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    Kenneth C. Crawford

    ASOCIACIN CASA EDITORA SUDAMERICANAAv. San Martn 4555, B1604CDG Florida Oeste

    Buenos Aires, Repblica Argentina

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    Osy, la nutria

    Kenneth C. Crawford

    Ttulo del original: Ossie the otter, Autumn House Publishing division de Review and Her-

    ald Publ. Assn., Hagerstown, MD, E.U.A., 2009.

    Direccin: Jael Jerez

    Traduccin: Claudia BlathDiseo: Romina Genski

    Ilustraciones: Shutterstock

    Libro de edicin argentina

    IMPRESO EN LA ARGENTINA Printed in Argentina

    Primera edicin

    MMXII 3,5M

    Es propiedad. Copyright de la edicin original en ingls 2009 Review and Herald Publ.

    Assn. Todos los derechos reservados.

    2012 Asociacin Casa Editora Sudamericana. La edicin en castellano se publica con

    permiso de los dueos del Copyright.

    Queda hecho el depsito que marca la ley 11.723.

    ISBN 9789875679610

    / \Crawford, Kenneth C.

    Osy, la nutria / Kenneth C . Crawford / Dirigido por Jael Jerez. 1a ed. Florid a:

    Asociacin Casa Editora Sudamericana, 2012.

    62 p. ; I .; 21 x 14 cm.

    Traducido por: Claudia Blath

    ISBN 9789875679610

    1. Literatura infantil y juven il estadounidense. I. Jerez, Jael, dir. II. Blath, Claudia,

    trad. III. Ttulo.

    CDD 813.928 2v_________________________________________________ y

    Se termin de imprimir el 31 de agosto de 2012 en talleres propios (Av. San Martn 4555,

    B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires).

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    El sonido de la soledad,

    una dedicatoria

    M i mol no recuerdo, era la primera hora de una gloriosaH maana de domingo estival, y yo tena diez aos. Mi pa-w dre estaba en la cocina de lea preparando panquequesde trigo negro, de una receta de muchas generaciones de an

    tigedad; de fondo, un coro entonaba himnos en la radio. Yo

    estaba parado al lado de mi pap, hacindome un sndwichde manteca de man y miel, como parte de mi preparacin

    para un da de andar solo por el bosque. Vivamos en un pe

    queo pueblo al borde de un gran lago rodeado de tierra vir

    gen, y mi padre les haba enseado a sus hijos que el bosque

    no entraaba ningn temor, solo expectativa.- Ahora recuerda, hijo -m e dijo con su acostumbrada

    tranquilidad-, tienes el lago del lado sur, el arroyito New

    castle al este, las viejas vas del ferrocarril al oeste, y nuestracasa est al sur. A veces, tal vez te sientas perdido, pero es

    tars bien mientras te mantengas dentro de esos lmites.

    El bosque es tuyo, te lo dio nuestro Creador; ve y disfrtalo.Estar ansioso por saber lo que aprendiste hoy.

    Dedico este libro a ese recuerdo de mi padre, porquesimboliza las generaciones anteriores a m, que tambindisfrutaban de la naturaleza. Verdaderamente, es la se

    d t d d t d Di

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    Indice

    Prlogo

    Capiculo uno

    Beb/ recin nacido/!..................

    13

    Capiculo dos

    /olo en el para/o.......................... 19

    Capiculo eres

    Ni un /olo pe/cado........................

    25

    Capiculo cuacro

    Arra/trado por la corriente 29

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    Captulo cinco

    Problema doble.............................33

    Captulo seis

    Traveiura# #ubacutica#..............

    39

    Captulo siete

    El malhumorado alce entrela# provionei..............................45

    Captulo ocho

    /alvado por lo# pelo#.................... 51

    Captulo nueve

    Al fin en ca#a!..............................57

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    Prlogo

    El breve verano alaskeo haba pasado, y el olorpenetrante del otoo se senta en el are. Los ma-

    jestuosos alerces, en los valles inferiores se haban

    vuelto de un dorado brillante; un llamativo contrast

    con el rojo intenso de las praderas alpinas superiores. En

    las laderas inferiores, junto a un lago trmulo, los lamos

    majestuosos retiraban la savia hacia sus races, en prepa-

    racin para un largo y fro invierno. Esta parte del interior

    de Alaska es un vasto territorio virgen, donde la presen-

    cia del hombre es tan rara que pasan las estaciones, y los

    animales viven y mueren por generaciones sin presenciar

    ninguna huella humana ni el sonido de un hacha.En lo alto de un acantilado un guila adulto se enca-

    ramaba cerca de su nido vaco. Haca poco, un polluelo

    haba salido del cascarn de un huevo, en este nido. El

    guila miraba hacia su compaera, que surcaba las co-

    rrientes de aire por encima. Pronto partiran en un lar-

    go viaje hacia la costa sudeste, y la cra deba practicar

    sus habilidades de vuelo para fortalecer sus alas. Pero el

    macho descansaba, contemplando la tierra hacia abajo

    como un rey en su trono. Debajo del nuevo lmite de

    las nieves perpetuas, las interminables laderas se haban

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    movimiento ondulante de un pelaje castao, a la distan-

    cia. Osos pardos gigantes vagaban por las laderas, despo-

    jando de sus frutos a los arbustos de zarzamoras.En la base de la montaa, una enorm e columna de va-

    por suba del lago Kurupa, un remoto y estrecho espejo

    de agua de unos 16 kilmetros de largo y 1,5 kilmetros

    de ancho. El aire estaba ms fro que el agua, de modo

    que los lagos y los arroyos continuaran evaporndose

    hasta congelarse. El agua del lago era cristalina, salvo por

    un leve tinte verde en la zona alta, donde un arroyo an-

    cho desembocaba en el lago, alimentado por un inmen-

    so glaciar en la distancia.

    La orilla norte del lago Kurupa descenda suavemente

    hasta las amplias playas de gravilla, donde los animalesiban a beber. Pero, del otro lado, una enorme muralla

    vertical escalaba la imponente Cadena Montaosa

    Brooks donde las guilas tenan su nido. La mayora de

    estas pendientes del sur estaban despojadas de rboles

    por las avalanchas primaverales que bajaban deprisa porsus frentes cada ao. En el extremo oeste, el lago desem-

    bocaba en un ro ancho y lento. Una gran laguna cer-

    ca del lago tambin desembocaba en el ro; una familia

    de castores haba fabricado la laguna construyendo un

    enorme dique a lo ancho de un arroyito cerca del lago.

    En ese da en especial, los agudos ojos del guila tambin

    captaron las consecuencias de una avalancha reciente de

    barro y rocas. Rocas tremendas, algunas ms grandes que

    una casa, yacan en montones formados al azar a lo largo de

    la costa sur del lago, como si una mano invisible las hubiese

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    montaa por el movimiento repentino de la tierra mojada.

    Y ms all de la maraa de rocas y rboles cados desparra-

    mados por el borde de la playa, el guila espiaba una peque-a criatura que nadaba sola en las aguas claras del lago.

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    ' \>N.hyb' 5

    1 Beb# recin nacido#!

    Varios meses anees, al final de la primavera, Kayla,

    una nutria de ro estadounidense, haba dejadoa su compaero, Karga, y descubri un gran t-

    nel subacutico debajo de un banco de arena que so-

    bresala en la laguna de los castores. Mientras grandes

    bandadas de gansos y cisnes salvajes llegaban a la laguna

    y chapoteaban, Kayla trabajaba enrgicamente, afanadapor ampliar el antiguo tnel, para sus necesidades. For-

    m una curva ascendente en la entrada, y luego cav la

    madriguera en s por encima del nivel del agua, justo de-

    bajo de la superficie de la tierra. Iba y vena por el tnel,

    llevando barro y materiales mientras trabajaba. Una vez

    que la madriguera estuvo terminada, recogi pasto y ho-

    jas suaves a lo largo de la orilla, y las extendi en el piso

    de la madriguera. Con el tiem po se secarn un poco, for-

    mando una cama suave y perfumando el aire con el olor

    a moho del pasto en descomposicin.

    Kayla estaba preada, y como madre primeriza esta-ba preocupada por su madriguera. Cuando la termin a

    su gusto, se acurruc en la cama a esperar el momento

    del nacimiento. A veces, se despertaba con el sonido de

    los ratones que correteaban por sus tneles, quitndole

    pequeos pedacitos de pasto de su cama, y luego regre-

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    Oiy, la nutria

    hubo un gimoteo diferente, y Kayla gir la cabeza para

    lamer a los dos cachorros de nutria recin nacidos que

    estaban junto a ella.Las nutrias bebs se llaman cras o cachorros, y son inde-

    fensas al nacer. Osy fue el primognito, y midi 12,5 centme-

    tros desde la punta del hocico negro hasta el arranque de la

    cola. Como primognito, se lo llama perro cachorro. Su pe-

    laje era gris, y suave como la seda, muy parecido a un "diente

    de len. Todos los cachorros de nutria nacen ciegos y sin

    dientes, y gimen como un bebito cuando tienen hambre.

    Tig fue el segundo en nacer; era ms pequeo, pero igual de

    hambriento. Kayla se pasaba la mayor parte del tiempo acu-

    rrucada alrededor de sus nuevas cras, a fin de que pudieran

    hocicar en su suave pelaje para encontrar su fuente de lechey as mantener el calor.

    De tanto en tanto, cuando Osy y Tig estaban llenos de

    leche y dorman contentos, Kayla se iba sigilosamente

    para encontrar alimento para ella. Era una experta caza-

    dora, y poda atrapar las truchas barrigonas de la laguna.

    La mayor parte del tiempo llevaba su comida hasta la

    orilla, lejos de la entrada de su madriguera, y luego la de-

    voraba rpidamente mientras permaneca parcialmente

    en la laguna. Siempre estaba atenta a cualquier sonido

    de peligro para sus pequeuelos. Entonces, con su pan

    cita llena y con su reabastecimiento de leche, regresabanadando al tnel subterrneo y suba a la acogedora ma-

    driguera a estar con sus cras.

    Osy y Tig tenan alrededor de un mes cuando sus ojos

    celestes finalmente se despegaron y pudieron espiar a su

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    Beb* recin nacido#!

    las cras de nutria, tenan miedo de meterse en el agua. Des-

    pus de tratar sin xito de persuadirlos a entrar en el agua,

    Kayla finalmente cav un hoyo hacia arriba a travs del te-cho de la madriguera y subi a sus bebs hasta tierra frme.

    Lo haba planificado bien, y cuando sac a Osy y a Tig fuera

    de la madriguera, haba un gran espacio cubierto de pasto

    donde ellos podan jugar seguros. Cuando en el bosque se

    encuentra un lugar espacioso como este, casi seguro que

    hay una madriguera de nutrias cerca.Los bebs de nutrias crecen con rapidez, y les encan-

    ta explorar el espacio fuera de la madriguera. Al poco

    tiempo, cuando Osy y Tig eran bastante grandes para

    corretear por el pasto, apareci otra nutria adulta. Era su

    padre, Karga. Se haba ausentado durante el nacimien-to y mientras las cras eran muy pequeas, pero haba

    regresado para ayudar a criar a las dos nutrias jvenes.

    Al principio le tenan miedo, pero rpidamente se gan

    su confianza jugando con ellos frente a la madriguera.

    Les charlaba y los persegua, se dejaba atrapar y jugaban

    a la lucha. Pronto, ambos cachorros lo seguan a todas

    partes. A medida que los cachorros maduraban, los lle-

    vaba a explorar a lo largo de la orilla de la laguna, y hasta

    se aventuraban entre la maleza. Nunca se quedaba con

    ellos en la madriguera, sino que se quedaba a dormir

    solo, en algn lugar junto al lago.Cuando Osy y Tig fueron llevados por primera vez has-

    ta la orilla de la laguna, no les gustaba el agua; ni siquiera

    los peces ni las otras cosas que Kayla y Karga les traan

    para comer. Solo les gustaba presionar con sus patas el

    estmago suave y tibio de su m am y tom ar la rica leche

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    Oiy, la nutria

    da traa algo interesante para los cachorros, un pedazo

    de pescado medio masticado o las sobras de un sapo,

    y con el tiempo adquirieron el gusto por los deliciososbocados. Pronto los hermanos se peleaban en broma, y

    destrozaban los pedazos y se perseguan jugando al "no

    te acerques con los pedacitos de carne. Antes de no

    mucho, llegaron a amar el olor del pescado o de cual-

    quier otra criatura pequea de la laguna.

    Pero, todava tenan miedo al agua, as que Kayla y

    Karga hacan que lentamente los cachorros de nutria

    se acostumbraran a la sensacin de fro. Cada uno de

    los padres permita que un cachorro se subiera sobre su

    lomo, y luego lo llevaba a nadar por la laguna. Cuando

    el cachorro se senta cmodo montado sobre el lomode su progenitor, el adulto sala de debajo del cacho-

    rro. Al comienzo, los cachorros de nutria batan el agua

    frenticamente para mantenerse a flote, y la mam o el

    pap volvan a ponerse debajo, para sostenerlos y hacer-

    los sentir seguros. Las nutrias son padres dedicados, quepacientemente les ensean a sus cras a nadar y a cazar

    para conseguir alimento.

    Pronto Osy y Tig flotaban libremente, y aprendieron

    a chapotear por s solos. Cuando pasaron los meses de

    verano, los cachorros se convirtieron en exitosos nada-

    dores, y ahora les encantaba estar en el agua ms quejugar en tierra firme. Los cachorros a menudo jugaban

    cerca de la guarida, sobre una roca prxima a la laguna, y

    su actividad preferida era empujarse uno al otro al agua

    profunda.

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    Beb* recin nacido*!

    siete y once kilos. Es posible que en otros cinco o seis

    meses las jvenes nutrias se cuiden solas, pero las fami-

    lias de nutrias, por lo general, permanecen juntas hasta el

    nacimiento de una nueva camada, al ao siguiente. Las

    nutrias jvenes, generalmente, dejan el hogar cuando

    tienen entre doce y trece meses.

    A medida que pasaba el verano, Kayla y Karga sacaban

    a pasear a los cachorros cada vez ms lejos de su casa. A

    fines de agosto, casi cinco meses despus del nacim ientode los cachorros, Karga dej a la familia para ponerse a

    buscar un lugar donde pasar el invierno. Kayla decidi

    llevar a los cachorros en una excursin exploradora por

    el lago: fue el primer viaje importante de los cachorros

    lejos de la laguna donde nacieron. Era una caminata sinprisa, aunque emocionante para los tres: exploraban

    arroyos, atrapaban truchas y jugaban en gigantes avalan-

    chas de lodo, en un cam po de juegos extenso y silvestre.

    Sin embargo, el viaje tena un propsito, puesto que Kyla

    quera ensear a Osy y a Tig a pescar y a cuidarse solos.

    Una clida noche de verano, una brisa fuerte encres-paba las olas en la costa sur del lago. Osy y Tig jugaban

    en el agua junto a una gran pila de rocas, luchando y per-

    siguindose entre s mientras Kayla los observaba desde

    una roca en la orilla. Los tres haban acabado con una

    comida de pescado que ella haba atrapado, y los cacho-rros jugaban despreocupadamente. Como pensaba que

    Tig lo persegua, Osy se zambull de cabeza en las aguas

    profundas lejos de la orilla rocosa, nadando cada vez

    ms profundo en el agua. De repente su mundo explot.

    Unas enormes olas subacuticas hundieron a la pequea

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    O/y, 1 nutria

    luchaba para nadar hasta la superficie, mientras una ola

    tras otra lo empujaba despiadadamente hacia el centro

    del lago; todo su mundo haba cambiado.Fuertes lluvias haban cado durante varios das, ablan-

    dando el terreno del lado de la montaa. El viento haba

    iniciado una enorme avalancha de lodo y rocas, y las rocas

    enormes se desprendan y se desplomaban por la monta-

    a, estrellndose contra el lugar donde Osy haba estadocon su familia. Aunque chapoteaba en la superficie, gran-

    des olas de agua barrosa corran por el lago, arandolo

    mientras se alejaba de la montaa y del peligro que all

    haba. Nad hasta que qued exhausto; y entonces des-

    cans, confundido y desamparado, en la superficie picadadel agua. Llam a su mam y a su hermano, pero no huborespuesta. Estaba perdido... y solo.

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    Solo en el paraso

    Era un raro y perfecto da alaskeo, el are estaba en

    calma y la superficie del lago resplandeca como unespejo. Ni una sola onda rompa la quietud de estas

    aguas generalmente agitadas, y el cielo azul y los rboles de

    la montaa se reflejaban perfectamente en la superficie del

    lago. Desde su posicin privilegiada por encima del lago, la

    magnfica guila vigilaba la costa sur, y estaba pendiente delas diminutas ondas formadas por las truchas en la superfi-

    cie del lago. Observ una onda en forma de V cada vez ms

    amplia no lejos de la costa donde haba rocas esparcidas.

    Una criaturita nadaba lentamente en la superficie, dejando

    tras de s una estela delatora. La onda desapareca cuando

    el animalito se zambulla debajo del agua; luego reaparecacuando la criatura volva a la superficie y continuaba na-

    dando lentamente a lo largo de la orilla del agua. El guila

    observaba fijamente, pero no se mova de su lugar. Si hubie-

    se tenido hambre, se habra zambullido desde su puntal y

    habra sacado al animalito del agua por la fuerza.

    La ondulacin era causada por Osy. En silencio y muydeprisa, el beb nutria se deslizaba por el agua tan sua-

    vemente que casi no pareca que se estuviese moviendo.

    Entonces, presionando sus patitas cortas y regordetas

    contra el cuerpo, el cachorro se zambull, retorciendo

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    Ofy, la nutria

    sin repentina de burbujas escap de su boca cuando

    abruptamente cambi de direccin con un rpido em-

    pujn de sus patas posteriores palmeadas. Al quebrarla superficie del agua con el hocico, respir y volvi a

    zambullirse, navegando a una velocidad mxima de casi

    diez kilmetros por hora. Aunque sus ojos se adaptaban

    fcilmente entre la visin subacutica y de la superficie,

    Osy no se daba cuenta de la belleza de sus alrededores;solo buscaba a su familia.

    Era extrao, para el pequeo cachorro de nutria, es-

    tar solo en el gran lago, porque con apenas cinco meses,

    Osy era demasiado joven para vivir solito. Los bosques

    de Alaska son un lugar peligroso para cualquier nutriaque est sola, sea adulta o joven.

    Osy continu nadando hasta que lleg al extremo

    occidental del lago. All, la corriente flua ms rpido a

    travs de los llanos pantanosos, y el lago desaguaba en

    una extensa desembocadura. El agua, que corra con

    fuerza, desgastaba la parte inferior de las mrgenes aqu,

    y el pasto que colgaba formaba una cortina en las orillas.

    Sus gruesos mechones ondulaban con gracia debajo del

    agua, formando un buen escondite para los peces.

    Cerca de la desembocadura, un inmenso rbol yaca

    parcialmente en el agua, donde cay con su enormetronco sumergido a medias. Osy se subi al viejo rbol y

    fue corriendo hasta el final. Levant la vista por sobre el

    lago, y llam en un silbido chilln y estridente, pero no

    hubo ninguna respuesta. Escuch atentamente. Pero, los

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    /olo en el p iran o

    no estn en el agua, as que usaba su agudo sentido del

    olfato y del tacto.

    Osy estuvo all, recostado sobre el tronco bajo los cli-dos rayos del sol, por largo tiempo. Cada pocos minutos

    levantaba la cabe/a para olfatear el aire, moviendo sus

    largos bigotes y su gruesa cola de ac para all. Estaba

    tratando de descubrir un aroma determinado entre los

    olores del barro mojado, el pasto y las hojas en descom-posicin. Poda oler muchas cosas en ese momento...

    pero no a su madre ni a su hermano mellizo. Cada uno

    de ellos tena un olor inconfundible, que solo los miem-

    bros de su familia conocan.

    Los dems animales del lugar no advirtieron que Osy

    estaba acostado quedamente en el rbol cado. Nunca

    antes se haba separado de su familia, as que esperaba

    que regresaran a su casa en el tronco favorito. Incluso

    despus de que el sol se pusiera y los brillantes rayos de

    la luz de la luna enviaran su luz plateada, que danzaba

    sobre el lago, todava estaba all, inmvil. Las nutrias soncriaturas sociales y les encanta divertirse, as que era muy

    raro que Osy se quedara solo en el mismo lugar durante

    todo el da.

    Dos cuervos volaron hasta un rbol cercano, con la

    esperanza de comer las sobras de pescado que la familiade nutrias generalmente dejaba de lado. Pero, Osy to-

    dava no haba atrapado ni un pescado sin la ayuda de

    alguien, as que no haba sobras ese da. Decepcionados,

    se fueron volando, a buscar comida en alguna otra parte.

    A la maana siguiente, la tenue luz dorada del sol naciente

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    Oiy, U nutria

    brillante y espeso pelaje externo. Las nutrias tienen dos ca-

    pas de pelo; la capa interna est compuesta de pelo suave

    y lanudo, mientras que la capa externa es de pelo largo y

    spero, que debe mantenerse lacio y limpio. Esta capa ex-

    terna protege la capa interna de la humedad, y debe mante-

    nerse aplastada contra el cuerpo cuando la nutria nada. La

    mam de Osy haba enseado a sus hijos a mantener limpia

    la capa externa, y Osy era minucioso en seguir su ejemplo.Finalmente, se desliz del tronco y nad de un lado al

    otro de la desembocadura del ro. Sali a toda prisa has-

    ta la orilla cubierta de hierba, y camin a travs del pasto

    alto hasta una gran laguna no lejos del lago. Se sumer-

    gi en el agua tranquila y clara, para nadar en lo hondo.Haba grandes truchas oscuras que nadaban por todas

    partes peces que podan atraparse fcilmente; pero,

    aunque Osy tena mucha hambre, la pequea nutria iba

    en busca de su familia.

    En silencio, sali a la superficie y volvi a zambullirse,

    para explorar la parte socavada de la margen. Gir con

    una rpida torsin de la cola y se tir de cabeza en un agu-

    jero subacutico oculto de la orilla. El tnel haca un reco-

    do y cambiaba de direccin, antes de formar una curva e

    ingresar en la larga y angosta entrada de la madriguera fa-

    miliar. Osy trep por la entrada acuosa hasta la oscuridad,negra como el carbn, de la amplia madriguera aireada,

    construida en la orilla por encima del nivel del agua. En el

    suave nido cubierto de pasto, persista el olor de su familia

    y de la leche de su mam. Llorique de ansiedad, y luego

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    Solo en el pararo

    ii.iliikMIimi |>.nu ita gruona lo hizo regresara la laguna.

    I'.ii.i i u.ii ii li i '.ali de la madriguera y nad hasta la super

    lii ir (Ir l.i laguna, los dbiles rayos del sol de la primeram.ni,ni,i va hablan convertido el cielo en un vivido rosado.

    I liia gai ,m azul y gordinflona, parada en una pata en la

    paiic playa, gia/n en protesta cuando la cara peluda de

    ( Ky all m i a su lado y perturb su sueo profundo.

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    W>? X

    >p 3 Ni un rolo pe/cado

    Osy olfateaba el borde sumergido bajo el agua, enbusca de algo para comer. Las nutrias tienen bi-

    gotes muy sensibles en el hocico y los codos que

    les ayudan a encontrar comida en el agua turbia. Estos

    bigotes hasta les permiten percibir pequeas criaturas

    ocultas en el barro. Si estn muy hambrientas, las nutriascomen caracoles, ranas, serpientes, tortugas, pececitos, y

    hasta insectos.

    Osy se estaba debilitando. Haban pasado varios das

    desde que comi por ltima vez, porque haba centra-

    do todo su inters en encontrar a su familia. El hambre lo

    haba sacado de la seguridad de la madriguera familiar, y

    aunque todava era muy joven, pareca entender que de-

    ba conseguir comida. El instinto lo llev por la margen

    pantanosa, porque all siempre haba abundancia de cria-

    turas acuticas que pasaban su corta vida en el agua es-

    tancada de la laguna creada por los castores.Se desplaz lentamente a lo largo de la orilla barro-

    sa, olfateando los curiosos gusanos zigzagueantes de la

    laguna o las diminutas sanguijuelas; pero, estos no eran

    suficientes para mantener su activo cuerpo. Poda subsis-

  • 7/22/2019 Osy La Mutria

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    O/y, la nutria

    y dando ese peculiar silbidico gorjeador. A las nutrias les

    encanta cazar, vivir y jugar juntas; hay pocas criaturas,

    aparte de ellas, que tengan un amor por la vida tan en-tusiasta, y que hagan cosas solo por diversin.

    Desde el borde de la laguna, la bsqueda de comida lo

    llev cada vez ms cerca del gran dique de los castores,

    al final de la laguna. Al levantar la vista, vio las diminutas

    patas palmeadas y los cuerpos regordetes de los patitosque flotaban en la superficie, y las patas larguiruchas de

    la garza azul que pescaba cerca de la orilla. Mientras na-

    daba en el fondo de la laguna, el agua se volvi turbia

    por el barro que estaba agitando. De repente percibi

    que tena una enorme trucha precisamente frente a l.

    Las nutrias son increblemente veloces, y su alimentopreferido es una linda trucha gorda. Una nutria adulta

    puede atrapar una trucha de hasta 75 centmetros de

    largo, movindose furtivamente hasta a 45 centmetros

    de la confiada trucha. Arquea el lomo y lanza su cuerpo

    en direccin al pez, y se apodera de l mientras este, sor-prendido, trata de alejarse nadando.

    Una nutria adulta rara vez falla, pero Osy todava era

    un cachorro. Con un repentino estallido de energa se

    lanz tras la enorme trucha. El gran pez se escabull a

    gran velocidad, pero Osy iba tras ella; tan cerca que casipoda tocarle la cola con el hocico. Zigzagueando a tra-

    vs de la laguna, el pez trat de eludir a la hambrienta

    nutria mientras desesperadamente buscaba un refugio.

    Las nutrias muchas veces tratan de atrapar truchas en

    un rincn donde los peces no pueden escapar, as que Osy

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    0y, la nidria

    nad hasta la entrada y corri por el tnel hasta el nido

    cmodo y calentito. La madriguera de la familia, escon-

    dida bajo las races de un lamo de Virginia gigante queestaba muerto, era un refugio seguro para Osy, as que se

    durmi plcidamente, ignorando el gran peligro que se

    avecinaba.

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    'i *iyv 3

    %) \ i4.1 Arrastrado

    por la corriente

    El enorme lamo se elevaba solitario junto a la laguna,

    y haba capeado incontables y fuertes tormentas in-

    vernales durante muchos aos. Muchas generacio-

    nes de castores, ratas almizcleras y nutrias haban vivi

    en esta madriguera bajo la seguridad de sus races. Pero,

    con el paso del tiempo, el agua de la laguna haba debili-

    tado sus races, y el rbol gigante ya no era una fortaleza

    poderosa.

    Osy no tena dea de cunto haba dormido, pero se

    despert por los movimientos extraos que percibi en

    el interior de la madriguera y en sus alrededores. Los dim i-nutos ratones de monte chillaban aterrorizados y corran

    de un lado a otro como locos, dentro de su oscura ma-

    driguera. Osy sinti que toda la madriguera se retorca y

    se sacuda; las races protectoras del poderoso rbol, que

    contenan la madriguera con tanta seguridad, estaban co-menzando a desarraigarse.

    Se abri paso frenticamente hasta la entrada, y se

    zambull en la seguridad de las aguas profundas. En ese

    mismo instante, el inmenso rbol se descuaj y se estrell

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    Ofy, la nutria

    nadaba por el fondo de la laguna enturbiada. Haba salido

    de la entrada del tnel segundos antes de que las enormes

    ramas surcaran el agua y se hincaran en el fondo blandoy barroso; por poco quedaba aplastado. Finalmente, su-

    bi a la superficie para respirar en la seguridad del agua

    ms profunda, en el centro de la laguna. Cuando observ

    por sobre la superficie picada, le pereci que su mundo se

    haba vuelto loco. Una terrible tormenta del norte estabaazotando la superficie de la laguna y formaba olas, con

    cresta blanca de espuma; pero la espuma era marrn, por

    el lodo revuelto del fondo de la laguna.

    Mientras nadaba lentamente en crculos tratando de

    orientarse, Osy vio bancos de lodo expuestos a lo largo de la

    orilla de la laguna mientras el agua flua. Las pequeas cria-turas de la laguna nadaban apabulladas a su alrededor, pero

    l estaba demasiado asustado como para atrapar a una de

    ellas y comrsela. Instintivamente, nad hasta su madrigue-

    ra para evaluar la escena. El enorme lamo que protega su

    madriguera haba cado durante la tempestad y haba abier-to un enorme agujero en el dique de los castores. Ahora, la

    preciosa agua corra a travs del hueco. Los patos, los cisnes,

    los gansos y hasta la garza azul haban abandonado la segu-

    ridad del lago. Aturdido y confundido, se acerc nadando

    hasta donde haba estado el dique. Normalmente, Kayla ysus cachorros habran permanecido escondidos en la ma-

    driguera durante las tormentas peligrosas. Pero, cuando

    Osy se acerc al viejo rbol, de repente fue arrastrado por

    la poderosa corriente de agua que sala a raudales por el

    enorme agujero del dique.

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    Arrastrado por la corriente

    do fuerte. Percibi el peligro, e instint iv . i im ni indo mi

    fuerza hacia la derecha para cruzar la co m n iic v ali an/ai

    el agua ms calma; pero estaba demasiado dbil Al impoder nhacer nada en el agua que flua velo/nieiiir, lur

    chupado ro abajo hacia la abertura irregular 11 inmcnu >

    rbol cado estaba tumbado a lo ancho del hueco en el

    dique, y sus ramas creaban un laberinto enmaraado y

    peligroso. Las ramas parecan extenderse para aferrarlo al

    ser arrastrado, y una rama nudosa lo caz, retenindolo

    debajo del agua.

    Osy forceje para liberarse, retorciendo todo su largo

    cuerpo hasta que finalmente se solt. Rebotando de rama

    en rama, trat de atravesar el resto del barroso laberinto.

    Pero, sumergido y sintindose impotente para luchar contrala corriente, fue arrastrado rpidamente a travs del enorme

    agujero, junto con las ramas quebradas y otros restos que

    saturaban el ro.Mientras la enfurecida corriente desagotaba en el ro

    que flua desde el extremo bajo del lago, Osy nadabaintilmente. La corriente rpida lo alej del torrente que

    todava se precipitaba por el centro del dique hasta la ex-

    pansin del ancho ro, que flua tranquilamente. All, la co-

    rriente lo llev lentamente ro abajo hasta que, finalmen-

    te, lo deposit en un remolino sereno y protegido de una

    zona estancada. Magullado y agotado, el cachorro de nu-

    tria flotaba sobre su lomo en la superficie silenciosa; con

    su cuerpecito maltratado, con una necesidad imperiosa

    de descanso. Estaba demasiado cansado como para salir a

    la orilla, as que se qued echado tranquilamente sobre la

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    O/y, la nutria

    agua protegida estaba tranquila, as que Osy dej que su

    cuerpo adolorido flotara lentamente en el agua, bajo el

    pasto que sobresala junto a una de las orillas por el restode la noche tormentosa. Al despuntar la maana, plida

    y nublada, la joven nutria nad lentamente y muy do-

    lorido a lo largo de la orilla, sirvindose del banquete de

    comida fue desprendido de la laguna y arrastrado hasta

    su pequeo refugio.

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    5 Problema doble

    Amedida que pasaban los interminables das oto-

    ales y se desdibujaban uno en el otro, Osy pasa-

    ba el tiempo descansando y alimentndose de la

    fiesta de comida que era arrastrada ro abajo del enorm e

    dique de los castores. Cuando recuper fuerzas, su an-

    siedad interior cedi, pero an no haba gozo. Solitario

    en medio de la naturaleza, sin su familia, la belleza y eldescanso en este lugar desconocido se pareca mucho a

    una nota discordante tocada en un piano de cola duran-

    te una hermosa cancin. Echaba de menos a su familia,

    y esto le causaba un constante sentimiento de agitacin.

    El otoo ahora estaba muy avanzado, y la nieve de las

    cumbres de las montaas haba descendido hasta los pra-

    dos alpinos. A veces, la nieve caa en forma abundante y

    fuerte, hasta que incluso la tierra de las alturas inferiores se

    volva blanca. La joven nutria se pasaba los das durmien-

    do apaciblemente en una depresin protegida y cubierta

    de hierba que haba hallado en la orilla del ancho ro; y lasnoches en que buscaba algunas sobras de comida poda

    escarbar en el agua junto a la orilla. Estaba sobreviviendo;

    pero a tan corta edad, haba pocas esperanzas de que pu

    diera sobrevivir a los estragos de un invierno rtico.

    Una tarde tranquila y soleada, Osy se dispuso .1 ex-

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    0 #y, la nutria

    losamence al borde del ro, mientras permita que la

    suave corriente lo arrastrara. Mantena la cabeza bajo el

    agua la mayor parte del tiempo, aguardando pececitos ocualquier otra fuente de comida que pudiera descubrir.

    El dbil sol que le entibiaba el lomo era agradable, de

    modo que dej que la corriente lenta lo llevara cada vez

    ms lejos ro abajo, a lo largo de la orilla.

    De repente, por encima se le apareci una enorme

    sombra. Sobresaltado, y como percibiendo el peligro,

    levant la cabeza para oler el aire y ver si todo estaba

    bien. En ese momento, unas garras filosas le apualaron

    el lomo y quedaron atrapadas en su carne. Las podero-

    sas alas del ave cayeron sobre ambos lados de su cuerpo,

    y Osy sinti que lo levantaban del agua.Gritando y retorcindose de susto y de dolor, se revol-

    va, tratando de tirarse al agua para escapar de las garras

    que lo tenan tan fuertemente agarrado. Las enormes

    alas de un guila lo suban an cuando l forcejeaba para

    nadar y ponerse a salvo. Las enrgicas garras se clavaronen su carne mientras se retorca desesperadamente por

    ltima vez y se zambulla en el agua, arrastrando a la po-

    derosa guila con l. El ave, totalmente empapada, ahora

    luchaba por su vida. Y Osy sinti que le aflojaba sus ga-

    rras cuando agit las alas, en un intento desesperado por

    salir del agua.Trabados en un abrazo mortal, guila y nutria de repente

    se dieron cuenta de que haban sido arrastrados al medio

    del ro. All, la corriente fuerte los estaba llevando rpida-

    mente ro abajo. Con un giro desesperado del cuerpo y una

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    Problema doble

    mente, nadando con desespeacin ro abajo para escapar

    de la terrible batalla.

    Herido y asustado, inmediatamente tuvo que lucharcontra otra fuerza poderosa. Mientras era barrido ro

    abajo, oy el estruendo ensordecedor de los rpidos que

    venan ms adelante; pero estaba demasiado dbil como

    para resistir la corriente. El ro enfurecido lanz al cacho-

    rro de nutria por un can angosto, lleno de rocas maci-

    zas. Al dar vueltas y vueltas en el agua sucia, Osy luchaba

    para permanecer cerca de la superficie para poder respi-

    rar. El bramido ensordecedor del agua ahogaba todos los

    dems sonidos, y la corriente rpida lo llev a travs de

    su locura hasta que, finalmente, el ro se volvi ms lento

    y pudo flotar en un espacio abierto. Le sala sangre dellomo desgarrado y sus patas estaban demasiado dbiles

    para continuar luchando contra la corriente, as que dej

    que el ro lo llevara donde fuere.

    El plido sol de la primera maana se asomaba por las

    montaas del este, y el ro crecido acarre a Osy hasta

    un lugar desconocido. Mientras iba a la deriva sobre la

    superficie serena de un remanso, fue llevado por la co-

    rriente hasta una inmensa roca plana, debajo de un te-

    rrapln que sobresala. Sali de all abajo cansado, y se

    dej caer sobre una piedra cubierta de algas. Vencido

    por el cansancio, perdi el sentido de peligro, cerr losojos y cay en un sueo agitado.

    Durmi de a ratos durante la noche, con el cuerpo

    adolorido y sus sueos llenos de amenazas. Finalmente,

    se despert cuando la luna poniente enviaba sus brillan-

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    Oiy, la nutria

    entumecido y dolorido, trat en vano de levantarse y

    estirarse. Pero, todava exhausto, volvi a acostarse y se

    durmi otra vez. Al final de la tarde, volvi a despertar-se, esta vez por el calor del sol que caa sobre su pelaje

    apelmazado. Las moscas zumbaban alrededor de la san-

    gre seca que cubra las heridas en su lomo, as que se

    desliz desde la roca hasta la corriente apacible. El agua

    fra reconfort sus msculos doloridos y lo energiz. Al

    sentirse un poco mejor, flot a lo largo de la corriente

    mansa, y rpidamente encontr multitudes de insectos

    y sanguijuelas que eran barridos ro abajo por la inunda-

    cin. El cachorrito, muerto de hambre, engulla todo lo

    que poda alcanzar.

    Los das siguientes fueron clidos y soleados, as queOsy explor el lugar y comi de la abundante provisin

    de comida que flotaba en el ro. Su cuerpo, que normal-

    mente era gil, todava estaba muy adolorido, y se le ha-

    ca difcil avanzar con rapidez o nadar a todos lados, as

    que permaneca cerca de la orilla en el agua tranquila,

    atento a cualquier cosa que pudiera lastimarlo.

    Al cuarto da despus de haber sido llevado ro aba-

    jo por entre los rpidos, se percat de la entrada a una

    madriguera mientras nadaba lentamente a lo largo de

    la orilla cubierta de hierba. Estaba escondida en medio

    de algunos sauces que sobresalan por encima de la ori-lla, y aunque capt el olor almizcleo de otro animal, su

    necesidad de refugio era tan fuerte que se lanz bajo el

    agua y nad cautelosamente hasta el tnel. El largo tnel

    terminaba en una gran madriguera revestida de cortezas

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    la madriguera, pero se acurruc lo ms que pudo en un

    rincn, y se qued dormido.

    Problema doble

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    O/y, la nutria

    Los castores son nocturnos, lo que significa que ge-

    neralmente duermen durante el da y estn ms activos

    de noche. As que, cuando Sage regres a la madrigueraal amanecer, Osy ya haba dormido y estaba listo paracomenzar su da.

    La pequea nutria dedic los das siguientes a explo-

    rar a lo largo de la costa, y a encontrar ms sanguijuelas

    y ranas para comer. Un da fro y de viento fuerte, cuan-

    do Osy estaba investigando la zona, se zambull hasta elfondo para sentir la suave corriente subterrnea junto a

    las hendiduras de la orilla. Nad ro abajo cada vez ms,

    hasta que el agua helada de repente se volvi tibia. Al salir

    a la superficie, mir a su alrededor y descubri que haba

    un pequeo arroyito que desembocaba en el ro. Bastan-te ro arriba,haba aguas termales que bullan de la tierra

    y se elevaban grandes columnas de vapor, en forma de

    serpentinas, en el aire helado. Cuando las aguas clidas del

    manantial caliente se unan al ro, el agua flua dentro de

    una ensenada rocosa y se filtraba, por entre las rocas, en la

    corriente.Osy subi a duras penas sobre las rocas y chapale en

    las clidas aguas termales del pequeo estanque. El agua

    tibia era tan reconfortante para sus heridas que permane-

    ci mucho tiempo en la ensenada rocosa, hasta el atar-

    decer. Entonces, cuando se desliz sobre el borde pararegresar al ro, divis un enorme cardumen de truchas

    que se arremolinaba en la ensenada rocosa. Las truchas

    se juntaban aqu a fin de esperar que los insectos y otros

    alimentos se filtraran por entre las rocas hacia el ro. Con

    un giro de su cola, Osy se sumergi para atrapar una de

  • 7/22/2019 Osy La Mutria

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    Traveiurai mbacutica*

    para atrapar esos peces gordos.

    Decepcionado, volvi nadando a su madriguera y subi

    por la entrada. Sage haba dormido todo el da, y cuandoOsy la olfate, se despert y le gru. Pareca contenta de

    que l hubiese regresado, pero pronto abandon la cueva

    para pasar la noche buscando comida para sus propias

    necesidades. Esto rpidamente se convirti en una rutina

    diaria. Osy se despertaba cada maana al escuchar a Sage

    cuando entraba en la madriguera, y ella, generalmente, loacariciaba con la nariz antes de echarse a dormir. A veces,

    si l se despertaba temprano, esperaba que ella entrara an-

    tes de salir de la madriguera. Los dos huerfanitos haban

    formado una amistad inverosmil, pero estrecha.

    Osy se pasaba casi todos los das en el manantial ca-liente, alimentndose junto a la orilla y tratando de ha-

    cer lo mejor de su parte para atrapar las truchas veloces

    que frecuentaban la ensenada rocosa. Pareca intuir que

    el agua termal ayudaba a sanar sus heridas. Pero, aunque

    el agua estaba sanando las heridas fsicas, no poda llegar

    hasta los anhelos ms ntimos de su corazn. Extraaba

    a su madre y a su hermano; extraaba la compaa de la

    familia. Instintivamente, supo que deba comenzar su viaje

    de regreso; aunque el mismo instinto le deca que deba

    esperar hasta recobrar fuerzas.

    No obstante, los das otoales se estaban volviendocada vez ms fros, y cada vez ms cortos, tambin. El

    sol, que se iba debilitando, haba perdido gran parte de

    su tibieza y estaba cada vez ms abajo en el horizonte

    meridional, cada da que pasaba. El campo de nieve esti-

    val y el agua de deshielo proveniente del glaciar que ali-

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    O/y, la nutria

    comenz a descender. La nieve fresca, provocada por el

    fro del invierno que se aproximaba, cubra las superficies

    sucias de las montaas y los glaciares, cubiertas de polvomarrn, como una manta limpia y blanca.

    Las familias de cisnes haban estado practicando sus

    vuelos de formacin da tras da, y sus llamados de alien

    to a los cisnes jvenes resonaban desde las colinas; en-

    tonces, un da partieron. Era como si el Creador hubiese

    dado una seal ocu lta a todos los cisnes simultneam en-te. En una fanfarria bulliciosa de llamados sonoros y alas

    que se agitaban, despegaron del ro y se alejaron volando

    hasta algn destino que solo ellos conocen. Pocos das

    despus, los patos comenzaron a llegar del norte, de la

    tundra rtica. El ro, el hogar veraniego de un sinnmerode aves exticas hasta haca poco, se convirti en el lugar

    de descanso de miles ms, que migraban hacia el sur. Los

    zarapitos playeros y los chorlitos dorados acudan al ro,

    y los agujas colipintas se detenan para un ltimo des-

    canso antes de su viaje sin paradas de doce mil kilme-

    tros, desde el rtico hasta las costas de Nueva Zelanda.Una maana, cuando Osy sali de la madriguera, Sage

    estaba ocupada preparando una provisin de comida

    bajo el agua para cuando el ro se congelara. El industrio-

    so castor haba arrastrado ramas de lamo hasta el agua,

    y las estaba enterrando en el barro del fondo. El prximoverano ella tratara de extender un dique desde la orilla,

    para apuntalar el agua que avanzaba lentamente.

    Osy se estaba sintiendo mucho mejor por ahora, y se

    haba despertado con ganas de jugar, as que se zam-

    bull en el agua poco profunda y nad debajo del agua

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    Travc/ura mbacutica/

    la lucha, as que Osy pens que peleara con Sage como

    sola hacerlo con su hermano, Tlg. Sin previo aviso, Osy

    aferr la ancha cola de Sage con sus dientes incisivos, yesper. La pobre Sage estaba tan asustada que salt ha-

    cia adelante y se lanz al agua para ponerse a salvo, y al

    mismo tiempo trat de dar un coletazo sobre el agua.

    Pero, al levantar su potente cola, Osy vol por el aire por

    sobre la cabeza de ella, y chapote en el agua frente a

    ella justo cuando ella se sumergi. Sage choc de cabeza

    contra l, por supuesto, y lo dej sin aire. En su prisa, el

    castorcito nunca se detuvo para ver quin era su atacan-

    te: solo nad con todas sus fuerzas hasta la parte ms

    profunda del ro. Cuando por fin Osy recuper el aliento,

    mir al otro lado del ro, solo para ver que Sage lo mirabaechando fuego por los ojos, como si dijera: "Qu clase

    de truco tonto fue ese? Casi me salgo de mi propia piel

    del susto que me pegaste!.

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    7 El malhumorado alceentre la* proviiione/

    El instinto le dijo a Osy que poda quedarse aqu, enel ro, durante el invierno. El agua tibia correra libre-

    mente, lo que significaba que los peces tambin

    permaneceran en el ro durante el invierno. La madrigue-

    ra que comparta con Sage era acogedora, y el compae-

    rismo de ella hara que los meses fros sean llevaderos. Sin

    embargo, algo dentro de l aoraba regresar a su hogar, en

    el lago donde haba nacido. No poda deshacerse total-

    mente el anhelo interior por la compaa de la familia; y

    parte de l tena terror a pasar el invierno sin ellos. Karga,

    su padre, probablemente, regresara a la madriguera para

    pasar el invierno con su familia, y Osy quera estar de re-

    greso en el lago cuando llegara.

    Un da otoal fro y nevoso Osy explor su casa acuosa

    un poco ms all de la orilla de lo acostumbrado. Estaba

    cansado de vivir de las diminutas criaturas que encon-

    traba aqu y all, y ansiaba una trucha gorda y sabrosa.

    Temprano en la noche, nad a lo largo del fondo rocosohasta el centro del ro, y despus alrededor de los bancos

    de la otra orilla. All, en la penumbra que se filtraba a

    travs del agua, no vio, pero percibi, que haba otra cria

    tura nadando debajo del agua. Era una serreta, un pato

    zambullidor, en busca de peces. Osy vigilaba, hambrien

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    Oiy, la nutria

    to mientras el pescador experto tom una trucha gorda

    y se volvi a deslizar hasta la superficie. Sin pensarlo, Osy

    se lanz detrs de l y apretuj la panza gorda del pato

    con el hocico justo cuando este llegaba a la superficie.

    Sorprendido, el pato sali disparando del agua com o co-

    hete, perdiendo el control de la trucha. Osy se apoder

    de la trucha y descendi rpidamente a las profundida-

    des del ro. Nadando lo ms rpido posible, avanz a lo

    largo de la orilla hasta una roca plana y, entonces, emer-gi. Con cierta dificultad, sac arrastrando su comida

    robada y comenz a despedazarla con satisfaccin. La

    serreta dej escapar un graznido malhumorado, y volvi

    a pescar para su nidada.

    Pronto, el hielo invernal se espes junto a las mrgenes

    del ro, y el llamado inquietante de los gansos canadiensesque migraban resonaba a travs del agua. Los gansos llega-

    ron para descansar despus de que los cisnes se marcha-

    ron, y a veces sus siluetas podan verse a la luz de la luna,

    mientras flotaban con toda seguridad en el agua, lejos de

    la orilla. Cada maana la familia de serretas emprenda

    vuelo, despegando desde el ro para hacer largas expedi-ciones alrededor de la cadena montaosa, y adems for-

    talecer las alas de los pichones.

    Los colimbos alzaban vuelo hacia lugares desconoci-

    dos del sur. Sin embargo, Osy todava se quedaba remo-

    jndose en la piscina termal, y recuperaba fuerzas. Cada

    da, pasaba varias horas inmerso en el agua caliente, yaunque el aire estaba fresco y crispado con las primeras

    rfagas del fro del invierno, senta que su cuerpo se esta-

    ba sanando. Sin embargo, a fin de sobrevivir al invierno,

    tena que estar suficientemente fuerte para atrapar pe-

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    El malhumorado alce entre la/ provi/ione/

    ces. Todos los das, se deslizaba por la ensenada rocosa y

    trataba de atrapar alguna trucha escurridiza que mero-

    deaba alrededor de la desembocadura del agua templa-

    da. Un da, persiguiendo sin tregua a uno de los peces

    gordinflones, dio un viraje hacia un lado, a tiempo para

    atraparlo. Todos los das, despus de esto, se las arreglaba

    para atrapar al menos un pez; ahora podra sobrevivir el

    invierno por su cuenta.

    Sage estaba bastante contenta con su nuevo hogar, y

    se mantena ocupada al preparar un depsito de comida

    para el invierno talando varios lamos. Los rboles cados

    atrajeron la atencin de un enorme alce adulto, que decidi

    establecerse en la despensa natural de Sage. Era temporada

    de apareamiento, y el alce pasaba mucho tiempo revolcn-

    dose en las ramas de los rboles cados para limpiar y forta-lecer sus enormes astas, en preparacin para la batalla.

    De noche, sus bramidos resonaban a travs del valle,

    y su hbito de pisotear con fuerza sobre la madriguera

    hacan que Sage y Osy se pusieran nerviosos. El gran alce

    pareca tener mal genio, y a veces tanto la nutria como

    el castor miraban con inquietud desde la seguridad delagua, mientras el alce desmantelaba rboles enormes y los

    haca pedazos. Esta simulacin de lucha ayudaba al alce a

    evaluar la fortaleza y la extensin de sus cuernos, y le daba

    prctica para las prximas batallas por una hembra.

    A medida que pasaban los das, Sage se pona cada vez

    ms nerviosa, porque el alce haba delimitado su territoriojusto en el centro de su alameda. Una noche, ella y Osy

    estaban en el ro observando a su vecino, aparentemen-

    te enloquecido,, en uno de sus destrozos. Osy nad con

    cautela a lo largo de la orilla del ro, pero Sage, ansiosa por

  • 7/22/2019 Osy La Mutria

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    Ofy, la nutria

    ponerse a trabajar, sali del agua a rastras y se fue hasta el

    grupo de rboles donde haba estado trabajando. El alce

    todava estaba dando pisotones en la arboleda, y ella noquera desencadenar uno de sus arrebatos de mal genio.

    Bordeando el lo del claro para permanecer alejada del

    alce, se acerc en puntillas hasta un lamo en el que haba

    estado trabajando durante varias noches, se arm con su

    cola fuerte y plana y comenz a roer la base. Haba rodo la

    mayor parte del tronco durante las noches en que el alceno estaba, y el rbol estaba casi listo para caerse. Su plan

    era derribar el rbol en el agua y luego usarlo para sostener

    las otras ramas debajo del agua, y as tener comida duran-

    te el invierno. Increblemente, los castores tienen la habili-

    dad de intuir cm o caer un rbol y ajustar la direccin dela cada con sus dientes.

    Mientras Osy nadaba cerca de la orilla para observar,

    not que la presencia de Sage pareca hacer enojar al

    alce. Sin embargo, pareca que ella no se daba cuenta de

    eso, y termin su trabajo de mordisquear el tronco del

    rbol. Cuando el inmenso rbol cruji, el alce, enojado,pens escuchar a un alce rival que entraba en su territo-

    rio. En su furia, el alce atac al castorcito cuando el rbol

    comenz a inclinarse en direccin al agua.

    Sage retrocedi del rbol para ver cmo caa, y estaba

    parada en el claro cuando el alce la atac. El alce se en-cabrit sobre sus patas traseras, dejndose caer sobre sus

    patas delanteras y enterrando las pezuas; pero Sage sali

    como disparada justo a tiempo. l volvi a embestir con

    las orejas pegadas a la cabeza y el pelo de punta en la parte

    posterior del cogote. Justo cuando pareca que no haba

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    El malhumorado alce entre la# proviiione#

    del rbol atraparon las astas macizas del alce y lo arrojaron

    al piso, retorcindole el cuello para un lado e inmovilizn-

    dolo en el piso del claro.El confundido alce se qued all, tirado, por un momen-

    to y luego comenz a sacudirse para todos lados deses-

    peradamente, en un intento por salir de debajo del rbol.

    Sage pas cerca del alce para ponerse a salvo en el ro y

    peg con fuerza con su cola contra el agua al zambullirse.

    El alce, finalmente, se libr del enredo de las ramas y pro-

    cedi a desahogar su rabia contra el rbol. Rpidamente,

    pel las ramas con sus astas y luego las pisote con fuerza

    contra el piso, mientras buscaba a la criatura que le haba

    acarreado tanta miseria.

    Se volvi a parar sobre sus patas traseras y golpe elsuelo con sus pezuas delanteras, pero el suelo cedi y

    las patas se abrieron paso hasta la madriguera de Sage y

    Osy. Sus patas se hundieron en la tierra hasta las rodillas,

    lo que lo hizo enojar an ms. En apenas unos segundos,

    el enrgico alce destruy el hogar de ellos y trat de salir

    del agujero que haba hecho en la tierra. Finalmente, se

    liber y sali a las estampidas, lleno de furia.

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    Salvado por loi pelo#

    Desde la seguridad del agua profunda, Osy haba ob-

    servado el berrinche con fascinacin, y por el restode la noche l y Sage se quedaron en el agua, lejos

    de su madriguera arruinada. A la maana siguiente, Sage

    regres a la madriguera a fin de evaluar los daos. Al en-

    contrarla completamente destruida, comenz a trabajar en

    otra madriguera no muy lejos de all. Una sensacin de ur-gencia diriga sus esfuerzos mientras cavaba su nuevo tnel;

    tena poco tiempo. Pero Osy volvi a nadar hasta la piscina

    termal, para atrapar truchas y meditar sobre su futuro.

    Al final del da, el fro viento otoal trajo nubes grises

    y oscuras que ocultaron el sol: estaba descendiendo otra

    tormenta sobre el ro. Los gansos canadienses reunieron asus cras y levantaron vuelo en medio de los vientos bo-

    rrascosos, mientras sus voces resonaban a travs del valle,

    y graznaban una despedida final a su lugar de descanso en

    la naturaleza. Hicieron una formacin en V irregular en di-

    reccin al sur, sobre las rpidas corrientes de aire. Osy los vio

    partir y sinti que el invierno llegara pronto. Pero, ahora no

    tena ningn hogar que lo protegiera de los elementos.

    Se qued cerca de la pileta caliente del manantial hasta

    que atrap otra trucha gorda y la llev hasta una enorme

    roca plana. Como todava senta miedo de aventurarse a

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    O/y, la nutria

    grandes copos de nieve, suaves y esponjosos, que se arre-

    molinaban y giraban en el viento. Pronto la tierra se cubri

    con un blanco manto de nieve. Osy nunca antes habavisto nieve, as que lentamente nad ro arriba y luego dio

    marcha atrs, hasta su piscina caliente. No quera dejar

    este lugar familiar, pero el llamado del hogar era tan fuerte

    que, finalmente, nad ro arriba dejando atrs la madri-

    guera que haba compartido con Sage. Al seguir la curva

    del ro, prob el agua en busca de olores familiares, perono encontr nada. Hasta la tierra era blanca y extraa. No

    recordaba esta parte del ro porque haba quedado muy

    lastimado el da que fue barrido por los rpidos; pero el

    instinto lo animaba a seguir siempre adelante.

    Cay la noche, pero sigui nadando hasta que la co-

    rriente se hizo demasiado fuerte. Ahora, el ro pareca

    haberse vuelto en su contra, y aunque su cuerpecito no

    poda competir con el torrente de agua de los rpidos,

    luch contra la corriente hasta que qued exhausto. Al

    encontrar un terrapln con hierba, la pequea nutria,

    muerta de cansancio, sali del agua para descansar. O l-fate en la nieve, hasta que descubri un hueco debajo

    de un arbusto de aliso colgante, se meti debajo y se

    durmi.

    Cuando finalmente lleg la luz del da, el mundo pare-

    ca plido, fro y con cara de pocos amigos. El sol brillaba

    dbilmente a travs de la nieve, que todava segua arre-molinndose mientras Osy se despertaba y se estiraba

    lentamente. Se qued quieto por largo tiempo, contem-

    plando el agua que caa sobre las rocas. Pareca entender

    que no podra volver a nadar en contra de su fuerza im-

  • 7/22/2019 Osy La Mutria

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    Salvado por loi pelo

    descansando.

    Finalmente, decidi continuar su viaje, as que dej su

    lugar de descanso y correte a lo largo de la margen empi-nada y cubierta de nieve. La sigui lo mejor que pudo, tra-

    tando de permanecer lo suficientemente cerca como para

    or el bramido del agua. Corriendo a grandes zancadas con

    sus partas cortas y anchas, viaj por varias horas antes de

    llegar a un bosquecillo de lamos de Virginia y descender

    por una colina empinada hasta un banco de grava en el ro.

    Aqu, la inundacin haba dejado una serie de charcas, don-

    de los pececillos recorran el agua clara a gran velocidad. Sa-

    li disparado tras ellos, y atrap suficientes para detener los

    gruidos de su estmago vaco. No obstante, no se qued

    por mucho tiempo, porque era vulnerable a los predadorescuando no permaneca en el agua.

    El sol poniente, plido, detrs de las distantes monta-

    as del sur, proyectaba dbiles rayos de luz delante de la

    pequea nutria mientras continuaba corriendo a lo largo

    de la margen del ro. Por fin, exhausto, se acurruc debajo

    de la raz de un gran rbol y se qued contemplando esteextrao mundo nevado. Luego, cerr los ojos y se qued

    dormido.

    Algn tiempo despus, se despert por el sonido de

    un animal que roa algo. Pensando en su amiga, Sage, es-

    cuch en silencio. Por el rabillo del ojo, vio a un granconejo que pelaba la corteza de las races del rbol bajo

    el cual l se esconda. El pelaje del conejo tena manchas

    marrones y blancas porque estaba cambiando de color:

    del marrn del verano al blanco del invierno. El cone-

    jo pareca darse cuenta de la presencia de Osy, aunque

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    O/y, U nutria

    cada pocos minutos, se ergua y golpeaba los pies contra

    el suelo.

    De repente Osy sinti un extrao olor a humedad, quese haca cada vez ms fuerte. El conejo tambin lo not, y

    comenz a golpear, histrico, las patas traseras. De la oscu-

    ridad, apareci un gran carcay glotn. Los carcayes son

    primos de las nutrias, de tamao ms grande; pero son

    animales malos, que matan y comen casi de todo. Hasta

    los osos pardos evitan a los carcayes adultos. Este carca-y en particular haba estado siguiendo el rastro al conejo

    con su agudo sentido del olfato, y ahora rpidamente se

    acerc a su presa.

    Como no quera ser el bocadillo nocturno del carcay,

    el conejo sali a los saltos como una flecha de abajo de lasraces del rbol, con el carcay pisndole los talones. Los

    conejos pueden dejar atrs a la mayora de los predado-

    res, pero solo por un corto perodo. El carcay persigui al

    conejo por un rato, y luego perdi el inters. Regres tran-

    quilamente hasta el rbol, y entonces se detuvo abrupta-

    mente para olfatear el terreno. Corri a toda prisa hastael rbol con el hocico pegado al piso, y sigui el rastro de

    Osy hasta el rbol.

    Osy se haba quedado perfectamente quieto hasta en-

    tonces, esperando no ser descubierto; pero cuando alcan-

    z a percibir de nuevo el fuerte olor del carcay, supo que

    estaba en peligro. El carcay todava senta hambre, y tenaintenciones de que Osy fuese su prxima comida. Mien-

    tras el carcay se acercaba, Osy sali a las disparadas como

    una flecha de debajo del rbol, y corri por su vida. Los

    carcayes no ven bien, pero este divis a la nutria que hua

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    Salvado por lo/ pelo/

    Al mirar por encima del hombro, Osy vio que los dien-

    tes blancos del carcay relucan mientras lo persegua. El

    carcay era grande y fuerte, y mucho ms rpido que elcachorro de nutria, y rpidamente la distancia entre ellos

    se iba acortando. Osy esquivaba rboles y evada arbus-

    tos mientras corra, pero el carcay estaba empeado en

    atrapar esta comida. Finalmente, sin aliento y sin poder

    continuar ms con esta carrera loca, Osy divis justo ade-

    lante una colina empinada cubierta de hierba y de unafina capa de nieve. Desesperado, se arroj de panza como

    por un tobogn por el borde de la colina, con las garras

    escondidas para poder deslizarse ms rpido. El carcay

    corra tras l, pero no pudo continuar cuando Osy des-

    cendi por la colina como un rayo.

    Osy no tena idea de dnde terminara la colina, porque

    la nieve se pulverizaba en sus ojos mientras se deslizaba.

    Solo saba que deba escapar. El carcay se abri paso tras

    l, siguiendo la ondulacin del sendero en la nieve. Perdi

    de vista a Osy por un instante, pero continu bajando a

    zancadas la abrupta inclinacin, tras la nutria que hua.Al pie de la colina haba un remanso barroso forma-

    do por las inundaciones. Se haba formado una delgada

    capa de hielo junto a la orilla y se extenda por varios me-

    tros sobre el agua. Osy iba tan rpido cuando lleg al pie

    de la colina que pas como un silbido por el hielo, y se

    sumergi en el agua helada. El carcay se estrell contrael hielo, pero su cuerpo, ms pesado, pas al otro lado

    y comenz a moverse agitadamente para todos lados,

    buscando desesperadamente a su presa. Era un nadador

    excelente y, finalmente, zanj el resto del hielo hasta el

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    O/y, U nutria

    esperando que su presa saliera a la superficie.

    Pero, Osy saba que no deba salir de inmediato. Nad

    bajo el agua, pegado al fondo, hasta que sus pulmones es-tuvieron a punto de explotar. En un terrapln donde circu-

    laba agua y no haba hielo en la orilla, con cautela sac el

    hocico a la superficie para tomar aire y volvi a zambullirse.

    Los latidos de su corazoncito disminuyeron... Se hundi en

    el fondo y esper.

    Mojado y enojado, el carcay chapote en el ro un largorato, antes de que finalmente volviera a subirse al hielo y

    huyera en busca de otra presa.

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    Al fin en cafa!

    Osy permaneci en el agua lo ms que pudo, y

    luego sali corriendo hacia la otra orilla del ro.La mayor parte del da, la asustada nutria corri

    con cautela a lo largo de la margen opuesta del ro y ale-

    jada del peligro. Finalmente, volvi a deslizarse dentro

    del agua y continu nadando ro arriba. El terreno ha-

    ba cambiado durante su huida del carcay, y la tierra se

    haba vuelto escabrosa y accidentada. Aunque el ro era

    ms rpido aqu, era ms fcil nadar contra la corrien-

    te que correr sobre tierra firme. Cuando cay la noche,

    sali del agua y encontr un lugar hundido en el pasto,

    donde pudo acurrucarse com o un ovillo y dormir.

    Antes de despuntar el alba, volvi a zambullirse en elagua y continu su viaje largo y extenuante. Despus de un

    rato, el ro se estrech y se volvi tan rpido que ya no pudo

    continuar nadando ro arriba. Ya haban pasado dos das

    desde que hubo encontrado algo para comer, y su pancita

    gruona hizo que nuevamente se acercara a la orilla del ro.

    Exhausto, y recordando la salvaje carrera que haba hechopor estos rpidos, andaba con mucho cuidado por la orilla.

    No lejos de los rpidos, haba una charca tranquila don-

    de el agua formaba remolinos lentos. Osy intuy que ha-

    ba truchas en esta charca, as que se zambull. De hecho,

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    Oiy, la nutria

    p una, la comi con deleite y luego volvi a la ribera.

    La experiencia le haba enseado a permanecer alejado

    del agua torrentosa hasta haber pasado los rpidos, y elinstinto le deca en qu direccin viajar, para llegar a casa.

    El viento finalmente se calm, y solo algunos copos de

    nieve se amontonaban perezosamente en el aire glido.

    Bien en lo alto, la luna proyectaba sombras a lo ancho

    del terreno blanco y nevado. Osy corra en paralelo con

    el estruendo de los rpidos, tratando de permanecer loms cerca posible del agua. No le importaba dejar un

    rastro sinuoso en la nieve, que cualquier predador po-

    dra seguir: solamente continu su viaje de regreso.

    Corra hora tras hora, y a veces hasta resbalaba por el

    terreno barroso. Cierta vez, cay en un extrao pantano

    lleno de hierba, llamado turbera, y solo logr salir mitad

    nadando y mitad corriendo. Sin parar corri durante la

    noche, hasta que el montono amanecer proyectaba

    grises rayos de luz congelados a travs de los rboles casi

    sin frutos. No pudo encontrar un lugar para esconderse

    y descansar, as que sigui adelante hasta que por ltimopudo ver la luz tenue del ro a la distancia.

    Las nutrias se sienten ms a gusto en el agua que en

    tierra firme. Tienen tendencia a correr con una joroba en

    el lomo, y se cansan muy rpido, por sus patas cortas. Osy

    estaba completamente agotado, pero impulsado por el

    miedo a lo desconocido solo pensaba en llegar a la se-guridad y la comodidad del agua tranquila. El sol brillaba

    dbilmente sobre l para cuando finalmente se zambull

    en el ro, a una distancia segura ms all de los rpidos.

    Al flotar sobre el almohadn suave y delicado del

    agua, Osy dej que su cansado cuerpo se relajara. An

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    Al fin en cafa!

    no estaba a salvo, pero se senta aliviado de estar otra

    vez en el agua. Una vez ms el hambre lo impuls a bus-

    car comida, pero no se encontraba ningn pez. Explorel borde del ro y comi todas las criaturitas que pudo

    encontrar. Mientras divagaba, encontr refugio debajo

    de una roca baja que sobresala, as que se acurruc all,

    abajo, y durmi el resto del da.

    Los colores vividos del hermoso atardecer alaskeo

    perduraban en el horizonte cuando, finalmente, se aven-tur a salir de debajo de la roca y nad a lo largo de la

    orilla, en direccin al lago. Pronto lleg hasta la desem-

    bocadura del arroyo que desaguaba en el ro desde el

    dique de los castores, y lo sigui todo el tiempo hasta

    donde haba vertido sus aguas a travs del enorme agu-

    jero en el dique de los castores.

    El enorme lamo de Virginia todava estaba atrave-

    sado de un lado al otro en la abertura irregular, y las

    ramas sobre el agua ondulaban con la brisa. Usando el

    rbol cado como un ancla slida, la familia de castores

    haba constru ido un nuevo dique, ms fuerte. Este nue-vo dique haba elevado el nivel del agua de la laguna a

    una altura mayor de la que tena originalmente; pero a

    Osy no le import: estaba contento de volver a ver su

    antiguo hogar.

    Corriendo a toda prisa a lo largo del dique, se desliz

    en la laguna. Era maravilloso estar de vuelta en su lagu-na! Muy feliz explor la orilla, y encontr una vieja madri-

    guera almizclera abandonada, junto a la orilla. Agotado

    por el largo viaje, se arrastr para entrar, se acurruc y

    cay en un sueo profundo; aunque el olor de las almiz-

    cleras todava era muy fuerte.

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    Oiy, la nutria

    A la maana siguiente, se haba formado una capa de

    hielo en el borde de la laguna. Cada maana, la capa de

    hielo se extenda un poco ms lejos de la ribera, redu-

    ciendo el rea de agua abierta en el centro. A Osy no

    le import, y continu descansando y pescando en las

    profundidades de la laguna. Tena ms edad; era ms

    fuerte y ms sabio que cuando haba sido arrastrado an-

    teriormente, durante el otoo. Estaba contento de pasar

    el invierno aqu. Pero, esto demostraba su falta de expe-riencia, porque no se dio cuenta de que no podra abrir

    un agujero en el hielo para entrar y salir del agua. Las

    nutrias, generalmente, se renen en un arroyo torrento-

    so durante el invierno, para tener aguas abiertas donde

    atrapar peces. Osy se qued all, descansando y pescan-

    do, por varios das ms; pero, estaba en gran peligro. Latemperatura continuaba decayendo, y el fro glacial del

    invierno pronto congelara la laguna y la cerrara como

    una trampa. A medida que el invierno descenda sobre

    la laguna, las voces del pantano se silenciaban, y las ranas

    se enterraban en el barro para invernar.Un fro da, a Osy le dieron ganas de explorar el viejo

    tronco donde su familia haba pasado tanto tiempo jun -

    ta. Al salir de la madriguera de las ratas almizcleras, pati-

    n y se desliz a travs de la orilla congelada, y se escu-

    rri a travs del trecho de tierra que separaba la laguna

    del lago. Patinando a travs del tramo final del hielo de laorilla, se zambull en el agua fra y clara del lago, y nad

    hasta el lugar donde el inmenso tronco del rbol muerto

    todava sobresala en la superficie del agua. Corri depri-

    sa hasta el final del rbol, y se acost. El calor del plido

    sol acariciaba su pelaje mojado, y se qued dormido.

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    Al fin en can!

    Cuando despert, el cielo era de un color carmes pro-

    fundo, pero plido. Ms all de las montaas hacia el su-

    doeste, el sol poniente proyectaba suaves rayos de luz a

    travs del lago en calma. Era una hermosa vista. Pero, letrajo marcados recuerdos del primer da en que haba

    llegado aqu solo. Su corazoncito estaba embargado de

    una gran aoranza por su familia, y de compaerismo. Ha-

    ba estado sobreviviendo en solitario por casi dos meses.

    Mientras estaba all, acostado en el extremo del tronco,contemplando a travs de las aguas tranquilas, de repente

    levant la cabeza y se qued observando algo en el lago,

    con un inters cada vez mayor. Una ondita en forma de V

    avanzaba en direccin a l desde la desembocadura del

    lago, bordeando el hielo a lo largo de la orilla. La onda des-

    apareci por un momento, y volvi a aparecer un pocoms cerca. Osy observ atentamente, mientras la criatura

    que causaba la onda, lentamente, se acercaba cada vez

    ms.

    De repente Osy se lanz de un salto del viejo tronco,

    corri por el hielo y se sumergi en el agua helada. En

    vez de alejarse nadando para escapar de la criatura que

    vena hacia l, se zambull en lo profundo y nad en

    direccin hacia ella. Mirndola desde abajo, pudo ver

    claram ente la forma que estaba encima de l. La criatu-

    ra se sumergi de repente y fue directamente hacia l;

    en vez de salir disparando, Osy continu nadando endireccin hacia ella. Cuando se encontraron, trabaron

    sus patas delanteras y juntos giraron en remolinos bajo

    el agua, en un espiral apretado. Su danza exuberante

    formaba espuma en el agua en crculos concntricos

    cuando, finalmente, irrumpieron en la superficie.

  • 7/22/2019 Osy La Mutria

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    Oiy, la nutria

    La otra criatura era una grande y hermosa nutria adul-

    ta. Era Karga, su padre, que haba venido a casa a pasar

    el invierno con su familia. Osy estaba a salvo y su viaje,largo y peligroso, haba terminado.

    Los ltimos rayos del sol, apenas perceptibles, brilla-

    ban sobre el lago mientras dos ondas en forma de V

    avanzaban lentamente junto a la orilla. Dos nutrias, pa-

    dre e hijo, se dirigan hacia el este a lo largo de la orilla, en

    direccin a la cabecera del lago en busca del resto de supequea familia, con la esperanza de tener una esplndi-

    da reunin con la madre y el hermano mellizo.

  • 7/22/2019 Osy La Mutria

    61/61

    Alafka

    E

    ra un raro y perfecto da alaskeo,

    el aire estaba en calma y la super-ficie del lago resplandeca como un

    espejo. Pero Osy, un beb de nutria

    de ro, difcilmente lo not: se encon-

    traba en una misin.

    Sigue de cerca a Osy en sus aven-

    turas acuticas mientras se encuentracon el ro agitado y desbordado, lucha

    con un guila hambrienta y se hace

    amigo de un castor llamado Sage; y, al

    mismo tiempo, aprende a sobrevivir

    en la naturaleza alaskea.

    Ken Crawford se cri en una fa-

    milia de naturalistas, donde cultivsu profundo amor y fascinacin por

    los lugares vrgenes y los animales

    que viven all. l y su esposa, Colleen,

    comenzaron su ministerio en Alaska

    como misioneros entre los esquima-

    les, y se enamoraron del rtico y delos amables esquimales.