Origenes Del Español de Vzla

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Cuadernos Latinoamericanos Año 22, No. 40-I, julio-diciembre de 2011 (pp. 9 - 21) ISSN 1315-4176. Dep. legal pp 88.0099 Centro Experimental de Estudios Latinoamericanos “Dr. Gastón Parra Luzardo” Lengua, identidad y frontera: el español de Venezuela en el estado Zulia Godsuno Chela-Flores* ________________________________________________Resumen En este trabajo se analiza la variedad zuliana del español de Venezuela desde la perspectiva de lengua como instrumento de identidad lingüística en una situación geográfica de frontera. Se inicia este análisis con una revisión de la evolución del espa- ñol a la luz de los fenómenos de dialectalización y koinización tanto en España como en el período de la formación del español de América. Se examina la situación del pri- mer producto lingüístico hispánico en América: la koiné antillana, base del español de Venezuela. Las características de ese español y de la variedad zuliana se analizan a tra- vés de una taxonomía dialectal propuesta por el autor con anterioridad (1998b) y se compara esta variedad con las colombianas fronterizas. Así mismo se estudia la situa- ción del voseo zuliano, elemento lingüístico esencial de la identidad regional y se con- trasta con la situación colombiana y se descarta su influencia sobre la primera. Final- mente, se hace una evaluación del efecto de la globalización sobre las diferentes di- mensiones de los binomios variedad lingüística-identidad regional/nacional y se conclu- ye con la afirmación de un futuro seguro para la suma de esos binomios, la venezolani- dad, herencia de la evolución histórica y promesa de fortaleza nacional. Palabras clave: lengua, identidad, frontera, español, Venezuela. * Profesor Titular jubilado de la Universidad del Zulia. [email protected]. Recibido: 12-09-2011 · Aceptado: 10-10-2011

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Godsuno Chela-Flores

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  • Cuadernos Latinoamericanos

    Ao 22, No. 40-I, julio-diciembre de 2011 (pp. 9 - 21)

    ISSN 1315-4176. Dep. legal pp 88.0099

    Centro Experimental de Estudios Latinoamericanos

    Dr. Gastn Parra Luzardo

    Lengua, identidad y frontera:

    el espaol de Venezuela en el estado Zulia

    Godsuno Chela-Flores*

    ________________________________________________Resumen

    En este trabajo se analiza la variedad zuliana del espaol de Venezuela desde laperspectiva de lengua como instrumento de identidad lingstica en una situacingeogrfica de frontera. Se inicia este anlisis con una revisin de la evolucin del espa-ol a la luz de los fenmenos de dialectalizacin y koinizacin tanto en Espaa comoen el perodo de la formacin del espaol de Amrica. Se examina la situacin del pri-mer producto lingstico hispnico en Amrica: la koin antillana, base del espaol deVenezuela. Las caractersticas de ese espaol y de la variedad zuliana se analizan a tra-vs de una taxonoma dialectal propuesta por el autor con anterioridad (1998b) y secompara esta variedad con las colombianas fronterizas. As mismo se estudia la situa-cin del voseo zuliano, elemento lingstico esencial de la identidad regional y se con-trasta con la situacin colombiana y se descarta su influencia sobre la primera. Final-mente, se hace una evaluacin del efecto de la globalizacin sobre las diferentes di-mensiones de los binomios variedad lingstica-identidad regional/nacional y se conclu-ye con la afirmacin de un futuro seguro para la suma de esos binomios, la venezolani-dad, herencia de la evolucin histrica y promesa de fortaleza nacional.

    Palabras clave: lengua, identidad, frontera, espaol, Venezuela.

    * Profesor Titular jubilado de la Universidad del Zulia. [email protected].

    Recibido: 12-09-2011 Aceptado: 10-10-2011

  • Language, Identity and Frontier: Venezuelan Spanish in the

    State of Zulia

    ________________________________________________Abstract

    In this paper, the Zulia variety of Venezuelan Spanish is analyzed as an instru-ment of identity in a border situation. The evolution of Spanish is examined in the lightof the formation of dialects and koins both in Spain and in America and the koinformed in the Antilles is seen as the first American Spanish linguistic product and thebasis of Venezuelan Spanish. A dialectal taxonomy proposed by the author (1998b) isused to study the characteristics of the variety under study followed by a comparisonwith the Colombian ones on their side of the border. The voseo phenomenon is ana-lyzed on both sides of the border discarding the influence of Colombian Spanish. Fi-nally, an evaluation is made of the effects of globalization on the link between lan-guage and national and regional identity and the conclusion is reached that a strong fu-ture awaits this vital link, a legacy of the historical evolution with a promise of nationalstrength.

    Key words: language, identity, frontier, Spanish, Venezuela.

    Dedicado a la memoria de J.D. Medrano (1842-1889), ilustre

    hijo del Zulia y primer estudioso riguroso del habla zuliana.

    I. Dialectalizacin y coinizacin en el espaol

    Todas las lenguas naturales sufren el proceso de dialectalizacin o frag-mentacin en su realizacin, y mientras mayor sea su difusin espacial, inevi-tablemente mayor ser el nmero de sus variedades y la diversidad de sus va-riantes. El espaol es la lengua romance ms difundida en el mundo y la de ma-yor nmero de hablantes y est sometida, como toda lengua en estas condi-ciones, a presiones regionales, sociolingsticas y algunas normativas en con-flicto. Por otro lado, a travs de la historia de la humanidad, ha existido la ten-dencia a nivelar esas diferencias entre los hablantes de una comunidad, nacino grupos de naciones en la bsqueda de supradialectos que faciliten la comu-nicacin masiva. Los productos de estas nivelaciones o koins son por lo tan-to, una seleccin de caractersticas lingsticas, que por razones generalmen-te de prestigio, se amoldan a las exigencias sistmicas de la lengua en cuestiny cumplen con objetivos de comunicacin, cultura, religin, poltica, comer-

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  • cio y posteriormente pueden convertirse en instrumento esencial de la cons-truccin de una identidad nacional.

    En la evolucin del espaol se encuentran varias koinizaciones, la prime-ra de las cuales ocurre entre los siglos IX y XI con la ciudad centro-nortea deBurgos como foco, entre hablantes del norte de Castilla, Asturias, Navarra yLen, con la participacin de vascohablantes, lo cual implica no slo contactodialectal, sino tambin contacto con otra lengua. La segunda ocurre entre lossiglos XI y XIII con Toledo, en el centro de la pennsula, como foco. En estafase, hubo contacto limitado con hablantes de francs y de occitano, quienesse haban unido a la lucha contra los moros. La tercera koinizacin se realizaen Sevilla, ciudad del suroeste espaol, con consecuencias posteriores impor-tantes en la formacin del espaol de Amrica, como veremos ms adelante.Como se puede ver, estas nivelaciones siguen la ruta geogrfica de la Recon-quista del territorio espaol en posesin de los invasores musulmanes, quie-nes a pesar de haber sido los conquistadores de Espaa desde el siglo VIII,exhibieron una conducta relativamente benigna hacia la lengua, cultura y reli-gin de los peninsulares.

    La coinizacin directamente relacionada con la formacin del espaolde Amrica es la que ocurre en el perodo cuasimgico de unos veinte aos enSanto Domingo, en La Espaola, entre 1492 y la primera dcada del siglo XVI,durante el cual los diversos dialectos de los colonos espaoles se fusionanbajo el ropaje lingstico de Sevilla, sede de la tercera coinizacin. La base delespaol de Amrica es esa coin antillana, la cual penetra al continente por vade Macuro, en territorio de lo que ser Venezuela, hace ya ms de 500 aos.Ese primer espaol americano no es slo la base del espaol actual de Vene-zuela, sino un factor fundamental en el proceso de formacin de la venezola-nidad.

    II. Lengua e identidad

    Hablar, investigar y escribir sobre el espaol de Venezuela es importan-te, no slo por su valor intrnseco (como problema lingstico), sino por su ca-rcter definitorio de la identidad nacional. Camus dijo que su patria era la len-gua francesa y el rabe se define a s mismo como todo ser que hable rabe ylea el Corn. Los hispanohablantes tenemos una ancha patria: la lengua espa-ola, hablada por veinte naciones, lo que nos da una muy especial percepcindel mundo donde vivimos.

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  • Nuestra lengua nos define y nos proporciona los recursos para darlesentido a la vida y al quehacer humano. En las palabras de Manuel Alvar, insig-ne ciudadano de este mundo hispnico: Somos lo que somos, no por los ge-nes que nos formaron, sino por la visin del mundo que tenemos. Y la visindel mundo nos las da la lengua, nos la conforma la lengua y la transmitimos porla lengua (1996:16).

    Ahora bien, dentro de esa ancha patria comn, los venezolanos hemosconstruido una nacin, cuyo cemento real es la variedad o variedades del es-paol que se han desarrollado en estas tierras. Nuestra situacin no es nueva,ni original. Somos herederos del legado ms importante que dej el imperioromano: un modo de unir una vasta comunidad de naciones a travs de una vi-sin comn forjada por una lengua, el latn.

    Dentro de esa estructura imperial y supranacional, coexistan comuni-dades identificadas por rasgos propios, derivados de su forma de realizar lalengua comn como lo fue por ejemplo, el latn conservador y tosco habladoen el norte de la Hispania romana: Si el lenguaje es la casa del ser, todos tene-mos una variedad de lengua que es nuestro hogar (J. Olza 1994: xxxvi).

    El espaol de Venezuela es nuestro asidero existencial, nuestro hogardentro de la patria hispnica, particularmente su pronunciacin y su vocabula-rio fonetologa y lxico los dos mdulos ms cambiantes del sistema de sis-temas que es cualquier lengua. Antes de entrar a considerar estas dos dimen-siones de la lengua, es conveniente explicar por qu es preferible decir espa-ol de Venezuela y no castellano, tema sobre el cual se ha escrito mucho debi-do a la excesiva sensibilidad de que los hispanoamericanos hemos sufrido enlo que se refiere a nuestra identidad, asunto este ltimo que siempre ha esta-do firme, apuntalado precisamente por la lengua que nos une.

    El inolvidable libro de Amado Alonso, Castellano, espaol, idioma na-cional: historia espiritual de tres nombres concluye que no es un asunto fcil-mente definido: La historia espiritual de estos nombre no es nada ms que laenredada historia de los sentimientos y de los anhelos, de la fantasa y de losimpulsos activos, nuestros y de nuestros antepasados lingsticos, con la rela-cin al idioma comn (1943:165). En nuestras aulas, desde la educacin pri-maria hasta la superior, se prefiere llamar castellano a la lengua oficial.

    Sin embargo, a fines del siglo XV, cuando el espaol llega a Amrica, yael proceso de castellanizacin de la pennsula ibrica haba prcticamenteconcluido, con la culminacin de la Reconquista y la unin de Castilla y Ara-gn; no se trataba ya de la lengua de Castilla, sino el de una nacin unida ytriunfante sobre el Islam, que trae su lengua, cruz en mano y la Gramtica de

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  • Nebrija bajo el brazo. De manera similar, el ingls llega a Amrica, la lenguagermnica de una Inglaterra unida bajo el fuerte mando de la dinasta Tudor:ese ingls tambin es producto de la expansin de uno de los dialectos tradosa Inglaterra por los invasores nrdicos, vale decir, un proceso similar al de laexpansin del castellano, pero a diferencia de nuestra situacin, en los Esta-dos Unidos, Canad, Jamaica, Australia, etc., la lengua oficial no se denominasajn occidental (base del ingls actual), ni siquiera anglosajn.

    Nuestra lengua debe llamarse espaol y podemos hablar del espaol deVenezuela sin temor a perder estatura o debilitar nuestra identidad en el con-cierto de las naciones. Ahora bien, esta lengua no llega directamente de Espa-a, sino a travs de la coin antillana, la cual fue el primer producto lingsticoamericano y desde nuestro punto de vista, es el primer espaol de Venezuela.Como Olza indica, esa amalgama de diversos dialectos reducidos a una uni-dad es diferente de cualquier variedad peninsular (ver Olza, op.cit.:xx).

    III. Caractersticas del espaol de Venezuela

    y de la variedad zuliana

    En los aos del encuentro del mundo occidental con el Nuevo Mundo,el nmero de indgenas venezolanos puede haber sido de unos 300.000 divi-didos en diversas tribus caribes y arawakas. Su cultura, aunque rica y vigorosa,no alcanzaba los niveles logrados por los mayas, aztecas o incas y durante elperodo colonial, Venezuela no fue centro de poder virreinal. Distinguidoshispanistas, como el sueco Bertil Malmberg, se dejaron llevar por esta situa-cin inicial y por datos parciales que parecan indicar que nuestro pas atrajosolamente a colonos de baja extraccin social, para afirmar que la pronuncia-cin tiene [en Venezuela] por consiguiente, rasgos vulgares inconfundi-bles y representa el tipo caribe popular (1966:163). Es cierto, primero,que la pronunciacin venezolana es tan diferente de las otras variedades delespaol y segundo, son sus caractersticas fonetolgicas tan desviadas de lasnormas cultas hispnicas? Para responder estas preguntas, debemos situar elespaol en el universo de las lenguas romnicas, analizar su aparente diversi-dad dialectal y explicar su significativa uniformidad, lo que exige una revisincrtica de las propuestas hechas por espaoles e hispanoamericanos en estesentido.

    Los lingistas y dialectlogos hemos estado siempre expuestos a la ten-tacin de ofrecer respuestas elegantes a los problemas y esta presunta elegan-cia se manifiesta en la bsqueda de explicaciones unifactoriales o en la presen-

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  • tacin de simtricas dicotomas; esta ltima manifestacin comienza con elmismo nacimiento de la lingstica del siglo XX y las parejas conceptuales laSaussure. En la clasificacin de las reas dialectales americanas ha dominado lamanifestacin dicotmica: espaol de flota comercial vs espaol virreinal, tie-rras altas y tierras bajas, dialectos radicales y dialectos conservadores, varie-dades estables y variedades innovadoras, espaol conservador vs espaolatlntico, etc. La verdad es mucho ms compleja y por consiguiente, propon-go acercarnos al problema de la dialectologa hispnica en general, a partir decinco tipos de dialectos, dentro de algunos de los cuales incluiremos nuestroespaol y sus variedades, incluyendo la zuliana.

    Los cinco tipos son los siguientes:

    (i) Radicales en cuanto a los cambios introducidos en la posicin posvo-clica. Ejemplo de estos cambios son la mal llamada aspiracin de la / s /, queno es otra cosa que una reduccin glotal ([khta] por casta); la velarizacin de/p, b, t, d/ ([kakturr], [okserr], [gniko], [agminihtrr] por capturar, o-bservar, tnico, y administrar respectivamente); el trueque de /l/ y /r/ oms exactamente, la neutralizacin de las lquidas ([pwlta] por puerta y[ehpra] por espalda) etc. Las hablas del Zulia, del centro y del oriente ve-nezolano son de este tipo. Tambin lo son las variedades colombianas califica-das como costeas caribes, por ejemplo las de los departamentos del Cesar,Magdalena y Guajira (Montes, 1996:136-138). (ii) Conservadores en cuantoal mismo criterio de los radicales, pero con un valor opuesto: los cambiosposvoclicos o posnucleares no estn presentes sino un consonantismo fuer-te. El habla de Ciudad de Mxico y de La Paz entre otras, son buenos ejem-plos. Ninguna de las hablas venezolanas se encuentra en esta categora. (iii)Intermedios: aqu ubicaramos las hablas andinas venezolanas, ya que com-parten rasgos de dialectos radicales y conservadores. Por ejemplo, se oye [lahmuhreh] las mujeres, rasgo radical, pero en cambio la nasal alveolar /n/ pos-vocalica no se velariza como en los dialectos radicales; por consiguiente, o-mos [krmen] sin la nasal velar final, cuasicategrica del hablante de Caracas,Maracaibo o Cuman. (iv) Arcaizantes: ejemplos claros de estas hablas sonel leons y el aragons en la pennsula ibrica, ya no conservadores de acuer-do con nuestra definicin, sino dialectos con rasgos desusados, anticuados.Por ejemplo, en leons se conservan los diptongos decrecientes /ou/ y /ei/([kusa] cosa, [kiso] queso) y en aragons sobrevive la /f/ prevoclica ([fe-rrr] herrar, [flo] hilo). No hay hablas venezolanas que podamos calificarde arcaizantes; lo que puede ocurrir es que algn rasgo anticuado sobrevivaen algunos hablantes de los medios rurales particularmente la fricativa glotal

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  • [h], etapa intermedia entre /f/ inicial y cero fontico [hartr] en vez de [artr]hartar. (v) Dialectos de circunstancias especiales: el ejemplo ms claroes el judeoespaol, que tiene caractersticas innovadoras (yeismo, seseo, pr-dida de la /s/ posnuclear final, aunque no siempre por razones fonetologicas,como en el caso de Dio por Dios para protegerse del sacrilegio de la plurali-dad del Dios nico), pero tambin caractersticas arcaicas como la fricativa al-veolar sonora [kza casa, [bzo beso, etc. No existen en Venezuela casosde circunstancias especiales, a excepcin del mismo judeoespaol habladopor la comunidad sefardita venezolana, pero los encontramos en otras regio-nes hispanohablantes: el dialecto fronterizo entre Uruguay y Brasil un verda-dero portuol y el palenquero, criollo del espaol de la regin de Palenque,Colombia, son buenos ejemplos1.

    La variedad zuliana no es un dialecto fronterizo como el que existe entreUruguay y Brasil, ya que las variedades colombianas fronterizas (costeas ca-ribes, particularmente las del Cesar, Magdalena y Guajira)2 son realizacionesdel espaol de Amrica dentro de la misma zona dialectal caribe y segundo,porque ambas son variedades radicales en la definicin del tipo (i) que he-mos dado antes. Por otro lado, la comunidad zuliana y su habla difiere deotras regiones venezolanas gracias al enriquecimiento cultural que representatener como parte integral de su poblacin a los miembros de la etnia wayuu,repartidos entre Venezuela y Colombia, un hecho relacionado con la fronterabinacional, pero sin repercusiones significativas en el habla hispnica del Zulia.De los dos mdulos cambiantes de la competencia lingstica, el fonetolgicoy el lxico, slo el segundo refleja esa convivencia.

    Una vez aplicado este acercamiento tipolgico a la realidad dialectal na-cional, notamos que las caractersticas de las hablas venezolanas coinciden enun gran nmero de rasgos con otras variedades hispanoamericanas, unas radi-cales, otras conservadoras e intermedias y no hay en esta nacin los rasgosvulgares inconfundibles indicados por Malmberg, en mayor nmero o inten-

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    1 La primera presentacin de esta taxonoma dialectal apareci en el libro Or-genes y estado actual del espaol de Venezuela (G. Chela-Flores1998b:4-7). Sobre una nueva dimensin de la dialectologa hispnica, ver Che-la-Flores, G. 2006 y sobre la venezolana en particular, ver Chela-Flores, B. y G.Chela-Flores, 2002 y 2007.

    2 Montes divide el Costeo-Caribe en cinco variedades: cartagenero, samario,goajiro, caribe-interior y nortesantandereano.

  • sidad que en otros mbitos del mundo hispnico. Con respecto a la presuntabaja extraccin social de los colonos, tambin diferimos de Malmberg, ya quea pesar de la relativa escasa atraccin de la Venezuela colonial, existe ampliadocumentacin de la entrada de pobladores de todas las clases sociales.

    Por estas razones, es necesario abordar el problema de los rasgos dife-renciadores de nuestro espaol cuidadosamente; compartimos la cautela deSedano y Bentivoglio (1996:166): las caractersticas que atribuimos a estasvariedades dialectales no son seguramente privativas del pas, algunas de ellasse dan tambin en otras zonas hispanohablantes; otras estn tan generalizadasque podran considerarse tendencias del espaol general. Sin embargo, po-demos indicar un aspecto muy peculiar de nuestro espaol: el prestigio deque gozan las variedades radicales, como la zuliana y la central por ejemplo,habladas en lo que llamamos con Rosenblat tierras bajas de Venezuela(1984:126).

    Hemos indicado que los dialectos radicales se caracterizan por debilitarel consonantismo postnuclear (tema ampliamente analizado por Chela-Flo-res, 1986, 1987, 1996, etc., a travs de un acercamiento polisistmico) mien-tras que los conservadores no se prestan a estas tendencias y los intermediosslo parcialmente. El prestigio de las variedades venezolanas de consonantis-mo posnuclear dbil como la zuliana, contrasta con la situacin en prctica entodo el mundo hispnico y ms ampliamente, con lo que sucede en los dialec-tos de cualquier lengua, ya que en general el prestigio de una variedad lings-tica es inversamente proporcional a la distancia entre lo fontico y lo fonolgi-co, esto ltimo est reflejado en la ortografa. De all que en algunos contex-tos sociales, la pronunciacin ortogrfica sea tomada como ms correcta oconveniente: esto es evidente, por ejemplo, en el lenguaje oral de los noticie-ros televisivos y en el de situaciones de mayor presin social o tambin en la(re) introduccin de sonidos ajenos a la evolucin de una lengua. Un ejemplorelevante es el caso colombiano: el habla ms prestigiosa de esa nacin es lade Bogot, variedad conservadora de acuerdo a la tipologa presentada aqu,lo que contrasta con la situacin de Venezuela, donde las hablas radicales edu-cadas de Caracas y Maracaibo, entre otras, son el modelo a seguir por ejem-plo, en la enseanza de la lengua materna. Un claro ejemplo de la influenciaerrada introducida por el prejuicio a favor de las pronunciaciones ortogrfi-cas es el caso de la pronunciacin [ftn] del adverbio often en ingls, en lacual la alfabetizacin ms intensa de la poca victoriana reintrodujo la conso-nante t , eliminada en la evolucin natural de la lengua como resultado de unproceso frecuente en el cual la consonante [coronal] media en un grupo de

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  • tres (por ejemplo, en rustle y whistle) la /t/ desaparece. A pesar de que esapronunciacin ortogrfica coexiste con la anterior, en una encuesta realizadapor Wells (1982), ms del 70% de los informantes manifest preferir la pro-nunciacin [fn]. A esto se refera Rosenblat cuando hablaba del fetichismo dela letra y se preguntaba: hay que escribir como se pronuncia o pronunciarcomo se escribe? (1963:5), concluyendo que la letra prevalece sobre la pro-nunciacin, influye sobre ella y hasta deforma (op.cit:6; el nfasis es nuestro).

    Aunque estas afirmaciones de Rosenblat son acertadas, no se refieren ala existencia de dialectos conservadores, en los cuales por diversas razonesaccidentes histricos o inexistencias de catalizadores de tendencias debili-tantes presentes en ellos las consonantes posvoclicas no sufrieron los efec-tos de los procesos erosivos de la lengua con la misma intensidad. En Vene-zuela el prestigio de los dialectos radicales se debe en buena medida a queconstituyen el habla de Caracas, la capital, de Maracaibo, su segunda ciudadms importante y de las otras grandes ciudades. Pero evidentemente, sa noes toda la explicacin: puede haber otros factores menos directos y tambinextralingsticos y no tomados en cuenta hasta ahora que contribuyen a lafalta de prestigio social de los dialectos intermedios de los Andes (considera-dos conservadores por la opinin pblica y algunos especialistas, aunque,como hemos indicado, en nuestra opinin son intermedios, con caractersticasconservadoras y radicales). Como producto del inmenso esfuerzo de Vene-zuela en las luchas emancipadoras, el pas qued diezmado y sumido en un es-tado de desorden que se tradujo en una serie de contiendas y cambios demando incesantes, quedando las tierras bajas, particularmente hacia fines delXIX, virtualmente inermes ante los ataques de los andinos, gente con podermilitar, pero sin la educacin y la sofisticacin capitalinas.

    El habla extraa, por diferente, de estos caudillos y de su soldadesca, sepudo haber convertido en el nico blanco no peligroso, de las burlas de los ha-blantes de Caracas y sus alrededores, ciudadanos educados, pero de conso-nantismo posvoclico relajado. Esta actitud, hasta donde llegan nuestros da-tos, no fue compartida por los hablantes de Maracaibo, aunque sus variantesdialectales de naturaleza fonetolgica diferan de manera significativa de lasandinas, dado el hecho de que su habla es radical, de acuerdo a nuestra defini-cin. Adems, la distancia geogrfica, que separa a Maracaibo de la capital ve-nezolana, atenuaba las consecuencias de los levantamientos, revueltas y cam-bios de mando en la segunda.

    En relacin con el habla de los caraqueos, tenemos prueba documentalde algunos aspectos de su hablar relajado y radical; por ejemplo, las velariza-

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  • ciones postnucleares de los caraqueos educados de los siglos XVIII y XIX, taly como lo indic Rosenblat: Los hroes de la emancipacin hispanoamerica-na... escriban a veces acectar, aceptar; execto, excepto; actos, aptos,etc. (1963:18). Esta pronunciacin no slo sobrevive, sino que se ha acen-tuado en las hablas zuliana y caraquea y en general en todas las variedades ra-dicales (ver Chela-Flores, 1998a: 21).

    Como hemos visto, los venezolanos nos identificamos unos a otros ynos sentimos en familia, en el hogar de nuestro espaol nacional y en nuestrasvariedades regionales, particularmente a travs de nuestra pronunciacin. Esla base de la venezolanidad y constituye un refugio siempre abierto. Este granpas tiene su identidad y su venezolanidad fuera de peligro.

    IV. El voseo zuliano

    El tratamiento de segunda persona negociacin interaccional tienetres niveles en el habla zuliana: voseo, tuteo y ustedeo, regidos por pautas defamiliaridad, cortesa y formalidad o respeto respectivamente lo cual lo dife-rencia de otras hablas hispanoamericanas. El voseo, fenmeno exclusivo delespaol de Amrica, existe en casi todo el continente, con las excepciones deMxico y Per (aqu en mayor proporcin que en el primero, posiblementepor influencia de los pases vecinos; ver Pez Urdaneta, 1981:98), por habersido las sedes virreinales de mayor duracin en la historia colonial, y por lotanto con mayor contacto con la metrpolis, en la cual el voseo fue gradual-mente reemplazado por el tuteo. En Venezuela, el voseo est localizado enlas regiones occidentales y con mayor intensidad y claridad en el estado Zulia,por lo que se ha constituido en un marcador dialectal de esta habla. El fen-meno lleg a Maracaibo de Coro, ciudad que posteriormente lo reemplazpor el tuteo y ha conservado las formas verbales originales (vos caminis y tra-bajis mucho), lo cual lo diferencia de otras variedades tuteantes, como la pla-tense. Sin embargo, en esas variedades, intensamente voseantes, se ha perdi-do el tuteo, quedando esa negociacin interaccional reducida a slo dos nive-les, mientras que la zuliana, permanece enriquecida y dinamizada por los tresniveles. El voseo es parte integral de la variedad zuliana y factor relevante dela definicin de la identidad de sus hablantes. El voseo colombiano no es unfactor relevante en la conformacin y afianzamiento del zuliano, ya que las zo-nas de voseo generalizado como trato de confianza (Antioquia, Choc y Cal-das) estn muy alejadas de la frontera con el Zulia (Montes Giraldo, 1967, ci-tado por Pez Urdaneta, op.cit.:88). Aunque en el Cesar se reporta voseo ge-

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  • neralizado (Montes Giraldo, op.cit. y 1996:137 y nota 3), no creemos quehaya tenido injerencia en el claro afianzamiento interno del fenmeno zulia-no.

    V. Globalizacin, medios de comunicacin y el futuro

    de las identidades nacional y zuliana

    El mundo actual experimenta un amplio proceso de globalizacin, elcual incluye adems de la presencia de la red ciberntica la Internet de unafuerte y penetrante accin de los medios de comunicacin. Ante esas dos va-riables en realidad dos caras del mismo fenmeno surge la interrogante so-bre el futuro de la lengua y de la identidad nacional y de las regionales. Es pre-ciso recordar que sta no es la primera vez que la humanidad se ve envueltaen una globalizacin. El imperio romano impuso una latinizacin de naciones,cultura y significativamente, de lengua. Asimismo, el imperio britnico impusouna anglizacin de las inmensas regiones bajo su dominio. Sin embargo, estosdos claros ejemplos fueron producto de podero militar y duraron el tiempoque esas estructuras no fueron afectadas interna y externamente, como en elcaso de Roma o las circunstancias histricas y de desarrollo de la concienciacolectiva de las comunidades dominadas que exigieron su fin, como en el casodel imperio britnico. La globalizacin actual no es producto de podero mili-tar, sino de desarrollo tecnolgico, lo que augura mayor duracin y estabili-dad, adems de proveer, por primera vez en la historia, una amplia democra-tizacin del conocimiento a travs del acceso abierto a la Internet. Sin embar-go, ha surgido un movimiento ms o menos general de preocupacin por unposible debilitamiento de las culturas, valores e identidades nacionales, todosvinculados ntimamente a las lenguas naturales. En nuestra opinin, esto esposible, pero no probable. El ser humano dispone de una percepcin selecti-va y en la generalidad de los casos, percibe y selecciona aquellas dimensionesdel proceso que concuerdan con su concepcin de la vida y la refuerzan. Evi-dentemente, quienes cuidan, protegen y fortalecen el bienestar mental, fsico,educacional y lingstico de una nacin o comunidad tienen que atender y en-tender las posibles consecuencias de un mal uso de diversos aspectos delmundo ciberntico. Claramente, la democratizacin del conocimiento y susevidentes beneficios para la educacin y entretenimento de los pueblos re-presentan la mejor y ms amplia dimensin de la globalizacin. En cuanto a unposible debilitamiento de identidad a favor de otras concepciones de la vida,es preciso indicar que toda sociedad es un continuo con polos opuestos y por

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  • ende, minoritarios, uno que acepta toda suerte de elementos extraos a laidentidad y realidad nacionales y el otro que no acepta nada que no se ciaexactamente a una concepcin tradicional e inmutable de su contexto. Entreesos dos polos, se encuentra la mayora, que de manera prudente percibe yselecciona aquellos aspectos que no slo representan progreso y cambio,sino que adems refuerzan su esquema de valores y su concepcin de la vida.

    El futuro de las hablas regionales y de la zuliana en particular, es seguro yde desarrollo firme, ellas constituyen la base fundamental de la identidad desus comunidades y la suma de ellas es la de la venezolanidad, herencia denuestra evolucin histrica y promesa de la fortaleza nacional.

    Los lingistas y los dialectlogos somos optimistas: no se puede reflexio-nar sobre el lenguaje, sin sentirse maravillados ante su magia y dar gracias alCreador por el regalo ms exquisito dado al ser humano. Despus de todo, elhombre y la mujer es homo sapiens slo porque fue primero homo lo-quens

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    Godsuno Chela-Flores

    Cuadernos Latinoamericanos. Ao 22, N 40-I, julio-diciembre de 2011 (pp. 9 - 21) 21

    New Table of Contents5Presentacin9Lengua, identidad y frontera: el espaol de Venezuela en el estado ZuliaGodsuno Chela-Flores*Language, Identity and Frontier: Venezuelan Spanish in the State of Zulia

    22Ciencia universal, memorias y visibilidad de los saberes sociales*Belin Vzquez V.**Universal Science, Memories and the Visibility of Social Knowing

    41Una tormentosa noche de velacin concheraIvork Cordido*A Stormy Night at a Conchero Wake

    62El cuento venezolano experimentalista: su lectura, sus lectores y la apreciacin literaria como reto relacional*Steven Bermdez Antnez**Jess Medina Fuenmayor***The Experimental Venezuelan Short Story: Its Reading, Readers and Literary Appreciation as a Relational Challenge

    89Estado, universidad y autonoma:reflexiones en torno a la nueva Ley de Educacin UniversitariaReinaldo Rojas*