Oscar Niemeyer

Una mirada distinta de la arquitectura

«Yo soy arquitecto y, por tanto, lo que sé hacer son diseños de edificios, y eso es lo que voy a hacer, diseñar un edificio».

Oscar Niemeyer comienza con su carrera aproximadamente en el año 1935, luego de haberse graduado de la Escuela de Bellas Artes de Brasil como ingeniero arquitecto. Niemeyer comenzó desde muy joven con un pensamiento idealista sobre la vida misma y con un enfoque diferente de la arquitectura. Casi desde que comienza a diseñar se da cuenta que la arquitectura venía desde tiempo atrás con un sentido de monotonía y vio eso como su oportunidad de evolucionar la arquitectura en formas y materiales. Niemeyer es conocido actualmente como el padre de la arquitectura moderna (a pesar de la época en que comenzó a diseñar, pues sus obras se han adaptado a la actualidad), que vino no solo a proponer nuevos estilos de diseño sino un nuevo pensamiento en cuanto a cómo y para quién se diseña. “Hoy no existe una arquitectura ideal, la arquitectura ideal sería monotonía. Cada arquitecto hace su arquitectura, yo hago la mía”.

Niemeyer fue de los primeros arquitectos en experimentar con nuevos materiales constructivos: concreto, vidrio y metal, dándole otros usos un poco más modernos, que incluso actualmente parecieran ser de la época. Sin embargo prefirió profundizar en el uso del concreto y descubrir las diferentes utilidades de este. Fue pionero en la exploración de las posibilidades constructivas y plásticas del hormigón armado (Museo Niteiro). “El hormigón armado tiene un vocabulario muy rico, un material que ofrece un campo ilimitado de formas diferentes”. Este material vino a ser el facilitador de moldear las obras que realizó Niemeyer.

La arquitectura de Niemeyer se ha visto caracterizada, además del uso del hormigón, por ser una arquitectura con más sentido social que otras, el arquitecto expresa que lo que importa es la vida y no la arquitectura, pues qué sería de la arquitectura sin las personas que le dan ese uso único y característico a cada edificio. El arquitecto brasileño es ante todo un humanista de quien las ideas surgen de lápiz y papel, hasta que se concretiza en los proyectos que conocemos.

Las diversas formas empleadas y los principios que lo llevan a diseñar de una manera tan única se resumen en: “Lo que me atrae es la curva libre y sensual. La curva que encuentro en las montañas de mi país. En las olas del mar. En el cuerpo de la mujer preferida. De curvas está hecho el universo”, para Niemeyer la arquitectura estaba basada en la naturaleza, porque donde estuviera colocada tendría que fluir en la corriente del paisaje, montañas, árboles, todo lo que la rodea y no aislarse de esta. Niemeyer buscó romper con la forma linear, cuadrada y “perfecta” con la que se estaba construyendo.

Uno de sus más grandes proyectos fue Brasilia en el año 1956 a 1960. Niemeyer trabajó junto a Lucio Costa siendo este quién se encargaría de la planificación y urbanización de la ciudad y Niemeyer el principal arquitecto encargado del diseño de cada edificio. Brasilia

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aún es poco criticada por su forma y ordenamiento, pues con el tiempo se fueron formando barrios encerrados que ahora son focos de delicuencia. Sin duda se puede observar que hubo aspectos de ordenamiento y distribución que no se tomaron en cuenta o no se analizó con más profundidad; sin embargo fue uno de los proyectos que volvió de gran renombre a Niemeyer.

Una de las más grandes e imponentes obras que Niemeyer realizó fue la catedral Brasilia. Esta catedral nos muestra, como un ejemplo claro, la forma de pensar y ver la arquitectura según Niemeyer. Las características plásticas del hormigón pueden verse reflejadas en esta impetuosa obra.

Interior de la Catedral Brasilia.

En esta obra podemos ver el uso que Niemeyer le da a la curva, “la curva que evoca la figura de mujer”. Definiendo un módulo hecho de hormigón, crea el esqueleto principal de la Catedral Brasilia y usa como envolvente vitrales (exploración de nuevos materiales) que dan vida a la catedral no solo por fuera sino también por dentro. Aquí es donde podemos recordar una de las frases del arquitecto: “La arquitectura que yo hago está basada en la búsqueda de la belleza, en la búsqueda de una solución diferente”.

La estructura de esta obra es definitivamente una solución diferente. Personalmente lo que admiro de la obra de Niemeyer es el haber plasmado una arquitectura antigua en el tiempo, pero tan moderna hasta nuestros días; la forma en la que Niemeyer pensaba desde joven es uno de los principios que todos deberíamos poner en práctica, hacer una

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arquitectura diferente, hacer nuestra arquitectura; que quizás no será la ideal pero que rompe con lo monótono y a la vez responde a la necesidad de cada individuo.

Las obras de Niemeyer evocan al movimiento acelerado de la naturaleza pero tan preciso que puede percibirse que cada elemento está ubicado en su lugar con una razón de ser y no simplemente una solución más que sale de establecer un concepto de diseño, sino todo con un propósito.

Niemeyer es conocido como uno de los incursores en el estilo racionalista. Este estilo prentendía dejar atrás todo ornamento que opacara la arquitectura y que no tenía más que un fin estético, pues se podía hacer un eficio que fuera atractivo sin necesidad de estos adornos. Sus diseños, además de no tener “ornamentalismo pomposo”, rompen con cualquier forma cuadrada y estática y les brinda movimiento haciendo uso de formas no rectangulares como líneas curvas, esferas, cilindros, conos truncados, etc.

Un claro ejemplo de esto es el Centro Cultural Oscar Niemeyer construido en 2010, que sin necesidad de tanto ornamento y haciendo uso de las figuras que caracterizan su arquitectura, forman una composición impresionante y estéticamente agradable a la vista.

CENTRO CULTURAL OSCAR NIEMEYER (AVILÉS)

“Lo importante en la arquitectura es la sorpresa, hacer una cosa diferente y eso es lo que yo he querido hacer aquí”.

Como vemos la intención de Niemeyer es que podamos observar la arquitectura desde otra perspectiva. No se trata de cumplir “estándares establecidos” sino de poder renovar la idea, forma y función de cada espacio que conforma un edificio. Es de darle un nuevo sentido a cada proyecto pero siempre saber que lo importante es integrar la arquitectura con aquellos que se relacionan directamente con ella, que las personas puedan

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experimentar nuevas sensaciones y puedan admirar la belleza creada para ellos en cada construcción. “Un lugar abierto al mundo, que forma parte de este en vez de desplazarlo”.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

* http://www.scannerfm.com/cultura/oscar-niemeyer-padre-de-la-arquitectura-modernista/

* http://www.decoluxe.net/2010/01/05/oscar-niemeyer-y-la-arquitectura-moderna/