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  • MEMORIAS

    Opinion pblica, comunicacin poltica y medios

  • Facultad de Ciencia Poltica y Relaciones Internacionales

    DecanoFranco Bartolacci

    VicedecanoHctor Molina

    Secretaria AcadmicaSabrina Benedetto

    Sub Secretaria AcadmicaJulieta Corts

    Secretaria de Investigacin y PosgradoClaudia Voras

    Sub Secretaria de Investigacin y PosgradoValeria Sassaroli

    Secretaria de Planificacin y Gestin InstitucionalCintia Pinillos

    Secretario de Comunicacin y Gestin de MediosEdgardo Toledo

    Secretaria EstudiantilLucila Dattilo

    Secretaria de ExtensinMara Ins Suidini

    Sub Secretaria de ExtensinPaula Contino

    Secretaria FinancieraNadia Amalevi

    Secretaria de Relaciones InstitucionalesCecilia Ruberto

    Escuela de Ciencia PolticaMara Gabriela Benetti

    Escuela de Comunicacin SocialElizabeth Martnez de Aguirre

    Escuela de Relaciones InternacionalesGustavo Marini

    Escuela de Trabajo SocialMara Eugenia Garma

    Comit AsesorHugo QuirogaOsvaldo IazzettaGladys LechiniSusana FrutosAlicia Gonzlez-SaibeneAnabella Busso

    Mara Eugenia SchmuckMarcelo CavarozziWaldo AnsaldiManuel Antonio GarretnMartin DAlessandroMiguel de Luca

    Comit OrganizadorCintia PinillosSofa PerottiMara de los ngeles ZayasEdgardo ToledoNadia AmaleviSabrina BenedettoClaudia VorasLucila DattiloValeria SassaroliJulieta CortsCecilia RubioGisela Pereyra DovalAndrea CalamariValeria MiyarAlejandra PereyraMara CarrerasJulieta RucqClarisa RamachottiToms MottironiGermn VillarealDiego GuevaraFederico FarreGisela MacedoRita GrandinettiAlberto FordGisela SignorelliMarco IazzettaMercedes BetriaBeatriz PorcelMariano SironiAlicia VillamajFlorencia RovettoBetina RosinvalleMara de los ngeles DicapuaMelina Perbellini

    Comit Organizador Estudiantil

    Coordinadores Comit EstudiantilMilocco, Mailn Noelia Tim, Dafne Celeste

    Coordinadores Comit de PrensaAmatta, Juan Manuel Doval, Toms

    Acedo, MatasAlbini, AgustnAgero ReginaArrieta, AilnBacciadonne, FrancoBalmaceda Clavel, Enrique

    Barra, DaianaBendayan, NailaBuzzano, LucioCardinales, GastnCatalano, FtimaCiliberti, FernandaCoduri, YaelCostello, MarianoCusumanos, FlorenciaDAl, PilarDel Arca, GuadalupeDeutsch, VernicaDe Zan, Juan LuisDi Lenarda Pierini, Juan Pablo Doval, TomsEspinoza, JulietaFelitti, MartinFurlotti Barros, MarianoGaravaglia, GiulianaGarca Scavuzzo, lvaroGraziano, BelnGutirrez, Andrs Gutierrez, MariaHummel, IanaraKinderknecht, AgustoManso, VictoriaMntaras, MartinaMarcaida, PaulinaMartinez, SabrinaMartinez Prieto, LauraMondelli, CelinaMusto, VictoriaNieva Atrib, JuanPasqualis, LizaPearanda, JavierPereyra, Magal RocoPonchon, LeandroProcicchiani, Mara FlorenciaRivet, AgustinaRubinich, GretaSerrat, AnaSimonetta, Juan CruzSchwarzstein, JuliaSchroether, BorisSecchi, FedericoSerra, BelnSilva, CarolinaSullivan, LucaTerzagui, Mercedes Traverso, Juan IgnacioValenzuela, Ana EugeniaVallejo, FacundoVelazquez, UkayVernetti, CarlaVern, DaminVillar, Beln AyechViola, Natalia GiselZarzur, IgnacioZurita, Virginia Beln

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    El Congreso

    El Congreso sobre Democracia es un tradicional encuentro acadmi-

    co que desde 1994 se realiza cada dos aos en la ciudad de Rosario,

    Argentina, organizado por la Facultad de Ciencia Poltica y Relacio-

    nes Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario.

    A veinte aos de aquel primer Congreso sobre Democracia,

    la Facultad se prepara para recibir a cientos de expositores nacio-

    nales e internacionales que se dan cita para debatir en torno a los

    escenarios actuales y futuros de las democracias latinoamericanas,

    en el marco de paneles, mesas redondas, simposios, presentaciones

    de libros y revistas cientficas y numerosas mesas de ponencias.

    Dada la relevancia acadmica y poltica que ha ganado a lo

    largo de sus primeras diez ediciones, el Congreso ha recibido, as, la

    visita de prestigiosos acadmicos, lderes polticos y autoridades de

    las distintas escalas gubernamentales, como tambin de destacados

    comunicadores y periodistas.

    Otro rasgo distintivo del Congreso es la participacin masi-

    va de estudiantes de nuestro pas y la regin, quienes se han apro-

    piado del evento como un espacio de socializacin acadmica, con

    instancias para compartir y debatir sobre sus propias experiencias y

    producciones, as como para conocer personalmente y escuchar a

    referentes centrales para su formacin.

    La consigna

    En esta oportunidad, la consigna del Congreso es Entre el malestar y

    la innovacin. Los nuevos retos para la democracia en Amrica Latina.

    La democratizacin es un proceso dinmico que siempre

    permanece incompleto y no reconoce un punto de llegada. Por el

    contrario, se trata de de una bsqueda sin trmino que persigue un

    horizonte mvil. La apuesta por la democracia requiere un perma-

    nente compromiso cotidiano para profundizarla y expandirla y exige

    renovar los desafos para evitar su declive y vaciamiento. Su perma-

    nencia no est asegurada de antemano y est expuesta constante-

    mente al riesgo de inversin, de desdemocratizacin.

    El escenario internacional de estos ltimos aos nos ilustra

    sobre procesos relacionados con la democracia que se mueven en

    direcciones opuestas y nos muestran que el entusiasmo de algunas

    experiencias convive con marcados signos de agotamiento y ma-

    lestar en sociedades que perciben los lmites de los procedimientos

    democrticos para procesar los desafos de un mundo globalizado.

    El Congreso se presenta entonces como un mbito de discu-

    sin acadmica, pero tambin poltica, para problematizar y debatir

    acerca de los lmites y las tensiones de la democracia, los malesta-

    res, as como las estrategias posibles e innovadoras para profundi-

    zarla y mejorarla, atendiendo al desarrollo, la inclusin y el respeto

    a los derechos humanos, a partir del reconocimiento de la comple-

    jidad y diversidad de su despliegue en el escenario latinoamerica-

    no. Un escenario atravesado por temporalidades e historias tan di-

    versas, donde Amrica Latina se presenta celebrando tres dcadas

    de indita continuidad democrtica, con luces y sobras, marchas y

    contramarchas pero mostrando que la democracia es hoy un valor

    compartido por sus sociedades que se apropian de las herramientas

    que ofrece para expresar sus demandas e inscribir nuevos derechos.

    La institucin organizadora

    La Facultad de Ciencia Poltica y Relaciones Internacionales de la

    Universidad Nacional de Rosario cuenta con una vasta trayectoria

    acadmica y reconocimiento pblico. Tambin es manifiesto su com-

    promiso institucional con la consolidacin de la calidad democrtica

    y con la construccin de canales de dilogo entre la Universidad y los

    actores sociales, polticos y gubernamentales.

    Su oferta acadmica est compuesta por cuatro carreras de

    grado que son las Licenciaturas en Ciencia Poltica, Comunicacin

    Social, Relaciones Internacionales y Trabajo Social. Asimismo, la casa

    presenta una importante oferta en materia de posgrado, con Espe-

    cializaciones, Maestras, y Doctorados vinculados con aquellas dis-

    ciplinas.

    La Facultad cuenta tambin con un Instituto de Investigacio-

    nes, en el que desarrollan sus actividades investigadores y becarios

    del Consejo Nacional de Investigaciones Cientficas y Tecnolgicas

    (CONICET) y del Consejo de Investigaciones de la UNR y del Progra-

    ma Nacional de Incentivos a la Investigacin. El Instituto nuclea a dis-

    tintos Centros de investigacin que orientan sus investigaciones en

    distintas reas de las Ciencias Sociales.

    En 2013, la Facultad cumpli 40 aos y lo festej con diversas

    actividades acadmicas y sociales, de las que particip la comunidad

    educativa en su conjunto.

    Entre el malestar y la innovacin: los nuevos retos para la Democracia en Amrica Latina

  • O CONSELHO DE COMUNICAO SOCIAL: AVANOS E DESAFIOS PARA UMA COMUNICAO DEMOCRTICA

    NO BRASIL

    EDNEY MOTA ALMEIDA (PUC-SP)

    [email protected]

    LCIO HANAI VALERIANO VIANA (PUC-SP) [email protected]

    RESUMO Este trabalho se props a analisar o Conselho de Comunicao Social no Brasil, enquanto mecanismo de apoio democratizao dos meios de comunicao. A discusso a respeito desse Conselho cercada por consideraes diversas que, por vezes, antagnicas, dificultam seu aprimoramento. A questo esbarra na falsa relao entre controle social da mdia e censura. A estrutura de comunicao, pautada nos monoplios, atuando em comum acordo, notadamente quanto forma e ao contedo de suas informaes, acabam por forjar consensos em torno de temas amplamente questionveis. Dessa forma, analisam-se tambm as prticas da grande imprensa brasileira como unilaterais e antidemocrticas. REA TEMTICA: Opinio pblica, Comunicao Poltica e Mdia. LEGENDA: Trabalho preparado para ser apresentado no XI Congresso Nacional e IV Congresso Internacional sobre Democracia, organizado pela Faculdade de Cincias Poltica e Relaes Internacionais da Universidade Nacional de Rosario, em Rosario, de 8 a 11 de setembro de 2014.

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    O CONSELHO DE COMUNICAO SOCIAL: AVANOS E DESAFIOS PARA UMA COMUNICAO DEMOCRTICA NO BRASIL

    O presente estudo se props a analisar o Conselho de Comunicao Social no Brasil enquanto ferramenta de apoio para democratizar os meios de comunicao. A discusso a respeito desse Conselho, formado por instituies democrticas e composto por membros da sociedade civil, cercada por consideraes diversas que, por vezes, antagnicas dificultam seu aprimoramento. A questo sempre esbarra na falsa relao entre controle social da mdia e censura. Sabe-se que a imprensa aqui considerada a grande mdia possui um forte poder de persuaso sobre o seu pblico, seja ele leitor, ouvinte ou telespectador. A estrutura de comunicao, pautada nos grandes monoplios, atuando em comum acordo, notadamente quanto forma e ao contedo de suas informaes, acabam por forjar consensos em torno de temas amplamente questionveis. No se pretendeu aqui subestimar os agentes receptores, contudo, a ausncia de debates e a similaridade de abordagens, de diversos temas, como se notou no estudo, permitem apenas uma viso parcial da realidade transmitida, transformando o grande pblico em passivos consumidores de informao. Nesse contexto de subordinao, forja-se o senso comum e a opinio pblica. Dessa forma, analisam-se as prticas da grande imprensa brasileira como unilaterais e antidemocrticas, colocando-se como obstculo s novas demandas sociais. Em dissonncia a essa realidade, observa-se uma busca pela efetivao do Conselho de Comunicao Social, como instrumento capaz no s de monitorar e fiscalizar socialmente os meios de comunicao, mas com poderes de formulao de polticas pblicas, garantindo os direitos coletivos. Nesse sentido, o trabalho tambm quer fortalecer o debate em torno da necessidade de ampliao e multiplicao dos canais e meios de comunicao, fazendo desta medida uma forma de enaltecer uma concepo inovadora e corajosa de participao popular, como contrapartida aos interesses do liberalismo econmico, isto , do grande capital, que se fortalece sob o signo do capitalismo global em prejuzo da democracia. Aps anlise da trajetria do Conselho de Comunicao Social, bem como da bibliografia referente ao conjunto dos meios de comunicao, percebeu-se vis ideolgico fortemente marcado pelos ideais do liberalismo econmico, bem como conduta antidemocrtica em benefcio da manuteno da estrutura de poder concentrado pelos meios de comunicao no Brasil, o que denota seu carter hegemnico e aristocrtico.

    BREVE HISTRICO DO CONSELHO DE COMUNICAO SOCIAL

    O Conselho de Comunicao Social (CCS) foi criado no Brasil em 1991, por

    meio da Lei 8389 sancionada pelo ento presidente da Repblica Fernando Collor de Mello, atendendo ao artigo 224 da Constituio Federal, Lei das Leis do pas. Embora tenha sido criado em forma de Lei no incio da dcada de 90, o Conselho s ganhou corpo e foi instalado aps uma dcada, exatamente no ano de 2002. Ou seja, com 11 anos de atraso. No bastasse esse hiato de tempo, o rgo funcionou de 2002 a 2006, o que correspondeu a dois mandatos apenas, interrompendo em seguida o seu funcionamento, que somente foi retomado em 2012. Com isso, somando os dois perodos de desativao, desde a sua origem, foram dezessete anos de suspenso das atividades em 23 anos de existncia. Pode-se afirmar que toda essa dificuldade se traduz no poder econmico da mdia hegemnica aliada uma poltica aristocrtica e

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    conservadora, compondo um quadro de obstacularizao que retarda o processo de democratizao dos meios de comunicao de massa e, por conseguinte, da soberania da sociedade.

    No obstante, a organizao do CCS assume caractersticas de uma democracia ao avesso, acostumada com prticas oligrquicas quando no autoritrias. Seno vejamos, a formao do corpo de membros do Conselho consiste em uma prerrogativa do Congresso Nacional, conforme o inciso 2 do artigo 4 da Lei: "Os membros do conselho e seus respectivos suplentes sero eleitos em sesso conjunta do Congresso Nacional, podendo as entidades representativas dos setores mencionados nos incisos I a IX deste artigo sugerir nomes mesa do Congresso Nacional". Desse modo, a Cmara dos Deputados Federais, bem como o Senado se renem, ou deveriam se reunir, em sesso conjunta para elegerem os integrantes do conselho e seus respectivos suplentes. E mais, a lei que criou o Conselho de Comunicao Social determina ainda no artigo 4 que o rgo ser composto, alm de outros, por cinco membros representantes da sociedade civil. Entretanto, essa determinao jamais foi respeitada.

    E ainda, durante o tempo regulamentado por lei, de 1991 at 2002, em que o Conselho de Comunicao Social no foi instalado uma vez se quer, revelam-se a inconstitucionalidade e a ilegalidade se reconhecermos que o conselho assegurado pela Constituio Federal e tambm por lei. Depois, em 2012, na ltima eleio para formar o conselho, depois de seis anos inativo, o Congresso Nacional aprovou o processo desconsiderando uma lista de entidades da sociedade civil, sugerida presidncia do Senado pela Frentecom (Frente Parlamentar pela Liberdade de Expresso e o Direito a Comunicao com Participao Popular).

    Por fim, em fevereiro de 2014, o Senado Federal, isoladamente, reuniu sua mesa diretora e decidiu emitir e enviar ofcio para as entidades de sua preferncia, solicitando a indicao de representantes para compor o conselho. Contudo, mesmo quando o Congresso Nacional se reuniu no se respeitou a destinao das cinco vagas oferecidas para os representantes da sociedade civil. Os parlamentares, muitos deles donos de veculos de comunicao de massa ou apoiados por grandes empresas de mdia, exercem o poder do lobby para favorecerem seus grupos de interesses prprios em prejuzo do interesse pblico e do equilbrio democrtico na sociedade. Portanto, as vagas destinadas sociedade civil so tomadas por empresrios do setor de comunicao, por instituies religiosas e por pessoas vinculadas a determinados parlamentares.

    Alm das cinco vagas reservadas para membros da sociedade civil, o empresariado da comunicao tem direito a trs representantes: um das empresas de rdio, um das de TV e outro das impressas. Os profissionais do setor tambm tm direito representao no Conselho de Comunicao Social. So quatro vagas ao todo: uma para a classe dos jornalistas; uma para os radialistas; uma para os artistas; e, uma vaga para os profissionais de cinema e vdeo. Para completar as 13 vagas dos membros titulares, uma reservada a um engenheiro com conhecimentos na rea de comunicao social. Conforme determina o artigo 224 da Constituio Federal do Brasil, o Conselho de Comunicao Social possui somente atribuies consultivas. Portanto, no possui carter legal para formular e monitorar polticas pblicas, como desejam alguns representantes de entidades civis. Por isso, o CCS consiste apenes em espao com a finalidade de discutir e aprovar resolues, pareceres, e estudos relacionados ao campo das comunicaes, demandados pelo Congresso Nacional, pelo poder Executivo e pela sociedade civil. Temas previstos na

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    Constituio, como: o monoplio e oligoplio dos meios de comunicao; o complemento dos sistemas pblico, privado e estatal de comunicao; a produo e a programao de emissoras de rdio e tev, bem como a regionalizao da produo e a produo independente; a liberdade de expresso; a finalidade educativa, artstica, informativa e cultural dos meios de comunicao; a propaganda de bebida alcolica, de cigarro e medicamento, entre outros assegurados na Lei. Mesmo com poderes limitados, atuando meramente, como um rgo consultivo do Congresso, o CCS originou-se da luta por democratizao da comunicao no Brasil, e foi encabeada por diversos setores e movimentos sociais.

    No portal do Observatrio da Imprensa na internet, Dinis (2012) destaca o desastre democrtico representado pelo mau funcionamento do Conselho de Comunicao Social e avalia a ao poltica de atores pblicos que deveriam defender os interesses da sociedade: A nossa mdia pode ser avaliada folheando os jornais e revistas, ouvindo o rdio, acompanhando a televiso e portais de notcias. Mas tambm avalia-se a mdia atravs de estatsticas quantos ttulos, leitores comparados com habitantes, nmero de emissoras e respectivas audincias. Outra forma de avaliar os meios de comunicao de uma determinada sociedade pode ser examinando suas instituies: ns temos sindicatos profissionais, associaes patronais, uma entidade pluralista chamada ABI e estamos conversados. Pensando na necessidade de criar pontos de convergncia e instrumentos de debates, os constituintes de 1988 imaginaram no artigo 224 a criao de um Conselho de Comunicao Social, rgo auxiliar do Congresso Nacional, espcie de frum para ajudar os legisladores a tomar decises no tocante aos Meios de Comunicao. A histria deste Conselho trgica e joga uma penosa sombra no apenas sobre nossa mdia como tambm sobre nosso descaso com o disposto pela Carta Magna. Esta lamentvel histria tem apenas um protagonista: o senador Jos Sarney, que durante quatorze anos procrastinou a instalao deste Conselho. Aproveitando a presena do senador Ramez Tebet na presidncia do Senado, no perodo 2001-2003, alguns senadores do PT e do PSDB, entre eles Artur da Tvola, Eduardo Suplicy e Aloizio Mercadante, conseguiram montar um Conselho politicamente equilibrado, tecnicamente competente e responsvel, que funcionou de 2003 a 2005, tendo como presidente o jurista pernambucano especializado em Comunicao Jos Paulo Cavalcanti Filho. Terminado o primeiro mandato, o senador Sarney voltou carga com fora total e indicou seu colega imortal da Academia Brasileira de Letras Arnaldo Niskier para a presidncia com a precpua funo de acabar com o rgo. Durante seis anos, o Conselho manteve-se desativado num flagrante desacato Constituio. Novamente pressionado por diferentes foras polticas, o caprichoso senador Sarney admitiu ressuscitar o nico rgo da Repblica voltado para a Comunicao Social e escolheu todos os seus 13 membros. Fica evidente a atuao do poder poltico em benefcio de pequenos grupos. Como se sabe no Brasil, o senador Jos Sarney proprietrio de dezenas de emissoras de rdio, de tev e de jornais impressos no estado do Maranho em uma clara demonstrao da concentrao dos meios de comunicao e de desrespeito Constituio. Numa democracia, a imprensa e o jornalismo so a boca, os ouvidos e os olhos da sociedade, por isso eles precisam ser livres e ampliados. Quanto mais imprensa, mais liberdade, mais democracia. No entanto, como diria Shakespeare o olho no enxerga a si mesmo. Da a necessidade de um Conselho democrtico, com a participao da sociedade civil, e atuante. Todo poder necessita de um freio, de outro poder para fiscalizar os abusos. Sendo assim, quando os grandes veculos de comunicao de massa e seu monoplio agem contrrios

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    democratizao, e implementao do conselho, a censura praticada. E no o contrrio, com a atuao efetiva do Conselho de Comunicao Social e com a multiplicao dos veculos de comunicao, como os empresrios da grande mdia e seus polticos engajados em causas prprias querem fazer crer. Tambm necessrio desmistificar o termo controle social da mdia. O que isso significa realmente? Os poderosos da mdia tradicional e os polticos conservadores vendem para a sociedade o controle social da mdia como sinnimo de censura, o que no corresponde verdade, desviando o foco de um tema relevante para a Nao e, consequentemente, esvaziam o debate poltico.

    FRAGMENTOS DA DEMOCRACIA AO LONGO DA HISTRIA

    Recorremos a Tocqueville (1987, p. 49) na esperana de que aprendamos com a histria: ... no conheo mais que duas maneiras de fazer reinar a igualdade no mundo poltico: preciso que se deem direitos a cada cidado, ou que no sejam dados a ningum.

    Em Tocqueville (1987, p. 141), se aprende que num pas onde reina ostensivamente o dogma da soberania do povo, a censura no apenas um perigo, mas ainda, um grande absurdo. Quando se concede a cada um o direito de governar a sociedade, necessrio reconhecer tambm a sua capacidade de escolher entre as diferentes opinies que agitam seus contemporneos e de apreciar os diferentes fatos cujo conhecimento pode gui-los. A soberania de um povo e a liberdade da imprensa so, pois, duas coisas inteiramente correlatas. E mais, Tocqueville (p. 143), ensina que a imprensa possui fora incrvel de disseminao do poder, e ela mesma sendo ampliada no pode concentrar todo o poder: um axioma da cincia poltica nos Estados Unidos, que o nico meio de neutralizar os efeitos dos jornais multiplicar-lhes o nmero. No consigo compreender porque uma verdade to evidente no se tenha ainda tornado mais vulgar entre ns europeus- (griffo nosso). Nos Estados Unidos, quase no h um povoado que no tenha o seu jornal. Concebe-se sem dificuldade que, entre tantos combatentes, no se possa estabelecer nem disciplina nem unidade de ao; ademais se v cada um conduzir a sua bandeira. No que todos os jornais polticos da Unio se tenham enfileirado a favor ou contra a administrao; mas atacam-na e a defendem por cem meios diferentes (p. 144).

    Da mesma maneira, na idade mdia, a difuso e disseminao de Bblias no era um caso de mais do mesmo, e sim de mais e melhor. De acordo com Shirky (2011, p. 166), o nmero de Bblias produzidas aumentou e com isso barateou o custo, e as bblias baratas e traduzidas para as lnguas locais enfraqueceu o monoplio interpretativo do clero, e os fiis podiam ler e ouvir o que o livro dizia em sua prpria lngua, e cidados alfabetizados podiam ler sozinhos e por responsabilidade prpria, sem os padres por perto. Em meados do sculo XVI, a Reforma Protestante de Lutero havia prevalecido. E o papel da Igreja como fora econmica, cultural, intelectual e religiosa pan-europeia chegava ao fim. Portanto, uma sociedade em que todos tm algum tipo de acesso esfera pblica diferente do tipo de sociedade em que os cidados se relacionam com a mdia como meros consumidores.

    Tito Lvio, historiador de Roma, dizia que justa a guerra para os quais ela se faz necessria, e sagradas so as armas, quando s nas armas repousa a esperana (Maquiavel, 1995, p.148). Como dialogar com governantes despticos e poderosos insensveis e indiferentes que se negam a ouvir o clamor, o desespero de milhares? Quando percorremos as pginas de nossa histria, no se encontram, poder-se-ia dizer, grandes acontecimentos que, aps setecentos anos (Tocqueville, 1987, p.13),

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    no se tenham levantado em proveito da igualdade. As cruzadas e as guerras inglesas dizimaram os nobres e dividiram suas terras; a instituio das comunas implantou a liberdade democrtica no seio da monarquia feudal; a descoberta das armas de fogo igualou plebeu e nobre no campo de batalha; a imprensa ofereceu iguais recursos inteligncia deste e daquele; o correio veio trazer luz soleira da cabana do pobre assim como porta do rico; o protestantismo afirmou que todos os homens esto igualmente em condies de encontrar o caminho do cu. A Amrica, ao ser descoberta, ofereceu fortuna mil novos caminhos e colocou ao alcance do aventureiro obscuro as riquezas e o poder. Na Frana, no perodo de cinquenta em cinquenta anos, se operou uma dupla revoluo no estado da sociedade. O nobre desceu na escala social e a ela subiu o plebeu; um desce, outro se eleva. Cada meio sculo os torna mais prximos, e em breve se estaro tocando. (...) Em toda parte os vrios acontecimentos da vida dos povos revelaram-se em proveito da democracia; todos os homens a tm ajudado com os seus esforos, tanto os que tinham em vista concorrer para o seu triunfo como os que nem de longe pensavam em servi-la; tanto os que combateram em nome dela como aqueles mesmos que se declararam inimigos seus. Como se nota, a luta por igualdade, liberdade, enfim, democracia, parece acontecer em todos os tempos e em todos os lugares em que h homens em ao e desejosos de justia.

    Para Montesquieu (1998, p. 20), a democracia caracteriza-se como o melhor regime poltico, porm excepcional. excepcional porque sua base, seu princpio o Patriotismo, traduzido por virtude poltica. Um princpio que pressupe nos cidados grande solidariedade. Porm, a democracia ser rara porque o Governo Moderado depende do equilbrio dos poderes: uma obra-prima de legislao que raramente o acaso produz ou o homem consegue produzir deliberadamente. Portanto a democracia o Governo Moderado por Excelncia. Montesquieu (p. 22), tambm detectou j em seu tempo esse problema poltico grave que o abuso do poder econmico. Pois j haviam acontecido as grandes navegaes na Renascena; o mercantilismo; a expanso da riqueza mobiliria. Ele chegou a assinalar a inflao resultante da prata e do ouro da Amrica despejados na Europa. Montesquieu constatou que todo poder tende ao abuso. E contra o abuso do poder poltico, preconizou a sua repartio. Para o abuso do poder econmico, foi semelhante. Ele derrotou o excesso de riquezas. Preconizou, para evit-lo, a repartio da riqueza, tanto na Democracia como na Aristocracia (...). E indicou quando a riqueza se caracteriza como excessiva: quando o cidado j no tenha preciso de seu trabalho para conservar ou para adquirir. Portanto, o objeto poltico em Montesquieu so as leis sociais, visadas, pesquisadas cientificamente com a finalidade de bem governar-se, de assegurar a liberdade poltica dos cidados (p. 29). E esta s possvel nos Governos Moderados, e mesmo nestes ela s possvel se houver a diviso dos poderes, a exata diviso dos poderes do Estado, porque s esta permite estabelecer-se o imprio da lei, da lei de verdade (p. 31). A liberdade poltica em um cidado constitui aquela tranquilidade de esprito que provm da convico que cada um tem da sua segurana; e, para ter-se essa liberdade, preciso que o Governo seja tal que cada cidado no possa temer o outro. Ela s existe onde prevalece o princpio da legalidade, isto , que ningum seja constrangido a fazer as coisas que a lei no obrigue, e a no fazer as que a lei permita. Em outras palavras, a liberdade poltica, essa convico da prpria segurana, s possvel quando o cidado sabe o que pode ou no pode fazer; e o que os concidados podem ou no podem. E isto s acontece onde h o imprio da lei (p. 32). Sobre a influncia de Montesquieu para a lei no

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    Brasil, basta citar a Constituio Federal e o Cdigo Civil. A Constituio Republicana e o Estado dividido nos trs poderes. Quanto s Garantias Individuais aqui tambm nos inspiramos nos Estados Unidos e, por conseguinte, em Montesquieu. A garantia da liberdade , portanto, na poltica republicana, a garantia suprema, a garantia das garantias. Dela derivam todas as outras garantias, como simples corolrios: o princpio da legalidade; a garantia da propriedade privada, em especial a imobiliria; a garantia da livre iniciativa; a liberdade de pensamento em todas as suas manifestaes. Por fim, a lei no formulada ao arbtrio do governante, mas de acordo com as condies de vida da sociedade; ela tem, por isso, um esprito, o esprito da lei (p. 42). Contudo, no Brasil, prevalece a democracia Aristocrtica, onde apenas uma classe tem o poder e domina. A Aristocracia econmica que desde sempre mandou no pas e continua a mandar. E os coronis donos dos latifndios tambm se multiplicaram em coronis donos da poltica, donos do Estado, donos dos meios de produo e donos dos meios de comunicao de massa. Estes no aprenderam a Virtude na Repblica, o amor Ptria que significa o amor igualdade.

    ESTUDO DE CASO SOBRE A DEMOCRATIZAO DA INFORMAO Em virtude dos megaeventos esportivos no Brasil, uma srie de questes

    educacionais, culturais, econmicas, sociais, polticas, eclodiram nas ruas em forma de protestos por melhores e maiores demandas democrticas. Na era onde os conflitos de toda ordem so exageradamente mediados pelos meios de comunicao de massa, a dimenso dos fatos, bem como a escolha da agenda poltica e do tom ideolgico da notcia, o Conselho Nacional de Comunicao e a necessidade de democratizao dos meios de comunicao de massa, ganham novos elementos merecedores de anlise. No contexto da preparao da cidade de So Paulo para receber as delegaes de futebol, os profissionais envolvidos com a competio mundial e turistas estrangeiros de todos os continentes do planeta, questes como: o aumento do ITPU; a chamada cracolndia no centro da cidade; e o transporte pblico, enfim problemas de interesse pblico chamaram ateno e foram selecionadas aqui para mostrar como as polticas de desenvolvimento urbano so reportadas e tratadas por grandes veculos de comunicao impressa sob uma quase que total conivncia do Conselho Nacional de Comunicao que mais parece dormir em bero esplndido. De acordo com Bourdieu (1997), nem todos que se servem da palavra so iguais e isto consiste em um problema importante do ponto de vista da democracia1

    1 A democracia guarda, nos seus fundamentos, o princpio de que o poder emana do povo e em seu nome exercido. Disso resulta que, sem o livre fluxo de informao e opinies, o regime democrtico no funciona, a roda no gira. A delegao do poder e o exerccio do poder delegado dependem do compartilhamento dos temas de interesse pblico entre os cidados. Quanto mais inclusiva, mais a democracia se empenha em expandir o universo dos que tm acesso informao e garante transparncia na gesto da coisa pblica. Quanto mais vigorosa, mais ela faz circular as ideias. (Bucci, 2009, p. 113).

    . Pois h os profissionais da palavra, os jornalistas, que levam vantagem sobre os amadores, estes podem ser os grevistas, os manifestantes, que esto em um estado de desigualdade extraordinria. Diante desse quadro, no que concerne os movimentos sociais que lutam por melhores condies de moradia, ou de transporte, ou de direito cidade, esses movimentos esto desamparados com relao a assistncia palavra. Para a construo de uma cidade mais justa e harmoniosa, com o direito de todos

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    respeitados, seria necessrio o desafio de se colocar a servio dos cidados os meios de comunicao abertos para a discusso dos assuntos pertinentes ao interesse pblico, como requer uma democracia madura. A falta de informao, a omisso, o pensamento nico, contribuem, sobremaneira, para a manuteno dos privilgios e vantagens de grupos milionrios em detrimento da justia e do direito de todos a acessar os espaos de uma cidade vivel, onde haja convivncia harmoniosa entre a sua paisagem e entre seus seres. No seu recente estudo, Frana (2009) se dedicou a estudar o processo de urbanizao em metrpoles como So Paulo, Bogot e Medelln. Conforme a autora, na Bolvia, os governos locais receberam apoio e ajuda da imprensa que colaborou, informando a sociedade e cooperando com os esforos para transformar as cidades em locais mais acessveis para todos. Uma das medidas adotadas pelas Prefeituras bolivianas foi a construo de escolas abertas, sem muros. Alm da mudana arquitetnica e visual, as localidades ganharam a confiana por parte dos moradores, e a questo da segurana foi tratada de maneira diferente de outras experincias conhecidas em cidades brasileiras. Estas sempre pautadas pelo discurso da necessidade de maiores investimentos nos aparelhos de represso. Talvez de forma propositada os jornais dediquem grandes espaos s notcias sobre violncia, para aumentar a sensao de medo e insegurana na populao. No sem razo que, no Brasil, as empresas particulares de segurana crescem vertiginosamente a cada ano. No caso da Colmbia, as Prefeituras apostaram na Cultura e no Lazer, como eixo central no Planejamento Urbano, e, integrando reas, conseguiram profundas transformaes. Os jornais e jornalistas sustentaram a ideia de cultura cidad e participativa, revertendo consideravelmente o quadro da violncia, ao tratar a questo do medo, da insegurana e da violncia, como fenmenos sociais e no apenas como problemas de polcia. No trabalho de Silva 2 (2014), Mobilidade e Transporte na Metrpole Contempornea, o autor enfatiza que o papel da imprensa foi fundamental na implementao do seu projeto de mobilidade urbana, na poca em que trabalhou na Cmara Municipal de Lisboa como secretrio. De acordo com o autor3

    2 Professor catedrtico do Centro de Estudos Urbanos (CESUR) do Instituto Superior Tcnico da Universidade de Lisboa e ex-secretrio de Mobilidade, Transporte e Obras Pblicas de Lisboa. 3 Em entrevista para este artigo, em 30/05/2014.

    , ele conseguiu estabelecer uma relao favorvel e colaborante com a mdia, a partir do momento em que ele transmitiu para os jornalistas todo o histrico de problemas, a situao atual, os aspectos negativos e positivos, as restries, e o que era necessrio fazer para melhorar a cidade para todos. A transparncia, segundo o autor, foi importante e os profissionais da imprensa se interessaram e gostaram. Mesmo aqueles que no incio estavam mais propensos a escrever ttulos mais apelativos, mesmo que no correspondessem com nada que havia sido dito, mudaram de comportamento. De acordo com o autor, no meio de uma conversa longa podem sair frases que tenham segundas interpretaes, ou sem muita relevncia, e essas frases colocadas em destaque na primeira pgina podem no traduzir a realidade, e nem os interesses pblicos. Sobre a formao cultural ampla e generalista do profissional de imprensa, o autor falou da necessidade desses profissionais entenderem as especificidades de determinadas reas para a realizao de uma boa cobertura. Saber como pegar um dado, investigar e transformar em assunto, as regras e o domnio do saber fazer, s a especialidade que o profissional de comunicao aprende na faculdade no

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    suficiente. Porque quando o assunto mais tcnico e envolve outros conhecimentos, ele, jornalista, sabe tanto quanto o homem comum da rua. Portanto, o papel da imprensa decisivo e no pode se limitar em responder s o que est na superfcie, mas entender o que est em jogo e o que est por trs da notcia. E no se restringir em retratar e escrever apenas o que dito em um momento de exploso. Silva (2014) tambm defendeu a importncia de uma imprensa plural, ampla e livre. De acordo com ele, quando h monoplio, h autocensura e medo, pois com poucos veculos de comunicao, consequentemente, h poucas oportunidades de trabalho para os jornalistas, que tambm precisam ganhar seu salrio para sobreviver. Tanto em Lisboa quanto nas cidades colombianas, diferentemente do que costuma acontecer nas metrpoles brasileiras, a imprensa cumpriu um papel de informar e debater junto com a sociedade e as autoridades os assuntos de pertinncia e de interesse coletivo, transformando a interveno urbanstica, antes restrita ao poder governamental e empresarial, em debate de interesse pblico, tornando legtima pela participao social a mudana urbana pretendida. Pode-se, portanto, afirmar que houve democratizao da informao por parte da mdia. Conforme Vras (1995), a cidade mundial4

    Portanto, a concentrao miditica se traduz nas desigualdades sociais das cidades brasileiras. So Paulo concentra as polaridades das cidades mundiais, apresentando processos contraditrios, que abrangem desde as conhecidas tendncias desconcentrao metropolitana, diminuio do nmero de indstrias e terceirizao (em especial com expanso do setor de servios, telecomunicaes e informtica) como as crescentes excluso e misria sociais, aumento do desemprego, informatizao e a configurao espacial desses processos: periferias desequipadas, crise de moradia popular (favelas, cortios, casas precrias, homeless), condomnios fechados para estratos de renda alta e mdia e seu contraponto comercial: os shoppings centers. Na desigualdade do espao esto zonas de deteriorao em contraste com reas de renovao urbana, e a distribuio diferenciada de ocorrncias de chacinas, risco violncia, discriminao, alem de cenrios de devastao ecolgica. A questo da configurao de territrios ganha destaque, e so exigidos para sua anlise, cada vez mais, componentes tnico-culturais e polticos, bem como o recorte das identidades (Vras & Bgus 2000, p. 91). Acredita-se na inverso desse quadro, a partir de polticas pblicas comprometidas com outro

    vista por alguns como centro de produo industrial, ou financeiro, ou de informaes e de atividades culturais e artsticas. Com o desenvolvimento global do capitalismo nesse novo ciclo, desde a 2 Grande Guerra e, em especial, depois da queda do bloco sovitico, as grandes cidades entram no processo de globalizao da produo de mercadorias, de pessoas e de ideias. Estas ganham e dominam os grandes veculos de comunicao, portadores da ideologia das classes dominantes. Sendo assim, notam-se dois aspectos marcantes na cidade de So Paulo: Carncia de atividades artsticas e culturais; e de jornais, rdios, sites de internet, em suma, uma mdia popular e comunitria que priorize notcias e assuntos de interesse pblico e local, principalmente nas periferias. No entanto, a maior metrpole do pas elege como prioridade os aspectos financeiros, de mercado e de produo industrial, como se evidencia na agenda do governo municipal, propagada nas pginas de um dos maiores jornais da cidade. Essa mentalidade que busca apenas fortalecer o poder econmico a mesma que inviabiliza a construo do Conselho de Comunicao Social e, por conseguinte, a democratizao dos meios de comunicao de massa.

    4 Conceito utilizado pela autora.

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    modelo de cidade, uma cidade cidad, com a participao popular, quebrando a resistncia conservadora, por meio de uma nova e ampla imprensa comunitria. Recuperando um pensamento da escola de Chicago, Robert Ezra Park (1864-1944) se destacou como jornalista e transformou sua prtica em estudo sociolgico, quando realizou pesquisas nos bairros das periferias. Seguidor dos ensinamentos de Georg Simmel, ele concebeu a cidade como um laboratrio social, com seus signos de desorganizao, de marginalidade, de aculturao, de assimilao; a cidade como lugar da mobilidade. (Mattelart, 2010, p. 30-32). Park interessa, neste artigo, porque ele se interrogou sobre o papel assimilador desempenhado pelos jornais e sobre a natureza das informaes, sobre o profissionalismo do jornalismo e a diferena entre este e a propaganda social ou publicidade municipal. Seguindo com as ideias de Park, ele contrape o bitico5 a um segundo nvel, uma espcie de superestrutura erguida sobre a subestrutura bitica, e a ela se impe como instrumento de direo e controle: o nvel social ou cultural6

    Para se desenvolver as reflexes em voga, selecionou-se trechos do exemplar, do jornal Folha de S. Paulo, de 1 de janeiro de 2013, quando o prefeito Fernando Haddad tomou posse. Foram observados os ttulos e a matria concernentes agenda das polticas pblicas na cidade de So Paulo, assim como se tentou identificar qual tem sido a estratgia de agendamento da comunicao por parte da Prefeitura do municpio, por meio da secretaria de Desenvolvimento Urbano. Partindo da pressuposta oposio feita pela mdia tradicional ao governo municipal, e a adeso deste forosamente ao consenso ultraliberal

    . Esse nvel assumido pela comunicao e pelo consenso (ou ordem moral), cuja funo regular a competio, permitindo aos indivduos, desse modo, partilhar, uma experincia, vincular-se sociedade (Mattelart, 2010, p. 32).

    7, o texto visa ampliar a viso em torno da necessidade de se qualificar e democratizar o debate em torno das mudanas urbanas na cidade, apontando a frgil resistncia de alternativas8

    5 Nas sociedades humanas, competio e diviso do trabalho resultam em formas no planificadas de cooperao competitiva, que constituem as relaes simbiticas, ou o nvel bitico da organizao humana. Esse nvel subsocial a expresso dessa web of life, dessa rede de vida que liga as criaturas vivas no mundo todo num nexus vital. (Park apud Mattelart, p. 31-32).

    6 A cultura ao mesmo tempo um corpo de costumes e de crenas e um corpo de artefatos e utenslios ou dispositivos tecnolgicos. Esse nvel no deriva diretamente da nova cincia ecolgica. (Mattelart, p. 32). 7 Expresso cunhada pelo pesquisador Francisco Fonseca. 8 Quanto ao Brasil, iniciativas j consolidadas como o Observatrio de Imprensa e mesmo a Revista Imprensa cumprem importante papel alternativo grande mdia, notadamente quanto a denncias da atuao desta. Em relao a mdias independentes, as revistas e jornais Caros Amigos, Carta Capital, Brasil de Fato e, mais recentemente, os jornais Retratos do Brasil e Le Monde Diplomatique Brasil, entre outros veculos, exercem importante funo ao mostrarem ngulos distintos aos da grande mdia sobre temas os mais diversos, construrem alternativas editoriais/ideolgicas e resistirem hegemonia dos grandes conglomerados. Todas estas iniciativas so, contudo, insuficientes, seja para se trazerem tona vises alternativas s da grande imprensa, seja, especialmente, para o franqueamento do dissenso pois sua abrangncia pequena comparada dos grandes meios (Fonseca, 2010, p. 45).

    comunicacionais e a apropriao da cidade pela lgica dos capitalistas industriais, tal como as consequncias disso na vida cotidiana da populao.

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    Portanto, a discusso busca apresentar como a lgica capitalista e de ao da mdia9, ora com interesse privado, ora como aparelho ideolgico10, interfere sobre a esfera pblica11. Nos assuntos referentes cidade, se observou, como exemplo, a agenda de prioridades do governo municipal, divulgada em 1 de janeiro de 20013, dia da posse do prefeito Fernando Haddad, pela FSP. O poder da grande mdia em influir e determinar a agenda poltica pode ser melhor entendido com a ajuda da hiptese da agenda setting 12 . Refletindo sobre esta hiptese, o poder da omisso, a no cobertura de certos temas, a intencional cobertura acanhada ou prejudicada, recebida por certos argumentos. Esse tipo de agenda setting funciona certamente para todos os meios de comunicao de massa, ultrapassando as diferenas tcnicas, jornalsticas, de linguagem, pelo simples fato de que o acesso a fontes alternativas s que garantem o fornecimento constante de notcias o que h de mais difcil e oneroso. (Wolf, 2009). Desse jeito, pode-se depreender que a necessidade de se produzir a notcia em um curto perodo de tempo, a rapidez e fluidez, caractersticas da ps-modernidade13

    Para tentar entender o papel da mdia tradicional na configurao do espao urbano, recorremos aos modus operandi da nossa grande imprensa. Segundo Fonseca (2005), a marca do jornal Folha de S. Paulo a volatilidade ideolgica. De acordo com o pesquisador, desde 1962, quando o jornal mudou de proprietrios, assumindo Otvio Frias de Oliveira e Carlos Caldeira, passou a ocupar um papel de maior relevncia no cenrio poltico-editorial. O autor ainda revela, como o jornal vai alternando de posio poltica ao longo da Nova Repblica. A tese da volatilidade

    e a produo espetacular e descartvel da lgica capitalista imprimem nos jornais, via de regra, ausncia de informao qualificada e debate plural quando os temas so de interesse verdadeiramente pblico. O MONOPLIO DA MDIA NO ESPAO URBANO DE SO PAULO

    9 Entende-se por mdia o complexo de meios de comunicao que envolve mensagem e recepo por formas diversas sendo a manipulao dos elementos simblicos sua caracterstica central. No mundo contemporneo tais meios so em larga medida portadores de mensagens ideolgicas (Fonseca, p. 7). 10 Adotou-se neste artigo o conceito de aparelhos privados de hegemonia, de Antonio Gramsci, para explicar a ao poltica e ideolgica da mdia, seja no sentido de esta possuir autonomia perante o Estado, seja por agir na construo do consenso na relao entre este e a sociedade. A partir de tal consenso, o Estado se amplia, tendo em vista o papel da chamada sociedade civil: mbito de atuao dos agentes privados que lutam pela direo cultural e ideolgica de um pas, isto , por uma dada hegemonia (Fonseca, p. 7). 11 Entendemos esfera pblica como sendo a arena onde os interesses comuns e de classes se mesclam, comuns quanto lgica da Nao, da identidade nacional, do Estado nacional, e de classes no que tange a interesses sociais imanentemente distintos, embora possam, em determinadas conjunturas e dependendo dos arranjos polticos, se assemelharem ( Offe apud Fonseca, p. 41). 12 A hiptese da agenda setting sustenta que a mdia eficaz na construo da imagem da realidade que o indivduo comea a estruturar. Essa imagem que simplesmente uma metfora representativa da totalidade de toda a informao sobre o mundo, que cada indivduo tratou, organizou e acumulou pode ser pensada como um padro em relao ao qual a informao nova e confrontada para dar-lhe o seu significado. Esse padro inclui o quadro de referncia e as necessidades, valores, crenas e expectativas que influenciam o que o destinatrio extrai de uma situao de comunicao (Roberts apud Wolf, p. 152). 13 Ver A condio ps-moderna de David Harvey, 2010.

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    ideolgica da FSP fundamentada com as prprias palavras de Otvio Frias14. Em breve comparao, embora no seja aqui objeto de anlise, com o jornal O Estado de S. Paulo, outro importante veculo de comunicao da cidade e do Pas, Fonseca o classifica como a renitncia liberal-conservadora15

    Com base nos trechos acima, possvel inferir que, entre outros aspectos, a Folha de S. Paulo estabeleceu uma pauta, uma agenda, com os principais desafios do novo governo Municipal. O jornal, pode-se assim dizer, revela o seu poder de instrumento de comunicao sobre o governo, na medida em que sua cobertura jornalstica prioriza na agenda os investimentos ligados mais s dinmicas econmicas e estruturais da cidade, relegando a um segundo plano os aspectos sociais e culturais da cidade, como se estes fossem menos importante, sobretudo, quando sabido e notrio o fato do prefeito eleito, bem como o seu partido, o PT (Partido dos Trabalhadores), historicamente, defender causas e ideais sociais. Os principais assuntos destacados pelo jornal, na sua agenda, foram: as enchentes; e o aumento da tarifa de nibus.

    , pois ... tendo em vista o papel de OESP como partido do Capital, no contexto dos interesses instatudos. Mais ainda, se autonomeia representante da sociedade que diz defender, pois, para OESP, a imprensa constituda de rgos a que a sociedade deferiu a tarefa de guerre-los. Em outras palavras, a opinio privada da imprensa, seria, por excelncia, pblica. Deliberadamente, OESP promove esta confuso. Dessa forma, foi observando as estratgias e a agenda de um dos principais jornais de So Paulo, a Folha de S. Paulo, desnudada por Fonseca, que se discute neste artigo o papel da mdia hegemnica na configurao do espao urbano e a necessidade de se democratizar os meios de comunicao de massa. Em primeiro de janeiro de 2013, quando o prefeito Fernando Haddad tomou posse, a Folha de S. Paulo lanou a seguinte manchete: Desafios de Haddad. Na linha fina o complemento da manchete era o seguinte: Primeiros dias sero dedicados preveno das chuvas e data do reajuste da tarifa de nibus; s depois entram prioridades da gesto como sade, emprego e moradia. Na matria, a FSP escreveu uma lista com os problemas que o novo prefeito teria para resolver na cidade: [...] eleito com 3,4 milhes de votos, ele ter o desafio de tentar solucionar uma srie de problemas que h dcadas afligem os moradores da maior metrpole brasileira. [...] Entre as metas esto melhorar o atendimento na sade e promover mudanas urbanas e econmicas que gerem empregos na periferia e moradia de qualidade no centro, incluindo a aprovao de um novo Plano Diretor, Cdigo de Obras, Lei de Zoneamento e novas operaes urbanas. [...] Haddad deve colocar em sua agenda dois temas prioritrios: a situao financeira da prefeitura e as fortes chuvas que atingem a cidade. (FSP, 1/1/2013, p. B4). A FSP tambm descreve em tpicos as principais metas, as pedras no caminho e as equipes encarregadas de cumpri- las durante o mandato do prefeito. EXEMPLO DE AGENDAMENTO DO DISCURSO NICO

    14 Em entrevista para a revista Lua Nova, Otvio Frias de Oliveira, afirma ser muito til ter um jornal que seja sensvel s mudanas, e que prefere ter um jornal se modificando a ter um jornal fossilizado em uma ideologia incrustada na sociedade. (Fonseca, 2005, p. 151-152). 15 Seus propalados valores liberais procuram adaptar-se pragmaticamente realidade concreta, num constante processo de articulao entre convico e responsabilidade, mantendo-se contudo a matriz liberal-conservadora. Por seu turno, os interesses sociais que representa antes de tudo, o Capital, independentemente de sua origem [...]. (Fonseca, 2005, p. 316).

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    Outros temas tambm mereceram destaque no dirio, como a Inspeo Veicular que vem no topo da lista na pgina B4, Habitao no final da mesma pgina, e Educao e Segurana no final da pgina B5, o mesmo acontecendo com o Plano Diretor. Trechos emblemticos e significativos revelam o teor da ideologia voltil da FSP. Ao escolher os assuntos que sero discutidos e vulgarizando as informaes, o jornal acaba representando uma fora poltica de interesses prprios e, por conseguinte, que atende aos mandamentos do capitalismo selvagem16

    A FSP opera como uma empresa de comunicao capitalista e como tal foca os assuntos relacionados construo da cidade e configurao urbana, a sua ideologia mercantilista

    . s vezes, oscila entre momentos que busca se fazer por defensor dos interesses da sociedade e em outras ocasies atender ao clamor da opinio pblica, como no exemplo do agendamento das Enchentes em So Paulo. Ao fazer isso, o dirio ajuda na construo de consensos e do discurso nico, como tambm observado no caso da Inspeo veicular Proposta: Extinguir a taxa hoje paga pelos usurios, rever o contrato e ampliar o prazo para a inspeo de acordo com a garantia dos fabricantes. Pedra no caminho Para extinguir a taxa, a prefeitura ter de subsidi-la; especialistas dizem que mesmo carros novos podem sofrer alteraes que aumentam a poluio. (FSP, 1/1/2013, p. B4). Neste, como na maioria dos exemplos, possvel notar a fragmentao da informao, alm da ausncia de aprofundamento nos problemas apresentados como Pedra no caminho. Conclui-se da que o jornal coloca a agenda de forma fragmentada e no como um desafio da gesto de, at mesmo, vislumbrar uma agenda de polticas pblicas comuns, entre secretarias integradas, ou pouco considera uma poltica compartilhada entre as esferas de governo, preferindo apontar essas possibilidades como pedra no caminho, como se v nos casos do Bilhete nico Mensal para o Metr e da Segurana: Metr Proposta: Investir regularmente e apoiar a construo de linhas que atendam Pirituba, Cerro Cor, Lapa e Jardim ngela. Defende adeso do metr ao Bilhete nico Mensal . Pedra no caminho Adeso do Bilhete nico Mensal depende do governo do Estado; cronograma prev linhas para parte dessas regies, mas no pra j (FSP, 1/1/2013, p. B5). O mesmo acontece com a Segurana Proposta: Ampliar o monitoramento com cmeras, integrar os sistemas de vigilncia, aumentar o efetivo e equipar a CGM e expandir a operao delegada. Pedra no caminho Mudanas na operao delegada dependem de acordo com o governo do Estado; eficcia de aumentar a Guarda no consenso entre especialistas (FSP, 1/1/2013, p. B5).

    17, visando o lucro financeiro18 16 Capitalismo selvagem um termo que se refere fase do

    . Adequada ao ordenamento da cidade

    capitalismo na poca da revoluo industrial (sculo XVIII), quando as condies de trabalho das classes trabalhadoras eram as mais desumanas possveis, com um dia de trabalho de dezesseis horas. Hoje, emprega-se a locuo "capitalismo selvagem" para indicar um capitalismo de grande concorrncia entre as multinacionais que dominam vrios mercados ou pases, com o apoio dos governos. Este segundo conceito tambm ligado ausncia de sustentabilidade no modelo de capitalismo dos dias de hoje. 17 Os rgos da mdia so empresas capitalistas de comunicao, que, portanto, objetivam o lucro; em pouqussimos casos, h rgos estatais ou pblicos. Seu papel mercantil , contudo, distinto das empresas de outros segmentos empresariais, pois, no bastasse o poder de modelar a opinio, sua mercadoria (a notcia) est sujeita a variveis mais complexas e sutis que as existentes nos bens e servios comuns. Isto porque sua atuao implica equilbrio instvel entre: formar opinio; receber influncias de seus consumidores e, sobretudo, de toda a gama de anunciantes; relacionar-se com o Estado por meio de renegociaes de dvidas tributrias e previdencirias, isenes e mprstimos, alm de questes regulatrias, entre outras; e auferir lucro (Fonseca, 2010, p. 13).

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    mundial, a Folha resume sua agenda, relacionada aos assuntos de Polticas Pblicas de interveno urbana, apenas quanto aos aspectos estruturais e questes referentes ao oramento, como demonstrou no tema do transporte pblico, deixando transparecer que o problema causado pela iseno da taxa de inspeo veicular seria maior que a relevncia de se agendar para discusso, a qualidade do transporte pblico, assim como o alto custo social de se investir em polticas que priorizam o transporte particular. A agenda apresentada preferiu divulgar o reajuste programado para a tarifa do nibus. Nesse intento, o jornal publiciza o aumento da passagem, ou seja, aposta numa medida impopular, e reduz a agenda, mais uma vez, para a questo econmica. nibus Proposta: Implantar o Bilhete nico Mensal e o Semanal, construir 150 km de corredores, recuperar os atuais e aproveitar a licitao do transporte para criar uma rede de linhas segmentadas fortalecendo a oferta nos eixos perimetrais. Pedra no caminho Implantao do Bilhete nico Mensal ocorre logo no ano em que ser necessrio aumentar a tarifa do nibus, em razo da alta nos subsdios s empresas (FSP, 1/1/2013, p. B5). Assim, para alm da questo do reajuste da tarifa do Transporte Pblico enfatizada pela FSP, dois outros casos simblicos merecem destaque na anlise e na reflexo. O IPTU (Imposto Predial e Territorial Urbano), e o Combate ao Crack. Primeiro no caso do Transporte Pblico, assunto de relevncia em se tratando da importncia da mobilidade urbana na metrpole. O jornal na sua viso unilateral e na falta de abrangncia dos temas foi derrotado pelos Movimentos Sociais, pois como sabido no houve o reajuste da tarifa. A fora dos protestos de junho de 2013 impediu o aumento. No menos importante foi o episdio do reajuste do IPTU. No foi s a FSP que fez campanha sistemtica, criticando e fazendo oposio medida tomada pelo prefeito, mas toda a grande mdia em consenso, tanto que o reajuste foi derrubado. Esse exemplo do IPTU ilustra bem como opera a mdia hegemnica, utilizando-se do procedimento da deliberada omisso e da falta de esclarecimento. IPTU Proposta: Fazer a reviso da planta genrica de valores em 2013, mas estabelecendo um teto de reajuste, para que ningum seja prejudicado. Pedra no caminho Depende da aprovao da Cmara e sofrer rejeio de boa parte da populao. (FSP, 1/1/2013, p. B5). O trecho para que ningum seja prejudicado pode ser entendido como a parcela mais rica da cidade, pois a ideia de reajuste progressivo do IPTU visava fazer justia na questo fundiria e de servios, uma vez que os maiores reajustes seriam, justamente, para os imveis que ocupam maiores espaos. Ou seja, os grandes empresrios e a classe dominante, os quais so representados pela, e da qual faz parte, (a) imprensa tradicional. E por fim, outro episdio flagrante envolveu a chamada Cracolndia 19

    18 Sobretudo a partir da dcada de 1990, as empresas de comunicao ampliaram o seu espectro de atuao, por meio de fuses e aquisies, e se transformaram em empresas de comunicao e entretenimento, com consequncias importantssimas no que tange chamada espetacularizao da poltica, como demonstra Castells (2000). Mais ainda, de forma crescente, estas empresas vm diversificando sua atuao nos mais distintos mercados, tanto em mbito local como internacional, o que implica uma intrincada gama de interesses empresariais comerciais e financeiros que se entrecruzam, levando ao paroxismo o carter mercantil da mdia. O exemplo da fuso da Time com a Warner Bross significativo (Fonseca, 2010, p. 13). 19 Regio central da cidade de So Paulo, onde se vende crack e, por isso, se concentrava um grande contingente de pessoas para se consumir a droga.

    : Combate ao crack Proposta: Fazer aes em parceria com os governos Federal e Estadual, integrando

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    setores como sade e assistncia social e criar centros de atendimento. Pedra no caminho Proposta vista como vaga. (FSP, 1/1/2013, p. B5). S faltou o jornal escrever que a pedra no caminho era a pedra do crack. Quando apareceu a proposta do governo Municipal para agir em parceria com outras esferas de governo, integrando reas, a proposta foi tratada como vaga, no mais claro exemplo de falta de imaginao, de ausncia de boa vontade e de insensibilidade social por parte dos donos dos meios de comunicao. Tambm no caso da Cracolndia o governo Municipal foi demonizado pela grande mdia, talvez por que esta, na sua agenda, no reservara espao para as questes sociais. A prefeitura lanou um plano, oferecendo abrigo, trabalho e renda para os usurios de crack. O resultado imediato foi a reduo da violncia no centro da cidade e a reduo do consumo exagerado da droga. O fato de a administrao municipal ter enfrentado essa questo fora da agenda da grande mdia gerou a ira dos jornales. No entanto, mostrou a viabilidade de se enfrentar com autonomia outras pautas e agendas mais adequadas com a realidade e necessidades sociais e das pessoas comuns que circulam e fazem a cidade, e esto excludas das pautas dos grandes jornais. A no ser nas pginas policiais, insistindo no preconceito, na arrogncia, no poder de dominao, e numa certa dose de incapacidade de analisar a complexa gesto de polticas pblicas. Dois outros assuntos tratados com descaso na agenda do jornal mereceriam anlises. O Plano Diretor e a Copa do Mundo. Quem l a FSP e os grandes jornais vai continuar desinformado sobre o que realmente acontece na cidade e o que est por trs das notcias. A luta de classes e de conflito de interesses enorme. E os jornais atuam, em muitos casos, de modo sub-reptcio, partidariamente. Sem contar que nenhum veculo de comunicao sozinho, ou em pequeno nmero, dar conta da vasta gama de assuntos pblicos que circulam por todos os cantos da cidade. Por isso, a necessidade de se ampliar a lente e os meios de divulgao, bem com implementar um instrumento de fiscalizao como o conselho de comunicao se fazem urgentes. CONSIDERAES FINAIS Democratizao da comunicao, das leis, do servio pblico, nesta segunda dcada do sculo 21 se constituiro em fatores indispensveis para o alcance da autoestima e da consolidao do desenvolvimento scio, poltico, econmico e cultural no Brasil. Um Pas de um povo soberano e solidrio necessita urgentemente englobar cada vez mais sua populao para que esta tenha acesso pleno e direito cidade e a todos os servios pblicos. Sistemas democrticos que inclua a produo e difuso coletiva da informao. Pensar na ampliao dos meios de comunicaes como ferramentas importantes para se entender a dinmica e o desenvolvimento no s econmico nas sociedades de massa, entender que a comunicao no pode mais ser feita de forma isolada e para privilegiar pequenos grupos de poderosos. E a comunicao sozinha, por si s, no muda nada. As cidades e suas populaes precisam produzir seus meios de comunicao e de fiscalizao do poder, com contedos significativos, assim como encontrar canais de circulao e divulgao para o conhecimento produzido, evitando ficar a merc dos grandes conglomerados de mdia. E entender que s a internet, mesmo com o seu papel marcado de relevncia, insuficiente para equilibrar foras com a mdia hegemnica. Construir aos poucos os processos independentes de desenvolvimento cognitivo constitui-se em tarefa urgente nestes tempos de conscientizao poltica, pois pouco ou nada adianta um crescimento financeiro se este no vier acompanhado do desenvolvimento educacional, cultural, poltico e social. O tema Comunicao est na agenda

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    Nacional como assunto estratgico para o aprimoramento da democracia e do pleno exerccio da cidadania na construo das cidades brasileiras e, consequentemente, da nao. Setores da sociedade organizada, dos movimentos sociais, as escolas, igrejas, faculdades, academias, esto dando conta que a melhor maneira de crescer com equilbrio e igualdade, melhorando o padro e a condio de vida das pessoas, da sociedade em geral, e crescer com liberdade, com uma cidade cidad e de todos. Liberdade de escolha, liberdade de produo, liberdade econmica, poltica, social, cultural, e liberdade democratizando a comunicao e as polticas pblicas, com o acesso de todos aos meios de produo e consumo consciente da informao. Com um olhar socioeconmico e um olhar tecnolgico no presente e no futuro, um olhar na formao profissional e humana de crianas, adolescentes, jovens e adultos para uma nova realidade social nas cidades. No d para pensar em momentos sombrios neste Pas que ainda sonha em ser o Pas do futuro. O pessimismo a armadilha montada propositalmente pelos inimigos da democracia, em momentos de fora popular. Para se reduzir as desigualdades so necessrias medidas para estimular, incentivar e investir nas iniciativas locais de produo dos meios de comunicao, dos contedos voltados para a cultura udio visual e desenvolver a curto, mdio e longo prazo uma cultura de leitura de livros, jornais, revistas e de leitura do mundo. Gerar trabalho e produo intelectual, germinar e contaminar os solos das cidades com este pensamento. No se deve e no se pode perder essa oportunidade, a locomotiva que passa em alta velocidade, pois as comunidades das periferias tm muito o que dizer, o que fazer. Assim, se poder iniciar o trabalho de desconstruo e derrubada dos muros, obstculos e entraves que insistem em emperrar o crescimento e o desenvolvimento das pessoas e das cidades brasileiras. E, por conseguinte, se quebrar o rgido monoplio da comunicao, concentrada nas mos de poucos grupos empresariais e familiares. O elemento politicamente mais importante da oligarquia atual o dos donos dos grandes veculos de comunicao de massa: a imprensa, o rdio e a televiso. O povo est excludo desse espao de comunicao, que fundamental em uma sociedade de massas. Esse espao pblico e pertence ao povo. Ele foi apropriado por grandes empresrios, que fizeram da sua explorao um formidvel instrumento de poder poltico e econmico, o monoplio da comunicao. Portanto, um projeto de democratizao da mdia necessita cada vez mais do apoio de estudantes, professores, escolas e faculdades de todas as reas, preparados para os desafios de implementao de novas prticas, orientaes e lutas no campo comunicacional, pois este um setor estratgico e fundamental para que outras conquistas sociais sejam alcanadas nas cidades. Quem sabe, jovens, adultos, juntos, no assumam o protagonismo e a responsabilidade do trabalho de produzir contedos e divulgar a arte, a cultura, a educao, na construo, enfim, da cidade, do conhecimento com conscincia, e da verdadeira democracia, especialmente nas reas de gente pobre de recursos financeiros, mas muito rica em sonho, vontade, desejo, e paixo por transformar o mundo.

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    REFERNCIAS BOURDIEU, Pierre. Sobre a Televiso/Os jogos Olmpicos. Traduo, Maria Lcia Machado. Rio de Janeiro: Jorge Zahar, 1997. BUCCI, Eugnio. A imprensa e o dever da liberdade: a independncia editorial e suas fronteiras com a indstria do entretenimento, as fontes, os governos, os corporativismos, o poder econmico, e as ONGs. So Paulo, Contexto, 2009. FONSECA, Francisco. O consenso forjado. A grande imprensa e a formao da agenda ultraliberal no Brasil. So Paulo: Editora Hucitec, 2005. __________ Mdia, poder e democracia: teoria e prxis dos meios de comunicao. Revista Brasileira de Cincia Poltica, n 6. Braslia, julho - dezembro de 2011, pp. 41-69. __________ Mdia e poder: Elementos conceituais e empricos para o desenvolvimento da democracia brasileira. Instituto de Pesquisa Econmica Aplicada ipea 2010. FRANA, Elizabete. Favelas em So Paulo (1980-2008) das propostas de desfavelamento aos projetos de urbanizao: a experincia do programa Guarapiranga. Tese de Doutorado: Mackenzie, 2009. HARVEY, David. Condio Ps Moderna: Uma Pesquisa sobre as Origens da Mudana Cultura. So Paulo: Edies Loyola, 2010. MAQUIAVEL, Nicolau. O prncipe. So Paulo: Ed. Paumape, 1995. MATTELART, Armand e MATTELART, Michle. Histrias das teorias da comunicao. So Paulo: Edies Loyola, 2010. MONTESQUIEU, Charles Louis de Secondat, Baron de. O esprito das leis: as formas de governo, a federao, a diviso dos podres, presidencialismo versus parlamentarismo; introduo, traduo e notas de Pedro Vieira Mota. So Paulo: Saraiva, 1998. SHIRKY, Clay. A Cultura da participao: criatividade e generosidade no mundo conectado. Rio de Janeiro: Zahar, 2011. TOCQUEVILLE, Alexis de. A democracia na Amrica. So Paulo: Ed. da Universidade de So Paulo, 1987. VRAS, Maura. Cidade, vulnerabilidade e territrio. Revista Ponto-e-vrgula. So Paulo, 2010. VRAS, Maura e BGUS, Lucia. A reorganizao metropolitana de So Paulo: espaos sociais no contexto da globalizao. Revista Cadernos Metrpole, op. cit. n.3,2000. WOF, Mauro. Teorias das comunicaes de massa. So Paulo: Martins Fontes, 2009. REVISTA: Caros Amigos, n.163, 2010. SITES: http://acervo.folha.com.br/fsp/2013/01/01/15/ http://www.cartacapital.com.br/blogs/intervozes/e-preciso-livrar-o-ccs-das-maos-do-monopolio-midiatico-2744.html http://www.brasilescola.com/politica/lobby.htm http://blogs.mediapart.fr/blog/hamou-bouakkaz/101111/pour-une-democratisation-des-medias http://observatoriodaimprensa.com.br/news/view/a_volta_do_conselho_de_comunicacao_social

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    ANEXOS:

    Presidncia da Repblica Casa Civil

    Subchefia para Assuntos Jurdicos

    LEI N 8.389, DE 30 DE DEZEMBRO DE 1991.

    Institui o Conselho de Comunicao Social, na forma do art. 224 da Constituio Federal e d outras providncias.

    O PRESIDENTE DA REPBLICA Fao saber que o Congresso Nacional decreta e eu sanciono a seguinte lei:

    Art. 1 institudo o Conselho de Comunicao Social, como rgo auxiliar do Congresso Nacional, na forma do art. 224 da Constituio Federal.

    Art. 2 O Conselho de Comunicao Social ter como atribuio a realizao de estudos, pareceres, recomendaes e outras solicitaes que lhe forem encaminhadas pelo Congresso Nacional a respeito do Ttulo VIII, Captulo V, da Constituio Federal, em especial sobre:

    a) liberdade de manifestao do pensamento, da criao, da expresso e da informao;

    b) propaganda comercial de tabaco, bebidas alcolicas, agrotxicos, medicamentos e terapias nos meios de comunicao social;

    c) diverses e espetculos pblicos;

    d) produo e programao das emissoras de rdio e televiso;

    e) monoplio ou oligoplio dos meios de comunicao social;

    f) finalidades educativas, artsticas, culturais e informativas da programao das emissoras de rdio e televiso;

    g) promoo da cultura nacional e regional, e estmulo produo independente e regionalizao da produo cultural, artstica e jornalstica;

    h) complementariedade dos sistemas privado, pblico e estatal de radiodifuso;

    i) defesa da pessoa e da famlia de programas ou programaes de rdio e televiso que contrariem o disposto na Constituio Federal;

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    j) propriedade de empresa jornalstica e de radiodifuso sonora e de sons e imagens;

    l) outorga e renovao de concesso, permisso e autorizao de servios de radiodifuso sonora e de sons e imagens;

    m) legislao complementar quanto aos dispositivos constitucionais que se referem comunicao social.

    Art. 3 Compete ao Conselho de Comunicao Social elaborar seu regimento interno que, para entrar em vigor, dever ser aprovado pela mesa do Senado Federal.

    Art. 4 O Conselho de Comunicao Social compe-se de:

    I - um representante das empresas de rdio;

    II - um representante das empresas de televiso;

    III - um representante de empresas da imprensa escrita;

    IV - um engenheiro com notrios conhecimentos na rea de comunicao social;

    V - um representante da categoria profissional dos jornalistas;

    VI - um representante da categoria profissional dos radialistas;

    VII - um representante da categoria profissional dos artistas;

    VIII - um representante das categorias profissionais de cinema e vdeo;

    IX - cinco membros representantes da sociedade civil.

    1 Cada membro do conselho ter um suplente exclusivo.

    2 Os membros do conselho e seus respectivos suplentes sero eleitos em sesso conjunta do Congresso Nacional, podendo as entidades representativas dos setores mencionados nos incisos I a IX deste artigo sugerir nomes mesa do Congresso Nacional.

    3 Os membros do conselho devero ser brasileiros, maiores de idade e de reputao ilibada.

    4 A durao do mandato dos membros do conselho ser de dois anos, permitida uma reconduo.

    5 Os membros do conselho tero estabilidade no emprego durante o perodo de seus mandatos.

    Art. 5 O presidente e vice-presidente sero eleitos pelo conselho dentre os cinco membros a que se refere o inciso IX do artigo anterior.

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    Pargrafo nico. O presidente ser substitudo, em seus impedimentos, pelo vice-presidente.

    Art. 6 O conselho, presente a maioria absoluta dos seus membros, reunir-se-, ordinariamente, na periodicidade prevista em seu regimento interno, na sede do Congresso Nacional.

    Pargrafo nico. A convocao extraordinria do conselho far-se-:

    I - pelo Presidente do Senado Federal; ou

    II - pelo seu Presidente, ex oficio, ou a requerimento de cinco de seus membros.

    Art. 7 As despesas com a instalao e funcionamento do Conselho de Comunicao Social correro conta do oramento do Senado Federal.

    Art. 8 O Conselho de Comunicao Social ser eleito em at sessenta dias aps a publicao da presente lei e instalado em at trinta dias aps a sua eleio.

    Art. 9 Esta lei entra em vigor na data de sua publicao.

    Art. 10. Revogam-se as disposies em contrrio.

    Braslia, 30 de dezembro de 1991; 170 da Independncia e 103 da Repblica.

    FERNANDO COLLOR Jarbas Passarinho

  • LA COBERTURA MEDITICA DE LA ESTATIZACIN DE YPF. UN ANLISIS COMPARATIVO ENTRE LOS PRINCIPALES DIARIOS

    ARGENTINOS Y ESPAOLES

    ARUGUETE, Natalia

    CONICET Universidad Nacional de Quilmes (Argentina).

    [email protected]

    KOZINER, Nadia

    CONICET Universidad Nacional de Quilmes Universidad Nacional de Buenos Aires (Argentina).

    [email protected]

    rea temtica sugerida: 4. Opinin Pblica, Comunicacin Poltica y Medios.

    Resumen

    El objetivo del presente trabajo consiste en comparar la cobertura meditica del proceso de estatizacin de YPF en la prensa grfica argentina y en la espaola. El anlisis se centrar en las noticias sobre este caso publicadas en las portadas de los diarios argentinos Clarn, La Nacin y Pgina/12 y los espaoles ABC, El Mundo y El Pas. Concretamente, se procura establecer: 1) la frecuencia informativa de la estatizacin de YPF; 2) la jerarqua noticiosa del issue en cada medio y; 3) las variables que influyeron en la importancia que el tema adquiri en los diarios.

    Trabajo preparado para su presentacin en el XI Congreso Nacional y IV Congreso Internacional sobre Democracia, organizado por la Facultad de Ciencia

    Poltica y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario.

    Rosario, 8 al 11 de septiembre de 2014.

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    1. Introduccin A comienzos de 2012, en el marco de la difusin pblica del dficit energtico, el

    gobierno de Cristina Fernndez y los diez gobiernos provinciales nucleados en la Organizacin Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (OFEPHi1), iniciaron una fuerte presin sobre YPF ante el incumplimiento de los contratos de exploracin y produccin de hidrocarburos por parte de la empresa. A esta situacin se agreg la denuncia a cinco empresas por parte del Estado nacional, entre las que se encontraba Repsol-YPF 2

    1 Las provincias que integran la OFEPHi son Chubut, Formosa, Jujuy, La Pampa, Mendoza, Neuqun, Ro Negro, Salta, Santa Cruz y Tierra del Fuego. 2 Las otras cuatro empresas implicadas en la presunta maniobra abusiva fueron Shell, Esso, Petrobras y Oil Combustibles.

    , por cobrar sobreprecios de hasta un 30% en la venta de gasoil a consumidores mayoristas. La imputacin fue suficiente para instalar el tema como una preocupacin pblica.

    Repsol posea el 58,23% de las acciones de la compaa, mientras que el Grupo Petersen, conformado por capitales nacionales y encabezado por la familia Ezkenazi, detentaba el 25,46%. El 16,31% restante corresponda a fondos de inversin internacionales (Sabbatella & Serrani, 2012).

    La poltica de distribucin de utilidades de YPF haba ido en detrimento de la reinversin en el mercado argentino. Situacin por la cual YPF qued en el centro de un creciente cuestionamiento. El efecto negativo de esa situacin en la economa nacional era consecuencia del impacto en las cuentas fiscales que ocasionaban los crecientes subsidios que demandaba el sector energtico y, por otro, de la mayor necesidad de importar combustible y su consecuente erosin del supervit comercial (Gadano, 2012).

    YPF controlaba el 53% de las ventas de naftas sper en el mercado local y el 62% en gasoil y en naftas ultra o plus. Gestionaba el 51,7% de la capacidad de refinacin del pas, mediante dos plantas, La Plata y Lujan de Cuyo. Gracias a l as inversiones realizadas, la compaa petrolera logr mejorar el rendimiento del crudo procesado aunque ello no alcanz para ampliar la capacidad de la planta, con lo que el volumen de crudo procesado se redujo en un 18,7% entre 2007 y 2011 (Dellatorre, 2012).

    Los gobiernos provinciales le exigieron a la empresa el cumplimiento de las obligaciones contractuales en materia de inversin y explotacin, al tiempo que la instaron a presentar un plan de trabajo convincente, que revirtiera el severo incumplimiento en el que haba incurrido durante los ltimos aos (Koziner & Zunino, 2013).

    Es importante remarcar la accin conjunta entre el Gobierno nacional y las gestiones provinciales para llevar a cabo esta decisin poltica. Mientras el primero congel el reparto de dividendos de la empresa mediante su representacin en el directorio de la compaa, diversas provincias petroleras declararon la caducidad de algunas concesiones que haban sido otorgadas a YPF.

    Hasta que el 16 de abril de 2012, l a presidenta Cristina Kirchner dispuso la expropiacin del 51% de las acciones de YPF S.A pertenecientes a Repsol que pasaran a manos del Estado nacional, mientras que el 49% restante se distribuira entre las provincias de la OFEPHi. La mandataria anunci adems el envo al Congreso de un proyecto de ley de Soberana Hidrocarburfera, que declaraba de inters pblico nacional el logro del autoabastecimiento y la actividad petrolera.

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    Con un a mplio apoyo de los partidos polticos en el Parlamento, el Senado dio media sancin a la norma el 25 de abril y la Cmara baja la aprob definitivamente el 3 de mayo de ese ao. La Ley 26.741 fue promulgada, recuperando as el control estatal de YPF (Koznier & Zunino, 2013, p. 5).

    Con el apoyo del Estado espaol y de la prensa nacional de ese pas, Repsol inici una demanda contra la Argentina ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), que acept dar curso a la demanda.

    El objetivo de este estudio es comparar la cobertura meditica del proceso de estatizacin de YPF en la prensa grfica argentina y en la espaola. El anlisis se centrar en las noticias sobre este caso publicadas en las portadas de los diarios argentinos Clarn, La Nacin y Pgina/12 y los espaoles ABC, El Mundo y El Pas. Se procura establecer: 1) la frecuencia informativa de la estatizacin de YPF; 2) la jerarqua noticiosa de este caso en las portadas analizadas y; 3) las variables que influyeron en la importancia que el tema adquiri en los diarios, contemplando fundamentalmente la lnea editorial de los distintos matutinos y, especficamente, su posicin frente a la expropiacin.

    2. Marco terico

    La relevancia es definida como la visibilidad de la informacin a partir de su ubicacin, su tamao, su disposicin con respecto a otro tipo de informacin o su mayor frecuencia de cobertura (Amadeo, 2008, p. 8). La pregunta acerca de si la importancia de la informacin generaba algn tipo de efecto en la percepcin que la opinin pblica tiene sobre los asuntos gener que diversos autores la abordaran desde diferentes perspectivas. Uno de ellos fue Richard Budd, quien con el fin de determinar diferentes indicadores que dieran cuenta de esta variable propuso un ndice de atencin con el fin de establecer qu elementos de la disposicin de las noticias en los diarios aumentan su importancia (Budd, 1964). Dicha herramienta metodolgica consideraba especialmente la aparicin de los temas en las portadas de los diarios puesto que estas concentran la atencin de los lectores.

    Una de las disciplinas que ms ha abordado el concepto de relevancia es la teora de la Agenda Setting. Nacida durante la campaa presidencial de 1968 en Estados Unidos, esta perspectiva acuada por Maxwell McCombs y Donald Shaw mantuvo como tesis original la existencia de un efecto causal de carcter cognitivo de mediano y largo plazo por parte de los mass media sobre las audiencias, y una opinin pblica permeable a los efectos de los mensajes (McCombs & Shaw, 1972). Asimismo, se destacaba que el efecto meditico no es uniforme y todopoderoso ya que no tiene lugar en un vaco social (McCombs, 1992), lo que enriquece el anlisis en pos de identificar las variables que intervienen en este proceso complejo.

    La observacin casual sobre la presentacin de las noticias en la primera plana de Los ngeles Times en los primeros das de 1967 fue una de los primeros impulsos de su estudio seminal. La disposicin diferencial de tres temas en la portada del diario llev a los investigadores de la Universidad de Carolina del Norte a formular una pregunta que sera el punto de partida de la investigacin: el impacto de un hecho queda disminuido cuando la noticia recibe una presentacin menos destacada? (McCombs, 2006, p. 24).

    Con el fin de medir la relevancia informativa de los temas, McCombs y Shaw (1972) analizaron, adems de a la frecuencia de cobertura, la aparicin de los temas en portada, el tamao de los titulares, la cantidad de columnas de los artculos, el

  • 3

    emplazamiento de los issues en la pgina editorial y si estos abran o no seccin, con el objeto de vislumbrar los indicadores de la jerarqua noticiosa de los asuntos pblicos ms relevantes de aquel entonces.

    El inters de los diferentes estudios que analizaron la relevancia meditica por la portada de los diarios radica en que las noticias que se publican en estos sitios destacados tienen, por lo menos, el doble de lectores que las interiores (McCombs, 2006), y de que estas constituyen una medida esencial de la frecuencia y la jerarqua de un caso (Wanta, 1997), lo que las convierte en indicadores del modo en que se completa el hueco informativo (Zhu, 1992). En este trabajo, tomamos la definicin de hueco informativo dada por Budd (1964) como el espacio total disponible para la informacin, una vez que se descuenta la publicidad.

    Los diarios son conceptualizados como mapas que le otorgan visibilidad y sentido a las noticias. Dentro de ellos, las portadas han asumido diseos cada vez ms atractivos que, a la vez que fueron desplazando volmenes ms amplios de informacin, incorporaron elementos visuales como grficos e imgenes que realzan la importancia de los sucesos y orientan la lectura. En este contexto, las portadas asumieron un carcter predominantemente visual ya que constituyen vidrieras que ofrecen una mirada rpida al mundo (Barnhurst & Nerone, 1991). Y dentro de ellas, existe un orden jerrquico que nos permite observar la tendencia de cada medio en materia temtica y revela una especie de radiografa de la realidad social creada por los medios de comunicacin (Gutierrez Coba, 2001, p.1).

    La formulacin terica de que el anlisis de la tapa de los diarios indica el comportamiento de la cobertura total (Wanta, 1997; Zhu, 1992) resulta fundamental para estudios como el que aqu se propone, ya que el abordaje de seis diarios a partir de sus portadas podra otorgar pistas de la cobertura total que estos medios establecieron sobre la estatizacin de YPF.

    2.1. La valencia como indicador de relevancia informativa

    El concepto de valencia (carcter valorativo) remite a los componentes afectivos presentes en las noticias (Kiousis, 2004), es decir, las emociones que acompaan al texto (Muiz, Ramrez, & Castillo, 2008, p. 5). Su importancia radica en que el modo en el que un tema es cubierto por los medios afecta la forma en que el pblico piensa acerca del mismo, resultando esta la hiptesis central del segundo nivel de Agenda Setting (McCombs, Llamas, Lpez Escobar, & Rey Lennon, 1997).

    Otra de las perspectivas que abord el estudio de los elementos afectivos de las noticias fue la teora del Framing. Esta sostiene que los acontecimientos sociales en los medios de comunicacin aparecen siempre en el marco de una idea central organizadora del contenido informativo que brinda un contexto y sugiere cul es el tema mediante el uso de la seleccin, el nfasis, la exclusin y la elaboracin (Tankard, 2001, p. 97) . A partir de estas operaciones, los medios promueven una definicin del problema orientando una interpretacin causal, una evaluacin moral y/o una recomendacin de tratamiento para cada asunto (Entman, 1993).

    En el marco de esta teora existen diversos trabajos que operacionalizaron tanto el concepto de relevancia noticiosa como el de valencia de la noticias. Igartua et al. (2004) diferenciaron el carcter evaluativo del tono valorativo. Mientras que el primer

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    concepto procura establecer si los hechos que relatan las noticias son encuadrados como positivos o negativos para la poblacin3

    3 El concepto fue operacionalizado en tres categoras: positivo, neutro y negativo.

    , el segundo concepto distingue entre los tonos tensos, distendidos o indefinidos de las piezas periodsticas.

    En este contexto, un hallazgo importante fue provisto por Spiro Kiousis, en un trabajo realizado en 2004. All, el autor estableci tres dimensiones de la relevancia de la agenda meditica: la atencin, la prominencia y la valencia.

    La atencin se corresponde con la frecuencia de cobertura de un issue en la agenda. Se sostiene que el nmero de noticias publicadas sobre un tema constituye un indicador vlido para medir la relevancia de un objeto.

    La prominencia concierne a lo que en este trabajo se ha definido como jerarqua y alude a las caractersticas del posicionamiento de una historia dentro de un texto meditico. Esta involucra elementos estructurales de las noticias, como su tamao, posicionamiento, acompaamiento grfico, etc. Estos indicadores, segn Watt, Mazzay Snyder (1993), por ser estructurales, son superiores que la frecuencia para analizar la relevancia de la cobertura informativa de un tema.

    Finalmente, la valencia refiere a l a dimensin afectiva del segundo nivel de Agenda Setting. Es lo que se denomina carcter evaluativo de una pieza periodstica. Es decir, las emociones que, en muchas ocasiones, acompaan al texto informativo (Muiz, Ramrez & Castillo, 2008, p. 5).

    Ahora bien, Kiousis (2004) sostiene que las dos primeras dimensiones de la relevancia la atencin y la prominencia estn determinadas externamente. Ello supone que ni la frecuencia de cobertura ni la disposicin espacial son propiedades intrnsecas de los artculos, sino que se establecen en funcin de la relacin con otras piezas periodsticas. En cambio, la valencia est determinada internamente, puesto que la valoracin de la noticia es una cualidad de cada una de ellas.

    La hiptesis que se corrobor en ese trabajo es que las noticias con atributos afectivos explcitos suelen ser ms importantes que las dems. All se midieron los ocho diarios ms importantes de Estado Unidos durante la campaa presidencial de 2000. La tipificacin de la valencia operacionalizada en las variables positiva, negativa o neutral de cada nota se hizo de manera computarizada, a partir de la identificacin de palabras clave. El anlisis de las cargas factoriales de la atencin, la prominencia y la valencia permiti constatar que la valencia y la prominencia fueron las dos variables ms importantes para explicar la relevancia de una nota (Kiousis, 2004).

    Como corolario de ese estudio, se postula que si bien la valencia ha sido tradicionalmente un componente del segundo nivel de Agenda Setting, acta como un factor que influye en la importancia que los temas adquieren en la agenda pblica. Entonces, la relevancia es considerada como un concepto multidimensional que puede ser medido por intermedio de tres componentes: la atencin o frecuencia, la prominencia o jerarqua y la valencia o carcter evaluativo (Kiousis, 2004). A partir de este hallazgo, otros autores (Bizer & Petty, 2005; Nelson, Lecheler, Schuck & de Vreese, 2012) afirman que las noticias con valencia explcita tienen mayor capacidad de afectar a la opinin pblica, debido a que existe una relacin directa entre esta variable y el nivel de importancia de las notas.

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    3. Mtodo

    La metodologa utilizada en el presente estudio es el Anlisis de Contenido, tcnica que fue aplicada al total de notas periodsticas publicadas por los diarios argentinos Clarn, La Nacin y Pgina/12; y los peridicos espaoles El Pas, ABC y El Mundo. Esta metodologa es concebida como una tcnica de investigacin destinada a formular, a partir de ciertos datos, inferencias reproducibles y vlidas que puedan aplicarse a su contexto (Krippendorff, 1990, p. 28).

    3.1. Unidad de anlisis En este estudio se estableci un recorte temporal que abarc desde el 2 de abril

    de 2012, dos semanas antes del anuncio del proyecto de estatizacin de YPF, hasta el 13 de mayo del mismo ao, dos semanas despus de la sancin de la ley de expropiacin en el Senado de la Nacin.

    En ese perodo fueron analizadas 41 portadas de cada diario argentino y 42 de cada peridico espaol4

    3.2. Unidades de contexto

    . De las primeras planas se extrajeron la totalidad de los titulares que hicieron referencia al caso. As, se conform un corpus de 259 titulares. Dado que se trata de una poblacin abordable, se decidi trabajar con el total de las piezas de modo de reducir el margen de error inherente a las tcnicas de muestreo.

    Los peridicos estudiados fueron seleccionados por tratarse de los principales diarios de la Argentina y de Espaa, con importantes niveles de tirada y comprobada importancia en los procesos de fijacin de agenda. Los mismos fueron utilizados en diversos trabajos en