Oportunidad de Transición Al Postcapitalismo

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LA CRISIS MUNDIAL DEL SIGLO XXI: OPORTUNIDAD DE TRANSICIÓN AL POSTCAPITALISMO Wim Dierckxsens

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Se cree que el postcapitalismo presenta oportunidades de cambio.

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  • LA CRISIS MUNDIAL DEL SIGLO XXI:

    OPORTUNIDAD DE TRANSICIN AL POSTCAPITALISMO

    Wim Dierckxsens

  • ndice

    I Crisis sistmica y depresin mundial: las causas estructuralesa. Las causas estructurales de la crisis financiera

    b. Crisis financiera y ecolgica: crisis de una civilizacin.

    c. La agona del patrn dlar.

    d. Megaestafa para salvar el dlar

    e. El colapso del dlar

    f. Amenaza de guerra mundial

    II Crisis sistmica y depresin mundial: La crisis como oportunidad a. La mundializacin de una recesin

    b. Crisis para quienes?

    c. La depresin global

    d. La crisis como oportunidad.

    e. La crisis como cambio civilizatorio

    III La crisis ecolgica: Necesidad de un cambio de paradigma a. Demanda de otra civilizacin

    b. La economa ecolgica y la economa ambiental

    c. La huella ecolgica justa y el consumo sostenible

    IV La transicin hacia una economa estacionaria: La utopa postcapitalista a. Bienestar Genuino versus Crecimiento

    b. La desmaterializacin de la economa

    i) La des-materializacin relativa

    ii) La des-materializacin absoluta

    c. Materializacin versus des-materializacin

    d. La economa estacionaria

  • V La reconexin de la economa con los pueblos

    a. El contexto internacional para la transicin al socialismo

    b. El proceso de desenganche en perspectiva internacional

    c. El proceso de desenganche en Amrica Latina

    i) Los fracasos de los tratados de libre comercio

    ii) El carcter de la poltica de desenganche en Amrica del Sur-- El MERCOSUR: desenganche sin cambios esenciales-- El re-enganche de la economa con los pueblos: El ALBA -- El proceso de democratizacin del ALBA

    VI La transicin al socialismo en Amrica Latina en el siglo XXIa. La transicin en Amrica Latina

    i) Por qu la transicin se da en Amrica latina?b. La transicin al llamado socialismo del siglo XXI

    i) -La transicin en un solo pas: retos y dificultadesc. El debate en torno al socialismo del siglo XXI

    i) Centralismo versus democracia popularii) Cmo transformar el poder en poder popular?

    d. Posibilidades y realidades de otra racionalidad econmicai). La lucha social latinoamericana por una civilizacin distinta

    Bibliografa

  • INTRODUCCIN

    La crisis podemos ver como una amenaza pero tambin como una oportunidad de cambio profundo. Si bien una crisis econmica por s no conlleva necesariamente a un proceso revolucionario, si crea condiciones propicias para generar una conciencia revolucionaria y la accin para demandar un cambio drstico o estructural. En los primeros captulos de este libro sealaremos que no nos encontramos ante una crisis econmica ms del capitalismo. Veremos que no solo se trata del fin del neoliberalismo, sino incluso una crisis del propio sistema capitalista. Es ms la crisis econmica de los prximos aos no solo se comparar con la Gran Depresin de los aos treinta del siglo pasado, sino la superar con creces en trminos de magnitud y escala internacional, fruto del proceso de globalizacin neoliberal. En los captulo tres y cuatro sealaremos que la crisis econmica de los aos venideros se dar al tiempo que se d una crisis ecolgica que se manifiesta entre tras cosas por la creciente escasez de materias primas. La produccin de biocombustibles ante esa escasez genera la situacin perversa que los precios de los granos bsicos suben a nivel mundial en medio de la internacionalizacin de la crisis. Las hambrunas ya se anuncian para el ao 2008. Si habr algo que unir a nivel internacional la lucha contra el sistema vigente ser la hambruna que amenaza a centenares de millones de seres humanos.

    Sealaremos que las crisis ecolgica y econmica juntas implican una crisis estructural del propio capitalismo. La crtica al crecimiento por el crecimiento en trminos de dinero se dar con el colapso del sistema financiero internacional proceso que se est dando en este momento. El colapso financiero internacional y la crisis en la economa real que resulta de ello, pondrn en crisis el propio paradigma. La carrera de acumular dinero con dinero sin proceso de trabajo intermedio, conllev a su mxima expresin con las diferentes burbujas especulativas de la poca neoliberal. Al no ser respaldados por riqueza real, esta economa especulativa tarde o temprano colapsa. En el ao 2008 estamos apenas observando las primeras seales de un aterrizaje duro. La obsesin de hacer dinero y ms dinero a toda costa, quedar muy cuestionada con una recesin larga y profunda. Un crecimiento econmico negativo prolongado conllevar a la economa solidaria. Durante la crisis, las propias relaciones sociales darn mayor seguridad que la posesin o no de dinero. Vale ms cuidar las cosas que poseemos que continuar el comprar por comprar. Un cambio duradero en esa direccin no solo implicar una crisis del capitalismo, sino conlleva un cambio civilizatorio. La crisis ecolgica y la escasez de recursos naturales demandan otra cosmovisin donde la naturaleza dejar ser mero objeto. Ello implica el fin de la modernidad. Estamos, en otras palabras, ante un cambio de poca.

    Esperamos que una crisis de la envergadura, que abordaremos en los primeros captulos del presente libro, eleve las oportunidades para reivindicar y llevar

  • adelante procesos de cambio estructural, es decir, una transicin hacia otra civilizacin. En los ltimos dos captulos desarrollamos el rol de los actores sociales en el proceso de desenganche del proceso de globalizacin neoliberal que se est dando en Amrica Latina. Si en aos pasados este proceso de desconexin de la economa de los intereses financieros y transnacionales ha sido una batalla contra viento y marea, la propia crisis internacional obligar tal desenganche al desarticularse el mercado mundial. Las seales de ello son que hoy en da los tratados de libre comercio son rechazados ya que revelan ms fracasos que beneficios. Hay una presin creciente hasta en los propios EEUU para el desenganche al volcarse la nacin hacia el proteccionismo. En el actual entorno hay cada vez ms pases en Amrica Latina donde las fuerzas populares deciden por un cambio de gobierno que encamina hacia ese proceso de desenganche. La muestra ms reciente de ello ha sido el resultado electoral en Paraguay.

    Desengancharse del proceso de globalizacin neoliberal todava no explicita el proceso de reconexin. Aqu hay una gama de posibilidades a tomar en cuenta. En primer lugar debemos diferenciar una reconexin con los intereses privados nacionales de un proceso de reconexin con los intereses populares. En este sentido haremos la diferencia entre los procesos en marcha en Venezuela, Bolivia o Ecuador con los de Brasil, Argentina o Uruguay. Los primeros pases encaminan ms claramente hacia un proceso de reconexin con los intereses populares y los ltimos, con los matices del caso, continan privilegiando los intereses privados.

    Un segundo punto es que el proceso de desenganche no implica un refugio hacia la autarqua como podra dejar entender el trmino de desconexin desarrollado por Samir Amin hace medio siglo. El bloqueo econmico de Cuba ha dado suficientes lecciones del nefasto impacto del bloqueo econmico que conden al pas a una autarqua relativa forzosa. Volver hacia el neodesarrollo reafirmando el Estado Nacional, es un debate comn hoy en da en los pases del Cono Sur. Esta idea de desenganche tiene ms relacin con la teora de desconexin de Samir Amin para recuperar el Estado Nacional. Hay un debate (Vea Claudio Katz) en el Cono Sur sobre el retorno al neo-desarrollismo.La poltica del ALBA en cambio subraya ante todo la necesidad afirmar las relaciones internacionales y de solidaridad para evitar un eventual bloqueo econmico ante un desenganche de la globalizacin.

    A estas alturas del siglo XXI, una poltica de desenganche implica, sin embargo, una redefinicin de las relaciones centro periferia. Los captulos III y IV abordan este tema ante la amenaza de la crisis ecolgica. Reivindicar un mayor derecho al desarrollo de los pases del Sur implica, ante la creciente escasez de recursos naturales, tener mayor control sobre el destino de dichos recursos que suelen estar concentrados en el Sur. En los ltimos dos captulos veremos que los pases andinos en proceso de transicin, reivindican tener mayor control sobre sus recursos naturales y mayor beneficio de los mismos. Con ello se enfrentan a los intereses de las transnacionales y entran en conflicto latente con los pases centrales. Al escasearse los recursos naturales, los trminos de intercambio

  • tienden a desarrollarse a favor de los pases del Sur ya que sus precios tienden al alza. El conflicto entre Centro y Periferia por los recursos naturales es ascendente y tiende a internacionalizarse. El ascenso de los pases emergentes y el traslado paulatino del mbito de produccin hacia el Sur conllevar a una redefinicin de poder entre Centro y Periferia a favor de la ltima. Lo anterior contribuir a proceso de cambio civilizatorio.

    En el proceso de desenganche y de reconexin hay una cuarto aspecto a contemplar. Una cosa es reconectarse internacionalmente. Otra es cmo hacerlo. Como nos reconectemos con los dems pases? Tanto los pases del Cono Sur como los pases andinos en proceso de transicin promueven una reconexin a nivel internacional buscando liberarse de las cadenas de subordinacin Norte Sur. En el caso del MERCOSUR, Brasil busca promover sus translativas (empresas transnacionales brasileras) en un mercado ms amplio. De esta forma el pas gana espacio frente a las transnacionales, aunque emplea los mismos mecanismos competitivos que las propias transnacionales. Los pases andinos en proceso de transicin, parten ms de criterios de solidaridad y complementariedad en sus nuevas relaciones internacionales. El ALBA es su expresin ms clara.

    Un ltimo elemento de tomar en cuenta en el proceso de reconexin es, quien conduce y en en beneficio de quienes se desarrolla la reconexin. Ya vimos que una cosa es una mayor reconexin con los intereses privados nacionales y otra es una reconexin con los intereses populares. Sin embargo, an en el ltimo caso tenemos que tomar nuevos matices en cuenta. Una cosa es la toma de decisiones por un gobierno centralizado y otra es una democracia participativa. En trminos generales podemos decir que no hay una posicin a priori sino su rumbo depende del proceso de transicin mismo. Los procesos de transicin puedan partir de la intencionalidad de la democratizacin de las decisiones. Hay amenazas para el proceso de transicin que conllevan ms bien a la centralizacin del poder. Los procesos de transicin no son irreversibles como ha demostrado la historia. El proceso de transicin se da en medio de conflictos externos e internos. Cada uno de estos conflictos representa una amenaza para los propios procesos de transicin y ponen el debate de centralizacin versus democratizacin en el centro del debate.

    Conforme se acente la crisis internacional, el desenganche se acentuar y que los procesos de transicin se aceleren. Cuanto ms profunda la crisis ms profundo tambin el desenganche. Vale recordar en este contexto que durante la crisis de los aos treinta del siglo pasado, la URSS constitua una economa desenganchada del capitalismo mundial de esa poca. Precisamente por esa desconexin del sistema capitalista mundial, la URSS no sufri la crisis mundial y ms bien tuvo un desarrollo que la convirti en la segunda potencia mundial. El traslado de la economa productiva hacia el Sur durante las ltimas dcadas hace esperar que el Sur salga mucho menos afectado durante la crisis mundial que el Norte donde se concentra ms que toda la economa improductiva y especulativa.

  • La crisis financiera y econmica de las economas del Norte est a la vista y con ello se anunciar el fin de la Civilizacin Occidental. Ante semejante cuadro no es imposible que Occidente y en primer lugar EEUU procurar defender a capa y espada su hegemona en decadencia desde hace unas dcadas. No es imposible que la guerra en Medio Oriente se ample y que adquiera un carcter internacional. Ni es imposible imaginarse el empleo del recurso de las fuerzas nucleares en dicho conflicto mundial. Cuando se agotan los mecanismos econmicos para supeditar al mundo, es ah donde el imperio suele recurrir a los extraeconmicos que contemplan una ideologa neofascista, un estado policiaco y la guerra. En tanto que esta destruccin colinde con la autodestruccin, hace menos probable ese conflicto pero no lo elimine. Reivindicamos en este contexto una Perestroika en Occidente. As como la URSS no recurri a la (auto) destruccin masiva al perder su lugar de superpotencia, as tambin EEUU ha de reflexionar en esta poca de aceptar un mundo multipolar. En sentido los candidatos a presidente en EEUU como McCain y Hillary Clinton no parecen ser los ms inclinados a esa opcin.

    El presente libro no pretende desarrollar con toda su profundidad la racionalidad post-capitalista. En primer lugar no hay una perspectiva sistmica en nuestro enfoque. En segundo lugar, no es el objetivo de este trabajo y hemos hecho trabajos anteriores en esta direccin (vease La transicin al postcapitalismo: el socialismo del siglo XXI). En este libro queremos ver como la crisis econmica y ecolgica juntas puedan contribuir a un proceso de transicin hacia una nueva sociedad a nivel mundial. Veremos que la crisis financiera y econmica llevar a un crecimiento negativo prolongado. Con ello llegamos a tener tasas de ganancia negativas y tasas de inters negativo. La consecuencia ser la opcin por consumir y por tanto producir productos ms duraderos. La crisis ecolgica y la escasez creciente de los recursos naturales obligarn tambin a la produccin de productos ms duraderos. Por ende, la reivindicacin del Sur para destinar sus recursos ms para su propio bienestar, implica necesariamente la introduccin de cuotas menores de recursos naturales para los pases del Norte. En este sentido refuerza la emancipacin del Sur la crisis ecolgica y junto con la crisis econmica, todas las fuerzas conllevan a un cambio de racionalidad econmica. Un nueva civilizacin est a la vista.

  • Captulo I

    Crisis sistmica y depresin mundial Las causas estructurales

    Las causas estructurales de la crisis financiera

    Podemos distinguir, a partir de la Segunda Guerra Mundial, tres perodos que conducen a la progresiva interdependencia econmica internacional que conllevaron al proceso de globalizacin, que hoy en da ha desembocado en una crisis del sistema capitalista que incluso implica una crisis de civilizacin. A partir de esa crisis que se manifiesta hoy, se requiere construir en la prctica y la teora un post capitalismo, es decir el socialismo sobre la base de principios que incluyen el uso sostenible de los recursos naturales y su apropiacin social; dar respuestas a las necesidades de sujetos corpreos concretos; la democracia generalizada a todas las relaciones sociales, polticas, econmicas, culturales, de gnero y la multiculturalidad, permitiendo a todas las culturas, saberes, filosofas y religiones, dar su aporte propio a la construccin de una nueva sociedad, de otra civilizacin.

    El primer perodo de la posguerra es la edad de oro del comercio internacional de productos, empujado por inversiones productivas en cada pas a nivel del planeta acompaado de un desmantelamiento progresivo de barreras proteccionistas en las sucesivas rondas del GATT, el antecesor de la Organizacin Mundial de Comercio (OMC). La integracin del capital financiero desde los aos setenta anuncia el perodo de transicin hacia el neoliberalismo como segundo perodo. Si el primer perodo signific una reproduccin ampliada del capital productivo a nivel planetario y con ello un impulso al crecimiento econmico a nivel mundial, el segundo dio inicio a la reparticin del mercado mundial existente entre las empresas transnacionales ms grandes. Lo que se reparta, en otras palabras, es el pastel existente en vez de hacer ms grande dicho pastel.

    La tasa de ganancia en la economa neoliberal no se fundamenta en la creacin de plusvala dentro del mbito productivo, sino se basa cada vez ms en la redistribucin y concentracin de la riqueza ya existente. Es la poca de la batalla por la reparticin de los mercados existentes, de la anexin a menudo forzada de mercados con clientela ya existente. Lo anterior se expresa a travs de una ola de privatizaciones, fusiones adquisiciones y tratados de libre comercio (TLCs), sobre todo en el Sur. La lucha por el reparto del mercado mundial ha permitido el alza en la tasa de ganancia de las empresas transnacionales que salieron como los grandes triunfadores. Que al mismo tiempo hubo muchas empresas medianas y

  • pequeas que desaparecieron no mereca mencin. De actuar as el sistema deja de preocuparse por la demanda efectiva impulsada durante el perodo keynesiano.

    El neoliberalismo subraya la capacidad de una oferta eficiente que encontrar por su propia cuenta automticamente la demanda. Al barrer fronteras y permitir las inversiones directas, se desarroll una lucha desigual entre gigantes y enanos, donde los ltimos son condenados a la quiebra y la ruina y son responsabilizados por su fracaso debido a la llamada ineficiencia. Este xito transnacional conlleva al alza de las acciones de las empresas triunfantes. Todo parece un xito. Se canta la gloria del sistema de libre juego de mercado. Sin embargo, a nivel de la economa en su totalidad esta escuela de economa devastadora y reaccionaria conlleva inevitablemente a la baja de la tasa de crecimiento econmico a nivel mundial y por ende a la tasa de ganancia sin posibilidad de reajustarla.

    Durante los aos ochenta y sobre todo en los noventa, la cotizacin de las acciones de las empresas transnacionales aument sin cesar. Todo el mundo quera comprar acciones de esas ganadoras en el mercado mundial. La demanda superaba con creces la oferta. La especulacin burstil es la consecuencia. La situacin anterior perduraba mientras avanzaba el reparto del mercado mundial a su favor. Cuando el mercado mundial se encuentra repartido, es decir, al agotarse el reparto del pastel existente, hacia fines del siglo pasado, la tasa de ganancia vuelve a bajar. Los resultados de las ganancias empresariales ya estaban bajo presin hacia finales de 1998 y en aos posteriores se acenta la cada en la tasa de ganancia. Ante la baja de la tasa de ganancia viene de pique la cotizacin de las acciones en la bolsa de valores. Se vislumbraban las fisuras del neoliberalismo. Se vislumbra as una alternativa por poca clara que an fuera. Resurgen los movimientos sociales, como la lucha contra el Acuerdo Multilateral de Inversiones (AMI) en 1998 y la batalla de contra el OMC en Seattle en 1999, que cuestionan el neoliberalismo con fuerza creciente (Dierckxsens Wim, 1998 Los lmites de un capitalismo sin ciudadana, DEI: 166). Con ello se vislumbraba ya el fin del neoliberalismo y nace el grito que Otro mundo es posible.

    Una verdadera cada en el mercado burstil se produce entre abril 2000 y el 10 de setiembre de 2001. Despus de la cada de las Torres Gemelas la cada no fue muy notoria, como nos hacen creer. En el perodo referido las acciones burstiles cayeron en el mundo entero. La media mundial de la cada fue del 31%. Esta fue la cada media para la Unin Europea. La mxima cada se observ en Japn. El Nikkei cay un 73% desde su mximo histrico. En EEUU el sector de la nueva tecnologa, el Nasdaq, perdi un 65% en el perodo mencionado. La bolsa de Brasil perdi desde enero de 2001 al 10 de septiembre de ese ao un 39% y China un 28%. Del 10 de setiembre al 10 de octubre de 2001, la situacin burstil empeor apenas en los pases centrales. Las bolsas en las economas emergentes, como China y Brasil, en cambio, al no haber sido afectados tanto en el perodo anterior al 10 de setiembre, si recibieron golpes ms duros (Vea, Dierckxsens Wim, et al 2003, Guerra global, resistencia mundial y alternativas Ruth Casa Editorial: 154-155).

  • Se inicia a partir de 11 de setiembre una segunda fase del neoliberalismo que fomenta el (re)reparto del mundo mediante mecanismos extra-econmicos, es decir, a travs de la guerra contra el terrorismo. Para evitar una recesin en EEUU, la guerra global amenaza con recalcar la reparticin del pastel mundial en beneficio de la nacin elegida, a costa de lo que sea. La guerra contra el terrorismo se inaugura a partir del atentado del 11 de setiembre de 2001. La pretensin estadounidense era que todo el mundo pagara esta guerra contra Afganistn y sobre todo Irak. Una nueva carrera armamentista se inicia en EEUU a cuenta del mundo entero. Como todo el mundo ha de pagar la adquisicin de petrleo en dlares, la guerra implicaba un alza en el precio de petrleo y con ello en la demanda de dlares. Con este neokeynesianismo de guerra, EEUU proyectaba sobreponerse a la crisis interna y transferir el costo de la guerra al resto del mundo.

    Hay una segunda modalidad para aumentar la demanda efectiva de los productos transnacionales y con ello su tasa de ganancia. La idea es aumentar la demanda efectiva hoy comprometiendo el ingreso futuro. Desde fines de 2001 se fomenta una burbuja hipotecaria, comprometiendo el ingreso futuro. En EEUU sobre todo pero en el mundo entero bajaron las tasas de inters para fomentar el crdito en general y el crdito hipotecario en particular. Con ello se gener una nueva burbuja especulativa an ms grande: la burbuja inmobiliaria que actualmente compromete el futuro del dlar como moneda de reserva y como moneda internacional. El boom de construccin empuj el mbito productivo. Las viviendas aumentaron de precio al subir abruptamente la demanda de las mismas. La compra y venta suele hacerse con fines cada vez ms especulativos, es decir improductivos.

    La economa de guerra, financiada a pura deuda, compromete el ingreso futuro a su vez. Las altas tasas de ganancia en este sector reducen a su vez la inversin productiva en el mbito civil. El producto final del complejo industrial militar no encadena con la economa civil. En el corto plazo genera crecimiento y ganancia. A mediano plazo su producto final no encadena con la economa civil. En el largo plazo, en vez de fomentar el crecimiento el gasto de defensa no contribuye al crecimiento econmico. El efecto puede darse en ciclos de produccin posteriores, pero tarde o temprano conlleva a la contraccin econmica. En el corto plazo, el complejo industrial militar genera ganancias extraordinarias, pero a mediano plazo resta fuerza a la economa en su conjunto. En el conjunto de la economa norteamericana prevalece entonces el carcter improductivo de las inversiones. Hacer ms dinero con dinero sin vnculo con la economa civil, se torna la tnica. Tarde o temprano, esta tendencia conlleva a la contraccin econmica, es decir, al crecimiento negativo y de manera estructural, o sea, conlleva a la recesin como era previsible.

    Ya en 1994 escribimos (Dierckxsens Wim De la globalizacin a la Perestroika occidental; DEI, San Jos: 174-176) que el acercamiento al siglo XXI mostrara ms claramente una reproduccin limitada. Ya en la poca de gloria del neoliberalismo era previsible una nueva depresin sin precedentes del sistema

  • capitalista. El neoliberalismo es la crisis del keynesianismo y no representa una solucin. Fue una ltima modalidad para salvar las ganancias individuales, pero una oportunidad autodestructora. El neoliberalismo, entonces, ya es parte de la crisis, no la superacin de la misma. Con el neoliberalismo los lmites del crecimiento de la economa de mercado quedan a la vista. Con el avance glorioso de la globalizacin, las cuentas nacionales ya no tienen nada nuevo que contar. Mediante cuentos nacionales ocultan la recesin en la que nos encontramos desde hace aos. Desde 2006 EEUU est en recesin. En este sentido, la economa norteamericana incluso ya se encuentra en depresin, proceso que pronto se mundializar.

    Ante esta nueva depresin mundial, el siglo XXI se demanda un cuestionamiento profundo acerca de la relacin social existente. Los movimientos sociales en ascenso reflejan que nos encontramos ante un cambio de poca. De nuevo estn en tapete el debate sobre el socialismo y el postcapitalismo. Lo anterior nos lleva a pensar sobre lo finito de nuestro sistema. Tal reflexin demanda una visin ms histrica. La crisis brindar una oportunidad de cambio ya que se requiere respuestas. En Amrica Latina las resistencias al modelo han sido y son numerosas. Se encuentran en todos los sectores populares: campesinos, obreros, pueblos indgenas, afrodescendientes, mujeres y jvenes. Se encuentran nuevas expresiones de tipo cultural: en la literatura, en la msica, en el arte y en la religin con una relectura de la Teologa de la Liberacin. Estamos en una poca de miedo que a la vez es una poca de esperanza.

    Grandes convergencias de las resistencias se han manifestado frente al ALCA y a los Tratados de Libre Comercio. Estas convergencias se han expresado en los distintos Foros Sociales. El hecho nuevo es que en la regin se pas de las resistencias a la bsqueda de alternativas que se expresa en la construccin de nuevas institucionalidades a travs de los procesos de Asambleas Constituyentes; el desarrollo de procesos de integracin como la Alternativa Bolivariana para Amrica Latina ALBA, los trabajos articulados de las redes y los instrumentos de comunicacin como Telesur y el Satlite Simn Bolvar. Varios aspectos de la experiencia latinoamericana ayudan a entender como la lgica del capitalismo puede ser confrontada para entrar en un proceso de transicin al socialismo. Son procesos diversos, con actores mltiples que se enfrentan a oposiciones radicales en funcin de intereses de clases o de grupos dominantes. Encuentran, como todos los procesos sociales dificultades de organizacin, de orden cultural, ticas e ideolgicas. Son procesos dialcticos que exigen determinacin, realismo, estrategias concretas, pero sobre todo claridad de visin (Vea, Encuentro latinoamericano del Foro Mundial de Alternativas, 1 de marzo de 2008). Crisis financiera y ecolgica: crisis de una civilizacin.

    Con el neoliberalismo el sector productivo tendi a crecer cada vez menos, el sector financiero especulativo se volvi dominante. EEUU constituye hoy el epicentro de la crisis econmica, financiera, poltica social, militar y cultural actual. La actual crisis econmica financiera se presenta a la par de una crisis ecolgica

  • y de recursos naturales. La reproduccin natural no puede acompaar ms la reproduccin del capital, con su economa de derroche. Los recursos no son suficientes para prolongar el actual estilo occidental de vida. Actualmente el 20 por ciento de la poblacin mundial, concentrada en el Norte, consume el 80 por ciento de los recursos naturales y con el consumo de esa minora el globo est amenazado. La crisis que nos enfrenta es mucho ms que econmica. La declaracin final del encuentro latinoamericano del Foro Mundial de Alternativas en Quito finales el 1 de marzo de 2008 lo seala: Esta claro que se trata de una crisis estructural y no solamente coyuntural, es una crisis de () de tipo civilizacional que exige un replanteamiento de parmetros, al cual la lgica del capitalismo no puede responder.

    Estamos prximos a la cima de la produccin mundial de petrleo. Los inventarios muestran una tendencia clara hacia la baja. El agua y los recursos minerales se tornan cada vez ms escasos. EEUU ya ha de importar el 10% del agua potable. Por otro lado, esta presente una competencia entre biocombustibles para el consumo de los autos de una minora y alimentos que encarecen la vida cotidiana de las grandes mayoras. Lo anterior agudiza la lucha por el uso de la tierra que tambin escasea. El resultado es que se encarece la produccin de alimentos. El alza de los precios de los alimentos bsicos es una tendencia estructural, o sea, de largo plazo. La tasa de inflacin de los productos agrcolas es el doble de la tasa de inflacin general. La importacin de alimentos, a menudo transgnicos, es un fenmeno cada vez ms generalizado. Ante una crisis es fundamental garantizar la soberana y seguridad alimentaria.

    Source: EIA

    El siglo XXI es un perodo de agotamiento de las reservas de las materias primas, y esta realidad configura una nueva situacin y un problema muy grave para la humanidad. Los precios ascendentes de los minerales conducen a una deformacin de la estructura econmica de los pases poseedores de esos

  • recursos. La nacionalizacin y control soberano sobre los recursos naturales, ha resultado un proceso muy difcil en el pasado reciente. La profundizacin de la crisis internacional puede brindar una mejor oportunidad para la nacionalizacin y socializacin de los mismos. Ante una crisis ms profunda, el control sobre los precios de los recursos naturales podra favorecerse a travs de un acuerdo de precios Sur-Sur, siguiendo el ejemplo de la OPEP.

    Las mayores reservas de recursos naturales se encuentran en el Sur y son ferozmente disputadas por los pases dominantes, que ya gener guerras en el pasado reciente que tienden a ampliarse a otras regiones del planeta y amenazan hoy a Amrica Latina. La amenaza hacia Venezuela e incluso Ecuador y Bolivia son cada vez ms claras. Hay una distribucin desigual de la riqueza natural que se refleja en un flujo de recursos naturales Sur-Norte. Es necesario un proceso de reasignacin de dichos recursos en beneficio de los pases pobres y los sectores populares. Para protegerse ante la crisis, es necesario que los pases latinoamericanos reivindiquen la soberana sobre sus recursos naturales, que tienen un peso determinante en la economa mundial y en su propia sobrevivencia. La profundizacin de la crisis actual es una oportunidad de desconectarse de las polticas neoliberales para as poder (re)conectarse con las necesidades y demandas populares. La crisis brinde la oportunidad de reorientar la economa hacia un desarrollo autocentrado en beneficio de las mayoras. Tratase de una poltica de desconexin con una re-conexin popular. La crisis, as mismo, es una oportunidad de recuperar el control sobre los flujos financieros, en beneficio de ese mismo proceso.

    La agona del patrn dlar. Jacques Tissier, gestor de fondos de Stratege Finance expres el 10 de agosto de 2007 en Pars, Estamos en un perodo de depresin global causado por el sector de hipotecas de riesgo. Esta depresin hace parte del cambio de poca que vivimos, cuya manifestacin ms fidedigna es la muerte del patrn dlar, defuncin similar a la ocurrida en 1971 con el patrn dlar oro y en 1930 con la del patrn oro. Prevaleci hasta hoy, sin embargo, el falso e ingenuo supuesto de que los gobernantes y la banca siempre lograrn balancear la economa. Hoy en da esta confianza por fin se est desmoronando.

    Aunque advertida desde hace tiempo por muchos especialistas, la depresin global es oficial desde junio de 2007: Robert Samuelson y Steven Pearlstein lo anunciaron el da 13 en las pginas del Washington Post, uno de los medios ms destacados de la lite monetaria estadounidense: El colapso de la economa norteamericana ha comenzado. Es sta una circunstancia por la burbuja inmobiliaria (pieza maestra de la desastrosa estrategia econmica de la actual administracin de los Estados Unidos) y la avalancha de gastos militares, al tiempo que las reducciones fiscales autorizadas por esta misma administracin. Estamos ante una trada econmica que en primera instancia empuj hacia delante su economa, inflando simultneamente un consumo respaldado no en su desarrollo productivo sino en las importaciones. Su resultado es una deuda externa cada vez ms gigantesca.

  • Las cifras son asombrosas: las deudas con el exterior de la mayor economa del mundo trepaban en 2007 a 10 millones de millones de dlares. Pero hay ms: a este endeudamiento se suma el proveniente de crditos fciles, en especial los destinados a bienes y races. Los precios pagados por las compaas y la deuda entablada por las empresas para adquisiciones son fabulosas, de modo que para finales de 2007 la deuda total estadounidense (pblica, empresarial y personal) llegaba a los 50 millones de millones de dlares: ms de tres veces el PBI norteamericano y superior al Producto Bruto Mundial (PBM) (Beinstein Jorge 2008, Ms all de la recesin:1).

    En los ltimos tiempos, las deudas privadas y pblicas ascendieron sin cesar en todo el mundo, y no slo en Estados Unidos. La deuda pblica y privada mundial sumaba en 2001 unos 60 millones de millones de dlares, o sea, el 150 por ciento del PBM, sin dejar de crecer. Estados Unidos, sin embargo, deba ms de la mitad de ese dinero. A la vez, la mitad de la deuda pblica norteamericana se presenta en favor de extranjeros. Acreencias en dlares, como reservas internacionales. Este escenario implica una insostenible hipoteca sobre el futuro, a la par que amenaza de una nueva depresin en la escala mundial. La ola de pnico por el imprevisible efecto que pueda tener la crisis hipotecaria, constructora e inmobiliaria, en marcha en los Estados Unidos sobre la economa nacional, europea y global, alcanz en este agosto los mercados financieros mundiales. As lo evidencian las importantes cadas en las bolsas.

  • Los bonos del Tesoro, considerados en otro tiempo como garanta de seguridad, se hallan bajo creciente presin. La reaccin a la crisis por parte de los bancos centrales de todos los pases fue comn: ofrecer inyecciones de dinero de miles de millones de dlares para insuflar mayor liquidez a bancos y mercados monetarios. Es cierto que los bancos centrales pueden intervenir para superar crisis econmicas, y as lo han hecho en el pasado, pero no pueden evitar las crisis ni soslayar un agotamiento en la propia racionalidad econmica vigente. Hoy da, los bancos, ni los bancos centrales, parecen tener una visin sobre qu institucin crediticia u otro servicio financiero ser el prximo en sealar prdidas en bonos de alto riesgo. Ya nadie confa en nadie. La rueda de rumores en Wall Street y en los mercados financieros internacionales cobra nuevas vctimas cada da.

    Los temores en todo el mundo no son gratuitos. Una nueva recesin mundial, en una era de globalizacin caracterizada por el predominio del capital especulativo al debe, sera tan profunda que generara no solo una crisis del sistema capitalista, sino incluso de la civilizacin occidental. Su epicentro sucede en este momento a EEUU y su manifestacin ms abierta se observa en la cada inmobiliaria. En enero de 2008 se vendan en EEUU 43% casas residenciales menos de lo que todava se venda en diciembre de 2006. El mercado de la construccin y las ramas asociadas representan casi una cuarta parte de toda la economa norteamericana. La sola contraccin en el sector inmobiliario ya tiene serias consecuencias para la economa productiva. La crisis hipotecaria que resulta de la crisis inmobiliaria sacude hoy en da el sistema financiero a nivel mundial.

    Segn el ndice S&P Case Sller, los precios de las casas promedio en EEUU cayeron el 9% en el 2007 y el paso de declinacin se est acelerando. The Economist calcula que 8.8 millones de tenedores de hipotecas de unos 52 millones en total, tienen prstamos de vivienda superiores al valor actual de su casa. Si los precios de las casas disminuyen otro 10%, como se espera, casi 14 millones de hipotecas se hundiran en el trmino de un ao. Dado que la hipoteca comn vale 225 mil dlares, el impacto financiero sera de ms de 3 billones de dlares. Los remates estaran al orden del da. Dado que los costos de ejecucin pueden consumir hasta el 25% del valor de un prstamo, las prdidas financieras del sector bancario podran alcanzar cifras de entre 1 billn y 2 billones de dlares. Lo anterior, de acuerdo a The Economist del 28 de febrero de 2008, implicara una crisis del sistema bancario como un todo. En trminos de Chritopher Laird (Gold says that Central Banks stop world deleveraging en www.prudentsSquirral.com), estamos presenciando el colapso del sistema financiero mundial.

    La crisis financiera se refleja no slo en la brutal cada de los precios inmobiliarios y en la peor contraccin en la historia del mercado de la construccin y en el colapso del sistema financiero, sino tambin afectarn dramticamente la economa real. Las cifras de facturacin del comercio minorista y los malos resultados de la industria automotriz son su expresin ms clara. Lo ltimo que deja la gente son las necesidades bsicas. La venta al detalle cay al 1 por ciento

  • al mes desde mediados de 2007. La venta de repuestos de automviles, en cambio, lo hizo en un 3 por ciento. La venta de autos norteamericanos en Estados Unidos cay en febrero de 2008 en un 10% frente a la situacin un ao antes. La venta de camiones livianos cay incluso en un 23%. General Motors vio disminuir sus ventas de autos en un 12.8 por ciento; Chrysler en un 14% y Ford, en un 6.4%. (Vea, The US market, 3 de marzo de 2008). En otras palabras, la economa productiva de EEUU se encuentra desde hace rato en recesin.

    Al hacerse cada vez ms evidente la crisis, las consecuencias directas que convergern en Estados Unidos no se dejaron esperar: aceleracin del ritmo e importancia de las quiebras de las sociedades financieras, pasando de una por semana a una por da; alza espectacular de embargos inmobiliarios, con la consecuencia de diez millones de estadounidenses arrojados a la calle; desplome acelerado del precio de los bienes races, recesin de la economa, cada precipitada de las tasas de inters, un dlar en picada, colapso del mercado burstil, etc. La respuesta de los pases acreedores como China, no se harn esperar. En cualquier momento ponen en venta ms de un billn de dlares en bonos del Tesoro norteamericano, propiciando una brutal cada del dlar frente al euro, el yuan y el yen.

    El impacto y la escala de una crisis de estas proporciones seran hoy mucho mayores que las conocidas en 1929. Es indito el desequilibrio entre la deuda acumulada versus la economa real. Es indito igualmente el nivel de hipertrofia financiera. Es indito el grado de interdependencia entre las grandes economas. Es indita tambin la mezcla peligrosa de una crisis de sobreproduccin de autos y de bio-combustibles para el consumo automotriz, con una subproduccin de productos alimenticios decisivos para la supervivencia de las mayoras. De algo debemos estar seguros: esta crisis no se parece a ninguna de las ya conocidas: sera una depresin global que desembocar en una crisis civilizatoria (5).

    Megaestafa para salvar el dlar

    Hay un temor creciente y cada vez ms generalizado de colapso del dlar. La pregunta por la capacidad de Estados Unidos para cancelar su deuda exterior, cada vez ms gigantesca, se incrementa sin cesar. Ante ese temor, muchos bancos centrales estn ante la decisin de deshacerse de sus dlares para adquirir monedas menos inseguras. Los pases productores de petrleo consideran asimismo negociar su recurso energtico en moneda ms segura que el dlar. A partir del 13 de julio de 2007, Irn, por ejemplo, oblig al Japn a pagar sus compras de petrleo en yenes. Inmediatamente, el dlar cay frente a monedas fuertes como el euro y el yen. Desde la crisis financiera en agosto de 2007, el euro no dej de subir para subir de un nuevo mximo histrico de $ 1,38 en agosto de 2007 a ms de $1,56 hacia mediados de marzo de 2008. Con un tipo de cambio ascendente entre euro y dlar, hay motivos para considerar que la desconfianza que despierta el billete verde asciende da tras da, incrementndose la evidencia de que ya entramos en la fase de una crisis financiera con carcter global.

  • En agosto de 2007 se senta que el dlar podra colapsar de la noche a la maana. Los bancos centrales del mundo, en primer lugar China, pero tambin los grandes pases productores de petrleo anuncian ofrecer masivamente sus reservas internacionales representadas en bonos del Tesoro para obtener dinero lquido y refugiarse en otras monedas ms confiables. El miedo ante un colapso de dlar es grande ya que afecta a todas las monedas, siendo el billete verde moneda de reserva. Ante esta situacin, se aseguran contra la prdida de valor de cualquier moneda, mediante la adquisicin de recursos reales como oro y plata. Entre 2002 y marzo de 2008, el oro subi de $275 a ms de $1000 la onza. Pases como China han soltado sus dlares chatarra para adquirir toda clase de materias primas, sobre todo en frica y Amrica Latina. De esta forma transfirieron sus dlares a esos dos continentes ante el riesgo de colapsar esa moneda.

    Hubo en 2007 una oferta masiva de bonos del Tesoro de Estados Unidos. Ello debera haber provocado en ese ao una cada libre del dlar, toda vez que nadie apetecera esos papeles, a menos que fuera por un valor muy inferior al impreso en su cara principal. Pese a la zozobra que hay en todo el mundo, esta cada del dlar no se presentaba en 2007. Entonces, quines han comprado miles de millones de esos bonos? La Reserva Federal identificaba como supuestos compradores a los llamados Bancos del Caribe. La prensa financiera mencionaba los Off shore hedge funds como los principales acreedores de los Bonos. Sin embargo, hay cada vez ms evidencia de que el Estado norteamericano mismo sola comprar sus propios bonos. La pregunta obvia es: De dnde saca el Estado ese dinero? La respuesta ms plausible sugiere que es con dinero recin impreso, es decir, dinero sin respaldo, dinero sin valor real alguno (6).

    La impresin descontrolada de dinero causa inflacin, lo que constituye la principal preocupacin del actual presidente de la Reserva Federal, Bernanke. La inflacin que la impresin masiva de dinero sin respaldo causa, se producira dentro de los propios Estados Unidos, a menos que este pas logre que tales papeles sin respaldo salgan de su territorio. Por ello, ha sido poltica expresa de Estados Unidos promover la demanda externa de su moneda, no as la demanda interna. Para ello bloqueaba que otros pases invirtieran en grande, con sus reservas, en la economa real del pas. La adquisicin de riqueza real determinara la entrada masiva de dlares (sin respaldo) para adquirir grandes empresas, complejos portuarios u otras formas de riqueza real. En 2005, por ejemplo, China intent adquirir con sus reservas en dlares la compaa petrolera estadounidense Unocal, pero la oferta fue desestimada por el Congreso. Ms recientemente, Dubai hizo una oferta para invertir en el manejo portuario de Estados Unidos y recibi la misma negativa del Legislativo. El mensaje es claro: Estados Unidos estimulaba la demanda externa de dlares sin respaldo en el exterior pero no as su oferta dentro del pas.

    En otras palabras, Estados Unidos exportaba el efecto inflacionario de la impresin cada vez ms descontrolada de su divisa, llevndola sobre todo hacia

  • sus principales rivales comerciales, como China. A la vez, el pas oriental se prepara contra esta megaestafa mundial: transfiere muchos dlares sin respaldo a terceras naciones para transformarlos en inversiones reales. China est comprando no solo materias primas, sino tambin empresas en frica y Amrica Latina. En esta forma, logra que el efecto inflacionario vaya a terceras naciones. Es por la devaluacin del billete verde que la economa de Amrica Latina, en trminos de dlares, atraviesa una fase expansiva que no haba gozado desde la Guerra de Corea. Los pases del Cono Sur y de la Comunidad Andina son los que ms crecen. Encabezan el crecimiento Venezuela (9%), Argentina (8,6%), Uruguay (6%), Chile (6%), Per (6%) y Panam (6%) (7).

    La devaluacin del dlar, derivada del dficit fiscal y externo de Estados Unidos, tiene sin embargo un impacto adverso sobre las referencias de precios internacionales medidos usualmente en dlares. Es obvio que si esta moneda se devala, por ejemplo, un 20 por ciento con relacin al resto del mundo, los medidores en dlares, para ponerlos en trminos reales, deben ser ajustados en igual porcentaje. Tenemos as que el precio del cobre en auge, en divisa norteamericana, est relativamente estable en euros, y otro tanto pasa con el ndice de la Bolsa de Nueva York. En otras palabras, el reciente crecimiento econmico en dlares de los pases latinoamericanos revela ms la devaluacin de esta divisa que una nueva era de prosperidad (8). El colapso del dlar Desde hace algunos aos existe una creciente desconfianza mundial respecto al dlar como moneda internacional. La emisin masiva de dlares conduce a una depreciacin del dlar a menos que las autoridades estadounidenses logren ocultar su impresin masiva y sin respaldo y exportarlo. Para que as sea, desde marzo de 2006 el Estado Federal no ha vuelto a publicar datos sobre impresin de dlares, pues no da a conocer informacin oficial sobre M3. Sin embargo, otras fuentes, como Global Europe Anticipation Bulletin (9), estiman que desde principios de octubre de 2006 y hasta mediados de diciembre de ese ao, la Reserva Federal aument en 320 billones el stock monetario, es decir, cinco veces ms que lo impreso en igual perodo de 2005. Lee Rogers (How low can the dollar go? Zero Value, marzo de 2008) afirma que fuentes independientes estiman su aumento anual en la oferta de dinero (M3) desde marzo de 2006 entre 16 y 17%. El dinero impreso se estima de cuatro a ocho veces la circulacin monetaria que guarda relacin con el tamao de la economa de Estados Unidos (con un PIB de ms o menos 13 billones de dlares) (10). Con esta tendencia, el dlar puede tocar fondo ya que hoy es una moneda basada exclusivamente en confianza sin ningn respaldo real.

    Esta situacin menguar tarde o temprano la confianza mundial en las finanzas internacionales. Siendo el dlar la moneda de reserva y de pago internacional, una generalizada prdida de confianza en su capacidad no solo pone en riesgo la estabilidad financiera de Estados Unidos, sino la del mundo en general (11). Una desarticulacin del sistema financiero internacional implicar la Gran Crisis Global, con una prdida de credibilidad del Imperio, una crisis profunda no slo en el

  • modelo neoliberal sino tambin del propio sistema capitalista como tal. Los pases perifricos renen hoy da el 70 por ciento de las reservas internacionales en dlares chatarra (12), y por tanto recibirn el impacto ms directo con su colapso. Japn y China, que manejan las reservas internacionales ms grandes en dlares, sufriran serias consecuencias en sus economas. Tambin sern afectados los pases productores de petrleo. No es extrao en este sentido que Venezuela en marzo de 2008 estaba firmando contratos de entrega de petrleo en otra moneda que no sea el dlar.

    Amenaza de guerra mundial

    David Chapman, director del Millennium Bullion Fund, se atrevi a precisar al iniciar el ao 2007 que a partir de ese ao podramos esperar un perodo de dos aos para que se d el colapso del dlar, cuyo resultado sera una profunda crisis burstil y una recesin de aos, es decir una depresin mundial. Lo anterior llevara el oro a niveles superiores a 1.000 dlares, donde ya se encuentra en marzo de 2008 (13). La crisis burstil ya es un hecho a nivel mundial en 2008. Vale recordar que con la crisis burstil de 2001 ya exista la amenaza concreta de un colapso de la moneda norteamericana. Entre 2001 y 2003, el tipo de cambio del billete verde subi de una media anual de $0.89 a $1,13 por un Euro. La cada del dlar entre 2001 y 2003 asimismo tiene que ver con una baja relativa en la demanda de dlares. A partir de 2001, Saddam Hussein vendi el petrleo de Irak en euros e invit a los pases de la OPEC a hacer lo propio, lo que de concretarse hubiera significado una aceleracin en la cada del dlar. No es extrao que en este perodo se d la invasin norteamericana en Irak. El precio de petrleo subi instantneamente y con ello la demanda relativa de dlares. Como resultado, el tipo de cambio prcticamente no vara y oscila entre 2004 y 2006 alrededor de $1.24 por Euro. Es a partir de 2007, sin embargo, que el dlar de nuevo comienza a perder terreno frente al Euro. Es en esta coyuntura que amenaza de nuevo la guerra y esta vez contra Irn.

    Mientras los pases continan vendiendo el petrleo en dlares, y los bancos centrales conservan y extiendan sus reservas internacionales en igual moneda, EEUU podr manipular la demanda de su propia divisa. A pesar de su creciente deuda privada y pblica, y a pesar del costo enorme de la guerra, la demanda de la divisa se pudo mantenerse estable. La demanda subi a partir del alza constante en el precio de petrleo que pas entre 2002 y abril de 2008 de $20 dlares el barril a $120. La consecuencia fue una sextuplicacin de la demanda de dlares por compra de petrleo. Lo anterior pudo evitar una devaluacin aguda del dlar hasta en 2007.

  • Una brusca reduccin en la demanda de la divisa estadounidense significara una fuerte cada de su precio en el mercado de divisas. Lo anterior sucedera si los pases productores de petrleo cotizaran el crudo en otra moneda. Esa fue una de las consideraciones estratgicas para emprender la guerra contra Irak. Hoy es uno de los argumentos para amenazar con una posible guerra a Irn. La amenaza de guerra crece cada vez que este pas proceda, como lo hizo el 13 de julio de 2007, exigir la cancelacin del crudo en otra moneda. En 2008 Irn exige la cancelacin de todo crudo en otra moneda que no sea el dlar. La permanente intimidacin militar en Oriente Medio mantiene elevados los precios de petrleo, y EEUU es capaz de atacar a Irn con bombas atmicas para sostener la demanda efectiva de dlares. Es una poltica de estabilizacin de la divisa norteamericana a punta de misil. Mediante estas coacciones, Estados Unidos har hasta lo imposible para que tambin durante el ao 2008 la demanda de dlares perdure lo ms que pueda. Sin embargo, al verse deslizar el dlar sin cesar a partir de mediados de 2007, los tambores de guerra suenan otra vez.

    Al complicarse la perspectiva de una aventura blica, la amenaza de un colapso del dlar se torna un verdadero riesgo. El peligro de guerra continuar siendo por este motivo la poltica ms probable en lo que resta del segundo perodo de Bush. En este contexto, el exsenador republicano de Pensilvania Rick Santorum y el presidente republicano de Arkansas Dennos Milligan manifestaron la necesidad de un nuevo ataque terrorista a Estados Unidos para poder cambiar la percepcin de la ciudadana norteamericana sobre la guerra, e ir a la confrontacin blica contra Irn (14). Si as fuera, lo que no pudo resolver la Reserva Federal lo intentar solucionar el complejo militar-industrial con su ensima guerra. Opcin difcil de concretar por la inmensidad de consecuencias para la humanidad, pero consideracin acariciada una y otra vez por los halcones del Pentgono. El incremento del creciente peso de Rusia y China en todo el mundo est de por medio. Estamos en una nueva guerra fra que hace menos probable una internacionalizacin de la guerra aunque no constituye ningn seguro. De traducirse en un ataque con armas nucleares, propiciara el colapso econmico mundial, poniendo a la vista el agotamiento del sistema capitalista y demandando ms que nunca un cambio civilizatorio a nivel del planeta Tierra.OJO esta raya noUna cosa est clara. Despus de una crisis generalizada, para el capital productivo ya no hay mayor fututo en el Norte. La sustitucin cada vez ms acelerada de la tecnologa ha elevado los costos de innovacin a tales niveles que

  • no puede ser compensado por la reduccin en el costo de mano de obra al introducir esa tecnologa.Pero este cambio no se dar sin una crisis poltica y de hegemona profunda que muy seguramente implicar incluso conflictos internacionales. La democracia de Occidente est en peligro porque, como hemos visto en otros momentos de la historia lejana y reciente, la va autoritaria y la guerra resultan ser la solucin ltima para una "minora de elegidos". De ah que una nueva amenaza de guerra en Oriente Medio se hace cada vez ms concreta al agotarse las modalidades econmicas de dominacin. La amenaza de una ampliacin de la guerra en esa rea tiene ms que ver ms con China y Rusia que con el propio Irn e implicarn una internacionalizacin del conflicto.

    Los tambores de guerra suenan cada vez ms en EEUU. "Estamos llegando a una fase de capitalismo autoritario", afirma Robert Reich, ex asesor del presidente Clinton (Het superkapitalisme, 2007). El 17 de octubre de 2007, Bush, haciendo referencia a Irn, advirti sobre una posible Tercera Guerra Mundial. John McCain, precandidato republicano de Estados Unidos, afirm el pasado 29 de enero, en medio de su campaa electoral, que habr ms guerras. A mediados de enero de 2008 primero Estados Unidos y pocos das despus Rusia, anunciaron la posibilidad del uso preventivo de un ataque nuclear. El 4 de febrero, la Casa Blanca le pidi al Congreso que apruebe un presupuesto para el Departamento de Defensa por un monto de 515 miles de millones de dlares, lo cual significara, tomando en cuenta la inflacin, el presupuesto ms elevado desde la Segunda Guerra Mundial. Las fuerzas marinas y de aviacin rusas estn en el Mediterraneo y en el Ocano Atlntico. La reunin de la OTAN en abril de 2008 en analiza al tema de un posible ataque nuclear preventivo contra Irn. El Vicepresidente de EEUU visita a sus aliados en Medio Oriente en marzo. En abril los vientos soplarn otra vez hacia el oriente y el escenario de un ataque a Irn se torna una posibilidad cada vez ms concreta.

    Hay un pero en todo este escenario. Estados Unidos carece de la economa necesaria para una guerra de escala mundial. Para su realizacin, dependera de enormes crditos del exterior, e irnicamente de sus propios enemigos. En semejante coyuntura, puede darse la decisin internacional de dejar de prestarle a Estados Unidos, lo que significara en la prctica la cada libre del dlar. Este gobierno as como el prximo tendr que afrontar la cruda realidad que no habr dinero para la prxima guerra ni quien quiere prestar dinero con un dlar cada vez ms depreciado (Vease, Nicholas von Hoffman, Economic Chaos, political consecuentes en www.deepjournal.com). La guerra pensada por los halcones ha de ser corta e impactante para atemorizar al mundo entero y as salvar al imperio. La concrecin de un ataque nuclear preventivo no se puede descartar pero corre el riesgo de internacionalizarse. Rusia y China no quedarn pasivas. Irn golpear el estrecho de Hormutz y el mundo entero queda con escasea grave de petrleo. La recesin mundial ser instantnea. Irn asimismo golpear a Bagdad e Israel; Venezuela enviar su petrleo a China y ya no a EEUU. Es de esperar que ante el creciente caos

  • financiero y la prdida de hegemona de EEUU aparezca un Gorbachov estado-unidense para encaminar sin conflagracin mundial unja Perestroika en Occidente que ya sealamos en 1994 como una necesidad previsible cuando se celebraba El Fin de la Historia, al desintegrarse la Unin Sovitica. La opcin opuesta de una conflagracin atmica internacional no se puede descartar, pero una ampliacin tal de la guerra conducira a la autodestruccin del imperio, no slo en trminos militares sino tambin en el plano econmico, poltico y cultural. Lo anterior no hace imposible la guerra pero la hace menos probable. En todo caso de antemano se sabe que nadie se salvar. El principal perdedor serr Occidente en general y Estados Unidos en particular. Ante la amenaza concreta de tal barbarie una nueva civilizacin ser demandada mundialmente.

    1 Richard Cook, 7 de julio de 2007, The crashing US economy held hostage, en www.globalresearch.com.2 Beinstein, Jorge, La profeca de Alan Greenspan: Estados Unidos: la irresistible llegada de la recesin. Editorial Pas, 2007.3 AEST, julio de 2007, US sales in biggest fall since August 05 y Big 3 see share of US market fall below 50% for the first time, julio de 2007, en www.msnbc.msn.com.4 Cansados de las presiones de Estados Unidos para que revalen el yuan, y frente a la posibilidad de que el Congreso estadounidense adopte una ley para sancionar a China comercialmente si no lo hace, el Partido Comunista de Beijing ya amenaz con recurrir a lo que llaman la opcin nuclear: venta masiva de casi un milln de millones de dlares en bonos del Tesoro estadounidense que posee el Banco Central Chino.5 bid.6 Ellen, Hodgson Brown, Spiralling US federal debt triggers decile of dollar: a non inflationary solution of the federal debt crisis, Editorial Pas, 11 de julio de 2007.7 Alterinfos Amrica Latina Balance preliminar de las economas de Amrica Latina y el Caribe, 2006.8 Ugarteche, Oscar. La deuda y la arquitectura financiera internacional en el nuevo siglo; ALAI, Ecuador, julio 2007, pp. 1-59 Global Europe Anticipation Bulletin 10, diciembre de 2006, Finantial Crisis: systemic crisis in 2007.10 Adrian Salbuchi, Death and resurrection of the US dollar, en www.globalresearch.ca.11 Finantial crisis: systemic crisis in 2007, another bubble close to bursting, en Global Europe Anticipation Bulletin N 10, diciembre 2006.12 The Economist, 16 de setiembre de 2006, pas, pag. 13 Forecast 2007, Editorial Pas.14 Paul Joseph Watson, 7 de julio de 2007, Sanatorum suggest new terror attacks will change view of war, en www.prisonplanet.com.

  • CAPITULO II

    Crisis sistmica y depresin mundial

    La crisis como oportunidad

    La mundializacin de la crisis La crisis estructural del neoliberalismo se manifest de manera implacable cuando se derrumb el mercado inmobiliario en Estados Unidos. La crisis hipotecaria, sin embargo, no es exclusividad norteamericana. La deuda hipotecaria conjunta de EEUU y la Unin Europea alcanz en 2007 la suma de 20 billones de dlares, es decir, ms del 40% del Producto Mundial Bruto. El detonante de la crisis se dio en EEUU. En total se estima que los bancos norteamericanos han otorgado durante los ltimos aos al menos un 30% de sus hipotecas como subprime. Su total se estima en 3,5 billones de dlares. En EEUU, las hipotecas de dudosa calidad fueran fraccionadas y reempacadas con otros valores burstiles y as vendidos como nuevo producto financiero. De esta forma estaban asegurados. Estos nuevos productos financieros fueron revendidos como productos seguros en los mercados financieros (con calificacin AAA). Bancos en el mundo entero han comprado estos productos chatarra como muy seguros. Cuando los bancos se percataron de que ms del 30 por ciento de los prstamos estaban subprime', con morosidades crecientes, tambin las propias instituciones financieras entraron en crisis. En esta forma, la crisis bancaria se globaliza ya que estalla y pueda estallar en cualquier parte del orbe. La crisis fue tal que afect incluso a los bancos ms grandes del mundo. .Ante la creciente morosidad, el miedo cundi. La reaccin bancaria lleg de inmediato: millones de personas fueron desalojadas de sus casas. Estas se rematan al mejor postor en un mercado donde ya nadie est con ansiedad de comprar. El tiempo medio para vender casas aument sin cesar y con ello su precios iban de pique. Los remates no proporcionaban ni lejos el valor de las hipotecas, primero debido a la cada de los precios de la vivienda y segundo por los altos costos procesales. Muchos bancos entraron en problemas de liquidez. La desconfianza era tal que la banca ni se prestaba entre s. Para evitar que los bancos y el sistema financiero internacional colapsaran, los bancos centrales de las principales potencias, como prestamistas de ltima instancia, han inyectado, desde agosto de 2007, miles y miles de millones de dlares al sistema financiero.

  • A la vez, la Reserva Federal baj nuevamente las tasas de inters y se dieron millonarias facilidades fiscales para ayudar sobre todo a los capitales ms grandes en riesgo. Cuando el gran capital se pone en riesgo, el libre juego de mercado termina. La intervencin del Estado comienza ah donde los grandes jugadores del sistema mundial comienzan a perder.

    A partir de la crisis hipotecaria, se pasa as a una crisis bancaria. Citigroup, el mayor banco de Estados Unidos, reporta en la coyuntura prdidas por unos 10 mil millones de dlares en el sector hipotecario. Merril Lynch, gran banco de inversiones, reporta una prdida de casi ocho mil millones de dlares. El Banco de Amrica, a su vez, informa que prcticamente todas sus ganancias se esfumaron en el cuarto trimestre de 2007. La crisis inmobiliaria en EEUU tambin afect a los bancos europeos, como Northern Rock en el Reino Unido, Swiss Re y UBS en Suiza, la Socit Gnrale en Francia, etctera. Tambin en China impact la crisis. El tercer banco ms grande tuve que asumir en enero de 2008 una prdida de 8 mil millones de dlares. Todos han tenido prdidas colosales por sus tenencias de hipotecas subprime de EEUU. La crisis hipotecaria no ha terminado, ms bien se prevn para 2008 y 2009 otras cuantiosas depreciaciones suplementarias.

    Para limitar la brutal cada y hasta la bancarrota, varios bancos grandes han tenido que aceptar capitales provenientes de fondos soberanos controlados por potencias del Sur (China, Corea del Sur, Singapur, Taiwan) y petromonarquas rabes (Ramonet Ignacio, Le Monde Diplomatique febrero de 2008). De esta forma fondos estatales de naciones forneas adquieren ttulos de propiedad de las empresas norteamericanas. Hasta el ao 2007, EEUU tena la poltica de frenar toda poltica de adquisicin de patrimonio norteamericano, evitando a la vez la entrada masiva de dlares chatarra. La crisis, sin embargo, ha obligado a cambiar su poltica y aceptar sus propios dlares chatarra ante un eventual colapso inmediato del sistema financiero. Singapur, Kuwait y Corea del Sur inyectaron a mediados de enero de 2008 un total de 21 mil millones de dlares para salvar al Citigroup y Merrill Lynch. En total, los pases del Sur han inyectado ms de 69 mil millones de dlares para salvar los bancos del Norte (The Economist, 19 de enero

  • de 2008:11).

    Sin embargo, las maniobras de rescate, en vez de atacar la causa del problema, actan como aceite sobre un incendio. Si la Reserva federal y los bancos centrales del mundo tratan de revertir la recesin reanimando el mercado al bajar las tasas de inters, alentarn la inflacin al ampliar an ms el crdito de nuevo. Las bajas tasas de inters provocan la inflacin y la cada del dlar. Si en cambio buscan frenar la inflacin al alzar las tasas de inters, profundizan la recesin de inmediato al acentuarse la crisis subprime. En otras palabras EEUU se encuentra en un callejn sin salida.

    Si la Reserva Federal aumentase las tasas de inters a fin de evitar efectivamente la inflacin, tendra que alzar la tasa de inters al 20%. Lo anterior no significara solamente un golpe para el pblico americano en general, sino tambin afectara los intereses del sector financiero. Como consecuencia, la Reserva Federal est apuntando a una cada controlada del dlar con una inflacin regulada, lo que permitira a la elite financiera reposicionarse en el mercado. Las instituciones financieras medianas y pequeas, sin embargo, sufrirn las consecuencias. La concentracin de capital financiero en cada vez menos manos es la consecuencia. La inflacin, mientras tanto, afecta a los pobres y a la clase media mucho ms que a la elite financiera. De hecho la economa de EEUU ya est en recesin desde el ao 2006, pero si la Reserva Federal reconociera esto, el dlar colapsara y millones de manifestantes estaran en Washington pidiendo cabezas. Ante la prolongada calamidad financiera los medios dominantes comunican que nos encontramos en una recesin, cuando en realidad ya estamos en una depresin con inflacin, algo no visto antes en la historia del capitalismo (Lee Rogers, How low can the dollar go, Zero value, marzo de 2008).

    El camino, que actualmente se recorre, bajando las tasas de inters e inyectando grandes sumas de dinero para la elite financiera, no significa ms que posponer temporalmente el colapso del dlar, que puede llegar incluso a cero. Una nueva moneda interna que no funcione como moneda de reserva ser la respuesta prxima. Sera una especie de corralito a escala mundial, es decir, una megaestafa. Es imposible saber cuntos cientos de miles de millones de euros y dlares han puesto y pondrn todava las autoridades monetarias al servicio de las elites financieras del mundo. Christopher Laird (Gold says that Central Banks stop world deleveraging en www.prudentsSquirral.com), estima que los bancos centrales de Europa y EEUU han invertido $2,5 billones de dlares para salvar el sistema financiero internacional. En todo caso, ha sido tanto dinero que ya es imposible que puedan disimular lo que significa liberalismo: intervencin para proteger a los ms fuertes, y desregulacin para eliminar a los dbiles (Juan Torres Lpez, "Los liberales se ponen en marcha: intervencin masiva en los mercados", Rebelin, enero 26 de 2008).

    Mientras la Reserva Federal procura suavizar el aterrizaje, hay otra bomba de tiempo que tendr el efecto de una bomba de neutrones que en cualquier momento puede estallar en el centro financiero de Manhattan. Hay una burbuja de

  • derivados que ha subido entre 2002 y 2007 de 10 a 52 billones de dlares segn informa el Banco de los Bancos (BIS) en Basilia, Suiza. Esto quiere decir una burbuja cinco veces el valor del mercado burstil a nivel mundial y equivalente al Producto Mundial Bruto. Derivados son contratos privados entre empresas y/o instituciones fuera de las regulaciones bancarias. Constituyen una especie de creacin de dinero fuera de todo control de los bancos. La crisis hipotecaria y financiera en EEUU puede ser el detonante de esta bomba de neutrones que explotar en cualquier momento en Manhattan. Con ello presenciaremos el colapso de todo el sistema financiero a nivel mundial (Paul Farell, Derivates the new ticking bomp, www.deepjournal.com)

    La mundializacin de una recesin

    La crisis inmobiliaria no slo signific una reduccin en la actividad constructiva, sino adems redujo las posibilidades de crdito para la poblacin en general. Al reducirse el crdito se multiplica la incapacidad de pago. Debido a la cada vez ms grave crisis inmobiliaria, as como a la desaceleracin del empleo, el crecimiento de las rentas totales reales de los hogares se estanca. Entre 2005 y 2006, el boom hipotecario haba aumentado la capacidad adquisitiva en EEUU a una tasa anual aproximada del 4,4 por ciento. Como resultado, el consumo, representaba el 72% del PIB en Estados Unidos a principios de 2007, contra solo un 67% en el ao 2000 (Juan Francisco Martn Seco, "Davos se retracta", Rebelin, febrero 3 de 2008). En la segunda mitad de 2007 la capacidad adquisitiva dej de crecer. A partir del verano de 2007, cuando estall la crisis financiera, la expansin del consumo haba dado sus ltimos pasos. La contraccin en el consumo se manifiesta en 2008. Con ello ya no haba como ocultar la recesin. La crisis inmobiliaria hizo bajar la confianza del consumidor. Ante el miedo, la gente, en vez de gastar a crdito, comienza a cuidar y atesorar su dinero. As, disminuye el consumo y, por lgica, tambin las ventas. Ante la inseguridad, los consumidores se ponen an ms nerviosos y retienen el dinero. Con ello disminuyen an ms las ventas, afectando las ganancias de las empresas transnacionales no solo norteamericanas sino las del mundo entero. Con la baja -a menudo brusca- de las ganancias, el mercado burstil en el mundo entero entra en crisis. Los ingresos de las empresas, y con ello sus ganancias, se van a pique. En una economa globalizada, los mercados estn enganchados. Por ello, con una crisis las ganancias transnacionales del mundo entero se ven afectadas. El mercado burstil entra en crisis en todo el mundo, como un juego de domino. Las bolsas de valores en el mundo estaban, a tres semanas de 2008, a ms del 20 por ciento de sus mximos histricos de octubre de 2007 (The Economist, enero 26 de 2008:11). El Nikkei de Japn cay incluso 40% entre julio de 2007 y fines de enero de 2008. A pesar de la crisis de confianza de pago, Estados Unidos persistirn en los prximos aos con la solicitud de nuevos crditos para cubrir su dficit fiscal y en

  • la balanza comercial. Ocupan una suma prestada equivalente a un trilln de dlares al ao. Con semejante deuda acumulada, la desconfianza en el billete verde solo puede crecer. Esta crisis de confianza marcar, en trminos de Ramonet (febrero de 2008), el fin de 60 aos de supremaca del dlar y de una economa basada en el consumo estadounidense. Su salida se halla en la capacidad eventual de las economas asiticas de relevar al motor norte-americano. El futuro de la economa mundial en general y la de EEUU en particular est en manos del Sur. La crisis del dlar es una crisis de hegemona de EEUU y constituye una oportunidad para el Sur. Este futuro depender del grado de desenganche actual de las economas del Sur.

    Ante esta perspectiva, aflora una pregunta: Se afectaran China y la India a partir de una fuerte recesin en Occidente, o ms bien, se encuentran suficientemente desenganchados estos pases para retomar el papel hegemnico de Occidente? Para dar una respuesta, hay que mirar algunos indicadores. Para el ao 2002, las exportaciones asiticas representaban el 44 por ciento de su PIB, y en 2005 ya eran el 55. Aunque el comercio intra-asitico ha crecido de manera ostensible, el 60 por ciento de sus exportaciones se dirige al mercado de los Estados Unidos, la UE y Japn (Amylkar D. Acosta Medina, "China will crash and burn along with the rest of us", en Rebelin, enero 24 de 2008). Con este grado de dependencia de las exportaciones a Occidente', ser difcil que las economas asiticas salgan ilesas de esta debacle. Otro tanto vale para Mxico cuyas exportaciones a EEUU representan el 25% del PIB. La vulnerabilidad de las economas centroamericanas que giran en la rbita de los Estados Unidos, toman una posicin intermedia entre Mxico y las naciones suramericanas, menos dependientes del mercado estadounidense.

  • Es cierto que la actual crisis internacional obligar en primer lugar a China, pero a los pases del Sur en general a una poltica de desenganche. Lo anterior implicara la necesidad y oportunidad de un no rotundo a las polticas neoliberales en general y los tratados de libre comercio en particular. Con la crisis internacional habr un bajn en las inversiones extranjeras y en el comercio mundial. Con una poltica de desenganche, los pases del Sur tendrn ms posibilidades de reponerse de la crisis, podrn reorientar las inversiones al sector productivo para el mercado interno y ya no ms en funcin exclusiva de las exportaciones, podrn hacer uso de su poltica monetaria y fiscal en beneficio propio.

    Crisis para quienes?La actual crisis financiera internacional expresada por la cada del mercado inmobiliario en Estados Unidos, es de tal gravedad que respetados especialistas nada sospechosos de anticapitalismo, como Jacques Attali, predicen que conduce a un crac, a una crisis igual o peor que la de 1929. Alan Greenspan, el ex presidente de la reserva federal de EEUU afirma que es la peor recesin desde la Segunda Guerra Mundial (www.deepjournal.com 17 de marzo de 2008). Los ms cautos coinciden incluso, en que la actual crisis se har sentir muy duramente, transfirindose del sector financiero a la economa real (Ignacio Rammonet, Crack 2008?; Le Monde Diplomatique febrero de 2008). Las declaraciones en las propias cpulas del poder tampoco dan campo a la duda. Fines de enero de 2008, en el Foro Econmico Mundial de Davos (un pueblo en los Alpes de Suiza,

  • donde se renen los ms poderosos del mundo), George Soros, un temido especulador internacional, asegur que nos encontramos al final de la Era del Dlar, precisando incluso que una ruptura sistmica pudiera estar cerca (Sean O'Grady, "Soros warns systemic failure' may be upon us", enero 24 de 2008 (tomado de www.deepjournal.com).

    Las cifras lo confirman: slo en las tres primeras semanas de 2008, el mercado burstil perdi ms de cinco billones de dlares en el mundo, cifra equivalente al 40 por ciento del PIB de Estados Unidos. Desde entonces la tendencia burstil ha tendido a la baja en el mundo entero. La economa neoliberal est creando el mayor desequilibrio de todos los tiempos, de alcance universal. Estas cifras y la idea de una crisis asustan e incluso espantarn mucho y tambin a muchos, ya que los medios de comunicacin dominantes lo presentan como una amenaza terrible. La amenaza esta vez es para los ms poderosos del mundo. Ante los ojos de los sectores alternativos deben asumirse como una oportunidad para el cambio. La inseguridad financiera internacional crecer hasta generalizarse, y con ello el cuestionamiento al neoliberalismo ser cada vez ms abierto y masivo, hasta hacerse global. Frente a una crisis de esta envergadura no corresponde remendar el sistema. Ante el caos que provocaron los poderosos del mundo cabe reivindicar una conversin o transicin hacia otra economa.

    La crisis internacional genera la oportunidad e incluso la necesidad de una desconexin. Hasta la revista conservadora The Economist del 6 de marzo de 2008 seala la posibilidad y hasta la conveniencia de una poltica de desenganche de la economa norteamericana. Tendrn la oportunidad de volcarse ms hacia adentro en beneficio de un desarrollo autocentrado y buscar mercados alternativos ms a su conveniencia. Tendrn la oportunidad de hacer uso independiente de la poltica monetaria y fiscal para amortiguar sus economas. La crisis en otras palabras brindar la oportunidad y necesidad de las economas latinoamericanas de liberarse de los amarres neoliberales en beneficio exclusivo del capital forneo y brinde una oportunidad histrica de (re)conectarse con las mayoras a partir de una economa autocentrada siempre que est en beneficio del bienestar de las mayoras. La crisis, en otras palabras, es una amenaza sobre todo para los ms poderosos, pero de manera contradictoria brinda una oportunidad a la vez para las mayoras.

    La depresin global La amenaza de una recesin en Occidente y sobre todo en Estados Unidos, se da al tiempo de un repunte econmico en los pases emergentes. Ello pone de manifiesto que la vitalidad de la economa productiva se est trasladando hacia el Sur, en tanto que el estancamiento y el agotamiento de la economa neoliberal e improductiva se revelan ms y ms en el Norte. En el ao 2007, la produccin industrial en China creci al 18.9%, la de la India al 10.7%, la de Corea del Sur y de Tailandia a ms de 10%. Tambin en Amrica Latina hay mayor empuje que en Occidente. Durante el ao 2007, la produccin industrial en Venezuela creci al 14.1% y la de Brasil y Colombia al 7%. Esas cifras de produccin no se observa ni lejos en Occidente donde impera el reparto del pastel con una economa

  • especulativa. En el ao 2007, la produccin industrial en EEUU crece a menos del 2%, en Japn a menos del 1% y en la UE, como excepcin a un 4.3%. En el mismo ao 2007, la inflacin en EEUU superaba, con una cifra de 2.6%, al crecimiento del PIB, que apenas alcanzaba el 2.0%.

    En la Unin Europea, la inflacin se equiparaba al crecimiento del PIB con un 2.1%. (The Economist 3 de Noviembre de 2007:113). Segn Goldman Sacs, la economa de Japn entr de nuevo en recesin a principios de 2008 y afirman que de hecho que ese pas nunca se recuper de la crisis de 1990 (Casimir Petrov, Expect Japanese hardlanding for 2008 en www.financialsense.com ). Lo anterior revela que Occidente ya se encontraba en recesin cuando estall la crisis inmobiliaria. La crisis inmobiliaria sin duda ahondar la recesin, pero no es la causa estructural de ella. Los gobernantes en los pases ricos hacen de todo para ocultar el desastre que causaron los ms ricos del mundo. Si las cifras oficiales ya revelan una recesin calza ahondar algo ms en el tema. A lo anterior hay que sumar que las cifras definitivas de crecimiento del PIB de un ao siempre resultan ms bajas que las estimadas durante ese ao. La tasa de inflacin en cambio suele resultar ms elevada ya que lo subestiman como regla durante el ao en curso. La situacin real muestra, en otras palabras, una recesin clara en Occidente. La preocupacin real de los poderosos es la depresin, es decir una recesin durante varios aos.

    Segn datos divulgados peridicamente EEUU figura como el pas ms competitivo del mundo. Contradictoriamente es a la vez el pas ms endeudado del mundo. Hace aos la el consumo norteamericano supera con creces la produccin interna del pas. Estados Unidos se ha transformado con el tiempo en importador neto de productos industriales y vive desde hace tiempos, a crdito, de la renta productiva del Sur. En el Foro Econmico Mundial en Davos de enero de 2008, Cheng Siwei, vicepresidente del Comit Central del Partido Comunista de la Repblica Popular China, puso en cierta forma el dedo en la llaga al afirmar: "Los asiticos ahorramos hoy para gastar maana, pero los americanos gastan hoy lo de maana". La realidad es que Estados Unidos como pas consume a crdito, financiado por el resto de los pases. La deuda pblica y privada juntas de EEUU superaba a principios de 2008 los 50 billones de dlares y algunos autores lo estiman incluso en ms de 60 billones de dlares (Middelkoop Willem, 2007 Als de dollar valt, msterdam).

  • El total de la actual deuda norteamericana supera la deuda de todos los pases del mundo juntos. En 2008 EEUU debe slo a China ya la suma de 1,6 billones de dlares, a los pases petroleros rabes otro 1.5 billones, a Japn ms de un billn de dlares y a Rusia ms de medio billn. La primera potencia del mundo debe, en otras palabras, bsicamente a sus principales contrincantes econmicos y polticos. Esta situacin complica su posicin hegemnica seriamente. La pregunta es si EEUU van a pagar esa deuda. En realidad, tratase de crditos que, en la ms optimista de las proyecciones, sern pagados. Es lgico que los acreedores pierden la confianza en la capacidad y/o voluntad de pago de este gran deudor. Una vez que los acreedores pierdan la confianza y exijan el pago inmediato de sus acreencias, propiciarn una catstrofe: la cada libre del billete verde. Quien cambia primero sus pagars en forma de bonos del Tesoro en otra moneda que el billete verde y lo hace en grande se salvar.

    El resultado ser una cada libre del billete verde. Los que siguen a cambiar bonos despus se vern enfrentados a fuertes prdidas. En este salvase quien pueda, casi nadie se salvar en otras palabras. Por este mismo motivo, los bancos centrales del mundo no han dejado caer el dlar hasta el momento y ms bien han hecho lo imposible para evitar la cada libre del dlar. Desde que estall la crisis inmobiliaria en agosto de 2007, los bancos centrales norteamericano, europeo, britnico, suizo y japons han inyectado a la economa centenares de miles de millones de dlares, sin conseguir restablecer la confianza. Las fuerzas especulativas en el mundo, sin embargo, son ms fuertes que la intervencin bancariay el dlar sigue debilitndose. En 2002 se pagaba $.78 para obtener un Euro, en marzo de 2008 ya se pagaba $1,56, es decir, el doble. La intervencin del Banco Central de Europa ha sido fuerte para evitar que el Euro se apreciara tanto. Con ello se propag el refugio de los especuladores en el oro. En 2002 se pagaba $275 por onza, en marzo de 2008 ya se pagaba $1000 la onza, es decir

  • el cudruple. No se sabe donde terminar la cada del dlar, pero su cada libre est lejos de haberse terminado.

    El dlar ha tenido y an tiene las funciones de reserva internacional de la mayora de las monedas. Esa moneda cumple asimismo la funcin de medio internacional de pago. Su cada libre significara el fin del patrn dlar. Ninguna moneda estara segura y el comercio internacional se vera seriamente afectado. Ante la creciente desconfianza en el sistema financiero internacional, el oro vuelve a su papel de valor de refugio. No es casual que el la cotizacin del oro aument en un 50% en el perodo de mediados de agosto de 2007 a principios de marzo de 2008. En aos pasados, los bancos centrales de Occidente han puesto en venta sus reservas en oro para evitar que alzara el precio de este metal, ya que cada alza en el precio del oro implicara mayor desconfianza en el dlar. No es fcil conseguir oro fsico. En el mercado se ofrecen certificados de oro en vez de traspasar lingotes. Con los certificados se puede (re)vender oro en papel, sin poseerlo nunca en trminos fsicos. Para manipular el precio del oro hacia abajo, se ofreci ms oro de lo que fsicamente exista. Sin embargo, ltimamente los bancos centrales de Rusia, Argentina y frica del Sur ms bien compran oro y otros seguirn. De esta forma la demanda supera la oferta. Como resultado, el oro aceler su tendencia alcista (Vea grfico).

    La crisis como oportunidad.

  • La crisis inmobiliaria no es un fenmeno exclusivo para EEUU. Durante el ao 2008, la crisis inmobiliaria, puede explotar en cualquier parte del mundo. A principios del ao 2005, la deuda hipotecaria de los hogares en EEUU alcanzaba un 90% del PIB contra un 50% en Europa (The Economist, 11 de diciembre de 2004:12 y71). Aunque la deuda hipotecaria en EEUU era mucho ms grande que ms all de sus fronteras, los precios de las viviendas en el resto del mundo, por diversos motivos, subieron mucho ms que en esa nacin. Entre 1997 y 2007, el ndice de precios de las viviendas en EEUU subi en 104% (o sea, se duplicaron) y la de las viviendas en la costa incluso en 156%. Allende los EEUU, ese ndice es mucho ms elevado. El ndice de precios en Sudfrica subi ms que en ninguna otra nacin del mundo alcanzando una cifra record de 395%, o sea, se quintuplic el precio de los inmobiliarios. Irlanda ocupa un segundo lugar con un ndice de 227%. Espaa y Gran Bretaa comparten la medalla de bronce, al mostrar ndices alrededor del 200% (una triplicacin del precio). Australia marca 168%, Francia, Blgica y Suecia cada uno 150%, Nueva Zelanda y Dinamarca 125%, ndices todos superiores al alza media norteamericana. (The Economist 28 de febrero de 2008). Si a ello agregamos pases como China y Rusia donde los precios de los inmuebles en los ltimos aos han subido a tasas de dos dgitos y que durante el ao 2007 el ndice burstil en China subi simultneamente en un 144% (frente a una leva negativa de -1,4% a nivel mundial), tendramos que casi las dos terceras partes de la economa mundial (medida por su participacin relativa en el PIB) se encuentra ante una crisis inmobiliaria sumada a una profunda crisis en marcha en la bolsa de valores de China.

    Las consecuencias para las empresas inmobiliarias europeas se vislumbran ya catastrficas. En Irlanda los precios de las viviendas ya cayeron en ms de 23% entre enero de 2007 y enero de 2008 y en Espaa incluso en un 30% entre agosto y octubre de ese ao. En Espaa hubo un frenazo debido al aumento de los tipos de inters. A la crisis financiera se le ha sumado la completa depreciacin de los activos de las inmobiliarias, que consisten bsicamente en terrenos. No pueden emplear esas propiedades como garanta frente a los bancos, ya que por ley se ha reducido su precio drsticamente. La situacin es tan grave que se estima que un 60% del total de estas empresas, unas 60.000, quebrarn. En otras palabras, la

  • crisis inmobiliaria ya est en las puertas de Europa aunque los medios oficiales lo quieren opacar. Pronto se expandir la crisis inmobiliaria, como una mancha de aceite, a toda la Unin Europea y ms all de sus fronteras.

    Qu pasar con la economa mundial cuando la burbuja inmobiliaria llegue a cubrir ms de la mitad de la economa mundial? Japn ofrece un cuadro ilustrativo de lo que puede suceder a nivel mundial una vez que se generalice la ola especulativa en materia de bienes y races. Durante la ola especulativa de siete aos, que antecedi a la recesin japonesa que estall en 1991, las propiedades japonesas subieron en un 36%. Los precios de propiedades japonesas han cado desde 1991 durante 13 aos consecutivos en un total acumulado de 35%, marcados por perodos de recesin crnicas. Durante la ola especulativa de fines del siglo pasado hasta el ao 2006, vimos que en EEUU, la Unin Europea, Australia, frica del Sur, etc., los precios de las propiedades subieron en ms de 100%, o sea, mucho ms que en Japn. Una cada promedio de 50% de los precios en el mercado inmobiliario mundial parece, en otras palabras, una estimacin conservadora. Al generalizarse la crisis inmobiliaria nos esperar, en otras palabras, una depresin econmica a escala planetaria por largos aos. Un crecimiento negativo por largos aos, implica tasas reales de inters negativas. Con una tasa general de inters negativa para largos aos implica la oportunidad de un cambio civilizatorio.

    La crisis como cambio civilizatorio

    En trminos de Polanyi (La Gran Transicin), a partir de la depresin de los aos treinta y una guerra de alcance mundial en los cuarenta del siglo pasado naci la conciencia de que la economa ha de enmarcarse en un complejo de otras relaciones sociales, que se basan en principios de solidaridad, democracia, justicia social y podemos agregar hoy en da, con sostenibilidad ecolgica. Cada crisis es una oportunidad, y uno u otro la explotarn. La cuestin es la siguiente: Ser esta confusin un pretexto suficiente para que el capital llegue a las ltimas consecuencias y pretenda salvarse mediante la internacionalizacin de la guerra? O bien, ser este ltimo fracaso de los mercados no reglamentados el catalizador necesario para poder reivindicar en el mundo entero y con toda la movilizacin que implique, otra civilizacin?

    La humanidad no solamente se halla ante una crisis sistmica. La crisis sistmica genera tal inseguridad en la escala global y deslegitima a tal grado a los poderosos y los gobernantes en el mundo que las fuerzas sociales movilizadas encuentran una oportunidad para buscar una alternativa de fondo. Las presiones sociales recibirn el viento en popa. As sucedi en tiempos de la crisis internacional de los aos treinta, cuando la catstrofe se vea por todo lado. Los poderosos solo suelen tener un remedio: la fuerza bruta a menudo traducido en conflagraciones internacionales. En medio de ese caos, histricamente, la lucha social ha logrado en unos u otros lugares del mundo un cambio sistmico. Tambin se han dado planteamientos tericos profundos para buscar salidas a la crisis. Intelectuales como John Maynor Keynes surgieron en medio de la crisis. En

  • aquel momento no se lleg a una solucin a fondo, pero hubo una oportunidad histrica para acabar con la racionalidad econmica vigente. La propuesta de la economa de dmurrage' que estuvo en aquel momento en tapete hubiera acabado con la lgica de acumulacin. Con la actual crisis, de nuevo aparece el debate en torno a la economa de dmurrage. En otras palabras, se nos presenta una oportunidad histrica para cambiar la propia racionalidad econmica existente. Las probabilidades que se tenga ms xito en esa direccin son ms grandes conforme ms global sea el carcter de la crisis.

    En qu consiste la economa de dmurrage? Con la introduccin de una tasa de inters mundial cero es posible concebir una tasa de crecimiento cero y vice versa. Sin crecimiento econmico, no hay margen para intereses pos