Organismos Multilaterales- · MERCOSUR (Mercado Común del Sur): acuerdo comercial entre la...

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a) Síntesis de Organismos Multilaterales b) Artículos de OPINIÓN: 1- No descuidar la defensa, Raúl Dellatorre (14.01.12). 2- Resistencia, Alfredo Zaiat, (17.06.12) 3-El nuevo Golpismo en América, Iñigo Errejón y Afredo Serrano (26.06.12). 29 de junio, 2012 1

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a) Síntesis de Organismos Multilaterales

b) Artículos de OPINIÓN:

1- No descuidar la defensa, Raúl Dellatorre (14.01.12).2- Resistencia, Alfredo Zaiat, (17.06.12)3-El nuevo Golpismo en América, Iñigo Errejón y Afredo Serrano (26.06.12).

29 de junio, 2012

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-Organismos Multilaterales- junio de 2012.

Desde hace algunos años, en los medios de comunicación comenzó a hacerse mención la definición de organismos multilaterales. Son ámbitos de participación supranacional (por encima del estado del propio país) que se dan los Estados independientes para coordinar acciones conjuntas con otros Estados, para articular acciones en torno a algunos temas específicos, como por ejemplo: economía, geopolítica, o de articulación de esquemas de producción tecnológica o industrial.

De acuerdo a la composición de sus miembros, la coyuntura que hizo posible su creación y naturaleza de las alianzas, pueden ser instrumentos para que los países mas poderosospuedan utilizarlos en su beneficio. Tal fue el caso de la política de volcar las consecuencias de la crisis de 1974/del petroleo, sobre las economías mas débiles mediante endeudamiento forzado. o la alianza de la OTAN en el conflicto por nuestras Islas Malvinas.

Qué son, entonces, los organismos multilaterales y cuáles podemos tomar para ejemplificar y clasificar?A continuación pondremos algunos:

MERCOSUR (Mercado Común del Sur): acuerdo comercial entre la República Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay. 1985.

ALBA-TCP: Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos. Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua y Honduras, Antigua y Barbuda, Dominica y San Vicente, Las Granadinas y Ecuador. 2007

UNASUR: Unión de Naciones Suramericanas. Integrado por (Países del Mercosur) Argentina, Brasil, Uruguay, República Bolivariana de Venezuela, (Países de la CAN) Estado Plurinacional de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú; otros países miembros son Chile, Guyana y Surinam, tiene como objetivos construir una identidad y ciudadanía suramericanas, al igual que desarrollar un espacio regional integrado. 2008

CELAC: Comunidad de Estados Latinoamericanos y El Caribe. 33 miembros de Sudamerica y el Caribe. 2010

Brics: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Conjunto de países cuyas economías en bloque, representan un elevado porcentaje en la economía mundial. Economías emergentes durante las ultimas décadas que lograron imponer su presencia tras la crisis de las economías llamadas desarrolladas.

G77: Es el grupo de países en vías de desarrollo. Se agruparon en torno a este nucleamineto en 1964 para ayudarse mutuamente. En su comienzo eran 77. En la actualidad en el G77 + China, la cantidad de miembros es de 132 países representados.

UNESCO: Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Entre sus objetivos, formula dedicarse a orientar a los pueblos en una gestión

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más eficaz de su propio desarrollo. En la práctica, suele estar en consonancia con las corrientes predominantes de política internacional de los miembros más poderosos de la ONU.

G-20: Países industrializados (G-7), Rusia (G-8), once países industrializados emergentesArabia Saudita, Argentina, Australia (OCDE), Brasil (G-5), China (G-5), Corea del Sur (OCDE), India (G-5), Indonesia, México (G-5 y OCDE), Sudáfrica (G-5), Turquía (OCDE) yel vigésimo miembro es la Unión Europea (G-20).

ONU: Organización de Naciones Unidas.

PNUD: Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo. Entre los objetivos para los que fue creado figuran: contribuir a la mejora en la calidad de vida de las naciones.

Unctad: Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo. Creada en 1964 para asuntos relacionados con el comercio, las inversiones y el desarrollo, es el principal órgano de la Asamblea General de la ONU. Sus objetivos, según su página web oficial son: "maximizar las oportunidades comerciales, de inversión y desarrollo de los países en vías de desarrollo así como la asistencia en sus esfuerzos para integrarse en laeconomía mundial."

Brics: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Conjunto de países cuyas economías en bloque, representan un elevado porcentaje en la economía mundial. Economías emergentes durante las ultimas décadas que lograron imponer su presencia tras la crisis de las economías llamadas desarrolladas.

G5: Es el nombre que recibe el bloque formado por las potencias emergentes. Los paísesmiembros son: México, China, Brasil, India, Sudafricana.

CAN: Comunidad Andina de Naciones. Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú. La Unión Europea aportó a su desintegración, con la firma de tratados de “libre comercio” con Colombia y Perú.

Alianza del Pacífico: Colombia, México, Chile y Perú. EEUU, tiene tratados de Comercio bilaterales con este bloque.

CEPAL: Comisión Económica para América Latina y el Caribe. Organismo dependiente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), responsable de promover el desarrolloeconómico y social de la región. Sus labores se concentran en el campo de la investigación económica.

OCDE: Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. Es una organización de cooperación internacional, compuesta por 34 estados, cuyo objetivo es coordinar sus políticas económicas y sociales.

OEA: Organización de Estados Americanos. Es una organización internacional y regional para todo el continente americano, creada en mayo de 1948, con el objetivo de ser un foro político para el diálogo multilateral, integración y la toma de decisiones de ámbito

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americano. En la práctica se ha verificado la limitación de cumplir con los fundamentos desu creación.

OTAN: Organización del Tratado del Atlántico Norte. Alianza militar y geopolítica, de países desarrollados. Fue creado en el marco de la guerra fría, liderado por EEUU, como oposición de los países occidentales al ex-bloque soviético liderado por la Rusia Comunista.

OMC: Organización Mundial de Comercio. Organismo al que pertenecen los países que participan en el comercio Internacional. En este organismo se establecen pautas comunespara el intercambio de diferentes bienes materiales y financieros, entre los Estados que laintegran.

ALCA: Alianza Libre Comercial de las Américas. Tratado propuesto por los EEUU, durante la presidencia de George W. Bush. Esta propuesta es rechazada en la IV Cumbrede Las Américas en Mar del Plata en Noviembre del año 2005, por los presidentes de Argentina, Kirchner, Brasil, Lula, Venezuela, Chavez y Bolivia, Evo Morales. El tratado tenía similares características que el NAFTA, se precarizaban las condiciones comerciales, laborales y de intercambio de los países de sudamérica respecto a los de losEEUU, entre otras cuestiones. Apertura total de las economías y mercados Suramericanos a la competencia con los monopolios y empresas norteamericanas

NAFTA (TLCAN): Tratado de Libre comercio de América de Norte. Tratado Comercialentre EEUU, Canadá y México. Establecía acuerdos entre los países integrantes que

liberaban controles de intercambio. Estas medidas permitían obtener privilegios, por partede los países más poderosos del acuerdo (en este caso EEUU), en detrimento de los más

débiles. En los hechos el más perjudicado fue México.

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Página 12, 14-01-12.

No descuidar la defensaOPINIÓN, Por Raúl Dellatorre.La negrita fue resaltada por nosotros

En un mundo en el que las potencias dominantes han pegado un brusco viraje hacia la aplicación de políticas neoliberales en sus propios territorios, y siguen queriendo imponerle al resto del mundo esa concepción de gestión económica –contra toda evidencia en contrario de los beneficios que prometen–, construir un modelo alternativo requiere asumir desafíos múltiples. Si los que hacen este intento son, además, países quevienen de sufrir en etapas recientes las peores consecuencias de un modelo de dependencia externa, la renuncia al ejercicio de la soberanía en cuestiones económicas y financieras, el sometimiento a las reglas impuestas por la deuda externa y el predominio del capital financiero especulativo por sobre las inversiones productivas, cada paso que se busque dar puede asimilarse a ganar una guerra.

Cualquiera puede reconocer en esta descripción la situación que vive en estos años Latinoamérica. Y en particular, la Argentina. País que, además, cuenta con el raro privilegio de haberse erigido durante un cuarto de siglo (de 1976 a 2001) en el “mejor alumno” de la escuela friedmaniana de Chicago, con la aplicación irrestricta de las recetasmás crueles surgidas desde los centros de poder financiero.

Desde ese profundo abismo tuvo que empezar a reflotar la Argentina cuando logró sacarse de encima el doble cepo de la convertibilidad y los vencimientos de deuda, en 2002. A partir del año siguiente comenzó a recuperar algunos instrumentos y definió políticas que fueron alejando al país del paradigma neoliberal, pero no logró despejar totalmente los condicionantes impuestos por ese modelo dominante. El contexto internacional y los procesos políticos en similar sentido encarados por otros países de la región ayudaron a consolidar el camino, ir ganando batallas, cosechar resultados, tanto en materia de empleo como de producción. A su vez, las políticas de inclusión hacia el interior del país fueron curando heridas y restableciendo lazos sociales.

El modelo neoliberal, antes erigido en un incuestionable “pensamiento único”, quedó severamente descalificado por la reciente experiencia regional. Pero así como en Latinoamérica el modelo entró en crisis, en los países centrales, tardíamente, comenzarona hacer efecto las contraindicaciones de la misma medicina. El predominio del capital financiero internacional por sobre la inversión productiva, como lógica de acumulación, empezó a hacer erupción en los propios centros de poder.

¿Cómo se puede preparar una nación emergente para preservar un proceso de crecimiento y desarrollo, todavía en su primera etapa, frente a las graves consecuencias previsibles de esta etapa de la crisis mundial? Un contexto internacional amigable se ha tornado en francamente desfavorable. Además, otro dato fundamental para el diagnóstico, antes de intentar una respuesta: el modelo neoliberal aplicado durante 25 años también ha dejado marcas indelebles sobre las condiciones estructurales, que no han podido superarse totalmente en los últimos ocho años. Uno de estos elementos es que los sectores más dinámicos de la economía nacional siguen controlados por poderosos grupos concentrados, con capacidad de operar a escala internacional. Tal cual describe el economista Julio Gambina (titular del Fisyp) en un artículo difundido esta misma semana, “han adquirido la posibilidad de trasladar a la

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periferia segmentos enteros de las cadenas productivas, utilizando al país receptor exclusivamente como plataforma de exportación”. Pocas veces las estrategias de estas empresas coinciden con las necesidades de un modelo de desarrollo con inclusión, y una industrialización con integración nacional, como lo que necesita Argentina.

Otro condicionante estructural que dejó a su paso el modelo neoliberal es el de un Estadodebilitado, desestructurado, mal preparado para desarrollar políticas activas y de regulación, sobre todo cuando el objeto de la regulación es un factor económico poderoso. Si bien de a poco se ha ido reconstruyendo ese Estado, porque hubo vocación en todos estos años para hacerlo, aún falta construir puentes y estructuras más sólidas.

La unificación de facultades en los temas de comercio exterior, que se resolvió mediante la creación de la secretaría del área, tomando a su cargo funciones antes dispersas en Cancillería, Agricultura, Industria y más oficinas públicas, es un paso institucional gigantesco. Un ajuste necesario desde hace rato, pero más ahora, cuando las condiciones del sector externo amenazan con complicarse.

Desde el punto de vista de la política económica, unificar criterios en comercio exterior es una decisión estratégica. No son pocas las malas experiencias de cortocircuitos en misiones al exterior, cuando funcionarios de carrera de Cancillería fijan posiciones que luego no se compadecen con las del área de Industria, que defienden la postura de empresas locales en su disputa con sus colegas de países vecinos. Pasó más de una vezen el Mercosur. O no hace tanto, cuando China amenazó con suspender sus compras de aceite de soja a la Argentina si seguían cuestionando el ingreso de un producto industrial al mercado local. En esa oportunidad, la intención de un sector del Gobierno era recuperar las ventas a China a toda costa, mientras otro sector levantaba la bandera de ladefensa de los puestos de trabajo locales de la amenaza de invasión de productos chinos.Las autoridades de Beijing fueron receptoras de ese doble discurso.

La unificación de criterios en una sola cabeza busca impedir que el país dé esas ventajas en las negociaciones internacionales. Seguramente a más de una empresa le resultaba lucrativo explotar estas contradicciones.

El conflicto entre el Gobierno y la Fiat, a partir del cese de la producción por 48 horas aduciendo falta de acceso a insumos importados, es un llamado de atención. La automotriz italiana responde a esa lógica de empresa global que describe Gambina (citado más arriba), que saca ventajas de trasladar a la Argentina parte de su cadena productiva. Importa partes que producen sus propias filiales en distintos países, para después exportar las unidades terminadas al extranjero. El 80 por ciento de su producciónen la planta de Ferreyra (Córdoba) tiene como destino Brasil, parte del resto que produce también se exporta a terceros países. Entonces, es lógico que sus directivos estén más atentos a las normas en comercio exterior que a los estímulos que brinda el Gobierno al consumo interno. Las regulaciones le preocupan, en la medida en que interceden en el libre circuito “intrafirma” de sus importaciones y exportaciones. Los estímulos a la demanda le vienen bien, pero no son el corazón de su negocio.

Fiat no fue la única que mostró inquietud por las novedades de la nueva gestión de Cristina Fernández. Además de la concentración de normas administrativas en la flamante Secretaría de Comercio Exterior (ventanilla única, como se la refiere en el sectorpúblico), lo que molestó a los operadores y lobbistas de la importación en estos días fue la norma que dictó la AFIP estableciendo la obligación de presentar “una declaración jurada anticipada de importación” por cada compra de bienes para consumo que se realice en el exterior, previo a la emisión de la nota de pedido u orden de compra. Es muy

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clara la intención del gobierno nacional de dotarse de elementos para poder “administrar” el ingreso de productos al país, sin grandes diferencias a cómo operan los países europeos, Estados Unidos y otros en el mundo, que no tienen precisamente sus mercados abiertos con un cartel de “libre acceso” en la puerta, como algunos parecen querer hacernos creer. Son los mismos que, acostumbrados a que en Argentina las cosasfueran distintas desde hace varias décadas, le exigen al gobierno todo tipo de explicaciones sobre semejante “actitud intervencionista” y que explicite los alcances. El gobierno optó por dejar que se manifiesten las reacciones adversas y ser muy escuetos en las aclaraciones, para irritación de los mal acostumbrados.

Tal como está concebida la política en materia de comercio exterior del gobierno, es de suponer que no son los importadores habituales de insumos o materias primas aplicados a procesos productivos el objetivo a controlar. Difícilmente los importadores “habituales”, sobre todo si son unidades productivas, puedan encontrar algún tipo de objeciones a sus DJ anticipadas. En cambio, es más que probable que el Gobierno se esté cubriendo de la posible llegada de containers que intenten ingresar “traders” oportunistas, para colocar enel mercado local prendas de vestir, artículos electrónicos, artefactos y artículos del hogar varios, provenientes de los propios países en crisis del Viejo Mundo o sus habituales proveedores asiáticos. En medio de la caída generalizada del consumo y la producción que se espera en Europa, no van a faltar “excedentes” de todo tipo dispuestos a ser colocados de cualquier modo en el resto del mundo. Qué mejor lugar que un país sudamericano con buen nivel de ingresos y un consumo en crecimiento sostenido en los últimos ocho años para hacer el intento.

Planteado este panorama, ¿hace mal el Gobierno en tomar los recaudos y armar su línea de defensa?

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ResistenciaOPINIÓN, Por Alfredo Zaiat.

El diagnóstico económico convencional se encuentra en aprietos porque la respuesta oficial no es el ajuste ante vientos recesivos. Por el contrario, se aplican medidas contracíclicas para amortiguar la caída y generar las condiciones para retomar el crecimiento. Por ese motivo analistas y economistas de la ortodoxia parecen desesperados deseando y convocando una recesión. Están descolocados y exageran porque lo único que saben proponer son iniciativas contractivas en momentos como el actual de desaceleración de la actividad. Retroceso que reconoce su origen en factores externos por la crisis internacional, en especial por el escaso dinamismo de la economía brasileña, y también por razones internas debido a las restricciones a las importaciones y en el mercado cambiario que inicialmente impactan en forma negativa en el nivel de actividad.

Un rasgo distintivo de los gobiernos de CFK es rechazar las recetas económicas dominantes en las últimas décadas, desplegadas hoy en forma implacable en Europa. Elude las políticas de ajuste presentadas como necesarias por el discurso económico hegemónico, organismos internacionales y líderes políticos de potencias mundiales. La experiencia histórica, como la depresión del ’30 del siglo pasado o la latinoamericana de las décadas del ’80 y ’90, enseñan que medidas de ajuste sólo profundizan la caída de la economía y el deterioro de las condiciones sociales y laborales.

Una cuestión que excede el análisis económico y que corresponde estudiar a otras disciplinas es cómo perduran en el accionar político y en la influencia del sentido común axiomas de resultados desastrosos. La economía convencional ofrece una serie de causalidades, por ejemplo que si en una recesión se recorta el gasto público se recreará un clima de confianza que atraerá inversiones o si se podan derechos laborales las empresas contratarán más trabajadores, que carecen de verificación empírica. Más bien, sucede todo lo contrario a lo postulado y, pese a ello, permanecen como rectores principales del debate y práctica económica.

En relación con el concepto gaseoso de “confianza”, que los gobiernos europeos apelan para instrumentar un impresionante ajuste en sus economías, o empresarios y editorialistas locales mencionan como carencia para referirse a cualquier iniciativa del gobierno de CFK, el Premio Nobel de Economía, Paul Krugman, brinda una interesante definición. En diálogo con Martín Wolf, economista y editorialista del Financial Times, Krugman señala que “la credibilidad suena muy bien, pero la evidencia de que la credibilidad antiinflacionaria es una cosa realmente importante en el mundo real es nula”. El último libro de Krugman End this Depresión Now! critica con dureza la teoría macroeconómica moderna y también la noción de que la confianza de las políticas importa. Krugman apunta que la consistencia de las medidas económicas es el factor relevante más que la apelación a generar “confianza” en los mercados con iniciativas recesivas.

Cuando en 2008 se extendió en la economía mundial la crisis provocada por el estallido de la burbuja de los créditos hipotecarios subprime y la caída de Lehman Brothers, que seexpresó en recesión al año siguiente, la economía argentina enfrentó esa fase negativa

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eligiendo el sendero de expansión fiscal y protección de puestos de trabajo. Descartó las ideas de restringir el gasto público y regresar al financiamiento externo, como proponían economistas del establishment con pronósticos de una fuerte recesión y estancamiento si no se hacía lo que ellos aconsejaban. Una vez más se equivocaron.

Esa experiencia es el principal activo del Gobierno ante el presente contexto de turbulencia económica mundial. Ya probó y sabe qué políticas expansivas son exitosas para enfrentar un ciclo recesivo, además de que sirven de preservación de las bases económicas para luego reiniciar un crecimiento vigoroso. Esta decisión de política económica tiene una trascendencia no del todo valuada. Históricamente lo usual fue ajustar vía aumento de tarifas, impuestos, congelamientos salariales o devaluaciones.

Iniciativas de estatización o de mayor intervención económica en la fase ascendente del ciclo económico pueden estar explicadas por momentos históricos y determinadas circunstancias políticas locales y regionales. No son excepcionales. En cambio sí lo es resistir medidas de ajuste tradicionales en un ambiente económico hostil, local e internacional, dominado por concepciones de la ortodoxia y en un marco de crisis mundial. No sólo es una estrategia política defensiva no aplicar medidas contractivas, sinoque iniciativas expansivas son la respuesta económica adecuada.

En 2009, en un escenario político complicado por el rechazo a la Resolución 125 y derrotaelectoral en las elecciones de medio término y la debacle financiera de Estados Unidos y Europa, las políticas fiscales expansivas amortiguaron la fase recesiva del ciclo económico. La implementación de la Asignación Universal por Hijo y el Programa de Recuperación Productiva (Repro) de protección de empleos, además de los dos primeros aumentos anuales de las jubilaciones, definidos por la ley de movilidad aprobada en octubre de 2008, buscaron mantener el consumo doméstico de los sectores más vulnerables. La economía registró una brusca caída del crecimiento de 6,8 por ciento en 2008 a 0,9 por ciento al año siguiente. Esas medidas expansivas evitaron un retroceso mayor, pero más importante fue que no se destruyeron recursos materiales y humanos permitiendo de ese modo una salida rápida e intensa para reiniciar el crecimiento en 2010

En una situación económica difícil como en 2009, el Gobierno vuelve a eludir recetas recesivas. Con bases expansivas ya operando (AUH, aumentos salariales y de jubilaciones, y obra pública), el aporte adicional proviene de dos decisiones vinculadas a mantener dinamismo en actividades que tienen un importante encadenamiento productivoen la industria. Una fue asumir el control estatal de la petrolera nacional YPF, y la otra fue la reciente presentación del ambicioso plan de créditos para la construcción de viviendas.

YPF en manos del Estado se constituye en una herramienta significativa del componente inversión de la demanda agregada, pues el nuevo directorio de la petrolera decidió que destinará recursos por unos 16 mil millones de pesos en este año para ampliar la producción de hidrocarburos. Fondos que el anterior accionista controlante pretendía distribuir entre los socios sin ningún impacto positivo en la actividad doméstica. Ahora esas inversiones volcadas en el mercado local generarán movimientos positivos en diferentes eslabones de la cadena productiva y de servicios que permitirá mantener e incrementar puestos laborales.

El programa de préstamos destinados a la construcción de nuevas viviendas tiene también un efecto multiplicador en la economía al involucrar a otros sectores productivos y de servicios. La movilización de recursos públicos, con terrenos fiscales y fondos del Tesoro, es una política de intervención activa del Estado contracíclica y con efectos redistributivos frente a la desaceleración económica.

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Ambas iniciativas tienen una concepción diferente a las políticas aplicadas en otros momentos de shocks externos o internos negativos que afectaron el nivel de actividad. Esas medidas integran el paquete de herramientas de una política keynesiana, opuesta a una contractiva recesiva. Esto es precisamente lo que desorienta a economistas y empresarios que resisten en la ortodoxia pese a la evidencia de su fracaso. Por ese motivo equivocan el diagnóstico como también el devenir económico.

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Página 12, 26-06-12.

El nuevo golpismo en América latinaOPINIÓN: Por Iñigo Errejón y Alfredo Serrano *

La destitución del ex presidente Fernando Lugo en Paraguay ya es un hecho. En los últimos años fueron varios los intentos infructuosos de juicio político para sacar al presidente electo. La Constitución paraguaya heredada permitía esta maniobra sin explicitar ni reglamentar cómo proceder en este caso.

Las muertes de Caraguaty fueron instrumentalizadas para abrir el proceso de destitución de Lugo. El Congreso y el Senado dominados por los partidos tradicionales Colorado (derechista) y Liberal (centroderecha) hicieron la demanda y la sentencia en tiempo record. El jueves pasado, el Partido Liberal acordó retirar el apoyo al presidente, y respalda la maniobra colorada de juicio político reglamentada instantánemente.

En tiempo record, el Senado fue convocado para dictar una ya sentencia anunciada acusando políticamente al presidente por “complacencia con la agitación agrícola y fomentar la lucha de clases”. En total, menos de 36 horas para derrocar a Lugo y sustituirlo por su vicepresidente Federico Franco, del Partido Liberal, y fiel a los poderes económicos del país.

Los gobiernos progresistas en América latina comparten, con diferentes grados e intensidades, una agenda regional “posneoliberal” de recuperación de soberanía nacional e integración regional, inclusión de las mayorías subordinadas y lucha contra la pobreza y las desigualdades.

Se trata por lo general de Ejecutivos salidos de crisis políticas prolongadas y que llegan alpoder como catalizadores de una esperanza de las clases subalternas, en una relativa dicotomización de las opciones políticas. No obstante, esta irrupción plebeya se topa de inmediato con la resistencia de lo que podemos llamar “contrapoderes oligárquicos” en el Estado: las instituciones de carácter contramayoritario, la estructura liberal heredada o losdispositivos de la sociedad civil que, a pesar de haber quedado en el pasado fuera del espacio formal de la política –o quizá precisamente por eso–, intervienen con un poder decisivo en su proceso, como es el caso de los medios de comunicación privados, las cámaras empresariales o diferentes gremios u organizaciones sociales.

El Poder Legislativo a menudo funciona como caja de resonancia de la resistencia al cambio de las elites políticas tradicionales.

Enmarcados en esa conflictividad que se libra al interior del Estado como campo de disputa, se han producido en los últimos años diversos intentos de desestabilización, destitución y restauración oligárquica en varios países latinoamericanos: los intentos

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fallidos de Venezuela 2002, Bolivia 2008 y Ecuador 2010; los golpes exitosos de Honduras 2009 y Paraguay 2012. ¿Cuál es la lectura latinoamericana de estos golpes? Se trata de movimientos que modifican la geopolítica regional en plena transición mundial. La Comunidad Andina de Naciones (CAN) fue desintegrada gracias a la irrupción de la Unión Europea, que forzó la ruptura del bloque firmando tratados de libre comercio con Perú y Colombia.

La derecha se alínea en la Alianza del Pacífico (Colombia, México, Chile y Perú), conquienes Estados Unidos tiene acuerdos bilaterales de libre comercio. La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) se quedó sin tanta energía después del golpe sufrido por Honduras cuando el presidente Zelaya decidió insertarse enella. Esta ALBA más tenue también se explica por la preponderancia creciente del tándemBrasil-Argentina, muy centrados en la construcción de Mercosur.

La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) se disputa la hegemonía en América latina hasta ahora en manos de la OEA. Y en medio de todo esto, Unasur, como gran árbitro regional y principal espacio de entendimiento. Este baile de acrónimos no es más que el juego geopolítico en el que cada país latinoamericano toma decisiones.

Paraguay, como país inserto en condiciones desfavorables en la dinámica internacional, también tenía que revisar cómo dejar de ser un país aislado y dependiente, para pasar a ser un país soberano en conciliación con una integración regional más justa. Los poderes económicos paraguayos, muy concentrados en la agroexportación y en los oligopolios importadores, no estaban por la labor de ningún cambio de sus ventajas comparativas acumuladas originariamente.

Por eso, no querían que Venezuela ni Ecuador entraran en el Mercosur. Tampoco Unasur como propuesta de la nueva arquitectura regional. El modelo de la oligarquía paraguaya no es el de la integración regional, sino el de los acuerdos comerciales típicos de una economía de base estrecha, que descansa en la exportación de la carne y soja y en la importación de la base material y financiera para el creciente consumo.

Esto es, el conocido patrón de desarrollo desigual, exitoso para unos pocos y nefasto para las mayorías.

El nuevo “golpismo blando” sigue un patrón que difiere de los golpes militares tradicionales, y en el que los poderes conservadores provocan o se aprovechan de situaciones de crisis a partir de las cuales alteran la correlación de fuerzas en el Estado para destituir al presidente, pasando por encima de la soberanía popular, pero relativamente dentro de la procedimentalidad institucional.

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En estos procesos, la violencia reaccionaria nunca está ausente, pero juega sólo un papelauxiliar, comparada con el de los medios de comunicación empresariales como generadores de la narrativa de la crisis, de la representación del gobierno como “aislado” –pese a contar con un apoyo popular mayoritario pero invisibilizado– y de la conflictividad y el enfrentamiento, que requerirían una “restauración conservadora” de la democracia, que ponga fin a su mal uso por mandatarios “populistas” y por una irrupción de masas siempre motivo de desconfianza.

Los nuevos golpes se ubican en la tensión, al interior del Estado, entre la soberaníapopular y sus vetos oligárquicos, y en la escala regional, entre integración soberana y subordinación internacional.

* Iñigo Errejón es doctor e investigador en Ciencias Políticas en la UCM. Alfredo Serrano es doctor en Economía por la UAB. Ambos son miembros de la Fundación CEPS.

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