Orígenes y Juventud

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Orígenes y juventud[editar ] Nació el 28 de noviembre de 1820 , en Barmen , hijo de Friedrich Engels y su esposa Elise, 1 prósperos industriales textiles renanos. 2 La familia, asentada en Renania desde finales del siglo XVI, había comenzado a prosperar en tiempos del bisabuelo de Engels, quien se había instalado en Barmen y creado una industria de blanqueo de hilados. 3 El padre de Engels había perdido el negocio familiar por disputas familiares y había fundado uno nuevo de hilatura de algodón con nuevos socios holandeses en Manchester , Barmen y Engelskirchen. 4 La familia —formada por el matrimonio y sus ocho hijos, la mitad mujeres y la otra mitad varones— 1 mostraba una religiosidad cercana al calvinismo muy extendida en la época en la región, 5 caracterizada por un cierto puritanismo, ascetismo, reserva e industria, que la familia inculcó al joven Engels. 6 Tras estudiar en la escuela local, a los catorce años se le envió al gimnasio de Elberfeld —uno de los mejores de Prusia—, donde se alojó con un pastor luterano de la localidad. 7 Allí y gracias a sus lecturas de antiguos mitos y romances germanos, se vio influenciado por el nacionalismo romántico alemán. 7 El patriotismo cultural que adquirió en esta época le acompañó toda su vida. 8 A pesar de sus buenas notas y su deseo de continuar sus estudios y quizá dedicarse a la poesía, su padre lo sacó del gimnasio para que comenzase a aprender sobre el negocio familiar. 8 Aprendizaje mercantil y primeros escritos en Bremen[editar ]

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Orígenes y juventud[editar]

Nació el 28 de noviembre de 1820, en Barmen, hijo de Friedrich Engels y su esposa

Elise,1 prósperos industriales textiles renanos.2 La familia, asentada en Renania desde

finales del siglo XVI, había comenzado a prosperar en tiempos del bisabuelo de Engels,

quien se había instalado en Barmen y creado una industria de blanqueo de hilados.3 El

padre de Engels había perdido el negocio familiar por disputas familiares y había fundado

uno nuevo de hilatura de algodón con nuevos socios holandeses en Manchester, Barmen y

Engelskirchen.4 La familia —formada por el matrimonio y sus ocho hijos, la mitad mujeres y

la otra mitad varones—1 mostraba una religiosidad cercana al calvinismo muy extendida en

la época en la región,5caracterizada por un cierto puritanismo, ascetismo, reserva e

industria, que la familia inculcó al joven Engels.6

Tras estudiar en la escuela local, a los catorce años se le envió al gimnasio de Elberfeld —

uno de los mejores de Prusia—, donde se alojó con un pastor luterano de la localidad.7 Allí

y gracias a sus lecturas de antiguos mitos y romances germanos, se vio influenciado por el

nacionalismo romántico alemán.7 El patriotismo cultural que adquirió en esta época le

acompañó toda su vida.8 A pesar de sus buenas notas y su deseo de continuar sus

estudios y quizá dedicarse a la poesía, su padre lo sacó del gimnasio para que comenzase

a aprender sobre el negocio familiar.8

Aprendizaje mercantil y primeros escritos en Bremen[editar]

Autorretrato de Engels con diecinueve años, durante su periodo de aprendizaje mercantil

en Bremen, meses antes de trasladarse a Berlín a cumplir el servicio militar. En el puerto hanseático

comenzó a escribir en diversas publicaciones, aún con pseudónimo.

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Después de acompañar a su padre en un viaje de negocios a Gran Bretaña en el verano

de 1838, se instaló en Bremen para aprender sobre la industria textil.8 Aunque útil para su

carrera futura, este aprendizaje sobre el funcionamiento del capitalismo mercantil resultó

tedioso para el joven Engels, más interesado en aprovechar el ambiente —más liberal que

el de su localidad natal— del gran puerto.9 Duelista, bailarín, viajero y aprendiz de canto

además de importador de literatura política prohibida, compensaba con estas actividades

el aburrido trabajo en las oficinas mercantiles.9 Pronto mostró sus simpatías por los

«jóvenes alemanes», movimiento que exigía reformas políticas radicales basadas en el

patriotismo progresista, opuesto al feudalismo y a las monarquías que dominaban en aquel

momento Alemania.10 Engels simpatizaba entonces con el republicanismo antirreligioso y

liberal que había expresado Percy Shelley años antes.10

Llegado a Bremen, se había mostrado cada vez más insatisfecho con la religión de

predestinación y condena de su región natal y había adoptado una posición cada vez más

crítica y racionalista.11 A finales de 1839 e influido por las críticas a la religión establecida y

al cristianismo de David Friedrich Strauss entre otros, abandonó la fe religiosa y se

interesó cada vez más por las teorías de Hegel.12

Comenzó además a publicar con pseudónimo —para evitar disgustos familiares— en

algunos periódicos.13 Especialmente destacable, entre artículos críticos escritos para burlar

la censura,13 fueron sus Cartas desde Wuppertal en las que realizó una aguda crítica de

las misérrimas condiciones de vida del proletariado de la región, que había visitado para

obtener información de primera mano con que redactarlas.14

Intelectual radical en Berlín[editar]

A comienzos de 1841, se había cansado de su trabajo en Bremen y regresó al hogar

paterno.15 Pocos meses más tarde, en septiembre, harto también del ambiente en su

localidad natal, decidió realizar el servicio militar en una compañía de artillería

en Berlín.15 A pesar de que se trasladó a la capital prusiana para servir en el Ejército,

dedicó todo el tiempo que pudo a asistir a la universidad donde, a pesar del ambiente

reaccionario, se mostró partidario de Hegel, por entonces atacado por Schelling por

encargo16 de la corte prusiana.17

Orgulloso de su uniforme pero aburrido pronto de la vida militar y gracias a su holgada

situación financiera, pasaba sus días en conferencias, salas de lectura y tabernas.18 En

estas se unió a otros jóvenes intelectuales radicales que renegaban de la religión y de la

moral y convenciones burguesas.19

En noviembre de 1842, tuvo su primer encuentro, desagradable, con Marx, en las oficinas

del Rheinische Zeitung, del que este era redactor.20 Marx reprobaba los artículos

extremistas de los intelectuales radicales entre los que se contaba Engels, pues creía que

podían poner en peligro el periódico, propiedad de unos comerciantes liberales

de Colonia.21 Antes de su traslado de Berlín a Mánchester —decidido por su padre para

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tratar de introducirle en la gestión del negocio familiar y de que abandonase su radicalismo

político una vez acabado su servicio militar de un año en octubre de 1842—,22 Engels,

como parte de los «jóvenes hegelianos», comenzó a sentir la influencia del análisis social

del capitalismo de Moses Hess, que orientó al grupo del reformismo político al

comunismo.23 Visitó a Hess poco antes de partir a Gran Bretaña, lo que acentuó su

inclinación hacia las teorías comunistas de este.24

Industrial en Mánchester[editar]

En Mánchester Engels se interesó por los movimientos socialistas locales, los owenistas y

los cartistas.25 Forjó amistad con George Julian Harney, miembro extremista de los

cartistas y con James Leach, antiguo obrero y azote de los industriales.26 A pesar de

continuar trabajando en la fábrica paterna, abandonó la compañía de la burguesía en su

tiempo libre y comenzó a frecuentar los ambientes obreros, empezando por las sedes

owenistas.27 Por otro lado, Thomas Carlyle, sabio reaccionario pero único intelectual

británico admirado por Engels, le influyó por su dura crítica del capitalismo, que comparaba

desfavorablemente con el pasado medieval que idealizaba.28 En algunas de sus obras,

Engels utilizó citas literales de las obras de Carlyle contra el capitalismo.29

Niño en un telar industrial. Engels conoció la miseria de la vida de los obreros industriales en el gran

centro textil británico de Mánchester, donde trabajaba en la fábrica paterna.

La guía de Engels en el mundo obrero de Mánchester —complemento esencial a las

teorías filosóficas aprendidas en Alemania—30 fue su amante y primer gran amor, Mary

Burns, trabajadora de origen irlandés nacida alrededor de 1823 y a la que conoció a

comienzos de 1843.28 Ella le introdujo en la dura vida de la inmigración irlandesa y le hizo

conocer las condiciones de vida de la clase trabajadora de la ciudad.31 El conocimiento de

los dos mundos que se encontraban en la ciudad (el de los industriales y el de la clase

obrera) tuvo una notable influencia en su evolución de la filosofía a la economía política,

que se reflejó ya en una primera obra de comienzos de 1843, publicada en el Deutsch-

französische Jahrbücher de Marx: el artículo Elementos de una crítica de la economía

política.31 En esta, analizaba las contradicciones económicas y las crisis sociales

europeas, utilizando tanto su conocimiento de las teorías filosóficas alemanas (el concepto

de alienación de Feuerbach) como su experiencia de la vida obrera de Mánchester.32 Para

Engels en esta obra, la raíz del proceso de alienación que sufrían los desfavorecidos del

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sistema capitalista era la propiedad privada, tesis influida por la obra de Proudhon de 1840

(¿Qué es la propiedad?), que debía desaparecer.33 Con el fin de esta debía llegar el de la

avaricia y el de la explotación humana.33 En 1845,30 publicó una obra más amplia y dura

sobre la miseria del sistema capitalista tal como se reflejaba en las fábricas de

Mánchester: La situación de la clase obrera en Inglaterra.34 Mezcla de historia, estadísticas

—muchas de ellas extraídas de documentación oficial— y aceradas críticas, este libro era

una acusación a la burguesía británica por sus métodos.34 El escrito —el último de teoría

socialista de Engels en solitario en treinta años— sirvió para forjar la estructura

del socialismo científico gracias a la unión del concepto de alienación heredado de Hegel

con las observaciones sobre la situación material de la población obrera de la urbe

industrial.35 Muchas ideas marxistas como la naturaleza de la división en clases, la

inestabilidad intrínseca del capitalismo industrial, la creación por la burguesía de su clase

antagonista y lo inevitable de la revolución socialista, se encontraban ya en esta obra de

Engels.35

Acabado su aprendizaje en Mánchester, regresó a la casa paterna en el verano de 1844,

no sin antes realizar una corta visita a Marx en París, donde este le recibió cordialmente, a

diferencia de su anterior encuentro.35 A partir de entonces, Engels se entregó a la

colaboración con este.35

Colaboración con Marx[editar]

En Mánchester y Bruselas[editar]

El Manifiesto Comunista, libro escrito por Engels y Karl Marx.

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La amistad con Marx, al que reconocía una superior capacidad teórica y mayor originalidad

en las ideas,36 duró cuarenta años de estrecha colaboración.37 En adelante Engels se

convirtió en el sostén de Marx, al que mantuvo junto a su familia, durante los años en que

se dedicaba a elaborar El capital. Su primera obra en común fue un opúsculo, Crítica de la

crítica crítica: contra Bruno Bauer y compañía, en el que los autores atacaban a los restos

de los «jóvenes hegelianos» idealistas y oponían a este el materialismo que habían

adoptado.36

En la primavera de 1845, con Marx viviendo precariamente en Bélgica después de que se

le deportase de París por su actividad política, a punto de ser detenido por la policía

prusiana y sin desear empeorar la relación con sus padres con un arresto, se reunió con

aquel en Bruselas.38 Juntos se trasladaron casi de inmediato a Mánchester para

documentarse para una nueva obra y regresaron a Bélgica a finales del verano.38 De esta

primera colaboración surgió un libro, La ideología alemana, que abandonaron sin publicar

—se publicó póstumamente, en 1932—,39 pero que sirvió como etapa de su evolución

desde el hegelianismo al materialismo a través de una dura crítica a Max Stirner, crítico a

su vez de Feuerbach.40 Aunque aceptaban la crítica de idealismo de Stirner a Feuerbach,

rechazaban sus conclusiones individualistas.40 Por primera vez, la obra mostraba la visión

de Marx y Engels de las estructuras sociales —las religiones, los sistemas políticos o las

clases sociales— como derivadas de las condiciones económicas y tecnológicas.41 Esta

interpretación materialista de la historia les llevó a proponer que las distintas civilizaciones

no eran sino expresiones de los métodos de producción del momento; su ideología, su

política o su forma de Estado —las «superestructuras»— dependían de la base económica

en la que se sustentaban a través de la propiedad —las «reglas de producción»—.41 La

evolución de esta llevaba inevitablemente a choques con las relaciones de propiedad y las

superestructuras derivadas de la economía basada en las anteriores fuerzas de

producción, momento en el que podían tener lugar las revoluciones.42 El desfase entre la

base económica y las superestructuras que se derivaban de ella, como los sistemas

políticos, obligaban, en opinión de los autores, a que estas se adaptasen a la nueva

situación económica, a menudo a través de dolorosas transformaciones.42 La oposición

violenta contra los defensores del antiguo orden a través de la lucha de clases era,

además, inevitable.42 Para Marx y Engels, el siguiente conflicto debía enfrentar a la

burguesía con el proletariado, la clase que representaba la nueva economía industrial y

que debía asegurar el advenimiento del comunismo y con él el fin de lo que consideraban

alienación del ser humano bajo el capitalismo.42

Más tarde, en Bruselas, lugar de refugio de muchos izquierdistas europeos, participó

activamente con Marx en la Liga de los Justos, convertida pronto en la Liga de los

Comunistas.43 La organización había surgido en París en la década de 1830 y la

gestionaban unos sastres alemanes exiliados en Gran Bretaña tras el frustrado golpe

de Louis Auguste Blanqui de 1839.43 Marx y Engels trataron de fundar una red de

organizaciones comunistas europeas de la que la Liga debía ser la representante

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británica.43 Para coordinar la red, crearon un «comité de correspondencia comunista».43 De

ese momento hasta 1848, defendieron la expansión de los regímenes burgueses en

Europa como método de eliminar el poder de la nobleza y como etapa necesaria para la

implantación futura del comunismo.44 La alianza sería, en todo caso, temporal.44 Para tratar

de imponer su visión, tuvieron que eliminar a los distintos competidores comunistas y

socialistas, empezando por el popular Wilhelm Weitling, que defendía una variante de

comunismo con tintes cristianos y milenaristas, más dado a la acción que a la teoría y

análisis que preferían Marx y Engels.44 Weitling trató en vano de ganarse el apoyo del

comité bruselense, que le rechazó a instancias de Marx y Engels.45 Este último se encargó

de lograr la expulsión de uno de sus partidarios del comité de correspondencia que había

defendido la postura de Weitling entre los inmigrantes alemanes en Estados Unidos.46 Era

la primera vez en la que Engels asumía el papel, que desempeñó durante las décadas

siguientes, de defensor de lo que él y Marx consideraban la ortodoxia comunista y la

disciplina del partido.47 Al mismo tiempo que se enfrentaban a Weitling y sus partidarios,

chocaron con Proudhon y los suyos, a pesar de un tibio intento inicial de

cooperación.47 Para Marx y Engels, Proudhon y sus seguidores defendían una filosofía

pequeñoburguesa incapaz de comprender el papel fundamental del proletariado en la

supresión del capitalismo y la implantación del comunismo.48 Para aquellos, Proudhon

apenas proponía más que una reforma del sistema capitalista dirigida principalmente a los

artesanos perjudicados por la creciente industrialización.48

En París contra Proudhon[editar]

Pierre-Joseph Proudhon, el rival francés de Marx y Engels al que este trató de arrebatar sus

seguidores entre el proletariado parisino a mediados de la década de 1840.

Para tratar de ganarse el apoyo de las organizaciones parisinas, generalmente favorables

a Proudhon, Engels se trasladó a la capital francesa en agosto de 1846.48 En competencia

con las diversas variantes socialistas presentes en la ciudad, trató de atraerse a los

emigrantes alemanes del distrito de Saint Antoine, conocidos como straubingers.49 Con

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gran habilidad política, mezcla de denuncias, intimidación, amenazas y división de los

posibles adversarios, logró hacerse un hueco en las reuniones políticas de los emigrados,

hasta entonces inclinados a la postura de Proudhon y, más tarde, lograr el apoyo a sus

posiciones.50 Vigilado pronto por la policía, se dedicó asimismo a satisfacer sus deseos

carnales en París, incluso a costa de la esposa de su antiguo mentor Hess, lo que supuso

el fin de su relación.51

Infringiendo las reglas de la asociación, logró que le eligiesen delegado a la conferencia de

la Liga que se celebró en Londres en junio de 1847.52 Durante el congreso, la Liga cambió

de nombre y adoptó el de Liga de los Comunistas al tiempo que abandonaba su antiguo

lema de «Todos los hombres son hermanos» por el de «Trabajadores de todos los países,

¡uníos!».53 Se encargó a Engels escribir un «catecismo revolucionario» que expresase la

ideología de la liga y que aún incluyó una mezcla del socialismo utópico que tanto criticaba

y sus propias posiciones.53 El segundo congreso, celebrado en noviembre en una taberna

londinense, respaldó la posición de Marx, que esta vez había podido asistir.54 El congreso

encargó a ambos la redacción de un manifiesto que se basó en el «catecismo» y en

losPrincipios del comunismo redactados para este congreso.55 Publicado finalmente con el

título de Manifiesto del partido comunista (oManifiesto comunista) llegó a tiempo de

traducirse y difundirse por Europa antes de los movimientos revolucionarios de 1848, pero

no tuvo ninguna repercusión en ese momento.56

Las revoluciones de 1848[editar]

Escena de la revolución francesa de 1848 en París. Marx y Engels defendieron la cooperación entre

campesinos, obreros y burgueses para eliminar a las monarquías absolutistas y el poder de la

nobleza, opinión que más tarde abandonaron al fracasar las revoluciones europeas.

Al estallar la revolución francesa de 1848, Marx y Engels trataron de que esta se

extendiese a Bélgica pero el rey Leopoldo cortó de raíz sus planes de agitación

expulsando de inmediato a Marx a comienzos de marzo, al que Engels siguió poco

después.57 Escépticos sobre la posibilidad de éxito de las bandas armadas de los

emigrados alemanes en Francia contra Prusia, defendieron la implantación de un régimen

burgués para eliminar así el poder de los terratenientes.58 Con una estrategia de

propaganda y organización de las fuerzas contrarias a los terratenientes —burgueses,

obreros y campesinos—, crearon una organización, la Sociedad de Trabajadores

Alemanes, que infiltró clandestinamente a unos trescientos activistas comunistas en

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Alemania.58 Crearon un nuevo periódico, el Neue Rheinische Zeitung que, a pesar de su

moderación y defensa de objetivos burgueses, no atrajo a los inversores que

esperaban.59 Engels no logró el respaldo de su propia familia o de la burguesía de su valle

natal al diario, a pesar de acudir en persona a solicitar inversiones.59

La contrarrevolución en Francia, victoriosa en el verano de 1848 y descrita por Engels en

el periódico a pesar de su lejanía de los acontecimientos, facilitó la reacción también en

Alemania, donde las autoridades comenzaron a hostigar la publicación.60 Tras una gran

manifestación obrera en septiembre, las autoridades proclamaron la ley marcial y la policía

publicó una orden de captura de Engels, que huyó a Bélgica, donde las autoridades le

deportaron inmediatamente a París, en octubre.61 En medio de la grave situación de los

revolucionarios en toda Europa, Engels se dedicó, sin embargo, a dirigirse a pie a Suiza,

disfrutando por el camino de los placeres —incluyendo el vino y las mujeres— de las

distintas regiones francesas que atravesaba, sin preocuparse por la revolución.61 Alcanzó

Suiza a principios de noviembre y pasó a Berna donde se unió a la asociación obrera local

y se puso al día de los acontecimientos, se atreverse a regresar a Colonia donde le

esperaba una acusación de alta traición.62 Por entonces se interesó por la revolución

húngara, que defendió a pesar de su faceta nacionalista y antieslava, que compartía.63 En

esta época expresó en diversas ocasiones su desprecio por las naciones sin Estado, que

consideraba estorbaban el proceso revolucionario y se aliaban con las fuerzas

reaccionarias y un cierto nacionalismo alemán a propósito de la crisis de Schleswig.64

De vuelta finalmente en Colonia en enero de 1849 y desengañado de su anterior

predilección por la alianza con los burgueses moderados, Engels abogó por radicalizar la

revolución y enfrentarse a las fuerzas prusianas mediante una guerra de guerrilla,

inspirado por los húngaros de Luis Kossuth.65 Marchó a su valle natal a unirse a la revuelta

que había estallado allí contra las autoridades prusianas en mayo de 1849, pero su

radicalismo fue mal visto por el Comité de Seguridad Pública local, mucho más moderado,

que le obligó a abandonar pronto la zona.66 Controlada Colonia de nuevo por las

autoridades y clausurado el Neue Rheinische Zeitung, Marx y Engels se desplazaron a

distintas localidades para respaldar levantamientos, supuestamente a favor de la nueva

Constitución pero, en realidad, con propósitos más radicales.67 Convencido de que el único

lugar donde aún podría surgir una sublevación triunfante era Baden y el Palatinado, Engels

se dirigió allí con Marx, a pesar de que las autoridades de la región adoptaban una

actividad fundamentalmente pasiva frente a los prusianos.67 Desesperado por la falta de

espíritu revolucionario, Marx abandonó la zona y regresó a París.67 Cuando Engels se

disponía a hacer lo mismo, cuando un oficial prusiano sublevado August Willich, al frente

de una columna de ochocientos obreros y estudiantes, le ofreció el puesto de edecán, que

decidió aceptar.68 Participó en diversos enfrentamientos con valentía, pero los

revolucionarios acabaron siendo derrotadas por las fuerzas prusianas, varias veces más

numerosas.69 Los restos de las fuerzas revolucionarias se retiraron a Suiza.69 Deseoso de

reunirse de nuevo con Marx, que había pasado a Londres, cruzó elPiamonte para tomar un

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barco en Génova que le llevase a la capital británica.70 Engels residió en el Reino Unido los

cuarenta años siguientes.70

Industrial en Mánchester, el sostén de Marx[editar]

En Londres, en 1850, contribuyó a la Nueva Gaceta Renana, editada por Marx y publicada

en Hamburgo. También dio a la imprenta la primera edición de Las guerras campesinas en

Alemania, estudio desde un punto de visto materialista extremo que matizó en su

vejez.71 Aunque más tarde tachó de simplificación de la tesis que habían defendido él y

Marx la presentación de la historia como basada exclusivamente en la situación económica

del momento, su versión de las guerras campesinas del siglo XVI alemán se acercaban a

esta posición.71 La obra no solo le sirvió para realizar una crítica por paralelismo con la

fracasada revolución de 1848, sino que también le condujo al estudio de la guerra, en el

que se imbuyó con rigor.72 Con el tiempo, se convirtió en un destacado comentarista militar

de los conflictos de la época, como la guerra de Crimea o la guerra franco-prusiana;

durante esta última predijo con notable acierto la evolución del conflicto.73 Su tino respecto

a esta última le otorgó el sobre nombre de «el General», que perduró entre la comunidad

socialista, tanto por sus conocimientos militares como por su porte como por su disciplina

personal y dedicación a los objetivos socialistas.74

Partida de caza. La doble vida de Engels en Mánchester como respetable industrial y teórico

revolucionario incluyó su participación en las actividades de la clase alta de la región, como la caza.

Engels regresó a Manchester, a la fábrica en la que había trabajado y de la que se

convirtió años más tarde en copropietario. Viendo como única salida para financiar las

investigaciones de Marx la reconciliación con su familia y el ingreso en el negocio

paterno,75 aceptó durante veinte años —de 1850 a 1870— una actividad que le

desagradaba76 profundamente, pero que le permitía sostener a Marx y su familia.77 El

acuerdo con su padre, en principio temporal hasta que lograse otra fuente de ingresos,

acabó durando dos décadas.75Aunque Marx permaneció en Londres eso no les impidió

mantener una estrecha colaboración, basada en una correspondencia casi diaria. No solo

apoyaba financieramente a Marx y su familia y colaboraba con su obra sino que, en

ocasiones, también le escribía los artículos periodísticos que le encargaban a este, tarea

que prefería delegar en ocasiones.78 Marx solicitaba a menudo datos prácticos sobre

economía que no podía encontrar en las obras que consultaba para redactar El capital y

que podía conseguir de la experiencia práctica de Engels en la industria y el comercio.79 La

contribución de Engels no se limitaba a estadísticas y ejemplos prácticos, sino que también

contribuía con su propia opinión, que Marx recababa bien por carta o en persona en las

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diversas visitas que se intercambiaron.80 El sacrificio personal de Engels no se limitó al

sostenimiento financiero de los Marx o a la contribución de las obras de este: Engels

reconoció oficiosamente al hijo bastardo de su amigo, concebido con su joven ama de

llaves en una ausencia de su esposa, tanto por motivos personales como políticos.80 La

crisis más grave entre ambos tuvo lugar por la muerte de la compañera de Engels, Mary

Burns, acontecimiento que Marx trató con frialdad.81 Poco después y ante la disculpa de

este, la relación volvió a estrecharse, más aun cuando Engels tomó a la hermana de Mary,

Lizzy, como pareja y esta forjó una duradera amistad con las hijas de Marx, para las que

Engels había sido casi un tío o un segundo padre.81

Friedrich Engels en 1868, meses antes de abandonar la actividad mercantil y trasladarse a Londres

para retomar la colaboración directa conMarx y la actividad socialista.

A finales de la década de 1850, Marx y Engels abandonaron su anterior actitud favorable a

la extensión del colonialismo como método favorecedor del desarrollo capitalista en

comunidades atrasadas —un instrumento de modernización por la fuerza— y comenzaron

a describirlo como una manera por la que la burguesía europea reforzaba su poder

mediante la explotación de las materias primas y los mercados coloniales.82 En un análisis

que tuvo gran difusión durante las luchas anticoloniales del siglo XX, asociaron la suerte

del proletariado con la liberación nacional de los pueblos, tanto los europeos —aquellos sin

Estado propio, que antes Engels había despreciado—, como los de otros

continentes.82 Así, Engels defendió a polacos (enfrentados a los alemanes), irlandeses

(opuestos a los británicos), congoleños (explotados por los belgas), jamaicanos (alzados

contra los británicos) o chinos (que lucharon contra los británicos en las guerras del Opio)

en los diversos conflictos de la época.82

Durante su larga estancia en Mánchester, auguró equivocadamente la inminencia del

estallido de la revolución en la región en distintas ocasiones, coincidiendo con diversos

periodos de crisis, en especial, la de la Guerra Civil Estadounidense, que privó a la región

de gran parte de su suministro de algodón y llevó al desempleo y desamparo a cerca de

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doscientos mil obreros.83 A pesar de la dureza de la crisis, el proletariado inglés mostró su

renuencia a desencadenar la revolución, para desilusión de Engels.78

Los años de Mánchester supusieron una dura prueba para Engels, obligado a llevar una

doble vida, la del gran industrial y burgués respetable y la del de socialista y aficionado a la

vida nocturna de las clases bajas.84 Durante las dos décadas, mantuvo un constante

cambio de residencias, la oficial y la oficiosa, en la que albergaba a las hermanas Burns,

desconocidas para su familia y sus conocidos del ambiente «respetable».84

La publicación de El capital en 1867 supuso un gran alivio para Engels, que vio por fin

recompensados su sacrificios y comenzó a sopesar el abandonar la empresa familiar.85 La

obra contenía una teoría materialista de la historia, una crítica de la civilización capitalista

por su explotación y alienación de la humanidad, el augurio de su hundimiento por sus

contradicciones internas y del advenimiento del comunismo y del fin de la evolución

histórica y, principalmente, la teoría de la plusvalía, que Engels consideraba el

descubrimiento fundamental de Marx junto con el del materialismo histórico.86 Para

asegurar la difusión de la obra, Engels se entregó a redactar recensiones del libro para

distintos diarios europeos y americanos, desde distintos puntos de vista y a contemplar

incluso la denuncia del mismo con tal de conseguir atraer la atención del público.87

Londres, la Internacional y de nuevo con Marx[editar]

Deseoso de librarse de su empleo en el comercio y a punto de caducar su contrato con la

empresa familiar en junio de 1869, Engels comenzó a negociar su salida de la compañía

—que también deseaban sus socios holandeses— a cambio de una suma de dinero que le

permitiese mantenerse como rentista y, a la vez, seguir financiando las actividades de

Marx y el sostenimiento de la familia de este.87 Ansioso por abandonar la empresa, aceptó

una oferta menor de lo esperada pero pudo por fin librarse del odiado comercio en julio de

ese año.88

Decidió trasladarse a Londres en el verano 1870, haciendo aún más intensa la

colaboración89 hasta la muerte de Marx en 1883 y decidido a retomar el activismo que

había tenido que aparcar durante las dos décadas anteriores.88 Elegido inmediatamente

secretario de la Primera Internacional para diversos países europeos, se encargó de

coordinar a los afiliados gracias tanto a sus grandes dotes lingüísticas —era capaz de

entender y responder a sus interlocutores en gran número de idiomas, desde el cataĺán al

rumano o al ruso— como a su habilidad para la organización, además de tratar de

asegurarse de encauzarla de acuerdo a los puntos de vista de Marx y de eliminar cualquier

corriente considerada heterodoxa.90 Su residencia en Regent's Park Road —muy cercana

a la de Marx— se convirtió pronto en centro de peregrinación de socialistas, comunistas y

anarquistas —además de emigrados u oportunistas— de toda Europa.91 A estas tareas se

añadió la de editor y revisor de las traducciones de la obras de Marx, que revisaba y

corregía.91

Page 12: Orígenes y Juventud

Fue uno de los más denodados opositores de Mijaíl Bakunin, que deseaba unir su Alianza

Internacional de la Democracia Socialista —con importante respaldo en Suiza, España o

Italia— a la Internacional, de mayor tamaño.92 Rechazó las teorías libertarias del ruso e

insistió en mantener la Internacional como una organización que tomaba decisiones

políticas y no se limitaba a coordinar los distintos grupos nacionales, como hubiese

preferido Bakunin.92 Engels identificaba la postura de Bakunin con la falta de organización

—causa, según él, del fracaso de la Comuna de París— necesaria para enfrentarse a sus

enemigos de clase.93 Dirigió la expulsión de Bakunin y sus partidarios en el congreso de la

Internacional en La Haya en 1872, pero no pudo evitar que la organización recibiese una

notable influencia de los seguidores de Bakunin; para evitarla, Marx y él decidieron

trasladar su sede a los Estados Unidos, maniobra que fracasó y resultó en la disolución del

organismo cuatro años más tarde.94 Otro importante rival al que se enfrentó Engels fue el

socialista alemán Ferdinand Lassalle, fundador de la Asociación General de Trabajadores

Alemanes.95 Desde el punto de vista de Marx, Lassalle era un reformista, mezcla de

idealismo estatalista hegeliano, cooperativismo proudhoniano y reformismo político

cartista, más interesado en modificar el sistema capitalista que en eliminarlo.96 Engels,

dado al ataque personal —sin descartar el uso de las deformidades físicas, las manías o

los posibles escándalos sexuales de sus adversarios—, criticó con dureza a Lassalle,

especialmente cuando se conocieron sus negociaciones secretas con Bismarck para forjar

una alianza antiburguesa entre socialistas y aristócratas prusianos, que no cuajó por la

repentina , muerte del filósofo en un duelo.96 Culturalmente inclinado al prejuicio cultural,

religioso o racial —criticaba a Bakunin por ruso o a Lassalle por judío—, defendió

políticamente siempre la oposición al antisemitismo, la liberación de los esclavos

estadounidenses o de los colonizados.97

El mayor éxito de la postura de Marx y Engels fue la formación del gran Partido Obrero

Socialdemócrata Alemán, fundado en 1869 por August Bebel y Wilhelm Liebknecht y que

adoptó un socialismo cercano al de los dos exiliados.98 Estos se opusieron, sin embargo, a

la unión del partido con la organización de Lassalle, que tuvo lugar en 1875.98La unión, a

pesar de la oposición de Marx y Engels, que temían la influencia de los partidarios de

Lassalle, preocupó a Bismarck que, tres años más tarde, promulgó las leyes antisocialistas

que ilegalizaron al partido.99

Engels publicó o preparó en esos años algunas de sus obras más notables,

como Contribución al problema de la vivienda, El papel del trabajo en la transformación del

mono en hombre, La revolución de la ciencia de E. Dühring (obra polémica contra

las teorías del anarquista alemán Karl Eugen Dühring, más conocida como Anti-

Dühring), Del socialismo utópico al socialismo científico o El origen de la familia, la

propiedad privada y el estado. En esos años Engels aparecía como un miembro más de la

familia en casa de Marx, cuyas hijas le llamaban «El General»..., o también y mejor,

«secretario general» (término que usaría Lenin posteriormente).

Page 13: Orígenes y Juventud

Obra después de Marx[editar]

Engels en 1893.

Engels se aplicó a corregir y preparar para publicación los manuscritos que Marx había

dejado inconclusos en su preparación de El Capital. El segundo tomo vio la luz en 1885 y

el tercero en 1894. Esta obra fue el centro de sus esfuerzos hasta su muerte, que ocurrió

antes de que pudiera dar a la luz lo que habría sido un cuarto tomo. El nombre de Engels

no figura en forma alguna en la autoría de esos volúmenes, pero es indudable que hay

mucho de su mano en ellos. Engels siguió publicando obras originales, como Ludwig

Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana, así como artículos militantes en La

Nueva Gaceta.

Engels no tuvo sólo un protagonismo propio como teórico del socialismo, a pesar de lo

contradictoria que nos aparece su doble condición de empresario y revolucionario, sino

que siguió participando activamente en el movimiento socialista y comunista. Fue

secretario de la Primera Internacional obrera (la Asociación Internacional de los

Trabajadores o AIT) desde 1870, y participó también en la fundación de la Segunda

Internacional. Intervino, por sus responsabilidades, en la vida política de los partidos

afiliados a la Internacional en el sur de Europa (España, Portugal, Italia) y en el este

(Rumanía, Rusia), escribiendo libros y artículos al respecto.

Friderich Engels, en calidad de teórico y fundador del socialismo científico, contribuyó a

definir formulaciones acerca de la lucha de clases, así estuviesen "embozadas". Su

categorización de las acciones de los anabaptistas y su líder Thomas Müntzer, entre otras,

así como de las confrontaciones religiosas (taboritas de Bohemia) sirvieron de puntal al

"desvelamiento" de las contradicciones violentas de clase. Aparte, habría que señalar que

Engels fue un cabal heredero del Renacimiento, al quedar comprobado que hablaba y

escribía en 37 idiomas. De él diría, a su muerte, el líder revolucionario Lenin que "un gran

hombre ha dejado de existir".

Después de la muerte de Marx[editar]

Page 14: Orígenes y Juventud

Billete de 50 marcos de la RDA con la figura de Friedrich Engels.

Engels se opuso al radicalismo izquierdista, pero tampoco concilió con la evolución

reformista del movimiento revolucionario, reeditando la Crítica al programa de Gotha o Las

guerras civiles en Francia y finalmente publicando la Crítica al programa socialdemócrata

(alemán) de 1891. Dio lugar así a la revisión que condujo al Programa de Erfurt, con el que

sí se identificaba. Su colaborador Eduard Bernstein y otros dirigentes condujeron a la

socialdemocracia alemana hacia el reformismo parlamentarista, extrayendo del legado de

Engels una legitimidad que es negada por otra parte del movimiento, la que condujo a la

formación de los partidos comunistas y la III Internacional.

Engels no sólo aplicó el materialismo histórico en sus escritos, sino que desarrolló y aplicó

también el materialismo dialéctico, que llegaría a ser la filosofía oficial del movimiento

comunista después de la Revolución rusa de 1917. Elementos importantes de sus últimas

concepciones filosóficas se encuentran en Dialéctica de la Naturaleza, aunque muchos de

sus análisis o ejemplos habían perdido ya valor cuando se publicaron en 1925, en un

marco de crecimiento explosivo de la ciencia natural y de debate epistemológico.