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SECRETARA TCNICA DEL FRENTE SOCIAL

OTRO DESARROLLO SOCIAL ES POSIBLEReferencias y Supuestos de las Polticas Sociales aplicadas en el Ecuador desde los aos 80 (Documento para Discusin) 10ma versin

Carlos Julio Jara Febrero, 2006

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NDICE DE CONTENIDOResumen Ejecutivo PRIMERA PARTE 1. Introduccin

2. Desafos de los nuevos tiempos: cambiar el pensamiento3. Presentacin del documento: preocupados con la condicin humana.. 4. El mtodo y el alcance: nuevos significados. .. SEGUNDA PARTE: ELEMENTOS CONCEPTUALES 1) Invitados a trascender las verdades aprendidas. 2) El pensamiento complejo y el estudio de la poltica social.. 3) Hacia una nueva poltica de desarrollo social.. 4) La desinstitucionalizacin del Estado 5) Polticas pblicas y polticas sociales 6) El discurso de la modernizacin y las polticas sociales..

7) No existe un Proyecto llamado Ecuador. 8) Cada sector con su tema: el conflicto entre los egos.. 9) Una modernizacin imitativa. 10) Hacia un concepto de desarrollo social: Cmo queremos vivir?............ 11) Trabajando en la multidimensionalidad.. 12) Desarrollo Social, Democracia y Derechos Humanos. 13) Valorando las carencias e ignorando los activos.TERCERA PARTE: UNA LECTURA HISTORICA

14) Los gobiernos, las coyunturas y las polticas sociales.. 15) Polticas Sociales de Primera Generacin 16) La segunda generacin de polticas sociales: aliviar la pobreza extrema.. 17) Len Febres Cordero: La configuracin del modelo de apertura 18) Las polticas sociales de tercera generacin: el sixtoliberalismo. 19) El Fondo de Inversin Social.. 20) Descentralizacin y polticas sociales..

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21) Bucarn y la poltica social de un solo toque 22) Jamil Mahuad: Cmo hundir un barco que se hunde?.............................. 23) Los contrastes y las fracturas sociales.. 24) La pobreza no es un fenmeno esencialmente monetarizable. 25) La focalizacin de la proteccin. 26) El Gasto Social y el Servicio de la Deuda. 27) Otro desarrollo social es posible: dibujando propuestas 28) Pobreza y Poltica Social.. 29) Los migrantes: Buscando visa para un sueo .. 30) Pobreza y productividad. 31) La pobreza causa dolor..CUARTA PARTE: LAS SOLUCIONES PENSADAS

32) Poltica Social y Poltica Econmica: La Agenda Social 33) Urge articular lo compensatorio y lo estructural.. 34) Articulando Agendas: Simulaciones Artificiales... 35) Construyendo Visiones Alternativas 36) Lo ambiental es social. 37) Polticas de Salud: crisis del modelo asistencial y biomdico 38) Una nueva institucionalidad para el desarrollo social 39) Las instituciones se encarnan en las personas, en las sociedades.QUINTA PARTE: POLITICAS DE DESARROLLO RURAL

40) Un nuevo Frente Social?.................................................................................... 41) El ordenamiento territorial.. 42) Desarrollo Rural Territorial 43) El abandono de la pequea produccin de base familiar. 44) Valorizar la ruralidad dentro de la globalizacin. 45) Polticas intersectoriales de transformacin productiva e inclusin social.. 46) Una nueva plataforma institucional para el desarrollo de la ruralidad.

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47) Lecciones de la experiencia. 48) El abandono pblico de la pequea produccin de base familiar. 49) Valorizar la ruralidad dentro de la globalizacin. 50) Polticas intersectoriales de transformacin productiva e inclusin social. 51) Un nuevo arreglo institucional para el desarrollo de la ruralidad 52) Lecciones de la experiencia 53) Los Objetivos y las Metas del Milenio54) Agenda de Desarrollo Social 2004.

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RESUMEN EJECUTIVO1

El Ecuador del presente es un pas sumergido es una profunda crisis multidimensional, caracterizada por una persistente y creciente pobreza que adopta cada da nuevas expresiones; una enorme desigualdad social y econmica; brechas profundas en la distribucin del ingreso y las oportunidades; intensos procesos de exclusin social; elevados ndices de desempleo e informalidad; creciente inseguridad, desconfianza y alienacin ciudadana; acelerados procesos de descampesinizacin; ruptura de los tejidos familiares y comunitarios; una multiplicacin de las experiencias personales de angustia y carencia acompaadas de estrs y falta de esperanza; un deteriorado acceso de la mayora de la poblacin a la salud, la educacin y a los servicios pblicos de calidad; una cadena de actos ilcitos e ilegtimos que traducidos en impunidad, violan valores ticos y perjudican el bien comn; peligrosos procesos de destruccin ambiental; una institucionalidad abatida y desarticulada; un callado bloqueo a la participacin de la sociedad organizada en las decisiones centrales de la vida pblica; el colapso insospechado de la anterior clase media; el aumento de la criminalidad y las tensiones destructivas; la proliferacin del trabajo infantil; la precarizacin de las relaciones laborales; la reprimarizacin de la economa; la pesada carga de la deuda que deriva en la imposibilidad de invertir en actividades que estimulen la capacidad productiva y el empleo, entre tantas otras manifestaciones. En los aos 70 se imaginaba el futuro del Ecuador como un momento superador del mundo subdesarrollado o tradicional, confibamos en el progreso. Pero hoy asistimos a numerosas y lamentables evidencias de estancamiento y fecundacin de vulnerabilidades. Despus de 25 aos de polticas de ajuste econmico y reforma institucional los ecuatorianos del presente somos ms pobres, ms inseguros y ms desiguales. Buena parte del cuerpo social ecuatoriano se revela afectado por la ausencia de significado, por el sufrimiento derivado del sentimiento de vaco y desesperanza. Los estragos sociales cometidos por el modelo neoliberal de crecimiento econmico y cambio institucional, slo tienen cotejo con los que suscita a nivel de los derechos humanos, en el terreno de la soberana, los saqueos y las devastaciones que desencadena con sus agresiones ambientales. Se podra argumentar, sin temor a equivocarnos, que este paradigma puso en marcha hacia atrs a la rueda de la historia ecuatoriana, impulsando procesos de maldesarrollo, impensados por las generaciones anteriores. Por supuesto que los procesos de modernizacin y sus valores han producido profundos y complejos cambios sociales, espacios globales dentro de mundos1

Los argumentos que se presentan en este documento son de exclusiva responsabilidad del autor y no comprometen a la STFS, ni a la UNICEF. El autor tiene pensamiento propio, admite que todo conocimiento es imperfecto y que lleva implcito el riesgo del error y la ilusin. Por lo que a lo largo del documento realizaremos un baile entre lo cientfico y lo tico, entre la utopa y lo posible. Agradecemos el apoyo de UNICEF. El documento que presentamos constituye un proceso que recoge las recomendaciones y las iniciativas de ms de 150 participantes en talleres de dialogo y reflexin. Esta es la 10ma edicin, se imprime electrnicamente pocos das despus de que la STFS formulara la Agenda de Desarrollo Social 2004.

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maldesarrollados, resaltando la desorganizacin de los tradicionales sistemas campesinos y la persistente marginalidad urbana y rural. Es fehaciente que las macropolticas de ajuste y apertura no han logrado modelar un nuevo modo de desarrollo humano, capaz de revertir las tendencias al deterioro de las condiciones de vida de las grandes mayoras, ni de contener el avance del quebranto de la cohesin social. El llamado sector privado no ha logrado asumir con responsabilidad el reto de una reconversin productiva innovadora e incluyente, aumentando la productividad. El contexto es de flujos comerciales y los mecanismos de la competencia en el mercado imponen sus ritmos y sentidos en las polticas econmicas y sociales. Constatamos un largo perodo marcado por la creciente incapacidad del aparato oficial poltico-institucional para resolver los problemas y las contradicciones que engendra el propio sistema econmico, gracias al monopolio del poder poltico. Casi llegamos a convencernos que dicho modelo se engrandece sobre cimientos de pobreza y exclusin. Nuestras creencias influyen las respuestas que le damos a la vida social, confieren poder, definen destinos. La creencia ciega en el determinismo econmico anula la posibilidad de otro desarrollo social. Tal es la patologa de la normalidad. La sociedad ecuatoriana est azotada por el desempleo, la pobreza, el hambre, la violencia, la discriminacin, por la corrupcin y la impunidad. Ese dramtico cuadro de degeneracin social responde en buena medida a la desigualdad en la distribucin del producto econmico, el despoderamiento y a la marginalidad. Frente a los exorbitantes privilegios de las minoras, numerosos ciudadanos ecuatorianos han dejado de ser sujetos dotados de derechos. El 20% ms pobre de la poblacin ecuatoriana del presente apenas capta el 1,1% de la riqueza social. Esa desigualdad viene del pasado, tiene profundas races histricas,2 pero es principalmente el fruto de la presente arquitectura macroeconmica y la opaca cultura democrtica aplicada para alcanzar la tan deseada modernizacin. El Ecuador poltico es muy carente de decisiones ticas que miren a la sociedad y a la naturaleza con ojos de amor, hacia el largo plazo. Poco ms o menos que se gobierna con muchas leyes y casi sin principios. Lo que es polticamente ventajoso se vuelve moralmente justificable. Nuestras clases dirigentes circulan en el escenario poltico casi sin considerar alguna escala de valores, no obedecen a dictmenes nacionales, ni estatales, desagraciadamente se han extraterritorializado. Estamos a las puertas de la eleccin presidencial. Es el nico momento que los partidos tradicionales reconocen la exclusin y la desigualdad, como tema electoral capaz de redituar ventajas. Debemos aportar elemento para elevar el nivel de discusin sobre el modelo.2

En la Historia General del Ecuador de Federico Gonzalez Surez, se anota: Los conquistadores descargaron toda su clera contra los indios y principalmente contra los caciques o rgulos de los pueblos, a quienes tomaban presos y atormentaban para que declararan dnde estaban escondidos los tesoros de Atahualpa. A unos quemaban a fuego lento, a otros les cortaban las orejas, si no las narices, las manos y los pies. Amarraron a muchos de dos en dos por las espaldas, y, as amarrados, los ahogaron en el Machngara, precipitndolos desde las peas, por donde se complacan en verlos bajar, dando botes, dorando hasta el aguaLos espaoles para hacerse temer, incendiaban de propsito los pueblos y los reducan a cenizas, o hacan despedazar a los desnudos indgenas con jauras de perros, que andaban a llevar con ese objeto. Tomo II, p. 246.

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Observamos como el Estado viene protegiendo la valorizacin de los capitales financieros, al mismo tiempo que desvaloriza las polticas de desarrollo social, lo que impacta negativamente y de forma dramtica en la sociabilidad de un pas que ya expresa profundas disparidades y diversos campos de vulnerabilidad. Creemos ingenuamente que el proceso de distribucin de los activos, de la riqueza, es una cuestin instrumental reducida a cumplir condicionalidades y perfeccionar programas compensatorios. Ese proceso de filtracin no ocurre, principalmente por falta de polticas pblicas que surjan de la participacin. No se tocan las rentas especulativas. No se escuchan los latidos del corazn del pueblo. Se obedecen principalmente a los dictados de la acumulacin. Todo ello erosiona la gobernabilidad, la capacidad del Estado de proporcionar a sus habitantes, niveles de vida y oportunidades satisfactorias, esperanza y confianza en sus instituciones, con slidas bases de conciencia y participacin, acceso a las oportunidades de realizacin, para que los ecuatorianos vivan en salud, en conocimiento, en seguridad y sobre todo en libertad. Somos desafiados a trascender el esquema de proteccin social que garantiza el direccionamiento de la inversin social hacia los ms vulnerables. Debemos intentar enfrentar las causas que producen tales vulnerabilidades. Mayor cohesin interna para minimizar los efectos de los cambios externos. La crisis de cohesin social y gobernabilidad viene exacerbada por la corrupcin y el constante desmantelamiento y la separacin de las instituciones. La corrupcin es probablemente la institucin ms difcil de cambiar. No sabemos todava adonde va a parar la sociedad que estamos construyendo y cmo debera ser el modelo de desarrollo social que merece el Ecuador. Pero el sendero por el que caminamos y el escenario que observamos estn lleno de riesgos. El futuro es imprevisible por definicin, es el fruto de una suma de variables inciertas, que traducen un sistema dinmico inconstante. El nuevo contexto de relaciones globales impone nuevas formas de competencia internacional, que conllevan posibles desgracias sociales y ambintales, as como oportunidades de bienestar y crecimiento. Debemos adaptarnos permanentemente a ese contexto, pero no aplastando a los derechos humanos, sacrificando generaciones o agravando los desequilibrios. Debemos centrar el desarrollo social en los seres humanos y en el amor por la vida. Tal vez sea imposible erradicar todos los problemas sociales. En una sociedad como la ecuatoriana, marcada por profundas desigualdades sociales, debemos realizar todo esfuerzo para aproximar a las personas y a los actores, creando cohesin social. Lo importante es crear democrticamente una visin compartida de desarrollo social que asegure un mximo de alianzas hacia un nuevo humanismo. Explorar las posibilidades de construir convergencias, de colocar las energas sociales en el descubrir de causas comunes, de objetivos que podamos compartir. El Ecuador quiere bienestar, soberana, participacin y dignidad. Como estamos organizados socialmente no tenemos capacidad para resistir a los ajustes comerciales o a los desastres naturales mayores. El modelo social que hemos construido es insostenible. El Ecuador social necesita construir responsablemente un cambio evolutivo, un cambio radical en su institucionalidad, 7

un giro en la manera colectiva de pensar, para redefinir lo conocido. Debemos cultivar el coraje para cambiar lo que es necesario cambiar. El modelo del mercado nos domina, contamina las polticas de desarrollo social y ambiental. Hemos puesto en marcha el mecanismo de focalizacin, para apuntar el gasto pblico social hacia los vulnerables, eliminando a los sectores medios casi todo apoyo pblico directo o indirecto, para que se incorporen al mercado. Contradictoriamente, debemos asistir a los abatidos. Somos testigos de un callado y gradual proceso de mercantilizacin de la poltica social. Y son nuestros impuestos la fuente principal para financiar el gasto social. La poltica social ocupa un lugar marginal, como la mayora de los ecuatorianos. En la dinmica en que se mueve la economa, todos los agentes formulan estrategias para competir con sus rivales ubicados en los distintos territorios, muchos de ellos imperceptibles. En todas partes, el grito de guerra es producir, competir, consumir, cada vez mas, aunque exista desperdicio de energa, de recursos y de vida. Aparentemente, todo est a la venta, hasta la subjetividad. La inflacin acumulada en dlares entre los aos 2000 y 2004 ha sido de 157%, traduciendo un promedio anual del 31%. Ello nos convierte en uno de los pases ms caros del mundo. Todo lo que genera dinero: comida rpida, tabaco, deforestacin, agrotxicos, licor, pornografa, espectculos violentos, es valorizado, agregado al PIB. Nuestro bienestar social equivale al crecimiento simplistamente medido por unas cuantas variables cuantitativas. La racionalidad multiplicadora del lucro se presenta asociada a la idea de realismo. Pensar en la posibilidad de otro desarrollo social parece un esfuerzo descabellado, se corre el riesgo de ser calificado de antagonista. El cambio es necesariamente cultural y supone dar pasos cuidadosos, graduales, hacia un autentico proceso de desarrollo humano. La lgica de la competitividad ordena, cada vez con mayor vigor, nuestras formas de accin. No considerar este principio es interpretado como impedimento para el progreso, como un absurdo. Sabemos que la competitividad tiene a la guerra como norma y energa emocional, justificando el llamado a la fuerza. Condiciona una sociabilidad individualista, posesiva, donde los individuos y los agentes econmicos se chocan unos contra otros, como gladiadores. Cuando la competencia se afirma en los diferenciales de competitividad, las empresas pasan a importar nuevas tecnologas, de las que somos dependientes. Somos pequeos, debemos ser autnticos, creativos y cooperativos para ser competitivos. Necesitamos las instituciones, las capacidades y las polticas para ajustarnos a la apertura. Lo esencial no es tanto saber competir sino tomar por las astas el determinismo econmico que yace detrs de nuestra tenaz ambicin de lucro, que nos conduce a la ruptura del tejido social. Debemos aprender a cooperar para consolidar una sana competencia. La cooperacin y la solidaridad se destacan como las esencias de un esfuerzo integrador de desarrollo social. Debemos aprender a cambiar las interacciones generadas por el individualismo

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por una red mltiple ciudadana de solidaridad social. 3 Empezar a pensar y concretizar la coopeticin. Cuando los actores sociales e institucionales crean campos de comunicacin, crean instancias nuevas que resultan de la energa producida por las interacciones. La comunicacin posibilita las conexiones, es el abono de las polticas pblicas fundamentales para defender los derechos humanos. La posibilidad de resolver los complejos problemas sociales del Ecuador y de sustentar el futuro econmico del pas con polticas ms creativas, integradoras y soberanas casi ha sido anulada. Nuestra poltica se revela bastante contaminada por fundamentalismos, se requieren cambios de paradigmas y, por supuesto, de variaciones en el equilibrio del poder. Debemos permitir que el pueblo la sociedad organizada tambin sea el protagonista en la creacin de nuestra historia. Trabajamos el desarrollo social desde un conjunto de conceptos fijos, a los que nos apegamos con rigidez, desconociendo que todos los conceptos son apenas el fruto mutable de la accin humana. Terminamos fabricando religiones, afirmado en la devocin a cierto paradigma hegemnico, hasta convertirnos en siervos de sus creencias. La sociedad ecuatoriana no soporta ms de lo mismo, pues ello conduce a construir futuros pasados. Es pertinente recordar lo indicado por Einstein en el sentido que "los problemas deben ser resueltos en un nivel de pensamiento distinto del en que fueron concebidos". Nuestra reflexin sobre las polticas sociales aplicadas en Ecuador buscar situarse en ese otro nivel de pensamiento. Es posible dejarse inspirar por nuevos paradigmas que nos ayuden a confiar en nuestra potencialidad de desarrollarnos de otra manera. Lamentablemente no hay propuestas de pas. No tenemos un Proyecto llamado Ecuador. Se conoce el valor de una cosecha por la cantidad y calidad de sus frutos. 4 Se cosecha en bienestar social lo que se siembra en economa poltica y lo que se abona sistemticamente con cultura poltica, concentrando o compartiendo el poder. La presente cosecha de desarrollo socioeconmico ecuatoriano que tenemos no logra superar las perversas expresiones estadsticas, ni siquiera aliviar los dolorosos sntomas de la pobreza. El proceso de superacin de la pobreza se encuentra relativamente estancado en Ecuador desde hace ms de dos dcadas. Nos hemos modernizado y la prosperidad se reproduce y concentra en los segmentos de altos ingresos, aumentando el riesgo de la fractura social. En el presente, son millones los ecuatorianos que no tienen libertad para garantizar a sus familias los derechos humanos bsicos: salud, alimentacin, vestido, vivienda, educacin e identidad. Son numerosos los ecuatorianos apartados de cualquier acceso a las oportunidades de entendimiento, proteccin, creatividad, convivencia, auto-determinacin y participacin. Son muchos los3

Ver Carlos Jara y Pablo Bustamante, Proyecto Comunicacin Social para la Cohesin Social, STFS, Enero 2006. 4 Lucas.6, 41. No hay rbol bueno que d frutos malos, ni tampoco rbol malo que d frutos buenos.

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ceros econmicos que viven apenas para sobrevivir, excluidos, negados por el sistema, llevados por el infortunio polticamente programado a la aceptacin de la desesperanza, la frustracin o la irritacin como modo de vivir. Para los segmentos mayoritarios de la sociedad ecuatoriana, afectados por la pobreza, la desigualdad y la exclusin, los ltimos 25 aos de historia traducen un irrecuperable tiempo perdido en trminos de desarrollo humano. Hemos realizado una cadena de ajustes estructurales y reformas institucionales, generalmente adversas para el ciudadano comn. La pobreza est presente en todas las regiones del Ecuador. Afecta a 7447.211 habitantes en todo el pas, es decir, el 61.3% de la poblacin, segn el ndice de Necesidades Bsicas Insatisfechas (NBI). Se calcula que un 63% de los nios y nias viven en hogares con ingresos monetarios de US $2 por persona por da y que un 36% de los nios pertenece a hogares cuyos ingresos son inferiores a US $ 1 por da por persona. Son demasiados, es fcil focalizarlos, son los que carecen de condiciones bsicas para su supervivencia alimento, ingresos, vivienda que privados de sus libertades para SER, cuya vida es precaria por la mala salud, y que son excluidos del acceso a las oportunidades. Muchos pueden ser sealados como ceros econmicos, simplemente porque no generan excedente del cual otros puedan beneficiarse. No se conforman con menos de lo que necesitan para que sus vidas sean dignas, seguras, sanas y satisfactorias. Empiezan a percibir que las tensiones emocionales de sus vidas se desprenden principalmente de la pobreza poltica, que construye un orden social injusto. Y se inclinan por comunicar, de una forma conciente o inconciente, un lenguaje de violencia con el resto de la sociedad. Ello agota las energas culturales e institucionales que sustentan nuestra frgil cohesin social. Por lo que no debe causar sorpresa la baja calidad de nuestras instituciones. Para calmar la intensidad de los problemas sociales derivados de la pobreza y la exclusin hemos venido edificando, desde los aos 90, bajo presiones y turbulencias, un modelo de proteccin social gobernado por una concepcin compasiva segn la cual los pobres son vistos desde sus carencias y su vulnerabilidad. Este esquema de intervencin social se presenta como un conjunto fragmentado de programas prioritarios focalizados en los grupos sociales ms pobres y vulnerables. Intervenciones que apenas alivian la pobreza extrema, al tiempo que esconden el fracaso que alimenta la angustia y la amargura. Somos todos invitados a redefinir sus contenidos y vincular sus esfuerzos mediante la construccin de redes de colaboracin afirmadas en conceptos afirmados en los derechos humanos. Todava no hay polticas de desarrollo social para los sectores excluidos que no son calificados como pobres extremos. Son tan insuficientes los esfuerzos para generar una fuerza laboral ms capacitada y verstil, que resulta penoso imaginar un ajuste presuroso a las presiones competitivas. An no decidimos por incluir a los pobres rurales en los procesos de reactivacin y

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reconversin productiva, dignamente. No sabemos por donde comenzar territorialmente. Aunque hay numerosas experiencias innovativas locales en marcha. La respuesta convencional es an dogmtica, mejor dicho, instrumental. Una voz dominante afirma que el mercado es el mecanismo racional para la asignacin eficiente de los recursos sociales disponibles, y para el aumento de la riqueza como pre-requisito de la cohesin social y el bienestar colectivo. Sabemos que la pobreza, la exclusin y el desempleo no han logrado superarse desde la accin espontnea de las fuerzas del mercado. Nuestra sociedad demanda un Estado y un Frente Social que aliste sus polticas de desarrollo social para el largo plazo, junto a la sociedad, y las proyecte hacia el logro de un pas ms justo, humano y sustentable, que inspire esperanza. En el Ecuador del presente no hay una poltica de Estado para el desarrollo social, urbano y rural. Se confunden polticas sociales con programas sociales que tienen como principal objetivo compensar las situaciones ms graves que produce la incapacidad integrativa del sistema productivo y la infrtil democracia poltica. Lo que existe puede ser calificado de programismo, que debemos urgentemente trascender. Somos todos invitados a definir y compartir un concepto de desarrollo social, nutrirlo con valores impregnados de esperanza, equidad, solidaridad, inclusin, justicia, identidad y bienestar, con derechos humanos. Es indiscutible, la dbil y fragmentada institucionalidad sectorial no consigue proteger el desequilibrio del sistema; apenas crea un conjunto de instrumentos asistencialistas focalizados en los segmentos vulnerables. Se confunde tambin el nivel de vida con el nivel del consumo, soslayando la solucin de los problemas estructurales que erosionan la calidad de vida de todos los ecuatorianos. Nos repiten cada da el mito de que si no hay consumo, no hay produccin y si no hay produccin, no hay trabajo. Nos atrevemos a afirmar que si hay ciudadana y capacidades, acceso a las oportunidades, si se pudiera lograr un tejido social cohesionado y una institucionalidad autnticamente democrtica, habr diversificacin productiva, trabajo y consumo. Colocar el SER por delante del TENER. En las ltimas dos dcadas hemos construido una matriz de polticas sociales que traducen un esquema de programas y condicionalidades, un modelo ampliado de proteccin social. Este esquema se desprende de la necesidad de contar con un entorno macroeconmico equilibrado, siguiendo las pautas definidas y evaluadas por el FMI. En general, hemos fabricado un paquete de programas amortiguadores para que los segmentos ms pobres puedan resistir la cada en los baches de la zona de vulnerabilidad. Hemos observado incapacidad en la mayora de nuestros gobernantes para solucionar los problemas sociales de fondo. Por eso muchas de las cadas sociales son permanentes. Mientras

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emerge una ciudadana que ltimamente cuestiona sus instituciones y rechaza las mordazas que el sistema poltico coloca a la soberana popular. El Sistema Ampliado de Proteccin Social tiene varios componentes. Destacan el Bono de Desarrollo Humano que debera llegar a ms de un milln de familias beneficiarias y ser el nico mecanismo de transferencias monetarias; el Programa de Alimentacin y Nutricin que deber aumentar su efectividad mediante la organizacin de un Sistema Integrado de Alimentacin y Nutricin (SIAN), sostenido por un Fondo Nacional; un programa para la niez que deber aumentar su efectividad en el rea de cuidado infantil, afirmado en el Fondo de Desarrollo Infantil (FODI); fondos adicionales para la proteccin social que posibiliten garantizar el financiamiento anticiclico del Sistema de Proteccin; lograr niveles adecuados de gasto social y mejorar la eficiencia del mismo, garantizando niveles mnimos de asignacin de recursos, as como niveles mnimos de asignaciones presupuestarias y de inversin social; una asignacin eficiente de recursos para educacin y capacitacin laboral, incluyendo actividades de actualizacin de docentes, modernizacin de la gestin, apoyo a la educacin primaria (grados 2 a 7), modernizacin del SECAP y; un trabajo de fortalecimiento del Frente Social y del Ministerio de Educacin, particularmente, de la STFS que empieza a contribuir al proceso de planificacin del sector social y evaluar los proyectos de inversin presentados por los diferentes ministerios vinculados al sector. El modelo programista - el paquete desarticulado de programas sociales prioritarios - operan en un contexto institucional debilitado y fraccionado que no garantiza la reduccin de las incertidumbres y una mejor administracin de los riesgos sociales. Se presentan como un conjunto de programas aislados, exiguamente controlados por la ciudadana, y frecuentemente manipulados con fines poltico-partidarios. Como fuera anunciado arriba, debemos realizar un gran esfuerzo de articulacin institucional y programtica. Es urgente activar un proceso de aproximacin y dilogo que conduzcan a una gestin compartida del esfuerzo social. Debemos crear las condiciones para formular las polticas pblicas de forma democrtica, identificando las demandas de la sociedad compleja, para definir los intereses pblicos, que puedan ser efectivizados con el apoyo del aparato social, y no bajo su imposicin. Este es un momento definitivo para la reorientacin del desarrollo social. El anlisis histrico nos revela que los programas sociales traducen decisiones que se derivan de un cambiante patrn de poder. Algunos representan conquistas sociales y otros sealan decisiones verticales, ofertas institucionales focalizadas. En el presente se observan renovados esfuerzos dirigidos a asegurar recursos financieros para sustentar los programas de proteccin social. Pero los recursos disponibles siempre se presentan limitados. El presupuesto social es una trinchera donde buscan escudarse los programas y los actores que asisten a una

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permanente lucha distributiva, en el campo de la vulnerabilidad econmica. 5De all los permanentes esfuerzos para reorganizarlos y hacerlos ms eficientes, para focalizarlos y fiscalizarlos a fin de transparentar y mejorar su gestin. De all tambin el llamando a la participacin, no slo para racionalizar el gasto pblico, sino para ajustarlos a las condiciones concretas y diferenciadas de los beneficiarios. De all nuestra recomendacin de reformatearlos, de vincularlos, de generar sinergias y complementariedades, provocando cambios cualitativos. Debemos provocar flujos comunicativos por senderos democrticos. Debido a una permanente crisis fiscal, el papel de las instituciones econmicas viene marcado por un esfuerzo cada vez ms rgido, dirigido a racionalizar el gasto social, juzgado por algunos sectores como una carga, porque detiene el crecimiento econmico, supuestamente bueno y deseable por definicin. Ha sido costumbre priorizar la disciplina fiscal por sobre la demanda social. Observamos como el comportamiento histrico del gasto social acompaa el ritmo de las fluctuaciones de la economa, casi siempre ocupando un segundo plano. Como por ley, en los momentos de inestabilidad econmica y poltica se observan cadas en el gasto social nominal. Y sabemos que las privatizaciones en el Ecuador no han beneficiado a las grandes mayoras. La inversin extranjera dirigida a la compra de empresas estatales - habitualmente por debajo de su valoracin en el mercado - no consigue mejorar el capital local, solo en espacios estratgicos, peor an desarrollar las condiciones sociales locales. Ha sido y es muy difcil modificar los efectos concentradores de las polticas de ajuste. Es hora de redefinir la poltica social programisista. Concebir el desarrollo social y en particular, la superacin de la pobreza, como una inversin en las futuras generaciones, y no slo como gasto social circunstancial, como optimizacin de potencialidades y no casi exclusivamente como programas focalizados en las carencias a los vulnerables. Hay algunos programas ms incluyentes y articulados, que pueden y deben proyectarse en escala nacional, como el PROLOCAL, pero que an no llegan a construir una perspectiva transformadora para los productores rurales y sus organizaciones, posiblemente por falta de una gestin territorial ms integradora y de cambios institucionales ms profundos. Debemos partir hacia la construccin responsable de una estrategia nacional de desarrollo rural. Las lecciones de la experiencia en desarrollo del tejido social y transformacin productiva deben complementarse con proyectos intersectoriales descentralizados que potencien sus impactos y aseguren la sostenibilidad de las inversiones. Ecuador necesita imaginar y establecer un nuevo andamiaje institucional que permita trabajar la diversidad de sus territorios, bajo polticas compartidas, afirmadas en un proyecto de pas. Dentro del debilitado Frente Social, la elaboracin de polticas sociales tiende a ser pluralista debido a la fragmentacin de la institucionalidad sectorial. La5

Tanto en el 2005 como en el 2006 el gasto social recibi especial importancia por parte del gobierno, aunque este ao destacan los montos que benefician a la esfera econmica productiva.

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separacin de los programas viene reforzada, en buena medida, por la creciente heterogeneidad de la sociedad, la complejidad de los temas y la diversidad de demandas pblicas. Nuestra estructura social se ha vuelto ms compleja y heterognea. Los cambios responden a un conjunto de causas interdependientes traducidas en nuevas problemticas, que combinan viejos y nuevos problemas, tanto estructurales como coyunturales. Debemos trabajar en la incertidumbre, en la contradiccin y en la turbulencia. La poltica social viene navegando en mares alborotados donde lo nico constante es su status secundario, el asistencialismo y la improvisacin Hace falta un paradigma unificador de polticas de desarrollo social. Se evidencia la emergencia de redes sociales que sirven de enlace entre las entidades pblicas y los actores privados, pero las intervenciones permanecen bastante encerradas dentro de los containers sectoriales. An no sabemos como articular las interdependencias. Pensamos que el desarrollo de las redes sociales e institucionales es un camino hacia la cohesin social Algunas de las polticas sociales son abordadas como medidas temporales pues se supone que el problema particular ser superado mediante la reactivacin del crecimiento, resultante del restablecimiento de los equilibrios macroeconmicos bsicos. Una mirada en retrospectiva nos dice que buena parte de la poltica social tiende a ser subordinada a los mercados comerciales, a la competencia y al lucro, lo que consolida los insostenibles esquemas de proteccin social. El universo de la pobreza es ms diversificado y complejo que lo que nos presenta la zona de vulnerabilidad. Todo lo que no es percibido fuera de estas zonas es inmediatamente pensado como objeto de privatizacin. La pre-ocupacin de nuestras autoridades econmicas en el control de ciertas variables macro, tiende a desatender el empleo, el ambiente y la justicia social, descuidan la distribucin, lo que incrementa los riesgos, colocando en peligro la cohesin social. Sin una estrategia nacional de desarrollo socioeconmico, estamos dejando de observar al bosque, enfocando los esfuerzos en metas y objetivos prioritarios. Por lo que probablemente estamos cruzando los semforos en rojo. Simplemente se ignora que mucho de la problemtica social es antes que nada un problema econmico y cultural, estrechamente ligado a lo institucional, y que a largo plazo tiene poco sentido tratar los problemas sociales casi exclusivamente desde una lgica de compensacin. Los problemas econmicos son problemas de naturaleza sociocultuambiental, los problemas sociales son problemas de naturaleza cultuecoinstitucional, y los problemas ambientales son problemas policultueconmicos. Somos vctimas del reduccionismo cientfico, afirmado en la segmentacin del objeto y del sujeto, y en la creencia obsesionada en el determinismo econmico. Herederos, por tanto, de una cultura poltica incapaz de practicar la transsectorialidad y poco preparada para advertir la compleja interaccin entre sectores y dimensiones. Hemos sido preparados a pensar el desarrollo de forma segmentada. Siento que el principal desafo de la institucionalidad social es ir contra de la fragmentacin. La poltica social es esencialmente una poltica socioeconmica llamada a visualizar intereses convergentes. Somos desafiados a promover y 14

ejecutar una accin articulada, colectiva y organizada de los Ministerios del rea Social para enfrentar la fragmentacin, la debilidad tcnica y crear orientaciones ticas en la gestin pblica. Debemos construir ese nuevo paradigma de desarrollo social. Un Proyecto llamado Ecuador. Sin esa luz en el camino, la experiencia institucional de convierte en un complicado acervo de esfuerzos sin sentido. Por otro lado, el servicio de la deuda se ha transformado en una carga fiscal insoportable, sino en una verdadera hipoteca histrica impagable. En el 2004, el gobierno del Coronel Lucio Gutirrez destin US $. 1.136,6 para educacin y salud, y al servicio de la deuda US $. 1.342,4 millones de dlares. 6 La incidencia de los programas de estabilizacin y las polticas de ajuste derivadas de la deuda, han provocado un marcado deterioro de las condiciones sociales y un notorio debilitamiento de la capacidad y responsabilidad estatales en relacin con la produccin de bienes pblicos, entre ellos la educacin y la salud. El contexto macroeconmico impuesto por la dolarizacin, la sobrevaloracin del tipo de cambio real, la escasez y alto costo del crdito productivo y la crisis fiscal generada por el recargado pago de la deuda interna y externa desfavorece la creacin de empleos productivos. El peso de la deuda alimenta una cultura depredadora practicada por determinadas fracciones de nuestras lites. Genera una crisis moral que obliga a numerosos excluidos a despojar al prjimo para sobrevivir y/o recuperar parte de lo que les viene siendo negado. Todo eso mientras grandes segmentos sociales permanecen marginalizados, nuestros recursos naturales intensamente explotados, el trabajo flexibilizado y nuestra biodiversidad transmutada en mercanca. La reduccin y la relativa estabilidad de la pobreza de ingresos es reflejo de algunas variables macroeconmicas deseables, que producen efectos positivos de corto plazo. El problema es la sostenibilidad de ese escenario en un contexto de economa abierta y creciente competitividad, elevadas tasas de endeudamiento, la volatilidad del crecimiento. Se ha producido un virtual proceso de desindustrializacin, dependemos de la explotacin intensiva de hidrocarburos y captacin de remesas, nuestra base exportadora tradicional continua enfrentando el deterioro de los trminos de intercambio, las perspectivas de una reactivacin econmica sostenible en el mediano plazo son inciertas. Las reservas de petrleo remanentes se presentan limitadas. Estamos forzados a definir soluciones estratgicas de carcter intersectorial y territorial para enfrentar una estructura productiva carente de industria y decadente en agricultura. Hay mucho que hacer para construir un sector agropecuario moderno, incluyente, sustentable y competitivo. Lo que nos obliga a pensar en polticas inditas y descentralizadas de desarrollo territorial que permitan enfrentar la pobreza estructural, junto a los gobiernos intermedios y locales, combinando la transformacin productiva, organizacin del tejido social, el desarrollo institucional, una poltica social diferenciada y redistributiva, y un aprovechamiento cuidadoso6

Se gastaron 2.624 millones de dlares en el pago de la deuda pblica interna y externa.

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del potencial natural. Es urgente un cambio profundo tanto en las polticas econmicas como en las sociales; evitar que se siga ampliando el agujero de la indigencia social, promoviendo procesos incluyentes de diversificacin econmica sustentable. Ello supone un esfuerzo decidido de democratizacin, creando verdaderos canales de participacin de los actores sociales en la toma de decisiones. Es tambin fundamental el fortalecimiento y la articulacin de las actuales polticas sociales, bajo nuevos modelos de gestin. Para las polticas o programas de corte compensatorio debemos encontrar soluciones ms entretejidas que posibiliten perfeccionarlos, nutrir sus contenidos con participacin y veedura ciudadana, perspectiva de gnero y complementariedades, buscando crear sincronismos. El enfoque territorial permitira construir el refuerzo mutuo de intervenciones en diversos sectores. Pero debemos empezar casa adentro, sin claridad conceptual y orientaciones compartidas no es posible la articulacin de programas. Debemos iniciar un proceso de articulacin institucional. La gravedad de nuestra crisis social plantea un imperativo ineludible. Cmo formular nuevas polticas de desarrollo social que signifiquen una alternativa de cambio estructural ms satisfactoria en trminos de inclusin, equidad, justicia, ciudadana y solidaridad? Las nuevas polticas de desarrollo social no pueden nacer del mismo pensamiento, de los mismos conceptos hegemnicos, de la misma conciencia neoliberal, que ha venido programando todo un paquete disperso de intervenciones compensatorias, como sustituto a la formulacin de polticas de desarrollo humano y sustentable afirmadas en la ciudadana. No podemos darnos el lujo de reproducir el malestar, conservando el status quo poltico, siguiendo los mismos dictados de la razn instrumental. El desarrollo social, la transformacin de la sociedad, es una cuestin que combina dialcticamente reflexin e imaginacin; conciencia y proyecto; pensamiento y emocin; valores ticos y accin. Una nueva poltica de desarrollo social slo puede dejarse influir por valores ticos vividos, nutridos por la educacin, capaces de movilizarnos polticamente de aproximarnos en la solidaridad. Debe ser esencialmente socioeconmica y culturambiental, en otras palabras, sistmica e integradora. No basta con sealar la necesidad de priorizar la combinacin de polticas redistributivas estructurales con polticas compensatorias efectivamente enfocadas. Hay que construir los mecanismos, facilitar los acuerdos, trenzar las redes sociales, ganar mucho ms en informacin. El objetivo central de este esfuerzo que realiza la STFS, con el apoyo de UNICEF, es el de estimular el debate sobre la cuestin social ecuatoriana al interior del sector social oficial y fuera del mismo, principalmente junto a la sociedad civil. Queremos hacer transparente la informacin existente, recoger las iniciativas y las lecciones de la experiencia. Nada nos aproxima tanto a la historia presente y futura del Ecuador como comprender qu clase de sociedad hemos construido y estamos construyendo, y cules son sus expresiones en trminos de un autentico desarrollo humano. Definir el tipo de desarrollo social que queremos no es un 16

problema tcnico sino esencialmente poltico y cultural, radicalmente institucional. Resulta del debate, del dialogo y del consenso, lo que plantea la necesidad de construir un nuevo pacto social. El proceso de formulacin de una poltica de desarrollo social debe ser un esfuerzo de posibilidades entre lo ideal y lo factible. Debemos colocar preguntas fundamentales que la poltica convencional generalmente soslaya. Para donde camina la sociedad ecuatoriana? Cmo debemos vivir? Cmo preservar el mundo natural que nos sustenta? Qu podemos esperar de nuestras actuales instituciones? Somos capaces de gobernar nuestros destinos? Cada sociedad debe sentir que tiene capacidad de elegir en los asuntos que ataen a su propio destino. Cuando la libertad de la eleccin o la dinmica de la participacin son bloqueadas, la respuesta colectiva provoca el resentimiento colectivo que amenaza la cohesin social. En esta perspectiva, por ejemplo, no es un problema tcnico que no pueda ser entendido por la sociedad, un tema tan fundamental para la vida social del pas como el TLC con EEUU. Detrs de cada partida arancelaria hay productores ecuatorianos que se vern perjudicados y beneficiados por efectos del resultado de las negociaciones. Es un absurdo separar lo social de lo comercial y peor an suponer que los perdedores no sern sujetos de polticas sociales. Hoy cosechamos el fruto de la insensibilidad y negligencia poltica de casi dos dcadas, particularmente en temas tan estratgicos como el desarrollo rural y la inversin en ciencia y tecnologa. Es muy tarde para pensar en Agendas Internas, pero hay que definirlas, urgentemente. De llegar a formalizarse el TLC, pases como Ecuador debern enfrentar grandes asimetras de tamao, niveles de productividad y desarrollo tecnolgico, respecto a no pocos de los rubros bajo negociacin. Debemos prepararnos urgentemente para el ajuste comercial. Esfuerzos extraordinarios de educacin, transformacin productiva y desarrollo institucional nos esperan. Mientras tanto, el 52% de los adolescentes ecuatorianos de 17 aos no ha finalizado los 10 aos de la escuela bsica. La presente adversidad social, la reflexin sobre la misma, el dialogo abierto, la sensibilidad poltica, la organizacin social, el acceso a la informacin, la capacidad creativa y el fortalecimiento del tejido social pueden verdaderamente cambiar un paradigma agotado y reorientar el rumbo de los procesos. Dejar que la negatividad poltica siga contaminando la cohesin social crea resistencias en todo el proceso de desarrollo social. Frente al reclamo ciudadano de los segmentos populares y la clase media el sistema poltico partidario reacciona defendindose con el discurso de la representacin. Nuestro Congreso mantiene encerrado bajo candado al status quo, atrincherado en la vieja institucionalidad. Sobre las ideas centrales de este trabajo de balance se realizarn encuentros y talleres procurando acumular efectos intangibles, buscando sincronismos que nos lleven a imaginar y concretar un nuevo humanismo en el desarrollo social. Buscaremos aportar a la formulacin de una Agenda Mnima de Desarrollo Social. 17

Confiamos en la sabidura de los diferentes actores de la sociedad civil, derivada de las enseanzas que ofrece la experiencia de vivir la vida en sociedad, junto a los pobres, los excluidos, la naturaleza amenazada. La percepcin amorosa de la vida y la observacin holstica de la realidad es una experiencia de aprendizaje. Lo holstico no es una cuestin tcnica, peor an esotrica, sino una forma de abordar el desarrollo de la sociedad. Para todos nosotros en la STFS es un reto trascender las polticas insostenibles que se repiten por causa del apego al modelo de proteccin dominante. Buscaremos construir y proponer una estrategia viable que concretice lo posible. Intentaremos plantear la propuesta de una Agenda mnima de desarrollo social, factible de ser cumplida en este momento de transicin. Debe ser construida de forma participativa. Porque la democracia es un estado de participacin. Hay una urgente necesidad de disear nuevas direccionalidades histricas para desarrollar a la sociedad ecuatoriana. La construccin de un autentico proyecto de desarrollo social para el Ecuador es un proceso que pasa por la atencin sensible a la voluntad colectiva, a la demanda social. En lo poltico hay que ser tico, inteligente, afectivo y pragmtico: hay que escuchar, compartir, defender la vida, probar, autorregular, hasta encontrar pistas hacia nuevos senderos. Tal vez sea imposible erradicar todos los problemas sociales en el mediano y largo plazo. Lo importante es crear un marco de polticas de desarrollo social, econmico, cultural y ambiental, inspiradas en un nuevo humanismo, para concretizarlas en todos los territorios ecuatorianos. Una obligacin irrenunciable del Estado, junto al conjunto de la sociedad civil. Todo ello supone prepararse para el cambio, aproximando a los actores sociales e institucionales, mejorando la calidad y densidad del tejido social, generando entusiasmo desde la comunicacin reflexiva. Sin democracia participativa no hay desarrollo social. El humanismo del desarrollo exige la democratizacin de la democracia. Una democracia dialgica al servicio de la ciudadana, que fomente la cohesin social mediante la distribucin de los beneficios del crecimiento, nutriendo a la equidad. Es preciso pensar la poltica en otro horizonte: necesitamos construir nuevas formas de democracia directa, donde el pueblo pueda elegir reflexivamente a sus representantes y tener poder para controlar la gestin de quienes recibieron el mandato. Tenemos que construir nuevos pactos sociales y nuevas formas de representatividad democrtica que garanticen a la poblacin el derecho de ejercer e influir en la vida poltica. Somos todos invitados a trascender el status quo, a buscar enfoques novedosos, a reconocer las experiencias positivas y los errores cometidos, a estimular y ampliar la reflexin, a estimular el dialogo que nos lleve a un nuevo abordaje de la cuestin social. La cohesin social se desarrolla desarrollando la calidad y la densidad del tejido social. Debemos activar un proceso colectivo de construccin de nuevos paradigmas, o sea, de nuevos pensamientos, percepciones y valores sobre la realidad social, una visin emergente que nos permita dibujar su forma futura de organizacin y de articulacin con la vida social en Ecuador, su nuevo sentido. Para ello es esencial superar los viejos puntos de vista, los nuevos dogmatismos, las inexorables 18

ecuaciones econmicas, los antivalores que contaminan nuestra cultura poltica. Son necesarias las redefiniciones en la malla institucional, en la calidad del tejido social, en el tipo de Estado que necesitamos, en la manera de hacer desarrollo social, en los valores que deben orientar nuestras acciones. Los nuevos tiempos requieren nuevos pensamientos, nuevos puntos de vista, nuevas sntesis. Es urgente una reforma paradigmtica. Se trata de cambiar el ncleo que comanda nuestras reflexiones, todas las ideas sobre desarrollo, los programas que se formulan najo su imperio. Debemos cambiar el paradigma que separa y reduce, el hombre de la naturaleza, lo social de lo cultural, lo econmico de lo ambiental, la filosofa de la ciencia, etc. Debemos construir un punto de vista que nos permita unir y diferenciar, bajo la amenaza de permanecer sometidos a una inteligencia incapaz de contextualizar. La reforma del pensamiento depende mucho de la educacin, lo que nos obliga a repensar las polticas educativas y el sentido de las instituciones. Quien educa a nuestros polticos y a nuestros educadores? La mayora de los procesos de desarrollo que estn en marcha obedecen a un esquema mental y emocional productivista, sectorialista, positivista, mecnico, monetarista, desarticulado y fragmentador. Vivimos un tiempo de crisis de solidaridad, de confianza, de justicia, de capacidad de sentir respeto y amor por el otro. Y tenemos miedo de cambiar, porque somos todos conservadores y, con frecuencia, pesimistas. Mejor guardar silencio sobre las formas de opresin, el privilegio poltico y econmico, la discriminacin racial y sexual, las diversas exclusiones. Para hacer desarrollo humano y sustentable somos desafiados a arriesgarnos por caminos nunca antes recorridos y seguramente a pensar lo que nunca antes de pens. Cierto, hay miedo de enfrentar el enemigo interno, de dar pasos hacia lo desconocido. Miedo de tomar decisiones que representen posibles prdidas cuya perspectiva nos puede llevar al pnico.7 Los hombres pblicos, los cortesanos y los tecnoburcratas orgnicos que disean los programas de desarrollo y proteccin social, sin reconocerlo, son casi todos seres timoratos. Es preferible quedarse en lo conocido que correr el riesgo de enfrentar lo nuevo, que se traduce en autonoma, derechos humanos, transformacin productiva, inclusin social, equidad y cuidado ambiental. Solo se sienten seguros dentro de su racionalidad, defendiendo las rutinas, las viejas prcticas. Desprecian los ideales de fortalecimiento de la ciudadana y de responsabilidad social, en nombre del realismo econmico. El miedo poltico congela cualquier tentativa de innovacin, cualquier riesgo.8

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Roberto Crema dice: Medo de perder o que se julga possuir: ou de no reaver o que se julga ter perdido Eduardo Giannetti, nos dice Cuanto ms imprevisible nos parece el futuro, ms intensa se vuelve la ansiedad y la demanda por previsiones seguras sobre el maana. Cuanto menor la capacidad y la condicin objetiva de hacer pronsticos confiables, mayor la falta subjetiva que ellos hacen. Los extremos se alimentan. Nada e Tudo: Estetica, ecomomia e brasilidade, Campus, 2000

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Contradictoriamente, es la incertidumbre lo que impulsa a la creatividad. Olvidamos que en el otro lado del miedo, siempre se esconde la luz de la libertad. Hay que elaborar contra discursos, contra poderes, contra identificaciones y contra prcticas, colocar la vida frente a la muerte. Es as como se descubren los otros desarrollos posibles, las nuevas alternativas. El futuro social nuestro depende de esta actitud de irreverencia tica. Debemos asumir la responsabilidad desde nuestra libertad interior. Esencialmente no se trata de levantarse contra los amos que detentan el poder en el Ecuador, sino de encontrar la forma de hacerlos despertar. Porque todos somos interdependientes. Han pasado 25 aos, 12 Presidentes, innumerables ministros de Estado, centenares de diputados, alcaldes prefectos, concejales y consejeros ubicados y/o desubicados en las diferentes tendencias de la partidocracia, un par de Consultas Populares, una Asamblea Constitucional, varios levantamientos populares, y el espectculo poltico actual no puede ser ms vergonzoso: venimos observando a lo largo de los ltimos 26 aos como la poltica est asociada con los partidos, que se muestran como pedestales de la corrupcin y la torpeza democrtica; representantes que venden sus principios por ventajas y abultados provechos personales; ministros incompetentes que ni siquiera saben por dnde caminan sus respectivos sectores; asesores fundamentalistas ubicados lejos de su realidad social, cmplices cortesanos de polticas insostenibles; opositores implacables e incapaces de construir consensos y menos an soar con un proyecto de pas; medios de comunicacin controlados por el poder econmico, parasitados por la manipulacin, las autocensuras y las imposturas; poderes pblicos contaminados de bribones; jueces y abogados dispuestos a vender su alma al diablo con tal de ganar juicios amaados; partidos polticos desacreditados que no dan paso a las iniciativas del pueblo organizado, al brote de nuevos cuadros dirigentes. Un cinismo de sistema poltico! El Ecuador enfrenta una desesperada necesidad de nuevas polticas sociales, una nueva institucionalidad, una poltica de desarrollo ms articulada, humana, tica y abarcativa. Han pasado 26 aos de polticas y promesas, y el Ecuador esta mas pobre que nunca. De cada diez ecuatorianos, casi siete son pobres, y de cada seis ecuatorianos pobres, dos son indgenas. Cuanta concentracin del poder, riqueza y privilegios puede soportar nuestra debilitada democracia? Cuanto crecimiento de la pobreza, de la exclusin, del desempleo y cuanta alienacin puede soportar nuestro rasgado tejido social? Los principios macroeconmicos que orientan los destinos del Ecuador han olvidado la nocin del desarrollo humano. Los actores de la economa son individuos revestidos de intereses y racionalidades imbuidas al interior de grandes organizaciones multinacionales, cada vez menos preocupados con el buen vivir de las mayoras y cada vez ms con la apropiacin y concentracin de la riqueza, traducidas en bienes financieros. El desarrollo humano depende de una nueva economa poltica afirmada en valores ticos, de la distribucin del poder y la calidad de los mecanismos de participacin y gestin. Son las polticas distributivas acompaadas por las polticas de transformacin productiva 20

sustentable, las que fortalecen los procesos de desarrollo social, concretizando la equidad. Ecuador est inmerso englobado - en un nuevo contexto histrico donde se destacan varios procesos interdependientes: la crisis econmica del capitalismo central, la transformacin del Estado, la apertura de los mercados, la revolucin tecnolgica de la informacin y la destruccin del ambiente. En ese marco debemos trabajar como sociedad articulada y posibilitar un nuevo desarrollo social, siguiendo pautas renovadas, desde otros paradigmas, posibilitando el desarrollo de redes sociales interconectadas de actividad humana. No podemos escapar o desvincularnos de la nueva economa informacional global, de la sociedad en red, del capitalismo especulativo y de la produccin inducida por la innovacin y la competitividad. Ms que nunca antes, somos desafiados a desarrollar la calidad y la densidad de nuestro tejido social. El Frente Social tiene el deber de construir un esquema que permita la reconfiguracin de las comunicaciones entre actores pblicos y privados, dar paso a un nuevo estilo de gestin de las polticas sociales, facilitar las interacciones de los programas, impulsar la descentralizacin, dar nacimiento a nuevas relaciones en el marco territorial. Debemos formular un intenso programa de comunicacin educativa, que de vida a la red social. Dar paso a un ambiente comunicacional con significado, tramando la fragmentada colcha de retazos del sector social oficial, la sociedad civil, el movimiento social, el empresariado, los gobiernos locales. Ecuador est sangrando por sus heridas sociales. Debemos articular las polticas compensatorias con polticas de Estado de desarrollo social, de corte estructural. La situacin social actual es insostenible. Esperemos que las nuevas autoridades del Frente Social hagan suyo el desafo de parar ese desangre, junto al Frente Econmico y toda la sociedad. Ningn problema colectivo ecuatoriano puede ser resuelto mientras el pas se encuentre fracturado, sin visin de futuro compartido.

PRIMERA PARTE

1) Introduccin 1. Estamos viviendo la compleja transicin de un cambio de poca, pasando por un inevitable momento de bifurcacin. Somos sujetos interactuando en la turbulencia y en la confusin de un mundo moderno, en rpida transformacin. Estamos caminando hacia otro sistema histrico, pues el presente ya est agotando casi todos sus mecanismos de reequilibrio. Es por ello que pasamos por un momento de crisis multidimensional, de

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cuestionamiento, de expectativa colectiva, de gran incertidumbre. Cada da somos sorprendidos por lo impredecible, por el nacimiento de un orden nuevo que tiende a desordenarse inmediatamente. En esta transicin hacia una nueva fase del sistema mundial, Ecuador vive una profunda crisis social, que quebranta todas las otras dimensiones de la realidad, enfrentando probablemente el desafo ms difcil de su historia contempornea. El modelo que insiste en tornar nuestras frgiles economas en competitivas en escala mundial, pierde de vista las necesidades sociales bsicas del pueblo ecuatoriano, no permite crear una ciudadana activa, con poder de decisin en la construccin de su propio destino. 2. Ecuador est sangrando por sus heridas sociales. Las polticas sociales que tenemos no representan el desarrollo social que queremos, ni son las que merecen la sociedad ecuatoriana. Vivimos en un momento precario de la historia, unos tiempos transformativos, de gran incertidumbre, insertos en un contexto global que implica la intensificacin de las interacciones e interdependencias entre Estados y sociedades. El Ecuador del presente es un pas falleciente; empobrecido; fragmentado; subalterno; vulnerable; un pas en donde la desesperanza social ha plantado sus races y donde las generaciones menos favorecidas viven a la espera de alternativas polticas que les permitan salir de su alienacin y su miseria. Se vive en una sociedad de opulencia concentrada en manos de minoras privilegiadas y de dolorosas privaciones y exclusiones que afectan a grandes mayoras. Existe una brecha creciente entre los integrados al sistema y los marginalizados. La semilla humana de millares de ecuatorianos, que llevan dentro de si un designio, una potencialidad latente, no consigue abrirse a su destino. 3. Nuestro futuro no puede ser la continuacin del presente, ni la reproduccin del pasado. Si las actuales tendencias del crecimiento econmico supeditado e indiscriminado; del estancamiento en la inversin productiva; del avance de la exclusin, la injusticia y la inseguridad social; del aumento de la concentracin del ingreso y activos productivos; de la ampliacin de la desigualdad de oportunidades; de la propagacin de una ciudadana frgil, desinformada y desarticulada; de la intensificacin de los problemas de informalidad, subempleo y desempleo abierto; del acelerado deterioro del ambiente natural que nos cobija; de la extensin de una educacin que no aprende a aprender y a crear, entre otras tendencias, continan sin modificaciones, las fronteras de la ingobernabilidad y la ruptura del tejido social se alcanzarn en un futuro muy cercano. Estamos saltando sordamente hacia el mundo de la barbarie. Est en juego la cohesin social y el destino de numerosas comunidades humanas y personas ecuatorianas. Los riesgos ambientales, econmicos, sociales y culturales inmediatos y mediatos son enormes. El sistema de proteccin social es cada da ms dbil, por mucho que se insista en su eficiencia, a la larga, es un esquema

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insostenible. Un ejercito creciente de ceros econmicos o indigentes aparece cada da en los corredores del Ministerio de Bienestar Social en procura del llamado Bono de Desarrollo Humano. 4. La sociedad ecuatoriana viene marcada por la contradiccin entre su riqueza natural, el potencial de sus territorios, sus talentos y capacidades humanas, y la irracionalidad de la pobreza, la exclusin social y las desigualdades. El modelo de sociedad y de economa que hemos construido en las ltimas tres dcadas est en situacin de terapia intensiva. Somos testigos de una sociedad desorganizada y polarizada, de una cultura poltica9 donde impera la desconfianza, el utilitarismo, el conflicto y la corrupcin. Sufrimos con las injusticias extremas, la intolerancia, unas condiciones laborales deplorables, una inadecuada preparacin de los trabajadores, las separaciones de gnero, el irrespeto a las culturas diferentes, y con la desenfrenada depredacin de la naturaleza. La tierra ecuatoriana est gravemente amenazada por diversos desequilibrios ecolgicos. Hemos roto nuestra alianza de fraternidad con el medio ambiente. Observamos la ruptura de los modos tradicionales de integracin social, sin estrategias que posibiliten sustituirlos por otros alternativos. Observamos tambin el desarraigo que provocan las migraciones, el rpido proceso de descampesinizacin, lites privilegiadas y chulqueras esposadas por los intereses extranjeros, los pueblos indgenas discriminados, la dispersin de las familias, diversas formas de violencia contra las mujeres, la maternidad precoz, el creciente nmero de jvenes que compiten por una pequea magnitud de trabajos, procesos de urbanizacin desordenada, un desafiante clima de inseguridad ciudadana, el asalto permanente a la inteligencia humana por parte de los arquitectos del marketing, etc. 5. La injusticia gobierna al Ecuador. El pueblo ecuatoriano no merece la crisis emocional, el dolor moral y el desamparo individual y colectivo que nos afligen, en buena medida condicionados por una cultura hegemnica empecinada en la construccin del progreso material, obsesionada por el crecimiento econmico, alimentada por la voracidad de la competencia. Los referentes tericos en torno a los cuales hemos venido formulando las polticas sociales del presente vienen siendo condicionados cada vez ms por la lgica del mercado que influye en contexto. El Estado pasa a asignar los recursos sociales compensatorios, desde una perspectiva economicista de la sociedad, que frecuentemente viene cargada de una cierta indiferencia con el destino de los segmentos empobrecidos. Difcilmente encontramos una referencia al desarrollo social emancipador en los discursos de los defensores de la economa abierta. Se parte de conceptos ready made que buscan corregir las desigualdades a posteriori, sin intervenir decididamente en la distribucin de los activos y9

Nos referimos al conjunto de pautas, prcticas, normas y valores que adoptan los actores polticos en la sociedad en un momento histrico especfico. Simn Pachano, Las lites polticas, IEE, Quito, 1989.

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las oportunidades, en las causalidades. Los mercados pasan a jugar el papel de gendarmes del gasto social.10 Cual es la pattica irona actual? El hecho de que la voluntad poltica de ayudar a los ms pobres, sin cambiar la lgica del modelo econmico productivo, simplemente nos est llevando a multiplicar el nmero de pobres que solicitan asistencia. Por cierto que debemos auxiliar a la poblacin en situacin de extrema pobreza, pero faltan acciones orientadas a un entorno ciudadano, innovador y generacin de oportunidades econmicas. Debemos encontrar, urgentemente, un nuevo camino de relacionamiento humano, un verdadero proceso de desarrollo social, con visin de largo plazo. 6. Tuteladas por la ideologa neoliberal, las polticas sociales convencionales vienen traduciendo ortodoxias que promueven un asistencialismo focalizado y compensador de las graves patologas sociales generadas por la propia dinmica excluyente del modelo econmico vigente. Como si la pobreza fuera nicamente un problema de carencia y de insatisfaccin de necesidades. Nuestras elites defienden a rajatabla las tesis de la OMC, custodiadas a hierro y fuego por Washington y Londres, relativas al libre comercio como remedio para nuestra economa, satanizando al proteccionismo comercial. Hemos ingresado en el libre comercio antes de haber consolidado nuestras capacidades tecnolgicas, lo que probablemente nos afirmar como buenos productores de commodities y recursos naturales.11 El saldo neoliberal ha sido desfavorable para la gran mayora de los ecuatorianos, creando un complejo de factores que amenazan la cohesin social. Debemos repensar el pensamiento econmico y redefinir el pensamiento social, siempre afirmando el cuidado ambiental. Es necesario aprender a combinar la apertura econmica internacional con la integracin de la sociedad nacional. Si10

Juan Francisco Martn Seco argumenta: Pero llamemos a las cosas por su nombre. En las actuales circunstancias, la palabra mercado es tan slo un eufemismo para designar las fuerzas econmicas que pugnan por dominar e imponer su voluntad. Estado y Globalizacin, (varios autores). Friedrich Ebert Astifung, ILDIS, TRAMASOCIAL, Quito, 1998. 11 Sabemos que el libre comercio se sustenta en el principio identificado como de las ventajas comparativas. Cada pas se especializa en aquello para lo cual tiene mayores posibilidades y supuestamente todos nos beneficiamos cuando comerciamos. Lo real es que en la globalizacin, los grandes oligopolios transnacionales mueven el capital de forma muy rpida y flexible. La libre concurrencia se basa supuestos, tales como la plena movilidad de los factores de la produccin y la existencia una estructura de mercado denominada competencia perfecta. Deja la impresin que se est construyendo en Amrica Latina un modelo agropecuario desigual y perverso. Por un lado, los Estados Unidos suministrando los alimentos bsicos a los pueblos del Sur. Por otro lado, los pases de la regin compitiendo unos con (tra) otros por proveer los postres tropicales (caf, banano, cacao, frutas del trpico y almendras, entre otros) y algunos bienes agrcolas no sensibles, al gran mercado del norte. Es bastante dudoso que en tal esquema los pases latinoamericanos puedan sacar ventajas, particularmente cuando se tenga que permitir al poderoso agronegocio las exportaciones de excedentes a precios por debajo de su costo total - el dumping que se estima, para el arroz en un 35 %, para algodn en un 61 %, para maz en un 36 %, para soja en un 25 %, para slo nombrar algunos productos sensibles. Y muy a pesar de que tal intercambio desigual pueda destruir a 25 mil arroceros, 50 mil cultivadores de trigo y cebada, 20 mil de algodn y 200 mil de maz, as como a millones de trabajadores agrcolas directos e indirectos. Conforme Aurelio Surez Montoya, El holocausto de la agricultura colombiana en Tucson, La Tarde, 19/11/2004, [email protected]

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queremos formular una nueva poltica social es indispensable disear y aplicar otra poltica econmica y una estrategia ms autnoma de reactivacin productiva sustentable. Es posible convertirnos en utpicos pragmticos, mirar las presentes dificultades como oportunidades. Es en los momentos de mayor adversidad cuando surgen las grandes oportunidades de cambiar los rumbos y los contenidos. Mientras exista pobreza y destruccin ambiental la idea del desarrollo humano y sustentable no se apagar. El desafo es enorme. Debemos empezar cambiando el sistema poltico.

7. Es realmente difcil formular otro modo de desarrollo, salir de las trincheras en las que nos coloca paradigma dominante de la apertura competitiva y la modernizacin. Este se presenta como incuestionable, viene santificado por los especialistas, fomentado por las elites, respaldado por las autoridades, legitimado por los organismos internacionales, alimentado por los acadmicos, el modelo de desarrollo acapara el discurso, controla el vocabulario, sanciona a los insumisos y define los objetivos. Viene racionalizado por los tecnoburcratas, casi siempre economistas ortodoxos para quienes la vida social se reduce a una ecuacin economtrica. Permanecemos casi impotentes, maldesarrollndonos de la misma manera. Construyendo futuros pasados. Permanecemos convencidos de que la solucin de nuestros problemas consiste continuar aplicando ms de lo mismo, con eficiencia y capacidad de gestin, sin darnos cuenta que nuestros problemas se desprenden en buena medida de esa manera de aplicacin. As las cosas. Para que el status quo pueda reproducirse, hay que programar la mente de sus dirigentes e intelectuales, de tal manera que quieran y puedan hacer lo que tienen que hacer.12 Para desarrollar al Ecuador bajo un renovado humanismo debemos cuestionar los fundamentalismos,12

Parafraseando a Erich Fromm.

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pensar lo impensable y pasar a ser constructores de puentes - pontifex entre corrientes, iniciativas y propuestas.13 8. Cambiar nuestra infortunada situacin social exige construir otro perfil de ciudadanos, con otra mentalidad, otra subjetividad, otros valores ticos, ms preparados, ms sensibles, ms solidarios, ms empoderados, ms informados, con capacidad de representacin de intereses y demandas, y en pleno ejercicio de sus derechos reconocidos. Todos somos llamados a educar al poder que nos manipula. Ello supone repensar la institucionalidad que simultanemante nos organiza y nos limita, bajo otros conceptos, democratizando la cultura poltica, buscando construir un nuevo Ecuador, nico y diverso, desde sus potencialidades territoriales. Tambin implica un esfuerzo por lograr el compromiso de los actores protagonistas del poder; un papel ms articulado de la sociedad civil, un real y efectivo proceso de descentralizacin, y una conciencia de responsabilidad del sector privado para con el destino de todos los ecuatorianos. Todos somos invitados a reflexionar sobre un proyecto de sociedad diferente a la presente, lo que supone ampliar la democracia hacia el campo del desarrollo socioeconmico, cultural y ambiental. Por qu condescender que este campo vital contine siendo definido exclusivamente por los conceptos e intereses de los grupos minoritarios? Una democracia responsable con nuestra sociedad significa que las grandes decisiones socioeconmicas, las prioridades, las orientaciones fundamentales de la produccin y la distribucin, deben ser discutidas, reflexionadas, consensuadas y decididas por el colectivo de actores de la propia poblacin, y no casi meramente por los acreedores, los partidos polticos, o por las llamadas "leyes del mercado". Todo lo que estamos construyendo en el presente va a recaer necesariamente sobre las generaciones futuras. 9. Las construcciones mentales mecanicistas que hemos fabricado como armaduras en contra de un autentico proceso de desarrollo humano, han llevado a la fragmentacin de lo social, y de las otras dimensiones. Han dado origen a diferenciaciones, separaciones y exclusiones que debilitan o subordinan las conductas sociales vitales para la solidaridad humana y la reciprocidad, creando un creciente desconcierto institucional.14 La supremaca del pensamiento economicista nos impide vincular las polticas pblicas y el arreglo institucional. El concepto de institucin pblica se ve progresivamente amenazado por la tendencia de privatizar13 14

Parafraseando a Aldous Huxley. El pensamiento complejo y la nueva ciencia neoinstitucional pueden ofrecer un marco de anlisis adecuado para trabajar lo multidimensional, posibilitando combinar conceptos y temas que pertenecen a la antropologa, la economa, la ecologa, la sociologa, el derecho, la teora organizacional, la ciencia poltica, la psicologa social y la filosofa del desarrollo. Ese pensamiento nos permitir entender qu mismo son esos arreglos institucionales, cmo se construyen, a qu finalidades responden, a quienes benefician, cmo se reforman, cules son sus reglas, qu experiencias aportan, cmo funcionan y se articulan, qu papel cumplen y cmo, si fuera indispensable, se deberan (re) construir. Ver H. Clemens y R. Ruben (eds.), Nueva Ruralidad y poltica agraria: una alternativa neoinstitucional para Centroamrica, Nueva Sociedad / CDR, Caracas, 2001.

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dicha esfera, que es de todos los ecuatorianos. Pasamos a identificar la economa ecuatoriana con el mercado capitalista, como algo ceido exclusivamente a los intereses de los segmentos empresariales. Un proyecto rgidamente protegido por una institucionalidad al servicio de la concentracin. Los viejos anhelos progresistas del desarrollo socioeconmico han quedado reducidos a una teora econmica de naturaleza instrumental. Ello hace que la sociedad no sea interpretada por ella misma, sino desde una concepcin de la separatividad y de la diferenciacin cuantitativa de la realidad objetiva.15 Debemos recuperar y renovar el discurso del desarrollo socioeconmico, para que rime con emancipacin humana, soberana nacional, derechos humanos, transformacin productiva, sustentabilidad y, sobre todo, con ciudadana. 10. La corta e incompleta lectura histrica de las polticas sociales que realizaremos en las pginas siguientes demuestra la dificultad para comprender la interdependencia y la multidimensionalidad la complejidad que caracterizan a los fenmenos sociales. Haremos un esfuerzo por reunir los acontecimientos con los contextos, lo local con lo global, el orden con el desorden, lo separado con lo inseparable, lo social con las otras dimensiones, o sea, intentar que se visualicen las interdependencias, las articulaciones.16 Trataremos de situar las informaciones dentro del contexto que las explica. No es fcil dibujar escenarios en situaciones de crisis permanente. Observamos como los actores del sistema poltico vienen evitando cruzar por los puentes del consenso, para procesar conflictos en aras del bien comn, y como los subsistemas econmicos persisten en tensionar o controlar la esfera de lo social. Hemos perdido sabidura poltica y representatividad sin la cual mucho de lo que se viene mostrando como poltica social no se distingue de la conducta basada en los intereses de grupos y partidos, de los poderes annimos externos, del clientelismo, apagando los derechos humanos. Hemos construido un Estado bastante alejado de la sociedad civil y por consiguiente, poco abierto a los procesos de participacin y control social democrticos, al saber popular. Un Estado que pierde credibilidad y capacidad para lograr lealtad ciudadana y cohesin social. La preocupacin que tenemos, por lo tanto, es que las visiones alternativas de desarrollo social reciban muy poca consideracin. 11. Los ecuatorianos debemos recuperar las esperanzas de que otros desarrollos sean posibles, que del caos pueda surgir un nuevo orden, ms humano y prometedor. Es imposible que todos los caminos15

La mayora de los estudios producidos por el SIISE son reduccionistas, no consideran la unidad de la economa, la cultura, la sociedad y la naturaleza, ignoran la especificidad cualitativa y diferenciada del proceso social. Por lo tanto, aplican mecnicamente el paquete de conceptos y procedimientos metodolgicos de la ciencia cartesiana a la realidad social. La sociedad es una red de relaciones; las interrelaciones de las dimensiones y las interrelaciones de la realidad total con las dimensiones.16

Edgar Morin, La Inteligencia de la Complejidad, Brasil, 1999.

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se dirijan hacia Roma, homogeneizando lo que es cultural y naturalmente diverso. No podemos permanecer indiferentes en medio de la presente crisis y debemos encontrar una salida creativa, viable y libertadora. Debemos asumir el desafo que la crisis representa. Toda crisis es un sntoma de la posibilidad de abrir nuevos caminos, de que est brotando un proceso depurador. Superar la crisis no se reduce ni a la inercia ni al activismo estril, sino a la reflexin y al amor poltico. Creer en el Ecuador no es solo pensar en la economa sino principalmente sentir a la sociedad. Es posible crear un mundo mejor, ms esperanzador, ms bonito, ms justo, ms tranquilo, ms saludable, ms educado, ms equitativo, ms sustentable, ms democrtico, ms libre de pobrezas. 17 Debemos liberarnos del paradigma prevaleciente que nos tiene prisioneros, que nos coloca contra el sentido de la vida y nos separa de los otros y de la naturaleza. 2) Desafos de los nuevos tiempos: cambiar el pensamiento 12. La gravedad de nuestra crisis social plantea un imperativo ineludible. Cmo formular nuevas polticas de desarrollo social que signifiquen una alternativa de cambio estructural ms satisfactoria en trminos de inclusin, equidad, justicia, ciudadana y solidaridad? Cmo mejorar la calidad del conjunto de las intervenciones dirigidas a los segmentos en situacin de extrema pobreza e incluirlos simultneamente al ejercicio de derechos sociales y econmicos? Cmo salir de la trampa paradigmtica que paradjicamente nos lleva a empeorar situaciones de malestar social en vez de ampliar el bienestar social? Ecuador tiene la inteligencia poltica y la capacidad tcnica para pensar en alternativas de desarrollo que incluyan a los pobres en nuevos procesos productivos? En qu tipo de sociedad queremos vivir? El verdadero desarrollo humano progresa a travs de una serie de estados subjetivos de creciente solidaridad, cuidado, entendimiento, confianza, identidad, creacin, libertad, proteccin y amor. Son estados subjetivos que se niegan a ser medidos por las reglas ordinarias de la racionalidad instrumental, pero que descansan en la educacin integral del ser humano, en la enseanza para la comprensin. Sentimos que la cara hegemnica de nuestro cuerpo social muestra poca imaginacin, y tal vez falta de coraje, para imaginar polticas alternativas integrales de un sentido ms elevado, ms tico, que la presente locura que parece llevarnos a la autodestruccin. 13. Las nuevas polticas de desarrollo social no pueden nacer del mismo pensamiento, de los mismos conceptos hegemnicos, que ha venido institucionalizando todo un paquete disperso de intervenciones compensatorias y programas, como sustituto a la formulacin de una17

Carlos Julio Jara Martnez, Marco Conceptual, Estrategia de Integracin e Implementacin de las Polticas Pblicas de Impacto. Agenda de Desarrollo Social 2005- 2009, Panam, Junio 2005.

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autentica estrategia de desarrollo humano y sustentable, afirmada en la ciudadana.18 Hemos sacralizado determinados supuestos, conceptos, juicios que han pasado a dominar los discursos cotidianos sobre lo social. En los ltimos 25 aos hemos pasado del mundo del reformismo al mundo del conservadorismo, plantando en la cabeza de nuestras autoridades la ilusin de un proteccionismo social insostenible. El mundo de las relaciones sociales siempre es del tamao y del sentido de los conceptos que se concretan. El concepto hegemnico de lo privado sobre lo pblico, por consiguiente, es del tamao del sufrimiento que lleva a los segmentos de mxima pobreza a buscar seguridad y proteccin social. Es un error mirar el futuro del Ecuador como si fuera la repeticin del pasado y peor an afirmar que el presente es el "fin de la historia". La verdad de cualquier modelo de desarrollo slo se demuestra en la vida prctica que nos dice que nuestra sociedad est sumergida en una profunda crisis. El futuro de la sociedad no sigue un camino lineal determinado, aunque los esfuerzos que realizamos en el presente casi siempre son gobernados por las ideas que nos hacemos del futuro. Esa es la ley de todo paradigma: al pasado le sigue el futuro, para llegar al presente. Para nosotros la historia es un proceso de construccin constante, una cadena de construcciones y reflexiones, por lo que su anunciado final choca con la posibilidad de imaginar otros modelos de desarrollo. Haciendo ms de lo mismo slo estamos reproduciendo pasados y tambin destruyndonos al destruir nuestro mundo social y natural. Albert Einstein argumentaba que Es mas fcil desintegrar un tomo que un preconcepto". Debemos traer luz a las sombras que habitan nuestras conciencias, todava enraizadas en patrones de exclusin, ignorancia y miedo. Cuando tomamos conciencia del entorno, de las interdependencias, despertamos las fuerzas de la voluntad, hay energas para cambiar el sentido de los cambios, tenemos ms claridad. 14. El futuro social es un camino abierto a diferentes escenarios cuyo descubrir depende de la estructura del pensamiento y del sentir de la accin humana, individual y colectiva. El desarrollo social, la transformacin cuidadosa de la sociedad ecuatoriana, es una cuestin que combina dialcticamente reflexin e imaginacin; conciencia y proyecto; pensamiento y emocin; valores ticos y accin. Una nueva poltica de desarrollo social slo puede dejarse influir por valores ticos vividos, nutridos por la educacin, capaces de movilizarnos polticamente. Debe ser esencialmente socioeconmica y culturambiental. Por lo que debemos invertir las prioridades condicionadas por los dogmas, las verdades asumidas como absolutas. Infelizmente, hemos sustituido a la poltica por la economa, a la economa por las finanzas, a los ideales por las ideologas, a las teoras por los fundamentalismos, a lo tico por el clculo instrumental, a la ciudadana por la inercia social, a la solidaridad18

Buda nos deca: Si queris comprender las causas que existieron en el pasado, mirad los resultados que se manifiestan en el presente. Y si queris conocer los resultados que se manifestarn en el futuro, mirad las causas que existen en el presente.

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por el individualismo, al amor social por la proteccin limosnera. Existe una callada violencia implcita en la visin hegemnica de la poltica social, por su abordaje reduccionista de la realidad. An estamos lejos de construir una ciudadana consciente e inteligente, capaz de abrirse para modos alternativos de Ser humano. Qu podemos hacer para asegurar que la sociedad ecuatoriana viva del modo ms justo, saludable, digno, tranquilo, productivo y feliz? Debemos comenzar a pensar de conjunto, reflexivamente. 3) Presentacin del documento: preocupados con la condicin humana 15. El presente documento es esencialmente una invitacin a realizar un balance crtico, histrico y reflexivo del contenido, los significados y las consecuencias ms salientes de la aplicacin de las polticas sociales en el Ecuador, desde los aos 80, en el marco de los procesos de (re)construccin de la institucionalidad pblica, procurando una visin ms integral de los impactos producidos, de los que se estn produciendo o los que se espera que se produzcan. 16. Se trata de un documento - proceso, que aspira a transformarse gradualmente en una construccin colectiva de conceptos, principios, estrategias, alternativas, capaces de sistematizar o abrir la puerta a consideraciones ms amplias sobre la cuestin social ecuatoriana, buscando nuevos paradigmas, nuevas polticas de Estado. Estamos haciendo las cosas bien y estamos haciendo lo realmente correcto? O estamos amenazando el tejido y la energa de nuestra vida en sociedad, formulando estupidez19 poltica en nombre del bienestar social coyuntural? Qu debemos hacer y qu no estamos haciendo? Cules son los supuestos que orientan nuestros esfuerzos institucionales? Cmo elaborar una nueva sntesis, nuevas alternativas y estrategias de desarrollo, resultantes del encuentro reflexivo entre lo econmico y lo social? Qu perspectivas? Qu tipo de sociedad estamos construyendo? Cmo conjugar lo ideal y lo posible? 17. El presente documento se define como un documento de partida, un insumo que debe motivar al dialogo y a la reflexin, ayudando a transformar la lectura unidimensional y mecnica de lo social en una visin ms integradora y holstica. Se trata de un trabajo seminal, y adems, ambicioso, pues en materia de desarrollo como proceso interdimensional, todo depende de todo y todo acta sobre todo, construyendo un entramado dinmico de complejas interdependencias.2019

Conforme Daisaku Ikeda, La estupidez define el funcionamiento insensato de la mente que produce irracionalidad. En, Una Paz Duradera, EMEC, Argentina 1987. 20 Goethe, en una de las escenas de Fausto nos deca: Todas las cosas se funden en el todo, y cada una de ellas vive y opera en las dems. Un economista pobretlogo puro dira que Todos los sectores se funden en lo econmico y cada uno de los sectores, particularmente el social, opera subordinado a lo econmico.

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Tenemos muy poco tiempo para conocer el conocimiento de lo social. Con la lectura crtica de procesos, mediante los dilogos con los actores pblicos y privados, se quiere esencialmente, promover mutaciones energticas en el pensar de lo social, y en el sentir y el actuar junto a lo social, necesariamente desde un nuevo pacto poltico o contrato entre el Estado y la sociedad civil. Quisiramos dar un salto cualitativo desde la poltica social proteccionista, encerrada en los corredores sectoriales, a una autentica poltica de desarrollo social. La formulacin de las polticas sociales de desarrollo corresponden a la construccin de asociaciones entre actores y a la ampliacin de la participacin ciudadana, para lo que debemos promover una cultura de corresponsabilidad. Y respeto a los derechos humanos21 18. Para construir un nuevo paradigma de desarrollo social debemos caminar por una va anti-lineal, ms all de lo cuantitativo,22 del reduccionismo econmico en su versin instrumentalista de la cuestin social.23 No se trata solo de que lo social camine de la mano de lo econmico, como compaeros, abriendo camino para tiempos ms maduros. Se trata de construir un nuevo caminar socioeconmico, una nueva sntesis en la que ambas dimensiones puedan fundirse continuamente. Hay que escuchar a los pobres y zambullirse en sus concepciones subjetivas, en las creencias relacionadas con la realidad social. Debemos dialogar, contradecir, asumir nuestro papel protagnico en la historia, pues la base ltima reside en las necesidades vitales humanas. Despus de todo, parafraseando a Daisaku Ikeda, el viaje ms largo comienza con el primer paso. 19. Un objetivo central del presente documento es el de estimular el debate al interior del sector social y fuera del mismo, en lo que resta del 2005, en un contexto poltico diferente marcado por la turbulencia poltica y la transicin. En el dialogo que se propone, debemos comprender el punto de vista del otro. La adversidad separa o estanca, mientras que la sensibilidad poltica,24 la capacidad creativa, el consenso, la21

No es tico argumentar que el Estado debe preocuparse principalmente del desempeo econmico. Es probablemente la responsabilidad ms importante, pero de ninguna manera la nica. Si la gestin del poder pblico no se presenta equilibrada por la responsabilidad social, el respeto a los derechos humanos y a la naturaleza, se convierte mas temprano que tarde en una dictadura democrtica y necesariamente traduce un mediocre desempeo. 22 Es fundamental el papel del Sistema Integrado de Indicadores Sociales del Ecuador SIISE. Pero el conocimiento debe seguir un curso de desarrollo de la vida social, para influir en las polticas y promover la causa de la equidad, la inclusin, el empleo, la felicidad. 23 Existe mucha informacin cuantitativa sectorial en las instituciones oficiales, la mayor parte de ella confeccionada desde el prisma de la economa, una ciencia que no necesita de la nocin del hombre. Pienso que los hechos sociales cuantificados no son las causas de los fenmenos sociales y que la informacin despojada de sensibilidad poltica sirve de poco. Vase, Edgar Morin y Jean-Louis Le Moigne, A Inteligencia da Complexidade, Editora Pierpolis, Sao Paulo, 1999. 24 En lo poltico hay que ser tico, inteligente, sensible y pragmtico: hay que escuchar, compartir, defender la vida, probar, autorregular, hasta encontrar un nuevo sendero.

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responsabilidad y el fortalecimiento del tejido social pueden verdaderamente cambiar un paradigma agotado y reorientar el rumbo de los procesos. Como hemos venido argumentando, queremos caminar hacia una nueva poltica de desarrollo social, pero bajo nuevos supuestos y a la luz de las experiencias acumuladas. Sobre las ideas centrales de este balance se realizarn encuentros y talleres procurando acumular efectos intangibles, buscando sincronismos que nos lleven a imaginar y concretar un nuevo humanismo en el desarrollo social. Se buscar construir y proponer una estrategia viable que concretice lo posible. Esa estrategia probablemente no podr ser implementada por el presente gobierno. Pero puede servir de referencia o advertencia para definir una gestin ms sostenible de desarrollo social en el futuro, digna del Ecuador. 20. Es indispensable abrir un debate y dar mayor luz a los problemas con los que se enfrentan o deben enfrentarse los formuladores de polticas pblicas sociales, particularmente sus deficiencias conceptuales. Hay una urgente necesidad de disear nuevas direccionalidades histricas para desarrollar a la sociedad ecuatoriana. Tal vez sea imposible erradicar todos los problemas sociales en el mediano y largo plazo. Lo importante es crear un marco de polticas de desarrollo social, econmico, cultural y ambiental, inspiradas en un nuevo humanismo,