuar con el trabajo. Pero insisto, el médico que ya no participa del sufrimiento de su
paciente y que no experimenta dolor por su muerte, no solo ha dejado de ser médico sino ha dejado de ser... humano.
* Esta entrevista forma parte del libro Conversaciones sobre ética y salud. René Favaloro / Abram Moszenberg / José A. Mainetti / Gregorio
Klimovsky / Héctor Ciocchini. Torres Agüero Editor y Centro Editor de la Fundación Favaloro, Buenos Aires, 1996).
René G. Favaloro nació el 12 de julio de 1923 en La Plata, provincia de Buenos Aires. Fue doctor en Medicina por la
Universidad de La Plata. Desde 1962 hasta 1971 ejerció en la Cleveland Clinic, de los Estados Unidos, donde desarrolló el
trabajo fundamental de su carrera: el bypass o cirugía de revascularización miocárdica. Fue fundador de la Fundación
que lleva su nombre, una entidad sin fines de lucro dedicado a la tarea asistencial, la docencia y la investigación
científica. También fue miembro activo de 24 sociedades médicas, y recibió innumerables distinciones internacionales.
Fue autor de 348 trabajos científicos de su especialidad, y de libros como Recuerdos de un médico rural, De La Pampa a
los Estados Unidos, y Don Pedro y la Educación, entre otros textos. Se quitó la vida el 29 de julio de 2000.
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INTRODUCCION
Comenzamos a transitar un nuevo ciclo lectivo, una nueva carrera, lo que nos infiere una gran responsabilidad. Cada
nuevo año significa detenernos un momento, planificar, proyectar y soñar.
Los docentes queremos comunicarnos con ustedes para lograr desde el primer día la palabra, la escucha, el respeto, la
colaboración, el interés, la participación y el trabajo en equipo; para seguir adelante en el proyecto que hoy inician, aún
en momentos difíciles como se presentaran durante la carrera, reconociendo el valor del esfuerzo, la dedicación, la
tolerancia, el interés, la responsabilidad. Los docentes seguiremos poniendo empeño, pasión y acompañamiento
brindando todo el conocimiento posible y necesario para desempeñarse como futuros docentes y/o técnicos.
Y en este inicio nos parece importante compartir con ustedes la palabra de un médico, no solo un profesional brillante,
sino un gran ser humano.
Teniendo en cuenta que estamos acostumbrados a tener una particular mirada sobre el mundo y sobre los otros,
compañeros, docentes, familiares, superiores, simplemente otros. Sin embargo, ¿qué sustenta nuestras ideas? ¿Hay una
sola forma de pensar al otro? ¿De vivenciar la relación con otros? ¿De ver la realidad?
Se ponen en tensión diferentes supuestos en torno al vínculo con el otro: las propias ideas, la política, la religión, la raza,
la cuestión de género, el estrato social, la cuestión de poder, etc.
La cuestión del otro es un tema importante para la filosofía contemporánea, y para tener en cuenta en educación. El
otro es lo que abre la pregunta por el sí mismo, es decir, por la propia identidad, es, a la vez, lo que permite indagar en
que modo nos vinculamos con los otros y con la naturaleza. El otro, en definitiva, nos permite pensar de qué modo nos
relacionamos con nosotros mismos, partiendo de la premisa de que esta relación esta siempre medida por un otro que
es al mismo irreductible, pero también constitutivo de nuestra identidad.
ACTIVIDADES PROPUESTAS PARA LA REFLEXION
A partir de la lectura de la entrevista al cardiocirujano René Favaloro en el año 1996, donde el vínculo con el otro
desarrolla paradojas y problemas, lo que permite analizar, reflexionar y responder:
1. ¿Cómo definirías en principio la otredad? ¿de qué modo esa definición involucra la idea del médico o de un
agente de salud?
2. La “paradoja de la otredad”: solo puedo pensar al otro desde mi yo, pero el otro justamente es lo que excede a
mi yo.
a. ¿Cómo caracteriza al yo o al sujeto la cultura científica?
b. ¿Qué otros no son considerados como sujetos en salud?
c. Si el otro es lo que excede al sujeto ¿debe el sujeto perder sus propios atributos para acceder al otro?
d. ¿Cómo resuelve esta paradoja la opinión del doctor Favaloro?
3. ¿Qué relación se plantea en el texto entre el Yo, el Bienestar y la Ciencia?
4. El extraño es una de las figuras involucradas en los ámbitos de salud para pensar la cuestión del otro desde un
punto de vista ético.
5. ¿Por qué la tolerancia y la hospitalidad representan dos modos distintos de vincularse con el otro en el área de
salud?
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6. Según la tesis de Jean Luc Nancy “El intruso se introduce a la fuerza, por sorpresa o por engaño, en todo caso sin
derecho y sin haber estado previamente admitido” explicar la tesis. Relacionar la tesis con la atención en salud
desde la mirada del profesional médico.
7. A lo largo del texto, aparecen distintos tipos de otros, sin embargo, algunos de ellos son “otros-diferentes”.
Mencionar ejemplos de aquellos que consideran “otros-diferentes”.
8. ¿Cómo irrumpe “el otro” en la vida del personaje de la entrevista?
9. En el texto se traduce que somos al mismo tiempo iguales y diferentes ¿puede decirse que algunas de estas dos
dimensiones resulta prioritaria respecto de la otra cuando consideramos la atención de la salud?
10. Se propone que los estudiantes escriban un ensayo que reflexione sobre los diversos tipos de experiencias que
pueden llegar a darse a partir de los distintos modos de considerar al otro en una experiencia de atención en
salud.
CIUDADANÍA Y ALTERIDAD
Más allá del derecho, y todavía más allá de la juridicidad , más allá de la moral, y todavía más allá del moralismo, la
justicia como relación con el otro ¿acaso no supone , por el contrario, el irreductible exceso de una dis-yunción , de una
anacrónica, cierto Un-Fuge, cierta dislocación out of joint en el ser y en el tiempo mismo, una disyunción que, por
afrontar siempre el riesgo del mal, de la expropiación y la injusticia(adikia) contra las cuales no hay garantía calculable,
sólo ella podría hacer justicia o impartir justicia al otro como otro?
Jaques Derrida
Sin duda, la democracia y la ciudadanía constituyen una cuestión relevante en el debate teórico- político actual, incluso
para tradiciones teóricas que hasta hace no mucho tiempo estaban lejos de incluir estos asuntos en el campo de sus
problematizaciones. Este texto busca plantear algunas hipótesis relacionadas con la democracia y la ciudadanía,
asumiendo un replanteamiento de estos vocablos.
Por un lado, se multiplican las demandas del reconocimiento de derechos por parte de colectivos diferentes de los
sujetos tradicionales de la política y a la vez, se politizan dimensiones anteriormente excluidas de lo político.
O, para decirlo de otra manera, se advierte que la ciudadanía no es solo una cuestión de conquista de derechos por
parte de colectivos homogeneizados, sino que su efectivo ejercicio depende de un conjunto plural de condiciones
ligadas a las tradiciones culturales, al género, a las formas de construcción de subjetividades, a las formas de resistencia
frente a las formas de ejercicio del poder, a las pulsiones que se tejen en los modos de relaciones con el mundo del que
formamos parte, con los otros y con nosotros mismos. Por otro lado, en los reordenamientos del capitalismo se persiste
en la escisión entre derechos formales y derechos sociales, tomando partido por los primeros, lo que constituye el suelo
de inscripción de la ciudadanía proclamada por los organismos internacionales y sus filiales nacionales, cuyos límites de
ejercicio vienen trazados por “la mano invisible” del mercado.
El mercado decide, así, la suerte que corresponden a cada uno, pues en él se compensan las desigualdades iniciales
mediante la iniciativa individual y la competitividad, de modo que la ciudadanía halla su límite claro de ejercicio en las
barreras invisibles.
La crítica comunitarista ha insistido en las condiciones bajo las cuales los sujetos “diferentes” se incorporan a la
ciudadanía. Con ello, han cuestionado la escisión entre sociedad civil y sociedad política, heredada del modelo ilustrado.
Pues lo privado comprende no solo los intereses económicos de los sujetos y su forma de inserción en el proceso de
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producción y reproducción económica, sino también el conjunto de relaciones y prácticas que tienen lugar en el espacio
doméstico, las orientaciones sexuales, las prácticas culturales, las creencias particulares. Es decir, todo cuanto constituye
un espacio no solo excluido del ámbito político, sino construido como apolítico.
Los no-ciudadanos son lo Otro del ciudadano en la biopolítica, los cuerpos que no cesan de ser fabricados como lugar de
la amenaza, como fuerza extraña que corroe el orden sociopolítico e impide su armonía plena, y que, por ello mismo,
son estigmatizados, demonizados, silenciados, culpabilizados, criminalizados, excluidos en un tipo de inclusión- exclusión
que se resuelve en su abandono. Los no – ciudadanos son aquello que, determinados en y por el orden de la norma
normalizadora ( el orden del “nosotros”), queda excluido de la ciudadanía; ese resto sin existencia política, sin aparición
y sin palabra, pero cuyas imágenes negativamente construidas se mantienen al tiempo que se procede a borrar su
rostro, su lengua, sus historias; son aquellos cuyos lenguajes nada cuentan en el espacio público políticamente
controlado.
Pudiera decirse, en tal sentido, que un rasgo fundamental de esa realidad consiste en la ambigua relación con los
extraños (extranjeros, refugiados, inmigrantes, marginados). En efecto, por una parte su presencia se ha hecho normal y,
por otra, se considera anómala y perturbadora; por una parte pueden llegar a ser “tolerados”, por otra, se convierten en
la fuente de los males que aquejan a las sociedades.
Afirmar la irrupción del otro como acontecimiento por el cual nuestra mismidad experimenta la fractura de su
homogeneidad se vuelve alteridad, un devenir siempre otro. En tal sentido, a contracorriente de las creencias más
asentadas, es la relación con el otro, la irrupción del otro, lo que hace posible la relación con nosotros mismos, pues ella
está precedida por tal irrupción, lo que Derrida resume en su sentencia de que somos rehenes del otro.
Hacer elogio de la diferencia en el terreno del pensamiento político y de las prácticas políticas significa aceptar la
existencia de una pluralidad de singulares modos de estar en el mundo, de una pluralidad de sentido que se construye
en la pluralidad de lenguajes y culturas. De manera que lo que permite a una comunidad narrarse a sí misma como
arraigo en su plural modo de ser y, a la vez, en el conjunto plural de la humanidad, es precisamente la percepción
especifica que esa comunidad tiene de ella misma y del mundo del cual forma parte. Pues cada pueblo, cada cultura y
cada lengua habitan el mundo de una manera que les es propia y que da testimonio de su propia capacidad creadora de
sentidos que ineludiblemente entran en conflicto. No hay entonces, posibilidad de ejercer una ciudadanía de la
diferencia sin que ella habite y sea habitada por la condición babélica de la cultura y el lenguaje, por la diferencia. Anular
esta condición es negar la existencia del Otro. Afirmarla, es aceptar al Otro en la soberanía de su irreductible diferencia.
Trágico ha de ser, entonces, el tono de las preguntas que tienen que ver en lo político y, por ende, con la ciudadanía,
porque ellas involucran el riesgo de decidir entre el orden sancionado por la fuerza de la ley y nuevas formas de vida
política; de preguntas que ponen en tensión derecho y justicia, que se liberan del modelo contractual de la justicia y de
la igualdad, del cálculo utilitario llamado libertad en el que el acto de decidir suprime al otro. Porque las respuestas a
dichas preguntas han de trazarse sabiendo que lo trágico del vínculo social nos remite a las irresolubles tensiones vitales
que nos hacen necesario al Otro y, a la vez, nos distanciamos de él.
Fuente: Skliar Carlos - Tèllez Magaldy . Conmover la Educación. Ensayos para una pedagogía de la diferencia. Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Centro de publicaciones educativas y Material Didáctico, 2015
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Actividades de sistematización
a) Teniendo en cuenta que ciudadanía se define como el vínculo que une a quienes conviven (etnia, lengua, religión,
estilo de vida, etc.) en el mismo Estado de derecho. Responder lo siguiente:
1-En nuestra sociedad multicultural actual. ¿Lo extraño es bienvenido? ¿Podemos hablar de nuestra ciudadanía como
pluralista?
2- Todo pensamiento acerca del otro está atravesado por un infinito entramado de leyes, decretos y reglamentaciones.
¿Por qué las sociedades no han podido organizarse sino bajo formas diferentes de dominación, con la violencia
constitutiva que ello implica?
b-La mayor parte de los seres humanos se empeña en ser igual a otros, de pertenecer a un grupo igualitario, mantener
estas sucesivas ideas de lo homogeneización ¿Qué consecuencias trae aparejadas? ¿Las comunidades están cediendo sus
identidades? ¿Se esfumarán las diferencias y se acabarán las resistencias, ante la lógica expansiva de la globalización?
C-La cuestión de los sujetos diferentes supone un problema de ética y de derechos humanos, del mismo modo en que
se hace referencia a los niños de la calle, los sin tierra, los negros, indígenas, homosexuales, analfabetos, etc. -¿Podrán
percibir que la cuestión de la deficiencia no puede -ni debe- ser pensada exclusivamente en torno de las estrechas
fronteras de inclusión/exclusión?
D- “La alteridad hay que entenderla a partir de una división entre un “yo” y un “otro”, o entre un “nosotros y un “ellos”.
El “otro” tiene costumbres, tradiciones y representaciones diferentes a las del “yo”: por eso forma parte de “ellos” y no
de “nosotros”. La alteridad implica ponerse en lugar de ese “otro”, alternando la perspectiva propia con la ajena.”
Buscar a través de diarios y revistas, relaciones de desigualdad que intentan comprender al otro a pesar de tener una
cultura diferente a la suya.
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Dar y recibir
El efecto Benjamín Franklin o por qué ayudamos haciendo favores
Diego Golombek LA NACION DOMINGO 10 DE MAYO DE 2015
Hace algunos años estaba muy de moda la idea (en forma de libro, de película y de otros vehículos) de que si tenemos
pensamientos positivos y nos portamos bien con el mundo – o el universo, en la versión más exagerada del asunto– ,
éste nos iba a devolver felicidad, riqueza y salud, mientras que los pensamientos o las acciones negativas atraen
enfermedades y miserias. Por supuesto que esto (que se llamó, de manera absolutamente engañosa, el secreto) no tiene
ningún asidero y ni siquiera llega – tal vez ni lo pretenda– a la categoría de pseudociencia. El problema es, claro, que
haya gente que se lo tome en serio y base sobre esto sus vidas. Algunos años antes, la ficción nos había prometido en el
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film Cadena de favores que hacer el bien y ayudar a otros siempre termina dando la vuelta y recibimos la recompensa de
haber sido buenos samaritanos.
Ahora bien: ¿por qué ayudamos o hacemos favores? Lo obvio sería pensar que favorecemos a la gente que nos cae bien
y, por el contrario, tratamos más fríamente a la que no nos gusta. Pero desde hace mucho tiempo hay otra idea dando
vueltas: que hacemos favores para que nos ayude a querer a la gente y, por si fuera poco, tratar mal a alguien hace que
nos caiga horriblemente mal.
Esto es el llamado efecto Benjamín Franklin, que sigue siendo estudiado por los psicólogos experimentales. Resulta que
el bueno de Ben tenía 16 hermanos en una familia muy pobre, y tuvo que desarrollar muchas herramientas sociales para
poder moverse en el mundo y ascender socialmente. A los 20 años creó un club de ayuda mutua para compartir
conocimientos y estrategias con sus amigos. Una de sus armas secretas era esta idea de ayudar a alguien para poder
quererlo. La anécdota es que, ya de grande y haciendo política en Pennsylvania, había un opositor con el cual Franklin se
llevaba a las patadas. Entonces puso en práctica su efecto: le pidió prestado un libro muy raro de su biblioteca, a lo que
su némesis accedió de inmediato. Franklin se lo devolvió a los pocos días con una nota de agradecimiento… , lo que fue
el inicio de una hermosa amistad.
Un experimento realizado en los años 60 da mayor sustento al efecto Franklin. Se dividió una clase de estudiantes en
tres: a un grupo el profesor a cargo les pidió que le prestaran algo de dinero para el experimento, porque estaba usando
plata de su bolsillo; a otro se le acercó una secretaria que pidió algo de dinero para la facultad, que permitiera seguir la
experiencia, y a un tercer grupo no se le pidió nada. Un tiempo más tarde se les pidió a los estudiantes que contaran
cuánto les gustaba el profesor. Lo sorprendente es que los del primer grupo, los prestadores personales, dijeron que el
profesor les caía muy bien, más que los del grupo control y, sorprendentemente, más que aquellos a los que se les
mangueó dinero para la facultad.
En su libro Ahora sos menos tonto, David McRaney explica el efecto Franklin como un ejemplo de disonancia cognitiva,
algo así como actuar en contra de lo que la intuición nos sugiere. Si tratamos bien a alguien y le hacemos un favor,
nuestra mente se tiene que ir convenciendo de que nos gusta esa persona. Y si, como Franklin, logramos que otro nos
haga un favor, tal vez lo convenzamos de que le caemos maravillosamente bien (de otra manera, ¿cómo nos estaría
haciendo un favor?). McRaney incluso encuentra en la disonancia cognitiva la justificación de los maravillosos actos de
voluntarismo que, afortunadamente, no son raros en nuestra sociedad. Aun sin recibir ninguna paga, los voluntarios se
crean su propia recompensa interna, que ayuda a que veamos el mundo de una manera mucho más satisfactoria. Y
puede ser parte de un círculo virtuoso, como nota Franklin en su autobiografía: "Aquel que te ha tratado con bondad
seguramente esté predispuesto a hacerlo de nuevo, mucho más que alguien que haya actuado por obligación". Y esto no
es ningún secreto.
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CONSIGNAS:
1-Leer el texto de manera global.
a-Reflexionar sobre el titulo y escribir su apreciación en uno o dos renglones,
2) Realizar una lectura detenida del texto.
a-Subrayar las ideas principales
b-Elaborar anotaciones marginales de los conceptos fundamentales de cada párrafo.
3) Responder:
a) ¿Qué idea se plantea e relación al otro?
b) ¿A que denomina el autor el efecto Benjamín Franklin?
c) ¿Cómo se explica el concepto de la disonancia cognitiva?
d) ¿Qué vinculación tiene la cadena de favores con la disonancia cognitiva?
“Escenas de la Vida Posmoderna”:
“El Centro Comercial”: Beatriz Sarlo
El shopping es un artefacto perfectamente adecuado a la hipótesis del nomadismo contemporáneo: cualquiera que haya
usado alguna vez un shopping puede usar otro, en una ciudad diferente y extraña de la que ni siquiera conozca la lengua
o las costumbres. Las masas temporariamente nómadas que se mueven según los flujos del turismo, encuentran en el
shopping la dulzura del hogar donde se borran los contratiempos de la diferencia y del malentendido.
Después de una travesía por ciudades desconocidas, el shopping es un oasis donde todo marcha exactamente como en
casa; del exotismo que deleita al turista hasta agotarlo, se puede encontrar reposo en la familiaridad de espacios que
siguen conservando algún atractivo, dado que se sabe que están en el “extranjero”, pero que, al mismo tiempo, son
idénticos en todas partes.
Sin shoppings y sin Clubs Mediterranée el turismo de masas sería impensable: ambos proporcionan la seguridad que
sólo se siente en la casa propia, sin perder del todo la emoción producida por el hecho de que se la ha dejado atrás.
Cuando el espacio extranjero, a fuerza de incomunicación, amenaza como un desierto, el shopping ofrece el paliativo de
su familiaridad.
Pero no es esta la única ni la más importante contribución del shopping al nomadismo. Por el contrario, la máquina
perfecta del shopping, con su lógica aproximativa, es, en sí misma, un tablero para la deriva desterritorializada. Los
puntos de referencia son universales: logotipos, siglas, letras, etiquetas, no requieren que sus intérpretes estén
afincados en ninguna cultura previa o distinta de la del mercado. Así, el shopping produce una cultura extraterritorial de
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la que nadie puede sentirse excluido: incluso los que menos consumen se manejan perfectamente en el shopping e
inventan algunos usos no previstos, que la máquina tolera en la medida en que no dilapiden las energías que el shopping
administra. Estos visitantes, que la máquina del shopping no contempla pero a quienes tampoco expulsa activamente,
son extraterritoriales, y sin embargo la misma extraterritorialidad del shopping los admite en una paradoja curiosa de
libertad plebeya. Fiel a la universalidad del mercado, el shopping en principio no excluye.
Su extraterritorialidad tiene ventajas para los más pobres: ellos carecen de una ciudad limpia, segura, con buenos
servicios, transitable a todas horas; viven en suburbios de donde el Estado se ha retirado y la pobreza impide que el
mercado tome su lugar; soportan la crisis de las sociedades vecinales, el deterioro de las solidaridades comunitarias y el
anecdotario cotidiano de la violencia. El shopping es exactamente una realización hiperbólica y condensada de
cualidades opuestas y, además, como espacio extraterritorial no exige visados especiales. En la otra punta del arco
social, la extraterritorialidad del shopping podría afectar lo que los sectores medios y altos consideran sus derechos; sin
embargo, el uso según días y franjas horarias impide la colisión de estas dos pretensiones diferentes. Los pobres van los
fines de semana, cuando los menos pobres y los más ricos prefieren estar en otra parte. El mismo espacio cambia con las
horas y los días, mostrando esa cualidad transocial que, según algunos, marcaría a fuego el viraje de la posmodernidad.
La extraterritorialidad del shopping fascina también a los muy jóvenes, precisamente por la posibilidad de deriva en el
mundo de los significantes mercantiles. Para el fetichismo de las marcas se despliega en el shopping una escenografía
riquísima donde, por lo menos en teoría, no puede faltar nada; por el contrario, se necesita un exceso que sorprenda
incluso a los entendidos más eruditos. La escenografía ofrece su cara Disneyworld: como en Disneyworld, no falta
ningún personaje y cada personaje muestra los atributos de su fama. El shopping es una exposición de todos los objetos
soñados.
Ese espacio sin referencias urbanas está repleto de referencias neoculturales, donde los que no saben pueden aprender
un know-how que se adquiere en el estar ahí. El mercado, potenciando la libertad de elección (aunque sólo sea de toma
de partido imaginaria), educa en saberes que son, por un lado, funcionales a su dinámica, y, por el otro, adecuados a un
deseo joven de libertad antiinstitucional.
Sobre el shopping nadie sabe más que los adolescentes, que pueden ejercitar un sentimentalismo antisentimental en el
entusiasmo por la exhibición y la libertad de tránsito que se apoya en un desorden controlado. Las marcas y etiquetas
que forman el paisaje del shopping reemplazan al elenco de viejos símbolos públicos o religiosos que han entrado en su
ocaso. Además, para chicos afiebrados por el high-tech de las computadoras, el shopping ofrece un espacio que
parece high-tech aunque, en las versiones de ciudades periféricas, ello sea un efecto estético antes que una cualidad
real de funcionamiento. El shopping, por lo demás, combina la plenitud iconográfica de todas las etiquetas con las
marcas “artesanales” de algunos productos folk-ecológico-naturistas, completando así la suma de estilos que definen
una estética adolescente. Kitsch industrial y compact disc.
La velocidad con que el shopping se impuso en la cultura urbana no recuerda la de ningún otro cambio de costumbres,
ni siquiera en este siglo que está marcado por la transitoriedad de la mercancía y la inestabilidad de los valores. Se dirá
que el cambio no es fundamental ni puede compararse con otros.
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Creo sin embargo que sintetiza rasgos básicos de lo que vendrá o, mejor dicho, de lo que ya está aquí para quedarse: en
ciudades que se fracturan y se desintegran, este refugio antiatómico es perfectamente adecuado al tono de una época.
Donde las instituciones y la esfera pública ya no pueden construir hitos que se piensan eternos, se erige un monumento
que está basado precisamente en la velocidad del flujo mercantil. El shopping presenta el espejo de una crisis del
espacio público donde es difícil construir sentidos; y el espejo devuelve una imagen invertida en la que fluye día y noche
un ordenado torrente de significantes.-
CONSIGNAS:
1) Leer el texto de manera global.
a-Reflexionar sobre el titulo y escribir su apreciación en uno o dos renglones.
2) Realizar una lectura detenida del texto:
a-Subrayar las ideas principales.
b-Elaborar anotaciones marginales de los conceptos fundamentales de cada párrafo
3) Responder el siguiente cuestionario;
a-¿Cuál es la contribución del shopping al nomadismo?
B-¿Por qué la autora afirma que el shopping se caracteriza por su extraterritorialidad y por un uso diferenciado según el
origen social?
Actividad 3 Leer el artículo “11 tipos de lector” y determinar si se identifican con algún tipo de lector de los presentados en el texto. Si no encuentran un tipo de lector con el cual identificarse, crear uno nuevo que no esté consignado en el listado. Actividad 4 Una vez leído el texto, escribir un posteo en donde compartan con cuál de los tipos de lectores se identifican. Contar cuáles son sus experiencias lectoras previas, si se sintieron interpelados por algún libro, etc. (extensión aproximada 10 líneas). 1. El lector promiscuo No duda en abandonar un libro que ha empezado para iniciar otro. No puede evitarlo porque le encanta leer y no sabe decir que no. 2. El lector cascarrabias Es exigente y voraz. Aunque no le guste un libro jamás lo deja a la mitad, aunque opine que el autor no puede unir dos frases con sentido. Suele lanzar el libro contra la pared cuando lo termina (literalmente). 3. El lector cronológico Compra un libro y hasta que termina de leerlo vuelve a la librería por otro. Se atreve a abandonar la lectura de un libro sólo si existe un motivo suficientemente fuerte para dejarlo y siempre lo hace con remordimiento. Es lo opuesto al lector promiscuo. 4. El lector aniquilador Los lleva a todas partes. Quiere tanto a sus libros que ahora estén llenos de hojas sueltas, cubiertas rotas o manchadas y páginas amarillentas, por el ajetreo del ir y venir.
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5. El lector ocupado I Le gustan tanto los libros que incluso compra varios en un mismo momento, pero luego al llegar a casa los coloca en un librero donde pueden pasar un par de meses. Cuando finalmente los lee, lamenta haber tardado tanto en hacerlo. 6. El lector ocupado II La verdad no le gusta leer, pero le gusta presumir que compra libros. 7. El librófilo Más que la lectura, lo que este lector disfruta son los libros como objeto. Su olor, sus colores, las páginas amarillentas, los viejos y los nuevos, los considera más una obra de arte. 8. El anti-lector Piensa que los libros son muy largos y jamás lee. 9. El espíritu libre Es el adulto que lee libros infantiles, o el niño que lee libros para adultos. Cada vez más la sociedad acepta a estos espíritus libres de la literatura sin el menor sonrojo. 10. El multi-tarea Aunque siempre termina los libros, lee varios a la vez y termina confundiendo personajes, nombres y tramas. 11. El lector somnoliento Su momento favorito de lectura es antes de dormir. Ya cómodo en su cama no consigue mantener los ojos abiertos y despierta en la madrugada sólo para apagar la luz y cerrar el libro. Al finalizar, socializar con toda la clase la información y hacer una estadística sobre cuáles son los tipos de lectores presentes en el aula. ¿Les parece que falta algún tipo de lector? Escribir acerca de sus experiencias de lectura. Como y que leen. Para acercarse a herramientas tecnológicas, les proponemos de tarea que vuelquen esa información en un Excel (pueden
incluirlo en la carpeta compartida que crearon en el encuentro anterior) y hagan un gráfico de barras y/o una torta que
permita graficar esos porcentajes
TRABAJO CON MATERIAL AUDIOVISUAL
A continuación, se propone mirar un video -
RECURSOS:
▪ Programa Mentira la verdad. El otro. Canal Encuentro
Hay que desarrollar otras estrategias para guardar aquello que tenemos que estudiar o queremos recordar más
adelante. Esta actividad apunta a practicar la toma de apuntes y reflexionar sobre su utilidad.
Tomar apuntes de la temática del video mientras la miran.
● Una vez que hayan terminado de mirar el video, revisar los apuntes y anotar qué preguntas le harían a…….. Si fueran parte del público o si se tratara de una clase. Hacer una puesta en común general de los apuntes y las respuestas. Es probable que no todos hayan anotado lo mismo:
¿qué privilegiaron?, ¿qué deberían agregar?, ¿qué podrían eliminar?, ¿cuáles fueron las dificultades que encontraron a
la hora de tomar apuntes
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Problemáticas para el Curso Inicial (Régimen Académico):
1. Durante al final del período de cursada de un unidad curricular, que no es ni el Campo de la Práctica, ni un Taller
ni un Ateneo, un alumno acreditó el 85% de asistencias según clases dadas, el segundo un 55% y el tercero un
38%. Analizar el apartado del Régimen Académico referido a la asistencia y responder:
a. ¿Todos los alumnos cumplieron con el requisito de asistencia según el régimen académico?
b. Si alguno o algunos no lo cumplieron ¿qué pasos puede seguir para conseguir la acreditación?
2. Llegado el período de exámenes de noviembre/diciembre un estudiante del Profesorado en Educación Primaria
se inscribe para rendir el examen final de Psicología del Desarrollo y el Aprendizaje II sin haber aprobado antes el
final de Psicología del Desarrollo y el Aprendizaje I. A partir de la lectura del apartado “Permanencia y
Promoción” del Régimen Académico resolver
a. ¿Qué ocurrirá con esta inscripción?
b. ¿Hay alguna forma para que el estudiante pueda rendir Psicología del Desarrollo y el Aprendizaje II?
3. Un estudiante que cursa Didáctica de las Practicas Acuáticas, en el Profesorado de Educación Física, ha
desaprobado los dos exámenes cuatrimestrales y los dos recuperatorios correspondientes. El docente a cargo
del área le indica que ha perdido la cursada. A partir de la lectura del Plan de Evaluación, resolver lo siguiente:
a-¿El docente esta en lo cierto?
b-¿Tiene alguna forma el estudiante, para revertir esta situación?
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Autoevaluación
Tema: Régimen Académico
1) Marcar con una “V” (verdadero) las respuestas correcta y con una “F” (falso) las incorrectas. En el caso de indicar
“F”, explicitar en no más de tres líneas cuál sería el enunciado verdadero
a) Es condición para la permanencia como estudiante regular acreditar al menos 2 (dos) Unidad Curricular
(materia) por año calendario, en los turnos diciembre-marzo:
b) El régimen de cursada presencial implica la asistencia al 60% de las clases efectivamente dictadas, excepto en
las Prácticas de Campo docente y profesional, Talleres y EDI, cuya asistencia deberá ser del 70%:
c) Los Talleres, Seminarios, Ateneos y los Campos de la Práctica Docente y de la Práctica Profesional pueden ser
acreditados bajo la modalidad de examen libre (sin haberlos cursado)
d) Los exámenes finales pueden rendirse durante cualquier mes entre marzo y diciembre del año en curso:
e) Todas las unidades curriculares(materias) pueden promocionarse sin examen final
f) Cuando una unidad curricular (materia) permite la promoción sin examen final, el estudiante debe acreditar 7
(siete) o más en las evaluaciones previstas:
g) La aprobación de la cursada tendrá una validez de tres años, pasados los cuales debe recursarse.
h) Por cada unidad curricular que el estudiante curse se realizarán dos evaluaciones obligatorias como mínimo,
de las cuales por lo menos una será individual
i) En el caso de alumnos que registren una asistencia menor a 50%, el CAI decidirá si se le beneficia con la
opción de examen libre.
j) Los alumnos podrán inscribirse para acreditar finales en las llamados de noviembre-diciembre; febrero-marzo-
agosto, o sea tres llamados por año a pesar de que las condiciones del alumno no sean las que corresponden,
según el régimen académico vigente.
Nota Final: