Organo de su Venerable

Orden Tercera y Cofradías.

Dirección y Administración:

PP. MERCEDÁR1OSSilva, 39.— Madrid (12)

erreAÑo VII 24 JUNIO 1924 I NÚM. 71

etYM_A.ptic)b VIDA DE LA BEATA MARIANA DE JESÚS, por Fr. Juan Gilabert.—Los DOSvelEROS CATEDRÁTICOS MERCEDARIOS DE SALAMANCA, por Fr. Guillermo,..., azquez.—PÁGINA MISIONAL — FAVORES DE NUESTRA SANTÍSIMA MADRE. —

ekkeRfAs (cuento), por Fr. Manuel Sancho.—SABELITA, por Fr. Miguel8eänez•—No-rAs RELIGIOSAS, por Fr. Martín O. de Arriaga.—CRÓNICA

1.71‘1811A1-, por Fr. Lorenzo Santamarfa.—RAD1OGRAMAS, por Uján.--NoTtclAs.

Vida de la Beata Mariana de Jesús

Nacim iento.—Familia.—Indicios de su futura santi-dad.—Primera comunión y penitencias.Nació en Madrid, en el mes de Enero de 1565, en una

casa que ocupaba, según tradición, el solar de la que actual-Mente lleva el número 8 de la calle y parroquia de Santiago,enctlya iglesia la bautizó el bachiller Mata, su cura, impo-lbl'endole el nombre de María, como consta en la partida deautismo, afortunadamente conservada en el archivo parro-

Sus padres, nobles en la sangre y más calificados en laPrtucl, fueron Luis Navarro Ladrón de Guevara, natural decistefla'1

« pelletero andante en la Corte», según reza la men-°n ada partida, y criado de los reyes Felipe II y III, cargo

cr el cual le sucedieron su hijo y niew, ambos llamados Pe-jr-',; su madre Juana Romero, natural de Villalpando, que

r- • Presentación dice que es el de Aragón.Están bautizados en la parroquia de Santiago diez her -nos, siendo Mariana la mayor: de padre y madre Luisa,

dnro , Luis, Juana y Justa; y de padre y de Maria Jerónimarinedo, María, otra María, Juliana y Agustina. El Pa-

t íJu anJuan de la Presentación no pone todos estos y añade Ma-v̀le 37 Francisca. No hay noticia de que le hayan sobrevi-Ä,11" sino Justa, Juliana y Francisca, que, con su cuñadoe arcos Gil Barrón, marido de Juliana, deponen en los pro-esos de su santa hermana.

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Amamantóla su madre sólo mes y medio, y por imposibi-lidad de continuar en el desempeño de esta obligación ma-terrial, la confió a una ama de cristianas costumbres.

Educóla cristianamente, enseñándola, cuando fué posible,los rudimentos de la doctrina cristiana e iniciándola en lasprácticas de piedad.

Más por instinto que por reflexión, dió en su infanciapresagios de lo que sería su vida: aún en brazos ajenos, alsonar la campanilla a alzar, no sosegaba hasta que se vo l

-vía al altar en que se celebraba; miraba sin pestañear lasimágenes de Jesús y María; apenas comenzó a balbucear,acompañaba a los suyos en el rezo del santo rosario, prácti-ca familiar en la casa de Luis Navarro.

A la temprana edad de cuatro años diö indicios del uso derazón, y a los seis era en ella habitual el ejercicio de la ora-ción mental, llegando a la cumbre de la contemplación, pueSsus padres la sorprendieron inmóvil en un lugar apartado decasa, al que solía retirarse, ante un altarcito por ella mismalevantado, y sus criados la vieron elevada maravillos a-

mente del suelo.En el memorial que se hizo sobre el proceso informativo,

se dice que desde los tiernos años de su niñez fué enrique'cida con muchas revelaciones' y visitas de Nuestro SeñorJesucristo y de su santísima Madre, de quien era devotísima,y el P. Presentación afirma que estas revelaciones fueronacerca de la Trinidad, de la Encarnación y del SantísimoSacramento.

No cumplidos los ocho años, fue admitida por .el cura deSan Miguel, confesor de su madre y suyo, a la sagrada co-munión, que frecuentó en la misma iglesia, acompañada desu madre..

Desde niña entabló una vida penitente, de disciplinaSIayunos y privaciones. Empezó a despuntar en ella, al pas°que el amor de Dios, el de los prójimos, a quienes daba desu comida y socorría de lo que para sus gustos le daban su.s.padres. A los de casa avisaba los días de fiesta, ayuno eindulgencias, corregíales sus defectos, instruía los en la doc-trina y exhortábalos a la práctica de la virtud. No contabaaún cinco años, cuando llevada a una visita por su madre,sin que ésta lo advirtie ra, separóse de su lado. Buscáronlpor toda la casa, hallándola en un desván acariciando a unapobre criatura que padres malvados o pobres habían dejad°abandonada. Emocionóse su madre ante aquella escena re -

veladora de la virtud de su hija, y arrasados sus ojos en la-grimas, le dijo: ¿cómo, hija, subiste a este lugar? Respondb5la candorosa niña: Dios, madre mía, me guió para socorrode tan gran necesidad. 1-1íZose cargo de la abandonada niP3la buena Juana Romero y educóla como hija suya.

En fin, niña aún, parecía ya. una santa: modesta en el

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Mirar, olvidada de las cosas del mundo y preocupada de lasdel espíritu, afable, serena y laboriosa. Los vecinos, cuandoarnonestaban a sus hijas, les proponían como ny,delo a Ma-riana, la hija de Luis Navarro.

(Continuará).

Los dos primeros Catedráticosmercedarios de Salamanca.

r, Es tal la importancia de la escuela salmantina en el siglo XVIe su historia constituye una de las mayores glorias de España,aunque sus orígenes fueron humildes, corno los de casi todas lass h umanas, es interesante todo lo que con ella se relaciona.*os rnercedarios de Salamanca dijeron en un memorial presen-,Lauo al claustro en 1584, que su colegio de la Vera Cruz habíar,' "ado profesores a la Universidad hacía más de cien arios, pero

ci-i.",es.t:os cronistas, comenzando por Zumel, no mencionan cate-1«tico alguno anterior al Maestro Fray Domingo de San Juan,

que obtuvo sueldo en 1518.Cäbeme la satisfacción de presentar otros dos catedráticos des-f

a,nocidos hasta el día, y que en adelante habrán de figurar a lan'„ueza de la gloriosa falange de nuestros profesores salmanti-W,... mientras no aparezcan otros anteriores. Al uno lo descubrí

n arhac'

años rebuscando en Salamanca los papeles de Fray Gas-van de lorres, y al otro acabo de encontrarlo ahora entre mis,untes,ello al querer trazar la semblanza del primero, viéndome pors en la precisión de romper las cuartillas que ya tenía escritasi. h)re el. Gran parte del éxito corresponde a los archiveros de la.,,nieersidad, que han ido ordenando sus papeles. Entre los innu-Terables que estaban por catalogar apareció, bastante deteriora-el l ibro de Claustros de 1507 a 1511, cuyo paradero se ignoraba

,`"1 a fines del siglo XVI, y allí, al folio 139, encontramos a «freyti tr„an,ci sco, de la Merced, bachiller teólogo que se opone a la sus-v i 2e,lön de Oropesa y al general de Lógica» en 1508, aunque,e»1.,90 la cosa mal parada, desisten él y otros opositores, y se" 11,llere la sustitución al bachiller Colonia.de r0c0 más adelante aparece la siguiente acta: «Frey FranciscoVera .›E. En Salamanca primero dia del mes de Octubre decie"

l,' e quinientos e ocho años el bachiller frey Francisco Merino

etr a Vera Crus se opuso a la sostitución de la cathedra del maes-

Carmona e juró los estatutos». (Fol. 145). Las sustituciones de' Profesores jubilados (que conservaban la propiedad hasta su

eillorte), eran. la entrada general para el profesorado, y tanto ellasa las cátedras se alcanzaban por votos de estudiantes, contan-

tacr Cada uno tantos votos como años había cursado en la Facul-,t Y teniendo en cuenta además otras calidades, como la dealud '.-1; iero. El 2 de Noviembre de 1508 se confiere la sustituciónse,;lua de la cátedra de texto viejo de Aristátil a Fray Pedro dea s„villa , franciscano, porque excedió en votos e cursos e calidades

45 contrincantes, quedando el P. Merino para mejor ocasión.

FR. JUAN GILABERT

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El 27 de Noviembre, el bachiller Maldonado, en claustro deUniversidad, requiere al Rector «porque la cáthedra de Partes deSanto Tomás no se lee desde Mayo que pasó, vea quien lea, e lavaque e prevea». En vista de ello acuerdan notificar al licenciadoJuan Rodríguez que venga a leer, o le privarán. Contesta el Licen-ciado que estaba impedido por ser rector de su colegio y por lasquistiones que en él habían pasado, y en consecuencia declaranvacante la cátedra el martes 2 de Enero de 1509.

°pórtese a ella el día 4 el bachiller Frey Alonso de Medina',como no se presentó nadie más, acuerdan concedérsela, previainformación sobre su competencia, que da el catedrático dominicoFray Pedro de León y Fray Berna dino, conforme a los Estatutos.(Fol. 173). Poco tiempo la disfrutó, pues el 21 de Abril presentórenuncia formal de ella, no recuerdo con qué pretexto, pero segu-ramente por causa de enfermedad. Cuando apunté estos datos enSalamanca no les di importancia, pues no sospechaba que se tra'tara de un mercedario, peto ahora, examinando el dibujo de unalápida que tiene nuestro P. Provincial, y confrontando el epitaficon los datos que yo tenía de Salamanca, me convencí de que elP. Alonso de Medina era el Comendador de la Vera Cruz, falle'cido en 1509, y, mientras no aparezca otro más antiguo, debe que"dar en posesión de haber sido nuestro primer catedrático en 13Universidad salmantina.

El dibujo a pluma, que va aquí reproducido, representa a unfraile de la Merced con un libro en la mano, serial evidente de quefué profesor. El epitafio que corre por la orla, dice así:

AQUI IACE EL REVERENDO COMENDADOR FRAYALFONSO DE MEDINA

BACHILLER EN THEOLOGIA QUE DIOS AYA. E FINO PI

DOS DIAS DE OCTUBRE AÑO DE .I. D.NUEVE.

Detrás se lee en letra del P. Colombo, cronista bien conocid°,del siglo XVII: «En 1. 0 de Julio de 1672, haciéndose una obra en e'refectorio del colegio de Salamanca, que fué la iglesia antigua, sehalló un sepulcro con una lápida y en ella labrado el vulto de t

„u'

relixioso como se ve».Lápida sepulcral del P. Alonso Medina, primer catedrático mercedario de

Salamanca.

Por hoy no tengo más documentos acerca del P. Medina, per°una vez conocido su nombre, pronto le veremos figurar en otr05muchos. La cátedra de Partes de Santo Tomás era una de 131menores o cuadrienales, así llamadas por contraposición a las tremayores o vitalicias de la facultad de Teología, que eran PrimaVísperas y Biblia. Explicábanse en ella las partes, o sea la Su1h/7,de Santo Tomás, mientras que en las dos mayores el texto er:todavía el Maestro de las Sentencias, y continuó siéndoloque nuestro Fray Gaspar de Torres, en las Constituciones de 150,1'ingirió hábilmente la lectura de Santo Tomás, bien que guardana°el orden de Pedro Lombardo. Et sueldo de la cátedra de Sant,°Tomás era de veinticinco mil maravedí al ario, y la ocupare",maestros de gran talla. No solía ser de primera entrada y estohace sospecharsospechar si el P. Medina tuvo antes otra de Filosaa.

Publicóse la vacante el 23 de Abril y opusiéronse a ella el ba-

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raier Bernaldino de Santmillá.n, Fray Pedro de Sevilla, Ginés de

erlaza y otros. «Este dicho dia se opuso tambien a la dichal:,thedra Frey Francisco Merino de la Vera Crus e juró guardar.

CI.s estatutos...» (Fol. 201). En dos de Mayo desistieron de la oposi-Ón . 1 ay Pedro de Sevilla y el Bachiller Bernaldino, y hecha la

v(3 `acIón, «en Salamanca este dicho dia, mes e ario susodichos,

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estando dentro de las escuelas del estudio el señor Ldo. AlonsoManso e los consiliarios del dicho estudio, despues de ayer abiertolos votos, e vistos e regulados, el dicho señor Rector de comúnconsentimiento de los consiliarios, fiso colacion e provision porimposicion de su bonete, que sobre la cabeza puso a Frey Fran-cisco Merino, flayre de la Vera Cruz, de la cáthedra de Partes deSto. Tomas por quatro arios, porque excedió a Fórmista en votos,cursos e calidades; mandole poner en posesion e acudir con frutose rentas en forma». (Fol. 205).

Sigue luego el acta de posesión, y en los arios 1509 y 10, se lemenciona como profesor. Interrúmpese después la serie de loslibros universitarios, por lo que nos es imposible seguir los pasosal P. Merino. Por las memorias escandalosas del Dr. D. Pedro deTorres, canónigo de Calahorra, sabemos que el P. Merino, antesde terminar su cuadrienio en la lectura de Santo Tomás, hizooposición en 1513 a la catedra de Biblia, siendo ya maestro enTeología. Terminada la votación el 13 de Marzo, obtuvo Torresocho votos; el Maestro Merino, nueve; Oria, treinta y tres, y eldominico Fray Matías de Paz, sesenta y cuatro, por los que fuenombrado catedrático, gracias a la influencia del Duque de Alba,que había ido a la misa nueva de su hijo, el futuro Cardenal Fray'Juan Alvarez de Toledo, dominico también.

Es posible que el P. Merino continuara con Santo Tomás otrocuadrienio, esperando mejor suerte, pero como las cátedras deSalamanca no tenían aún el renombre de que gozaron algunos anosmás tarde, necesitándole la Provincia en otra parte, dejó la Univer-sidad, y en 24 de Junio de 1518, le encontramos de Cotnendador enCórdoba y definidor en el capítulo de Huete, según se ve en eldocumento de aceptación de la casa que la Universidad de Alcaláhabía ofrecido a la Orden para fundar allí (1). En 1521 y 22 eraComendador de Jerez, según demuestran los extractos de profe-siones de aquel convento que hay en nuestra residencia de Madrid,junto con otros fragmentos históricos de Andalucía.

FR. GUILLERMO VÁZQUEZ

PAGINA MISIONALBorn Jesus do Gurgueia 12 de Marzo de 1924.

R. P. Director de LA MERCED

Mi querido Padre y hermano: De los Padres que estamosaquí en Born Jesus, nada nuevo puedo contarles este mes, deno ser la pequeña mejora que con la Cuaresma va teniendonuestra alimentación; pues si bien carecemos del típico ha'calcio, que en España no suele faltar ni en las serranías mäs

(1) Boletín Oficial de la Orden de la Merced, Junio de 1913. Firmase alli:Fr. Franciscas Merinas in Theulugia Magister, vicarias provincialis. Estúltimo cargo lo tenía por nombramiento del Mtro. Fray Alonso de Baena,Provincial, que conforme a la concordia de Guadalajara debía tener siela"p re un Vicario.

2Ó7,--

ä Partáda, aparece, 'e'n cambio, gracias a Dios, algunassrnuapziitnoorcassedl pae rrin.aiz tierno, con las cuales, asadas o cocidas,

Y menos mal que vivimos lejos de los grandes peligros yno nos vemos entre el silbar de las balas, como lo estuvo al-g„ 11- na s horas el P. Bolados, cuando a fines del mes pasado se<4,Poderaron de Corrente los cangaceiros, que entraron en di-ell a villa valiéndose de las tinieblas de la noche y ebrios .de,san gre mataron y robaron, derrumbando las casas principa-les e incendiando sus muebles, y nuestro Misionero se librósce", ondido detrás de su equipaje, encomendándose a Dios'ntre terribles agonías y esperando de un momento a otro laMu erte. Nada más puedo decirle, porque tan sólo nos ha lle-gado la primera noticia. Me dice, empero, que me escribiráextensamente con el primer correo, y entonces pienso man-1, 4. rie su misma carta, donde, según me lo promete, desCri-A lrä. lo s muchos apuros y atropellos que ha sufrido y sufre,‘-tesde el día en que salió de ésta.m El P. Morales me escribió también desde Sito Raymundo" n nnato con fecha 25 de Enero y me dice que el PatronatoAgrícola por él dirigido tiene ya 16 escuelas funciónando enen otros tantos poblados de aquel Municipio y el de Caracol;,,qUe acaba de fundar una Escuela Normal en el Patronato;

desea pedir al Gobierno alguna subvención, y en esef̀ aso , que verá cómo extender la acción bienhechora del Pa-` ronato, no sólo a Born Jesus, sino también a los municipios1(1114.s apartados como Par-na o-Lí.u Gilbues y Santa Filomena,poon dfeal ltaa dene

escuelas todavía muy abandonada que allá,r

,A- simismo me da cuenta de la velada literaria musical quer at ronar° Agrícola de S. Raymundo Nonnato dedicó al

]e3x: celentísirno señor coronel D. An o-elo Acylino de Miranda,I Putado Estaclual, y después de ''hacerme una minuciosa

cri pción sobre la misma, termina con estas palabras::1‘ecalco el núm. 5, que nuestro profesor Julio Päixito habló

Y bien sobre la estrada (quiere decir camino vecinal o(2 1*Tel- era) para autos a Remanso para lo cual se cuenta confl contos votados por Bahía. El coronel prometió telegra-' 1* al Gobierno y hacer lo posible para conseguir los otros

contos (o sea 100.000 pesetas de nuestra moneda espa-()1a ) d e Theresina o del Ministerio de Viaçá.o. De la misma

"ianera fueron muy importantes los discursos de los otrosPro fuerondel Patronato, el uno sobre las estradas de los

cahin,, Pos ) y el otro, sobre la traída de agua potable para la,,;:-`;`-lad. Como la entrada era gratis, figúrese cómo estaría laU.' nta o huerto (que aquí las casas buenas suelen tener de-Tas) del Patronato, hasta debajo del palco había gente»

Y ahora volvamos a reanudar la reseña de las culebras111e ac1 1-q: más abundan. Hay algunas más que descomunales

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que, sin ser venenosas, causan grandes perjuicios y tambiéümuchas victimas. Estas, aunque viven principalmente en elagua, salen de ella con frecuencia para ir a caza de incautoE.animales; son de gran corpulencia, anguiliformes, de bran-quias muy separadas y muy ágiles y de mucha fuerza.

Hay una clase de éstas, raras en el Piauhy, o por lo me .nos yo nunca he visto rastro de ellas y ni siquiera el pueblosuele hablar alarmado refiriendo la aparición y destrozos dealgún ejemplar; es conocida con el nombre vulgar de «mus'surana » y en zoología «Oxyrhopus cloelia » , no acostumbraatacar al hombre, antes al contrario, le hace un bien muygrande, destruyendo millares de bichos dañinos y otras ser-pientes y persiguiendo especialmente a las venenosas.

La que alguna vez se halla por aquí es la llamada vulgar-mente « giboia» ( « chiboya . ) o como decimos en España « ser-piente boa» («boa constrictor»). Atestiguan algunos natura-listas que la « giboia» es la serpiente mayor, a la vez quetambién la más nociva del Brasil; pero la zoología regionalnos enseña que hay otras mucho mayores y que estas cule-bras sólo llegan a medir unos cuatro metros de longitud; esverdad que tiene la costumbre de atacar y destruir a los ani-males pequeños, de los cuales se alimenta y que ocasionagrandes perjuicios en los ganados, matando los perros y de-más animales domésticos, más no deja de ser algo benignapara el hombre, a quien sólo embiste rarísima vez y tan sólocuando se ve acosada o maltratada.

No sucede lo mismo con la llamada « sucuryú, («Eunectesmurinus») que sin duda es el gigante de todas las culebrascomo también la más nociva y, fuera de las venenosas, lamás peligrosa de cuantas hay en el Brasil; llega a tener unalongitud de diez y más metros, es de una corpulencia comode un hombre poco más o menos, y está dotada de una fuer-za tal, que cualquier animal, aunque sea el buey, queda ente-ramente perdido en el momento que se deja enlazar por unamediana «sucuryti»; pues no sólo enrolla al animal más vo-luminoso, sino que además es tan ágil y de tanta fuerza, queen un instante se lo lleva dentro del agua y allí lo acaba dematar y se lo engulle.

Cuando estuvimos en Corrente dos Matóes, durante laVisita Pastoral, bajó el Prelado al lugar mismo donde no ha-cía mucho apareció y fué cazada una de estas «sucuryús,,precisamente en un bananar que había cercano al río, de lamisma casa donde nos hospedamos en aquellos días; la ma'taron y después la midieron, contando 42 palmos de longl"tud. La piel de este animalito se la regalaron al Prelado y laguarda bien curtida para cuando tenga ocasión de llevarla aE.sparia con algún otro ejemplar de estas culebras; porque sibien es verdad que no llega a ser todavía una de las mayoresde su clase, no dudo que ahí sorprenderá muchísimo su vista.

También le regalaron el cuero de una «giboia», que podráservir muy bien para un museo zoológico, y principalmente,Para que nuestros coristas se den perfecta cuenta de lo quesliri estos ofidios al estudiarlos en la Historia Natural.,,,Flay aquí otras especies de animales que asimismo son te-'flples, no sólo por los estragos y perjuicios enormes quecausan en los ganados y animales domésticos, sino tambiénPorque el hombre suele ser su víctima al pasar por ciertos' ugares sin la debida precaución y sin ir provisto de armasPara librarse de los tales; y no me refiero solamente a loscr,a, ruivoros que en el Brasil son muchos y terribles (comoPienso describir a S. R. en otra ocasión) sino a otros muchos?Ue ahí son todos pequeños e inofensivos, como sucede con

s lagartos, por ejemplo, y aquí los hay tan grandes y tanvariadas que Boulouger llega a contar 112 clases diferentesen la fauna brasilera.

Ile de advertirle, sin embargo, que entre toda esta varie-rd de saurios sólo seis o siete especies llegan a ser de gran-,ges dimensiones, y de esos, aunque perjudiciales, creo queriq nuestro propósito no merecen mención más que dos clases'e ellas que se denominan «jacarés», que acometen al hombre.

Con este nombre genérico se denominan los saurios, co-n2eido5 vulgarmente por « jacaré-una» o en zoología por

nigra» y también la otra clase que el vulgo llamaslinPlemente «jacaré» y cuyo nombre zoológico es de «Cai-' iz an latirostris«; ambas especies llegan a medir de cuatro achirle° metros, son recios y corpulentos como un hombre ro-busto ; están dotados de una grande fuerza y de unos dientes,uastante regulares; tienen no poca agilidad, y son tan fero-,'ef s, que no sólo embisten al hombre para defenderse de su,-;',aclue, sino que llevados de su natural instinto de destruc-

) acosan o pocas veces al incauto viajero.i Los lugares donde suelen criarse estas dos especies de'ta.— •sci rtitos), son los charcos cenagosos, los grandes pozos y

i eulansos de los ríos, los pantanos y azudes, y principalmen-re ciertas lagunas, en las cuales hay puntos donde en ve-ea,90 pueden matarse a millares, cuando durmiendo el sueño

viven tranquilos e inofensivos entre las matas en la7""stna orilla del agua; de tal modo, que entonces pueden ca-,-arse con un buen cuchillo, como de hecho lo procuran coneqvidez y los cazan sin otra arma, no sólo para destruir aldn,,ernigo, sino principalmente para aprovecharse de su pielv- que , como sabe S. R., sirve para muchas industrias y se

en„ ,de en los mercados a muy buen precio.de me veo precisado a terminar la presente, porque ademáse resultar ya bastante extensa y hasta demasiado larga, el°rreo está esperando para salir.

proM .is saludos para todos y en particula para nuestro Padrevincial, y S. R. no se olvide de rogar por mí al Señor en

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sus fervorosas oraciones. Reciba un fuerte abrazo de suafectísimo hermano,

FR. MARIANO FERRER

Formación de personal indígena

para el sacerdocio.

La Santa Sede desea que cada país tenga sacerdotes in-dígenas, ya porque mejor se entienden, ya también porque enEuropa, de donde salen casi la totalidad de los misioneros,escasean tanto los sacerdotes, que en muchas de sus regio-nes son insuficientes para atender a las necesidades espiri-tuales. Ajustándose a este deseo de la Santa Sede, y con ven-cido de que era imposible llevar al Piauhy los sacerdotesnecesarios para su evangelización, llevaba el Rvdmo. P. M i

-guel Pascual el proyecto transcendentalísimo de abrir cuan-to antes un seminario. Hasta el presente no hizo más quecorrer por primera vez los poblados principales de su vastaprelatura, y es de creer que no habrá encontrado medioseconómicos, ni tal vez visto posibilidad de encontrarlos parala erección de este semirario. Hoy por hoy parece irreal i

-zable la erección de seminario en el Piauhy.

Sáo Raymundo.

Lo más simpático e importante para los intereses espiri-tuales del Piauhy que tiene el Patronato Agrícola de S. R a-món, es un grupito de siete jóvenes, que a costa de grandessacrficios está preparando el P. Horacio Moraes para el sa-cerdocio. No son precisamente unos jovencitos, pues unotiene ya veinticinco arios, y los otros, ario más ario menosveinte, pero todos de bellas cualidades morales que hacenconcebir las más halagüeñas esperanzas.

Es tal la pobreza con que viven, que por no tener conque pagar criado, turnan por semanas en el servicio de lacocina estos futuros sacerdotes, y ayudan al padre misioneroen la enseñanza de los niños.

No hay que exigir que su cultura puede competir con lade los que se foi man en seminarios bien organizados; hoYpor hoy tienen que contentarse con saber lo indispensablepara de.semperiar dignamente el ministerio sacerdotal, aun-que sin el adorno y brillo que le dan las letras humanas. ¡Haytantos, la mayoría de los del Piauhy, que mueren sin los auxi"lios de la religión por falta de sacerdotes!

El P. Moraes tiene el notable afán de formar los primerossacerdotes naturales del Piauhy, y otros, como el P. MarianoFerrer, tiene igual anhelo, aunque hoy por hoy no puede°realizarlo, por andar en continua peregrinación por la pre-latura.

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Serninario.

rN ideal de todo jefe de Misión es establecer en el país

e se le confía para misionar, la jerarquía eclesiástica y do-mesdarle de un buen seminario que provea todos sus cargos

de el de obispo hasta párroco rural con naturales del país,COrtlirli medio de atender debidamente a sus necesidades espi-p itivales; ya porque las Ordenes religiosas, aunque se centu-t casen. no son suficientes para dotar de operarios las vas-,;as regiones que misionan, ya porque es más fructuoso elstolado ejercido por los naturales del país; añádase a estoescasez de vocaciones sacerdotales en Europa, de dondeealeu casi la totalidad de los misioneros.esta?' esto el Prelado del Piauhy acariciaba el proyecto de

blecer un Seminario en el Piauhy, apenas llegado allá;Ot

ra estaesta bella ilusión se habrá deshojado, corno tantas

11.,as rn, por la falta de recursos que habrá advertido en el país

2a-T ue personal para el profesorado. Ha y países en los que.

11elue se cuente con medios económicos y con profesorado,n-a." Puede abrirse el seminario por falta de •aptitud de losqu teurales para el sacerdocio; pero, afortunadamente, parece—e, en el Piauhy abundan los jóvenes aptos, sólo faltan re-

r,sos y profesorado.e, lodos los cooperadores de la Misión del Piauhy debenereentrar sus esfuerzos en allegar limosnas abundantessh-11 las que el Rvdmo. P. Pascual Miguel puede realizar sue"reflo dorado, la apertura de un seminario suficiente para elordvicio espiritual de la Prelatura don Born Jesus. Toda laen de l a Merced, con sus cofradías, debe empeñarse enla 0 a,ob ra, para que pronto y con verdad podarnos decir arh, a n ta Sede: Santísimo Padre, hemos recibido de vuestrasOS una de las misiones más pobres e ingratas del orbe;0-°r11. el heroismo de nuestros Misioneros y con la cooperaciónV„(5,cliga de nuestros centros misionales, presentamos aex7stra Santidad la Prelattira del Born Jesus dotada de unPor seminarioseminario y, por o- capaz de atenderno_ Mismo a la cura de almas de tanta vasta región, yotros quedarnos disponibles para encargarnos de otra.

JUVENTUD MERCEDARIA MISIONERA DE BILBAOArio 1923.

C o , Tesoro espiritual.

R sas. - • •

0„---•1.252 Comuniones espiritua-

13.600los ... .. n 33..726706 IN'Iolerstificaciones 762Santísimo.. 1.868 30.00020.95648

Se regala a la Leprería de Fontilles un Copón de plata.

— 213 —

El 30 del mismo mes recibí una carta de mi madre ensentido tan lastimoso, que por temor de cansar la ocupadí-11142 atención de V. R. omito adjuntarla. En ella me explicac .o n todo género de detalles, la angustia y el dolor ques'ente al encontrarse frente a un hijo próximo a bajar alSePulcro y por desgracia obstinado en no recibir los últimosauxilios espirituales. Inmediatamente la contesto y con lamas grande confianza en la mediación de Nuestra queridí-sim a Redentora de Cautivos, recomendé se le pusiera alenfermo y sin que éste lo notara, entre las ropas, un Esca-Pnlario de la Merced, con la seguridad de que Ella le inspi-raría buenos y piadosos deseos de confesarse, como en5ect0 sucedió. El 13 del mismo més, repentinamente, de unnombre malo trocóse en bueno, pidió se llamase un sacer-d te, se confesó, recibió la Sagrada Comunión por vía deP ffilco y la Extremaunción en medio de una adnirable con-io. rmidad con la voluntad divina. El milagro de la conver-Sió n estaba hecho. Tres días despues, a las tres de la tarde,Invocando el dulcísimo nombre de Jesús y llaman to en suaYucla a la Santísima Madre en su advocación de la Mer-leed , al gran Patriarca San Pedro Nolasco y Señor SanJ03é , entregó su alma al Criador con una tranquilidad admi-re . ;Dios lo haya acogido en su seno! Ya verá, pues,

R. lo muy obEgado que estoy a dar gracias pública-:." ent e a nuestra cariñosa Redentora de Cautivos por el„41rne uso favor que me concedió, convirtiendo a mi herma-"ZxYiiPioes

de latiendRoeiti)gaisóanr.a a la eternidad confortado con los

Soy dey. P. afectísimo hijo en Cristog. b. s. m.,

L. I. DÁVILA.T. Mereedario ,

En Santiago de Compostela.Habiendo implorado la mediación de la Santísima Vir-

g, e n entre otras advocaciones en la de la Merced y en favor

ril as

:

eournnetidoenfermo, y encomendádolo al Santo Cristo de Lim-, Po niéndole debajo de la almohada una postal de su

i`lleen, mejoró rápidamente. Por este favor y otra graciaeM Poral recibida, doy públicamente las gracias como lo he

UNA DEVOTA.

Para la Santa Infancia 150Para la Propagación de

la Fe Para bautizar una in-

dia A la Leprería de Forti-

lles Gastos de propaganda

25

5043

Suma total 1.008

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Limosna pala las Misiones.

Pesetas Pesetas

A la Misión de Piauhy. . 259Idem íd. de China 90Idem íd. de Guinea es-

pañola 75Al P. Ajuria 65A la Misión de Alaska , 75Idem íd. de Iquitos 75A la Junta Misional del

Clero 100

Favores de NuestraSantísima Madre.

Cerro Azul, Ved. 29 de abril de 1924.

M. R. P. Director de LA MERCED.

Madrid.Muy estimado Padre:La presente sirve para saludar a V. P. y a la vez para

participarle una admirable conversión que he obtenido porintercesión de Nuestra Santísima Madre de la Merced, ole'diante el Santo Escapulario.

A principios de marzo pasado, en San Luis de Potosí,mi hermano José, de veinticinco años, enfermó de grave'dad al extremo que los médicos desde luego desconfiaronde poder salvarlo. En circunstancias tan desesperantes, nlimadre, corno buena cristiana y miembro de la Archicofra'día Mercedaria, no delaba pasar oportunidad de hacer veral enfermo la necesidad que tenía de recibir los Sacrarn en-tos, tal vez los últimos, pues su enfermedad se consideraNde gravedad; mas todo resultaba inútil, toda recomenciön que sobre el particular se le hacía, era contestada elsentido negativo, y con blasfemias horribles renovab a ejuramento, tal vez hecho, de no confesarse, olvidando losprincipios cristianos y piadosos que de niño aprendiera ellla Escuela parroquial (El Carro, Zac) y que años despa'seducido por los nefastos bolcheviques que hacen su tt oei-va propaganda en el país, se olvidara de los más ruditnerrtarios principios de Religión.

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La puerta de la escalera se abrió y bajó una criada. Los perroscallaron.

----e,Qué estáis haciendo aquí, granujas?—gritó la menegilda.—Tal vez alguna de vuestras picardías—y levantó la mano para darlesun Par de lapos.

El ratonero refunfuñó:---c:Le muerdo?--Repórtate—le advirtió el viejo, y con la pataza le obligó a es-

tarse quieto.—Tú gruñón—dijo la criada al ratonero,—a la bodega, a tu oficio;

tú, legañoso, ahí quieto, a guardar la puerta.El ratonero marchó rezogando y el pachón se acomodó lo mejor

que Pudo sobre una estera vieja. La sirvienta marchó.Canelo siguió rumiando en su interior sobre la ingratitud de los

h°rnbres; de todos, no; de algunos sólo, porque el recordaba un

c'lino que tuvo allá en sus juventudes, un cazador brusco te, pero de°razón excelente, que partía con él la ración que en el morral Ile-

'tuba y le acariciaba con frecuencia. Algunas veces le pegaba, peroera castigo merecido, ¡qué diantre! Las picardihuelas perrunas me-recen palo de vez en cuando.

A la mañanita, cuando empezaba a asomarse la aurora pcir el°riente , salían de caza. El hacía a su amo milsfiestes, y ihála, hála!,uez mina que camina, atravesaban llanos, cruzaban hondonadas, su-'fan ásperos breñales... De pronto él husmeaba el rastro de una1;:erdiz.—iSigue, chucho! —le decía el amo con el arma preparada, yel, la cola inquieta, trémulo de afán, seguía, seguía la pista. Llega-l)17 Cerca de la pieza y él, pachón adiestrado, pachón maestro, seParaba, alzaba una pata delantera y le decía al cazador en voz bajita:

huí...—que significaba:—Ahí, ahí la tienes.—Se alzaba laPerdiz , sonaba un disparo, se abalanzaba él sobre el ave herida ySe la traía a su amo sin lamerle siquiera la sangre. El cazador le'2cariciaba y le decía:

—Muy bien, Canelo;—y aquello era para él su mejor premio.Volvían a casa. El se comía los despojos de la caza; le dejaban

e°112er debajo de la mesa, y la señora,--¡qué rebuena! --le regalabaeigunas veces con leche y migas ¡cosa superior! Había un chiquilloque/e tiraba del rabo... ¡Todos los chiquillos son iguales! En cam-

O ' °ir° hermanito más pequeño, aquel era buen muchacho; le ro-'eaba el cuello con el bracito, y él, rnimosón y buenazo, estabaent°nces en sus glorias. Jugaba con los dos rapaces, saltaba poreliciina de un bastón que ellos le mostraban, hacia de centinela aonUne escoba por arma, sabía saludar presentando la pata, y a todasestas habilidades ellos y los amos se desternillaban de risa. ¡QuefiernPos aquellos!

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PER RERI AS—Quiero quejarme de los hombres— decía cariacontecido 1111

perro flaco, viejo, pitarroso.—¿Por qué relegan al olvido un pachónhonrado? ¿Así pagan mis beneficios?

—No te quejes, Canelo—contestóle un ratonero más feo quePicio, pero más bueno que el pan.--Yo les mato los ratones, leslimpio bodega y granero de sabandijas, y esta tarde misma me haarrimado un p:mtapié el chiquillo.

—Los chiquillos son malos.—En cambio, la niña me ha dado un corrusco. Aún me queda qua

migaja. ¿Quieres probarlo?—Tengo floja la dentadura, Momo,— así se llamaba el ratonero.—Gracias. Sólo tú compadeces a este pobre viejo.---¿Y la niña?— Pásmate; la niña no me mira de algún tiempo a esta parte. .11.0

me acerco alguna vez a ella con los ojos amorosos, humilde la cab e-za, meneando la cola para lamerle las manos.—«Anda, chucho» ,—Tuedice, y me aparta, sin pegarme, eso sí, pero me aparta. ¡Ay de ruf,decirme «anda, chucho» la única que me acariciaba! ¡yo que Medejaría matar por ella y por todos, Momo, por todos los de la casalCuando me veo así despreciado, me acojo a mi rincón y ronco boli-to: son mis suspiros, los suspiros de un corazón perruno que saepaga con amor las ingratitudes.

—Vaya, vaya, no te aflijas tanto. ¡Por vida del perro Paco, 111/abuelo!

—Que me peguen, que me castiguen; pero que me hagan despuésuna caricia. Porque yo puedo vivir sin pan, sin huesos, hasta sincamaradas; pero, sin cariño, es imposible.

—Oye, Canelo, óyeme, y después de haberme oído podrás que-jarte con razón. Bien sabes que todavía me permiten subir arribacuando comen, y me dan algún hueso que roer y alguna piltrafa quecomparto contigo. Pues bien, ayer, mientras roía una costilla mondadebajo de la mesa, oí algo que me sorprendió y me hizo cavilarmucho. Hablando de ciertas maldades de un quídam, la señora deque eran «perrerías».

—¿Eso dijo?

--Si, Canelo, eso dijo; esa calumnia nos levantó a los perros. Sinosotros llamáramos «hombradas» a las calumnias de los hombrea,¿qué dirían ellos? Y creo que la razón estaría de nuestra parte. 5171embargo, hay que callar y aguantar que nos traten de malvados.¡Perrerías!

--; Ay, mundo, mundo/—exclamó tristemente el pachón, expresiónque habla oído a doña Eduvigis, la abuelita de la casa.

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1.1n día el amo enfermó y murió. ¡Pobre pachón! Llorando estuvotodo el día junto al difunto, hasta que vinieron unos hombres malosy se llevaron el cadäver. No quiso comer el fiel pachón, no quisodormir... Aullaba en las noches tristes, aullaba de pena, y se desli-zaba día tras día sin que el dolor de Canelo amenguase.

La viuda y los hijos marcharon lejos; él se quedó en casa. Loscriados le trataron con crueldad. Le pegaban, le llamaban llorón ymemo, y... en fin, lo vendieron—¡qué irrisión!—por seis pesetas.

Sirvió a otros amos, amos de fuste, que jamás le permitieronsubir a los salones. Lo miraban de lejos; le daban pan moreno deperro. Su oficio era rondar cochera y cuadra. Alternó con cocheros,lacayos y fregonas; nadie le trató con cariño, y como necesitabaque alguien le quisiera, trabó amistad con un caballo. Por la nocheconversaban y se contaban sus cuitas; pero era un poco orgulloso elbucéfalo, y, al menor enfado, soltaba una coz.

Harto de cocheros, criados, caballos y demás gente de cuadra,un día se escapó de aquella tiranía, y al llegar a la callé ladró con/odas sus fuerzas:

—ffluáu, guau! ¡Vivan los perros libres/ —y empezó a correr WMventura. Pera acallar el hambre, de los montones de basura pescóalgún desperdicio. Un polizonte 1 tiró morcilla envenenada; el perrola olfateó y dijo:

—A otro can con ese hueso;—y alzó la pata y... remojó la morcilla.—Toma, chucho—le gritó después un lacero ofreciéndole un trozo

de pan.

—A perro viejo no hay tús tús—le contestó el pachón huyendo.Por la noche se acogió a un zaguán; el amo lo trató bien y el perrose quedó allí tan campante.—Desde entonces estoy aquí—murmuróCanelo.—Aquí he envejecido,!antes me querían; ahora casi me olvi-dan: alguna vez me maltratan; yo lamo la mano que me castiga Yperdono las ofensas. Mi antigua amiguita, la niña, desde que tengolegañas ya no me quiere; sólo me queda el ratonero. Sufre, Canelo:pronto la muerte dará fin a tus perrerías.

El perro, tras de tanto discurrir, empezó a sondormirse: sofian-do en sus pasadas aventuras dieron las once de la noche en el relojdel salón. Canelo abrió los ojos, alzó la cabeza. Nada; en la casareinaba absoluto silencio; todos dormían.

—Las once, nublado—cantó el sereno; luego se le oyó pasar porla acera, y algunos rayos de la linterna se filtraron por las rendijasde la puerta y pasaron rápidos por el zaguán. Volvió Canelo a da70-dorrarse. De pronto le tocaron en el lomo y oyó una voz amiga quedecía:

—Ya estoy aquí otra vez.Era el ratonero.

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— e Por qué abandonas tu obligación?—le gruñó el honradote Ca-nelo.

—IQué obligación ni qué.. .!—contestó Momo, y añadió filosófica-

:g

enrtaet:0-8: s loimbltigaciones tienen sus límites. Cuando me dicen «hazest° >> Yo agacho las orejas, pero en mi interior digo: ¿Yo servir ap

—iCalla, necio! En esta casa son bastante malos con nosotros;Pero no en todas son así.Inen—te irYrno onrocéo. nozco otra casa que esta: aquí nací, aquí probable-

—Z No te escaparás?—Es que...--L Qué?—Que a pesar de todo... Soy perro, xa me entiendes.— Los quieres, ¿no es eso?--Sf; no lo puedo remediar. Quiero a los amos, a los niños, a los

criados...

----e Por qué, pues, hablas mal de ellos?—Tengo mi geniecillo y, andando entre ellos, se me pega algo.--Pues créeme, que soy perro de experiencia; no son los hom-

bres tan malos. Mi amo cazador era muy bueno.— Yo poco bueno he visto. Los de esta casa son...—Nos dan de comer: no murmures.—Es verdad: no murmuremos.Guardaron silencio. Momo empezó a roncar.

Duermes ?—preguntó Canelo.Momo no contestó: arrimado al calorcito del pachón dormía pro-

`unclarnente. Este murmuró entre dientes:—Estos jóvenes al momento se duermen.Luego se acurrucó más todavía envolviendo al ratonero; pero los

echaques de la vejez le impedían conciliar el sueño interrumpido.I'Veron las doce y, a lo lejos, resonó la voz del sereno que se alejaba.

De Pronto oyó rumor de pasos dentro de casa. ¿A media noche y

7sus? IMaloruml—se dijo.—Despierta, Momo,—susurró soplando a'e °reja de su amigo.

Qua édrho:?—contestó éste sacudiéndose.--Misterio parece. Oye; vienen.

—iChuchos!... ¡Chissll—dijo la voz de un criado que se acercaba.Canelo y Momo rezongaban.

chuchos, no es nada; —y el criado acariciaba a losPeerPos , que meneaban el rabo inquietos. Canelo, sobre todo, no

8taba tranquilo, y decía a la oreja de su amiguito:—Veamos quétieede.

16,

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Acuarelas grises.

SAE3EL TA

(CONTINUACIÓN)

Callaba ella y sufría antes y después de quedar ciega,si n abrir nunca sus labios para quejarse de estos desmanes

81-1 padre ni a Gabriel; varias veces la encontrara aquélo rando por ello y nunca pudo averiguar la causa. Sólo

cuando pasaba W.mírez con Odón, terrible perro, que másle una vez había derribado y muerto al lobo en las quebra-uuras de la sierra, y más de una vez también había dejadoen tierra maltrecho a algún infeliz labriego, objeto de laverig naoburla del malaventurado mancebo, era cuando,aterrorizada no podía contener algún grito de horror queco n i ntensa convulsión dejaba escapar de su pecho.

Tal era, en resumen, la tormenta que furiosa comenzaraa desencadenarse aquella tarde en el corazón de María-Isa bel, azotándolo y probando su reciedumbre y temple coninaretazos desconcertantes de infinita amargura.

Tan sólo en aquella tarde pudieron atisbar sus conocí-u .03 en el rostro de la peliazabachada zagala la nube tristí-

Inl a que la envolvía; la angustia interna que le socarraba,las e ntrañas. Ella, la de cristalina voz y donairoso decir; la;" e corazón compasivo y noble; la de alma pura como la',Iris a de aquellas sierras, enconträbase, por fin, triste YueJaba escapar silenciosas lágrimas que venían a empa-P.arse en los cándidos vellones del corderillo. ¡Qué bello es,s 'u d uda, el dolor mudo; el dolor sin queja; el dolor resig -n ado?

Nunca, desde la tarde fatal en que María-Isabel sintióc'scurecida para siempre la luz en sus ojos, dejó de dibujarseen S u rostro, al tratar con allegados y extraños, una sonrisaangelical, reflejo purísimo de su inmaculado espíritu.

Iba y venía cada día a la blanca iglesita que se alzabaen el a ngosto valle, en medio de las risueñas casucas api-P ada s en su derredor, y dijérase que como amparadas por' a esbelta torre que se erguía, mostrando sin cesar, con lae ,xtremidad de la cruz del campanario, la patria verdadera,el l ugar de la dicha y el descanso sempiternos...

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Se oyó en la calle un tenue silbido. El criarlo, siempre recomen-dando silencio a los perros, abrió la puerta de la calle y entrarondos hombres de mala catadura. Traían una linterna sorda y sendospuñales en las manos. Los canes se sobresaltaron. Momo lanzó unladrido de alarma.

—¡Silencio, que te mato/—dijo el criado amenazando al perrito.Los cacos vacilab3n.—g Habrán oído?—decían.El criado los tranquilizó. Canelo se acercó al ratonero.—Nuestros amos corren peligro,—le dijo. -- Hay que ladrar y aco-

meter, aunque perdamos la vida. ¡Animo y a ellos!Y asi diciendo, ladró con furia y embistió a los ladrones. Momo

le imitó.

La puerta de la escalera se abrió y apareció el amo, seguido dealgunos domésticos armados, que se abalanza,-on Sobre los tresbribones. Las mujeres lanzaban alaridos de socorro. lino de losladrones huyó; el otro, enredado en lucha terrible con Canelo, nopudo zafar9e de él y le dió tremenda cuchillada. El pachón cayó alsuelo, herido de muerte. Los serenos acudieron e la tremolina yquedaron en poder de la justicia el criado infiel y el ladrón que habíahe rido al perro.

Canelo yacía en el suelo, brotándole la sangre a borbotones dela herida. La niña, toda pálida y desmelenada, estaba a sa ladollorando. También lloraba el ratonero lamiéndole la sangre.

—Auuu—gemía el pobre moribundo mirando a la niña y al perritocon ojos enternecidos. Quería decir: «Muero contento». Lamió lasmanos a la niña, miró por última vez a su amigo y cerró los ojos.Parecía muerto.

—¡Pobrecilo mío!—decía la niña gimoteando, y el padre añadió:—Fué un perro fiel, corno pocos.El ratonero aullaba inconsolable.Uno de los criados que amarraba a su traidor camarada, le decía:—¡Ah, pillo! Al fin se han descubierto tus perrerías.Momo se irguió encima del cuerpo del pachón y le dijo a gritos,

echando de sus ojos chispas:—Oye la última injuria que lanzan sobre tu cadáver, Canelo,

amigo mío. ¡A tamaña traición llaman perrería! •Aún parece que oyó el pachón aquel grito de rabia, porque se

estremecieron por última vez sus miembros. Había dejado de existirAquella calumnia fue la última putilaada que recibió su corazónperruno.

Y Momo repelía con lúgubres aullidos:¡Aaauuu!... ¡Perrerías!

Fr. MANUEL SANCHO

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Súbitamente y con el impulso de un alma arrepentidaque vuelve sobre sí al advertir que ha condescendido en co-meter alguna faita, púsose en pie y dirigió sus pasos hacia laescalerilla que daba acceso al interior de su casa; despa-cito y apoyando su mano trémula en el tosco rastel quehacía de baranda, subió y fuése a postrar de rodillas anteun cuadrito de la Dolorosa, alumbrado por una lucecillaleve como la espuma.

A las plantas de aquella Virgen bendita, que tanto sabede amarguras y desolaciones, desahogó Sabelita su cora-zón pidiéndole perdonase misericordiosa la falta cometidaal dejarse arrastrar por tan profundo sentimiento de nos'talgia...

Cuando el padre de Sabelita volvió del campo con lachaqueta al hombro y un gran manojo de claveles atercio-pelados para su hija y llamando apresuradamente, segúncostumbre, gritaba desde el camino:

—¿Dónde está mi niña? ¿Dónde está mi palomita ciega?¿Dónde está la alegría de mi casa?

Ella, consolada y fortalecida, acababa de pronunciarentre sollozos las palabras de aquella oración dulcísima:«Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida y dulzu-ra... esperanza nuestra...»

Había cerrado la noche enteramente; la luna surgía lentadetrás de las crestas de los montes, envuelta en luminoso ycuasi sanguíneo velo. A medida que la noche avanzaba,percibíase más claramente el rumor de los torrentes despe-ñándose entre las breñas y matas salvajes... Con aromade manzanilla y de cantueso, de orégano y mejorana,aportaba la brisa en sus alas los ecos lejanos de la fiesta,el vago sonar de guitarras, de crótalos y de flautas... Devez en cuando hendía los aires, vehemente, la ráfaga en-cendida de un cohete que estallaba violento, como a vecestambién estallan las pasiones; otras subían tranquilos revol-viéndose tras leve crujido en vistosa y apacible lluvia dezafiros y rubíes y esmeraldas...

II

¡Huuú! illuuffl, gemía fatídico el viento en una de laspostreras noches del mes de Noviembre, pugnando Porrelatar en ese monótono lenguaje con que él se hace cota'prender de muchas almas, alguna historia o acaecimientoimpregnados de tristeza y amargura infinita. ¡Ah!, ¡sabemuchas! El recorre en las noches de vendabal multitud de

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hogares, arrebatando en sus alas las notas angustiosas deque está compuesta la gama de nuestra vida y que tienenPor nombre: amor y dolor, amargura y desolación ¡Humilbordonea arrancando de cuajo las añosas encinas, llaman-do con las lágrimas de la lluvia a los cristales de nuestrasviv iendas e introduciendo por las bocas de las ennegreci-das chimeneas, junto con los copos de la nevasca, el ecode muchos sollozos, los ayes de muchos corazones y lasluengas vibraciones de la campana que tal vez dice adiósPar a siempre al ser querido o la persona amada...

Una media hora llevaría esperando el padre de Sabelita,sentado junto al llar y contemplando el jugueteo que forma-ba n las rojizas lenguas de la lumbre. En el lejano reloj delPueb lo habían sonado las nueve. El vendabal de lluvia ynieve arreciaba cada vez con más furia..., De improviso, y como a quien asalta una idea sombría,' evantóse el tío Catalino del escabel en que estaba sentadoY saliendo a la puerta comenzó a otear ansioso, con laIrldn o sobre las cejas, hacia el comienzo del empinado sen-dero por do Sabelita acostumbraba a subir.

Solía tornar ésta entre siete y ocho de la noche del pia-doso ejercicio que en la iglesita del pueblo celebraban enObsequio de las ánimas. Visto que nadie aparecía, hubo detranq uilizarse nuestro buen viejo con la idea de que tal vez suniia se habría quedado en Casa de su madrina aguardandoque amainase el temporal como en análogas ocasionesaconteciera.

Entró, pues, de nuevo en su casita, y sentándose alfllor del fuego comenzó a hacer los preparativos que acos-

tumbran los labriegos para fumarse un cigarro.Cosa de veinte minutos llevaría aguardando; entre los

e°nfusos gemidos del viento, percibió, cada vez más cerca-nos , los balidos del corderillo dz María-Isabel, que, comonsPantado, llegaba hasta la puerta, dijérase que en deman-" de socorro... Súbitamente se abalanzó hacia ella el

nciano padre presa de un horrible sobresalto, y no es paradescrita la nube dolorosa que anubló su mente cuando alabrir vió al corderillo de Sabelita que, tembloroso y asus-1,, do , mostraba salpicados de sangre sus blancos ve-llones.

Como león herido por certero dardo, así rugió el tío'atalino, cogiendo al instante su escopeta y echándosec° 111 0 un loco a correr por el sendero abajo en busca de suhija_

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El viento había calmado un tanto y comenzaban a caerlos copos más grandes y espesos cual fantástica lluvia deblancas mariposas...

Unos doscientos metros habría recorrido el tío Catalinopor la inclinada senda que conducía a la aldea, cuando a laclaridad de la luna, suavemente tamizada por entre las nu-bes, pudo distinguir el cuerpo exánime de su palomita cie-ga, tendido en el camino, ya casi cubierto por la nieve Ybañado el nacarino cuello en el licor de su propiasangre...

Tornóla su padre en brazos dando 'un terrible alarido ysin poder verter una sola lágrima de sus ojos, merced a laintensidad del dolor; quiso estrecharla y darle calor con supropio aliento, pero bien pronto se convenció de que esta-ba tan fría como aquella misma nieve que cual lluvia deflores se adelantaba a cubrir y sepultar los gélidos y virgí-neos restos de la inocente niña...

Como rosa tronchada del tallo colgaba sin gobierno lacabeza de Sabelita, pálido el angelical rostro, destrozadapor los dientes, al parecer, de un lobo su garganta, y ga-rreando por encima de la nieve su negra y ondulante cabe-llera... las gotas de su sangre iban dejando esmaltada lanevada senda cual si encendidos rubíes fuesen...

... Momentos después se desvanecía entre las sombrasla trágica silueta de aquel anciano, llevando en brazos elcadáver de su hija... los profundos suspiros con que aintervalos desahogaba su dolor, percibíanse ya cada vezmás lejanos y amortiguados...

Seguía cayendo la nieve lenta y espesa en medio delsolemne silencio de la noche, tan sólo turbado por el tristebalar del corderillo y el aullido temeroso de los lobos que,acosados del hambre, recorrían los solitarios callejones dela cercana aldea.

III

Cosa de ocho meses habían transcurrido desde el díaen que recibió cristiana sepultura el cuerpo de María-Isabel.

Ante la mohosa verja, que cerraba la entrada al reducidocementerio donde la enterraran, distinguíase al agonizar delos postreros vespertinos rayos de cada día la figura de unjoven de recia complexión y demacrado semblante. Nadiesabe en el pueblo de dónde viene, ni quién podrá ser. Sólohan podido observar que al comenzarse a extender las pri-meras sombras de la noche se estaciona el misterioso

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Joven ante la puerta del cementerio y, apoyados sus codosen uno de los barrotes trasversales de la cancela, se pasatres y cuatro horas en muda contemplación, desapareciendocies Pués. Dos mozos apostados un día después de obscure-cido detrás de unos zarzales del camino, han conseguidoverlo , y han podido observar que no era otro que el infelizY desdichado Gabriel, a quien suponían muerto o prisionerode los moros.

Solitario y pensativo, con vagoroso paso y errabundaMirada, ha pasado Gabriel cerca del lugar donde avizora-b, a h callados los doS citados mozos, quienes, sin duda,hubieron de quedar mudos de horror ante la vista lastimosa

hermosos

,que a la claridad de la luna presentaba aquel gallardoPven, astrosa y desaliñada toda su persona, hundidos los

ojos azules, quebrado el color de su rostro, enve-dijados los cabellos y hecho todo él vivo retrato del másintenso dolor. Viéronle por fin detenerse, como solía, de-'ante de la verja del camposanto, permanecer en muda con-temp lación con los ojos fijos en la sepultura de Sabelita, yalejarse después, paso a paso, hasta desvanecerse del todosu sombra entre la espesura de una cercana robleda...

Había determinado alejarse de aquel lugar para él sa-',n'oso y triste a un tiempo, donde tanto a la vez sufría y'elfo también gozaba. La trágica muerte de Sabelita per-M anecía para él en un misterio impenetrable; seis meses y

días le faltaban para ser licenciado y tres hacia quenegara nadando escapado del campamento moro donde,Perm aneciera nueve meses p risionero, cuando, por la carta`.¡e u n vecino, supo tan terrible catástrofe. Nada le habíaan Portado enterarse un año antes de la desgracia que pri-,vd, ra a Sabelita de la vista. No importa—dijo para sí--contal que viva; con tal que vuelva a verla.., a percibir el metalcristalino de su voz, me basta. Pero cuando se enteró deque había muerto; cuando sobre su corazón sintió el golped e tan brutal hachazo, hubo de quedar como insensible, sint° Ma r en mucho tiempo alimento alguno, dominado por laOla idea de visitar su tumba, cubrirla de flores, y, sin en-

",ra r s iquiera en su pueblo, marchar por el mundo adelanteuonde malo había de ser que aquellos brazos de hierro,Fotno el decía, con melancólica expresión, no ganasen para-eva ntarle un panteón digno de una princesa...

(Continuará).Fr'. MIGUEL ESCÁNEZ.

Ferrol.

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NOTAS RELIGIOSASALEMANIA

Como en otros países existe en Alemania ese desplaza-miento protestante en las dos direcciones opuestas: haciala incredulidad y hacia las fronteras católicas. Como elcisma en Rusia, el luteranismo era algo orgánico dentro dela constitución imperial. La caída de imperio ha traído lafalta de medios económicos para mantener sus escuelas, yhoy la única fuerza que le queda es de origen psicológi-co, o sea la asociación que ellos hacen del luteranismo yde la pasada grandeza.

Para galvanizar el cadáver se han organizado ciertoshombres, a quienes sería injusto negar cierta buena volun-tad. Se mueven sobre las mismas líneas que los ritualistas,con quienes guardan semejanza, incluso en la controversiaapasionada que han despertado en las conciencias protes-tantes. Nacieron durante los tristes días de Octubre de 1918y tienen por jefe al cultísimo y refinado pastor de Berlín,doctor Rittelmeyer. Qué es lo que quieren, no sería fácilprecisarlo, porque sólo se ven tendencias incoherentes,que están lejos de mi sistema doctrinal. Unos detalles de-mostrarán que por lo menos están lejos del luteranismohistórico. Los pastores cantan ahora misa mayor, rezan elbreviario, cantan himnos a Nuestra Señora, predican reti-ros, oyen confesiones y aun tienen un monasterio de Bene-dictinos. Consideran esencial al cristianismo la jerarquíasagrada y los sacramentos.

Es una fuerza vigorosa en Sajonia y en los distritosluteranos de Prusia. Miran la Iglesia católica como tipo deimitación, y para muchos individuos es esto un examen deconciencia ¡Ah! Una feliz experiencia, constantemente repe-tida, demuestra que cuando los protestantes hacen examende conciencia, no suelen andar lejos la contrición y la con-fesión de la fe única. Roguemos todos los días por los quedijo el Maestro: «y tengo otras ovejas que no son de esteredil».

De un siglo a esta parte se desarrolla en el seno de esoque llamamos protestantismo, porque los nombres duranmás que las cosas, un proceso lento, pero cierto, de apro-ximación a la revelación íntegra. Hasta hace poco, el Pur-gatorio era una superchería romana para ellos; ahora yano lo es, y hacen sufragios por los difuntos. El culto de los

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antos era idolatría; ahora invocan a San Francisco deoales, como su patrón, asociaciones de periodistas, y can-ta n himnos a la Madre de Dios. Antes era invisible paraellos la verdadera Iglesia de Cristo; ahora es corriente9nlil ir que Cristo la fundó en forma de sociedad visible.Y Como no puede una sociedad vivir sin algún jefe, el ocio-g,e_tlario Lord Halifax, por no citar otros más, reconoce enel Pa pa al supremo Jerarca de la Iglesia de Cristo. Y unavez admitido que Cristo fundó a su Iglesia en forma de so-ciedad visible, no hay más que un paso al dogma de lainfalibilidad.

Pero aquí se retiran, y repiten, con la zorra, que las uvase, watt verdes. En resumen, todo les parece admirable en laIglesi a menos la obediencia. Transcendental es que noatenten contra esas verdades religiosas que todos llevamosgrabadas en nuestra conciencia por el mero hecho de serhom bres, que el tiempo hará lo demás.,, Un insigne convertido, que no gustaba de síntesis bri-I sino que, al contrario, analizaba y ponderaba hastaCO n demasía, razonó su fe con esta concisión profundamen-te exacta: Soy católico por lo mismo que creo en la existen-cia de Dios.

FRANCIA

Nuestra Senora dijo a Bernadita que rogase por los pe-cadores, besase el suelo e hiciese penitencia; principal-Tiente indicando que su promesa de felicidad era para laea vida. Es, pues, Lourdes lugar de expiación y de gra-cias sobrenaturales, antes que otra cosa, y aquella agua quet%12oariaes

imponderablespgoriaidnedreasblperso. digios, es símbolo de gracias espiri-

( bien reciente es el caso de aquel ejemplar católicoq e. g. e.) que Tué a Lourdes a pedir a la Madre de Dios

serenidad en sus grandes dolores; y no sólo la alcanzó,thei a la vez la gracia especial para convertir con dos pa-

l ' bras a un famoso medico que había pasado su vida ha-delehdo alarde de incredulidad, que estaba, como él, heridome muerte.

, «Le Journal de la Grotte», 25 de Mayo, da la primera' elació n, que suele ser provisional, de la curación instantá-ra de dos casos de mal de Pott, o sea caries de la espina""Drsal. La Srta. Angeles Ducret estaba sujeta a tratamientoe ,n el hospital de Lons-le-Saunier (Francia). Fui a Lourdes

1 5 de Mayo con dos certificados de su mal, extendidos

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por dos doctores del hospital: Dr. Boulée y Dr. jouvet, conla data respectiva de 27 de Abril y 13 de Mayo.

El certificado del Dr. jouvet establece que la existenciadel mal fué confirmada por radiografía. Al día siguiente desu llegada a Lourdes, la enferma se sintió repentinamentecurada, mientras oraba ante la Gruta. A la mañana siguien-te fué examinada en el Bureau, o sea oficina de comproba-ciones por cinco doctores, que pronunciaron su absolutacuración de la lesión. Los nombres de estos doctores sonDaiche, de Chatelineau, en Bélgica; Michelet, de Sierre, enSuiza; Goethals, de Hastiére en Bélgica, y Thomas, deLons-le-Saunier.

El otro caso es el de Albert Gerard, ex sargento deejército belga, que fué con análogos documentos. Mientrasse bañaba el 18 de Mayo en la piscina, recobró al instanteel uso de sus miembros y la completa flexibilidad del espi'

Fué examinado en el Bureau por los doctores aten'cionados y otros tres más. Todos los síntomas del malhabían desaparecido con la excepción de una protuberanciio bulto sobre la sexta, séptima y octava vértebra dorsalpor lo que decidieron esperar resultados antes de lanzar everedicto.

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lo mismo en Universidades que en toda la complejidad dela vida civil.

Pero por el momento mandan los espías de la Iglesia,que hace poco llevaban en el bolsillo, para ayudar a suimemoria, fichas documentales con nota detallada de todos1,°8 m ovimientos de la Iglesia: las asociaciones diocesanas,la s asociaciones católicas de maestros de Estado, los cole-gios dirigidos por Jesuitas y otros religiosas en París, Lión,etcétera... La Iglesia triunfará de sus perseguidores, por-que le sobran elementos; pero tened en cuenta: hay pasión,temporera, no más, y cuando se enciende la pasión hay quee_,8 P erar una satisfacción y el desgarro consiguiente. A pesarue que es muy largo el índice de problemas anotados en lasfi chas de cartón. Francia debe de pasar por un momento desectarismo agudo.

Podíamos decir algo más, pero, Dios mediante, sereotro día.

Por católicos y por españoles nos importa prestar aten'ción a las COSdS que ocurren en esta nación. Han triunfad(aquellos que creen que la sociedad es algo tan perfecto cp-Kno necesita para nada de la sabiduría revelada, enseñadepor la Iglesia. Los que hacen del Estado señor absoluto dEvidas y conciencias, desde el hogar hasta la última mal'.festación social, siendo la Iglesia un elemento extraño en levida de los pueblos, a quien achacan ambiciones tan des'p reciables como limitadas. ¡La Iglesia, Madre de la Huma-nidad, que prodiga la generosidad y el heroismo por lleva'a rozas degeneradas y bárbaras los beneficios incalcula-bles de la verdadera civilización, mientras esos Estadospositivistas, que practican la religión del humanitarismo Yfraternidad, como los Estanos Unidos arrojan de su seno,cuando no les hacen falto, a razas de que se han servidopara desarrollar sus grandes industrias. ¡Cuánta indig-nidad! Han triunfado en Francia los puritanos de la laici-dad. Y estas cosas las dicen, no con el desenfado dedilettante, sino con el furor de unos endemoniados. Claroes que no piensa así lo que más vale y puede en Francia,

ESPAÑA

En el momento que escribo, acaba de terminar la Sema-n a Misional de San Sebastián, que se celebró desde el día4 hasta el 9 del corriente. Asistieron el Prelado diocesano,el de Pamplona y hacia el fin el Nuncio de Su Santidad.

Ya que falta espacio para entrar en pormenores de lamisma, sólo me fijaré en un hecho muy edificante paratodos.

Coincidiendo con la Semana Misional, hubo la Exposi-ció n misional, ,o sea de objetos destinados a las misiones,e n el palacio de la provincia. Quien esto escribe tuvo elgusto de visitarla, pero de escapada nada más, con granPena suya.

La primera impresión, esa que viene de pronto sin pen-Pr , fué ésta. ¡Para qué encima Semana Misional? Si la?emana Misional tiene por objeto imbuir en la conciencia; e l os fieles la obligación que tienen de extender su fe por",dos los medios a su alcance, ¿,no está demostrando esta17- xPosición que la idea está muy arraigada, pues manifiestaProductos tan espléndidos de caridad y celo? Que se obraen la medida que se vive. La Exposición ha sido provin-cial , exclusiva de esta pequeña provincia de Guipúzcoa, ycon té cerca de cuarenta cálices, y debe de haber otros tan-1, c's copones y custodias. No he podido hacerme con unitnventario. He sabido que hay doscientas doce casullas con

correspondientes vestiduras sacerdotales, e infinidad detrajes p ara los neófitos...

Una superficie de veintiséis metros de largo por diez de

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ancho, cortada por tres pasillos longitudinales de un metrode ancho. Y en ese espacio tan aprovechado se admira elesfuerzo de ingenio y cálculo que de cien combinacionesdistintas sabe escoger aquella que abarque más en menossitio, sin ofender a la vez al buen gusto. Y tened en cuentaque esto no representa más que un momento, el actual, deun esfuerzo prolongado por siglos que ha sabido conquis-tar pueblos para jesucristo.

A veces se dice que en este frente universal de la Iglesiahay zonas defensivas y de conquista. Creo que sería máscorrecto decir que la Iglesia es una milicia esencialmenteconquistadora, que no podría vivir en la defensiva.

Permitáseme recordar a nuestro gran Maldonado que alcomentar aquellas palabras: «y las puertas del infierno noprevalecerán» saca buen partido del simbolismo de puertapara deducir que las potestades del infierno están a ladefensiva por necesidad. Exposiciones de esta naturalezason un buen símbolo del poder conquistador de la Iglesia.Y al ver que así se atiende a los héroes que se baten en laavanzada, los que no pasamos de humiides territoriales ode reservistas oscuros, sentimos ganas de emular sus ha-zañas para merecer las mismas atenciones.

La junta misional diocesana reunió el año pasado212.00G peseids. No se cuenta todo lo que reunieron lasOrdenes rel glosas, que fué mucho también, por el númerode sus misioneros, la Diócesis de Victoria suele figurar a lacabeza de las del mundo. Ei Padre John Vanghan, hermanodel Arzobispo de Westminster, trajo a sus expensas a supueblo natal de Asteasu los restos del gran misionero gui-puzcoano en Paraguay, el Padre Lizardi. El Padre Vanghan,que envidiaba mucho la fe de estas montañas, recordaba enun momento solemne de su vida, que había visitado muchosconventos de religiosas y no había visto ninguno donde riotropezase con alguna religiosa de este país. De paso unavez en la colonia de Natal, preguntó en una Comunidadque visitaba si por casualidad había alguna vascongada»Con gran sorpresa y emoción vió levantarse una de laspresentes: Una servidora; soy navarra. Y terminaremos coripalabras del dignísimo Sr. Elorza, presidente por derechode conquista de esta provincia: «Que el ejeraplo de Guipúz-coa trascienda y cunda por todas las provincias, para queen toda España tenga esta apostólica y santa empresa rn i

-sional vida lozana, pujante y vigorosa».FR. MARTIN O. DE ARRIAGA

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CRÓNICA MENSUALEl 29 de Mayo, fiesta de la Ascensión, y no el I.° de Junio

Co mo dijimos en la crónica atiterior, se celebró en Medinade l Campo la anunciada Asamblea de las Uniones Patrióti-cas castellanas y leonesas. La expectación que por todasPartes despertó atrajo la atención de las demás regiones que,O mandaron sus representaciones o expresivos telegramasadhiriéndose al acto. Sorprendente cuadro ofrecía la histó-;lea ciudad de Medina el 29 de Mayo. Treinta mil hombres,' abradores en su mayer parte, curtidos por el duro trabajogel terruño, ansiaban presentar sus anhelos al jefe del Go-Pierno, y escuchar de sus labios palabras de aliento y dereconfortadora esperanza en el engrandecimiento de Espa-

a • Y no quedaron defraudados. El general Primo de Piveradedica sus primeras palabras a la Peina Blanca, cuyo re-cuerdo llena siempre de emoción los buenos corazonesespañoles. Afirma que la Unión Patriótica es ante todo unademocracia, y que por eso recogía el sentir religioso ydi nástico que impera en las grandes masas del pueblo es-Pañol; que ese partido ha de organizarse por selección entrelas propias personas que lo constituyan; que aunque existeco munión espiritual entre el Gobierno y el partido, será éstequien se dará normas para el ejercicio del poder, y que si elGobierno lo ha llamado suyo, es porque lo ha alentado yamparado, para que sea consecuencia de su propia obra;Pid e la ayuda de las mujeres, a quienes se ha concedido elvo to para que cooperen en la empresa de salvar a España,Y a nuncia que no volverán los cacicatos, que fueron los quel a l levaron al borde del abismo. Después de exponer el pro-grama agrario del Gobierno y la labor que es necesariorealizar todavía para purificar a España de todos los malesP asados. termina el presidente del Directorio diciendo: LaUnión Patriótica no es un partido para esca l ar el Poder; esUn partido de sacrificio, y el deber ancanza a todos: av9sotros, labriegos, que debéis poner en el trabajo entu-siasmo; a vosotros, amos, que debéis tratar cristianamentea l os obreros; a las personas instruidas, que deben comu-nicar su cultura a los que les rodean. Encuentro a Españade tal modo, que la obra de regeneración que yo pensabaqu e podía realizar la generación venidera, tengo la seguridadde que ha de realizarla ésta, y que yo podré legar a mis hijosun a España purificada. Una ovación ensordecedora acoge

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estas últimas palabras, y los brazos de los que están cercaestrechan al presidente hasta ocultarle largo rato. En elpaseo del Hospital de Simón Ruiz ocupó la tribuna prepa-rada para el desfile de los agricultores y ganaderos, quefué imponente y vistosísimo, pasando con sus banderas alfrente por delante del general, dando vivas a la Agricultura.

El Sr. Obispo de Madrid-Alcalá, Dr. Eijo, publicó en elBoletín Eclesiástico de la diócesis una circular que ha sidomuy elogiada por su alto espíritu patriótico. Va contra lasprácticas que han ido imponiendo la moda y la extravagan-cia, de emplear exclusivamente lenguas extrañas para laeducación de la juventud de las clases elevadas de la socie-dad española. Declara terminantemente prohibido que enlos colegios católicos de la diócesis se practique acto algunoreligioso, de cualquier clase que sea, en lengua extranjera.

Con extraordinario esplendor y brillantez celebróse esteaño en Madrid la conmemoración del quinto aniversario dela consagración oficial de España al Sagrado Corazón deJesús en ei Cerro de los Angeles. Por la mañana aparecie-ron ya muchos balcones engalanados con los colores de lainsignia nacional. Una peregrinación nutridísima, que secalcula llegaría a seis mil personas, cubrían materialmenteel cerro. Ofició en la misa el Sr. Obispo de la diócesis,repartiéndose una numerosisima comunión y, terminada, elPrelado hizo el acto de consagración al Sagrado Corazónde Jesús, adhiriéndose al que en el mismo Cerro de losAngeles pronunció el Rey en 50 de Mayo de 1919, en nom-bre de la nación española.

Después de unas cuantas horas de permanencia en laciudad de las flores, Valencia, en donde fueron objeto cons-tante de cordiales y efusivas manifestaciones de cariño, lle-garon a Madrid, por la estación del Mediodía, sus majestadeslos Reyes de Italia con el Príncipe heredero. Madrid, quetodavía recordaba con entusiasmo los agasajos tributadosa nuestros monarcas en su visita a Roma y a las ciudadesitalianas, manifestó que sabe ser agradecido. Y así al ama-necer del 7 de balo, rebosando de júbilo y de entusiasmo,mostróse ataviado con sus ' mejores galas, dispuesto a ma-nifestar calurosamente el afecto y simpatía que le inspira-ban los regios huéspedes. A esperarlos a la estación fueronlos Reyes y el Príncipe de Asturias, el jefe y los generalesdel Directorio. Al entrar el tren, la música de Saboya tocael himno nacional italiano; descienden los Reyes de Italia,abrázanse efusivamente D. Alfonso y Víctor Manuel, mien-

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tras l as Reinas se besan cariñosfsimamente. Dispuestas.lasregia s comitivas, al aparecer en la Puerta de Atocha, lamuchedumbre prorrumpe en aclamaciones delirantes, quese suceden ininterrumpidamente durante todo el trayecto.L' SPeCtäCL110 sorprendente ofrecían las calles de Alcalá y'maYor, con sus colgaduras, banderas de los colores nacio-na l e i taliano, iluminaciones, gallardetes, flámulas, guirnal-las de flores, etc., etc., y la compacta masa humana que

filuesde las aceras, balcones, azoteas, presencia el regio des-

e., En el banquete de gala celebrado este mismo día en Pa-la cio en honor de los Reyes de Italia, carnbiáronse entre losdos soberanos discursos de cordial confraternidad, en losqu e exp resan el anhelo por una aproximación cada día ma-Y n r entre las dos penínsulas hermanas.

Los días siguientes el entusiasmo popular no decayó niun momento, haciéndose ruidosamente ostensible siempreq ue se ofrecía la ocasión.

Los soberanos italianos han visitado Aranjuez, El Es-corial, cuyo monasterio ha llamado poderosamente su aten-96n , y Toledo, recibiendo en todas partes demostracionesLi e afecto y de cariño.

Con iguales muestras de entusiasmo el pueblo de Ma-urid t ributó a los Reyes de Italia una cariñosísima despedidaLel miércoles 11, en que salieron para Barcelona, en donde

Sido también muy aplaudidos y agasajados durante suestan cia. Terminaremos estas líneas deseando como frutob e esta visita los mismos prácticos resultados que augurá-

amos cuando nuestros monarcas visitaron a Italia.FR. L. SANTAmARíA

RADIOGRAMASMisa entera.—UNA COLEGIALA. —En estás alturas del Gua-

:Qrrama vivo en una casita, internada en un hermoso pinar,»,ero un poco apartada de la „iglesia, y como la hora de la"¡ea misa que aquí hay, es la que señala el toque de cam-15(111a ; aunque poco más o menos suele ser a la misma hora,l'in domingo me cogió desprevenida, y llegué cuando iban yaar 'llzar. Creo no me habrá valido la tal misa, porque en el

Glegio me enseñaron que no oye misa el qzle llega despuésdel Ofertorio,. ero a pesar de esto me pareció después que elq,ue sin culpa llega tarde a nzisa debe oir lo que queda. ¿Esjtinelado este mi parecer? -

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Y tan fundado que es su parecer, como que está obligadoa oir lo restante de la misa el que llega antes de alzar, si nopuede oir otra, o por no haberla, o por otra causa justa quepueda dispensarle de quedarse o de ir a ella; y, por consi-guiente, tiene obligación de ir a oirla la persona que por MI-posibilidad, o inadvertencia o malicia, no llegó antes delofertorio, con tal que tenga esperanza de llegar antes deconsagración; porque si la iglesia manda bajo grave la pri-mera parte de la misa que corre desde al principio hasta des-pués del ofertorio, .con cuánta más razón y fuerza la quecorre desde. la consagración hasta el fin, en que está la eser l

-cia del Santo Sacrificio? Aún hay más; lo que precede a laconsagración y lo que sigue a la comunión no está mandadopor sí mismo, sino por razón del Sacrificio que queda en me;dio. De ahí que el que no pueda asistir a esta parte principalde la misa, no está obligado a oir las otras, aunque buena-mente pueda; porque, aunque la Iglesia puede mandar sepa-radamente cualquiera de las partes de la misa como actosdel culto, no habiéndolo hecho sino como misa, ha de inter-pretarse este precepto ex natura rei, y así el que no puedaasistir a lo esencial, no lo está a lo demás.

Si hubiese otra misa, el que hubiese llegado antes de alzara la anterior, cumpliría con la obligación de oir misa entera,oyendo de la siguiente desde el principio hasta el punto enque encontró la primera misa.

Institución de becas para dar la carrera de sacerdote.-UNCABALLERO QUE ESTÁ. DISPONIENDO SUS COSAS PARA EL VIAJE ALA ETERNIDAD. — Quiero en mi testamento instituir una o dosbecas, las que mi caudal y obligaciones permitan, para lacarrera del sacerdocio, ¿cuál será más agradable a Dios,que las instituya en un seminario o en una orden reli-giosa?

Vaya una preguntita, en cuya contestación a más de cua-tro, mal o bien intencionados, ha de parecer que barro paradentro. Pero aunque frailes y no de los de paramento, fu i

-mos los Mercedarios los menos pedigüeños, a no ser para loscautivos; y algunos espíritus observadores dicen que losMercedarios (y en esto no tengo por qué contarme en este glo

-rioso número) tienen cierto porte de nobleza, que ya quepocos de la sangre, todos lo traen de la tradición, porque ala hora de ahora, si la Merced hubiese desaparecido y deja-se que administrar, se codearía con la Orden de Montesa yaún le llevaría ventaja-la comparo con ésta por ser delmismo solar-y alternaría muy honrosamente en honor conlas demás Ordenes caballerescas, aun las más estiradas. Ade-más, este Ujcin en materia de pedir nunca supo decir estaboca es mía.

A pesar de todas estas recomendaciones, que bien pudie-

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ran evitarse, deseo que mi preguntador y lectores discurranE°11.1nigo , y después se atengan a lo que mejor les parezca.indudable que la bondad de una obra puede ser realzada're IO es por sus circunstancias, si son buenas; y es afeada., uando son malas. Esto supuesto, beca para sacerdote, seaeesotte rel igioso o secular, tiene el mismo mérito, pues tan sacer-

e es el uno como el otro. Que el uno y el otro puedenPrest. •estar Iguales servicios a la Iglesia, y aun a veces superar„:„-acerdote secular al regular es claro; pero lo general esque sacerdote religioso presta mayores servicios. No tene-i 2 j s. Inäs que hojear la historia eclesiástica y veremos que

Ln. corporaciones de grandes masas a la Iglesia Católicadas, l'Alcieron religiosos, y que hoy y siempre son las avanza

tig l

-u. eo la Iglesia y su termómetro. Lo que ese sacerdotees:— adquiere sirviendo al altar, vuelve mediata o inme-

d `.anlente a ceder en servicio del mismo altar, porque sea la formación de nuevo personal, a la implantación

01 „-()uras de apostolado, a la mejora dedas existentes...; y loe'n",adquiere el sacerdote secular en los ministerios, puede

buena conciencia gran parte de ello, por no decir sut `andad, invertirla y la invierten en sustentar a sus parienb;,.-, 37 au n a veces en mejorarlos de condición social. Fundarch:`a en orden religiosa es no sólo contribuir á la formaciónwis-' un nuevo ministro del Señor, sino también al sustento de- secuaz ole la perfección evangélica, que es de tanta esti-

rdna qu e la Iglesia aplaude y favorece la entrada de los sacer-e2,tes seculares en religión, y prohibe, y sólo en algunoss'ps permite

' él paso de los sacerdotes religiosos al clero

T enteTegilar; Y, por fin, y ésta es doctrina de Santo Tomás, es.a, excelente ser sacerdote religioso que sacerdote secular.a/ barrido para dentro con escoba, o con razón, ustedes=O verán.

UJÄN

NOTICIASMADRID

Do n Juan de Alarcón.-Primera Comunión, la celebraronr-t cha de la Ascensión, como de costumbre, las niñas de este17-Glegio de D. Juan de Álarcón. La dió el P. Fernando Diez quet s Preparó durante ocho días para este transcendental acto. A laAarcle , en manos del mismo Padre renovaron las promesas del„a, utisulo, y después de la procesión cerró con broche de oro estas-"letlinidades el M. I. Sr. Arcediano D. José Rodríguez del Vallee°n una hermosa y oportuna plática.

ta San Fernando (Cuatro Caminos).-Primera Comuniónllibien la celebraron el 30, tiesta del titular de este convento, las

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POYO (Pontevedra).Comunión general de los niños.—Digno coronämiento de

la labor apostólica llevada a cabo en la parroquia por nuestrosreligiosos, y sobre todo por el celoso P. Francisco B5veda, fué laComunión general de los niños celebrada el día de la Ascensión,a la que concurrieron unos trescientos cincuenta, o sean casi todoslos que estaban en edad de hacerla. Además de la catequesis do-minical y escuela nocturna, se les preparó durante un mes coninstrucción diaria, en la que tomaron parte varios de nuestros J O -yenes estudiantes, que de ese modo se adiestran para este funda-mental ministerio. Como la parroquia es pobre y no hay a quienpedir para les gastos que la catequesis exige, los religiosos, afuerza de privaciones y de trabajos extraordinarios hechos con esoexclusivo objeto, reunieron varios cientos de pesetas, que pertn i

-tieron montar una regular feria que estuvo concurridísima, y don-de los niños cambiaron sus vales por juguetes y objetos útiles,más buscados ahora a causa de la intensa crisis económica quepadece la región y que ha ofrecido campo abonado a las predica'ciones subversivas. A pesar de las cuales en Poyo son contadolas personas que han dejado de cumplir con el precepto pascualeste ario.

Mes de Mayo y Junio, se celebran sus actos con gran solearnidad los días festivos por tomar parte en el canto el coro de unaScien cantoras.

Primera Comunión.—E1 día de San Antonio recibió en esta

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iglesia la primera Comunión el niño Pepito Díaz Herrero, hijotnenor de D. José Díaz Sanjurjo y sobrino y ahijado de los °pulen-tc's capitalistas D. a María y D. Antonio Martínez Herrero. Enautomóviles se trasladaron a Poyo las familias del Presidente dela Diputación de Pontevedra, Coronel de la Guardia civil, Otero,Areses y otras distinguidas personas.

La schola cantoruna del Convento, reforzada por otros elemen-t°s y tres niños (seises) de la Colegiata de Vigo, cantó la gran_diosa misa Primera Pontifical de Perossi. Celebró el santo sacri-Íicio el R. P. Comendador fray Guillermo Vizquez, que antes dela Comunión hizo una breve y emocionante plática. Acompañaronal niño en la Sagrada Mesa muchos de sus amiguitos y los reli-gi°S05 más jóvenes de aquella Comunidad.

M isión de Piauhy.—Hernos enviado al P. FranCisco 3.000estampas pequeñas y algunas de cuadre.

SARRIATomas de hábito. —El día 23 del último Mayo, nuestro Padre

`-°mendador Fr. Antonio Rodríguez, dió el santo hábito a los jó-venes estudiantes José Vallejo, Emilio Pérez, Ramiro García,Rosendo Díaz y José Silva.

EXTRANJEROARGENTINA

Nuestro revererendísimo P. Maestro General. -- EnMendoza.—Llegó a esta ciudad procedente de Chile el 13 deAbril para hacer la santa visita a esta Comunidad. Hizo los oficios,cle la Semana Santa y predicó el sermón de la Agonía, «con todastas nexcelencias de u artista de la palabra», dice La Perla Andina,teniendo pendiente de sus labios durante una hora al numeroso au-clit°rio. Fué visitado por numerosas personas de la buena sociedad

A Córdoba llegó el 30 del mismo mes, acompañado del reve-r9ncl o H. Fr. Aniceto Ayarza. Le recibieron a la puerta de la igle-sia con el ceremonial prescrito la Comunidad mercedaria, acom-Pratlada de las Comunidades de los PP. Franciscanos, Dominicos,"-arfnelitas, Jesuitas y Escolapios. Llenaban el templo distingui-cl°s caballeros, damas y señoritas. Concluido el « Tedeum», res-PI? nd iendo a la bien venida que le diú el P. Angel Clavero, escola-

, dirigió una hermosa alocución al pueblo de Córdoba, en la que'e agradeció el recibimiento dispensado.En el Colegio León XIII.—Es un magnífico edificio, hoy por

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u°37' el primero de la Orden, destinado a los jóvenes mercedarioscri e se preparan para el sacerdocio. Puede juzgarse de su gran-"eza Por la longitud de la fachada, que mide más de cien metros.

niñas que asisten a este Colegio. Durante ocho días las prepara-ron para este acto el P. Fernando Díez con pláticas de ejercicios y

el P. Capellán de la Comunidad D. Tomás Fernández con pláticasdoctrinales. Después de la Comunión que distribuyó el P. Ferna n

-do, se dió la bendición papal y a adorar la reliquia del santo Reyde Castilla y se renovaron las promesas del Bautismo.

Buena Dicha.--Novena de los Jueves Eucarísticos secelebró con mucha solemnidad desde el 11 . al 19 del corriente, pre-dicando todos los sermones D. Rafael Sanz de Diego.

Lo más saliente de estas solemnidades fué el estreno de unahermosa custodia, fabricada en los talleres del reputado artistaST. Granda, que costearon las asociaciones de los Jueves y deNuestra Santísima Madre y otros varios fieles.

Hermanas Merceclarias enfermeras de la Cruz Roja.-En el hospital de San José y de Santa Adela, el 5 de este mes, SuMajestad la Reina Victoria entregó los nombramientos de enfer-meras a seis nuevas Hermanas Mercedarias y a nueve Hijas de laCaridad.

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Al lado de la epístola de la iglesia que se levantará, está el coris-tado, y al del evangelio, el postulantado; a espaldas de la iglesiay en sentido ortogonal al de ésta, están situados el refectorio, co-cina y demás dependencias del Colegio. Tienen ya instalada unaestación radiotelefónica capaz de recibir las comunicaciones deNorte América.

A visitar el constado y este hermoso edificio fué nuestro reve-rendísimo Padre el 30 de AMI, y después de prestada obediencialos jóvenes le dedicaron una hermosa velada. Al final felicitó alM. R. P. Provincial y al convento de Córdoba por la construcciónde este Colegio, que llegará a ser algo muy grande, tal vez el Co-legio internacional de la Merced de América española y honor dela Orden, e hizo atinadas observaciones para la buena marchadel constado.

En las Mercedarias de Alta Córdoba.—E1 4 de Mayo esteacreditadísimo establecimiento de educación, uno de los mejoresde la Argentina, dió un festival literario-musical en honor delReverendísimo. Fueron muchos y variados los números de esteprograma, pero a los devotos de la Virgen mercedaria madrileñales interesará saber que el último número fué LA VIRGEN MERCE -DARIA MARIANA DE JESÚS, escenas de su vida en varios cuadros.La selecta concurrencia salió complacidísima de esta fiesta.

La Corte de la Merced.—Esta Congregación celebró el 9 delmismo mes el 15.° aniversario de su fundación. Dijo la misa decomunión el P. General, y al final pronunció una hermosa plática.

En el Club Católico de Córdoba.—Homenaje al MaestroGeneral de la Merced se lo rindieron el 11 de Mayo todas lasAsociaciones radicadas en el templo de la Merced, especialmentela Corte de Nuesta Santísima Madre. Culminó esta fiesta en elCuadro alegórico, en que aparecían representadas por niñas Es-paña, la Madre Patria, y Argentina fusionadas en un abrazo fra-ternal, y hermanadas las dos ciudades de Córdoba y Burgos, cunadel Reverendísimo. Honró estas fiestas con su presencia el ilustr í-simo señor Obispo y una selecta concurrencia. Del saludo al reve-rendo del P. Demetrio Velasco, pláceme transcribir estos versos,que por manifestar en ellos su amor a España, resumir el objeto dela fiesta y por su factura, se destacan de los demás de la composición.

A través de los espacios,Con el poder de una magiaQue supera a la del flúidoDe raudas ondas hertzianas;A través de los espacios,Salvando inmensas distancias,Las almas se comunican,Los corazones se hablan;

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¡. Quién no recibe los besosDe la madre idolatrada

Cuando siente los pesares de la ausenciaEn las extranjeras playas,

Cuando surge en el silencio de la nocheLa silueta encantadora de la Patria?

Una ciudad que se empinaEn la sierra que le sirve de peana,

Al escuchar nuestras voces,Trasmite un voto de gracias,Es Burgos, la noble Burgos,La de eternas remembranzas,La invicta ciudad del Cid,

Por sus bélicos blasones tan preclara,La que en el frío ArlanzónSus pies de amazona baña,La que tiene, cual prodigioDe las edades pasadas,Su catedral gigantescaCuyas agujas se lanzanHasta la cumbre del cieloY rayos de sol ensartanPara tejer, cariñosas,El regio manto de España.

Hoy se ha asomado a la sierraLa gran Burgs, la inmortal, la legendariaY al oir agradecida el homenajeQue a los méritos del hijo se consagra

En la ciudad de Cabrera,En la Córdoba hermosísima e hidalga:

«Yo participo tambiénDe ese festival, exclama,Porque es gloria de mis glorias,Porque es de mi tronco rama,El eximio sacerdoteA quien se saluda y canta;Allá mando mi saludo,

El saludo de la reina castellana,Y si quieres fusionar nuestros afectosNoble Córdoba.., desde hoy somos hermanas.»

Vuelta a Europa.- -Cuando nuestros suscriptores reciban elPresente número, estará ya en España o llalla nuestro reverendí-5im0 General, que, según noticias de la Argentina, habrá embar-cado el 6 de Junio.

Quito (ECUADOR)Ei Rvdmo. P. Delgado.—En viaje directo de Lima a esta

ca Pital, llegó a mediados del mes de Marzo el reverendo PadreVisi tador y Vicario general Fr. Ricardo Delgado. Su paternidadreverendísima ha podido comprobar una vez más el sincero cariñoque nuestra Comunidad y sus amigos le profesan.

N uestra Misión de Jipijapa (Provincia de Manabí).--Fun-

e39 —de los señores Jacinto Gijón y Caamaho y la de los señores Damau1-Terma nos la labor de los Padres Mercedarios en el campo social.Han establecido varios centros obreros, la congregación de SanJ, c)s , en la que se han inscrito más de trescientos; sostienen con-erencias semanales para los mismos, catecismos y otras obrasbené ficas en pro del proletariado.

A las muchas felicitaciones que están recibiendo nuestros , Pa-ures de todas las clases sociales de esa localidad por su fecundalabor , unimos la nuestra muy sincera y Pedimos al Señor las ben-dicion es y las luces para que sigan laborando entre los pobres.

Viajeros.—E1 23 de Mayo han salido para Bolivia y Perú, res-Pectiv amente, el reverendo P. Ricardo Delgado Capeans, Visita,cl°r General de la Merced y el corista Fr. César Augusto Calde-r,6n , que parte del Estudiantado del Ecuadoral de Lima con objetoue graduarse en la célebre Universidad de San Marços.

Conferencias para señoras en Guayaquil.;--De 'pasó parabiol ivia, las señoras de esta capital han invitado al reverendísimoP. Ri cardo Delgado Capeans para que dé una serie de conferent,cias en el templo de la Merced, a lo que gustoso ha accedido.-1' 1 !lul o. Sr. Obispo ha concedido 50 días de indulgencia a todas lasPersonas que asistan a dichas conferencias, las ha aplaudido y ben-decido y aún ha ofrecido la Santa Iglesia Catedral para las mismaS.

Las amplias na ves,del templo mercedario se ven llenas de boteen bote por todo lo más selecto de Guayaquil, que acuden ,a oir lassublimes enseñanzas, las acertadas orientaciones del conferen-cista . Los temas que ha desarrollado sonde palpitante actualidad,razón por lo que la Prensa de todos los matices se ha ocupado de7.11 as. El primer día demostró cómo el lujo ha quebrantado la' Ilerza de las naciones. Expuso en la segunda las posiciones de laITul ier en las avanzadas del catolicismo. Trató en la tercera del°r n de la familia seo-ún la doctrina católica; la familia en sí yc° 11.1 0 célula social. Demostró en la cuarta las causas de la des-r2an1zaeión de la familia; legislación laiciiadora o disolvente, el

watri monio civil, el divorcio, el amor libre, incapacidad para edu-h_ear Por falta de instrucción 'y de educación. En la quinta y últi-¡l'a siguió tratando de lo mismo, por la falta de los principios cris-dial;°s ,

Por el alcoholismo, el cinematógrafo y el teatro inmorales;de i °' importancia de la buena Prensa y de alejar del hogar la mala.

la estas conferencias con una comunión general, ena qu e recibieron el pan de los ángeles centenares de señoras y

ie.abal leros. Dijo el Padre conferenciante que ofrecía esta nume-dosa comunión para implorar del cielo el advenimiento del reina-d° social del Corazón de jesús en la República y por la tranquili-

acl Y paz de la nación ecuatorianä.

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dada hace más de un año por el Rvdmo. P. Visitador Delgado,gracias al cielo marcha muy bien. El Ilmo. y Rvdmo. Sr. ArzobispoD. Manuel M. Polit, actualmente Administrador Apostólico de laDiócesis de Manabí, en su última visita Pastoral visitó tambiénnuestra Misión y tuvo palabras de encomio y agradecimiento paraobra tan importante, conforme lo manifestó a nuestros Preladosaquí en Quito. Ultimamente se ha nombrado un religioso máspara dicha Misión: el R. P. Ramón Morillo, sacerdote competentey entusiasta por el adelanto de nuestra Comunidad.

En nuestra Basilica.—Todos los domingos de Cuaresma sevinieron dando en nuestra Basílica de la Merced, por reputadosoradores sagrados, conferencias religiosas, a las que asistió selec-t.a concurrencia. El domingo de Ramos le tocó el turno a nuestroRvdmo. P. Visitador, quien desarrolló el tema: Prejuicios contrala religión con gran maestría, siendo muy del agrado del nume-roso público que acudió a escucharle.

Ejercicios espirituales.—Se dieron en la tercera semana deCuaresma y con gran concurrencia de fieles, principalmente a laspláticas espirituales que dió el P. Ramón R. Cabrera. Los sermo-nes morales los predicaron diferentes Padres de nuestra Comun i

-dad, y el fruto que se sacó fué espléndido.Snmana Santa.—En todas las iglesrás de esta capital se ha

celebrado la Semana Santa con espíritu creciente de fervor y defe. Los tradicionales monumentos de jueves santo espléndidos enalgunos templos, distinguiéndose el de nuestra Basílica, que seme-jaba un inmenso relicario de luz, hábilmente dirigido y compuestopor nuestro sacristán mayor el R. P. Manuel M. Coronel. Llamójustamente la atención del numeroso público asistente la HoraSanta del Jueves y el sermón de Soledad el sábado santo, predic a

-dos ambos por el reverendísimo P. Delgado, como también el ser-món de Tres Horas del R. P. Coronel. El canto lo desempeñaronlos jóvenes coristas, acompañados del P. Ramón Cabrera; todo elfue selecto.

Solemne Novena. --El 25 de Abril tuvo lugar la solemne No-vena que anualmente celebra nuestra Comunidad en honor deNuestra Santísima Madre en su histórica advoeación de «El Terre-moto». La fiesta tuvo lugar el 4 de Mayo con asistencia del ilustrí

-simo y reverendísimo Sr. Arzobispo, el venerable Capítulo Metro-politano, muchos caballeros y muy numeroso público. Se cantó lagran misa de Bottigliero. El sermón panegírico del R. P. Provin-cial Fr. Francisco Calderón fué una pieza oratoria ¡Laus Deo!

Corresponsal.Apostolado social de nuestros Padres en Ambato.---

Estä, dando saludables frutos entre la clase obrera de las fábricas

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CAGLIARI (Cerdeña).Las solemnes fiestas a Nuestra Señora de Bonaria.—

Desde el 23 al 30 de Abril resultaron,°como siempre, espléndidas.La concurrencia de devotos que venían a pedir favores y a dargracias por los recibidos, fue numerosísima, no sólo de Cagliari,sino también de todos los puntos de la isla. En los diversos actosde estos cultos cantaron las Hijas de María y socias del Círculo deJuventud femenina de Bonaria y los seminaristas. El día de lafiesta, con asistencia del señor Arzobispo de Cagliari, celebró depontifical el Obispo de Tortoli, Mons. Antonio Tomás Videmari,que pronunció una bella homilía, como es costumbre lo hagantodos los nuevos Obispos de Cerdeña. A la tarde hubo procesióndel Santísimo, llevándolo el señor Arzobispo Mons. Piovella, elcual, antes de dar la bendición, hizo un sermón fervoroso a losconcurrentes.

El Cardenal Cayetano De Lai en nuestro Santuario deBonaria.— Corno representante de Su Santidad en el Cocilio Pie'nario de Cerdeña, celebrado en Oristano del 18 al 25 de Mayo, elCardenal De Lai, acompañado de su excelencia el Arzobispo deCagliari, Mons. Piovella, y del nuevo Obispo de Nuoro, MonseñorFossati, visitó a Nuestra Señora de Bonaria. Le esperaban al des'embarcar el Arzobispo de Oristano y los Obispos de Ozieri, deOgliastra, de Ales, de Bosa, de Tempio y de Iglesias y todas • la5autoridades eclesiásticas y civiles de Cagliari. Le rindió honoresuna compañía del 46 de Infantería. Su entrada en la ciudad filéverdaderamente triunfal. Oró ante la imagen y celebró la santamisa, volviéndose al evangelio para agradecer al pueblo, que inva-día el templo, el grandioso recibimiento que le habían hecho coill°a representante del Sumo Pontífice y los aplausos que en sn Per-sona tributaron al Vicario de Cristo; exhortóles a continuar silhermosa tradición de fe, de devoción a María y de adhesión a 13Santa Sede. Visitó después las obras de la nueva Basílica, dignßde la devoción que los sardos profesan a la Virgen.

Santa y patriótica iniciativa.—Como en Italia se están eri-giendo a porfía monumentos, iglesias y altares expiatorios a lamemoria de los que sucumbieron en la gran guerra, un grupo demadres de Cerdeña propone, sin perjuicio de otras iniciativas quepuedan tomarse, que todas las madres de los muertos en campay todas las viudas a causa de la guerra, levanten en el Santuariode Bonaria una capilla a Ntra. Sra. de los Dolores, la gran Madreque probó en sumo grado la acerbidad de la cruel muerte de su 111i0'

El P. Delgado ha sido muy felicitado por lo mejor de la cultasociedad guayaquilefta por sus importantes conferencias, a la queunimos la nuestra.